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Exposición de motivos
Las leyes adjetivas precedentes,
la crisis del Código de Procedimiento Penal, el colapso de la justicia penal
y la construcción del Código Procesal Penal Acusatorio Equilibrado
En 1832, el Mariscal Andrés de Santa Cruz dictó el “Código de Procederes Santa Cruz”, cuerpo
de reglas procesales que comprendía las materias penal y civil; de la misma forma, el 2 de junio
1843 se promulgaron las “Leyes de Enjuiciamiento Ballivián”, cuerpo adjetivo que también abarcaba
ambas materias. El 8 de febrero 1858, la “Ley Procesal Penal” constituyó una reforma más profunda,
separando definitivamente la legislación penal de la civil.
Por problemas en la aplicación del Código de 1973 (Código Bánzer) y críticas al sistema de justicia
penal, fue necesario introducir modificaciones a ese cuerpo procesal, destacándose la Ley Nº
1602, del 15 de diciembre de 1994, de Abolición de Prisión y Apremio Corporal por Obligaciones
Patrimoniales –que constituyó una evolución en materia de derechos humanos- y la Ley Nº 1685,
del 02 de febrero de 1996, de Fianza Juratoria Contra la Retardación de Justicia Penal –que planteó
resolver el problema de la retardación de justicia y la situación del hacinamiento en las cárceles.
El modelo inquisitivo, ya denostado y anacrónico fue reemplazado por la Ley N° 1970, del 31 de
mayo de 1999, del Código de Procedimiento Penal, estableciendo un modelo acusatorio y oral con
una nueva estructura de juzgados de materia penal, determinando sus atribuciones y competencias e
introduciendo la participación ciudadana en la conformación de tribunales, a través de la incorporación
de los jueces ciudadanos (no letrados en Derecho).
Dicho Código acusatorio estableció un periodo de liquidación para que el modelo inquisitivo concluya
con las causas ya iniciadas con esa misma norma, de acuerdo a la ley procesal anterior. De acuerdo
a la Disposición Transitoria Tercera de la Ley Nº 1970, las causas del antiguo sistema debieron
concluir a los cinco (5) años de su publicación, es decir el 31 de mayo de 2004.
Ante la imposibilidad de la culminación del periodo de liquidación planteado, esa disposición fue
modificada por el Artículo Único de la Ley Nº 2683, del 12 de mayo de 2004 que estableció que esas
causas continuarían tramitándose “hasta su conclusión”. Tal disposición ya dejaba en evidencia el
problema de la mora procesal que existe en Bolivia y lo vulnerables que son las normas formalistas,
diagnosticando que los procesos del antiguo sistema no iban a concluir oportunamente.
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Así, al presente, en Bolivia se encuentran en vigencia dos Códigos de Procedimiento Penal que
corresponden a dos modelos diferentes, uno de manera transitoria, pero extendida. La Ley Nº 1970,
fue objeto de diferentes modificaciones, tales como:
La Ley Nº 2175, del 13 de febrero de 2001, Orgánica del Ministerio Público; la Ley Nº 2494, del 4 de
agosto de 2003, del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana; la Ley Nº 2683, del 12 de mayo de
2004; la Ley Nº 004, del 31 de marzo de 2010, de Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito
e Investigación de Fortunas “Marcelo Quiroga Santa Cruz”; la Ley Nº 007, del 18 de mayo de 2010,
Ley de Modificaciones al Sistema Normativo Penal; la Ley Nº 045, del 08 de octubre de 2010, Ley
Contra el Racismo y toda forma de Discriminación; y la Ley Nº 348, del 9 marzo de 2013, Integral para
Garantizar a las Mujeres un Vida Libre de Violencia.
La carga procesal remanente de cada gestión se fue acumulando hasta el colapso, desde los primeros
años de vigencia de la Ley Nº 1970, con recursos incapaces de enfrentar la carga acumulada,
de manera que, a diciembre de 2012, todas las causas penales acumuladas eran atendidas en
cuatrocientos nueve (409) juzgados y tribunales de materia penal, por setecientos cincuenta y cuatro
(754) jueces. Consiguientemente, la duración de los procesos penales se encuentra en conflicto con
la razonabilidad, el índice de procesos concluidos dista del deseable, existen procesos maliciosos,
así como carga ociosa o sin movimiento ni conclusión.
La falta de credibilidad de la sociedad en el sistema de justicia penal está relacionada con vicios
y debilidades de sus operadores, entre ellas la corrupción, el insuficiente número de jueces,
investigadores y fiscales, y la limitada infraestructura para la dotación de nuevos juzgados y oficinas
del Ministerio Público. Al respecto, las posteriores modificaciones que se hicieron a la Ley Nº 1970,
sumadas a las que se hicieron en materia sustantiva, no aportaron a la solución de un problema que
se agrava con la escasez de recursos que tiene el Estado para la generación de políticas integrales
de prevención, sino que se orientaron a la persecución criminal y al endurecimiento del régimen de
las medidas cautelares.
La Ley Nº 1970 no pudo cumplir con su pretensión de lograr una justicia eficaz, reportando, a pocos
años de su vigencia, cifras iguales a las que estuvo llamada a resolver, pese a estar precedida
de la Ley de Abolición de Prisión y Apremio Corporal por Obligaciones Patrimoniales y la Ley de
Indulto para Menores y Ancianos Presos, que descongestionaron las cárceles de Bolivia y tuvieron
el propósito de atenuar las graves consecuencias de la retardación de justicia y las deficiencias del
sistema, incluido el régimen penitenciario.
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Los diagnósticos realizados sobre las debilidades procesales e identificaciones de institutos jurídicos
en crisis, respecto del código adjetivo penal, reportaban tendencias sobre problemas que no podrían
resolverse en el corto plazo, siendo necesaria la supresión de ritualismos que terminan privilegiando
la forma como un fin en sí mismo, en pos de una justicia pronta y oportuna.
Resulta paradójico que el antiguo código de procedimiento penal (inquisitivo) haya reportado datos de
mayor eficacia, toda vez que el año 2000 reporta con dos mil setecientas treinta y seis (2.736) causas
resueltas, a diferencia de la aplicación de la Ley Nº 1970 que el año 2001 reportó mil ochocientos
treinta (1.830) casos resueltos y que tuvo su pico más alto de eficiencia el año 2008 con dos mil
ciento noventa y tres (2.193) causas concluidas, siendo que más bien el número de causas resueltas
por año, a partir del año 2004 (año en el que se iniciaron los juicios orales) se esperaba que ese
número sea mucho más alto, toda vez que tiene relación con el crecimiento poblacional.
Las estadísticas del colapso de las cárceles expusieron el fracaso de un Código de Procedimiento
Penal, basado en el Código Modelo para Iberoamérica, que diseño una justicia lenta y formalista, que
terminó generando altos índices de mora procesal, así como abarrotando de causas sin resolver a los
juzgados y tribunales del país, hacia un colapso progresivo.
Fue así que la comisión codificadora procesal Penal pensó construir un Código Procesal Penal
Acusatorio Equilibrado, que rebata y revoluciones los diferentes institutos del sistema de justicia
penal.
En tanto, que el proceso se encuentra referido a un todo unitario, orgánico y sistémico, una estructura
jurídico institucional que delinea y delimita los cauces fundamentales en que se van a desarrollar los
procedimientos; bajo esta lógica, el proceso constituye la sustancia y el fondo en que se expresa la
normativa penal adjetiva, en tanto que el procedimiento es la forma externa en que se manifiesta y
materializa dicha estructura orgánica, y está definido por sus principios, fines y naturaleza sustancial
que se resume en el ejercicio de la acción punitiva estatal para la investigación y juzgamiento de un
hecho delictivo.
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Los procedimientos pueden ser varios de acuerdo a la tipología que adoptan los actos procesales,
tal es el caso del procedimiento ordinario común, de los procedimientos inmediatos para delitos
flagrantes, de investigación concentrada y, el procedimiento inmediato para delitos de menor
gravedad, el procedimiento abreviado, el de acción privada, los procedimientos para casos de
violencia contra la mujer, e incluso el procedimiento contravencional que ejercerán los Juzgados
Contravencionales referidos en la Ley de Organización Judicial.
El contenido del Código Procesal Penal del Estado Plurinacional, de modelo acusatorio equilibrado,
abarca no sólo los procedimientos establecidos para el ejercicio de la acción penal, sino también
los principios y garantías inherentes al proceso penal en sentido estricto. En virtud a estas
consideraciones, corresponde el denominativo de “Código Procesal Penal”, en el entendido que
regula el régimen de los procedimientos y se extiende de manera general a regular los principios y
desarrollar el ejercicio de las garantías que rigen la actividad procesal penal, incluyendo disposiciones
orgánicas y estructurales que responden a un sistema.
Es así que la primera parte del Código contiene disposiciones que se inscriben en el marco del
derecho procesal penal en sentido técnico, están referidas a principios, garantías, competencias
orgánicas y estructurales, aplicables a determinados procedimientos; en tanto que la regulación
referida de modo estricto a los procedimientos se encuentra inserta en la segunda parte, donde se
establecen las normas referidas al procedimiento ordinario, al juicio oral, las variantes al procedimiento
común, determinando la forma de su tramitación en las distintas instancias, desde el primer acto de
la investigación, pasando por los recursos hasta la ejecución penal.
Por último, debe mencionarse que bajo estas premisas, gran parte de los códigos latinoamericanos
de la materia llevan el denominativo de “código procesal penal” y no de “procedimiento penal”; tal
el caso, de la legislación chilena, la paraguaya o la venezolana, entre otras. Esta misma forma de
denominación se encuentra en concordancia con la utilizada por el Código Procesal Constitucional y
el Código Procesal Civil, formando parte de los Códigos de una nueva época, la tercera de la historia
de Bolivia, la de los Códigos Morales.
Los códigos procesales penales acusatorios, generalmente no constituyen un sistema puro sino
mixto, estableciendo una estructura para el procedimiento común, resguardando los principios y las
garantías constitucionales, determinando las funciones, las competencias y atribuciones de jueces y
fiscales, donde las autoridades judiciales dejan de ser quienes promueven la persecución penal para
asumir el rol de juez de garantías, controlando que en la investigación no se vulneren los derechos
fundamentales de las partes; es decir, pasa a ser el contralor de la investigación. A su vez, el fiscal se
constituye en el acusador estatal, ejerciendo la acción penal pública, dirigiendo y controlando a los
organismos policiales que cumplen funciones de policía judicial.
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entre la búsqueda de la eficiencia y la salvaguarda de los derechos y garantías, se constituye en la
síntesis que busca cumplir eficazmente las tareas de defensa social, sin abdicar del resguardo de
los derechos y garantías de la persona denunciada o procesada, ubicando bajo esa concepción a
los códigos procesales de República Dominicana de 1984, Costa Rica de 1996, Paraguay de 1998 y
Bolivia de 1999, entre otros.
Así, la etapa preparatoria, establecida en la Ley Nº 1970, estaría integrada por tres fases: 1) Actos
iniciales; 2) desarrollo de la etapa preparatoria y, 3) conclusión de la etapa preparatoria. Asimismo,
señaló que aunque el Código no lo diga taxativamente, el proceso penal se inicia con la imputación
formal, a partir de la cual corre el término de los seis (6) meses establecidos para la duración de la
etapa preparatoria, modulando el cómputo de ésta a partir de que la Jueza o el Juez de Instrucción
pone en conocimiento dicha imputación a la última de las personas procesadas.
Este entendimiento fue positivado con la modificación que se hizo al Artículo 134 de la Ley Nº 1970
con la Ley Nº 007 de 18 de mayo de 2010, Ley de Modificaciones al Sistema Normativo Penal.
Finalmente, la Sentencia Constitucional 1036/2002-R señaló que la Fiscalía está impelida a
presentar la imputación formal en un plazo que debe ser fijado por la autoridad judicial, atendiendo
la complejidad del asunto; sin embargo, en los casos que la autoridad fiscal no lo haga en un plazo
razonable, por principio de igualdad, contradictoriamente llegó al extremo de “establecer” que la
Fiscalía no podría emitir acusación de manera simultánea a la imputación formal o próxima a ésta.
Lamentablemente, la inactividad de las partes en el diseño del Código de Procedimiento Penal fue
desnaturalizando el contenido (actos iniciales) y duración (5 días, modificados a 20 días) de la fase
preliminar, remitiendo su duración al establecido para la etapa preparatoria (6 meses), descuidando
que ese tiempo era el máximo establecido para que el Ministerio Público emitiera un requerimiento
conclusivo (acusación, salida alternativa, sobreseimiento), situación sobre la cual no se había
establecido un plazo de ampliación para casos complejos.
De esta lección, cabe sostener que la norma debe posibilitar la eficacia de la investigación (colección
de indicios suficientes y posterior preparación del juicio o solución del conflicto) y el ejercicio del
derecho a la igualdad de armas a las partes en un tiempo razonable, dentro del cual pueda ejercerse
el derecho a la defensa y producirse los elementos de defensa, siendo tan importante la fase
preliminar, que requiere de un tiempo prudente a fin de que se realicen los actos iniciales, así como
la previsión de un tiempo razonable para la conclusión de la etapa preparatoria.
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La aludida jurisprudencia constitucional dejó ver los problemas que puede acarrear la falta de
diligencia en las investigaciones o la pasividad del Ministerio Público en la dirección funcional de
la investigación, denotándose la desnaturalización de lo que es la realización de actos iniciales o
colección de los indicios suficientes, que se confundió con la conclusión de una investigación para
llegar a una imputación.
Las estadísticas refieren que, al año 2013, el Ministerio Público tiene causas sin movimiento desde
el año 2006, las que cuentan con simple informe de inicio de investigación a la Jueza o al Juez
de Instrucción y se encuentran sin imputación, las cuales de acuerdo a la norma debían merecer
imputación o rechazo a los 5 o a los 20 días, otras que se quedaron con imputación, y finalmente
otras sobre las que se emitió resolución de rechazo o sobreseimiento y ésta no se notificó a la víctima.
La etapa del juicio constituye la fase más trascendental del proceso penal, que se realiza sobre la base
de la acusación, en forma oral, contradictoria, pública y continua, para lo cual deben establecerse
los mecanismos que permitan un auténtico debate entre las hipótesis de acusación y defensa,
con plenitud de cumplimiento de los principios de oralidad, publicidad, inmediación, continuidad y
concentración.
El sistema acusatorio que propuso la Ley Nº 1970, y peor aún su reforma en la Ley Nº 007, no pudo
lograr que el diseño de juicio oral que planteó, plasme sus principios de continuidad, inmediación,
concentración, celeridad y economía procesal, no reflejando haber aprovechado el conocimiento
y la experiencia acumulada en el Derecho interno como en las de otros países de la región, más
que adoptando los contenidos de la reforma a la Ordenanza Procesal Penal Alemana, el Código de
Procedimiento Penal de la Provincia de Córdoba, el Código de Procedimiento Penal de Costa Rica,
el Código de Procedimiento Penal Italiano, el Código Procesal Penal de Guatemala, el Anteproyecto
de Código Procesal del Paraguay, el Anteproyecto de Código de Procedimiento Penal de El Salvador
y el Anteproyecto de Código de Procedimiento Penal de Chile.
Desarrollando una regulación pródiga en formalismos que desnaturalizaron el debido proceso, lejos
de lograr un texto expedito que permita lograr una justicia eficaz en un tiempo razonable, cual es el
mandato del nuevo Código Procesal Penal, bajo la filosofía de desarrollar los principios procesales
en cada etapa y determinar los procedimientos para los diferentes grupos de causas, en el marco de
los mandatos y lineamientos constitucionales.
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La reforma realizada a través de la Ley Nº 007, constituyó un total contrasentido al incorporar la
“audiencia conclusiva”, que terminó constituyendo una fase en la que se truncaron miles de procesos,
lejos de favorecer al trámite más expedito de los juicios y a su eficacia. La positivación que hizo del
entendido jurisprudencia de la citada Sentencia Constitucional 1036/2002-R, así como de la 101/2004
de 14 de septiembre, en la modificación al del Artículo 134 del Código de Procedimiento Penal,
estableciendo que para el control de la etapa preparatoria debía computarse a partir de la notificación
a la última de las personas procesadas, no identificó los distintos problemas de la práctica y del
colapso del sistema.
Es de entender que esa reforma trató de salvar las posibles extinciones que podrían generarse por
el contenido del Artículo 133 de la Ley Nº 1970 (no fue modificado por error de sistematización),
que incurrió en el mismo error del Anteproyecto del Código Procesal del Paraguay, problemática
que debe abordarse en el marco de lo establecido por la Convención Interamericana de Derechos
Humanos, que se refiere a que un proceso debe tener una duración razonable, lo que dista de ser
entendido por el procesamiento en un plazo determinado, que podría ser objeto de vulnerabilidad y
una meta para la impunidad.
Son resabidas las alusiones sofistas que se hacen respecto a que un Código Procesal sea inquisitivo,
bajo falacias en las que se invoca que cualquier restricción que se pueda hacer al uso amplio de un
derecho corresponda a ese modelo. Al respecto, cabe señalar que el nuevo Código Procesal Penal
se adecua de una forma más pura al modelo acusatorio, a nivel de legislación comparada e histórica,
adecuándose a un diseño acusatorio equilibrado que procura la igualdad entre las garantías de la
víctima y de la persona denunciada o procesada, toda vez que establece que no se podrá procesar,
imponer medidas restrictivas de derechos o facultades, condenar ni sancionar a ninguna persona
si no media petición del Ministerio Público o de la víctima o querellante, es decir, de quien sindica,
imputa o acusa.
Asimismo, el nuevo Código Procesal Penal establece categóricamente que las autoridades fiscales
no podrán realizar actos jurisdiccionales ni las autoridades judiciales actos de investigación que
comprometan su imparcialidad, además de disponer que la Fiscalía y la Policía Boliviana actuarán
siempre bajo control jurisdiccional. A esto se suma la previsión del principio de congruencia que
señala que la persona procesada no podrá ser condenada por un hecho distinto al atribuido en la
acusación o su ampliación.
La oralidad, la intervención de las partes y la defensa material
en el desarrollo de las garantías constitucionales
en un modelo de justicia eficaz
El modelo acusatorio del nuevo Código Procesal Penal plantea el desarrollo de las garantías
constitucionales en pos de una justicia eficaz, atendiendo a la cultura litigante del país, de manera
que las normas procesales resguarden los mandatos constitucionales sin abuso del derecho.
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La experiencia boliviana ha marcado la necesidad de establecer márgenes a los derechos y a las
garantías en el marco del debido proceso, considerando que las malas prácticas han llevado a que
las características del ordenamiento procesal penal, como son la oralidad y la defensa material, por el
abuso del derecho y la falta de moderación de las intervenciones de las partes, ha derivado en que las
audiencias tengan una excesiva duración, se encuentren plagadas de incidentes, dúplicas y réplicas,
en las que se confunde la defensa material y la defensa técnica de la persona procesada, pese a que
estas últimas son incompatibles, en manifiesta falta de autoridad y desorden en el desarrollo de las
audiencias, así como contra los fundamentos de la propia defensa material.
Cabe mencionar que ya el mismo Alberto Binder, cultor del garantismo procesal penal, señala que
un sistema de puras garantías llevaría al caos. Las sentencias constitucionales 0977/2005-R y
1627/2004-R señalaron que la defensa material es la potestad procesal que permite a la persona
procesada intervenir en su defensa sobre aquello que fuera oportuno y razonable, sin perjudicar la
eficacia de la defensa técnica o letrada.
Está claro que la defensa técnica implica la asistencia de una abogada o un abogado durante el
proceso; en cambio, la defensa material o autodefensa es la que ejerce la propia persona procesada,
sin asistencia, y que se materializa en su derecho, como parte, a comunicarse con la jueza, el juez o
tribunal, en presencia de la contraparte, sin excluir la asistencia técnica ni reemplazándola.
Sin embargo, la mala práctica procesal sobre este derecho ha desvirtuado y desnaturalizado su
fondo mismo. Tanto es así que, en diversos casos, se ha visto que la defensa material sustituye en
oportunidad y contenido a la defensa técnica, provocando la dilación e ineficacia de las audiencias,
puesto que parte de interrumpir a la defensa técnica, llegando a obstaculizar la prosecución del
proceso, siendo que además las autoridades judiciales permiten alocuciones excesivas, reiterativas
e impertinentes, así como fuera del objeto del proceso.
Queda claro que el derecho a ser oído es un complemento del derecho mismo a la defensa, en la
medida en que posibilita a la persona procesada el ejercicio de su propia defensa, radicando su
mayor relevancia en las intervenciones que puedan hacerse sobre el hecho objeto de la causa y
sobre las pruebas propuestas por las partes.
Uno de los rasgos más destacados es que la defensa técnica es obligatoria, no pudiendo ser asumida
por la persona denunciada o procesada aún en los casos que fuera abogada o abogado. Es por ello
que tanto la Constitución Política del Estado como el Pacto de San José de Costa Rica establecen
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la obligación del Estado de garantizar la defensa técnica, ya sea por designación de la persona
denunciada o procesada o por los servicios de defensa a cargo del Estado, que pueden brindarse a
través de los defensores de oficio o una institución pública, lo que el Código Procesal Penal denomina
como defensa estatal.
La doctrina ha desarrollado prolijamente que en los casos que la persona denunciada o procesada
es abogada o abogado, ésta no puede defenderse a sí misma con eficacia, puesto que en el afán de
cumplir con esa función, pierde de vista circunstancias que son esenciales para una defensa correcta.
Así, para el pensador y procesalista inglés Jeremy Bentham, la defensa técnica es obligatoria e
irrenunciable en las causas de mayor complejidad, mientras que podrá optarse por la autodefensa
en las causas de menor lesividad. Este razonamiento es adoptado por los códigos o procedimientos
establecidos para el tratamiento de las contravenciones, en los cuales es optativo o no se reconoce
el derecho a la defensa técnica.
De igual forma, el nuevo Código Procesal Penal establece con carácter imperativo el deber que tiene
la autoridad judicial para moderar la intervención de las partes, en el marco de la buena fe y la lealtad
procesal, es decir, sujeta también a las facultades correccionales y sancionadoras, así como a las
reglas de las audiencias y otras normas no discrecionales.
Asimismo, a fin de resguardar la eficacia de los señalamientos de actos procesales y de esta manera
asegurar la eficacia de las audiencias, se incorporan mecanismos para asegurar la presencia de
la defensa técnica, en virtud a que la persona denunciada o procesada no sólo tiene conocimiento
de ser parte del proceso penal sino que tiene el derecho a la defensa material y el Estado debe
hacer efectiva la obligación de proporcionarle defensa estatal, toda vez que constituye una garantía
procesal no sólo en favor de aquellas personas que debido a su situación económica no puedan
asignar defensa técnica sino también para aquellas que se nieguen a tal designación o ésta no se
presente justificadamente.
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descongestionar y proteger al sistema de justicia penal, cuyo colapso, en parte, es atribuible a la
indiscriminada utilización, por parte del mundo litigante, de la vía penal y una tendencia a recurrir a
ésta como un medio de solución de conflictos jurídicos que, en su caso, deberían ser adecuadamente
resueltos por otras vías, en virtud de la universalidad del Derecho.
Según el principio de subsidiariedad, el Derecho Penal ha de ser el último recurso a utilizar a falta de
otros menos lesivos. El llamado carácter fragmentario del Derecho Penal constituye una exigencia
relacionada con la anterior. Ambos postulados integran el llamado principio de intervención mínima.
Que el Derecho Penal proteja bienes jurídicos no significa que todo bien jurídico haya de ser protegido
penalmente ni tampoco que todo ataque a los bienes jurídicos penalmente tutelados deba merecer
la intervención del Derecho Penal.
En virtud de este principio surgen estos dos principios, el de fragmentariedad del Derecho Penal, que
lo constriñe a la salvaguarda de los ataques más intolerables a los presupuestos inequívocamente
imprescindibles para el mantenimiento del orden social, y el de subsidiariedad, que entiende el
Derecho penal como último recurso frente a la desorganización social, que se activa una vez que
hayan fracasado o no estuvieran disponibles otras medidas de política social, el control social no
jurídico u otros subsistemas de control social jurídicos.
En consecuencia, el Derecho Penal debe utilizarse sólo en casos graves (carácter fragmentario)
y cuando no haya más remedio por haber fracasado ya otros mecanismos de protección menos
gravosos para la persona (naturaleza subsidiaria).
La Sentencia C-575/09 de la Corte Constitucional de Colombia señala que: “La remisión al derecho
penal como estatuto sancionatorio debe operar únicamente cuando las medidas incorporadas para
controlar los fenómenos antisociales han sido puestas en marcha sin éxito o cuando éstas son
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insuficientes para someterlos. El derecho penal está enmarcado en el principio de mínima intervención,
lo que supone que el ejercicio del poder de punición tiene que ser el último recurso disuasivo que
puede utilizar el Estado para controlar desmanes transgresores de la vida en comunidad. Esta
limitante implica que al tiempo que el legislador no está obligado a criminalizar todas las conductas
que suponen un daño para la sociedad, tampoco le está permitido hacerlo con las que no ofrecen
verdadero riesgo para ella”.
La positivación del principio de intervención mínima en el nuevo Código Procesal Penal, con sus dos
sub-principios, pone de manifiesto una de las líneas de la política criminal del Estado con rango de
norma de cumplimiento obligatorio por parte de los operadores del sistema de justicia penal, como
una forma imperativa para frenar las malas prácticas y los excesos de poder.
Pese a la austeridad con que se sostuvo el sistema de justicia penal en Bolivia, algunos de los pilares
de la jurisprudencia fueron los principios de celeridad y eficacia, de manera transversal. El principio de
celeridad persigue como principal objetivo que el proceso se concrete a sus etapas esenciales y que
cada una de ellas se cumpla dentro de los plazos dispuestos por la norma legal. Dicho razonamiento
implica descartar la adición de términos de manera unilateral a una determinada etapa del proceso,
salvo que estos plazos surjan como resultado de prórrogas o ampliaciones legalmente establecidas.
Por principio de celeridad debe entenderse la obligación, que tienen los operadores del sistema, de
realizar los actos procesales con la debida diligencia y de la manera más sencilla posible, a efectos
de evitar dilaciones; es decir, la administración de justicia debe ser rápida y oportuna en la tramitación
de las causas puestas en su conocimiento. Una actuación contraria conlleva no sólo a la vulneración
de derechos y garantías, sino también la permisibilidad de la retardación.
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La celeridad que debe caracterizar las actuaciones judiciales se constituye en el medio o mecanismo
necesario para garantizar la efectivización o materialización de otros dos derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución Política del Estado y que forman parte de su esencia por su naturaleza
social, democrática y de derecho: el debido proceso y el acceso a la justicia.
Con respecto a los principios de celeridad y a la garantía que tiene toda persona de ser juzgada
en un plazo razonable, estos encuentran un equilibrio según la mayor o menor lesividad del hecho,
en correspondencia con la complejidad del mismo. Bajo estos lineamientos se desarrollan los
procedimientos inmediatos para casos de delitos flagrantes, de investigación concentrada, y delitos
de menor gravedad.
Preclusión y trascendencia
En consecuencia, los eventuales vicios o defectos procedimentales que no sean reclamados por
las partes en la etapa procesal en la que se generaren, no podrán ser posteriormente invocados ni
alegados como causal de nulidades, así como tampoco podrán ser reclamados aquellos defectos o
vicios que fueron consentidos por las partes.
Este principio parte de que el proceso se divide en etapas, donde el paso de una a otra hace que no
pueda regresarse hacia atrás, razón por la cual en el ámbito penal, siguiendo en concordancia los
principios de celeridad y oralidad, la reclamación por violación a principios procesales o garantías
constitucionales deben ser activadas en la etapa procesal en que sucedieron; caso contrario las
partes pierden el derecho a accionarlas, por caducidad, por encontrarse en otro estadio procesal,
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considerándose convalidado o aceptado el vicio o defecto, no pudiendo alegarse ni escucharse la
negligencia de la propia parte. Como dice el aforismo: No se escucha a quien alega su propia torpeza.
Así, en caso de un defecto generado en la fase preliminar o en la etapa preparatoria, que recién
fuera reclamado en juicio oral a través de incidentes de nulidad o en apelación de la sentencia, la
nulidad de obrados, diferente a la renovación o rectificación del acto que no produce el retroceso
de la causa, debe ser, pues, rechazada del ordenamiento jurídico por ser contraria a la eficacia del
sistema de justicia.
El sustento se apoya también en la naturaleza de un principio o dogma procesal según el cual, nadie
puede alegar en defensa de sus pretensiones una situación de eventual indefensión, producto de un
vicio procesal, que fue tolerada, consentida o aun producida por la propia parte afectada. De igual
forma, sólo los defectos absolutos ameritan nulidad, pudiendo las otras formas de actividad procesal
defectuosa ser subsanadas o sujetas de convalidación.
Respecto de la actividad procesal que hace a la validez de los actos procesales, corresponde
su progresiva y esencial jerarquización atendiendo a la importancia de la garantía que pretende
asegurar, materializando que el respeto de las formalidades no es un fin en sí mismo, descartando las
nulidades relativas e introduciendo el principio de trascendencia, de manera que fortalezca el modelo
a través de la concatenación con los principios de verdad material, subsanación, desformalización y
preclusión.
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En los procesos modernos y en este caso el ordenamiento jurídico boliviano busca la verdad real o
material; es así que en el Parágrafo II del Artículo 180 de la Constitución Política del Estado, uno de
los principios procesales que fundamenta la jurisdicción ordinaria es la verdad material del derecho a
favor de una persona.
En virtud a los fundamentos del principio de trascendencia se asume, como criterio básico, que la
finalidad del proceso estriba en el descubrimiento de la verdad histórica dentro un marco de respeto
de derechos y principios fundamentales; para dicho fin, deben establecerse formas o mecanismos
procedimentales que encausan la actividad procesal.
Siendo esto así, dichas formas no tienen un significado o finalidad en sí mismas, no agotan su sentido
jurídico normativo en su propia órbita, sino que sirven a un fin superior, por lo que sólo se justifican
en la medida que conduzcan a la obtención de éste último. Bajo estos parámetros, se asume la
lógica racional de que un defecto o vulneración de dichas formalidades es inocuo y anodino, cuando
el mismo no ha afectado ni alterado sustancialmente los derechos y garantías, es decir cuando no
ha trascendido la órbita del mero formalismo y, por ende, no se encuentra justificado que por dicho
defecto se pretenda anular un acto procesal.
Según Eduardo Couture, no hay nulidad de forma si la desviación no tiene trascendencia sobre
las garantías esenciales de defensa en el proceso. Lo contrario implicaría incurrir en una excesiva
solemnidad y en un formalismo vacío, sancionando con nulidad todo alejamiento del ordenamiento
jurídico, aún aquellos que no provoquen perjuicio alguno, donde el proceso sería –como se dijo de
sus primeros tiempos- una “misa jurídica” ajena a sus actuales necesidades.
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Es por esta razón que algunas legislaciones establecen el principio de que el acto con vicios de forma
es válido si alcanza los fines propuestos o si en lugar de seguirse un procedimiento se ha utilizado,
por error, otro con mayores garantías, lo que se conoce como principio de finalidad.
Incorporación del principio de buena fe y lealtad procesal
De acuerdo a los especialistas del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal que han venido
trabajando en las últimas reformas procesales de América Latina, es necesario recuperar la eticidad
del proceso y moralizar la cultura litigiosa, en pos de construir una justicia eficaz, pronta y oportuna –
que frene las prácticas contrarias al mandato de la sociedad, que incluso han ocasionado que recaiga
un estigma sobre la abogacía-, a través de otorgar facultades correccionales a las autoridades
judiciales, toda vez que según ellos es la única manera de contener al abogado incidentista y restringir
posibilidades a la argucia jurídica desleal.
Desde la perspectiva del Derecho Procesal General, el Anteproyecto del Código Procesal Civil
Boliviano adoptó una disposición tópicamente contundente y eficaz, asumida recientemente por el
Código General del Proceso de Colombia del año 2012, cuyos antecedentes se remontan a la reforma
al Código General del Proceso del Uruguay de 1988 y la reforma del Código de Enjuiciamiento
Civil del Perú del año 1998, ante la experiencia compartida que demuestra que la única forma de
propender a la conclusión de los procesos es otorgándole un rol activo al juzgador para prevenir y
sancionar las conductas unívocamente dilatorias, maliciosas, abusivas del derecho, contrarias a la
ética y a la lealtad procesal.
Es así que ya el Artículo 6 del Código General del Proceso del Uruguay de 1988, desde el ámbito
principista establecía en virtud de la necesidad de ordenación del proceso la autoridad judicial debe
tomar, de oficio o a petición de parte, todas las medidas necesarias que resulten de la ley o de sus
poderes de dirección, para prevenir o sancionar cualquier acción u omisión contrarias al orden o a los
principios del proceso.
En ese mismo sentido, desarrollando las facultades correccionales de la autoridad judicial, el Artículo
44 del Código General del Proceso de Colombia del año 2012 señala: “(…) el juez tendrá los
siguientes poderes correccionales: / 1. Sancionar con arresto inconmutable hasta por cinco (5) días a
quienes le falten al debido respeto en el ejercicio de sus funciones o por razón de ellas. / 2. Sancionar
con arresto inconmutable hasta por quince (15) días a quien impida u obstaculice la realización de
cualquier audiencia o diligencia. / 3. Sancionar con multas hasta por diez (10) salarios mínimos
legales mensuales vigentes a sus empleados, a los demás empleados públicos y a los particulares
que sin justa causa incumplan las órdenes que les imparta en ejercicio de sus funciones o demoren
su ejecución. / 4. Sancionar con multas hasta por diez (10) salarios mínimos legales mensuales
vigentes a los empleadores o representantes legales que impidan la comparecencia al despacho
judicial de sus trabajadores o representados para rendir declaración o atender cualquier otra citación
que les haga. / 5. Expulsar de las audiencias y diligencias a quienes perturben su curso. / 6. Ordenar
que se devuelvan los escritos irrespetuosos contra los funcionarios, las partes o terceros. / 7. Los
demás que se consagren en la ley”.
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En este contexto, las máximas de lealtad y buena fe asumen gran importancia como supuestos
básicos para la eficacia de la solución de las controversias jurídicas que se presentan en una sociedad.
Sin embargo, se advierte que en muchas ocasiones pesa sobre ellas un fuerte olvido tanto por parte
de los abogados litigantes, como de los funcionarios judiciales, sea porque las infrinjan directamente,
a través de diversas prácticas procesales, sea porque toleren pasivamente o incumplan el rol de
moderación de las conductas contrarias a tales principios.
Una modalidad (quizá la más importante) de la buena fe dentro del proceso es la denominada por la
doctrina y la jurisprudencia como la lealtad procesal. En concreto, este principio busca la colaboración
entre las partes en el cumplimiento de los fines del proceso. Por tanto, se trata de un deber de
cooperación en la búsqueda de la verdad para la aplicación concreta del derecho y la solución real
de la controversia que llevó a las partes a estrados judiciales. Una de las manifestaciones principales
de este principio es la obligación de decir la verdad. En cumplimiento de ese deber, se busca excluir
del proceso los recursos apartados de la verdad o la rectitud, la prueba fraguada y las inmoralidades
de todo orden.
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Es así, que diferentes códigos procesales, como los de Uruguay y Colombia, la propia legislación
boliviana y su jurisprudencia han ido incorporando y desarrollando los principios de buena fe y lealtad
procesal, de manera que se resguarda la eficacia de las normas procesales. Estos principios y las
normas que los transversalizan no afectan ni desnaturalizan al modelo acusatorio, así como tampoco
pertenecen al inquisitivo sino que velan por la eficacia de la justicia.
Juez natural
Por “juez natural” debe entenderse la exigibilidad de juzgados o tribunales establecidos en la ley con
anterioridad al hecho que se juzga, no siendo oponible a la conformación de tribunales a causa de
implementación de la ley, acefalías, reenvíos, recusaciones o excusas. La Sentencia Constitucional
1660/2010-R de 25 de octubre de 2010, señala que el “juez natural” constituye una garantía
constitucional con incidencia en el campo tanto jurisdiccional como administrativo, cuyo “núcleo duro”
está compuesto por tres elementos a saber: la competencia, la imparcialidad y la independencia.
Son jueces naturales los juzgados o tribunales creados por la ley antes que se produzca el hecho que
motiva el proceso, sin importar el o los individuos que lo integren. Así, en un hecho a ser juzgado ante
alguno de los juzgados o tribunales creados por ley, no interesa en particular la persona de la jueza
o el juez ni que su nombramiento haya sido posterior a la comisión del hecho. Lo que importa es que
ese órgano ya existía con anterioridad a la comisión.
