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La debacle de la Unión Soviética y la desaparición del campo

socialista han servido a los trotskistas para proclamar el triunfo de


sus teorías sobre la revolución socialista y la construcción del
socialismo. Lo extraño es que hayan convertido a Cuba en su
base de apoyo para lanzar su más furiosa campaña anticomunista
con ataques demenciales contra Stalin y su obra. En su fobia
antistalinista dicen que hoy debe ponerse a Trostky junto a Lenin,
pero a su izquierda, porque representa una posición más
avanzada más “revolucionaria”. Estos delirios trotskistas exigen
una merecida respuesta
I
Comencemos por exponer brevemente las relaciones de Lenin
con Trotsky, a quienes los trotskistas presentan como camaradas
con iguales puntos de vista y fraternas relaciones de camaradas.
Esta es una grosera mentira muy fácil de desbaratar, como lo
demuestran los siguientes pasajes textuales de Lenin sobre
Trotsky:
En su artículo titulado “El Sentido Histórico de la Lucha Interna en
el Partido en Rusia” Lenin dice: “Martov expone los puntos de
vista del menchevismo. Trotsky marcha a la zaga de los
mencheviques encubriéndose con frases singularmente sonoras”.
“Martov y Trotsky ofrecen a los camaradas alemanes opiniones
liberales teñidas de marxismo”. “Nos encontramos frente a un
ejemplo de frases sonoras, pero hueras, en las que es maestro
Trotsky”. “Esta verborrea verdaderamente incontenible no es mas
que la “sombra ideológica” del liberalismo. Tanto Martov como
Trotsky meten en el mismo saco períodos históricos de naturaleza
diferente, comparando a Rusia, que está realizando su revolución
burguesa, con Europa que la ha terminado hace mucho”.
“Los razonamientos de Martov acerca de la revolución rusa y los
de Trotsky sobre la situación actual de la socialdemocracia rusa
ofrecen confirmaciones concretas de la inexactitud de sus
opiniones fundamentales”.
“…si Trotsky dice a los camaradas alemanes que él representa la
tendencia general del partido, yo debo declarar que Trotsky solo
representa a su fracción y goza de cierta confianza
exclusivamente entre los otzovistas y los liquidadores”.
En diciembre de 1910, Lenin dirigió su conocida Carta al Colegio
del CC. del PSDR en Rusia, en la que hace referencias a Trotsky:
“En nuestros tiempos de confusión, disgregación y vacilaciones,
Trotsky puede convertirse fácilmente en el “héroe del día” que
agrupe a su alrededor todo lo trivial. Pero cuanto más descarada
sea esta tentativa, tanto más grandioso será su fracaso.”
“Está claro que Potrésov ( y los de Golos) y los de Vperiod no han
abjurado ni de lo uno ni de lo otro. Trotsky los agrupa y, por medio
de fullerías, se engaña a sí mismo, engaña al partido y engaña al
proletariado. Lo único que conseguirá en la práctica, es fortalecer
los grupos antipartido de Potrésov y Maxímov. El fracaso de esta
aventura es inevitable.”
“Trotsky intenta una y otra vez salir del paso recurriendo al silencio
o a frases hueras, pues necesita ocultar a los lectores y al partido
la verdad, a saber: que los grupos del señor Potresov, de los 16,
etc.… se han constituido en fracciones completamente
separadas…”
“El bloque de Trotsky con Potresov y los de Vperiod es una
aventura precisamente desde el punto de vista de “las bases de
principios”. Esto no es menos cierto desde el punto de vista de las
tareas políticas del partido”.
En enero de 1911 Lenin escribió un artículo lapidario contra
Trotsky. Los siguientes son algunos pasajes:
”El Judas Trotski arremetió en el Pleno contra el liquidacionismo y
el atzovismo. Tomó a Dios por testigo y juró que era un defensor
del partido. Recibió un subsidio.
“Después del Pleno, se debilitó el C.C. y aumentaron su fuerza los
de Vperiod: consiguieron dinero. Se fortalecieron los
liquidadores…escupieron a la cara del partido ilegal… El Judas
echó de Pravda al representante del C.C. y empezó a publicar
artículos liquidacionistas.. Y este Judas se da golpes de pecho y
grita que es fiel a los principios del partido, asegurando que no se
ha arrastrado, ni mucho menos, ante los de Vperiod y los
liquidadores… Tal es el rubor de la vergüenza del Judas Trotsky.”
“De quí se desprende claramente que Trotsky y sus semejantes”
trotskistas conciliadores” son más nocivos que cualquier
liquidador…Trotski engaña a los obreros, encubre el mal y hace
imposible desenmascararlo y curarse de él”..
En diciembre de 1911, en su artículo titulado “Acerca de la
diplomacia de Trotski y de una Plataforma de los defensores del
Partido”, Lenin se refiere a Trotski en los siguientes términos:
“La tarea de Trotski, consiste en encubrir el liqudacionismo,
arrojando arena a los ojos de los obreros.”.
“Con Trotski no se puede discutir a fondo, pues carece de toda
opinión. Se puede y se debe discutir con los liquidadores y los
otzovistas convencidos; pero con un hombre que juega a ocultar
los errores de unos y otros no se discute: se le desenmascara
como… diplomático de la más baja calidad.”.
En marzo de 1914 en su artículo “Desmoronamiento del Bloque de
Agosto”, Lenin dice:
“Es algo increíble lector. Trotski figura desde agosto de 1912 entre
los cabecillas del unificador Bloque de Agosto, pero todo el año de
1913 muestra ya separación de Luch y de los “luchitas”.
“Trotski jamás ha tenido ni tiene “fisonomía alguna, no tiene más
