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KATE CREHAN GRAMSCI, CULTURA Y ANTROPOLOGIA ise de a eobier:Fnqua Mone (© Kate Cetin, 2002 Patlicad pr Pio Press, 2002 (© Bicioos Beiter, SL, 2008 Navas Tl, 289 is 8036 Breton wee belatrs.om (ean gran oy sn erin na des ae eli ‘Sots none ete ens lejer eepeacin lop rapt it met renin capricorn eens. jin dncneoe de ropnmr or ala meane alee pre pln peso en Espa ‘he in Si, ISBN: eer290-280-8 eps Lega 8 28.1752008 preo por Harpe, SL, Lins, 3 is, 08090 Barcelona indice Leer @ Gramsci, par Joseph A. Buttigieg, 9 Abreviaturas, 13, 1, Introduccién, 15 PRIMERA PARTE Contextos 2, Vida y obra de Gramsci, 27 3. Antropologia y cultura: algunas hipétesis, 53 ‘SEGUNDA PARTE Gramsci y la caltura 4, La cultura y a historia, 91 5. Lacultura subaltema, 119 6. Los intelectuales y la produecién dela cultura, 149 ‘TERCERA PARTE Gramsci y la antropologia 7. Gramsci 109, 185 Bibliogratia, 235 Indice elfabético, 243 Leer a Gramsci - Editor general: oseph A. Buttigieg Antonio Gramsci (1891-1937), poco conocido fuera de los cfrculos ‘comunistas en el momento de su muerte, es hoy uno de los te6ricos politicos y criticos culturales mas citados y traducidos del siglo xx. La primera Oleada de interés por Gramsci surgi a rafz de la publicacién en Italia de sus escritas de la cércel, empezando por la carta, apare- cidas en 1947, y siguiendo con los seis volmenes de 1a edici6n temé- tica de Ios cuadernos, el sltimo de los cuales fue publicado en 1951. En el lapso de unos pocos iis se escribieron cientos de articulos y de libros explicando, analizando y debatiendo el concepto de hegemonia de Gramsci, su visidn revisionista dela historia de Ia unificacién de {alia su versién antieconomicistay antidogmaética de la filosoffa mar- xista, su teoria del Fstado y de la sociedad civil, su erica literaria anfi-croceana, su imnovador enfoque del estudio de la cultura popular, sus extensas observaciones sobre el papel de Ios ntelectuales en Ia so- ciedad, y otros muchos aspectos de su pensamiento. Pese a los alos ‘ranseurridos desde su muerte, Gramsci se convirtié en algo més que ‘en. objeto de estudio desapasionado; la intensidad del debate en tor- no a su obra y las controversias, muchas veces acaloradas, acerca de sulegado tuvieron, y continéan teniendo, un profundo efecto en Ia cul- tura politica yen las politcas culturales de la Talia de la posguerra. ‘A finales de Tos aos sesenta y en los aflos setenta, el nombre y las ideas de Gramsci empezaron a circular cada vez con més frecuen- cia por toda Europa, América Latina y América del Norte (y, en me~ nor medida, en otras regiones). Las diversas cortientes asociadas all ceurocomunismo y a la enueva izquierda» asociadas ala ola de interés por el llamado «— y a la publicacién en Italia de la tedici6n eritica completa de los Quaderni del carcere por Valentino Gerratana (1975). La influencia'de Gramsci se incrementaria en los afios ochenta con la expansin de los estudios culturales, la creciente fascinacién por la cuestin del «poder» y el creciente interés de los estudiosos de diferentes disciplinas por las relaciones entre la cultura, la sociedad y Ja politica. El xipido declive del interés hacia el pensamiento marxis- ta tras los acontecimientos de 1989 no afect6 ala «suerte» de Grams- y abandonar las viejas tradiciones; sin embargo, ‘para otros la modernidad es un faso dios en cuyo nombre se abando- na la auténtica«tradicidn» y, por lo tanto, hay que volver & ella, Pero ‘muchos intelectuales y no intelectuales del Norte y del Sur estarfan de acuerdo en que interpretar e1 mundo contemporéneo supone com- prender esa oposicién basica entre Ia etradicisn» y la «modernidad>. En la antropologia, que siempre se ha enorgullecido de su interés por las descripciones que hacen las propias gentes de sa mundo, el hecho de que esta oposicién esté en boca de Ja misma gente que el antropé- logo pretende conocer tiende # legitimarla, Pera el hecho de que los ‘miembros de una Sociedad dada utilicen estas categorias en la elabo- racién de sus descripciones