Lo que no se puede hacer es apartar a la persona procesada del juzgado o tribunal natural y formar
una comisión especial para su juzgamiento. En aplicación de este principio ni el Órgano Ejecutivo
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ni el Legislativo pueden formar comisiones especiales para juzgar y sentenciar a ninguna persona,
como tampoco puede el Órgano Judicial delegar en comisiones especiales posteriores al hecho, su
atribución de impartir justicia. Es así que se establece con uniformidad en la legislación comparada la
prohibición de formar comisiones especiales en virtud del principio del juez natural.
La experiencia del fracaso del diseño de conformación de tribunales de sentencia con jueces
ciudadanos, y la adopción de una forma de constitución de tribunales con jueces técnicos, adoptada
por el nuevo Código Procesal Penal, que responde a procurar un diseño de justicia eficaz, fue también
asumida por la República Bolivariana de Venezuela, como única solución responsable, no así como
una elección entre alternativas ideales.
Son resabidas las críticas sofistas y tendenciosas que aluden falazmente a que el no contemplar en
el nuevo Código Procesal Penal la conformación de tribunales de sentencia con jueces ciudadanos
significaría un retroceso o el retorno al régimen inquisitivo o un viraje hacia el control político de la
justicia. Lo cierto es que la conformación de tribunales con jueces ciudadanos no pertenece al régimen
acusatorio ni al inquisitivo, si bien este diseño fue adoptado del Código Modelo para Iberoamérica,
tiene más bien inspiración en el Código adjetivo alemán y el juicio por jurados de los Estados Unidos
de América, que han tenido una larga experiencia, en circunstancias socio-económicas y culturales
diferentes a la de Bolivia.
Carácter imperativo de la aplicación de las salidas alternativas
en los casos que fueran procedentes
El nuevo Código Procesal Penal concibe que la acción penal tenderá a restablecer el equilibrio entre
las partes y la restauración de derechos en el marco de la cultura de paz, estableciendo el deslinde
entre las acciones civil y penal, dejando atrás el obcecado entendimiento destinado a investigar el
hecho, preparar la acusación y juzgar el mismo.
Con respecto al principio de obligatoriedad y su relación con la oportunidad, ha sido necesario
encontrar soluciones a la discrecionalidad a la que estaban sujetas las salidas alternativas, lo que
incidía en bajos índices de resolución de casusas, y a que se incumpla uno de los pilares de la
filosofía de la Ley Nº 1970, como política criminal, cual es el principio de oportunidad, que si bien
no estaba taxativamente escrito, estaba inmerso en el principio de obligatoriedad de la persecución
penal pública.
La exposición de motivos de la Ley Nº 1970 señalaba que: “Ante la incontrovertible verdad de que
el Estado no tiene ni tendrá la capacidad de perseguir todos los delitos cometidos, que no cuenta
con un mecanismo apropiado de selección de acciones y delitos y a fin de evitar los mecanismos
de selección completamente arbitrarios que operan en la práctica, se establece: / -El principio de
oportunidad reglada, que permitirá al órgano acusador prescindir de la persecución de cierta clase
de delitos en base a parámetros universalmente admitidos tales como delincuencia de bagatela,
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pena natural, saturación de la pena y cooperación internacional. / -Salidas procesales alternativas,
mediante mecanismos tales como la conciliación, suspensión del proceso a prueba, extinción de la
acción penal en los delitos de contenido patrimonial por el resarcimiento del daño”. Sin embargo, el
haber dejado la aplicación de las salidas alternativas a potestad y discreción del Ministerio Público
acarreó precisamente la arbitrariedad en su aplicación, incumpliéndose la inspiración de éstas.
Además de los escasos índices de resolución de causas, el trabajo de campo realizado por la Ministra
de Justicia, Dra. Cecilia Ayllón, junto al Servicio Nacional de Defensa Pública, en los establecimientos
penitenciarios del país, permitió identificar una considerable cantidad de causas con personas
detenidas preventivas que podrían haber sido resueltas con la aplicación de salidas alterativas, así
como casos en que la fiscalía podría optar por la vía de la conciliación u otros criterios de oportunidad,
e incluso casos de personas detenidas preventivamente por delitos de escasa relevancia social u
otros excesos de autoridad.
En pos de otorgarles un carácter imperativo que haga exigible su aplicabilidad, en los casos en
que fueran procedentes, esta previsión, al suprimir la arbitrariedad del Ministerio Público reduciría
gravitantemente los casos de corrupción que podrían producirse bajo la discrecionalidad de fiscales
y haría efectiva la priorización de los juicios por causas de mayor lesividad. Asimismo, la aplicación
imperativa, contribuiría a la conclusión de causas que figuran como carga en movimiento y son de
aquellas que merecen una solución pronta, toda vez que no ameritan mayor investigación sino la
emisión del requerimiento conclusivo.
El nuevo Código Procesal Penal desarrolla la conciliación como una forma eficaz de solución del
conflicto en cualquier estado del proceso, incluso hasta antes de la ejecutoria de la sentencia por la
vía incidental, así como estableciendo los casos de procedencia e improcedencia, las facultades de
las partes y su promoción.
Límites a la aplicación de criterios de oportunidad
En equilibrio con las normas referidas a la aplicación obligatoria de las salidas alternativas, velando
por la prevención general positiva, como función de la pena, es menester prever que existan criterios
restrictivos a la aplicación de los criterios de oportunidad y esta no se torne en indiscriminada y
resulte una burla y en desgaste de la credibilidad del sistema de justicia penal.
Así por ejemplo, ya la Ley Nº 1970, tal como se encuentra en la legislación comparada, no procede la
suspensión condicional del proceso cuando la persona denunciada o procesada ha sido condenada
anteriormente a pena privativa de libertad y se tratara de un delito grave.
Estas previsiones se orientan a prever que la aplicación de los criterios de oportunidad no constituyan
una burla de la justicia en desmedro del propio sistema, sumándose a otros criterios de política
criminal como son las restricciones legales para la conciliación.
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Transversalización de la justicia restaurativa
Los sistemas penales tradicionales fueron generando y reproduciendo diferentes problemas
pretendiendo justificar sus propósitos básicamente retributivos y punitivos.
En este contexto, fueron apareciendo nuevos postulados como los de aquellos que defienden la
revalorización de la justicia indígena originario campesina o quienes proponen una perspectiva
restauradora, como un nuevo o alternativo paradigma capaz de afrontar y corregir las disfunciones
del cuestionado sistema.
El modelo de justicia restaurativa parte de la premisa de que el delito perjudica a las personas y las
relaciones, y que el logro de la justicia demanda el mayor grado de subsanación posible del daño,
centrando su atención en la víctima. Su enfoque es cooperativo en la medida que genera un espacio
para que las personas involucradas en el conflicto se reúnan, compartan sus sentimientos, y elaboren
un plan o acuerdo de reparación del daño causado que satisfaga intereses y necesidades recíprocos.
Las experiencias de la justicia indígena originaria campesina son similares en países como el Brasil,
Bolivia, Canadá, Colombia, Nueva Zelanda y Perú.
Los efectos y alcances de un acuerdo restaurativo son diferentes a los de la conciliación. Si bien sus
alcances y efectos son de mayor espectro, también contempla exclusiones por razones de política
criminal, como es la adoptada en los casos que la víctima es el Estado. Aunque sus efectos extintivos
también son más amplios, también tiene excepciones.
En agosto de 2002, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas emitió la Resolución
200/14, instando a los Estados miembro que se encuentran en periodo de implementación de
programas de justicia restaurativa, a aplicar sus principios básicos. Posteriormente, las Naciones
Unidas prosiguieron con la emisión de declaraciones y recomendaciones para su desarrollo. Estos
principios y contenidos son recogidos en el texto del nuevo Código Procesal Penal.
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Lo que plantea este Código adjetivo para el tipo de casos en los que la víctima manifiesta su voluntad
de suscribir un acuerdo, habiendo la persona infractora asumido su responsabilidad, pedido el perdón
de la víctima, y en su caso a la comunidad, y reparado los daños y perjuicios, es que el acuerdo
restaurativo será considerado en la aplicación de las medidas cautelares, así como atenuante para la
imposición de la pena y para acceder a los beneficios del régimen progresivo de la ejecución penal.
Así, se plantea que la justicia restaurativa impulse la solución de los conflictos, la reparación, la
responsabilización y la reintegración.
Pluralismo jurídico
En concordancia con lo establecido por la Constitución Política del Estado se reconoce y respeta el
pluralismo jurídico, la jurisdicción indígena originario campesina y la coexistencia de los diferentes
sistemas jurídicos del Estado Plurinacional. Así, la resolución o sanción impuesta en esa jurisdicción,
tiene efecto de cosa juzgada y extintiva en la jurisdicción ordinaria penal.
Se consolida y fortalece la figura de la jueza o el juez de control de las garantías, que por un
resabio insertado en la Constitución Política del Estado recibe el denominativo de jueza o juez de
instrucción (en virtud de que en el sistema inquisitivo, esta autoridad estaba a cargo del sumario
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de la instrucción) con competencia para resolver la aplicación de los procedimientos inmediatos
para casos por delitos de flagrancia, delitos pasibles de investigación concentrada y delitos de
menor gravedad, los procedimientos abreviados, aprobar las actas de conciliación y los acuerdos
restaurativos, moderando en las audiencias sujetas a su conocimiento, y ejerciendo el control de
las solicitudes de rechazo, sobreseimiento y desestimación, quedando expresamente prohibido de
cumplir funciones de investigación.
La propuesta del Código de Procedimiento Penal propugnaba la participación del ciudadano común
en la resolución de los conflictos penales para la resolución de aquellos delitos de acción pública
cuya pena privativa de liberad sea mayor a cuatro (4) años, careciendo de total eficacia.
La realidad muestra que existe una serie de aspectos negativos que han repercutido en el incremento
de la mora judicial. En los Artículos 57 al 66 de la Ley Nº 1970 se estableció un procedimiento previo
al juicio oral, para la constitución de los tribunales de sentencia, que diluyó el principio de una justicia
pronta y oportuna consagrado en la Constitución Política del Estado, constituyendo un obstáculo
para la prosecución del juicio.
En contraste con la realidad, este diseño constituye una carga para los ciudadanos, quienes se
ven en la necesidad de buscar justificativos para su inasistencia a las audiencias de constitución
de tribunales; sin embargo, detrás de los argumentos, la realidad es que no se sienten preparados
para asumir una responsabilidad de tal magnitud, lo cual constituye una carga que afecta a las
obligaciones laborales.
En este contexto, el Código de Procedimiento Penal preveía que en caso de no integrarse el tribunal,
debía realizarse un sorteo extraordinario y repetirse el procedimiento de selección y constitución, con
lo cual se entorpecía la situación de la persona procesada, que estaba a la espera de la conformación
del tribunal.
A esta realidad, se añade que en caso de no constituirse tribunal con el sorteo extraordinario, la
constitución del tribunal y el juicio debían celebrarse en el asiento judicial más próximo, sobre lo que
se aplicó un correctivo jurisprudencial que estableció que los antecedentes procesales debían pasar
a otro Tribunal de Sentencia, y así sucesivamente, llegando inclusive a trasladarse de departamento.
Así, un proceso iniciado en departamento puede constituirse en una provincia o ciudad de otro
departamento. Este sistema de juicio por jurados no resuelve el problema de la falta de eficacia de
la justicia ni mucho menos constituye un filtro para la corrupción. Con la designación proba de los
jueces técnicos, no hará falta elegir en cada juicio a uno nuevo, aspecto que ocurre con los jueces
ciudadanos toda vez que debe constituirse cada vez que se juzga a alguien, agregando un trámite
insubstancial al proceso, que hace más vulnerable y complejo el andamiaje de la administración de
justicia.
Estas circunstancias extraordinarias que hoy se han convertido en algo frecuente, no sólo afecta
a la administración de una justicia pronta y oportuna, sino que también afecta al Tesoro General
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de la Nación, toda vez que la realización de las audiencias de constitución, así como los sorteos
extraordinarios, conllevan el movimiento de toda la estructura judicial, desde oficiales de diligencias,
jueces técnicos, abogados, fiscales, víctimas y personas procesadas, aspecto que significa un
verdadero desgaste al Estado.
El nuevo Código Procesal Penal contempla los jueces de sentencia para conocer de las audiencias
de juicio. Es así que realizados los análisis estadísticos éstos reflejan cuán perjudicial resulta el
diseño con tribunales de sentencia constituidos con jueces ciudadanos.
Resulta paradójico que el antiguo Código de Procedimiento Penal haya arrojado datos de mayor
eficacia, toda vez que el año 2000, se reporta con dos mil setencientas treinta y seis causas resueltas
(2.736), a diferencia de la aplicación del Nuevo Código de Procedimiento Penal que el año 2001
reportó mil ochocientos treinta (1.830) casos resueltos y que tuvo su pico más alto de eficiencia el
año 2008 con dos mil ciento noventa y tres (2.193) causas resueltas, siendo que más bien el número
de causas resueltas por año, a partir del año 2004 (año en el que se iniciaron los juicios orales), se
esperaba que ese número sea mucho más alto.
Durante la gestión 2010, los tribunales de sentencia de ciudades capitales y El Alto iniciaron su
gestión reportando como pendientes cuatro mil quinientas un (4.501) causas de la gestión 2009,
atendiendo un total de diez mil trescientas cincuenta y tres (10.353) causas; sin embargo, sólo fueron
resueltas mediante sentencia ochocientas setenta y cuatro (874) y quinientas cuarenta y un (541)
mediante otras formas de resolución (extinción de la acción penal, excepciones u otras), haciendo un
total de mil cuatrocientas quince (1.415) causas resueltas efectivamente, es decir menos del quince
por ciento (15%), reportando el Órgano Judicial como causas pendientes para la gestión 2011 un total
de cinco mil seiscientas treinta (5.630). Tres mil trescientas ocho (3.308) causas fueron remitidas a
otros tribunales por imposibilidad de constituir tribunal con jueces ciudadanos.
Este mismo fenómeno, en los tribunales de sentencia de ciudades capitales y El Alto, de reporte
negativo de resolución de causas, se repite en las gestiones posteriores; así, el 2011 se atendió un
total de siete mil doscientas doce (7.212) causas, de las cuales se resolvieron setecientas cuarenta
y dos (742) causas en sentencia y otras cuatrocientas ocho (408) causas mediante otras formas de
resolución, es decir mil ciento cincuenta (1.150), aproximadamente el once por ciento (11%). Dos mil
seiscientas cincuenta y dos (2.652) causa fueron remitidas por no constitución de tribunal con jueces
ciudadanos.
De las causas reportadas como efectivamente resueltas, por los mismos tribunales de sentencia
de ciudades capitales y El Alto, durante la gestión 2012, en que se reportan siete mil cuatrocientos
setenta (7.470) casos atendidos, seiscientas sesenta y nueve (669) obtuvieron sentencia y doscientas
cuatro (204) otras formas de resolución, es decir un total de ochocientas setenta y dos (872) vasos,
siendo mil trece (1.013) causas remitidas a otros tribunales por imposibilidad de constituir tribunales
con jueces ciudadanos.
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Del análisis fáctico y el contraste con la realidad, queda demostrada la ineficacia del diseño de los
tribunales de sentencia conformados con jueces ciudadanos, constituyendo al presente el obstáculo
más opulento que menoscaba el mandato de una justicia eficaz, pronta y oportuna, representando la
mayor parte de casos que no pueden ser atendidos por no poderse constituir un tribunal de sentencia,
lo que se suma al complejo desarrollo de un juicio con esa composición.
En datos resumidos, del total de causas atendidas por los tribunales de sentencia en cada gestión,
aproximadamente en el diez por ciento (10%) de los casos se conforma tribunal con jueces
ciudadanos. El caso es distinto en los tribunales de sentencia de La Paz y El Alto, donde de las
seiscientas nueve (609) causas despachadas en la ciudad de La Paz, cuatrocientas setenta y dos
(472) fueron por la vía del “peregrinaje” –como se denomina- a otros tribunales y, de las cuatrocientas
noventa y ocho (498) causas despachadas por los tribunales de sentencia de El Alto, cuatrocientas
treinta y un (431) fueron remisiones a otros tribunales.
El elevado y progresivo número de causas sin resolver, remanentes que ingresan a cada gestión,
demuestra categórica e irremediablemente la degeneración de un diseño que planteaba un ideal
de justicia con el juzgamiento de las personas por sus similares (jueces ciudadanos) al extremo de
haber llegado al fracaso, encontrándose en una situación tan crítica como insostenible, que obliga a
adoptar una única medida responsable como Estado, la de la configurar los tribunales de sentencia
con tres jueces técnicos, definición que exige el incremento de jueces para dicha conformación.
Es necesario referir que al cierre de la gestión 2012, el Consejo de la Magistratura tenía asignado un
total de treinta y siete (37) tribunales de sentencia distribuidos en las capitales de departamento a
nivel nacional, más El Alto, y treinta y cinco (35) tribunales de sentencia distribuidos en las provincias
de todo el país.
El diseño del nuevo Código Procesal Penal formula un modelo acusatorio efectivo, en el que la gran
parte de las causas serían conocidas y resueltas por jueces de sentencia, mediante un procedimiento
más expedito, es decir aquellas causas seguidas por delitos de acción privada o sancionados con
pena privativa de libertad igual o menor a doce (12) años, así como de aquellas seguidas por delitos
con penas no privativas de libertad, en tanto que sólo las causas de mayor lesividad serían conocidas
por los tribunales de sentencia, que se conformarían por jueces técnicos.
La víctima
El proceso penal no puede constituir una carga para la víctima, por lo que el nuevo Código Procesal
Penal no contempla figuras como la “objeción de querella”; asimismo, el “abandono de querella” sólo
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procede en los casos de delitos de acción privada, toda vez que en ese tipo de procesos, no podría
proseguir la causas sin la presencia o el interés de la víctima. En ese mismo sentido, la querella sólo
es exigible para los casos en que tenga que plantearse la conversión de acción.
Las normas que se desarrollan a favor a la víctima, fueron recogidas de la “Declaración sobre los
Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder” de Naciones
Unidas, el Informe sobre Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos”, de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, así como de sentencias y documentos de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
Razonabilidad de la duración del proceso
y diseño de un modelo con proyección en el tiempo
Para la conclusión de los procesos, el Código de Procedimiento Penal de 1999, en su Artículo 133,
y la Disposición Transitoria Tercera, propuso una duración determinada de tres (3) años para las
nuevas causas, considerando la vigencia plena desde el 29 de marzo de 2001, y un periodo de
liquidación de cinco (5) años para las causas antiguas.
Llegado el año 2004, ante la problemática de la no conclusión de los procesos pendientes, llevados
a cabo con el antiguo Código adjetivo, así como la no conclusión de las causas nuevas, el entonces
Tribunal Constitucional de la República de Bolivia emitió la Sentencia Constitucional 0101/2004 de
14 de septiembre, indicando que la extinción sólo puede ser conforme a la Constitución Política del
Estado (que establece como deber del Estado el proteger de manera eficaz toda lesión o puesta en
peligro concreto a un bien jurídico protegido), cuando se constate que la no conclusión del proceso
dentro del plazo máximo establecido por ambas disposiciones fuera atribuible a omisiones o falta
de la diligencia debida por parte de los órganos administrativos o jurisdiccionales del sistema penal
y no a acciones dilatorias de la persona denunciada o procesada, entendiendo que se vulnera el
derecho a la celeridad procesal y a la conclusión del proceso en un plazo razonable, cuando los
órganos competentes de la justicia penal del Estado omiten desplegar, injustificadamente, la actividad
procesal dentro de los términos que el ordenamiento jurídico establece; de esta manera, no habría
tal lesión si la dilación del proceso, en términos objetivos y verificables, fuera atribuible a la persona
denunciada o procesada.
Asimismo, aludió al criterio del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que señaló en reiterados
fallos que para considerar la duración razonable de un proceso penal, debía considerarse la
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complejidad del caso, la conducta de la persona denunciada o procesada y la manera en que el
asunto fue llevado por las autoridades administrativas y judiciales.
Finalmente, refirió que esa doctrina habría sido asumida por el Tribunal Constitucional de España
(Sentencia 313/1993) que entre los criterios para establecer el derecho a tener un proceso sin
dilaciones indebidas, considera las circunstancias del proceso, su complejidad objetiva, la duración
normal de procesos similares, la actuación procesal del órgano judicial en el supuesto concreto y la
conducta del recurrente al que le es exigible una actitud diligente.
El entrampamiento en que se encontró Bolivia como consecuencia de adoptar el texto del Anteproyecto
de Ley del Código Procesal Paraguay, aprobado mediante Ley Nº 1286 de 8 de julio de 1998, llevó
a la negación de la norma escrita, no pudiendo resolver esa situación, fue así que se modificó el
Artículo 134 de la Ley Nº 1970, sobre el cómputo de la etapa preparatoria, descuidando incorporar
esas modificaciones en el Artículo 133 del Código de Procedimiento Penal.
La propia legislación paraguaya, que empezaba bajo el tenor de que toda persona tendrá derecho
a una resolución judicial definitiva en un plazo razonable, tuvo que emitir una ley específica para
modificar sus respectivos Artículos 136 y 137, mediante Ley Nº 2341 de 31 de diciembre de 2003,
a fin de ampliar la duración máxima del proceso de tres (3) a cuatro (4) años, así como disponer
que los incidentes, excepciones, apelaciones y recursos planteados por las partes, suspenden
automáticamente los plazos, los que vuelven a correr una vez se resuelva lo planteado o el expediente
vuelva al juzgado tribunal de origen.
Asimismo, la legislación paraguaya, tuvo que señalar una duración máxima para la segunda instancia,
y establecer un plazo mayor para los casos de reenvío por anulación de la sentencia de primera
instancia, y establecer por resolución judicial definitiva, aquella contra la cual no proceda recurso
ordinario alguno; excluyendo expresamente del cómputo respectivo, la acción de inconstitucionalidad
y el recurso de casación.
El resto de las legislaciones latinoamericanas han sujetado la duración del proceso penal al marco
de la razonabilidad, entendiendo como tal el derecho de la persona procesada de poder definir su
situación ante la ley y la sociedad dentro del tiempo más corto posible, como lo señalan la Sentencia
Constitucional 101/2004 y su Auto Constitucional 0079/2004-ECA.
El Auto Supremo Nº 479 de 6 de octubre de 2010, emitido por la Sala Penal Primera de la
entonces Corte Suprema de Justicia de Bolivia, adoptó la teoría del “no plazo”, invocándola como
el entendimiento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en virtud del cual no puede
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establecerse con precisión absoluta cuándo un plazo es razonable y cuándo no, de manera que un
plazo establecido en la ley procesal sólo constituye un parámetro objetivo, a partir del cual se analiza
la razonabilidad del plazo.
Ha sido menesteroso incorporar diferentes ajustes sobre la extinción de la acción penal, velando por
cumplir el mandato de que toda persona sea procesada dentro de un plazo razonable, prescindiendo
de incurrir en un plazo determinado, cual no pudo ser efectivo ya desde el primer tiempo de la
vigencia plena del Código de Procedimiento Penal de 1999, considerando que esa experiencia tuvo
como contrasentido la impunidad como consecuencia del colapso del sistema, ya sea se atribuya a
la mora estructural o bajo crítica a la retardación de justicia.
Cabe puntualizar que Bolivia fue el único país que sostuvo esta experimentación errada con
la determinación fija de un plazo máximo para la conclusión de los procesos penales, con una
experiencia que no responde al mandato de una justicia eficaz, tanto para la persona denunciada o
procesada como para la víctima, degenerando en la práctica que procuraba la superación del plazo
establecido con el simple agotamiento de los recursos ordinarios, lo cual por sí solo no constituye
dilación atribuible a la persona denunciada o procesada, lo que derivaba en la extinción de la acción
penal.
Consecuentemente, el epígrafe referido a los motivos de extinción incorpora una limitante al motivo
de reparación integral del daño particular o social causado, restringiendo su aplicación en los casos
de delincuencia organizada, reincidencia, casos de personas con dos o más imputaciones por delito
doloso o que se hubieran beneficiado con un criterio de oportunidad dentro de los últimos tres (3)
años.
Esta modificación responde a la crítica que recae respecto a que la concesión ilimitada de criterios
de oportunidad carece de un acompañamiento que permita la reintegración de la persona infractora,
por la debilidad de permitir formas de delincuencia que pueden tornarse reiterativas, en afectación
a la función general positiva de la pena y al cuestionamiento de la credibilidad de la norma penal
sustantiva y del sistema. En el marco de la justicia restaurativa, de forma transversal se incorpora la
causal de extinción por existir acuerdo restaurativo, junto a la conciliación, en los casos permitidos
por ley.
La Ley Nº 263, Contra la Trata y Tráfico de Personas, de fecha 31 de julio de 2012, estableció en
su Artículo 44 que los delitos de trata y tráfico de personas son imprescriptibles. En materia de
jurisprudencia sobre la imprescriptibilidad o no de los delitos de tráfico ilícito de sustancias controladas
se generaron dos interpretaciones en diversos Autos Supremos emitidos tanto por el extinto Tribunal
Supremo de Justicia de Bolivia como por el actual Tribunal Supremo de Justicia; de acuerdo a un
grupo, estos delitos formaban parte de los delitos de lesa humanidad y serían imprescriptibles,
alegando que tal expresión se encontraría en la Convención de las Naciones Unidas Contra el Tráfico
Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, celebrada en Viena el año 1988, extremo que
no es evidente, tal cual fue reconocido por la Sentencia Constitucional 0104/2013, de 22 de enero por
el Tribunal Constitucional Plurinacional.
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El presente Código complementa el régimen de prescripción de la acción penal con la
imprescriptibilidad de los delitos comprendidos en los Artículos 111, 112 y 347 de la Constitución
Política del Estado.
Los delitos y los grupos de delitos que se encontrarían en el régimen de imprescriptibilidad estarían
expresamente señalados en Convenios y Tratados internacionales, razón por la que en armonía con
el control de convencionalidad de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
y en el marco del desarrollo constitucional, no corresponde restringir, mediante una ley, el derecho
a la protección de la justicia en un tiempo razonable, en virtud de que no sería correcto señalar
como imprescriptible un delito o grupo de delitos sino es en el marco de un Convenio o Tratado
internacional o la Constitución Política del Estado.
El nuevo Código Procesal Penal establece un régimen de duración razonable máxima de los
procesos en el marco de la convencionalidad y viable para la realidad socio-económica del país,
capaz de perdurar en el tiempo, de manera que la norma pueda proyectarse en circunstancias como
las actuales sin constituirse en una vulnerabilidad del sistema penal ni requerir de interpretaciones
jurisprudenciales apartadas de la legalidad. Dicho régimen establece una duración máxima de los
procesos que no podrá superar el plazo establecido para la prescripción, de manera que el plazo
razonable se aplicará de acuerdo a criterios de proporcionalidad y lesividad.
Asimismo, en casos de delitos contra la libertad sexual y de trata y tráfico de personas, en los
que las víctimas sean personas menores de dieciocho (18) años, el cómputo de la prescripción
correrá a partir que la víctima adquiera la mayoría de edad. Incorpora la interrupción del término de
la prescripción de la acción con la imputación formal puesta en conocimiento ante la jueza o el juez
de instrucción, y que en los delitos de acción privada o casos de conversión de acciones, el término
de la prescripción de la acción se interrumpirá desde la presentación de la acusación particular.
Desde la perspectiva del Derecho interno se debe interpretar la imprescriptibilidad de ciertos delitos
como aquella garantía de todo Estado Social, Constitucional y Democrático de Derecho, en función
de la cual, dando cumplimiento a lo establecido en los Convenios y Tratados internacionales sobre
Derecho Humanitario, y al respeto de la esencia misma de la dignidad de la persona, los Estados no
pueden imponer plazo perentorio alguno cuando se deba investigar, procesar o acusar a individuos
que han cometido delitos graves estatuidos en el Derecho Internacional como violatorios de los
derechos humanos. Lo expuesto supone la existencia de delitos de naturaleza distinta a los comunes,
como son los delitos de terrorismo y los delitos contra la humanidad.
Para María Inés Horvitz, el fundamento del instituto de la prescripción, sea que se trate de la acción o
de la pena, es la inutilidad de la pena en el caso concreto, tanto desde la perspectiva de la sociedad
(prevención general) como de la persona culpable (prevención especial). En su base operan, pues,
consideraciones de racionalidad conforme a fines, es decir, de falta de necesidad prospectiva de la
pena (falta de merecimiento de la pena).
32
La excepción a esta regla está configurada por aquellos hechos gravísimos por su entidad y significación
para la humanidad, como sucede con los delitos de terrorismo de Estado. Este es el fundamento de
las normas convencionales en el ámbito internacional que establecen la imprescriptibilidad de ciertos
crímenes, por su gravedad.
33
Las técnicas especiales de investigación implican una afectación legal y excepcional de derechos
individuales (derecho a la intimidad, a la privacidad de las comunicaciones u otras); sin embargo, sólo
son admisibles en la medida que los derechos individuales aceptan restricciones por primacía del
bien común e interés general.
Los derechos, que las garantías tutelan, no son absolutos, pues están “limitados por los Derechos
de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bienestar general y del
desenvolvimiento democrático”, señalan el parágrafo VIII del Artículo XX de la Declaración Americana
de Derechos y Deberes del Hombre.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (informe 38/96 caso 10.506) señala: “(…) la
restricción a los derechos humanos debe ser proporcional al interés que la justifica y ajustarse
estrechamente al logro de esos legítimos objetivos (…); entre varias opciones para alcanzar ese
objetivo debe escogerse aquella que restrinja en menor escala el derecho protegido”.
Sin embargo, puede establecerse la suspensión expresa de las garantías cuando sea “el único medio
para atender a situaciones de emergencia pública y preservar los valores superiores de la sociedad
democrática”, con proporcionalidad al valor en riesgo que se pretende tutelar, bajo interpretación
y aplicación restrictiva, sujeta a la Constitución e inspirada en el principio pro hómine que enseña
que debe acudirse a la norma más amplia, y a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de derechos o su suspensión extraordinaria, a lo
que se añade el principio de interpretación teleológica que exige como prioritario en el caso de los
Derechos Humanos la consideración del objeto y fin de las normas en esta materia, de conformidad
con los Convenios y Tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Bolivia.
Aun cuando se funden en una ley, las restricciones pueden considerarse arbitrarias si fueren
incompatibles con el respeto de los derechos fundamentales del individuo por ser irrazonables,
imprevisibles o faltas de proporcionalidad. En otras palabras, la restricción arbitraria a los derechos
humanos es aquella que, aun amparándose en la ley, no se ajusta a los valores que informan y
dan contenido sustancial al Estado de Derecho; en ese sentido, hay restricciones que pueden ser
legales pero que devienen en arbitrarias por contradecir el fin último de todo Estado, cual es el
reconocimiento y respeto de los derechos Humanos.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Escher contra Brasil, señaló en el párrafo
116 que: “No obstante, conforme se desprende del Artículo 11.2 de la Convención, el derecho a la
vida privada no es un derecho absoluto y, por lo tanto, puede ser restringido por los Estados siempre
que las injerencias no sean abusivas o arbitrarias; por ello, deben estar previstas en ley, perseguir un
34
fin legítimo y ser necesarias en una sociedad democrática”. Así, una injerencia no resulta arbitraria
o abusiva, conforme a la Convención Americana, si está prevista por ley, persigue un fin legítimo y
es idónea, necesaria y proporcional. En consecuencia, la falta de alguno de dichos requisitos implica
que la injerencia es contraria a la Convención.
Como regla general y teniendo en cuenta que la intercepción telefónica, en general, u otras formas de
interceptación de comunicación privada, en particular, puede representar una seria interferencia en la
vida privada, la Convención Americana en su Artículo 30 establece que las restricciones permitidas,
de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en
la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés
general y con el propósito para el cual han sido establecidas.
Dichas medidas deben estar fundadas en la ley, que debe ser precisa e indicar reglas claras
y detalladas sobre la materia, tales como: Las circunstancias en que pueden ser adoptadas; las
personas autorizadas para solicitarlas, ordenarlas y llevarlas a cabo; el procedimiento a seguir, entre
otros elementos.
Finalmente, las técnicas especiales de investigación están sujetas a los siguientes principios: a)
Subsidiaridad. Por el que se aplicarán sólo si no existen otros métodos de investigación convencional
que posibiliten que el delito sea detectado o sus autores identificados; b) Necesidad. Por el que
sólo se utilizarán atendiendo a los fines de la investigación en relación con la importancia del delito
investigado; c) Proporcionalidad. Se usarán sólo si la protección del interés público predomina sobre
la protección del interés privado.
Así también, d) Especialidad. Que establece que la información recolectada sólamente será usada
para probar la acusación que fue materia de la investigación, y excepcionalmente será utilizada para
el esclarecimiento de otros delitos; y, e) Reserva. Por el que las actuaciones referidas a las técnicas
especiales sólo serán de conocimiento de los funcionarios autorizados por ley.
Procedimientos expeditos que privilegian la solución al conflicto
El nuevo Código Procesal Penal establece un procedimiento ordinario o común expedito, en el que
se regula una fase preliminar de duración razonable de treinta (30) días, ampliable por un tiempo
igual para los casos de investigaciones complejas, aplicable para todos los casos de delitos de
acción pública y los delitos de acción pública a instancia de parte.
35
A la conclusión de la fase preliminar, la autoridad fiscal está impelida a imputar, o solicitar a la jueza
o al juez de instrucción pronunciarse sobre el rechazo de la causa, lo que materializa el principio
acusatorio a través del control cruzado que hace la autoridad judicial sobre estas solicitudes del
Ministerio Público. A tiempo de presentar la imputación formal ante la jueza o el juez de instrucción,
la autoridad fiscal puede requerir la aplicación de una salida alternativa, la que será exigible en todos
los casos que fuera procedente.
Se establece una etapa preparatoria con una duración de tres (3) meses, sujeta a control jurisdiccional.
La autoridad fiscal podrá solicitar a la jueza o al juez de instrucción, la ampliación de la etapa
preparatoria hasta seis (6) meses, computables a partir de la primera imputación, o hasta un plazo
máximo de nueve (9) meses para el caso de pluralidad de personas imputadas, víctimas o hechos.
Este régimen sobre la duración de la etapa preparatoria marca diferencia con respecto a lo que fue el
entendimiento jurisprudencial generado por la Sentencia Constitucional 1036/2002-R, toda vez que
en este diseño no se podrán realizar un sin número de ampliaciones amparadas en notificaciones
a últimas personas imputadas sino que tendrían un límite razonable e insuperable, óptimo para la
eficacia de los diferentes tipos de investigaciones y sus complejidades, acordes a los tipos de delitos
y circunstancias como aquellas en las que se inicia la investigación contra autores no identificados.
Concluida la etapa preparatoria, la autoridad fiscal: Presentará acusación si estima que la investigación
proporciona fundamento para el enjuiciamiento de la persona procesada; requerirá la aplicación
del procedimiento inmediato; requerirá se apruebe o rechace el acta de conciliación o el acuerdo
restaurativo o la aplicación de un criterio de oportunidad; o, presentará solicitud de pronunciamiento
jurisdiccional cruzado sobre el sobreseimiento, cuando considere que resulta evidente que el hecho
no existió, que no constituye delito o que la persona procesada no participó en él, o cuando estime
que los elementos de prueba son insuficientes para fundamentar la acusación.
En lo que se refiere al fondo de la causa, se rescata la idea del “juicio”, entendiéndolo como el
fondo del proceso penal, donde la oralidad cumple un rol fundamental, implicando el contacto directo
entre la autoridad judicial y la prueba, la actuación directa de las partes frente a la jueza o al juez,
garantizándose de esta manera el desarrollo del debate contradictorio y la vigencia del principio de
inmediación.
En cuanto a la estructura, ésta se sujeta a lo establecido a la Constitución Política del Estado, donde
los tribunales de sentencia son conformados por jueces técnicos, quienes están llamados a conocer
las causas con pena igual o mayor a doce (12) años. Se desarrolla un nuevo procedimiento para los
casos de delitos flagrantes y cuasi flagrantes, y se introduce en ese mismo tratamiento a los casos
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de delitos pasibles de investigación concentrada, así como un procedimiento inmediato más expedito
aún para los delitos de menor gravedad (para delitos sancionados con pena máxima privativa de
libertad hasta seis (6) años o con pena no privativa de libertad, excepto para los delitos de acción
privada), cuya aplicación es imperativa sin perjuicio de que sea solicitada por las partes.
Como señalan los expositores de los nuevos modelos procesales penales: El procedimiento
inmediato tiene por finalidad reducir los plazos procesales en aquellos casos en los que respetando
la igualdad de armas y sin afectar el derecho a la defensa, existan elementos probatorios suficientes
que demuestren la responsabilidad de la persona procesada, haciendo innecesaria la continuación
de la investigación.