que migraciones, defecciones del campo liberal al campo marxista
y viceversa, fragmentos de sonoras frases y palabrejas
arrancadas de acá y de allá”
“De hecho, tras el biombo de frases singularmente sonoras,
vacuas y vagas, Trotski, embrollando a los obreros inconscientes,
defiende a los liquidadores al silenciar la cuestión de la
clandestinidad, al asegurar que no tenemos una política obrera
liberal, etc.”
En su obra “Sobre el Derecho de las Naciones a la
Autodeterminación”, Lenin, apabulla a Trotski:
“!El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo¡ En ninguna
parte, si no es en conversaciones en “conversaciones particulares”
(es decir, sencillamente en chismes, de los que siempre vive
Trotski), ha podido encontrar pruebas para incluir a los marxistas
polacos en general entre los partidarios de cada artículo de Rosa
Luxemburgo. Trotski ha presentado a los “marxistas polacos”
como gentes sin honor y sin conciencia, que no saben siquiera
respetar sus convicciones y el programa de su partido! El servicial
Trotski!”.
“Jamás, ni en un problema serio del marxismo, ha tenido, Trotski
opinión firme, siempre se ha metido por la rendija de una u otras
divergencias, pasándose de un campo a otro. En el momento
presente se halla en la compañía de bundistas y liquidadores.
Estos señores no tienen muchos miramientos con el partido”.
“Cualquiera que sean los “buenos propósitos” subjetivos de Trotski
y Martov, objetivamente apoyan con sus evasivas al
socialimperialismo ruso”
En una carta del 17 de febrero de 1917 a Alejandra Kolontai, Lenin
le dice a su amiga y camarada:
“!Que cerdo es este Trotski!: frases izquierdistas y bloque con los
derechistas contra los zinmerwaldianos de izquierda! Habría que
desenmascararlo (usted) por lo menos, con una breve carta a
Social Demócrata”.
El 19 de febrero de 1917, en una carta a Inés Armad, Lenin
califica a Trotski de miserable:
“…!ha llegado Trotski y este miserable se ha confabulado en el
acto con el ala derecha de Novi Mir contra los zimmerwaldianos
de izquierda!. ¡!Así siempre!!.!!Bravo Trotski!!. Siempre fiel a si
mismo: raposea, adopta poses de izquierda y ayuda a los
derechistas mientras puede…”.
Este es el Trotski que conoció Lenin, el Trotski verdadero y no el
que pintan sus admiradores y seguidores, muy bien financiados
por el imperialismo. Por eso, resulta realmente extraño que desde
Cuba, un grupo de trotskistas agrupados en torno a la familia Hart,
vengan haciendo propaganda trotskista furibunda, tomando como
pretexto la defensa nada menos que del “auténtico” leninismo.
Estos trotskistas, como todos los trotskistas, vomitan bilis contra el
constructor del socialismo en la URSS y el que dirigió la derrota
del nazi fascismo en la Segunda Guerra Mundial: Stalin. Dicen los
trotskistas cubanos que ha llegado la hora de escribir la historia
poniendo a Trotski “al lado izquierdo de Lenin”
II
Trotski pidió su ingreso al Partido Bolchevique un mes antes de la
Revolución de Octubre junto con su pequeño grupo centrista
(oportunista), “Mezhraionstsi”, y fue aceptado por Lenin “reservada
y exceptantemente”, como el mismo Trotski lo reconoce en su
obra autobiográfica, “Mi vida”. No pasó mucho tiempo y este
“Judas”, volvió a sus andanzas escicionistas creando una
corriente de oposición en el seno del Partido de los bolcheviques.
Es necesario exponer, por lo menos en forma resumida, las
divergencias principales que surgieron en el Partido de Lenin a
causa de la presencia de Trotski en su seno:.
1.-La cuestión de la posibilidad de la construcción del socialismo
en un solo país.- Según Trotski y la oposición por él encabezada,
“si la revolución proletaria triunfante en Occidente no llegaba a
tiempo en ayuda nuestra, en un futuro más o menos próximo,
sería necio pensar que la Rusia revolucionaria podría sostenerse
contra la Europa conservadora “. En su folleto titulado “1917”,
Trotski repite esta misma tesis :” Considerar las perspectivas de la
revolución social en el marco nacional equivaldría a padecer la
misma limitación nacional que constituye la esencia del
socialpatriotismo”.
La posición de Lenin y los bolcheviques, expuesta en “El
Programa militar de la revolución proletaria” , es totalmente
distinta. He aquí lo que dice Lenin:
“El socialismo triunfante en un país no excluye en modo alguno de
golpe, todas las guerras en general. Por el contrario, las
presupone. El desarrollo del capitalismo sigue un curso
extraordinariamente desigual en los diversos países. De otro
modo no puede ser bajo el régimen de producción de mercancías.
DE AQUÍ LA CONCLUSION INDISCUTIBLE DE QUE EL
SOCIALISMO NO PUEDE TRIUNFAR SIMULTANEAMENTE EN
TODOS LOS PAISES. EMPEZARA TRIUNFANDO EN UNO O EN
VARIOS PAISES, Y LOS DEMAS SEGUIRAN SIENDO,
DURANTE ALGUN TIEMPO, PAÍSES BURGUESES O
PREBURGUESES.”
2.-La cuestión de la dictadura del proletariado.- La oposición
trotskista negaba la existencia de la dictadura del proletariado
después de la Revolución de Octubre, afirmando que era una
“degeneración termidoriana” la que gobernaba, y que empujaba al
país a la restauración del capitalismo.
3.-La cuestión del bloque de la clase obrera con el campesinado
medio. La oposición trotskista negaba la posibilidad y necesidad
de este bloque, hasta el extremo de afirmar que tal bloque llevaría
la revolución a la catástrofe, repitiendo una vieja tesis
menchevique.
4.-La cuestión referida al carácter de Revolución de Octubre.- El
