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Terapia centrada en

la solución
Más allá de la técnica
El trabajo con las emociones y la
relación terapéutica

Eve Lipchik
Prólogo de Wendel A. Ray

Amorrortu editores
Buenos Aires - Madrid
Biblioteca de psicología y psicoanálisis A Elliot, inventor de la consideración y la generosidad
Directores: Jorge Colapinto y David Maldavsky
Beyond Technique in Solution-Focused Therapy, Eve Lipchik
© 2002, The Guilford Press (división de Guilford Publications, Inc.)
Traducción, Adolfo Alfredo Negrotto

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C/Velázquez, 117 - 6a izqda. - 28006 Madrid

Queda hecho el depósito que previene la ley nº 11.723


Industria argentina. Made in Argentina
ISBN 950-518-10S-X
ISBN 1-57230-764-1, Nueva York, edición original

Lipchik, Eve
Terapia centrada en la solución : más allá de la técnica.- 1 a ed.-
Buenos Aires ; Amorrortu, 2004.
320 p. ; 2-3x14 cm.- (Biblioteca de psicología y psicoanálisis)

Traducción de: Adolfo Negrotto

ISBN 950-518-106-X

1. Terapia Familiar I. Título


CDD 616.891 56

Impreso en los Talleres Gráficos Color Efe, Paso 192, Avellaneda, pro-
vincia de Buenos Aires, en noviembre de 2004.

Tirada de esta edición: 2.000 ejemplares.


Sobre la autora

Eve Lipchik, licenciada en asistencia social, miembro


de la American Family Therapy Academy y miembro ti-
tulado y supervisora autorizada de la American Associa-
tion for Marriage and Family Therapy, también fue socia
fundadora de ICF. Consultante, Inc., de Milwaukee, Wis-
consin, en 1988. Entre 1980 y 1988 fue una de las prin-
cipales integrantes del Brief Family Therapy Center de
Milwaukee, donde participó en el desarrollo de la terapia
centrada en las soluciones. Además de desempeñarse como
psicoterapeuta, es docente, asesora y conferencista, tanto
en los Estados Unidos como en otros países. Es directora
de Interviewing y sus artículos han sido incluidos en nu-
merosos libros y revistas, entre ellas Psychotherapy Net-
worker, Journal of Systemic Therapies y Family Process.

9
Indice general

9 Sobre la autora
15 Prólogo. Wendel A Ray
19 Prefacio
25 Agradecimientos

29 P r i m e r a parte; Teoría, y práctica

31 1. Una teoría de la terapia centrada en la solución

39 De la técnica a la teoría
40 Una breve digresión histórica
46 Una teoría centrada en la solución
46 Supuestos centrados en la solución
57 Conclusión

59 2. La relación terapeuta-cliente

60 Resultados de las investigaciones


60 La relación terapeuta-cliente centrada en la
solución
61 El clima emocional
62 La posición del cliente
64 La posición del terapeuta
68 Un pensamiento de dos carriles
71 Ejemplo de caso: Laura

84 3. Comprender a los clientes

84 Oír versus escuchar


86 El significado

11
88 Hablar del problema versus hablar de la solución 160 Dos maneras de ver a los clientes
91 Contenido versus proceso 161 El trabajo en equipo y el clima emocional
94 Ejemplo de caso: Marie
165 7. El mensaje de recapitulación y la sugerencia
106 4. Las emociones en la terapia centrada en la
solución 165 El mensaje de recapitulación
188 Ejemplo de caso; la familia B
109 Emociones versus conducta 171 La sugerencia
110 El empleo de las emociones para facilitar las 177 Ejemplo de caso: James
soluciones 182 Conclusión
111 Ejemplo de caso: Betty
117 Ejemplo de caso: Neil
120 El empleo de nuestras emociones para ayudar a 187 S e g u n d a p a r t e . Aplicaciones
los clientes a hallar soluciones
120 Ejemplo de caso: Sandra y sus hijas 189 8. Terapia de pareja
123 Las emociones y el mensaje de recapitulación
197 La terapia
204 Ejemplo de caso: Miriam y Nate
126 5. El proceso de aclaración de las metas
210 Conclusión
127 Metas versus soluciones
128 La tarea de aclarar las metas 212 9. Terapia familiar
129 Aclaración de las metas: el proceso
131 Metas y emociones 212 Evaluación
132 Ejemplo de caso: Marilyn 213 Familias con hijos pequeños o adolescentes
147 Metas decisionales 214 Cómo estructurar la conversación
149 El cliente cuya meta es cambiar el 215 Ejemplo de caso: la familia T
comportamiento de otra persona 220 Cuando los padres no quieren intervenir
151 Conclusión
221 La reunión a solas con el niño
222 Ejemplo de caso: Troy
153 6. El equipo detrás del espejo y la pausa para la 226 La mediación entre los niños y sus padres
consulta 227 Familias con padres ancianos o hermanos adultos
228 Conclusión
154 Beneficios para el terapeuta 230 10. El trabajo con clientes involuntarios
155 Beneficios para los clientes
156 Presentación del equipo y de la pausa 234 ¿Qué características definen al cliente
158 Aspectos prácticos del trabajo en equipo y la involuntario?
pausa 235 La relación terapeuta-cliente
159 El procedimiento en equipo 238 La cooperación con los clientes

12 13
239 Las emociones Prólogo
240 El empleo de las técnicas
240 El sistema de tratamiento
243 Ejemplo de caso: consulta de Bea
252 Conclusión

253 11. Casos de tratamiento prolongado

255 La terminación: el problema del cliente


Sería sorprendente que Eve Lipchik recordara las cir-
256 La terminación: el problema del terapeuta
cunstancias en que conoció a un determinado terapeuta
257 Ejemplo de caso: la consulta de Joe
de los muchos que formó, pero yo recuerdo claramente mi
280 Autoevaluación del terapeuta con respecto a la
primera experiencia con ella, en mayo de 1983, en un pro-
terminación
grama de capacitación intensiva desarrollado en el Brief
262 Clientes con problemas crónicos
262 Ejemplo de caso: Virginia Family Therapy Center [Centro de Terapia Familiar Bre-
288 Ejemplo de caso: el hombre que oía voces ve]. Lo más destacado de esa semana de inmersión en la
274 Adaptación a la discapacidad obra de Steve de Shazer, Insoo Berg y su equipo fue la tar-
275 Ejemplo de caso: Carol de que pasamos hablando con Eve y observando su traba-
278 Conclusión jo. Su dominio de la teoría, su habilidad como docente y su
notable capacidad terapéutica eran tan impresionantes
280 12. El enfoque de las crisis centrado en la solución que comencé a interesarme en su obra. Durante años leí
sus contribuciones a la literatura sobre la terapia familiar
280 Diversas respuestas a la crisis breve y la terapia centrada en la solución, y cada vez que
281 ¿Qué es una crisis? me fue posible asistí a sus seminarios y talleres, de los que
282 La necesidad de usar dos sombreros siempre salí estimulado por las profundas implicaciones
284 Ejemplo de caso: Randy de su pensamiento y su capacidad para traducir las ideas
290 Urgencias más complejas en aplicaciones clínicas realistas.
292 La escucha Después de narrar la historia —que la cuenta entre
292 Un marco temporal ceñido sus protagonistas— del desarrollo de la terapia centrada
292 Ejemplo de caso: Philip en la solución (TCS [solution-focused therapy, SFT]), la
297 Conclusión autora ofrece una explicación muy clara de la teoría y la
práctica de este modelo. Lo que sale a la luz es su transi-
299 Reflexiones finales ción desde la incomodidad que le producían las respuestas
fáciles características de las interpretaciones más sim-
301 Referencias bibliográficas plistas del modelo hasta la elaboración de su propia ver-
sión de la TCS, que yo describiría como terapia breve cen-
trada en la solución y la emoción.
Un aporte significativo de este libro es la reintroduc-
ción de la teoría en la práctica de la terapia, en especial la
restitución que hace la autora de concepciones esenciales

14 15
de las psicoterapias de orientación interpersonal. Los de las relaciones humanas en la salud mental, en particu-
principios que propone a los lectores son fundamentales lar al de relaciones tan difíciles corno el amor. Pero los lec-
para la práctica de una terapia breve eficaz, eficiente y tores que no advierten la importancia de esas emociones
humanista. básicas para la comprensión del sufrimiento humano y 1a
En una época que se desentiende del pasado y que, en práctica de la psicoterapia quizá cierren los oídos y sigan
su perpetua búsqueda de respuestas cada vez más sim- dormitando, simplemente porque no estarnos en la misma
ples y sin complicaciones a las preguntas complejas, tien- longitud de onda.1
de a sobrevalorar todo lo que se presenta como «nuevo», Pero otro progreso en el que Eve Lipchik fue precurso-
Eve hace exactamente lo contrario: explora y adopta lo ra es la exploración del interrogatorio como perturbación
«nuevo» al tiempo que investiga y revitaliza elementos del o, diría yo, como intervención. Se trata de una de las nove-
conocimiento existente. Abrevando en la obra señera de dades más significativas en el campo de la terapia y, que
Harry Stack Sullivan, Gregory Bateson, Don D. Jackson, yo sepa, sólo Eve Lipchik, Gianfranco Ceechin y Richard
Milton Erickson, Jay Haley, John Weakland, Richard Fisch están, cada uno por su lado, investigando explícita-
Fisch, Paul Watzlawick y otros, esboza, insuflándoles vi- mente, practicando y poniendo a punto este extraordina-
da, las concepciones teóricas que son la piedra angular rio avance.
tanto del modelo de terapia breve desarrollado en el Men-
El interrogatorio como intervención y la vinculación de
tal Research Institute [Instituto de Investigación Mental]
premisas esenciales desarrolladas en el pasado con el pen-
como de la TCS.
samiento de vanguardia cíe nuestros días se cuentan en-
Sobre la base de esta infraestructura, Eve incorpora, tre las destacadas contribuciones que ofrece este libro, pe-
asimismo, ideas procedentes de una amplia variedad de ro desde mi punto de vista no son de ningún modo las más
disciplinas: biología, lingüística, cibernética, construccio- significativas. Al sintetizar estas amplias áreas y dar sus-
nismo, antropología y constructivismo social. Sus diáfa- tancia a la lógica y los matices de su enfoque, Eve realiza
nas interpretaciones de los complejos aportes de Matura- un aporte decisivo a la práctica clínica: la reintroducción
na y Varela son especialmente valiosas y oportunas. de las emociones humanas en la práctica de la terapia bre-
Daré un ejemplo que viene al caso. Gracias al esfuerzo ve (digo reintroducción porque la emoción tuvo un papel
de Eve, podemos apreciar una fusión maravillosamente central en la obra de pioneros como Harry Stack Sullivan,
útil de lo nuevo y lo que ha pasado la prueba del tiempo en Don D. Jackson y Milton Erickson).
la yuxtaposición de las definiciones del amor de Maturana En una conferencia que pronunció poco antes de su
y Harry Stack Sullivan. De acuerdo con una referencia muerte, en 1949, ante los residentes de la Washington
citada por Eve, para Maturana el amor es una conducta School of Psychiatry, Harry Stack Sullivan hizo esta pre-
que «permite al otro surgir como un otro legítimo en co- dicción:
existencia con uno» y «abre la posibilidad de ver y oír a ese
otro». Sullivan lo expresa de este modo: «Cuando la satis- «Las mismas cosas que hacen que la psiquiatría sea escu-
facción y la seguridad de otra persona se vuelven tan im- rridiza para los demás la hacen escurridiza para mí; enga-
portantes para uno como la satisfacción y la seguridad ñarse es terriblemente fácil. Pero una psicoterapia mucho
propias, existe un estado de amor» (1953a, págs. 42-3). En más práctica parece posible cuando uno trata de descubrir
época reciente el mundo de la psicoterapia, en su tenden- las vulnerabilidades básicas de la angustia en las relacio-
cia a basar la comprensión en la lógica causal lineal y la
perpetuación de una separación dualista cartesiana de la 1
Mis excusas y mi reconocimiento a Jackson (1963), quien fue el pri-
mente y el cuerpo, ha restado importancia al papel vital mero en emplear esta gráfica expresión.

16
17
nes interpersonales, en lugar de tratar de eludirla o de Prefacio
ocuparse [sólo] de los síntomas provocados por ella»
(19536, pág. 11).

Al atreverse a abordar las emociones perturbadoras


como adaptaciones —claramente suscitadas por la angus-
tia— a fenómenos interpersonales singulares, Eve Lip-
chik ha logrado, con este volumen pragmático y hábilmen-
te escrito, que la psicoterapia diera un paso más —vital,
La terapia centrada en la solución (TCS) es hoy reco-
por cierto— hacia el cumplimiento de la profecía de Su-
nocida como un modelo de terapia breve sólidamente fun-
llivan.
dado. No obstante, ni su atractivo para la atención médica
WENDEL A. RAY, PhD
administrada [managed care] ni los informes respecto de
Director del Mental Research Institute, Palo Alto, California su eficacia han podido disipar las dudas sobre su aptitud
Profesor de Terapia Familiar en la Universidad de Luisiana- para promover un cambio permanente o abordar las nece-
Monroe sidades emocionales de los clientes. El propósito de este li-
bro es dar cuenta de un modo de pensar y practicar la TCS
que invalida esas dudas y demuestra su profundidad y
amplitud.
La TCS no surgió de novo. Se basa en la obra de Grego-
ry Bateson, Milton Erickson, Don Jackson, John Weak-
land, Jay Haley, Paul Watzlawick y otros, a quienes se
atribuye la creación del paradigma sistémico. Es el pro-
ducto final de los esfuerzos de un grupo de personas que
hace unos veinticinco años se reunían en el Brief Family
Therapy Center, en Milwaukee, y se potenciaban recípro-
camente gracias a su entusiasmo por la nuevas ideas so-
bre cómo cambia la gente. El núcleo de ese grupo lo consti-
tuían Steve de Shazer, Insoo Berg, Jim Derks, Elam Nun-
nally, Marilyn LaCourt y yo. Más tarde se incorporaron a
él antiguos estudiantes convertidos en colegas, entre ellos
John Walter, Jane Peller, Alex Molnar, Kate Kowalski y
Michele Weiner-Davis, y también académicos como Gale
Miller y Wally Gingerich. Lo que comenzó siendo un mo-
delo llamado terapia familiar breve evolucionó hasta con-
vertirse en la TCS. Con el tiempo, algunos miembros del
grupo se alejaron y nuevos miembros ocuparon su lugar.
Yo me retiré en 1988 y, junto con Marilyn Bonjean, fundé
ICF Consultants en Milwaukee. En mi opinión, sería jus-
to decir que todos cuantos participaron alguna vez en las

18 19
conversaciones mantenidas en el Brief Family Therapy
que somos. Ello ha estimulado el interés por los aspectos
Center hicieron alguna contribución, y todos se beneficia-
fisiológicos del lenguaje y la emoción.
ron con la experiencia. La abundante bibliografía que hoy
Mis esfuerzos por incorporar algunas de mis ideas con-
existe sobre, el modelo refleja la riqueza y diversidad de su
flictivas han sido influidos por la teoría de la psiquiatría
experiencia.
interpersonal de Harry Stack Sullivan y, en fecha más re-
Actualmente, la TCS goza de fama mundial, pero a ciente, por la teoría dé la cognición de Maturana y Varela
menudo es mal interpretada e incluso banalizada. A mi y los aportes de la investigación en neurociencias.
juicio, la causa es el excesivo énfasis que se pone en las Las emociones han sido siempre un tema no grato en la
técnicas y la pérdida de un marco teórico. Las técnicas TCS. Como mis colegas, durante varios años yo evité reli-
aplicadas fuera de contexto pueden producir resultados giosamente la «conversación emotiva», antes de advertir
inmediatos espectaculares pero a la larga poco significa- que ocuparse de las emociones facilita, a menudo, el pro-
tivos. greso de los clientes que se sienten estancados. Al mismo
La teoría y la práctica de la TCS que se proponen aquí tiempo, mi interés en la relación terapeuta-cliente siguió
restituyen a las técnicas un contexto interaccional basado poniendo de relieve los efectos positivos de hablar con los
en lo que los terapeutas del Mental Research Institute lla- clientes sobre sus sentimientos.
man «posicionarse» en relación con los clientes, o lo que La enseñanza, la supervisión, el asesoramiento y la
sus colegas del Brief Therapy Center denominaron «coo- presentación de talleres me plantearon el desafío de com-
perar con el modo de cooperar de los clientes». Este con- prender mi pensamiento a fin de ayudar a otras personas
cepto puede incluso considerarse relevante para una prác- a desarrollar el suyo. También pusieron de manifiesto la
tica basada en el constructivismo si se ve el lenguaje como importancia que tiene la relación, sea cual fuere su propó-
un comportamiento mutuamente influido. sito. Este libro, por lo tanto, enfatiza la importancia de los
En cierta medida he desarrollado mi actual enfoque terapeutas como personas relacionadas con sus clientes y
clínico como reacción al minimalismo y a la intelectualiza- procura responder a la pregunta sobre cómo podemos em-
ción posmoderna de la terapia. Aunque me cuento entre plear, y a la vez mantener separados, nuestro yo personal
quienes aspiran a realizar intervenciones elegantes con y nuestro yo profesional para beneficiarlos.
objetivos precisos, he llegado a creer que las posibilidades Nuestro enfoque habitual de la capacitación en el Brief
de alcanzarlas son mayores en el contexto de una relación Family Therapy Center consistía en arrojar a los practi-
terapeuta-cliente basada en la confianza. Esta opinión cantes al ruedo con los clientes, provistos sólo de unas
encuentra respaldo en una investigación llevada a cabo pocas preguntas básicas. Creíamos que el apoyo del su-
por David Kiser en el Brief Family Therapy Center en pervisor y del equipo que observaban tras el espejo basta-
1988, en la cual se comprobó que los clientes que asistie- ría para disipar su ansiedad y asegurar a los clientes un
ron a un mayor número de sesiones informaban índices servicio de buena calidad. Sin embargo, muchos clientes
más elevados de buenos resultados. no volvían después de la sesión inicial. Llegamos a la con-
Por la misma razón, adhiero sin reservas al énfasis clusión de que un mensaje bien construido, redactado por
posmoderno en los tratamientos plenamente individuali- el supervisor y el equipo, no era compensación suficiente
zados, aunque me preocupa la ausencia general de pautas para una entrevista que dejaba a los clientes insatisfe-
para la práctica, la supervisión y la enseñanza. chos. Lo que demostró ser mejor para estos fue su percep-
ción de que alguien estaba escuchándolos y tratando de
Finalmente, no he podido reconciliarme con la actitud
comprender lo que intentaban comunicar. Este enfoque
de aislar el lenguaje de los sistemas humanos vivientes
benefició también a los terapeutas novatos, porque dismi-

20
21
nuyó la posibilidad de que utilizaran técnicas fuera de témica de Heidelberg y la Asociación Internacional de
contexto. Terapia Sistémica. Humberto Maturana habló en la se-
Dos experiencias personales contribuyeron a dar for- sión plenaria. Señaló que lo que nos hace humanos es una
ma a las ideas que expongo en este libro. Una de ellas tuvo emoción que él, románticamente, denomina «amor». Se
lugar en ocasión de una visita que John Weakland realizó trata de la conducta que nos lleva a aceptar a otro ser hu-
al Brief Family Therapy Center a fines de la década de mano «como un otro legítimo que coexiste con nosotros» y,
1980. Weakland venía periódicamente a Milwaukee para por lo tanto, nos permite ver y oír a esa otra persona por lo
dirigir talleres o asesorar a nuestro equipo. Al término de que es. Siguió diciendo que este es «el terreno en que pue-
uno de esos talleres, en cuyo transcurso había entrevista- den producirse la reflexión y el trabajo del terapeuta, el
do a algunos clientes frente al espejo, nos preguntó si de- terreno en que se resuelven los problemas de las relacio-
seábamos ver una videocinta que tenía consigo y que mos- nes humanas». Para mí, esta afirmación cristalizó la idea
traba una sesión realizada por él en Palo Alto. Lo deseá- de que, por el bien de nuestros clientes, deberíamos pen-
bamos, por supuesto. Nunca nos cansaríamos de observar sar en nosotros ante todo como seres humanos; en segun-
el trabajo del «Maestro». Lo único que recuerdo ahora es do lugar como terapeutas, y sólo en último término como
que los clientes eran gente mayor y que el problema con- terapeutas que aplican un modelo determinado.
cernía a la relación con sus hijos, pero lo que no he olvida- Un propósito primordial de este libro es proporcionar
do es la magnitud de mi sorpresa. Hasta ese momento hu- respuesta a las preguntas más frecuentemente formula-
biera descripto como minimalista la manera de entrevis- das por los terapeutas —de todos los niveles de experien-
tar de John. Sin embargo, en esa cinta se mostraba más cia— centrados en la solución; por ejemplo: «¿Cómo sé que
receptivo y se ocupaba de los sentimientos de los clientes me estoy centrando en la solución?»; «¿Cómo puedo estar
de un modo deliberado y amable. No se tomó un tiempo donde está el cliente y centrarme al mismo tiempo en los
hacia el final de la sesión para elaborar un mensaje, sino elementos positivos?»; «¿Ante qué reacciono y qué paso
que realizó una sensata y brillante intervención después por alto?»; «¿Puedo aplicar la TCS a clientes que requieren
de una mínima pausa para pensar. Cuando le hicimos un tratamiento prolongado?». El material está dispuesto
preguntas sobre esta diferencia de estilo, nos respondió con el fin de ofrecer a los clínicos un modo lógico de refle-
que se trataba de una sesión que había conducido en su xionar sobre los supuestos centrados en la solución y su
práctica privada, donde podía «limitarse a hacer terapia». papel como guías del proceso de toma de decisiones. Se
En la clínica del Mental Research Institute, o en los talle- proporcionan descripciones acerca de cómo guiar la re-
res, sentía la necesidad de mostrar el modelo breve. Aun- lación terapeuta-cliente, aclarar el problema para defi-
que las entrevistas deliberadamente despojadas de sutile- nir las metas que conducen a soluciones y formular el
zas superfluas podían destacar mejor las técnicas del mensaje final, así como sugerencias específicas para ca-
Mental Research Institute, me pareció que la entrevista da situación. Estas interacciones entre el terapeuta y el
grabada constituía una demostración mucho más acaba- cliente se examinan desde la perspectiva de cada uno
da del modelo de esa institución. Ello me indujo a pensar de ellos, a fin de que los clínicos puedan llegar a conocer
en la posibilidad de integrar los aspectos técnicos y huma- su propio proceso en relación con los clientes, así como sus
nísticos en la TCS. efectos. El uso de las emociones se aborda en todo el li-
La segunda experiencia acaeció en 1996, en Heidel- bro y también es el tema específico de uno de sus capítu-
berg, Alemania, en una conferencia sobre el tema «Cien- los. Se analiza, asimismo, la aplicación de la TCS a las pa-
cia/ficción: fundamentalismo y arbitrariedad en ciencia y rejas, las familias, los clientes involuntarios y las situacio-
terapia», organizada por el Instituto de Investigación Sis- nes de crisis.

22 23
Este es un libro predominantemente clínico. En conse-
cuencia, contiene mucho material tomado de las notas de
Agradecimientos
los casos, que es deliberadamente más abundante en los
primeros capítulos y disminuye luego, dando por supuesto
que los lectores tendrán entonces una mejor comprensión
de los principios básicos.

Nunca hubiera escrito este libro de no mediar la estu-


penda iniciación que tuve en el campo de la salud mental
cuando trabajé en el Proyecto Primario de Salud Mental,
en Rochester, Nueva York. Comenzaré por agradecer a to-
dos los que participaron en él, en especial a Ellie Eksten,
una supervisora verdaderamente consagrada a su labor.
Mi experiencia positiva en el proyecto se prolongó, des-
pués de graduarme, en la Universidad de Rochester, bajo
la supervisión de Helen Kristal. ¡Gracias, Helen, por ha-
cerme observar las reglas y fijar normas elevadas para mi
trabajo! Por la misma razón agradezco a John Jendusa,
mi instructor de prácticas de campo en la Universidad de
Wisconsin en Milwaukee. Estos tres excelentes profesio-
nales me enseñaron que los supervisores clínicos tienen
una enorme responsabilidad hacia los practicantes a los
cuales supervisan.
También estoy profundamente agradecida por la opor-
tunidad que tuve de participar en el desarrollo de la teoría
y la práctica de la TCS en el Brief Family Therapy Center.
Fue una de las experiencias más transformadoras de mi
vida.
Deseo expresar mi reconocimiento a Sharon Stoffel y
Pat O"Hearn por haberse reunido conmigo para asesorar-
me con tanta fidelidad a través de los años. Ambas son
modelos de rol para el profesional concienzudo y su traba-
jo me benefició enormemente. Durante la última década
tuve el privilegio de enseñar TCS al personal de institu-
ciones comunitarias como Jewish Family Service, Mid-
west Clinical Services y St. Aemilian/Lakeside. Esto me
dio la oportunidad de trabajar con personas de diferentes
orientaciones teóricas durante largos períodos. Agradezco

24
25
a todas ellas el haberme inducido a conectar mi pensa-
miento con el suyo de un modo que les fuera útil. Muchas el punto de vista de un principiante. Sus preguntas y co-
de las ideas que expongo en este libro han sido inspiradas mentarios me fueron útiles. También hago constar mi
por sus preguntas y sus meditadas respuestas. aprecio a Kate Kowalski por su amistad y apoyo y sus co-
Agradezco igualmente a Michelle Wilson, Andrew/ mentarios editoriales.
Turnell y Steve Edwards, de la Centrecare Family Agency Por último, pero no por eso menos importante, quiero
de Perth, Australia, por darme la posibilidad de aplicar el agradecer a mi esposo, nuestros hijos y sus parejas por su
trabajo centrado en la solución en el otro extremo del amoroso apoyo, y a nuestros nietos por los besos y las son-
globo. Reunirme con sus colegas y clientes, y sobre todo risas que me llenaron de energía en toda esta empresa.
con miembros de la cultura aborigen, fue una verdadera
experiencia de maduración.
La inspiración directa para este libro provino de nueve
días de capacitación intensiva realizada en el Instituto de
Terapia Matrimonial y, Familiar de Viena, Austria, en el
verano de 1997. Los participantes interdisciplinarios eran
profesionales comprometidos, versados en el pensamiento
sistémico y constructivista. En su mayoría tenían ya una
formación en la TCS. En nuestra primera reunión hici-
mos una lista de preguntas que representaban las metas
de la capacitación. Comprobamos entonces que esas pre-
guntas abarcaban los problemas que la mayoría de los
profesionales deben enfrentar. La idea de escribir un libro
que les diera respuesta se me ocurrió en esa ocasión. De-
seo agradecer a Joachim Hinsch, el director, la oportuni-
dad que me brindó de conducir esa capacitación, como
también a Corina Alhlers, Hedi Wagner, Andrea Brandl-
Nebehay y todos los amabilísimos participantes.
Desde que comencé a escribir este libro, mi socia y
amiga Marilyn Bonjean me apoyó todavía más que de cos-
tumbre. Le agradezco su perfecta camaradería. Me faltan
palabras para expresar mi aprecio a Marc Becker, Brett
Brasher, Jim Derks, Marilyn LaCourt y Jane Volkman
por su invalorable ayuda durante todo el proceso. Con su-
ma generosidad, restaron tiempo a sus múltiples activida-
des con el fin de proporcionar afectuosos, estimulantes y
acertados comentarios editoriales, por no hablar de su
apoyo emocional. También estoy agradecida a Mike Ni-
chols por su cuidadosa revisión. Agradezco igualmente a
Gillian Denavit, estudiante meritoria de la TCS pero aún
no empapada de experiencia clínica, por hacerme conocer

26
27
Primera parte. Teoría y práctica
1. Una teoría de la terapia centrada en la
solución

Un terapeuta centrado en la solución se sintió estanca-


do en un caso y pidió ayuda. Había realizado cuatro se-
siones con John, un abogado de 46 años, casado y padre de
dos hijas adolescentes, pero después de un informe inicial
de mejoría la solución no parecía clara. John había expli-
cado que su razón para iniciar una terapia era que «ya no
le quedaba cuerda para manejar la relación con su padre
viudo». Su cuñado, médico de profesión, le había sugerido
que visitara a su propio médico y le pidiera que le recetara
algo, pero John pensaba que tomar medicamentos era
como servirse de muletas.
En la primera sesión, John parecía muy agitado. Tenía
el rostro enrojecido, se mordisqueaba constantemente
una cutícula y hablaba tan rápido que cada tanto tenía
que detenerse para recobrar el aliento. Relató que su
madre había fallecido cinco meses antes, a los 75 años, de
modo que su padre, de 78, se había quedado solo después
de 51 años de matrimonio.
John era uno de los cuatro hijos de la pareja, y el único
que vivía en la misma ciudad que sus padres. Desde la
muerte de su madre, él y su familia se habían esforzado
por brindar apoyo al padre. Al principio sus esfuerzos ha-
bían sido apreciados, pero después de un tiempo su padre
se volvió cada vez más hostil y difícil de satisfacer. Su es-
posa instaba a John a no tomar el comportamiento pater-
no como algo personal, pero John no podía evitar esa sen-
sación. La gota que colmó el vaso fue la negativa del padre
a hablarle en una ocasión en que estaba de visita en casa
de su hija; según John, su padre «no quería oír mi voz».
Desde entonces no podía dormir ni concentrarse en su tra-
bajo.

31
John percibía que su relación con sus padres antes de John por su deseo de aprender a aceptar la conducta del
la muerte de la madre había sido agradable. Junto con su padre y querer ser un buen hijo. El mensaje expresaba
familia, los visitaba al menos una vez por semana y pasa- empatia respecto de la difícil posición de John, que debía
ban con ellos todas las festividades importantes y los cum- llorar la muerte de su madre y al mismo tiempo enfrentar
pleaños. Aunque el padre hacía siempre más críticas que el rechazo de su padre. La intensidad de la reacción de
elogios, la calidez y el afectuoso apoyo de la madre eran John se reformuló como un compromiso desusadamente
más que suficientes para compensar ese comportamiento. fuerte con la familia. El terapeuta también había ideado
Cuando el terapeuta trató de conseguir que John defi- una tarea para él con el propósito de ayudarlo a recobrar
niera su problema y sus metas en términos de conducta, un sentimiento de control. La tarea sugería que John se
este no pudo ir más allá de decir que quería aprender a permitiera interrumpir durante tres días el contacto con
aceptar los modales de su padre para poder ser un buen su padre, ya que este estaba al cuidado de su hermana. Si
hijo. Reconoció que no podía cambiar a un anciano. Des- durante ese tiempo no lo incomodaba la idea de llamarlo
cribió la conducta del padre hacia él diciendo «me devora por teléfono y deseaba hacerlo para sentirse bien y no pa-
por dentro». Sabía que se sentiría mejor cuando «las pala- ra complacer al padre, podía llamarlo. Pero si sentía am-
bras de su padre le entraran por un oído y le salieran por bivalencia respecto de la llamada, debía recordarse a sí
el otro». John fue incapaz de decir cómo cambiaría su pro- mismo que no tenía necesidad de tomar esa decisión antes
pia conducta cuando eso comenzara a ocurrir. El terapeu- del cuarto día. Cumplido el plazo de tres días debía telefo-
ta le había formulado la pregunta de la excepción con refe- near, pero sólo hablaría con su hermana y le diría que le
rencia a esa meta: «¿Deja alguna vez que las palabras de comunicara al padre que él llamaba para saber cómo es-
su padre le entren por un oído y le salgan por el otro?». taba.
John sólo pudo recordar un ejemplo, ocurrido poco des- Cuando John volvió a la semana siguiente, el terapeu-
pués de la muerte de su madre, cuando sintió mucha lásti- ta evaluó el cambio mediante la pregunta de escala: «En
ma por su padre. El terapeuta trató de basarse en esa ex- una escala del 1 al 10, donde el 10 signifique que usted tie-
cepción y le preguntó: «¿Cuál era la diferencia en esas oca- ne el mayor estrés posible y el 1 signifique que está total-
siones? ¿Qué tendría que hacer usted ahora para lograr mente relajado, ¿dónde diría usted que está hoy?» (De
que eso sucediera, aunque fuera un poquito?», pero John Shazer, 1991a, pág. 148). John informó que su nivel de es-
fue incapaz de responder. trés había bajado de 10 a 7. Había decidido llamar a su pa-
El terapeuta recurrió entonces a otra técnica, la de la dre el segundo día y no se había sentido tan incómodo co-
pregunta del milagro. «Si usted se acostara esta noche y mo esperaba, a pesar de que el padre se mostró lacónico y
mientras durmiera se produjese un milagro, de modo que poco amistoso. Desde entonces había hecho otra llamada
al despertarse a la mañana su problema estuviera resuel- y también la había tolerado mejor.
to, ¿qué cambiaría?». John contestó que pasaría por alto la Durante la segunda sesión, el terapeuta y John traba-
conducta del padre. «¿Lo hace ya alguna vez?», le pregun- jaron para reforzar esa mayor comodidad y tolerancia se-
tó el terapeuta. No actualmente, dijo John. «¿Qué tendría ñaladas por John: «¿Qué debería pasar para que eso ocu-
que hacer para lograr que eso ocurriera? ¿Hay algo que rriera más a menudo? ¿Qué podría hacer usted? ¿Qué po-
otra persona podría hacer para que sucediera?». John con- drían hacer otras personas para ayudarlo?». El terapeuta
testó que, según su sentir, en la actualidad no tenía con- buscó también recursos del pasado que pudieran ayudar a
trol para cambiar nada. John en la situación presente, preguntándole: «¿Cómo se
Al concluir la primera sesión, el terapeuta había elabo- las arregló en el pasado para enfrentar con éxito relacio-
rado un mensaje de intervención en el que felicitaba a nes personales estresantes?». Al finalizar la sesión, el te-

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rapeuta felicitó a John por haber obtenido algún control ro no dio resultado en esta ocasión. El terapeuta utilizó
en relación con su padre y le dijo que siguiera actuando co- asimismo la pregunta de la escala (De Shazer, 1991a) pa-
mo lo había hecho. ra medir el cambio.
Durante la tercera sesión, John informó que el padre Al finalizar las sesiones, el terapeuta había ofrecido
había vuelto a su casa. El había ido a buscarlo al aero- amables mensajes de intervención, propuesto tareas ba-
puerto, y de entrada el padre lo criticó por no haberle ex- sadas en elementos positivos y utilizado el modo de expe-
plicado con claridad si debían encontrarse en la puerta o rimentar el mundo del cliente; por ejemplo, su necesidad
en la oficina de equipajes. Desde entonces habían mante- de controlar y su uso específico del lenguaje. ¿Por qué nin-
nido varias engorrosas conversaciones telefónicas; estas, guna de estas técnicas aportaba una solución al cliente?
según calculó John, habían elevado su nivel de estrés a 8 La respuesta es simple: la TCS es más que las técnicas
en una escala de 10. John repitió que quería hallar una so- características por las que se la conoce. Es un complejo
lución sin tomar medicamentos. modelo terapéutico que ha sido aplicado a situaciones tan
En un esfuerzo por mantenerse alejado del problema diversas como la adopción (Shaffer y Lindstrom, 1989), el
y concentrarse en una solución, el terapeuta retornó a la envejecimiento (Bonjean, 1989, 1996: Dahl, Bathel y Ca-
excepción que se había producido entre la primera y la se- rreon, 2000), el alcoholismo (Berg y Miller, 1992; Brasher,
gunda sesión. ¿Cuál había sido la diferencia por entonces? Campbell y Moen, 1993), los servicios de protección a la
John creía que quizá fuera el hecho de que el padre estaba infancia (Berg y Kelly, 2000; Turnell y Edwards, 1999), la
en otra ciudad. Cuando su padre se quedaba con la hija, él violencia doméstica (Lipchik, 1991; Lipchik y Kubicki,
se sentía menos responsable. Al final de la sesión se le 1996; Lipchik, Sirles y Kubicki, 1997; Tucker, Stith, Ho-
asignó la tarea de imaginar que su padre se encontraba en well, McCollum y Rosen, 2000), los servicios basados en la
otra ciudad cuando hablara con él por teléfono. Si lo veía familia (Berg, 1994), el trastorno de personalidad múlti-
en persona, debía imaginar que también su hermana o su ple (Barker y Herlache, 1997), los clientes físicamente dis-
hermano estaban en la habitación. John informó no haber minuidos (Ahlers, 1992), el tratamiento a domicilio (Boo-
experimentado una mejoría como resultado de esta tarea ker y Blymyer, 1994; Durrant, 1993), el abuso sexual
y se mostró desalentado por la falta de progresos. (Dolan, 1991; Kowalski, 1987), los problemas escolares
(Durrant, 1995; Kral, 1992; Metcalf, 1995; Molnar y Lind-
¿Por qué no progresaba el caso? El terapeuta, sin lugar quist, 1989; Murphy, 1996), la espiritualidad (Simon,
a dudas, estaba practicando la terapia centrada en la so- 1996), los niños (Selekman, 1997), etc. Como ocurre con
lución (en lo sucesivo TCS) tal como suele entendérsela. cualquier otro enfoque terapéutico, el dominio de la TCS
Hizo que el cliente describiera el problema y definiera una exige tiempo y experiencia.
meta en términos de conducta. Una vez que John descri- Tal vez la TCS haya sido mal interpretada porque se la
bió el problema, el terapeuta utilizó la pregunta de la ex- imaginó como un modo minimalista de intervenir, un me-
cepción (De Shazer, 1985; Lipchik, 1988a) y la pregunta dio pragmático de resolver problemas (De Shazer, 1982,
del milagro (De Shazer, 1988; Friedman, 1993; Lipchik, 1985,1988,1991a, 1994). Quizá por minimalismo se haya
1988a; Nau y Shilts, 2000). En cierto momento, cuando no entendido que el terapeuta no tiene más que formular
obtenía respuestas útiles, le formuló la pregunta de la ca- preguntas. Por supuesto, nunca fue esa la intención. El
pacidad para arreglárselas (Lipchik, 1988a): «¿Por qué las requisito para ingresar en el Brief Family Therapy Cen-
cosas no están peor? ¿Qué hizo usted para evitar que em- ter era contar con una maestría en alguna disciplina rela-
peoraran?». A menudo, esta pregunta saca a relucir pun- cionada con la salud mental y dos años de experiencia clí-
tos fuertes que los clientes pueden usar como respaldo, pe- nica. Esperábamos que la gente que acudiese a aprender

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nuestro modelo estuviera capacitada para establecer y El caso de John, precedentemente descripto, ilustra lo
mantener una alianza terapéutica. Lamentablemente, que acabo de decir. El terapeuta empleó las técnicas bási-
nuestra literatura no hizo hincapié en este aspecto y se cas en la primera sesión y obtuvo algunos resultados posi-
concentró, en cambio, en exponer las nuevas ideas. No ad- tivos. Como estos cambios no se mantuvieron después de
vertí este error hasta mucho después, cuando exhibí una la segunda sesión, persistió en seguir lo que a su juicio era
videocinta en un seminario para mostrar el uso de las pre- la dirección correcta centrada en la solución. Formuló,
guntas como intervenciones. Después de observar duran- aunque en vano, las preguntas de la escala y la capacidad
te unos minutos, un conocido colega lanzó un suspiro de de arreglárselas.
alivio y dijo: «Ah, ustedes contextualizan esas preguntas». A fin de ayudarlo a salir del estancamiento, en la con-
Aunque es posible que el minimalismo haya sido mal sulta se le pidió que reflexionara sobre lo siguiente: «En lo
interpretado en la práctica, tenía, además de las pregun- que sucede entre John y yo, ¿cuál podría ser la causa de
tas, una base teórica y supuestos que brindaban linca- este callejón sin salida?». Su respuesta fue: «Le estoy ha-
mientos. No obstante, bajo la influencia del posmodernis- ciendo preguntas y asignando tareas que no producen
mo, la teoría fue descartada por considerársela la antíte- ningún cambio. Tengo que hacer algo distinto». Pero es-
sis de un tratamiento verdaderamente individualizado taba perplejo respecto de qué podría hacer, dado que ha-
(Held, 1996, 2000). Esta nueva tendencia redujo la TCS a bía usado todas las técnicas correctas.
«mero lenguaje» (De Shazer, 1994; Miller y De Shazer, La sugerencia siguiente fue que considerara este su-
1998), descripción que también se presta a malentendi- puesto: los terapeutas no pueden cambiar a los clientes,
dos. La teoría posmodema suele considerar que el lengua- sólo los clientes pueden cambiarse a sí mismos. ¿Cómo
je en sentido amplio está podría ayudarlo esto? El terapeuta contestó que lo hacía
pensar más en lo que le estaba pasando a John, sobre todo
«situado en las interacciones conductales consensuales en relación con la muerte de su madre. Su mensaje al final
entre personas, y no en "la mente" de ellas. Más que un de la primera sesión prueba que sabía que John atra-
vehículo que transporta comunicación abstracta de un la- vesaba por un período de intenso duelo por su madre. Sin
do a otro entre mentes individuales, es una coordinación embargo, creía que no debía hablar sobre eso con el cliente
de estados corporales de los miembros de un grupo social, porque, primero, desviaría la conversación del tema de los
que preserva la integridad estructural tanto de este últi- elementos positivos y el futuro; segundo, concernía a las
mo como de cada uno de sus integrantes» (Griffith y Grif- emociones de John, y tercero, no había sido identificado
fith, 1994, pág. 312). como un problema o una meta. Cuando se alentó al tera-
peuta a ocuparse del duelo, se comprobó que esta era la
No se pretende que el lenguaje consista tan sólo en las pa- clave para una solución. John comenzó a llorar y mencio-
labras pronunciadas por las personas. Pero ni siquiera la nó lo mucho que echaba dé menos a su madre. Dijo que
descripción amplia del lenguaje logra servir de guía a los nunca se había dado cuenta de hasta qué punto la madre
terapeutas cuando se trata de usarlo para ayudar a los servía de contrapeso a la personalidad del padre, y que no
clientes a hallar soluciones. ¡No es de sorprender que las tenía idea de cómo se las arreglaría sin ella en el futuro.
preguntas centradas en la solución resulten tan atracti- Este desborde emocional indujo al terapeuta a dejar de la-
vas! En efecto, ofrecen algo concretó con que trabajar. El do por el momento cualquier intervención y limitarse a
problema es que el énfasis en la forma antes que en la sus- brindar apoyo. Hacia el final de la sesión, John hizo una
tancia no suele producir los resultados deseados (Cecchin, confesión. Dijo que se sentía más estresado por la culpa
Lane y Ray, 1992). que por la ira con su padre, porque desde el principio ha-

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bía lamentado que no hubiera muerto este en lugar de su der para cambiar, al conversar con ellos, hará elecciones
madre. distintas de las de un terapeuta conductal, para quien el
Obsérvese que cuando el terapeuta dejó de concebir la comportamiento cambia como consecuencia de un nuevo
TCS como un modelo basado en fórmulas y comenzó a aprendizaje o condicionamiento. Si los terapeutas centra-
entenderla como un modelo impulsado por la emoción y la dos en la solución suponen que el cambio ocurre por medio
teoría, creció la confianza en la relación terapéutica y del lenguaje, e interpretan que esto significa solamente
John pudo confesar sentimientos de los que se avergonza- formular ciertas preguntas, es probable que los resultados
ba. Al no ser juzgados sino comprendidos y normalizados, sean decepcionantes (Fraser, 1995).
John mostró cierto alivio. El terapeuta quiso saber enton-
ces cómo creía John que la culpa afectaba su tolerancia
hacia la conducta del padre. John estableció la relación
siguiente: cuanto más hostil se mostraba su padre, mayor De la técnica a la teoría
era su sentimiento de culpa, y cuanto mayor era su senti-
miento de culpa, menos podía tolerar esa hostilidad. La sugerencia de que el camino a un uso más exitoso de
La comprensión así adquirida lo llevó a redefinir lo que un modelo minimalista pasa por su complejización en una
deseaba de la terapia. Afirmó entonces que estaría satisfe- teoría parecerá, sin duda, paradójica a algunos lectores.
cho si lograba reducir la culpa provocada por los senti- Muchos terapeutas, ansiosos por mejorar su destreza
mientos que lo avergonzaban, desde el nivel actual de 10 a clínica, buscan nuevas ideas sobre «cómo» —y no «por
1 inferior a 5. Una vez que tuvo esto en claro, comenzó a qué»— hablar con los clientes. En los talleres, los partici-
descubrir conductas que lo ayudaban. Habló con su mujer pantes desean ver videocintas o demostraciones en vivo
sobre sus sentimientos y comprobó que tanto ella como de la manera de trabajar del presentador, y en muchos
sus hijos habían tenido ideas semejantes. También co- casos las explicaciones teóricas no tardan en provocarles
menzó a concurrir a la iglesia con más regularidad. Se impaciencia y aburrimiento. La teoría es una abstracción
confesó con su pastor y este le prodigó palabras de con- que parece a veces muy alejada de las conversaciones
suelo en lugar de juzgarlo. Al disminuir su culpa aumentó concretas que mantenemos con los clientes. Sin embargo,
su pena, y eso llevó a una aceptación gradual de la pérdi- es la única solución para un problema que muchos tera-
da. Esto posibilitó cierta empatia por su padre y una nue- peutas, aunque se muestren reacios a reconocerlo, deben
va relación con él centrada en el afectuoso recuerdo de su enfrentar: el de estar a menudo sentados en una sesión
madre. Cuando, seis meses más tarde, finalizó el tra- sin saber qué hacer a continuación.
tamiento, John informó que, para su sorpresa, había in- La teoría resulta menos temible cuando advertimos
dicios de que su padre comenzaba a adoptar una actitud que es parte de todo lo que hacemos bien en la vida. El ma-
más amable. «Desde una posición de verdadero respeto, nejo seguro de un auto requiere algo de teoría que va más
las técnicas en sí resultan superfluas, ya que la acción allá de obedecer las señales de tránsito. La práctica del
apropiada para esta situación se origina en el simple acto tenis, el golf, la navegación a vela y otros deportes implica
de prestar atención a lo necesario» (Simon, 1996, pág. 53). supuestos teóricos relacionados con nuestro cuerpo y con
Toda buena terapia se desarrolla en el contexto de una las propiedades físicas del aire que nos rodea. Cocinar
relación de confianza. El modo específico adoptado por el bien es algo más que seguir una receta. Exige supuestos
terapeuta para guiar esa relación está determinado por acerca de lo que pasará con ciertos alimentos cuando so
su orientación teórica. Así, un terapeuta psicodinámico, los someta al calor o se los mezcle. Desde luego, la gente
basado en el supuesto de que los clientes deben compren- puede realizar todas estas actividades sin comprender la

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teoría subyacente, pero en tal caso es menos probable que Brief Family Therapy Center (De Shazer, 1982; Keeney,
sobresalgan en lo que hacen o que trasciendan la habili- 1979) recurría más a la colaboración y se basaba en el su-
dad técnica para convertirse en artistas. Como la terapia puesto de que «la familia tiene la solución» (Norum, 2000).
es una actividad profesional que implica una enorme res- Se consideraba que los terapeutas y los clientes consti-
ponsabilidad hacia otros seres humanos, merece que le tuían en conjunto un suprasistema terapéutico que gene-
dediquemos nuestros mejores esfuerzos. raba nuevas pautas interaccionales no problemáticas pa-
Este libro propone una teoría y unos supuestos básicos ra el sistema familiar. Este modo de pensar está más cerca
para la TCS que refutan la frecuente acusación de que se de la tradición de la ulterior era posmoderna, en la que el
trata de un enfoque mecánico y compuesto de fórmulas. constructivismo y el construccionismo social1 se convirtie-
Pone el acento no en las técnicas, sino en la relación tera- ron en influencias dominantes en el campo de la terapia
peuta-cliente, tan importante para obtener un resultado familiar.
exitoso (Bachelor y Horvath, 1999; Beyebach, Morejon, El paso de la terapia familiar breve centrada en los
Palenzuela y Rodríguez-Arias, 1996; Hubble, Duncan y problemas a la TCS ocurrió en 1982 de un modo fortuito.
Miller, 1999), y en el uso de las emociones. Una menor Según lo que yo recuerdo del incidente, varios miembros
consideración a las técnicas ayuda a los terapeutas a evi- del grupo estable se hallaban tras el espejo formulando un
tar dos escollos muy comunes: el de desviar la atención de mensaje de intervención para una familia que había acu-
los clientes para cavilar sobre qué pregunta hacer, y el de dido con su rebelde hija adolescente y que, al final de la
formular las preguntas en momentos inoportunos. segunda o tercera sesión, no informaba de progreso algu-
no. A los padres sólo les interesaba mencionar lo que su hi-
ja seguía haciendo mal y eludían cualquier pregunta
sobre excepciones. La hija se mostraba huraña. Ese día,
U n a breve digresión histórica una de las personas tras el espejo —y hay opiniones diver-
gentes sobre su identificación precisa— dijo: «¿Por qué no
La TCS fue concebida originalmente como terapia fa- les pedimos que la próxima vez traigan una lista de lo que
miliar breve en Milwaukee, Wisconsin, a fines de la déca- no quieren que cambie?». Todos estuvimos de acuerdo, y
da de 1970 (De Shazer, 1982). Como tal, puede considerár- recibimos una sorpresa agradable cuando los padres y la
sela una hermana menor del modelo de terapia breve hija volvieron con listas bastante extensas de lo que apre-
desarrollado en el Mental Research Institute de Palo Alto, ciaban en los demás. Pero lo que más nos asombró fueron
California (Fisch, Weakland y Segal, 1982; Ray, 2000; los cambios positivos informados por los tres miembros de
Watzlawick y Weakland, 1977; Watzlawick, Weakland y la familia. Todos coincidían en que había disminuido la
Fisch, 1974). El modelo del Mental Research Institute te- 1
El «constructivismo» puede definirse como «una perspectiva relati-
nía sus raíces en el trabajo sobre la paradoja y la comuni-
vista que enfatiza la construcción subjetiva de la realidad. Implica que
cación humana liderado por Gregory Bateson (Bateson, lo que vemos en las familias puede estar basado tanto en nuestras pre-
Jackson, Haley y Weakland, 1956; Jackson, 1959) y en las condiciones como en lo que realmente sucede» (Nichols y Schwartz,
ideas de Milton Erickson sobre la evitación de la resisten- 1995, pág. 590). Sus representantes son teóricos como Paul Watzlawick
cia en la hipnoterapia (Erickson, 1977; Erickson y Rossi, (1984), Humberto Maturana (1980), Heinz von Foerster (1981) y Ernst
von Glasserfeld (1984). Todas las personas construyen a través del len-
1979). Pero mientras que las intervenciones del Mental
guaje su propia imagen de la realidad (Anderson, 1997). El «construc-
Research Institute apuntaban a interrumpir las pautas cionismo social» (Gergen, 1982,1991, 1994), con el que se lo suele con-
interaccionales que los terapeutas identificaban como in- fundir, va un paso más allá y afirma que los constructos individuales es-
tentos imperfectos de solución, el enfoque ecosistémico del tán enteramente configurados por las conversaciones con los otros.

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tensión en el hogar. Los padres creían que la actitud de su
nósticas tampoco armonizaban con el pensamiento de
hija había mejorado, y la hija sostenía que sus padres ya
Sullivan. Los problemas y las soluciones no eran ni más ni
no la criticaban tanto. Como la asignación de esta tarea al
menos que el grado de incomodidad («angustia») o como-
final de la primera sesión produjo resultados semejantes
didad («seguridad») emocional de un individuo en las rela-
en el caso de otros clientes, se diseñó una investigación
ciones interpersonales. Como lo harían mucho después
(De Shazer, 1985, pág. 147). Los resultados indicaron que
Maturana y Varela (1987), Sullivan (1953d) consideraba
los cambios concretos comunicados por los clientes en la
esas relaciones humanas desde un punto de vista bioló-
segunda sesión tenían, en general, poco que ver con su
gico, como una interdependencia de los organismos vi-
descripción del problema o sus quejas durante la primera
vientes y su medio ambiente.
sesión. Además, a menudo era posible ampliar esos cam-
bios para convertirlos en soluciones. Este descubrimiento En 1984, el Brief Family Therapy Center puso en
nos indujo a centrar la atención en la entrevista como lu- marcha un proyecto sobre inteligencia artificial —el
gar de intervención (Lipchik, 1988a, 19886; Lipchik y De «BRIEFER»— cuyo objetivo era desarrollar un «sistema
Shazer, 1986; Penn, 1982,1985; Tomm, 1987a, 19876). El experto»: un programa de computación que ayudara a
mensaje y la tarea al final de la sesión reforzaban enton- formular una tarea en la primera sesión (Goodman, 1986;
ces el proceso generado durante la entrevista. Gradual- Goodman, Gingerich y De Shazer, 1989). Con este propó-
mente, estas preguntas centradas en la solución y orien- sito realizamos un análisis paso por paso de nuestras deci-
tadas al futuro eclipsaron todos los demás aspectos que siones en relación con los clientes, tanto en calidad de en-
eran esenciales para conducir una buena terapia, sobre trevistadores como de miembros del equipo que observaba
todo el énfasis en la cooperación con el modo de cooperar tras el espejo. Este ejercicio puso de relieve la importancia
de los clientes, definido de esta manera: «cada familia (o del lenguaje no verbal y las emociones como contexto de
individuo o pareja) muestra un modo singular de tratar de las preguntas y respuestas y como conexión entre ellas.
cooperar, y la tarea del terapeuta consiste, primero, en Pero también favoreció el desarrollo de una teoría de la
describirse ese modo particular exhibido por la familia y, solución (De Shazer, 1988) que era esencialmente un
luego, en cooperar con él» (De Shazer, 1982, págs. 9-10). árbol de decisiones para el proceso terapéutico centrado
en la solución. En retrospectiva, esta despersonalización
En un esfuerzo por conservar con sólidos fundamentos adicional de la TCS me alentó a oponerme a esa tendencia
teóricos este contexto relacional-interaccional para las (Lipchik, 1993, 1994, 1997, 1999; Lipchik y Kubicki,
técnicas (Lipchik, 1993), releí la teoría interpersonal del 1996). Mi búsqueda de una manera teóricamente sólida
psiquiatra Harry Stack Sullivan (Chapman, 1973; Sulli- de hacerlo prosiguió después de que me alejé del Brief Fa-
van, 1953c, 19530d). El pensamiento de Sullivan encaja en mily Therapy Center en 1988 y, junto con Marilyn Bon-
el marco constructivista (Cushman, 1995) porque niega la jean, fundé ICF Consultants, Inc. en Milwaukee.
realidad objetiva en la terapia, con excepción de lo que
La teoría de la cognición desarrollada por los biólogos
puede ser «directamente observado (en el presente) en el
chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela (1980,
contexto de las relaciones interpersonales [la relación te-
1987; Várela, 1989), que sirvió de estímulo al campo de la
rapéutica]» (Chapman, 1973, pág. 70). En consecuencia,
terapia familiar a comienzos de la década de 1980 (Dell,
Sullivan definía el rol del terapeuta como el de un «obser-
1982, 1985; Erran y Lukens, 1985; Efran, Lukens y Lu-
vador participante» (1953d, pág. 18) cuya tarea era em-
kens, 1990; Ludewig, 1992; Parry, 1984; Simon, 1985),
barcarse con los pacientes en un proceso dirigido a obte-
proporcionó finalmente la base para un marco apropiado.
ner conductas interpersonales más funcionales, en lugar
El propio Maturana describió su teoría como una «meta-
de sentarse en silencio e interpretar. Las etiquetas diag-
teoría» que proporciona un medio para unificar las diver-

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sas escuelas teóricas de terapia familiar (Simon, 1985,
pág. 4). da que genera su propia información (Efran et al., 1990,
Mientras estudiaba la retina de los sapos en la década pág. 67), pero el lenguaje es un acto de adaptación mutua
de 1950, Humberto Maturana descubrió que la ima- o de consenso sobre el significado entre el individuo y los
gen que el cerebro de un sapo recibe cuando ve una mosca grupos sociales.
es el resultado de la estructura de sus ojos, y no una repre- Si voy a un restaurante y pido un sandwich de pan tos-
sentación objetiva de la mosca como se la ve en el mun- tado, tengo ya en mi sistema, gracias a interacciones lin-
do externo. Este descubrimiento tuvo una considerable güísticas previas, cierta información sobre lo que significa
influencia en la comprensión de la percepción, y con el pan tostado. Tal vez haya aprendido de mi madre, de ni-
tiempo llevó a una teoría de la cognición (1980, 1987) se- ña, el significado de «pan» y «tostado». Si en esta situación
gún la cual nuestra realidad, o lo que conocemos, depende el camarero no sabe qué quiere decir pan tostado, tendre-
de nuestra identidad desde el punto de vista de la estruc- mos que actuar para coordinar el significado. Otra mane-
tura, así como de nuestras interacciones con otros. ra de expresarlo es que tendremos que adaptarnos mu-
La teoría de Maturana y Varela afirma que los siste- tuamente de tal modo que nuestra relación pueda sobre-
mas vivientes son «autopoiéticos», y como tales se organi- vivir: que el camarero satisfaga mi pedido, cumpliendo
zan para sobrevivir y re-crearse. Esta supervivencia y re- así con la tarea a su cargo y evitando que lo despidan. La
creación dependen del acoplamiento de estructuras, un coordinación del significado de pan tostado depende de
estado de interdependencia con el medio ambiente u otros que ambos hablemos el mismo idioma. De no ser así, ¿po-
sistemas vivientes. La supervivencia mutua sufre el reto dríamos entendernos de algún otro modo, quizá por me-
constante de perturbaciones internas, así como de pertur- dio de gestos o indicaciones no verbales? Si ambos habla-
baciones externas recíprocas, y depende de la adaptación mos el mismo idioma pero el camarero no está familiari-
de unos a otros. Las perturbaciones no" pueden modificar zado con el pan tostado, ¿seré capaz de explicarle de qué
otro sistema viviente; sólo pueden suscitar la posibilidad se trata, y será él capaz de entender mi explicación, de
del cambio. Este depende de la organización específica del modo tal que podamos mantener una relación mutua-
sistema (determinismo estructural). De este modo, si dos mente provechosa?
o más sistemas interdependientes no pueden satisfacer Hay dos aspectos de la obra de Maturana y Varela que
sus necesidades básicas de supervivencia en la interac- me parecieron particularmente atractivos en mi carácter
ción recíproca, su relación terminará. Por ejemplo, si el co- de terapeuta centrada en la solución. Uno es la idea de
razón falla, destruirá los sistemas respiratorio, vascular y que la supervivencia y la adaptación constituyen un pro-
renal, y la persona morirá. ceso interdependiente entre sistemas vivientes, basado
De acuerdo con esta teoría, el desarrollo del lenguaje se en la conservación de lo que cada uno de ellos necesita pa-
produjo en una etapa tardía de la evolución de los siste- ra sobrevivir; en otras palabras, es esencial tomar como
mas vivientes y distingue a los seres humanos de otros base lo que funciona. El otro aspecto es la idea de que no
mecanismos vivientes. El lenguaje se considera parte de podemos conocer ni actuar sin la dinámica biológica que
la estructura individual de una persona, pero también llamamos emociones. En particular, la emoción que Ma-
una acción mutuamente dependiente, «un fenómeno que turana y Varela (1987) llaman «amor», o la aceptación de
se produce en la recursión de interacciones lingüísticas: otra persona junto a nosotros en nuestro diario vivir, es la
coordinaciones lingüísticas de coordinaciones lingüísticas base biológica de la vida social que hace posible la conti-
de acción» (Maturana y Varela, 1987, pág. 211). En otras nuidad de las relaciones y de la vida misma. Esta idea, ba-
palabras, cada ser humano tiene una red neuronal cerra- sada en los puntos fuertes, es llamativamente similar al
concepto de «validación consensual» de Harry Stack Sulli-
44
45
van, según el cual las personas «prestan atención a sus
respectivos estados emocionales e intercambian informa- tán determinados por su estructura. Cuando los terapeu-
ción codificada acerca de lo que es apropiado e inapro- tas centrados en la solución tienen esto en mente, resisten
piado, ansiógeno o tranquilizador» (Cushman, 1995, pág. mejor la tentación natural de creerse conocedores de la
178).
solución para el problema de un cliente dado porque se
trata de una solución que funcionó en un caso similar o les
ha sido útil en su vida personal. Así como cada cliente es
único, también lo es cada relación. Los problemas surgi-
Una teoría centrada en la solución dos en la relación de una pareja después del nacimiento
de su primer hijo podrían resolverse si la esposa permite
Lo que expondré a continuación es una teoría nacida que su marido tenga una mayor participación en el cuida-
de mi experiencia personal respecto de lo que da resultado do del niño, mientras que otra solución podría consistir en
en la TCS. La considero una teoría constructivista que que ambos cónyuges se tomaran una noche libre por se-
conserva algunos conceptos interaccionales-estratégicos y mana.
los integra a una perspectiva biológica que incluye las
emociones. La TCS es un modelo constructivista. La apelación al
uso de la misma intervención constituye un modo de pen-
samiento lineal que implica causalidad y se centra en el
Los seres humanos son únicos en lo concerniente a su contenido más que en el proceso. La probabilidad de ha-
herencia genética y su desarrollo social. Su capacidad llar la solución más rápida y más apropiada para los clien-
de cambiar está determinada por estos factores y por tes será mayor si el terapeuta los trata como seres únicos
sus interacciones con los demás. Los problemas son si- y no pierde la «curiosidad» (Cecchin, 1987).
tuaciones de la vida actual experimentados como insa-
Naturalmente, no queremos decir con esto que la expe-
tisfacción emocional con uno mismo y en relación con
los otros. El cambio se produce por medio del lenguaje rienda profesional o personal no tenga cabida en la tera-
cuando el reconocimiento de las excepciones y de los pia. Sin embargo, sólo deberíamos recurrir a ella después
puntos fuertes existentes y potenciales da origen a nue- de haber empleado todos los medios a nuestro alcance pa-
vas acciones. ra ayudar al cliente a acceder a su propia información, y
aun así de manera cautelosa, diciendo, por ejemplo: «A al-
gunas personas les ha resultado útil...» o «Si estuviera
Los supuestos derivados de este enunciado dan forma dispuesto a considerar... ¿cree que podría ser útil?».
a la actitud del terapeuta hacia los clientes y guían la rela-
ción entre uno y otros. Obsérvese que, aunque se ocupan 2. Los clientes poseen puntos fuertes y recursos intrínse-
de asuntos distintos, estos supuestos a menudo se super- cos para ayudarse a sí mismos. Este es el supuesto esen-
ponen o confluyen, por lo que se refuerzan mutuamente. cial de la filosofía centrada en la solución, y tal vez uno de
los más difíciles de recordar para los terapeutas. Como
profesionales de la salud, consideramos que es nuestra
responsabilidad aliviar el sufrimiento de los clientes tan
Supuestos centrados en la solución
rápido como sea posible. Terminamos por asemejarnos a
esos padres protectores que guían en exceso a sus hijos pa-
1. Cada cliente es único. Esta proposición se relaciona ra evitar que sufran algún daño en lugar de ayudarlos a
con la teoría de que los sistemas vivientes (los clientes) es- utilizar sus propios recursos para cuidar de sí mismos.
Esa manera de criar a los hijos no contribuye a que tomen
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conciencia de su fuerza ni les infunde confianza en sí
mismos. poco de angustia es ventajoso en muchas situaciones.
La respuesta de Maturana a la pregunta: «¿Cuál es el Como terapeutas, también nosotros solemos pensar las
propósito de la terapia?» ofrece una perspectiva útil para cosas en términos excluyentes entre sí. De este modo,
apoyar este supuesto. En relación con el acoplamiento de cuando los clientes nos plantean situaciones que implican
estructuras, Maturana sostiene que la terapia debería ge- al mismo tiempo pérdidas personales, mala salud, dificul-
nerar una dinámica de interacción en la qué las personas tades económicas y problemas legales, como a veces suce-
recuperaran algo (autorrespeto, amor, legitimidad), tanto de, este supuesto nos lleva a pensar: «Sí, pero ¿qué les ha
en sí mismas como en los demás (1996). Visto desde la po- permitido seguir adelante y cómo podemos preservarlo y
sición de los terapeutas, esto sugiere que busquemos y en- tomarlo como base?». Este pensamiento nos orienta hacia
faticemos nuestros recursos de aceptación, empatia y res- las preguntas sobre la capacidad para arreglárselas, que
peto por los clientes» en situaciones extremas son mucho más empáticas y sen-
Desde un punto de vista más práctico, este supuesto sibles que preguntar «¿Qué anda bien todavía en su vi-
nos recuerda que el simple hecho de estar vivos y haber da?», cuando todo parece estar mal.
acudido a nuestro consultorio es una muestra de los pun-
tos fuertes de los clientes. Han sobrevivido física y emocio- 4. La resistencia no existe. «Resistentes» es el término
nalmente hasta ahora, y debemos unirnos a ellos en la con que los terapeutas designan a los clientes que no acep-
empresa de continuar con su vida en la medida de su ca- tan su punto de vista sobre la manera de cambiar. La me-
pacidad. Con frecuencia, sin embargo, la historia de esa ra idea de que los terapeutas apliquen etiquetas a la con-
supervivencia puede estar tan llena de dificultades y su- ducta de los clientes no es compatible con la TCS ni con el
frimientos que tal vez nos deje anonadados y sin esperan- pensamiento posmoderno en general. Un cliente no puede
zas. En esas ocasiones, pensamientos como «Es algo ho- ser resistente; esa calificación significa simplemente que
rrendo», «No hay nada que yo pueda hacer» o «No sabría el terapeuta no comprende cómo debe proceder para pro-
por dónde empezar» pueden contrarrestarse con el su- vocar un cambio (perturbar) de modo tal que permita al
puesto de que los clientes tienen la fortaleza y los recursos cliente reaccionar de una manera adaptativa. Por lo tan-
para ayudarse a sí mismos. Esta idea lleva automática- to, el terapeuta debe seguir observándolo para entender
mente a una reacción como la siguiente: «Usted tiene que mejor qué puede funcionar en su caso.
hacer frente a muchas cosas en este momento. ¿Cómo ha Maturana utiliza la expresión «interacción ortogonal»
podido arreglárselas hasta ahora?». Esta respuesta se para describir el proceso terapéutico. Con ello alude a un
centra de inmediato en los recursos y al mismo tiempo be- tipo de relación que lleva a la persona a generar una res-
neficia la relación terapeuta-cliente con su mensaje de puesta nueva o infrecuente. La perturbación producida
comprensión y consideración positiva. por la interacción provoca el surgimiento de nuevas pau-
tas (Efran y Blumberg, 1994).
3. Nada es totalmente negativo. Este supuesto encuen- Pero aunque el concepto de resistencia no es apropiado
tra respaldo en la idea de Maturana y Varela de que no para este tipo de terapia, el término «resistencia» describe
puede haber cambio sin conservación. Por lo general bien lo que los terapeutas centrados en la solución sienten
nuestros clientes perciben su situación como totalmente a menudo en su interacción con los clientes. ¿Qué terapeu-
negativa y no tienen conciencia de las excepciones ni de ta no ha pasado por la experiencia de sentir envararse su
sus propios recursos. Dicen cosas como «Tengo que librar- cuerpo cuando un cliente contesta «sí, pero...» a todo lo
me de mi angustia», sin darse cuenta de que sentir un que se le dice? Nos damos cuenta de que en lugar de per-
manecer sentados en nuestra posición relajada habitual,

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nos inclinamos hacia el cliente con el cuerpo rígido. Es po- dad disculpándose ante la madre por no haberla ayudado
sible que elevemos la voz y se nos cierre la garganta. Sen- a satisfacer las expectativas que otras personas tenían a
timos que estamos haciendo un gran esfuerzo. El recurso su respecto, y le pidió que lo ayudara a entender mejor
a este supuesto en un momento semejante nos ayudará a cómo podría obtener ese resultado. La madre reaccionó
reclinarnos en el asiento, respirar hondo, volvernos hacia con mucha emotividad y expresó cierta ambivalencia
el cliente y preguntarle: «En su opinión, ¿qué sería lo más respecto de la reunificación. Confesó que se sentía culpa-
adecuado para usted en este momento afín de que las ble de no querer esforzarse por realizar cambios cuya
cosas pudieran mejorar?». Esto es útil tanto para nosotros eficacia juzgaba poco probable. Esta confesión brindó al
como para el cliente, por su efecto positivo sobre el clima terapeuta la oportunidad de ayudarla a manejar su senti-
emocional. miento de culpa y a considerar otras opciones para el futu-
ro que parecían más prometedoras. El muchacho fue colo-
5. Usted no puede cambiar a los clientes; sólo ellos cado en un hogar sustituto y la familia continuó trabajan-
pueden cambiarse a sí mismos. Muy de vez en cuando los do con miras a la reunificación. Un entorno que indicaba
terapeutas centrados en la solución experimentan la sen- apoyo en lugar de censura provocó poco a poco cambios fa-
sación de estar librando una lucha por el poder con un vorables a la reunificación.
cliente o de esforzarse demasiado por hacerle entender Cuando los clientes parecen haber llegado a un punto
una idea. La creencia de que los sistemas vivientes están muerto, a menudo es útil comunicarles que compren-
«cerrados a la información» y no pueden modificarse des- demos sus sentimientos. Maturana (1988, pág. 17),
de afuera respalda este supuesto, que previene o corrige conforme a su idea de que las preferencias (las emociones)
esos deslices. determinan las acciones, nos advierte que no debemos
Un ejemplo que me viene a la mente es el de una situa- tratar de cambiar a los clientes mediante la lógica si no
ción en la que una madre, cuyo hijo había sido colocado en existe un acuerdo mutuo respecto de las emociones sub-
tratamiento a domicilio por haber abusado sexualmente yacentes.
de una hermana menor, recibió la orden de trabajar con
un terapeuta familiar con miras a la reunificación. El mu- 6. La TCS avanza a paso lento. La TCS es un modelo
chacho había hecho grandes progresos, y el organismo breve, similar al desarrollado en la Brief Therapy Clinic
que cubría las prestaciones estaba ansioso por dar por ter- del Mental Research Institute. En su denominación he
minado el costoso tratamiento a domicilio. Sin embargo, suprimido deliberadamente la palabra «breve» para
pese a haber empleado técnicas centradas en la solución, evitar conjeturas erróneas. El supuesto precedente se
el terapeuta no podía conseguir que la madre mantuviera elaboró originalmente para contrarrestar la creencia de
sus intenciones declaradas de realizar en su hogar y en sí que «breve» implica «rápida». Por lo común, los modelos
misma los cambios necesarios a fin de que la casa fuera de terapia breve pueden proporcionar tratamientos efica-
considerada segura para la hermana menor. Los colegas a ces y de efectos duraderos en lapsos más cortos que otros
quienes consultó lo instaron a dejar de «centrarse en la modelos de terapia. Sin embargo, la brevedad será el re-
solución» y a intensificar el temor de la madre a perder a sultado de haber realizado la intervención más apropiada
su hijo para conseguir que cambiara, Pero el terapeuta de- para un cliente determinado, y no de la aplicación apresu-
cidió consultar algunas obras centradas en la solución pu- rada de la técnica. El uso prematuro de la técnica puede
blicadas a fines de la década de 1980 y encontró este su- prolongar él tratamiento, porque es posible que se concen-
puesto. Como consecuencia, decidió cambiar él mismo pa- tre en quejas que no tienen relación con lo que el cliente
ra marcar una diferencia. Decidió asumir la responsabili- desea realmente de la terapia.

