Los pingüinos son excelentes nadadores, que suelen alcanzar una velocidad de más de12 kilómetros por

hora, en dependencia de la especie. Estas aves dan saltos, de varios metros, por encima del agua para
poder respirar, alcanzar alguna roca, y evadir ataques de depredadores.

De tal forma, las alas de los pingüinos son importantes para su sobrevivencia, pues la fortaleza de sus
huesos las convierte en aletas ideales para nadar a gran velocidad. El tiempo de inmersión de esta ave
marina depende de la especie, siendo el pingüino Emperador el que más tiempo puede sumergirse, al
contener la respiración por 18 minutos.

A diferencia de esta facilidad para desplazarse en el mar, los pingüinos poseen un torpe andar en tierra
firme, y para mantener su equilibrio deben desplegar sus aletas. Debido a su lentitud, descienden las
montañas de nieve deslizándose sobre sus estómagos. Y es que las patas de esta especie están ubicadas
muy atrás en el cuerpo, lo cual dificulta su movimiento en tierra; al tiempo que funcionan como timones
bajo el agua.

Las reservas de oxígeno de los pingüinos no se encuentran en los pulmones, como generalmente ocurre
en el reino animal, sino en toda su musculatura. Esto tiene lugar debido a las altas cantidades de
mioglobina, una proteína encargada de almacenar y transportar oxígeno, que poseen.

La adaptación de los pingüinos a los hábitats donde vive se produce gracias al calor corporal que le
generan tres capas de plumaje, una gruesa capa de grasa, y un sistema de vasos sanguíneos dentro de
patas y aletas.

Los pingüinos presentan un pico alargado y córneo, de color negro con algo de amarillo. No obstante,
esta característica varía según la especie, el ejemplar y la edad.

Asimismo, son aves marinas sociables por lo que suelen vivir en colonias, las cuales aumentarán sus
miembros durante la nidificación. Antes de esta fase, los pingüinos realizan un cortejo, en el cual, el
macho llama la atención de la hembra inflando su pecho, y estirando la cabeza hacia atrás, mientras
mueve las alas y emite sonidos similares a rebuznos.

Para la construcción de sus nidos, estas aves utilizan ramas, hojas y piedras. Asimismo, algunos
ejemplares suelen esconderlos subterráneamente mientras otros los mantienen visibles.

Exceptuando a los pingüinos emperador y rey, estas aves ponen entre dos o tres huevos blancos y
redondeados. En esta especie, tanto la hembra como el macho incuban los huevos durante 62 días (este
período depende de la especie), y alimentan a los pichones