Liberalismo
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El liberalismo es una corriente filosófico, económico y político que promueve las libertades
civiles y se opone a cualquier forma de despotismo. Constituye la corriente en la que se
fundamentan tanto el Estado de derecho, como la democracia representativa y la división de
poderes.
Aboga principalmente por:
Índice
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1 Características
2 Liberalismo social y económico
3 Liberalismo benthamiano y paretiano
4 Véase también
5 Bibliografía
o 5.1 Historia de las ideas liberales
o 5.2 Principales obras
6 Enlaces externos
Características[editar]
Sus características principales son:
Monumento a los liberales del siglo XIX situado en el barrio Agra del Orzán, La Coruña, España.
Una división menos famosa pero más rigurosa es la que distingue entre el liberalismo
predicado por Jeremías Bentham y el defendido por Wilfredo Pareto. Esta diferenciación surge
de las distintas concepciones que estos autores tenían respecto al cálculo de un óptimo de
satisfacción social.
En el cálculo económico se diferencian varias corrientes del liberalismo. En la clásica y
neoclásica se recurre con frecuencia a la teoría del homo œconomicus, un ser perfectamente
racional con tendencia a maximizar su satisfacción. Para simular este ser ficticio se ideó el
gráfico Edgeworth-Pareto, que permitía conocer la decisión que tomaría un individuo con un
sistema de preferencias dado (representado en curvas de indiferencia) y unas condiciones de
mercado dadas. Es decir, en un equilibrio determinado.
Sin embargo, existe una gran controversia cuando el modelo de satisfacción se ha de
trasladar a una determinada sociedad. Cuando se tiene que elaborar un gráfico de satisfacción
social, el modelo benthamiano y el paretiano chocan frontalmente.
Según Wilfredo Pareto, la satisfacción de que goza una persona es absolutamente
incomparable con la de otra. Para él, lasatisfacción es una magnitud ordinal y personal, lo que
supone que no se puede cuantificar ni relacionar con la de otros. Por lo tanto, sólo se puede
realizar una gráfica de satisfacción social con una distribución de la renta dada. No se podrían
comparar de ninguna manera distribuciones diferentes. Por el contrario, en el modelo de
Bentham los hombres son en esencia iguales, lo cual lleva a la comparabilidad de
satisfacciones y a la elaboración de una única gráfica de satisfacción social.
En el modelo paretiano, una sociedad alcanzaba la máxima satisfacción posible cuando ya no
se le podía dar nada a nadie sin quitarle algo a otro. Por lo tanto, no existía ninguna
distribución óptima de la renta. Un óptimo de satisfacción de una distribución absolutamente
desigual sería, a nivel social, tan válido como uno de la más absoluta igualdad (siempre que
estos se encontrasen dentro del criterio de óptimo paretiano).
No obstante, para igualitaristas como Bentham no valía cualquier distribución de la renta. El
que los humanos seamos en esencia iguales y la comparabilidad de las satisfacciones llevaba
necesariamente a un óptimo más afinado que el paretiano. Este nuevo óptimo, que es
necesariamente uno de los casos de óptimo paretiano, surge como conclusión lógica
necesaria de la ley de los rendimientos decrecientes.
Véase también[editar]
Neoliberalismo
En el plano económico, se identifica a Milton Friedman (1ª imagen) como el principal exponente de lo que se
ha venido a llamar neoliberalismo, mientras que en el plano político es el antiguopresidente de Estados
UnidosRonald Reagan (2ª imagen), junto a la antigua primera ministra británica Margaret Thatcher.