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La TCS también se aplica sin prisa en casos que re-
duda de que esos terribles acontecimientos influyen en la
quieren apoyo terapéutico durante años. Los episodios de
vida de la víctima; sin embargo, es imposible establecer
contacto intenso en momentos de crisis, intercalados en
una relación directa, porque siempre se pueden hallar
un proceso ininterrumpido de apoyo moderado, pueden
clientes que muestran síntomas similares sin haber pasa-
producir una mejoría sorprendente y duradera en el de-
sempeño si el esfuerzo se concentra en metas limitadas do por esa experiencia: Mientras los profesionales de la
identificadas por los clientes y abordadas en un clima salud mental no dispongan de instrumentos de diagnós-
emocional seguro. tico similares a los de los médicos, como las técnicas de
imágenes y los análisis de sangre, la reflexión en términos
Este supuesto es sobre todo un recordatorio de que de causa y efecto es una vía que ningún terapeuta centra-
debemos ser pacientes con nosotros mismos. Hacemos
do en la solución debería seguir.
TCS incluso cuando sólo nos ocupamos del entorno que los
clientes necesitan para cambiar. Cuando los clientes buscan una causa, resulta útil pre-
guntarles si el conocimiento de esta los ayudará a resolver
su problema. Por lo general contestan que los ayudará a
7. No hay causa y efecto. El concepto de causa y efecto
comprender. La pregunta «Si pudiera resolver su proble-
no existe en un mundo constructivista, porque implica la
ma sin comprender, ¿estaría conforme?» suele proporcio-
existencia de alguna verdad objetiva. Los problemas y las
nar un punto de vista que resultará novedoso para mu-
soluciones son vistos, en cambio, como acontecimientos
impredecibles de la vida. Por lo tanto, en lugar de dejar chos de ellos.
que los clientes nos induzcan a preguntarnos junto con
ellos «.. .¿Por qué existe este problema?», debemos pre- 8. Las soluciones no tienen que ver necesariamente con
guntarnos «¿Qué debe ser diferente en el futuro?». Por el problema. Este supuesto fue desarrollado en el Brief
otra parte, tenemos que estar dispuestos a hablar con Family Therapy Center en 1982, al transferirse el énfasis
ellos sobre causas y efectos si ese es el único modo como del problema a la solución, en las circunstancias que ya he
pueden pensar en una solución. mencionado. En esa época se comprobó que la pregunta
«¿Qué no quiere cambiar en la situación que lo trajo
Por ejemplo, una cliente que durante varios meses se
aquí?» generaba diferencias positivas al margen de la des-
ha sentido deprimida informa que mejoró súbitamente
cripción del problema. En efecto, parecía provocar accio-
después de leer, la semana anterior, un libro de autoayu-
nes creativas en clientes que eran incapaces de cambiar
da. Al terapeuta le consta que la mujer ha informado de
cuando pensaban en lo que querían modificar.
signos graduales de mejoría, aunque se mostró renuente a
admitirlos. Lo que importa en este caso es que encontró Este supuesto nos recuerda una vez más que no debe-
una manera de cambiar. Si prefiere creer que ha cambia- mos pensar en causas y efectos. En la vida, como en la te-
do debido al libro y no a la terapia, ese pensamiento en rapia, el cambio es inevitable e impredecible. Por ejemplo,
términos de causa y efecto es su modo de cambiar, y debe una persona que se aburre en su trabajo puede volverse
ser aceptado. Para esta cliente, el cambio en el contexto de cada vez más letárgica e ineficaz. Un estímulo inesperado
la relación con un terapeuta no era una opción en ese mo- ajeno a su mundo laboral, como un pasatiempo, un de-
mento. porte o una nueva relación, pueden producir en ella un
cambio general de actitud que afecte su percepción del
En el campo de la salud mental existe la firme creencia
trabajo y su desempeño en él. La búsqueda de soluciones
de que el hecho de haber sido víctima de abuso sexual y
únicamente relacionadas con el problema puede limitar
violencia física es directamente responsable de los proble-
en gran medida el progreso.
mas emocionales que se presentan más adelante. No hay

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9. Las emociones son parte de todo problema y de toda 10. El cambio es constante e inevitable: un pequeño
solución. Por razones teóricas y prácticas, el Mental Re- cambio puede llevar a cambios más grandes. Para el Men-
search I n s t i t u t e y el modelo centrado en la solución han tal Research Institute y la TCS, los problemas no son otra
adoptado un enfoque cognitivo-conductal y evitado hablar cosa que las inevitables vicisitudes de la vida. Algunas
de los sentimientos, salvo para establecer vínculos. Pero si personas los resuelven por medio de la terapia y otras se
el lenguaje se concibe como una acción inseparable de la recuperan espontáneamente (Bergin y Lambert, 1978).
emoción, las emociones de los clientes conciernen enton- Se estima que el 40% de los clientes se recuperan debido a
ces a la terapia no menos que sus pensamientos y conduc- factores extraterapéuticos (Lambert, 1992). En realidad,
tas. Dada esta teoría, el hecho de no hablarles de sus sen- no tenemos pruebas de que las personas que buscan
timientos y de no conectamos en ese nivel podría limitar ayuda no se habrían recuperado sin ella.
nuestra comprensión de ellos, su comprensión de sí mis- Nuestra vida está sujeta a constantes cambios, como
mos y las posibilidades de hallar soluciones. consecuencia de la complejidad de nuestra red de relacio-
Este supuesto nos recuerda que las emociones forman nes, que comprende desde la familia nuclear hasta perso-
parte del lenguaje y son esenciales en el proceso de toma nas de todo el mundo, y de circunstancias tales como las
de decisiones de nuestros clientes (Damasio, 1994; Matu- guerras, el clima y los fenómenos astrofísicos, muchos de
rana y Varela, 1987). También nos recuerda que debemos los cuales escapan a nuestro control o son desconocidos.
estar atentos al clima emocional en que se desenvuelve Un cambio en cualquiera de ellos puede afectar nuestra
nuestra relación con los clientes (véase el capítulo 2); en vida.
primer lugar, porque la seguridad, y no la angustia, es el La conciencia de la certeza respecto de esta incerti-
estado emocional al que aspiran las personas (Sullivan, dumbre, combinada con la confianza en los recursos in-
1953d) y en el que se sienten más relajadas, y en segundo trínsecos de los clientes, ayuda al terapeuta centrado en
lugar, porque un estado de relajación hace que estén más la solución a mantener una actitud esperanzada a pesar
abiertas a sus propios recursos y a la nueva información de las dificultades que estos mencionan. Así, cuando nos
(Erickson, 1977). sentimos abrumados por el relato de un cliente, y tan du-
Si un cliente afirma que no está haciendo progresos bitativos como este respecto de lo que debe hacerse, el pri-
con su tesis doctoral de ingeniería y describe la situación mer paso es tener en cuenta que el cambio es inevitable, y
en términos de tiempo, espacio, obligaciones familiares y el segundo, comprometerse con el cliente a hacer algo, por
problemas con la computadora, el mejor modo de cooperar pequeño que sea, que a su juicio marque una diferencia.
con él sería, tal vez, emplear un lenguaje y unos conceptos En una situación que parece irremediable o abrumadora,
que se adecuaran a su visión concreta del mundo. Pero si un pequeño paso puede generar una sensación de control
esto no lleva a ninguna parte, acaso sea productivo hablar hasta entonces ausente. La decisión de tomar medidas,
del estado emocional que le provoca el problema. aunque se trate de algo de poca importancia, puede perci-
También nos conectamos emocionalmenté con los de- birse como el fin de un estancamiento total e infundir es-
más de un modo no verbal, y a algunos clientes que tienen peranza. De nosotros depende no ser demasiado ambicio-
conciencia de sus emociones puede resultarles incómodo sos respecto de los pequeños pasos que den nuestros clien-
hablar de ellas. Como terapeutas, es nuestra responsa- tes, y evitar que estos sean demasiado ambiciosos, ya que
bilidad ser sensibles a los niveles de comodidad de nues- algo en apariencia tan insignificante como cambiar de pei-
tros clientes y respetarlos. Con todo, lo importante es nado, hacer una llamada telefónica a un viejo amigo o co-
transmitirles que comprendemos lo que nos dicen tan ple- mer con alguien en vez de hacerlo a solas puede conducir a
namente como es posible. cambios mayores.

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Todos nos hemos sentido alguna vez abrumados por la Los supuestos dan forma a nuestras actitudes hacia los
cantidad de trabajo que teníamos por delante y que creía-
clientes y, por lo tanto, a nuestra relación con ellos. Nos
mos imposible de realizar. Por lo general, la mejor solu-
ayudan a decidir qué debemos hacer. El supuesto de que
ción en estos casos es hacer una lista, establecer priorida-
des y comenzar a trabajar. De pronto la carga de trabajo los clientes tienen puntos fuertes nos inducirá a formular
nos parece manejable. ¡Un pequeño cambio puede llevar a preguntas sobre estos. El supuesto de que todos los pro-
un cambio más grande! blemas y soluciones implican emociones nos recordará
que debemos ser empáticos y alentadores. Cuando un
cliente informa sobre una recaída después de varias bue-
11. No podemos cambiar el pasado, de modo que debe-
nas semanas, podemos sentir la tentación de unirnos a él
mos concentrarnos en el futuro. Este supuesto es evidente,
en la búsqueda de las causas de que eso haya ocurrido. Pe-
pero recordarlo en todo momento no es fácil. La acepta-
ción del supuesto de que el lenguaje es una acción en el ro los supuestos centrados en la solución nos ayudan a for-
presente respalda la creencia de que también el cambio jar una actitud positiva en nosotros y en nuestros clientes,
sólo puede ocurrir en el presente. al inducirnos a preguntar; «Desde que describió por pri-
mera vez el problema que lo trajo aquí, usted hizo algunos
Los clientes suelen decir que sabrán que ya no necesi-
progresos. Eso tiene que haber producido, necesariamen-
tan seguir en terapia cuando comprendan sus acciones
te, algún efecto sobre la situación actual. ¿Cuál es la dife-
pasadas que desembocaron en el problema. Parecen creer
rencia entre la situación presente y la del comienzo de la
que la comprensión es necesaria para arribar a una solu-
ción. Algunos persisten incluso en tratar de entender «por terapia?». Estas conexiones entre la teoría, los supuestos
qué» después de haber alcanzado su meta. y la práctica serán señaladas en todo el libro.
En la terapia de parejas es habitual que, aun cuando
ambos integrantes deseen permanecer juntos, no hagan Conclusión
progresos porque uno de ellos, o los dos, siguen hurgando
en sucesos dolorosos del pasado. Los terapeutas centrados El hecho de que la TCS prescindiera cada vez más de la
en la solución deben evitar quedar atrapados en ese fútil teoría hizo que el escepticismo, sobre todo respecto de la
proceso y encontrar el modo de ayudar a sus clientes a forma como se la practica, fuera en aumento (Efron y Vee-
perdonar, si no a olvidar, en bien de su futuro. nendaal, 1993; Kieckner, Frank, Bland, Amendt y Bryant,
Otro proceso sin ganadores frecuentemente observado 1992; Lipchik, 1994; S. D. Miller, 1994; Nylund y Cor-
en la terapia es el de los clientes obsesionados con el trato siglia, 1994). La teoría descripta en este capítulo se ela-
—percibido como injusto o agraviante— que recibieron de boró para proporcionar un modo alternativo de concep-
los padres en su niñez. Esos agravios no sólo no pueden tualizar y practicar la TCS que suscitara menos interro-
modificarse, sino que quizá se trate del recuerdo de per- gantes sobre su legitimidad y valor (Cecchin, Lane y Ray,
cepciones infantiles de hechos que en otra etapa de la vida 1994). De acuerdo con la idea de que el cambio debe im-
tal vez se habrían considerado de diferente manera. plicar la conservación, esta versión reintroduce aspectos
Un modo útil de trabajar con los clientes que persisten del pasado de la TCS y los combina con otros anteriormen-
en hurgar en el pasado es decirles «Comprendo que para te no relacionados con ella. El componente biológico alla-
usted sea difícil olvidar (o perdonar) el pasado (el dolor, la na el camino a la integración de futuros descubrimien-
desilusión, etc.), pero ¿qué cree que necesitaría ahora, o en tos de la neurociencia y otras áreas de la medicina que
el futuro, para aceptar el hecho de que eso ocurrió o co-
pueden ayudarnos a tratar con mayor eficacia a nuestros
menzar a dejarlo atrás?».
clientes.

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ller y Hubble, 1996), en los que se comprobó que alrededor aportan constituyen la relación en todo momento. No obs-
del 80% de los clientes decían haber logrado importantes tante, es responsabilidad del terapeuta utilizar sus su-
progresos durante la terapia. puestos teóricos para guiar esa relación en beneficio del
En este capítulo indicaremos cómo establecer y mante- cliente.
ner con los clientes una relación que los haga sentirse apo- Concibo la relación terapeuta-cliente centrada en la so-
yados mientras se adaptan o cambian. Examinaremos el lución como un viaje de ambos hacia la solución del clien-
proceso tanto desde el punto de vista del cliente como del te. Este es el encargado de decidir el destino final. Contri-
terapeuta. buye con su modo de cooperar, su disposición a cambiar y
sus expectativas. El terapeuta actúa como un guía, va-
liéndose de preguntas y respuestas cuidadosamente ele-
gidas para ayudar al cliente a ver con claridad su direc-
Resultados de las investigaciones ción o a cambiarla por otra con mayores probabilidades de
llevarlo a su destino.
El estudio informal realizado en nuestra clínica con- El puntal de la relación entre el terapeuta y el cliente,
cuerda con las ideas actuales sobre la importancia de la sea cual fuere la orientación adoptada, es la confianza.
relación terapeuta-cliente en la terapia (Beyebach et al., Los clientes deben confiar en nuestro compromiso con la
1996; Horvath y Symonds, 1991; Hubble et al, 1999; Or- tarea de ayudarlos sin causarles daño. Como la filosofía
linsky, Grawe y Parks, 1994; Patterson, 1984; Turnell y de la TCS se basa en los puntos fuertes, esto significa lo-
Lipchik, 1999). Hubble y sus colegas (1996) citan a Lam- grar que los clientes confíen en que nosotros los ayudare-
bert (1992), quien estimó que los principales determinan- mos a confiar en sí mismos. Se trata de un delicado acto de
tes del resultado de la terapia (40%) son factores extrate- equilibrio, pues debemos estimar cuándo intervenir y
rapéuticos, es decir, factores internos y externos que los
cuándo no. Hace mucho tiempo (Lipchik y Vega, 1984)
clientes llevan a la terapia; el 30% está determinado por
comparé este proceso con el de enseñar a alguien a andar
factores vinculados con la relación terapeuta-cliente, co-
en bicicleta. Uno proporciona seguridad siguiendo de cer-
mo la solicitud, la aceptación y el aliento, mientras que só-
ca a esa persona, que trata de evitar una caída. Sin em-
lo el 15% corresponde a factores específicos propios del
bargo, debe ser cuidadoso al decidir cuándo dejar que de-
modelo y las técnicas de la terapia; el 15% restante se de-
penda de su propio sentido del equilibrio y cuándo estabi-
be al efecto placebo.
lizarla sujetando el asiento por atrás.

La relación terapeuta-cliente centrada en la El clima emocional


solución
Idealmente, la relación terapeuta-cliente debería
En el contexto de la teoría presentada en el capítulo 1, generar un clima emocional en el que la terapia pudiera
la relación terapeuta-cliente implica un acoplamiento de desenvolverse con la mayor fluidez posible. La mayoría de
estructuras entre dos seres humanos singulares que los clientes describen sus problemas con palabras y
tienen roles complementarios: el profesional asistencial y acciones teñidas de emoción. Por lo tanto, el primer paso
el cliente, que se siente incapaz de resolver un problema. que un terapeuta centrado en la solución puede dar para
Los diferentes conocimientos y expectativas que ambos conectarse en el nivel emocional es adoptar una postura

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relajada y amistosa, como uno lo haría con un huésped en
su propia casa. Las preguntas al cliente sobre si tuvo difi- dos, percepciones, temores y expectativas son valiosos re-
cultades con el tránsito en el camino al consultorio o sí le cursos y tienen la clave de la solución de sus problemas.
costó localizarlo» lo mismo que los comentarios sobre el En la medida en que puedan acceder a esa información y
tiempo, siempre son útiles. A continuación, y antes de in- utilizarla para conocer con claridad sus necesidades y de-
terrogarlo sobre los aspectos demográficos o históricos, se seos, su progreso se verá facilitado. El caso de John, que
lo debería invitar a hablar acerca de lo que siente respecto vimos en el capítulo 1, constituye un ejemplo. Cuando
de la terapia. Por ejemplo: «¿Es su primera experiencia John se sintió lo bastante seguro para hablar sobre su
con la terapia?». En tal caso: «Puede ser incómodo para al- sentimiento de culpa con el terapeuta, pudo revisar sus
gunas personas». «¿Hay algo que quiera saber acerca de lo metas y dar por su cuenta los pasos necesarios para alcan-
que haremos?». Si se nota que el cliente está ansioso: «Es zar una solución.
difícil hablar con un extraño de las cosas que nos pertur- Muchos de los clientes que acuden a terapia sienten
ban. ¿Puedo hacer algo para que se sienta más cómodo?». que no tienen control sobre su vida. Experimentan una
Como parte de mi rutina, pregunto a los clientes qué creciente desesperanza. Como se indica en la figura 1, te-
desean saber sobre mí y sobre la institución antes de co- men la crítica y lo desconocido y se muestran cautelosos
menzar a pedirles información sobre ellos. Generalmente, en relación con el terapeuta. Están centrados en el proble-
esto provoca una sorpresa agradable, y algunos clientes ma, en algo censurable que ellos u otros hicieron en el pa-
aprovechan la oportunidad para hacer preguntas. Estos sado, y perciben su situación como «totalmente mala» o
pasos comienzan a definir una relación de aceptación, «totalmente buena».
comprensión y respeto mutuo que es cómoda desde el pun- En su primer contacto con la terapia, los clientes sue-
to de vista emocional. Como Erickson lo expresó magis- len tener dudas acerca de cómo comportarse. Algunos es-
tralmente, es natural relajarse en presencia de alguien peran que el terapeuta «haga algo que los haga cambiar».
que no nos cuestiona. Estas dudas pueden parecer amenazantes, incluso para
Las figuras 1 y 2 representan las interacciones tera- quienes desean cambiar. El cambio implica asimismo la
peuta-cliente que generan el clima emocional. Ambos existencia de defectos que preferirían no admitir o revelar.
diagramas muestran un proceso que comienza cuando el Como terapeutas debemos hacerles comprender que el
terapeuta y el cliente se encuentran por primera vez y cambio, o el potencial para el cambio, puede provocar cier-
perdura hasta el final de la relación. No debe darse por ta angustia, y también debemos estar atentos a las seña-
sentado que el clima emocional, una vez que ha surgido les de esta durante toda la terapia. Cuando encontramos
para proporcionar seguridad y comodidad al cliente, se pruebas de que los clientes están angustiados, la manera
mantendrá estable durante todo el tratamiento. Es pre- de ayudarlos según el modelo centrado en la solución con-
ciso controlarlo permanentemente y mantenerlo para que siste en normalizar esa angustia y tratar de que acepten
no obstaculice el progreso. sus sentimientos en vez de combatirlos. Podemos decirles,
por ejemplo: «Es normal que usted se sienta (confundido,
inseguro, incómodo, angustiado). Esto puede ser para
bien, pues le está diciendo que aminore el paso y se tome
La posición del cliente algún tiempo para acostumbrarse a los cambios que pue-
den producirse (o que se han producido) y pensar deteni-
Los clientes inician la relación terapéutica sintiéndose damente en cómo desea proseguir. Siempre es preferible
vulnerables y desvalidos. No saben aún que sus recuer- ir despacio».

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La posición del terapeuta

Hay un fuerte contraste entre la posición desesperan-


zada y temerosa del cliente y la posición del terapeuta
centrado en la solución. Este, poseedor de conocimientos
técnicos de los que el cliente carece, debe tener la precau-
ción de no controlar, influir ni aconsejar. La mejor posición
que puede asumir es la de «no saber» (Anderson, 1997). Se
trata de una postura de «humildad respecto de lo que uno
sabe. En efecto, [cuando asume esa postura] un terapeuta
está más interesado en enterarse de lo que un cliente tie-
ne para decir que en reafirmar, expresar, convalidar o pro-
mover sus conocimientos o preocupaciones» (Anderson,
1997, pág. 136).
El terapeuta no debe vacilar en pedir aclaraciones has-
ta el punto de parecer obtuso. Las diferencias en lo que los
clientes quieren decir pueden ser mínimas, pero son im-
portantes para centrarse en lo que realmente quieren. La
elección del momento adecuado es esencial. Interrumpir a
los clientes para formular una pregunta o introducir una
idea nueva es algo que debe hacerse con cautela para evi-
tar que lo tomen como una falta de respeto o una muestra
de rechazo.

La posición de aceptación inherente al modelo centra-


do en la solución, exteriorizada por medio de una actitud
comprensiva, acrítica y no antagónica, no debería ser in-
terpretada en el sentido de que nunca impugnamos lo que
dicen los clientes. En la mayoría de los casos, el terapeuta
practicante de este modelo puede comenzar la terapia li-
mitándose a escuchar con una actitud de aceptación y
concentrándose poco a poco en lo que los clientes afirman
querer. A veces, sin embargo, los clientes nos cuentan co-
sas sobre su vida de las que tenemos la obligación profe-
sional de ocuparnos independientemente de nuestra posi-
ción teórica, como cuando nos hablan de abuso infantil o
de pensamientos homicidas o suicidas. Estas cuestiones
pueden abordarse de un modo compatible con la filosofía
centrada en la solución y con la intención de proteger el

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clima emocional. Un ejemplo podría ser la revelación de
castigos corporales:
que revelan. Cuanto más deponen su actitud defensiva,
mayor es la información que proporcionan. La figura 2
«Sé que usted se empeña en ser un buen padre y enseñar ilustra el intercambio entre el terapeuta y el cliente, tanto
a su hija a portarse bien, y comprendo lo frustrado que de-
durante una sesión como en el curso total de la terapia. El
be sentirse al ver que ella no le hace caso, pero me pregun-
terapeuta formula una pregunta que genera una respues-
to si sabe que golpearla con un cinturón es ilegal. Es una
ta con información ya conocida o novedosa para el cliente
actitud que estoy obligada a informar a los Servicios de
Protección a la Infancia, a menos que lo haga usted mis- y el terapeuta, la cual sugiere a este una nueva pregunta.
mo. Si lo hace por su cuenta, lo considerarán una señal de En esta pauta recurrente, el terapeuta debe decidir si ha
que asume la responsabilidad y desea cambiar. Esto le de reflexionar, asentir, pedir una aclaración o utilizar una
será útil porque influirá en la decisión que tomen sobre el técnica, basándose en su juicio acerca de si ello preservará
manejo de su situación, y yo haré todo lo que pueda para la comodidad emocional del cliente.
ayudarlo a idear otro modo de conseguir que ella se porte Por ejemplo, Tamara concurre a terapia para decidir si
como debe». ha de abandonar o no a su esposo. A este no le interesa el
asesoramiento de parejas. Además de mencionar su in-
sensibilidad, pereza e irresponsabilidad, Tamara se queja
Por lo general, la relación terapeuta-cliente peligra menos porque él gasta los limitados ingresos de ambos sin con-
cuando la denuncia a las autoridades es hecha por el se-
gundo, y no por el primero. sultarla. La terapeuta pregunta: «¿Qué hace usted cuan-
do su esposo sale a comprar un nuevo juguete electrónico
En una etapa más avanzada de la terapia, cuando la sin avisarle?». «Me enojo mucho», contesta Tamara. La te-
relación de confianza se ha fortalecido, el riesgo de perju- rapeuta acepta la respuesta con un movimiento de la ca-
dicar el clima emocional suele ser menor. No obstante, beza, pero quiere saber más. Pregunta: «¿Cómo manifies-
siempre debemos estar atentos a lo que parece suceder ta su enojo?». Tamara dice que se siente muy desilusiona-
con los clientes: sólo así podremos dar una respuesta que da y a veces llora y le pregunta por qué hace eso. La tera-
mantenga un clima emocional positivo. Cuando adverti- peuta cuenta ahora con información que sugiere que la
mos que los clientes faltan a algunas sesiones o se mues- reacción de la cliente es bastante normal, dadas las cir-
tran menos relajados, es preferible preguntarles si noso- cunstancias.
tros podemos hacer algo para corregir ese estado de cosas,
en lugar de culparlos. Una cliente puede confesarse de- En la sesión siguiente, la terapeuta y Tamara conti-
cepcionada porque los cambios son pocos o porque en las núan hablando sobre las ventajas y desventajas presentes
conversaciones no se aborda el tema sobre el que ella de- y futuras de la relación de la cliente con el esposo, a fin de
searía realmente hablar. Esta respuesta requiere que nos facilitar su decisión. La terapeuta sigue aceptando la ver-
disculpemos y averigüemos de qué modo, a su juicio, po- sión de Tamara sobre sus reacciones ante la conducta del
dría corregirse la situación. Este intercambio puede ser marido. Hacia el final de la tercera sesión, Tamara infor-
una valiosa lección de asertividad para los clientes, ade- ma acerca de otro de los incidentes provocados por los gas-
más de un medio de hacer progresar la terapia. tos compulsivos de su esposo, y la terapeuta comenta:
«¡Debe ser muy duro para usted!». «Lo es, pero desearía no
Las conversaciones entre clientes y terapeutas pueden
perder los estribos de esa manera», dice Tamara. La
producir mucha más información para las soluciones
terapeuta se sorprende ante esta declaración. «¿Qué quie-
cuando se entablan en un clima emocional favorable. Al
principio, los clientes suelen ser cuidadosos respecto de lo re decir con perder los estribos?», pregunta. Tamara con-
fiesa entonces que por lo general se enoja tanto que des-
troza y disemina por la casa los objetos comprados por su
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marido. A veces le arroja con algo y lo golpea. Al pregun- los terapeutas tengan un modo de distinguir entre su ex-
társele si cree que su temperamento afecta la relación periencia sobre las palabras y acciones de los clientes y la
conyugal, Tamara dice que la conducta de su esposo la
descripción o exhibición que estos hacen de ellas (Rober,
exacerba, pero que ha sido un problema para ella desde su
1999). Este proceso exige tener conciencia de nuestras
niñez.
reacciones corporales y nuestros pensamientos (Ander-
Esta interacción demuestra que, en el contexto de un sen, 1995; Johnson, 1987). La conciencia de las propias
clima emocional, los clientes suelen comenzar a proporcio- reacciones en relación con los clientes tiene un efecto acu-
nar información que puede señalar de modo más preciso mulativo. Cuanto más practicamos, mejor lo hacemos. Se-
el camino hacia una solución. gún Yvonne Dolan (1991), esto significa que «uno sigue
creciendo como persona y como terapeuta» (pág. 271).
Una manera de lograrlo es manejarse simultánea-
mente con dos carriles mentales. Uno controla al cliente, y
el otro, nuestras propias reacciones. El carril del cliente
recoge información sobre cómo cooperar con él (es decir, su
manera de hablar, su visión del mundo, sus creencias, el
estilo de su interacción con nosotros y con los demás, y los
modos característicos de su discurso o sus metáforas). El
carril personal transmite nuestros propios pensamientos,
sentimientos, reacciones emocionales, corazonadas y
conocimientos. En el caso de un cliente nuevo con el cual
aún no hemos establecido una relación, el carril corres-
pondiente a él podría ser el siguiente:

«Este hombre está realmente escudriñando la oficina y


a mí. Su expresión facial es tensa. No sonríe. Está muy
acicalado. Lleva ropa muy cara. Proporciona la menor
información posible, y siempre con un giro sarcástico.
No deja de usar expresiones como "mi personal", "mi
secretaria", "mis empleados"».

Al mismo tiempo, el carril personal podría estar no-


Solución tando:
Figura 2. Intercambio entre el terapeuta y el cliente durante la terapia.
«Su manera de escudriñar la oficina y a mí con esa ex-
presión en el rostro hace pensar que mira a todo el
mundo por encima del hombro. Llevar una ropa tan
Un pensamiento de dos carriles formal un sábado a la mañana es un tanto inapropia-
do. Quiere que yo sepa que ocupa un cargo importante.
A fin de comprender y hacer el mejor uso de la «manera Este hombre me hace sentir incómodo. Siento como si
singular de cooperar» de los clientes, es importante que me estuviera poniendo a prueba. Me intimida».

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Las reacciones y los juicios recogidos en el carril per-
sonal, aunque sean muy negativos, no deben descartar- a los clientes; estos tienen que cambiarse a sí mismos nos
se. Son valiosos porque nos advierten que debemos ser orienta a hacer preguntas que los ayudan a sopesar las
cautelosos con nuestras reacciones. Sin esa advertencia, ventajas y desventajas de sus propias decisiones.
nuestras posibilidades de reaccionar con sensibilidad an- El uso del pensamiento de dos carriles es igualmente
te los clientes serían mucho menores. Una reacción nega- importante para procesar nuestras respuestas y reaccio-
tiva inapropiada puede avergonzar o enemistar, lo cual va nes positivas y negativas a los clientes. Las respuestas
en detrimento del clima emocional. Así, en el marco hipo- inadecuadamente positivas pueden hacer pensar al clien-
tético precedente, el terapeuta puede responder a sus te que lo tratamos con condescendencia. Si nuestro carril
reacciones ante el cliente diciéndose a sí mismo: personal registra que un elogio o una reformulación posi-
tiva son exagerados, es preferible omitirlos.
«El terapeuta soy yo, y es probable que el cliente se El pensamiento de dos carriles también brinda infor-
sienta intimidado. Su comportamiento y su apariencia mación importante para componer el mensaje de recapi-
pueden ser una manera de enfrentar la angustia que le tulación. De ello hablaremos en el capítulo 6.
produce venir aquí. Tal vez crea que lo criticaré por sus
problemas conyugales. Vino porque su mujer le pidió
que lo hiciera por el bien de su relación, de modo que se EJEMPLO DE CASO: LAURA
siente dolido; Tengo que procurar que se sienta más có-
modo». El ejemplo de caso que presentaremos a continuación
ilustra los diversos aspectos de la relación terapeuta-
La mejor manera de tomar distancia respecto de los cliente ya descriptos, haciendo hincapié, sobre todo, en
sentimientos que los clientes nos inspiran es recurrir a los cómo podemos acompañar al cliente y ser positivos al
supuestos teóricos. Por ejemplo, en este caso el supuesto mismo tiempo.
de que cada cliente es único puede inducirnos a dar un lu- Laura era una artista gráfica de 45 años que trabajaba
gar central a la individualidad del cliente e interrogarlo por su cuenta. Cuando vino a verme hacía ya diez años
en forma deliberada sobre su trabajo y su importancia; que se había divorciado. Tenía dos hijas, una de 18 años y
probablemente esto reducirá su angustia y la necesidad otra de 22. La mayor había dejado la casa. Laura vivía con
de mostrarse altivo. De igual modo, el supuesto de que las un compañero, Sam, desde hacía ocho años. No bien llega-
emociones son parte de todo problema y toda solución pue- da al consultorio, comenzó a explicar su problema sin dar-
de llevarnos a reconocer que el cliente se siente incómodo me la oportunidad de iniciar una conversación informal.
en esta situación, y sirve para apartarnos de nuestras pro- Los clientes angustiados a veces se comportan así, y por el
pias emociones. bien del clima emocional es preferible cooperar con ellos.
Otra situación en la que el pensamiento de dos carriles Siempre se puede recabar más tarde la información fal-
resulta útil es la que se presenta cuando un cliente revela tante.
que ha hecho o tiene la intención de hacer algo que desa-
probamos. En tal caso, nuestro carril personal puede evi- Laura: El problema, tal como yo lo veo... bien, hace poco
tar que mostremos o expresemos desaprobación, y recor- leí un libro de Bradshaw, Healing the shame that binds
darnos que nuestra tarea consiste en ayudar a las perso- you [19881, y verdaderamente me sentí identificada con
nas a tomar decisiones apropiadas por sí mismas. Por algunas de las cosas que decía. Creo que me he topado con
ejemplo, el supuesto de que nosotros no podemos cambiar un nuevo nivel de problemas en mi vida, supongo, y lo que
leí me pareció una buena explicación. Hay en mí una niñi-
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ta verdaderamente asustada, enfrentada a situaciones sería más útil ayudarla a aclarar cómo advertiría los sig-
que no puede manejar... (comienza a llorar). Estoy muy nos de mejora que dejarla continuar hablando de esa ma-
triste. [Para demostrar que la comprendía, le dije que pa- nera.
recía aterrada, más que asustada. Ella asintió y siguió ha-
blando.] Desde el otoño pasado tengo depresiones —ni Laura: Me sentiré mejor cuando tenga más entusiasmo
muy largas ni muy profundas, de 24 a 36 horas— y eso me por la vida... cuando sienta que una parte es diversión y
asusta. He remediado muchas cosas en mi vida. No espe- no trabajo. Es tan difícil y estresante. [Una vez más, su
raba que me ocurriera esto, sentirme tan impotente. ¡Es respuesta me resultó muy vaga]
traumático! Incluso he tenido algunos pensamientos con- Terapeuta: ¿A qué aspectos de la vida se refiere?
vencionalmente suicidas. Laura: Sobre todo a lo que tiene que ver con las activida-
des sociales y el trabajo, no con las relaciones de familia o
Me sentí un tanto abrumada por esta dramática presen- las relaciones íntimas.
tación, pero tuve que interrumpirla para aclarar lo de los Terapeuta: ¿Actividades sociales significa amistades? [No
pensamientos suicidas. Le pregunté qué significaba la ex- quería seguir adelante hasta no tener muy en claro lo que
presión «pensamientos convencionalmente suicidas», y quería decir Laura,]
Laura me explicó que eran pensamientos como «puedo Laura: Sí. Vea, voy a saber que estoy mejor cuando pueda
comprender por qué la gente quiere matarse cuando se
apreciar las cosas que andan bien en mi vida, las cosas fá-
siente así todo el tiempo». Agregó, sin embargo, que ella
ciles y divertidas; me aferro a lo que es difícil y no fun-
en realidad no podría hacer tal cosa porque creía en la
reencarnación. ciona.
Terapeuta: Entonces, ¿cuáles son habitualmente las cosas
No obstante, hice una evaluación de la probabilidad fáciles y divertidas? [Obsérvese el énfasis en la parte posi-
del suicidio, durante la cual Laura dijo: «No puedo imagi- tiva de lo que ha dicho Laura.]
narme poniéndome un revólver en la cabeza ni tomando
pastillas ni mutilándome el cuerpo; nunca haría algo se- Laura mencionó la relación con su compañero y con su
mejante. Odio la sangre, las escenas sanguinolentas y to- hija mayor. Dijo también que no pasaba necesidades ma-
do eso. Sólo me preocupa saber si podría separarme lo bas- teriales y que tenía una floreciente agencia de diseño
tante de mi cuerpo para hacer algo así». gráfico que la satisfacía mucho.
Una vez más, para estar segura de haber entendido, le En la esperanza de centrar más la conversación, le hice
pedí que me aclarara lo de «separarse lo bastante de su una pregunta de escala para ayudarla a evaluar las cosas
cuerpo». Laura no parecía tener una idea clara de qué era buenas de su vida en relación con las malas, pero Laura
exactamente lo que le inspiraba temor. No recordaba ha- no me prestó atención y se quejó de que cuanto mejor le
ber experimentado jamás, ni remotamente, nada que se iba en su profesión, más atemorizada se sentía.
pareciera a estar disociada o separada, ni siquiera cuando Aquí daré un ejemplo de los beneficios que resultan del
meditaba, cosa que hacía con regularidad. Conjeturé que pensamiento de dos carriles. El carril del cliente registra-
la sensación de falta de control debía ser intimidante y ba que Laura prefería quejarse a buscar una solución, por
llegué a la conclusión de que por el momento no había lo cual era mejor no hacer más preguntas sobre las excep-
peligro de que Laura se dañara a sí misma. ciones positivas. Pero en mi carril personal yo argumenta-
Durante un rato, Laura continuó describiendo sus sen- ba que sus quejas difusas eran probablemente más perju-
timientos de un modo difuso. Su discurso revelaba tensión diciales que útiles porque parecían aumentar su angus-
y ella parecía cada vez más perturbada. Me pareció que tia. Por consiguiente decidí hacerle una pregunta de es-

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cala, esperando que su carácter comparativo ayudara a cliente, llevará a este a un territorio negativo, pertene-
Laura. ciente al pasado. Por otra parte, no cooperar con Laura po-
dría hacer que se sintiese abandonada una vez más.
Terapeuta: En general, ¿qué porcentaje de su vida diaria En consecuencia, seguí escuchando sus quejas.
es confortable y no estresante? Mientras escuchaba, advertí que me sentía incómoda.
Laura: El setenta por ciento es estresante. [Su manera de Al reflexionar sobre ello noté que la sesión estaba por ter-
cooperar iba a ser negativa.] minar y que todo lo que Laura había conseguido era una
Terapeuta: ¿Diariamente? oportunidad para quejarse. Esto quizá le fuera útil, pero
Laura: Sí. su agitación parecía ir en aumento a medida que transcu-
Terapeuta: ¿Se refiere al trabajo y las actividades socia- rría el tiempo. Me pareció que podía ser terapéuticamente
les. .. o sólo a las actividades sociales? [Quería verificar beneficioso darle, antes de que se fuera, un poco más de
si su evaluación era compatible con lo que había dicho información sobre la dirección de la terapia. Iba a recurrir
antes.] a ella para averiguarlo, pero primero debía asegurarme
Laura: N o . . . sólo a la manera de organizar mi vida: man- de que la había comprendido bien.
tener limpia la casa, ir de compras. [Esto no coincidía con
lo que había dicho antes, pero decidí pasarlo por alto para Terapeuta: Bueno, parece que usted tiene en la cabeza
no apartarme de mi objetivo,] muchas cosas que la hacen sentir muy triste y confundi-
Terapeuta: Entonces, ¿cuál es la diferencia en ese treinta da. Me dijo que a veces se siente incapaz de controlarse y
por ciento del tiempo, cuando las cosas no son tan estre- que teme fracasar. Está muy estresada, ha tenido pensa-
santes? mientos suicidas convencionales y hay cuestiones como
los vínculos inadecuados y el abandono que pueden ser un
Laura (desentendiéndose de la pregunta): ¿Tengo muchas
problema. Son muchas cosas de las que ocuparse. Me
opciones y no puedo decidir cuáles me convienen y cuá-
les no! preguntaba: si yo tuviera una varita mágica y pudiera
hacer que durante la noche sucediera todo lo que usted
quiere, ¿cómo serían las cosas para usted cuando se des-
Mi carril personal registró que Laura quería ser nega- pertara mañana por la mañana? [La pregunta del milagro
tiva y que yo haría bien en vigilar el clima emocional. Tu- se puede formular de muchas maneras. El objetivo es lo-
ve presente que los terapeutas no pueden cambiar a los grar que el cliente imagine una solución.]
clientes; sólo los clientes pueden cambiarse a sí mismos. Laura: Tendría una meta, una imagen clara de hacia dón-
Por lo tanto, comencé a escuchar con mayor cuidado. Lau- de se encamina mi vida.
ra explicó que Bradshaw, al referirse al temor al abando- Terapeuta: ¿Cuál cree que será esa meta? [El empleo del
no, lo relaciona con un vínculo inadecuado en los primeros futuro es deliberado. Sugiere la actitud del terapeuta res-
años de vida, lo cual impide establecer límites apropiados pecto de la posibilidad de cambiar.]
en una etapa posterior. Para ella, esta era la causa de su Laura: Sentirme cómoda conmigo misma. Una idea clara
confesión cuando debía decidir entre las muchas oportu- de lo que puedo y lo que no puedo hacer. Tendría una sen-
nidades que se le presentaban. sación de integración que me dijera quién soy y que segui-
Hay dos razones que podrían llevar a algunos terapeu- ré siendo así. [Laura modificó nuevamente la descripción
tas centrados en la solución a no seguir el hilo del pensa- de su meta, pero esta vez advertí la aparición de un tema:
miento de Laura en este punto: 1) es teóricamente incon- la búsqueda de una identidad. Decidí hacer preguntas
gruente explorar este tipo de causalidad, y 2) si uno decide sobre excepciones en esta área, utilizando su propio len-
responder a este tipo de causalidad para acompañar al guaje.]

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Terapeuta: ¿Hubo ocasiones en que sintió esa integración? tivo para la terapia? Como la consulta se acercaba a su fin,
opté por hacer las dos cosas.
Laura dio ejemplos relacionados con éxitos profesionales
y con la crianza de los hijos. No fue capaz de describir qué Terapeuta: De modo que usted alcanzó su meta con su hija
la había hecho sentirse integrada en esas situaciones. Le mayor, pero ahora le preocupa no lograrlo con la menor.
pregunté si tenía que ver con el logro de metas que ella se Es comprensible, ya que la ve muy parecida a usted. Me
había fijado. Me dijo que sí, sobre todo en relación con su doy cuenta de que querría tener con ella una conexión me-
hija mayor. La estaba ayudando a independizarse y tenía -or que la que usted tuvo con sus padres. Pero ¿qué otra di-
con ella una saludable relación adulta, tal como se había
ferencia habrá conseguido mi varita mágica mañana por
propuesto. (Considero apropiado ofrecer ideas a los clien-
tes mientras exploramos sus soluciones. Las preguntas no la mañana?
son el único medio para interactuar con ellos. Pero siem- Laura: Aceptaré de buen grado los desafíos. Tal vez vivi-
pre presento las ideas de un modo tentativo, a fin de que ría en otro lado, construiría una casa. Me gustaría entu-
los clientes puedan rechazarlas sin sentir que se trata de siasmarme con eso en vez de pensar que es demasiado es-
un desacuerdo.) fuerzo.
Después de mencionar la relación positiva con la hija Laura siguió diciendo que había estado en terapia en
mayor, no tardó en hablarme de la hija menor, que estaba
forma intermitente durante los últimos doce años, desde
a punto de dejar la casa. Laura temía que no le fuera de-
masiado bien. que dejó a su marido. Decidió abandonarlo cuando sintió
que ya estaba harta de no ser ella misma. En esas circuns-
tancias comenzó a madurar y fue relativamente feliz, con
Laura: Me agobia la idea de que esa será la prueba de mis
altibajos ocasionales, diferentes de los sentimientos extre-
aptitudes como madre, así que me asusta un poco.
mos que experimentaba en la actualidad.
Terapeuta: ¡Suena como si sintiera que cuando su hija se
vaya usted recibirá un boletín de calificaciones!
Terapeuta: ¿Cómo hizo entonces para no caer en esa fase
de sentimientos extremos? [Siempre deben investigarse
Laura se rió y asintió. Dijo que esa hija siempre le había
inspirado preocupación porque se parecía mucho a ella en los recursos del pasado.]
todo sentido. Cuando tenía su edad, Laura estaba «muy Laura: No esperaba tanto de mí misma... apenas estaba
confundida», pero nadie lo sabía. Sus padres creían que le empezando. También recibía mucho apoyo. Participaba
iba bien en la universidad, aunque en realidad consumía en grupos, tenía más amigos que ahora. Por otra parte,
drogas y alcohol, tuvo que hacerse un aborto y se sentía desde que trabajo por mi cuenta estoy más aislada que
muy deprimida. cuando trabajaba para otros.
Terapeuta: ¿Cómo sabrá que ha logrado lo que desea
Laura: Sufrí tanto durante esos años. ¿Y si mi hija está ahora?
pasando por lo mismo y no es capaz de comunicarse con- Laura: Estaré más relajada.
migo? Terapeuta: ¿Cómo reconocerá ese estado? ¿Qué notará
en sí misma y qué notarán otros en usted cuando esté más
Una vez más, sentí que en ese momento tenía que to- relajada?
mar una decisión. ¿Acompañaría a Laura en las inquietu- Laura: Sería más segura en mis decisiones, no estúpida e
des por su hija o seguiría ayudándola a precisar un obje- irracional.

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Terapeuta: Hábleme de los momentos de su vida en que se
Ahora, yo debía decidir si respondería o no a su pérdida
sintió segura de sí misma.
y su aflicción. Como la presentación de Laura había sido
Laura: Cuando decidí estar con Sam.
muy emocional en todo momento, supuse que una pertur-
Terapeuta: ¿Cómo tomó esa decisión?
Laura (su rostro comienza a animarse visiblemente y ha- bación cognitiva le sería más útil. Por lo tanto, le hice una
bla con más lentitud): Presté atención a mis necesidades pregunta sobre la ventaja que le ofrecería una perspectiva
físicas y emocionales, mis sentimientos viscerales. de admisión de dos posibilidades.
Terapeuta: ¿Sus decisiones suelen ser acertadas?
Laura: Sí, excepto en los últimos cinco meses. Terapeuta: Se me ha ocurrido otra cosa. . . Mi pregunta
puede parecerle extraña, y desde ya le aseguro que com-
Laura confesó entonces sentir que había cometido un prendo lo deprimida que se siente a causa de todo lo que
error al instar con demasiada anticipación a su hija me- me ha contado, y lo mucho que sufre, pero me preguntaba
nor a hacer el equipaje que llevaría a la universidad. Que- si usted cree que podría haber alguna ventaja... algo po-
ría evitar las tensiones de último momento. Como siguió sitivo en el hecho de haberse sentido así y no entusiasta,
machacando con el tema, su hija finalmente se enojó y le decidida y llena de vida.
dijo que dejara de ponerla nerviosa. Después contrajo una Laura (permanece en silencio un largo rato, y luego, de
mononucleosis y pospuso su partida un mes más. pronto): Es una forma de protegerme, de no asumir dema-
siadas responsabilidades. (Parece sorprendida.) ¿De dón-
Laura (con lágrimas en los ojos): Debería haberlo sabido. de saqué eso?
Terapeuta: ¿Y por qué ahora?
Laura volvió a sus quejas, especialmente en relación con Laura: No sé. Bueno, a lo mejor... se me ocurre que al irse
su negocio. Me preocupaba que mis esfuerzos por evitar las chicas, también yo podría irme.
que se desviara hubieran sido perjudiciales para el clima Terapeuta: ¿Irse?... ¿Se refiere a Milwaukee? ¿A Sam?
emocional. Para remediarlo, me recliné en mi asiento y la [Su respuesta me sorprendió. Tenía que comprender su
escuché empáticamente mientras seguía ventilando deta- significado antes de seguir adelante.]
lles sobre la hondura de su depresión. Laura: A ambos.
Terapeuta: ¿Es algo que le ha generado conflictos?
Laura: Para mí, los sentimientos que tengo últimamente
están «a contramano», son algo que yo asociaría más bien Laura explicó que nunca había estado sola. Había pasado
con una gran pérdida; por ejemplo, con la muerte de su de la casa de sus padres al dormitorio de la universidad, y
padre. de este al matrimonio. Después del divorcio tuvo que ocu-
Terapeuta: ¿Cree que el hecho de que su hija menor se parse de sus hijas.
vaya de la casa es una gran pérdida? [El planteo de una
idea que tal vez el cliente nunca tuvo o de la que no es Laura: Una parte de mí siente que es la primera vez que
consciente constituye una perturbación.] estoy libre de ataduras.
Laura: Bueno, no lo vi de ese modo. Terapeuta: jEso puede ser tan alarmante como bueno!
Terapeuta: Es el fin de una época para usted. La crianza
de sus hijas le exigió un gran esfuerzo. ¿Cree que eso in-
fluye en su depresión? Laura explicó que en realidad no quería separarse de
Laura (piensa en silencio cerca de un minuto): Sí. Sam, pero para seguir madurando tenía que sentirse más
independiente de él desde el punto de vista emocional y

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económico. Parecía creer que era una situación de «o bien
tal cosa o bien tal otra» y yo respondí explorando la actitud caso de su matrimonio y el hecho de tener que criar a sus
de «tanto una como otra» hijas sin ayuda, y que remedió muchas cosas y maduró
mucho. Me dijo que vino aquí para trabajar problemas
Terapeuta: ¿Puede imaginar que se siente más indepen- que a su entender están relacionados con una depresión
diente y sin embargo apegada al mismo tiempo? ¿O tiene excesiva, sobre todo los problemas de abandono. También
que ser una cosa o la otra? me comentó que su hija menor, que a su juicio se le parece
mucho, se está preparando para dejar el hogar. Natural-
Laura dijo que no lo sabía, porque tendía a ser o bien de- mente, usted se preocupa y se pregunta si hizo un buen
masiado conformista o bien rebelde. Creía que acumulaba trabajo al criarla y si ella es feliz o, como usted cuando te-
resentimiento, y cuando estaba realmente enojada explo- nía su edad, se siente desdichada. Su partida la pone en
taba, incluso en el trabajo. situación de decirse a sí misma, por primera vez en su vi-
da: «Puedo hacer lo que me plazca. No soy responsable de
Laura: Estoy mejor que antes, pero todavía tengo que nadie ni ante nadie». (Pidiendo a Laura que confirme que
aprender más a ser yo misma en un sistema: por eso me la he comprendido.) ¿Digo bien? (Laura asiente.) Mi res-
aislo.
puesta a lo que me dijo es que se requiere mucha inteli-
gencia y fortaleza para madurar tanto como usted lo hizo.
Advertí que me sentía frustrada porque Laura había re- Aunque ha llegado a un buen momento de la vida y mere-
caído en la autocrítica. La frase la terapia centrada en la ce crédito por ello, es también un período de pérdida e
solución avanza a paso lento acudió a mi mente y aban- incertidumbre. Es lógico que se sienta triste porque una
doné mis intentos de hablar de una solución. fase de su vida está llegando a su fin, y también emociona-
da y temerosa porque comienza una nueva etapa. En mo-
Terapeuta: Bien, veo que le están sucediendo muchas mentos como este no es irrazonable creer que uno no pue-
cosas sobre las que necesita hablar. No tuve oportunidad de controlar sus emociones y sentirse paralizado. Espe-
de decírselo al comienzo de la entrevista, pero haré una cialmente en el caso de alguien como usted, que ha hecho
breve pausa para pensar en lo que conversamos; luego le un gran esfuerzo para tratar de comprenderse y tomar la
diré lo que creo y quizá le haga una sugerencia.
vida en sus manos.
Dado que yo trabajaba sola, sin un equipo, salí del consul- Como usted sabe, la dependencia y la independencia
torio y fui a mi oficina para pensar y redactar un mensaje no son una cuestión de o esto o aquello. Una persona real-
de recapitulación (véase el capítulo 7). Este es el mensaje mente independiente es la que sabe cuándo pedir ayuda y
que le leí a Laura después de la pausa: cuándo arreglárselas sola. Esto es algo que al parecer us-
ted ya sabe, porque conoce el valor del apoyo y porque bus-
Terapeuta: Lo que le oí decir hoy es que tuvo una vida difí- có ayuda al venir aquí. (Laura asiente.) ¿Algún comenta-
cil, una vida en la que siempre hizo lo que se esperaba de rio? (Laura niega con la cabeza.) Bien, me pregunto si de-
usted y trató de complacer a los demás, pero en los últimos sea volver para hablar conmigo.
diez años o algo así descubrió poco a poco un punto de Laura: Oh, sí, sin duda. Usted parece comprender.
mayor equilibrio entre la actitud de complacer a los otros Terapeuta: Entonces, quizá quiera pensar en lo siguiente
y la de hacer lo que era bueno para usted. También me di- para la próxima vez: «Cuando esté preparada para seguir
jo que había superado muchas situaciones difíciles en su adelante con mi vida, ¿cómo podré hacerlo gradualmente
vida, como el consumo de drogas y el alcoholismo, el fra- sin sentir que abandono a alguien o que me abandonan?».
[Obsérvese que volví a su tema original del abandono.]
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Laura: ¡Me gusta lo que dijo sobre la dependencia y la in-
efecto. Desde entonces me he encontrado con ella casual-
dependencia! Sé que no quiero estar sola, pero ¿cómo
mente un par de veces y me dijo que seguía bien.
puedo mantener una relación y ser más yo misma?
Decidí tomar a Laura como ejemplo porque es el tipo de
Cuando Laura vino a verme diez días después parecía persona que plantea los mayores desafíos a los terapeutas
otra persona. Estaba sonriente y concentrada. Informó centrados en la solución. Exige un esfuerzo considerable
que entretanto había pasado por algunos momentos difí- decidir durante cuánto tiempo se debe cooperar con la
ciles, pero se sentía capaz de controlar las cosas.
negatividad, y si se debe —y cuándo— tratar de orientar
al cliente hacia los elementos positivos y el futuro. La res-
Laura: Seguí escuchándome y confié en que todo saldrá puesta, por lo común, es una mezcla de ambas actitudes,
bien. Además, centré mi tarea en lo que había estado pen- según cuales sean las respuestas del cliente. Lo importan-
sando, y el hecho de que usted lo entendiera me indicó que te es otorgar más valor a la relación en desarrollo y al cli-
también tenía sentido para usted... que estamos en el ma emocional que al empleo de la técnica. Esto ha sido
mismo camino. Luego me di cuenta de que en buena medi- confirmado por un estudio del proceso relacional de la
da el temor de ser abandonada subsiste en mí y no me TCS (Beyebach et al., 1996), en el que se comprobó que los
abandona... no ser tan emotiva y soportar la situación... intentos de los terapeutas de controlar la conversación
mantener la calma en mi interior. con los clientes para producir un cambio (por ejemplo, me-
Terapeuta: ¿Cómo evita abandonarse? diante una pauta de preguntas y respuestas frecuentes)
Laura: Me recuerdo que existe un «yo». Hay alguien den- dan por resultado una tasa más alta de deserción pre-
tro de mí con quien puedo estar. En parte, el aislamiento matura de estos últimos. Los investigadores sugieren que
que sentí hace poco era porque deseaba hasta tal punto la actitud de limitarse de tanto en tanto a escuchar a los
alimentarme de los demás, que iba demasiado hacia ellos clientes sin realizar ninguna intervención puede ser be-
y no podía oírme a mí misma. En general, mi antiguo yo neficiosa a largo plazo.
ha funcionado bien durante mucho tiempo. En este caso, la conversación entablada durante la se-
sión puso de manifiesto, sin duda, que yo me esforzaba por
Laura comentó luego que estaba cansada de ocuparse entender, pero las respuestas de Laura indicaban que tal
de su hija —necesitaba separarse de ella por algún tiem- vez se preguntaba si realmente era así. Sus comentarios
po—, y que le había molestado mucho la posibilidad de después de la lectura del mensaje demostraron que se
que ésta no se fuera ya de la casa, como estaba planeado. sentía confirmada y que había adquirido una nueva pers-
Pero después de la última sesión había caído en la cuenta pectiva. Creo que el mensaje de recapitulación generó la
de que era sólo una cuestión de tiempo y que esa breve de- confianza que consolidó su relación conmigo.
mora les daba la oportunidad de separarse de manera En el próximo capítulo volveré a abordar las elecciones
adecuada. También informó que había conseguido un que deben hacer los terapeutas en relación con los clien-
nuevo proyecto de diseño que la entusiasmaba. tes, principalmente con el fin de decidir a qué responder y
Al final de la sesión, Laura preguntó si era necesario qué pasar por alto.
seguir acudiendo a mi consultorio. Le dije que ella era el
mejor juez en ese asunto. Se fijó una cita para un mes más
tarde y convinimos en que si llegado el momento la
consideraba innecesaria, podía cancelarla. La canceló, en

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3. Comprender a los clientes be una situación muy desesperada, estamos atentos a
cualquier pequeño detalle que pueda destacarse como
una excepción o un punto fuerte. No pasamos por alto na-
da de lo que oímos, pero, al mismo tiempo, sólo responde-
mos a lo que es potencialmente útil para el cliente. La «au-
dición» sirve de telón de fondo a la «escucha» y es un proce-
so más pasivo. Lo que oímos nos proporciona un conoci-
miento general de lo que los clientes quieren y de su modo
Una pregunta que formulan con frecuencia los tera- de cooperar. Registra lo que quieren decir, lo que podrían
peutas centrados en la solución es cómo decidir a qué res- sentir y lo que no dicen. A veces pedimos una aclaración
ponder y qué pasar por alto cuando se habla con los clien- sobre lo que oímos porque captamos un indicio de que una
tes. Se requiere mucha experiencia para advertir que los mayor claridad podría ayudarnos a encontrar una solu-
clientes tienen sus propias ideas acerca de los temas que ción. La aclaración puede llevar a un cambio de dirección,
desean abordar, y no siempre contestan nuestras pregun- si el cliente lo acepta, y se convierte entonces en el foco de
tas. Si nos desentendemos de sus necesidades, en algunos nuestra escucha. Cuando las soluciones se vuelven claras,
casos las consecuencias serán peores que si forzáramos la la escucha para reforzar el cambio puede pasar a ocupar el
conversación para aludir a los elementos positivos y el fu- primer plano.
turo, a causa de los efectos de esta presión sobre el clima Por ejemplo, si los padres de Zak, derivados por el
emocional. Y, sin embargo, el objetivo de la TCS es, preci- orientador vocacional de la escuela secundaria local, me
samente lograr que los clientes construyan una manera vienen a consultar sobre la agresividad descontrolada de
diferente de percibir su situación. En este capítulo se ana- su hijo en la escuela, es posible que también «oiga» que
liza el dilema y se sugieren maneras de enfrentarlo. duerme mal, es poco afecto a la higiene y no se lleva bien
con su hermano menor. Preguntaré a los padres cuál de
esos problemas quieren abordar en primer lugar. Si deci-
den hablar de la relación de Zak con su hermano, centraré
Oír versus escuchar mi escucha en esa cuestión. No puedo responder a todo lo
que dicen porque en ese caso la conversación sería disper-
sa y los clientes probablemente se irían más confundidos
La decisión sobre lo que exige una respuesta y lo que que al llegar. Por lo tanto, si mientras escucho, oigo a los
debe pasarse por alto se relaciona con la distinción entre padres discrepar acerca de la causa del comportamiento
«oír» y «escuchar». Lo que oímos es todo lo que nos dicen de Zak con su hermano, al principio pasaré esto por alto,
nuestros clientes. Lo que escuchamos está determinado porque en la conducta humana no hay realmente causa y
por nuestra teoría y sus supuestos, y tiene que ver con una efecto. Pero si la discrepancia resuena como un zumbido
actitud alerta a las preguntas y respuestas apropiadas que me distrae de la conversación, comenzaré a escuchar-
(Lipchik, 1988a; Lipchik y De Shazer, 1986). Por ejemplo, la en busca de señales de concordancia entre ellos que
sabemos que los cambios producidos antes de la sesión puedan ser un paso hacia una solución. Si, mientras estoy
pueden ser importantes para las soluciones (Weiner- atento a una concordancia, oigo que las discrepancias en-
Davis, De Shazer y Gingerich, 1937), por lo que escucha- tre ellos van más allá de los problemas de Zak y de la
mos con atención a fin de detectarlos. Como presumimos paternidad en general, les preguntaré si quieren hablar
que nada es totalmente negativo, cuando un cliente descri- sobre sus desacuerdos globales o sobre la relación de Zak