grupo fraccional de Trotski, consecuente con sus tesis sobre la
imposibilidad de la construcción del socialismo, la degeneración
termidoriana y el rechazo a la formación de un bloque obrero
campesino, negaba el carácter ininterrumpido de la Revolución de
Octubre, que llevó hasta el fin la revolución democrático burguesa
y dio comienzo a la revolución socialista.
5.-La cuestión de la dirección de las revoluciones en los países
oprimidos por el imperialismo.- Partiendo de la diferencia que
existe entre el imperialismo y los países que este domina y
oprime, Lenin admitía la posibilidad de de formación de un bloque
antiimperialista de las fuerzas populares con la burguesía nacional
si esta no se opone a la participación de los comunistas en ese
bloque.
6.-La cuestión del frente único en el movimiento obrero
internacional.- Hay que recordar que fue Lenin quien propuso la
táctica del frente único con el fin de que millones de obreros de los
países capitalistas, influenciados por la socialdemocracia,
pudieran convencerse por experiencia propia de la política justa y
acertada de los comunistas. La oposición trotskista negaba
rotundamente esta táctica.
7.-El problema de la unidad orgánica del Partido y de su espíritu
leninista. En este problema la oposición trotskista rompió
totalmente con los principios leninistas de edificación partidaria,
llegando al extremo de formar su propio partido dentro del partido
y una nueva internacional comunista.
Estas son las cuestiones principales que pusieron frente a frente
al Partido de Lenin y los bolcheviques contra la oposición
trotskista. No es difícil constatar la incompatibilidad de ambas
posiciones. Haciendo un análisis claro y objetivo de estas
divergencias, Stalin, en su Informe ante el XV Congreso del
P.C.(b) de la URSS señaló:
“He dicho ya más arriba que, como resultado de nuestro avance,
como resultado del desarrollo de nuestra industria, como resultado
del incremento del peso específico de las formas socialistas de
economía, una parte de la pequeña burguesía urbana, se arruina
y se hunde. La oposición refleja las protestas y el descontento de
esas capas contra el régimen de la Revolución proletaria”.
Como dijo Stalin en el histórico XV Congreso del PC(b) de la
URSS, las raíces sociales de la oposición se encontraban en la
pequeña burguesía descontenta por el avance de la revolución
socialista, y Trotski era su líder. Un líder que no aceptaba los
acuerdos del Partido ni se sometía a sus normas; un verdadero
“aristócrata” dentro del Partido, como denunció Stalin. En tal
situación se hizo inevitable la expulsión de este engreído
“aristócrata”, defensor rabioso de tesis radicalmente opuestas al
programa y la línea general del Partido de Lenin.
III
El trotskismo actual viene pregonando a los cuatro vientos la
validez de la tesis de la “revolución permanente”, e insisten
tercamente en la imposibilidad de” la construcción del socialismo
en un solo país”. Esta prédica rabiosa y sectaria le ha valido el
apoyo incondicional del imperialismo y de todos los reaccionarios.
La teoría de la revolución permanente de Trotski es totalmente
ajena a la doctrina leninista de la revolución ininterrumpida, que
tiene como antecedente inmediato la conocida tesis de Marx y
Engels expuesta en marzo de 1850 en su Mensaje del Comité
Central a la Liga de los Comunistas:
“Mientras que los pequeños burgueses democráticos quieren
poner fin a la revolución lo más rápidamente que se
pueda…nuestros intereses y nuestras tareas consisten en hacer la
revolución permanente hasta que sea descartada la dominación
de las clases más o menos poseedoras, hasta que el proletariado
conquiste el poder del Estado”.
Esta tesis es absolutamente ajena a la teoría de Trotski sobre la
revolución permanente formulada, por propia declaración, de
acuerdo a las enseñanzas de Parvus. En efecto, en su libro “Mi
vida”, Trotski dice: que su teoría no se basaba en Marx, sino en el
socialdemócrata alemán Parvus, cuyas ideas desarrolló. Hay que
recordar que este Parvus se convirtió en un calumniador de la
Unión Soviética y en un admirador del imperialismo germano. Es
oportuno recordar que ya en la primera revolución rusa (1905)
Trotski opuso sus tesis parvusianas a la doctrina de Lenin sobre el
desarrollo ininterrumpido de la revolución democrático burguesa
hasta su culminación y transformación en revolución socialista. Y
es que Lenin descubrió las diferencias que existen entre las
revoluciones democrático burguesas de la época del imperialismo
y las revoluciones burguesas de la época del capitalismo
premonopolista. Es de esta diferencia objetiva, producto de la
historia, que Lenin llega a la conclusión de que el proletariado
estaba llamado a ejercer la dirección y hegemonía en la revolución
democrático burguesa en los países coloniales, semicoloniales y
dependientes.
Son conocidas las palabras de Lenin: “No podemos saltar del
marco democrático burgués de la revolución rusa, pero podemos
ensanchar en proporciones colosales dicho marco, podemos y
debemos, en los límites del mismo, luchar por los intereses del
proletariado, por la satisfacción de sus necesidades inmediatas y
por las condiciones de preparación de sus fuerzas para la victoria
completa futura”. Lenin vio con suma claridad que siendo
democrática y no socialista la revolución rusa, tendría que cumplir,
