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Conocimiento de la actividad

volcánica
El conocimiento de la actividad volcánica de la zona permite determinar
las características de las erupciones futuras. Para ello, se
estudian las erupciones ocurridas en el pasado desde una óptica
multidisciplinar (geología, geofísica, geomorfología, historia, etc.),
que nos proporcionan la base del conocimiento sobre el estado
actual del volcán y su comportamiento futuro. Con esta información
se elaboran los mapas de peligrosidad y riesgo, que incluyen
diferentes parámetros y que tienen en cuenta la probabilidad de
que ocurra un fenómeno y los daños que puede ocasionar.

Sistema permanente de
vigilancia
El sistema de vigilancia será el adecuado a las características de la
actividad volcánica presente en la zona, incorporando nuevos instrumentos
y técnicas en función del incremento de la actividad y del
riesgo. Debe determinar el nivel de actividad del volcán para permitir
a las autoridades la gestión de la crisis e informar a la población a
través de los diferentes niveles del semáforo.

Riesgos:

 Directos.

-Coladas de lava. El riesgo aumenta con la viscosidad de la


lava (más difícil de canalizar).

-Caída de piroclastos (partículas sólidas): cenizas, lapilli y


bombas. Se da en vulcanismo explosivo. El riesgo aumenta
con la acidez (contenido en sílice).

-Gases tóxicos.

-Explosiones freatomagnéticas. El agua entra en contacto


con el magma (acuíferos, mar...). Elevación de la presión de
gases.

-Nubes ardientes. En magmas muy viscosos (con más de un


50% de sílice). Cenizas y gases a elevada temperatura que se
desplazan a gran velocidad por las laderas del volcán. Si hay
una descompresión brusca de los gases, las erupciones son
más peligrosas.

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