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con su hermano. Si no aclaro este punto, no sabré a qué res- van a «la autoagencia y la disolución del problema» (An-
ponder ni qué pasar por alto. Este proceso de focalización
derson, 1997, pág. 109).
de la conversación se describía en otro tiempo por medio
En la TCS, las preguntas sobre el significado nos pro-
de fórmulas, pero en la práctica concreta puede contex-
tualizarse con comprensión y empatia para crear un clima porcionan, y proporcionan a los clientes, mayor claridad
emocional seguro. sobre la percepción del problema y cómo sabrán los clien-
tes que está resuelto. Por ejemplo, cuando una cliente que
tiene una relación tempestuosa con su hermana dice que
ha venido en busca de ayuda para «enfrentar la situa-
El significado ción», es necesario preguntarle qué significa para ella
«enfrentar la situación». Podría significar que quiere cam-
Oír y escuchar son una parte integral del lenguaje, en biar algo en sí misma o que quiere cambiar a su hermana.
cuanto constituyen un proceso recurrente de coordinación La diferencia puede conducir a conversaciones diferentes
de las interacciones lingüísticas (Maturana y Varela, sobre la solución. A menos que insistamos en la claridad,
1987, pág. 211) con los clientes. Oímos y escuchamos en terminaremos conversando sobre temas diferentes.
busca del significado que nuestros clientes asignan a lo A menudo, las preguntas sobre el significado suscitan
que nos dicen sobre su vida porque hacerlo nos ayuda a una respuesta que se relaciona con las emociones. Si ello
comprender su visión específica del mundo. Aunque ese no ocurre, y si se lo considera apropiado, pueden ser com-
significado es subjetivo, también es «dependiente del con- plementadas con una pregunta que despierte emociones.
texto» (Anderson, 1997, pág. 206). Por ejemplo, la palabra Por ejemplo, si la cliente recién mencionada quiere cam-
«divorcio» puede no significar lo mismo para un católico biar a su hermana para que esta no emplee términos ul-
devoto que para un agnóstico, para una persona cuyos pa- trajantes al hablar de ella con su madre, la meta que se ha
dres se divorciaron que para otra cuyos padres siguen fe- fijado es poco realista, ya que no podemos modificar la
lizmente unidos, para quien se ha divorciado que para conducta de otra persona. Pero el hecho de preguntarle
quien no lo ha hecho. Por un lado, nuestros clientes y no- cómo la afecta emocionalmente la conducta de su herma-
sotros entendemos la definición de la palabra «divorcio» na puede inducirla a decir que se siente irritada, rechaza-
en nuestra sociedad; por otro, no podemos suponernos sa- do o asustada, lo cual redefine el problema y posibilita
bedores del significado que tiene el proceso de divorciarse una solución más realista, puesto que requiere que ella, y
para un cliente determinado. Puede significar fracaso, no su hermana, haga algo diferente.
vergüenza, pecado o alivio.
Mi descripción del uso posible del significado en la TCS
Para los terapeutas narrativistas (Freedman y Combs, puede parecer deliberada o estratégica. De hecho, mi
1996; White, 1995; White y Epston, 1990), las preguntas intención es decir que hay un propósito y una estrategia
sobre el significado tienen el propósito de ayudar a los en nuestra manera de decidir a qué debemos responder y
clientes a reflexionar sobre las historias de su vida y sus qué debemos pasar por alto (Quick, 1994). Las decisiones
relaciones, y a considerar y experimentar otras historias se basan en nuestra teoría y en la información obtenida de
que serán menos problemáticas para ellos. las respuestas dadas a preguntas determinadas por ella.
Para los terapeutas del modelo de los sistemas de len- Nuestra intención es de crucial importancia. Las decisio-
guaje cooperativo (Anderson, 1997; Hoffman, 1990,1998), nes que tomamos en relación con los clientes deben estar
la totalidad de la conversación entablada durante la te- motivadas por la genuina convicción de que nosotros no
rapia es un medio de generar nuevos significados que lle- podemos cambiar a los clientes; sólo ellos pueden cambiar-

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se a sí mismos, y por el propósito de ayudarlos a descubrir
sus propias soluciones. Los clientes, no los terapeutas, deciden si quieren ha-
Las preguntas intencionales sobre el significado que se blar o no de las soluciones. Laura, cuyo caso hemos relata-
formulan con el mero objetivo de generar un nuevo signifi- do en el capítulo 2, volvía a referirse al problema cada vez
cado no están en armonía con el pensamiento centrado en que se planteaba la conversación sobre la solución, incluso
la solución aunque tengan potencial para producir infor- después de haber dado algunas respuestas positivas. Sus
mación. Las preguntas aleatorias sobre el significado pue- reacciones indicaban que necesitaba hablar de su proble-
den dispersar el proceso centrado en la solución, en lugar ma. Sin embargo, como se ha señalado, es posible que a
de mantenerlo enfocado en ella. pesar de todo las incursiones en la conversación sobre el
futuro hayan sido registradas y facilitado indirectamente
la solución que Laura halló por sí misma entre sesiones.
Nunca sabemos de qué modo lo que decimos afecta a los
Hablar del problema versus hablar de la solución clientes, incluso cuando no responden, pero es menos
arriesgado dejarles la iniciativa que insistir en llevarlos
Una de las creencias relacionadas con la TCS ha sido la en una dirección que no desean seguir.
de que debía pasarse por alto la «conversación sobre el Marilyn LaCourt, una de las creadoras originales de la
problema» y prestarse atención sólo a la «conversación so- TCS, acuñó la expresión «conversación transicional» para
bre la solución». Las expresiones «conversación sobre la designar la fase en que el terapeuta da esperanzas, eva-
solución» y «conversación sobre el problema» fueron acu- lúa la motivación, se centra en los pequeños cambios e
ñadas hace muchos años en el Brief Family Therapy Cen- identifica los éxitos del pasado. LaCourt cree que la con-
ter (De Shazer, 1994, pág. 80) para designar las descrip- versación sobre el problema no es necesariamente nega-
ciones que hacían los clientes de los aspectos negativos tiva porque brinda la oportunidad de manifestar com-
(orientados hacia el problema) y de los aspectos positivos prensión y empatia, asignar un orden de prioridad a las
(excepciones, recursos, cambios recientes) de su vida. quejas y poner en claro lo que desea el cliente (comunica-
El efecto que produce en los clientes la «conversación ción personal, 1999).
sobre la solución» ha sido documentado en dos investiga- El peligro de usar expresiones descriptivas como «con-
ciones. Gingerich, De Shazer y Weiner-Davis (1988) com- versación sobre el problema» y «conversación sobre la so-
probaron que el cambio ocurre más pronto y la terapia es lución» reside en que son muy concretas (o b i e n . . . o bien)
más breve si el terapeuta comienza a hablar de la solución y pueden inducirnos a ser demasiado directivos con nues-
en la primera sesión, tan tempranamente como le sea po- tros clientes. Al margen de su efecto sobre el clima emocio-
sible. Shields, Sprenkle y Constantine (1991) descubrie- nal, esas etiquetas pueden impedirnos tanto oír como es-
ron que el tratamiento tiene más probabilidades de pro- cuchar otras sutilezas que podrían ser valiosas para las
seguir y completarse cuando la conversación sobre la solu- soluciones. En lugar de pensar en términos de «conversa-
ción se inicia en los primeros momentos. Esta información ción sobre el problema» y «conversación sobre la solución»,
es útil, pero sería erróneo deducir de ella que los terapeu- es preferible considerar las charlas que mantenemos con
tas deben ser directivos en todas las ocasiones. De hecho, los clientes como un proceso interaccional («lenguajeo»
sus decisiones relacionadas con los clientes deben basarse [«languaging»]). En este proceso, el problema y las posibi-
en la situación individual y sin perder de vista la impor- lidades de solución se entretejen poco a poco en una trama
tancia primordial que cabe atribuir a la calidad de la rela- que finalmente representará la solución para el cliente.
ción terapeuta-cliente. Lo que define una situación como problema o solución es
el significado que le asignan las personas, y no las pala-
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bras utilizadas para describirla. El sentimiento de triste-
za puede considerarse un problema si se cree que es una Contenido versus proceso
enfermedad, o una solución si significa (fue una persona
«El terapeuta familiar habla con la familia sobre el contenido
que ha estado eludiendo la aflicción termina por aceptar
del problema, pero piensa en el proceso de discusión por medio
una pérdida.
del cual tratan de resolverlo».
Poner etiquetas a cualquier aspecto de nuestras con-
versaciones con los clientes tiene escaso valor y puede NlCHOLS Y SCHWARTZ (1995, pág. 487)
distraernos. Si estamos resueltos a oír lo que dicen pres-
cindiendo del valor negativo o positivo de sus palabras, sa- El contenido es lo que los clientes nos dicen sobre sus
bremos cuándo comenzar a estar atentos a una oportuni- situaciones; el proceso es su modo de actuar en relación
dad de ayudarlos a adquirir otra perspectiva. Por ejemplo, con lo que dicen. Por lo general, los clientes no son cons-
un cliente que está describiendo un problema puede em- cientes de su proceso. Un ejemplo extremo podría ser el de
plear de pronto el pasado: «Me resulta muy difícil poner- una familia que habla de problemas graves y amenazan-
me en movimiento por la mañana porqué duermo mal y tes para su existencia en un tono despreocupado y bromis-
tengo pesadillas. Tardo mucho en salir de la cama. Solía ta, sin dejar de reír.
volver a dormirme varias veces, pero aún hoy no me le- La consideración del proceso ha perdido vigencia desde
vanto tan rápido como debería». Obsérvese que el cliente que los terapeutas reemplazaron el pensamiento sistémi-
dijo que «solía» volver a dormirse. Esta puede ser una se- co, que se centraba en la conducta, por el lenguaje, que se
milla positiva que debería cultivarse. El terapeuta puede centra en la cognición. La interrupción de pautas de con-
tratar de comunicar su comprensión del malestar del ducta ha sido sustituida por la creación de nuevo signifi-
cliente a raíz de la situación, y luego preguntar: «¿Dijo us- cado. En lugar de preguntar: «¿Qué hace mamá cuando
ted que últimamente se ha producido un cambio en su papá le grita a Johnny por haber derramado la leche?»,
manera de levantarse?». Una respuesta afirmativa del ahora nos inclinamos a preguntar qué significan los gritos
cliente da la oportunidad de indagar sobre el posible sig- de papá a propósito de la leche derramada desde el punto
nificado de ese cambio, cómo ocurrió y si el cliente quiere de vista de la relación entre mamá y papá y la relación de
que siga ocurriendo o hacer que ocurra más a menudo o de ambos con Johnny.
otra forma. La elaboración gradual a partir de un término
Con todo, si consideramos que el lenguaje es una ac-
en tiempo pasado, protegida en un clima emocional de
ción y que la meta de la terapia es cambiar las acciones
aceptación y comprensión, puede ayudar al cliente a pen-
(conductas, cognición y emociones), el proceso sigue sien-
sar, actuar y sentir con respecto a su situación de modo
do importante. La única diferencia es que ya no estamos
diferente de como lo hacía antes de esta conversación.
exclusivamente interesados en las conductas observables,
La delicada tarea del terapeuta consiste en adaptar el sino también en los aspectos emocionales del proceso.
proceso terapéutico a cada uno de sus clientes. Esta tarea La meta de la TCS es usar el lenguaje con los clientes
requiere intuición y un buen juicio afinado por la expe- de un modo que afecte el contenido y el proceso, como lo
riencia. Lo esencial es adaptar el proceso terapéutico so- hacen los terapeutas estratégicos. Sin embargo, salvo
bre la base de la escucha y la comprensión del modo par- raras excepciones, las técnicas no bastan por sí solas para
ticular que tienen nuestros clientes de experimentar su alcanzar esa meta. Si quieren lograr el objetivo, los tera-
mundo. peutas deben adaptarse al modo de cooperar de los clien-
tes, tanto en términos de lo que dicen como de su manera
de actuar.

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Primera parte. Teoria y practica
Quiero aclarar que cuando hablo del proceso me refiero
no sólo a la forma como los clientes actúan entre sí, sino Mary no podía dar con ninguna excepción a sus quejas.
también a la interacción de los terapeutas con ellos. Nues- Su idea de un milagro era que alguien se interesara en
tro proceso con los clientes es una conversación en la cual ella lo suficiente para querer pasar mucho tiempo en su
estos nos dicen y nos muestran que están estancados, y compañía y finalmente casarse. Nadie quería volver a
nosotros hablamos con ellos de sus ideas y experiencias verla después de una o dos citas. No podía ocurrírsele nin-
pasadas, presentes y futuras relativas a la salida del es- guna actitud diferente para conseguir que un hombre vol-
tancamiento. Pero esa conversación debe ser dirigida de viera a llamarla. Mary no sabía nada de su proceso. Pre-
un modo que se adecue a la visión del mundo y el estilo in- guntarle qué significado tenían para ella esos rechazos
teraccional de los clientes, teniendo en cuenta, por ejem- probablemente la llevaría a incrementar sus autorrepro-
plo, si son detallistas, controladores, de temperamento ar- ches. Mary creía, sin duda, que la causa del problema
tístico, competitivos o conformistas. Este tipo de conversa- eran, de alguna manera, sus defectos.
ción crea un nuevo proceso que tiene mayores probabili- Es probable que las preguntas circulares (Selvini Pa-
dades de conducir a una solución. lazzoli, Cecchin, Prata y Boscolo, 1978) arrojaran algu-
na luz sobre el proceso de Mary y le permitieran conside-
La urgencia por encauzar las conversaciones de los rar diferentes opciones. Por ejemplo: «¿Qué cree que dirán
clientes hacia descripciones de conductas puede llevar a los hombres sobre su manera de reaccionar cuando flir-
un punto muerto. Además de las conductas, el proceso de tean con usted?»; «¿Cómo quiere que la perciban los hom-
nuestros clientes incluye las emociones, aunque quizá bres?»; «¿Cómo se sentiría si la percibieran de esa mane-
sean más difíciles de observar. La conducta fría y distante ra?»; «¿Cuál sería, en su opinión, la diferencia en ese ca-
de un marido no significa que no sufra tanto como su his- so?»; «¿Qué cree que debe hacer para conseguir que los
térica y pegajosa mujer, ni que ese dolor no afecte su pro- hombres la vean interesada en ellos?»; «¿Qué característi-
ceso tanto como el de ella. Por consiguiente, sugiero que cas advierte en las mujeres que parecen retener el interés
los terapeutas hablen expresamente de los sentimientos de los hombres?».
con todos sus clientes, pues los sentimientos son insepara- Las técnicas centradas en la solución no eran apropia-
bles de la conducta y la cognición. De hecho, hay algunas das para Mary porque carecían de un contexto en el que
pruebas de que las emociones son una fuerza dominante ella pudiera considerarlas. Mary sólo era capaz de perci-
en la conducta (LeDoux, 1996; Panksepp, 1998). No se ne- bir su situación a su modo y por eso estaba atascada. Su
cesitan muchas pruebas científicas para saber que son manera de ver las cosas no tomaba en cuenta el punto de
fundamentales en las relaciones familiares y de pareja. vista de los hombres a quienes quería atraer. De hacerlo,
Mary, una atractiva mujer de 35 años, inició una tera- habría sido capaz de hallar una solución. Las preguntas
pia para formarse una idea de sus dificultades, ya que no circulares tenían el propósito de ofrecerle el contexto ne-
podía mantener una relación seria con ningún hombre. cesario. A algunos clientes les resulta difícil ver las cosas
Informó que concurría a bailes de solteros con la esperan- desde una perspectiva diferente de la suya propia. Supo-
za de conocer hombres, pero que estos siempre perdían niendo que no fuera ese el caso de Mary, ampliar su visión
interés en ella después de haber bailado una pieza. A ve- para incluir en ella el proceso le daría la oportunidad de
ces un hombre la invitaba a salir, pero nunca volvía a lla- considerar si tenía la capacidad o el deseo de ensayar al-
marla para una segunda salida. No podía comprender la gunas conductas diferentes con los hombres. Si los senti-
causa de ello, pues no se consideraba ni poco agraciada ni mientos no se manifiestan naturalmente como parte de
tonta, tenía un buen empleo y trataba de agradar. esa conversación, el terapeuta debe preguntar sobre ellos.
Esto proporcionará una fuente de información mucho
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Terapeuta: Ajá. Entonces, ¿qué ha hecho hasta ahora para
arreglárselas? que al terminar su sesión o sus sesiones aquí se diga a sí
Marie: Bueno, me gusta sentarme y escribir o leer un libro misma: ¡Vaya, eso sí que me ayudó!? ¿Qué tendría que
o algo así, y a veces sólo dejo pasar el tiempo y se acabó. ocurrirle en su casa? [Trata de definir una meta. Los tér-
Casi nunca sé las respuestas. minos empleados en la segunda pregunta, «qué tendría
Terapeuta: En su opinión, ¿por qué creía el doctor que us- que ocurrirle en su casa», limitan las posibles respuestas
ted debía venir aquí? [En lugar de tratar de comprender de Marie. El problema aún no ha sido definido lo suficien-
las necesidades de la cliente, procura conocer las razones te para justificar la focalización en el hogar.]
de la derivación.] Marie: Bueno, esa es otra pregunta difícil. En realidad, no
Marie: No quiso hablarme. lo sé. 1) Como dije, han sucedido algunas cosas que, sabe,
Terapeuta: Ah, ya veo. no deberían pasar, y también hay gente que debería o no
Marie: Eeeh... Es curioso, porque yo dije: ¿y ahora por debería estar en mi vida, pero que entran v salen cons-
qué sugiere que venga a una sesión de terapia? Un mo- tantemente. .. 2) y además está mi madre. Es muy difícil,
mento, ¿estoy loca o qué? Entonces él dijo que no, que es 3) uno quiere irse con los chicos y no dejar que nadie sepa
sólo que a veces puede ayudar. Yo pensé que a lo mejor es- dónde está. Pero entonces, cuando tiene una oportunidad
taba por darme uno de esos ataques de rabia, sabe, o algo de hacerlo. 4) alguien piensa que uno es diferente o raro
así, pero sería lo mejor, sabe, porque he estado sintiendo porque no bebe o no hace algunas de las cosas que ellos
como un dolor, si estoy muy trastornada me duele todo el hacen.
cuerpo, o me dan dolores de cabeza por la tensión algunas Terapeuta: Bien, permítame hacerle otra pregunta. Si se
veces, como si alguien me la triturara, y después a la no-
fuera a dormir esta noche, al parecer usted no duerme
che, cuando me voy a la cama, no me acuesto hasta las
mucho, pero si se fuera a dormir esta noche y se desperta-
cuatro o las cinco de la mañana, y después arriba otra vez.
ra mañana por la mañana y los problemas hubieran desa-
Terapeuta: ¿A qué hora se levanta?
parecido, se hubieran resuelto, ¿qué sería diferente?
Marie le dijo al terapeuta que a causa de la actitud del mé- Obsérvese que la respuesta previa de la cliente incluye
dico y de sus síntomas físicos temía tener un problema
cuatro puntos: 1) algunas personas entran en su vida y sa-
grave. Pero el terapeuta se limitó a preguntarle a qué ho-
ra se levantaba. Esta elección podía reforzar la idea de len de ella constantemente, y no deberían hacerlo; 2) su
Marie de que estaba realmente mal, puesto que ese exper- madre es un problema; 3) Marie quiere irse junto con sus
to no la entendía. Además, como la joven informó que el hijos, y 4) la gente la considera «rara» porque no se com-
médico que la había enviado «no quiso hablar con ella», el porta como ellos. Esto requiere una respuesta que informe
terapeuta debería haber hecho un esfuerzo especial por a la cliente que ha sido oída y que el terapeuta la compa-
actuar de otro modo, es decir, conectarse con ella y ser dece por su confusión y su angustia. Por ejemplo: «Al pa-
directo. recer, hay muchas cosas que la molestan. Desearía sa-
ber más sobre eso. ¿Con cuál de ellas quiere empezar?», o
«Parece que su gente la critica cuando usted decide por sí
Marie: Quiero decir que en realidad no descanso mucho.
misma».
Me imagino que debe ser algo que me está molestando
realmente y que no quiero saber, pero entonces, sabe, es La decisión del terapeuta de formular la pregunta del
como que, la verdad, quisiera saber. milagro es quizás una tentativa de averiguar qué quiere
Terapeuta: Bien, ¿qué tiene que ocurrir en su cabeza para Marie. Esa pregunta puede ayudar a los clientes a tener
en claro lo que quieren.
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Marie: Bueno, probablemente trataría sobre todo, sabe,
de mejorar como madre. El supervisor ingresó en la sala para indicar al tera-
Terapeuta: Bien. peuta que debía preguntar por los problemas físicos que
Marie (continúa):. .. y cuando se está acostumbrada a ser motivaron la derivación de la cliente.
independiente y se tiene que depender de otra persona,
eso duele. Terapeuta: Bien, al parecer en estos días usted ha tenido
Terapeuta: ¿Está acostumbrada a ser dependiente o inde- dolores de cabeza y otros dolores, y hay gente que entra y
pendiente? [Este es un buen momento para preguntar a la sale de su vida. ¿Qué pasa cuando no le duele la cabeza y
cliente qué significan esos términos.] está satisfecha consigo misma? ¿Qué sucede entonces?
Marie: Bueno, a veces lo uno. . . y a veces lo otro. [No responde a lo que oyó y continúa con la conversación
Terapeuta: Si esta noche ocurriera un milagro y usted se sobre la solución. La búsqueda de una excepción a una de
despertara mañana y sus problemas hubieran desapare- las numerosas quejas que el cliente no ha destacado no
cido, ¿sería dependiente o independiente? suele ser productiva.]
Marie: Bueno, como dije, es confuso. Lo he pensado varias
veces y me pregunté si cambiaría esto o aquello,.. Marie: Bueno, no demasiado de nada. Quiero decir, estoy
Terapeuta: ¿Si cambiaría qué? [Este es un buen ejemplo casi en trance. No quiero decir nada y en realidad es como
de un terapeuta que responde a lo que ha oído y trata de si no supiera qué decirle a nadie. Ojo, no es que no me
averiguar sí es algo que debe escuchar con más deteni- lleve bien con mis hijos, me llevo muy bien con ellos.
miento.] Terapeuta: ¿De veras? ¡Magnífico! Conozco a muchas ma-
dres que dicen tener problemas constantes con sus hijos
Marie: Está bien. Yo no me comunico con nadie, y creo que pequeños. [Refuerza un aspecto positivo, lo que constituye
si pudiera irme del vecindario donde estoy ahora, sabe, tal una buena respuesta de apoyo en cualquier situación.]
vez estaría mejor, pero en realidad no puedo decir si lo Marie: No son los niños, porque, sabe, yo digo que si
haría, pero me sentiría más cómoda. . . no tendría que
tuviera que tener hijos preferiría esperar hasta terminar
soportar tanta tensión.
la escuela secundaria, para hacer las cosas que quiero
Terapeuta: Dígame, si ocurriera ese milagro, ¿cree que hacer, y así ocurrió...
estaría menos sola, se juntaría un poco más con otras per- Terapeuta: ¿Qué pasó? [Oportuno pedido de aclaración.]
sonas, se comunicaría un poco más?
Marie: Quiero decir, me quedé embarazada, sabe, y vinie-
ron los chicos, uno tras otro.
Marie ofreció finalmente una descripción más clara de Terapeuta: [Pasa por alto otra dirección negativa y trata
su problema. En este punto hubiera sido más eficaz for- de insistir con los puntos fuertes.] ¿Entonces usted los ma-
mular la pregunta del milagro de una manera más abier- neja bien ahora?
ta; «Si ocurriera ese milagro, ¿qué sería diferente?». Marie: Sí.
Terapeuta: ¿Cómo se las arregla para hacer que esa parte
Marie: Eeeh. . . no sé ... no puedo, bueno, nunca pude de su vida marche sin tropiezos?
estar con gente que, sabe, siempre quieren que uno sea
como ellos quieren que sea ... Me imagino, yo sólo pue- A continuación, Marie describió durante unos minutos
do ser yo y tú sólo puedes ser tú, así que si no puedes sus esfuerzos por ser una buena madre y criar a sus hijos
aceptarlo, está bien. para que fueran fuertes e inteligentes. Luego habló más
claramente de su problema.
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Marie: Sí, el problema es sobre todo mi familia, no estoy Terapeuta: Usted está verdaderamente motivada.
segura de quién.. mi madre, mis hermanos, mis amigos,
Marie: Pero es como le dije. Uno hace todas esas cosas, pe-
mi marido, mi ex novio. Se aparece de la nada, realmente
ro sabe que debe haber algo que lo molesta mucho, mucho.
me fastidia. Trato de imaginarme de dónde, ¿de dónde has
Por qué me vienen a ver esas personas y me dicen que si
venido, qué quieres? Y mi marido no reconoce mis
bajo un poco más de peso estaré muy bien. Yo, ja, ja, ¡por
méritos, y no me gustan ésos tipos que, la verdad, creen
qué no lo bajas tú! Y después, si uno se hace el listo con
que una mujer es realmente estúpida, porque el tipo con
ellos, le dicen t ú . . . te crees que eres tan e s t o . . . o tan
el que estuve antes, el ex del que le hablaba, estuve con él
aquello. ¡Es demasiado, demasiado!
diez años, y fue como si, de pronto, cuando me casé con el
Terapeuta: ¿Y qué hace usted para que todo eso le entre
padre de los niños, me amenazara para que no me casara,
y yo dije, bueno, después de todos estos años en que no te por un oído y le salga por el otro?
decidiste a casarte conmigo, ¿por qué quieres entrar en mi
El terapeuta y Marie estaban bien conectados en esta
vida ahora?
parte de la entrevista, El terapeuta presuponía aspectos
Terapeuta: ¿Es decir que ahora tiene un novio que aparece positivos para reforzarlos.
y desaparece y eso es un tanto confuso? Marie dijo que trataba de no pensar en esas cosas, pero
Marie: Sí, es confuso, y Eddie, mi marido, por lo que yo sé, que por la noche la molestaban más y terminaba dur-
tal vez esté metido en algo. Ya estuvo casado y para mí fue miendo sólo una hora. El terapeuta le preguntó si dormir
mi primer casamiento, así, que por qué me hace la vida más tiempo reduciría la tensión causada por los otros
difícil porque su primera mujer no hacía, lo que esperaba problemas.
de ella, entonces que no me lo achaque a mí.
Marie: Bueno, ojalá fuera así, pero entonces, sabe, proba-
El terapeuta y Marie estaban ahora en sintonía. Qui- blemente sería alguna otra cosa.
zás el refuerzo positivo de la relación de la cliente con sus Terapeuta: ¿Qué quiere decir? [Buen ejemplo de un tera-
hijos y la idea de que la comprendían ayudaron a Marie a peuta que oye al cliente y trata de comprender.]
sentirse más franca o menos angustiada, de modo que po- Marie: Vivo en casa de mi madre, y es como que todo lo que
día pensar más claramente. La joven agregó que no había hago tengo que consultarlo con ella. Y la cosa es no hagas
esperanzas de reconciliación. Sin embargo, se oponía al
esto, no hagas aquello sin mi permiso, y yo me sentiría
divorcio por sus convicciones religiosas. Esos dos hombres
mucho mejor si me fuera sola.
eran los únicos que había habido en su vida, pero ella
Terapeuta: ¿Qué necesitaría para hacerlo?
sentía que ambos trataban de impedirle hacer lo que
realmente deseaba. Quería volver a la escuela y «dedicar- Marie explicó que no tenía dinero suficiente para cons-
se a una buena profesión para poder ayudar a mis hijos a
tituir el depósito de garantía y no quería pedir ayuda a
largo plazo». Cuando le mencionó estos sueños, su madre
nadie. Su único ingreso era el subsidio de la asistencia so-
la desalentó y le dijo que esperara. De todos modos se ha-
cial, porque su marido no le pagaba la cuota fija de ali-
bía informado sobre las posibilidades de completar su
mentos para sus hijos.
educación, pero nadie quería ayudarla a cuidar a sus hi-
jos, y su marido le había dicho que una buena madre se En este punto hubiera sido útil hacer una declaración
queda en la casa con los chicos. Por el momento, Marie empática y tal vez normalizar el estrés físico y emocional
estudiaba sola yendo a la biblioteca y retirando nuestros de Marie. Pero el terapeuta creía que un pequeño cambio
libros. puede llevar a cambios mayores y trató de basarse en las
declaraciones positivas de Marie.

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Terapeuta: Bien, creo que usted tiene algunos planes real-
mente buenos respecto de lo que quiere hacer con su vida: se lo lleva a uno por delante. Algo que he aprendido es que
educarse, y mientras se educa, ocuparse de sus hijos. a veces por un lado uno tendría que largarse, y por el otro
Como se trata de cosas realmente grandes, me pregunto lado temo que si me fuera de la casa de mi madre, mi
cuál será el primer pasito que usted tendrá que dar para marido se volvería realmente loco. Por eso vine aquí esta
lograr esas cosas más importantes. noche, en parte, porque al vivir en casa de mi mamá y todo
Marie: Bueno, probablemente tendría que sentarme y tra- eso, es la casa en la que crecí, no puedo ser yo. Lo que pasa
zar un plan, y decirme a mí misma, supongo, que debería es que por mis experiencias anteriores, no puedo soportar
entrevistar niñeras por hora. No quiero ninguna que sea otra decepción. Yo lo veo así, tengo algo que hacer que es
chapucera y mala y les haga algo a mis hijos. Entonces, personal y no quiero decir exactamente qué, pero, la ver-
cuando dé ese paso, supongo que pasaré al siguiente.., dad, me enferma que, si alguna vez quisiera salir y tener
Terapeuta: ¿Cuál será el pequeño paso siguiente? [Aquí una cita, cosa que dudo mucho, no podría realmente ha-
hubiese sido útil explayarse más acerca de la cuestión de cerlo porque hay tanta gente que piensa cómo debo ser y
las niñeras por hora, hasta que pareciera posible para la no me lo dice con muy buenas maneras.
cliente.] Terapeuta: Usted no ha encontrado un hombre que tenga
Marie: Bueno, el paso siguiente sería ir a la escuela, ma- sus mismos ideales. [Oyó a la cliente e intenta transmitir
tricularme y probablemente dar algunos exámenes. algo de comprensión.]
Marie: Así es. Es el mismo viejo ritual, sabe, y toda esa
Marie explicó que los exámenes le provocarían angus- basura acerca de que, porque estás casada, tienes que
tia porque estaría preocupada por saber si aprobó y si ten- hacer esto porque eres mi mujer. Cuando estaba con él era
dría que dar otros, y por la cuestión del horario para dejar como si siempre fuera yo, nunca él.
a los niños al cuidado de alguien. Terapeuta: Bien, permítame hacerle una pregunta más
antes de reunirme con el equipo. Durante la semana pró-
Terapeuta: Bien, durante la próxima semana, digamos, xima, si usted diera un pequeño paso en la dirección que
¿cuál sería para usted una pequeña señal de que, al me- quiere, ¿cuál sería?
nos, está comenzando a hacer algunas de las cosas que Marie: Bueno, el próximo paso sería jugar a los bolos.
quiere? Terapeuta: ¿Jugar a los bolos?
Marie: Me gusta jugar. Así que probablemente saldría y
Marie dijo que ante todo necesitaría estar un rato a practicaría un poco. [Parece comprender que un cambio
solas, pero que eso era imposible porque nadie se ocuparía pequeño puede marcar una diferencia.]
de vigilar a sus hijos. Agregó que el año anterior había Terapeuta: ¿Es decir que si la semana que viene fuera a ju-
obtenido la licencia para conducir, y que a veces su herma- gar una vez a los bolos, esa sería una señal de que va en la
no, cuando la veía desanimada, le permitía usar su auto dirección correcta?
para llevar de paseo a los niños. El terapeuta felicitó a Marie: Sí, o saliendo. Estaría saliendo.
Marie por haber aprendido a manejar y le preguntó qué
más había en su lista de cosas por realizar. El terapeuta se disculpó y fue a reunirse con el equipo,
compuesto por otros dos estudiantes y el supervisor. Este
Marie: Pongo muchas cosas en la lista, pero en realidad no último había pedido a los estudiantes que hicieran una
llego a hacer nada porque siempre hay alguien, sabe, que lista de los elogios para Marie y pensaran en una tarea
para la casa.
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Este es el mensaje que el terapeuta le leyó a Marie
después de la pausa: proceso, no se habrían dejado arrastrar a él ni hubieran
coincidido en los hechos con todas las demás personas pre-
Terapeuta: Bien, estamos muy impresionados por las me- sentes en la vida de Marie que no la comprendían. En ca-
tas que usted se ha fijado. Es evidente que está dispuesta sos como este, lo más adecuado es postergar la consigna
a trabajar para alcanzarlas y tiene una idea clara de cómo de «centrarse en la solución» y limitarse a escuchar cuida-
lograrlo y de lo que se necesita para conseguir lo que quie- dosamente para comprender mejor al cliente.
re. También me impresiona la buena relación con sus hi- Este caso muestra que, por sí solas, las técnicas no son
jos. Usted es muy paciente con ellos y los quiere mucho. Es eficaces. Es preciso utilizarlas sabiendo a qué hay que res-
muy obvio. Me sorprendió también el empuje que mues- ponder y qué hay que pasar por alto. Tal vez parezca in-
tra para mejorar. Ir a la biblioteca y estudiar. ¡Y conseguir justo que hayamos usado como ejemplo el trabajo de un
la licencia para conducir! Quiero decir, usted se fijó esa estudiante y un supervisor de capacitación, pero el énfasis
meta y puso en juego mucha energía para alcanzarla. Es en la técnica en contraste con la necesidad de oír y escu-
sorprendente, considerando todas las dificultades e incer- char no es infrecuente y perpetúa un modo inadecuado de
tidumbres de su vida, que sea capaz de hacer concreta- practicar la TCS.
mente tantas cosas, y con apenas una hora de sueño. Marie no volvió para una nueva entrevista. No es sor-
Marie: Bueno, no sé qué es. prendente, puesto que no halló la respuesta que buscaba.
Terapeuta (continúa): Aunque quizás usted no lo perciba, Probablemente había ido sobre todo para que le confirma-
estamos convencidos de que está en el buen camino para ran que no estaba loca. Un beneficio adicional habría sido
conseguir lo que desea. Por lo tanto, a modo de despedida encontrar una persona comprensiva con quien hablar.
quisiera indicarle una tarea para hacer en casa. Que estaba bien encaminada en la expectativa de que el
Marie: De acuerdo. cambio ocurriera lentamente se desprende con claridad
Terapeuta: Nos gustaría que durante la semana que viene de su afirmación de que deseaba comenzar por una opor-
observara y anotara todo lo que hace para seguir avan- tunidad de jugar a los bolos. El mensaje final hizo hinca-
zando en la dirección que usted desea. pié en los elementos positivos, al tiempo que omitió los
Marie: Está bien, no hay inconvenientes. problemas y las preocupaciones de Marie. Para transmitir
comprensión siempre es mejor aludir tanto a los elemen-
Sin duda es fácil examinar una transcripción o una vi- tos positivos como a los elementos negativos. Un mensaje
deocinta y describir lo que hubiéramos hecho de otro mo- demasiado positivo puede interpretarse como una falta de
do en una situación. La transcripción no da cuenta de una comprensión o una muestra de condescendencia.
abundante comunicación no verbal que puede afectar el
proceso. En el capítulo siguiente continúa la explicación sobre
el papel de las emociones en el proceso terapéutico centra-
Marie era una cliente difícil de entrevistar, incluso do en la solución.
para un terapeuta experimentado, debido a que presenta-
ba su caso de manera fragmentaria. Pero es representa-
tiva del tipo de clientes que se sienten confundidos y nos
confunden, o que se expresan de un modo difícil de enten-
der. Obsérvese que la concentración exclusiva en el conte-
nido hizo que la conversación fuera aún más confusa. Si el
terapeuta y el supervisor hubieran tenido en cuenta el

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4. Las emociones en la terapia centrada en gracias a la tecnología de las imágenes, que permite ob-
servar las funciones cerebrales, han apaciguado esta dis-
la solución cusión, al menos por ahora. Estos últimos estudios han
proporcionado pruebas de que la cognición y la emoción
son funciones cerebrales separadas pero interactuantes,
controladas por sistemas cerebrales separados pero inter-
actuantes (LeDoux, 1996, pág. 69). Por lo tanto, si las
emociones son «una dinámica biológica» que determina
las acciones (Maturana y Varela, 1987, pág. 247), puede
Recuerdo que, hace ya muchos años, mi primer super- estimarse que implican afecto, sentimientos, cognición y
visor clínico decía una y otra vez: «Concéntrense en los conducta.
sentimientos». Más tarde, cuando me estaba capacitando Esta información permite suponer que, observada en
en terapia familiar, otro supervisor no cesaba de decir: cámara lenta, nuestra reacción emocional ante una fiesta
«No se ocupen de los sentimientos». Hoy día, yo digo a los sorpresa nos afectaría del siguiente modo: entramos en
practicantes: «No pasen por alto los sentimientos». una habitación y nos sorprenden los gritos de las personas
El énfasis o la ausencia de énfasis en la emoción en allí reunidas. Antes de que nosotros mismos lo advirta-
psicoterapia depende de la orientación teórica. Mi primer mos, estas notan un cambio de nuestra postura corporal y
supervisor trataba de conseguir que yo llevara a los clien- de la expresión de nuestro rostro, que además se cubre de
tes a cobrar conciencia de sus sentimientos reprimidos rubor. (Piénsese en la frecuencia con que la gente parece
para que pudieran comprender. Mi supervisor en terapia paralizada por un instante cuando se sobresalta o se sor-
familiar procuraba que yo distinguiera los patrones de in- prende.) El sentimiento surge cuando advertimos que es-
teracción para que me fuera posible interrumpirlos. En la tamos experimentando una sensación. El significado de la
actualidad digo a los practicantes que no pasen por alto sensación y nuestra forma de reaccionar ante ella consti-
los sentimientos porque estos, al igual que los pensamien- tuyen la emoción. La emoción depende de muchas varia-
tos y las conductas, son recursos importantes para las so- bles que son exclusivas del desarrollo genético y social, así
luciones. como del contexto de esa situación en particular. Coordi-
No hay consenso en cuanto a la definición de los senti- namos lingüísticamente la experiencia emocional pregun-
mientos, el afecto y la emoción, sino tan sólo un acuerdo tándonos: «¿Qué pasó?»; «¿Qué significa lo que acaba de
general respecto de que el término «afecto» designa una suceder?»; «¿Significa lo mismo para las personas que es-
reacción refleja, mediada por el sistema nervioso autóno- tán en la habitación?»; «¿Cuál es la respuesta apropia-
mo, mientras que los sentimientos son el conocimiento de da?» En otras palabras, el razonamiento y el «emociona-
lo que uno siente. El conocimiento es, evidentemente, una miento» se producen en conjunto y son lenguaje. Podemos
función cognitiva, y su yuxtaposición con los sentimientos sentirnos genuinamente felices por la sorpresa o molestos
trae a la memoria disputas académicas del pasado sobre porque no nos agrada que nos tomen desprevenidos. Si
sí las emociones son independientes de los procesos cogni- nuestra reacción emocional es un placer genuino, lo ex-
tivos y pueden precederlos, o, por el contrario, todas las presaremos más o menos efusivamente según cuál sea
reacciones emocionales son precedidas por algún proceso nuestro particular estilo afectivo. Si nos sentimos moles-
cognitivo básico (Ekman, 1992; Lazaras, 1982; Mandler, tos, trataremos de ocultarlo actuando como si estuviéra-
1984; Zajonc, 1984). Descubrimientos recientes de la neu- mos complacidos, porque una muestra de desaprobación,
rociencia (Damasio, 1994,1999; LeDoux, 1996), logrados cuando la gente se ha esforzado por complacernos, no es

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bien mirada socialmente. Sin embargo, nuestro afecto resto del capítulo desarrollaré mis opiniones al respecto,
puede delatarnos por medio de sutiles indicios no verba- sobre todo en relación con las emociones.
les, en especial ante quienes nos conocen bien.
Las emociones surgen en un contexto social. Son esen-
ciales para nuestra salud física y mental. Investigaciones
hechas en el pasado con monos jóvenes y niños muy pe- Emociones versus conducta
queños demostraron que la falta de cuidados normales,
como el de ser sostenido en brazos, afecta negativamente Tradicionalmente, los terapeutas centrados en la solu-
el desarrollo físico y emocional (Harlow y Harlow, 1962; ción han inducido a los clientes a hacer descripciones con-
Spitz, 1951). ducíales de sus metas a fin de poder seguir mejor sus pro-
Quienes desarrollaron la terapia sistémica, el modelo gresos, aun cuando la mayoría de aquellos se refieren a
de terapia breve del Mental Research Institute y la TCS sus motivos de queja en términos de sentimientos. La res-
no desconocían estos hechos. Como otros terapeutas fami- puesta del terapeuta no tiene que adoptar una dirección
liares, comprendían que una relación emocional, o forma- conductal ni emocional. Podemos cooperar con los clientes
ción de vínculos, es importante para establecer la cone- y utilizar en la conversación lo que han dicho sobre sus
xión inicial con los clientes cuando estos comienzan la te- sentimientos sin sacrificar la ventaja que representan las
rapia (Cade y O'Hanlon, 1993; Haley, 1976; Minuchin, señales más concretas de progreso (Turnell y Lipchik,
1974; Walter y Peller, 1992). Pero las emociones no se con- 1999).
sideraban necesarias para la práctica. En realidad se las Ramona, al iniciar la terapia, se queja: «Me siento tan
consideraba un obstáculo, porque se enfatizaba en los pa- desanimada que no puedo ni moverme». Tradicionalmen-
trones de conducta, que ofrecían ventajas como «la simpli- te, un terapeuta centrado en la solución le hubiera pre-
cidad, el carácter concreto y la minimización de los presu- guntado: «¿Qué cosas que usted hace o deja de hacer le
puestos e inferencias» (Fisch et al., 1982, pág. 11) y podían indican que se siente de ese modo?». Ramona podría con-
ser observados y rastreados con facilidad. Los patrones de testar: «No voy al trabajo o no me visto». En tal caso, no se
conducta se interrumpían por medio de «noticias de dife- habrían utilizado sus sentimientos como un motivo de
atención por derecho propio, sino como peldaños que lle-
rencia» cognitivas (Bateson, 1979), adaptadas para ofre-
van a pensar en posibles modos de actuar.
cer a los clientes un modo distinto de pensar en su pro-
blema, como, por ejemplo, reformulaciones positivas de A mi juicio es más útil permitir que los clientes, al pre-
sus descripciones negativas de este, o intervenciones pa- sentar sus motivos de queja, se refieran a sus sentimien-
tos tanto como les sea posible. Tales sentimientos pueden
radójicas. En un momento de su historia, la TCS incluía,
aceptarse con reflexiones empáticas como las siguientes:
entre las descripciones proporcionadas por los clientes
«Eso puede ser muy desalentador» o «¡Debe de ser terrible
que se consideraban importantes para idear intervencio-
sentirse así!». Los sentimientos del cliente se exploran con
nes, las de sus estados emocionales y reacciones fisiológi-
mayor profundidad con preguntas como estas: «¿Qué
cas (De Shazer, 1985), pero a causa de la influencia de la
otras cosas siente como resultado de eso?» o «¿Qué signifi-
filosofía lingüística en la TCS, las emociones, la conducta
ca para usted sentirse tan desanimada?», para darle la
y la cognición se fusionaron bajo la rúbrica del «lenguaje»
oportunidad de aclarar su queja. Esta actitud puede seña-
y no se habló más de ellas en términos de práctica. Aun-
lar nuevas direcciones para las soluciones. Por ejemplo, si
que desde el punto de vista teórico esto es apropiado,
Ramona explica finalmente que su problema es que la
resulta demasiado vago para una buena práctica. En el asusta sentirse tan desanimada, su aclaración ofrece la

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oportunidad de preguntarle: «¿Qué cosas le resultaron ble que tengamos que ayudarlos a ver más claro antes de
más útiles en el pasado para enfrentar ese miedo?». Es que puedan fijarse metas y hallar soluciones. Aquí cabe
probable que las respuestas a esta pregunta hagan refe- una advertencia. Es importante avanzar con lentitud y
rencia a conductas («Llamaba por teléfono a algunas ami- ser sensibles a las respuestas verbales y no verbales de los
gas» o «Encendía el televisor») sin la intervención del tera- clientes durante este proceso. Tal vez su incapacidad para
peuta. Otra posibilidad es preguntar a continuación: «¿De saber lo que sienten haya cumplido una función positiva
qué tiene miedo?». Si contesta que es incompetente o in- durante largo tiempo; por ejemplo, la de protegerlos de
madura, o que es una enferma mental, o simplemente que sentimientos que no podían soportar. Un repentino levan-
es igual a su madre, se le puede preguntar: «¿Qué cosas la tamiento del velo puede ser más perturbador que útil.
convencerían de que su temor es injustificado?». Esta pre-
gunta tiene una razonable probabilidad de inducir una
respuesta en términos de conductas, y si no es así, el tera-
peuta puede siempre interrogar a la cliente sobre peque- EJEMPLO DE CASO: BETTY
ñas señales de cambio conductal al concluir la sesión.
Considérese lo que ocurriría si se le hiciera a Ramona Betty era una cliente que se hallaba muy perturbada y
una pregunta de escala en relación con su temor (Kowals- a quien tuve que ayudar a comprender sus sentimientos.
ki y Kral, 1989). Después de mencionar, en una escala del Tenía 42 años, era soltera y concurrió por su propia deci-
1 al 10, un número indicativo de cuánto la asustan sus sión a causa de accesos de llanto episódicos e incontrola-
sentimientos, su explicación acerca de cómo sabrá que es- bles. La frecuencia de esos accesos había aumentado gra-
tá un poco menos asustada se referirá casi con seguridad dualmente en los últimos cuatro meses. Betty no podía re-
a conductas (por ejemplo, «No me comeré tanto las uñas» o lacionarlos con nada específico que sucediera en el trabajo
«Me cepillaré el pelo»). o en su vida privada. Nunca había estado casada, vivía so-
Lo importante es hablar a los clientes en su propio len- la con dos gatos y en esos momentos no salía con ningún
guaje, incluso si esto significa hablar de emociones, ya que hombre. Tenía varias amigas íntimas con las cuales solía
puede beneficiarlos y es un modo de evitar el riesgo de que reunirse.
se sientan incomprendidos. Trabajaba en el departamento de contabilidad de una
cadena de restaurantes de comida rápida desde hacía
cinco años y medio, y había obtenido tres ascensos desde
su ingreso. Seis meses atrás se le había asignado un pues-
El empleo de las emociones para facilitar las to gerencial intermedio que exigía la supervisión y capa-
soluciones citación del personal. Le agradaba su nuevo puesto y que-
ría ser capaz de controlar sus emociones para continuar
Los terapeutas centrados en la solución están habitua- progresando en su carrera laboral. .
dos a pensar en lo que van a preguntar a los clientes, pero Betty no me dio tiempo para iniciar una conversación
no a pensar en lo que estos sienten, ni en lo que ellos mis- informal ni hacer preguntas. No bien se sentó, comenzó a
mos piensan y sienten respecto de los clientes. Una mayor lanzar a borbotones sus síntomas y a analizar sus posibles
conciencia de estos aspectos puede facilitar el desarrollo causas. Durante un largo rato la escuché e hice comenta-
de soluciones para ellos. rios empáticos. Luego le hice una pregunta del milagro
A veces, los clientes están muy alterados emocional- para ayudarla a discernir qué deseaba de la terapia, pero
mente y no son capaces de explicar lo que sienten. Es posi- no me contestó. Siguió cuestionando sus síntomas, dado

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que le agradaban los nuevos desafíos en el empleo y no se
Terapeuta: ¿Hay algo en el trabajo que la haga sentirse
sentía recargada de trabajo. Me descubrí pensando (pen-
triste o que usted sienta como una pérdida?
samiento de dos carriles) que la sesión era demasiado ne- Betty: ¿Quiere decir si siento que voy a perder mi empleo?
gativa desde hacía demasiado tiempo y que la cliente iba a Terapeuta: No, usted dijo que a veces se siente muy tris-
marcharse sintiéndose peor si yo no intervenía, de modo te en Navidad porque perdió a sus padres. ¿En el trabajo
que le pregunté cómo sabría que su problema estaba re- le sucede algo que le provoque un sentimiento de pérdi-
suelto. «Me parece que no hay una respuesta. .. tal vez da? ¿El hecho de perder a las personas que ha capacitado,
tenga que renunciar. .. o aprender a no tomar las cosas tal vez?
tan a pecho». Le pregunté qué quería decir con eso de «to- Betty (sorprendida): Muy perspicaz. ¡Podría ser!
mar las cosas tan a pecho» y me explicó que se sentía re- Terapeuta: Pero ¿usted qué cree?
chazada cuando el personal que ella había entrenado se Betty: ¡No lo sé! {Comienza a llorar.) ¡No sé nada! Lo único
iba a trabajar a otras empresas con mejores salarios. que sé es que ahora mismo todo me parece demasiado.
Terapeuta: Ah, debe ser duro. Terapeuta: Debe ser difícil para alguien tan eficiente y
Betty: Sí, significa que debo entrenar a otras personas y minuciosa como usted.
empezar todo de nuevo. Betty: Es terrible. Quiero que termine. Le dije a mi amiga
Terapeuta: ¿Es decir que para usted las cosas están en que quizá debería renunciar y me contestó que tal vez ten-
constante cambio? ga un problema con el cambio. Pero creo que en realidad
Betty: Sí, pero también puedo entender que esas personas estoy buscando un cambio, no tratando de evitarlo.
se vayan. Terapeuta: ¿Un cambio de empleo?
Betty: Sí, porque no puedo seguir así. Sólo pienso en eso.
Betty me habló de su carrera laboral. Había trabajado Terapeuta: Y cuando piensa en eso, ¿en qué piensa concre-
desde los 16 años, comenzando con empleos de tiempo tamente?
parcial mientras estudiaba en la escuela secundaria.
Siempre había obtenido excelentes evaluaciones y quería Betty describió las cuestiones administrativas que la
controlar sus emociones para poder mantener su buen perturbaban en el trabajo. Sentía desilusión respecto de
historial.
su supervisor, un hombre que era su superior desde hacía
tres años. Dos años antes, ella había presentado una que-
Terapeuta: ¿Antes se sintió alguna vez emocionalmente ja porque su trabajo se resentía a causa de los descuidados
descontrolada?
hábitos laborales del supervisor. Comprobó que después
Betty: En parte, lo que me parece normal.
de eso la situación había mejorado, pero seis meses atrás
Terapeuta: Así es.
él volvió a aflojar el paso. Dadas las mayores responsabili-
Betty: Perdí a mis padres hace mucho tiempo: a mí padre, dades que implicaba su nuevo puesto, el hecho de que su
en un accidente de automóvil, y a mi madre, a causa de un supervisor no la apoyara aumentaba innecesariamente el
cáncer. Por eso en las fiestas, como la Navidad... no estoy estrés, sobre todo en relación con las quejas del personal
casada y no tengo hijos,. . es duro. que ella supervisaba.
Terapeuta: Por supuesto, sin duda es una razón para estar
triste.
Betty: Ahora tengo un puesto más importante y a veces le
Betty: Creo lo mismo... pero estos episodios de ahora me menciono algo. .. y él escucha lo que le digo... Luego,
ocurren desde hace unos pocos meses, después de Na-
vidad. cuando le señalo algo de lo que debería ocuparse en bien
de todo el departamento, su comentario favorito es: «De

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acuerdo, tengo que encontrar el momento adecuado para Terapeuta: Entonces, ¿qué ha tratado de hacer con respec-
mencionarlo». Bueno, no creo que se pueda esperar el mo- to a eso?
mento adecuado para abordar los problemas con un em- Betty: Le hablo, pero siempre deja las decisiones para más
pleado. ¿Y si no encuentra un momento adecuado en se- adelante. Cuando le explico que el trabajo se está atrasan-
manas o meses? Es lo que suele suceder. ¡Esas cosas se do, me dice que no me preocupe.
atienden de inmediato! (En este momento su cara ha enro- Terapeuta: Bueno, en una situación como esa, algunas
jecido y su voz trasunta enojo.) personas se enojarían de verdad.
Terapeuta: No lo tengo muy en claro: ¿es esa la causa del Betty (ruborizándose y bajando la mirada, avergonzada):
estrés? Oh... nooo... ¿enojarse?
Betty: No. Terapeuta: ¿No le parece que está bien enojarse en una
situación como esa? ¿No es acaso una reacción normal?
Parecía haber una desconexión entre los pensamientos Betty: ¿De veras? Oh, voy a llorar. (Lo hace.) Creo que lo
y los sentimientos de Betty. Me decidí por una «perturba- que más me molesta es actuar de esa manera.
ción» emocional, una interpretación. Terapeuta: ¿No cree que una persona tiene derecho a
enojarse de vez en cuando?
Terapeuta: Mucha gente en su situación se sentiría bas- Betty: Ah, eso me alivia tanto. . .
tante enfadada, Terapeuta: Probablemente no está acostumbrada a sen-
Betty (pensando): Mmm.. . tal vez. Cuando hablo con mis tirse de ese modo.
amigas sobre todo esto, noto que hablo mucho acerca de Betty: En realidad, no.
mi supervisor. Básicamente, creo que me enojo porque no Terapeuta: Entonces, si admitiera que a veces el enojo se
estoy de acuerdo con su manera de hacer las cosas. justifica, ¿qué podría hacer en relación con este problema
Terapeuta: ¿Es decir que su estrés se relaciona sobre todo para no tener que volver a enojarse?
con la forma como él hace su trabajo?
Betty: Creo que sí, y eso me sorprende... no tenía idea... Betty comenzó a morderse las uñas y miró a su alrede-
Terapeuta: Si yo pudiera mover la varita mágica y hacer dor con angustia mientras pensaba en una respuesta, por
que las cosas fueran como usted quiere, ¿qué ocurriría? lo cual le pedí que recordara algún ejemplo en que hubiera
Betty: Me gustaría ver. . . No pensaría que él no está manejado bien los problemas con su supervisor sin pasar
haciendo su trabajo. El habría cambiado. por encima de él. Mencionó unos pocos ejemplos, pero la
Terapeuta: ¿Cree que usted debería ser capaz de hacer que conversación le evocó viejos temores relacionados con que-
eso ocurriera? jas y enfrentamientos. Decidí obrar con cautela y le pre-
Betty: Sé que en realidad no puedo, pero... me sentiría gunté si quería hablar de esos temores. Contestó afirma-
mejor. tivamente, y le dije que se sintiera en libertad de dete-
nerse en cualquier momento. Me contó que, por haber per-
Betty mencionó, a modo de ejemplo, que su supervisor dido a sus padres a temprana edad, vivió sucesivamente
le había sugerido pasar por alto las llegadas tarde o los al- con varios parientes lejanos hasta la adultez. Al faltarle
muerzos demasiado prolongados del personal para evitar un hogar que pudiera considerar como propio, sintió que,
las malas evaluaciones de este. Esa actitud enfureció a por desdichada que fuera, nunca podría quejarse ni pedir
Betty por los efectos que tendría en la productividad del nada.
departamento, que era la principal responsabilidad de Cuando Betty volvió una semana después, informó que
ambos.
había podido controlar sus emociones todos esos días. Dos

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semanas más tarde anunció que había vuelto a ser la de
antes. Había conversado con su supervisor sobre la nece- La terapia es un proceso en colaboración, aun cuando
sidad de reforzar la productividad, y este había hablado los clientes sólo pueden cambiar en la medida de su capa-
con algunos miembros del personal acerca de la puntuali- cidad o su disposición en un momento determinado. Ofre-
dad. Además, la había autorizado a hacer lo mismo. Betty cer una sugerencia emocional como: «¿Cree usted que está
me agradeció y me dijo que había alcanzado su meta. Se enojada?» es tan válido como proponer una sugerencia
daba cuenta de que había algunos problemas de los que cognitivo-conductal; por ejemplo: «¿Cree que le sería útil
quizá necesitaría ocuparse, pero no deseaba hacerlo por el comenzar un programa de ejercicios?».
momento.
A algunos lectores puede preocuparles la idea de que EJEMPLO DE CASO: NEIL
se haya dado por concluido el tratamiento de una cliente
que sin duda se hubiera beneficiado con su continuación. Neil compartía con su ex esposa el cuidado de sus hijos:
Sin embargo, los terapeutas centrados en la solución par- un niño de 7 años y una niña de 9. Se ganaba la vida como
ten del supuesto de que los terapeutas no pueden cambiar fotógrafo comercial. Acudió a terapia porque su amiga le
a los clientes; estos tienen que cambiarse a sí mismos. En había dicho que lo veía deprimido. Sabía que había estado
una situación como la descripta, el supuesto tal vez deba desanimado durante algún tiempo, pero no le dio impor-
reformularse del siguiente modo: los terapeutas no debe- tancia. Admitía que, por momentos, en los últimos tiem-
rían tratar de cambiar a los clientes; son estos quienes de- pos se había sentido inmovilizado, e incluso había pensa-
ben decidir si están dispuestos a cambiar y cuál es el mo- do en suicidarse. Una evaluación del riesgo reveló que ha-
mento adecuado para intentarlo. Además, un pequeño bía considerado la posibilidad de suicidarse tomando pil-
cambio puede llevar a cambios mayores. Quizá cuando doras o cortándose las venas en la bañera, pero el compro-
Betty tenga otro problema en el futuro, el tiempo que pa- miso con sus hijos era tan fuerte que no quería que lo re-
samos juntas la ayudará a encontrar su propia solución; cordaran como una persona que se había quitado la vida.
de no ser así, no la incomodará la idea de conseguir algu-
En la primera sesión habló, sobre todo, de lo mucho
na ayuda. Cuando los clientes alcanzan el punto en que
que lo perturbaba estar deprimido y no poder recuperarse
creen haber conseguido lo que vinieron a buscar, el contra-
por sí mismo. Cuando la postura más relajada de Neil, sus
to terapéutico centrado en la solución se ha cumplido.
reiterados gestos de asentimiento y un mejor contacto vi-
Podemos recomendar nuevas sesiones, pero incumbe al
cliente tomar la decisión final. Por supuesto, constituyen sual me sugirieron su comprensión de que yo comprendía
una excepción los casos en que hay peligro para el cliente lo perturbado que estaba, le pregunté cómo sabría que no
o para otras personas, o en que estamos ante una situa- tendría que seguir viniendo a terapia. Dijo que tendría
ción contraria a la ética. más energía y estaría más entusiasmado con su pareja y
su trabajo, pero no pudo precisar si eso ya le había ocurri-
Betty quería hallar una solución a su falta de control do antes, aunque fuera en pequeña medida. Seguí oyendo
emocional y buscaba una respuesta cognitiva. Esto le re- su relato sobre su aflicción y reflexionando sobre lo que
sultaba natural, porque en un pasado ya lejano había me decía. Me contó que acababa de rechazar un gran pro-
aprendido a no permitirse tener sentimientos. Cuando mi yecto porque no tenía suficiente energía para llevarlo a ca-
cooperación en ese terreno no produjo ningún cambio, le
bo. (Veo algo de positivo en esta negativa.)
ofrecí cautelosamente la sugerencia (perturbación) de que
su queja podía relacionarse con la ira. La idea encontró
eco en ella y la ayudó a hallar una solución. Terapeuta: Le debe de haber costado hacerlo, pero parece
una buena decisión.

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Neil: Tuve que hacerlo. Fue de lo más difícil porque de- le enojaba no poder ayudarse a sí mismo, mi presentación
seaba muchísimo ese trabajo, pero por otra parte no que- de algunas de sus conductas bajo una luz más favorable
ría defraudar al jefe de la agencia. He trabajado antes pa- cambió su forma de percibirse. Lo cual puede considerarse
ra él y es un gran tipo. Cuando me hizo llegar la propuesta una reformulación cognitiva. Es probable, sin embargo,
me sentí abrumado al pensar en hacerme cargo... y no que el contexto en que se produce esa reformulación - el
era algo que no hubiera hecho antes... Me sentí tan abru- clima emocional- influya en la manera de aceptarla. Ob-
mado que me dieron náuseas. sérvese que a Neil le llevó algún tiempo responder a n u e s -
Terapeuta: Pero tuvo el buen tino de cuidar de sí mismo. tra interacción, y yo tuve que juzgar en todo momento si
Usted conoce sus límites. estaba preparado para hablar de una solución. S e g ú n
Neil: Bueno, no es lo que yo pensé sobre mi decisión. De- Kiser Piercy y Lipchik (1993), no debe considerarse que la
testé tener que hacerlo. transición de la conversación sobre el problema a la con-
Terapeuta: ¿Obrar así fue algo inusual para usted? versación sobre la solución ocurre automáticamente como
Neil: Bueno, tal vez.., Por lo general, me exijo lo máximo resultado de las preguntas o reflexiones del terapeuta, ya
posible. que el paso de la «congruencia afectiva» (sentirse mal y
Terapeuta: Parece una decisión sensata. hablar de experiencias negativas) a la «incongruencia
Neil: Sentí un gran alivio después de tomarla. afectiva» (sentirse mal y desviar la atención hacia emocio-
Terapeuta: Le creo. ¿Ha tomado otras decisiones acerta- nes más positivas) (Bower, 1981) a menudo requiere tiem-
das como esa últimamente? ¿Se resguardó como corres- po, paciencia y habilidad clínica. Yo añadiría que también
pondía? requiere un clima emocional adecuado.
De acuerdo con mi experiencia, cuando a los clientes
No se le ocurría ningún ejemplo. Siguió hablando sobre les resulta difícil dejar de hablar sobre el problema, acep-
sus hijos, explicando que eran la mayor motivación en su tar cierta expresión de sus sentimientos, e incluso, a ve-
vida. Se refirió a los fines de semana que pasaban juntos y ces su intensificación, tiende un puente que les permite
a lo mucho que se divertían con los juegos de mesa, inven- enfrentar una solución. Me entusiasmé al enterarme de la
tando juegos y representando pequeñas obras. existencia de pruebas fisiológicas concretas de que los
De pronto se detuvo y reflexionó un momento. Su pensamientos pueden suscitar emociones con facilidad,
estado de ánimo cambió y dijo lo siguiente: pero es más difícil anular las emociones (LeDoux, 1996,
pág. 303; Panksepp, 1998, pág. 301).
Neil: Acabo de recordar algo. En una ocasión, no hace Durante las siguientes seis sesiones, Neil aclaro que
mucho, me sentí algo mejor y sólo me ocupé de mí mismo. se había sentido terriblemente enojado consigo mismo e
Fue un sábado a la tarde. Los chicos estaban con su ma- impotente porque no podía hacer feliz a su amiga. Cuando
dre. .. yo estaba solo... Decidí relajarme y olvidarme de comenzó a valorarse más, se dio cuenta de que no era el
las tareas domésticas. Todo lo que hice fue sentarme y mi- único responsable de la relación e inició junto con ella un
rar televisión, y dejé de pensar en lo que tenía que hacer. tratamiento de pareja.
Incluso dormité un poco.