por su propia naturaleza, las necesidades y demandas más
urgentes de los trabajadores sin destruir aun el capitalismo.
La posición de Trotski era opuesta a la de Lenin. El “Judas”,
negaba la necesidad de la revolución democrático burguesa, y
defendía su teoría aventurera de que en Rusia, que no había
realizado su evolución burguesa, debía realizarse la revolución
socialista inmediata. Resumiendo esta “tesis” lanzó la consigna
“sin zar pero con gobierno obrero”. Para Trotski nunca fue
necesario hacer un análisis de la distribución de clases, ni tuvo
importancia el problema de las fuerzas motrices de la revolución y
el rol hegemónico del proletariado en el movimiento
revolucionario. En su folleto “Nuestra Revolución” publicado en
1907 plantea la tesis “izquierdista” de que la revolución debe
asegurar el paso inmediato del poder al proletariado para aplicar
en el acto medidas socialistas, propias de un “gobierno obrero”.
En su libro “La revolución permanente”, Trotski reconoce que sus
planteamientos son diferentes de los de Lenin porque dejan de
lado las tesis de Marx y Engels, formuladas en forma general
sobre el desarrollo de la revolución por etapas, de acuerdo al
contenido y carácter cada vez más definidamente proletario.
Lenin, en su artículo “El sentido histórico de la lucha interna del
Partido en Rusia”, dice:
“Trotski… nunca fue capaz de asimilar un criterio mas o menos
definido sobre el papel del proletariado en la revolución burguesa
rusa”. Esta incapacidad la atribuía al “error fundamental de Trotski
que consiste en que deja a un lado el carácter burgués de la
revolución y no concibe de manera clara el paso de esta
revolución a la revolución socialista”. Confundiendo los saltos
dialécticos, como consecuencia del desarrollo de los cambios
cuantitativos, Trotski dice: “El que no se puede en general saltar
los peldaños es un absurdo. El vivo proceso histórico siempre da
saltos”. Pero para el leninismo las revoluciones no se hacen
dando saltos; “ellas surgen de las crisis y los virajes históricos que
han madurado en virtud de las leyes objetivas
(independientemente de la voluntad de los partidos y de las
clases)”.
Para el trotskismo, la doctrina científica de Lenin sobre el
desarrollo ininterrumpido de la revolución democrático burguesa,
que pasa a la etapa socialista, es “etapismo”, y le oponen la teoría
trotskista aventurera de los saltos de “peldaños”. En la Rusia
zarista debía saltarse el peldaño de la revolución burguesa para
pasar directamente al peldaño socialista.Las revoluciones de
Febrero y Octubre desmintieron categóricamente tan descabellada
teoría Resumiendo en pocas palabras el proceso seguido por la
revolución de 1917 Lenin dijo: Las cosas han ocurrido tal como
habíamos previsto: al principio con todos los campesinos, y
entonces la revolución fue democrático burguesa, y después solo
con los campesinos pobres, y la revolución de se convirtió en
socialista. La práctica hizo añicos la teoría trotskista de la
“revolución permanente”, sin etapas y de un solo salto.
IV
Otro problema que es necesario enfocar desde posiciones
marxistas leninistas es el que se refiere a la posibilidad de la
revolución socialista y la construcción del socialismo en un solo
país. Desde 1905, Lenin planteó y defendió la tesis de la
posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país, partiendo del
hecho inobjetable del desarrollo desigual de los países
capitalistas, en parte de los cuales se produce un rápido avance
mientras otros se retrasan. De otro lado, en el sistema imperialista
surgen inevitablemente eslabones débiles, que no siempre
corresponden a los países más desarrollados económicamente;
se encuentran allí donde las contradicciones político económicas
se han agudizado al máximo y han creado las premisas, tanto
objetivas como subjetivas, de una situación revolucionarias,
haciendo posible la toma del poder por el partido de la clase
obrera.
La teoría trotskista de la imposibilidad del triunfo del socialismo en
un solo país, es radicalmente opuesta a la siguiente formulación
teórica de Lenin
“La desigualdad del desarrollo económico y político es una ley
absoluta del capitalismo, De aquí se deduce que es posible que el
socialismo triunfe primeramente en unos cuantos países
capitalistas, o un incluso en un solo país capitalista”
El trotskismo negó y se opuso a esta tesis científica de Lenin,
afirmando que lo determinante para el imperialismo era la
tendencia niveladora que se manifestaba con más fuerza en el
siglo XX que durante la época ascendente del capitalismo
premonopolista. Trotski afirmaba que en el siglo XIX la
desigualdad del desarrollo del capitalismo era “mas considerable
que en el siglo XX”. Otra particularidad de los razonamientos de
Trotski era su teoría sobre la posible atenuación y la fusión de las
economías y de los Estados capitalistas en una sola economía
mundial unificada, olvidando las inevitables contradicciones
interimperialistas y las mismas competencias entre los
monopolios. De aquí desprendía su conocida advertencia: “Es
desesperado pensar que la Rusia revolucionaria podría
mantenerse frente a la Europa conservadora”. Consecuente con
este planteamiento, Trotski propuso, en vísperas de la Revolución
de Octubre, la consigna de la creación de los Estados Unidos de
Europa, pasando por alto la cuestión de la revolución proletaria.
