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1. INTRODUCCIÓN
Un análisis de la realidad escolar y de las prácticas cotidianas de la clase pone de
manifiesto que lo que los alumnos aprenden en la situación escolar, y también lo que dejan
de aprender, es más amplio que lo que entendemos tradicionalmente por currículum, como
especificación de temas y contenidos de todo tipo. Es decir el currículum real es más amplio
que cualquier documento en el que se reflejen los objetivos y planes que diseñemos.
En la situación escolar se aprenden más cosas, según sea la experiencia en la
interacción entre el alumnado y el profesorado, o entre los mismos alumnos/as, según
con qué materiales se relacionen, de acuerdo con las actividades concretas que se
desarrollen.
Por este motivo, la educación escolar, fundamentalmente en su etapa obligatoria,
tiene la finalidad básica de contribuir a desarrollar en el alumnado aquellas capacidades
que se consideran necesarias para desenvolverse como ciudadanos con plenos derechos y
deberes en la sociedad en la que viven.
Estas capacidades tienen, desde luego, que ver con los conocimientos de las diversas
disciplinas que conforman el saber de nuestros días, pero no se agotan en ellos. Hay ciertas
cuestiones de una gran trascendencia en la época actual sobre las cuales nuestra sociedad
reclama una atención prioritaria. Son cuestiones en las que se repara fácilmente cuando se
analizan los grandes conflictos del mundo actual y los retos irrenunciables que su resolución
plantea: la violencia, la escasa presencia de valores éticos básicos, las discriminaciones y
los contenidos de tipo transversal. El documento señala que aquello que en mayor medida
caracteriza la dimensión curricular de los mismos es su intención de establecer un modelo
de persona desde una concepción profundamente humanista. En efecto, la incorporación
de los problemas sociales antes mencionados, a través de los temas transversales, supone
en la práctica la asunción por parte del sistema educativo de una función ético-moral de
la educación que complementa la científica; no hacen, en este sentido sino recoger los
valores reflejados en la Constitución.
- Educación vial.
El conocimiento y la utilización de la vía pública son, especialmente en las grandes
ciudades, de una gran importancia por lo que su educación tiene que comenzar en la
escuela.
La educación vial contribuye a promover la autoestima y el cuidado del propio
cuerpo desde la responsabilidad para prevenir accidentes tanto propios como ajenos.
- Educación en la sexualidad.
Se trata, no sólo de conocer los aspectos biológicos de la sexualidad, sino informar,
orientar y educar sus aspectos afectivos, emocionales y sociales, todo ello con la finalidad
de que el alumnado llegue a conocer y apreciar los papeles sexuales femeninos y
masculinos, y el ejercicio de la sexualidad como una actividad plena de comunicación
entre las personas.
Otros errores frecuentes, en gran parte debidos a la carencia de una reflexión crítica
y a la ambigüedad curricular, son (HEGOA, 1995):
- Marginación de la transversalidad en espacios de nuevas asignaturas o talleres.
- Traslación de la transversalidad a espacios extracurriculares del tipo “campañas
a favor de...” sin relación con el conjunto de la práctica curricular.
- Reducción de la transversalidad a un problema de creación y experimentación
de unidades didácticas.
- Tratamiento de la transversalidad sin relación con la construcción del PEC
(Programa Educativo de Centro), PCC (Proyecto Curricular de Centro) y el
ROF (Reglamento de Organización y Funcionamiento).
- Realización de las didácticas específicas como ausentes de cualquier relación
con el enfoque y perspectiva de las transversales.
Transversalidad disciplinar.
Es la que se obtiene dentro de cada área en un momento determinado; consiste en
el tratamiento específico que cada área, a lo largo del curso da un tema transversal; para
Transversalidad en el espacio.
Consistiría en la consideración de un tema transversal por más de dos áreas en un
año académico determinado. Dos o más áreas se ponen de acuerdo para desarrollar un
tema transversal desde su propia óptica. Se ha de procurar una coordinación adecuada
para que la temática quede tratada con suficiente coherencia.
Transversalidad en el tiempo.
Como consecuencia de una decisión sobre un objetivo a medio o largo plazo, se ve
necesario ampliar el tratamiento transversal a más de dos años académicos sucesivos. En
este caso, una vez repartidas las competencias de cada área, sin por ello perder de vista la
globalidad del tema transversal, cada área decide una oportuna secuenciación de contenidos
a lo largo del tiempo, buscando formas crecientes de conceptualización y sensibilización
del tema en cuestión. Un buen criterio para asegurar esta secuencia es seguir los estadios
de evolución madurativa que nos aporta la psicología evolutiva.