Índice
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Orígenes
Coloquio Walter Lippmann
En la década de los 30 el estado de ánimo general era antiliberal por la Gran Depresión. Para
unir fuerzas un grupo de 25 liberales organizaron el coloquio Walter Lippman, un encuentro
internacional que tuvo lugar en París en agosto de 1938. Entre estos liberales se
encontraban Louis Rougier, Walter Lippmann, Friedrich von Hayek, Ludwig von
Mises, Wilhelm Röpke y Alexander Rüstow. Rüstow, Lipmann y Rougier concluyeron que el
liberalismo laissez-faire había fracasado y que el nuevo liberalismo debía tomar el relevo. No
obstante, Mises y Hayek no estaban convencidos de ello. Aun así, todos los participantes del
coloquio se unieron en su llamado para un nuevo proyecto liberal. En base a la
recomendación de Rüstow llamaron a este proyecto neoliberalismo.[cita requerida]
El planteamiento que emanó del coloquio estaba de acuerdo en alejarse de la idea de
una libertad sin restricciones propia del liberalismo clásico y orientar la economía de mercado
hacia una economía regentada por un estado fuerte. Fue, en definitiva, una forma de formular
una «tercera vía» anticapitalista y anticomunista.
Durante el coloquio las diferencias entre los verdaderos liberales y los "liberales clásicos" se
hicieron patentes. Mientras que los verdaderos liberales exigían la intervención del
estado para corregir las estructuras del mercado indeseables, Von Mises siempre había
insistido en que el único papel legítimo del Estado era abolir las barreras para la entrada en el
mercado libre. También existían diferencias de opinión similares en otras cuestiones, como la
política social y las posibilidades de intervencionismo.
Posguerra
En teoría, el neoliberalismo suele defender algunos conceptos filosóficos del viejo liberalismo
clásico del siglo XIX, aunque sus alineamientos políticos y su implicación con ideas
posteriores, hace de él una doctrina diferente de dicho liberalismo clásico.9
Entre las cuestiones ampliamente promovidas por el neoliberalismo están la extensión de la
iniciativa privada a todas las áreas de la actividad económica o la limitación del papel del
Estado. Entre las ideas y los principios introducidos por el neoliberalismo y ausentes en el
liberalismo clásico, están el principio de subsidiariedad del Estado(desarrollado por
los ordoliberales alemanes, que habían puesto en marcha algunas de sus propuestas en el
denominado Milagro alemán de posguerra), y en especial, elmonetarismo de la Escuela de
Chicago encabezada por M. Friedman que, desde mediados de los años 50, se convirtió en
crítico opositor de las políticas de intervención económica que se adoptaban en todo el
mundo, junto con aportaciones del enfoque macroeconómico keynesiano.
A finales de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico y
político como alternativa al fracaso del keynesianismo en la gestión de la crisis de 1973. Las
ideas keynesianas sugerían una relación inversa entre inflación y desempleo, tal como sugiere
la curva de Phillips. Sin embargo Milton Friedman había señalado que esa relación no era
necesaria, como quedó demostrado por el fenómeno de la estanflación. El nuevo escenario
estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos, en esas circunstancias, las ideas
monetaristas revivieron audiencia y credibilidad, como consecuencia se implementaron
nuevas medidas antikeynesianas como simultanear acciones antirrecesivas y
antiinflacionarias. La crítica de los monetaristas tenía tres vertientes:
La mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a la
predominancia que el keynesianismo tenía en la mayoría de las escuelas de pensamiento
económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la administración de Ronald
Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales[cita requerida]. En el Reino
Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien tuvo
consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio un
gran dinamismo al sector productivo. En los Estados Unidos, similares medidas chocaron con
el aparato político y la vocación militaristadel entorno de Reagan, por lo que solo se logró
crear un gran déficit fiscal (las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no las
de control del gasto social o del gasto militar, que eran las principales partidas del gasto
público).
Se aprecia en el régimen militar de Augusto Pinochet en Chile, un modelo económico
monetarista con algunos rasgos keynesianos, siendo estos manejados por su equipo de
economistas, los Chicago Boys. Estos serían vitales para la reestructuración económica de
Chile marcada por las crisis mundiales y la nacionalización del cobre realizada durante el
gobierno popular de Salvador Allende en el año 1971, siendo llamado este proceso el Milagro
de Chile.
De estas experiencias y de las dificultades para aplicar esas políticas a países en desarrollo,
surge una versión keynesiana con inclinación monetarista, que incorporaba la aversión
al déficit presupuestario y a la fabricación de dinero, pero no al concepto de intervención
pública en la economía (ejemplo Consenso de Washington, término acuñado en 1989 por el
economista John Williamson, para referirse al tipo de políticas fiscales y monetarias
recomendadas para los países en desarrollo por los organismos con sede enWashington,
léase Banco Mundial, FMI, y Tesoro estadounidense, entre otros).