A partir de ese momento la conversación nos acercó a


una solución. Por supuesto, es imposible saber cuál fue el
desencadenante del recuerdo de la excepción. Se puede
conjeturar que como Neil quería sentirse independiente y

118 _- 119
El empleo de nuestras emociones para ayudar a Cuando les pregunté de qué querían hablar en la se-
los clientes a hallar soluciones sión, no obtuve respuesta. Sandra expresó pena y desilu-
sión por la conducta de Rita. Dijo que hasta entonces la fa-
A veces, los clientes saben lo que sienten y quieren ha- milia nunca había tenido problemas. Comprendía que Ri-
blar de ello, pero tienen miedo o no son capaces de hacerlo. ta no se sintiera cómoda con su orientación sexual y qui-
Esta traba les impide hallar una solución. Los terapeutas siera vivir con el padre, pero objetaba su manejo de la
no somos telépatas, pero debemos ser tan receptivos como cuestión. Rita se defendió. Rhoda prefirió no tomar parti-
sea posible al lenguaje corporal de los clientes, que dice do y habló muy poco.
mucho sobre sus emociones. Para estar muy alertas a los Mi impresión fue que Sandra había traído a sus hijas
indicios de sentimientos inexpresados, debemos vigilar para evitar que Rita se marchara o para hacer las paces
nuestros propios pensamientos y sentimientos. La intui- con ella antes de su partida. Me abstuve de mencionarlo
ción puede ser útil en estas circunstancias, pero sus resul- porque quería que la familia pusiera en claro sus propias
tados deben analizarse con cuidado antes de comunicarlos metas.
a los clientes. A medida que avanzaba la sesión se acentuaba el pre-
dominio de la conversación sobre el problema y las ten-
siones que se habían agravado en los últimos meses a cau-
sa del desagrado que Rita sentía por la compañera de
EJEMPLO DE CASO: SANDRA Y SUS HIJAS Sandra. Me pareció que la familia debía volver a centrar-
se en el motivo que la había traído, y para lograrlo exploré
Sandra era una mujer divorciada de 43 años que pidió un recurso: la afirmación de Sandra de que hasta enton-
ser atendida junto con sus dos hijas —Rita, de 16 años, y ces la familia nunca había tenido problemas.
Rhoda, de 14— tan pronto como fuera posible. Dijo que
una semana después Rita se iría a otra ciudad para vivir Terapeuta: Entiendo que siempre hubo una buena rela-
con su padre y necesitaba ayuda para hablar con ella. ción entre usted, Sandra, y Rita, hasta hace unos pocos
La atmósfera era pesada y tensa cuando la familia en- meses, pero en realidad no me han hablado de eso. Ahora
tró en la habitación. Las hermanas parecían angustiadas parece haber mucha pena y resentimiento. Me pregunto,
y hablaban en voz baja. Dijeron no saber por qué su ma- sin embargo, si podrán ayudarme a comprender mejor a
dre las había llevado allí. Sandra, por lo demás una mujer su familia. ¿Podrían decirme algo acerca de lo que consi-
de aspecto agradable, tenía la expresión de una máscara y deran bueno en su familia, algunas cosas de las que tal
apenas si movía algún músculo mientras hablaba con voz vez se sientan orgullosas?
monótona. Dijo que venía a la sesión porque la semana Sandra: Rhoda, ¿de qué te sientes orgullosa?
anterior había tenido que llamar a la policía para localizar Rhoda (se encoge de hombros y piensa un largo rato antes
a Rita, quien hasta entonces nunca dejaba de avisar de contestar): No sabría decirlo en este momento.
cuando iba a llegar tarde. Cuando la policía llevó a la mu- Terapeuta: ¿Y tú, Rita? Cuando evocas el pasado, ¿qué co-
chacha a la casa, informó que se había mostrado hostil y sas buenas recuerdas de tu vida con tu mamá y Rhoda?
había gritado, delante de los vecinos curiosos, que quería Rita: Las Navidades, y cuando fuimos las tres a Florida.
irse porque no soportaba que Sandra fuera lesbiana. Al Terapeuta: ¿Algo de la vida cotidiana?
día siguiente, Rita le pidió a la madre que hiciera los arre- Rita: Los abrazos. Me gusta que mamá me abrace. No
glos necesarios para poder irse a vivir a otra ciudad con su puedo abrazar a papá como abrazo a mamá. A ella la pue-
padre. Los preparativos ya estaban listos. do abrazar en cualquier momento, y sé que a ella también

120 121
le gusta. No quiero hacer comparaciones ni nada, pero no Sandra (con un profundo suspiro): Supongo que eso es lo
puedo hacer lo mismo con mi padre. Es lindo. También me que he vivido desde que Rita me contó cómo se sentía ver-
gusta cuando me cocina.. daderamente. Parece una muerte, y no como si se fuera a
Terapeuta: ¿Y qué cosas buenas recordarás de tu relación hacer una visita o sólo por un año o dos. Fue muy distinto
con tu hermana? cuando mi hijo se fue de casa.
Rita: Voy a echar de menos ir a su habitación para escu- Terapeuta: ¿En qué consistió la diferencia?
char música juntas e intercambiar ropa. Sandra: Las circunstancias eran diferentes. El terminó la
Terapeuta: ¡Has estado pensando mucho en eso, sin duda! escuela secundaria y se marchó a la universidad. Tuvimos
(Rita asiente con un gesto.) ¿Lo sabía usted, mamá? nuestros problemas pero nos habíamos reconciliado. Ten-
Sandra: No. go la sensación de que Rita no quiere reconciliarse... sólo
Terapeuta: ¿Qué cosas buenas va a extrañar usted? quiere irse y olvidar. Y eso me parece realmente defini-
Sandra: Voy a extrañar el tener dos hijas... (vacila un tivo.
instante). Solíamos ir juntas a jugar a los bolos y cantába- Terapeuta: ¿Es como dice tu madre? ¿Tenías pensado no
mos en el coro de la iglesia. Me gustaba ir a las reuniones mantener ninguna relación con ella en el futuro?
de padres en la escuela y recibir siempre magníficos infor- Rita: No.
mes sobre Rita. . . Acabamos de comprar un televisor con Terapeuta: ¿Por qué crees que ella pensaba eso?
una gran pantalla y nos encanta, pero ahora seremos sólo Rita: Probablemente, porque desde hace un tiempo no
Rhoda y yo. hay comunicación entre nosotras. Ella no sabe lo que
siento.
Cuando Sandra dijo «Voy a extrañar el tener dos hijas» Terapeuta: Entonces, ¿cuál es tu idea respecto de seguir
experimenté una reacción física, una especie de conmo- conectada con tu mamá y con Rhoda después de irte?
ción. Advertí que Sandra sentía la partida de Rita como
una muerte y que nunca volvería a verla. Dialogué en si- Rita explicó que esperaba seguir en contacto con su
lencio conmigo misma para analizar si debía o no comuni- madre y su hermana por teléfono, por carta y con visitas
carles esa reacción. ¿Cuál sería la posible desventaja? Tal durante las fiestas. Pidió disculpas a su madre por haber
vez Sandra creyera que la había interpretado mal. ¿Y la sido tan indiscreta frente a la policía y los vecinos. Madre
ventaja? Le transmitiría un convincente mensaje de que e hija se marcharon reconciliadas. Sandra me llamó más
comprendía su profunda desesperación. Rita podría en- adelante para agradecerme y decirme que había llegado a
tender mejor la intensidad del dolor de su madre. Los po- aceptar como apropiada la decisión de Rita de vivir con su
sibles beneficios superaban a los posibles peligros. Como padre durante un tiempo, y que ya no sentía que la rela-
existía la posibilidad de que esta sesión fuera la única, ción entre ambas estuviera cortada.
decidí hablar.

Terapeuta: Usted dijo que ya no tendrá más dos hijas. Por


la forma de decirlo era como s i . . . como s i . . . Por supuesto Las emociones y el mensaje de recapitulación
que no tendrá más dos hijas en su casa, pero dio la impre-
sión de algo definitivo. Usted seguirá teniendo dos hijas, Se ha sostenido que tanto la «actitud del sí» (Erickson,
sólo que una de ellas no vivirá en su casa. Por la manera Rossi y Rossi, 1976; Erickson y Rossi, 1979) desarrollada
de decirlo, sonó casi como si hablara de una muerte y no durante la entrevista como la pausa y las felicitaciones in-
de una mudanza. cluidas en el comienzo del mensaje de recapitulación son

122 123
sugestiones hipnóticas que inducen un estado de relaja-
ción (véase el capítulo 6). Nunca se ha hecho mención de tes que sólo sienten emoción hay que ayudarlos a acceder
las emociones con referencia a este proceso. Sin embargo, a su capacidad de razonar. Quienes no pueden controlar
la comprensión y los elementos positivos transmitidos por su conducta deben recibir ayuda para sentir y razonar.
el mensaje de recapitulación a los clientes —por lo gene- Nuestra vida no puede ser productiva sin emoción; por lo
ral, estos esperan oír que las cosas son peores de lo que su- tanto, esta debe ser incluida en las soluciones para vivir
ponían— proporcionan un gran alivio emocional. La rela- mejor.
jación resultante es esencial para razonar y tomar las de-
cisiones conductales (Damasio, 1994) necesarias para lle-
gar a una solución.

Conclusión

La elevación de las emociones al mismo rango que la


cognición y la conducta en la TCS puede parecer un paso
radical Sin embargo, si aceptamos que el lenguaje y la
emoción son inseparables, ¿cómo podríamos excluir la
emoción de nuestra práctica terapéutica?
Las emociones pueden facilitar las soluciones al brin-
dar un importante medio de conectarse con los clientes y
comprenderlos (Ring, 1998). Las emociones primarias son
un medio universal de comunicación. Surgen sin un con-
trol consciente y no dependen de las palabras. Los bebés
no necesitan palabras para comunicar sorpresa, dolor o
hambre. Entre los clientes y los terapeutas presentes en el
consultorio hay una conexión emocional inexpresada que
no se transmite a los terapeutas ubicados tras el espejo.
Aunque habitualmente conversamos con los clientes en
un nivel emocional elaborado por la maduración física y
mental y la socialización, atraer su atención a lo que Steve
Gilligan (1997) llama «un indestructible "punto débil sen-
sible" (...) en lo más íntimo de cada individuo» puede faci-
litar las soluciones. Un modo de hacerlo consiste en crear
un clima emocional que proporcione seguridad (Sullivan,
1956). Otro modo es utilizar nuestra intuición y nuestros
sentimientos para ayudar a los clientes a tomar concien-
cia de sus propios sentimientos, a fin de que puedan usar-
los, junto con su razonamiento, para hallar soluciones.
Por supuesto, también puede suceder al revés. A los clien-

124
125
5. El proceso de aclaración de las metas términos de conducta (Berg y Miller, 1992; De Shazer,
1985, 1991a; Durrant, 1995; O'Hanlon y Weiner-Davis,
1989; Walter y Peller, 1992). Las ideas que aquí presento
sólo son aplicables a los clientes que concurren por su
propia decisión; de los clientes involuntarios me ocuparé
en el capítulo 10.

Hace algunos años, en la primera sesión yo formulaba Metas versus soluciones


siempre una de estas preguntas: «¿Cómo sabrá usted que
venir aquí le resulta útil?» o «Si.usted vuelve la semana Los problemas —según lo afirma uno de los supuestos
próxima y me dice que ha notado un pequeño cambio fa- básicos de la TCS— no tienen que ver necesariamente con
vorable, ¿cuál será ese cambio?». Elegía estas preguntas
las soluciones, y de ello se deduce que tampoco tienen que
para lograr que los clientes se centraran en las metas. Las
ver necesariamente con las metas. Cuando acuden a la
respuestas les harían saber, y me harían saber a mí, ha-
terapia, los clientes suelen tener en mente una meta, pero
cia dónde deseaban encaminarse. También creía que con
es posible que esta no sea la solución. La solución será
esas preguntas evitaría que insistieran en hablar de sus
cualquier cosa que, en la percepción de los clientes, vuelva
problemas. Las respuestas que recibía eran variadas,
su situación menos problemática o no problemática en un
pero sólo en raras ocasiones conducían a una solución rá-
momento determinado.
pida.
Las metas se perciben, por lo general, en términos de
Hace unos diez años dejé de usar estas preguntas in- «o bien... o bien»; es decir, el problema es «totalmente
troductorias debido a lo que aprendí en un taller realizado malo», y la solución, «totalmente buena». «Nunca volveré
bajo mi dirección. Los participantes, divididos en peque- a enojarme» o «Siempre seremos una familia feliz» son ex-
ños grupos, se habían entrevistado mutuamente, y un pectativas usuales pero poco realistas en materia de me-
hombre comentó más tarde que se había sentido irritado tas. Estos pensamientos singulares son también malas
cuando su «terapeuta» le formuló la primera de las pre- premisas para la buena salud mental y pueden parecer
guntas mencionadas. Dijo que quería contar su historia y difíciles de llevar a la práctica, cuando tal vez lo único que
que la pregunta se lo impidió. La discusión posterior en el se requiere para hallar una solución adecuada es un cam-
grupo me hizo comprender que esas preguntas iniciales bio relativamente pequeño, la diferencia entre dos mati-
centradas en el futuro disponían el escenario para la tera- ces de gris.
pia privando al cliente de la posibilidad de elegir. No es Las soluciones son el producto final de un proceso de
una forma adecuada de practicar la TCS. Lo importante descubrimiento. Pueden estar muy alejadas de lo que los
no es el momento en que se definen las metas, sino el he- clientes creían su meta cuando iniciaron la terapia. De
cho de que estas reflejen con tanta precisión como sea po- acuerdo con este razonamiento, es más apropiado conce-
sible lo que los clientes desean de la terapia. bir la «aclaración de la meta» como una observación conti-
En este capítulo describiré la aclaración de las metas nua de los clientes durante la terapia y una reevaluación
como un proceso continuo, apartándome así de la opinión conjunta de lo que desean como resultado. Más reciente-
generalmente admitida de que, dentro de lo posible, en la mente, Walter y Peller (1996, pág. 18) describieron la
primera sesión deberían definirse metas concretas en aclaración de la meta como un proceso de desarrollo del

6
127
significado al que denominaron «evolución de la meta»
[goaling]. Aclaración de las metas: el proceso
Ayudar a los clientes a comprender qué desean de la
terapia requiere tiempo y paciencia. El supuesto de que
La tarea de aclarar las metas la terapia breve avanza a paso lento nos lo recuerda, y nos
ayuda a mantener una actitud flexible, a oír lo que se
La creencia de que hacia el final de la primera sesión dice sin escuchar deliberadamente y a hacer aclaracio-
debe contarse con una meta definida es reforzada por las nes o preguntar sobre el significado sólo cuando es nece-
empresas de atención médica administrada, que exigen sario.
pruebas concretas de que los terapeutas emplean el tiem- Imaginemos esta situación: una persona necesita com-
po de manera constructiva. Este concepto también es útil prar ropa para usar en el trabajo o en una ocasión deter-
para el compromiso de calidad y la investigación. En efec- minada. Considera sus posibilidades y toma algunas
to, ayudar a los clientes a definir qué quieren de la terapia decisiones respecto del estilo y el color. Por ejemplo, si es
es esencial, sobre todo para un enfoque tan pragmático y una mujer, quizá se decida por un vestido rojo. Va a la
focalizado como la TCS. Sin embargo, esta tarea no debe tienda y busca un artículo que responda a esa descripción.
ser tomada demasiado literalmente si se quiere evitar que El primero que encuentra le agrada y lo compra. Esto es
se convierta en la meta del terapeuta, en lugar de respon- posible pero no probable, sobre todo tratándose de una
der a lo que el cliente necesita en ese momento. La prisa mujer,
por definir las metas puede someter a los terapeutas y los
La mayoría de las personas se prueban varias prendas
clientes a una presión indebida y dar por resultado metas
que podrían satisfacer sus necesidades y, si son afortu-
mal definidas que conducen a conversaciones sin futuro.
Además, puede afectar negativamente el clima emocional nadas, encuentran una de su agrado. Más frecuente es
de la relación terapeuta-cliente. . . . que, mientras buscan entre las perchas, se sientan atraí-
das por una prenda de un color o un estilo diferente del
El término «definición de la meta» sugiere linealidad, que buscaban. La mujer que creía que quería un vestido
precisión y un proceso cognitivo. Implica una estructu- rojo finalmente decide que un traje negro con pantalones
ra, como un protocolo. Algunos clientes son capaces de de- le sienta mejor y es más versátil. Las expectativas previas
finir al comienzo del tratamiento una clara meta conduc-
son superadas por las opciones que ofrece la experiencia
tal que permanece invariable. Muchos otros están dema-
de ir de compras.
siado abrumados emocionalmente como para ir más allá
de expresar algunas «quejas» (De Shazer, 1985, págs. 31- El proceso por el que atraviesan nuestros clientes es si-
2). Por lo común, esas quejas son más vagas o generales milar al que acabamos de describir. Las metas que habían
que el problema, tal como este termina por definirse. La imaginado pueden cambiar cuando tienen la oportunidad
mayor parte de las veces, las quejas se redefinen, durante de reexaminarlas desde distintos puntos de vista. La in-
el proceso terapéutico, hasta que el cliente tiene en claro teracción con el terapeuta debería proporcionarles esa
cuál es el problema. La comprensión cabal del problema oportunidad.
suele esclarecer la meta o la solución. La «aclaración de las metas» es un proceso que comien-
za con la primera sesión y prosigue hasta el fin de la te-
rapia. Requiere una observación constante de los clientes
para asegurarnos de que marchamos por la misma senda
(Walter y Peller, 1994). Este proceso suscita en forma au-
128
129
tomática algunas preguntas, independientemente de la activa, porque los pequeños pasos hacia la confianza se-
etapa en que se encuentre la terapia: rán mucho menos riesgosos que los pasos dados hacia la
intimidad sexual. Una mayor confianza probablemente
1. «¿Cuál cree usted que es el problema (en este mo- los llevará, de todos modos, a una vida sexual más activa.
mento)?». Aunque resulte paradójico, el camino en apariencia me-
2. «¿Cómo sabrá que el problema se ha resuelto?». nos directo hacia la solución puede conducir a una solu-
3. «¿Cómo sabrá que ya no tiene que venir? ¿Qué le ción más rápida. El rol del terapeuta centrado en la so-
indicará que ya no es necesario?». lución consiste en facilitar a los clientes el proceso de au-
4. «Para que eso ocurra, ¿qué deberá modificarse en toconocimiento, a fin de que las perturbaciones tengan la
lo concerniente a sus actos, pensamientos y senti- máxima probabilidad de convertirse en soluciones apro-
mientos?». piadas para ellos.
5. «¿Qué diferencias notará en otras personas que
comparten la situación?».
6. «¿Cuál es su fantasía más alocada en cuanto a lo
que desea que ocurra?». (Cualquier versión de la
pregunta del milagro es útil para la aclaración de
Metas y emociones
las metas.) Como las emociones forman parte del lenguaje, debe-
Una vez que se ha llegado a un acuerdo sobre la direc- rían ser incluidas en la aclaración de las metas. Por ejem-
ción, pueden utilizarse preguntas de la escala para verifi- plo, Jonathan describió su motivo para acudir a terapia
car el progreso hacia la solución. diciendo: «Quiero ser más resuelto». Aclaró ese motivo me-
La razón por la cual en la TCS es tan importante ayu- diante una referencia a la conducta: «No voy a dudar de
dar a los clientes a aclarar sus metas es que estos, si no mis opiniones y elecciones porque alguien las cuestione,
conocen con claridad lo que realmente quieren, no serán sino que voy a actuar de acuerdo con mis propias decisio-
capaces de reconocer una solución. Como cada cliente es nes». La terapeuta reflejó el componente emocional de esa
único y los terapeutas no pueden cambiar a los clientes, es- descripción: «¿Dice entonces que no tendrá miedo de to-
tos tienen que cambiarse a sí mismos; sólo ellos pueden sa- mar sus propias decisiones?». El rostro de Jonathan se ilu-
ber cuándo han llegado a ese punto. minó: «¡Sí, exactamente, así es!». Ahora bien, como Jona-
Por ejemplo, al comienzo de la sesión, una pareja pue- than era una persona que deseaba agradar, la terapeuta
de decir que su meta es tener una vida sexual más activa. tuvo que precaverse de que no respondiera positivamente
Construir una solución basada en esa meta sin hablar del a su reflexión en términos emocionales por el mero hecho
contexto en que tiene lugar la relación sexual puede ser de que esta provenía de ella. Tuvo que pedirle que decidie-
adecuada sí la pareja está preparada para una mayor inti- ra por sí mismo cómo quería expresar su meta. ¿Se referi-
midad. No obstante, dado el supuesto de que la TCS avan- ría a actuar con decisión o a no tener miedo? Obviamente,
za a paso lento, conviene dedicar antes algún tiempo a ex- ambas cosas están relacionadas, pero Jonathan debía
plorar el contexto de su relación sexual. Esta exploración aclararse cuál de esas descripciones le parecía mejor. En
puede producir información adicional: por ejemplo, la este caso, el pedido de aclaración le permitía practicar la
falta de confianza en el amor del otro. Si los clientes modi- toma de decisiones y aumentaba la probabilidad de enca-
fican su meta y se dedican a incrementar la confianza ten- minarse con fluidez hacia una solución.
drán mayor probabilidad de hallar una solución exitosa La referencia a la «aclaración de metas» y no a la «rede-
que si siguen trabajando para tener una vida sexual más finición de metas» también puede tener una influencia fa-

30 131
vorable en los clientes que no progresan. Decirle a un
en un banco. De agradable aspecto, podríamos describirla
cliente que lo que desea de la terapia ha cambiado y pre-
diciendo que su peso estaba en el límite máximo admitido
guntarle «¿Qué es más adecuado para usted ahora?» o
«¿En qué preferiría concentrarse ahora?» lo irritará mu- como normal en las tablas de peso y estatura; es decir, aún
cho menos que sugerir que debe haber un cambio. El no estaba demasiado gorda. Cinco años antes, justo des-
cliente puede interpretar que el cambio significa que la pués dé casarse, asistió a seis sesiones de terapia en busca
meta que se fijó antes era equivocada. La idea de que co- de ayuda para manejar la relación con su padre. Este, un
metió un error puede provocarle un sentimiento de ver- hombre cariñoso pero controlador, tenía dificultades para
güenza que perturbará el clima emocional. compartir su única hija con su yerno, y exigía sin razón
Algunos cliente temen el cambio aunque hayan que ambos le dedicaran más tiempo y atención. La solu-
iniciado una terapia para lograrlo. El temor se manifiesta ción encontrada por Marilyn consistió en decidir qué aten-
habitualmente en la falta de progreso, la percepción de ción le prestaría en vez de desatenderlo por completo.
que no hay progreso aunque se haya producido algún Marilyn dijo que volvía a terapia para «curarse de un
cambio, o la recaída. Los clientes que sienten ambiva- trastorno alimentario». Al referirse alo sucedido en los úl-
lencia frente al cambio tienden a demostrarlo expresando, timos cinco años manifestó que se sentía orgullosa de que
directa o indirectamente, sentimientos negativos hacia sí las cosas con el padre siguieran por buen camino. Ya no
mismos, el terapeuta o la terapia. También en este caso es trataba de cambiarlo, sino que lo aceptaba tal como era.
más seguro, dado su estado emocional, explorar su idea «Todavía hace algunos comentarios de vez en cuando»,
actual de lo que desean de la terapia, en lugar de hablar dijo, «pero no le hago caso».
sobre redefinición de metas. Ni siquiera vale la pena co- Hablando con un tono de voz que denotaba angustia y
rrer el riesgo de hacer un sondeo discreto como «Me pre- tensión, describió su problema actual del siguiente modo:
guntaba si sería útil verificar las metas que usted definió
anteriormente», ya que puede avergonzar a los clientes. Marilyn: Mi peso ha sido para mí un problema durante
El hecho de aclarar las metas como parte de una conver- toda la vida y ahora pierdo el control cada vez más, sabe, y
sación en curso proporciona mayor seguridad. no paro de engordar y creo que no puedo controlarlo por
alguna razón . . . mis hábitos de comida.
Terapeuta: ¿En algún momento pudo controlarlos?
Marilyn: Cuando pertenecía a Weight Watchers. En esa
EJEMPLO DE CASO: MARILYN
época rebajé doce kilos, pero gradualmente volví a los
viejos hábitos... y... sabe... no s é . . . mi meta no es reba-
El tratamiento al que rae referiré, que incluyó cinco jar tanto como en esa época. En Weight Watchers lo hacen
sesiones distribuidas a lo largo de tres meses, ilustra mi medir y pesar todo a uno. Mi problema no consiste en co-
planteo de que la aclaración de las metas es un proceso y mer dos cucharaditas de margarina en vez de una. No es
no una tarea. También destaca las decisiones de un tera- esa clase de cosas lo que quiero remediar. El problema son
peuta de las que he hablado en los capítulos precedentes. 1 las comilonas. [Esta fue la primera declaración de Mari-
Marilyn era una mujer blanca de 30 años, casada y lyn respecto de lo que quería.l
madre de un hijo de 19 meses. Trabajaba media jornada
Terapeuta: Muy bien... y dígame, ¿cada cuánto se da una
1
Una versión de este caso en la que se hace hincapié en un aspecto comilona?
diferente fue publicada en Lipchik (1993). Copyright 1993 por The Marilyn: Todos los días.
Guilford Press. Se reproduce con autorización.
Terapeuta: ¿Y eso qué quiere decir, exactamente?

132
133
Marilyn: Quiere decir que reviso las alacenas y el refri- chatarra y la manteca de maní, que comía directamente
gerador y como todo lo que encuentro. Y si no encuentro
del frasco como si fuese un helado. Ultimamente, después
nada voy al sótano, donde tenemos la despensa, a buscar
galletas o lo que sea. de cenar comía incluso las sobras frías que había guarda-
do en el refrigerador.
Terapeuta: [En este punto, para promover su autoconoci- Añadió que siempre comía en la cocina, frente al televi-
miento, le pregunté a Marilyn qué significaba para ella sor. Cuando estaba ocupada comía menos, pero a menudo
esa conducta.] ¿Cómo se explica a sí misma esa actitud?
se sentía «demasiado perezosa» para dedicarse a hacer
Marilyn: Es algo que viene de lejos. Empezó cuando esta-
algo y permanecía frente al televisor. Cuando notaba que
ba en la escuela primaria o al comenzar la secundaria.
la invadía la pereza, se enojaba consigo misma y empeza-
Terapeuta: Ah, sí. ¿Y todos los días?
ba a comer. Dijo que los fines de semana las cosas mejora-
Marilyn: Cada tanto, cuando me pongo a dieta... durante
ban, aunque aun entonces se atiborraba de comida si su
un tiempo.. .no lo hago, pero en general sí. Trato de ana-
esposo no estaba en la casa. «No como de esa manera de-
lizarlo y es como s i . . . no s é . . . no me pasa necesariamen-
lante de nadie, ni siquiera de Jim». Mi intento de ampliar
te cuando estoy deprimida. No lo puedo asociar con ningu-
el concepto de «estar ocupada» no aportó nada.
na emoción. Simplemente no puedo explicarlo.
Terapeuta: Probablemente se ha convertido en un hábito. Mi diálogo interno en mis dos carriles registraba el
[Empleo un término que Marilyn ha usado varias veces.] proceso de Marilyn. Esta decía que quería cambiar, pero
Marilyn: Sí, y es tan irracional. Y mientras como de esa rechazaba todas las posibilidades de cambio. ¡La vieja ru-
manera creo que es ridículo y entonces empiezo a depri- tina del «sí, pero... »! Siguió hablando de su enojo consigo
mirme. misma. Percibí una sensación de malestar y me di cuenta
de que la conversación empezaba a ser demasiado negati-
Terapeuta: ¿De modo que la única ocasión en que no lo ha- va, por lo que le hice la pregunta del milagro a fin de diri-
ce es cuando decide seguir una dieta?
gir su atención hacia un futuro diferente.
Marilyn: Sí. El período más largo, unos cuatro meses, fue
cuando estaba en Weight Watchers, pero luego, poco a po-
Marilyn: Si ocurriera un milagro, probablemente comería
co, volví a hacerlo. Pero ahora es peor que nunca.
Terapeuta: ¿Y Jim qué opina? [Amplío el contexto de la algunas papas fritas.. . un poquito de comida chatarra,
opinión de Marilyn.] rosetas de maíz... De ninguna manera comería sobras:
es como cenar dos veces. Tendría algún control.
Marilyn: E l . . . bueno, yo lloro y digo que tengo que con-
Terapeuta: ¿Qué porcentaje del tiempo diría usted que es
trolarme. .. y cuando voy a Weight Watchers cree que es
incapaz de controlarse?
una buena idea, pero siempre con la actitud de que no voy
Marilyn: El noventa por ciento.
a aguantar esa manera de comer. Me gustan las comidas
Terapeuta: ¿Cuánto control cree que deberá obtener para
grasosas. Nunca persevero.
sentirse satisfecha?
Marilyn: Por lo menos, el setenta y cinco o el ochenta por
Marilyn siguió diciendo que comenzaba a buscar comi-
ciento.
da tan pronto como su esposo se iba a trabajar y luego co-
Terapeuta: Bien... y... bueno, no es algo que vaya a suce-
mía más o menos durante una hora. ¿Creía que tenía rela-
der de golpe. De un noventa por ciento de descontrol a un
ción con la partida de su esposo? No. ¿Qué comía? Le gus-
taban los fiambres como la salchicha boloñesa y el salchi- setenta y cinco por ciento de control. .. un gran salto.
chón de hígado, las galletas de cualquier clase, la comida ¿Qué opina de un cambio del cinco por ciento? ¿Cómo cree
que sería?

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Marilyn: O bien pararía antes y dejaría pasar uno o dos Marilyn: Porque me veo gorda.
días sin... digamos cinco días, diez comilonas, eliminar Terapeuta: ¿Alguna otra razón?
una o dos o un cinco por ciento... algo así. Marilyn: Puedo comer todo lo que quiera sin pensar. Me
Terapeuta: ¿Qué le parece que sería más fácil para usted? ahorra mucha energía.
¿Detenerse antes o eliminar alguna comilona? [Este plan- Terapeuta: ¿Cómo podría disfrutar de esas ventajas sin te-
teo ampliaba las opciones de «o bien.,. o bien» a «tanto ner el problema que la trajo aquí?
una cosa como la otra», y disminuía la tensión emocional Marilyn: H u m . . . dejando de luchar conmigo misma, su-
provocada por la lucha entre ambas.] pongo.
Marilyn: Probablemente eliminar una, o al menos cam- Terapeuta: ¿Luchar consigo misma?
biarla por un bocadillo en lugar de atiborrarme... permi- Marilyn: Ah, vea, cuando me digo que no debería comer
tirme algo pero no permitirme perder el control. tanto pero de todos modos quiero hacerlo.
Terapeuta: De modo que cuando elija el momento y lo que Terapeuta: ¿Es eso lo que ocurre cuando se da un atracón?
va a comer, cuando eso suceda, ¿qué imagina que deberá Marilyn: Sí, ese es en realidad el problema, enojarme con-
hacer para limitarse a eso y no sentirse insatisfecha? migo misma por querer comer. [Redefine el problema una
Marilyn: Probablemente, hacer algo. vez más.]
Terapeuta: ¿Por ejemplo?
Había oído a Marilyn presentar el problema de varias
Volvimos a explorar la idea de Marilyn de «hacer algo» maneras: trastorno de la alimentación, comilonas, mal
en lugar de comer, pero ella cambió de tema y siguió criti- hábito, descontrol y enojo consigo misma. Todas parecían
cándose. Todas las personas con quienes trabajaba eran reducirse al hecho de que cuanto mayor era su incapaci-
delgadas y estaban pendientes de las dietas, y Marilyn dad de controlarse, más se enojaba consigo misma. Como
temía que la consideraran incapaz de controlarse. su solución en el caso de la relación con su padre había
consistido en obtener control, me remití a ese recurso.
Empezaba a resultar claro que no estaba dispuesta a
trabajar para hallar una solución. Por otra parte, yo que-
Terapeuta: A su juicio, ¿qué cosas marcaron una diferen-
ría evitar más autorrecriminaciones, de modo que le hice
cia para usted cuando vino a verme después de casarse,
una pregunta de la ventaja. Podía haber vuelto atrás para
por el tema de su padre?
insistir en la pregunta del milagro, pero me decidí por la
Marilyn: Recuerdo... usted me preguntó qué opciones te-
pregunta de la ventaja. Su finalidad es estimular el pen-
nía para manejar la relación con mi padre, y yo nunca ha-
samiento en términos de «tanto una cosa como la otra»,
bía pensado en ellas. Una de las posibilidades era no tener
porque induce a los clientes a considerar lo que hay de
contacto con mis padres. Yo no quería eso. Usted me hizo
positivo en lo negativo.
pensar en cómo quería abordar esa cuestión y formuló
Terapeuta: Sé que esta pregunta le parecerá extraña. algunas preguntas que me dieron ideas.
Quiero que sepa que estoy al tanto de su estrés y su preo- Terapeuta: ¿Cuáles son sus opciones hoy?
cupación, pero ¿cuál diría usted que es la ventaja de tener Marilyn: Aceptar las cosas como son o controlarme.
ese problema? Terapeuta: ¿Cuáles serían algunas opciones intermedias?
Marilyn: Es una buena pregunta. Bueno, noto que no me [«Tanto... como».]
acerco a la gente conocida, digamos, en un restaurante.
Tal vez me sirve de excusa para eso. No sé. Marilyn decidió que una forma de comenzar consistiría
Terapeuta: ¿Por qué quiere evitarlos? en dejar de comer manteca de maní del frasco o helado del

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envase. Pero volvió a insistir en que no quería privarse del
de mantenerse ocupada. Tal vez quiera incluso tratar de
placer de comer ni someterse a una estructura rígida.
decidir a la mañana qué bocadillos va a comer y en qué se
Al redactar el mensaje de recapitulación y decidir la ta- va a ocupar durante el día, y ver si eso le agrada o no.
rea consideré que debían relacionarse con la lucha de Ma- Marilyn: Bien, lo haré. Quiero recuperar el peso que tenía
rilyn entre el control y la dependencia. Por lo tanto, el antes del embarazo y ser capaz de dominarme. [Advertí
mensaje reflejaba mi comprensión de sus problemas de que Marilyn mencionaba ahora otra posible meta, la de
control y también le ofrecía algo concreto en que pensar. rebajar de peso, contradiciendo lo que había dicho antes.]
Terapeuta: [Mensaje de recapitulación.] Hoy la escuché
decir que quiere enfrentar un hábito que tiene desde los
Segunda sesión (dos semanas más tarde)
días de la escuela secundaria... luchar consigo misma pa-
ra no comer lo que quiera y cuanto quiera, y que eso la mo-
Terapeuta: Y bien, ¿qué ocurrió que usted quiera que siga
lesta no sólo por lo que la hace sentir respecto de sí misma,
ocurriendo?
sino también por lo que otras personas podrían pensar de
usted. Le parece que en este momento quiere un trata- Marilyn: Fue difícil, muy difícil. A veces me pregunto in-
miento individual para controlar ese problema, no un pro- cluso si es posible. La primera semana probé todas las op-
grama grupal, y no quiere una rutina de comidas muy es- ciones religiosamente, las escribí, las planifiqué, las volví
tructurada que no podrá mantener más adelante. Al pa- a escribir. Luego, la segunda semana, lo hice verbalmen-
recer, su esposo ha renunciado a apoyarla en su lucha y t e . . . pero no muy bien.
trata de convencerla de que se acepte tai cual es, como él Terapeuta: Hábleme de la primera semana y de lo que
mismo lo hace. funcionó.
También la escuché decir que ha logrado mantener ba- La interrogué minuciosamente sobre las conductas
jo control la relación con su padre durante los últimos cin-
co años y que pensar en sus opciones la ayudó a conse- exitosas y me enteré de que había dejado de comer mante-
guirlo. ca de maní y helado, y sustituido las galletas más graso-
sas por galletas saladas. Marilyn no compartió mi entu-
Mi respuesta es que su decisión es sensata, porque siasmo por esos cambios y relativizó su éxito diciendo:
usted es una persona que cuando resuelve hacer algo, lo «Bueno, algunos días dio resultado y otros no». Le pregun-
hace. Si eligió este momento para hacerlo, debe de haber té: «Pero, en general, ¿en esas dos semanas comió menos
una buena razón para ello. Usted comprende muy bien que antes?». «Sí, claro», contestó, «en general mucho me-
qué le sirve y qué no le sirve, y como la reflexión sobre sus nos, pero también sé que, aunque comí menos de algunas
opciones le sirvió antes, podría serle nuevamente útil. cosas, lo compensé comiendo más de otras». La reacción
de Marilyn ante el evidente cambio favorable indicaba
Marilyn: Tal vez sea poco realista de mi parte querer que que no estaba verdaderamente preparada para una solu-
ocurra en un santiamén.
ción. Tenía que seguirla con cuidado para tratar de susci-
Terapeuta: Es posible. Puede que necesite algún tiempo tar una motivación de algún otro modo.
para decidir cuál sería la mejor manera de no enojarse
consigo misma y de obtener el grado de control que desea.
Terapeuta: En este momento no veo con claridad en qué
No estoy segura, pero quizá le sería de ayuda pensar en
cree usted que sería más útil concentrarse.
distintas opciones respecto del tipo de bocadillo que quiere
Marilyn: Quizás en un día por vez. Algunos días no comí
comer y en qué momento, y cuáles son sus posibilidades
ningún bocadillo. [Obsérvese que cuando no cuestioné su

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posición, ella asumió por su cuenta una actitud más po- todo el tiempo, y al siguiente no luchar en absoluto y acep-
sitiva.] tarse.
Terapeuta: ¿Y qué hizo en vez de comer? Marilyn: No sé cómo podría dejarlo durante un día.
Marilyn: Bueno, uno de esos días fue el Miércoles de Terapeuta: Pero usted me dijo que ya lo hizo algunas
Ceniza; eso me dio una razón. veces.
Terapeuta: ¿Y qué hizo en vez de comer? Marilyn: No creo que pueda detener la discusión interna.
Marilyn: Oh, lo tenía todo escrito, y encontré cosas que Terapeuta: ¿Cómo lo logró antes?
podía hacer en la casa {con enojo). Si puedo hacerlo un día Marilyn: Bueno, tenía razones... la Cuaresma, por ejem-
o dos, ¿por qué no siempre? plo, o los pagos a Weight Watchers. Pero podría intentarlo.
Terapeuta: Parece enojada consigo misma. ¿Qué debería hacer?
Marilyn: Lo estoy. El problema es un problema de control. Terapeuta: El día indicado para no pelear, cuando perciba
Sé que otras personas también lo tienen, pero mire lo que la lucha en su interior, dígase a sí misma «Tengo que dejar
pasa con todas mis amigas. Ni siquiera tienen que pensar esto para mañana, porque hoy puedo hacer lo que me
en eso. ¿Por qué ellas pueden y yo no? plazca». Los otros días permítase luchar consigo misma
en cada oportunidad que surja, porque el día siguiente no
Advertí que me sentía algo frustrada por la actitud de podrá hacerlo.
Marilyn y recordé que yo no puedo cambiar a los clientes; Marilyn: Muy bien, lo intentaré. ¿De modo que lo que es-
sólo los clientes pueden cambiarse a sí mismos. Por lo toy tratando de lograr es.. .? No sé si podré desconectar
tanto, acepté la posición de Marilyn en ese momento y me esa parte de mí.
limité a reflejar sus sentimientos mientras ella daba rien- Terapeuta: ¿La estaría desconectando o postergando?
da suelta a su enojo consigo misma. Esta actitud disminu- Marilyn: Creo que obtendría mejores resultados si alter-
yó poco a poco y al final de la sesión Marilyn dijo entender nara períodos más cortos. Me permitiría discutir conmigo
que debía aprender a aceptarse. misma a la tarde y dejaría la tregua para el final del día,
cuando me siento cansada y tengo menos energía para se-
Terapeuta: [Mensaje de recapitulación.] Hoy la escuché guir discutiendo. [Siempre se debe permitir que los clien-
decir que su objetivo al venir aquí es, en realidad, dejar de tes modifiquen las sugerencias. Es más probable que
enojarse con usted misma por sus hábitos de alimenta- cumplan la tarea si lo hacen a su modo.]
ción. .. y aceptar su conducta y lo que usted cree que otras Terapeuta: Cualquier manera que le parezca apropiada
personas piensan sobre ella, es decir, el control en las co- estará bien. Sólo le prevengo que no debe esperar dema-
midas. Usted vino con la expectativa de lograr controlarse siado a corto plazo.
de inmediato. Señaló que su esposo le dijo que su manera
de ser no tenía nada de malo y que debía aceptarse tal co-
mo él la acepta, pero usted cree que si se acepta a sí misma Tercera sesión (dos semanas más tarde)
engordará cada vez más.
Mi respuesta es que al parecer usted está bien enca- Marilyn informó que le estaba yendo mejor en lo tocan-
minada al trabajar para aceptarse a sí misma. Creo que te a las comilonas, pero que en realidad había engordado y
cuanto más luche contra sí misma, menos energía ten- ahora quería trabajar para rebajar de peso. Me sorpren-
drá para hallar opciones que le convengan. Me pregunto: dió este cambio, pero no hice ningún comentario para no
¿qué opina de cambiar su manera de luchar contra sí mis- perturbar el clima emocional. Durante la conversación
ma? Por ejemplo, un día podría asegurarse de que lucha que siguió advertí que Marilyn estaba más dispuesta a

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aceptarse y menos pendiente de su modo de comer. Pero Marilyn: No tendría esos sentimientos negativos hacia mí
insistía en que los cambios se debían a que su esposo pa- misma, y creo que parecen mostrarse a través del proble-
saba más tiempo en la casa y en general ella tenía más co- ma con la comida.
sas que hacer. Concordó en que su autocontrol estaba au- Terapeuta: El problema con la comida, ¿es el síntoma de
mentando gradualmente, pero no le parecía suficiente. sus sentimientos negativos hacia usted misma?
Cuando se quejó de que una característica de toda su vida Marilyn: Es mi peor defecto, lo que me hace sentir más fu-
había sido la incapacidad de mantener los cambios y de riosa conmigo misma. [Sigue redefiniendo el problema.]
que nunca podría mantener el control, le recordé una im- Terapeuta: Muy bien. Si aceptarse es lo que quiere lograr
portante excepción: la situación con su padre. de la terapia, ¿cómo sabrá que se está aceptando más a sí
En el mensaje de recapitulación comparé la lucha con misma?
su padre con la que libraba en la actualidad y formulé la
Marilyn: No volveré a tener sentimientos negativos hacia
tarea sobre la base de su solución pasada. Marilyn había
mí misma y nadie me dirá que no tengo control.
resuelto el problema anterior tomando en cuenta sus ne-
cesidades y no las críticas de su padre. Sugerí un proceso Terapeuta: ¿Cómo aprendió a aceptarse en otras situa-
similar: cada vez que notara que se estaba criticando de- ciones?
bía preguntarse si eso era lo que su padre u otras personas Marilyn: No lo sé. No hay muchos otros aspectos en los
podrían pensar de ella o lo que ella quería pensar de sí que no me acepte.
misma. Terapeuta: ¿Y en el papel de hija?
Marilyn: Me daba cuenta de que no era una mala hija; mi
problema no era ese. Pero en esta situación se trata sólo
Cuarta sesión (tres semanas más tarde) de mí.
Terapeuta: Si se viera a sí misma como una persona que se
El primer comentario de Marilyn fue que posiblemente acepta y critica a la vez, como solía ver a su padre, ¿de qué
había estado un poco menos enojada consigo misma du- otra forma podría responder a sí misma?
rante las tres semanas anteriores. Dijo que sentía enojo Marilyn: Dejo que él diga lo que quiera y yo hago lo que
sólo el 50% del tiempo, pero que eso «no la satisfacía del quiero.
todo». También informó que había seguido la sugerencia Terapeuta: ¿Y cómo podría trasladarse eso a la actitud de
que le hice al final de la última sesión y notó que se sentía crítica a sus hábitos de alimentación?
como si en su interior hubiera una niña rebelde. Esa niña Marilyn: Supongo que debería decirle a esa parte de mí
la impulsaba a comer porque nunca había podido salirse que se callara.
con la suya en el pasado. «Es como si me dijera:"esto es Terapeuta: No es así como maneja a su padre.
realmente lo que quiero hacer y nadie me lo va a impe- Marilyn: Lo ignoro.
dir"». Esta aclaración adicional del problema me llevó a Terapeuta: ¿Podría hacer eso con su propia crítica?
preguntarle cómo quería ella, una persona adulta y com- Marilyn: Sí, creo que es lo que he estado haciendo, incluso
petente, manejar a esa niña rebelde. sin darme cuenta, cuando me sentía mejor. Me digo: esto
es lo que he decidido hacer precisamente ahora.
Marilyn: Tal vez me debería concentrar en aceptarme a mí Terapeuta: ¿Sólo en la semana siguiente a la última sesión
misma.
o también después?
Terapeuta: ¿Cómo podría disfrutar comiendo y al mismo Marilyn: Las cosas están mejor todo el tiempo, pero están
tiempo aceptarse a sí misma? [«Tanto... como»] mucho mejor inmediatamente después de verla a usted.

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Terapeuta: ¿Diría que mientras trabajamos juntas el por- Mi respuesta es que creo que usted va por buen cami-
centaje de ese comportamiento aumentó? ¿Cuánto más no, pero que sólo llegará a aceptarse a sí misma si durante
que antes se acepta ahora? un tiempo abandona el intento de cambiar y deja que su-
Marilyn: De un treinta a un cuarenta por ciento más. ceda lo que tenga que suceder; detenerse y ver cómo van
Terapeuta: Al comienzo usted dijo que estaba bien sólo en las cosas cuando abandona el intento de cambiar... quizá
un diez por ciento, y ahora ese porcentaje ha subido entre durante un mes o dos. Por supuesto, aún tendrá a veces
un treinta y un cuarenta por ciento. Eso nos lleva a un cin- pensamientos de autocrítica. Algunas personas les hacen
cuenta por ciento de mejoría. frente reservando diez minutos por día para ellos, y re-
Marilyn: Pero ahora mi meta es diferente. Cuando vine el flexionan sobre todos los pensamientos críticos que tienen
objetivo era rebajar de peso, pero ya no. Como la ropa no durante el resto del día. Otras encuentran útil dedicar
me quedaba bien, salí y me compré otra. Es una señal de esos diez minutos a poner por escrito los pensamientos de
que me acepto a mí misma. autocrítica y luego romperlos y deshacerse de ellos. Sé que
Terapeuta: Es maravilloso que se sienta así. ¡Es estu- a usted no le gusta poner las cosas por escrito. Tal vez
pendo! quiera buscar otras maneras de hacerlo. ¡Vea qué pasa!
Marilyn: Sé que podría bajar cinco kilos en tres semanas
si quisiera, pero en realidad no quiero. De modo que final-
mente pensé, bueno. , . compraré ropa que me haga sentir Quinta sesión (cinco semanas después)
atractiva. .. pero entonces me pregunté si no estaba tra-
tando de eludir algo. Marilyn informó que estaba mejor en todo sentido por-
Terapeuta: ¿Y cuál es su respuesta a esa pregunta? que se aceptaba a sí misma y «se fijaba tanto en los aspec-
Marilyn: Que así soy ahora. Sí puedo aceptarme tal como tos buenos como en los malos». En relación con la comida,
soy hoy, tal vez dentro de un año estaré más delgada... o se consideraba más capaz de controlarse. El cambio prin-
sucederá alguna otra cosa... Quiero quedarme embara- cipal consistía en que ya no luchaba tanto consigo misma.
zada. Quiero dejar de pensar en eso como si fuera algo to- «Es un gran alivio», dijo, «como cuando finalmente dejé de
talmente bueno o. totalmente malo. pelear con mi padre». Le pregunté qué efecto tenía en su
Terapeuta: En este momento, ¿cómo ha cambiado ese vida cotidiana esta nueva situación y me contestó que
equilibrio para usted? gracias a ella se había librado de la depresión.
Marilyn: Los sentimientos respecto de mis hábitos de ali- Terapeuta: ¿Hay alguna semejanza entre la sensación de
mentación han cambiado, de modo que los acepto mucho descontrol en la relación con su padre y el descontrol con
más que antes, pero lo que como es lo mismo... bueno,
la comida?
casi lo mismo... a veces es mejor y a veces peor. Marilyn: Creo que sí. Yo sentía decididamente que no te-
Terapeuta: ¿Cree que le resultaría aceptable tomar dife- nía ningún control y él lo tenía todo. Cuando obtuve algún
rentes decisiones en momentos diferentes? control, sentí alivio.
Marilyn: H u m . . . en eso estoy atascada. Terapeuta: ¿Su comportamiento cambió?
Terapeuta: [Mensaje de recapitulación.] La escuché decir Marilyn: Sí, y el cambio persistió.
que está haciendo progresos, pero que no obtiene resulta- Terapeuta: Sí. Y ahora usted hizo igual comprobación res-
dos con suficiente rapidez. También la escuché decir que pecto de la comida, de luchar consigo misma y de enojarse
ahora comprende que su principal objetivo es aceptarse, consigo misma por no tener control.
independientemente de sus hábitos de alimentación. Marilyn: Sí, ahora ya no peleo mucho conmigo misma.

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Terapeuta: ¿De verdad? de la meta de «curar un trastorno de la alimentación» y el
Marilyn: Sí. enojo consigo misma a la aceptación de sí misma. La cone-
Terapeuta: Dentro de dos años... dentro de tres años... xión en el nivel del proceso la ayudó a aclarar su pensa-
¿qué efecto tendrá en el futuro sobre su modo de comer miento en el nivel del contenido.
este cambio que ha logrado ahora?
Marilyn: Quiero creer que no lucharé conmigo ni pensaré
en el asunto. Supongo que si me permito comer lo que
quiero, no comeré más que lo suficiente. Por lo tanto, a
menos que cambie mi metabolismo, no creo que llegue a
Metas decisionales
pesar mucho más de lo que peso ahora, y con eso estaré sa-
tisfecha. Cuando la meta de un cliente es elegir entre dos o más
alternativas, nos convertimos en guías en un proceso de
resolución de problemas. Debemos escuchar cuidadosa-
Al final de la sesión le pedí a Marilyn que graduara la
mente a fin de ayudar al cliente a considerar las distintas
aceptación de sí misma respecto de la comida. Me contestó
que la comida era sólo una parte de la historia y que, en opciones. Parte del trabajo, como la enumeración de los
general, consideraba que podía controlarse entre un 80 y pros y los contras o la asignación de prioridades, puede
un 85%, en comparación con el 25% del inicio de la tera- sugerirse como tarea para la casa. Una variante de esta
pia. En cuanto a la confianza en que podría mantener esos sugerencia consiste en pedir a los clientes que hagan una
cambios, dijo: «No estoy segura. Es algo muy reciente». lista de las ventajas y desventajas de sus opciones a corto
y largo plazo.
Terapeuta: Y tendrá que trabajar en ello y seguir refor- Por ejemplo, un hombre acude para que lo ayuden a
zándolo. Una fórmula para hacerlo en el futuro... es nor- decidir si abandonará o perdonará a su esposa por haber
mal, sabe, que la aceptación de sí mismo y la autoconfian- tenido una breve aventura de la que está arrepentida.
za tengan altibajos... un ochenta y cinco por ciento es ex-
celente ahora, pero llevará tiempo convertirlo en un hábi- La ventaja a corto plazo: su orgullo quedará a salvo, y
to. .. Estaba pensando, para que no se desilusione si no puede herir a su esposa como ella lo ha herido a él.
siente que se acepta en un ochenta y cinco por ciento. .. La ventaja a largo plazo: no tendrá que preocuparse
cuando se sienta decaer, piense en lo que tiene que hacer pensando si puede o no volver a confiar en ella.
para regular el equilibrio entre la aceptación y la críti- La desventaja a corto plazo: toda su vida quedará tras-
ca de sí misma, sin dejarse tironear entre lo totalmente tornada y perderá a alguien a quien aún lo ligan
negativo y lo totalmente positivo. profundos sentimientos.
La desventaja a largo plazo: desperdiciará la oportuni-
Ambas coincidimos en que ella había alcanzado su dad de hacer hoy en su matrimonio algunos cam-
meta y no era necesario que nos Volviéramos a reunir. bios que podrían mejorarlo en el futuro.
El mensaje de recapitulación revisó su meta, sus logros
y su nueva manera de pensar el problema. La meta es tomar una decisión, sea cual fuere. Si des-
pués el cliente desea seguir viendo al terapeuta, habrá
Lo importante en este caso fueron los cambios que se que definir un nuevo problema sobre la base del conoci-
fueron produciendo en el proceso a medida que Marilyn miento que tenga el cliente de la ayuda brindada por la te-
aclaraba más y más el contenido. En cinco sesiones pasó rapia.

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En este caso en particular, si el hombre decide separar- tenía que tomar una decisión de inmediato, quizá deseara
se de su esposa, el nuevo problema puede ser cómo arre- tomar en cuenta las cosas de que disfrutaba al estar con él
glárselas para vivir solo, o cómo hacer frente a la pérdida, en la época en que comenzaron a salir juntos. En la sesión
o cómo compartir el cuidado de los hijos, o todas estas co- siguiente informó que durante esa semana se había senti-
sas juntas. Si su decisión es perdonar y tratar de salvar su do más relajada. Dos semanas después informó que de
matrimonio, él y su mujer tal vez deseen iniciar una tera- pronto su novio se había interesado más en sus necesida-
pia de pareja, en cuyo caso deberán definir entre ambos el
des y le pedía que se vieran más a menudo. Canceló la se-
problema y las metas. Si la mujer no desea una terapia y
sión siguiente y expresó que las cosas marchaban tan bien
el marido sí, este tendrá que definir su problema, es decir,
que había decidido mantener la relación.
cómo recuperar la confianza y/o perdonar. Por otra parte,
Otra pregunta que se puede formular a los clientes
el cliente puede marcharse y no sentir la necesidad de una
cuando no saben muy bien qué decisión tomar es: «¿Qué
terapia adicional. Lo que necesitaba de la terapia era que
lo ayudaran a tomar una decisión, y por lo tanto el contra- debería hacer (o decidir hacer) ahora para que al recordar
to con el terapeuta se ha cumplido. Si eso lo satisface como (o al mirar hacia atrás) en el futuro se sintiera satisfecho
solución, también debe satisfacer al terapeuta. No sería consigo mismo?». A menudo, esta pregunta es mucho más
compatible con la filosofía centrada en la solución mante- eficaz que la pregunta del milagro porque algunas perso-
ner al cliente en terapia para ayudarlo a enfrentar la nas son incapaces de imaginar un futuro mejor, pero todo
transición si este no lo considera necesario. el mundo puede recordar alguna decisión equivocada y
cómo se sintió después por el hecho de haberla tomado.
Algunos de los clientes que vienen en busca de una
decisión se sienten impulsados a tomarla tan rápidamen-
te como sea posible. La urgencia sólo exagera el aspecto «o
bien... o bien» de las decisiones. En ese momento, la me- El cliente cuya m e t a es cambiar el
jor opción es dedicar algún tiempo a reunir y examinar
comportamiento de otra persona
la información necesaria. En consecuencia, debemos
tratar de que los clientes actúen con menos urgencia o, de
Sólo se puede llegar a una solución exitosa si el cliente
ser posible, que pospongan momentáneamente la deci-
asume la responsabilidad por su comportamiento. Algu-
sión. Para lograrlo, podemos decir que necesitamos más
nos clientes, sin embargo, están convencidos de que su
tiempo a fin de conocer mejor la situación, o que sería con-
problema desaparecería si la conducta de otra persona se
veniente postergar la decisión para estar seguros de que
modificara. El ejemplo más común es el del padre que
es correcta.
quiere que el terapeuta «arregle» a su hijo o su pareja.
Recuerdo el caso de una mujer que vino para que la Al igual que otros, los casos de este tipo requieren, ante
ayudáramos a decidir si debía dejar a su novio. A este le todo, colaborar con el cliente.
asignaba en general un 7 en una escala de 10, pero dijo Marjorie, casada desde hacía quince años con Fred,
que se ocupaba más de los hijos de su primer matrimonio vino a hablar de su desdichado matrimonio; calificó a su
que de ella. Estaba ansiosa por tomar una decisión, por- esposo de egoísta, deshonesto e irresponsable con el dine-
que los esfuerzos por zanjar la cuestión le resultaban ago- ro. Ambos trabajaban mucho y ganaban más o menos lo
tadores. Le pregunté si estaba dispuesta a mantener la mismo, pero mientras que Marjorie se privaba de muchas
decisión en suspenso durante unas pocas semanas mien- cosas que hubiera deseado tener, Fred se daba el gusto de
tras yo la ayudaba a estudiarla detalladamente. Pareció comprar juguetes electrónicos, lo cual desequilibraba el
relajarse y sentir alivio. Entonces le sugerí que, como no presupuesto de la pareja. Marjorie había tratado de resol-

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En este caso en particular, si el hombre decide separar-
se de su esposa, el nuevo problema puede ser cómo arre- tenía que tomar una decisión de inmediato, quizá deseara
glárselas para vivir solo, o cómo hacer frente a la pérdida, tomar en cuenta las cosas de que disfrutaba al estar con él
o cómo compartir el cuidado de los hijos, o todas estas co- en la época en que comenzaron a salir juntos. En la sesión
sas juntas. Si su decisión es perdonar y tratar de salvar su siguiente informó que durante esa semana se había senti-
matrimonio, él y su mujer tal vez deseen iniciar una tera- do más relajada. Dos semanas después informó que de
pia de pareja, en cuyo caso deberán definir entre ambos el pronto su novio se había interesado más en sus necesida-
problema y las metas. Si la mujer no desea una terapia y des y le pedía que se vieran más a menudo. Canceló la se-
el marido sí, este tendrá que definir su problema, es decir, sión siguiente y expresó que las cosas marchaban tan bien
cómo recuperar la confianza y/o perdonar. Por otra parte, que había decidido mantener la relación.
el cliente puede marcharse y no sentir la necesidad de una Otra pregunta que se puede formular a los clientes
terapia adicional. Lo que necesitaba de la terapia era que cuando no saben muy bien qué decisión tomar es: «¿Qué
lo ayudaran a tomar una decisión, y por lo tanto el contra- debería hacer (o decidir hacer) ahora para que al recordar
to con el terapeuta se ha cumplido. Si eso lo satisface como (o al mirar hacia atrás) en el futuro se sintiera satisfecho
solución, también debe satisfacer al terapeuta. No sería consigo mismo?». A menudo, esta pregunta es mucho más
compatible con la filosofía centrada en la solución mante- eficaz que la pregunta del milagro porque algunas perso-
ner al cliente en terapia para ayudarlo a enfrentar la nas son incapaces de imaginar un futuro mejor, pero todo
transición si este no lo considera necesario. el mundo puede recordar alguna decisión equivocada y
cómo se sintió después por el hecho de haberla tomado.
Algunos de los clientes que vienen en busca de una
decisión se sienten impulsados a tomarla tan rápidamen-
te como sea posible. La urgencia sólo exagera el aspecto «o
bien... o bien» de las decisiones. En ese momento, la me-
El cliente cuya m e t a es cambiar el
jor opción es dedicar algún tiempo a reunir y examinar
la información necesaria. En consecuencia, debemos comportamiento de otra persona
tratar de que los clientes actúen con menos urgencia o, de
ser posible, que pospongan momentáneamente la deci- Sólo se puede llegar a una solución exitosa si el cliente
sión. Para lograrlo, podemos decir que necesitamos más asume la responsabilidad por su comportamiento. Algu-
tiempo a fin de conocer mejor la situación, o que sería con- nos clientes, sin embargo, están convencidos de que su
veniente postergar la decisión para estar seguros de que problema desaparecería si la conducta de otra persona se
es correcta. modificara. El ejemplo más común es el del padre que
quiere que el terapeuta «arregle» a su hijo o su pareja.
Recuerdo el caso de una mujer que vino para que la
ayudáramos a decidir si debía dejar a su novio. A este le Al igual que otros, los casos de este tipo requieren, ante
asignaba en general un 7 en una escala de 10, pero dijo todo, colaborar con el cliente.
que se ocupaba más de los hijos de su primer matrimonio Marjorie, casada desdé hacía quince años con Fred,
que de ella. Estaba ansiosa por tomar una decisión, por- vino a hablar de su desdichado matrimonio; calificó a su
que los esfuerzos por zanjar la cuestión le resultaban ago- esposo de egoísta, deshonesto e irresponsable con el dine-
tadores. Le pregunté sí estaba dispuesta a mantener la ro. Ambos trabajaban mucho y ganaban más o menos lo
decisión en suspenso durante unas pocas semanas mien- mismo, pero mientras que Marjorie se privaba de muchas
tras yo la ayudaba a estudiarla detalladamente. Pareció cosas que hubiera deseado tener, Fred se daba el gusto de
relajarse y sentir alivio. Entonces le sugerí que, como no comprar juguetes electrónicos, lo cual desequilibraba el
presupuesto de la pareja. Marjorie había tratado de resol-

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ver el problema insistiendo en que Fred le entregara el
mún de los cónyuges, y ella no quería dividir con él los que
cheque de su paga y le pidiera dinero a ella para sus gas- habían acumulado.
tos. Esta solución pareció apropiada durante algún tiem-
¿Qué opciones tenemos cuando se nos presenta una si-
po, pero ahora la mujer notaba que su marido le retaceaba
tuación como esta? Lo más terapéutico que se puede hacer
cada vez más su cooperación y trataba de sabotear sus
es sincerarnos y decir al cliente que no podemos cambiar a
planes. También había descuidado sus responsabilidades;
otras personas. Todo lo que podemos ofrecer sin dejar de
por ejemplo, la de ocuparse del mantenimiento del auto y
ser realistas es un examen de las alternativas. Una opción
cortar el césped. Poco antes, Marjorie había organizado
una fiesta para celebrar el aniversario de casados de sus podría ser buscar un mejor modo de enfrentar la situa-
padres, y Fred bebió en exceso y la menospreció delante ción. Marjorie no consideró satisfactoria esta respuesta y
de todos. Marjorie le pidió que iniciara una terapia con decidió dar por terminada la terapia. No obstante, esto no
ella, pero él se negó. equivale a decir que la posición del terapeuta no haya ser-
vido como intervención. Algunos clientes resuelven hacer
También los clientes deben comprender que los tera- otra cosa por su cuenta cuando los terapeutas se declaran
peutas no pueden cambiar a los clientes; estos tienen que impotentes.
cambiarse a sí mismos. Cuando la terapeuta le preguntó
cómo sabría que ya no necesitaría más sesiones de tera-
pia, Marjorie dijo que lo notaría en el cambio de la con- Conclusión
ducta de Fred. ¿Estaba ella dispuesta a hacer algo dife-
rente para lograr que eso sucediera? «De ningún modo»,
A primera vista, no parece importante hacer un distin-
contestó. Marjorie explicó que no había nada que un
go entre las expresiones «aclaración de metas» y «defini-
terapeuta pudiera sugerirle que ella no hubiera intentado
ción de una meta». ¿Cuál es la diferencia entre formular
ya. Había pedido cortésmente a Fred que se mantuviera
preguntas como parte de un proceso y plantearlas como
dentro de los límites del presupuesto, había tenido rabie-
una tarea? La diferencia estriba, sobre todo, en las impli-
tas, le había pedido a su suegra que hablara con Fred so- caciones, que a su vez afectan la interacción del terapeuta
bre la situación del matrimonio, había probado hablarle con el cliente. Pensar en términos de «proceso» y no de «ta-
cuando se mostraba amable y romántico, e incluso intentó rea» implica un flujo que mantiene abierta nuestra mente
negarse a tener relaciones íntimas con él. Nada había da- a otras posibilidades. Incita nuestra curiosidad por saber
do resultado. Quería ayuda profesional. La terapeuta tra- dónde se halla el cliente, en vez de suponer que está en un
tó, ante todo, de ayudar a la cliente a redefinir el problema lugar determinado con anterioridad. La idea de que la me-
y hacer algo diferente. Le preguntó si Fred había cambia- ta está «fijada» puede tener efectos restrictivos y llevar a
do alguna vez con anterioridad, en relación con ella o con un callejón sin salida.
otras personas. Después de pensar un rato, Marjorie dijo
En la TCS debemos observar en todo momento a nues-
que creía que su marido había dejado de llegar tarde al
tros clientes para decidir cuáles son sus metas en la tera-
trabajo porque lo amenazaron con despedirlo. ¿Creía Mar-
pia. No sólo son los únicos que pueden determinar con
jorie que Fred cambiaría si sospechara que ella lo iba a
precisión cómo sabrán que ya no tienen que seguir en te-
abandonar? La mujer contestó de inmediato que nunca lo
rapia, sino que sólo de sí mismos pueden extraer la capa-
dejaría. Se lo impedían sus convicciones religiosas, y, al
cidad y disposición para alcanzar ese punto. Por lo tanto,
margen de ello, la ley de divorcio de Wisconsin establecía
nos beneficiará ser pacientes, flexibles y curiosos (Cec-
que los bienes de un matrimonio eran de propiedad co-
chin, 1987) durante todo el proceso.

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151
El análisis de lo que los clientes quieren y su disposi-
ción para lograrlo es importante cuando se preparan el 6. El equipo detrás del espejo y la pausa
mensaje de recapitulación y las tareas para la casa, tema para la consulta
que desarrollaremos en el capítulo 7.