El procedimiento inmediato plantea la simplificación y celeridad del proceso, aplicable a los casos de
delitos formales, delitos de flagrancia, cuasiflagrancia o en los que se ha agotado la investigación o
ésta ha sido concentrada, como puede suceder en los casos que se haya roto la referida flagrancia y
se hayan acumulado todos los elementos capaces de generar convicción sobre la verdad histórica del
hecho, a fin de evitar que la ampliación del periodo de investigación se convierta en un procedimiento
formalista, improductivo, ocioso o innecesario, contrario a la justicia pronta y oportuna, cuando están
sentadas las condiciones para pronunciarse sobre la causa y emitir requerimiento conclusivo, velando
el derecho a la igualdad de armas y el derecho a la defensa.
En cuanto a los procedimientos, los mismos han merecido un particular tratamiento, especialmente en
lo que se refiere a su simplificación, pues la mayoría de ellos constituyen imprescindibles variaciones
al procedimiento común, que de ninguna manera ameritan la misma regulación.
Algunas de las discusiones y propuestas que se vienen realizando en América Latina, parten por
clasificar los delitos en tres categorías: crímenes, delitos y faltas. Así, para los expertos procesalistas,
la falta es todo delito menor, en razón a su pena (que en algunos países son las menores a cuatro
(4) o seis (6) años), como establecen algunos de los nuevos Anteproyectos o Códigos Procesales
Penales de Sudamérica y el Anteproyecto de Código Procesal Penal de España.
El desarrollo adjetivo del procedimiento destinado para las faltas y el de las contravenciones, por
integralidad, viene acompañado de una reforma sustantiva sobre la categoría de las faltas, así como
de la despenalización de determinados delitos (principalmente los que en la legislación comparada
constituyen delitos de acción privada), los cuales, en virtud de la universalidad del Derecho, pasarían
a ser resueltos como ilícitos civiles o contravenciones.
La visión de la codificación integral del sistema penal, ha sido adoptada por el Ecuador, y es una
corriente promovida en diferentes latitudes, tal es el caso del tratadista español Tomás Salvador
Vives Antón que sentó las bases de un teoría del delito a partir de la filosofía del leguaje.
Ha sido imprescindible regular en el nuevo Código Procesal Penal un procedimiento especial para
el juzgamiento de los delitos de menor gravedad, equivalentes a las faltas, el cual tendrá correlación
37
con el procedimiento a establecerse en el Código Contravencional para el tratamiento de las
contravenciones, un procedimiento sencillo y expedito acorde al carácter y lesividad de la infracción,
pero acorde también a las exigencias.
A la crisis del sistema penal, contribuyó la falta de un Código Contravencional con procedimientos
expeditos para hechos de escasa relevancia y el punitivismo que ha ido caracterizando a las diferentes
leyes especiales que se han puesto en vigencia, sin responder a una política criminal integral, la que
deberá regir la construcción de un nuevo Código Penal.
Medidas cautelares
La Ley Nº 1970 a tiempo de su aplicación anticipada en materia de medidas cautelares, redujo los
altos índices de personas detenidas preventivas de un total poblacional de ocho mil ciento cincuenta y
un (8.151) que se reportaba al año 2000, en un año de implementación, a una población penitenciaria
de cinco mil quinientas setenta y siete (5.577) personas.
Es decir, en sólo tres años casi se duplicó el número de personas privadas de libertad, es decir, de
siete mil cuatrocientas treinta y tres (7.433) a las catorce mil doscientas setenta y dos (14.272) que
se reportaron a diciembre de 2012. El número de personas privadas de libertad, a diciembre de 2013,
casi triplica las cinco mil quinientas setenta y siete (5.577) que existía al final del año 2001, tras un
periodo de deshacinamiento de los establecimientos penitenciarios y la implementación de un Código
acusatorio, lo que demuestra que terminó fracasando por su diseño formalista, de procedimientos
complejos, así como falto de integralidad y eficacia.
Al ocuparse de las medidas cautelares, el nuevo Código Procesal Penal modera y regula su
tratamiento, de manera que la detención preventiva no sea la regla sino que esté regida por la
excepcionalidad, favorabilidad, necesidad y proporcionalidad, y sea aplicada en los casos realmente
graves y no se aplique la sola carencia de domicilio, trabajo, familia o negocios como peligro procesal,
sino que el Ministerio Público o la víctima o querellante deberán acreditar otro u otros de los peligros
procesales, lo cual es susceptible de corrupción y constituye un castigo a la pobreza.
La experiencia ha demostrado que cuando se detiene preventivamente a una persona bajo ese solo
peligro procesal (cuando podrían haberse invocado otros peligros procesales, incluso ya acreditados
o de conocimiento público), el siguiente paso es la cesación a la detención preventiva, salvo que la
persona fuera pobre de solemnidad.
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Toda vez que la persona denunciada o procesada es reconocida constitucionalmente como inocente
hasta la sentencia firme de condena, se debe reconocer también que la detención preventiva y las
medidas cautelares en general sólo pueden tener como objeto asegurar o hacer posibles los fines del
procedimiento penal.
Régimen impugnatorio
El juicio debe desarrollarse sin interrupción, lo que implica que los medios de impugnación deben
ser racionalizados atendiendo a las características de continuidad, inmediación y oralidad del juicio;
características que se desnaturalizarían si las resoluciones dentro del juicio oral fueran impugnadas
en forma sistemática, provocando serias disfunciones procesales.
Así, en el juicio no es posible interponer el recurso de apelación incidental para impugnar las
resoluciones que rechacen excepciones, sino que las partes podrán reservarse el derecho de recurrir
una vez pronunciada la sentencia cuando exista agravio.
Es pertinente citar que del total de setecientos veintiséis (726) recursos de casación interpuestos
ante las Salas Primera y Segunda del Tribunal Supremo de Justicia, durante la gestión 2012, sólo en
ochenta y cuatro (84) de estos casos se dejó sin efecto el auto de vista recurrido, lo que significa que
sólo en un once por ciento y fracción (11,6%) el recurso interpuesto afecta a la resolución recurrida y
no estuvo destinado a procurar la simple dilación del proceso.
Sin embargo, no se encuentra en estas resoluciones del Tribunal Supremo de Justicia más que
fundamentaciones referidas a vicios de procedimiento, predominando los casos basados en la falta
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de fundamentación de la sentencia, no encontrándose generación de doctrina de relevancia y menos
en materia sustantiva.
El nuevo Código Procesal plantea un recurso de casación que permita una uniformización de
jurisprudencia y el desarrollo de la doctrina legal aplicable en materia sustantiva, no siendo recurribles
de casación las causas de acción privada ni las causas de acción pública a instancia de parte. Este
diseño de nuevo recurso de casación está destinado a superar el tradicional recurso de casación que
fue desnaturalizado como herramienta de dilación.
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ANTEPROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL PENAL
PRIMERA PARTE
PARTE GENERAL
LIBRO PRIMERO
PRINCIPIOS Y DISPOSICIONES FUNDAMENTALES
TÍTULO I
PRINCIPIOS Y GARANTÍAS
CAPÍTULO I
PRINCIPIOS
Artículo 1. (ACUSATORIO).
I. En virtud del principio acusatorio, no se podrá procesar, imponer medidas restrictivas de derechos
o facultades, condenar ni sancionar a ninguna persona si no media petición del Ministerio Público o
de la víctima o querellante, conforme lo establecido en el presente Código.
II. Por imperio del principio acusatorio, la Fiscalía y la Policía Boliviana actuarán siempre bajo control
jurisdiccional. Las autoridades fiscales no podrán realizar actos jurisdiccionales ni las autoridades
judiciales actos de investigación que comprometan su imparcialidad.
Artículo 3. (PUBLICIDAD). Los actos del proceso son públicos, salvo las excepciones
establecidas por ley.
I. Los elementos de prueba sólo tendrán valor si han sido obtenidos por medios lícitos e incorporados
al proceso conforme a las disposiciones de la Constitución Política del Estado y este Código.
41
II. No tendrá valor la prueba obtenida mediante torturas, malos tratos, coacciones, amenazas,
engaños o violación de los derechos fundamentales de las personas ni la obtenida en virtud de
información originada en un procedimiento o medio ilícito.
Artículo 6. (FAVORABILIDAD). Los derechos fundamentales deben interpretarse del modo
más amplio posible; la legalidad ordinaria ha de ser interpretada del modo más favorable para la
efectividad de tales derechos.
I. La acción penal no es procedente cuando existen otras vías idóneas para resolver el conflicto
jurídico conforme a ley, sólo se activa como último recurso y cuando se trate de bienes jurídicos que
no puedan ser protegidos mediante otras ramas del Derecho.
II. Sólo se procesarán penalmente aquellos hechos cuya vulneración a bienes jurídicos sean
susceptibles de persecución penal por su gravedad e intolerabilidad, conforme a ley.
Artículo 10. (DIRECCIÓN). La autoridad judicial dirigirá los actos procesales de manera eficaz,
eficiente y efectiva, con facultades ordenadoras y correccionales sobre las actuaciones de las partes.
Artículo 11. (IGUALDAD). Las partes durante el proceso tendrán igualdad de oportunidades
para ejercer las facultades y derechos que les asisten, sin sesgos discriminatorios, y en condiciones
objetivamente similares y análogas.
I. Las autoridades judiciales, fiscales, partes, operadoras y operadoras del sistema de justicia penal,
y terceras personas que intervienen en el proceso, tienen la obligación de actuar con buena fe y
lealtad procesal.
II. Las autoridades judiciales y fiscales velarán que las actuaciones de las partes se sujeten a criterios
de pertinencia, razonabilidad, legalidad, equidad y rectitud; en su caso, rechazarán sin más trámite y
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sancionarán aquellos planteamientos, pretensiones o solicitudes que incurran en abuso de derecho,
temeridad o malicia procesal, o impliquen ejercicio ilegítimo de la acción penal.
Artículo 15. (TRANSPARENCIA). Las operadoras y los operadores del sistema de justicia
penal realizarán los actos procesales en forma transparente, facilitando la publicidad y otorgando a
las partes información útil y fiable.
Artículo 16. (GRATUIDAD). El proceso penal es gratuito, rigiendo para las actuaciones y
diligencias de las operadoras y los operadores del sistema de justicia penal.
Artículo 17. (SERVICIO A LA SOCIEDAD). Las operadoras y los operadores del sistema de
justicia penal brindarán asistencia a la sociedad en su conjunto.
CAPÍTULO II
GARANTÍAS
Artículo 18. (DIGNIDAD). Toda persona, desde el inicio de la investigación hasta la conclusión
del proceso, debe ser tratada con el respeto debido a su dignidad de ser humano.
Artículo 19. (LIBERTAD). Toda persona tiene derecho a que se respete su libertad. Nadie
podrá ser perseguido ni privado de su libertad sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad
competente, conforme a ley.
Artículo 20. (NINGUNA CONDENA SIN JUICIO PREVIO Y PROCESO LEGAL). Ninguna
persona será condenada a sanción alguna si no es por sentencia ejecutoriada, dictada luego de
haber sido oída previamente en juicio oral y público, celebrado conforme a la Constitución Política
del Estado, los Convenios y Tratados internacionales vigentes y este Código.
Artículo 21. (JUEZ NATURAL). Ninguna persona será juzgada por comisiones o tribunales
especiales ni sometida a otros órganos jurisdiccionales que los constituidos conforme a la Constitución
Política del Estado y a la ley, con anterioridad al hecho de la causa.
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Artículo 22. (IMPARCIALIDAD E INDEPENDENCIA).
II. Por ningún motivo, institución, órgano, entidad, persona natural o jurídica interferirá en la
substanciación de un proceso concreto. En caso de intromisión, la autoridad judicial informará al
Tribunal Supremo de Justicia y la autoridad fiscal a la o al fiscal jerárquico, sobre los hechos que
afecten su independencia. Cuando la intromisión provenga del propio Órgano Judicial o el Ministerio
Público, respectivamente, el informe será presentado al Consejo de la Magistratura, a la Fiscalía
General del Estado o a la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Artículo 23. (PERSECUCIÓN PENAL ÚNICA). Ninguna persona será procesada ni condenada
más de una vez por el mismo hecho, aunque se modifique su calificación o se aleguen nuevas
circunstancias. La sentencia ejecutoriada dictada en el extranjero sobre hechos que puedan ser
conocidos por los juzgados o tribunales nacionales producirá efecto de cosa juzgada.
I. Toda persona denunciada o procesada será considerada inocente y tratada como tal en todo
momento, mientras no se declare su culpabilidad en sentencia ejecutoriada. No se podrá obligar a
la persona denunciada o procesada a declarar en contra de sí misma y su silencio no será utilizado
en su perjuicio.
III. En el caso de la persona procesada en rebeldía, se publicarán únicamente los datos indispensables
para su aprehensión.
Artículo 26. (DURACIÓN RAZONABLE). Toda persona tiene derecho a ser procesada en un
plazo razonable, de acuerdo a lo establecido en este Código. Al efecto, las autoridades judiciales y
fiscales deberán adoptar las medidas necesarias para lograr la más pronta y eficiente administración
de la justicia.
44
Artículo 27. (DEFENSA MATERIAL). La persona procesada, sin perjuicio de la defensa
técnica, podrá defenderse por sí misma; tiene derecho a participar en la audiencia cautelar y en la
de juicio oral sobre el fondo de la causa, así como a momento de la incorporación de elementos de
prueba.
II. Se considera persona denunciada a aquélla a la que se sindica o señala por la comisión de
un hecho delictivo. Se considera persona procesada a la imputada, acusada y a la con sentencia
condenatoria no ejecutoriada. Se considera persona imputada a quien se atribuya formalmente la
comisión de un delito ante los órganos encargados de la persecución penal, mediante imputación
formal. Se considera persona condenada a aquélla cuya condena se encuentra ejecutoriada.
4. A recibir un trato digno y humano sin discriminación por parte de autoridades, operadores
del sistema de justicia penal y medios de comunicación;
5. Al respeto a su intimidad por parte de autoridades, operadores del sistema de justicia penal
y medios de comunicación;
6. A ser informada sobre los resultados del proceso, así como de las resoluciones cautelares
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que se determinen por razón de su seguridad, desde la denuncia hasta la conclusión de la
causa ante la autoridad judicial o fiscal, y aún cuando no hubiera intervenido en el mismo;
II. Las personas discapacitadas tendrán derecho a una o un intérprete especializado de acuerdo a
su grado de discapacidad.
III. En ambos casos, cuando no haga uso de ese derecho o no cuente con los recursos suficientes,
se procederá a la designación de oficio.
TÍTULO II
ACCIONES QUE NACEN DE LOS DELITOS
I. De la comisión de todo delito nacen: La acción penal tenderá a restablecer el equilibrio entre
las partes y la restauración de derechos en el marco de la cultura de paz o la investigación del
hecho, su juzgamiento y la imposición de una pena o medida de seguridad; y la acción civil para la
indemnización, reparación y resarcimiento por los daños y perjuicios emergentes.
II. No se podrá condicionar la acción penal a la acción civil para la reparación de daños y perjuicios
emergentes.
CAPÍTULO I
ACCIÓN PENAL
SECCIÓN I
EJERCICIO DE LA ACCIÓN PENAL
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Artículo 34. (ACCIÓN PENAL PÚBLICA).
I. La acción penal pública será ejercida y promovida por la Fiscalía, en todos los delitos perseguibles
de oficio, sin perjuicio de la participación que este Código reconoce a la víctima.
II. La acción penal pública será ejercida a instancia de parte sólo en aquellos casos previstos
expresamente en este Código o ley especial.
III. El ejercicio de la acción penal pública no se podrá suspender, interrumpir, renunciar ni extinguir,
salvo en los casos expresamente previstos por ley.
I. Cuando el ejercicio de la acción penal pública requiera de instancia de parte, la Fiscalía la ejercerá
una vez que ella se produzca, sin perjuicio de realizar los actos imprescindibles para conservar los
elementos de prueba, siempre que no afecten el interés de la víctima. Se entenderá que la instancia
se ha producido cuando se formule la denuncia o querella del hecho por la víctima.
II. La autoridad fiscal la ejercerá directamente cuando el delito se haya cometido contra:
3. Una persona menor de edad o incapaz por uno o ambos padres, el representante legal o el
encargado de su custodia, cualquiera sea el grado de su participación.
III. La instancia de parte permitirá procesar a la persona autora y a todas las partícipes sin limitación
alguna.
Artículo 36. (ACCIÓN PENAL PRIVADA). La acción penal privada será ejercida exclusivamente
por la víctima, conforme al procedimiento especial regulado en este Código. En este procedimiento
no será parte la Fiscalía.
b) Delitos de lesiones leves con pena privativa de libertad máxima de dos (2) años.
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c) Delitos contra la propiedad con pena privativa de libertad máxima de tres (3) años, salvo el
caso de flagrancia.
I. Son delitos de acción privada: La estafa y el estelionato, salvo el caso de víctimas múltiples;
el giro de cheque en descubierto; giro defectuoso de cheque; desvío de clientela; corrupción de
dependientes; apropiación indebida; abuso de confianza; los delitos contra el honor; amenazas;
destrucción de cosas propias para defraudar; defraudación de servicios o alimentos; alzamiento de
bienes o falencia civil; despojo; alteración de linderos; perturbación de posesión; daño simple; e,
insultos y otras agresiones verbales por motivos racistas o discriminatorios.
I. A pedido de la víctima, la acción penal pública podrá ser convertida en acción privada en los
siguientes casos:
1. Cuando se trate de un delito que requiera instancia de parte, salvo las excepciones previstas
en el Parágrafo II del Artículo 37 de este Código;
2. Cuando se trate de delitos de contenido patrimonial o de delitos culposos que no tengan por
resultado la muerte, siempre que no exista un interés público gravemente comprometido;
4. Cuando se trate de “Delitos contra la Dignidad del Ser Humano”, siempre que no exista un
interés público gravemente comprometido; y,
5. Cuando se haya dispuesto el rechazo previsto en los Numerales 2, 3 y 4 del Artículo 317 de
este Código, la víctima o querellante hayan formulado objeción, y se encuentre dentro del
plazo previsto para la reapertura.
II. La conversión podrá ser autorizada por la o el Fiscal Departamental, la misma que será emitida
dentro de los tres (3) días de solicitada, hasta antes de la emisión del requerimiento conclusivo. La
conversión podrá ser autorizada por la jueza o el juez de instrucción en los casos previstos por los
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Numerales 3 y 5 del presente Artículo.
2. Por amnistía;
3. Por el pago del máximo previsto para la pena de multa, en el caso de delitos sancionados
sólo con esa clase de pena;
4. Por la aplicación de uno de los criterios de oportunidad, en los casos y las formas previstos
en este Código;
6. Por la reparación del daño particular o social causado, realizada en cualquier etapa o estado
del proceso, en los delitos de contenido patrimonial o en los delitos culposos que no tengan
por resultado la muerte. No procederá en casos de delincuencia organizada, reincidencia o
de personas con dos (2) o más imputaciones por delito doloso o que se hubieran beneficiado
con un criterio de oportunidad dentro los últimos tres (3) años.
7. Por conciliación o acuerdo restaurativo en los casos y formas previstos en este Código;
8. Por prescripción;
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II. El procedimiento para la reparación del daño es independiente de la extinción de la acción penal,
por la aplicación de criterios de oportunidad, la conciliación, el acuerdo restaurativo o la suspensión
condicional del proceso.
I. En el marco del pluralismo jurídico, las autoridades judiciales, fiscales, policiales y los operadores
del sistema de justicia penal, respetarán la coexistencia de los diferentes sistemas jurídicos del
Estado Plurinacional.
1. En ocho (8) años, para los delitos que tengan señalada una pena privativa de libertad cuyo
máximo legal sea igual o mayor a seis (6) años;
2. En cinco (5) años, para los delitos que tengan señaladas penas privativas de libertad cuyo
máximo legal sea menor de seis (6) y mayor de dos (2) años;
3. En tres (3) años, para los demás delitos sancionados con penas privativas de libertad; y,
4. En dos (2) años, para los delitos sancionados con penas no privativas de libertad.
II. Los casos comprendidos en los Artículos 111, 112 y 347 de la Constitución Política del Estado son
imprescriptibles.
III. En casos de delitos contra la libertad sexual y de trata y tráfico de personas, en los que las
víctimas sean personas menores de dieciocho años, el cómputo de la prescripción correrá a partir
que la víctima adquiera la mayoría de edad.
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I. El término de la prescripción de la acción se interrumpirá con la imputación formal puesta en
conocimiento ante la jueza o el juez de instrucción, momento desde el cual el plazo se computará
nuevamente.
II. En los delitos de acción privada o casos de conversión de acciones, el término de la prescripción
de la acción se interrumpirá desde la presentación de la acusación particular.
III. En los casos señalados en los Parágrafos anteriores, el término de la prescripción de la acción se
interrumpirá por la declaratoria de rebeldía de la persona procesada, momento desde el cual el plazo
se computará nuevamente.
1. Cuando se haya resuelto la suspensión condicional del proceso y esté vigente el período de
prueba correspondiente;
2. Mientras esté pendiente la presentación del fallo que resuelva las cuestiones prejudiciales
planteadas;
4. En los delitos que causen alteración del orden constitucional e impidan el ejercicio regular
de la competencia de las autoridades legalmente constituidas, mientras dure ese estado.
51
II. Las personas menores de edad o las interdictas declaradas sólo podrán ejercitar la acción penal
por medio de sus representantes legales.
SECCIÓN II
CRITERIOS DE OPORTUNIDAD
I. La Fiscalía tendrá la obligación de ejercer la acción penal pública en todos los casos que sea
procedente.
II. No obstante, podrá solicitar a la autoridad judicial que prescinda de la persecución penal, de uno
o varios de los hechos imputados, respecto de una o algunas de las personas partícipes, en los
siguientes casos:
1. Cuando se trate de un hecho de escasa relevancia social por la afectación mínima del bien
jurídico protegido;
2. Cuando la persona procesada haya sufrido a consecuencia del hecho, un daño físico o
moral más grave que la pena por imponerse;
3. Cuando la pena que se espera por el delito de cuya persecución se prescinde carece de
importancia en consideración a una pena ya impuesta por otro delito;
6. Cuando exista acuerdo restaurativo, en los casos establecidos por este Código; y,
7. Cuando exista conciliación, en los casos permitidos por la Constitución Política del Estado
y la ley.
III. En los supuestos previstos en los Numerales 1, 2, 4, 6 y 7 del Parágrafo anterior, la víctima podrá
acudir al procedimiento para la reparación del daño establecida en este Código o a la vía civil.
I. La decisión que prescinda de la persecución penal extinguirá la acción pública en relación con la
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persona procesada en cuyo favor se decida. No obstante, si la decisión se funda en la irrelevancia
social del hecho, sus efectos se extenderán a todas las personas partícipes.
II. En el caso del Numeral 5 del Parágrafo II Artículo anterior, sólo se suspenderá el ejercicio de la
acción penal pública hasta que la sentencia por los otros delitos adquiera ejecutoria, momento en el
que se resolverá definitivamente sobre la prescindencia de la persecución penal. Si ésta no satisface
las condiciones por las cuales se suspendió el ejercicio de la acción penal pública, la autoridad
judicial podrá reanudar su trámite.
III. La existencia de varias personas imputadas no impedirá la aplicación del criterio de oportunidad
para alguna de ellas.
IV. No procederá la prescindibilidad de la persecución penal cuando la persona procesada haya sido
beneficiada con la aplicación de un criterio de oportunidad en los últimos tres (3) años, contados a
partir del hecho, debiendo mantenerse el registro para fines de control durante ese periodo.
II. No procederá la suspensión condicional del proceso cuando la persona procesada haya sido
beneficiada con la aplicación de un criterio de oportunidad en los últimos tres (3) años, contados a
partir del hecho, debiendo mantenerse el registro para fines de control durante ese periodo.
I. Al resolver la suspensión condicional del proceso, la autoridad judicial fijará un período de prueba,
que no podrá ser inferior a un (1) año ni superior a tres (3) y en ningún caso excederá el máximo de
la pena prevista para el delito más grave que se persigue; determinará las condiciones y reglas que
deberá cumplir la persona procesada en ese plazo, seleccionando de acuerdo con la naturaleza del
hecho entre las siguientes:
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3. Abstención del consumo de estupefacientes o de bebidas alcohólicas;
5. Prestar trabajo a favor del Estado o de instituciones de asistencia pública, fuera de sus
horarios habituales de trabajo;
II. La autoridad judicial podrá imponer otras reglas de conducta análogas, que estime convenientes
para la reintegración social de la persona procesada sometida a prueba. La autoridad judicial
notificará en audiencia a la persona procesada con la resolución de suspensión condicional del
proceso, con expresa advertencia sobre las reglas de conducta, así como sobre las consecuencias
de su inobservancia.
III. La suspensión condicional del proceso sólo será apelable por la persona procesada y únicamente,
cuando las reglas sean ilegítimas, afecten su dignidad o sean excesivas.
IV. La jueza o el juez de ejecución penal velará por el cumplimiento de las reglas.
II. La revocatoria de la suspensión del proceso no impedirá el posterior perdón judicial o suspensión
condicional de la pena.
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III. La víctima podrá acudir al procedimiento para la reparación del daño establecida en este Código
o a la vía civil.
IV. Si la suspensión condicional del proceso no ha sido revocada hasta el vencimiento del período de
prueba, la jueza o el juez de la causa declarará extinguida la acción penal.
SECCIÓN III
CONCILIACIÓN
I. La autoridad fiscal, la víctima o la persona denunciada o procesada, en cualquier etapa del proceso
y hasta antes de la ejecutoria de sentencia, en la vía incidental, podrán promover la conciliación. Será
presentada por la o el fiscal o las partes ante la autoridad judicial, quien en caso de aprobar el acta,
en los casos permitidos por ley, extinguirá la acción penal siempre que no exista un interés público
gravemente comprometido.
II. En los delitos de acción privada se regirá de acuerdo a lo establecido en el Artículo 396 de este
Código.
I. Salvo lo dispuesto por ley, no está permitida la conciliación en procesos que sea parte el Estado,
delitos de corrupción, tráfico ilícito de sustancias controladas, delitos contra la seguridad del Estado
o delitos contra la vida, la integridad física, psicológica o sexual de las personas, o en los casos que
contravengan lo establecido en los Artículos 111, 112 y 347 de la Constitución Política del Estado.
II. Tampoco procederá en casos de delincuencia organizada, reincidencia o de personas con segunda
imputación por un mismo delito doloso o que se hubieran beneficiado con un criterio de oportunidad
en los últimos tres (3) años.
SECCIÓN IV
JUSTICIA RESTAURATIVA
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II. Se entiende por resultado restaurativo el acuerdo mediante el cual los intervinientes señalados en
el párrafo anterior establecen las responsabilidades de los sujetos, la reparación integral a la víctima
y la reintegración de la persona ofensora a la comunidad.
Artículo 58. (INSTANCIAS). Para facilitar el acuerdo restaurativo, las partes podrán acudir
a los equipos profesionales interdisciplinarios del Órgano Judicial o del Ministerio Público u otras
instancias.
3. En los casos que tenga efecto extintivo, suspenderá el proceso hasta el cumplimiento de las
obligaciones acordadas por un periodo máximo de doce (12) meses.
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5. La participación de la persona ofensora no se utilizará como prueba de admisión de
culpabilidad en procedimientos jurídicos ulteriores.
6. El incumplimiento del acuerdo no podrá utilizarse como fundamento para una condena o
para la agravación de la pena.
8. Las niñas, los niños y adolescentes, además, deberán estar asistidos por sus padres, tutor
o de personal especializado.
11. En ejecución penal, permitirá acceder a todos los beneficios del sistema progresivo, no
constituyendo un requisito adicional.
a) Delitos que tengan previstas la pena máxima privativa de libertad; delitos dolosos contra
la vida; delitos contra la libertad; o delitos cuyas víctimas sean personas en situación de
vulnerabilidad por delitos con pena máxima privativa de libertad igual o mayor a ocho (8)
años.
Artículo 61. (IMPROCEDENCIA). Salvo lo establecido por ley, no está permitido el acuerdo
restaurativo en procesos que sea parte el Estado, en delitos de corrupción, de tráfico ilícito de
sustancias controladas, trata y tráfico de personas, contrabando, delitos contra la seguridad del
Estado o los casos que contravengan los establecido en los Artículos 111, 112 y 347 de la Constitución
Política del Estado.
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CAPÍTULO II
ACCIÓN CIVIL
I. La acción civil para la indemnización, reparación y resarcimiento de los daños y perjuicios causados
por el delito, sólo podrá ser ejercida por la persona damnificada, contra la persona autora y las
partícipes del delito y, en su caso, contra la civilmente responsable.
Artículo 63. (EJERCICIO). La acción civil podrá ser ejercida en el proceso penal conforme con
las reglas especiales previstas en este Código o intentarse ante los juzgados o tribunales civiles, pero
no se podrá promover simultáneamente en ambas jurisdicciones.
2. Si se hubiera dispuesto la suspensión del proceso penal por rebeldía o enfermedad mental
de la persona procesada, o se haya dispuesto la revocatoria del proceso;
4. Por amnistía.
I. La sentencia ejecutoriada, dictada en el juicio civil, no impedirá ninguna acción penal posterior
sobre el mismo hecho o sobre otro que con él tenga relación.
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II. La sentencia ejecutoriada posterior, dictada en el proceso penal, no incidirá en los efectos de la
sentencia civil pasada en cosa juzgada, salvo cuando la absolución se funde en la inexistencia del
hecho o en la no participación de la persona imputada.
Artículo 67. (EJERCICIO DE LA ACCIÓN CIVIL POR EL ESTADO). La acción civil será
ejercida obligatoriamente por la entidad afectada, en los procesos penales relacionados con daños
económicos al Estado y subsidiariamente por la Procuraduría General del Estado.
LIBRO SEGUNDO
JUSTICIA PENAL Y SUJETOS PROCESALES
TÍTULO I
JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA
I. La competencia penal de las autoridades judiciales es improrrogable y se rige por las reglas
respectivas de la Ley del Órgano Judicial y por las de este Código.
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II. La competencia territorial de una autoridad judicial no podrá ser objetada ni modificada una vez
señalada la audiencia del juicio.
III. La autoridad judicial que sea competente para conocer de un proceso penal, lo será también para
decidir todas las cuestiones e incidentes que se susciten en el curso de su tramitación, así como para
dictar las resoluciones respectivas y ejecutarlas.
I. La incompetencia por razón de materia será declarada, aún de oficio, en cualquier estado del
proceso. Cuando se la declare, se remitirán las actuaciones a la autoridad judicial competente y,
cuando corresponda, se pondrán las personas detenidas a su disposición.
II. La inobservancia de las reglas de la competencia por razón de materia producirá la nulidad de los
actos.
Artículo 74. (CONVALIDACIÓN). No serán nulas las actuaciones de una autoridad judicial con
competencia para conocer hechos más graves que haya actuado en una causa de menor gravedad.
I. En caso de duda sobre la jurisdicción aplicable, por razones de concurrencia o conexitud entre la
jurisdicción especial y la ordinaria, corresponderá el conocimiento de los delitos a la jurisdicción penal
ordinaria.
II. En ningún caso las personas civiles serán sometidos a la jurisdicción militar.
III. Los delitos tipificados en leyes especiales serán tramitados de acuerdo a este Código, considerando
las previsiones establecidas en la ley especial.
1. La autoridad judicial del lugar de la comisión del delito. El delito se considera cometido en el
lugar donde se manifieste la conducta o se produzca el resultado;
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2. La autoridad judicial de la residencia de la víctima, de la persona imputada o del lugar en
que éste sea habida;
3. La autoridad judicial del lugar donde se descubran las pruebas materiales del hecho;
4. Cuando el delito cometido en territorio extranjero haya producido sus efectos en territorio
boliviano, conocerá la autoridad judicial del lugar donde se hayan producido los efectos o el
que hubiera prevenido;
5. En caso de tentativa, será la autoridad judicial del lugar donde se realizó el comienzo de la
ejecución o donde debía producirse el resultado; y,
6. Cuando concurran dos (2) o más juezas o jueces igualmente competentes conocerá quien
primero haya prevenido.
II. Los actos de la autoridad judicial incompetente por razón del territorio mantendrán validez, sin
perjuicio de las modificaciones que pueda realizar la autoridad competente.
1. Si los hechos imputados han sido cometidos simultáneamente por varias personas reunidas,
o por varias personas en distintos lugares o tiempos, cuando hubiera mediado acuerdo
entre ellas;
2. Cuando los hechos imputados sean cometidos para proporcionarse los medios de cometer
otros, o para facilitar la ejecución de éstos o asegurar su impunidad; o,
I. En los casos de conexitud, las causas se acumularán y serán conocidas por una sola autoridad
judicial o un solo tribunal. Será competente:
1. La autoridad judicial o tribunal que conozca del delito sancionado con pena más grave;
2. En caso de igual gravedad, la autoridad judicial o tribunal que conozca la causa cuya fecha
de iniciación sea más antigua;
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3. En caso de que los hechos sean simultáneos, o no conste debidamente cuál se cometió
primero o, en caso de duda, el que haya prevenido; y,
4. En caso de conflicto, será autoridad judicial o tribunal competente aquel que determine el
Tribunal Departamental de Justicia.
II. Excepcionalmente, la autoridad judicial competente podrá disponer la tramitación separada según
convenga a la naturaleza de las causas, para evitar el retardo procesal o facilitar el ejercicio de la
defensa.
III. Los procesos por delitos de acción privada no podrán acumularse a procesos por delitos de acción
pública.
CAPÍTULO I
TRIBUNALES COMPETENTES
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2. La sustanciación y resolución del recurso de apelación de sentencia, interpuesta en los
casos previstos en este Código;
I. Los Tribunales de Sentencia se conformarán por tres (3) juezas o jueces técnicos que serán
competentes para conocer:
1. La sustanciación y resolución del juicio en los delitos de acción pública cuya pena privativa
de libertad en su máximo sea igual o mayor a doce (12) años;
II. Cada jueza o juez ejercerá la presidencia rotativamente por cuatro (4) meses.
III. Para la prosecución del juicio oral, se contará mínimamente con la presencia de dos (2) jueces o
juezas.
IV. Disponer de oficio o a solicitud de parte las medidas de protección, en casos de víctimas en
situación de vulnerabilidad, conforme a ley.
V. La división de competencia por materia establecida por leyes especiales sobre los tribunales de
sentencia y juzgados de sentencia se regirá por lo establecido en éstas.
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Artículo 82. (JUZGADOS DE SENTENCIA).
2. Conocer y resolver los juicios por delitos de acción pública y privada; sancionados con pena
no privativa de libertad o con pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea menor de
doce (12) años. En caso de concurso de delitos, sólo se considerará la pena máxima del
delito de mayor gravedad;
4. Conocer y resolver, en todos los casos, el procedimiento para la reparación del daño,
conforme lo establecido en el presente Código;
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7. Decidir la suspensión del proceso a prueba;
II. Los juzgados de instrucción creados por leyes especiales se regirán a lo establecido por éstas.
III. Los juzgados de instrucción conocerán y resolverán las solicitudes de desestimación, rechazo y
sobreseimiento.
Artículo 84. (JUZGADOS DE EJECUCIÓN PENAL). Los juzgados de ejecución penal, además
de las atribuciones contenidas en la Ley del Órgano Judicial y en la Ley de Régimen Penitenciario,
tendrán a su cargo:
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Artículo 85. (SECRETARIAS Y SECRETARIOS).
I. El juzgado o tribunal será asistido, en el cumplimiento de sus actos, por la secretaria o el secretario.
II. A las secretarias y los secretarios les corresponderá como función propia, además de las
expresamente señaladas en este Código y la Ley del Órgano Judicial, ordenar las notificaciones,
disponer la custodia de objetos probatorios secuestrados, recibir y registrar en un acta la prueba
ofrecida por las partes, llevar al día los registros y estadísticas, dirigir a las servidoras y los servidores
de apoyo judicial, informar a las partes y colaborar en todos los trabajos que las autoridades judiciales
les ordenen.
III. Las secretarias y los secretarios tienen el deber de informar periódicamente a la autoridad judicial,
respecto al tiempo de permanencia de las personas imputadas detenidas preventivamente, así como
de las personas condenadas, bajo responsabilidad.
IV. En caso que no pueda ser posible la suplencia de la secretaria o el secretario, le suplirá la
servidora o el servidor de apoyo judicial habilitado por la autoridad judicial.