de su propio mundo ;significa necesa- riamente que esta es efectivamente la mejor manera de «nombrar» 1o que ocurre? Hay muchos elementos en Gramsci que pueden ayudar ‘hos como antropélogos a reflexionar sobre este tema concreto, En calidad de antrop6loga estoy convencida de que la disciplina hha acumulado experiencias y conocimientos importantes a lo largo de suhistoria, aunque algunas de esas experiencias sigan asociadas ale- zgados menos itles. En suma, si sugiero a los antropélogos una lectu- rade Gramsci es porque puede ayudarnos a librarnos de ciertos baga- jes instiles que acompaan, a menudo de forma sutil ¢ implcita, a Cconcepto antropoldgico de cultura, y también por evanto apunta for- ‘mas potencialmente productivas, a partir de nuestra experiencia como 4isciplina, de pensar la cultura y la clase, Gramsci nos sugiere, me- diante percepciones sugerentes ¥ a veces provocativas, eémo repen- sar todo el complejo dmbito de Ja cultura, la clase y la desigtaldad. El ‘valor del enfoque gramsciano reside, en primer lugar, en su reconoci- ‘miento de Ia realidad de unas desigualdades fundamentales y siste- itis y su rechazo de toda reduccionismio é¢ondmico, Y en segun- do lugar, en su insistencia en que hay que tomarse en setio la complejidad y la especificidad de los mundos culturales que habitan diferentes gentes —y examinar con seriedad las descripciones que ellos mismos hacen de esos mundos, Inodacsi6n Organizacién del libro Los dos captulos dela Prznera pate se dedican al contexto, En el cap ‘lo 2 se hace un esbozo dol vida de Gramsci se analiza larelacinen- tres vida y sus obras y a natraleza profundamente politica de 84 pro- yesto intelectual en Jos cuademos dela cércel. Gramsci, que escribe desde su celda tal vee puede parecer desvinculado de a vida politics ac- tiva; sin embargo, par lsu trabajo intelectual y sus escritos dela rel eran uaa manera de sepuirimmplicéndoseen los acontecimientos politicos de su 6poca. Mediante sus nots pretend ofecerunandlissriguroso de 1a desigualdad y de Ia injustcia que él eefainisociabe dela Tacha por la tansformacién socal: las sociedades slo pueden tranformarse si se ls conoce. El capitulo 3 se centraen el concepto de cultura en I an ttopologia. Pero también aviso que mi andlsis es sumamente parcial y limitado, Tan soo pretendo lama a stencién sobre algunos postlados acer dl cardter de la cultura y dels clrras,asociados al historia de la emergencia dela antropologia como discptina,y ue han desem- pefado un papel determinanteen la forma en que muchos antrop6log0s {aunque no todos) ban sbordado ls temas de cultura. ¥ aunque ee en- foque de los temas de culture por parte de los antrop6logos haya cam- biado en los limos as, y muchos afimarian que esos postulados pe tenecea al pasado dela dseiplina y no asuprctca actual yo creo que sabre el wabsjo de los antopélogoscontemporsneos siguen plneando fragmentos de esa antiguas concepciones dela cltra Los tes capftulos de la Segunda parte tratan de poner de mani- fiesto Ta nocién bien distinta de cultura que tene Gramsci y su indiso- ciabilidad de la nociGn de clas. ¥ para ello he intentado servieme, en la medida de lo posile, de las propas palabras de Gramsci, median- te a inclusién de extractosrlatvamente extensos de sus escrito; de hecho, los capitulos se pesentan como una especie de lecture comen- tada con citas de Gramsci organizadas teméticamente. Los te ees temiticas de los tes capftulos son: a cultura y I historias la cultura subaltema; y los inteleetwales y la produccién de cultura. To largo el libro, pero sobze todo en estos capitulos, he reducido deliberads- ‘mente a minim las nota apie de pépin, con la idea de mantener al lector centrado en lo que el propio Gramsci iene que decir y no en los comentarios y debates de los estudiosos de Gramsci. ¥ para que eee- {or fie su atencion en la idea de cultura del propio Gramsci, también 24, (rams, cals ysntoplogia he evitado al maximo en estos capitulos referinme alas diferencias que cexisten entre su enfoque y las concepciones de los antropdlogos al res- ‘pecto, dejando el tema para el capitulo final. Espero que con esta intro- ucei6n estracturada alos escritos de Gramsci, y una generosa exposi- cin de sus propios textos, el lector interesado, aunque no comulgue con algunas de mis lecturas de Gramsci, dé un paso més y lea las hoy ‘numerosas ediciones y antologias de sus obras actualmente disponi- bles.’ En Ia bibliografia se oftece una relacién completa. En el capitulo final analizo la utilizacién que han hecho los an- trop6logos de Gramsci, su aparici6n como interlocutor antropol6gico y el interesante rol de Marxismo y literatura de Williams en este pro- ‘ceso- Luego pss'wexaminar Ie teorizaciéa de la cultura y le clase en In obra de Brie Wolf, un antropGlogo decisive en el renovado interés {de la disciplina por la economia politica. Por timo, menciono la uti- lizacion reciente de Gramsci por parte de dos antropélogos, Matthew Gutmann y Roger Keesing. En el fondo, este capstulo no pretende sino proponer una reflexionar sobre el necesario acercamiento entre los antropélogos y este te6rico diftll pero también fascinante; es de- cir, mo conocer mejor a Gramsci y no sélo citalo ‘Termino esta introduccidn con algunos agradecimientos. Prime- 10 y ante todo quiero dar las gracias @ Joseph Buttigieg: fue él quien sugiris la idea de un libro sobre Gramsci y Ia antropologfa, y st apo- ‘yo ha sido decisivo en toda la gestaci6n del libro. Tanto él como Frank Rosengarten leyeron el manuscrito; sus profundos conoci- iientos de Gramsci y su obra me han sido de gran ayuda. Los antro- élogos Shisley Lindenbaum, Steven Stiffer, Michael Blim y Steven Caton también leyeron el manuscrito y me hicieron sugerencias muy tiles. Asimismo fueron de gran ayuda os comentarios de Bruce Knauft ¥ de oto lector, anénimo, que leyeron el mauscrito para la University ‘of California Press. La City University of New York me concedié una beca PSC-CUNY que me garantiz6 un tiempo preciaso pars trabajar en el proyecto. 5. _Aligual que muchos otros autores qo eszriben sobre Grams en inglés, me he basado en las tradacionsiglesas de lon esses de Grn. No queden apes cx xitos de Gramsci qu esta tradacios al igles ara auellos tres ineresos nlos debates ittianos sobre Gramsci, tay una serie de volimeaes endo por Mie ‘James (2201), em Routledge, que olvce una arpa slecsin de ensayo oe ao. res itaianosantrionnente a tatacios sobre Gramsci PRIMERA PARTE CONTEXTOS 2. Vida y obra de Gramsci No ereo que sea diffcil encontrar magnificas fSrmulas part le vida, ‘ero es diffi vivir (PLE, p. 33). ste capftlo esboza algunos de los principales perfiles del passe politica intelectual que enmarcan la vida y la obra de Grams. Gramsci, como todos los teérics, fue el producto de un impo y de tn espacio eonrets; sus esrios son idisociables de ese momen- to isrico. Sisu obra ba de ser relevant sl para los entropslogos ‘que estadian dstintos tiempos y espacos, es preciso deseredar al gunos hilos y analizar su relacién con el contexto intelectual y politi- 0 en que viv y trabajs.Tambign es importante malizar qué clase de teérico-era y Ia forma que adoptaron sus escritos. Por ejemplo, {por que son ten fragmentaros los cuadernos del ice? Se debis Simplemente alas Tinitaciones que suponfaesriiros en uns cécel fascistao habia razones més profundas relacionadas con el cardeter desu proyecto inteleesal? Pero empecemos con un breve relato dest ida" y del Inger que ocupaen la historia italiana. 1 ars quienes desen uns expliccigo mis completa exsten ues biogralias ex ‘bases de Gramsci, ade Giuseppe Fon (1965), la de Alastair Davidson 1977) Is de Dante Germino (1990), La de For, Anonio Gram Life of = Revluionary. ‘rier eicin Illna en 1963, os una ca saclabasaa sbeetodo en 1s 16= fuerdos de quienes coneieron a Gramsci. La de Davidson, Anion Gramsci: To- ‘wards an Iellectaal Biography, explora con gran detalle a evelacon inlet y polls de Grams su agar en la stor det comanismo aliano Tnloe abi ‘relat de a infancin de Grams en Cerda libro de Getino, Aono Grams (L Arhitet of New Poly, tas sobre todo de joven Gracy det xe5 a