Por ello se lo relaciona con la tecnocracia de los organismos públicos internacionales, debido
a que sus políticas son principalmente impulsadas desde el Banco Mundial, la Organización
Mundial del Comercio, y el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismos que no dependen
de las Naciones Unidas y están por ello exentos del control directo de la comunidad
internacional de países y a los que en ocasiones se acusa de ejercer presión política y
extorsión. En la práctica, estas políticas toman como modelo de economía (salvo en lo
referente al proteccionismo) a la estadounidense (véase: sistema americano, capitalismo
democrático).10
El neoliberalismo, como política tecnocrática y macroeconómica (y no propiamente filosófica),
tiene una dimensión geopolíticamercantilista ajena en la práctica al liberalismo
económico propiamente dicho, es decir el neoliberalismo no es necesariamente sinónimo
de mercado libre -sin trabas burocráticas ni privilegios sectoriales-, razón que explicaría que
sea asociado al corporativismo internacional.
Políticas neoliberales
El neoliberalismo propone que se deje en manos de los particulares o empresas privadas el
mayor número de actividades económicas posible. Igualmente propone una limitación del
papel del Estado en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del
tamaño del Estado, es decir, una reducción del porcentaje del PIB controlado o administrado
directamente por el Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones
económicas generales el neoliberalismo propone la"flexibilización" laboral, la eliminación de
restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para
mercancías, capitales y flujos financieros.
Las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (en
principio recomendaciones a países tanto industrializados, como en desarrollo) incluyen:
Uso crítico
El término es usado tanto por detractores del capitalismo (socialistas, comunistas, etc.) como
algunos partidarios críticos del capitalismo (proteccionistas, postkeynesianos, Nueva
economía internacional). Estos y otros grupos suelen usar el concepto como una
generalización para referirse a cualquier posición que se oponga a limitar los mercados o
reducir la intervención del Estado en la economía. En ocasiones el término se ha usado como
término peyorativo o descalificatorio para personas que arguyen en favor de una economía de
mercado, usando la palabra como sinónimo de corporativismo.
Manifestantes el 19 de junio de 2011 en Madrid, dirigiéndose hacia Atochapor la calle Ronda de Valencia. La
pancarta reza: "Neoliberalismo: Tóxico, para el hombre, para el planeta".
Opinan que la reducción del Estado debe ser real hasta limitarlo a lo completamente
imprescindible, siguiendo los principios liberales clásicos y no los neoliberales (aquí
algunos liberales identificarían el término neoliberalismo con el fenómeno
del corporativismo). Consideran que parte importante de la derecha política, a la cual se
oponen, se reduce al mercantilismo empresarial y político, esto es la entrega de
preferencias a grupos de presión, multinacionales, o a socios del sector privado del poder
político.17
De igual forma los liberales rechazan a los organismos internacionales o públicos
supraestatales (FMI, OMC, BM, etc.) debido a que los consideran “monstruos burocráticos,
intervencionistas e inútiles” que serían responsables del mantenimiento de regímenes
corruptos e ineficientes que no podrían conseguir crédito en el mercado libre,18 19 y de
establecer una liberalización del comercio internacional regulada, planificada por instancias
tecnocráticas y no por agentes privados, lo cual conduciría al corporativismo en vez de al
capitalismo.20
Usos históricos del término
No se puede dar una definición estática de neoliberalismo debido a que su significado ha ido
cambiando en el transcurso del tiempo y no es idéntico en todos los países del
planeta.[cita requerida] Las pesquisas realizadas sobre el tema21 revelan que la palabra fue usada
por primera vez, de manera asistemática, por destacados economistas liberales, entre los que
se cuentan:
En Latinoamérica el término suele usarse por sus detractores para hacer referencia al
conjunto de políticas recomendadas en la década de 1990 por el Consenso de
Washington, a las que consideran responsables de los problemas sociales de años
posteriores a su aplicación, poniendo como ejemplo la crisis argentina del 2001.