TÍTULO II
ÓRGANOS DE INVESTIGACIÓN
CAPÍTULO I
MINISTERIO PÚBLICO
Artículo 88. (OBJETIVIDAD). Las autoridades fiscales velarán por el cumplimiento efectivo
de las garantías que reconocen a la persona denunciada o procesada los Convenios y Tratados
internacionales vigentes, en materia de derechos humanos, la Constitución Política del Estado y
las leyes. En la actividad investigativa tomarán en cuenta no sólo las circunstancias que permitan
comprobar la acusación sino también las que sirvan para eximir de responsabilidad a la persona
denunciada o procesada, formulando sus requerimientos conforme a este criterio.
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Artículo 89. (ACTUACIONES FUNDAMENTADAS).
II. Las solicitudes de las partes deberán ser decretadas o providenciadas en el plazo de veinticuatro
(24) horas.
CAPÍTULO II
ÓRGANOS DE INVESTIGACIÓN TÉCNICA
I. La Policía Judicial es una función de servicio público para la investigación de los delitos, y se ejerce
bajo la dirección funcional del Ministerio Público desde el primer momento de la investigación.
II. La función de Policía Judicial se ejercerá por especialidades, de acuerdo a las Unidades
Especializadas que conforme el Ministerio Público.
III. Las diligencias de policía judicial en materia de sustancias controladas serán procesadas por la
Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, bajo la dirección de la autoridad fiscal de sustancias
controladas.
a) La Policía Boliviana.
II. La Policía Boliviana contará con personal especializado en investigación criminal para que ejerza
la función de Policía Judicial, el cual será declarado en comisión bajo la dirección del Ministerio
Público.
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Artículo 92. (ACTUACIONES DE INVESTIGACIÓN).
II. Cuando la Policía Boliviana tenga noticia de la comisión de un hecho delictivo, resguardará el
lugar e informará inmediatamente al Ministerio Público, que se constituirá al lugar de los hechos con
la unidad que ejerce la función de Policía Judicial y, en su caso, con el Instituto de Investigaciones
Forenses.
TÍTULO III
VÍCTIMA
CAPÍTULO I
VÍCTIMA Y PARTE QUERELLANTE O ACUSADORA PARTICULAR
3. Al Estado a través de las entidades que las representen, conforme a ley, y a las personas
jurídicas en los delitos que les afecten; y,
I. La víctima podrá promover la acción pública mediante querella, y en los delitos de acción privada
mediante la acusación particular, según los procedimientos establecidos en este Código.
II. Las personas menores de edad y los interdictos declarados, podrán formular querella por medio
de sus representantes legales. En caso de incapacidad temporal de la víctima, sus derechos podrán
ser ejercidos por sus familiares según las reglas de la representación sin mandato.
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III. Las personas jurídicas podrán querellarse a través de sus representantes.
I. En los delitos de acción pública, la víctima, querellante o su representante legal, podrán provocar
la persecución penal o intervenir en la ya iniciada por la Fiscalía, con todos los derechos y facultades
previstos en la Constitución Política del Estado, en este Código y en las leyes especiales. La querella
podrá interponerse hasta el momento de presentación de la acusación fiscal de conformidad con lo
previsto en el Artículo 352 y otros casos establecidos por este Código.
II. Cuando el proceso se haya iniciado, la víctima o querellante, se someterá al estado en que se
encuentre, sin retrotraer el trámite.
III. La participación o no de la víctima como querellante no alterará las facultades concedidas por la
ley a las autoridades judiciales o fiscales ni los eximirá de sus responsabilidades.
I. Cuando actúen varias víctimas con un interés común y siempre que haya compatibilidad en la
acción, la autoridad judicial, de oficio o a petición de parte, les intimará a unificar su representación.
I. La querella o acusación podrá ser iniciada y proseguida por mandataria o mandatario con poder
especial, que cumpla con los requisitos legales.
II. La persona ofendida directamente por el delito podrá disponer que sus derechos y facultades sean
ejercidos por una entidad estatal, asociación o fundación de protección o ayuda a las víctimas. En
este caso no será necesario el poder especial y bastará que la delegación de derechos y facultades
conste en un escrito firmado por la víctima y el representante legal de la entidad.
CAPÍTULO II
DERECHOS Y FACULTADES
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1. Acceso a la justicia, de manera oportuna y efectiva;
3. A intervenir por sí sola o por intermedio de una abogada o un abogado, conforme al presente
Código;
5. A ser orientada o patrocinada gratuitamente por una abogada o un abogado del servicio
estatal de asistencia a las víctimas o mediante designación de oficio por autoridad
competente, en caso de tener escasos recursos económicos;
7. A ser asistida en todos los actos procesales por una traductora, un traductor o intérprete,
conforme a este Código; y,
I. La víctima, por sí sola o mediante abogada o abogado, y aún cuando no se haya constituido en
parte querellante o acusadora, tendrá las facultades procesales de:
3. Presentar denuncias.
II. La víctima, aún cuando no se haya constituido en parte querellante o acusadora, tendrá las
facultades procesales de:
1. Impugnar o recurrir:
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Artículo 100. (DEBER DE ATESTIGUAR). La intervención de una persona como querellante o
parte acusadora particular no la exime de la obligación de declarar como testigo en el proceso, de
conformidad a lo establecido en el presente Código.
Artículo 101. (NO REVICTIMIZACIÓN). La víctima tiene derecho a no ser sometida a conductas
revictimizantes, entendiendo como tales las siguientes:
c) No tomar los recaudos necesarios para evitar el encuentro entre la víctima y la persona
denunciada o procesada;
d) Estigmatizar a la víctima;
TÍTULO IV
PERSONA DENUNCIADA O PROCESADA
CAPÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. La persona denunciada o procesada, desde el primer acto del proceso, será identificada por
su nombre, datos personales y señas particulares. Si se abstiene de proporcionar esos datos o
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los proporciona de manera falsa, se procederá a su identificación mediante testigos, fotografías,
identificación dactiloscópica u otros medios lícitos.
II. La duda sobre los datos obtenidos no alterará el curso del proceso y los errores podrán ser
subsanados en cualquier oportunidad, aún durante la ejecución penal.
I. Toda autoridad que intervenga en el proceso asegurará que la persona denunciada o procesada
conozca los derechos que la Constitución Política del Estado, los Convenios y Tratados internacionales
vigentes y este Código le reconocen.
II. La persona denunciada o procesada desde el inicio de la investigación tendrá derecho a ser
asistida y a entrevistarse en privado con su defensora o defensor.
I. Si la persona denunciada o procesada fuera menor de dieciocho (18) años de edad, quienes
ejerzan la autoridad paterna o la tutoría podrán intervenir en el proceso asumiendo su defensa, sin
perjuicio de su propia intervención.
II. Si la autoridad paterna estuviera ejercida por el padre y la madre, éstos actuarán bajo única
representación. El conflicto que pueda suscitarse entre ellos lo resolverá la autoridad judicial de la
causa.
III. Cuando la persona adolescente en conflicto con la ley no tenga representación legal, será
obligatoria la intervención de un representante estatal de protección a la niñez y adolescencia, bajo
sanción de nulidad.
I. Si durante el proceso se advierte que la persona procesada padece de alguna enfermedad mental
que le impida comprender los actos del proceso, la autoridad judicial podrá ordenar, de oficio o a
petición de parte, su reconocimiento psiquiátrico. Comprobado este extremo, ordenará mediante
resolución, la suspensión del proceso hasta que desaparezca su incapacidad.
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II. Esta resolución no impedirá que se investigue el hecho o que continúe el proceso con respecto a
las personas coimputadas.
III. La autoridad judicial podrá ordenar su libertad, dejándola al cuidado de sus padres, tutora, tutor,
curadora o curador, cuando no exista peligro de que se dañe a sí misma o a los demás. Caso
contrario dispondrá la internación de la persona procesada en un establecimiento adecuado, cuyo
responsable informará por lo menos una vez cada tres (3) meses sobre el estado mental de la
persona enferma. En ambos casos, será examinada por lo menos una vez cada seis (6) meses por
las o los peritos que la autoridad judicial designe. Si de los informes médicos resulta que la persona
procesada ha recobrado su salud mental, la autoridad judicial dispondrá la prosecución de la causa.
4. Se ausente sin licencia de la autoridad judicial del lugar asignado para residir.
2. Las medidas cautelares que considere convenientes sobre los bienes de la persona
procesada para asegurar la eventual responsabilidad civil emergente del hecho imputado;
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3. La ejecución de la fianza que haya sido prestada;
I. Cuando la persona declarada rebelde comparezca o sea puesta a disposición de la autoridad que
la requiera, el proceso continuará su trámite dejándose sin efecto las órdenes dispuestas a efectos
de su comparecencia y manteniendo las medidas cautelares de carácter real.
II. La persona procesada pagará las costas de su rebeldía y será sancionada con arresto de hasta
ocho (8) horas o multa de uno (1) hasta cinco (5) salarios mínimos nacionales o ambos, cuando sea
declarada rebelde en los casos establecidos en el Artículo 106 del presente Código. Si justifica que
no concurrió debido a un grave y legítimo impedimento, la rebeldía será revocada y no habrá lugar a
la ejecución de la fianza.
CAPÍTULO II
DECLARACIÓN DE LA PERSONA DENUNCIADA O PROCESADA
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I. Antes de iniciar la declaración se comunicará a la persona denunciada el hecho que se le atribuye,
con todas las circunstancias de tiempo, lugar y forma de su comisión, incluyendo aquellas que sean
de importancia para la calificación jurídica, un resumen del contenido de los elementos de prueba
existentes y las disposiciones penales que se consideren aplicables.
II. Se le advertirá que puede abstenerse de declarar y que esa decisión no podrá ser utilizada en su
perjuicio.
III. La investigadora o el investigador del caso sólo podrá interrogar a la persona denunciada, con la
presencia de la autoridad fiscal y su defensora o defensor, excepto para constatar su identidad; su
ausencia o no participación no será obstáculo para la continuidad del acto.
I. En ningún caso se exigirá juramento a la persona denunciada ni será sometida a ninguna clase
de coacción, amenaza o promesa, ni se usará medio alguno para obligarla, inducirla o instigarla a
declarar contra su voluntad, ni se le harán cargos tendientes a obtener su confesión.
III. En todos los casos la declaración de la persona denunciada se llevará a cabo en un lugar
adecuado.
II. Las declaraciones de la persona denunciada no podrán llevarse a cabo sin la presencia de
su defensora o defensor. En caso de inasistencia injustificada de la defensora o el defensor, se
considerará abandonada la defensa y se designará inmediatamente una defensora o un defensor
estatal, sin perjuicio de las sanciones que correspondan. La abogada o el abogado responsable del
abandono no podrán intervenir de nuevo en el proceso.
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Artículo 115. (DESARROLLO DE LA DECLARACIÓN).
1. Su nombre, apellido, edad, estado civil, profesión u ocupación, nacionalidad, fecha y lugar
de nacimiento, domicilio real y procesal;
2. Si ha sido perseguida penalmente y, en su caso, por qué causa, ante qué juzgado o tribunal,
qué sentencia recayó y si ésta fue cumplida; y,
II. La autoridad fiscal y las abogadas o los abogados de la persona denunciada o de la víctima podrán
pedir las aclaraciones que tengan relación con las declaraciones de la persona denunciada.
IV. La persona denunciada declarará libremente, pero la autoridad encargada de su recepción podrá
disponer las medidas para impedir su fuga o algún hecho de violencia.
I. Durante la etapa preparatoria, la persona denunciada prestará declaración ante la autoridad fiscal,
previa citación formal y conocimiento de la denuncia, querella o del informe de acción directa.
II. La autoridad policial podrá participar en el acto, pudiendo interrogar a la persona denunciada bajo
la dirección de la autoridad fiscal.
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IV. Durante el juicio, la declaración se recibirá en la oportunidad y forma previstas por los Artículos
361 y 362 de este Código.
V. La persona denunciada o procesada podrá solicitar que se le reciba una nueva declaración,
solicitud que será atendida siempre que la autoridad correspondiente no la considere como un
procedimiento dilatorio.
II. Si la persona denunciada o procesada se abstiene de declarar, se hará constar en acta. Si rehúsa
o no puede suscribirla, se consignará el motivo.
CAPÍTULO III
DEFENSA TÉCNICA DE LA PERSONA DENUNCIADA O PROCESADA
77
Artículo 122. (NÚMERO DE DEFENSORAS O DEFENSORES).
I. La persona imputada podrá nombrar cuantas defensoras o cuantos defensores estime necesarios.
Sin embargo, en las audiencias, la autoridad judicial podrá limitar sus intervenciones cuando éstas
sean reiterativas o dilatorias.
II. Cuando intervengan dos (2) o más defensoras o defensores, la notificación practicada a una o uno
de éstas o éstos valdrá para todos y la sustitución de alguno no alterará trámites ni plazos.
Artículo 125. (SANCIÓN POR ABANDONO MALICIOSO). Si el abandono tiene como propósito
dilatar el desarrollo del proceso, la autoridad judicial sancionará con multa fija a la defensora o al
defensor, equivalente a un mes de remuneración de una jueza o un juez de sentencia y remitirá
antecedentes a la autoridad competente a efectos disciplinarios. En la misma resolución, la autoridad
judicial dispondrá de inmediato el nombramiento de defensora o defensor estatal a la persona
procesada, aplicándose lo señalado en el Parágrafo II del Artículo 114 de este Código.
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TÍTULO V
DEFENSA ESTATAL DE LA PERSONA DENUNCIADA O PROCESADA, Y DE ASISTENCIA A LA
VÍCTIMA
I. La defensa penal a la persona imputada y la asistencia a la víctima, otorgadas por el Estado, son
una función de servicio público a favor de personas carentes de recursos económicos. En el caso de
la persona imputada, alcanza a quienes no designan defensora o defensor para su patrocinio o cuya
defensa no concurre al llamado de la autoridad.
II. Los servicios de defensa estatal a la persona imputada y de asistencia a la víctima se cumple por:
Artículo 129. (DEBER DE INFORMAR). La autoridad judicial o fiscal, según el caso, en los
casos de negligencia en el ejercicio de las funciones o de abandono de la defensa, informará a la
máxima autoridad de la entidad estatal de la cual dependen y a la autoridad disciplinaria respectiva,
a los efectos de la determinación de la responsabilidad que corresponda.
LIBRO TERCERO
ACTIVIDAD PROCESAL
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. En todos los actos procesales se empleará como idioma el castellano, sin perjuicio de que las
declaraciones o interrogatorios se realicen en el idioma de la persona declarante. Para constatar
que el acta es fiel, la persona declarante tendrá derecho a solicitar la intervención de un traductor o
intérprete, que firmará el documento en señal de conformidad.
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II. Para la audiencia de juicio, alternativamente, mediante resolución fundamentada, la autoridad
judicial podrá ordenar la utilización de cualquiera de los otros idiomas oficiales reconocidos en el
Artículo 5 de la Constitución Política del Estado, según el lugar donde se celebra el juicio.
III. Si alguna de las partes, la jueza, el juez o las personas declarantes no comprenden el idioma o la
lengua utilizada, la autoridad judicial nombrará un traductor común.
Artículo 132. (EXENCIÓN PARA ENTIDADES ESTATALES). Las entidades del Estado, las
defensoras y los defensores estatales referidos en el Parágrafo II del Artículo 128 de este Código,
están exentas y exentos del pago de costas, valores en sede judicial o administrativa, policial, entidad
financiera, así como de derechos arancelarios por elaboración de testimonios, copias legalizadas,
certificaciones y de cualquier otra imposición.
I. Los actos del proceso serán públicos, salvo las excepciones previstas por ley.
II. En el marco de las responsabilidades establecidas por la Ley de Imprenta, las informaciones
periodísticas sobre un proceso penal se abstendrán de presentar a la persona denunciada o
procesada como culpable, en tanto no recaiga sobre ésta una sentencia condenatoria ejecutoriada.
III. La autoridad judicial o fiscal podrá ordenar, mediante resolución fundamentada, que algunos actos
del proceso se realicen en forma reservada, total o parcialmente, cuando:
1. Se afecte el pudor o la vida privada de alguna de las partes o de otra persona citada o por
citarse;
2. Corra riesgo la integridad física de las autoridades judiciales o fiscales, de alguna de las
partes, o de alguna persona citada;
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IV. La autoridad judicial podrá imponer a los intervinientes el deber de mantener en reserva los
hechos que presenciaron o conocieron.
V. Cuando la reserva sea declarada durante el juicio, la publicidad será restablecida una vez que
haya desaparecido el motivo de la reserva.
I. Las personas que sean interrogadas deberán responder oralmente y sin consultar notas o
documentos, con excepción de las o los peritos y de quienes sean autorizados al efecto en razón de
sus condiciones o de la naturaleza de los hechos.
II. Cuando se proceda por escrito, en los casos permitidos por este Código, se consignarán las
preguntas y respuestas, utilizándose las expresiones de la persona declarante.
I. Los actos procesales se cumplirán en días y horas hábiles, sin perjuicio de las habilitaciones que
señale la autoridad judicial, de oficio o a petición de parte, cuando lo estime necesario.
II. A solicitud fundamentada de la autoridad fiscal, la jueza o el juez de instrucción podrá expedir
mandamientos en días feriados y horas extraordinarias.
I. La autoridad judicial o fiscal podrá constituirse en cualquier lugar del territorio del Estado, incluidos
los establecimientos penitenciarios, para la realización de los actos propios de su función y que por
su naturaleza sean indelegables, atendiendo a la eficacia de los actos procesales.
II. Cuando la autoridad judicial lo estime conveniente, ordenará realizar el juicio cerca o en el lugar
donde se cometió el delito, siempre que con ello no se dificulte el ejercicio de la defensa, se ponga
en riesgo la seguridad de los participantes o se pueda producir una alteración significativa de la
tranquilidad pública. En estos casos, la secretaria o el secretario acondicionará una sala de audiencia
apropiada, recurriendo a las autoridades o instituciones del lugar, a objeto que le presten el apoyo
necesario para el normal desarrollo del juicio.
I. El objeto del acta es la constancia de la realización de un acto jurisdiccional o fiscal. Podrá realizarse
el registro por cualquier medio audiovisual o de audio.
81
II. Los actos y diligencias que deban consignarse en forma escrita únicamente contendrán, sin
perjuicio de las formalidades previstas para actos particulares:
1. Mención del lugar, fecha, hora, autoridades y partes que asistan al acto procesal;
3. Mención de los lugares, fechas y horas de suspensión y continuación del acto, cuando se
trate de actos sucesivos llevados a cabo en un mismo lugar o en distintos lugares; y,
III. Salvo disposición contraria, la omisión de estas formalidades sólo priva de efectos al acta, o torna
invalorable su contenido, cuando ellas no puedan ser suplidas con certeza sobre la base de otros
elementos de prueba.
IV. Las secretarias, los secretarios, las servidoras o los servidores habilitadas o habilitados para el
efecto se encargarán de redactar el acta en forma sucinta, sin que ésta contenga la transcripción literal
de la intervención de las partes, y carecerá de valor sin su firma, sin perjuicio de su responsabilidad
personal.
Artículo 139. (TESTIGOS DE ACTUACIÓN). Podrá ser testigo de actuación cualquier persona
con excepción de las personas menores de catorce (14) años, personas con enfermedad mental y
las que se encuentren bajo el efecto de bebidas alcohólicas o estupefacientes.
TÍTULO II
FACULTADES ORDENADORAS Y CORRECCIONALES
Artículo 140. (SOBRE MEMORIALES IRRESPETUOSOS). La autoridad judicial tendrá las
facultades correccionales de sancionar a la parte, su defensa o a ambos, por la presentación de
memoriales que contengan expresiones irrespetuosas u ofensivas contra autoridades judiciales,
fiscales u operadores del sistema de justicia penal o las partes, aplicando las sanciones establecidas
en el Numeral 1 del Parágrafo I del Artículo 142 de este Código.
1. Ordenar los actos y medidas necesarios para prevenir cualquier acción u omisión contraria
al orden o a los principios del proceso.
2. Adoptar las providencias que sean necesarias para mantener el orden y adecuado desarrollo
de las audiencias, con facultades de llamar la atención, advertir o imponer las sanciones
señaladas en el siguiente Artículo a las partes, abogadas, abogados u operadores del
sistema de justicia penal, testigos, peritos o personas ajenas al proceso; y,
82
3. Requerir el auxilio de la fuerza pública, para el cumplimiento de sus decisiones, imponiendo
las sanciones señaladas en el siguiente Artículo, pudiendo declarar cuarto intermedio para
la prosecución del debate cuando no sea posible restablecer el orden alterado o se produzca
un hecho que impida su continuación.
I. La autoridad judicial, en ejercicio de sus facultades correccionales, sancionará con arresto de hasta
ocho (8) horas o multa de uno (1) hasta cinco (5) salarios mínimos nacionales o ambos:
1. A quien falte al debido respeto a la autoridad judicial o a los operadores del sistema de
justicia penal, en el ejercicio de sus funciones, así como a las partes en el proceso.
3. A la operadora u operador del sistema de justicia penal o persona particular que sin justa
causa incumpla las órdenes que les imparta en ejercicio de sus funciones o demoren su
ejecución.
II. Las sanciones que se impongan en los Numerales 2, 3, 4 y 5 del Parágrafo anterior, serán sin
perjuicio de la acción penal que pueda corresponder.
III. La autoridad judicial, en ejercicio de sus facultades correccionales, sancionará con arresto de
hasta ocho (8) horas y multa de cinco (5) hasta diez (10) salarios mínimos nacionales a la autoridad
fiscal que:
2. No requiera la aplicación de una salida alternativa en todos los casos que fuera procedente.
83
4. No disponga ni requerir las medidas de protección a víctimas conforme a lo establecido
por ley”.
5. No emitiera requerimiento conclusivo en el plazo establecido por ley, cuando haya sido
conminado por la autoridad judicial.
6. No hubiera emitido imputación formal en el plazo establecido por ley, cuando haya sido
conminado por la autoridad judicial mediante resolución de revocatoria de rechazo.
8. No hubiera realizado actos investigativos en el plazo establecido por ley, cuando se haya
revocado la solicitud de rechazo por inactividad investigativa.
TÍTULO III
ACTOS Y RESOLUCIONES
I. Las autoridades judiciales dictarán sus resoluciones en forma de providencias, autos interlocutorios
y sentencias, en las que deberán advertir si éstas son recurribles, por quiénes y en qué plazo.
II. Las providencias ordenarán actos de mero trámite que no requieran sustanciación.
III. Los autos interlocutorios resolverán cuestiones incidentales que requieran substanciación. Las
decisiones que pongan término al procedimiento o las dictadas en el proceso de ejecución de la pena
también tendrán la forma de autos interlocutorios.
IV. Las sentencias serán dictadas luego del juicio oral y público, sea en el procedimiento común o
finalizado el procedimiento abreviado o el juicio inmediato.
V. Son requisitos formales de toda resolución judicial: La indicación del número y materia del juzgado
o tribunal, la individualización de las partes, el lugar y fecha en que se dictó y la firma de la autoridad
judicial.
84
Artículo 145. (FUNDAMENTACIÓN).
I. Las sentencias y autos interlocutorios serán fundamentados. Expresarán los motivos de hecho y de
derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba.
II. La fundamentación no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos o la
mención de los requerimientos de las partes.
Artículo 146. (EXPLICACIÓN DE SENTENCIA). La autoridad judicial luego del pronunciamiento
formal y lectura de la sentencia, dispondrá la explicación de su contenido en el idioma del lugar en el
que se celebró el juicio.
I. La autoridad judicial de oficio o a petición de parte podrá aclarar las expresiones oscuras, suplir
alguna omisión o subsanar cualquier error material o de hecho, contenidas en sus actuaciones o
resoluciones, siempre que ello no importe una modificación esencial de las mismas.
II. Las partes podrán solicitar explicación, complementación y enmienda de las sentencias y autos
interlocutorios, en audiencia o dentro del primer día hábil posterior a su notificación.
II. Cuando el original sea sustraído, perdido o destruido, la copia auténtica adquirirá este carácter.
Cuando no exista copia auténtica de los documentos, la autoridad judicial dispondrá la reposición
mediante resolución expresa.
III. La secretaria o el secretario expedirá copias, cuando sean pedidas por autoridad pública, conforme
lo establecido en el presente Código.
85
VI. En los casos que por ley deba otorgarse información a personas que no son parte del proceso,
ésta no deberá vulnerar los derechos de las partes establecidos en la Constitución Política del
Estado, en particular la dignidad y presunción de inocencia de las partes.
1. De detención preventiva;
2.
De condena;
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3. De arresto;
4. De libertad condicional;
6. De arraigo;
7. De incautación;
TÍTULO IV
PLAZOS
I. Los plazos son improrrogables y perentorios, salvo disposición contraria de este Código.
II. Los plazos determinados por horas comenzarán a correr inmediatamente después de su
notificación.
III. Los plazos determinados por días comenzarán a correr al día siguiente de practicada la notificación
y vencerán a las veinticuatro (24) horas del último día hábil señalado.
IV. Los plazos determinados en días u horas sólo se computarán en días hábiles, salvo que la
ley disponga expresamente lo contrario o que se refiera a medidas cautelares, caso en el cual se
computarán días corridos.
V. Los plazos comunes expresamente determinados en este Código comenzarán a correr a partir de
la última notificación que se practique a las interesadas o los interesados.
VI. Los plazos sólo se suspenderán durante las vacaciones judiciales y podrán declararse en
suspenso por circunstancias de fuerza mayor, debidamente fundamentadas, que hagan imposible el
desarrollo del proceso.
87
VII. Los plazos determinados en meses o años se computarán en días calendario.
Artículo 153. (RENUNCIA O ABREVIACIÓN). Las partes, en cuyo favor se estableció un plazo,
podrán renunciar o abreviar el mismo mediante expresa manifestación de su voluntad.
Artículo 154. (PLAZOS PARA RESOLVER). Salvo disposición contraria de este Código, la
autoridad judicial:
1. Dictará las providencias de mero trámite dentro de las veinticuatro (24) horas de la
presentación de los actos que las motivan;
2. Resolverá los incidentes y excepciones, y dictará los autos interlocutorios conforme las
disposiciones establecidas en este Código; y,
TÍTULO V
CONTROL DE LA RETARDACIÓN DE JUSTICIA
I. Todo proceso durará un plazo razonable, entendiendo como tal el derecho a la protección de la
justicia dentro del tiempo más corto posible, evitando la dilación indebida por omisión o falta de la
diligencia debida de los órganos competentes. La duración de un proceso en ningún caso podrá
superar el plazo máximo establecido para la prescripción de la acción del delito por el que se juzga.
II. Para el caso de delitos imprescriptibles, la duración máxima del proceso es la establecida en el
Numeral 1 del Parágrafo I del Artículo 42 de este Código, no computándose el tiempo de dilación
atribuible a la persona imputada. En el caso de los delitos que prescriben en dos (2) años, la duración
máxima del proceso será de tres (3) años.
I. La etapa preparatoria tiene una duración de tres (3) meses, computables a partir de la notificación
con la primera imputación formal.
II. La etapa preparatoria sólo podrá ampliarse, fundadamente, indicando las diligencias a realizar, sin
perjuicio de otras que puedan realizarse, en los siguientes casos:
88
b) Cuando no estuviera identificada la persona imputada.
III. En ningún otro caso se podrá ampliar el plazo establecido en el presente Artículo. Cuando el
Ministerio Público necesite ampliar el plazo de la etapa preparatoria, su fundamentación no podrá
basarse en la propia ineficacia de los actos investigativos que hubieran estado a su cargo.
IV. La autoridad fiscal podrá solicitar a la jueza o al juez de instrucción, la ampliación de la etapa
preparatoria hasta seis (6) meses, computables a partir de la primera imputación, o hasta un plazo
máximo de nueve (9) meses para el caso de pluralidad de personas imputadas, víctimas o hechos.
V. Si, vencido el plazo de la etapa preparatoria, la autoridad fiscal no presenta alguno de los
requerimientos conclusivos previstos en el Artículo 335 de este Código, la jueza o el juez de instrucción
conminará a la o al Fiscal Departamental para la emisión del requerimiento dentro del plazo máximo
de cinco (5) días. Transcurrido este plazo, sin que se presente requerimiento conclusivo, la jueza o el
juez de instrucción notificará a la víctima o querellante para que presente acusación particular en el
mismo plazo, bajo alternativa de declararse extinguida la acción penal.
TÍTULO VI
COOPERACIÓN
CAPÍTULO I
COOPERACIÓN INTERNA
I. Cuando sea necesario, las autoridades judiciales y fiscales podrán recurrir de manera directa a otra
autoridad judicial, fiscal o administrativa, para la ejecución de un acto o diligencia. También podrán
solicitar información de manera directa cuando ésta se vincule con el proceso.
II. Las autoridades requeridas tramitarán sin demora las diligencias legalmente transmitidas, bajo
responsabilidad, conforme a ley.
89
Artículo 159. (EXHORTOS Y ÓRDENES INSTRUIDAS).
I. Los exhortos y las órdenes instruidas indicarán el pedido concreto, el proceso en el que se formula
la solicitud, la identificación de quien solicita y el plazo fijado para la respuesta. Podrán transmitirse
por cualquier medio legalmente establecido.
II. Cuando la solicitud sea dirigida a otra autoridad pública, se la realizará mediante oficio.
CAPÍTULO II
COOPERACIÓN INTERNACIONAL
TÍTULO VII
NOTIFICACIONES
I. Las notificaciones tienen por objeto hacer conocer a las partes o a terceros las resoluciones
judiciales.
II. Las resoluciones serán obligatoriamente notificadas al día siguiente de dictadas, salvo que la ley
o la autoridad judicial disponga un plazo menor. Las que se dicten durante las audiencias orales, se
notificarán en el mismo acto por su lectura.
I. Las notificaciones se practicarán por cualquier medio legal de comunicación (fax, correo electrónico,
radio u otras) que la persona interesada expresamente haya aceptado o propuesto, excepto las
notificaciones personales.
II. Cuando la persona interesada no haya señalado un medio de comunicación específico, aquéllas
se podrán realizar por cualquier otro medio que asegure su recepción.
90
Artículo 164. (LUGAR DE NOTIFICACIÓN).
I. Las notificaciones a las servidoras y los servidores de la Fiscalía, del servicio estatal de defensa de
las personas denunciadas o procesadas, y del servicio estatal de asistencia a la víctima se realizarán
en sus oficinas. Las partes serán notificadas en el domicilio que hayan constituido en su primera
actuación o en su defecto en estrados judiciales, salvo el caso de notificaciones personales.
II. En delitos de acción pública, se tendrán por domicilio real y procesal los señalados en la declaración
informativa, bajo alternativa de notificarse en sede fiscal o judicial. En delitos de acción privada, se
tendrán por domicilio real y procesal los señalados por las partes.
III. La parte que cambiara de domicilio, deberá poner esa circunstancia en conocimiento de la Fiscalía
y del juzgado que conoce la causa, bajo alternativa de ser notificada en estrados del Ministerio
Público o judiciales respectivamente.
IV. Las notificaciones que deba realizar el Ministerio Público sobre sus resoluciones se sujetarán a lo
establecido en su Ley Orgánica.
I. Se notificará personalmente, a cargo del Órgano Judicial, con copia de la resolución correspondiente:
1. La imputación formal;
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Artículo 167. (NOTIFICACIÓN POR EDICTOS).
I. Cuando la persona que deba ser notificada no tenga domicilio conocido o se ignore su paradero,
será notificada mediante edicto, el mismo que contendrá:
II. El edicto será publicado en un medio de comunicación escrito de circulación nacional y en uno
del lugar donde se sigue la causa, por dos (2) veces con un intervalo de cinco (5) días entre ambas
publicaciones.
III. La publicación del edicto estará a cargo del Ministerio Público en los delitos de su competencia.
En caso que la víctima sea el Estado, los medios estatales de comunicación escrita publicarán los
edictos en forma gratuita.
IV. En las localidades donde no existan estos medios, el edicto deberá ser colocado en los lugares
públicos más concurridos.
VI. En el edicto se emplazará a la persona imputada para que comparezca a asumir su defensa,
dentro del plazo de diez (10) días, con la advertencia de ser declarada rebelde.
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2. Si la resolución ha sido notificada en forma incompleta;
II. Toda notificación será válida cuando a pesar de presentar defectos, haya cumplido su finalidad.
TÍTULO VIII
ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA
I. No podrán ser valorados para fundar una decisión judicial ni ser utilizados como presupuestos de
ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la Constitución
Política del Estado, Convenios y Tratados internacionales vigentes y en este Código.
II. Las partes sólo podrán impugnar las decisiones judiciales u omisiones de procedimiento en la
etapa procesal correspondiente, conforme lo establecido en el presente Código, con fundamento
en el defecto, siempre y cuando les causen agravio de relevancia constitucional, operándose la
preclusión de etapas, sin que pueda alegarse desconocimiento del defecto.
III. Los defectos sobre la legalidad de la prueba se plantearán como exclusión probatoria en la
audiencia de juicio y no como incidente de actividad procesal defectuosa en la etapa preparatoria.
Artículo 170. (SUBSANACIÓN). Siempre que sea posible, la autoridad judicial, de oficio o
a petición de parte, advertido el defecto, deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto,
rectificando el error o cumpliendo el acto omitido, siempre que se trate de un acto de la misma etapa
o fase procesal.
2. Los que vulneren derechos y garantías fundamentales cuyo agravio o defecto diere lugar a
un cambio de la situación jurídica de la parte afectada impetrante.
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3. Los que se hayan verificado sin la presencia o intervención de la persona procesada, de
su defensa o de la autoridad judicial o fiscal, cuando su participación en esos actos sea
obligatoria, conforme lo establecido en el presente Código.
LIBRO CUARTO
MEDIOS DE PRUEBA
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. La autoridad judicial admitirá como medios de prueba todos los elementos lícitos de convicción
que puedan conducir al conocimiento de la verdad histórica del hecho, de la responsabilidad y de la
personalidad de la persona denunciada o procesada.
II. Podrán utilizarse otros medios además de los previstos en este Libro. Su incorporación al proceso
se sujetará a un medio análogo de prueba previsto.
III. Un medio de prueba será admitido si se refiere directa o indirectamente al objeto de la investigación
y sea útil para el descubrimiento de la verdad. La autoridad judicial limitará los medios de prueba
ofrecidos cuando ellos resulten manifiestamente excesivos o impertinentes.
94
TÍTULO II
COMPROBACIÓN INMEDIATA Y MEDIOS AUXILIARES
I. La Policía Boliviana deberá custodiar el lugar del hecho en su perímetro externo, sin alterar el
mismo.
II. La autoridad fiscal concurrirá al lugar del hecho, dirigirá el registro y firmará el acta, bajo
responsabilidad funcionaria; estas actuaciones podrán realizarse sin su presencia únicamente en los
casos de auxilio a víctimas.
III. Los órganos de investigación comprobarán, mediante el registro del lugar y de las cosas, los
rastros y otros efectos materiales que sean consecuencia del delito.
IV. La investigadora o el investigador a cargo del registro elaborará un acta que describa detalladamente
el estado de las cosas y, cuando sea posible, recogerá y conservará los elementos probatorios útiles,
dejando constancia.
V. Si el hecho produjo efectos materiales se describirá el estado actual de los objetos, procurando
consignar el estado anterior, el modo, tiempo y causa de su desaparición o alteración y los medios de
prueba de los cuales se obtuvo ese conocimiento.
VI. Se convocará a una o un testigo hábil para que presencie el registro y firme el acta; bajo esas
formalidades podrá ser incorporada al juicio por su lectura. Excepcionalmente, cuando no sea posible
contar con una o un testigo, se podrá prescindir de su presencia, debiendo circunstanciarse en el
acta los motivos.
VII. Las acciones de la Policía Boliviana y de la Fiscalía se regirán conforme a protocolos de actuación
aprobados por el Ministerio Público.
I. La autoridad fiscal, atendiendo la imposibilidad de tramitar la orden judicial y por urgencia, podrá
disponer medidas de aseguramiento o precintado del lugar o de determinados ambientes del mismo
u ordenar la inmovilización de cosas, suspensión de actividades u operaciones por un tiempo máximo
de cuarenta y ocho (48) horas. A tal efecto podrá ordenar la intervención de la fuerza pública u otras
instituciones llamadas por ley.
II. Si el tiempo excediera el establecido en el párrafo anterior, podrá solicitar ante la jueza o el juez de
instrucción su ampliación por un tiempo máximo de cinco (5) días.
95
Artículo 179. (REQUISA PERSONAL).
I. La autoridad fiscal podrá disponer requisas personales, siempre que haya motivos suficientes para
presumir que una o más personas ocultan entre sus pertenencias o lleven en el interior de su cuerpo
o adherido a él, objetos relacionados con el delito.
II. Antes de proceder a la requisa se deberá advertir a la persona acerca de la sospecha y del objeto
buscado, conminándola a exhibirlo.
III. La requisa se practicará por personas del mismo sexo y respetando el pudor de la persona
requisada.