Transversalidad curricular.
Consiste en el tratamiento curricular, ligado a las diferentes áreas que compone una
etapa, que se da a un tema transversal concreto. Este tratamiento incluye, lógicamente,
los anteriores tipos de transversalidad.
Transversalidad ambiental.
Consiste en el conjunto de decisiones que se adoptan en el PEC2, en el ámbito de la
organización escolar, las relaciones sociales, las normas de convivencia, etc.; en definitiva,
que finalmente promueve un clima favorable al desarrollo curricular del tema transversal
que se quiere promover.
Las áreas curriculares constituyen el eje organizador fundamental del trabajo escolar,
con un énfasis más acentuado conforme se va subiendo el nivel de cada etapa. En la etapa
infantil y primeros ciclos de la educación primaria se recomiendan enfoques globalizadores,
para pasar a la interdisciplinariedad y finalmente se alcance la disciplinariedad en el último
ciclo de la educación secundaria. Podemos distinguir estas opciones (YUS, 1996):
- Disciplinariedad científica.
- Disciplinariedad transversal.
Disciplinariedad científica.
Representa la situación más normal y a la que se adscribirán la mayoría de los
centros, especialmente en la etapa de secundaria. Supone un currículum estructurado
disciplinarmente en el que los diferentes temas transversales son repartidos entre un número
determinado de áreas curriculares. Es preciso que esta función se haga siguiendo un plan
elaborado previamente por el equipo docente tras una reflexión sobre la aportación de
cada área convergiendo en un mismo objetivo. No obstante en el DCB3 aparece que cada
área contribuye sólo y en la medida en que aparecen estos temas entre los contenidos de
su área concreta independientemente de que haya contenidos sobre este tema previstos
en otras áreas. Aquí se correría el peligro de realizar un tratamiento inconexo que anularía
el potencial educativo de estos temas.
Disciplinariedad transversal.
Es prácticamente inviable pues se trataría de dar un giro al currículum disciplinar
y convertirlo en transversal, de manera que, los temas transversales fuesen los verdaderos
ejes estructuradores del currículum.
Interdisciplinariedad.
Supone que dos o más disciplinas comparten unos mismos objetivos y metodología
sobre un tema transversal concreto, desdibujando los contornos de cada uno de ellos a
favor del tema en cuestión. Cuando la interdisciplinariedad se plantea en etapas en las que
el grupo tiene tantos profesores/as como áreas es necesario una reconsideración radical
en la organización del tiempo y el espacio, así como de preparación del profesorado en
una nueva epistemología, con objeto de no derivar en una simple multidisciplinariedad,
que es más factible en la organización escolar tradicional y en la que normalmente se cae
cuando se intenta hacer interdisciplinariedad sin tener en cuenta su complejidad. En la
interdisciplinariedad los temas disciplinares quedan subordinados al transversal.
Multidisciplinariedad.
Se trata de una estructuración bastante cercana a la disciplinariedad científica,
si bien en esta modalidad aparece como un paso adelante. Supone el tratamiento de un
tema transversal desde diferentes áreas, siguiendo un plan establecido que se desarrolla
Globalización.
Parte de la consideración de una realidad global y trata de aproximarse a la forma
que tiene el alumnado más pequeño de percibir la realidad. Esto supone la desaparición
de las disciplinas, en tanto que suponen una compartimentación de esa globalidad. Se
parte de un “centro de interés” a partir del cual se va haciendo girar o confluir las distintas
disciplinas y los temas transversales que mantengan relaciones con el núcleo de interés.
Se trata de una estructuración sólo posible en los niveles más bajos al poder abordarse
por un solo profesor/a.
A modo de resumen, podríamos decir, que los temas transversales dan respuesta
a la propia Constitución, a las demandas sociales producidas por ciertos desequilibrios
existentes en nuestra sociedad y a una necesidad de un marco ético y una educación en
valores en el que se eduque a los ciudadanos/as del futuro en su proceso de socialización
de una forma responsable y constructiva. Para que esta labor sea eficaz, los temas
transversales son prescriptivos y no aparecen en el currículum como disciplinas separadas
sino impregnando toda la labor educativa, donde el profesorado de todos los niveles y
etapas educativas está involucrado.