«Los equipos de observadores son utilizados, sobre


todo, por los terapeutas estructurales, los terapeutas del
grupo de Milán y los terapeutas estratégicos» (Nichols y
Schwartz, 1995, pág. 521). La mejor descripción de su fun-
ción es tal vez la del equipo de Milán:

«Todos creemos que la supervisión continua por parte de los


dos colegas que se hallan en la sala de observación es indis-
pensable. Al ser ajenos a lo que ocurre en la sala de terapia,
no se involucran tan fácilmente en el juego y pueden obser-
var con perspectiva y de un modo global, por así decirlo, co-
mo si fueran espectadores que presencian un partido de fút-
bol desde las graderías. Los observadores siempre captan
mejor que los protagonistas los hechos del terreno».
(Selvini Palazzoli et al., 1978, pág. 16)

En fecha más reciente, Tom Andersen (1991,1995) in-


trodujo en el concepto de equipo una variante más orien-
tada a la colaboración: el «equipo de reflexión». En este
proceso, los clientes observan la conversación del equipo y
luego la comentan.
En el Brief Family Therapy Center, las personas
apostadas detrás del espejo de visión unilateral actuaban,
en un principio, como observadores imparciales que nun-
ca se comunicaban directamente con los clientes. Ayuda-
ban al terapeuta entrevistador a redactar un mensaje pa-
ra el cliente durante una pausa al final de la sesión, pero
no se incluían en él. Se informaba a los clientes de la pre-
sencia de observadores detrás del espejo, pero delibera-
damente se omitía identificarlos. Creíamos que un aura
de misterio aportaría algún beneficio. Esto cambió cuando
en una oportunidad un cliente manifestó que deseaba co-

153
nocer la opinión de los observadores (Nunnally, De Sha-
zer, Lipchik y Berg, 1986), y el intercambio resultante nos ahorrar tiempo. La alternativa es dedicar unos instantes
hizo caer en la cuenta de que la conexión directa entre los a recapitular rápidamente nuestras ideas y ofrecer algo
clientes y el equipo añadía una nueva dimensión al pro- de realimentación y una tarea. Luego, esa misma tarde o
ceso. Los observadores comenzaron entonces a comuni- cuando volvemos a casa por la noche, al evocar lo que hici-
carse con el terapeuta, o directamente con los clientes, por mos durante la jornada, de pronto nos damos cuenta de
detrás del espejo, para formular preguntas o hacer comen- que pasamos por alto lo evidente y no lo comunicamos a
tarios. A menudo, esas preguntas y comentarios podían los clientes. Por fortuna, hay una manera de remediar la
utilizarse para cuestionar a los clientes de un modo que el omisión, aunque hacerlo requiere algún trabajo extra.
terapeuta entrevistador no podía emplear sin poner en Una carta dirigida al cliente para informarle de nuestra
peligro la relación. Sin conexión entre sí, Selvini Palazzoli reflexión tardía tiene la ventaja de la permanencia. Puede
y su grupo (1978) de Milán y un grupo del Ackerman Insti- ser leída y releída. También beneficia la relación, porque
tute de Nueva York (Papp, 1980) usaban el equipo de la sugiere a los clientes que su terapeuta piensa en ellos in-
misma manera. cluso cuando no están en su presencia.
El terapeuta presente en la sala y los observadores Componer un mensaje e idear una tarea cuando se
apostados detrás del espejo tienen una experiencia dife- participa emocional y cognitivamente en una conversa-
rente de la entrevista. Sus variadas impresiones consti- ción con un cliente es difícil. Semejante labor exige revisar.
tuyen una fuente de información muy rica cuando se trata el problema y las metas planteadas por el cliente, las de-
de componer un mensaje de intervención, y pueden con- más cosas que dijo en esa sesión y en las sesiones anterio-
tribuir a acortar el tratamiento. Lamentablemente, la res, y nuestras reacciones ante todo ello. Desde luego, hay
mayoría de los profesionales norteamericanos dedicados a ocasiones en que esto se puede hacer eficazmente, pero
la práctica privada no disponen del tiempo ni del personal esas oportunidades suelen presentarse hacia el final dé la
para trabajar en equipo con regularidad, o al menos en terapia, cuando las cosas marchan bien y todo lo que nece-
forma ocasional. La mayor parte del trabajo en equipo se sitamos decir es «siga haciendo lo que hizo hasta aquí». El
realiza en las universidades y los institutos de capacita- trabajo en equipo puede permitir una realización más efi-
ción con fines educativos o de investigación. ciente de esta tarea.
Si no contamos con un equipo, la mejor alternativa es
hacer una pausa por nuestra cuenta. El cambio de am-
biente al pasar de la sala de entrevistas a otro lugar in-
Beneficios para el terapeuta duce al terapeuta a «revisar» en vez de «actuar». Se trata
de dos experiencias distintas que, al combinarse, se poten-
El trabajo en equipo y la pausa hacia el final de la se- cian mutuamente y nos proporcionan una mayor com-
sión son medios eficaces para ayudar a los clientes. La co- prensión de nuestros clientes, nuestras interacciones con
laboración del equipo proporciona un apoyo intelectual y ellos y el modo como debemos responderles.
emocional al terapeuta y puede prevenir el agotamiento.
No obstante, la pausa es valiosa en sí misma, aunque no
se disponga de un equipo. Quienes solemos hacer una
pausa para redactar un mensaje de cierre e idear una ta- Beneficios para los clientes
rea para los clientes tenemos, por lo general, anécdotas
sobre las ocasiones en que decidimos omitir la pausa para Los beneficios que brindan a los clientes el trabajo en
equipo y la pausa para la consulta son obvios. Les propo-
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155
nen «más de una cabeza para trabajar por ellos», como
también un compromiso de calidad. De acuerdo con los procedimiento en equipo es la forma de presentarlo. La
cinco pasos de Erickson para la inducción del trance hip- presentación nunca debería hacerse en un tono vacilante
nótico (Schmidt y Trenkle, 1985, pág. 143), puede decirse o de disculpa. Por el contrario, debería reflejar orgullo por
que el proceso de esperar mientras el terapeuta no está en la posibilidad de brindar a los clientes una atención tan
la sala y de oír luego la propuesta del equipo beneficia a especial. Cuando actuamos convencidos de la bondad del
los clientes del siguiente modo: procedimiento, es inusual que los clientes lo rechacen.
Podemos decirles, por ejemplo:
1. Intensifica la atención en lo que el terapeuta dirá al
regresar.
«Actuamos de este modo para serles más útiles», o bien
2. Favorece la relajación cuando el mensaje del tera- «Ustedes obtienen más ayuda porque varias cabezas
peuta expresa aceptación y comprensión. piensan más que una sola», o bien
3. Ofrece algo diferente por obra de la sorpresa, el ali- «Hemos comprobado que podemos ayudarlos más rápi-
vio o el apartamiento del cliente de su propia con- damente de este modo»,
cepción del problema.
o emplear en conjunto todos estos argumentos.
4. Brinda continuidad porque refleja el lenguaje y el
modo de cooperar del cliente.
Los estudiantes que se sienten incómodos al ser obser-
5. En un estado similar al trance, los clientes se mues- vados suelen tropezar con dificultades cuando se trata de
tran más receptivos a la información. conseguir permiso para incorporar un equipo de observa-
ción, porque proyectan su propia incomodidad. Cuanto
Por lo general, los clientes responden a este proceso más cómodo se sienta el terapeuta con el procedimien-
asintiendo con un gesto o esbozando una sonrisa de reco-
to, más cómodos se sentirán los clientes. A veces, estos di-
nocimiento. Se considera que esta respuesta indica una
«actitud del sí» (De Shazer, 1982; Erickson y Rossi, 1979; cen que no les importa ser observados, siempre y cuando
Erickson et al, 1976) o es señal del estado de atención y los observadores estén en la misma habitación durante la
empatia de los clientes. entrevista. Aunque en cierta medida esto es contraprodu-
cente para los objetivos del método, es mejor aceptarlo,
porque aun así se obtienen diferentes puntos de vista y se
preserva el clima emocional.
Presentación del equipo y de la pausa Otras opciones para lograr que los clientes autoricen la
actuación del equipo son las siguientes:
La mayoría de las personas consideran que la terapia
es un asunto privado. Esperan hallar un ambiente en el 1. Explicar el método a los clientes por teléfono, antes
que puedan divulgar confiadamente sus problemas y sen- de que concurran a la primera sesión.
timientos. El trabajo en equipo requiere el empleo de un 2. Entregar a los clientes una descripción escrita del
espejo de visión unilateral o una conexión de video que método en el momento de su admisión, antes de que
permitan observar las sesiones. Algunos clientes perciben ingresen en la sala de terapia. El tema debería ser
una amenaza en esta exposición, y para inducirlos a ad- tratado nuevamente una vez instalados en ella.
mitirla es preciso actuar con sensibilidad y destreza. Pro- 3. Presentar los miembros del equipo a los clientes e
bablemente, el factor decisivo para lograr que acepten el invitar a estos a que les hagan todas las preguntas
que deseen.
156
En mi opinión, los clientes deben tener derecho a deci- sobre el próximo cliente. Son renuentes a acortar a 35 mi-
dir con respecto a la observación del equipo. Sin embargo, nutos una sesión de 45 o 50 minutos para intercalar una
depende del criterio de cada institución y de cada equipo pausa y leer el mensaje. A los terapeutas a quienes les de-
aceptar la decisión del cliente o derivarlo a otro lugar si re- sagrada la idea de acortar sus sesiones, y los exhortaría a
chaza el procedimiento. La cuestión es más discutible que lo pensaran dos veces. Los beneficios que obtienen los
cuando se trata de la práctica privada, ya que en este caso clientes de un mensaje de recapitulación y una tarea cui-
la mayoría de los clientes acuden por decisión propia. dadosamente elaborados pueden ser superiores a los que
Aunque no deberían aplicarse normas diferentes a las resultarían de 10 minutos más de conversación.
personas a quienes se impone un tratamiento, la realidad A diferencia de la observación en equipo, la pausa no
es que por lo general estas tienen menos posibilidades de debería presentarse como opcional. Sería conveniente
elegir. Así, es probable que, a causa de la falta de alterna- mencionarla al comienzo del tratamiento de un modo ru-
tivas, los clientes que reciben tratamiento gratuito o con tinario y profesional, como información acerca de lo que
subsidio estatal en instituciones sin fines de lucro sean el cliente puede esperar de la terapia. Por lo general, los
más conformistas que los clientes privados. Lo mismo clientes reaccionan favorablemente, porque la pausa les
puede ocurrir con quienes procuran atenderse en un hos- sugiere que se les prestará una atención meditada.
pital o una clínica universitaria en los que el trabajo en El siguiente es un ejemplo de una posible presentación
equipo es parte de un plan de enseñanza. Sean cuales fue- de la pausa:
ren las circunstancias, es importante recordar que debe-
mos invitar a los clientes a hablar sobre su renuencia y ex- «Deseo informarle que haré una breve pausa al final de
plicarles con paciencia las ventajas del trabajo en equipo. la sesión para pensar lo que conversamos hoy (...) a fin de
hacerle un resumen y decirle lo que pienso o lo que podría
sugerirle».

Aspectos prácticos del trabajo en equipo y la


pausa
El procedimiento en equipo
Muchos terapeutas trabajan en lugares en los que no
resulta práctico hacer una pausa: es el caso, por ejemplo, Un equipo puede estar compuesto por uno o más obser-
de quienes se desempeñan en instituciones que no cuen- vadores. Un grupo de cinco integrantes o menos —inclui-
tan con suficiente espacio. Quienes atienden en su domici- do el terapeuta entrevistador— se maneja con mayor fa-
lio pueden considerar embarazoso pedir a los clientes que cilidad. Un grupo muy numeroso puede aportar más ideas
usen otra parte de la casa o que dejen la habitación por un de las necesarias para redactar un mensaje conciso en el
rato. En estas circunstancias, la alternativa más apropia- tiempo asignado para ello. La función de un equipo cen-
da es incluir el mensaje y la tarea en una carta y enviarla trado en la solución es observar la entrevista y participar
al cliente inmediatamente después de concluida la sesión. en ella a través de un teléfono o por otros medios, interve-
Otro factor es el tiempo. Hoy más que nunca los tera- nir en una discusión durante la pausa detrás del espejo y
peutas se ven forzados a atender a tantos clientes como componer un mensaje para los clientes.
les sea posible. A menudo, esa obligación les dificulta ha- El equipo de Milán se tomaba todo el tiempo necesario
cer una pausa. Necesitan 10 minutos entre sesiones para para formular un mensaje de intervención (Tomm, 1984,
anotar los progresos observados o refrescar la memoria pág. 255), pero la mayoría de los terapeutas que ejercen

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hoy en Estados Unidos destinan de 45 a 60 minutos a ca- rece evasiva. Detrás del espejo, el equipo se pregunta por
da sesión. Como encuadre temporal, puede considerarse el proceso y telefonea para pedir a la pareja que califique
viable asignar 35 minutos para la entrevista, 10 minutos de 1 a 10 su compromiso con la relación. Las respuestas a
para la pausa y el resto del tiempo para comunicar el men-
las preguntas de la escala trasladan el foco de la conver-
saje y observar las reacciones que este provoca en los
sación del contenido a la cuestión más profunda del com-
clientes. Quienes pueden darse el lujo de dedicar más
tiempo a entrevistar a una familia apreciarán, sin duda, promiso con la relación. De este modo, la observación a
las ventajas de trabajar sin estar sujetos a restricciones través del espejo, que permite evaluar más objetivamente
temporales tan estrictas. el contenido y el proceso, facilita muchas veces el progreso
de la terapia.
Para ser útil, el equipo debe ser siempre consciente de
la relación entre su proceso y el proceso de los clientes. Re-
Dos maneras de ver a los clientes cuerdo el caso de una pareja que vino porque no eran ca-
paces de resolver en cuál de dos ciudades iban a vivir. Du-
La experiencia cara a cara con los clientes y la de obser- rante la pausa, el equipo se dividió en dos bandos que dis-
varlos a través del espejo difieren mucho entre sí. Cual- cutían sobre la tarea por asignar, hasta que uno de los
quier terapeuta que haya tenido la oportunidad de entre- miembros señaló el paralelo entre el proceso de los clien-
vistar clientes después de haber integrado un equipo de tes y el del grupo.
observación dará fe de ello. Es frecuente que los pensa- Cuando el equipo advirtió que estaba atrapado en el
mientos irreverentes o sentenciosos que teníamos detrás proceso «o bien... o bien» de la pareja, formuló para esta
del espejo se desvanezcan durante el contacto cara a cara. el siguiente mensaje:
Esta experiencia sugiere que algunos aspectos no verba-
les del lenguaje de los clientes que permiten la conexión, «Comprendemos que cada uno de ustedes quiere salir-
quizás en un nivel emocional, se pasan por alto detrás del se con la suya, pero también quiere complacer a su compa-
espejo. La visión a través de este tiene la ventaja de per- ñero: es una posición difícil de mantener. Les sugerimos
mitir una reacción más espontánea de la que sería admi- que vayan a su casa y piensen qué es más importante: ¿la
sible en el terapeuta entrevistados así como una evalua- relación o salirse con la suya? Vean si la respuesta les da
ción más objetiva del proceso, en especial del que se pro- nuevas ideas acerca de la solución».
duce entre los clientes y el terapeuta que los entrevista.
Pero la combinación de ambas perspectivas es ideal y está
fuera del alcance de un terapeuta que no dispone de un
equipo.
El trabajo en equipo y el clima emocional
Imaginemos un terapeuta y un equipo que trabajan
con una pareja cuyos miembros informan de una pelea Si es importante que la relación entre el terapeuta y los
constante entre ellos. El terapeuta entrevistador coopera clientes tenga como contexto un clima emocional seguro,
con ambos explorando con ellos el contenido y los detalles lo mismo puede decirse de la relación de los miembros del
de sus peleas. Al saltar de uno a otro tema, la mujer acep- equipo entre sí (trátese de colegas o de un supervisor y
ta parte de la responsabilidad por las peleas y su lenguaje practicantes) y con los clientes (Cantwell y Holmes, 1995).
corporal transmite franqueza, mientras que el marido le En consecuencia, es necesario que los observadores detrás
echa la culpa con desenvoltura y su postura no verbal pa- del espejo acepten recíprocamente sus opiniones, como

160
161
también la conversación del terapeuta entrevistador con observadores detrás del espejo. Breunlin y Cade (1981) se-
los clientes. Es conveniente que las sugerencias se comu- ñalan que
niquen al terapeuta con el mismo respeto y sensibilidad
con que se habla a los clientes. Un clima emocional favo-, «el terapeuta entrevistador decide cuándo tiene suficiente
rabie entre los terapeutas facilitará el tratamiento, del información y si desea escribir el mensaje con sus propias
mismo modo que un conflicto entre los miembros del equi- palabras o citar lo que han expresado los miembros del
po lo perjudicará. equipo. La decisión final en cuanto al uso de una idea o
Las llamadas del equipo a la sala de entrevistas deben mensaje corresponde al terapeuta, porque es él quien en
sopesarse cuidadosamente; sólo deben hacerse las referi- última instancia debe llevarla a la práctica y quien puede
das a cuestiones importantes, a fin de no interrumpir de- apreciar con mayor exactitud el clima afectivo de la se-
masiado la entrevista. Las interrupciones son útiles pero sión» (pág. 456).
pueden resultar molestas, tanto para los clientes como pa-
Cuando el trabajo en equipo es el procedimiento nor-
ra los terapeutas. Es preferible que las preguntas o co-
mal utilizado con todos los clientes, debe resolverse con
mentarios sean transmitidos siempre por la misma perso-
antelación si el terapeuta entrevistador está autorizado a
na. Esos mensajes deben ser tan claros y breves como sea
tomar decisiones independientes sobre el caso. Si los
posible, a fin de no confundir al terapeuta entrevistador.
clientes lo llaman entre sesiones para hacerle una pre-
Los equipos más numerosos suelen designar a uno de gunta, ¿debe contestarla directamente o consultar antes
sus miembros para que hable con el terapeuta durante la al equipo? La mayoría de los equipos autorizan al tera-
pausa. En el transcurso de la sesión, o a su término, los peuta entrevistador a contestar, tanto por razones prácti-
otros miembros hacen llegar información por escrito al vo- cas como por el hecho de que la composición de los equipos
cero designado. no siempre es estable. También puede ocurrir a veces que
Es preciso discutir de antemano si el terapeuta tiene el terapeuta consulte al equipo o a algunos de sus miem-
que repetir al pie de la letra una pregunta que se le ha su- bros por razones terapéuticas.
gerido o puede reformularla; la decisión que se adopte de- Por ejemplo, una cliente puede llamar para decir que
penderá de la idoneidad del equipo terapéutico. Si el te- acaba de descubrir que su amante —un hombre casado—
rapeuta entrevistador es un practicante, suele ser más tiene una aventura con otra mujer, y está tan furiosa que
útil pedirle que repita la pregunta tal como fue formulada. quiere revelar a la esposa esa doble infidelidad. La cliente
Una comunicación entre terapeutas experimentados pue- desea que el terapeuta le aconseje si debe hacerlo o no. Un
de parecerse más a una miniconsulta y adoptar la forma terapeuta centrado en la solución no puede, en conciencia,
de una pregunta, como por ejemplo: «He observado que dar una respuesta directa, por mucho que desapruebe
usted persiste en ocuparse del contenido. ¿Es algo deli- una acción. Su tarea consiste en ayudar a su cliente a exa-
berado o contempla la posibilidad de explorar la lucha por minar todos los aspectos de esa acción, incluida su morali-
el poder?». dad, pero el cliente tiene que asumir las consecuencias de
Cuando los terapeutas entrevistadores se reúnen con su decisión. Así, en este caso, al decirle a la cliente que
el equipo apostado detrás del espejo, siempre se les permi- consultará con el equipo, el terapeuta le da un poco más
te ser los primeros en comunicar sus impresiones. Por lo de tiempo para reflexionar sobre sus acciones y él mismo
general se considera que la opinión de la persona que com- tiene más tiempo para preparar un mensaje cuidadosa-
partió el campo emocional con los clientes durante la en- mente elaborado. Por ejemplo, puede enfrentarla, sin po-
trevista tiene un poco más de peso que el juicio de los ner en peligro su relación con ella, diciendo: «La mitad del

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equipo considera comprensible que usted esté tan enojada 7. El mensaje de recapitulación y la
y quiera vengarse, pero cree que debería estar segura de
que más adelante no se arrepentirá. La otra mitad estima sugerencia
que "dos cosas malas no hacen una buena"». En general,
las decisiones sobre el manejo de las llamadas entre sesio-
nes deberían tomarse con un ojo puesto en la necesidad de
preservar el clima emocional de la sala de entrevistas.
En el próximo capítulo abordaré lo que denomino
«mensaje de recapitulación» y «sugerencia».
El mensaje de recapitulación y la sugerencia están
estrechamente relacionados, pero la información sobre el
cliente en la que se basan puede no ser la misma. Por lo
tanto, nos referiremos a ellos en secciones separadas.

El mensaje de recapitulación
El aquí denominado mensaje de recapitulación se co-
noce generalmente como mensaje de intervención. Lo que
me inspiró la idea de sustituir «intervención» por «recapi-
tulación» fue el cambio de orden teórico que implica dejar
de centrarse en el problema para centrarse en la solución.
Este cambio —se pasó de interrumpir los patrones de con-
ducta que mantienen el problema a reforzar las conduc-
tas, pensamientos y sentimientos no problemáticos— hizo
que el proceso terapéutico se orientara mucho más que
antes a la cooperación y menos a la estrategia. La estruc-
tura habitual del «mensaje de intervención» incluía felici-
taciones, las indicaciones necesarias y una tarea (De
Shazer, 1982, págs. 42-6). El mensaje así estructurado no
concordaba con el tono cooperativo de la entrevista, por-
que se parecía al diagnóstico y la prescripción de un médi-
co. Por lo tanto, el mensaje de recapitulación se diseñó con
el propósito de que reflejara, al final de la sesión, el patrón
de preguntas /respuestas de la entrevista (véase la figura
2, pág. 68), y consistía en lo siguiente:

1. Una respuesta de los terapeutas/el equipo a lo que


habían «oído» o comprendido sobre la situación de
los clientes.

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2. Una pregunta a los clientes sobre si estaban de También la sugerencia se basó en esa reformulación:
acuerdo con esa respuesta y, en caso necesario, un
reconocimiento de las correcciones. «Les haré una sugerencia en la que tal vez quieran
3. Otra respuesta de los terapeutas/el equipo que pensar hasta que volvamos a reunirnos. ¿Cómo quiere
ofrecía nueva información o un punto de vista dife- cada uno de ustedes que su pareja le demuestre respe-
rente, incluida una sugerencia. to y amor en relación con los problemas financieros, y
cómo quiere expresarle su propio respeto y amor?».
El éxito del mensaje de recapitulación dependerá, muy
probablemente, de que nuestra formulación de lo que oí- Los terapeutas centrados en la solución se preocupan a
mos y de la reacción que provocó en nosotros concuerde menudo por formular el mensaje «correcto». Sin embargo,
con la percepción que los clientes tienen de su situación. no hay modo de saber cuál es el mensaje correcto para un
El mensaje tendrá mayores probabilidades de concordar cliente determinado en un momento determinado. Diver-
si se basa en el contenido y emplea el lenguaje y las me- sos mensajes pueden ser igualmente útiles siempre que se
táforas de los clientes. En el contexto de la teoría des- ajusten a la percepción de los clientes sobre su situación.
cripta en el capítulo 1, el mensaje de recapitulación y la Lo mejor que podemos hacer al recapitular y elaborar una
sugerencia pueden concebirse como una perturbación de sugerencia es emplear lo que entendemos que el cliente
la organización inherente a los clientes, pero jamás como ha expresado, en combinación con nuestros supuestos teó-
una intervención que puede llegar a producir un cambio ricos, nuestra experiencia como terapeutas, nuestro cono-
específico. cimiento general de la conducta humana y nuestra intui-
Lily y Tom integraban otra pareja que vino en busca de ción. Un mensaje de recapitulación eficaz es, podría decir-
ayuda a causa de sus incesantes peleas. Se amaban y com-
se, el que da una idea adecuada del contenido y el proceso
partían muchos intereses y metas, pero, según informa-
de la sesión a quienquiera que lo lea o lo escuche, aun
ron, tenían serias discrepancias en lo concerniente al ma-
cuando no haya estado presente en ella.
nejo de sus finanzas, a su relación sexual y a su relación
con los padres de Lily (contenido). La pareja eligió las fi-
nanzas como el primer problema que deseaban abordar.
Durante la sesión se hizo evidente que cada vez que uno La estructura del mensaje de recapitulación
de ellos expresaba una opinión, el otro se manifestaba en
desacuerdo y miraba al terapeuta en busca de confir- El mensaje de recapitulación comienza con un resu-
mación (proceso). En armonía con la idea de que un men- men de lo que el terapeuta ha escuchado decir a los clien-
saje de recapitulación debe formularse en función del tes durante la entrevista, y sus palabras iniciales son
contenido pero abordar el proceso, el terapeuta, después «Hoy les escuché decir [o contarme]...». Este párrafo in-
de referirse a lo que había oído acerca de sus razones para cluye (en la primera sesión):
iniciar una terapia, les propuso la siguiente idea (refor-
mulación): 1. Las quejas y/o el problema expuesto.
2. Los antecedentes históricos de la situación actual.
«A menudo, la gente se pelea mucho, no porque quie- 3. Lo que los clientes quieren que suceda, descripto en
ran salirse con la suya, sino porque lucha por obtener sus propias palabras.
el reconocimiento y la ratificación de la persona más 4. Los progresos realizados y los puntos fuertes exis-
importante de su vida». tentes antes de la sesión.

166 167
5. Cualquier cosa que hayan dicho los clientes acerca
de su estado emocional. fuera transferida a otra aula, con una maestra más pa-
ciente, pero al parecer no hubo ninguna diferencia per-
En las sesiones siguientes: durable. También probaron programas de recompen-
sas y clases de gimnasia, leyeron libros sobre crianza
1. El informe de los clientes sobre lo ocurrido desde la de los hijos y trabajaron en estrecho contacto con la es-
última sesión en lo que se refiere al cambio. cuela. Nos dijeron que en general no comparten la mis-
2. Las reacciones de los clientes al cambio o a su ma filosofía en lo que se refiere a la disciplina y a me-
ausencia. nudo no encuentran puntos en común.
3. Cualquier nueva información dada por los clientes, «Vinieron hoy para tratar de seguir ayudando a
incluyendo la relacionada con los puntos fuertes, Tina. Señora B: usted quiere que Tina haga más caso a
los recursos y los sentimientos. los adultos, tanto en casa como en la escuela. Señor B:
usted dijo que desea que, como resultado de haber ve-
El mensaje de recapitulación debe ser comunicado en nido aquí, Tina sea más feliz en general. Cree que se
un tono conversacional y sin romper el clima emocional de adaptará mejor cuando se sienta más satisfecha consi-
la entrevista. El terapeuta debe dirigirse personalmente, go misma.
en cada parte del mensaje, a cada uno de los clientes pre- »Mike: te escuchamos decir que tratas de ignorar
sentes en la sala, cualquiera que sea su edad. los problemas de la casa. Sólo quieres que todos sean
más felices.
«Tina: dijiste que te gustaría que las cosas cambia-
EJEMPLO DE CASO: LA FAMILIA B ran para ti en la escuela y en tu casa. Desearías tener
más amigos en la escuela y que tus padres no estuvie-
«Señor y señora B: hoy les oí decir que vinieron aquí ran tan enojados contigo todo el tiempo.
por sugerencia del psicólogo escolar. La escuela infor- «¿Los escuché correctamente? ¿Hay algo importan-
ma que Tina no presta atención en clase y no consigue te que haya omitido o que quieran agregar?».
hacer su tarea. También dice que pasa mucho tiempo
sola, tal vez porque es tan irascible que los chicos no El primer segmento es seguido por una declaración
quieren jugar con ella. que refleja la reacción del terapeuta ante los clientes, y co-
mienza con estas palabras: «Mi respuesta a lo que les es-
»Ustedes nos dijeron que esa conducta en la escuela
cuché decir hoy es...«. Constituye un segmento importan-
ha empeorado desde que ingresó en primer grado, jus-
te para reforzar el clima emocional y presentar a los clien-
to en la época en que usted, señor B, inauguró su pro-
pio negocio, y usted, señora B, comenzó a trabajar en tes un punto de vista distinto. A esta altura, la informa-
un segundo turno. Mencionaron que, hacia esa misma ción mencionada también lleva directamente a la suge-
época, Tina también empezó a ser menos colaboradora rencia.
y a estar de peor humor en la casa. Están muy preocu- En una primera sesión, esta parte del mensaje debería
pados y quieren hacer todo lo que esté a su alcance pa- contener (aunque no necesariamente en el mismo orden)
ra ayudarla. los siguientes elementos:
«Intentaron muchas cosas para resolver este pro- 1. Una declaración que refleje la empatia y/o la acep-
blema, como consultar con la escuela y a varios tera- tación del terapeuta, como por ejemplo «No me sor-
peutas. En cierto momento consiguieron que Tina prende que estén tan deprimidos», «Lo que han des-
cripto parece ser una situación muy penosa» o «Me
168

169
»En lo que atañe a sus diferencias de criterio respec-
parece una buena idea que hayan venido a hablar
to de la disciplina, es algo que, a nuestro juicio, en oca-
con alguien».
siones resulta útil. No todos los niños responden igual
2. Una reflexión sobre el impacto emocional de la si-
a un mismo estilo de disciplina. De modo que dos cabe-
tuación en los clientes, aunque estos no se hayan
zas son, a veces, mejor que una a la hora de elaborar un
referido al tema: «Me dio la impresión de que uste-
plan coherente [este es un modo positivo de reformular
des se sienten muy dolidos» o «Comprendo por qué
su desacuerdo].
se sienten así».
»Mike: apreciamos realmente tu sinceridad al decir-
3. Felicitaciones o un reconocimiento positivo de los
nos que tratas de desentenderte de los problemas de la
cambios producidos antes de la sesión, las ideas so-
casa. Otros chicos quizá no hubieran sido tan sinceros.
bre futuros cambios o los puntos fuertes y los recur-
Nuestra impresión es que te preocupas mucho por tu
sos ya existentes.
familia y no quieres agravar los problemas. Sólo quie-
4. Diferencia: normalizaciones, reformulaciones, in-
res que todos sean más felices.
formación sobre el desarrollo infantil o la dinámica
»Tina: deberías sentirte orgullosa de ser lo bastante
de una relación; reflexiones u opiniones del tera-
madura para admitir que deseas que las cosas cam-
peuta.
bien. No es fácil reconocer que uno ha obrado mal. Pero
5. En el caso de una pareja o una familia, un senti-
a menudo es el primer paso para hacer que las cosas
miento o una meta compartidos. Por ejemplo, am- sean mejores tanto para uno como para los demás.
bos miembros de la pareja sufren mucho, todos »¿Desean hacer comentarios o preguntas?».
quieren pelear menos, todos quieren ser parte de
una familia feliz. Como puede observarse, el mensaje de recapitulación
refleja y mantiene el patrón de escucha y respuesta de la
conversación durante la entrevista. Los elogios se entrela-
EJEMPLO DE CASO (continuación) zan en la respuesta. Preguntar a los clientes si hemos
escuchado bien lo que dijeron es una muestra de respeto.
«En cuanto a nuestra reacción a lo que ustedes dijeron, También aumenta su confianza en el equipo y el terapeu-
creemos, ante todo, señor y señora B, que ha sido acer- ta. Cuando desistí de comenzar el mensaje con los elogios
tada su decisión de venir hoy aquí y traer a Tina y Mi- y decidí iniciarlo con las palabras «Hoy les escuché decir»,
ke. Todos contribuyeron mucho a darnos una idea de la constaté que la «actitud del sí» (De Shazer, 1982; Erickson
situación por la que están atravesando. Notamos que, et al., 1978; Erickson y Rossi, 1979) (los clientes asienten
básicamente, todos parecen querer lo mismo: que las con la cabeza para manifestar su acuerdo) se volvía aún
cosas mejoren en la familia, que todos sean más felices. más perceptible.
Eso nos indica lo mucho que cada uno se preocupa por
el otro y por toda la familia.
»Nos impresionó que ustedes, mamá y papá, estu-
vieran de acuerdo en no dejar piedra sin remover para L a sugerencia
ayudar a Tina, pese a la vida tan ajetreada que llevan.
Están tratando de hacer todo lo que los buenos padres La decisión sobre las sugerencias que deben hacerse
pueden hacer... y también tienen que ocuparse de su a los clientes al final de las sesiones parece ser uno de
trabajo, su casa y sus ancianos padres. Es mucho. los problemas más desconcertantes para los terapeutas.

171
Ha habido muchos intentos de proponer lineamientos
(Brown-Standridge, 1989; De Shazer y Molnar, 1984; Fi- motivadas para cambiar y, por lo tanto, es probable que
sher, Anderson y Jones, 1981; Haley, 1976; Molnar y De traten de hacer algo diferente. Los protestatarios creen
Shazer, 1987; Papp, 1980; Kohrbaugh, Tennen, Press y que hay un problema pero no están motivados para hacer
White, 1981; Todd, 1981), centrados sobre todo en las ex- gran cosa al respecto. Pueden o no cumplir una tarea, y no
pectativas respecto de la obediencia de los clientes (es de- se les debería asignar una actividad directa; podría pedír-
cir, sugerencias directas a los clientes motivados e indirec- seles simplemente que observaran algo. Los visitantes no
tas a los clientes no motivados, o conductales versus cogni- creen que exista un problema y no quieren tratarse. No se
tivas). espera que realicen tareas porque carecen de motivación
de modo que no se les debería asignar ninguna. Estos ró-
Las tareas utilizadas en un principio en el Brief Fami-
tulos no predicen necesariamente la reacción de los clien-
ly Therapy Center eran semejantes a las intervenciones
tes (Fish, 1997). Los visitantes pueden convertirse en con-
«paradójicas» del Mental Research Institute, con las cua-
les se buscaba la interrupción indirecta de los patrones sumidores, y estos en protestatarios, corno consecuencia
sistémicos para permitir que el sistema se reorganizara a de su relación con el terapeuta en la sesión inicial y tam-
su modo (Frankl, 1960; Haley 1973,1976; Watzlawick et bién posteriormente. Se sabe, asimismo, de consumidores
al., 1974), y a las prescripciones contraparadójicas del convertidos en visitantes a raíz de una experiencia negati-
grupo de Milán (Selvini Palazzoli et al., 1978). Todas ellas va. El clima emocional de la entrevista y el mensaje al fi-
se proponían sortear la resistencia asociando la connota- nal de la sesión pueden provocar cambios importantes en
ción positiva de un patrón disfuncional a la prescripción la actitud inicial del cliente. Dada esta falta de certidum-
de mantenerlo, con la intención de que el cliente hiciera lo bre, parece falto de perspicacia no hacer una sugerencia
contrario. Cuando la terapia familiar breve se convirtió en de cambio a todos los presentes. Por otra parte, limitarse a
la TCS, el concepto de «colaboración» del cliente reempla- hacer una sugerencia, en lugar de asignar una tarea, per-
zó al de resistencia (De Shazer, 1984). Por lo tanto, resul- mite a los clientes elegir entre actuar de conformidad con
taba teóricamente imposible prescribir una tarea paradó- ella, modificarla para que se adapte mejor a su situación o
jica, ya que a partir de entonces, para lograr que fueran dejarla de lado. Cualquiera que sea su reacción, el clima
aceptadas, las tareas se prescribieron sobre la base del emocional se preservará porque no pueden cometer nin-
modo de colaborar de los clientes. En la práctica, esto pue- gún perjuicio.
de parecer más o menos lo mismo. Por ejemplo, a un clien-
te que tiene una manera competitiva de colaborar se le
puede decir que una tarea determinada da buen resultado Sugerencias a medida
con algunos clientes, pero que probablemente no funcio-
nará en su caso. Una lista de las sugerencias más conocidas centradas
en la solución puede consultarse en las páginas 180-2. Sin
Elegí la palabra «sugerencia» en lugar de «tareas» por-
embargo, es preciso tener en claro que también ellas de-
que está más de acuerdo con la creencia centrada en la
ben analizarse cuidadosamente en términos de adapta-
solución de que los clientes poseen recursos para ayudarse
ción. Ni siquiera la «fórmula-tarea de la primera sesión»
a sí mismos. Por la misma razón, no me parece beneficioso
es apropiada en todas las circunstancias. Su finalidad es
aplicar a los clientes el rótulo de «consumidores» (De Sha-
interrumpir la concentración de los clientes en los ele-
zer, 1988; Fisch et al., 1982), «protestatarios» o «visitan-
mentos negativos, pero ¿se le puede preguntar a una per-
tes» (De Shazer, 1988) para establecer si se les debe asig-
sona enfrentada a una pérdida importante qué es lo que
nar una tarea. Se dice que los consumidores son personas
no quiere cambiar? ¿Puede hablarse de colaboración

172
173
cuando se pregunta a los clientes qué cosas no desean A continuación se enumeran cuatro preguntas que los
cambiar en el momento mismo en que describen una si- especialistas en terapias breves centradas en la solución
tuación totalmente negativa?
podrían considerar útiles para la formulación de sugeren-
En última instancia, el modo más eficaz de elaborar cias:
sugerencias es adaptarlas al caso individual. La elabora-
ción de sugerencias a medida no es tan difícil como parece 1. ¿Cómo describió el cliente la situación? (contenido).
y puede resultar entretenida, pues es un proceso creativo. 2. ¿Qué querían los clientes? ¿Se encuentran dispues-
Las sugerencias se basan en la reflexión lógica sobre la tos a cambiar?
información generada durante la sesión acerca de la iden- 3. ¿Cómo actúan los clientes en relación con lo que di-
tidad de los clientes y lo que quieren, y en el empleo de esa cen? (proceso).
información para imaginar qué tipo de experiencia mar- 4. ¿Cómo pueden traducirse en una sugerencia la in-
cará una diferencia para ellos. De este modo, si en una se- formación o el punto de vista diferentes presenta-
sión escuchamos hablar de un cambio positivo y lo refor- dos en el mensaje de recapitulación?
zamos con elogios en el mensaje de recapitulación, esto
nos llevará a pensar en una sugerencia que mantenga en
vigencia ese cambio. Si escuchamos que la situación sigue EJEMPLO DE CASO (continuación)
igual o ha empeorado, pensaremos en sugerencias que im-
pidan su agravamiento o conduzcan a una pequeña me- Descripción del problema que hicieron los miembros de
joría. Un mensaje que refleje el gran sufrimiento de los la familia B:
miembros de una pareja porque ambos se sienten poco
queridos nos impulsará a presentar ideas que los lleven a La mamá: Tina tiene problemas de conducta.
percibir pequeñas señales de aprecio. Esta es también un El papá: Tina tiene problemas de conducta.
área en la que podemos ir más allá de las ideas centradas Mike: No quiero meterme.
en la solución y recurrir a sugerencias que interrumpan Tina: Las cosas no andan bien ni en casa ni en la escuela.
patrones o exterioricen el síntoma (White y Epston, 1990).
El objetivo es perturbar de un modo que se adecue lo me- ¿Qué quieren los clientes?
jor posible al cliente. Como todos los clientes son diferen-
tes, la decisión sobre la perturbación apropiada requiere La mamá: Tina debería escuchar más a los adultos.
amplitud de pensamiento. Las ideas que presentamos El papá: Tina debería ser más feliz.
deben tener siempre en cuenta el modo de colaboración de Mike: Todos deberíamos ser más felices.
Tina: Mamá y papá deberían estar más contentos con-
los clientes. Por ejemplo, si una pareja es muy competiti-
migo.
va, podemos agregar al final de la sugerencia un comenta-
rio como «Me pregunto cuál de ustedes tendrá el valor de
¿Cómo reaccionan los clientes ante la situación? ¿Es-
ser el primero en mostrar su afecto».
tán dispuestos a hacer algo diferente?
Cuando ideamos sugerencias, también es importante
recordar que la TCS avanza a paso lento. Los clientes que La mamá: Sigue buscando algo que haga cambiar a Tina.
enfrentan un problema de larga data pueden necesitar El papá: Sigue buscando algo que haga cambiar a Tina.
tiempo para estar dispuestos al cambio, aunque este sea Mike: Ignora la situación.
positivo. Tina: No hace nada.

174
175
Por el momento, no sabemos si los padres y Tina harán do. Si quieres, puedes hacer lo mismo en tu casa. [Tina
algo diferente. Su reacción a la sugerencia nos proporcio- dijo que quería que hubiera cambios en la escuela.]
nará más información al respecto. »Mike: si tienes ganas, puedes anotar y hacernos
¿Cómo traducir en sugerencia la diferencia presentada saber las cosas que ocurran esta semana en tu familia
en el mensaje de recapitulación? El mensaje fue diferente y que desees que sigan sucediendo». [Aunque Mike se
porque confirmó a todos. Destacó su deseo común de muestra cauteloso cuando se trata de participar, se le
felicidad familiar. Tal vez lo mejor sea tratar de seguir con da la posibilidad de hacerlo.]
el proceso de centrarse en las excepciones y los elementos
positivos. En concordancia con el supuesto de que nada es totalmen-
Sugerencia: te negativo y que los clientes poseen recursos para ayu-
darse a sí mismos, se sugirió a los integrantes de la fami-
«Lamentablemente, no podemos darles hoy ninguna lia que, en lugar de centrarse en el problema, se centraran
respuesta mágica. Tendremos que conocerlos un poco en su idea de la solución. Sus respuestas, cualesquiera
mejor. Sí tenemos, en cambio, algunas sugerencias que que sean, resultarán valiosas, ya que proporcionarán in-
podrían ayudarnos a lograr ese objetivo. Nos hemos formación adicional sobre el estilo de colaboración de la
enterado de sus preocupaciones, que sin duda son im- familia.
portantes, pero también nos gustaría saber algo más
acerca de las cosas que funcionan bien en la familia, ya
EJEMPLO DE CASO; JAMES
que ahora sabemos en qué consisten algunos de sus
problemas. Queremos asegurarnos de no cambiar na-
A continuación daremos otro ejemplo del empleo de
da de lo bueno».
estas preguntas.
James explicó que había decidido hablar con alguien
Los padres reciben sugerencias distintas a causa de porque estaba desesperado y no era capaz de ayudarse a
que sus posiciones no coinciden; sí mismo. Seis meses antes, a los 53 años y a raíz de una
reestructuración de la empresa en que trabajaba, su cargo
«Señora B: le sugeriríamos que, si le es posible, torne había sido suprimido. Los intensos esfuerzos que desplegó
nota de las cosas que Tina hace en la casa y en la escue- para hallar otro empleo fueron infructuosos. James esta-
la que usted desee que siga haciendo. Esté atenta a ba cada vez más amargado por la injusticia de que había
eso, y así podrá informarnos la semana próxima. [Es lo sido objeto y ya no se molestaba en contestar anuncios ni
que la señora B dijo que quería.] en enviar copias de su curriculum. Descuidaba su apa-
»Señor B: le sugerimos que, si le es posible, tome riencia y, según dijo, experimentaba un creciente deseo de
nota de lo que sucede cuando Tina parece sentirse más aislarse de los demás. También expresó que estaba enco-
contenta durante la semana. Nos gustaría que nos lerizado y asqueado consigo mismo por su falta de ener-
hablara de eso. [Es lo que el señor B dijo que quería.] gía, y todo lo que quería era volver a ser el de antes: una
Tal vez desee comparar sus impresiones con la señora persona llena de iniciativa y con pensamientos positivos.
B todas las noches y ver en qué concuerdan. En este caso, la primera parte del mensaje de recapi-
»Tina: quisiéramos sugerirte que tomes nota de las tulación debería señalar que el terapeuta ha escuchado y
cosas agradables que ocurran en la escuela con los comprende los acontecimientos que llevaron al cliente a
chicos y las maestras y que desees que sigan sucedien- terapia y que siente empatia por él. La segunda parte, la

176 177
respuesta del terapeuta, debería reforzar los puntos fuer-
tes de James: su reconocimiento de que necesitaba ayuda, la suya. Requiere que usted reserve dos períodos de
su decisión de actuar en consecuencia, su sentido de la treinta minutos cada día, siempre a la misma hora. En
justicia y el antecedente de haber sido una persona proac- los primeros quince minutos de cada período, escriba
tiva y de pensamientos positivos. También debería ofrecer sobre el enojo consigo mismo y el que le provoca su si-
nueva información o un nuevo punto de vista. Una idea tuación. En los quince minutos siguientes, reflexione y
que acude a la mente en este punto es la de usar el sentido haga una lista de las ideas para darse a sí mismo un
de la justicia de James como recurso para presentar otra trato más equitativo. Finalmente, rompa y tire las pri-
perspectiva. meras notas y conserve las segundas».

«Aunque la ira por la injusticia que llevó a su situación Opción B (esta opción utiliza el enojo de James):
laboral actual tiene mucho sentido, creemos que su
enojo consigo mismo por no haber encontrado trabajo «No nos sorprende que se sienta estancado, porque el
aún es sumamente injusto. Es difícil tener iniciativa y enojo por la situación y consigo mismo está minando la
una actitud positiva cuando uno siente que lo tratan energía que necesita para recobrar la iniciativa. Cree-
injustamente. Por desdicha, usted no puede hacer rnos que tal vez tenga que intentar algo diferente para
nada para cambiar su empresa, pero nos preguntamos volver a ser la persona enérgica de antes.
si no le interesa considerar la posibilidad de tratarse a »Le haremos una sugerencia que podría ayudarlo a
sí mismo con más equidad». salir del estancamiento y a lograr ese cambio poco a
poco. Piense si quiere hacer la prueba. Le llevará algún
Sobre la base de las cuatro preguntas ya mencionadas, tiempo volver a ser el de antes y olvidar su enojo. Es
presentaremos dos opciones para la sugerencia. Por algo así como modificar un hábito. Le sugerimos, en-
supuesto, hay muchas otras posibilidades. tonces, que cuando note que está enojado, calcule apro-
ximadamente cuánto tiempo necesita para superar ese
1. El cliente dice hallarse estancado porque no tiene enojo en particular. Digamos que está realmente eno-
energía, y está enojado con otras personas y consigo jado consigo mismo por no haber enviado ningún cu-
mismo. Afirma querer ayuda para poder cambiar. rriculum. Decida cuántos minutos necesita para li-
2. Desea volver a ser como era antes. brarse efectivamente del enojo. Una vez finalizado el
3. El cliente reacciona ante su situación con ira hacia plazo, dedique la mitad de ese tiempo a hacer alguna
otras personas y hacia sí mismo. Cuanto más se otra cosa, de preferencia algo que su antiguo yo habría
enoja, menos capaz se siente de controlarse. hecho. Puede ser cualquier cosa, excepto estar eno-
4. La perspectiva diferente que se le presentó consis- jado».
tió en decirle que era injusto consigo mismo. Su
sentido de la justicia es fuerte. Pedirle que lo apli- Aunque estas dos sugerencias tienen una orientación
que a sí mismo puede constituir una perturbación conductal escogida para cooperar con James, quien pidió
exitosa.
que se le indicara algo que pudiera hacer para ayudarse a
Opción A: sí mismo, también están dirigidas a sus emociones. No
menos sensato era sugerirle un ritual, como una manera
de proporcionarle estructura y control.
«Le haremos una sugerencia que ha sido de utilidad
para algunas personas enfrentadas a situaciones como

179
Sugerencias de uso frecuente centradas en la solución 4. No cambie?!. Esta sugerencia suele ser eficaz cuan-
do la situación es crítica y los clientes desean una solución
La mayoría de las sugerencias incluidas en esta sec- inmediata. No debería emplearse cuando existe el riesgo
ción pertenecen a la tradición sistémica/estratégica/es- de que ios clientes se causen algún daño, o lo causen a
tructural, y en la actualidad son de uso tan frecuente que otras personas.
es difícil establecer su origen con precisión. Adaptadas en
algunos casos, se inspiran en las sugerencias utilizadas «Comprendemos lo grave de la situación y su deseo de
en la Brief Therapy Clinic del Mental Research Institute y resolverla cuanto antes, pero no podremos ayudarlos
en las empleadas por Jay Haley, Salvador Minuchin, el
hasta no entender un poco mejor las cosas. Por lo tanto,
grupo de Milán y el Ackerman Institute. No obstante, la
les sugerimos que no cambien nada hasta que volva-
fórmula-tarea de la primera sesión y la tarea de la predic-
mos a reunirnos. Cuando la situación es tan precaria,
ción se originaron en el Brief Family Therapy Center. Es
importante recordar que para ser eficaces, estas sugeren- las cosas pueden empeorar y no queremos que ello su-
cias, a semejanza de las adaptadas a casos individuales, ceda».
deben estar en consonancia con el contexto específico de la
situación. 5. Vayan despacio. Esta medida se sugiere cuando los
clientes sienten urgencia por cambiar o muestran buenos
progresos. Es útil decirle a la gente que un cambio posi-
1. Fórmula-tarea de la primera sesión. Esta sugerencia
tivo requiere tiempo para afianzarse y que, por lo tanto,
puede hacerse al final de la mayoría de las sesiones ini-
ciales, pero no en aquellas en que se manifiestan una pro- deberían avanzar lentamente. Esto evita desilusiones
funda pena o una pérdida, o cuando se describe un proble- cuando el progreso no es continuo.
ma que carece de excepciones. 6. Hagan lo contrario. Es una buena sugerencia para
un miembro de una pareja que concurre solo o para pa-
«Nos gustaría que a partir de hoy y hasta nuestra pró- dres que concurren sin sus hijos, cuando reiterados inten-
xima reunión observaran, y luego nos contaran, qué tos de cambiar a otra persona no han dado resultado.
sucede en su familia que quieren que siga sucediendo» 7. Tarea de la predicción. Esta sugerencia se hace a los
(Adams, Piercy y Jirhc, 1991; De Shazer, 1985, pág. clientes que informan de algunas excepciones a su proble-
137). ma pero no pueden explicar por qué se producen. Cuando
sus destinatarios son una pareja o una familia, la decisión
En el caso ya mencionado de James, esta sugerencia sobre la posibilidad de divulgar los resultados antes de la
no hubiera sido adecuada, porque la opinión que él tenía sesión siguiente depende de cada caso en particular. Si se
de su situación era rnuy negativa. En realidad, la suge- trata de padres y la meta es inducirlos a formar un frente
rencia podría haber exacerbado su enojo consigo mismo. unido, corresponde sugerirles que cada noche compartan
2. Insistan en lo que funciona. Esta sugerencia se basa y discutan los resultados, sin la participación del hijo.
en la idea de que no se debe reparar algo que ya funciona. Este debería hacer la predicción por su cuenta y no reve-
Y hay indicios de que las cosas marchan bien cuando los larla antes de la sesión, En el caso de una pareja cuyos
clientes informan acerca de un cambio previo a la sesión o miembros están mutuamente convencidos de la falta de
los elementos positivos preexistentes son manifiestos. interés del otro, es mejor no pedirles que intercambien in-
3. Hagan algo diferente. Esta sugerencia está destina- formación antes de la sesión. Un día sin cosas para comu-
da a los clientes deseosos de que se les diga qué hacer y nicarse les provocará desilusión, pero es probable que ha-
que las cosas que hacen no funcionan. ya algunas sorpresas agradables en la sesión siguiente.

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181
«Esta noche, antes de irse a dormir, pronostiquen En suma, podría ser un ejercicio útil volver a pensar
si mañana [el síntoma o la situación] seguirá igual o qué tipo de mensaje de recapitulación y sugerencia hu-
habrá mejorado. [También se puede pedir a los clientes biera reflejado la situación expuesta por Marie en el capí-
que utilicen una escala numérica para predecir la . tulo 3.
magnitud del problema al día siguiente.] Mañana a la Marie era la mujer separada que se sentía malinter-
noche evalúen el día y compárenlo con su pronóstico. pretada por todos y temía estar loca. Fue derivada porque
Piensen en las razones por las que la predicción fue
su médico no halló ninguna causa que explicara sus sínto-
correcta o incorrecta. Hagan lo mismo todas las noches
mas físicos.
hasta que volvamos a reunirnos y anoten diariamente
Mensaje de recapitulación:
los resultados» (De Shazer, 1988).

8. Escriban y quemen. Es una buena sugerencia para 1. Declaración sobre lo que el terapeuta escuchó decir a
las personas estancadas en un estado emocional que les la cliente:
impide actuar como desearían. A algunos individuos no
les gusta escribir; se les puede sugerir que hablen frente a «Hoy escuchamos que usted vino porque su médico se
un grabador y luego borren lo grabado. lo sugirió cuando fue a consultarlo por sus dolores en
todo el cuerpo y las fuertes jaquecas. Usted dijo que la
«Dediquen veinte minutos dos veces por día [el lapso y preocupaba el hecho de que el médico la mandara a
la frecuencia diaria pueden adaptarse a las caracterís- hablar con alguien. Teme que crea que usted tiene un
ticas del caso] a escribir sobre su pena [enojo, frustra- problema mental.
ción, etc.]. No intenten escribir cuidadosamente: sólo »Nos enteramos de que está separada de su marido
dejen correr la pluma sobre el papel. Si advierten que y vive con sus dos hijos y su madre. No es fácil, porque
repiten frases o palabras, no se preocupen. Simple- se trata de la casa de su madre y ella quiere que las
mente, desahoguense. Si tienen que llorar y gritar cosas se hagan a su modo. Su ex novio y su ex marido
mientras lo hacen, también está bien. Cumplido ese entran y salen de su vida e intentan decirle lo que de-
lapso, no lean lo que han escrito: quémenlo y véanlo bería y no debería hacer, lo cual es muy molesto.
convertirse en humo». [Esto sólo se debe sugerir des- »También supimos que tiene planes claros para el
pués de cerciorarse de que ios clientes pueden quemar futuro, como por ejemplo estudiar y asegurarse de que
papel sin exponerse a riesgos. Si la seguridad no está sus hijos reciban una buena educación, pero todo el
garantizada, se les debe sugerir que rompan el papel mundo le pone obstáculos en el camino en vez de ayu-
en pedacitos y los dejen caer lentamente en el cubo de darla».
la basura.]
2. Respuesta del terapeuta que incluye empatia, ele-
mentos positivos y una información o un punto de vista
Conclusión
diferentes:
Resulta evidente que formular el mensaje de recapitu- «Nuestra respuesta es que usted está muy estresada.
lación y la sugerencia no es fácil. Es una verdadera sínte- No es sorprendente que tenga jaquecas y toda suerte
sis de lo que nuestros clientes son capaces de ofrecernos y de dolores y achaques cuando guarda para sí todo lo
de lo que nosotros podemos ofrecerles en función de nues- que nos ha dicho. Nos asombra que esté haciendo tan
tros conocimientos profesionales y nuestra humanidad. bien las cosas, considerando la vida que lleva. Debe ser

182
183
duro no tener un lugar propio donde vivir y ser re- tanto, realmente no creemos que deba preocuparse
bajada por otras personas por no tener las mismas más por la posibilidad de estar loca.
ideas. Y a pesar de eso usted se lleva bien con sus hijos, »Tenemos una sugerencia en la que tal vez usted
sigue enseñándoles y va a la biblioteca para instruir- quiera pensar o no [hacemos eco a su modo de expre-
se, y todo eso con tan poco tiempo de sueño y tan poco
sarse! . Como no puede decirles lo que piensa a las per-
apoyo.
sonas que la molestan, y eso es muy perturbador para
»Usted tiene algunas buenas ideas respecto del usted, quizá desee desahogarse de otro modo. A algu-
futuro, como la de tener una casa propia e inscribirse nas personas les resulta útil sentarse una media hora
en una escuela, y dice que ante todo necesita un poco por día, siempre a la misma hora, y poner por escrito
de tiempo para relajarse y divertirse, por ejemplo ju- sentimientos perturbadores. Cuando han terminado,
gando a los bolos. Es bueno que se dé cuenta de que la no releen lo escrito. Simplemente rompen el papel en
realización de esos planes llevará algún tiempo y de pedacitos y lo tiran. Aunque escriba lo mismo una y
que tiene que sentirse saludable y relajada para lo- otra vez, igual puede serle útil. Después de hacerlo, es-
grarlo». criba tres razones por las que es una buena persona y
una buena madre».
La sugerencia:
Como se habrá podido observar, todas las piezas del
1. La situación, tal corno la describió Mane, consistía proceso centrado en la solución encajan unas con otras. El
en que sus síntomas la angustiaban y se sentía estresada clima emocional facilita la entrevista, la cual, a su vez, ge-
porque nadie la ayudaba a lograr sus objetivos. Dio a en- nera información para el resumen. Este repite esa infor-
tender que quería cambiar, pero no necesariamente como mación, la amplía y, al asignar una tarea, la convierte en
resultado de una terapia. una experiencia.
2. Marie quería saber si padecía de algo grave. Tam-
bién quería hallar un modo de vivir su propia vida sin in-
terferencias.
3. Reaccionaba ante su situación somatizando su es-
trés y haciendo todo lo que podía para alcanzar sus metas.
4. La información diferente que se le dio en el mensaje
de recapitulación fue que no estaba loca y que, dadas las
circunstancias, le iba bien. Esta información debía produ-
cirle alivio por sí misma. La sugerencia debía aliviarla
aún más (por ejemplo, al proporcionarle la oportunidad de
desahogar su enojo y frustración sin asumir riesgos).

Sugerencia:

«Desearíamos tener algunas respuestas mágicas para


ofrecerle hoy, pero, por supuesto, no las tenemos. Ha-
brá que intercambiar más ideas entre todos para ver
cómo puede comenzar a construir ese futuro. Mientras

184
185
Segunda parte. Aplicaciones
8. Terapia de pareja

Las relaciones de pareja son un excelente ejemplo de lo


que es el acoplamiento de estructuras. La interdependen-
cia biológica, emocional y económica de hombres y muje-
res ha preservado la raza humana durante miles de años.
El trabajo con parejas —casadas o no, heterosexuales o
del mismo sexo— puede ser como una caminata por la
cuerda floja. Las relaciones de pareja son complejas; no se
trata sólo de química y compañerismo. Son relaciones que
atraviesan varias fases: por lo general comienzan con una
ceguera romántica y pasan por períodos más o menos di-
fíciles de adaptación a las diferencias reales de personali-
dad, a los cambios en el modo de vida y a las variables ne-
cesidades mutuas. Las relaciones de pareja tienen miste-
riosas maneras de convertirse en lo que uno menos hubie-
ra esperado o deseado, a veces incluso en la réplica de la
relación con un progenitor o un hermano. Se dice que sus
miembros tienden a complementarse para compensar sus
respectivas flaquezas, pero ese equilibrio complementa-
rio, así como puede enriquecer una relación, es capaz de
provocar una lucha por el poder. Sin embargo, la mayoría
de la gente prefiere vivir en pareja a vivir sola, sean cuales
fueren las circunstancias.
La importancia de los vínculos relacionales es un pode-
roso recurso para la terapia. Una pregunta como «¿Qué
necesita cada uno de ustedes del otro para sentirse un
poco menos (dolido, temeroso, enojado)?» puede convertir
«el "resentimiento" en "ternura"» (Donovan, 1999, pág. 5;
Gilligan, 1997; Johnson y Greenberg, 1994). Las rela-
ciones de pareja tienen que ver justamente con la «ter-
nura», por muy hosco o distante que pueda parecer un
cliente.