I. La autoridad fiscal, en ejercicio de sus facultades, podrá requerir a los órganos de investigación
la toma de muestras biológicas a personas que considere pertinentes, siempre y cuando sea en
presencia de abogada, abogado o persona de su confianza.
II. En caso de consentimiento de la persona objeto de la toma de muestra biológica, éste constará
en acta.
III. En el caso de negativa de la persona denunciada o procesada, la autoridad fiscal deberá solicitar
orden judicial a la jueza o al juez de instrucción, quien sin más trámite emitirá orden de toma de
muestra biológica, siempre y cuando no significa un menoscabo de la salud o dignidad de la persona
denunciada o procesada.
96
Artículo 182. (LEVANTAMIENTO E IDENTIFICACIÓN DE CADÁVERES).
I. Los órganos de investigación del Ministerio Público realizarán la inspección corporal preliminar
y la descripción de la situación o posición del cuerpo y de la naturaleza de las lesiones o heridas
conforme a lo previsto en el Artículo 177 de éste Código, para el registro del lugar del hecho.
II. Procederá a levantar el cadáver, disponiendo su traslado a los gabinetes médicos forenses o al
lugar en el que se practicará la autopsia, a su identificación final y a la entrega a sus familiares.
III. En lugares donde no exista investigadora o investigador ni médica o médico forense, la autoridad
policial que realizó la verificación con participación médica o paramédica, procederá al levantamiento
en la forma señalada.
I. La autoridad fiscal ordenará la autopsia o necropsia, para determinar las causas y los mecanismos
que produjeron la muerte, conforme a las reglas de la pericia y bajo esas formalidades podrá ser
introducida al juicio por su lectura.
II. Si la autoridad fiscal no ha ordenado la realización de la autopsia o necropsia, las partes podrán
solicitar a la autoridad judicial que la ordene al Instituto de Investigaciones Forenses, de conformidad
a lo establecido por el Artículo 320 de este Código, para el anticipo de prueba.
I. La autoridad judicial o fiscal ordenará la inspección ocular y/o reconstrucción del hecho, de acuerdo
con las declaraciones recibidas u otros elementos de convicción, para comprobar si se efectuó o
pudo efectuarse de un modo determinado.
III. Para la participación de testigos, peritos e intérpretes, regirán las disposiciones establecidas por
este Código. En el caso de víctimas pertenecientes a grupos vulnerables, su participación no será
obligatoria, a menos que haya sido solicitada por la víctima o querellante.
97
V. De todo lo actuado se elaborará acta que será firmada por los intervinientes, dejando constancia
de quienes no quisieron o no pudieron hacerlo.
II. Queda prohibido el allanamiento de domicilio o residencia particular en horas de la noche; éste
únicamente podrá efectuarse durante las horas hábiles del día, salvo el caso de delito flagrante. Se
entiende por horas de la noche al tiempo comprendido entre las diecinueve (19) horas y las siete (7)
del día siguiente.
I. Para realizar el registro, la autoridad fiscal podrá ordenar que durante la diligencia no se ausenten
las personas encontradas en el lugar o que comparezca inmediatamente cualquier otra.
II. Los que desobedezcan serán compelidos por la fuerza pública, sin perjuicio de la responsabilidad
que corresponda.
III. En caso de negativa, podrá procederse con fuerza en las cosas, a la ruptura de candados o
seguros.
IV. La restricción de la libertad no durará más de ocho (8) horas; pasado este término, necesariamente
deberá recabarse orden de la jueza o el juez de instrucción.
V. Como emergencia del allanamiento, la autoridad fiscal podrá disponer la requisa personal, la
aprehensión de personas y el secuestro de objetos.
VI. Cuando fuera posible, las solicitudes y las resoluciones podrán ser efectuadas, alternativamente,
por medios tecnológicos, incluidos el fax y el correo electrónico.
1. El nombre y cargo de la autoridad judicial que ordena el allanamiento y una breve identificación
del proceso;
98
3. La autoridad designada para el allanamiento;
II. El mandamiento tendrá una vigencia máxima de noventa y seis (96) horas, después de las cuales
caduca. La autoridad fiscal que concurra al allanamiento tendrá a su cargo la dirección de la diligencia.
II. Practicado el registro se consignará en acta su resultado, cuidando que el lugar quede cerrado y
resguardado de otras personas, si hay razones fundadas para ello. El acta será firmada por todas
las personas intervinientes en el acto y el que presenció el registro, si éste no lo hace se consignará
la causa.
I. Los objetos, instrumentos y demás piezas de convicción existentes serán recogidos, asegurados
y sellados por la autoridad policial o fiscal para su retención y conservación por el Ministerio Público,
dejándose constancia de este hecho en acta. Si por su naturaleza es imposible mantener los objetos
en su forma primitiva, la autoridad fiscal dispondrá la mejor manera de conservarlos.
II. Toda persona que tenga en su poder objetos o documentos, de los señalados precedentemente,
estará obligada a presentarlos y entregarlos, cuando le sea requerido, a cuyo efecto podrán ser
compelidas por la fuerza pública, sin perjuicio de la responsabilidad que corresponda.
III. Quedan exceptuadas de este deber las personas que por ley no están obligadas a declarar como
testigos.
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Artículo 191. (PROCEDIMIENTO PARA EL SECUESTRO).
I. Para los casos de secuestro de objetos, regirá el procedimiento establecido para el registro. Los
objetos secuestrados serán inventariados y puestos bajo segura custodia en los depósitos de la
Fiscalía o en los lugares especialmente destinados para estos efectos, bajo responsabilidad y a
disposición de la autoridad fiscal.
II. Los semovientes, vehículos y bienes de significativo valor serán entregados a sus propietarias
o propietarios o a quienes acrediten la posesión o tenencia legítima, en calidad de depositarias o
depositarios judiciales, después de realizadas las diligencias de comprobación y descripción.
III. Si los objetos secuestrados corren riesgo de alterarse, desaparecer, sean de difícil conservación
o perecederos, se ordenarán reproducciones, copias o certificaciones sobre su estado y serán
devueltos a sus propietarios.
IV. Transcurridos seis (6) meses sin reclamo ni identificación de la dueña, dueño, poseedora o
poseedor, los objetos podrán ser entregados por la autoridad judicial, previa resolución fundamentada,
en depósito judicial a un establecimiento asistencial o a una entidad pública, quienes sólo podrán
utilizarlos para cumplir el servicio que brindan al público. Tratándose de la Policía Boliviana y otros
organismos de investigación, serán depositarios de aquellos bienes que por su naturaleza únicamente
puedan ser utilizados en labores de investigación.
V. Si estos bienes están sujetos a incautación, una vez utilizados por la autoridad fiscal a efectos
probatorios, se les aplicará el régimen establecido para los bienes incautados.
II. Presenciará el registro la persona responsable o la encargada del lugar o, a falta de éste, cualquier
dependiente mayor de edad.
III. La requisa de personas o muebles en estos lugares se sujetará a las disposiciones de este Título.
IV. Se elaborará acta circunstanciada del registro, observando las formalidades previstas en el
Artículo 177 de este Código, y se conservarán los elementos probatorios útiles.
100
Artículo 193. (SECUESTRO Y DESTRUCCIÓN DE SUSTANCIAS CONTROLADAS).
II. No se destruirán las sustancias controladas secuestradas que puedan ser utilizadas con fines
lícitos, las que se sujetarán al régimen de incautación.
I. Los objetos secuestrados que no sean pasibles o no estén sometidos a incautación, decomiso o
embargo, serán devueltos por la autoridad fiscal a la persona de cuyo poder se obtuvieron tan pronto
como se pueda prescindir de estos.
II. Esta devolución podrá ordenarse provisionalmente en calidad de depósito judicial e imponerse al
poseedor la obligación de exhibirlos.
III. En caso de controversia acerca de la tenencia, posesión o dominio sobre una cosa o documento,
para entregarlo en depósito o devolverlo, se tramitará un incidente separado ante la autoridad judicial
competente y se aplicarán las reglas respectivas del proceso civil.
I. Siempre que se considere útil para la averiguación de la verdad, la autoridad judicial ordenará, por
resolución fundamentada y bajo pena de nulidad, la incautación de correspondencia, documentos y
papeles privados o públicos.
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la inmovilización de cosas muebles que por su naturaleza o dimensiones no puedan ser mantenidas
en depósito, aplicando las reglas del secuestro.
TÍTULO III
TESTIMONIO
I. Toda persona que sea citada como testigo tendrá la obligación de comparecer ante la autoridad
judicial para declarar la verdad de cuanto conozca y le sea preguntado, salvo las excepciones
establecidas por ley.
II. La o el testigo no podrá ser obligada u obligado a declarar sobre hechos de los cuales pueda surgir
su responsabilidad penal.
I. Toda persona será capaz de atestiguar, inclusive las autoridades policiales respecto a sus
actuaciones; la autoridad judicial valorará el testimonio de acuerdo con las reglas de la sana crítica.
II. No podrán ser propuestas como testigos las autoridades judiciales, fiscales, abogadas o abogados
que hubieran conocido del proceso.
II. La autoridad judicial, antes del inicio de la declaración, deberá informar a dichas personas la
facultad de abstenerse de testificar total o parcialmente.
102
Artículo 202. (DEBER DE ABSTENCIÓN).
I. Las personas deberán abstenerse de declarar sobre los hechos que hayan llegado a su conocimiento,
en razón de su oficio o profesión y se relacionen con deberes de secreto y reserva legalmente
establecidos, salvando el derecho de defensa. Estas personas no podrán negar el testimonio cuando
sean liberadas por la persona interesada del deber de guardar secreto.
II. En caso de ser citadas deberán comparecer y explicar las razones de su abstención. Si la autoridad
judicial estima que la o el testigo invoca erróneamente ese deber con respecto a un hecho que no
puede estar comprendido en él, ordenará por resolución fundada su declaración.
II. La declaración también podrá ser realizada por medios tecnológicos audiovisuales.
II. Cada testigo será interrogado por separado sobre su nombre, apellidos y demás datos personales,
vínculo de parentesco y de interés con las partes y cualquier otra circunstancia que sirva para apreciar
su veracidad. Seguidamente se le interrogará sobre el hecho.
III. Si la o el testigo teme por su integridad física o de otra persona, únicamente podrá indicar su
domicilio en forma reservada.
IV. Son aplicables las normas de protección de testigos previstas por ley.
103
testimonio, se suspenderá el acto y se remitirán antecedentes al Ministerio Público para la acción
penal correspondiente.
I. Las personas que no puedan concurrir al tribunal por estar físicamente impedidas, serán interrogadas
en su domicilio o en el lugar de su hospitalización.
II. En etapa investigativa, cuando se trate de testigo menor de dieciocho (18) años de edad o
de personas en situación de vulnerabilidad, la recepción de su declaración será dispuesta por la
autoridad fiscal, a través de la cual se recoge el testimonio de la víctima o la o el testigo por una sola
vez en el desarrollo del proceso, la que será introducida a juicio por su lectura o exposición.
III. Para la realización del acto, la autoridad fiscal será asistida por un familiar de la persona
declarante o un profesional en psicología. Se utilizarán todos los medios tecnológicos disponibles
como videoconferencias, grabaciones, circuitos cerrados de televisión, ambientes acondicionados,
filmaciones o cualquier otro medio que garantice la fidelidad del acto. En los lugares que exista cámara
Gesell, su uso será obligatorio para las autoridades judiciales y fiscales, salvo causa justificada.
I. La autoridad fiscal, la investigadora o el investigador registrará las entrevistas recibidas por quienes
hayan presenciado o tengan noticia del hecho, pudiendo disponer la utilización de medios tecnológicos
audiovisuales. El registro de estas entrevistas sólo tendrá fines investigativos y no constituirá prueba.
II. Cuando la autoridad fiscal estime que existe riesgo para la seguridad de la persona entrevistada
podrá disponer que no consten en las actuaciones los datos que permitan su identificación o de su
entorno familiar.
TÍTULO IV
PERICIA
Artículo 210. (PERICIA). Se ordenará una pericia cuando para descubrir o valorar un elemento
de prueba sean necesarios conocimientos especializados en alguna ciencia, arte o técnica.
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Artículo 211. (PERITOS).
I. Serán designados peritos quienes, según reglamentación estatal, acrediten idoneidad en la materia.
II. Si la ciencia, técnica o arte no está reglamentada o si no es posible contar con una o un perito en
el lugar del proceso, se designará a una persona de idoneidad manifiesta.
III. Las reglas de este Título regirán para los traductores e intérpretes.
II. Al acto sólo podrá asistir la abogada o el abogado o una persona de confianza de la persona
examinada, quien será advertida previamente de tal derecho.
I. La autoridad judicial, según las reglas aplicables a las o los peritos, podrá autorizar la intervención
en el proceso de las consultoras, los consultores técnicos propuestos por las partes.
II. La consultora o el consultor técnico podrá presenciar la pericia y hacer observaciones durante su
transcurso, sin emitir dictamen. En las audiencias podrán asesorar a las partes en los actos propios
de su función, interrogar directamente a las o los peritos, traductoras, traductores o intérpretes y
concluir sobre la prueba pericial, siempre bajo la dirección de la parte a la que asisten.
III. La Fiscalía nombrará a sus consultoras o consultores técnicos directamente, sin necesidad de
autorización judicial.
I. Las partes podrán proponer peritos, quienes serán designadas o designados por la autoridad fiscal
durante la etapa preparatoria o por la autoridad judicial en etapa de juicio a proposición de las partes.
105
II. El número de peritos será determinado según la complejidad de las cuestiones por valorarse.
III. La autoridad judicial o fiscal fijará con precisión los temas de la pericia y el plazo para la
presentación de los dictámenes, los que se pondrán en conocimiento de las partes, las que a su vez
podrán pronunciarse en el plazo de tres (3) días. Las partes podrán proponer u objetar los temas de
la pericia.
Artículo 216. (EXCUSA Y RECUSACIÓN DE PERITOS). Las o los peritos podrán excusarse o
ser recusados por los mismos motivos establecidos para las autoridades judiciales, en lo aplicable,
excepto por su participación en cualquier etapa del proceso. La autoridad judicial resolverá lo que
corresponda, previa averiguación sumaria sobre el motivo invocad, sin recurso ulterior.
I. Las o los peritos serán citados en la misma forma que las o los testigos. Tendrán el deber de
comparecer y desempeñar el cargo para el cual fueron designados, previo juramento o promesa. No
se exigirá juramento a las y los peritos del Instituto de Investigaciones Forenses. Si las o los peritos
tuvieran impedimento o no fueran idóneos deberán poner en conocimiento de la autoridad judicial o
fiscal, para que previa averiguación sumaria, resuelva lo que corresponda, sin recurso ulterior.
II. Rige, la disposición del Artículo 203 de este Código, sobre compulsión.
I. La autoridad judicial resolverá todas las cuestiones que se planteen durante las operaciones
periciales y brindará el auxilio judicial necesario.
II. Si existen varios peritos, siempre que sea posible, practicarán juntos el examen. Las partes y sus
consultoras o consultores técnicos podrán asistir a la pericia y pedir las aclaraciones pertinentes,
debiendo retirarse cuando las o los peritos comiencen la deliberación.
III. La autoridad judicial ordenará la sustitución de la o el perito que no concurra a realizar las
operaciones periciales dentro del plazo fijado o desempeñe negligentemente sus funciones.
IV. Las o el perito deberá guardar reserva de todo cuanto conozca con motivo de su actuación.
106
Artículo 219. (DICTAMEN).
I. El dictamen será fundamentado y contendrá de manera clara y precisa la relación detallada de las
operaciones practicadas y sus resultados, las observaciones de las partes o de sus consultoras o
consultores técnicos y las conclusiones que se formulen respecto a cada tema pericial.
II. Las y los peritos podrán dictaminar por separado cuando exista diversidad de opiniones entre ellas
o ellos.
I. La autoridad judicial o fiscal y las o los peritos procurarán que los objetos examinados sean
conservados, de modo que la pericia pueda repetirse.
II. Si es necesario destruir o alterar los objetos analizados, los peritos deberán informar antes de
proceder.
TÍTULO V
DOCUMENTOS Y OTROS MEDIOS DE PRUEBA
II. La persona denunciada o procesada no podrá ser obligada a reconocer documentos privados
que obren en su contra, debiendo la autoridad judicial interrogarle si está dispuesta a declarar sobre
su autenticidad, sin que su negativa le perjudique. En este caso, las partes podrán acreditar la
autenticidad por otros medios.
107
examinados privadamente por la autoridad judicial y si son útiles para la averiguación de la verdad,
los incorporarán al proceso.
I. La autoridad judicial o fiscal podrá requerir informes a cualquier persona o entidad pública o privada
sobre datos que consten en sus registros.
II. Los informes se solicitarán por cualquier medio, indicando el proceso en el cual se requieren, el
plazo para su presentación y las consecuencias en caso de incumplimiento.
III. El reconocimiento se practicará desde un lugar donde la o el testigo no pueda ser observada u
observado, cuando así se considere conveniente para su seguridad.
IV. Cuando varias personas deban reconocer a una sola, cada reconocimiento se practicará por
separado, sin que se comuniquen entre sí.
V. Cuando la persona denunciada o procesada no pueda ser habida, se podrá utilizar fotografías u
otros medios para su reconocimiento, observando las mismas reglas.
108
VI. Se levantará acta circunstanciada del reconocimiento con las formalidades previstas por este
Código, la que será incorporada al juicio por su lectura.
I. Cuando exista contradicción en las declaraciones de las o los testigos, se podrá confrontar a las
personas que las emitieron, a quienes se les llamará la atención sobre las contradicciones advertidas,
salvo el caso de testimonios y declaraciones especiales.
II. Regirán, respectivamente, las normas del testimonio y de la declaración de la persona denunciada
o procesada.
LIBRO QUINTO
MEDIDAS CAUTELARES
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. La libertad personal y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona por los Convenios
y Tratados internacionales vigentes, la Constitución Política del Estado y este Código, sólo podrán
ser restringidos cuando sea indispensable para asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo
del proceso y la aplicación de la ley.
II. Las normas que autorizan medidas restrictivas de derechos, se aplicarán e interpretarán de
conformidad con este Código. Esas medidas serán autorizadas por resolución judicial fundamentada,
y excepcionalmente por la autoridad fiscal, conforme lo establecido por este Código, y sólo durarán
mientras subsista la necesidad de su aplicación.
I. La aplicación de las medidas cautelares, establecidas en este Código estará sujeta a los principios
de necesidad y proporcionalidad. Cuando exista duda en la aplicación de una medida cautelar o de
otras disposiciones que restrinjan derechos o facultades de la persona denunciada o procesada,
deberá estarse a lo que sea más favorable a ésta.
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II. Las medidas cautelares de carácter personal, se aplicarán con criterio de excepcionalidad y se
ejecutarán de modo que perjudiquen lo menos posible a la persona y reputación de los afectados.
III. Las medidas cautelares de carácter real serán las establecidas en este Código y se impondrán
únicamente en los casos expresamente indicados.
TÍTULO II
MEDIDAS CAUTELARES DE CARÁCTER PERSONAL
CAPÍTULO I
ACTOS PREVIOS, NORMAS GENERALES Y CLASIFICACIÓN
I. La persona contra quien se haya iniciado un proceso, podrá presentarse personalmente acreditando
su identidad ante la autoridad fiscal a cargo de la investigación, pidiendo se reciba su declaración,
que se mantenga su libertad o se manifieste sobre la aplicación de una medida cautelar.
II. Si la autoridad fiscal no se pronuncia dentro de las cuarenta y ocho (48) horas, la persona
denunciada o procesada acudirá ante la jueza o el juez de instrucción para que resuelva sobre la
procedencia de su libertad o de alguna de las medidas cautelares.
III. La presentación espontánea por sí sola no desvirtúa los peligros procesales que motivan la
aplicación de medidas cautelares.
110
dos (2) años y de que pueda ocultarse, fugarse o ausentarse del lugar u obstaculizar la averiguación
de la verdad.
II. La persona aprehendida será puesta a disposición de la autoridad judicial en el plazo de veinticuatro
(24) horas, para que resuelva dentro del mismo plazo sobre la aplicación de alguna de las medidas
cautelares previstas en este Código o decrete su libertad por falta de indicios.
III. Tratándose de un delito de acción pública a instancia de parte, se informará a quien pueda
promoverla y la jueza o el juez revocará la medida si en el plazo de cuarenta y ocho (48) horas la
instancia no ha sido promovida.
II. La autoridad policial que haya aprehendido a alguna persona, deberá comunicar y ponerla a
disposición de la Fiscalía en el plazo máximo de ocho (8) horas.
Artículo 234. (LIBERTAD). En ningún caso la autoridad fiscal ni la policial podrán disponer
la libertad de las personas aprehendidas. Ellas deberán ser puestas a disposición de la autoridad
judicial, quien definirá su situación procesal.
II. La persona particular que realice una aprehensión, recogerá también los objetos e instrumentos
que hayan servido para cometer el hecho o sean conducentes a su descubrimiento y los entregará a
la autoridad correspondiente.
111
Artículo 236. (FLAGRANCIA). Se considera que hay flagrancia cuando la persona autora del
hecho es sorprendido en el momento de intentarlo, de cometerlo o inmediatamente después mientras
es perseguido por la fuerza pública, la persona ofendida, las o los testigos presenciales del hecho,
o cuando es sorprendido inmediatamente después de su perpetración con efectos, instrumentos o
vestigios que evidencien su participación en él.
I. La incomunicación no podrá imponerse sino en casos de notoria gravedad cuando existan motivos
que hagan temer que la persona denunciada o procesada de otra forma obstaculizará la averiguación
de la verdad. En ningún caso podrá exceder el plazo de veinticuatro (24) horas y no impedirá que la
persona denunciada o procesada sea asistida por su defensora o defensor antes de la realización de
cualquier acto que requiera su intervención personal.
II. La incomunicación será dispuesta por la autoridad fiscal encargada de la investigación, debidamente
fundamentada sobre los peligros de obstaculización señalados de en el Artículo 243 de este Código,
quien la comunicará inmediatamente a la jueza o al juez de instrucción para que ratifique o deje sin
efecto la incomunicación.
III. Se permitirá a la persona incomunicada el uso de libros y material de escribir; podrá también
realizar actos civiles impostergables que no perjudiquen la investigación.
2. La prohibición de salir del lugar que se determine, sin poner en conocimiento inmediato a la
autoridad fiscal del caso.
112
3. En los delitos sancionados con pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea inferior a
tres (3) años.
II. En los casos señalados en el Parágrafo anterior, únicamente se podrá aplicar las medidas
sustitutivas a la detención preventiva, previstas en el Artículo 252 de este Código.
III. Tratándose de personas con enfermedad terminal, mujeres embarazadas y de madres durante la
lactancia de hijos menores de un (1) año, personas de la tercera edad, la detención preventiva sólo
procederá cuando no exista ninguna posibilidad de aplicar otra medida alternativa.
IV. No procederá la detención preventiva cuando se trate de mujeres que sean las únicas responsables
del cuidado y del sustento de su familia, por delitos con pena máxima privativa de libertad hasta ocho
(8) años, salvo el caso de delincuencia reiterada.
II. Cuando se trate de delitos flagrantes sólo se exigirá la acreditación del requisito establecido en
el Numeral 1 del Parágrafo anterior, sin perjuicio de que se pueda acreditar la concurrencia de los
peligros procesales que hubieran.
III. Cuando exista acusación sólo se deberá acreditar el requisito establecido en el Numeral 2 del
Parágrafo I de este Artículo.
113
1. Las intervenciones serán orales, no pudiéndose dar lectura de memoriales;
4. Las partes intervendrán por una sola vez, no aceptándose la réplica ni la dúplica;
8. Las secretarias y los secretarios redactarán las actas en audiencia y en forma sucinta y
sencilla, de manera que el acta sea concluida y suscrita inmediatamente a la finalización de
la audiencia, no debiendo transcribirla.
I. Por peligro de fuga se entiende a toda circunstancia que permita sostener fundadamente que la
persona procesada no se someterá al proceso buscando evadir la acción de la justicia.
II. Para decidir acerca de su concurrencia, se realizará una evaluación integral de las circunstancias
existentes respecto de la persona procesada, teniendo en cuenta las siguientes:
2. Las facilidades que tuviera la persona procesada para abandonar el país o permanecer
oculto;
114
3. La evidencia de que la persona procesada está realizando actos preparatorios de fuga;
6. El haber sido imputada por la comisión de otro hecho delictivo doloso o haber recibido
condena privativa de libertad en primera instancia;
12. Cualquier otra circunstancia debidamente acreditada, que permita sostener fundadamente
que la persona procesada se encuentra en riesgo de fuga.
II. No se demuestra el peligro de fuga con la sola acreditación del Numeral 1 del Parágrafo anterior.
2. Que la persona procesada influya negativamente sobre las o los partícipes, testigos o
peritos, a objeto de que informen falsamente o se comporten de manera reticente;
115
3. Que la persona procesada influya ilegal o ilegítimamente en magistradas o magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia o del Tribunal Constitucional Plurinacional, vocales, juezas,
jueces, fiscales, operadoras u operadores del sistema de justicia penal.
4. Que la persona procesada induzca a otros a realizar las acciones descritas en los Numerales
1, 2 y 3 del presente Artículo.
Artículo 245. (RESOLUCIÓN). La autoridad judicial, atendiendo los argumentos y valorando los
elementos probatorios ofrecidos por las partes, resolverá fundadamente:
2. La improcedencia de la solicitud;
5. La aplicación de una medida o medidas más graves que la solicitada e incluso la detención
preventiva.
1. Los datos personales de la persona procesada o, si se ignoran, los que sirvan para
identificarlo;
3. La fundamentación expresa sobre los presupuestos que motivan la detención, con cita de
las normas legales aplicables; y,
116
4. El lugar de su cumplimiento.
II. La detención preventiva debe cumplirse en el recinto penal del lugar donde se tramita el proceso,
salvo los casos previstos por ley.
II. Cuando la jueza o el juez de ejecución penal constate violación al régimen legal de detención
preventiva, comunicará inmediatamente a la autoridad judicial del proceso, quien resolverá sin más
trámite en el plazo de veinticuatro (24) horas.
1. Cuando nuevos elementos de juicio demuestren que no concurren los motivos que la
fundaron o tornen conveniente que sea sustituida por otra medida;
2. Cuando su duración exceda el mínimo legal de la pena establecida para el delito más grave
que se imputa;
3. Cuando su duración exceda de seis (6) meses sin que se haya dictado acusación o de doce
(12) meses sin que se hubiera dictado sentencia, en casos en los que el delito más grave
que se imputa tenga pena máxima privativa de libertad igual o menor a seis (6) años.
117
4. Cuando su duración exceda de dieciocho (18) meses sin que se haya dictado acusación, de
veinticuatro (24) meses sin que se hubiera dictado sentencia, en casos en los que el delito
más grave que se imputa tenga pena máxima privativa de libertad igual o menor a quince
(15) años; y,
5. Cuando su duración exceda de dieciocho (18) meses sin que se haya dictado acusación, de
treinta y seis (36) meses sin que se hubiera dictado sentencia, en los demás casos.
II. Vencidos los plazos previstos en los Numerales 2, 3, 4 y 5 del Parágrafo anterior, la autoridad
judicial aplicará las medidas cautelares que correspondan, entre las previstas en el Artículo 252 de
este Código.
III. A los fines del cumplimiento del Numeral 2 del Parágrafo I de este Artículo, la secretaria o el
secretario del juzgado que conoce la causa, tiene el deber de informar periódicamente a la autoridad
judicial del proceso, respecto al tiempo de permanencia de la persona procesada que se encuentra
detenida preventivamente con relación al delito más grave que se imputa.
I. La autoridad judicial, sin más trámite, rechazará la solicitud de cesación cuando se base en los
mismos motivos de hecho y de derecho por los que ya se hubiera negado anteriormente.
1. Cuando la autoridad judicial haya dictado sentencia condenatoria a pena privativa de libertad
superior a tres (3) años;
2. Cuando exista acusación por la comisión de otro delito doloso de acción penal pública, cuya
pena mínima sea superior a tres (3) años; y,
118
Artículo 252. (MEDIDAS SUSTITUTIVAS A LA DETENCIÓN PREVENTIVA).
I. Cuando sea improcedente la detención preventiva y exista peligro de fuga o de obstaculización del
procedimiento, la autoridad judicial que conoce la causa, mediante resolución fundamentada, podrá
disponer la aplicación de una o más de las siguientes medidas sustitutivas:
3. Prohibición de salir del país, de la localidad en la cual reside o del ámbito territorial que fije la
autoridad judicial, sin su autorización, ordenando el arraigo a las autoridades competentes;
6. Fianza juratoria, personal o económica. La fianza económica podrá ser prestada por la
persona procesada o por otra persona mediante depósito de dinero, valores, constitución de
prenda o hipoteca;
II. Al resolver la aplicación de las medidas enumeradas en el Parágrafo anterior, la autoridad judicial
determinará las condiciones y reglas que deberá cumplir la persona procesada, con la expresa
advertencia de que la comisión de un nuevo delito o el incumplimiento de las reglas impuestas
dará lugar a la revocatoria de la medida y su sustitución por otra más grave, incluso la detención
preventiva cuando ésta sea procedente, pudiendo la víctima hacer uso de la palabra.
119
Artículo 253. (FINALIDAD Y DETERMINACIÓN DE LA FIANZA).
I. La fianza tendrá por exclusiva finalidad asegurar que la persona procesada cumplirá las obligaciones
que se le impongan y las órdenes de la autoridad judicial.
II. La fianza económica se fijará teniendo en cuenta la situación patrimonial de la persona procesada.
En ningún caso se fijará una fianza económica de imposible cumplimiento.
III. La persona procesada y la persona fiadora podrán sustituir la fianza por otra equivalente, previa
autorización de la autoridad judicial.
I. La fianza juratoria procederá en todos los casos que sea previsible que la persona procesada será
beneficiada con la suspensión condicional de la pena, el perdón judicial o cuando demuestre estado
de pobreza que le imposibilite constituir fianza real o personal.
II. La persona procesada beneficiada con esta medida deberá cumplir las siguientes obligaciones:
1. Comparecer ante la autoridad judicial o fiscal las veces que sea requerida;
3. No cambiar el domicilio a este efecto, para lo cual la persona procesada está obligada
a presentar periódicamente el certificado de registro domiciliario expedido por autoridad
competente; y,
4. No ausentarse del país sin previa autorización de la autoridad judicial que conoce la causa,
quien dispondrá el arraigo correspondiente.
I. La fianza personal consiste en la obligación que asumen dos (2) o más personas solventes con
patrimonios independientes, de presentar a la persona procesada ante la autoridad judicial que
conoce el proceso, las veces que sea requerido.
120
IV. Las personas fiadoras no podrán presentar fianza personal a ninguna otra persona procesada,
mientras dure la fianza ofrecida y aceptada.
I. La fianza real o económica se constituye con bienes inmuebles o muebles, valores o dinero.
II. Si se ofrecen bienes inmuebles, propios o de un tercero, se presentará título de propiedad, avalúo
catastral y certificado del registro correspondiente para acreditar que no pesa sobre ellos ningún
gravamen, o que estando gravado constituye suficiente garantía, siendo necesaria la conformidad
del propietario.
III. Tratándose de bienes muebles o joyas, se acreditará su valor mediante pericia. La autoridad judicial
verificará la autenticidad y veracidad de esta operación y designará el depositario correspondiente.
V. El dinero se depositará en una cuenta bancaria a la orden de la autoridad judicial con mantenimiento
de valor y generación de intereses.
Artículo 258. (ACTA). Antes de proceder a la ejecución de estas medidas, se levantará acta, en
la cual constará:
121
Artículo 259. (CAUSALES DE REVOCACIÓN).
I. Las medidas sustitutivas a la detención preventiva podrán ser revocadas por las siguientes causales:
3. Cuando se inicie en contra de la persona procesada un nuevo proceso penal por la comisión
de otro delito doloso; y,
4. Cuando se haya dictado sentencia condenatoria superior a tres (3) años, en primera
instancia contra la persona procesada, dentro del mismo proceso u otro.
II. La revocación dará lugar a la detención preventiva en los casos en que esta medida cautelar sea
procedente.
II. Vencido el plazo, la autoridad judicial dispondrá la venta, por subasta pública, de los bienes que
integran la fianza.
III. Las sumas líquidas se depositarán en una cuenta bancaria que genere intereses a la orden de
la autoridad judicial que ejecutó la fianza a los efectos de la responsabilidad civil que se declare
en el proceso penal. Si dentro de los tres (3) meses de ejecutoriada la sentencia condenatoria o
la que imponga una medida de seguridad, no se demanda la responsabilidad civil, conforme al
procedimiento señalado en este Código, estas sumas se transferirán al Fondo de Indemnizaciones.
Artículo 261. (CANCELACIÓN). La fianza real o económica será cancelada y devueltos los
bienes afectados a la garantía, más los intereses generados en la cuenta bancaria, siempre que no
haya sido ejecutada con anterioridad, cuando:
122
3. Se someta a la ejecución de la pena o ella no deba ejecutarse.
CAPÍTULO II
EXAMEN DE LAS MEDIDAS CAUTELARES DE CARÁCTER PERSONAL
Artículo 262. (CARÁCTER DE LAS DECISIONES). El auto que imponga una medida cautelar o
la rechace es revocable o modificable, aún de oficio.
I. La resolución que disponga, modifique o rechace las medidas cautelares, será apelable, en el
efecto no suspensivo, en el término de setenta y dos (72) horas.
II. Interpuesto el recurso, las actuaciones pertinentes serán remitidas ante el Tribunal Departamental
de Justicia, en el término de veinticuatro (24) horas.
III. El tribunal de apelación resolverá, sin más trámite y en audiencia dentro de los tres (3) días
siguientes de recibidos los antecedentes pertinentes, junto a la resolución impugnada, sin recurso
ulterior.
TÍTULO III
MEDIDAS CAUTELARES DE CARÁCTER REAL O ECONÓMICO, INCAUTACIÓN Y
CONFISCACIÓN
CAPÍTULO I
MEDIDAS CAUTELARES DE CARÁCTER REAL O ECONÓMICO
Artículo 264. (NATURALEZA). Las medidas cautelares de carácter real o económico tienen
como objeto restringir o limitar el ejercicio de los derechos patrimoniales, inmovilizando bienes y
valores de la persona procesada. Serán dispuestas por la autoridad judicial, a petición de parte, para
garantizar la reparación del daño y los perjuicios, así como para el pago de costas o multas, a cuyo
efecto se podrá solicitar el embargo de la fianza ofrecida, siempre que se trate de bienes propios
de la persona procesada. Excepcionalmente, serán dispuestas por la autoridad fiscal en los casos y
formas establecidos en el presente Código.
1. Anotación preventiva; entendida como el asiento temporal en los registros públicos para
garantizar la responsabilidad civil con los bienes de la persona denunciada o procesada.
123
2. Prohibición de innovar; para mantener inalterable la situación de hecho o de derecho de los
bienes de la persona denunciada o procesada.
4. Hipoteca; entendida como el derecho real de garantía por el cual quedan gravados los bienes
inmuebles de la persona procesada para el cumplimiento de las obligaciones emergentes
del proceso.
I. El trámite se realizará por escrito, sin exigir contracautela a la víctima ni al Ministerio Público, en
ningún caso.
II. Quien solicita fundamentará la cuantía aproximada de los daños y perjuicios a garantizar,
identificará la persona titular y los bienes sobre los cuales recaerá la medida.
III. Planteada la solicitud, la autoridad judicial, en el plazo máximo de veinticuatro (24) horas, de
manera fundamentada, dictará resolución sin audiencia, considerando la finalidad, razonabilidad y
proporcionalidad de la medida.
IV. Las servidoras y los servidores que deban efectivizar las medidas cautelares ordenadas por la
autoridad competente, cumplirán indefectiblemente con lo requerido dentro el plazo de veinticuatro
(24) horas, computables a partir de su recepción, debiendo remitir la documentación de respaldo a la
autoridad fiscal requirente en el mismo plazo, bajo responsabilidad.
VI. De la misma forma, en materia de delitos de corrupción, trata y tráfico de personas, tráfico ilícito
de sustancias controladas, legitimación de ganancias ilícitas, genocidio, terrorismo, financiamiento
al terrorismo, o contrabando, la anotación preventiva o la prohibición de innovar sobre los bienes
124
propios de la persona imputada, deberá ser dispuesta directamente por el Ministerio Público desde
el primer momento de la investigación, sin exigencia de trámites previos, a través de resolución
fundamentada, la que deberá ser informada a la autoridad judicial competente en el plazo máximo de
veinticuatro (24) horas de haber sido efectivizada, debiendo la autoridad judicial ratificar, modificar o
revocar la medida en el plazo de tres (3) días de comunicada la misma.
