Está en la página 1de 1

Salir empujado por la soledad a veces trae buenos resultados.

Me parece normal encontrar la


salida del hastío, de la cotidianeidad. Cuando las cuatro paredes de mi habitación ya no son
suficientes como paisaje, y mi sexo se yergue durante horas esperando un culo o una boca en
donde descargarse, justo en ese momento es cuando tengo que salir de este autoexilio al que me
entrego en mi habitación. Un baño, calzones bonitos, y si se puede, sexys, actitud positiva, mochila
con libro por si el intento falla, y mucha valentía, sobre todo eso, respirar hondo para que haya el
menos miedo posible al encontrarme con el desconocido.

Esa tarde así salí, lo decidí. Me fumé un porro y salí guapísimo a la calle, primero, un café,
Starbucks Amberes, obviamente, junto con toda la putería de Zona Rosa sentados bebiendo su
bebida unicornio <3. Bebí mi espresso americano mientras leía La muerte me da, de Cristina Rivera
Garza, con la presencia de Pizarniik acompañándolo todo

También podría gustarte