Lenin salió al frente de esta consigna liberal burguesa,
desenmascarando su carácter cosmopolita y capitulador, propio
de la teoría de la “Revolución permanente” de Trotski.
En su teoría sobre la imposibilidad del triunfo del socialismo en un
solo país, Trotski especulaba con posibles acciones
“revolucionarias” a escala universal, poniendo en primer plano
esquemas “revolucionarios” en un plano internacional y global.
La mejor respuesta, respuesta contundente a la capituladora
teoría trotskista de la imposibilidad de la construcción del
socialismo en un solo país, fue dada por la misma historia.
Después del triunfo de la Revolución de Octubre y los difíciles
años de la guerra civil y de la NEP, el socialismo fue construido
sólidamente durante los planes quinquenales estalinianos, pese a
la oposición y conspiración permanentes del trotskismo y el
imperialismo internacional. La Unión Soviética salió triunfante en
la Segunda Guerra Mundial, derrotando a todo el continente
europeo, controlado por Adolfo Hitler y el nazifascismo, porque era
un país socialista construido sobre firmes bases, haciendo añicos
la teoría burguesa capituladora de Trotski sobre la imposibiidad
del triunfo del socialismo en un solo país.
V
El trotskismo es utilizado por el imperialismo y la reacción en su
lucha contra el comunismo. La destrucción de la Unión Soviética
socialista comenzó en el tristemente célebre XX Congreso del
PCUS, un evento partidario que constituyó un viraje a la derecha ,
levantando la bandera del antistalinismo típicamente trotskista.
Fue en ese Congreso, que el felón Nikita Jruschov leyó su
“Discurso Secreto”, un sucio libelo saturado de mentiras y furiosos
ataques a Stalin, el gran sucesor de Lenin, el constructor del
socialismo y artífice de la derrota del nazifacismo en la Segunda
Guerra Mundial.
El “Discurso Secreto” de Jruschov es un documento político
típicamente trotskistas. Recoge todas las infamias propaladas por
Trotski y los trotskistas contra Stalin y la edificación del socialismo
en la Unión Soviética. Y so pretexto de que en la construcción del
socialismo se habían cometido graves errores, comenzó el
desmontaje del socialismo construído bajo la dirección de Stalin.
Los contrarrevolucionarios infiltrados en el PCUS utilizaron el
antiestalinismo para justificar y fundamentar sus reformas
traidoras que culminaron en la restauración del capitalismo en la
URSS. En la etapa final de esta criminal restauración , Gorvachov
con su Perestroika rehabilitaron públicamente a Trotski, al mismo
tiempo que estimulaban una campaña demencial contra Stalin,
aplaudida por el imperialismo y todos los reaccionarios y
revisionistas del mundo.
Con el nombre de “Nuevo Pensamiento”, la camarilla de
Gorvachov se convirtió en abanderada del “humanismo social
mundial” y defensora de los “valores universales”, divulgando
profusamente las teorías de Trotski y Bujarin, Bernstein y Kautsy.
Esa camarilla contrarrevolucionaria, rabiosamente antiestalinista,
no pudo ocultar su anticomunismo y antisovietismo y procedió a la
restauración del capitalismo y a la liquidación de la Unión
Soviética.
Resulta a todas luces claro que el antiestalinismo es
anticomunismo y que el trotskismo es la vanguardia del
antiestalinismo. Por eso, decir trotskismo es decir anticomunismo.
Esta es una verdad comprobada por la historia y quienes,
militando en las filas revolucionarias de la clase obrera, lo olviden,
se exponen a graves conflictos internos si el trotskismo ha
penetrado en su filas, y a derrotas inevitables en la lucha por la
construcción del socialismo , si ya están en el poder. En este caso
el trotskismo defenderá su podrida teoría sobre la imposibilidad de
la construcción del socialismo en un solo país y se pondrán al
servicio del enemigo de clase, para justificar su “teoría”.
Hoy en día los trotskistas cubanos y su entorno de “perestroikos”,
tienen tribuna libre para despotricar contra Stalin. Estamos
esperando que los marxistas leninistas de la Isla de Martí y Fidel,
les den una respuesta merecida. En una verdadera “batalla de
ideas” no se puede permitir que el antiestalinismo militante quede
sin respuesta.¡¿Que hay de las tesis del Primer Congreso del
Partido Comunista de Cuba?¡ .Cobra excepcional actualidad el
siguiente párrafo:
«El contenido fundamental del anticomunismo es la falsificación
de la ideología marxista-leninista, la calumnia contra la teoría y la
práctica de la construcción del socialismo y el comunismo, la
tergiversación de la política de los partidos comunistas». Pues
bien, el trotskismo es anticomunismo. Ya en 1937, Stalin dijo:
«El trotskismo actual no es una tendencia política en la clase
obrera, sino una banda, sin ideas ni principios, de saboteadores,
agentes de diversión y de información, espías y asesinos, banda
de enemigos jurados de la clase obrera, a sueldo de los órganos
de espionaje de Estados extranjeros.
«Tal es el resultado indiscutible de la evolución que ha sufrido el
trotskismo durante los siete u ocho años últimos».
Hoy en día el trotskismo está formado por multitud de bandas que
han contribuido a la restauración del capitalismo en el campo
socialista y a la desaparición de la Unión Soviética. Son grupos de
anticomunistas que se disfrazan de revolucionarios para cumplir
su labor nefasta en el seno del movimiento obrero y
antiimperialista en general.