189
Jane y Steve describen su relación desde diferentes
miento. De acuerdo con mi experiencia, estas «curas mila-
puntos de vista:
grosas» ocurren, pero son poco frecuentes. Y pueden hacer
que los clientes vuelvan unos meses después con el mismo
Jane: Steve pasa cada vez menos tiempo conmigo. No sé
problema, o con otro similar que represente el mismo pro-
qué pasó con nuestra amistad. El solía hablarme de todo y
ceso. (En el lenguaje de la teoría de los sistemas podría de-
pedirme opinión.
cirse que el cambio producido fue de «primer orden» y no
Steve: Creo que no es culpa mía. Desde que empezaste a
de «segundo orden» [Hoffman, 1981, págs. 47-9; Watzla-
correr maratones, eso es lo que más te importa. Ya no
wick et al., 1974, pág. 10].) Esta situación puede evitarse
tienes tiempo para mí.
haciendo un esfuerzo por consolidar los cambios. En este
Jane: No es cierto. Yo trato de lograr que hables, pero todo
caso, el esfuerzo podría consistir en aclarar con la pareja
lo que haces es estar ahí sentado con la mirada fija en el
por qué razón el hecho de pasar más tiempo juntos repre-
televisor. (A la terapeuta.) ¿Qué haría usted si su esposo
senta una mejoría para ellos. Es posible que sus respues-
empezara a ignorarla?
tas incursionaran en el ámbito emocional y se refirieran a
Steve (a la terapeuta): No la ignoro. No tiene sentido ha- un sentimiento de mayor conexión, solicitud o reconoci-
blar con ella porque le encanta armar camorra y nada de miento. Esta aclaración fortalecería su comprensión de la
lo que yo digo le parece bien. (A la terapeuta). ¿Por qué relación y podría cumplir una valiosa función preventiva.
tendría que soportar eso? En lo fundamental, el trabajo con parejas centrado en
la solución no difiere del que se realiza con individuos
La terapeuta no podría contestar ninguna de las pre- (Friedman y Lipchik, 1999; Hoyt y Berg, 1998). Sin em-
guntas que le han dirigido sin tomar partido. Además, si bargo, la práctica es más difícil porque la solución tiene
diera una respuesta al contenido de esas quejas, probable- que satisfacer a la relación, y esta se compone de indivi-
mente generaría un intercambio de acusaciones. No obs- duos con puntos de vista diferentes. Para superar este
tante, puede buscar algún elemento común en el motivo obstáculo, es necesario que ambos miembros de la pareja
de las quejas de ambos y utilizarlo como recurso para co- confíen en que el terapeuta no se pondrá en contra de nin-
nectarlos: guno de ellos. La tarea de transmitir aceptación y com-
prensión a dos personas que, cada una por su lado, creen
Terapeuta: Los dos parecen insatisfechos con la falta de estar en lo cierto es difícil, incluso, para el más experimen-
atención mutua. (Ambos asienten con un movimiento de tado de los terapeutas.
cabeza y se explayan un poco más.) Los dos parecen querer
lo mismo. ¿En algún momento se sintieron los dos satisfe- Los pasos que se describen a continuación fueron
chos por la atención recibida del otro? desarrollados para mostrar cómo pueden manejarse estas
cuestiones complejas con un mayor grado de confianza. El
Estas preguntas atrajeron la atención de Jane y Steve primer paso consiste en determinar si la terapia de pareja
centrada en la solución es apropiada para una pareja en
hacia el hecho de que seguía existiendo una conexión en-
particular.
tre ellos, aun cuando quizá se sintieran muy desconecta-
dos. Un pequeño cambio puede llevar a cambios más gran-
des. Si Jane y Steve hubieran redefinido su problema
como «no pasamos suficiente tiempo juntos» e ideado una
solución satisfactoria para ambos, algunos terapeutas
centrados en la solución recomendarían poner fin al trata-

190
191
La evaluación lidad. La aceptación y comprensión de ambas partes tam-
bién puede quedar reflejada en el mensaje de recapitula-
ción al final de la sesión.
Una sesión conjunta

La primera sesión debe ser conjunta porque de este Una sesión individual con cada una de las partes
modo el terapeuta tendrá una muestra de la interacción
de los miembros de la pareja. También podrá apreciar su La sesión conjunta es seguida por una conversación
deseo y su capacidad de trabajar en la relación. Sólo es po- privada con cada una de las partes. Estas conversaciones
sible hallar una solución si hay personas que desean ha- permiten al terapeuta profundizar la relación con sus
llarla. En especial, es improbable que el trabajo con pare- clientes. Al comienzo de la sesión, el terapeuta dice al
jas sea productivo cuando las partes no tienen metas simi- cliente que la charla en privado le proporciona la oportu-
lares y no se esfuerzan por contribuir a una solución. Así, nidad de referirse a cuestiones que tal vez no quiera men-
un esposo dispuesto a salvar el matrimonio a toda costa y cionar frente a su pareja. Debe garantizarle la confiden-
una esposa que no sabe con certeza si desea seguir casada cialidad, salvo que la información represente un riesgo
no están preparados para iniciar una terapia de pareja
para la vida de alguien. Si el cliente menciona algo que
centrada en la solución. (A decir verdad, es raro que un
tiene consecuencias importantes para la relación, el tera-
caso individual se considere inapropiado para la TCS.
peuta debe pedirle autorización para comunicarlo a la
Una excepción importante la constituyen los clientes que
otra parte.
no desean estar en terapia y sólo han concurrido para
complacer a otra persona.) En una situación como esa, lo La confesión de una aventura amorosa hace tiempo
mejor es conversar con los clientes sobre las diferencias en concluida debe considerarse información confidencial.
una sesión especial y aclarar sus necesidades. A veces, un Aunque no carece de importancia para la relación, no es
cónyuge indeciso necesita unas pocas sesiones individua- apropiado tomarla como base para hacer suposiciones
les para arribar a una decisión. Durante ese lapso, el cón- sobre el estado actual del matrimonio. Después de todo, el
yuge comprometido también puede ser atendido por sepa- cambio es constante e inevitable. Es más útil mantener la
rado para brindarle apoyo. Si se tiene la impresión de que concentración en el presente y en lo que el cliente desea
uno de los cónyuges indecisos va a necesitar mucho tiem- para el futuro.
po para adoptar una decisión, es preferible derivar a am- La información sobre una aventura amorosa presente
bos a un tratamiento individual e invitarlos a retornar pa- es otra cuestión. Yo no trabajo con una pareja cuando uno
ra iniciar una terapia de pareja en caso de que hayan re- de sus miembros está involucrado en un amorío. Por lo co-
suelto trabajar para mejorar su matrimonio. mún, las personas no pueden generar motivación sufi-
En la primera sesión de terapia de una pareja se debe ciente para revivir una relación poco satisfactoria mien-
decir a los clientes que el contrato terapéutico concierne a tras participan en otra más gratificante. Más importante
su relación y no a ellos individualmente, y que la meta aún: un secreto de esa clase implica, con una de las partes,
será tender entre sus diferencias un puente que lleve a una connivencia que considero poco ética. Una sugerencia
una solución para ambos. De ese modo se aclara que el te- para manejar esta situación es decir al cliente infiel que
rapeuta no tomará partido. El pensamiento de dos carri- revele el secreto o que interrumpa todo contacto (incluso
les que controla nuestras reacciones es útil en este senti- telefónico o por correo electrónico) con su amante mien-
do, porque a menudo resulta difícil mantener la imparcia- tras dure el tratamiento. De hecho, he comprobado con

192 193
sorpresa que muchas personas deciden hacerlo y man- quienes empiezan por decir que no ocultarían nada a su
tienen su palabra. ¡Desde luego, esto dice mucho acerca cónyuge. No hace mucho vi a una pareja que tenía serios
de su motivación para mejorar su matrimonio! Por otra problemas con la familia extensa, debido a que la esposa
parte, algunas personas afirman estar de acuerdo en sus- era incapaz de llevarse bien con su suegra. En la sesión
pender la aventura pero no lo hacen, y tampoco faltan conjunta, el marido nunca objetó el relato de su mujer
quienes logran engañarnos. Por lo general, si tomamos la acerca del trato injusto que aquella le infligía. Sin embar-
decisión de trabajar con la pareja y el adulterio conti- go, en la sesión privada habló largamente sobre los pro-
núa, surgirán signos reveladores, como la falta de progre- blemas de su esposa con las relaciones sociales en general
so o las fluctuaciones entre progresos y recaídas. También y no sólo con su familia política.
la intuición del terapeuta puede ser una valiosa herra- El empleo de preguntas circulares —por ejemplo,
mienta. preguntar a un miembro de la pareja qué cree que el otro
Recuerdo una situación en la que el marido consintió piensa, o por qué cree que este actúa de determinada
en poner fin a una aventura. Parecía esforzarse por reavi- manera— es un valioso recurso en la sesión privada. Pue-
var la relación con su mujer, quien reconoció que así era. de considerárselo como una forma de hacer terapia de pa-
No obstante, ella informó que no percibía ningún cambio reja con un individuo, ya que exige tomar en cuenta el
en la conexión emocional entre ambos. A raíz de esta in- punto de vista de la otra persona. Por ejemplo: «¿Su espo-
formación pedí una sesión por separado, y el marido con- sa también cree que no se lleva bien con otras personas?»;
fesó que seguía viéndose con su amante. Dijo que estaba «¿Ha hablado con ella acerca de lo que me acaba de de-
trabajando en la relación conyugal con el propósito de cir?». Si lo hizo, «¿Cuál fue su reacción?». Si no lo hizo,
mejorarla a fin de limitar un posible conflicto por la tenen- «¿Cómo cree que reaccionaría ella si usted lo hiciera?». Si
cia de los hijos una vez que obtuviera el divorcio. supone que ella se sentiría muy molesta, «¿Cómo suele
En una situación como esta es aconsejable decir al comunicarle cosas que quiere decirle y que podrían moles-
miembro adúltero de la pareja que uno no seguirá traba- tarla?». Algunas parejas tienen una refinada compren-
jando con él y su cónyuge a menos que la verdad salga a la sión de la manera de afectarse mutuamente. Otras des-
luz. Esta condición suele llevar a una crisis y obliga a la conocen por completo la dinámica interpersonal. El uso de
persona en cuestión a escoger finalmente entre el matri- preguntas circulares y otras indagaciones que abordan
monio y la aventura. La mejor manera de poner fin a un las creencias de los clientes acerca de las razones y el sig-
caso como este consiste en reunirse con ambas partes y nificado del comportamiento de su pareja y de sus propias
decirles que uno ha caído en la cuenta de que por el mo- respuestas a él son perturbaciones que pueden conducir a
mento obtendrían mayor provecho de una terapia indi- un cambio.
vidual. Ante tal anuncio, el cónyuge ignorante de la exis- La reacción de los clientes a las conversaciones que
tencia de la aventura no dejará, como es lógico, de formu- ponen al descubierto interacciones recursivas con su pare-
lar preguntas. En esta situación —y sólo en ella— sugiero ja también proporciona una valiosa información sobre su
a los terapeutas asumir la posición de expertos y limitarse modo de cooperar. Pero debemos ser cautos y no hacer
a hacer una declaración genérica, sin dar razones espe- suposiciones acerca del presunto efecto de esa manera
cíficas. También recomiendo que se ofrezca a los cónyuges de cooperar sobre el resultado de la terapia. ¡Después de
derivarlos a otros profesionales para un tratamiento indi- todo, es la pareja la que debe decidir si una relación es lo
vidual en lugar de seguir viendo a alguno de ellos. bastante buena para ambos! Un pequeño cambio que qui-
Por lo común, los clientes tienden a revelar más cosas zá nos parezca inadecuado puede representar una gran
en la sesión individual que en la sesión conjunta, incluso diferencia para ellos.

194 195
La decisión La terapia
La decisión sobre la pertinencia del tratamiento de Por lo común, al iniciar la terapia, las parejas sienten
pareja se basa en la información recogida durante la se- enojo y desean poner sobre el tapete todos sus sentimien-
sión conjunta y las dos sesiones individuales. Yo utilizo co- tos negativos. No suele ser fácil eludir esta negatividad y
mo lincamientos los criterios enumerados a continuación. abstenerse de hacer pronósticos sobre el resultado de la
Sería exagerado decir que los aplico al pie de la letra. En terapia. Debemos estar atentos al carril personal de nues-
ocasiones, algún elemento de una relación nos impulsa a tro pensamiento de dos carriles. Comentarios críticos co-
ocuparnos de ella a pesar de ciertos interrogantes. No de- mo «¡Oh, este matrimonio está acabado!» no llevan a nin-
beríamos acallar la voz de la intuición. guna parte y deben ser contrarrestados con la afirmación
de que nada es totalmente negativo y un pequeño cambio
1. Ambas partes tienen en claro que quieren pre- puede llevar a cambios más grandes. Análogamente, si ad-
servar la relación, no darla por concluida. vertimos que estamos atribuyendo alguna culpa a cual-
2. Ambas partes comprenden que cada una de ellas quiera de las partes, debemos recordar que la conducta de
tiene cierta responsabilidad en lo que respecta a la estas es recursiva. «¿Qué hace John que impulsa a Mary a
calidad de la relación. herirlo de esa manera?»; «¿A qué se debe la decisión de
3. Cada una de las partes es capaz de demostrar John de no impedir que Mary lo hiera?». Las parejas tam-
alguna empatia por la posición de la otra. bién pueden inducir en nosotros asociaciones personales
4. Ambas partes mencionan algunos aspectos positi- sobre la relación de nuestros padres o nuestras propias
vos de la relación (amistad, intereses comunes, ca- relaciones. Si no nos mantenemos atentos a nuestros pen-
pacidad para ser un buen padre o para ocuparse de samientos y sentimientos, podría ocurrir que elaborára-
la casa). mos un proyecto oculto para los clientes sin tener concien-
5. Ninguna de las partes está interesada en otra per- cia de ello.
sona ni tiene en la actualidad una aventura con Por lo general, cada una de las partes trata de conven-
otra persona. cer al terapeuta de que su versión de la situación es la
correcta. Es importante mantenerse al margen de este
Si resulta claro que el trabajo con la pareja es apropia-
proceso. Una buena respuesta sería: «Espero que tengan
do, la sesión siguiente será conjunta. dos historias muy diferentes, y debo escucharlas para po-
A veces, una pareja satisface todos los criterios para el
der ayudarlos a construir un puente entre ellas». De este
trabajo conjunto, pero sus miembros están tan dolidos o
modo transmitimos el mensaje de que nuestra expectati-
enojados que no pueden evitar los reproches mutuos. En
va no es que cada uno cambie para el otro. La gente se re-
tales casos suelo programar una o dos sesiones por sepa-
siste a cambiar, sobre todo cuando se trata de satisfacer
rado a fin de ver si puedo ayudarlos a desahogarse lo sufi-
las expectativas de otra persona. Por lo tanto, será más
ciente para trabajar juntos en forma productiva. Esas
aceptable un lenguaje que sugiera ampliación, crecimien-
sesiones también me brindan la oportunidad de interca-
to o adaptación en lugar de cambio.
lar gradualmente preguntas sobre los aspectos que fun-
cionan bien en la relación.

196 197
Una conversación alternada con cada una de las partes do cada una de las partes en conflicto advierte que su tera-
peuta, en quien confía, acepta el punto de vista de la otra,
Otro recurso que emplean los terapeutas para mante- se siente impulsada a reconsiderar su actitud.
ner el equilibrio es conversar alternadamente con los
miembros de la pareja. El traslado frecuente de la aten-
ción de uno a otro evita que se sientan desairados y tam- Cómo enfrentar a un cliente con amabilidad
bién que el terapeuta se sienta más conectado con uno de
ellos que con el otro. Además, debemos colaborar con el es- A veces, la ética profesional nos obliga a enfrentar a un
tilo individual de cada uno. Es bastante habitual que una cliente con motivo de su conducta. En la TCS debemos
pareja esté compuesta por una mujer verbalmente ex- hacerlo de un modo que preserve el clima emocional.
presiva y un hombre mucho menos expresivo. Donovan Bill fue enviado a terapia por la fiscalía del distrito co-
(1999, pág. 14) cita a Gottman y Levenson (1986), según mo parte de un acuerdo por el cual no se presentarían car-
los cuales las mujeres tienen mayor capacidad para regu- gos contra él. Los vecinos habían llamado a la policía
lar su afecto en los conflictos interpersonales y, por tanto, cuando lo oyeron proferir amenazas contra Ann durante
es más frecuente que asuman la posición quejosa, mien- una pelea. Ann pidió que iniciaran juntos una terapia, lo
tras que sus compañeros se retraen para contener el afec- cual fue aceptado porque nunca había habido violencia
to. También es cierto que todos hemos conocido parejas en física.
las cuales esta dinámica se invierte. Debemos recordar Durante una sesión, Bill comenzó a despotricar contra
que no es apropiado tratar de emparejar las cosas. Basta- Ann a causa de una decisión errónea que esta había toma-
rá con interrumpir amablemente a la persona más expre- do recientemente. Empleó términos despectivos como «es-
siva y preguntar a la menos expresiva «¿Está de acuerdo túpida» y «descerebrada». Al margen de que una conducta
con eso?» o «¿Y usted qué piensa?». Luego aceptaremos lo semejante pone a prueba la capacidad del terapeuta de
que se nos ofrezca, para no dar a entender que uno de los mantener su imparcialidad, parece poco ético permitir
estilos es preferible al otro. Es posible que la diferencia en que un cliente insulte a otro durante una sesión. Ann ad-
la expresividad sea un problema de la relación, y cual- mitió haber actuado impulsivamente y dijo que lo lamen-
quier signo de juicio al respecto podría hacer que una de taba. Esto no calmó a Bill.
las partes se sintiera rebajada.
Tuve la oportunidad de conversar con una ex cliente a Terapeuta: Usted no puede entender realmente por qué
quien hace varios años traté junto con su esposo a raíz de Ann tomó esa decisión. Lo enoja mucho. Puedo compren-
una situación de violencia doméstica. Me informó que no derlo. Pero, por supuesto, son cosas que pasan. Todos
había habido nuevos episodios de violencia y que su ma- hacemos a veces cosas que desearíamos no haber hecho.
trimonio había mejorado mucho. Cuando le pregunté qué (Bill sigue protestando.) (Con calma.) Bill, ¿ha tomado
cosas consideraba más útiles de nuestro trabajo conjunto, alguna vez una decisión errónea?
contestó sin vacilar: «¡El hecho de que usted nunca tomó Bill: S í . . . pero no sin pensar.
partido!». No me supo explicar el porqué de su utilidad. Terapeuta: Pero ni siquiera nuestro pensamiento es
Sprenkle, Blow y Dickey (1999, pág. 348) citan una teoría siempre perfecto. ¿Cómo quiere que reaccione Ann cuando
de Pinsof (1995), según la cual el sistema total conforma- usted comete un error?
do por los clientes tiene con el terapeuta una alianza que Bill: Igual que yo con ella. ¡Me puede gritar! Yo mismo me
puede tener mayor peso que las alianzas entre individuos grito más que nadie.
y subsistemas combinadas. Mi propia teoría es que cuan- Terapeuta: ¿Qué piensa usted, Ann?

198 199
Ann (llorando): Yo también soy dura conmigo misma. Me se produzcan. En la primera o segunda sesión, lo mejor es
siento muy mal, pero creo que no se debe golpear al caído. dejarlas manifestarse el tiempo suficiente para hacerse
Bill (ruborizándose): Bueno... sabes cuánto nos está cos- una idea del patrón vigente, antes de interrumpirlas con
tando y lo difícil que es ganar dinero... la mayor amabilidad posible. Entre las preguntas que se
Ann: Ya s é . . . me ocurren están las siguientes:
Bill: Está bien... está bien... yo no debería... lo siento.
Terapeuta: En el futuro, cuando cualquiera de los dos co- «¿Cómo suelen poner fin a peleas como esta en su
meta un error, ¿qué es lo mejor que pueden hacer por uste- casa?».
des mismos? «¿Esto es un ejemplo de lo que sucede en su casa?».
Ann: No insultarnos. «Me pregunto si quieren usar de este modo el horario
Bill: Supongo que darnos cuenta de que ya nos lo repro- de la sesión».
chamos. No hay necesidad de echar sal en la herida.
Si el conflicto se relaciona con algo sucedido tiempo
En lugar de enseñar a Ann a enfrentar resueltamente atrás: «Sé que cada uno de ustedes está convencido de que
a Bill, la terapeuta decidió presentarle un modelo diferen- tiene razón, pero cambiar lo que ocurrió en el pasado es
te de conducta: el de un enfrentamiento amable. Bill tenía imposible».
una relación de confianza con la terapeuta, quien lo creía Por lo general, estas respuestas detienen la pelea, pero
capaz de defenderse contra cualquier confrontación de deben ser seguidas por una focalización constructiva para
parte de Ann. Obsérvese que la terapeuta comenzó por ex- impedir su reanudación. Dadas las intensas emociones
plorar los sentimientos de Bill para suscitar cierta empa- negativas despertadas por las disputas, es mejor no apre-
tia. Al pensar en los sentimientos de Ann, Bill experimen- surarse a preguntar por los elementos positivos. De lo con-
tó cierta vergüenza o culpa. Para evitar que estos senti- trario, puede haber un efecto de rebote que lleva a más ne-
mientos denigratorios perturbaran el clima emocional, la gatividad. Es más útil preguntar qué significan las peleas
terapeuta desvió la atención del hombre hacia el futuro de para la pareja. Así se obtiene nueva información que ayu-
la pareja, poniendo de este modo el acento en la existencia da a encontrar soluciones.
de una responsabilidad mutua en las relaciones. Por ejemplo, Tara y Sid, que querían poner fin a sus
incesantes peleas, se interrumpieron continuamente en
la primera sesión a pesar de los esfuerzos del terapeuta
El manejo del conflicto en las sesiones por intervenir. De resultas, su enojo mutuo siguió intensi-
ficándose. Cuando el terapeuta les preguntó qué significa-
Las parejas describen sus problemas tanto verbalmen- ba para cada uno de ellos la ira de su pareja, la pelea cesó.
te como por medio de sus acciones; en consecuencia, es Tara dijo que el enojo de Sid significaba que ella nunca
probable que discutan con ardor durante las sesiones. Es- hacía nada bien. Sid dijo que el enojo de Tara mostraba
to puede poner en un dilema al terapeuta centrado en la que ella era incapaz de tolerar una crítica. Ambos recha-
solución, cuyo propósito es avanzar a partir de los aspec- zaron esas interpretaciones, lo cual dio al terapeuta la
tos positivos de la relación. Por otro lado, las conductas oportunidad de iniciar una conversación constructiva
conflictivas de las parejas proporcionan valiosa informa- sobre el motivo del enojo de ambos y sobre la posibilidad
ción sobre el problema. de manejarlo de otra manera en el futuro.
El modo de manejar estas disputas dependerá en al- Cuando la disputa estalla en una etapa posterior del
guna medida del momento del proceso terapéutico en que tratamiento, un momento en el cual los clientes conside-

200 201
ran haber hecho ya algún progreso, es útil preguntarles lugar de «finanzas» y «celos». De este modo, la conversa-
cómo explican su incapacidad para zanjar la discusión, en ción se referiría a las «riñas acerca de las diferencias», so-
vista de los cambios positivos ocurridos. Otra posibilidad bre lo cual ambos concuerdan.
es preguntarles cómo podrían acabar con la disputa apli- Otra opción es cambiar de tema y hacer preguntas so-
cando las enseñanzas extraídas de los cambios ya logra- bre la época en que Fran y Sam «se sentían más conecta-
dos. Si ninguna de estas ideas da resultado, lo mejor es dos». Esto es algo que ambos clientes dijeron querer, y es
hablar por separado con cada uno de ellos para averiguar sin duda otro modo de ver su meta.
si sucede algo de lo que no quiere hablar en presencia del Una tercera opción consiste en ir un paso más allá e
otro. introducir el proceso en relación con un problema que los
En el caso de parejas con antecedentes de violencia, el clientes no mencionaron. «Me pregunto si lo que ambos
procedimiento adecuado para manejar las peleas que se dicen es que cada uno se siente controlado por el otro». Si
producen durante la sesión consiste en separar a las par- su pareja lo admite, la entrevista puede continuar con
tes y hablar a solas con cada una de ellas. Se hablará pri- preguntas sobre cuál sería para Fran una señal de que
mero con la víctima potencial, que suele ser la mujer, a fin Sam es un poco menos controlador en materia de finanzas
de comprobar si tiene algún plan para protegerse. Si fuera y qué indicaría a Sam que Fran ha moderado sus celos.
necesario, se la ayudará a retirarse del consultorio y bus- ¿Hay momentos en que ya se sienten menos controlados
car refugio. No obstante, a continuación el terapeuta per- en esos aspectos?
manecerá con el victimario potencial y trabajará con él la Este ejemplo demuestra que a veces los terapeutas de-
manera de no reincidir en conductas penadas por la ley. ben contribuir con sus propias ideas —en este caso, con su
Esto permite preservar la relación terapeuta-cliente con visión del proceso— para ayudar a los clientes a centrar
ambas partes. su pensamiento. Tales contribuciones, cuando se ajustan
a las necesidades de los clientes, son muy apreciadas y re-
fuerzan el clima emocional porque transmiten compren-
Construcción de una solución unificada sión. Sin embargo, aun cuando no sea aceptada, la idea
puede encauzar el pensamiento de los clientes hacia des-
Es frecuente que los miembros de una pareja, aunque cripciones diferentes y más útiles de su problema. Por
deseen lo mismo de su relación, describan metas aparen- ejemplo, Fran y Sam podrían pensar que «controlarse»
temente distintas. mutuamente es una descripción menos exacta de sus sen-
Tanto Fran como Sam expresaron con claridad que timientos que «ser tratado como un niño». El lenguaje de
querían preservar su matrimonio y volver a sentirse uni- los clientes es siempre el mejor.
dos. Coincidieron en que su primer esfuerzo debía consis- Para lograr lo que desean de la terapia, los clientes de-
tir en mejorar la comunicación entre ellos, lo cual signifi- ben asumir la responsabilidad por el cambio y hacer algo
caba disminuir las riñas. Sin embargo, pocos minutos diferente. Una señal clara de que no sucede así es el infor-
después estaban enzarzados en una discusión acerca de si me de una o de las dos partes en el sentido de que las cosas
debían hablar de sus finanzas o de los celos de Sam. se están deteriorando después de haber mejorado. La ma-
Para no quedar atrapado en este proceso «o bien... o nera más conveniente de explorar esta novedad es entre-
bien», el terapeuta debe ayudar a la pareja a redefinir su vistar a las partes por separado. A veces, una persona ad-
concepción del problema para tender un puente entre sus vierte, gracias al proceso terapéutico, que sus expecta-
perspectivas individuales. Por ejemplo, podrían seguir su tivas eran erróneas. Es posible que su pareja satisfaga las
conversación, pero empleando el término «diferencias» en expectativas, pero sus sentimientos no han cambiado. La

202 203
gente puede desenamorarse cuando las cosas han mar- Terapeuta: ¿Está diciendo que quiere que sea más román-
chado mal durante largo tiempo, y los sentimientos de tico? {Observa que Miriam y Nate intercambian una mira-
antaño pueden ser irrecuperables. da. Nate se ríe con timidez.)
Miriam (irritada, a la terapeuta): Ya ve cómo me trata. ¡Se
ríe cuando digo lo que necesito!
La comunicación Nate: No me reí.
Miriam: Sí, te reiste. Lo haces a menudo.
La mayoría de las parejas que inician una terapia Terapeuta: ¿Qué quiso dar a entender con esa risa, Nate?
mencionan la «mala comunicación» como uno de sus ma- Nate: No lo sé. Me siento muy frustrado porque me parece
yores problemas. Por lo general, aluden así a que cada que no puedo avanzar. No puedo hacer las cosas como ella
uno de sus miembros siente que el otro interpreta erró- quiere, y por eso me siento frustrado.
neamente lo que él dice y hace. Un modo de cooperar con Terapeuta: ¿Quiere decir que se ríe cuando se siente frus-
este concepto es decir que «cada uno tiene que aprender el trado?
lenguaje del otro». En este contexto, «lenguaje» se refiere Nate: Quizá. Nunca había pensado en eso.
al modo de expresión verbal y no verbal de la gente. Con Terapeuta: ¿Usted lo sabía, Miriam?
frecuencia, los clientes se sorprenden al comprobar que, Miriam: No. No tiene sentido. Cuando se ríe de mí sufro
por sí solo, el amor no lleva a la comprensión. El tera- terriblemente.
peuta tiende un puente de comprensión al pedir a ambas Terapeuta: ¿Por qué sufre?
partes que aclaren sus palabras y acciones. Esto pone a Miriam: Porque no le importo ni le importa lo que quiero.
sus diferencias, antes vistas percibidas como una falta de Nate: Eso es precisamente lo que yo siento. Anoche llegué
afecto, bajo una luz más favorable y da cabida a la adapta- a casa, ella estaba hablando por teléfono, le di un beso y
ción mutua. me sacó de encima... (Miriam comienza a llorar queda-
mente mientras Nate habla.) Cada vez que trato de de-
mostrarle amor, me rechaza... así que ¿cómo puedo se-
EJEMPLO DE CASO: MIRIAM Y NATE
guir siendo romántico? Tal vez yo reacciono enojándome o
criticando... sé que me pongo así... pero ¿mi enojo no tie-
ne importancia?
Miriam, que unos meses antes había dejado a Nate,
Terapeuta (a Miriam, que aún está llorando): Usted
volvió con él para tratar de salvar su matrimonio. El tema
parece muy desanimada.
que se discutía en este caso era la relación sexual. Miriam
Miriam: Lo estoy. Hago todo lo que puedo para que nues-
se sentía sexualmente presionada por Nate y a este le pa-
tro matrimonio ande bien, pero nunca es suficiente.
recía que ella rechazaba o eludía sus insinuaciones se-
Terapeuta: Vamos a ver si entiendo. Nate acaba de decir
xuales.
que trata de hacer cosas como besarla cuando llega a la
casa...
Terapeuta: ¿Puede imaginar alguna manera de que Nate Miriam (interrumpiendo): ¿Cuando estoy hablando por
inicie un acercamiento sexual sin que usted se sienta teléfono? No voy a dejar de hablar para hacer el amor
presionada? con él.
Miriam: Bueno, tal vez si me abordara de un modo más Terapeuta (a Miriam): ¿Eso significa el beso para usted?
amable... todo eso... el momento apropiado... el «eh, ¿Que él quiere sexo?
qué te parece s i . . . . . . . es t a n . . . Miriam: Sí.

204 205
Terapeuta (a Nate): ¿Es así? Psicoeducación
Nate: No. Ese es un ejemplo perfecto de lo que me hace
sentir rechazado. Un tema de discusión frecuente entre quienes practi-
Terapeuta: ¿Cuál era la intención del beso? can la terapia breve centrada en la solución es en qué me-
Nate: Llegué a casa y quise demostrarle que me alegraba dida debe uno enseñar o entrenar a los clientes para poder
verla. Si la beso, no es necesariamente porque quiera considerarse verdaderamente «centrado en la solución».
acostarme con ella. Mi respuesta consiste en que si, como resultado de nues-
Miriam: Yo estaba discutiendo con mi madre y no quería tras indagaciones, comprobamos que los clientes carecen
distraerme. El interpreta todo lo que hago como una sin lugar a dudas de cierta información o de ciertas habili-
muestra de que no lo quiero. dades, y creemos que esa información puede serles útil,
Nate (con lágrimas en los ojos): No es fácil confiar en tu deberíamos considerar seriamente la posibilidad de sumi-
amor sólo porque volviste. ¿Cómo puedo saber que me nistrársela.
quieres si no me lo demuestras con hechos? Siempre temo Sprenkle y sus colegas (1999) han señalado la renuen-
que vuelvas a irte y por eso busco algo que me tranquilice. cia de los terapeutas posmodernos a proporcionar infor-
¿Crees que no me duele cuando no entiendes lo que nece- mación a los clientes.
sito? Fue muy bueno verte llorar ahora. Me hizo pensar
que tal vez me quieras. No quiero lastimarte... ¡de veras! «También es posible que se resistan a ver lo que hacen co-
Terapeuta: ¿Usted dice entonces que todo lo que hace es mo enseñanza o entrenamiento. Sin embargo, ayudar a
un esfuerzo por asegurarse de que ella lo ama? los clientes, por ejemplo, a "reescribir" sus historias de vi-
Nate: Sí. da incluye un elemento de instrucción. Creemos que, en la
Terapeuta: ¿Podrá ella darle esa seguridad de algún mo- actividad de la mayoría de los TCF [terapeutas conyuga-
do, aun cuando no quiera que la toquen ni hacer el amor les y familiares], el suministro de información cumple pro-
en el mismo momento que usted? bablemente un papel más importante de lo que suele reco-
Nate: ¡Podría decírmelo! Bueno, a veces me dice que me nocerse» (pág. 344).
a m a . . . pero no lo bastante. Necesito oír esas palabras, así
no tengo que esforzarme tanto por averiguarlo de otra ma- Los autores sostienen, asimismo, que un análisis de
nera. videocintas de Minuchin y Whitaker demostró que un
Miriam (a la terapeuta): No sabía que él se sentía tan mal elevado porcentaje de sus respuestas podía clasificar-
y que no tengo que tomar t a n . . . tan al pie de la letra... se como suministro de información, interpretación y
todo lo que hace. Lo recordaré la próxima vez y voy a tran- orientación (Friedlander, Ellis, Raymond, Siegel y Mil-
quilizarlo en lugar de apartarme. Pero sería más fácil si ford, 1987).
también él me dijera lo que siente. No soy telépata. Un concepto útil que podemos presentar a las parejas
es el de las etapas evolutivas de las relaciones. La mayo-
Obsérvese que la terapeuta actuó literalmente como ría de las parejas esperan que su relación siga siendo
traductora para los miembros de la pareja, y al hacerlo es- igual que cuando se conocieron, e incluso que mejore. Esta
tos aprendieron a interpretar mejor sus respectivas in- expectativa es poco realista. En la primera etapa de una
tenciones. relación —la etapa romántica—, los miembros de la pare-
ja están «ciegos de enamoramiento» y en realidad no se co-
nocen en absoluto. Cada uno trata de ser lo que el otro
quiere que sea y minimiza todo lo que no le agrada. Pero

206 207
al aumentar la confianza, se relajan y actúan con más na- dicen que es su modo habitual de comunicarse, sería lícito
turalidad. Esto puede o bien ser aceptado por el otro o bien sugerirles algunas alternativas, tales como los mensajes
provocar desconfianza y distanciamiento. Las parejas «de la primera persona» [«I» messages].
pueden permanecer estancadas en este punto durante
años. La tarea que tienen por delante es el pasaje a la
etapa de la intimidad emocional. Se trata de una fase en Intimidad sexual
la cual comienza la relación real, que puede crecer in-
definidamente. E implica interesarse en las diferencias en La intimidad sexual es inherente a toda relación de pa-
vez de tratar de eliminarlas, y no intentar influir en el reja. Muchas parejas no vacilan en abordar el tema por su
otro para que cambie. Significa convalidar al otro actuan- propia iniciativa. Otras no lo mencionan hasta que lo hace
do de una manera que exprese este mensaje: «Te acepto y el terapeuta. A mi entender, los clientes quieren hablar de
te amo a pesar de nuestras diferencias», en contraste con ello y esperan que el terapeuta les haga preguntas al res-
una actitud que diga «Sólo te amo cuando eres quien yo pecto. Por lo general, cuando en una pareja hay resenti-
quiero que seas». Las diferencias son normales porque miento mutuo, sus miembros informan de una caída de
cada persona es única, y en una relación saludable es pre- la frecuencia y la satisfacción de la actividad sexual. Las
ciso negociarlas para que no haya un ganador ni un per- mujeres, más que los hombres, dicen que no tienen ganas
dedor. Intimidad emocional significa que cada miembro de tener ningún contacto sexual cuando sienten que su
de la pareja está tan interesado en la felicidad del otro co- pareja las ha herido. Ayudar a una pareja a restaurar su
mo en la propia y se esfuerza por alcanzarla. intimidad sexual es un paso importante para salvar las
diferencias, pero también uno de los últimos que deben
Este tipo de «educación» es una forma de reformula-
darse, a menos que ambos lo consideren prioritario. La
ción. Enseñar a la gente a comunicarse con más claridad
intimidad sexual requiere una gran confianza. Cuando
proporcionándole habilidades específicas es una educa-
una relación ha estado signada por el resentimiento du-
ción más directa:
rante algún tiempo, es preferible restaurar o reforzar la
confianza en otros niveles antes de intentar una experien-
Sue: ¿Cuántas veces tengo que pedirte que antes de salir cia sexual que podría resultar decepcionante.
para volver a casa me llames para preguntarme si ne- A veces, las partes informan que su intimidad sexual
cesito algo del supermercado? es satisfactoria, aunque todos los demás aspectos de su
Fred: Cuando estoy muy metido en algo al final del día, en relación funcionan mal. Esta información puede ser un
lo único que pienso es en apurarme a llegar a casa porque recurso valioso. Es factible utilizarla para ayudarlas a
quieres que te ayude con los chicos. transferir a otros aspectos de su relación las habilidades
Sue (con enojo): ¿Qué clase de ayuda es esa si después que ponen en juego para satisfacerse mutuamente en el
tengo que salir corriendo al supermercado para comprar terreno de la sexualidad. Se les podría decir:
leche? ¿No puedes pensar en mí para variar?
Fred (cada vez más enojado): Yo podría decir lo mismo. «El buen sexo requiere una comunicación sutil en lo
concerniente a dar y pedir placer. Ustedes parecen te-
En una situación como esta sería útil averiguar si la ner mucha habilidad para eso. ¿Qué hace cada uno pa-
pareja conoce modos menos irritantes de comunicarse y si ra mostrar su sensibilidad al otro cuando hacen el
los usa alguna vez. De ser así, ¿en qué circunstancias? amor? ¿Cuáles son las diferencias entre lo que sienten
¿Qué es lo que diferencia esos momentos? Sin embargo, si el uno por el otro cuando hacen el amor y lo que sien-

208 209
ten en otros momentos? [Es preciso obtener la mayor tes nos llame por teléfono entre sesiones para chismorrear
cantidad posible de detalles, pero sin llegar a provocar sobre la otra. Debemos mantener con firmeza la consigna
incomodidad en los clientes.] ¿Podrían darme un ejem- de que todo debe hablarse en presencia de ambas partes
plo de cómo emplearían esas habilidades para manejar durante las sesiones conjuntas. De igual modo, si una de
su problema (concerniente a las finanzas, la crianza de ellas nos pide una sesión por separado, debemos pregun-
los hijos, las peleas, etcétera)?». tarle si la otra está enterada de su pedido. Si no lo está, in-
sistiremos en que le informe acerca de la llamada, así co-
mo de sus motivos para hacerla. Siempre solicite a la otra
El mensaje de recapitulación parte que también acuda a una sesión individual, a fin de
evitar cualquier sospecha de parcialidad.
En lo que atañe a los mensajes de recapitulación para Las parejas se transforman en familias. Las relaciones
las parejas, es preciso destacar varios puntos: entre padres e hijos y entre hermanos difieren de las que
se dan entre dos adultos unidos por lazos románticos. Por
1. Asegúrese de dirigirse por separado a cada uno de esta razón, la terapia familiar será tratada por separado
los miembros de la pareja para comunicarle lo que en el próximo capítulo.
le escuchó decir.
2. Respóndales por separado y no deje de formular
una opinión sobre su proceso interaccional. «Mi im-
presión es que ustedes tienen modos diferentes de
reaccionar cuando se sienten heridos. Mary lanza
golpes y Jeff se retrae».
3. Enuméreles la mayor cantidad posible de cosas
que, a su juicio, tienen en común. No es necesario
que sean cosas positivas. Puede tratarse de su sen-
timiento de desesperanza o de la intensidad de su
ira. Si no encuentra otra cosa, señale al menos que
ambos estuvieron de acuerdo en acudir a la sesión.
4. Si se refirieron a sus sentimientos, coméntelos bajo
el encabezado de «lo que les escuché decir». Si no lo
hicieron, no deje de incluir lo que usted percibe
sobre sus sentimientos en «mi respuesta es».

Conclusión

Al trabajar con parejas debemos hacer malabarismos


para asegurarnos de que estamos transmitiendo acepta-
ción y comprensión a ambas partes. Para fortalecer la
idea de que nuestro contrato es con la relación y no con un
individuo, es aconsejable no permitir que una de las par-

210 211
9. Terapia familiar ciarse y la patria potestad únicamente se extingue en cir-
cunstancias extremas, nunca se plantea si la relación de-
be continuar o concluir. Siempre habrá una relación. El
tema es su calidad y quién está dispuesto a contribuir a
mejorarla. El propósito de la evaluación es establecer a
quiénes se debe invitar a las sesiones y cómo conviene
agruparlos.

Las parejas están formadas por adultos sin relación


consanguínea que han decidido vivir juntos y que por lo
general pueden recurrir a medios jurídicos para poner fin
Familias con hijos pequeños o adolescentes
a su relación. Las familias tienen lazos inmutables que
La decisión de incluir o no a los hijos pequeños o ado-
abarcan varias generaciones. Los padres están biológica-
lescentes desde el principio en la terapia familiar se basa,
mente motivados y socialmente obligados a cuidar a sus
habitualmente, en la orientación teórica. Los terapeutas
hijos hasta que estos sean capaces de cuidarse solos. Pero
sistémicos prefieren ver in vivo todo el sistema familiar a
las relaciones familiares no terminan cuando los hijos se
fin de decidir qué patrones interrumpir o cómo cambiar la
independizan. En las circunstancias más favorables, los
estructura de la familia. Quieren obtener la mayor infor-
miembros de la familia se adaptan a las exigencias de lí-
mación posible sobre el sistema, desde múltiples puntos
mites diferentes y vínculos cambiantes. En las circuns-
de vista, incluido el de un niño de tres años que aún no ha
tancias menos propicias, luchas no resueltas proyectan aprendido a armar historias (Minuchin y Fishman, 1981;
sobre la familia una sombra ineludible. Sea cual fuere la Napier y Whitaker, 1978).
calidad de las relaciones familiares, la mayoría de las cul-
Los terapeutas de orientación constructivista proba-
turas consideran que los hijos adultos tienen la obligación
blemente dejarán que la familia diga quiénes quieren
moral de cuidar a sus padres ancianos y a sus hermanos
asistir a la sesión, lo cual concuerda con una postura que
cuando estos no son capaces de manejarse solos. Estos la- niega su carácter de expertos y propicia la aceptación de
zos que obligan iluminan el trabajo con familias con una los clientes.
luz diferente del trabajo con parejas, pero también son un
recurso de enorme importancia. Naturalmente, cuanto más numerosos sean los miem-
bros de la familia con quienes interactúe el terapeuta,
Los principios terapéuticos esbozados en el capítulo
más oportunidades habrá de arribar a una solución. Por
anterior en lo concerniente al trabajo con parejas también
otra parte, el cambio requiere motivación, de modo que es
son aplicables al trabajo con familias. En este capítulo
mucho lo que podría decirse en favor de que sólo los miem-
sólo describiremos las principales diferencias.
bros más motivados concurran a las sesiones. Los niños
pueden ser una valiosa fuente de datos, pero también un
factor de perturbación. Los padres quizá posean informa-
Evaluación ción pertinente que no pueden o no quieren revelar en
presencia de los miembros más jóvenes de la familia. Los
La evaluación de las familias no tiene por objeto deter- terapeutas pueden tener opiniones diversas respecto de la
minar —como en el caso de las parejas— si la terapia es cantidad de información confidencial que debe haber en
apropiada para ellas. Como las familias no pueden divor- una familia.

212 213
Por mi parte, prefiero tratar de proteger a los jóvenes reconocer que deben modificar su comportamiento. Los
en sus años formativos, y evitar que se vean como anor- adolescentes, en cambio, fingen apocamiento o se quejan
males, según ocurre cuando son llevados al consultorio de de las injusticias que sufren en su vida. Estos ecos de los
un psiquiatra, o que se los etiquete innecesariamente. Co- problemas evolutivos no deben llevarnos a ignorar a los
mo es parte del orden natural de las cosas que los padres adolescentes ni a olvidar que cada cliente es único. Los
ayuden a sus hijos y les enseñen a comportarse frente a jóvenes pueden aportar mucha información valiosa en las
los demás, parece apropiado comenzar a hablar con ellos sesiones si se sienten seguros y comprendidos.
de la situación. Si demuestran estar motivados para hacer Una regla fundamental cuando se trabaja con familias
algo diferente, se podrá ir con rapidez al encuentro de las es no dedicar demasiado tiempo a considerar las diferen-
metas sin necesidad de involucrar a su hijo. Pero si, como cias sin dirigir la conversación hacia lo que los miembros
ocurre con frecuencia, creen que el problema está en su hi- de la familia comparten, aunque se trate de algo negativo.
jo, lo mejor es cooperar y evaluar también a este antes de Los adolescentes y sus padres, en especial, sienten que los
comenzar las sesiones con la familia. La colaboración con separa un profundo abismo en toda clase de asuntos. A
los padres es importante porque son ellos quienes deciden menudo sostienen que su relación se asemeja a la de des-
si van a continuar o no la terapia. conocidos que no tienen nada en común o a la de enemi-
gos que libran una guerra. En verdad, la tarea de permi-
tir que un hijo se independice sin dejar de ofrecerle protec-
ción no tiene nada de fácil. Por otra parte, también es difí-
Cómo estructurar la conversación cil imaginar qué queremos ser, al margen de los deseos de
nuestros padres pero sin perder su aprobación y apoyo. El
Terminadas las presentaciones, una manera natural descubrimiento de que los miembros de la familia de to-
de iniciar la conversación consiste en dirigirse a los miem- das las edades comparten la angustia, el miedo y las desi-
bros de la familia en orden jerárquico a partir de los pa- lusiones, como también la lealtad, el amor y la preocupa-
dres, para finalizar con el hijo menor. Para evitar cual- ción, puede constituir una buena base para hallar solucio-
quier inclinación de género, miro a ambos padres a la vez nes. El paso de una perspectiva excluyente, «o bien... o
y pregunto: «Y bien, ¿quién quiere decirme algo acerca de bien», a una visión incluyente, «tanto... como», facilita el
ustedes y de su familia?». Esta pregunta probablemente surgimiento de alternativas.
los inducirá a explicar sus motivos de queja. Es preciso
asegurarse de obtener el relato de ambos, independien-
temente de quién haya sido el primero en hablar. EJEMPLO DE CASO: LA FAMILIA T
El paso siguiente consiste en mirar otra vez a ambos
padres y preguntarles qué esperan como resultado de las El extracto de un caso que se presenta a continuación
sesiones. Esta pregunta nos lleva a sus ideas sobre las me- ilustra la evaluación y la estructura de una primera se-
tas. También en este caso es útil pasar de un padre a otro sión con una familia.
y comparar lo que dicen. Yo espero que ellos terminen, an- El señor y la señora T vinieron con sus dos hijos: Ron,
tes de preguntar a los hijos qué opinan del problema y de de 14 años, y Bob, de 12. Los derivó un asesor escolar a
las metas. En la mayoría de los casos, padres e hijos con- causa de la conducta desafiante de Ron y sus recientes
cuerdan en que existe un conflicto, pero discrepan respec- inasistencias injustificadas. La señora T insistió en que
to de las causas. En general, los preadolescentes tienden a toda la familia estuviera presente en la sesión.

214 215
Terapeuta (dirigiéndose a los padres, después de las pre- su versión del problema.! {A Ron.) Y bien, Ron, ¿qué dices
sentaciones de rigor y de algunos comentarios circunstan- tú de todo eso?
ciales): Y bien, ¿quieren decirme algo más acerca del Ron (se encoge de hombros): Sí. Es a s í . . . pero no hicimos
motivo que los trajo aquí? Tengo entendido que la escuela ningún daño. Nonos llevamos n a d a . . . al menos nada va-
les sugirió que vinieran. lioso.
Señora T:. Ron nos tiene muy apenados últimamente. No Terapeuta: También me pregunto qué piensas sobre lo que
sé qué le ocurre. Era un chico tan bueno. Sin problemas en dicen tus padres acerca de todo este asunto, sobre los
la escuela... un alumno de ocho para arriba... buenos buzones, los cambios en la escuela... tus notas. [Busca el
amigos... y ahora sus notas son horribles... se insolentó modo más abierto de averiguar en qué consiste el proble-
con algunos profesores y se escapó de varias clases {lagri- ma según Ron.]
meando). Estoy muy preocupada. Ron: Es que ya no es interesante. Es aburrido.
Terapeuta: Puedo entenderlo... (Al señor T.) ¿Y qué pien- Terapeuta: [Trata de comprender y aceptar.] Hum.. . s í . . .
sa usted de todo eso? a tu edad, las cosas comienzan a verse de una manera
Señor T. Bueno, a mí tampoco me agrada. Pero no estoy muy diferente. Los intereses cambian. ¿Te preocupa lo
tan inquieto como Lily. Quiero decir. .. por un lado, esa que tus padres han dicho hoy aquí?
conducta es inaceptable, pero supongo que los varones se Ron: Claro, pero no va a pasar nada. Apruebo todas las
desmandan a veces. Recuerdo que a esa edad yo era.... materias. . . quiero ir a la universidad. . . y ya paramos
Señora T: Ah, ¿y qué habría hecho tu padre si hubieras ro- con lo del correo'.
to los buzones de los vecinos? Terapeuta (manteniendo una actitud positiva): Bien, me
Señor T: Bueno, ya conoces a mi padre. Enseguida se saca- alegro de que pienses en el futuro. A veces, los jóvenes de
ba el cinturón, pero las cosas han cambiado. tu edad son demasiado inmaduros para tener en cuenta
Señora T(al terapeuta): Supimos por los padres de uno de las consecuencias de sus actos en el futuro. (Al señor y la
los amigos de Ron que algunos de los chicos han abierto señora T.) ¿Sabían que Ron piensa en su futuro?
buzones y robado cosas. {Se desvía del problema en la es- Señora T. No parece que lo hiciera.
cuela.) Señor T. Supongo que no.
Terapeuta: ¿Qué clase de cosas? Terapeuta: Apostaría a que les produce alivio oírlo decir
Señora T. Revistas... material que no deberían ver... Tu- que quiere ir a la universidad.
vieron esa idea... sabe, nosotros controlamos lo que ha- Señor T. Es muy inteligente. Queremos que tenga todas
cen en Internet... entonces encargan pornografía dando las oportunidades posibles. Queremos que se sienta bien
la dirección de algunos de nuestros vecinos que trabajan consigo mismo.
todo el día y después la sacan de los buzones antes de que Señora T: Queremos hacer todo para ayudarlo, pero tiene
ellos vuelvan a su casa. A veces se quedan con otras cosas una actitud... Nos sentimos desalentados.
que encuentran allí... Terapeuta: Ron, ¿sabías que tus padres así se sienten?
Terapeuta: ¿Por ejemplo? Ron: N o . . . siempre están furiosos.
Señor T: Le dije a Ron que es un delito federal... Por Terapeuta: En tu opinión, ¿qué significa esa furia?
suerte no roban cheques... Han sacado otros catálogos y
algunas publicidades de concursos para ganar dinero. El señor y la señora T se enteraron de que para Ron su
Terapeuta: [No quiere escuchar a una de las partes du- enojo significaba que lo consideraban incorregible, y él ya
rante demasiado tiempo e interroga al hijo para conocer no podía modificar esa opinión. Ron descubrió que a juicio

216 217
de sus padres él había renunciado a cambiar, y ellos care- Terapeuta: ¿Usted confía en que Ron no volverá a meterse
cían de recursos para modificar esa situación. El terapeu- en líos?
ta comenzó entonces a hablar con Bob. Señor T: Bueno, la verdad es que no. Ya dijo otras veces
que lo intentaría. Las cosas han ido demasiado lejos. (El
Terapeuta: ¿Qué piensas acerca de todo esto, Bob? padre parece estar motivado.)
Bob: No sé. Creo que es una estupidez. Hay demasiado Terapeuta: Entonces, ¿se le ocurre alguna idea para que
griterío en casa. Ron demuestre que habla en serio?
Terapeuta: [Usa una pregunta circular para verificar Señor T: Bueno, en realidad, no hasta que recibamos la
cómo reaccionan los padres ante la conducta de Ron] libreta de calificaciones o dejen de denunciar que merodea
¿Qué pasa en tu familia cuando tus padres se enojan por los buzones. Creo que debería dejar de vagar con los chicos
tu conducta o por la conducta de Ron? con quienes hacía esas cosas.
Bob: Nos prohiben salir o nos sacan el teléfono. A Ron lo Ron (con enojo): No deberías acusarlos. . . no tienen la
dejan castigado muchas veces... y mamá y papá gritan. culpa.
Terapeuta (al señor y la señora T): ¿La prohibición de salir Terapeuta: Ron, ¿qué te llevará a cumplir tu palabra?
da resultado? Ron: Deberían dejarme en paz. .. no controlarme. ..
Señora 7} No, para nada. Terapeuta: ¿En la escuela? ¿En el barrio?
Señor T, Siempre le digo a Lily que es demasiado. Dejarlo Ron: Ella debería dejar de preguntarme qué pasó en la
castigado todo un mes es demasiado. [El terapeuta no da escuela... cuánta tarea tengo para hacer en casa... si ya
por el momento una respuesta a este desacuerdo entre los la hice... adónde voy.
padres para no desviarse del tema.] Terapeuta: ¿Qué piensan de eso, mamá y papá? [Se dirige
Señora T, Bueno, sacarle el teléfono no sirvió. a ambos padres, aunque Ron sugirió que la madre dejara
Ron: Si tan sólo me dejaran de molestar, yo estaría per- de presionarlo.]
fectamente. Señora T: ¿Y si yo hiciera eso y todo empeorara? Además,
Terapeuta: [Coopera con los padres para reafirmar la je- creo que deberíamos saber adónde va cuando sale.
rarquía natural, pero al mismo tiempo trata de seguir co- Terapeuta (dando la razón a los padres): Sí, él debería
nectado con Ron.] Sé que crees eso, Ron, pero ellos no se- decirles.
rían padres responsables si no se preocuparan por lo que Señor T. Estoy dispuesto a permitirle que nos demuestre
pasa con tu vida. También son legalmente responsables si que puede hacerlo.
cometes un delito. Pero pareces confiar en que las cosas Señora T: ¿Sin decirnos adónde va?
marcharán bien en la escuela aunque te aburras, y ya no Señor T. No, me refería a su trabajo en la escuela. Tene-
volverás a meterte en los buzones. ¿Se te ocurre alguna mos que saber dónde está.
idea para convencer de eso a tus padres? Ron: Los otros chicos no tienen que dar un parte. Me sien-
Ron: Tendrán que esperar y ver. Voy a trabajar más en la to como un nene.
escuela... ya lo estoy haciendo. Terapeuta (cooperando tanto con el señor y la señora T co-
Señora T: ¡Ojalá pudiéramos creerlo! mo con Ron): Ron, la mayoría de los padres que se preocu-
Ron: No me dan ninguna oportunidad. Me tratan como a pan por sus hijos quieren saber dónde están. Entonces,
un nene. Llaman a la escuela y a la casa de mis amigos. mamá y papá, Ron dice que asumirá la responsabilidad
Señor T: Lily se angustia mucho... vive preocupada. Ni por su comportamiento y su trabajo en la escuela si nadie
ella ni sus hermanas hacían nada malo en su casa cuando lo controla. Pero siempre conviene empezar por dar pe-
eran niñas. queños pasos. Ron, ¿se te ocurre algún pequeño paso para

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dar en casa y en la escuela y en el que tus padres puedan la verdad. Nunca deberíamos ser insinceros y, por ejem-
confiar? plo, felicitar a un padre por ser consecuente si sólo lo es de
vez en cuando. Podemos decir, sin embargo: «¡Puedo ase-
Ron dio pruebas de su motivación al decir que todas las gurar sin lugar a dudas que para usted es muy importan-
noches mostraría a sus padres sus tareas terminadas si te ser un buen padre! Se esfuerza por ser consecuente al
dejaban de hacerle preguntas sobre el tema, y que los lla- fijar límites, y es importante que lo siga haciendo». Esta
maría al salir de la escuela para avisar si volvía directa- manifestación puede ser más eficaz para crear confianza
mente a su casa y dónde estaría. Se pidió a Ron y sus pa- que un comentario que el cliente sabe falso. La confianza
dres que concurrieran a sesiones por separado. Ron fue va de la mano con el coraje de hacer algo diferente. Sólo se
atendido tres veces en otras tantas semanas, y una vez deben proponer sesiones conjuntas cuando se estime que
más dos semanas después. Sus padres concurrieron dos los padres han cambiado de actitud y están dispuestos a
veces, con dos semanas de intervalo. Bob no fue incluido. participar.
Ron recibió apoyo para tomar por su cuenta decisiones Si los padres muestran con claridad que no quieren
que lo beneficiaran en el largo plazo y cumplir lo prome- intervenir en absoluto, la única opción es trabajar a solas
tido. También se ayudó al señor y la señora T a ver en los con el niño.
cambios de Ron pequeños pasos que debían ser alentados,
y no criticados. Cuando tanto Ron como sus padres infor-
maron que había habido progresos en la casa y la escuela,
se los convocó a una sesión conjunta, a la que también La reunión a solas con el niño
asistió Bob. Todos aportaron ideas sobre las diferencias
producidas y el modo de seguir por ese camino. La reunión a solas con un niño tiene la ventaja de per-
mitir al terapeuta cooperar con él más estrechamente que
en presencia de los padres. Estos esperan que el terapeuta
defienda sus puntos de vista. Sin embargo, ni siquiera en
C u a n d o los p a d r e s no quieren intervenir ausencia de los padres es tarea fácil dar cabida al punto de
vista del niño y ayudarlo a aceptar la realidad.
Algunos padres traen a su hijo a terapia con la espe- Por lo general, los niños quieren que sus padres «dejen
ranza de que lo «arreglen». No tienen intención de inter- de estarles encima» respecto de algún asunto. Así, las que-
venir en el proceso, lo cual puede ser una señal de que se jas sobre los pedidos o prohibiciones parentales deben
sienten derrotados y han perdido toda confianza en su contrarrestarse de un modo amable pero realista, corno se
aptitud como padres. La mejor manera de cooperar es ver hizo en el caso descripto precedentemente. La sugerencia
al niño a solas e incorporar a los padres a la terapia corno al niño de que haga lo que quieren los padres probable-
asesores. En calidad de tales se sienten más seguros y mente debilitará su confianza. Para cooperar, el terapeu-
pueden llegar a reconocer gradualmente la importancia ta puede preguntarle: «¿Qué es lo mínimo que estás dis-
de su participación. Si también se muestran renuentes puesto a hacer para que tus padres dejen de fastidiarte?». .
a desempeñar ese papel, será preciso hacer un esfuerzo Esta pregunta ofrece una opción que proporciona algún
para conseguir que concurran al menos una vez «para que control y es más probable que se la considere una expre-
yo pueda conocer su versión de la historia». sión de apoyo.
Lo primero que debe hacerse en esa «consulta» es estar También hay casos en que los padres, por una u otra
atento a cualquier cosa que pueda reforzarse sin faltar a razón, son negligentes o poco afectuosos. El terapeuta se

220 221
encuentra entonces ante la penosa pero necesaria tarea ciendo que era el único medio de obtener dinero, puesto
de ayudar a los jovencitos a abandonar sus expectativas que era demasiado joven para trabajar y sus padres no le
poco realistas y movilizar sus propios recursos para auto- pasaban una mensualidad. Describió a su padrastro como
valorarse. El siguiente caso ilustra esta última situación. un hombre severo, dado a proferir insultos; le provocaba
enojo el hecho de que su madre nunca lo hubiera protegi-
do contra ese maltrato verbal. «Ella cree que soy un fraca-
EJEMPLO DE CASO: TROY
sado, como mi padre, porque está preso».
A diferencia de muchos niños de su edad, a Troy no pa-
Troy, un niño de 11 años, fue derivado a terapia por un recía molestarle tener que asistir a las sesiones de tera-
programa del condado para delincuentes juveniles, en el pia. Al principio, la terapeuta actuó sin apresuramiento, a
cual participaba luego de la escuela. El y otros tres mu- fin de establecer una relación. Durante varias semanas se
chachos habían sido acusados de intrusión y robo por limitó a hablar de cosas triviales, a charlar sobre la pasión
haber entrado por la fuerza a una casa y haberse apodera- de Troy —las historietas— y a escuchar sus relatos sobre
do de un televisor y algo de dinero. El procedimiento ha- su desdichada vida hogareña. Siempre que tenía la opor-
bitual en las derivaciones correspondientes a este progra- tunidad, lo elogiaba por algo. Por ejemplo, cuando una vez
ma contemplaba que los padres acompañaran al cliente el chico le dijo que había faltado a una sola clase en lugar
en la primera sesión y asistieran a sesiones familiares ca- de las tres o cuatro habituales, lo felicitó por haber tomado
da vez que el terapeuta lo recomendara. La madre de Troy esa decisión y le preguntó qué otras cosas buenas había
se mostró lacónica y fría cuando la terapeuta la llamó hecho por su cuenta desde la última sesión. Cuando él in-
para concertar una cita, y se negó a asistir a la sesión de formó que una vez había salido de su casa en lugar de
ingreso con la excusa de que no tenía con quién dejar a sus trenzarse en un duelo verbal con su padrastro, la tera-
hijos menores. Accedió de mala gana a mantener una bre- peuta le pidió una detallada explicación de cómo había
ve entrevista telefónica, durante la cual aclaró que se ha- hecho para adoptar una decisión tan acertada. En todo
bía desentendido de Troy porque este no había hecho más momento escuchaba con un «oído constructivo» (Lipchik,
que empeorar con los años. Dijo a la terapeuta que se ha- 19886) cualquier cosa que pudiera elogiarse como deci-
bía divorciado de su primer marido cuando Troy tenía dos sión correcta o cualidad positiva.
años. El hombre era un alcohólico que la golpeaba y algún
Troy concurría con regularidad a las sesiones y pare-
tiempo después fue enviado a prisión por agredir a un po-
cía desilusionado cuando los feriados o el mal tiempo in-
licía. La mujer se había casado con su actual marido —el
vernal le hacían perder alguna. Una vez establecido un
padre de sus otros tres hijos— cuando Troy tenía cuatro
vínculo de confianza, la terapeuta introdujo el tema de sus
años. Nuevamente embarazada, su quinto hijo debía na-
expectativas con respecto a la terapia. Al principio pareció
cer dentro de dos meses. Dijo que Troy había sido un chico
desconcertado por la pregunta y dijo que simplemente le
«difícil» desde que nació. Lo había llevado a terapia varias
hacía bien sentarse a hablar con ella. La terapeuta le ex-
veces a causa de sus rabietas, sus mentiras y su conducta
plicó el propósito de sus reuniones y le pidió que presenta-
rebelde.
ra algunas ideas sobre los temas en que quería trabajar.
Troy era un muchacho bien parecido de tez morena,
que aparentaba más edad de la que tenía y ostentaba una Troy: Estuve pensando en eso... en lo que quiero. Supon-
prematura pelusa sobre el labio superior. Se expresaba go que quiero aprender a hablar con mi mamá como hablo
con espontaneidad y tenía un buen contacto ocular. Admi- con usted.
tió sin rodeos su conducta delictiva, pero la racionalizó di- Terapeuta: ¿Sólo con tu mamá?

222
223
Troy: Bueno, no estoy seguro sobre él [el padrastro], pero de distintas maneras con otros personajes buenos y ma-
sería lindo que ella me escuchara a veces. los. También lo alentó a comunicarse con su maestra y el
Terapeuta: Creo que es una meta realmente buena, pero, amigo adolescente y a aumentar las buenas conversacio-
sabes, quizás ella no tenga tiempo para venir aquí conti- nes con ellos. Lo ayudó, además, con su maestra de arte de
go, y a veces una persona no puede aprender por sí sola a la escuela, quien a su vez lo invitó a unirse al club de arte.
tener una buena conversación con otra. Cuando el «bueno» se volvió más dominante en la vida de
Troy: ¿O sea que no podemos intentarlo? Troy y este comenzó a sentirse más satisfecho consigo
Terapeuta: Sí, podemos intentarlo. Pero no puedo pro- mismo, la terapeuta se preguntó si el «bueno» trataría al-
meterte que si te esfuerzas por aprenderlo, ella responde- guna vez de predominar en el hogar. Troy hizo algunos es-
rá como a ti te gustaría. fuerzos tentativos, pero comprobó que no producían nin-
Troy: Está bien. gún efecto en la conducta de su madre hacia él. Esta desi-
Terapeuta: ¿Alguna vez, que tú recuerdes, tuviste con tu lusión fue comentada en la terapia:
madre el tipo de conversación que desearías tener? ¿O al-
go parecido, aunque fuera un poco? [Troy no pudo dar con Terapeuta: Sé que estás desilusionado. Pero en realidad
ninguna excepción relacionada con su madre, pero sí des- te estás esforzando todo lo posible por tener buenas con-
cribir buenas conversaciones con su difunto abuelo mater- versaciones.
no, una maestra y un vecino adolescente,] ¿Por qué crees Troy (estalla): ¿Qué sentido tiene todo eso?
que tienes mejores conversaciones con esas personas que Terapeuta: ¿Eres el único a quien tu madre no le presta
con tu mamá? atención?
Troy: No sé. Troy: No, siempre rezonga, pero es peor conmigo. Simple-
Terapeuta: ¿Hay algo diferente en ti cuando hablas con mente no le gusto (llora).
esas personas? Terapeuta: Es un pensamiento muy doloroso, pero ¿qué
Troy: Sí. Es como si tuviera en la cabeza esos dos perso- dice sobre ti?
najes de historieta, el bueno y el malo, y ellos dirigen en Troy: Que no soy bueno.
diferentes momentos. El malo es siempre el jefe cuando Terapeuta: ¿De veras? ¿Y cómo es entonces que hay tantas
estoy en casa, pero nunca cuando tengo una buena con- otras personas con las que tienes buenas conversaciones y
versación. que piensan bien de ti?
Terapeuta: ¿Y eso te parece bien? Troy: No sé.
Troy: Sí. Son malos, así que el malo tiene que pelearlos.
Terapeuta: Entonces, ¿cómo terminan en tus historietas La terapeuta trabajó con Troy en tomo a la idea de que,
las peleas entre los malos? aunque él era una buena persona, quizá su madre tuviera
Troy: Alguien tiene que terminar siendo bueno, y los ma- en esos momentos problemas que le impedían demostrar-
los pierden. Pero en mi casa eso no pasa. Ellos no termi- le su aprecio. Tal vez cuando él fuera mayor y ella compro-
nan siendo buenos y yo tampoco. A mi mamá no le gusto. bara que no era igual a su padre se mostraría muy conten-
Siempre dice: «Eres como tu padre (mi verdadero padre). ta de que así fuera.
Te pareces a él, actúas como él y terminarás como él». En el proceso de adaptarse al rechazo de su madre,
Troy pasó por períodos de enojo y aflicción. La terapeuta le
La terapeuta comenzó a pedir a Troy que dibujara his- sugirió algunas preguntas que podría hacerse cuando se
torietas en las que sus tipos buenos y malos interactuaran sintiera enojado o solo: «¿Qué debo decirme a mí mismo

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cuando mamá me hace sentir que no soy bueno?»; «¿Qué cuando dedica más tiempo al niño. También pueden ser-
debo hacer para protegerme y no echarlo todo a perder vir de base al terapeuta para mencionar el hecho de que
porque me siento malo?». los niños, en general, mejoran si sus padres les dedican
Poco a poco, el desempeño de Troy en la escuela mejoró unos pocos minutos de atención exclusiva. A veces, los pa-
tanto que aprobó todos sus cursos y se las arregló para dres están demasiado enojados para hacerlo, pero cuando
controlar mejor sus impulsos. La madre mantuvo su deci- han anudado una relación con el terapeuta hay más pro-
sión de no participar en el tratamiento, pero admitió, de- babilidades de que estén dispuestos a aceptar algunos
lante del asistente social encargado del caso, que la con- cambios.
ducta de Troy en la casa había mejorado.

La tarea del terapeuta, en una situación como esta,


consiste en proporcionar apoyo y facilitar las herramien- Familias con padres ancianos o hermanos adultos
tas necesarias para alcanzar la independencia emocional.
Lo cual no significa ver al niño una vez por semana hasta El porcentaje de ancianos en la población aumenta rá-
que llegue a la adultez, ni crear en él una dependencia de pidamente y seguirá aumentando en el futuro. Como con-
la relación terapéutica. Significa ayudarlo a que consiga secuencia de ello, los terapeutas centrados en la solución
satisfacer poco a poco sus necesidades fuera de la terapia, son consultados más a menudo por personas que tienen a
pero estar a su disposición en caso de que necesite apoyo. su cargo a sus padres ancianos (Bonjean, 1989,1996). Los
problemas propios de la vejez suelen conllevar una gran
carga emocional porque provocan sentimientos de pérdi-
da y angustia en todas las partes implicadas. El cuidado
La mediación entre los niños y sus padres de los padres ancianos puede reavivar problemas no re-
sueltos entre ellos y sus hijos o entre hermanos, y también
Cuando un niño revela que tiene un problema con uno generar nuevas dificultades.
de sus padres, el terapeuta debe hallar una manera de Además, los hermanos adultos consultan a veces a un
poner a este al tanto sin despertar alarma ni poner en terapeuta familiar para que los ayude a resolver proble-
riesgo la confidencialidad de los dichos del niño. mas entre ellos. Tal como las describimos en este volu-
Los niños y los adolescentes se quejan a menudo de men, la teoría y la práctica básicas de la TCS también son
que un progenitor —muchas veces, el único que tienen— aplicables a estos problemas familiares. Algunos aspec-
les resulta inaccesible. El terapeuta puede tratar de abor- tos específicos que deben tenerse en cuenta son los si-
dar esa inaccesibilidad en una sesión por separado con los guientes:
padres, pero sólo después de haber dado al progenitor la
oportunidad de exponer sus quejas sobre el niño y de ha- 1. Recuerde que debe ocuparse tanto de los senti-
ber expresado su comprensión al respecto. De ese modo, el mientos individuales como de los sentimientos
terapeuta está en condiciones de hacerse eco de las dificul- compartidos.
tades de pasar tiempo con un niño que provoca desánimo 2. Recuerde que los padres ancianos y sus hijos adul-
o enojo. Si es aceptado, su comentario puede llevar a pre- tos procuran mantener el mayor control posible
guntas sobre excepciones. Esas preguntas pueden condu- sobre su vida cotidiana. Un pequeño cambio puede
cir al progenitor a darse cuenta de que las cosas mejoran representar una gran diferencia.

