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Al leer el libro de Morín, no puedo evitar pensar cuán lejos esta nuestra sociedad
occidental de enseñar esos siete saberes tan necesarios para mejorar nuestra calidad como
humanos. Poco a poco a lo largo de nuestra vida, vamos perdiendo nuestra condición
humana, para los políticos solamente somos un voto, para las grandes empresas solo
somos consumidores, para nuestro trabajo no somos más que capital laboral, y llegamos a
asumirnos como tales, sumidos en un mundo dirigido por el dinero y el poder, donde,
así mismo, son la meta para la población, sin ver a nuestro alrededor todo lo complejo
mundo donde vivimos.
Creo que lo principal a vencer es el orgullo alimentado por nuestros grupos sociales
como un mecanismo de unión, pero que trae consigo consecuencias fatales para la unión
del género humano, ya que este interviene en cada uno de los saberes, porque no es un
orgullo que nos haga sentir felices con lo que somos, es un orgullo que nos hace sentir
superior a los otros que no conforman el determinado grupo social.
El humano creé que puede saber todo del mundo que lo rodea, por muy complejo y
complicado que sea, si analiza cada parte por separado, olvida que el todo es más que la
suma de sus partes, y se niega a admitiros, los especialista en las disciplinas cada vez
más especializadas están orgullosos de serlo, porque no todas las personas pueden legar a
serlo, pero ignoran que no pueden resolver problemas complejos si lo miran desde una
sola perspectiva, que tiende a descontextualizar el problema y se olvida que los
problemas que hay que resolver son humanos, y que por ello involucran aspectos
diversos, los cuales, si no se resuelven en conjunto pueden incluso agravar el problema
original.
Todos sabemos que todos los humanos vivimos en el mismo planeta, el cual es el único
en el que podemos estar, por ende tenemos los mismos problemas mundiales que
enfrentar, sin importar lugar de origen, y a pesar de que sean en distintos grados ya que
cada cultura tiene su propia historia, sin embargo anteponemos otras identidades, ya sea
patriótica, de clase social, o cultural, y parece que negamos la humanidad de quien no
pertenece a nuestros mismos grupos sociales, denigrándolo y quitándole importancia a sus
problemas creyéndolos ajenos, e incluso alegrándonos, ya que los consideramos oponentes,
que hay que vencer por los recursos para acabar con “nuestros” problemas. Esto también
dificulta la comprensión y la ética humana, ya que esta intolerancia va desde lo micro
social a lo macro social.
En cuanto a las incertidumbres, si bien se podría decir que nos preparan para
enfrentarlas, no lo hacen con el enfoque adecuado, solo nos preparan para las
incertidumbres individuales, pero no mundiales ni generales.
Afortunadamente hay grupos de personas encaminadas a fomentar los principios en los
que se basan estos saberes, y aunque el día de hoy son minoría, espero que con el paso
de tiempo sus idealismos se propaguen, haciendo posible que el humano tenga humanidad
y comprenda que de este mundo nadie es dueño, pero es de todos los que en el habitan.
Referencia:
- Morin Edgar(1999), “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.”.
México, Santillana. Rescatado de:
http://unesdoc.unesco.org/images/0011/001177/117740so.pdf