Lenin y el trotskismo
Por José Sotomayor Pérez (tomado de Kaosenlared)

El rol decisivo que jugó la Unión Soviética en la derrota del nazi fascismo, puso en
ridículo al “falso profeta”. Recuérdese que en vísperas de la agresión nazi a la
URSS, Trotski declaró textualmente:

“¿Podemos esperar que la Unión Soviética escape a la derrota en la futura gran


guerra? A esta pregunta, hecha con franqueza, respondemos también francamente.
Si la guerra no llega a ser más que guerra, la derrota de la Unión Soviética es
inevitable. El imperialismo es incomparablemente más fuerte en el aspecto técnico,
económico y militar. Si no se ve paralizado por la revolución en Occidente, barrerá el
régimen social engendrado por la Revolución de Octubre".

Con la ayuda del imperialismo y estimulados por el “Informe Secreto” del infiltrado y
traidor N.S. Jruschov, los trotskistas volvieron a sus andanzas anticomunistas y
antisoviéticas, con verdadero frenesí y delirante antistalinismo. Para engañar a la
clase obrera y a todo el pueblo inventaron el cuento de que el trotskismo y el
leninismo constituyen una misma doctrina, y sus actuales “dirigentes” juran ser
“trotskistas leninistas convictos y confesos”. Tan burda patraña es necesario
desbaratar remitiéndose al mismo Lenin.