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3. Piense en términos incluyentes, «tanto... como», y de terapia porque, cuando la configuración de la familia
no en términos excluyentes, «o bien... o bien». se presta a ello, siempre existe la posibilidad de que las so-
4. En el caso de los padres ancianos y sus hijos, la fo- luciones elaboradas en el presente sean beneficiosas para
calización en el futuro debe basarse en los aspectos otras familias, tanto hoy como en el futuro.
del presente que pueden mantenerse o los elemen-
tos del pasado que pueden reactivarse. Es preciso
tomar con pinzas el supuesto de que usted no puede
cambiar el pasado; por lo tanto, concéntrese en el fu-
turo cuando se trabaja con personas que, en térmi-
nos realistas, enfrentan la separación que la muer-
te impondrá en un futuro no muy lejano. Es más
útil pensar que nada es totalmente negativo o que
las personas poseen puntos fuertes intrínsecos para
ayudarse a sí mismas.
5. Asegúrese de no subestimar a los ancianos y de no
tratarlos como si fueran niños.
6. Controle cuidadosamente sus reacciones para no
identificarse en exceso ni sentir lástima. Ayude a
sus clientes a alcanzar sus metas, no las que usted
se haya propuesto. No deje de recordarse que cada
cliente es único y, por lo tanto, cada situación fa-
miliar es única.

Conclusión
A menudo se considera que el trabajo con familias es
el tipo más difícil de terapia. Es arduo tratar de reunir a
diferentes personas de diferentes generaciones e intentar
forjar al mismo tiempo una conexión entre ellas. Sea cual
fuere el número de miembros que asisten a una sesión, la
familia como un todo está siempre presente en espíritu en
el consultorio, y el terapeuta debe tener en cuenta a sus
integrantes como individuos y estar alerta a sus interac-
ciones recíprocas. El trabajo en equipo es muy ventajoso
en la terapia familiar. Si no se cuenta con un equipo, es in-
dispensable que el terapeuta haga una pausa al final de la
sesión para ordenar sus ideas y decidir la redacción de un
mensaje de recapitulación y una sugerencia. La terapia
familiar es también una de las formas más gratificantes

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ra agua». Le dije que conversar sobre eso sería apropiado
10. El trabajo con clientes involuntarios si, a su juicio, era uno de los factores determinantes de su
estrés. Incluso podía venir a las sesiones con su esposa, si
ella quería. Simon tuvo una reacción muy negativa ante
esta sugerencia.
Pasamos el resto de la hora conversando sobre el po-
sible uso productivo de su tiempo, ya que había resuelto
obedecer e iniciar una terapia. Tuve la impresión de que
cuanto más respetaba yo su opinión de que la ira no cons-
Simon, un afroamericano de 34 años, debió iniciar una
tituía un problema para él, y cuanto más dejaba a su ar-
terapia por indicación del programa de asistencia al per-
bitrio la elección de un tema para la terapia, más reflexio-
sonal de su empresa, donde le fijaron un período de prue-
naba él sobre su comportamiento en su casa y en el traba-
ba de tres meses. La negativa implicaba la pérdida del
jo. Hacia el final de la sesión decidió que podría serle útil
cargo gerencial, bien remunerado, al que había accedido
aprender a manejar mejor la frustración.
después de doce años de trabajar en la firma. La causa de Cuando acudió a la sesión siguiente, resultaba claro
su derivación fueron las numerosas quejas de sus emplea- que había estado bebiendo. Se refirió a un incidente ocu-
dos, a raíz de su conducta despectiva y agresiva hacia rrido en el trabajo: una de las empleadas había vuelto a
ellos, sin motivos razonables. También se lo acusaba de cometer un error en un procedimiento que habían revisa-
beber en exceso. do juntos una semana antes. Logró controlar su cólera en
Lo primero que noté en Simon fue que apestaba a alco- presencia de la empleada, pero siguió rumiando el asun-
hol. Se mostraba belicoso y se quejaba de un trato injusto. to el resto de la jornada. «¿Por qué me hizo eso?», se quejó
Creía que su personal quería librarse de él porque no tole- con exasperación. Le pregunté cómo podía saber si la em-
raba la pereza ni el trabajo mal hecho. Era jefe de su-de- pleada «le había hecho eso» a propósito o porque no había
partamento desde hacía más o menos un año, y en ese lap- aprendido bien el procedimiento. Contestó que él lo ha-
so había logrado aumentar la producción en un 45%. ¿Se bía aprendido en un día, y pareció sorprendido cuando le
consideraba un jefe duro y exigente? Admitió que quizá lo pregunté si esperaba que sus empleados fueran tan hábi-
fuera a veces, pero era sencillamente incapaz de entender les como él. Para Simon, si una persona hacía bien su tra-
por qué sus empleados no podían realizar tareas simples o bajo era porque se esforzaba más y no porque fuera mejor
hacer un uso responsable de su tiempo. Creía dar un trato que el resto.
justo a la gente y afirmó que nunca había exigido de los Durante la tercera sesión noté que Simon no olía tanto
demás algo que él no pudiera realizar. También negó con a alcohol. Parecía más relajado y comenzó a quejarse de
vehemencia un consumo excesivo de alcohol cuando se lo su mujer. Estaba irritado porque casi todas las noches,
mencioné como una de las razones por las cuales lo habían después de cenar, ella salía con los chicos. Con frecuencia
enviado a terapia. iba a un centro comercial y, en su opinión, gastaba dinero
Agregó que, aunque consideraba infundadas las que- sin necesidad. Simon no le reprochaba el confortable esti-
jas en su contra, había aceptado venir a terapia porque te- lo de vida que llevaban, pero creía que ella saboteaba deli-
nía a su cargo mujer y dos hijos pequeños. Cuando le pre- beradamente sus planes para asegurar el futuro de la fa-
gunté si había algún tema sobre el cual pudiéramos con- milia. Cuando habló con su mujer sobre el tema, surgió un
versar provechosamente, contestó con sarcasmo: «Cómo conflicto que seguía sin resolver. Una vez más rechazó mi
conseguir que mi mujer deje de gastar dinero como si fue- oferta de tratar el problema en la terapia.

231
Simon me habló de un recuerdo penoso de su niñez, Me dijo que desde hacía algún tiempo su esposa quería
despertado, según dijo, por mi pregunta sobre si esperaba hablar conmigo, pero que al principio él no se había senti-
que los demás estuvieran a su altura en el trabajo. Me do preparado para eso. Le expliqué que antes de realizar
contó que cuando cursaba el segundo grado en la escuela sesiones conjuntas siempre veo en una sesión individual
primaria se había sentido rechazado e inadecuado porque al cónyuge del cliente al que he estado tratando. Simon no
no lo dejaban participar en el círculo de grupos de lectura. puso reparos.
En lugar de ello, le decían que se sentara solo en un rin- Nancy, su mujer, vino dos días más tarde, y lo primero
cón, con un libro distinto del que leía el grupo. Más tarde que dijo después de sentarse fue: «Simon es un alcohóli-
comprendió que lo separaban del grupo porque él ya sabía co». Agregó que cuando se conocieron él solía tomar una o
leer. Había aprendido solo a los cuatro años. Pero en esa dos cervezas a la noche, pero que en los últimos años su
época le parecía un castigo injusto, así como ahora la con- consumo de alcohol había ido aumentando en la misma
currencia obligada a terapia le parecía un castigo por la proporción que sus responsabilidades laborales. Desde su
eficiencia con que dirigía su departamento. También ha- último ascenso, un año y medio atrás, había perdido el
bló de su enojo con los empleados por presentar quejas control hasta tal punto que, cuando él volvía del trabajo,
contra él en lugar de valorar sus metas, e igualmente por ella trataba de salir de la casa para ahorrarse y ahorrar a
su falta de colaboración. los niños su hostilidad de borracho. Simon había bebido
Le pregunté si tenía alguna idea acerca de los motivos menos durante los últimos tres meses, pero ella creía que
de la conducta de sus empleados. ¿Sospechaba que tenían la bebida aún era un problema que había que enfrentar.
prejuicios? Simon dijo que en su niñez había percibido el Nancy también sentía que era preciso trabajar en la rela-
rechazo de la gente motivado por el color de su piel, y que ción, sobre todo en lo concerniente a las finanzas y para
todavía era sensible a las injusticias que un negro debe so- poner fin a las discusiones, y que en ese aspecto también
portar en una sociedad de blancos. Pero no creía que la ra- ella necesitaba hacer algunos cambios.
za hubiera desempeñado un papel importante en esa si- Nancy y Simon continuaron la terapia otros ocho me-
tuación. ses. Durante ese período, Simon dejó de beber. Insistió en
Durante otras seis sesiones nos concentramos en los hacerlo de golpe. Aunque me preocupaban las posibles
modos constructivos a los que Simon podría recurrir para complicaciones por la falta de intervención médica, él se
manejar la ira provocada por la frustración. Gradualmen- mostró inflexible. Para entonces yo ya conocía las venta-
te, flexibilizó sus expectativas con respecto a los demás y jas de cooperar con él. Llegamos a una transacción y él se
desarrolló un estilo gerencial más diplomático. A veces comprometió a internarse en un hospital si la abstinencia
mencionaba las frustraciones que sentía en su casa, pero causaba perjuicios a Nancy y los niños. Al final, Simon su-
en general parecía desempeñarse mejor también allí. En frió tan sólo dolores de cabeza que fueron disminuyendo
ocasiones despedía aún olor a alcohol, pero mucho menos gradualmente a lo largo de seis semanas, antes de sentir-
intenso que en las primeras sesiones. Después de tres me- se cómodo con la sobriedad. El y Nancy se pusieron de
ses de terapia, el jefe de su departamento evaluó como ex- acuerdo respecto de algunas metas que debían alcanzar
celente su desempeño. Sus empleados y supervisores coin- para mejorar su relación, y mostraron satisfacción con los
cidían en que su conducta había cambiado significativa- resultados cuando el tratamiento concluyó.
mente y en que el alcohol ya no afectaba su actividad la-
boral. Lo felicité por su trabajo y por haber alcanzado su Simon era un no-cliente (en lo sucesivo emplearé la
meta. Para mi sorpresa, su respuesta fue: «Gracias, pero expresión «cliente involuntario») que decidió convertirse
ahora debemos trabajar en una meta más importante». en cliente. No sólo alcanzó sus propias metas, sino tam-

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bién las de su mujer y las de quienes lo habían derivado. Muchos clientes involuntarios creen que la psicote-
Este es un resultado ideal pero que no siempre se logra. rapia los hará sentir peor porque en ella les dirán que es-
De cualquier modo, como lo demuestra este caso, tratán- tán locos o son malvados. Otros no quieren descubrir que
dose de clientes involuntarios es mucho lo que puede de- la terapia puede ayudarlos porque eso significaría que no
cirse en favor de la cooperación, los avances lentos y la son lo bastante buenos para salir del paso por sí mismos.
creación de un clima emocional que promueva una rela- Algunos temen que si aceptan empezar, nunca van a po-
ción de confianza. El empleo de preguntas centradas en la der parar. Muchos no quieren tratarse por la sencilla ra-
solución debería ser secundario hasta que el cliente sienta zón de que alguien les dijo que no lo hicieran. La mayoría
la necesidad de fijar metas para las sesiones. sabe muy bien desde el principio que no quiere estar en te-
Es posible que algunos médicos clínicos discrepen de rapia, pero algunos fingen conformidad hasta que resulta
mi decisión de hablar con Simon mientras estaba ebrio. evidente que no están motivados para cambiar.
Según mi experiencia, tal decisión es congruente con el A primera vista puede parecer más fácil conseguir bue-
propósito de cooperar con el cliente y no obstaculiza el tra- nos resultados en el trabajo con clientes voluntarios que
tamiento a largo plazo. En el caso de Simon, la ingestión con quienes no quieren tratarse. Sin duda, el hecho de que
de alcohol, sobre todo antes de acudir a las sesiones, fue los clientes que vienen por sí solos tengan ya alguna moti-
disminuyendo poco a poco a medida que se establecía en- vación es una ventaja. Pero, como lo señalan Turnell y
tre nosotros una relación de confianza. El encaró el pro- Edwards (1999), «la relación es primordial para [obtener]
blema cuando estuvo preparado para hacerlo, y logró un resultado exitoso» (pág. 33) con los clientes que acuden
solucionarlo. Si no se hubiera producido ningún cambio contra su voluntad. Como esa relación es encauzada por el
en el patrón de consumo de bebidas y tampoco hubiera ha- terapeuta, el resultado está tanto en sus manos como en
bido progresos en otros aspectos, lo habría derivado a un las manos del cliente.
asesoramiento sobre alcoholismo. No obstante, es mucho
más probable que los clientes depongan una actitud nega-
tiva cuando se ha establecido una relación de confianza, y
no tanto cuando comienzan el tratamiento. La relación terapeuta-cliente

La mayoría de los clientes involuntarios son abierta o


encubiertamente hostiles a la persona o el sistema que los
¿Qué características definen al cliente derivó y a cualquiera que esté vinculado a ellos. Los consi-
involuntario? deran entrometidos y enjuiciadores. Sin duda, muchos
clientes quieren que su situación mejore, y tal vez estén
Los clientes que se resisten a iniciar una terapia lo ha- dispuestos a hacer algo diferente para lograrlo. Pero, por
cen sobre todo por dos razones: creen que no la necesitan o lo general, se les conceden pocas alternativas para decidir
le tienen miedo. Entre los ejemplos típicos se cuentan los qué cambiar y cómo hacerlo, y obtienen escasa aprobación
de niños llevados a terapia por sus padres, las personas por los esfuerzos que no satisfacen las expectativas de
derivadas por su médico, los padres ancianos llevados por quienes dirigen los cambios. En definitiva, esta combina-
sus hijos adultos y los clientes obligados a concurrir por ción de factores hace que se los encasille como «resisten-
sus empleadores, como Simon, o por los tribunales cuando tes» o «indóciles», lo cual refuerza el antagonismo entre
se trata de conductas antisociales. ellos y quienes tratan de ayudarlos.

234 235
Las fuerzas del orden, los asistentes sociales y los pro-
deben percibirla como distinta de la que tienen habitual-
fesionales de la salud mental no suelen ser malévolos ni
mente con los profesionales involucrados en su caso. El
insensibles. Sin embargo, su relación con los clientes de-
establecimiento de esta diferencia lleva tiempo, y sólo se
pende de las exigencias y expectativas propias de su oficio.
consigue cuando los clientes reconocen que, aunque no
Los agentes de la ley deben pensar ante todo en la pro-
renunciemos a fijar los límites exigidos por nuestra profe-
tección de la comunidad; los asistentes sociales suelen es-
sión, nos interesamos sinceramente en ellos.
tar sobrecargados de trabajo y no pueden darse el lujo de
adaptar las intervenciones a los individuos, y los profesio- Algunos ejemplos de cómo lograrlo pueden implicar la
nales de la salud mental consideran patológica, en gene- denuncia obligatoria del maltrato infantil, el incesto o la
ral, la conducta de sus clientes y, por lo tanto, se empeñan reincidencia cometidos por clientes que están en libertad
en eliminar esa patología. condicional o bajo palabra. Marilyn LaCourt (2001, comu-
nicación personal) señala que una forma de proteger la
Cuando se trata de clientes involuntarios, el desafío
relación consiste en pedir al cliente que denuncie el delito,
específico que plantea la relación terapeuta-cliente en la
en lugar de esperar que lo haga el terapeuta. Una actitud
TCS es la exigencia de conectarse tanto con el cliente co-
como esta sugiere a las autoridades que el cliente asume
mo con la persona o sistema que lo derivó, y de satisfacer
cierta responsabilidad por lo que hizo y pone al terapeuta
las necesidades de ambos (Rosenberg, 2000; Stanton,
en una situación más neutral.
Duncan y Todd, 1981; Tohn y Oshlag, 1996). Para los
clientes resulta difícil confiar en nosotros cuando nos En mi trabajo con casos de maltrato conyugal procuro
perciben corno agentes de los tribunales o del sistema de actuar a la vez como terapeuta y abogada de la víctima y
asistencia social. Por otro lado, las personas o institucio- del perpetrador. Los perpetradores deben comprender
nes que los derivan no suelen estar familiarizadas con la que no pasaré por alto un futuro delito; pero si la tensión
filosofía centrada en la solución, y se requiere mucho entre el victimario y su pareja se eleva durante una sesión
tiempo y paciencia para conocer un proceso basado en la o se me informa que ha aumentado en el hogar, no sólo me
creencia de que un pequeño cambio puede llevar a cambios ocupo de la seguridad de la víctima sino también de man-
más grandes y de que nada es totalmente negativo. En lo tener al perpetrador a salvo de sus propios actos. La con-
que nos concierne, nos cuesta encontrar el justo equilibrio versación con la víctima potencial se refiere a un plan in-
entre una actitud positiva hacia los clientes y una relación mediato de seguridad; la conversación con el abusador
de cooperación con otros profesionales a cargo del caso, ra- potencial intenta dilucidar cómo puedo serle útil esta vez
zón por la cual algunas veces nos sentimos en medio de un para que no vuelva a verse envuelto en un problema con
triángulo. las autoridades.
No obstante, cuando ya no queda nada por decir o
También es más probable que los clientes involunta-
hacer, el mensaje que el terapeuta debe comunicar a los
rios presenten problemas de larga data debidos a infortu-
nios que no pueden controlar, así como a conductas antiso- clientes involuntarios no difiere del que debe recibir cual-
ciales. Por lo tanto, a veces puede parecer forzado creer quier otro cliente. Se basa en el supuesto de que el tera-
que los clientes poseen puntos fuertes y recursos para ayu- peuta no puede cambiar a los clientes; sólo estos pueden
darse a sí mismos y aun así mantener la posición esperan- cambiarse a sí mismos. El mensaje debe plantear con cla-
zada y acrítica que necesitan para recuperar sus cualida- ridad que el terapeuta no puede cambiar a otros —inclui-
des positivas do el sistema que hizo la derivación—, pero dar a enten-
der la aceptación y el apoyo al esfuerzo de los clientes por
Uno de los aspectos más importantes de la relación
trabajar en procura de soluciones responsables. Aunque
entre el terapeuta y los clientes involuntarios es que estos
esto no es una panacea, a menudo marca una considera-

236
237
ble diferencia para los clientes que no quieren someterse a el 75% de las mujeres que han sido golpeadas vuelven con
una terapia. su pareja después de una intervención policial o la estadía
en un refugio (Feazell, Mayers y Deschner, 1984; Purdy y
Nickle, 1981). Esta parece una buena razón para ayudar a
las parejas a mejorar su relación en circunstancias que
La cooperación con los clientes han sido evaluadas como seguras y apropiadas (Lipchik,
1991; Lipchik y Kubicki, 1996; Lipchik et al, 1997).
La cooperación con un cliente involuntario cuya meta Cuando se trabaja con parejas en las que uno de los
es no participar en la terapia también plantea problemas miembros ha maltratado al otro, el terapeuta, al igual que
teóricos y éticos. Dicha cooperación es una estrategia tera- en cualquier otro caso de terapia de pareja, debe estar en
péutica desarrollada para eliminar la resistencia y trans- sintonía con el modo de cooperar de ambos. (Esto no
mitir aceptación a los clientes. Cuando cooperamos con el implica aceptar el punto de vista del golpeador de que el
modo de cooperar del cliente involuntario (aceptando el maltrato se justifica. Sólo significa que se debe tratar de
hecho de que este no quiere tratarse), ¿puede considerarse comprender el modo de pensar de una persona y utilizar
que nos alineamos con él en contra del sistema que hizo la su estilo de interacción.) La advertencia de Turnell y Ed-
derivación? Y si no es así, ¿utilizamos entonces una estra- wards (1999) de que se puede cooperar con la persona sin
tegia para conseguir que el cliente acate las exigencias de cooperar con el abuso también es aplicable en este caso,
ese sistema? Según mi experiencia, este abordaje de los perpetradores
Muchos terapeutas que decidieron trabajar con clien- ha demostrado ser la manera más rápida de reducir la ne-
tes involuntarios se adaptan a estos problemas como re- gación e incrementar la responsabilidad personal. Ade-
sultado de su altruismo. Por ejemplo, quienes trabajan en más, contribuye a la seguridad de la mujer golpeada. El
organismos de protección a la infancia sostienen que quie- golpeador tiene menos razones para vengarse por las re-
ren mantener a salvo a los niños y, de ser posible, hacerlos velaciones que podría hacer su pareja cuando percibe que
vivir en su propio hogar. Con ese fin colaborarán con pa- el terapeuta acepta su relato tanto como el de ella.
dres que quizá comiencen por negar el supuesto maltrato
físico o sexual, siempre que los niños estén ya a cubierto
de todo riesgo. Los terapeutas australianos Turnell y Ed-
wards (1999) señalan que cooperar no significa aceptar Las emociones
malos comportamientos. «Cooperamos con la persona, no
con el abuso», y «nos concentramos en lo que se espera, no Los clientes que han venido a hablar con nosotros con-
en lo que está mal» (págs. 33-4). Esta focalización crea tra su voluntad están emocionalmente perturbados. Esta
confianza y la sensación de seguridad requerida por los perturbación debe ser reconocida de inmediato y aceptada
clientes para reconsiderar lo más beneficioso para ellos, con empatia. Para comunicar el mensaje de que «esto es
que en un plano ideal también se corresponderá con las diferente», el terapeuta debe sonsacarles con paciencia .
metas de la fuente de la derivación. sus sentimientos sobre la situación. Esta es una de las .
ocasiones en que la manifestación de los sentimientos de-
Cuando trabajo con casos de maltrato marital, la justi-
be considerarse útil y no incongruente con la teoría. Cuan-
ficación para cooperar con los golpeadores radica, sobre
do esa manifestación es seguida por preguntas sobre cómo
todo, en mi voluntad de ayudar a las mujeres a llevar una
podría el terapeuta ser más útil y cómo desean los clientes
vida más segura con el hombre que han elegido como pa-
emplear el tiempo que deben pasar en terapia, proporcio-
reja. De acuerdo con algunos estudios, aproximadamente

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na la mejor base posible para que la relación terapeuta- tarlos hasta que estén dispuestos a participar en un trata-
cliente sea de cooperación y no de antagonismo. miento, a menos que podamos establecer esa condición
para nuestra práctica. También pasamos automática-
mente a formar parte de un sistema que ha asumido el
control de la vida de los clientes, y debemos comprender
El empleo de las técnicas que, en última instancia, quienes componen el sistema só-
lo podrán beneficiar al cliente si coordinan sus esfuerzos.
El empleo caprichoso de las técnicas puede dificultar el Veamos el caso de Sally, una terapeuta centrada en la
desarrollo y la continuidad de una buena relación de tra- solución que trabajaba en una agencia de servicios para
bajo. ¡Imaginemos el efecto que una pregunta sobre ex- familias. La agencia tenía un programa de rehabilitación
cepciones produciría en un cliente que se queja porque tu- para drogadictos, y Stan, un hombre de 32 años que esta-
vo que esperar un ómnibus bajo la lluvia para venir a una ba en libertad condicional por posesión y venta de mari-
terapia que, por lo pronto, juzga innecesaria! huana, había sido obligado a tratarse en ese programa co-
Imaginémonos también haciendo una pregunta del mo parte de su sentencia. Stan vivía con su novia, Nancy,
milagro a una madre cuyo hijo fue retirado de su casa de- y el hijo de esta, Al, de 10 años. En su escuela, Al estaba en
bido al maltrato físico, y que se queja porque ya ha termi- una clase para niños con perturbaciones emocionales, y
nado el curso sobre cuidados parentales e hizo muchos participaba en un programa patrocinado por la comuni-
cambios, pero estos nunca le parecen suficientes a la asis- dad que incluía terapia para él y su familia. Sally pasó a
tente social que visita su hogar. formar parte de un sistema de personal especializado en
Tales preguntas trivializan los sentimientos del cliente asuntos jurídicos y salud mental que intervenía en el caso
en esos momentos. He comprobado que el uso prematuro de Sam e incluía al juez que lo condenó, a su oficial de li-
de las técnicas resulta especialmente irritante para los bertad condicional, a su psiquiatra, que le prescribía me-
clientes involuntarios. Al parecer, los pone cada vez más a dicamentos para la depresión, a un asistente social del
la defensiva e intensifica, de esa manera, su aversión a la programa de Al que visitaba la casa periódicamente y al
terapia. terapeuta familiar del niño, con quien Stan se reunía cada
Una buena regla práctica es posponer el empleo de las dos semanas, junto con Nancy y Al. Sally debía estar pre-
técnicas hasta que los clientes estén preparados para parada para contemplar la posibilidad de utilizar con
señalar con claridad los aspectos de los que prefieren ha- Stan algo más que sus habilidades de terapeuta centrada
blar. Hasta entonces, las respuestas a las conocidas pre- en la solución. Probablemente sería mucho más útil para
guntas centradas en la solución serán obvias. su cliente si se consideraba parte de un sistema de trata-
miento. Además, también ella estaba obligada a cumplir
la orden del tribunal. Su terapia sería más efectiva si co-
nociera el enfoque empleado con Stan y su familia por los
El s i s t e m a de t r a t a m i e n t o otros profesionales de la salud mental y el asistente social.
¿Consideraban estos que su consumo de marihuana era
Cuando la concurrencia obligada de los clientes a te- una adicción o una enfermedad, mientras ella se concen-
rapia es el resultado de una sentencia judicial, así como traba en pequeños pasos destinados a aumentar su moti-
cuando es una alternativa al dictado de una sentencia, los vación y reducir poco a poco la frecuencia de su uso? En tal
terapeutas no suelen tener muchas posibilidades de elec- caso, Stan recibiría mensajes confusos y probablemente
ción en su trabajo con ellos. No tenemos la opción de acep- no tardaría en reincidir. Por último, sería de provecho

240 241
para Sally conocer las expectativas del sistema judicial, y 1996). La figura 3 es un esquema sistémico para presen-
también las de su propia: agencia, respecto de su trabajo tar y rastreara todos los participantes en un caso y sus me-
con Stan. Debido a su relación con otros sistemas de la co- tas. Su propósito es coordinar el trabajo del terapeuta cen-
munidad, las agencias tienen a veces ideas diferentes de trado en la solución con el de otras personas o entidades y
los puntos de vista de los terapeutas en cuanto a la direc- evitar que los clientes reciban mensajes conflictivos.
ción que debería tomar un caso. Desde un punto de vista centrado en la solución, coor-
Un concepto orientador para un proceso tan complica- dinar un tratamiento significa concentrarse en el proceso
do es el de gestión de casos clínicos (Bachraeh, 1989; y comunicarse en materia de contenido. Harlene Ander-
Frankel y Gelman, 1998; Kanter, 1989; Moxley, 1989; son sostiene que «La clave de una cooperación exitosa es
Raiff y Shore, 1993), fundado en el pensamiento sistémi- hablar con los otros profesionales en el lenguaje de su sis-
co. Para Kanter (1989), la gestión de casos clínicos no es tema de creencias» (citada en Wynn, McDaniel y Weber,
simplemente un sistema administrativo de coordinación 1986, pág. 298). Otro modo de concebirlo consiste en decir
de servicios, sino «una modalidad de la práctica en salud que debe tratarse a los miembros del sistema como si fue-
mental» (pág. 361). Raiff y Shore (1993) opinan que la ges- ran clientes.
tión de casos clínicos se distingue de la gestión general de
casos por estar «más centrada en los cambios, las opciones
y la marcha de las relaciones» (pág. 85). Creen que «se ba-
sa en una infraestructura de destrezas genéricas de eva-
luación, planificación, enlace, supervisión y promoción,
combinada con la participación del cliente, el asesora-
miento y la colaboración [con] otros clínicos intervinien-
tes, la psicoterapia individual, la psicoeducación y la in-
tervención de crisis» (pág. 85). .
Al igual que la gestión general de casos, la gestión de
casos clínicos supone que las intervenciones deberán rea-
lizarse en el «nivel micro» (áreas personal e interperso-
nal), el «nivel medio» (cuestiones institucionales, organi-
zativas y comunitarias) y el «nivel macro» (cuestiones gu-
bernamentales, culturales y de política social) (Frankel y
Gelman, 1998, pág. 12). Esta manera de conceptualizar el
tratamiento contribuye a mantener la mira puesta en el
proceso del sistema y evitar el estancamiento en el conte-
nido (lo que no funciona en el cliente en cuestión).
Es evidente que hablamos de situaciones complejas,
compuestas por variables más divergentes que conver- Figura 3.
gentes. Puede haber un protocolo que es preciso seguir
cuando se descubre un maltrato infantil, pero no hay dos EJEMPLO DE CASO: CONSULTA DE BEA
casos iguales en lo concerniente a los pormenores, como
las relaciones familiares, la participación de otros or- Bea, una terapeuta familiar centrada en la solución y
ganismos y los factores económicos y culturales (Alizur, miembro de la División de Tratamiento de Niños Coloca-

242 243
dos con Familias Sustituías de un organismo asistencia!, 2. ¿Qué otras personas participan en el caso, y qué
acudió a consultar sobre la familia McGee. El paciente de- quieren?
signado era Susi, una niña de 9 años que había estado en Respuesta:
tratamiento durante dos años. Antes de ser entregada a a. La familia: Lee, Tom y David. Quieren que Susi
una familia sustituía, Susi había pasado por dos breves vuelva a casa.
internaciones y una estadía de tres meses en un centro de b. Los padres sustitutos. Quieren que Susi se que-
tratamiento residencial a causa de sus rabietas, su ten- de con ellos. Incluso desean adoptarla,
dencia piromaníaca y, en general, su conducta ingober- c. La terapeuta de Susi. Quiere que esta perma-
nable en la casa y en la escuela. Antes de la colocación de nezca en el hogar sustituto. No interviene nin-
Susi, su madre, Lee, bebía en exceso, pero estaba en recu- gún psiquiatra porque Susi ya no está medicada.
peración desde hacía un año y medio. d. La asistente social. Quiere que Susi vuelva a
Lee había vivido durante seis años con Tom, otro alco- casa.
hólico en recuperación con un año de abstinencia. Antes e. La escuela. No le interesa con quién viva Susi,
de que la pareja dejara de beber, Tom había golpeado va- siempre y cuando siga portándose bien en clase.
rias veces a Lee, con tanta violencia que esta necesitó f. El organismo empleador de Bea. Esta había re-
atención médica. Lee nunca lo denunció a la policía por- cibido el mensaje de que debía tratar de facilitar
que se creía culpable de las peleas Sufría depresiones re- el regreso de Susi a su casa, si ello era posible
currentes que la llevaban a distanciarse de Tom y culmi- g. Bea. Quiere ayudar a Susi: y a la familia a alcan-
naban en ideaciones o gestos suicidas que motivaron va- zar sus metas, pero de común acuerdo con sus
rias internaciones. En distintas ocasiones decidió dejar a colegas, de ser posible. También quiere satisfa-
Tom, pero nunca mantuvo su decisión por más de un mes cer a su empleador.
o dos.
Lee tenía otro hijo, David, de 14 años. Medio hermano Cuando diferentes partes del sistema tienen metas tan
de Susi, era un muchacho callado, con algunas dificulta- antagónicas, difícilmente se hallará una solución que sa-
des de aprendizaje. tisfaga a todos. Por lo tanto, el asesor sugirió que, como
El organismo donde Bea se desempeñaba quería que posible nexo, se tuviera en cuenta lo que funcionaba bien
Susi se reuniera con su familia lo antes posible, porque la en Susi y su familia.
asistente social, representante del agente de asignaciones
de fondos, presionaba en tal sentido. El comportamiento 3. ¿Qué cosas funcionan bien?
de Susi en el hogar sustituto y en la escuela había sido Respuesta: Susi ha hecho avances en el hogar susti-
muy bueno en los últimos seis meses. Pero su comporta- tuto y en la escuela durante seis meses. La mamá y
miento en su propia casa seguía siendo impredecible y Tom dejaron de beber hace más de un año y ya no
parecía depender del estado emocional de Lee. hay maltrato físico. La mamá tiene una buena rela-
A continuación se presentan las preguntas que el ase- ción con su terapeuta y su psiquiatra. David no
sor puso a consideración de Bea. Estas preguntas corres- causa problemas.
ponden a un enfoque basado en la solución. 4. ¿Cómo habría que reforzar esa información positi-
va para que Susi pudiera volver a su casa y portar-
1. ¿Quién es y qué quiere el paciente designado? se bien?
Respuesta: El paciente designado es Susi, que quie- Respuesta: Como la conducta de Susi parecía ligada
re vivir con su madre, Tora y David. a las depresiones de su madre, y estas sólo se pro-

244 245
dujeron cuando Lee vivía con Tom, sería sensato con sus hijos. No quiere tener que elegir entre Tom
que ella pusiera fin a la relación con Tom. Pero eso y Susi.
no ocurrió en el pasado y no era una meta explícita 2, ¿Qué otras personas participan en el caso, y qué
de la familia, quieren?
Respuesta:
a. Tom. Quiere vivir sin conflictos con Lee y los hi-
jos de esta. Tiene la esperanza de que los episo-
dios depresivos de Lee terminen, por su efecto
negativo sobre la relación.
b. El psiquiatra de Lee. Tiene la fuerte impresión
de que Lee debe poner fin a su relación con Tom.
Ha tratado de convencerla de las ventajas de esa
decisión durante dos años.
c. La terapeuta de Lee. Trabaja juntamente con el
psiquiatra. y también ella la ha instado a dejar
a Tom
d. La asistente social. También está convencida de
que la situación se resolverá si Lee se separa de
Tom.
e. Bea. Quiere ayudar a la familia a alcanzar su
meta. También desea coordinar su trabajo con el
de los otros profesionales y cumplir el objetivo de
su empleador.
3. ¿Qué cosas funcionan bien?
Respuesta: Hay períodos en los que Lee no está
deprimida y puede manejar a Susi. La relación en-
tre Lee y Tom presenta aspectos positivos. Bea cree
que hay entre ellos una fuerte atracción mutua y
que se quieren sinceramente a pesar de sus peleas.
Comparten algunas metas, como la de mantenerse
sobrios, y se apoyan de muchas maneras. Adminis-
tran con acierto el escaso dinero de que disponen.
El asesor sugirió entonces a Bea que considerara el caso
4. ¿Cómo habría que reforzar esos aspectos positivos
desde el punto de vista de la madre. Al aplicar a Lee las cua-
para producir un cambio en la depresión de Lee?
tro preguntas precedentes sobre Susi y tratar de contes-
Respuesta: Mientras reunía información, Bea se
tarlas, Bea advirtió que necesitaba reunir más informa-
enteró de que durante varios años Lee se había
ción. En la siguiente consulta pudo brindar este informe:
sentido tironeada entre lo que creía desear para su
vida —seguir con Tom— y lo que su psiquiatra y su
1. ¿Quién es y qué quiere el cliente?
terapeuta suponían mejor para ella: abandonarlo.
Respuesta: El cliente es Lee. Quiere vivir con Tom y
Como Lee tenía una elevada opinión de ambos pro-

246 247
y su psiquiatra. Poco a poco, esto la llevaba a la de-
presión y el ciclo se repetía. Tom señaló que se irri-
taba mucho cuando Lee empezaba a distanciarse
de él. Se reiniciaban las peleas y Susi se volvía más
difícil de manejar. La reacción de Tom consistía en
adoptar una actitud más estricta y, como respuesta
a ello, Lee cedía.
Resultaba, entonces, resolver evidente que para la
situación se requería un pian de tratamiento dis-
tinto. Una posibilidad era ver si la introducción de
algunos cambios en la relación entre Lee y Tom sig-
nificaba una diferencia para la familia. Nunca se
les había sugerido que iniciaran una terapia de pa-
reja porque la terapeuta y el psiquiatra veían el ca-
so desde un punto de vista psicodinámico y trabaja-
ban para fortalecer el yo de Lee, a fin de que esta
pudiera dejar a Tom. Teniendo en cuenta estas me-
tas, Bea se preguntaba cómo podría obtener el ne-
cesario apoyo de los otros profesionales, para deri-
var a Lee y Tom a una terapia de pareja.

Con la ayuda del asesor, Bea elaboró el esquema de la


conversación que sostendría con los otros profesionales,
sobre la base de la utilización del punto de vista de estos o
una actitud coincidente con él.

«Lo llamo para conocer su opinión sobre el estado de


Lee, porque tenemos que tomar algunas decisiones so-
bre Susi. Sé que Lee y Susi parecen estar mejor cuando
Figura 5. Tom no vive con ellas, pero en apariencia Lee no tiene
suficiente fortaleza yoica para dejarlo definitivamente.
fesionales, este dilema le resultaba a veces tan En una escala de 0 a 10, en la que 10 equivale a exce-
insoportable que contemplaba la idea del suicidio. lente y 0 a la peor condición imaginable, ¿qué puntaje
Durante sus internaciones se sentía cada vez más asignaría a la fortaleza actual del yo de Lee, compara-
segura de que debía dejar a Tom, y tras ser dada de da con la que tenía cuando usted comenzó a trabajar
alta obraba en consecuencia. Pero después de al- con ella? [Es probable que se informe de algún progre-
gún tiempo lo extrañaba y le pedía que volviera a so.] Sí, yo también he advertido un pequeño progreso y
la casa. Lee siempre se sentía muy avergonzada creo que el trabajo con usted es verdaderamente
cuando reanudaba su relación con Tom, porque fructífero. Los medicamentos parecen haberla estabili-
creía que de ese modo decepcionaba a su terapeuta zado y la recuperación del alcoholismo sigue bien. Me

248 249
están presionando para reintegrar a Susi a su casa. suponía que la asistente social mostraría mucha oposición
¿Cuál es su opinión? [Los otros profesionales sosten- al proyecto. En consecuencia, planeó junto con el asesor
drán probablemente que Susi debe permanecer en el iniciar la conversación con ella del siguiente modo:
hogar sustituto. Bea les pedirá entonces su apoyo para
emplear una estrategia diferente a fin de fortalecer el «Sé que está hasta la coronilla de Lee. Todos nos es-
yo de Lee y estabilizar la conducta de Susi cuando viva forzamos, pero usted esperaba mayores progresos.
con su madre.] Al hablar con Lee, siempre me ha sor- También nosotros estamos desilusionados. Place poco
prendido que su relación con Tom, a pesar de las cosas consulté a un asesor sobre este caso y quisiera saber si
malas, tenga muchos aspectos positivos. La recupera- usted aceptaría participar en un experimento, que
ción de Tom también parece mostrar progreso. ¿Ella ha también incluiría al psiquiatra y la terapeuta indi-
hablado con usted de estas cosas? vidual. Vale la pena hacer un nuevo intento, intentar
»Sé que Lee tiene una relación muy buena con us- algo diferente —ya que nada ha dado resultado con
ted y siempre trata de complacer, pero, por otra parte, Lee y Tom— para enviar a Susi a su casa. Se trata de
tocios sabemos que es pasivo-agresiva. He buscado ase- una posibilidad remota, pero, si funciona, todo irá más
soramiento respecto de este caso, y me pregunto si us- rápido y usted podrá obviar el molesto trámite judicial.
ted tomaría en cuenta la posibilidad de utilizar otro en- No sé si estará de acuerdo, pero me consta que este en-
foque con ella, a modo de experimento. Quizá sí no tra- foque ha tenido éxito en casos estancados».
táramos de influir en Lee para que deje a Tom, ella no
se resistiría tanto a dejarlo. Quedaría en libertad de Naturalmente, nada garantiza que una conversación
decidir algo que no sea enfrentarnos. También es posi- semejante produzca en otras personas el efecto deseado,
ble que tenga algunas ideas sobre lo que ella y Tom ne- pero, aunque no lo hiciera, existe la posibilidad de que la
cesitan para vivir juntos en paz. sugerencia misma genere en su pensamiento un pequeño
»Sugiero que todos los que trabajarnos con Lee le cambio que, a su vez, lleve a otros cambios.
digamos —cada cual a su modo— que hemos advertido Ahora bien: en el caso de la familia McGee, los otros
que ella realmente quiere estar con Tom porque, a su profesionales aceptaron la sugerencia de Bea. Lee y Tom
juicio, las cosas buenas de su relación son más que las asistieron a sesiones de terapia de pareja durante seis
cosas malas. Como ahora lo comprendemos, queremos meses, y tras ellas Lee decidió por su cuenta poner fin a la
ayudarlos a resolver sus problemas. Podríamos sugerir relación. Reconoció que dedicar a Tom la atención que este
una terapia de pareja para mejorar la relación». esperaba de ella no estaba dentro de sus posibilidades.
Tom terminó por creer y aceptar que Lee era incapaz de
Para realizar el experimento, Bea también tenía que satisfacer sus necesidades emocionales. Luego de la sepa-
asegurarse la participación de la asistente social del con- ración, Lee no le pidió que volviera. Susi regresó a su casa
dado. Se habían entendido bastante bien en el pasado. En y Lee pudo manejarla bien.
este caso, sin embargo, discrepaban, y la asistente social La idea de que Bea, la terapeuta familiar, debía encar-
había perdido toda esperanza en cuanto a la capacidad de garse de realizar una intervención indirecta en el sistema
Lee para cambiar. "Había empezado a amenazarla con de tratamiento suscitará, sin duda, algunos interrogan-
pedir al juez que estableciera nuevas condiciones —como tes. En general creemos que los colegas, a semejanza de
una severa limitación de sus visitas a Susi y la presencia los clientes, deberían conversar con franqueza y conciliar
de terceros en ellas—, e incluso que la privara de la patria sus diferencias. Desde luego, esta es siempre la manera
potestad sobre la niña si no dejaba a Tom. La terapeuta más adecuada de proceder, en especial si todos los profe-

. 251
sionales tienen la misma orientación teórica. Pero en las 11: Casos de tratamiento prolongado
relaciones profesionales, al igual que en las relaciones
personales, las cuestiones de jerarquía y otros conflictos
suelen obstaculizar los progresos.
La coordinación sistémica requiere la capacidad de to-
mar cierta distancia y observar las interacciones de todas
las partes del sistema, tanto la familia como los profesio-
nales. Los terapeutas familiares son expertos en esto. A
muchos profesionales de la salud mental se les enseña ¿Qué significa la expresión «casos de tratamiento
que los problemas están en el paciente designado. Cuando prolongado»? Lo que sugiere es que antes de comenzar el
un caso se estanca y un profesional tiene conocimientos tratamiento, o a! comenzarlo, es preciso hacer algunas
que los otros no poseen, su sugerencia no siempre es reci- distinciones, de acuerdo con las cuales el caso será clasifi-
bida con imparcialidad. Sin embargo, el deber de ese pro-
cado como de tratamiento breve o prolongado. Esta mane-
fesional para con los clientes es hallar un medio de per-
ra de pensar no es congruente con la teoría y la práctica
suadir a los demás de que la sometan a prueba, siempre
centradas en la solución. Aunque el modelo del Mental
que lo haga de manera. respetuosa y sin poner a nadie en
peligro. Research Institute y la TCS son conocidos como modelos
breves, la brevedad es aquí un subproducto de su enfoque
focalizado, no del propósito de trabajar lo más rápidamen-
Conclusión te posible. La meta primordial es la resolución concreta
del problema. De hecho, los prejuicios relativos a la dura-
El trabajo con clientes involuntarios, en especial con ción potencial de un caso dificultan la cooperación con los
quienes concurren por orden de las autoridades, requiere clientes y contradicen el supuesto de que los terapeutas no
un pensamiento ecosistémico y centrado en la solución. Se pueden cambiar a estos; sólo los clientes pueden cambiarse
asemeja a la terapia familiar porque también en él diver- a sí mismos.
sos colaboradores, a menudo con necesidades y deseos di- Por ejemplo, no es ilógico suponer que un cliente que
ferentes, deben alcanzar una meta común. Pero es más di- acaba de perder una pierna en un accidente y no puede
fícil que la terapia familiar porque no cuenta con un recur- seguir haciendo su trabajo habitual requerirá un «trata-
so unificador (por ejemplo, los lazos familiares) que pro- miento prolongado». En esas circunstancias, es probable
porcione una base para las soluciones. Por el contrario, los que la mayoría de las personas necesiten apoyo terapéu-
clientes suelen percibir como antagónica su relación con el tico durante un plazo considerable mientras persiste la
personal asistencial y la ley. El modelo centrado en la so- aflicción causada por su pérdida. Pero algunas valoran
lución tal vez no sea siempre la respuesta adecuada para por sobre todo la capacidad de ayudarse a sí mismas. En
los complejos casos que hemos descripto, pero su concen- su caso, una terapia prolongada no haría sino agravar el
tración en las capacidades individuales y el proceso inter- problema al poner de manifiesto su falta de autonomía.
accional le da algo más que una buena posibilidad de evi- Es posible que no necesiten más que un oyente compren-
tar los callejones sin salida y el fracaso.
sivo, elogios por su adecuado manejo de la situación y un
recordatorio de sus aptitudes pasadas para salir adelante,
que pueden volver a utilizar hoy y en el futuro.

252 253
Por otra parte, cuando una madre soltera afirma, al co- lo deriva a terapia porque presenta síntomas somáticos
menzar la terapia, que su meta es que su hijo de tres años relacionados con el estrés. Sin embargo, el cliente dice que
duerma en su propia cama, uno podría pensar que este su objetivo al concurrir a la terapia es ser más paciente
problema terminará por ser un. caso «breve». Pero esa me- con su esposa. El tratamiento puede ser muy breve si el
ta puede ser una queja (contenido), como reflejo de un pro- cliente identifica las diferencias que implica el hecho de
ceso en la vida de la madre que afecta mucho más que los actuar con mayor paciencia (por ejemplo, cuando se da un
hábitos de sueño de su hijo (por ejemplo, la falta general poco más de tiempo para estar solo) y hace que eso ocurra
de asertividad de la madre). La duración del caso depen- más a menudo. Unas pocas visitas son quizá toda la
derá de la satisfacción del cliente con la solución del pro- ayuda que necesita.
blema explícito —más allá de que existan o no otros pro- Por otra parte, tal vez el cliente no sepa en qué consiste
blemas relacionados con el proceso— y de su capacidad y la diferencia o, aun sabiéndolo, no tienda a provocarla con
disposición para el cambio. más asiduidad. En tal caso, esta primera fase del trata-
Hay situaciones en que la duración del tratamiento miento puede extenderse durante varios meses hasta que
está determinada por la fuente de la derivación; así ocu- el cliente alcance su meta. Después, los contactos pueden
rre., por ejemplo, en algunos casos derivados por empresas espaciarse o interrumpirse, hasta que el cliente vuelva a
de atención medica administrada o por los tribunales, sentir que tiene un problema. Entretanto, su esposa tal
Aquellas empresas suelen establecer que el tratamiento vez haya sido internada en un hogar de ancianos. El clien-
no debe superar las seis o diez sesiones, mientras que los te siente que necesita dejar de visitarla diariamente, pero
jueces ordenan, a veces, tratamientos de un año o más. no sabe cómo decírselo. También ahora es preciso aclarar
Estas prescripciones pueden traer como consecuencia un la meta y el cliente puede tardar más o menos tiempo en
servicio inadecuado, ya que la duración del caso debe de- hallar una solución. Si estos casos se definen como de «te-
terminarse sobre la base de las necesidades de los clien- rapia breve», es por la filosofía subyacente de ayudar a los
tes, y no de un marco temporal específico. La mejor mane- clientes a utilizar sus puntos fuertes y preservar en la ma-
ra de manejar estas situaciones consiste en discutirlas con yor medida posible su autonomía.
los clientes. ¿Qué será más útil si sólo se han autorizado Antes de ocuparnos de las situaciones típicas que exi-
seis sesiones? ¿Qué será lo mejor si las metas se alcanzan gen el contacto del terapeuta y el cliente durante extensos
antes de transcurridos los doce meses fijados para el tra- períodos, puede ser útil considerar cómo decidimos que ha
tamiento? Los clientes deben saber que tienen que cum- llegado el momento de dar por terminado un caso.
plir su obligación, pero que pueden contribuir a determi-
nar las opciones.
Un caso centrado en la solución puede durar meses o
años, pero difiere de lo que tradicionalmente se considera La terminación: el problema del cliente
una terapia prolongada porque consiste en contactos in-
termitentes que dependen de las necesidades del cliente, He tenido oportunidad de comprobar que cuando una
y no en un período ininterrumpido de encuentros semana- terapia breve marcha bien, terapeutas y clientes advier-
les o quincenales. Cada episodio del tratamiento tiene su ten casi al mismo tiempo que no es necesario seguir reu-
propia meta, que contribuye a una meta global. niéndose. En ese momento, los clientes tal vez sientan que
Por ejemplo, considérese el caso de un hombre encar- se han agotado los temas de conversación, y los tera-
gado del cuidado de su esposa, quien sufre un deterioro peutas, que les han preguntado demasiadas veces qué ha-
progresivo a causa de una esclerosis múltiple. Su médico rán para prevenir los problemas en el futuro o para resol-

255
verlos si se presentan nuevamente. Sin embargo, en algu- debe volver a aclarar junto con ellos qué es lo que quieren
nas situaciones la terminación no es tan clara. y avanzar a partir de allí.
La más obvia es la que se da cuando los clientes admi- No obstante, mi actuación como asesora de terapeutas
ten haber alcanzado su meta pero son renuentes a termi- centrados en la solución me ha permitido comprobar que
nar la terapia por temor a una recaída. Cuando esto resul- algunos pueden llegar a considerar estancado un caso
ta evidente, ya sea porque el cliente así lo afirma o porque que, en realidad, ya ha terminado mucho tiempo atrás. El
comienza a presentar nuevos problemas que, en nuestra caso que describiremos a continuación es un ejemplo
opinión, es capaz de resolver, hay una tarea más que cum- típico.
plir. El cliente debe ganar la confianza suficiente para de-
jar de vernos.
Cuando la angustia se expresa abiertamente, resulta EJEMPLO DE CASO: LA CONSULTA DE JOE
útil normalizarla y proponer al cliente una nueva cita pa-
ra un mes después, con la sugerencia de que puede cance- Joe pidió asesoramiento respecto de un caso del que se
larla si ya no la considera necesaria. ocupaba ininterrumpidamente desde hacía un año y me-
Si el temor a la terminación se expresa mediante la dio. A su entender, aunque las cosas habían mejorado en
presentación de un nuevo problema, ante todo debemos general, faltaba algo que impedía a la cliente alcanzar ple-
establecer si este problema se halla o no relacionado con el namente su meta.
proceso que el cliente acaba de afrontar con éxito. La re- Cuando Joe comenzó a tratar a Mandy, una mujer sol-
solución fructífera de un problema puede haberle dado el tera de 28 años, esta se encontraba desocupada. Había
coraje necesario para hacer frente a otro totalmente dis- probado distintos tipos de empleo, pero los había dejado
tinto. Por otro lado, si un cliente que había hallado un mo- porque no la satisfacían. También salía con un hombre,
do eficaz de lidiar con la ira presenta ahora un nuevo pro- pero se sentía usada por él. Presentaba síntomas de de-
blema relacionado con ella, podemos remitirlo a las habili- presión y decía que no sabía quién era ni qué quería de la
dades ya adquiridas. Tuve una vez una cliente que era ca- vida. Cuando Joe le preguntó cómo iba a saber que no ne-
paz de ayudarse a sí misma, pero que después de dos se- cesitaría seguir viéndolo, contestó que tendría un empleo
siones finales ideó una excusa para pedir una nueva cita. de su agrado, disfrutaría de la vida por lo menos el 80%
Finalmente, le dije que la próxima vez que llamara sólo del tiempo y mantendría una relación con alguien que la
accedería a verla si me aseguraba que en el ínterin había hiciera sentir valorada.
resuelto dos problemas. «Usted no quiere verme más», se Mandy eligió concentrarse en primer lugar en su situa-
quejó. «No es así», le contesté. «Quiero que confíe en su ca- ción laboral. Seis meses (diez sesiones) más tarde traba-
pacidad de autoayuda. Si sigue viéndome, no lo logrará». jaba como jefa de comedor en una cadena de restaurantes
y se sentía a gusto en su empleo. Después de las primeras
diez sesiones informó que, gracias a su trabajo, el tiempo
en que disfrutaba de la vida había pasado del 25 al 50%.
La terminación: el problema del terapeuta Poco después decidió poner fin a su noviazgo. Había
hecho algunos intentos para lograr que su novio satisficie-
Por lo general, los terapeutas consideran que la tera- ra sus necesidades, pero ante la falta de respuesta de este
pia ha llegado a su fin cuando los clientes sienten que han llegó a la conclusión de que era mejor estar sola que mal
obtenido lo que fueron a buscar. Si no es así, el terapeuta acompañada.

256 257
Durante los cinco meses siguientes se lamentó en tera- Joe: Bien, a veces su confianza podría evaluarse en 10,
pia por el fracaso de su relación amorosa, pero también co- pero cuando las cosas salen mal, baja a 2 o 3. Supongo que
menzó a definir sus expectativas respecto de una nueva tiende a exagerar... ese es su estilo.
relación. Cuando comenzó a salir con otro hombre que era
más atento con ella, utilizó la terapia como guía de sus A esta altura, Joe reconoció que reaccionaba en exceso
decisiones relacionadas con él. Al año de haber comenzado ante las exageraciones de Mandy, y que debía confiar más
el tratamiento con Joe, su evaluación de la satisfacción en los recursos de su cliente cuando esta acudía en busca
con la vida fluctuaba entre un 75 y un 80%, salvo cuando de ayuda para sus problemas.
el trabajo o la relación le producían estrés. En esas ocasio-
nes podía bajar al 50 o el 60% durante breves períodos.
En la época de la consulta de Joe, Mandy era gerente La relación
de una sucursal de la cadena de restaurantes en la que
había empezado a trabajar después de iniciar la terapia. Joe también se inquietaba por la estabilidad de la rela-
La relación con su nuevo novio progresaba satisfactoria- ción de Mandy, porque su novio aún no le había pedido
mente debido a la habilidad de ambos para conversar so- que fuera a vivir con él. El asesor preguntó si había seña-
bre sus diferencias y resolverlas. les de que Mandy estuviera siendo usada una vez más, y
Joe describió a su cliente como una atractiva joven que Joe le contestó que en apariencia no las había. El joven
se había vuelto muy dependiente de las seguridades que parecía sincero y afectuoso, pero no estaba preparado pa-
él le daba. Admitía que le iba muy bien, pero había algo ra comprometerse plenamente antes de graduarse, para
que lo preocupaba: Mandy no se sentía aún lo bastante se- lo cual le faltaban seis meses.
gura de sí misma y su índice de satisfacción con la vida no
siempre rondaba el 80%. El asesoramiento se centró en Asesor: ¿Qué cree usted que necesita Mandy en lo concer-
los siguientes puntos: niente a la relación?
Joe: Más o menos lo que tiene. Simplemente, no quiero
que se sienta herida otra vez.
La situación laboral Asesor: De acuerdo con lo que me ha contado, es poco pro-
bable que eso suceda.
Asesor: La cliente parece estar afianzada en una carrera Joe: En efecto.
que le agrada. ¿Qué clase de estrés sufre en el trabajo? Asesor: Y si él la hiriese, ¿cómo manejaría Mandy la situa-
¿Cree usted que es capaz de manejarlo? ción, en comparación con las primeras sesiones con usted?
Joe: Sus problemas no van más allá de los que tiene que Joe: Mucho mejor. Su trabajo le agrada y tiene más ami-
enfrentar cualquier gerente. Habitualmente, me comenta gos que antes.
su manera de manejarlos y creo que es muy capaz.
Asesor: ¿Tiene buen criterio? Una vez más, Joe reconoció que la sobreprotegía.
Joe: Sí, pero no confía en que sea un buen criterio.
Asesor: En una escala de 1 a 10, en la que 10 representa el
máximo de confianza, ¿hasta qué punto confía usted en Disfrute de la vida
que ella puede manejar los problemas?
Joe: Ocho.. . 9 . . . Mandy no siempre informaba que su disfrute de la
Asesor: ¿Y hasta qué punto cree usted que Mandy confía? vida ascendía al 75%.