CAPÍTULO II
INCAUTACIÓN Y CONFISCACIÓN
II. En conocimiento del hecho por cualesquiera de las formas de inicio de la investigación penal, dentro
del plazo de las diligencias preliminares por la supuesta comisión del delito o en caso de flagrancia
conforme lo señalado en el Artículo 236 del presente Código, el Ministerio Público requerirá ante la
autoridad judicial que conoce la causa, la incautación señalada en el Parágrafo anterior.
III. El Ministerio Público deberá requerir ante la autoridad judicial, la retención de fondos en cuentas
bancarias o de entidades financieras nacionales o extranjeras, solicitar informes de rendimiento
bancario o financiero.
IV. Determinada la incautación judicial de los bienes muebles e inmuebles, estos quedarán bajo
custodia y administración del Órgano Ejecutivo a través de la entidad señalada por ley.
Artículo 268. (TRÁMITE DE INCAUTACIÓN EN DELITOS DE CORRUPCIÓN). En el caso de
delitos de corrupción y vinculados que causen daño al Estado, la autoridad fiscal desde el inicio de
las investigaciones, deberá proceder a la incautación de los bienes y activos que con probabilidad
procedan, hayan sido medio, instrumento o sean resultado del delito, debiendo realizarse un
inventario completo en presencia de una Notaria o un Notario de Fe Pública y designarse depositaria
o depositario conforme a ley. La Fiscalía deberá informar a la autoridad judicial competente en el
plazo máximo de veinticuatro (24) horas de haber sido efectivizada la medida, a fin de que ésta
ratifique, modifique o revoque la medida en el plazo de tres (3) días de comunicada la misma.
125
1. Su incautación e inventario en el que conste su naturaleza y estado de conservación, con la
participación del Ministerio Público;
II. No serán objeto de incautación los bienes muebles que fueran de uso indispensable en la vivienda
de la persona procesada ni los objetos de uso personal de la persona procesada y su familia.
III. La anotación de la incautación en los registros públicos estará exenta del pago de valores
judiciales y administrativos.
I. Durante el proceso, hasta antes de dictarse sentencia, las o los propietarios de bienes incautados
podrán promover incidente ante la autoridad judicial que ordenó la incautación, en el que se
considerará:
IV. Con o sin respuesta, la autoridad judicial dictará, por escrito y sin audiencia, la correspondiente
resolución fundamentada:
126
V. Esta resolución será recurrible mediante apelación incidental en el término de tres (3) días, sin
recurso ulterior.
I. La autoridad judicial, en caso de existir gravámenes sobre los bienes incautados, legalmente
registrados con anterioridad a la resolución de incautación, notificará a las personas acreedoras
para que dentro de los cinco (5) días siguientes a su notificación, promuevan incidente solicitando
autorización para proceder a la ejecución del bien en la vía que corresponda. Concluida la
substanciación del incidente, la autoridad judicial se pronunciará sobre la procedencia o improcedencia
de la autorización solicitada, resolución que será recurrible mediante apelación incidental, sin recurso
ulterior.
II. Concluida la vía ejecutiva, si existe remanente, la autoridad judicial competente ordenará su
depósito conforme a ley.
I. En caso de sentencia condenatoria ejecutoriada, los bienes incautados pasarán a ser confiscados
a favor del Estado, conforme a ley.
LIBRO SEXTO
EFECTOS ECONÓMICOS DEL PROCESO
TÍTULO I
COSTAS, SANCIONES E INDEMNIZACIONES
CAPÍTULO I
COSTAS
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1. Los gastos originados durante la tramitación del proceso que correspondan por la actuación
judicial y fiscal;
Artículo 275. (IMPOSICIÓN). Toda decisión que ponga fin a la persecución penal o que resuelva
algún incidente, aún durante la ejecución de la pena, determinará quién debe soportar las costas del
proceso.
I. Cuando la o el denunciante o querellante haya provocado el proceso por medio de una denuncia,
querella o acusación que en resolución de absolución o rechazo fuera calificada como falsa o
temeraria o que se haya basado en un hecho que no existió, no constituye delito o que la persona
imputada no participó en él, la autoridad judicial le impondrá el pago de las costas, sin perjuicio de la
responsabilidad penal que corresponda.
II. Estarán eximidos de pago de costas y toda responsabilidad los casos en los que se haya dictado
el sobreseimiento de la persona imputada.
Artículo 278. (INCIDENTES). Las costas, y en su caso las sanciones, serán impuestas al
incidentista, su defensa o a ambos, cuando la decisión le sea desfavorable a la parte que lo interpuso;
caso contrario, las cubrirán quienes se hayan opuesto a su pretensión, en la medida que fije la
autoridad judicial.
Artículo 279. (RECURSOS). Si el recurso interpuesto no prospera, las costas recaerán sobre
quien lo haya interpuesto. Si el recurso prospera, las costas serán cubiertas por quienes se hayan
opuesto a él, salvo el caso de representación del Estado.
Artículo 280. (ACCIÓN PRIVADA). Salvo acuerdo de partes, en el procedimiento por delito de
acción privada, en caso de absolución, desestimación, desistimiento o abandono, las costas serán
soportadas por la parte acusadora; en caso de condena y retractación, por la persona procesada.
128
Artículo 281. (RESOLUCIÓN).
II. Cuando corresponda dividir las costas entre varios, fijará con precisión el porcentaje que debe
soportar cada uno de los responsables, con relación a los porcentajes de los gastos que cada uno
de ellos haya causado. La sanción determinará expresamente a la parte infractora y su cuantificación
conforme lo establecido en el presente Código.
II. Las observaciones a la planilla se tramitarán por vía incidental. La resolución de la autoridad
judicial tendrá fuerza ejecutiva y se hará efectiva en el mismo proceso, sin recurso ulterior, en el
término de tres (3) días.
CAPÍTULO II
INDEMNIZACIÓN A LA PERSONA IMPUTADA
I. Cuando a causa de la revisión de sentencia, por error judicial, la persona condenada sea absuelta
o se le imponga una pena menor, ésta o sus herederos serán indemnizados en razón del tiempo de
privación de libertad o de inhabilitación efectivamente cumplidas y se procederá a la devolución de
la multa indebidamente pagada.
II. El precepto regirá también para el caso en que la revisión tenga por objeto una medida de seguridad.
II. En el primer caso, la autoridad judicial del proceso determinará la indemnización en base al
siguiente parámetro: Un día de pena privativa de libertad, de cumplimiento de medida de seguridad
que importe privación de libertad o de inhabilitación que importe suspensión del ejercicio profesional,
equivale a un día de haber del sueldo o ingreso percibido por la persona damnificada.
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III. En el caso que no sea posible establecer el monto referido en el Parágrafo anterior, se tomará en
cuenta el haber equivalente a un día del salario mínimo nacional.
SEGUNDA PARTE
PROCEDIMIENTOS
LIBRO PRIMERO
PROCEDIMIENTO COMÚN
TÍTULO I
ETAPA PREPARATORIA DEL JUICIO
CAPÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. La etapa preparatoria tendrá por finalidad la preparación del juicio oral y público, mediante la
recolección de todos los elementos que permitan fundar la acusación fiscal, de la víctima o querellante
y la defensa de la persona denunciada o procesada.
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II. La Fiscalía tendrá a su cargo la investigación de todos los delitos de acción pública y actuará con
el auxilio de la Policía Boliviana y del Instituto de Investigaciones Forenses.
II. Cuando la ley condicione la persecución penal a una instancia particular o a cualquier forma
de antejuicio, la Fiscalía la ejercerá una vez que se produzca la instancia o la autorización por los
medios que la ley disponga, sin perjuicio de realizar actos imprescindibles para conservar elementos
de prueba.
III. La autoridad fiscal se abstendrá de acusar cuando no encuentre fundamento para ello. Asimismo,
retirará la acusación, total o parcialmente, cuando encuentre que la ya presentada no tiene
fundamento, bajo responsabilidad.
II. Las actuaciones del Ministerio Público y los documentos obtenidos se acumularán en un cuaderno
de investigación, siguiendo criterios de orden y utilidad solamente. El cuaderno estará bajo tenencia
y custodia de la o el fiscal, bajo responsabilidad, quien tendrá la obligación de presentarlo o exhibirlo
cuando sea requerido por la autoridad competente o las partes, de conformidad al presente Código.
III. Las actuaciones registradas en el cuaderno no tendrán valor probatorio por sí mismas para fundar
la condena de la persona procesada, con excepción de los elementos de prueba que este Código
autoriza introducir al juicio por su lectura.
IV. Las partes tendrán acceso al cuaderno, salvo sobre elementos vinculados a protección de
víctimas y testigos. En ninguna circunstancia se podrán revelar los datos de personas involucradas
en situación de vulnerabilidad.
VII. Las solicitudes de copias fotostáticas simples o auténticas deberán cubrir los costos de reposición.
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VIII. En los casos que por ley deba otorgarse información a personas que no son parte del proceso,
ésta no deberá vulnerar los derechos de las partes establecidos en la Constitución Política del
Estado, en particular la dignidad y presunción de inocencia de las partes ni afectar la eficacia de la
investigación.
II. Cuando se trate de delitos vinculados a organizaciones criminales, esta reserva podrá autorizarse
hasta por dos (2) veces por el mismo plazo.
III. Las autoridades judiciales, fiscales o policiales en ningún caso podrán informar a los medios de
comunicación social acerca de la identidad de personas detenidas, procesada, víctimas, testigos ni de
otras que se encuentren o puedan resultar vinculadas a la investigación de un hecho presuntamente
delictivo, así como sobre la información a la que tengan acceso.
CAPÍTULO II
TÉCNICAS ESPECIALES DE INVESTIGACIÓN
I. Cuando los medios y las técnicas tradicionales de investigación no fueran suficientes, la o el fiscal
solicitará fundadamente a la jueza o al juez de instrucción autorice la aplicación de las técnicas
especiales de investigación descritas en este Capítulo. Si la autoridad judicial las considera pertinentes
y necesarias, podrá autorizar la investigación en procesos por delitos de corrupción, trata y tráfico
de personas, tráfico ilícito de sustancias controladas, legitimación de ganancias ilícitas, terrorismo,
financiamiento al terrorismo, contrabando, o cuando se trate de grupos delictivos organizados.
II. Las servidoras públicas y los servidores públicos que realicen estas técnicas estarán eximidas y
eximidos de responsabilidad, salvo que en el curso de la investigación realicen actos distintos a los
específicamente encomendados, cometan violaciones a los derechos fundamentales o actúen con
evidente exceso o desproporcionalidad, con relación a las necesidades o finalidades de la misma.
No constarán en las actuaciones, el nombre, domicilio, lugar de trabajo, profesión ni cualquier otro
dato que permita identificarlos.
III. El trámite y la información obtenida serán mantenidas en reserva, a cargo de la autoridad fiscal, y
se conservará fuera de las actuaciones con la debida seguridad en sobre cerrado y lacrado.
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IV. Cumplido el tiempo de duración de la técnica especial, o su ampliación, la autoridad fiscal ordenará
que la investigadora o el investigador del caso emita informe de las actuaciones realizadas por las
servidoras públicas y los servidores públicos, quienes únicamente declararán en juicio oral, en cuya
oportunidad se utilizará cualquier medio o técnica de protección de testigos.
II. La identidad supuesta de la o el agente encubierto será mantenida en reserva, junto al trámite que
contendrá además su identidad verdadera, conforme a lo señalado por el Artículo anterior.
I. Se entenderá por entrega vigilada la técnica consistente en permitir que remesas de sustancias
controladas u otros bienes vinculados a los delitos señalados en el Parágrafo I del Artículo 290 de este
Código circulen por territorio nacional o entren o salgan fuera de él sin interferencia de la autoridad
competente y bajo su vigilancia, con el fin de descubrir o identificar a las personas involucradas en la
comisión del delito, aportar pruebas al proceso y, en su caso, prestar auxilio a autoridades extranjeras
para estos mismos fines.
II. En caso de ausencia o insuficiencia de medios de prueba, la autoridad fiscal podrá solicitar
fundadamente, bajo su responsabilidad, a la jueza o al juez de instrucción, autorización para que
miembros de la Policía Boliviana, debidamente calificados, sin antecedentes penales ni disciplinarios
y que presten su consentimiento al efecto, participen en entregas vigiladas, sobre las que se pueda
realizar una vigilancia y seguimiento efectivos.
III. La resolución de la jueza o el juez de instrucción que autorice la entrega vigilada será mantenida
en reserva, a cargo de la autoridad fiscal, y se conservará fuera de las actuaciones con la debida
seguridad, en sobre cerrado y lacrado.
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IV. Las y los agentes policiales que intervengan mantendrán informada a la autoridad fiscal encargada
de la investigación sobre las actividades realizadas y por realizarse en el curso de la misma y sobre
la información que vaya obteniendo.
II. A pedido fundamentado de la autoridad fiscal sobre los peligros y dificultades en la investigación
de actividades u operaciones delictivas, con indicación de las personas o lugares sobre los que
dispondrá la medida, así como con la descripción de los medios o técnicas a utilizarse, y el plazo de
duración o ampliación, la jueza o el juez de instrucción podrá autorizar la interceptación cuando la
considere necesaria, pertinente y proporcional.
III. Los operadores encargados de la interceptación serán designados directamente por la autoridad
fiscal, bajo su control y supervisión, quienes no podrán revelar sus actuaciones ni su contenido, salvo
en el juicio oral.
IV. Existirá un solo registro, grabación o soporte físico; su contenido, en acto privado, será objeto de
análisis por la autoridad judicial y la fiscal, y lo que no sea pertinente al objeto de la investigación será
destruido o se ordenará su eliminación o el borrado de todo registro o base de datos. La información
que se considere pertinente, sujeta a objetividad, podrá ser utilizada por el Ministerio Público a los
fines probatorios del respectivo proceso penal.
II. La jueza o el juez de instrucción, a petición de la autoridad fiscal, atenuará la pena hasta el mínimo
correspondiente al tipo penal, con relación a los delitos señalados en el Parágrafo I del Artículo 290,
siempre y cuando ayude eficazmente a esclarecer el hecho investigado u otros conexos o brinde
información útil para probar la participación de otras personas imputadas. Concluida la investigación,
la Fiscalía solicitará a la jueza o al juez de instrucción, en su requerimiento conclusivo, que se aplique
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el beneficio establecido en el presente Artículo, conforme al procedimiento abreviado, en caso que
fuera procedente.
II. La servidora pública, el servidor público o la persona particular que tenga conocimiento de la posible
comisión de un delito de corrupción, a tiempo de denunciar el hecho conforme a ley, manifestará
su aceptación de coadyuvar en el esclarecimiento del hecho, la recolección de pruebas, e incluso
participar en operativos. Son aplicables a las personas coadyuvantes las disposiciones establecidas
en los Parágrafos II y V del Artículo 290 y el Parágrafo II del Artículo 291 del presente Código. Las
pruebas que puedan ser recolectadas por la persona coadyuvante están sometidas a lo establecido
por el Artículo 189 de este Código, sobre entrega y secuestro de objetos y documentos.
III. Son aplicables a la víctima y a la persona coadyuvante las normas referidas a protección de
víctimas, testigos y denunciantes.
CAPÍTULO III
ACTOS INÍCIALES
SECCIÓN I
DENUNCIA
I. Toda persona que tenga conocimiento de la comisión de un delito de acción pública, podrá
denunciarlo ante la Fiscalía o la Policía Boliviana.
II. En las localidades donde no exista Fiscalía o Policía, se la presentará ante la autoridad política
o municipal, quienes deberán ponerla en conocimiento de la autoridad fiscal más próxima, en el
término de veinticuatro (24) horas.
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Artículo 297. (FORMA Y CONTENIDO).
I. La denuncia podrá presentarse en forma escrita o verbal. Cuando sea verbal se hará constar en
acta firmada por la o el denunciante y la servidora pública o el servidor público interviniente. En
ambos casos, quien la reciba comprobará y dejará constancia de la identidad y domicilio de la o el
denunciante; a pedido de quien denuncia, estos datos podrán mantenerse en reserva que podrá ser
levantada a efectos de hacerse efectiva su responsabilidad por denuncia falsa o temeraria. En todos
los casos se le entregará una copia del original.
II. La denuncia contendrá, en lo posible, la relación circunstanciada del hecho, con indicación de
las personas autoras y partícipes, víctimas, damnificados, testigos y demás elementos que puedan
conducir a su comprobación y su tipificación.
1. Las servidoras públicas y los servidores públicos que conozcan el hecho en ejercicio de sus
funciones; y,
2. Los médicos, farmacéuticos, enfermeros y demás personas que ejerzan cualquier rama de
las ciencias médicas, siempre que conozcan el hecho en el ejercicio de su profesión u oficio.
II. La denuncia dejará de ser obligatoria si diera lugar a la persecución penal propia, del cónyuge,
conviviente o pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o por adopción, o segundo de
afinidad, o cuando los hechos fueran conocidos bajo secreto profesional.
I. Quien denuncia no será parte en el proceso y no incurrirá en responsabilidad alguna, salvo cuando
las sindicaciones sean calificadas por la autoridad judicial como falsas o la denuncia haya sido
rechazada y calificada como temeraria o maliciosa.
Artículo 300. (DENUNCIA ANTE LA POLICÍA). Cuando la denuncia sea presentada ante la
policía, ésta informará, dentro de las veinticuatro (24) horas a la autoridad fiscal y comenzará la
investigación preventiva conforme a lo dispuesto en la Sección III de este Capítulo.
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Artículo 301. (DENUNCIA ANTE LA FISCALÍA). La autoridad fiscal, al recibir una denuncia o
información fehaciente sobre la comisión de un delito, dirigirá la investigación conforme a las normas
de este Código, requiriendo el auxilio de la policía y del Instituto de Investigaciones Forenses. En
todos los casos informará a la jueza o al juez de instrucción el inicio de las investigaciones dentro de
las veinticuatro (24) horas.
I. Las autoridades fiscales, además de los casos previstos en su ley orgánica, podrán solicitar la
desestimación de denuncias cuando el hecho denunciado no constituya delito, corresponda ser
resuelto en otra vía o instancia procesal, o incurra en manifiesto abuso de derecho, temeridad o
malicia procesal, exista una denuncia o proceso anterior en trámite contra la o el denunciante, o
implique ejercicio ilegítimo de la acción penal.
II. La solicitud de desestimación se efectuará, una vez informado el juzgado de instrucción de turno,
sin más trámite o previa recepción de la declaración de la persona denunciada.
III. En los casos previstos en el Numeral I del presente Artículo, la autoridad fiscal presentará la
solicitud de desestimación, en el plazo de tres (3) días de recibida la denuncia, querella o recibido el
informe de acción directa.
IV. La resolución podrá ser objetada por la víctima en el plazo de cinco (5) días ante la jueza o el
juez de instrucción, quien resolverá en forma escrita, confirmando o revocando la desestimación en
el plazo de tres (3) días. La resolución que emita la jueza o el juez de instrucción, confirmando la
desestimación, será recurrible mediante apelación incidental. En caso de revocatoria, se ordenará la
prosecución de la investigación, sin recurso ulterior.
SECCIÓN II
QUERELLA
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4. La relación circunstanciada del hecho, sus antecedentes o consecuencias conocidas y,
si fuera posible, la indicación de las presuntas personas autoras o partícipes, víctimas,
damnificados y testigos;
I. La o el querellante podrá desistir o abandonar su querella en cualquier momento del proceso, con
costas a su cargo y sujeto a la decisión definitiva.
III. El desistimiento y el abandono impedirán toda posterior persecución por parte de la o el querellante,
en virtud del mismo hecho que constituyó el objeto de su querella y en relación con las personas
procesadas que participaron en el proceso.
SECCIÓN III
INTERVENCIÓN POLICIAL PREVENTIVA
I. Las servidoras y los servidores públicos y agentes de la policía que tengan noticia fehaciente de
la comisión de un delito de acción pública informarán, dentro de las ocho (8) horas de su primera
intervención a la Fiscalía. Bajo la dirección de la autoridad fiscal encargada de la investigación,
practicarán las diligencias preliminares para reunir o asegurar los elementos de convicción y evitar la
fuga u ocultamiento de los sospechosos.
II. La persona procesada y su defensa podrán intervenir en todas las diligencias practicadas por la
policía y tendrán acceso a todas las investigaciones realizadas, salvo cuando se hallen bajo reserva,
según lo establecido en este Código.
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Artículo 306. (ATENCIÓN MÉDICA). Las autoridades policiales protegerán la salud e integridad
física de las personas bajo su custodia y, en su caso, de la víctima.
I. Las y los miembros de la Policía Boliviana, cuando cumplan funciones de policía judicial, en el
marco de las disposiciones establecidas en este Código, tendrán las siguientes facultades:
1. Recibir las denuncias levantando acta de las verbales, así como las declaraciones de las o
los denunciantes;
4. Recabar los datos que sirvan para la identificación de la persona denunciada o procesada;
7. Prestar el auxilio que requieran las víctimas y proteger a las y los testigos;
8. Cuidar y proteger el lugar de los hechos para que los rastros materiales que hubiere dejado
el delito sean conservados y que el estado de las cosas no se modifique hasta que tenga
conocimiento el Ministerio Público;
10. Recoger y conservar los objetos e instrumentos relacionados con el delito para su entrega
al Ministerio Público;
11. Secuestrar, con autorización de la autoridad fiscal, documentos, libros contables, fotografías
y todo elemento material que pueda servir a la investigación para su entrega al Ministerio
Público;
12. Precintar el lugar del hecho para asegurar su conservación, por el plazo máximo de ocho (8)
horas, pudiendo la autoridad fiscal disponer su ampliación.
II. Las facultades de la Policía Boliviana están sujetas al principio de eficacia, bajo responsabilidad.
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Artículo 308. (APREHENSIÓN).
I. En los casos que este Código autoriza aprehender a las personas denunciadas o procesadas, las y
los miembros de la policía deberán cumplir con los siguientes principios básicos de actuación:
a) Haya resistencia que ponga en peligro la vida o la integridad física de las personas; y,
4. No permitir que las personas detenidas sean presentadas a ningún medio de comunicación
social, sin su expreso consentimiento, el que se otorgará en presencia de su defensora o
defensor y se hará constar en las diligencias respectivas;
II. La inobservancia de las normas contenidas en el presente Artículo, dará lugar a la responsabilidad
administrativa y penal que corresponda.
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SECCIÓN IV
DIRECCIÓN FUNCIONAL DE LA ACTUACIÓN POLICIAL
1. El cumplimiento obligatorio por parte de los funcionarios policiales de todas las órdenes
relativas a la investigación del delito emitidas por la Fiscalía o las autoridades judiciales. La
autoridad administrativa policial no podrá revocar o modificar la orden emitida ni retardar su
cumplimiento;
5. El objeto de la investigación o la denuncia, los nombres de las o los testigos y cualquier otro
dato que pueda facilitar la investigación posterior;
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6. El número de orden en el libro de registro policial; y,
II. Recibido el informe, la autoridad fiscal impartirá instrucciones a las autoridades preventoras e
informará a la jueza o al juez de instrucción sobre el inicio de la investigación, dentro de las veinticuatro
(24) horas siguientes.
I. Una vez que la autoridad fiscal se haya constituido en las dependencias policiales controlará:
II. Si constata alguna anormalidad, levantará el acta correspondiente a los efectos señalados en los
Numerales 3 y 4 del Artículo 309 de éste Código, sobre asignación y separación de servidoras o
servidores de la Policía Boliviana.
Artículo 313. (INFORME POLICIAL). Dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes, la Policía
remitirá a la Fiscalía los antecedentes y objetos secuestrados, salvo que la autoridad fiscal disponga
en cualquier momento su remisión.
CAPÍTULO IV
DESARROLLO DE LA ETAPA PREPARATORIA
I. Una vez presentado el informe de inicio de investigación ante la jueza o el juez de instrucción, la
autoridad fiscal en el plazo máximo de treinta (30) días para la conclusión de la fase preliminar:
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1. Imputará formalmente el delito atribuido, si se encuentran reunidos los requisitos legales.
III. Vencido el plazo establecido en el Parágrafo I de este Artículo, para la conclusión de la investigación
preliminar, la jueza o el juez de instrucción conminará a la autoridad fiscal asignada al caso para que
presente la resolución correspondiente, otorgándole el plazo de cinco (5) días para este efecto. Si
vencido ese plazo la autoridad no presentara la resolución respectiva, la jueza o el juez de instrucción
pondrá en conocimiento a la o al Fiscal Departamental para fines de responsabilidades, conminando
a esta autoridad a que el Ministerio Público se pronuncie en el mismo plazo, bajo responsabilidad.
Si vencido ese plazo el Ministerio Público no se pronuncia, la jueza o el juez de instrucción pondrá
en conocimiento de la víctima el incumplimiento señalado, a efectos de que ésta pueda presentar
querella y solicitar la conversión de acciones ante la misma jueza o el mismo juez de la instrucción
en el plazo de cinco (5) días.
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Artículo 315. (IMPUTACIÓN FORMAL).
I. Si la autoridad fiscal estima que existen suficientes indicios sobre la existencia del hecho y la
participación de la persona sospechosa o la denunciada, formalizará la imputación mediante
resolución fundamentada, que deberá contener:
II. La autoridad fiscal deberá abstenerse de imputar sobre hechos que no constituyen delito o en
concurso de delitos contradictorios o excluyentes entre sí.
II. Si la autoridad fiscal no requiere en dicho plazo, la jueza o el juez de instrucción dispondrá, de
oficio o a petición de parte, la inmediata libertad de la persona detenida, salvo que la o el querellante
haya solicitado la detención preventiva y la autoridad judicial la considere procedente.
1. Resulte que el hecho no existió, que no está tipificado como delito o que la persona
denunciada no ha participado en él;
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II. En los casos previstos en los Numerales 2, 3 y 4 del Parágrafo anterior, la resolución de la jueza
o el juez de la instrucción, una vez ejecutoriada, no podrá ser modificada mientras no varíen las
circunstancias que la fundamentan o se mantenga el obstáculo que impide el desarrollo del proceso.
I. Las partes podrán objetar la resolución de rechazo en el plazo de cinco (5) días a partir de su
notificación, ante la jueza o el juez de instrucción, quien resolverá en forma escrita, confirmando o
revocando el rechazo en el plazo de tres (3) días.
III. El archivo de obrados no impedirá que la víctima pueda presentar querella y solicitar la conversión
de acciones a la jueza o al juez de instrucción.
I. Las partes podrán proponer actos o diligencias en cualquier momento de la etapa preparatoria. La
autoridad fiscal inmediatamente los aceptará y requerirá bajo principio de eficacia si los considera
lícitos, pertinentes y útiles. La negativa deberá ser fundamentada e inmediata.
II. Cuando la o el fiscal rechace la proposición de diligencias que se estiman esenciales, las partes
podrán objetar el rechazo ante el superior jerárquico, quien resolverá lo que corresponda en el plazo
máximo de setenta y dos (72) horas.
III. La autoridad que haya emitido el requerimiento o la orden, podrá disponer las medidas convenientes
para su debido cumplimiento.
I. Cuando sea necesario practicar un reconocimiento, registro, reconstrucción o pericia, que por su
naturaleza o características se consideren como actos definitivos e irreproducibles, o cuando deba
recibirse una declaración que, por algún obstáculo, se presuma que no podrá producirse durante el
juicio, la o el fiscal o cualquiera de las partes podrán pedir a la autoridad judicial que realice estos
actos.
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II. La autoridad judicial practicará el acto, si lo considera admisible, citando a todas las partes, las
que tendrán derecho a participar con las facultades y obligaciones previstas en este Código.
III. Para la realización del acto, podrán utilizarse todos los medios señalados en el Parágrafo III del
Artículo 208 de este Código.
IV. Si la autoridad judicial rechaza el pedido, se podrá acudir directamente al tribunal de apelación,
quien deberá resolver dentro de las veinticuatro (24) horas de recibida la solicitud, ordenando la
realización del acto, si lo considera admisible, sin recurso ulterior.
CAPÍTULO V
EXCEPCIONES E INCIDENTES
I. La persona denunciada o procesada podrá oponerse a la acción penal, mediante las siguientes
excepciones:
1. Prejudicialidad;
2. Incompetencia;
3. Falta de acción, porque no fue legalmente promovida o porque existe un impedimento legal
para proseguirla;
5. Cosa juzgada; y,
6. Litigio pendiente.
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Artículo 322. (PREJUDICIALIDAD).
I. Esta excepción podrá promoverse ante la autoridad judicial que se considere competente, o ante la
que se considere incompetente y que conoce el proceso. En el último caso deberá resolverse antes
que cualquier otra excepción.
II. Recibidas las actuaciones, el tribunal competente para dirimir el conflicto lo resolverá dentro de los
tres (3) días siguientes. Si se requiere la producción de prueba, se ordenará su remisión dentro de
los cinco (5) días siguientes y el tribunal resolverá el conflicto en el plazo de veinticuatro (24) horas.
I. Cuando se declare probada la excepción de falta de acción, se archivarán las actuaciones hasta
que se la promueva legalmente o desaparezca el impedimento legal.
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II. Si el proceso penal depende de cualquier forma de antejuicio, la autoridad fiscal requerirá a la
jueza o al juez de instrucción que inste su trámite ante la autoridad que corresponda, sin perjuicio de
que realice actos indispensables de investigación y de conservación de prueba.
III. Esta disposición regirá también cuando se requiera la conformidad de un gobierno extranjero y su
trámite se instará por la vía diplomática.
IV. La decisión sólo excluirá del proceso a la persona denunciada o procesada a quien beneficie.
II. Planteada alguna de las excepciones establecidas en el Artículo 41 de este Código, de ser probada
la misma, se declarará extinguida la acción penal, disponiéndose el archivo de la causa.
I. Las excepciones y las peticiones o planteamientos de las partes que, por su naturaleza o
importancia, deban ser debatidas, se tramitarán por la vía incidental, en el efecto no suspensivo y
serán propuestas por escrito fundamentado ofreciendo prueba en la etapa preparatoria y oralmente
en el juicio, ofreciendo prueba y acompañando la documentación correspondiente.
IV. El rechazo de las excepciones y de los incidentes impedirá que sean planteados nuevamente por
los mismos motivos.
CAPÍTULO VI
DE LA EXCUSA Y RECUSACIÓN
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1. Haber intervenido en el mismo proceso como jueza, juez, fiscal, abogada, abogado,
mandataria, mandatario, denunciante, víctima, querellante, perito o testigo;
3. Ser cónyuge o conviviente, pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo
de afinidad o por adopción, de alguna persona interesada o de las partes;
4. Tener proceso pendiente, o sus parientes en los grados preindicados con alguna de las
personas interesadas o de las partes, iniciado con anterioridad al proceso penal;
5. Ser socia, socio, o sus parientes, en los grados preindicados de alguna de las personas
interesadas o de las partes, salvo que se trate de sociedades anónimas;
6. Ser acreedora o acreedor, deudora, deudor, fiadora o fiador, o sus padres, hijas o hijos u otra
persona que viva a su cargo, de alguna de las personas interesadas o de las partes, salvo
que se trate de entidades bancarias o financieras;
8. Tener amistad íntima, que se exteriorice por frecuencia de trato, o enemistad manifiesta con
alguna de las personas interesadas o de las partes. En ningún caso procederá la separación
por ataques u ofensas inferidas a la autoridad judicial después que haya comenzado a
conocer el proceso.
Artículo 329. (PARTES Y PERSONAS INTERESADAS). A los fines del Artículo anterior, se
consideran partes a la persona denunciada o procesada, a la o el querellante y a la autoridad fiscal,
y personas interesadas a la víctima y a la civilmente responsable, cuando no se hayan constituido en
parte.
I. La autoridad judicial comprendida en alguna de las causales establecidas en el Artículo 328 de este
Código, está obligada a excusarse, mediante resolución fundamentada, apartándose de inmediato
del conocimiento del proceso.
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II. La autoridad judicial que se excuse remitirá la causa a la que deba reemplazarla, quien asumirá
conocimiento del proceso inmediatamente y proseguirá indefectiblemente su curso, sin perjuicio de
elevar sólo los antecedentes de la excusa en consulta ante el tribunal superior, si estima que no tiene
fundamentos, lo que no deberá interrumpir el conocimiento de la causa.
III. Si el tribunal superior acepta o rechaza la excusa, según el caso, ordenará a la autoridad judicial
reemplazante o a la reemplazada a que continúe con la sustanciación del proceso, sin recurso
ulterior, y todas las actuaciones de una y otra autoridad conservarán validez.
IV. Cuando el número de excusas impida la conformación con las o los miembros requeridos o se
acepte la excusa de alguna o alguno de sus miembros, el tribunal se completará de acuerdo a lo
establecido en la Ley del Órgano Judicial.
V. En caso de excusa de jueza técnica o juez técnico que forme parte de tribunal de sentencia, se
seguirá el trámite establecido para el juez unipersonal.
VI. Cuando el número de excusas impida la conformación con las o los miembros requeridos, o se
acepte la excusa de alguno de sus miembros, el tribunal se completará de acuerdo a lo establecido
en las disposiciones orgánicas.
1. En la etapa preparatoria, dentro de los tres (3) días de haber asumido la autoridad judicial el
conocimiento de la causa;
2. En la etapa del juicio, dentro del término establecido para los actos preparatorios de la
audiencia; y,
II. Cuando la recusación se funde en una causal sobreviniente, sólo podrá plantearse dentro de los
tres (3) días de conocida la causal.
I. La recusación se presentará ante la autoridad judicial que conozca el proceso, mediante escrito
fundamentado, ofreciendo prueba y acompañando la documentación correspondiente.
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II. Si la autoridad judicial recusada admite la recusación promovida, se seguirá el trámite establecido
para la excusa. En caso de rechazo, la autoridad judicial unipersonal, elevará sólo los antecedentes
del incidente al tribunal superior dentro de las veinticuatro (24) horas de promovida la recusación,
acompañando el escrito de interposición junto con su decisión fundamentada de rechazo. El tribunal
superior se pronunciará dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes sobre la aceptación o
rechazo de la recusación, sin recurso ulterior. Si acepta la recusación, reemplazará a la autoridad
judicial recusada conforme a lo previsto en las disposiciones orgánicas; si la rechaza ordenará a la
autoridad judicial que continúe con la sustanciación del proceso, la que ya no podrá ser recusada por
las mismas causales;
III. Cuando el número de recusaciones impida la conformación de tribunal con las o los miembros
necesarios o se acepte la recusación de uno de sus miembros, el tribunal se completará de acuerdo
a lo establecido en la Ley del Órgano Judicial.
IV. En ningún caso la recusación podrá recaer sobre más de la mitad de autoridades judiciales de
instrucción, de sentencia, de ejecución en lo penal o de una sala en un Tribunal Departamental de
Justicia. No se podrá recusar a más de tres (3) autoridades judiciales sucesivamente.
V. En caso que la recusación fuera contra una jueza técnica o un juez técnico que forme parte del
tribunal de sentencia, se seguirá el trámite establecido para el juez unipersonal.
II. Las recusaciones deberán ser rechazadas por la autoridad judicial ante la que se las presentó,
sin más trámite ni remisión de antecedentes de la recusación al tribunal superior, sin interrumpir el
trámite de la causa, cuando:
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5. Se presente sin prueba en los casos que sea necesario; o,
III. Cuando se haya planteado recusación, ninguna audiencia se suspenderá por el planteamiento de
ésta, debiendo la autoridad judicial resolverla con carácter previo en la misma audiencia.
I. Las secretarias y los secretarios deberán excusarse y podrán ser recusadas o recusados por las
mismas causales establecidas para las autoridades judiciales.
II. La autoridad judicial de la que dependen tramitará sumariamente la causal invocada y resolverá en
el término de cuarenta ocho (48) horas lo que corresponda, sin recurso ulterior.
CAPÍTULO VII
CONCLUSIÓN DE LA ETAPA PREPARATORIA
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II. En los casos previstos en los Numerales 1, 2 y 4 del Parágrafo anterior, remitirá a la autoridad
judicial las actuaciones y evidencias.
I. Las partes podrán objetar la resolución de sobreseimiento en el plazo de cinco (5) días a partir de
su notificación, ante la jueza o el juez de instrucción, quien resolverá en forma escrita, confirmando o
revocando el sobreseimiento en el plazo de tres (3) días.
II. En caso de revocatoria, se ordenará la presentación de la acusación fiscal en el término de tres (3)
días, sin recurso ulterior. Si lo ratifica, dispondrá la conclusión del proceso con relación a la persona
procesada en cuyo favor se dictó, a efectos de la cesación de las medidas cautelares y la cancelación
de sus antecedentes penales, una vez ejecutoriada la resolución.
III. La resolución que emita la jueza o el juez de instrucción, confirmando el sobreseimiento, será
recurrible mediante apelación incidental.