En la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, el término ha sido
crecientemente usado con carácter peyorativo. El escritor Mario Elgue, por ejemplo,
afirma:23
Ya no quedan dudas de que el modelo neoliberal es incapaz de dar respuesta a los principales
problemas que siguen aquejando a la sociedad: altos índices de desempleo, trabajo en negro,
pobreza y exclusión social. Su debacle fue el resultado de la aplicación de las políticas del
"derrame", según las cuales bastaba con el crecimiento de los grandes grupos concentrados
ya que estos últimos difundirían los beneficios hacia el resto de la sociedad productiva y
laboral. Pues bien, ahora está claro que este "goteo" no llegó; que no hubo un correlato
distributivo y de cohesión de la base social.
En consecuencia, y como es también usual con las diferentes acepciones del término liberal,
no se puede hablar de una definición universalmente aceptada, uniforme en el espacio y
constante en el tiempo, sino sólo de usos del término neoliberalismo en diferentes contextos.
Usos actuales del término
Diversos términos a los que hace referencia la palabra "neoliberalismo":
Neomercantilismo: una vuelta a las ideas mercantilistas que combatió Adam Smith y los
liberales clásicos. Estas ideas consistían en defender a determinadas empresas (sobre
todo dedicadas a la exportación) de la competencia extranjera.
Corporativismo, lobbismo o amiguismo: que el estado defienda los intereses de algunos
familiares, amigos, conocidos o aliados del gobernante o de grupos de poder
especialmente poderosos para el chantaje.
Anarcocapitalismo: es una postura política que pide la eliminación del estado pero no de la
propiedad privada. Defiende que los tratos sean voluntarios. También reciben el nombre
de "ultraliberales" por parte de sus detractores.
Monetarismo neoclásico: es una escuela económica, que tuvo su centro en Chicago y
cuyo más famoso representante es Milton Friedman, que surgió en una época donde la
economía capitalista era keynessiana mayoritariamente. Abogaban por volver al
liberalismo clásico en algunas cosas. Ronald Reagan encarnó en la política de forma más
o menos fiel esta idea económica. Algunos llamaron "revolución neoliberal" a esta vuelta
parcial al liberalismo clásico. En esta acepción el neoliberalismo sería una mezcla de
keynesianismo y liberalismo clásico.
Socioliberalismo: Una mezcla de la socialdemocracia y el liberalismo progresista. Frente al
liberalismo clásico donde el estado se limitaba a garantizar seguridad y justicia, hay hoy
corrientes liberales (las mayoritarias) que abogan porque el estado garantice igualdad,
progreso y bienestar a través de la educación, la investigación y la sanidad pública sin
dejar de defender las libertad individuales y derechos civiles. Un ejemplo de libre mercado
y estado del bienestar lo presentan los países nórdicos.
Minarquismo: Reducción del estado al mínimo. Esta es la definición de neoliberalismo en
la RAE aunque no aclara cual es ese mínimo o si se trata de algo subjetivo que decide
cada uno.
Al ser un término tan ambiguo se desaconseja el uso de esta palabra siendo preferible utilizar
cualquiera de los términos que aquí se han expuesto para matizar el sentido que se desea
darle. Hay que añadir que se ha ido convirtiendo en un insulto usado para describir cualquier
conducta avarienta o injusta que se produzca en economías capitalistas.
efinición de Neoliberalismo
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Populismo
Populismo es un término de gran ambigüedad, ampliamente utilizado, aunque no recogido en
el DRAE,1 que sí recoge "populista" con el significado de "perteneciente o relativo
al pueblo"2 (idénticamente a la primera acepción de "popular"3 -ambas palabras proceden de
la latina popŭlus, ‘pueblo’-) indicando como ejemplo la expresión "Partido populista", que en
realidad no es de uso común en castellano, aunque sí en francés (Parti populiste -Francia,
2005-)4 y en inglés (Populist Party -Estados Unidos, de 1891 a 1908-).5 En cambio, el mismo
diccionario sí recoge "popularismo" (definido como "tendencia o afición a lo popular en formas
de vida, arte, literatura, etc.",6 lo que también se designa con los términos "casticismo" o
"folclorismo").