Refiriéndose a Trotski, en carta dirigida a Inés Armad, Lenin escribió: “¡Ese es


Trotski. Siempre fiel a sí mismo; se revuelve, estafa, posa a la izquierda y ayuda a la
derecha”.

En su trabajo titulado “Acerca de una violación de la unidad”, el Jefe de la


Revolución de Octubre, dice:

“A fines de 1903, Trotski era menchevique furioso, es decir, que de los iskristas se
había pasado a los “economistas”… En 1904-1906 se aparta de los mencheviques y
ocupa una posición vacilante, colaborando unas veces con Martinov (“economista”)
y proclamando otras la “revolución permanente”, de un izquierdismo absurdo. En
1906 a 1907, se acerca a los bolcheviques y en la primavera de 1907 se declara
partidario de Rosa Luxemburgo”. A continuación Lenin agrega:

“En la época de disgregación, después de largas vacilaciones `no fraccionalistas` se


dirige nuevamente hacia la derecha, y en agosto de 1912 forma un bloque con los
liquidadores. Ahora vuelve a apartarse de ellos, pero repitiendo, en el fondo, sus
mismas ideuchas”.

¿Cuales son estas ideuchas de Trotski, refutadas por Lenin? Pasemos a verlas
brevemente.

1) La negación de la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país.


Esta fue la idea principal del bloque trotskista-zinovievista en su lucha contra los
bolcheviques en torno al problema del carácter y las perspectivas de la revolución
socialista y de la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país. Para Trotski y
sus seguidores la tarea principal del Partido de los bolcheviques no era la
construcción de la sociedad socialista, sino estimular e impulsar la revolución
mundial mediante la guerra revolucionaria contra el imperialismo. Para Trotski, solo
el planteamiento de la posibilidad de la construcción del socialismo en un solo país,
era escolástico, y que nunca había sido planteado en el partido.

El pasado político de Trotski, propio de un saltarín, no le daba ninguna autoridad


para defender su absurda idea de la imposibilidad de construir el socialismo en un
solo país, apoyándose en planteamientos y tesis del Partido de Lenin. Es sabido que
la idea básica de la posibilidad de la construcción del socialismo en un solo país se
encuentra en la célebre obra de Lenin: "El imperialismo, fase superior del
capitalismo", y en sus trabajos "Sobre la Consigna de los Estados Unidos de
Europa" y "El Programa militar de la revolución proletaria". En agosto de 1915 Lenin,
refiriéndose al triunfo del socialismo en un solo país dijo:

“La desigualdad del desarrollo económico y político es una ley absoluta del
capitalismo. De aquí se deduce que es posible que la victoria del socialismo
empiece por unos cuantos países capitalistas, o incluso por un solo país capitalista
el proletariado triunfante en este país, después de expropiar a los capitalistas y de
ORGANIZAR LA PRODUCCIÓN SOCIALISTA DENTRO DE SUS FRONTERAS, SE
ENFRENTARÍA CON EL RESTO DEL MUNDO, con el mundo capitalista, atrayendo
a su lado a las clases oprimidas de los demás países…” (Lenin t. XVIII pgs 232-
233)

Salta a la vista que Lenin cuando se refiere a “ORGANIZAR LA PRODUCCIÓN


SOCIALISTA DENTRO DE SUS PROPIAS FRONTERAS”, afirma que la
construcción del socialismo en un solo país es posible.

En polémica con Trotski y sus seguidores, Stalin desarrolló la tesis leninista de la


posibilidad de la construcción del socialismo en un solo país.

El sucesor de Lenin hace una distinción clara entre lo que es la cuestión del triunfo
del socialismo en un solo país, y lo que es la cuestión del triunfo DEFINITIVO DEL
SOCIALISMO.

Respecto al triunfo del socialismo en un solo país, Stalin dice “Podemos edificar el
socialismo y lo iremos edificando juntamente con el campesinado y bajo la dirección
de la clase obrera”. Y agrega “bajo la dictadura del proletariado se dan en nuestro
país… todas las premisas necesarias para edificar la sociedad socialista completa,
venciendo todas y cada una de las dificultades internas, pues podemos y debemos
vencerlas con nuestras propias fuerzas”.

Con relación a la cuestión del triunfo DEFINITIVO DEL SOCIALISMO, Stalin dice:
“El triunfo definitivo del socialismo es la garantía completa contra las tentativas de
intervención y, por tanto, también de restauración, pues una tentativa de
restauración por poco importante que sea, solo puede producirse con un
considerable apoyo del exterior, con el apoyo del capital exterior, con el apoyo del
capital internacional. Por eso, el apoyo de los obreros de todos los países a nuestra
revolución, y con mayor razón el triunfo de estos obreros, aunque solo sea en unos
cuantos países, es condición indispensable para garantizar plenamente al primer
país victorioso contra las tentativas de intervención y de restauración, es condición
indispensable para el triunfo definitivo del socialismo”.