IV. El sobreseimiento no impugnado o el ratificado impedirá un nuevo proceso penal por el mismo
hecho, sin perjuicio de que la víctima reclame el resarcimiento del daño en la vía civil, salvo que el
sobreseimiento se funde en la inexistencia del hecho o en la no participación de la persona procesada.
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III. La resolución se notificará en la audiencia por su lectura.
TÍTULO II
JUICIO ORAL Y PÚBLICO
CAPÍTULO I
NORMAS GENERALES
Artículo 339. (OBJETO). El juicio es la fase esencial del proceso. Se realizará sobre la base de
la acusación y los principios procesales de publicidad, transparencia, oralidad, celeridad, probidad,
honestidad, legalidad, eficacia, eficiencia, accesibilidad, inmediatez, verdad material, debido proceso
e igualdad de las partes ante la autoridad judicial, para la comprobación del delito y la responsabilidad
de la persona procesada, con plenitud de jurisdicción.
I. El juicio se realizará con la presencia ininterrumpida de las autoridades judiciales y de todas las
partes.
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III. Si la Fiscalía no acude a la audiencia o se retira de ella sin justificación, se suspenderá el acto e
inmediatamente se pondrá en conocimiento de la o el fiscal jerárquico de la Fiscalía para que asigne
al juicio otra autoridad fiscal, sin perjuicio de la sanción correspondiente.
IV. Si la parte querellante o causadora hubiera desistido de su acción, podrá ser obligada a comparecer
como testigo.
1. Las personas menores de doce (12) años de edad, excepto que estén acompañadas por
una persona mayor de edad que responda por su conducta; y,
1. Las pruebas que se hayan recibido conforme a las reglas del anticipo de prueba, sin perjuicio
de que las partes o el tribunal exijan la comparecencia personal de la o el testigo o perito,
cuando sea posible;
2. Las declaraciones o dictámenes producidos por comisión o informe, cuando el acto se haya
producido por escrito, conforme a lo previsto por ley, sin perjuicio de que las partes o el
tribunal exijan la comparecencia de la o el testigo o perito cuando sea posible;
II. Todo otro elemento de prueba que se incorpore al juicio por su lectura, no tendrá ningún valor.
III. Las resoluciones del tribunal durante la audiencia se dictarán verbalmente, quedando notificados
todos por su pronunciamiento, dejándose constancia en acta.
155
Artículo 344. (CONTINUIDAD).
I. Iniciado el juicio se realizará sin interrupción todos los días hábiles hasta que se dicte sentencia y
sólo entrará en receso en los casos previstos en este Código.
II. La audiencia se realizará sin interrupción todas las horas hábiles del día. La autoridad judicial,
cuando sea necesario, ordenará los recesos diarios, fijando la hora en que ésta se reinicie y
habilitando los días y horas hábiles que fueran necesarios.
III. Las juezas y los jueces de sentencia están prohibidos de celebrar juicios simultáneos en un mismo
día.
II. Las juezas y los jueces de sentencia están prohibidos de disponer recesos por otros motivos
que no fueran los señalados para el receso de la audiencia en el Parágrafo anterior, o contra lo
establecido sobre continuidad en el Artículo anterior o contra el plazo de receso señalado en el
Parágrafo I del siguiente Artículo.
156
Artículo 346. (PLAZO DE RECESO DE LA AUDIENCIA).
I. La autoridad judicial dispondrá el receso de la audiencia por un plazo no mayor de cinco (5) días
calendario, señalando día y hora de continuación de audiencia, con valor de citación para todos los
comparecientes.
1. Podrá ordenarse la separación del juicio con relación a quien estuviera impedido y
continuarse el trámite con las otras personas coprocesadas; y,
I. Las personas que no puedan concurrir a la audiencia por un impedimento insalvable, serán
interrogadas en el lugar donde se encuentren, por la autoridad judicial del proceso o por comisión
a otra jueza o juez, con intervención de las partes, cuando así lo soliciten. Se levantará acta de la
declaración para que sea leída en audiencia.
II. Si la autoridad judicial considera conveniente, podrá disponer que el interrogatorio se realice
mediante videoconferencia, con intervención de las partes, comisionando a la jueza o al juez del
lugar para tal efecto.
Artículo 349. (CELERIDAD DEL JUICIO). Es deber de las autoridades judiciales, fiscales y
operadores de justicia penal, imprimir agilidad en el juicio oral, procurando que su desarrollo garantice
el ejercicio oportuno y rápido de impartir justicia.
Artículo 350. (VERDAD MATERIAL). En el desarrollo del juicio oral y en la actividad probatoria,
el Ministerio Público y el órgano jurisdiccional deberán asegurar el descubrimiento de la verdad
histórica en el marco establecido en el presente Código, evitando todo ritualismo o formalismo.
I. La autoridad judicial dirigirá la audiencia y moderará las intervenciones de las partes, para
prevenir el abuso del derecho, y deberá ordenar las medidas y actos necesarios para su desarrollo,
garantizando el ejercicio pleno de la acusación y de la defensa.
157
II. Si las partes incumplen las medidas adoptadas por la autoridad judicial, no podrán alegar dicho
incumplimiento en su favor ni alegar indefensión.
CAPÍTULO II
PREPARACIÓN DEL JUICIO
I. La jueza o el juez de sentencia, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de recibida la acusación
fiscal, radicará la causa y notificará a la víctima, la o el querellante, si hubiera, para que presente la
acusación particular y ofrezca las pruebas de cargo dentro del término de diez (10) días, salvando lo
dispuesto en el Artículo 153 de este Código, sobre renuncia y abreviación de plazos.
II. Vencido este plazo, se pondrá en conocimiento de la persona procesada la acusación fiscal y,
en su caso, la de la víctima o querellante para que dentro de los diez (10) días siguientes a su
notificación ofrezca sus pruebas de descargo.
III. Vencido este plazo, la jueza o el juez de sentencia dictará auto de apertura del juicio.
I. La acusación contendrá:
1. Los datos que sirvan para identificar a la persona procesada y su domicilio procesal;
II. La o el querellante tendrá autonomía para precisar los hechos de la acusación particular, su
calificación jurídica y para ofrecer prueba, aunque podrá adherirse a la que presente la Fiscalía,
ofreciendo prueba o no, sin que ello se considere abandono de la querella.
158
II. Cuando la acusación fiscal y la acusación particular sean contradictorias e irreconciliables, la
autoridad judicial precisará los hechos sobre los cuales se abre el juicio.
III. Por imperio del principio acusatorio, en ningún caso la autoridad judicial podrá incluir hechos no
contemplados en alguna de las acusaciones, producir prueba de oficio ni podrá abrir el juicio si no
existe, al menos, una acusación.
V. La acusación podrá retirarse en cualquier momento del juicio, hasta antes de la deliberación del
tribunal.
I. La autoridad judicial en el auto de apertura a juicio, señalará día y hora de su celebración la que se
realizará dentro de los veinte (20) a cuarenta y cinco (45) días siguientes.
II. La secretaria o el secretario dispondrá la notificación a las partes para la presentación física de
la prueba, la que será recibida por él mismo bajo constancia siendo responsable de la cadena de
custodia. Dispondrá la citación para las o los testigos y peritos, cuando corresponda, y dispondrá
toda otra medida necesaria para la organización y desarrollo del juicio público.
CAPÍTULO III
SUSTANCIACIÓN DEL JUICIO
III. Expuestos los fundamentos de la Fiscalía y los de la víctima o querellante y, en su caso, resueltas
las excepciones y los incidentes, se recibirá la declaración de la persona procesada. Previamente
se le explicará, con palabras claras y sencillas, el hecho que se le acusa con la advertencia de que
podrá abstenerse de declarar y que el juicio seguirá su curso, aunque se abstenga de declarar. La
persona procesada podrá manifestar lo que crea conveniente en su declaración. Sólo en este caso,
159
será interrogada por la autoridad fiscal, la abogada o el abogado de la víctima o querellante, la
defensa de la persona procesada y la jueza o el juez, en ese orden.
IV. Terminada la declaración de la persona procesada, la autoridad judicial dispondrá que la defensora
o el defensor exponga el alegato de defensa.
VI. Terminada la recepción de las pruebas, la o el fiscal, la parte acusadora particular y la defensa de la
persona procesada, en ese orden, formularán sus conclusiones en forma oral, podrán utilizar medios
técnicos y notas de apoyo a la exposición y no se permitirá la lectura de memoriales y documentos
escritos. Si intervinieran dos (2) o más fiscales, querellantes, abogadas o abogados, todos podrán
usar de la palabra, debiendo la autoridad judicial velar que eviten repeticiones o dilaciones. Si está
presente la víctima y desea exponer, se le concederá la palabra, aunque no haya intervenido en el
proceso.
VII. Finalmente, la autoridad judicial preguntará a la persona procesada si tiene algo más que
manifestar. Inmediatamente después declarará cerrado el debate.
160
Artículo 360. (TRÁMITE DE EXCEPCIONES E INCIDENTES).
II. En la discusión de las cuestiones incidentales, la autoridad judicial concederá por una sola una vez
la palabra a la defensa de la persona procesada para que presente sus excepciones o incidentes,
y de la misma manera a la o el fiscal, a la parte acusadora particular y a la víctima, aunque no se
hubiera constituido en querellante, debiendo la autoridad judicial moderar el tiempo de intervención.
III. Sólo se podrán plantear las excepciones extintivas de reparación del daño, acuerdo restaurativo,
muerte de la persona procesada, superación del plazo de duración correspondiente, según lo
establecido en el Artículo 155 del presente Código, amnistía o por prescripción, y la de incompetencia
sobreviniente.
IV. Una vez iniciadas las presentaciones de las excepciones o incidentes, la audiencia no podrá
suspenderse por ningún motivo, debiéndose habilitar días y horas extraordinarias al efecto.
V. Contra el auto que resuelva las excepciones o incidentes deberá hacerse la reserva de hacer uso
del recurso de apelación de sentencia.
II. La persona procesada podrá manifestar lo que crea conveniente en su declaración. Sólo en este
caso, será interrogada por la autoridad fiscal, la abogada o el abogado de la víctima o querellante, la
defensa de la persona procesada y la jueza o el juez, en ese orden.
III. Terminada la declaración de la persona procesada, la autoridad judicial dispondrá que la defensora
o el defensor exponga el alegato de defensa.
161
V. Iniciada la recepción de la declaración de la persona procesada, la audiencia no se podrá suspender
por ningún motivo hasta que concluya la recepción de la prueba, conforme los Artículos 333 y 334 de
este Código.
I. Durante el juicio, la Fiscalía, la víctima o querellante podrán ampliar la acusación por hechos
o circunstancias nuevas que no hayan sido mencionados en la acusación y que modifiquen la
adecuación típica o la pena.
II. Admitida por la autoridad judicial la ampliación de la acusación, se recibirá nueva declaración a la
persona procesada y se pondrá en conocimiento de las partes el derecho que tienen a pedir el receso
de la audiencia para ofrecer nuevas pruebas o preparar su intervención, conforme a lo dispuesto en
el Artículo 345 de este Código sobre casos de receso.
I. Una vez expuesta la defensa se procederá a la producción de la prueba, la misma que se realizará
en el siguiente orden: la que haya ofrecido la Fiscalía, la víctima o querellante, y finalmente la persona
procesada, evitando formalidades y prácticas rituales, resguardando el principio de verdad material.
II. La autoridad judicial controlará que los medios de prueba no sean impertinentes ni excesivos, así
como de las consideraciones valorativas de las partes respecto a la prueba.
I. Cuando sea posible, la autoridad judicial dispondrá que las operaciones periciales se practiquen
en audiencia.
II. La autoridad judicial ordenará la lectura de las conclusiones de los dictámenes de todas las pericias
practicadas en el proceso.
I. La prueba testifical se recibirá en el siguiente orden: la que haya ofrecido la Fiscalía, la víctima o
querellante y, finalmente la persona procesada.
162
II. Antes de declarar, las o los testigos no se comunicarán entre sí ni con otras personas, ni deberán
ver, oír o ser informados de lo que ocurre en la audiencia. El incumplimiento de la incomunicación no
impedirá la declaración del testigo, pero la autoridad judicial apreciará esta circunstancia al valorar la
prueba.
III. Las y los testigos explicarán la razón y el origen del contenido de sus declaraciones y, en su caso,
señalarán con la mayor precisión posible a las personas que le hubieran informado.
I. Después de que la autoridad judicial interrogue a la o al perito o testigo sobre su identidad personal
y las circunstancias generales para valorar su declaración, se dará curso al interrogatorio directo,
comenzando por quien le propuso, continuando con las otras partes y luego podrán ser interrogados
por la juez o el juez. Las y los declarantes responderán directamente a las preguntas que se les
formulen.
II. Únicamente las y los peritos tendrán la facultad de consultar documentos, notas escritas,
publicaciones y de utilizar medios técnicos durante su declaración.
III. Las y los testigos no podrán ser interrogadas o interrogados por las consultoras o los consultores
técnicos.
IV. Concluida la declaración, la autoridad judicial podrá ordenar que el declarante presencie la
audiencia, permanezca en la antesala o se retire.
I. La o el testigo niña, niño o adolescente será interrogada o interrogado por la autoridad judicial en
base a las preguntas presentadas por las partes en forma escrita.
II. En el interrogatorio, la autoridad judicial será asistida por una o un pariente de la niña, el niño o
adolescente o una experta o un experto en psicología, siguiendo las normas previstas por el Artículo
208 de este Código, sobre testimonios y declaraciones especiales.
163
Artículo 370. (CONTRADICCIONES). Si las o los testigos incurren en contradicciones respecto
de sus declaraciones anteriores, la autoridad judicial podrá ordenar su lectura siempre que se hayan
observado en su recepción las reglas previstas en este Código. Persistiendo las contradicciones se
aplicará lo dispuesto en el Artículo 206 de este Código, sobre indicios de falso testimonio.
I. Las pruebas literales serán leídas y exhibidas en la audiencia, con indicación de su origen. La
autoridad judicial, en base al acuerdo de las partes, racionalizará el tiempo y podrá ordenar la lectura
parcial de éstas.
II. Los objetos y otros elementos de convicción secuestrados serán exhibidos para su reconocimiento
por testigos, peritos o por la persona procesada.
III. Las grabaciones y elementos de prueba audiovisuales serán reproducidos en la forma habitual.
II. Si intervinieran dos (2) o más fiscales, querellantes, abogadas o abogados, todos podrán usar de
la palabra, evitando repeticiones o dilaciones.
III. Las partes podrán replicar por una sola vez, pero corresponderá a la defensora o defensor la
última intervención. La réplica se limitará a la refutación de los argumentos adversos que antes no
hubieran sido discutidos, restringiéndose las reiteraciones de la primera intervención.
IV. En caso de manifiesto abuso de la palabra, la autoridad judicial llamará la atención a la persona
oradora y, si ésta persiste, podrá limitar el tiempo del alegato teniendo en cuenta la naturaleza de los
hechos en examen, las pruebas recibidas y las cuestiones por resolver.
V. Si está presente la víctima y desea exponer, se le concederá la palabra, aunque no haya intervenido
en el proceso.
VI. Finalmente, la autoridad judicial preguntará a la persona procesada si tiene algo más que
manifestar. Inmediatamente después declarará cerrado el debate.
164
Artículo 373. (CONCLUSIÓN ANTICIPADA DEL JUICIO).
I. Hasta antes del cierre del debate, la persona procesada podrá solicitar la conclusión anticipada del
juicio, reconociendo su responsabilidad, aplicándose la atenuante del delito que se juzga.
II. Si la persona procesada solicitara la conclusión anticipada del juicio, antes de la exposición de
los alegatos iniciales de defensa, reconociendo su responsabilidad, se aplicará la atenuante hasta la
pena mínima del delito que se juzga.
CAPÍTULO IV
DELIBERACIÓN Y SENTENCIA
Artículo 375. (DELIBERACIÓN). Concluido el debate, las y los miembros del tribunal pasarán
de inmediato y sin interrupción, a deliberar en sesión secreta, a la que sólo podrá asistir la secretaria
o el secretario. La deliberación no se podrá suspender salvo caso de enfermedad grave de alguna o
alguno de las y los miembros del tribunal. En este caso, el receso o suspensión no podrá durar más
de tres (3) días, luego de los cuales, los restantes concluirán el juicio conforme lo señalado en el
presente Código.
Artículo 376. (VALORACIÓN). La autoridad judicial o el tribunal valorará las pruebas producidas
durante el juicio de un modo integral conforme a las reglas de la sana crítica y expondrá los
razonamientos en que fundamenta su decisión.
I. El tribunal valorará las pruebas producidas durante el juicio de un modo integral conforme a las
reglas de la sana crítica y expondrá los razonamientos en que fundamenta su decisión.
II. Las juezas y los jueces deliberarán y votarán respecto de todas las cuestiones, en el siguiente
orden:
1. Las relativas a toda cuestión incidental que se haya diferido para este momento;
165
III. Las decisiones se adoptarán por mayoría. Las juezas y los jueces fundamentarán separadamente
sus votos o lo harán en forma conjunta cuando estén de acuerdo.
V. En caso de igualdad de votos se adoptará como decisión la que más favorezca a la persona
imputada.
1. La mención del juzgado, lugar y fecha en que se dicte, el nombre de la autoridad judicial, de
las partes y los datos personales de la persona procesada;
2. La enunciación del hecho y circunstancias que hayan sido objeto del juicio;
I. La sentencia será redactada y firmada inmediatamente. Sin interrupción la autoridad judicial dará
lectura de la misma.
II. Por la complejidad del proceso o lo avanzado de la hora podrá diferirse la redacción de los
fundamentos de la sentencia y se leerá sólo la parte resolutiva, señalando día y hora de audiencia
para su lectura integral, la que se realizará en el plazo máximo de tres (3) días posteriores al
pronunciamiento de la parte dispositiva.
III. La sentencia se notificará en audiencia con su lectura íntegra y las partes recibirán copia de ella
en la misma. En caso que las partes no se hicieran presentes en la audiencia de lectura íntegra, ésta
se tendrá por notificada.
Artículo 380. (CONGRUENCIA). Por imperio del principio acusatorio, la persona procesada no
podrá ser condenada por un hecho distinto al atribuido en la acusación o su ampliación.
166
2. La prueba aportada no sea suficiente para generar en la jueza o el juez la convicción sobre
la responsabilidad penal de la persona procesada;
II. La libertad de la persona procesada se ordenará aún cuando la sentencia absolutoria no esté
ejecutoriada y se cumplirá directamente desde la sala de audiencia.
I. Se dictará sentencia condenatoria cuando la prueba aportada sea suficiente para generar en la
autoridad judicial la convicción sobre la responsabilidad penal de la persona procesada.
II. La sentencia fijará con precisión las sanciones que correspondan, la forma y lugar de su
cumplimiento y, en su caso, determinará el perdón judicial, la suspensión condicional de la pena y las
obligaciones que deberá cumplir la persona procesada.
III. Se fijará con precisión la fecha en que la condena finaliza. Se computará como parte cumplida de
la sanción que se aplique, el tiempo que la persona haya estado detenida por ese delito, inclusive
en sede policial.
IV. Se establecerá la forma y el plazo para pagar la multa, y se unificarán las condenas o las penas.
V. La sentencia decidirá también sobre las costas y sobre la entrega de objetos secuestrados a quien
el tribunal entienda con mejor derecho a poseerlos. Decidirá sobre el decomiso, la confiscación y la
destrucción previstos en la ley.
167
VI. La sentencia condenatoria o la que imponga una medida de seguridad ejecutoriada habilitará el
procedimiento especial para la reclamación de los daños y perjuicios que correspondan.
I. La autoridad judicial, tomando en cuenta los móviles o causas que hayan inducido al delito, la
naturaleza y modalidad del hecho, podrá suspender de modo condicional el cumplimiento de la pena
cuando concurran los siguientes requisitos:
1. Que la persona haya sido condenada a pena privativa de libertad que no exceda de tres (3)
años de duración;
2. Que la persona condenada no haya sido objeto de condena anterior por delito doloso, en los
últimos cinco (5) años.
II. Si durante el período de prueba la persona beneficiada infringe, sin causa justificada, las normas
de conducta impuestas, la suspensión será revocada y deberá cumplir la pena impuesta.
III. La suspensión de la pena no liberará a la persona condenada de las multas ni de las inhabilitaciones
que se le hayan impuesto en la sentencia.
168
Artículo 388. (DEFECTOS DE LA SENTENCIA). Los defectos de la sentencia que habilitan la
apelación de sentencia, serán los siguientes:
3. Que falte la enunciación del hecho objeto del juicio o su determinación circunstanciada;
CAPÍTULO V
REGISTRO DEL JUICIO
3. Indicación del nombre de las o los testigos, peritos e intérpretes, la referencia de los
documentos leídos y de los otros elementos probatorios reproducidos;
169
4. Relación sucinta de los alegatos y solicitudes de las partes;
5. Decisiones producidas en el curso del juicio, las objeciones de las partes, cada una de las
protestas de recurrir y las menciones que expresamente soliciten su registro;
III. Cuando el juicio se registre por un medio audiovisual, la autoridad judicial ordenará las medidas
convenientes para asegurar su conservación, fidelidad y autenticidad, las mismas que deberán
constar en acta que será firmada por la jueza o el juez, la secretaria o el secretario y las partes.
IV. La autoridad judicial podrá disponer que las partes, a su costo, registren por cualquier medio, el
desarrollo del juicio, regulando su uso, salvo casos de reserva y protección establecidos por ley.
Artículo 390. (VALOR DE LOS REGISTROS). Los medios de registro del juicio sólo tendrán valor
probatorio para demostrar la forma de su realización a los efectos de los recursos que correspondan.
LIBRO SEGUNDO
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES Y MODIFICACIONES AL PROCEDIMIENTO COMÚN
TÍTULO I
PROCEDIMIENTO ABREVIADO
II. Para que sea procedente deberá contar con el acuerdo de la persona procesada y su defensa, el
que deberá estar fundado en la admisión del hecho y su participación en él.
III. En caso que el procedimiento común permita un mejor conocimiento de los hechos, La autoridad
judicial podrá negar la aplicación del procedimiento abreviado.
170
IV. La existencia de varias personas procesadas en un mismo procedimiento no impedirá la aplicación
de estas reglas a alguna de ellas.
II. Aceptado el procedimiento, la sentencia se fundará en el hecho admitido por la persona procesada
pero la condena no podrá superar la pena requerida por la Fiscalía.
IV. La víctima podrá presentar apelación incidental fundada en que el procedimiento abreviado no
permitió el esclarecimiento suficiente de los hechos.
V. La autoridad judicial no podrá fundar la condena en la admisión de los hechos por parte de la
persona procesada.
TÍTULO II
PROCEDIMIENTO POR DELITOS DE ACCIÓN PENAL PRIVADA
I. Quien pretenda acusar por un delito de acción privada, deberá presentar su acusación ante el
juzgado de sentencia por sí o mediante apoderado especial, conforme a lo previsto en éste Código.
II. Cuando la parte acusadora particular necesite de la realización de un acto preparatorio para la
presentación de su querella, solicitará a la jueza o al juez de sentencia que ordene a la autoridad
competente su realización.
171
1. El hecho no esté tipificado como delito;
II. En el caso contemplado en el Numeral 3 del Parágrafo anterior, la parte acusadora particular podrá
repetir la acusación por una sola vez, subsanando sus defectos, con mención de la desestimación
anterior.
I. Admitida la acusación, se convocará a una audiencia de conciliación, dentro de los diez (10) días
siguientes. Cuando el acusado no comparezca, el procedimiento seguirá su curso.
II. Si en esta oportunidad o en cualquier estado posterior del juicio, las partes se concilian, se declarará
extinguida la acción y las costas se impondrán en el orden causado, salvo acuerdo de partes.
II. Si la parte acusadora no acepta la retractación por considerarla insuficiente, la jueza o el juez
decidirá el incidente. Si lo pide la parte acusadora, la autoridad judicial ordenará que se publique la
retractación en la misma forma que se produjo la ofensa, con costas.
I. La parte acusadora podrá desistir de la acción en cualquier estado del proceso, pero quedará
sujeta a la responsabilidad emergente de sus actos anteriores.
172
II. El desistimiento producirá la extinción de la acción penal.
TÍTULO III
PROCEDIMIENTO PARA LA REPARACIÓN DEL DAÑO
I. Ejecutoriada la sentencia de condena o la que imponga una medida de seguridad por inimputabilidad
o semiimputabilidad, la víctima o querellante y la Fiscalía podrán solicitar al juzgado de sentencia que
ordene la reparación del daño causado o la indemnización correspondiente.
II. En casos de sentencias ejecutoriadas que establezcan daño económico al Estado, la entidad
afectada y subsidiariamente la Procuraduría General del Estado, deberán presentar la demanda de
reparación del daño, bajo responsabilidad.
III. La víctima que no haya intervenido en el proceso podrá optar por esta vía, dentro de los seis (6)
meses a partir de su notificación con la sentencia firme.
Artículo 402. (DEMANDA). La demanda deberá ser dirigida contra la persona condenada o
contra aquélla a quien se le aplicó una medida de seguridad por inimputabilidad o semiimputabilidad
y/o contra terceras personas que, por previsión legal o relación contractual, son responsables de los
daños causados.
3. La expresión concreta y detallada de los daños sufridos y su relación directa con el hecho
ilícito comprobado;
173
II. La demanda estará acompañada de una copia autenticada de la sentencia de condena o de la que
impone la medida de seguridad.
II. Vencido el plazo, si no se han subsanado los defectos observados, la autoridad judicial desestimará
la demanda.
IV. Admitida la demanda, la autoridad judicial citará a las partes a una audiencia oral que se realizará
dentro de los cinco (5) días siguientes a su notificación, disponiendo en su caso pericias técnicas
para determinar la relación de causalidad y evaluar los daños y las medidas cautelares reales que
considere conveniente.
II. Producida la prueba y escuchadas las partes, la autoridad judicial en la misma audiencia dictará
resolución de rechazo de demanda o de reparación de daños con la descripción concreta y detallada
y el importe exacto de la indemnización.
I. La resolución será apelable en efecto devolutivo, sin recurso ulterior y la parte demandante estará
eximida de prestar fianza de resultas.
174
II. La autoridad judicial ejecutará la decisión conminando a la parte demandada para que dentro
de tres (3) días de su notificación pague la suma determinada. En caso contrario, se procederá al
embargo y secuestro de los bienes de la parte demandada y a la consiguiente subasta y remate
conforme a ley.
I. La acción para demandar la reparación o indemnización del daño, por medio de este procedimiento
especial, caducará a los dos (2) años de ejecutoriada la sentencia de condena o la que impone la
medida de seguridad.
II. No procede la caducidad en los casos que la sentencia establezca la existencia de daño económico
contra el Estado.
TÍTULO IV
MODIFICACIONES AL PROCEDIMIENTO COMÚN
CAPÍTULO I
PROCEDIMIENTOS ESPECIALES
2. Antes de dictar resolución, la autoridad judicial deberá considerar el informe psico-social del
equipo interdisciplinario correspondiente.
3. La autoridad judicial deberá disponer de manera fundamentada la reserva del juicio cuando
considere que la publicidad pueda perjudicar el interés superior de la persona procesada.
Artículo 409. (DIVERSIDAD CULTURAL). Cuando una persona de una nación y pueblo
indígena originario campesino, sea procesada por la comisión de un delito y se lo deba procesar en
la jurisdicción ordinaria, se observarán las siguientes reglas especiales:
175
1. La Fiscalía durante la etapa preparatoria y la autoridad judicial durante el juicio serán
asistidos por una o un perito especializado, autoridad, entendida o entendido sobre ese
pueblo, nación o pueblo indígena originario campesino; quien podrá participar en el debate;
y,
Artículo 412. (PRINCIPIOS PROCESALES). En las causas por hechos de violencia contra las
mujeres, las autoridades judiciales en todas las materias, fiscales, policías y demás operadoras u
operadores de justicia, además de los principios establecidos en el Código Penal, deberán regirse
bajo los siguientes principios y garantías procesales:
1. Gratuidad. Las mujeres en situación de violencia estarán exentas del pago de valores,
legalizaciones, notificaciones, formularios, testimonios, certificaciones, mandamientos,
costos de remisión, exhortos, órdenes instruidas, peritajes y otros, en todas las reparticiones
públicas.
176
3. Oralidad. Todos los procesos sobre hechos de violencia contra las mujeres deberán ser
orales.
5. Publicidad. Todos los procesos relativos a la violencia contra las mujeres serán de
conocimiento público, resguardando la identidad, domicilio y otros datos de la víctima.
6. Inmediatez y continuidad. Iniciada la audiencia, ésta debe concluir en el mismo día. Si no
es posible, continuará durante el menor número de días consecutivos.
8. Economía procesal. La jueza o el juez podrá llevar a cabo uno o más actuados en una
diligencia judicial y no solicitará pruebas, declaraciones o peritajes que pudieran constituir
revictimización.
11. Verdad material. Las decisiones administrativas o judiciales que se adopten respecto a
casos de violencia contra las mujeres, debe considerar la verdad de los hechos comprobados,
por encima de la formalidad pura y simple.
12. Carga de la prueba. En todo proceso penal por hechos que atenten contra la vida, la
seguridad o la integridad física, psicológica y/o sexual de las mujeres, la carga de la prueba
corresponderá al Ministerio Público.
177
14. Confidencialidad. Los órganos receptores de la denuncia, los funcionarios de las
unidades de atención y tratamiento, los tribunales competentes y otros deberán guardar
la confidencialidad de los asuntos que se someten a su consideración, salvo que la propia
mujer solicite la total o parcial publicidad. Deberá informarse previa y oportunamente a la
mujer sobre la posibilidad de hacer uso de este derecho.
15. Reparación. Es la indemnización por el daño material e inmaterial causado, al que tiene
derecho toda mujer que haya sufrido violencia.
4. Obligación de investigar, proseguir y procesar hasta lograr la sanción de todos los hechos
que constituyan violencia hacia las mujeres.
Artículo 414. (ATENCIÓN PERMANENTE). Las juezas y los jueces de instrucción en materia
de violencia hacia las mujeres, por turno, deberán estar disponibles las veinticuatro (24) horas para
adoptar las medidas de protección y restricción necesarias.
Artículo 415. (RESERVA). El proceso por hechos de violencia es reservado, salvo que la propia
mujer, previa información, libre y oportuna, solicite la total o parcial publicidad. En todos los casos se
mantendrá en estricta reserva el nombre de la víctima.
178
Artículo 416. (DELITOS DE ORDEN PÚBLICO). Todos los delitos contemplados en la Ley
Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, Nº 348, son delitos de acción
pública.
Artículo 418. (PRUEBA). Se admitirán como medios de prueba todos los elementos de
convicción obtenidos, que puedan conducir al conocimiento de los hechos denunciados. La prueba
será apreciada por la jueza o el juez, exponiendo los razonamientos en que se funda su valoración
jurídica.
1. Prestar declaración o presentar pruebas por medios alternativos, sin que comparezca ante
el juzgado.
2. Aportar pruebas en instancias judiciales, sin verse obligada a encontrarse con el denunciado
o procesado como agresor.
Artículo 420. (RESPONSABILIDAD DEL MINISTERIO PÚBLICO).
I. Ninguna mujer debe tener la responsabilidad de demostrar judicialmente aquellas acciones, actos,
situaciones o hechos relacionados con su situación de violencia; será el Ministerio Público quien,
como responsable de la investigación de los delitos, reúna las pruebas necesarias, dentro el plazo
máximo de ocho (8) días, bajo responsabilidad, procurando no someter a la mujer agredida a pruebas
médicas, interrogatorios, reconstrucciones, peritajes o careos que constituyan revictimización.
II. En caso de requerirse peritajes técnicos, no deberán ser exigidos a la mujer. Si se tratara de
delito flagrante, será la persona denunciada o procesada la responsable de pagar por éstos; si fuera
probadamente insolvente, se recurrirá a los servicios gratuitos de los Servicios Integrales de Atención.
III. La Fiscalía deberá acortar todos los plazos de la etapa preparatoria hasta la acusación en casos
de violencia contra la mujer por su situación de riesgo.
Artículo 421. (PRUEBA DOCUMENTAL). Además de otras establecidas por ley se admitirá
como prueba documental, cualquiera de las siguientes:
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1. Certificado médico expedido por cualquier institución de salud pública o privada, homologado
por médico forense.
2. Informe psicológico y/o de trabajo social, expedido por profesionales que trabajen en
instituciones públicas o privadas especializadas en la temática y reconocidas legalmente.
Artículo 423. (APRECIACIÓN DE LA PRUEBA). Las pruebas pueden ser presentadas junto a
la denuncia, contestación, audiencia o antes de emitirse la resolución; la falta de prueba a tiempo de
plantear la denuncia o demanda, no impedirá la admisión de la misma.
I. En cualquier caso de violencia hacia las mujeres, podrá intervenir una persona física o jurídica,
ajena a las partes, que cuente con reconocida experiencia o competencia sobre la cuestión debatida,
a fin de que ofrezca argumentos especializados de trascendencia para la decisión del asunto. Su
participación podrá ser planteada de oficio, la o el fiscal podrá hacerlo por la mujer en situación de
violencia, o podrá ser solicitada por la experta o el experto.
II. Las opiniones expertas se limitan a una opinión que orientará la comprensión del hecho, podrán
presentarse en cualquier momento del proceso, antes de que la sentencia sea dictada y no tendrán
calidad de parte ni derecho a cobrar honorarios.
Artículo 426. (DENUNCIA O ACUSACIÓN FALSA). La persona que hubiera sido falsamente
denunciada o acusada como autora o participe en la comisión de un delito contemplado en la Ley
180
Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, Nº 348, podrá iniciar la acción
correspondiente, con la resolución fiscal de rechazo de la denuncia, o concluido el proceso con
sentencia absolutoria ejecutoriada.
CAPÍTULO III
PROCEDIMIENTO INMEDIATO PARA DELITOS FLAGRANTES O DE INVESTIGACIÓN
CONCENTRADA
1. En los delitos flagrantes cometidos conforme lo señalado en el Artículo 236 de este Código.
II. Si se trata de una causa seguida contra varias personas denunciadas o procesadas, sólo será
posible si todos se encuentran en la situación prevista en el Parágrafo I de este Artículo y estén
implicadas en el mismo hecho.
III. Los delitos conexos en los que estén involucradas otras personas procesadas no se acumularán
al procedimiento inmediato.
II. Si la jueza o el juez de instrucción acepta la aplicación del procedimiento, en la misma audiencia
la Fiscalía deberá solicitar sustanciar la aplicación de una salida alternativa, el procedimiento
abreviado, la suspensión condicional del proceso o de un criterio de oportunidad, cuando concurran
los requisitos previstos en este Código. La jueza o el juez de instrucción sustanciará la aplicación
de la salida alternativa, el procedimiento abreviado, la suspensión condicional del proceso o de un
criterio de oportunidad en todos los casos que fuera procedente.
181
III. Si cualquiera de las partes requiere realizar actos de investigación o de recuperación de evidencia
complementarios, solicitarán a la jueza o al juez un plazo que no podrá exceder de cuarenta y cinco
(45) días. La jueza o el juez resolverá sobre el pedido, previo traslado.
IV. En caso que no fuera procedente la aplicación de una salida alternativa y la persona procesada
y su defensa técnica no solicitan se les otorgue el plazo señalado en el Parágrafo anterior o vencido
el mismo, la Fiscalía anunciará presentar acusación, considerando que cuenta con suficientes
elementos de convicción, debiendo hacer efectiva la presentación de la acusación y su respectiva
prueba ante el juzgado o tribunal de sentencia, que corresponda, en el plazo máximo de veinticuatro
(24) horas.
VI. Las resoluciones que la jueza o juez de instrucción dictara respecto a los Parágrafos II, III y IV de
este Artículo, no serán susceptibles de recurso alguno.
182
II. Posteriormente, las partes podrán:
a) Plantear excepciones y otros medios de defensa, siempre que no hayan sido planteadas
con anterioridad o se funden en hechos nuevos, a resolverse en sentencia con excepción
de las perentorias.
II. Abierto el debate, se recibirá la prueba del Ministerio Público; luego, la prueba de la acusación
particular y finalmente la prueba de la defensa. Si la persona procesada decide declarar como parte
de la prueba de defensa, se recibirá su declaración conforme lo establecido en los Artículos 361 y
362 de este Código.
III. Finalizada la producción de la prueba, cada parte, comenzando por el Ministerio Público, tendrá
la oportunidad de realizar su alegato en conclusiones, dando en última instancia la palabra a la
víctima, si lo solicita, y a la persona procesada, en ese orden, a los efectos de que puedan realizar
su manifestación final.
IV. En todo lo demás, serán aplicables las reglas previstas para el juicio ordinario, conforme a lo
señalado en este Código.