teriors as enarslamients, oa eC «Tiempos de hierro y de fuego» Cuando escribe a su madre poco después desu aresto, Gramsci dice aque el hecho de haber conocido la pobreza y Ie vida dura de nto, como era su caso, tenfa sin duda sus ventjas. Tema que las cémodas circunstancias que envolvfan la vida de su sobrina, Edmea, podtan acabar (PLI, p. 84). Si bien los cuadernos de la cércel analizan muchos otros temas, y el estudio de Pirandello nunca legé ‘materializarse, en todos los cuadernos aflora un interés por wel espf- ‘itu creativo del pueblo», esto es, por el modo en que el pueblo italia- no (los intelectuales y la masa del pueblo), en diferentes momentos y lugares, ha entendido e imaginado las circunstancias en que viven, {el papel de esos imaginarios en la historia italiana. ‘Lo que Gramsci plantea en este esbozo preliminar de sus estudios fen Ja creel es de hecho y sobre todo un proyecto cultural, siempre y cuando entendamos Ja cultura en un sentido amplio. El interés de Gramsci por las cuestiones culturales esté presente incluso en sus pri- rmexos eseritos. Segin Buttigieg, el interés del grupo de L’Ordine Nuo- +o por Ios asuntos culturales (recuérdese que L’Ordine Nuove se auto- definfa como «Revista de Culmura Socialista») se debia en gran medida la influencia de Gramsci, En varios capitalos analizo el concepto de cultura y algunos de sus muchos y distintos significados, y examino el ‘uso que hace Gramsci de este complejo y resbaladizo concepto, Pero an- tes es preciso hacerse una ides dela clase de pensador que era Gramsci, y de su manera de abordar las cuestiones que més le interesaban. ‘Un buen punto de partida es el interés de Gramsci por hacer algo sr ewig». {No es extraio que este comprometido militant politico 44._eLaexpesienci en ln que se basa losfla del pris no ae paste exquemst- 2a esTaistoria en tos 9 ia vrieday mulpised> (SPN, p. 128) SP Se ana ncaa potas describa, aunque sea entre comillas, sus planes de estudio sirviéndo- se de la nociGn de Goethe de investigacién desinteresada y «fir ‘ewig? Lo que aquf resulta relevante es la profunda conviccién de ‘Gramsci de que por mucho que un te6rico desee romper con el pasa- 4do y con las Viejas ideas y los viejos lenguajes, 1o nuevo es siempre ‘una respuesta al pasedo y sigue vinculado al pasado. Paradéjicamen- te, Io nuevo, por muy revolecionario que sea, debe expresarse (8 ll ‘quire ser inttigibe), al menos inicialmente, a través del lenguaje y ‘de los conceptos existentes, Gramsci, siempre atento a que sus i faerarraccetibles, solfa adoptar la estrategia de valerse de un término existente para forzar al méximo e incluso subvertir su significado, Gramsei, por asf decir, «limpia de broza el lenguaje>, para recrear tna de las metéforas de Walter Benjamin.’ De un modo ms irénico aunque similar, utiliza deliberadamente una expresion de Goethe, ‘dr ewig», repleta de asociaciones con el idealismo alemén que Gramsci, como Marx, rechazaba, y le dala vuelta de tal forma que, de hecho, euestiona la posibilidad misma de un estudio noble y desinte- resado mAs alld del contaminado mundo de la politica: Pero con la expresin «flr ewig Gramsci también Mama la atencién sobre una important distincidn entre sus escrtos periodts- ticos anteriores a su encarcelamiento, segtn é escritos «para el come le dice a Tatiana en otra carta posterior PLIL,p. 66), y sus es- tudios més profundos, exhaustivos. La diferencia estaba entre eseri- bir articulos a menudo polémicos en el contexto de las luchas del dia 1 dia en el seno del partido socialista, lego el partido comunista, arn- ‘os divididos por las discusiones casi siempre ida sobre la estrate- gia y la téctica, y la indagacién, menos perentoria, de temas desde ‘una perspectiva més amplia y en general més «erudita» propiciada ‘por su aislamiento en la prisiGn.