258 259
Asesor: ¿Qué pasaría si lo hiciera? de la terapia es su aptitud de preservar nuestra honesti-
Joe: Habría llegado el momento de terminar la terapia. dad. Si aceptamos realmente lo que nos dicen los clientes
Asesor: ¿Cree que la cliente quiere terminarla? sobre sus objetivos en la terapia y los cambios que experi-
Joe: No, creo que teme no ser capaz de arreglárselas por mentan, no seguiremos viéndolos más tiempo del necesa-
sí sola. rio. Cuanto antes puedan percibir que ya no necesitan la
Asesor: ¿Y usted qué opina de darla por terminada? terapia, más fuertes y competentes se sentirán.
La causa más frecuente de que los tratamientos breves
Joe advertía ahora que también él enfrentaba un pro- se conviertan en prolongados reside en que los terapeutas
blema de separación respecto de Mandy y que había con- suelen olvidar que los clientes poseen los puntos fuertes y
tribuido a hacerla dependiente de la terapia. los recursos para ayudarse a sí mismos. Los terapeutas
El asesor preguntó qué haría Joe si Mandy tuviera que son a veces perfeccionistas o sobreprotectores y siguen
mudarse a otra ciudad dentro de un mes o caducara la co- atendiendo a clientes que ya no los necesitan. Aunque lo
bertura de su seguro de salud. Joe sabía que tenía que res- hagan para reforzar los cambios y asegurarse de que los
ponder menos a la incertidumbre de Mandy y apoyar más clientes están bien, el mensaje que estos reciben es «No
sus puntos fuertes. Para lograr este objetivo debía norma- confío en que pueda estar bien sin mí».
lizar el estrés laboral y los problemas del noviazgo y remi- La terminación ideal ocurre cuando los clientes infor-
tir a Mandy a la época en que manejaba con éxito proble- man que han hallado una solución, el terapeuta arregla
mas similares. Se daba cuenta de que aún tenía que tra- una cita para un mes más tarde, los clientes dicen seguir
bajar con Mandy en lo concerniente al modo de manejar satisfechos con la solución, y ellos y el terapeuta se dan la
ciertas situaciones en el futuro. Creía que manejaría la mano y se despiden. Para lograr la mayor cantidad de ter-
terminación con delicadeza a lo largo de unas pocas sesio- minaciones ideales y realizar tratamientos tan breves co-
nes, con la seguridad de que Mandy siempre tendría la mo sea posible, es indispensable que efectuemos una eva-
puerta abierta si necesitaba volver en busca de una «in- luación sincera de lo que sentimos por los clientes. Debe-
yección de refuerzo». mos preguntarnos: «¿Lo sigo viendo porque él me lo pide
También reconoció que debía afrontar la pérdida de su y me gusta complacer a la gente? ¿Es ella una persona in-
relación con Mandy y ponerla en la perspectiva adecuada. teresante o sexualmente atractiva de cuya presencia dis-
Tuvo el coraje de admitir que quizá no había pensado an- fruto? ¿Tiene este cliente autorización para diez sesio-
tes en la terminación porque Mandy era una joven atrac- nes y, aunque su problema se resolvió en seis, el ingreso
tiva de cuya compañía y admiración disfrutaba. No es inu- obtenido con las sesiones de más me beneficiará sin perju-
sual que cuando un terapeuta cobra afecto a un cliente por dicarlo? ¿Quiero que esta mujer alcance algunas metas
razones que le son propias, una terapia breve se convierta que en mi opinión la beneficiarán, pero que ellos no indi-
en una terapia prolongada. caron?».
Por supuesto, también tenemos que considerar los
casos en que nos apresuramos a terminar una terapia por-
que los clientes no nos gustan, nos hacen sentir ineficaces
Autoevaluación del terapeuta con respecto a la y hasta nos inspiran temor.
terminación
Una de las características de la TCS y de otros modelos
que recurren a los clientes para aclarar qué quieren estos

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Clientes con problemas crónicos latina y caminaba con dificultad a causa de un pie defor-
me. Su madre biológica murió cuando ella tenía tres años.
En el caso de los clientes afectados por un problema Su padre volvió a casarse dos años más tarde. El y su se-
físico o emocional crónico, su capacidad para valerse por sí gunda esposa cancelaron la patria potestad cuando Vir-
lirismos es muy variable. Algunos pueden trabajar y cos- ginia tenía 16 años, debido a que no podían controlar su
tear su subsistencia, mientras que otros dependen de un conducta agresiva. Virginia nunca volvió a verlos. Quedó
seguro por invalidez. Algunos inician una psicoterapia por bajo la tutela del Estado y vivió en hogares sustitutos has-
su propia decisión y otros son derivados por un profesional ta que, a. los 17 años, fue internada en un hospital para en-
de la salud. fermos mentales crónicos. Su historia clínica exhibía di-
Una de las muchas cargas que agobian a quienes pade- versos diagnósticos, entre ellos esquizofrenia, depresión
cen de una enfermedad crónica es el rótulo que esta les crónica y trastorno de personalidad fronteriza con episo-
impone. Un problema de salud semejante puede hacer dios psicóticos. En el hospital la mantenían sedada para
que el enfermo tenga una imagen negativa de sí mismo, o refrenar su conducta. Después de permanecer internada
dar origen a un prejuicio en otras personas. Influye en las durante once años, un golpe de suerte le permitió obtener
expectativas y, por lo tanto, en la productividad potencial. el alta. A un nuevo residente psiquiátrico asignado a su
La filosofía de los puntos fuertes de la que está imbuida, la sale le interesó su caso y logro convencer a sus superviso-
TOS es un enfoque útil en estos casos, debido al supuesto res de que le retiraran la medicación que estaba tomando
de que cada cliente es único y, por consiguiente, también lo y la sustituyeran por litio y un tranquilizante. Los resul-
es en sus posibilidades de cambio. tados fueron tan buenos que permitieron a Virginia llevar
He tenido conocimiento directo de una situación en la una vida independiente con el apoyo de los servicios socia-
cual un cliente que nueve años antes había recibido un les. Cuando la conocí vivía con un hombre a quien había
diagnóstico de depresión crónica, se recuperó totalmente conocido hacía algunos años. Este y una madre sustituía
y cambió su estilo de vida cuando fue reevaluado y tratado que residía en otra parte del Estado eran sus únicos con-
por un terapeuta centrado en la solución que reconoció tactos.
sus puntos fuertes. Aunque se trata de una excepción, este La asistente social de Virginia la había descripto como
caso demuestra que debemos mantener una actitud de una cliente difícil, que era incapaz de llevarse bien con la
apertura mental con todos ios clientes con quienes traba- gente y había sido despedida por su ultimo terapeuta. En
jamos. nuestra primera sesión deduje que Virginia estaba muy
angustiada porque evitaba el contacto ocular y descarga-
ba un imparable torrente de ira sobre todo lo referente a
EJEMPLO DE CASO: VIRGINIA su vida.
Mi relación con Virginia duró doce años. Las fases del
El caso de Virginia nos muestra que los rótulos pueden tratamiento que resumiré a continuación abarcaron seis
eclipsar los puntos fuertes, y también es un ejemplo de la de esos años.
importancia de la relación terapeuta-cliente en ios trata-
mientos más largos (Kreider, 1998). Virginia, una mujer 1. Durante los dos primeros meses, la asistencia de Vir-
de 42 años con una discapacidad atendida por la seguri- ginia a las sesiones fue irregular, y su cooperación, casi
dad social, fue derivada por su asistente social en procura nula. Se negó a responder a toda referencia a una solu-
de un tratamiento para el manejo de la ira. Tenía un con- ción. Como nada es totalmente negativo y la terapia breve
siderable sobrepeso, había sido operada de una fisura pa- avanza a paso lento, decidí esperar y concentrarme en el

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clima emocional. Virginia tenía cuatro gatos a quienes Terapeuta: Algunos dicen que cuando están en una situa-
llamaba sus «bebés» y hablaba de ellos con ternura. Yo le ción preocupante le preguntan a la persona a cargo si se
preguntaba por los gatos a menudo. da cuenta de que podría haber algún peligro.
A partir del tercer mes, Virginia comenzó a venir con Virginia: Ellos quieren que no abra la boca, y punto.
regularidad todas las semanas y a contarme parte de su Terapeuta: ¿Es eso lo que usted quiere hacer, no abrir la
historia. Aún se negaba a hablar sobre metas. boca?
2. Un servicio de transporte provisto por la seguridad Virginia: Hum. .. No puedo hacerlo cuando estoy enojada.
social trasladaba a Virginia a las sesiones. Unos seis Terapeuta: ¿Le gustaría probar algunas cosas que podrían
meses después de comenzada la terapia, la asistente so- ser útiles?
cial llamó para avisarme que la empresa propietaria de Virginia: Sí, pero... se necesitaría un milagro.
las camionetas amenazaba con dejar de traerla porque
ella insultaba a los conductores. El hecho de que empleara esa palabra me dio pie para
Saqué a relucir el tema durante nuestra sesión, pero formularle la pregunta del milagro. Aunque al principio
Virginia negó toda responsabilidad. En un primer mo- no pudo, contestarla, la pregunta le hizo recordar una ex-
mento, cuando dije que lamentaría que eso nos impidiera cepción: a veces, cuando se esforzaba por pensar en otra
reunimos en el futuro, ignoró mis palabras, pero final- cosa, era capaz de controlarse. ¿En qué querría pensar
mente admitió que la beneficiaría poder hablar con al- cuando estuviera en la camioneta? En sus gatos, contestó.
guien, sobré todo una persona que no le dijera lo que debía Trataría de repetir sus nombres una. y otra vez cuando
hacer. Acepté su enojo con los conductores como algo legí- sintiera enojo.
timo y la interrogué al respecto. Resultó ser que los insul- Virginia lo intentó durante una semana, pero tuvo otro
taba porque creía que mostraban poca sensibilidad en el arranque de ira cuya consecuencia fue la cancelación de
trato con algunos de los pacientes inválidos que iban en la sus viajes. Esto exacerbó su enojo y tuve que dedicar bas-
camioneta. tante tiempo a escucharla por teléfono y felicitarla, ante
todo, por haber tratado de controlar su temperamento.
Luego me ofrecí a hablar con la empresa de transportes
Terapeuta: ¿Qué cree que puede hacer, aparte de enojarse para abogar por ella. Consintió de mala gana. Se le dio
con el conductor, cuando la angustia la posibilidad de que otra oportunidad y no hubo nuevas quejas. Con posteriori-
alguien se lastime o esté incómodo? dad, cada vez que nos veíamos elogié su capacidad de con-
Virginia: Callarme la boca. trolarse y hablamos detenidamente sobre cómo lo logra-
Terapeuta: ¡Pero eso es difícil! Especialmente cuando se ba. Además de repetir el nombre de sus gatos, había em-
trata de usted. pezado a contar los automóviles de color rojo que veía y a
Virginia: ¡Ya lo creo! Ellos no se callan para nada. observar otras cosas a través de la ventanilla.
Terapeuta: ¿Le ocurre a veces ver algo que la preocupa y 3. Después de este incidente, Virginia concentró más
hacer algo que no sea enojarse con el conductor? sus ideas. Dijo que quería trabajar para sentirse menos
Virginia: ¿Cómo qué? frustrada. ¿De cuál de las frustraciones experimentadas
Terapeuta: No lo sé. ¿Qué otras cosas hace durante el viaje en su vida deseaba ocuparse en primer término? De la re-
en la camioneta cuando se irrita? lación con Sam, su novio. ¿Qué aspectos de esa relación la
Virginia: Me callo o grito. decepcionaban? Un pequeño cambio puede llevar a cam-
Terapeuta: ¿Qué otra cosa podría hacer? bios más grandes. El hecho de que Sam no le contestara
Virginia: No entiendo. cuando ella le hablaba. Fue difícil para Virginia ceñirse a

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esta queja específica sobre Sam, pero el proceso de sus fas- mente, resolvió la situación recurriendo a lo que había
tidios y el retraimiento de él parecieron mejorar. Sam par- aprendido en sus conflictos con los conductores de las ca-
ticipó en algunas sesiones. Utilicé preguntas centradas en mionetas y probando otras maneras de negociar sin
la solución y me basé en lo que funcionaba bien para ellos generar enfrentamientos.
como pareja. Hablamos mucho de sus sentimientos y re- 7. Virginia acudió a su último período de sesiones seis
forcé reiteradamente los aspectos positivos de su relación. años después de nuestro primer encuentro. Sam había
En una escala en la que 1 representaba una relación muy perdido su empleo y estaba muy deprimido. Ella reaccionó
mala y 10 la mejor relación imaginable, ambos hablaron con ira y frustración. Volvimos a reunimos una vez por se-
de un progreso de 3 a 7. mana, y finalmente la pareja decidió ir a vivir más cerca
4. El invierno se aproximaba y ya hacía cerca de un año de la madre sustituta de Virginia, que comenzaba a tener
que veía a Virginia casi una vez por semana. La asistente problemas de salud.
social informó que se mostraba más relajada y controlada, Despedirme de Virginia no fue fácil para mí. Con el
de modo que sugerí que comenzáramos a vernos cada tiempo había llegado a apreciar a la mujer que se ocultaba
quince días. Tuve que plantear la sugerencia con cuidado tras una fachada a menudo hostil: una persona bondado-
para que no fuera interpretada como un rechazo. Virginia sa, honesta, inteligente y dotada de una increíble capaci-
había comenzado a disfrutar de nuestras reuniones sema- dad de resiliencia. El respeto que me inspiraba, sin em-
nales, y aproveché su empatia con los minusválidos para bargo, habría de incrementarse aún más.
decirle que si venía con menos frecuencia habría más 8. Después de su mudanza, Virginia siguió comunicán-
tiempo disponible para ocuparse de otra persona que ne- dose conmigo de vez en cuando. Se había conectado con un
cesitara ayuda. Le indiqué que podía hablarme por teléfo- terapeuta y un psiquiatra de la localidad, pero aún me lla-
no entre sesiones si lo consideraba necesario. Lo tomó a maba en ocasiones y me visitó una vez, algunos años des-
bien y llamó muy pocas veces. pués. Siempre me enviaba una postal en Navidad y en
5. Cinco meses después, un vehículo atropelló a uno de Pascua. Me informaba cuando moría alguno de sus gatos
los gatos de Virginia. Esta pérdida reavivó el recuerdo de o llegaba uno nuevo.
otras que había sufrido en su vida, como la muerte de su Tres años más tarde, sus llamadas se hicieron más fre-
madre biológica y la pérdida de contacto con el psiquiatra cuentes porque a Sam le habían diagnosticado un cáncer
que la rescató. Durante unos seis meses reanudamos las de estómago. Virginia lo cuidó en la casa durante todo un
sesiones semanales para tratar de aliviar sus estados al- año. Se casaron dos meses antes de su muerte. Ella fue
ternados de ira y tristeza, que además repercutían en su una enfermera increíblemente paciente y dedicada. Ya
relación con Sam. próximo el desenlace, planearon entre ambos el funeral
6. Cuando las cosas volvieron a estabilizarse, reduji- de Sam, incluso la ropa que llevaría puesta en el ataúd.
mos en forma gradual la frecuencia de las sesiones y abor- Durante algún tiempo, después de la muerte de Sam, tuve
damos telefónicamente unas pocas crisis menores. En menos noticias de ella.
esas conversaciones por teléfono era suficiente dejarla Luego, unos ocho meses más tarde, recibí por correo
desahogarse y preguntarle luego qué necesitaba para una cinta magnetofónica que Virginia había grabado en
calmarse y sentirse bien consigo misma. medio de la noche. Se sentía terriblemente apenada y no
Durante los dos años siguientes sólo vi a Virginia cuan- podía dormir. Me pedía que le contestara en la misma
do enfrentaba una crisis. Por ejemplo, cuando se peleó con cinta y se la enviara. Intercambiamos cintas cuatro o cin-
su locador porque este decía que ella y Sam debían pagar co veces, y poco a poco Virginia comenzó a sentirse mejor.
unas reparaciones, cosa que Virginia creía injusta. Final- Su asistente social le estaba buscando un trabajo volunta-

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rio en la comunidad que no le planteara demasiadas exi- Terapeuta: ¿Por qué las botellas de cerveza lo hacen
gencias físicas o emocionales. La última vez que tuve no- preocuparse por usted?
ticias de ella estaba por mudarse nuevamente, y luego no Fred: Cree que estoy bebiendo demasiado. Quizá lo hago
hubo más contactos. a veces, pero si usted tuviera que pasar por lo que yo paso,
también bebería mucho. ¿Usted bebe?
En esto consiste la TCS prolongada o de apoyo. Puede Terapeuta: Nunca mientras trabajo. (Fred ríe.) Su asisten-
provocar cambios considerables si la capacidad innata del te social debe apreciarlo verdaderamente para preocupar-
cliente lo permite. Se guía por los supuestos básicos, pero se. ¿Hace mucho que trabajan juntos?
a menudo se extiende más allá del consultorio, a seme- Fred: Oh, sí, viene a verme dos veces por semana. Me hace
janza de los estudios de rehabilitación de personas ina- algunas compras. Me ayuda a hacer las cuentas. Así
daptadas. realmente es otra cosa. Hace años, cuando estaba en el
hospital, creía que nunca saldría, sabe, que nunca volve-
ría a ser libre. Estar en el programa es una gran ayuda.
EJEMPLO DE CASO: EL HOMBRE QUE OÍA VOCES 1 Terapeuta: ¿Qué cosas le preocupan de la bebida?
Fred: No me preocupa gran cosa. Gasto demasiado dinero,
La TCS es apropiada para clientes que han oído voces pero a veces es lo único que puedo hacer. Vea, a menudo
toda su vida. Les ofrece una relación con un terapeuta que voy a un bar y la gente me mira de un modo raro. Pero des-
acepta su punto de vista en vez de cuestionarlo, y reduce pués de un rato, después de haber tomado algunas cerve-
así la angustia. Esta relación puede estabilizar a los clien- zas, soy como todos los demás.
tes e infundirles un sentimiento de mayor control y agen- Terapeuta: Pero su asistente social se preocupa, ¿no es
cia personales. cierto?
Fred era un hombre blanco de 45 años que percibía Fred: Bueno, a veces es la única manera.
una pensión por invalidez y estaba asociado al sistema de Terapeuta: ¿La única manera?
salud mental desde hacía 25 años. Vivía solo y trabajaba Fred (con lágrimas): Sí.
media jornada distribuyendo la correspondencia interna Terapeuta: ¿La única manera de manejar lo que pasa
en una gran empresa. Comenzó a oír voces al ingresar a la dentro de su cabeza?
universidad, y abandonó sus estudios poco después. Lo Fred: Sí, eso es. Cuando tengo suficiente para tomar, todo
derivó su asistente social, preocupado porque el consumo queda en silencio, realmente en silencio. Cuando hay si-
de alcohol de su cliente comenzaba a descontrolarse. Fred lencio, puedo pensar. Puedo hacer cosas. No oigo a los de-
era atendido por un psiquiatra que prescribía y supervisa- monios.
ba su medicación.
El terapeuta se enteró de que la bebida contribuía a
Terapeuta: ¿Podría decirme por qué cree que está aquí? acallar las voces del cliente. Como esto era para él un va-
Fred: Mi asistente social me dijo que debía venir. A veces lioso mecanismo de protección, no era posible reemplazar-
se preocupa cuando va a mi casa y ve botellas de cerveza lo hasta que hallara otro más apropiado. Por lo tanto, de-
por todos lados. cidió proceder lentamente y concentrarse en establecer,
ante todo, una relación de confianza. Durante algunas
1
semanas se abstuvo de instar al cliente a dejar de beber y
La descripción de este caso fue suministrada por Brett Brasher, del
Mental Health Center del condado de Dane, Wisconsin. Es un ejemplo
se limitó a mostrarse interesado en él y en su vida. El
del tipo de casos que suele tratar. cliente le permitió asomarse a su mundo interior-.

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Fred: Oh, Dios, es curioso. Digo «Oh, Dios» porque eso es sado una experiencia de muchos años; por lo tanto, aun-
lo que me ayuda. Escucho a Dios. Solía ocurrir que lo que lo desean, la idea de un cambio también los aterrori-
único que escuchaba en la cabeza era al diablo, a los de- za. La pregunta sobre cómo sabrán que no tienen que ve-
monios. Tenía dos demonios: uno me decía que me lasti- nir más puede llevarlos a imaginar un estado de indefen-
mara y el otro me decía tantas cosas que usted no querría sión y, por consiguiente, no es recomendable. El progreso
ni escucharlas. Ahora trato de escuchar a Dios. Y cuando debe manejarse tentativamente y con lentitud.
escucho a Dios, eso me ayuda a luchar contra las tentacio- El diálogo que transcribimos a continuación se produjo
nes del diablo. Dios me dice que no me preocupe por el dia- un par de meses después de iniciado el tratamiento.
blo. Hay momentos en que no escucho ninguna voz. Pasa
generalmente cuando estoy trabajando. Terapeuta: ¿Diría usted que está manejando las cosas un
Terapeuta: ¿Cómo hace para que ocurra eso? [Presupone poco mejor que cuando nos reunimos por primera vez?
el control del cliente.] Fred: Oh, sí, mucho mejor. Anoche estuve sentado una
Fred: Lo primero es decirles que no voy a escucharlos hora y me aburrí.
mientras trabajo. Mi horario es desde las doce hasta las Terapeuta: ¿Se aburrió?
tres de la tarde. Las noches son duras. Voy a casa a eso de Fred: Sí, me aburrí. Me encanta sentirme aburrido. Sabe,
las seis y media, me siento en la silla, me pongo a fumar y es un momento de paz. Cuando me aburro, sé que no va a
los dejo venir. A veces hace falta tanta energía que es di- entrar nada. Simplemente puedo existir.
fícil dormir. Terapeuta: Esa es verdaderamente una imagen de paz.
Terapeuta: Cuando las cosas empiecen a mejorar, ¿qué Fred: Trato de manejar la psicosis con paciencia y valen-
cree que será lo primero que notará? tía. La paciencia y la valentía son una gran ayuda para
Fred: Tendré más fuerza. Tendré más energía y seré más derrotar a los demonios.
interesante; tal vez incluso empiece a hablar con la gente Terapeuta: [Tranquiliza al cliente con respecto a su pre-
un poco más. sencia en el futuro.] ¿Qué necesita saber para creer que
Terapeuta: ¿Ya le pasa alguna vez? dentro de seis meses, cuando hablemos de esto, se sentirá
Fred: A veces, pero no es suficiente. bien consigo mismo?
Terapeuta: Si tuviera que aconsejar a alguien que oyera Fred: Necesito saber que Dios está conmigo. Vea, Dios dice
voces como usted, ¿qué le diría? que los verdaderos esquizofrénicos tienen un agujero en el
Fred: Le diría que trate de vivir con el menor estrés posi- alma. Hablar con Dios puede rescatarme. Y aunque sé
ble. Si uno tiene una vida sin estrés y la mantiene así du- que he pasado por todas estas miserias, estoy cultivando
rante un buen tiempo, tiene mayores probabilidades de un alma buena.
sobrevivir. Terapeuta: ¿Cuando cultiva también siembra?
Terapeuta: ¿Alguna otra cosa? Fred: Bueno, ir a la iglesia asusta a los demonios.
Fred: Que se cuide con las comidas. Algunos alimentos Terapeuta: [Sigue el pensamiento del cliente en lugar de
asustan a los demonios. Comer arroz marroquí o basmati sus propias ideas sobre la siembra.] Cuando está en la
suele ayudar. iglesia, ¿qué hace para experimentar una sensación de se-
renidad?
Cuando Brett Brasher llegó a saber más acerca de los Fred: Estar en la iglesia hace saber a los demonios que no
recursos únicos del cliente, intentó reforzarlos con vistas les temo. Si dudas, sé valiente. Con valentía se puede de-
al futuro. Con este tipo de clientes, Brasher recomienda rrotar a muchos demonios. Los demonios no son tan inte-
adoptar un enfoque abierto del tratamiento. Han atrave- ligentes. Después sí tengo problemas. Sabe, especialmen-

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te al anochecer, cuando mi energía psíquica baja sus de- Terapeuta: ¿Qué pasa cuando no presta atención a lo que
fensas. le sugieren las voces?
Fred: Ah, se enfurecen. Pero ahora empiezo a darme cuen-
Brett Brasher también recomienda no ver con dema- ta de que la virtud de luchar contra esos demonios permi-
siada frecuencia a los clientes que oyen voces. Aunque ne- te una gran transformación espiritual. La enfermedad es
cesitan un apoyo continuado, puede ser contraproducente un cambio para acercarme a Dios. Esa es mi salvación.
que estén demasiado pendientes de los detalles de su vi- Tengo una gran deuda con Dios. Quiero pagársela. Sé que
da. A menudo, Brasher los invita a determinar cuántas le debo mucho, pero no sé dónde enviarle el cheque.
visitas por mes les resultan cómodas. Fred prefirió con- Terapeuta: No creo que Dios necesite dinero, así que no es
currir una vez por mes, aproximadamente. Después de preciso que envíe el cheque a ninguna parte.
unos cuatro meses anunció que había decidido dejar de Fred: Sí, tiene razón.
beber. Terapeuta: En lugar de enviar un cheque, ¿qué podría
hacer con parte del dinero que ha ahorrado al dejar la
Fred: Hace tres semanas que estoy sobrio. Decidí que no bebida? [Trata de guiar al cliente hacia más estrategias de
tenía mucho sentido venir a verlo y seguir bebiendo. Tam- protección.]
bién decidí que Dios siente que debo estar despierto con Fred: Bueno, estoy ahorrando para comprar una compu-
los cinco sentidos. tadora. Quizá cuando la tenga pueda conectarme a Inter-
Terapeuta: ¿Eso ha significado alguna diferencia para us- net y hablar con otras personas. Cuando tipeo, nadie sabe
ted? ¿Dejar de beber y todo lo demás? en qué estoy pensando.
Fred: Sí. He comprobado que tomo más café y fumo más
cigarrillos. ¿Sabe que cuando fumo las cosas se aquietan
El cambio no siempre se logra sin tropiezos. Al mes si-
un rato?
guiente, Fred tuvo una seria recaída, durante la cual cre-
yó que la gente lo seguía porque san Pablo trataba de ma-
El cliente comenzaba a descubrir sus sustitutos para la
tarlo por no ir con suficiente frecuencia a la iglesia.
bebida. Comentó que al inhalar el humo de un cigarrillo
podía concentrarse en la respiración, en lugar de pensar
Terapeuta: ¿Qué le hizo pensar que era san Pablo?
en el cerebro. Dijo también que había conseguido un te-
léfono celular y que cuando las voces eran muy fuertes lo Fred: Simplemente, lo sabía. Me perseguía. Fue algo ho-
sacaba del bolsillo y comenzaba a hablar. rrible.
Terapeuta: Parece horrible. ¿Está seguro de que era san
Fred: Parezco un yuppie (risas). Pablo?
Terapeuta: ¿Qué otras cosas lo ayudan? Fred (con perplejidad): Sí. ¿Qué me quiere decir?
Fred: Hablar con usted, y tengo algunos amigos. A veces Terapeuta: Bueno, san Pablo es un santo de amor. ¿Por
nos juntamos y hablamos sobre las cosas que pasan. Pero qué un santo de amor va a tratar de hacer cosas que nos
es difícil. Es mejor tocar la guitarra. hagan dudar de su amor? [Ofrece una reformulación.]
Terapeuta: ¿Cómo reaccionaron las voces cuando habló de Fred: No sé.
ellas con otras personas?
Fred: Ah, no les gusta. Empiezan a elevar el tono y yo rezo. Mientras hablaba con el terapeuta de la misión de san
Y cuando lo hago, tengo la fuerza necesaria para romper Pablo, el cliente comenzó a cambiar de idea sobre el signi-
el silencio. ficado de sus temores.

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Fred: ¿Es posible que san Pablo esté tratando de ayu- ayudar al cliente tanto a llorar su pérdida como a cons-
darme? truir una nueva vida basada en sus recursos pasados y po-
Terapeuta: Me pregunto si no trata, a lo mejor, de que tenciales.
usted esté más enterado y sea más consciente de lo que lo
rodea.
Fred: Voy a pensar en eso. EJEMPLO DE CASO: CAROL

El trabajo con personas que oyen voces bien puede ser El caso de Carol puede ser un buen ejemplo. En la flor
el ejemplo más notorio de la cooperación con los clientes y de la vida, a los 39 años, sufrió una lesión en la médula es-
del papel de los supuestos centrados en la solución como pinal como consecuencia de un accidente automovilístico
guías de nuestra actividad. También nos incita a recordar causado por un conductor que no tenía seguro. Carol, ca-
los puntos fuertes y los recursos de los clientes, a trabajar sada con un dibujante publicitario y madre de cuatro hijos
lentamente y en procura de pequeños cambios, y a com- de entre 8 y 15 años, era copropietaria de una elegante
prender que no podemos cambiarlos. El clima emocional tienda de ropa femenina. La lesión le provocó incontinen-
es igualmente importante, porque proporciona la segu- cia intestinal y de la vejiga. Ahora debía controlar estas
ridad que estos clientes angustiados y desconfiados no funciones por medios mecánicos, pero el método no era
encuentran en ninguna otra parte. infalible y ella no podía evitar accidentes ocasionales.
También es importante la atención gradual a las emo- Carol fue derivada por su médico, quien creía que nece-
ciones de los clientes. Brasher señala que las personas sitaba ayuda para adaptarse a su discapacidad. Ella soli-
que oyen voces están alienadas de sus sentimientos y, en citó que su esposo la acompañara a la sesión inicial. Expli-
consecuencia, les resulta difícil interpretar los sentimien- có que había creído que para ese entonces ya estaría de
tos de los otros. La relación con el terapeuta puede ser una vuelta en su trabajo, pero se sentía demasiado débil y de-
fuente de aprendizaje seguro. masiado temerosa de ofender a alguien con un posible
Las recaídas también se consideran oportunidades «accidente». Como era evidente, Carol, una mujer que
de aprendizaje. El énfasis debe ponerse en la pregunta siempre había ejercido pleno control sobre su vida, sentía
«¿Qué hay de diferente en este episodio?». De ese modo se que lo había perdido en todos los aspectos. Se había nega-
construye una cadena de acontecimientos hacia un futuro do a tomar antidepresivos o ansiolíticos porque aceptarlos
mejor, al que estos clientes, por lo común, no pueden acce- habría sido, a su juicio, una manera más de renunciar a su
der por sí solos. identidad de otrora. Al final de la sesión reconocí su sufri-
miento, pero también manifesté mi asombro por lo bien
que lo sobrellevaba. Creía sinceramente que, muchas
otras personas en esas circunstancias, no harían un es-
Adaptación a la discapacidad fuerzo semejante para reasumir sus responsabilidades
familiares y laborales. Enumeré las cosas específicas que
Algunas personas sufren un deterioro súbito o gradual Carol trataba de hacer (ayudar a los hijos en sus tareas
de su estado físico que determina cambios fundamentales escolares, hacer listas de comestibles, mantenerse en con-
en su estilo de vida. La consiguiente pérdida de identidad tacto con su socia) para indicar que ella tenía aún algún
y la incapacidad de desempeñarse como antes requieren control.
grandes ajustes. Frente a este dilema, un terapeuta cen- Varios días después de nuestra primera cita, su marido
trado en la solución tiene que hacer malabarismos para me llamó para decir que la noche anterior había llevado a

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Carol a la sala de guardia de un hospital porque se sentía mayor parte del tiempo en desahogar su ira y su frustra-
muy angustiada y revivía escenas del accidente. El resi- ción, mientras yo persistía en expresar empatia y reforzar
dente de guardia, que no manejaba muy bien el inglés, sus intentos de salir adelante.
aconsejó su internación, creyendo que se trataba de un Poco a poco, la ira se convirtió en tristeza por la pérdida
episodio psicótico. El marido de Carol consideraba que el de su antiguo yo, y lloró mucho. Carol aún estaba física-
médico no había entendido bien el estado clínico de su mente frágil. Un estrés emocional excesivo se traducía en
esposa ni investigado su posible relación con los síntomas infecciones y otros síntomas físicos que la debilitaban. Por
actuales. Cuando Carol se negó a internarse, el médico le lo tanto, era preciso contener su aflicción de una manera
recetó un ansiolítico y exhortó al marido a hacerla ver por que no la abrumara. Le sugerí que se limitara a dar rien-
un psiquiatra al día siguiente. da suelta a su dolor en dos períodos de 20 minutos por día.
Como se trataba de una emergencia, recibí a Carol y su Esto le permitía no ceder a cada oleada de dolor y decirse,
esposo al día siguiente. Ella expresaba una total falta de en cambio, que postergaría su reacción hasta el momento
esperanzas. Una evaluación de la probabilidad de un sui- preestablecido. Carol respondió bien a la sugerencia por-
cidio indicó que no había peligro. Sin embargo, lo aconteci- que le demostraba que tenía algún control.
do la noche anterior y la sugerencia de que quizás ella Unos ocho meses más tarde comenzó a mostrar signos
también empezaba a extraviar el juicio habían empeorado de mejoría. Tenía más control sobre sus problemas de hi-
su estado. El médico que la atendía había sido alertado y giene. Lloraba menos, estaba más orientada al porvenir y
se iba a reunir con ella y su esposo ese mismo día para comenzó a pensar en el futuro de su carrera. La frecuencia
evaluar su estado de salud. Era viernes, y nos ocupamos de las sesiones disminuyó.
de las medidas necesarias para pasar el fin de semana y Sin embargo, mientras las cosas mejoraban para Ca-
llegar al lunes, cuando volveríamos a encontrarnos. rol, su marido y sus hijos comenzaron a liberar parte del
Para proporcionar a Carol algo de estructura y previsi- estrés que habían tenido que contener durante tanto
bilidad, redactamos un programa detallado de lo que de- tiempo. Surgieron algunos conflictos entre el marido y el
bía hacer, hora por hora, durante las siguientes 48 horas. hijo mayor, y una de las hijas comenzó a exteriorizar sus
La tarea se basó en las excepciones de Carol a la angustia impulsos en la escuela. A pedido de Carol, durante varios
y la falta de control. Al aportar ideas sobre sus posibles ac- meses realizamos sesiones con toda la familia para recapi-
tividades, ella se sintió más dueña de sí misma. La lista tular los difíciles acontecimientos del pasado y proyectar
incluía escuchar música suave de jazz durante la noche, un futuro adecuado a las circunstancias del momento, sin
estar siempre acompañada por el esposo o alguno de sus dejar por eso de considerar las necesidades individuales
hijos y no hablar por teléfono con parientes o amigos. Le de los miembros de la familia.
indiqué que en caso necesario podía llamarme por teléfo- Durante los dos años siguientes, el progreso de Carol
no, pero no lo hizo. fue lento y sostenido, aunque mechado de episodios críti-
Volví a reunirme con Carol y su esposo el lunes y me in- cos que requirieron períodos de visitas más frecuentes. De
formaron que habían pasado un buen fin de semana. Aun- vez en cuando resurgía su ira por las pérdidas sufridas, y
que el examen médico de Carol no había arrojado con- ella necesitaba ayuda para evitar que afectara la relación
clusiones claras, le habían hecho algunos análisis y re- con su familia, sus amigos y sus médicos. En esas ocasio-
ducido la dosis de un medicamento que, como efecto cola- nes necesitaba apoyo y autorización para seguir desaho-
teral, podía aumentar la angustia. En los siguientes dos gando su ira. Aun cuando se había fortalecido lo suficien-
meses, Carol y yo nos reunimos semanalmente. Ella siem- te para manejar su automóvil y llevar una vida más in-
pre insistía en que su esposo la acompañara. Empleaba la dependiente, tuvo que aceptar que nunca podría igualar

276 277
el ritmo de antaño. Tomó entonces la penosa decisión de aplicando el supuesto de que un pequeño cambio puede
vender su parte en la tienda de ropa y comenzó a buscar llevar a cambios más grandes. Cuando cada episodio se
una actividad gratificante que pudiera realizar desde su maneja como un problema separado que necesita una
casa. solución, y no como parte de una discapacidad general, los
Además de escucharla y de aceptar los sentimientos clientes conservan la esperanza y la confianza en sí mis-
que experimentaba al enfrentar sus pérdidas, lo que más mos. De igual modo, cuando la pérdida gradual de la fun-
la ayudó fue, al parecer, pedirle que evaluara su progreso ción es tratada como la conservación del funcionamiento,
desde el accidente y tratara de discernir los motivos de ese y no sólo como una pérdida ininterrumpida, los clientes
progreso, y preguntarle qué se necesitaba para dar otro pueden afligirse y al mismo tiempo mantener el coraje.
pequeño paso hacia adelante. Esto contribuyó a mejorar El tratamiento de casos durante períodos prolongados
su aptitud para la autoayuda. Cuanto más confiaba en su puede representar un desafío para los terapeutas acos-
independencia de la terapia, mayor control sentía, y cuan- tumbrados a utilizar la TCS en tratamientos breves. El
to mayor control sentía, mejor era su desempeño físico y trabajo intermitente durante un período prolongado suele
emocional. requerir más paciencia, por lo menos al principio. Los
Cuatro años más tarde, Carol puso fin provisionalmen- clientes que vuelven a vernos de tanto en tanto durante
te a la terapia, con la condición de poder llamar siempre años están a veces tan acostumbrados a que sus familias y
que lo necesitara. Antes de dar ese paso había atravesado los profesionales los traten como desvalidos o retrasados,
otro período de aflicción, desencadenado por la muerte de que en ocasiones tardan mucho en reconocer que pueden
su padre. Pero cuando se recuperó de esa pérdida evaluó contribuir a encontrar sus propias soluciones. Las relacio-
la calidad de su vida en 8 sobre una escala de 10, en la que nes duraderas con los clientes también son un reto para la
este último puntaje representaba lo máximo que hubiera objetividad profesional. En este aspecto, es útil la autosu-
podido esperar dada su discapacidad. pervisión por medio del pensamiento de dos carriles. Una
vez más, es muy importante recordar que los clientes po-
seen los puntos fuertes y recursos necesarios para ayudarse
Conclusión a sí mismos.

Hemos sugerido que los terapeutas centrados en la so-


lución no deberían pensar en función de casos breves o
prolongados. Si definimos los problemas como perturba-
ciones internas y externas que es preciso corregir en nues-
tro paso por la vida, su clasificación difícilmente sea de
utilidad para clientes o terapeutas. En algunas personas,
la solución para su supervivencia y bienestar puede de-
mandar dos sesiones, mientras que en otras quizás adopte
la forma de episodios de apoyo y resolución de problemas
durante toda la vida, entremezclados con períodos de bie-
nestar. La cuestión no es cuánto dura el tratamiento, sino
cuál es la mejor solución para un cliente determinado.
El resultado más favorable para los clientes que re-
quieren un tratamiento esporádico es el que se obtiene

278 279
blecimiento de una homeostasis natural entre la gente y
12. El enfoque de las crisis centrado en la su medio ambiente (Smith, 1978, pág. 397). Este planteo
solución hace pensar en el acoplamiento de estructuras. El modelo
de Fontes, basado en el construccionismo social, sugiere
que, como la verdad no puede determinarse, el terapeuta
debe decidir si es útil actuar como si hubiera una crisis y
emplear cualquiera de las intervenciones precitadas que
considere apropiada. Sin embargo, en este modelo el te-
rapeuta debe reconocerse como un participante en la
En el contexto de la teoría expuesta en este libro, una coconstrucción del significado de la crisis y también de
crisis es un momento del tránsito de un sistema viviente su posible resolución: «Una medida tomada por un clíni-
por la vida en el que su acoplamiento de estructuras está co constructivista podría en un caso cualquiera parecerse
en peligro. En otras palabras, un momento en el que la su- a la de otro clínico, pero la actitud hacia el trabajo sería
pervivencia de la persona, de su estilo de vida o de sus re- probablemente distinta, y espero que un constructivis-
laciones está amenazada. ta experimentado emplee menos violencia con los clientes
Sin embargo, en general se considera que una crisis que un clínico limitado a una concepción absolutista»
implica no sólo la posibilidad de un desastre, sino también (pág. 66).
la de un cambio favorable. Onnis (1990, pág. 43) señala
En este capítulo nos referiremos a un enfoque centrado
que la palabra «crisis» deriva del verbo griego krino (juzgo
en la solución del trabajo con casos que están o pueden es-
o elijo), y por consiguiente sugiere una elección o «un mo-
tar en crisis.
mento en que se presentan distintas perspectivas y distin-
tas oportunidades».

¿Qué es una crisis?


Diversas respuestas a la crisis Betty, la cliente mencionada en el capítulo 4, fue envia-
da por su programa asistencial para empleados a
Fontes (1991) señala que las decisiones tomadas por
causa de accesos de llanto repentinos que se sentía
los clientes durante una crisis dependen de las creencias
de su terapeuta. Por ejemplo, los enfoques que consideran incapaz de controlar.
totalmente diferentes las situaciones críticas y no críticas Una colega centrada en la solución contó que, mientras
(Everstine y Everstine, 1983; Golan, 1978; Meyerson y estaba sentada con el equipo detrás del espejo de
Glick, 1976; Rapaport, 1962) suelen estimar que es res- visión unilateral redactando un mensaje de recapi-
ponsabilidad del terapeuta proporcionar una estructura tulación, notó que su cliente, una mujer de 19 años,
y una dirección. Elmer-Dewitt (1989, pág. 79) sugiere in- se hacía un corte en el muslo con un cuchillo.
tervenciones a medida para las situaciones particulares, Una pareja llevó a su hija a terapia porque la noche an-
porque es difícil categorizar las crisis con exactitud. Otros terior había tomado cinco comprimidos de Tylenol y
modelos se basan en la división de la crisis en una serie de luego había llamado a una amiga para contárselo.
pasos (Caplan, 1964; Rapaport, 1962; Sachs, 1968). Según Los padres querían que la muchacha fuera inter-
Caplan, la intervención debe concebirse como el resta- nada.

280 281
La esposa de un cliente avisa al terapeuta que su mari- bien o para mal, lo cual dependerá del cliente mismo.
do lleva un revólver. Mientras el terapeuta siga estimulando el cambio en el
cliente sobre la base de la manera de cooperar de este,
¿Qué tienen en común todos estos casos? puede considerarse que aún lleva puesto el sombrero de
terapeuta.
1. Hay peligro de daño físico a sí mismo o a otro.
2. Otras personas (incluido el terapeuta) perciben un
peligro para el cliente o para otros. El sombrero de agente de control social
3. Una persona percibe su falta de control sobre las
emociones. En nuestra calidad de profesionales habilitados, tene-
mos la obligación de observar los principios y normas con-
Todas estas situaciones implican una gran carga emo- sagrados por la sociedad en que vivimos (es decir, por el
cional, que incita a los terapeutas a rescatar a los clientes. gobierno y por nuestras organizaciones profesionales).
Desde luego, la idea de rescatar a los clientes es contraria Estos preceptos relativos a la práctica se elaboraron para
a la posición que habitualmente adoptan los terapeutas proteger a nuestros clientes de nosotros y de sí mismos, y
centrados en la solución, basada en el supuesto de que los también para proteger a la sociedad de nuestros clientes.
clientes poseen los puntos fuertes y los recursos para ayu- Por lo tanto, cuando estamos con un cliente que se autoca-
darse a sí mismos, con la condición de ser conscientes de lifica de descontrolado, u otros lo perciben como tal, y
ellos. Sin embargo, como profesionales de la salud nuestra mantenemos con él una conversación que a nuestro juicio
obligación va más allá de la pureza teórica; también exige puede generar una situación de menor seguridad o control
responsabilidad social. para él y/o para otras personas, debemos ponernos el som-
brero de agente social. De lo contrario, si el cliente se in-
flige un daño o lo inflige a otra persona, tendremos que
dar cuenta de lo que hicimos para prevenir el incidente
La necesidad de usar dos sombreros trágico. Si no estamos en condiciones de hacerlo, podemos
perder el derecho de ejercer la profesión y/o ser demanda-
El sombrero de terapeuta dos ante la justicia.

Cuando usamos el sombrero de terapeuta breve cen-


trado en la solución, suponemos que los seres humanos, Cómo decidir qué sombrero usar
en el transcurso de su vida, enfrentan situaciones críticas
como enfermedades, la muerte de algún ser querido, hu- El uso de dos sombreros puede ser problemático. Con-
racanes, tormentas de nieve, incendios, violencia y cir- sidérese este ejemplo: un terapeuta descubre que un
cunstancias laborales y relaciones problemáticas, por cliente condenado por golpear a su mujer y enviado a tera-
mencionar sólo unas pocas. El significado que una situa- pia para que aprenda a controlar su ira incurre nueva-
ción específica tiene para un individuo en particular de- mente en un acto de violencia después de varios meses de
termina que la veamos como un acontecimiento normal o progresos. Su mujer no lo denuncia. El terapeuta tiene la
crítico de su vida. Una vez que un cliente y un terapeuta obligación de denunciar el delito al oficial de libertad con-
han comenzado a hablar de una situación potencialmente dicional, quien hará arrestar al cliente. Sin embargo, esa
crítica, su significado para el cliente puede cambiar para denuncia probablemente pondrá en peligro la relación del

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terapeuta con el cliente y obstruirá el progreso que había Ahora que la familia parecía salir a flote gracias a la
resultado beneficioso tanto para este como para su mujer conversación sobre los lazos que los unían, el terapeuta
y sus hijos. Si no denuncia la reincidencia, no sólo habrá formuló la pregunta del milagro y se enteró de que, si tal
violado la ley, sino que será considerado responsable de cosa ocurriera, Randy controlaría su frustración sin «es-
cualquier daño grave que la mujer sufra en el futuro. tallar», se referiría a sí mismo en términos más positivos,
¿Cómo hace, pues, un terapeuta centrado en la solu- se desempeñaría mejor en la escuela y no amenazaría con
ción para decidir qué sombrero usar, o cómo usar los dos? causarse daño. La madre dijo que si se producía un mila-
Mark Becker, del North Central Health Center de gro, ella completaría sus estudios secundarios y encontra-
Wausau, Wisconsin, nos comunicó el siguiente ejemplo, ría un mejor empleo. Para uno de los hermanos, un mila-
representativo de los casos que requieren un cambio de gro implicaría completar sus estudios secundarios e ingre-
sombrero. sar al ejército. Toda la familia quería tener una vivienda
más confortable.
Dado que Randy había amenazado con suicidarse, el
EJEMPLO DE CASO: RANDY
terapeuta tuvo que ocuparse directamente de cuestiones
de seguridad y elaborar un plan de crisis para el futuro.
Randy, un niño de 14 años, tenía en su casa y en la es- La evaluación de la seguridad indicó que Randy no estaba
cuela «estallidos de cólera» que se manifestaban como en riesgo inminente y no era necesario hospitalizarlo. No
conducta agresiva, destrucción de propiedad y amenazas obstante se elaboró, con el concurso del joven, su familia y
de herirse y de suicidarse. Al aumentar la frecuencia de el personal de la escuela, un claro plan de crisis.
El mensaje de recapitulación destacó las luchas que
tales accesos, fue derivado a terapia junto con su familia.
habían llevado a esa sesión e hizo referencia a los fuertes
Vivía con su madre y dos hermanos mayores, de 16 y
lazos de la familia y a sus metas para el futuro. Randy y
17 años, en una estrecha casa rodante. Sus padres se ha-
sus familiares recibieron la sencilla sugerencia de tomar
bían divorciado hacía ya varios años, y el padre tenía esca-
nota de cualquier cosa que el muchacho intentara hacer
so contacto con sus hijos. A los hermanos de Randy tampo-
para evitar un «estallido», aunque se tratara de un gesto
co les iba bien en la escuela.
insignificante. El terapeuta también informó a la familia
El terapeuta comenzó la sesión haciendo preguntas que hablaría con los docentes de Randy para pedirles que
sobre excepciones a las dificultades actuales y en relación estuvieran atentos a cualquier cosa que pudiera ser útil.
con modos eficaces de disminuir la violencia, pero no ob- Aunque la madre de Randy y el personal escolar se sin-
tuvo ninguna información. En esencia, todos se sentían a tieron estimulados por el nuevo enfoque terapéutico, Ran-
merced de las «explosiones» de Randy. dy tuvo otro «estallido» en la escuela y en la sesión si-
En un esfuerzo por restablecer en alguna medida la guiente parecía enojado. El terapeuta le dijo a la madre
confianza y la esperanza, el terapeuta preguntó a la fa- que nadie podía cambiar a Randy, que sólo él podía decidir
milia cómo habían podido hacer frente a las dificultades hacerlo por sí mismo.
actuales. ¿Por qué las cosas no eran aún peores? Todos Dos días después, Randy agredió con un puntapié al di-
coincidieron en que su fuerte relación mutua les había rector de la escuela y tuvo que ser retirado por la policía.
permitido seguir adelante. Describieron varias activida- También se supo que había agredido físicamente a su ma-
des placenteras que compartían, y la madre se mostró es- dre y sus hermanos, y arrojado al gato contra la pared, y
pecialmente orgullosa de que Randy se hubiera ofrecido a que se había puesto una cuerda alrededor del cuello, ame-
colaborar como voluntario en un asilo de ancianos. nazando con matarse.

284 285
Cuando llegó a la sesión siguiente con su madre, Ran- Terapeuta: Parece que ambos están de acuerdo en que
dy no parecía el mismo. Estaba más deprimido, pero tam- esta situación es alarmante y peligrosa.
bién más agitado. Cuando el terapeuta le preguntó qué
había ocurrido, su respuesta fue: «Mi vida es un fracaso. El terapeuta reunió más información básica sobre
Ojalá no hubiera nacido». La madre dijo estar preocupada seguridad y se enteró de que la ideación suicida de Randy
por su seguridad y la de sus otros hijos. También la in- había aumentado y este tenía una importante perturba-
quietaba la posibilidad de que Randy cumpliera su ame- ción del sueño, mayor irritabilidad y un humor depresivo
naza de suicidarse. más pronunciado. Randy añadió que acababa de saber
A la desesperanza mostrada anteriormente por la que había sido reprobado en todas las materias.
familia se sumaba ahora el miedo. A fin de evaluar la El terapeuta utilizó otra serie de preguntas de escala
necesidad de una internación, el terapeuta hizo algunas para comparar este último episodio con otros anteriores.
preguntas sobre la escala. Randy y su madre creían que le correspondía un 8 o un 9,
frente a un 6 o un 7 de los incidentes pasados. Siempre ha-
Terapeuta (a la madre): Al parecer, usted siente preocupa- bía sido hospitalizado cuando las cosas llegaban a ese
ción por Randy y en cierto modo también le teme. Si tuvie- punto, pero dijeron que la internación no cambiaba mu-
ra que calificar su preocupación de 0 a 10, donde 10 repre- cho las cosas. Sólo servía para brindar a todos un respiro,
senta la máxima preocupación posible, y 0, una total falta de modo que pudieran recargar sus baterías. ¿Necesita-
de preocupación, ¿dónde diría que se encuentra hoy? ban recargarlas en ese momento? La madre volvió a refe-
Madre: Anoche estaba realmente asustada. Randy ha rirse a su preocupación por la seguridad de todos y Randy
estado alterado otras veces, pero lo de anoche fue tremen- indicó que estaba «descargado».
do. Yo diría que ahora estoy en 8 o 9. En los últimos tiem- Todas las preguntas sobre las circunstancias que pu-
pos él ha estado hablando mucho de causarse daño. dieran bajar un poco el puntaje habían fracasado. La ma-
Terapeuta: Si tuviera que calificar según la misma escala dre de Randy era incapaz de señalar algo que la hiciera
el temor que hoy le inspira Randy, ¿en qué punto se encon- sentirse más segura en la casa. En este momento, el tera-
traría? peuta tuvo que ponerse el sombrero de agente social y re-
Madre: Creo que lo que Randy hizo anoche nos hizo recor- comendar la internación.
dar a todos algunas de las cosas que solía hacer su padre. Sin embargo, los terapeutas centrados en la solución
Cuando se fue, me parece que todos estuvimos de acuerdo tratan de contextualizar la hospitalización como «un pri-
en que no queríamos seguir viviendo así. Ahora hemos mer paso hacia un futuro distinto», y no como «un respiro
vuelto a lo mismo. Randy está haciendo las mismas cosas. para recobrar energías». Esto último puede sugerir una
Terapeuta: Entonces, ¿cómo calificaría su temor hoy? continuidad del comportamiento actual, y no su cambio
Madre: También con un 8 o un 9, supongo. futuro.
Terapeuta: Randy, ¿qué piensas de lo que acaba de decir tu
madre? Terapeuta: Si miramos hacia adelante y vemos el día en
Randy: Me hace sentir mal. Soy un fastidioso estúpido. que Randy esté listo para dejar el hospital, ¿cómo sabre-
Terapeuta: Si tuvieras que evaluar cuánto te preocupa las- mos que su estadía ha sido útil?
timarte o lastimar a otras personas, ¿qué dirías? Madre: Sabría que Randy, cuando algo lo irrita, tiene al-
Randy: Ahora, tal vez un 7. Pero anoche era como un 10. gún modo de controlar su enojo. Siempre parece dejar el
Cuando me enfurezco, soy un peligro. Lastimo a la gente. hospital antes de aprender algo nuevo.
Doy golpes y puntapiés. Terapeuta: ¿Por qué ocurre eso?

286 287
Madre: Empiezo a sentirme mal porque está lejos de casa. Randy: Porque pienso más en salir que en mis estallidos.
Randy siempre me ruega que lo deje volver. Me promete Sé que si insisto mucho mamá me llevará a casa.
que va a cambiar y supongo que yo quiero creerle. Madre: Te lo digo desde ya, esta vez no va a ser así.
Terapeuta: Sí, es difícil de soportar que un hijo no esté en Terapeuta: Entonces, el primer paso para que esta inter-
casa y sienta nostalgia. Pero parece que esta vez usted nación sea diferente de las anteriores es que Randy no
quisiera sentirse más confiada antes de llevar a Randy de pida volver a casa hasta que los médicos digan que está
vuelta a casa. Quiere estar segura de que él tiene nuevos listo. Y que, si lo pide, su mamá diga no.
medios de salir adelante. Madre: No va a ser fácil, pero tendré que hacerlo.
Madre: Sí. No creo que esta vez lo deje volver enseguida a Terapeuta: Randy, antes dijiste que necesitabas descubrir
casa. qué debes hacer cuando estás enojado. ¿Qué cosas distin-
Terapeuta: ¿Qué cosas la ayudarían a sentir más confian- tas tienes que hacer esta vez para encontrar las respues-
za en que Randy está mejor preparado para manejar sus tas mientras estás en el hospital?
asuntos? Randy: No me gusta que la gente me haga preguntas. Me
Madre: Que tomara las cosas más en serio. Que se hiciera irrita. Pero supongo que tendré que escucharlas y averi-
responsable de lo que hace en lugar de culpar a otros o ac- guar lo demás.
tuar como si no hubiera pasado nada. Terapeuta: Aunque no te guste, ¿crees que será más fácil
Terapeuta: ¿Cómo sabría que Randy está más dispuesto a hacer frente a las preguntas si tu mamá se mantiene fir-
asumir la responsabilidad? me? ¿Si no te deja volver a casa hasta que esté segura de
Madre: Dejaría de rogarme que lo llevara a casa. Se dis- que por lo menos has comenzado a encontrar algunas res-
culparía por algunos de sus actos y sería capaz de decirnos
puestas?
cómo va a controlar sus estallidos en el futuro.
Randy: Supongo que sí, pero no prometo que no voy a
Terapeuta: Usted cree que la internación de Randy podría
tratar de convencerla.
ser el primer paso hacia un futuro distinto si ambos hacen
algunas cosas de otro modo.
Madre: Así es. Los dos tenemos que cambiar, no sólo ¿Por qué este terapeuta no recomendó la internación
Randy. Yo tengo que mantenerme en mis trece. en la primera sesión y sí lo hizo en la siguiente?
Terapeuta: Randy, ¿qué piensas de lo que dice tu mamá? La mayoría de los terapeutas centrados en la solución
¿Comprendes lo que se propone? con experiencia en situaciones críticas dicen que, aunque
Randy: Sí, pero no me va a gustar. Cuando llego al hospi- la seguridad es primordial, recién la abordan al final de la
tal quiero cambiar, pero después de estar un tiempo, lo sesión, a menos que el cliente pierda el control o esté cerca
único que quiero es salir. de perderlo en ese mismo instante. Tratan, en cambio, de
Terapeuta: Supongo que estás cansado de ir al hospital relacionar, comprender y aclarar lo que cada una de las
una y otra vez. También sé, por nuestra última conversa- personas presentes en la sesión piensa y quiere, y ver si
ción, que quieres mucho a tu familia y que la idea de cau- existe la posibilidad de un cambio, aunque sea muy pe-
sarles daño te hace sentir mal. ¿Qué crees que se necesita- queño, que facilite la consecución de las metas expresa-
ría para que esta fuera tu última estadía en el hospital? das. Esos fueron los pasos dados por el terapeuta de Ran-
Randy: Tengo que descubrir qué hacer cuando me enfu- dy en la primera sesión, ya que escuchó los problemas ex-
rezco para que no pasen estas cosas. puestos e hizo preguntas sobre excepciones y la aptitud de
Terapeuta: ¿Por qué crees que no fue así las otras veces salir adelante. Si bien ninguno de los miembros de la fa-
que estuviste en el hospital? milia se sentía capaz de controlar los «estallidos» de Ran-

288 289
dy, la conversación permitió conocer la relación positiva res lo antes posible. Los clientes acuden a terapia en pro-
que existía entre ellos y su idea de un futuro mejor. cura de que el terapeuta logre ese objetivo.
Las amenazas de Randy de dañarse a sí mismo y su La cliente a quien la terapeuta ve mutilarse debe ser
conducta agresiva hacia los demás obligaron al terapeuta detenida de inmediato, aunque sea recurriendo a la poli-
a evaluar la seguridad actual y a trazar un plan de crisis cía. Es preciso convencer al cliente que porta un arma de
para el futuro. El terapeuta, por lo tanto, se dejó puesto su que la entregue a alguien para que la guarde; de lo contra-
sombrero de terapeuta y confió en los recursos de auto- rio, se lo debe arrestar sin demora. Las situaciones que re-
ayuda de la familia. También sabía, por haber leído los da- presentan sin lugar a dudas un peligro inminente deben
tos de admisión, que había habido varias internaciones manejarse en forma expeditiva. Los terapeutas deben dis-
breves anteriores que no produjeron mayores beneficios. poner de los instrumentos necesarios para controlar sus
Randy no tenía un plan premeditado para suicidarse; sólo temores a fin de poder ser útiles a los demás.
mencionaba impulsivamente sus ideas sobre el suicidio Más allá de estos aspectos, sin embargo, lo más impor-
cuando se sentía desesperanzado. No tenía ningún arma tante que un terapeuta centrado en la solución puede ha-
y tampoco las había en su casa. Parecía repugnarle la idea cer por sus clientes en crisis es no identificarse con su ur-
de ingerir algo para matarse porque temía asfixiarse o vo- gencia y guiarse por el supuesto de que la terapia breve
mitar. Dormía y se alimentaba con bastante normalidad. avanza a paso lento. El hecho de que los terapeutas su-
Los estallidos se habían vuelto más frecuentes en las úl- cumban al impulso de actuar rápidamente (excepto cuan-
timas semanas, pero parecía motivado para cambiar. do se trata de impedir un daño) puede, en realidad, ser
Randy se mostraba ansioso por participar en la elabora- perjudicial a largo plazo, ya que proporciona un control
ción de un plan de crisis, y su madre y sus hermanos pare- externo en vez de promover un control interno de efectos
cían más esperanzados al final de la sesión. más duraderos. En la medida de lo posible, para los clien-
Sobre la base de la evaluación realizada, y teniendo en tes que están fuera de control, la meta terapéutica debe
cuenta la escasa utilidad de las hospitalizaciones previas ser una experiencia que en el futuro pueda ayudarlos a
de Randy, el terapeuta conservó su sombrero de terapeuta controlarse en una situación similar.
y citó a la familia para la semana siguiente. El pensamiento de dos carriles (capítulo 2) que su-
Cuando las exteriorizaciones impulsivas de Randy se pervisa nuestra conversación interna es una técnica útil
intensificaron, se vio obligado a ponerse el otro sombrero. para combatir la urgencia:
Después de evaluar la percepción que tenía la familia de
la gravedad del último episodio comparado con los ante- Carril 1: Tengo miedo. No sé bien qué hacer.
riores, decidió garantizar la seguridad de Randy y de los Carril 2: ¿Qué siente la cliente?
demás: recomendó la internación, pero la inscribió desde Carril 1: La cliente se siente desamparada porque no
el comienzo en un contexto diferente. es capaz de controlar la situación. Yo me siento igual.
Carril 2: Si yo estoy asustada, no puedo ayudarla a
controlarse. ¿Qué necesito para obtener algún control?
Carril 1: Más información de la cliente acerca de lo que
Urgencias la haría sentirse controlada. Los clientes poseen los puntos
fuertes y los recursos para ayudarse a sí mismos.
Cuando están en juego la vida o la pérdida del control
emocional, es natural que los clientes, sus familias, la co-
munidad y los terapeutas quieran ver aliviados sus temo-

290 291
La escucha ral; que la relación con su novia estaba a punto de termi-
nar porque ella ya no estaba segura de sus sentimientos
Cuando las personas sienten miedo y la adrenalina flu- hacia él, y que las cosas en general estaban tan mal que la
ye por sus venas, las inunda una emoción que las impulsa única solución era «irse».
a actuar para sobrevivir: a luchar o a huir. Su atención se Después de esa conversación, Pat fue a la casa de Phi-
centra más en la figura que en el fondo. El contraste entre lip y lo convenció de que debía hablar con alguien acerca
crisis y no-crisis se exagera. La reacción más útil de parte de su estado mental. Al principio Philip se había negado,
de un terapeuta centrado en la solución es la que atrae la pero cambió de decisión cuando su hermano le pidió que lo
atención del cliente hacia una perspectiva incluyente, en hiciera por la madre de ambos, que poco antes había sido
términos de «tanto. . . como»: los matices del gris. La sometida a una quimioterapia por un cáncer de mama y
mejor manera de lograrlo es oír todo lo que dice el cliente y aún se sentía débil. Pat llamó entonces al servicio de
ponerse conscientemente a la escucha de las excepciones y emergencias del programa asistencial para empleados de
los puntos fuertes (véase el capítulo 3). En otras palabras, Philip. Después de realizar una evaluación telefónica, el
cuando los terapeutas se muestran plenamente recepti- asesor le recomendó que no dejara solo a Philip esa noche
vos a todos los aspectos del lenguaje del cliente, tienen y lo llevara para una entrevista a la mañana siguiente.
más probabilidades de descubrir una respuesta que in-
funda en él cierto control y esperanza respecto del futuro. Terapeuta (comienza por decirle a Philip que ya tiene
alguna información sobre la situación): Philip, tengo en-
tendido que su hermano llamó anoche al servicio de emer-
gencias porque usted se sentía muy deprimido y pensaba
Un marco temporal ceñido en el suicidio.
Philip: Sí.
Jim Derks (comunicación personal, 15 de noviembre
de 2000), uno de los creadores de la TCS, señala la necesi- Terapeuta: ¿Aún piensa en eso hoy?
dad de establecer «un marco temporal ceñido» cuando se Philip: Bueno. . . yo... creo que sí.
trabaja con una situación crítica. Terapeuta (se concentra ante todo en la noche anterior): Y
bien, ¿qué pasó anoche?
Philip: Fue la gota que colmó el vaso.
EJEMPLO DE CASO: PHILIP Terapeuta: ¿Qué fue?
Philip: Terry, mi novia, que está al tanto de lo mal que me
El caso de Philip, un soltero de 32 años que fue llevado va en el trabajo, agravó las cosas diciendo que no sabe qué
a terapia por su hermano Pat a causa de una conversación siente por mí (comienza a sollozar).
sobre el suicidio, ilustra el concepto de Derks. Pat se alar- Terapeuta: Eso debe de haber sido un golpe muy fuerte
mó ante el abatimiento mostrado por Philip cuando ha- (Espera en silencio mientras Philip llora durante algunos
blaron por teléfono la noche anterior. Sabía que su her- minutos.)
mano, aunque no se sentía a gusto en su empleo, creía no Pat: Vamos, Phil, nos tienes a todos nosotros. .. te quere-
estar calificado para encontrar un trabajo más estimulan- mos... estamos aquí. Mamá se pondrá bien.
te. Sin embargo, durante la conversación mencionada, Terapeuta: ¿Su mamá está enferma?
Philip dijo que recientemente había recibido dos adver- Pat: Tenía un cáncer de mama y le hicieron quimiotera-
tencias, a su juicio injustificadas, por su desempeño labo- pia. Es una luchadora. Saldrá adelante.

292 293
Philip siguió llorando un poco más y luego comenzó a El terapeuta trataba ahora de suscitar la percepción de
contar su vida en los últimos meses. El terapeuta no lo in- que esa mañana las cosas eran diferentes de la noche an-
terrumpió ni le pidió detalles en ese momento. Se limitó a terior, aunque el cambio producido fuera pequeño. Le pre-
escuchar y a mostrar su empatia con gestos y sonidos. A guntó a Pat si Philip había desayunado y se enteró de que
continuación reencauzó la conversación hacia lo sucedido había comido un plato de cereal. Preguntó quién había
la noche anterior. conducido para llegar hasta allí y elogió a Philip por haber
permitido que Pat velara por él haciéndose cargo del vo-
Terapeuta: ¿Por qué llamó a su hermano anoche? lante. Pidió a Pat que recordara algunas ocasiones en que
Philip: Lo llamé por unos billetes de lotería. Generalmen- Philip lo hubiera cuidado y obtuvo varios ejemplos. Estu-
te, nos juntamos con nuestro otro hermano y compramos vo a la escucha de cualquier cosa que pudiera reforzar co-
varios. Me preguntaba si él quería algunos. mo un cambio respecto de la noche anterior. Este tipo de
sondeo no supone que el hecho de que el cliente dé con
El terapeuta notó que el cliente estaba orientado al ejemplos positivos significa que ya no está deprimido.
futuro, lo cual es una buena señal. Verificó el sistema de Más bien es un incipiente alejamiento del pensamiento en
apoyo de Philip evaluando el estado de sus relaciones con términos de «o bien... o bien», el comienzo de la construc-
sus familiares y amigos. ¿Con qué frecuencia se comuni- ción de una solución que puede ser compleja y requerir
caban por teléfono o personalmente? Luego volvió al tiempo.
marco temporal ceñido.
Terapeuta: Y bien, Philip, ¿cuál es ahora su nivel de es-
Terapeuta: Entonces, ¿qué pasó durante la conversación trés, comparado con el de anoche? [Obsérvese que el tera-
telefónica de anoche sobre los billetes de lotería que lo peuta habla de «nivel de estrés», y no de abatimiento o sui-
llevó a hablar sobre el suicidio? cidio.] Póngalo en una escala de 1 a 10, donde 10 represen-
ta el peor nivel posible, y 1, el mejor nivel. [Si Philip con-
Derks dice que es importante anclar el dolor en el pa- testa que su nivel actual es igual o peor que el de la noche
sado inmediato y suponer que el día de hoy es diferente, anterior, el terapeuta tendrá que considerar la posibilidad
es decir, mejor: un pequeño cambio puede llevar a cambios de internarlo.]
más grandes. Philip (piensa un momento): Anoche era 9. Supongo que
ahora es más bien 8 . . . o tal vez 7.
Philip: Bueno, él dijo algo sobre si Terry querría partici- Terapeuta: En realidad, le están sucediendo muchas co-
par y eso me hizo estallar. sas perturbadoras. ¿Se le ocurre algo que pueda hacer
Terapeuta: De modo que Pat fue a verlo enseguida cuando respecto de su situación laboral para que el puntaje baje
usted se alteró tanto. una pizca hoy o mañana?
Philip: Sí. Philip: Ayer me puse en contacto con mi delegado gremial
Terapeuta: ¿Y qué pasó entonces? por esas advertencias que recibí. Mañana tengo una reu-
Philip: Hablamos un poco m á s . . . nión con él. [Más orientación hacia el futuro.]
Terapeuta: ¿Y eso lo ayudó? Terapeuta: ¿Y qué puede decirme de la situación con
Philip: Sí. El siempre me ayuda. novia? Si esta noche ocurriera un milagro y mañana usted
Terapeuta: ¿El hecho de que Pat fuera a verlo hizo que se levantara menos desesperanzado respecto de la rela-
usted se sintiera mejor, entonces? ción, ¿qué cosas cambiarían en su modo de actuar?
Philip: Sí. Philip: Supongo que la llamaría.

294 295
Terapeuta: ¿Qué le diría? Conclusión
Philip: Le diría que estoy enojado. No es justo. Ella no me
dice por qué está molesta. Así no tengo ninguna oportuni- Una crisis es una cuestión de definición que el terapeu-
dad. Quiero hablar de eso. ta debe aclarar con el cliente. No hay que apresurarse a
Terapeuta: Me parece una buena idea. Pero vayamos paso abandonar el supuesto de que los clientes poseen puntos
a paso. ¿Qué me puede decir de hoy, cuando se vaya de fuertes y recursos para ayudarse a sí mismos, ni el de que
aquí? ¿Qué necesita para mantener bajo el nivel de es- un pequeño cambio puede llevar a cambios más grandes;
trés? por otra parte, la seguridad debe ser la principal preocu-
pación. Todo cuanto hemos dicho en este libro acerca de la
El terapeuta y el cliente siguieron hablando sobre TCS es doblemente aplicable a las crisis: la escucha cuida-
cómo lograr que ese día y el siguiente fueran menos estre- dosa, la comprensión de la visión del mundo del cliente, el
santes. Analizaron detalladamente la reunión con el dele- uso del lenguaje para construir una perspectiva en tér-
gado gremial para que Philip pudiera prever sus respues- minos de «tanto... como» y no de «o bien... o bien», y un
tas hasta donde fuera posible. El terapeuta concertó con él avance tan lento como lo permita la situación. En la TCS,
una nueva cita para hacer planes respecto de la conversa- lo más apropiado es usar al comienzo el sombrero de tera-
ción con su novia. Se dispuso lo necesario para que Philip peuta, a menos que el cliente padezca una total falta de
cenara esa noche con Pat y su familia. control físico o emocional. El establecimiento de un clima
Aunque haya pruebas de algún movimiento positivo, emocionalmente seguro antes de ejercer el control puede,
el terapeuta no puede desentenderse de las amenazas de en última instancia, facilitar a los clientes la adquisición
suicidio que motivaron la presencia del cliente. Por lo tan- de control sobre sí mismos. Y también será beneficioso
to, evaluó los pensamientos suicidas de Philip en ese mo- para la relación entre el terapeuta y el cliente si este re-
mento y comprobó que estaban más o menos en un nivel gresa en busca de un tratamiento complementario.
de 6. Se elaboró un plan de seguridad que incluía a Pat y a
algunos de los otros hermanos. El terapeuta le pidió a Phi-
lip que firmara un contrato comprometiéndose a no llevar
a los hechos ningún pensamiento suicida sin llamarlo an-
tes a un número para emergencias, a lo cual Philip ac-
cedió.
Según Derks, es importante convocar a la mayor can-
tidad posible de personas conocidas del cliente a partici-
par en la primera sesión de crisis, no sólo para brindar
apoyo, sino también porque la multiplicidad de perspecti-
vas sobre el cliente y su situación aporta más información
adecuada para provocar un cambio inmediato. El objetivo
mismo de un marco temporal ceñido consiste en reducir el
foco, a fin de tornar más visible y eficaz cualquier pequeño
cambio. Un examen y una búsqueda muy amplios de re-
cursos al comienzo de la terapia pueden ser abrumadores
y, por lo tanto, peligrosos.

296 297
Reflexiones finales

«Todo el mundo es mucho más sencillamente humano que


lo contrario».

Harry Stack Sullivan (1953c, pág. 32)

Este libro, la culminación de más de veinte años de re-


flexión sobre lo que hago cuando hablo con los clientes, es
una acumulación, una integración y una creación de inte-
racciones con otras personas. Mi propósito al escribirlo fue
apartar a los clínicos del uso arbitrario de la técnica y
guiarlos hacia un camino que pudieran seguir sin temor a
perderse. El resultado más satisfactorio de este esfuerzo
consistiría en incitar a los lectores a pensar más en por
qué hacen lo que hacen cuando hablan con los clientes. La.
admisión y explicación de las decisiones que tomamos es
un primer paso en el largo camino hacia la maestría. Aun
las malas decisiones tienen, al fin y al cabo, mucho que
ofrecernos.
La experiencia de enseñar terapia centrada en la solu-
ción me ha confirmado siempre que cada persona es úni-
ca. Naturalmente, algunas personas son más sensibles y
empáticas que otras. Quizá no todos tengan las cualida-
des de un maestro de la terapia, pero todos somos huma-
nos. Cada uno de nosotros sabe lo que necesita de los de-
más en un nivel básico, sin necesidad de expresarlo con
palabras. Por eso he hecho hincapié en los aspectos emo-
cionales de la terapia, además de los aspectos técnicos. He
comprobado que esta combinación hace madurar más
rápidamente las habilidades terapéuticas.

299
Los avances en el campo de la neurociencia, que au- Referencias bibliograficas
mentan rápidamente nuestra comprensión de la conducta
humana, sin duda aportaran en el futuro nuevos conoci-
mientos y destrezas a los psicoterapeutas. Démosles la
bienvenida con una mentalidad abierta, pero sin olvidar
jamás la importancia de la humildad en nuestro trabajo.

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