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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMAN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

CÁTEDRA DE EVALUACION Y DIAGNOSTICO PSICOLOGICO (ADULTOS)

AÑO 2016

DEVOLUCION E
INFORME EN EL CIERRE
DEL PROCESO
PSICODIAGNOSTICO

 PSIC. LOURDES IVANA PRADO


 PSIC. MARIA LUZ BOURGUIGNON
INTRODUCCION

El diagnóstico psicológico se define como un “proceso vincular, montado dentro


de coordenadas témporo – espaciales precisas, en un orden secuencial, y con el
despliegue de roles técnicos en distintas fases, focalizando una batería de
técnicas mínima básica, como unidad de estudio”. (Lunazzi, 1992)

Dentro de este proceso, Sendín (2000) señala tres fases básicas, ubicando como
tercera y última a la entrevista de comunicación de resultados, que incluye la
confección de un informe escrito.

El objetivo del presente trabajo, enmarcado en la Unidad de Integración de los


Datos recabados en un proceso de Evaluación; es el de ilustrar cómo llevar a cabo
la síntesis de los mismos en una entrevista de devolución, así como en un informe
psicológico, ajustando este último según el ámbito particular del que provenga la
demanda. Esto, con el objeto de otorgar al profesional derivante, una visión clara y
completa de los aspectos de la personalidad del evaluado que sean pertinentes al
área de que se trate.

Nos proponemos, desde la Cátedra, acercar al alumno las pautas de devolución


de resultados y elaboración de informes; y las particularidades que estos tengan
según el ámbito de aplicación.

ENTREVISTA DE DEVOLUCIÓN

La entrevista de devolución se ubica en el momento de cierre del proceso


diagnóstico. Se caracteriza por una comunicación verbal en forma de diálogo con
el entrevistado, acerca de los resultados del proceso de evaluación.

Pautas para la planificación de la entrevista de devolución:

Tomando a Frank de Verthely (1989), el psicólogo deberá tener una adecuada


flexibilidad que le permita, teniendo en cuentas las defensas, conflictos, tolerancia
a la frustración del entrevistado; dosificar la información y planificar su forma de
transmisión, ya que comunicar más o menos de lo que el paciente puede tolerar,
movilizaría un monto excesivo de ansiedad. En este sentido, el profesional deberá
considerar las particularidades de cada caso al momento de planificar su
devolución, tales como el nivel de instrucción del sujeto, el momento vital que
atraviesa o el área en que se realice el proceso.

Por ejemplo, qué decir, cuánto y cómo decirlo será diferente si el consultante es un
adulto de 50 años, que atraviesa por crisis vitales propias de su edad, con un nivel
de instrucción primario, residente de una zona rural, que si nos encontramos ante
un joven profesional de San Miguel de Tucumán. El profesional deberá advertir el
grado de insight del entrevistado, con la finalidad de respetar su tiempo interno
para asimilar lo devuelto.

Asimismo, la información que se brinde al sujeto se ajustará a los objetivos propios


del área particular de donde provenga la demanda, siendo cuidadosos de no
transmitir datos que no resulten pertinentes a dichos objetivos.

Una forma de que la devolución se desarrolle de un modo más elástico, puede ser
preguntando al entrevistado si se le ocurrió algo más luego del último encuentro.
De este modo el psicólogo incluye al consultante en su esquema de devolución,
evitando que la entrevista tome un carácter unidireccional.

Dado que la entrevista de devolución suele resultar ansiógena para el


entrevistado, es conveniente comenzar por los aspectos más adaptativos (por
ejemplo, destacar la actitud de colaboración a lo largo del proceso) y menos
ansiógenos, para continuar, luego, con los menos adaptativos, y buscar
indicadores respecto de la tolerancia expresada en forma verbal y no verbal, que
serán útiles en términos pronósticos.

De acuerdo con Celener (2004), la información que se brinde al entrevistado,


deberá ser transmitida en un lenguaje claro, comprensible, sin terminología técnica
y acorde al nivel intelectual de quien la recibe. Cuanto más utilicemos para la
devolución de la problemática, los mismos términos en que fue presentada por el
sujeto, más podrá “reconocerse y sentirse reconocido”.

Objetivos de la entrevista de devolución

1. Restituir al paciente la identidad latente, integrando los aspectos desvalorizados


y temidos con otros enriquecedores y potencialmente adaptativos; a fin de
preservar la salud mental del entrevistador, sobre quien han sido depositados
dichos aspectos al inicio del proceso.

2. Ampliar la información que el entrevistado tiene de sí mismo, sus aspectos pre-


conscientes y posibles causas que originaron la consulta. Los nuevos observables
que surjan de esta devolución (aceptación, rechazo o nuevas asociaciones del
paciente frente a lo que se le devuelve), incrementará, a su vez, la información del
entrevistador acerca del grado de insight, timing y defensas del paciente.