I. Finalizados los alegatos de las partes, la autoridad judicial procederá a dictar sentencia
inmediatamente, conforme a lo previsto en los Artículos 376 y siguientes de este Código.
II. La sentencia podrá ser impugnada mediante recurso de apelación de sentencia, de acuerdo a lo
establecido por el Artículo 450 y siguientes. En ningún caso la pena podrá ser mayor a la solicitada
por la Fiscalía.
CAPÍTULO IV
PROCEDIMIENTO INMEDIATO
PARA DELITOS DE MENOR GRAVEDAD
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del proceso o de un criterio de oportunidad, o del procedimiento para delitos de menor gravedad,
conforme a las normas del presente Título.
II. Son delitos de menor gravedad aquellos sancionados con pena máxima privativa de libertad de
hasta seis (6) años o los sancionados con penas no privativas de libertad, salvo los delitos de acción
privada. Los actos de investigación deberán realizarse en el término establecido para la duración
máxima de la fase preliminar, no estando permitida la aplicación de la reserva de actuaciones
establecida en el Artículo 289 de este Código.
III. Si se trata de una causa seguida contra varias personas denunciadas o procesadas, sólo será
posible si todas se encuentran en la situación prevista en el Parágrafo II del presente Artículo y estén
implicadas en el mismo hecho.
IV. Los delitos conexos en los que estén involucradas otras personas procesadas no se acumularán
al procedimiento inmediato.
II. Si la jueza o el juez de instrucción acepta la aplicación del procedimiento, resolverá y sustanciará
la aplicación de una salida alternativa, el procedimiento abreviado, la suspensión condicional del
proceso o de un criterio de oportunidad, cuando concurran los requisitos previstos en este Código.
III. En caso que la Fiscalía requiera la acusación, anunciará presentarla ante el juzgado o tribunal
de sentencia, la que deberá hacerse efectiva, con su respectiva prueba, en el plazo máximo de
veinticuatro (24) horas.
IV. La Fiscalía, habiendo anunciado presentar acusación, deberá solicitar a la autoridad judicial la
aplicación de medidas cautelares a la persona procesada, cuando, aplicando las del disposiciones
sobre medidas cautelares establecidas presente Código, sin perjuicio de la medida cautelar que
pueda solicitar la víctima o querellante.
V. Las resoluciones que la jueza o el juez de instrucción dictara respecto a los Parágrafos I, II y III de
este Artículo, no serán susceptibles de recurso alguno.
184
y en su caso la acusación particular, se pondrán en conocimiento de la persona procesada para que
en el plazo máximo de diez (10) días ofrezca y presente su prueba de descargo ante la secretaria o el
secretario del juzgado. Vencido ese plazo, inmediatamente, la autoridad judicial señalará día y hora
de audiencia de juicio inmediato, a realizarse dentro de los cinco (5) días siguientes. La acusación se
presentará en plataforma de atención, cuando hubiera. La acusación se presentará en plataforma de
atención, cuando hubiera. La acusación se presentará en plataforma de atención, cuando hubiera.
II. En caso de no solicitarse la aplicación de una salida alternativa, las partes podrán plantear sus
alegatos iniciales. No se dará lectura a las acusaciones ni a las acusaciones ni al ofrecimiento de
prueba de la defensa. Posteriormente, las partes podrán:
a) Plantear excepciones y otros medios de defensa, siempre que no hayan sido planteadas
con anterioridad o se funden en hechos nuevos, a resolverse en sentencia con excepción
de las perentorias.
III. Abierto el debate, se recibirá la prueba del Ministerio Público, luego la prueba de la acusación
particular y finalmente la prueba de la defensa, en el orden en que cada parte considere conveniente
para su presentación. Si la persona procesada decide declarar como parte de la prueba de la
defensa, éste será tratado de acuerdo a lo establecido en los Artículos 361 y 362 de este Código de
este Código.
IV. Finalizada la producción de la prueba, cada parte, comenzando por el Ministerio Público, tendrá la
oportunidad de realizar su alegato en conclusiones, dando en última instancia la palabra a la víctima
y a la persona imputada, en ese orden.
V. El juicio se desarrollará sin recesos ni suspensiones hasta su conclusión, habilitando al efecto días
y horas extraordinarias. En ningún caso se podrá dictar receso alguno ni suspenderse la audiencia
de juicio inmediato.
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VI. En todo lo demás, serán aplicables las reglas previstas para el juicio ordinario, conforme a lo
señalado en este Código.
I. Finalizados los alegatos de las partes, la autoridad judicial procederá a dictar sentencia
inmediatamente, conforme a lo previsto en los Artículos 376 y siguientes de este Código. Sin
embargo, no se podrá diferir la redacción de los fundamentos, debiendo darse lectura íntegra de la
misma en audiencia.
II. La sentencia podrá ser impugnada mediante recurso de apelación de sentencia, de acuerdo a lo
establecido por el Artículo 450 y siguientes. En ningún caso la pena podrá ser mayor a la solicitada
por la Fiscalía.
LIBRO TERCERO
RECURSOS
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. Las resoluciones judiciales serán recurribles en los casos expresamente establecidos por este
Código.
II. El derecho de recurrir corresponderá a quien le sea expresamente permitido por ley, incluida la
víctima aunque no se hubiera constituido en querellante o parte acusadora particular.
Artículo 438. (ADHESIÓN). Quien tenga derecho a recurrir podrá adherirse fundadamente al
recurso concedido a cualquiera de las partes, dentro del período de emplazamiento.
2. Podrán ser desistidos en cualquier momento, sin costas hasta antes de la remisión al tribunal
de alzada, por la parte que los haya interpuesto, sin perjudicar a los demás recurrentes o a
los que oportunamente se hayan adherido. Para desistir de un recurso, la defensa deberá
tener mandato expreso de la persona procesada.
186
3. Los recursos se interpondrán, en las condiciones de tiempo y forma que se determina en
este Código, con indicación específica de los aspectos cuestionados de la resolución.
II. Salvo el recurso de revisión, los recursos serán interpuestos ante el tribunal que dictó la resolución
impugnada, quien no se pronunciará sobre su admisibilidad, excepto sobre la admisibilidad respecto
al cumplimiento de plazos, dentro del término de la remisión.
Artículo 440. (EFECTO EXTENSIVO). Cuando en una causa existan personas coprocesadas,
el recurso interpuesto por uno de ellos, favorecerá a los demás, a menos que los motivos en que se
base sean exclusivamente personales.
II. El tribunal de alzada, en ejercicio de sus facultades correccionales, de oficio, deberá sancionar con
multa uno (1) hasta cinco (5) salarios mínimos nacionales a la autoridad judicial que:
1. Incurra en demora negligente en la admisión o tramitación de los procesos o por incumplir
los plazos procesales en providencias de mero trámite.
III. El tribunal de alzada, en ejercicio de sus facultades correccionales, de oficio, deberá sancionar
con arresto de hasta ocho (8) horas y multa de cinco (5) hasta diez (10) salarios mínimos nacionales
a la autoridad judicial que:
1. Disponga receso o suspensión por otros motivos que no fueran los señalados en el
Parágrafo I del Artículo 345 o contra lo establecido sobre continuidad en el Artículo 344 o
en inobservancia del plazo de receso establecido en el Parágrafo I del Artículo 346 de este
Código.
187
IV. En los casos establecidos en el Parágrafo anterior, el Tribunal de Alzada deberá remitir
antecedentes al Ministerio Público.
I. Si existe defecto u omisión de forma, el tribunal de alzada lo hará saber al recurrente, dándole un
término de tres (3) días para que lo amplíe o subsane, bajo apercibimiento de rechazo.
I. Cuando la resolución sólo haya sido impugnada por la persona procesada o su defensa no podrá
ser modificada en su perjuicio.
II. Los recursos interpuestos por cualquiera de las partes permitirán modificar o revocar la resolución
aun en favor de la persona procesada, salvo que el recurso se refiera exclusivamente a las costas.
TÍTULO II
RECURSO DE REPOSICIÓN
I. Este recurso se interpondrá fundadamente, por escrito, dentro de veinticuatro (24) horas de
notificada la providencia al recurrente y verbalmente cuando sea interpuesto en las audiencias.
II. La autoridad judicial deberá resolverlo sin sustanciación en el plazo de veinticuatro (24) horas o en
el mismo acto si se plantea en audiencia, sin recurso ulterior.
TÍTULO III
RECURSO DE APELACIÓN INCIDENTAL
188
1. La que resuelve la suspensión condicional del proceso;
II. La resolución que disponga la imposición de medidas cautelares, será apelable por la vía incidental
en el efecto no suspensivo; la que resuelva su cesación, modificación o sustitución se apelará en el
efecto suspensivo.
I. Presentado el recurso, la autoridad judicial emplazará a las otras partes para que en el plazo de tres
(3) días contesten el recurso. Si se producen adhesiones durante el emplazamiento, correrá traslado
a las otras partes para que contesten la adhesión en el mismo plazo.
II. Con la contestación o sin ella, dentro de las veinticuatro (24) horas siguientes, remitirá las
actuaciones al Tribunal Departamental de Justicia para que ésta resuelva.
189
sin audiencia y dentro de los diez (10) días siguientes, salvo lo dispuesto en el Artículo 442, para
el caso de rechazo sin trámite, y conforme lo dispuesto por el Artículo 263 de este Código, sobre
apelación incidental de medidas cautelares.
TÍTULO IV
RECURSO DE APELACIÓN DE SENTENCIA
II. Cuando el precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituya
un defecto del procedimiento, el recurso sólo será admisible si la parte interesada ha reclamado
oportunamente su saneamiento sólo respecto aquellos aspectos sobre los que específicamente se
ha realizado la reserva de recurrir, salvo en los casos de nulidad absoluta o cuando se trate de los
defectos de la sentencia, de conformidad a lo previsto por los Artículos 171 y 388 de este Código.
III. Este recurso sólo podrá ser planteado contra las sentencias y con las limitaciones establecidas
en los Artículos siguientes.
I. El recurso de apelación de sentencia será interpuesto por escrito, en el plazo de quince (15) días
de notificada la sentencia. Se citarán concretamente las disposiciones legales que se consideren
violadas o erróneamente aplicadas y se expresará cuál es la aplicación que se pretende.
II. Deberá indicarse separadamente cada violación con sus fundamentos. Posteriormente, no podrá
invocarse otra violación.
I. Interpuesto el recurso, se pondrá en conocimiento de las otras partes, para que dentro del término
de diez (10) días lo contesten fundadamente.
II. Si se ha producido una adhesión, se emplazará a contestarla dentro de los cinco (5) días.
III. Vencidos los plazos con contestación o sin ella, se remitirán las actuaciones en el término de tres
190
(3) días ante el tribunal de alzada.
II. Los errores u omisiones de derecho en la fundamentación de la resolución impugnada, así como
los errores u omisiones que se refieran a la imposición o el cómputo de pena, serán reparados
y/o subsanados directamente por el tribunal, siempre y cuando no vulneren derecho y garantías
constitucionales. Asimismo, el tribunal, sin anular la sentencia recurrida, realizará, cuando
corresponda, una fundamentación complementaria, sin cambiar la situación jurídica del acusado.
III. Cuando no sea posible reparar y/o subsanar directamente la inobservancia de la ley o su errónea
aplicación, el tribunal de alzada anulará total o parcialmente la sentencia y ordenará la reposición del
juicio por otra autoridad judicial.
IV. Cuando la anulación sea parcial, se indicará el objeto concreto del nuevo juicio.
V. La anulación total de la sentencia vía reenvío del proceso a conocimiento de otro juzgado de
sentencia sólo procederá en los siguientes casos:
a) Cuando exista error de procedimiento, siempre y cuando constituya defecto absoluto cuya
reposición pueda dar lugar a un cambio sustancial de la situación jurídica de la persona
procesada.
VI. Cuando el recurso haya sido interpuesto sólo por la persona procesada o, en su favor, en el juicio
de reenvío no se podrá imponer una sanción más grave que la impuesta en la sentencia anulada ni
desconocer los beneficios que en ésta se hayan otorgado.
191
TÍTULO V
RECURSO DE CASACIÓN
I. El recurso de casación tendrá efecto suspensivo y procederá contra autos de vista dictados por
los Tribunales Departamentales de Justicia sobre apelaciones de sentencia, cuando sea necesario y
relevante a los efectos de sentar o uniformar jurisprudencia en materia sustantiva. Excepcionalmente,
procederá en materia adjetiva cuando se vulnere lo establecido en el Artículo 460 de este Código,
sobre el efecto vinculante de la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia, salvo que fuere para
sentar jurisprudencia.
II. El precedente contradictorio deberá invocarse por el recurrente a tiempo de interponer la apelación
de sentencia, cuando corresponda.
III. Se entenderá que existe contradicción, cuando ante una situación de hecho similar, el sentido
jurídico que le asigna el auto de vista recurrido no coincida con el del precedente, sea por haberse
aplicado normas distintas o una misma norma con diverso alcance.
Artículo 457. (TRÁMITE). El recurso se interpondrá dentro de los cinco (5) días siguientes a la
notificación con el auto de vista impugnado ante la sala que lo dictó, la que remitirá los antecedentes
al Tribunal Supremo de Justicia dentro de las cuarenta y ocho (48) horas siguientes, cumpliendo con
los siguientes requisitos:
I. El recurso se rechazará sin trámite alguno dentro de los diez (10) días posteriores a su recepción por
la sala penal, cuando no cumpla con los requisitos señalados en el Artículo anterior. Caso contrario
se decretará su ingreso para su consideración.
192
II. El incumplimiento de los requisitos establecidos en el Artículo anterior determinará su
inadmisibilidad.
III. No se admitirá un nuevo recurso contra autos de vista que apliquen la doctrina del Tribunal
Supremo de Justicia en el mismo caso y sobre la misma problemática.
II. En el caso que se resuelva sentar o uniformar jurisprudencia, la resolución establecerá la nueva
jurisprudencia vinculante, dejará sin efecto el auto de vista y ordenará a la sala penal del Tribunal
Departamental que pronuncie resolución en aplicación de la nueva jurisprudencia. Caso contrario lo
declarará infundado y devolverá los antecedentes al tribunal inferior.
Artículo 460. (EFECTO VINCULANTE). La sala penal del Tribunal Supremo de Justicia pondrá en
conocimiento de los tribunales y jueces inferiores la doctrina legal aplicable, que será de cumplimiento
obligatorio para los tribunales y autoridades judiciales inferiores y sólo podrá modificarse mediante
una nueva resolución dictada con motivo de otro recurso de casación.
TÍTULO VI
REVISIÓN EXTRAORDINARIA DE SENTENCIA
1. Cuando los hechos tenidos como fundamento de la sentencia resulten incompatibles con los
establecidos por otra sentencia penal ejecutoriada;
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a) Que el hecho no fue cometido,
6. Cuando una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional tenga efecto derogatorio
sobre el tipo o norma penal que fundó la condena.
III. Para el trámite del recurso de revisión regirán las reglas de la apelación de sentencia, en cuanto
éstas sean aplicables.
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Artículo 465. (NUEVO JUICIO).
II. El fallo que se dicte en el nuevo juicio no podrá contener una sanción más grave que la impuesta
en la primera sentencia.
II. Cuando la sentencia disminuya el tiempo de privación de libertad que resta por cumplir a la
persona condenada, contendrá el nuevo cómputo, precisando el día de finalización de cumplimiento
de la pena.
LIBRO CUARTO
EJECUCIÓN PENAL
TÍTULO I
NORMAS GENERALES
I. Las sentencias condenatorias serán ejecutadas por la jueza o el juez de ejecución penal, quien
tendrá competencia para resolver todas las cuestiones o incidentes que se susciten durante la
ejecución.
II. Las sentencias absolutorias y aquellas que concedan el perdón judicial y la suspensión condicional
de la pena serán ejecutadas por la autoridad judicial que las dictó. El tribunal podrá comisionar a uno
de sus autoridades judiciales para que practique las diligencias necesarias.
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Artículo 469. (DERECHOS). La persona condenada, durante la ejecución de la condena,
tendrá los derechos y garantías que le otorgan los Convenios y Tratados internacionales vigentes,
la Constitución Política del Estado y las leyes. A este efecto, planteará ante la jueza o el juez de
ejecución penal las peticiones que estime convenientes.
TÍTULO II
PENAS
II. La autoridad judicial ordenará la realización de todas las medidas necesarias para cumplir los
efectos accesorios de la sentencia.
I. Antes de la ejecución de una pena privativa de libertad, la jueza, el juez o tribunal que dictó la
condena diferirá la ejecución de la pena y dispondrá las medidas cautelares convenientes que
aseguren su ejecución, en los siguientes casos:
1. Cuando deba cumplirla una mujer embarazada o que tenga un hijo menor de un año al
momento de la ejecutoria de la sentencia;
II. El incidente será resuelto por la jueza o el juez de ejecución penal, en audiencia oral y pública, que
será convocada dentro de los cinco (5) días siguientes a su promoción.
196
Artículo 473. (LIBERTAD CONDICIONAL).
I. La jueza o el juez de ejecución penal, mediante resolución motivada, previo informe de la dirección
del establecimiento penitenciario, concederá, en todos los casos que fuera procedente, la libertad
condicional por una sola vez a la persona condenada a pena privativa de libertad, conforme a los
siguientes requisitos:
II. El auto que disponga la libertad condicional indicará el domicilio señalado por la persona liberada
y las condiciones e instrucciones que debe cumplir, siendo aplicables las condiciones y reglas
establecidas para la suspensión condicional del proceso, establecidas en el Artículo 52 de este
Código.
III. La jueza o el juez de ejecución penal vigilará el cumplimiento de las condiciones impuestas, las
que podrán ser reformadas de oficio o a petición de la Fiscalía o de la persona condenada.
I. El incidente de libertad condicional deberá ser formulado ante la jueza o el juez de ejecución penal.
Podrá ser promovido a petición de parte o de oficio.
II. La jueza o el juez de ejecución penal conminará al director del establecimiento para que, en el
plazo de diez (10) días, remita los informes correspondientes.
III. La jueza o el juez podrá rechazar sin trámite la solicitud, cuando sea manifiestamente improcedente.
I. La jueza o el juez de ejecución penal podrá revocar la libertad condicional por incumplimiento de
las condiciones impuestas.
III. Para la tramitación del incidente deberá estar presente la persona condenada, pudiendo la jueza
o el juez de ejecución penal ordenar su detención si no se presenta, no obstante su citación legal.
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Cuando el incidente se lleve a cabo estando presente la persona condenada, la jueza o el juez podrá
disponer que se lo mantenga detenida hasta que se resuelva el incidente.
I. El perdón de la víctima, en los delitos de acción privada, extingue la pena. La jueza o el juez de
ejecución penal en su mérito, ordenará inmediatamente la libertad de la persona condenada.
II. Esta norma regirá también para los casos de conversión de acciones.
I. La jueza, juez o tribunal que dictó la sentencia determinará el establecimiento adecuado para el
internamiento como medida de seguridad.
II. La jueza o el juez de ejecución penal, por lo menos una vez cada seis (6) meses, examinará
la situación de aquél a quien ha sido impuesta esta medida, examen, que se llevará a cabo en
audiencia oral, a puertas cerradas, previo informe de las o los responsables del establecimiento y
de peritos; la decisión versará sobre la cesación o continuación de la medida y, en este último caso,
podrá modificar el tratamiento o cambiar el establecimiento en el cual se ejecuta.
TÍTULO III
REGISTROS
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2. Las que declaren la rebeldía; y,
II. Toda autoridad judicial remitirá al registro, copia autenticada de estas resoluciones.
III. El Consejo de la Magistratura nombrará una directora o un director encargado del registro y
reglamentará su organización y funcionamiento.
2. Después de transcurridos ocho (8) años desde que se dictó la sentencia condenatoria,
concediendo la suspensión condicional de la pena; y,
3. Después de transcurridos tres (3) años de la extinción para las condenas a pena de multa o
inhabilitación.
II. Respecto a la suspensión condicional del proceso, se cancelará su registro por orden de la jueza
o el juez que la dictó, a los tres (3) años de su concesión, si se hubiera declarado la extinción de la
acción penal por cumplimiento de las condiciones o reglas.
III. Se cancelará el registro de las resoluciones que concedan un criterio de oportunidad, transcurridos
tres (3) años de su aplicación.
I. El Registro será reservado y únicamente podrá suministrar informes de las resoluciones señaladas
en el Artículo 480 de este Código a solicitud de:
1. Parte interesada;
199
4. Las autoridades extranjeras conforme a las reglas de cooperación judicial internacional
conforme lo establecido en este Código y la ley especial.
II. La violación de la prohibición de informar será considerada como violación de secreto, si el hecho
no constituye un delito más grave.
DISPOSICIONES FINALES
I. La ley procesal penal y sus modificaciones son de aplicación y vigencia inmediata, incluso para los
procesos en trámite, y es la que rige al momento de la actuación procesal.
II. Continuarán rigiéndose por la norma procesal anterior, los actos procesales en plena ejecución,
así como las impugnaciones interpuestas, manteniéndose los plazos que empezaron a correr.
I. A los fines de desconcentrar el impartir justicia y generar espacios para el Órgano Judicial, el
Ministerio Público, Policía Boliviana, así como para el servicio estatal de defensa a personas
procesadas y el servicio estatal de asistencia a víctimas, se ampliará la cobertura de las Casas de
Justicia en ciudades y poblaciones intermedias.
II. A los fines de ampliar la cobertura de las Casas de Justicia, conforme señala el Parágrafo anterior,
el Ministerio de Justicia, el Órgano Judicial, el Ministerio Público y la Policía Boliviana podrán suscribir
Convenios con los gobiernos autónomos municipales.
200
CUARTA. (DESARROLLO DE SISTEMA DE BASE DE DATOS ESTADÍSTICOS Y MONITOREO).
II. A los fines del monitoreo, el sistema generará alertas para el cumplimiento de los plazos por
parte de los operadores del sistema de justicia penal, velando por el resguardo de los derechos
fundamentales de las partes.
I. Se modifica el Numeral 12 del Artículo 30 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, Ley Nº 269
de 11 de julio de 2012, sobre atribuciones de la Fiscal o el Fiscal General del Estado, quedando
redactado con el siguiente texto:
“12. Conocer y resolver las excusas y recusaciones cuando las y los Fiscales Departamentales
hubieran ejercido la dirección funcional de la investigación o las y los demás fiscales
hubieran actuado por comisión o instrucción específica de la o el Fiscal General del
Estado”.
II. Se derogan el Numeral 17 del Artículo 34 y los Artículos 65 y 66 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público.
III. Se modifican los Parágrafos II y III del Artículo 55 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, sobre
ejercicio de la acción penal pública, quedando redactado con el siguiente texto:
“II. Las y los Fiscales podrán solicitar a la jueza o al juez de la instrucción la desestimación de
denuncias escritas, querellas o informes policiales de acción directa en las que el hecho
sea atípico, de persecución penal privada.
III. En las denuncias verbales, cuando la denuncia sea realizada en sede Fiscal, la o el Fiscal
ordenará inmediatamente a las o los investigadores a concurrir al lugar del hecho a
objeto de verificar el mismo sin perjuicio de acudir personalmente, y deberá informar
estos aspectos a la o el Fiscal, de existir suficientes elementos se procederá a realizar
las investigaciones que correspondan, caso contrario solicitará la desestimación de la
denuncia”.
201
IV. Se modifica el Numeral 5 del Artículo 73 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, sobre causal
de excusa y recusación de las o los Fiscales, quedando redactado con el siguiente texto:
IV. Se modifica el Artículo 79 de la Ley Orgánica del Ministerio Público, quedando redactado con el
siguiente texto:
II. El Ministerio Público, en delitos de violencia contra la mujer, requerirá la emisión de informes
psico-sociales a la instancia pública correspondiente, para su consideración y valoración,
adjuntándose una copia en el informe de investigación”.
V. Se incorporan los Numerales 20, 21, 22 y 23 al Artículo 120 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público, como faltas graves de las y los fiscales:
“20. Imputar sobre hechos que no constituyen delito o en concurso de delitos contradictorios o
excluyentes entre sí.
21. No requerir la aplicación de una salida alternativa en todos los casos que fuera procedente.
22. No requerir la aplicación de los procedimientos inmediatos cuando sean procedentes.
23. No disponer ni requerir las medidas de protección a víctimas conforme a lo establecido por
ley”.
VI. Se incorporan los Numerales 21, 22, 23 y 24 al Artículo 121 de la Ley Nº 269 de 11 de julio de
2012, como faltas muy graves de las y los fiscales:
“21. No emitir requerimiento conclusivo en el plazo establecido por ley, cuando haya sido
conminado por la autoridad judicial.
22. No haber emitido imputación formal en el plazo establecido por ley, cuando haya sido
conminado por la autoridad judicial mediante resolución de revocatoria de rechazo.
23. Inactividad investigativa determinada por resolución de la jueza o el juez de la instrucción
ante solicitud de rechazo.
24. No haber realizado actos investigativos en el plazo establecido por ley, cuando se haya
revocado la solicitud de rechazo por inactividad investigativa”.
202
SÉPTIMA (MODIFICACIONES A LA LEY DEL ÓRGANO JUDICIAL).
I. Se modifica el Numeral 9 del Artículo 186 de la Ley del Órgano Judicial, Ley Nº 025 de 24 de junio
de 2010, como falta leve y causal de amonestación de las autoridades judiciales:
“9. Incurra en demora negligente en la admisión y tramitación de los procesos o por incumplir
los plazos procesales en providencias de mero trámite”.
II. Se incorpora el Numeral 23 al Artículo 187 de la Ley del Órgano Judicial, como falta grave y causal
de suspensión de las autoridades judiciales:
III. Se incorporan los Numerales 16 y 17 al Artículo 188 de la Ley del Órgano Judicial, Ley Nº 025 de
24 de junio de 2010, como faltas gravísimas y causales de destitución de las autoridades judiciales:
“16. Disponga receso o suspensión por otros motivos que no fueran los señalados en el
Parágrafo I del Artículo 345 o contra lo establecido sobre continuidad en el Artículo 344 o
en inobservancia del plazo de receso establecido en el Parágrafo I del Artículo 346 de este
Código.
17. Incurra en demora dolosa en la admisión o tramitación de los procesos o por incumplir
los plazos procesales en autos interlocutorios o por señalar audiencias fuera del plazo
establecido en el presente Código”.
II. El Consejo de la Magistratura y la Fiscalía General del Estado podrán disponer de personal
adicional asignado a juzgados o despachos fiscales, para el servicio de notificaciones.
203
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
b) Medidas cautelares.
d) Salidas alternativas.
II. Las normas comprendidas en los incisos a), b) y c) de la presente Disposición entrarán en vigencia
desde la publicación del presente Código.
I. Mientras no se creen los juzgados y tribunales establecidos en leyes especiales, las causas
correspondientes a éstos seguirán siendo conocidos y resueltos por los juzgados de instrucción
ordinarios en etapa preparatoria y por los tribunales de sentencia ordinarios en etapa de juicio.
II. Las causas en trámite por delitos establecidos en la Ley Nº 004, Ley de Lucha Contra la Corrupción,
Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas, bajo conocimiento de los juzgados y tribunales
ordinarios deberán ser concluidas por éstos.
I. Las causas en trámite con el Código de Procedimiento Penal de 1972 deberán ser concluidas por
la autoridad judicial competente, en un plazo máximo de seis (6) meses, computables a partir de la
publicación de este Código. Cumplido el plazo, en los casos que no hubiera sentencia ejecutoriada,
se declarará extinguida la acción penal, bajo responsabilidad.
II. El Tribunal Supremo de Justicia y los Tribunales Departamentales de Justicia, deberán priorizar,
sin mayor trámite, los recursos de casación o nulidad como de apelación de los procesos referidos,
resolviendo sin espera de turno, de acuerdo a los plazos establecidos en el Código de Procedimiento
Penal de 1972, bajo responsabilidad.
204
CUARTA. (CAUSAS QUE SE ENCUENTRAN EN LAS SALAS LIQUIDADORAS DEL TRIBUNAL
SUPREMO DE JUSTICIA).
I. La liquidación penal de las causas que se encuentran con recurso de casación en las salas
liquidadoras del Tribunal Supremo de Justicia deberá concluirse en el plazo máximo de doce (12)
meses computables a partir de la publicación del presente Código, bajo responsabilidad, priorizándolas
por los siguientes criterios:
4. Delitos de corrupción;
5. Delitos de asesinato;
II. Concluida la liquidación, las magistradas y los magistrados conformarán Sala en las otras
especialidades que tengan mayor número de causas.
I. Dentro de los quince (15) días siguientes a la publicación de este Código, por única vez, los
juzgados de instrucción, a través de la Dirección Administrativa y Financiera del Órgano Judicial,
dispondrán la publicación, en su página electrónica y en dos (2) medios de circulación nacional, del
listado de causas con aviso de investigación hasta el 31 de diciembre de 2012, con plazos vencidos
y sin resolución conforme al Artículo 301 de la Ley Nº 1970, pasado este plazo el juez se deberá
pronunciar de oficio por la prescripción del caso, en caso de no operarse la prescripción, conminara
a la Fiscalía para que, en el plazo de los diez (10) días hábiles siguientes, presente resolución
imputando o rechazando, o aplicando salidas alternativas. Si la autoridad fiscal no presenta algún
requerimiento conclusivo, la jueza o el juez de instrucción conminará a la o al Fiscal Departamental
para la emisión del requerimiento dentro del plazo máximo de cinco (5) días. Transcurrido este plazo,
sin que se presente requerimiento conclusivo, la jueza o el juez de instrucción notificará a la víctima
en tablero de juzgado para que pueda presentar querella y solicitar la conversión de acciones a la
jueza o al juez de instrucción en el mismo plazo, bajo alternativa de declararse extinguida la acción
penal.
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II. En los casos que sea víctima el Estado y la máxima autoridad ejecutiva de la entidad afectada no
haya solicitado la conversión de acciones, sin perjuicio de la responsabilidad que le corresponda, se
notificará a la Procuraduría General del Estado el mismo efecto, cuando corresponda.
I. A los treinta (30) días de la publicación de este Código, el Ministerio Público, a través de la
Dirección Administrativa Financiera, en cada departamento, por única vez, notificará mediante edicto
a publicarse en dos (2) medios de circulación nacional y en la página electrónica de la Fiscalía
General del Estado, la lista de todas las resoluciones de rechazo o sobreseimiento emitidos al 31 de
diciembre de 2012 que no se hayan podido notificar personalmente.
II. Transcurrido el plazo de cinco (5) días, sin objeción o impugnación de parte, se pondrá en
conocimiento de la jueza o el juez de instrucción competente para el archivo de la causa.
I. Por única vez, en las causas con resolución de imputación, cuyos plazos se hallaran vencidos
al 31 de junio de 2012, los juzgados de instrucción, en el plazo de veinte (20) días de publicado el
presente Código, se pronunciarán de oficio sobre la prescripción del caso, y en caso de no operarse la
prescripción, conminará a la Fiscalía para que presente el requerimiento conclusivo correspondiente
en el mismo plazo, a los fines de la prosecución del proceso.
II. Transcurrido ese plazo, sin que se presente requerimiento conclusivo, la jueza o el juez de
instrucción notificará a la víctima para que pueda presentar querella y solicitar la conversión de
acciones a la jueza o al juez de instrucción en el plazo de diez (10) días, bajo alternativa de declarar
extinguida la acción penal.
III. En los casos que sea víctima el Estado y la máxima autoridad ejecutiva de la entidad afectada no
haya presentado acusación, sin perjuicio de la responsabilidad que le corresponda, se notificará a la
Procuraduría General del Estado para que presente acusación particular en el mismo plazo y bajo la
misma alternativa, cuando corresponda.
I. Las causas que, a la fecha de la publicación del presente Código, se encuentren con acusación
en los juzgados de instrucción y no hayan tenido señalamiento de fecha de audiencia conclusiva,
conforme a la Ley Nº 007, pasarán a los juzgados o tribunales de sentencia, conforme la norma
procesal vigente, dentro de los quince (15) días siguientes. De igual forma se procederá en los casos
en que habiendo sido señalada la audiencia conclusiva, ésta no hubiera sido realizada.
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II. La parte procesada podrá renunciar a la audiencia conclusiva en cualquier momento, caso en el
que la jueza o el juez de instrucción remitirá la causa al juzgado o tribunal de sentencia, conforme la
norma procesal vigente, para la prosecución del proceso.
I. Toda causa que, a la fecha de la publicación del presente Código, se encontrara con acusación ante
tribunal de sentencia por delitos que tengan pena privativa de libertad mayor a cuatro (4) años, en la
que no se hubiera llegado a constituir tribunal con juezas ciudadanas o jueces ciudadanos conforme
a la Ley Nº 1970, a pedido de la persona procesada se sujetará al procedimiento establecido por la
norma procesal vigente, si fuera diferente.
II. Las causas que continúen su procedimiento ante tribunales de sentencia, conforme a la Ley Nº
1970, serán priorizadas en el orden establecido en la disposición Transitoria Cuarta. Cuando no
sea posible integrar el Tribunal con la lista original, se efectuarán los sorteos extraordinarios que
fueran necesarios y se repetirá el procedimiento de selección y constitución del tribunal hasta la
conformación con al menos dos (2) juezas o jueces ciudadanos.
I. Los juicios orales que se encuentren en plena sustanciación ante tribunales de sentencia hasta
antes de la publicación del presente Código, deberán celebrarse en estricto orden cronológico a
cargo de su Presidenta o Presidente como única autoridad judicial, debiendo apartarse la otra jueza
técnica u otro juez técnico y disponerse las medidas necesarias para sustanciar la audiencia en
forma continua, bajo responsabilidad; a tal efecto, señalarán días y horas extraordinarias.
II. De igual forma, los juicios orales que se encuentren en sustanciación ante tribunales conformados
con juezas o jueces técnicos de distintos tribunales de sentencia, de acuerdo a la Ley N° 1970, deberán
concluirse a cargo de su Presidenta o Presidente como única autoridad judicial, disponiéndose
las medidas necesarias para sustanciar la audiencia en forma continua y señalando días y horas
extraordinarias.
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DÉCIMA SEGUNDA. (CAUSAS EN LAS SALAS PENALES DE LOS TRIBUNALES
DEPARTAMENTALES). Las apelaciones incidentales y las restringidas, pendientes de resolución
hasta antes de la vigencia del presente Código, deberán ser resueltas sin necesidad de instalar
audiencia, salvo las que se refieran a medidas cautelares de carácter personal, manteniéndose los
plazos procesales que empezaron a correr por la norma anterior.
I. El Consejo de la Magistratura, en el plazo de quince (15) días a partir de la vigencia del presente
Código, emitirá las resoluciones correspondientes para la creación y reasignación de los juzgados y
tribunales de sentencia.
II. El Órgano Judicial, dentro de los quince (15) días siguientes a la vigencia del presente Código, en
los Tribunales Departamentales de Justicia donde por la cantidad de causas se requiera, procederá
a conformar Salas Penales Liquidadoras de las apelaciones incidentales y apelaciones restringidas
interpuestas con anterioridad a la vigencia del presente Código, para su resolución conforme a la
Ley Nº 1970, dentro de en un periodo que en ningún caso podrá ser mayor a los doce (12) meses
siguientes.
II. De la misma forma, el Ministerio Público, en coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas
Públicas, incrementará el número de fiscales, peritos, médicas, médicos forenses y personal
especializado, dotando de las condiciones de trabajo necesarias.
DÉCIMA QUINTA. (CONMUTACIÓN POR DETENCIÓN PREVENTIVA). El tiempo que una persona
hubiera estado en detención preventiva, hasta antes de la vigencia del presente Código, se computará
a la penalidad de la siguiente forma:
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a) A razón de un (1) día de prisión por cada día de detención preventiva dentro del primer año;
b) A razón de un día y medio (1 1/2) de prisión por cada día de detención preventiva dentro del
primer y segundo año;
c) A razón de dos (2) días de prisión por cada día de detención preventiva por el tiempo que
exceda de dos (2) años.
DÉCIMA SEXTA. (INFRAESTRUCTURA, EQUIPAMIENTO Y PERSONAL NECESARIOS). El
Consejo de la Magistratura, en el plazo de cuarenta y cinco (45) días de la vigencia del presente
Código, pondrá en funcionamiento los juzgados, tribunales y salas necesarias otorgándoles la
infraestructura, equipamiento y personal necesarios, de acuerdo a la carga procesal de cada asiento
judicial, cuya implementación será progresiva en las Casas de Justicia durante el primer semestre de
la vigencia del presente Código y así hasta lograr la cobertura idónea.
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DISPOSICIONES ABROGATORIAS Y DEROGATORIAS
SEGUNDA. Quedan abrogadas y derogadas todas las disposiciones contrarias al presente Código.
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