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¿Por qué el dinero?... primero ¿Qué es el dinero?

El dinero es simplemente una herramienta, misma que es manipulada por una persona y que
entiende perfectamente el uso de este tipo de intercambio papel/moneda. Sin embargo, el dinero
contiene un fin, un objetivo: el dar al ser humano comida, abrigo y refugio. Estos tres sencillamente
son los objetivos finales; lamentablemente el hombre ha dado un uso extra desvirtuando el uso del
dinero.

Ha malentendido el fin práctico y por ende ha caído en un estado de necesidad psicológica. Al igual
que en las drogas, la segregación de la dopamina en el cerebro hace que, a través de la memoria,
genere una gran necesidad de estimulación afectiva hacia este objeto estático/material.

La sensación de un alivio emocional, de un afecto social, de un problema patológico, el cual dicta


que se necesita tener más, a pesar de tener lo suficiente para poder vivir cómodamente.

Esta necesidad de tener más dinero es una excusa para vivir en sociedad, si no se tiene dinero se
marginan y se encasillan en un cuadro de estatus social diferente, sin embargo, si se tiene dinero, lo
suficiente como para mostrarlo al mundo, se genera un estado psicológico social aceptable, pese a
que nunca es suficiente. El hombre se vuelve ambicioso, avaro debido al poder de esta herramienta.
Esto quiere decir que… ¿El dinero es malo? El dinero no es malo por naturaleza, el hombre es el
que decide como utilizarlo y por ende hace que sea malo. No vemos lo que pasa a nuestro
alrededor, que cosas cambian en nuestro entorno, nos perdemos en el trabajo para conseguir el
presupuesto del mes, nos encasillamos en el pensamiento de tratar de conseguir aún más dinero.

¿Dónde ha quedado nuestra herencia de vivir y disfrutar de la vida? Es cierto que ahora se necesita
del dinero para poder viajar, conocer, disfrutar y no todos nacen con la fortuna de crecer en un hogar
sin problemas económicos. Para conseguir dinero es necesario estudiar, tiempo que le dedicamos la
mayor parte de nuestra infancia y adolescencia, terminamos cuando somos adultos y trabajamos
durante 30 años, a la edad de 60 años, seremos incapaces de disfrutar los placeres que pudimos
haberlos aprovechado a los 25, 30 años. Toda esta carga laboral, psicológica, social y visual tiende a
crear en nosotros una celda donde nuestra mente solo se enfoca a seguir un protocolo, un algoritmo
previamente establecido, sin darnos cuenta del proceso que tuvo que llevarse. Actualmente uno de
tantos problemas es parte de la contaminación visual, generamos tanta basura visual que nos
inmutamos ante ésta: creamos logos, colores, figuras, textos que simplemente terminan en una
estrategia para posicionarse en el mundo mercantil, torres de color gris que mencionan un producto,
un servicio que no es tan importante. Sam Cathelet menciona: “…la publicidad hipnotiza nuestra
infancia, maneja nuestra juventud, embrutece nuestra edad madura.”

Necesitamos más tiempo para nosotros, necesitamos más tiempo para pensar sobre qué color es la
flor que flota sobre el estanque debajo del cerezo, necesitamos más tiempo para visualizar de qué
color son los ojos de las personas cuando muestran afecto hacia otras personas, más tiempo para
respirar y poder conocer otros parajes. ¿Qué color te gustaría ser ahora mismo?

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