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ÍNDICE DE DESARROLLO RURAL INTEGRAL Y

SUSTENTABLE (INDRIS)
La demanda por construir un índice de desarrollo rural integral parte del hecho de que
el producto interno bruto (PIB) y otros datos económicos no reflejan adecuadamente
el bienestar. Además, el PIB resulta insuficiente para medir los cambios en la estructura
de la sociedad rural. Se requieren otros instrumentos para la toma de decisiones. Son
escasos los esfuerzos que se han orientado a la elaboración de otros índices. Se
propone la elaboración de índices referidos al desarrollo rural sustentable, con el fin
de contar con un indicador que señale el nivel de desarrollo rural de las capacidades
de interacción, coordinación, organización y acción social sustentable, alcanzadas a
partir de la implementación de planes, programas, estrategias y acciones conducentes
a ofrecer a la población oportunidades para mejorar su calidad de vida.

De esta manera, además de salud, educación e ingreso, el idris se basa en las


posibilidades de acceder y disfrutar de un conjunto de derechos básicos, que se
agrupan en los siguientes conceptos:

Ingreso. Participar en la actividad económica y gozar de condiciones adecuadas de


inserción laboral que permitan ingresos suficientes para lograr un nivel de vida digno
(entendido como mejora en la satisfacción de necesidades) (López, 2010).

Salud y alimentación. Orientado a gozar de una vida sana y saludable, lo que implica
contar y tener acceso a redes formales de servicios de salud y seguridad social así como
a una nutrición apropiada, que garanticen una adecuada calidad de vida de la
población (López, 2010).

Educación. Relacionado con la disponibilidad y el adecuado acceso de la población a


los servicios de educación y capacitación que favorezcan el adecuado desarrollo del
capital humano (López, 2010).

Servicios básicos. Son indicadores que procuran la calidad de la salud, pues involucran
buenas prácticas de higiene y limpieza, el acceso a agua potable, desagüe, electricidad
y morar en una vivienda confortable con relación al nivel socioeconómico alcanzado
(Andia, 2011).

Pobreza. De acuerdo con los “Lineamientos y criterios generales para la definición,


identificación y medición de la pobreza”, publicados en el Diario Oficial de la
Federación, el 16 de junio de 2010, la definición de pobreza considera las condiciones
de vida de la población, a partir de tres espacios: el del bienestar económico, el de los
derechos sociales y el del contexto territorial. El espacio del bienestar económico
comprenderá las necesidades asociadas a los bienes y servicios que puede adquirir la
población mediante el ingreso. El espacio de los derechos sociales se integrará a partir
de las carencias de la población en el ejercicio de sus derechos para el desarrollo social.
El espacio del contexto territorial incorporará aspectos que trascienden al ámbito
individual (que pueden referirse a características geográficas, sociales y culturales, entre
otras).

Recursos naturales. Involucra todos aquellos bienes naturales renovables y no


renovables susceptibles de aprovechamiento a través de los procesos productivos
rurales y proveedores de servicios ambientales: tierras, bosques, recursos minerales,
agua, comunidades vegetativas y animales y recursos genéticos (Sagarpa, 2011).

Migración. Un concepto ligado al desarrollo rural sustentable, es la generación de


empleos, es decir, el fomento al arraigo de la población en cada lugar. Por lo que, otro
aspecto que se utilizó en el cálculo del idris fue el concepto de migración. La migración
es el cambio de residencia de una o varias personas de manera temporal o definitiva,
generalmente con la intención de mejorar su situación económica, así como su
desarrollo personal y familiar (inegi, 2014). Cuando un individuo deja el municipio, el
estado, o el país donde reside. para irse a vivir a otro lugar, se convierte en un
emigrante. Pero al llegar a establecerse a un nuevo municipio, estado, o país, esa
misma persona pasa a ser una inmigrante.

¿Cuál es la diferencia entre el idh y el idris? El idh


ha priorizado a la capacidad de las personas para elegir entre formas alternativas de
vida que se consideran valiosas. Originalmente el idh ha servido como una guía que
aproxima ese progreso, dando prioridad a la libertad de las personas y no a la mera
acumulación de recursos. Como ya se mencionó, este índice sintetiza el avance
promedio de tres aspectos básicos del desarrollo humano, medido en un rango de
cero a uno, en el que los valores más cercanos a uno significan un mayor desarrollo
humano, el índice de una vida larga y saludable es medido por la esperanza de vida al
nacer. En la dimensión de educación, se busca capturar mejor las diferencias en la
adquisición y el manejo de conocimientos individual y socialmente valiosos, por lo que
el índice de educación se obtiene mediante la escolaridad esperada y los años de
escolaridad promedio para personas menores y mayores de 25 años, respectivamente.
Se consideran aspectos como la tasa de alfabetismo y la tasa combinada de
matriculación. El índice de acceso a una vida digna o el ingreso reflejan con mayor
precisión los recursos internos del país, al emplear el ingreso nacional bruto (inb) per
capita en poder de paridad de compra (ppc) expresado en dólares estadounidenses.
Finalmente, la agregación de los tres componentes con una media geométrica
introduce la noción de complementariedad entre las dimensiones y le da un lugar a la
desigualdad entre ellas (López, 2010). De ahí que sea conveniente la construcción de
un indicador diferenciado, que se oriente al desarrollo rural sustentable, para lo cual se
ha elaborado esta propuesta, teniendo en consideración la construcción de índices
referidos al ingreso económico, la salud y la alimentación, la educación, los servicios
básicos, la satisfacción de necesidades (bienestar) y los recursos naturales. Se eligieron
estos componentes dado que ellos implican la articulación entre la sociedad, las
instituciones, los planes y los programas con objetivos comunes, para lograr un
desarrollo rural integral.

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