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Sociedad de Incertidumbre.
El Siglo XXI se caracteriza por lo impredecible, la complejidad y la conflictividad
en la mayoría de los escenarios sociales, políticos y económicos del mundo,
características que se han generado como efecto del acelerado cambio en todos
los órdenes de la sociedad, dinamizado por la globalización de la tecnología, el
conocimiento y la información. En este contexto, la educación debe cumplir con la
función formadora de ciudadanos preparados para enfrentarse a los cambios,
fortalecidos en sus dimensiones personal, emocional y mental para empoderarse
de los avances científicos y tecnológicos con la visión de lograr mejores
condiciones para el desarrollo tanto individual como colectivo, asumiendo lo
colectivo desde la perspectiva global de la Humanidad . Para este propósito se
necesitan Docentes que posean conocimientos científicos y técnicos actualizados,
aunados a una sólida formación ética que sustentada en la sabiduría le permita
modelar e impulsar el cambio en la conducta de de sus estudiantes. Cambio para
el bien individual en el marco del bien colectivo, en lo social.
En Venezuela observamos:
Enseñar que la Paz es el requisito esencial para la convivencia social, que pasa
por no agredir, ni permitir, la agresión física, verbal y psicológica. La agresión es
signo de debilidad moral e intelectual. Hay que aprender a resolver los conflictos
mediante los acuerdos y el diálogo, de modo que la estrategia sea ganar – ganar,
todos deben salir beneficiados, unir los esfuerzos para la creación, no para la
destrucción y el odio. Hay que luchar mediante la educación, por derribar las
barreras impuestas por el odio. Sólo así se logrará un mejor país.
Es necesario decir que Ser Docente en Venezuela hoy, es cada día más difícil,
sobremanera para quienes trabajan en instituciones públicas, con jóvenes de los
estratos más pobres de la población. Por una parte debe actualizarse
permanentemente para adquirir nuevos conocimientos y desarrollar las
competencias que se derivan del adelanto científico y tecnológico y por otro lado,
está diezmado en su poder adquisitivo lo que le impide incorporarse a programas
de actualización y mejoramiento profesional, ya que se ve obligado a tener que
“rebuscarse”, tener diferentes trabajos, aquí y allá, para alcanzar un salario que le
permita vivir y cuidar de su familia en forma digna. Desde otra mirada también
debe enfrentarse a la indiferencia y desconocimiento del valor de la educación
entre sus estudiantes y sus familiares para quienes la escuela es un elemento
que solamente puede servirle en ocasiones para obtener una comida gratis.
En otra dirección, una gran mayoría de docentes venezolanos del sector público
percibe la amenaza de la burocracia gubernamental, que ha concebido el hecho
educativo como medio para la alienación política, enfatizando el control de
contenidos curriculares orientados a la tergiversación de la historia y el
sometimiento ideológico a una determinada doctrina.
Se pretende que el docente eduque en valores y aquí, también los docentes
venezolanos se enfrentan a la grave distorsión de ver como se habla y se
pregonan valores: paz, justicia, libertad, equidad. Sin embargo, los líderes del
país, la clase dirigente, a la hora de actuar, contradicen sus prédicas. Para tomar
un ejemplo. Aparece un líder , que debe ser imagen y modelo para la sociedad,
especialmente para quien lo sigue, a través de los medios de comunicación ,
amenazando con violencia verbal y hasta física a quienes le adversan , muchas
veces con armas de guerra en la mano. Cómo puede el docente que aspira formar
ciudadanos para la paz y la convivencia social, luchar contra esa imagen,
multiplicada infinitas veces por los medios, imagen que se asienta en el cerebro
de un joven estudiante?
enilda.lugo@ gmail.com