* Gramsci siempre fue muy conscien- te de a gran diferencia existente entre el andlisis que busca un mejor ‘conocimiento fundamental, to6rico de las realidades politica, soci les y econdmicas (a menudo del pasado, lo cual permite el Iujo de la retrospecciéa), basada.en.unarigntnsa investigncin el anliss es- 5. Anne Showstack Sassoon examin manera aro interesante este aspect de ls sue eatin de Grameen eGramos Subveeson of te Language of Pol toss (Sassoon, 200) fo Vease PN pp. 211, pra el anlisis de Bugg do acre donde figura el fur gs 3.6 ontecas tratégico que requiere el mundo mucho més cadtico de la politics co- ‘diana, Para él, estas dos formas de andlisis son igualmente necesa- igs. Lo que importa sobre todo es comprender las formas de interac- tales andlisis no pueden ai deben convertrseen un fin en s{ mismo (2 menos que se eseribe un capitulo de historia del pasado) y que ad- ‘quieren un significado slo en cuanto sirven para jusificar una eccién prictca, una inieiativa de voluntad. Ells muestra cules son los pan {os de menor resistencia donde la fuerza de Ia voluntad puede aplicar se de manera més frucifera, sugieren las operaciones técticas inme- datas, indican cémo se puede lanzar mejor una campaiia de agitacién politica, qué lenguaje ser el mejor comprendido por las multitudes, {ete (SPN, p. 185) En otras palabras, el andiss «ftir ewigy que Gramsci, el militate ‘omprometido, tenfa en mente era importante en la medida en que po- 4a arojar Iz sobre las lucha politcascontemporsneas, pero aun- ave podiasugerirestrategias politica, no pod proporconarningin “2__ se de respuesaspredeterminadas. En este sentido es distant y«de- 25 sinteresado 83 Silas ideas iicales de Gramsci sobre sus estudios onl coe 4 enftiza os temas de cultura en un sentido ampli, el significado de cultura en Gramsci hay que entendero en un marco marxista, Para "5 Gramsci, a ultra y le clase hunden sus rafces en las props rela- sions basics de poder Tl como tatré de demostrar, el marxismo > «Grassi puede ser un marxismo sumamente flexible que poco 0 = nada tene que ver con los rgidos dogmas que caracterizaran el esta- linismo de la Union Sovitiea, pero aun ates importante subrayar 73 que Gramsci consideraba su proyecto intelectual de os cuademos-de & Ineétee! arrizado-en.el:marsismo, igual que siracividad-potticean- .& 8. de samesto-Para Gramsci ers un axioma, por ejemplo, que el smotor de la dinémica de Ie historia son las relaciones econsnsicas * tundamentales de la sociedad, a as que Mars denomins base o infa- {estractura, No esque viera en ells una simple relacion cas-efecto ‘enue la estroctura evondmicay las reaidades sociales concreta que se desarolan en sociedades concretss en momentos conceetos. Para ‘vida y obra de Gramsci Gramsci, c] problema que habia que estudiar era precisamente la pro- pia relaciéa, y Ia progunta fundamental es, a su juicio, «cdmo suxge-el movimiento hist6rico en la base estructural? .. Este es el quid de to- (das Tas preguntas que Se han planteado en tomo a la filosofia de la praxis» (SPN, pp. 431-432). La filosoffa de la préxis es el término ‘que Gramsci suele utiliza en sus cuadernos de Ia céreel para referir~ seal marxismo, Adopts el término de Antonio Labriola (1843-1904), ‘uno de los primeros y ms originales estudiosos del marxismno cuya dobre tuvo tun considerable impacto en el marxismo de Gramsci, ‘Gramsci utilizaba diversos circunloguios para no levantar las sospe~ cchas de los censores de la creel que lefan todo cuanto él escribfa —para referirse, por ejemplo, a Lenin (cuyo nombre completo era Viadimir Hich Lenin) hablaba de Hich—-, y el término filosoffa de 1a praxis se ha interpretado a menudo como uno de ellos. Pero esta hi- ptesis ha sido drésticamente rechazada por algunos estudiosos sgramscianos que afirman que en realidad describe con precisiGn su forma de entender el marxismo.”Es indudable que, aunque Gramsci apenas tuvo acceso directo @ las obras de Marx desde la cércel, Marx, esté presente en todos los euademas. Las Tesis sobre Feuerbach, Ele ‘manifiesto comunista, la Contribucién a la critica de la economia po-S_ lirica y La Sagrada Familia fueron, al parecer, especialmente impor- ‘antes para Gramsci ‘Si bien Gramsci consideraba las relaciones econdmicas bisicas

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