El uso de los términos "populismo" y "populista" se hace habitualmente en
contextos políticos y de forma peyorativa, sin que del término se desprenda una evidente
identificaciónideológica (dentro del esquema o espectro político izquierda-derecha), sino más
bien con procedimientos políticos (demagogia)7 y con rasgos como la
simplificación dicotómica, el anti-elitismo (propuestas de igualdad social o que pretendan
favorecer a los más débiles), el predominio de los planteamientos emocionales sobre los
racionales, lamovilización, el liderazgo carismático, la imprevisibilidad u oportunismo, etc.8
Índice
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1 Significados de populismo
o 1.1 Populismo en sentido negativo
o 1.2 Populismo en sentido positivo
2 Factio popularium en la antigua Roma
3 Populismo a partir del siglo XX
o 3.1 Populismo en América Latina
o 3.2 Populismo en Estados Unidos
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía adicional
7 Enlaces externos
Significados de populismo[editar]
"Populismo" se usa para designar a la corriente ideológica que sostiene la reivindicación del
rol del Estado9 como defensor de los intereses de la generalidad de una población10a través
del estatismo, el intervencionismo11 y la seguridad social12 con el fin de lograr la justicia
social13 y el Estado de bienestar.14
En sentido general, sectores socialistas y comunistas han utilizado el término "populista" para
definir a los gobiernos que, aún favoreciendo a los "sectores populares" (principalmente a
la clase obrera), no pretenden terminar con el sistema capitalista. Desde un punto de vista
opuesto, los sectores conservadores han utilizado el término "populista" para definir a los
gobiernos que presentan los intereses de las clases económicamente más altas (grandes
grupos económicos, etc.) como separados y contrarios a los de las más bajas consideradas
como una mayoría permanente con intereses homogéneos autoevidentes que no requerirían
así del pluralismo político, destruyendo la posibilidad del disenso político y del crecimiento
económico por vías privadas.
Los populistas se presentan a sí mismos como una representatividad diferente a la clásica:
la democracia estaría encarnada en un movimiento político que demuestre representar
aquellos intereses de las clases populares en términos de redistribución pública, sin las
limitaciones clásicas y poliárquicas de la democracia liberal, vistas como una
imposición oligárquica de una minoría económica a la clase política.
Populismo en sentido negativo[editar]
El populismo con una significación peyorativa, que es la principalmente usada, es el uso de
"medidas de gobierno populares", destinadas a ganar la simpatía de la población,
particularmente si ésta posee derecho a voto, aún a costa de tomar medidas contrarias
al estado democrático. Sin embargo, a pesar de las características anti-institucionales que
pueda tener, su objetivo primordial no es transformar profundamente las estructuras y
relaciones sociales, económicas y políticas (en muchos casos los movimientos populistas
planean evitarlo) sino el preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad
entre las masas.
De acuerdo con esta significación, algunos movimientos populistas darían a amplias capas de
la población beneficios limitados o soluciones a corto plazo que no ponen en peligro el orden
social vigente ni le otorgan a los ciudadanos capacidades reales de autodeterminación, sino
que sirven para elevar o mantener la popularidad de los dirigentes del movimiento (caudillos)
reforzando su poder. En estos casos, a pesar del discurso contra ellos, los sectores
económicos estratégicos (industriales, bancarios, etc.) y los intereses eclesiásticos y militares
mantienen vigente su poder, habiendo un mero cambio de manos dentro de estos grupos. O
sea, la desigualdad de clases y la tergiversación del estado democrático como institución que
capta recursos de la ciudadanía para redistribuirlos entre los poderosos, continúa a pesar de
la retórica populista.