3. Orientar y aportar posibles vías de solución a los problemas planteados, a


través de una planificación de la intervención.
Resaltamos, a partir de lo desarrollado, la importancia de realizar una entrevista
de devolución en el cierre de un proceso, no sólo en el ámbito clínico, sino que
sería pertinente ofrecerla, siempre que las condiciones sean propicias en cualquier
otra área del desempeño del psicólogo.

INFORME

Objetivos del informe:

Este debe cumplir con al menos dos objetivos básicos.

1) Funcionar como vehículo de comunicación entre los profesionales


implicados en la resolución de las dificultades que motivaron el proceso
evaluativo.
2) Servir de documento perdurable sobre el que contrastar sucesivas
evaluaciones de un mismo sujeto a fin de poder objetivar su evolución y el
grado de eficacia de las intervenciones.

“El informe consiste en un resumen de las conclusiones diagnósticas y pronósticas


del caso, e incluye muchas veces recomendaciones terapéuticas” (García Arzeno,
1993). Se transmite en él la comprensión a la que el psicólogo ha arribado acerca
del significado de los síntomas, de la etiología de los mismos, así como de la
estructura psíquica del sujeto que consulta.

El informe hace posible transmitir a otros profesionales (psicólogos, psiquiatras,


neurólogos, docentes, jueces, etc.) una sistematización de los resultados que
seacomprensible y útil para quien realiza la demanda, evitando consignar una
copia del material de prueba.

“Todo informe es un recorte y una jerarquización de datos, en función de objetivos


precisos. (…) En este sentido, es en primera instancia, un instrumento para dar
respuesta a las preguntas específicas del derivante” (Frank de Verthely, 1989). Si
la demanda es demasiado amplia o confusa corresponde al psicólogo intentar
aclarar qué se espera de él.

Pautas para la elaboración del informe.

El informe plasma el resultado final de un proceso previo de integración de


recurrencias y convergencias, que ha permitido arribar a interpretaciones en un
segundo y tercer nivel de inferencias. Por lo tanto, lejos de contener indicadores
observables, presenta un nivel mayor de abstracción.

El informe no busca restringirse a los aspectos psicopatológicos del consultante,


sino que incluye a su vez sus potencialidades, recursos adaptativos y otros
aspectos salugénicos; proporcionando una visión más holística del sujeto. En este
sentido, la redacción del escrito debe ir desde lo más adaptativo, hacia lo más
conflictivo, retomando en la conclusión las fortalezas del sujeto para evitar caer en
su rotulamiento.

Para redactar un informe es necesario considerar cómo transmitir dichos


resultados de modo que sea completo, especifico, claro, y competente para quien
lo recibe.

Cuando decimos que un informe debe ser completo, nos referimos a que debe
incluir la mayor cantidad de datos posible, siempre y cuando sean pertinentes, e
integrados de manera coherente.

Para que un informe sea claro, es preciso atender al vocabulario que


emplearemos para redactarlo. El mismo debe ser acorde a quien lo lee y al área
de que proviene la demanda, sin recurrir a tecnicismos que obstaculicen la
comprensión por parte de los demás profesionales. Así mismo, el psicólogo puede
caer en errores que vulneren la especificidad del informe. Un ejemplo de esto es
el caso de profesionales que, por considerar a su informe insuficiente, buscan
“rellenar” estos escritos con frases imprecisas, estereotipadas y/o evasivas, tales
como:“El sujeto experimenta ansiedad en determinadas situaciones”, o “Se siente
enfadado en ocasiones”.

Otro error en el que puede caer el psicólogo al elaborar su informe, es el de incluir


citas textuales que el entrevistado ha mencionado durante el proceso, o
desarrollar conceptos teóricos buscando explicar las hipótesis obtenidas. Para
evitar esto, el informe debe ser claro y conciso, lo que implica que, sin rodeos
inútiles, se debe escribir algo tan específicamente como sea posible.

En resumen, el informe debe ser competente, es decir, incluir todos los datos
significativos y ser capaz de transmitir con fidelidad las características de
personalidad del paciente, a través del material obtenido.

Modalidad de informe según las distintas áreas del psicodiagnóstico.

Área educacional: El informe es breve, se refiere exclusivamente a lo que el


maestro necesita saber, se expresa en lenguaje de uso cotidiano y se toman
recaudos para que no trasciendan intimidades del caso que no hacen al campo
pedagógico.

Área jurídica: Generalmente se trata de un peritaje que se presentará ante el


pedido de un juez. Por este motivo, debe ajustarse a los puntos periciales que le
son solicitados al profesional. Asimismo, debe ser expresado en términos
inequívocos y con aseveraciones que no dejen margen para ser utilizadas según
convenga a la causa. Una vez formulada la conclusión, es conveniente justificar la
misma apoyándose en algunos puntos del material. Si por ejemplo, se hace
referencia a una personalidad Psicopática, es necesario aclarar enseguida qué se
entiende por ello. Pues el término puede ser interpretado desde simple
impulsividad hasta conductas delictivas.

