Está en la página 1de 3

Una pareja con ética dispareja

Al leer el relato de génesis 38, podemos ver una compleja historia familiar. Tenemos
a un hombre, Judá, hijo de Jacob, que vivía en la tierra de Canaán; una tierra que
por cierto es guiada por una ética teológica, basada en una deidad que tiene como
moral más elevada las palabras dichas hacia la misma deidad o los semejantes
traducidas en acciones las cuales comienzan con las intenciones del corazón o la
mente. Pero Judá no siempre vivió con su padre y vivió en las tierras de Hirá una
tierra pagana que mantenía una. Ahí se casó y tuvo 3 hijos. Al mayor de ellos lo
casó con otra mujer cananea llamada Tamar, pero como era malo, el Dios de Judá
le dio muerte (Génesis). De acuerdo con la costumbre de ese entonces, el cuñado
de Tamar debía casarse con la viuda para mantener el linaje de su hermano; esto
era conocido según la ley del levirato ya que la viuda no podía volver a casarse con
otra familia que no fuese la primera; si el cuñado no obedecía tal indicación entonces
tenía un juicio ético de la época en el cual podía ser liberado de la ley aunque con
un juicio moral marcado (Deuteronomio). Por esas razones Tamar se casó con el
segundo hijo de Judá, más este no quiso darle hijos así que Dios también lo mató
(Génesis). Para ese entonces Tamar se encontraba en una complicada situación,
sin tener marido ni descendencia económicamente era moralmente juzgada en una
dimensión social como una mujer desdichada. La muerte de sus dos hijos provocó
en Judá la determinación de que sus hijos se casaron con Tamar y por
consecuencia murieron, llevándolo a pesar en que si le daba a su tercer hijo, este
probablemente moriría, entonces tomó una decisión. Judá que hasta ese entonces
había sido guiado por las leyes morales y costumbres, comenzó a presentar una
ética de tipo axiológica en la cual el bien se entiende como un valor moral guiado
por la emoción del sujeto y la cognición, es decir, de acuerdo al tipo de sentimiento
que se le entrega a una situación se le agrega un valor que forma parte de una
jerarquía y determina las acciones (Figueroa de Fatra, 2005) (Scheler, Hildebrand,
& Reiner), Por lo que Judá decidió no cumplir con la Ley del levirato para que su
hijo no muriese y a su nuera le prometió una boda en un futuro que jamás llegaría
según sus intenciones. Pasó el tiempo y Tamar se dio cuenta que Judá no tenía
intención de cumplir con su promesa, y debía tomar una decisión; según las
costumbres de Asiria y los hititas, mencionaba que de no existir un hermano
disponible para cumplir con la ley del levirato el padre del difunto podía cumplirla
(Comentario Biblico Adventista, 1957). Por lo que Tamar decidió tomar el
positivismo ético, en el cual se destaca una libre elección donde no existe lo bueno
ni lo malo, sino que la moralidad es guiada por el determinismo psicológico
voluntario positivo mostrando una ética utens (Jiménez Cano, 2009). Entonces
decide hacerse pasar por prostituta y engaña a Judá el cual tiene relaciones con
ella sin saber su identidad a la cual le entrega su sello con el respectivo cordón y su
báculo. La historia finaliza cuando Judá descubre que Tamar está embarazada
siendo que no tenía familia y estaba prohibido tener relaciones fuera del matrimonio,
y de acuerdo a los juicios morales de la época se decide a quemarla por adulterio;
sin embargo cuando llegaron frene a la chica, esta se defendió al revelar la
verdadera identidad del padre de su hijo. Y Judá menciona frente a esta situación
que Tamar actuó con más justicia que él. El formalismo ético explica que el énfasis
en el accionar humano está más allá del lenguaje o el contenido moral, sino en la
forma en la que son realizadas. Tamar y Judá comprendieron este concepto de mala
manera; por muy buenas intenciones que tenían tanto para protegerse a sí mismos
(Tamar) o proteger a otros (Judá), los dos enfrentaron la ética deontológica de la
igual de condiciones y acciones, donde tanto las decisiones como el accionar tienen
como fin un principio superior. Sin embargo quien tuvo mayor conciencia moral y
psicológica fue Judá, debido a que no cumplió con la ley moral de su pueblo y cultura
y tampoco respetó la promesa realiza fallando en la ética teológica instalada por
Dios teniendo en consideración sus actos como voluntarios con consecuencias in-
directas. Tamar por otra parte, obedeció la ley moral de su pueblo y obedeció a la
ética con la que se crio siendo fiel a sus actos voluntarios… por eso fue más justa.

Francesca García Sáez

Estudiante Psicología 3º año, UnACh


Referencias
Deuteronomio. (1997). En Santa Biblia (RVR, Trad.). Sociedad Biblica Internacional.

Figueroa de Fatra, L. (2005). La dimensión Ético-axiológica: configuradora de sujetos sociales.


Reencuentro(43). Obtenido de http://www.redalyc.org/pdf/340/34004302.pdf

Génesis. (1977). En Santa Biblia. Miami: Sociedad biblica Internacional.

Jiménez Cano, R. (2009). Positivismo ideológico e ideología positivista en Norberto Bobbio:


precursor del positivismo ético. (7). Obtenido de https://e-
archivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/6496/positivismo_jimenez_wp_2009.pdf

Milian L. Andreasen, L. L. (1957). Comentario Biblico Adventista (Vol. 1). Asociacion Casa Editora
Sudamericana.

Scheler, Hildebrand, & Reiner. (s.f.). Obtenido de


https://filosevilla2012.files.wordpress.com/2013/02/c3a9tica-de-los-valores-scheler-
hildebrand-y-reiner.pdf

También podría gustarte