Los discursos oficiales de estos regímenes y movimientos deben ser digeribles y del buen
agrado de la población en general (para darle seguridad y satisfacción) por lo que no apelan
a ideologías definidas, e incluso pueden tener tintes más o menos conservadores y
hasta reaccionarios, pero siempre carismáticos. Se diferencia de la demagogiaporque se
refiere no sólo a discursos, sino también a acciones. Así, se le puede entender como una
táctica de uso limitado, o bien como una forma permanente de hacer política y permanecer en
el poder distinta a la partitocracia usual de las democracias contemporáneas. De hecho,
usualmente los líderes y/o movimientos populistas surgen al margen de, y contra, los partidos
considerados tradicionales--y parte de su atractivo reside en su rechazo a los partidos políticos
por considerarlos elementos consustanciales a la sociedad estratificada y a la co-optación del
Estado en manos de los poderosos cuyos intereses son opuestos al "pueblo". Después de
todo, si el pueblo es un solo sujeto colectivo--el único sujeto colectivo legítimo de la
democracia según los movimientos populistas--no debería estar dividido por ideologías
integradas en partidos distintos, sino que debería ser capaz de unirse en torno a reclamos
fundamentales que aseguren su bienestar, desechando como asuntos secundarios o
innecesarios aquellos que son esenciales para las identidades partidistas.
Tanto la economía keynesiana, como una posición crítica de la política exterior de los Estados
Unidos15 han sido prácticas sustanciales del populismo latinoamericano, tanto de los años
1930-1950, como la más reciente ola de la "nueva izquierda" de los 2000. En el caso europeo
de los 2010, la crítica principal es a la hegemonía y dominio de los intereses políticos
alemanes y el sector financiero global.
La crisis de la representación política es una condición necesaria pero no una condición suficiente
del populismo. Para completar el cuadro de situación es preciso introducir otro factor: una "crisis en
las alturas" a través de la que emerge y gana protagonismo un liderazgo que se postula
eficazmente como un liderazgo alternatia y ajeno a la clase política existente. Es él quien, en
definitiva, explota las virtualidades de la crisis de representacción y lo hace articulando las
demandas insatisfechas, el resentimiento político, los sentimientos de marginación, con un discurso
que los unifica y llama al rescate de la soberanía popular expropiada por el establishment partidario
para movilizarla contra un enemigo cuyo perfil concreto si bien varía según el momento histórico -
"la oligarquía", "la plutocracia", "los extranjeros"- siempre remite a quienes son construidos como
responsables del malestar social y político que experimenta "el pueblo". En su versión más
completa, el populismo comporta entonces una operación de sutura de la crisis de representación
por medio de un cambio en los términos del discurso, la constitución de nuevas identidades y el
reordenamiento del espacio político con la introducción de una escisión extra-institucional.16
Populismo en sentido positivo[editar]
Varios movimientos socio-políticos a través de la historia mundial moderna han pretendido que
"el pueblo", es decir, los agricultores y campesinos, los obreros, los pequeños empresarios, el
bajo clero, las clases profesionales (médicos, maestros, profesores, contables, ingenieros,
empleados públicos, etc.), sea quien ostente el poder en los estados democráticos, en contra
así de las élites o clases dominantes 17 . Estos movimientos populistas se han basado en las
ideas políticas de la cultura autóctona sin necesariamente reivindicar el nacionalismo, y
oponiéndose siempre al imperialismo. Ejemplos de este tipo han sido el populismo ruso y el
populismo norteamericano del siglo XIX (éste último llamado también productivismo);
el cantonalismo español; el agrarismo mexicano; y los carbonarios italianos. Pueden estar
influenciados (o no) por una o varias ideologías o proyectos políticos definidos, sin embargo
normalmente no se adhieren a ellos de forma explícita.
En su crítica de la novela Todos los hombres del rey, del premio Pulitzer Robert Penn Warren,
Estéban Hernández hace un interesante análisis de la relación entre populismo y aristocracia.
Hernández sostiene que, mientras en los países menos desarrollados, el populismo va de la
mano con la lucha contra el hambre, en los países más desarrollados el populismo se
relaciona con la centralización del poder, el aumento de impuestos y la supeditación del
mundo empresarial a la política, tal como fue planteado por Franklin Delano Roosevelt en los
Estados Unidos con el New Deal. Hernández señala que el "populismo" definiría una
alternativa a la aristocracia, mucho más probable que elcomunismo, y que por esa razón ha
sido (y es) denostado por los sectores conservadores.18
Neopopulismo
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