Área laboral: Una de las tareas que el psicólogo realiza en este ámbito es la de
selección de personal. Al momento de realizar el proceso, el mismo conoce las
competencias que la empresa solicita en sus aspirantes. En el informe laboral, se
explicitará si las mismas se encuentran presentes y en qué grado, acompañando
una exhaustiva fundamentación en términos de funciones de la personalidad y sin
mezclar con elementos privados e inconscientes que no deban trascender.

Otra tarea que se le solicita al profesional,puede ser la de realizar evaluaciones


psicológicas con el fin de reubicar al personal o reducir el número de empleados.
En estos casos, el informe debe evitar referirse a que un sujeto no está en
condiciones de desempeñar su labor, sino de que “estaría mejor ubicado en tal
función para sacar el mayor provecho a sus capacidades”, buscando resaltar las
potencialidades del sujeto y no cerrar puertas a sus posibilidades.

Ámbito médico (Neurólogos, pediatras, fonoaudiólogos etc.): Generalmente


se solicita que se informe a estos profesionales sobre la presencia o no de
trastornos emocionales que puedan explicar cierta sintomatología, y cuya etiología
no responde a causas orgánicas. Por este motivo, el informe que se redacte, se
referirá simplemente a la presencia o no de los mismos, su gravedad y la
recomendación terapéutica pertinente.

A los padres: Los casos en que los padres solicitan por escrito los resultados,
son muy poco frecuentes, sin embargo, en casos en que quieran conservar algo
escrito, es recomendable hacerlo con un lenguaje que pueda ser comprendido por
el propio sujeto (niño, adolescente, adulto) a quien se hizo el estudio. En otros
casos, el pedido de informe responde a una actitud intelectualizada y desligada de
compromiso afectivo, por lo que se deberá enfatizar sobre la importancia de la
devolución verbal más que el informe escrito.
MODELO DE INFORME PSICOLÓGICO

Lugar y fecha

 Datos de Filiación:
Nombre
Edad
Estado Civil
Escolaridad
Ocupación
Constelación Familiar
 Motivo de consulta
 Derivante
 Pruebas administradas
 Aspecto descriptivo-fenomenológico: Presentación del evaluado,
apariencia, comportamiento, actitud, psicomotricidad, estado anímico y sus
modificaciones a lo largo del proceso.
 Aspectos Cognitivos-Intelectuales: Comprensión de las consignas,
coherencia y claridad del lenguaje y el pensamiento, relación con el nivel
sociocultural y de escolaridad alcanzado, funciones psíquicas superiores
(atención, concentración, memoria, percepción, lógica), tipo de
pensamiento y de resolución de problemas, conservación o alteraciones
del juicio de realidad y de las funciones yoicas.
 Aspecto Afectivo-Emocional: Conductas adaptativas o no, estabilidad o
inestabilidad emocional, ansiedades, manejo de los impulsos y la
agresividad, autovaloración, mecanismos de defensa, tipo y modalidad de
vínculos en las relaciones interpersonales.
 Diagnóstico presuntivo
 Pronóstico
 Recomendación terapéutica
CONCLUSION

Al momento del cierre de una evaluación psicológica, el profesional psicólogo


debe tener en claro que tanto la devolución como el informe son un recorte del
aquí y ahora de la subjetividad de un individuo y por ello deben remitirse
exclusivamente a ese aquí y ahora. Por lo tanto, no es una respuesta definitiva
sobre el entrevistado, valida en todo momento, sobre todo considerando que los
comportamientos de un sujeto son emergentes de un contexto situacional.

Teniendo en cuenta lo anterior, los términos en que se redacte un informe o en que


se haga una devolución deberán ser siempre hipotéticos, para evitar encasillar a
los sujetos en cuadros psicopatológicos definitivos.

Utilización de los datos de un informe: la propiedad de los datos de un informe no


es del evaluador, ni del Derivante, sino de la persona evaluada, todos los demás
son usuarios de esa información de modo tal que no deben ser utilizados para
otros fines y ha de garantizarse su confidencialidad .

BIBLIOGRAFIA

 Celener, G. (2004) Técnicas proyectivas. Actualización e interpretación


Tomo II Parte III Cap. 3: El informe escrito. Buenos Aires. Lugar Editorial.
 Frank de Verthely, R. (1989) “Temas en evaluación psicológica” Cap.
Devolución e Informe. Lugar Editorial. Buenos Aires.

 García Arzeno, M. E. (1993) “Nuevas Aportaciones al Psicodiagnóstico


Clínico” Cap. VIII: El informe Psicodiagnóstico. Editorial Nueva Visión.
Buenos Aires.
 Lunazzi, H. (1992) “Lectura del Psicodiagnóstico” Cap. I “Cómo pensamos
nuestra práctica”. Edit. Belgrano, Bs. As.
 Sendìn, M. C. (2000) “Diagnóstico psicológico. Bases conceptuales y guía
práctica en los contextos clínico y educativo” Edit. Prismática. Madrid,
España.

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