El trotskismo y sus aliados los zinovievistas no aceptaban la tesis leninista de la


desigualdad del desarrollo capitalista en la época del imperialismo que adquiere
forma de saltos, y catástrofes, con rápidos desplazamientos de unos países por
otros en el mercado mundial, dando lugar a nuevos repartos periódicos del mundo
ya repartido con choques bélicos y desastres militares como los que hoy vive el
mundo.

La construcción victoriosa del socialismo en la URSS hizo añicos la teorización


trotskista sobre la imposibilidad de la construcción del socialismo en un solo país. El
socialismo de Lenin y Stalin en la Unión Soviética, tuvo tal solidez que resistió la
agresión de todo el continente europeo encabezado por el Ejército hitleriano, al que
finalmente derroto en forma aplastante. Así quedó refutada y rebatida en su
integridad la capituladora teoría trotskista de la imposibilidad de construir el
socialismo en un solo país.

2) La revolución permanente.
Esta es la segunda “ideucha” de Trotski, a la que se refiere Lenin. Detengámonos
brevemente en ella. “Las contradicciones - dice Trotski- en la situación del gobierno
obrero en un país atrasado, en el que la mayoría aplastante de la población está
compuesta de campesinos, podrán ser solucionadas solo en el plano internacional,
en la palestra de la revolución mundial del proletariado”.

Este es un resumen apretado de la teoría trotskista sobre la “revolución


permanente.” Dos cuestiones se desprenden del permanentismo trotskista:

a) la imposibilidad de la alianza obrero campesina;

b) el carácter puramente obrero socialista de la revolución en “un país atrasado”, con


población predominantemente campesina.

De aquí que no fuera casual su conocida consigna antibolchevique “sin zar por un
gobierno obrero”, que no puede significar otra cosa que una revolución sin
campesinos, un intento aventurero de saltar por encima del movimiento campesino
sin que se hayan agotado sus posibilidades de ser aliado de la clase obrera en la
etapa democrático burguesa de la revolución, etapa que para el trotskismo no existe,
porque defiende la tesis (de un izquierdismo absurdo) de que en los países
atrasados, la revolución es desde un principio puramente obrera socialista, negando
categóricamente la tesis leninista de la revolución como un proceso ininterrumpido,
en cuyo comienzo cumple objetivos democrático burgueses junto con su aliado el
campesinado.

Ha sido el mismo proceso histórico el que se ha encargado de arrojar al canasto


toda la teorización trotskista. Sin embargo, sus partidarios continúan su vieja lucha
contra el marxismo leninismo, contra la Unión Soviética anterior a la usurpación del
poder del Partido y del Estado por el revisionismo, pero con especial encono contra
STALIN, el que sepultó teóricamente al trotskismo y demostró, con la construcción
victoriosa del socialismo y la derrota del nazi fascismo, toda la falsedad y
podredumbre del trotskismo.

Nos preocupa que algunos trotskista agazapados y otros seudo marxistas, vengan
destilando su veneno antiestalinista desde la revista “Cuba Socialista”. No hay que
olvidar que detrás del antistalinismo se esconde, hoy en día como nunca, el
anticomunismo. Esperamos que los marxistas leninistas cubanos salgan al paso de
los Hardt y la perestrotskista Marta Harnecker. Las Tesis y Resoluciones del Primer
Congreso del Partido Comunista de Cuba tienen plena actualidad y constituyen una
poderosa arma en la lucha ideológica de los marxista-leninistas latinoamericanos
contra la ofensiva reaccionaria, revisionista y trotskista, fomentada y financiada por
el imperialismo. Quien pierde la batalla ideológica, a la postre pierde la batalla
política. Esta es la dolorosa enseñanza que se desprende de la desaparición del
campo socialista. Con el triunfo del revisionismo en la URSS, el socialismo se
encontraba condenado a muerte. NO OLVIDEMOS ESTA AMARGA LECCIÓN.

El trotskismo no es leninismo
1. introducción.

Sirvan estas breves líneas como esquema para patentar algunas diferencias importantes
entre Trotskismo y Leninismo. Existe mucha documentación al respecto de Lenin, Trotsky y
Stalin. No obstante, los trotskistas tratan de presentar a Trotsky como compañero y brazo
derecho de Lenin y a Stalin como un trepa enfermo de avaricia, ávido de poder y capaz de
hacer cualquier cuestión para alcanzar dicho objetivo.

Los trotskistas siempre atacan la figura de Stalin, pero en realidad no atacan a Stalin sino
que reproducen los ataques que Trotsky efectuó contra Lenin, porque en el fondo, como
veremos a continuación, Trotsky y el Trotskismo es enemigo feroz del Leninismo y de Lenin.

2. El trotskismo no es leninismo.

El trotskismo es la negación del leninismo, para ello prestemos atención al desarrollo de los
siguientes tres puntos, en los que comprobaremos la divergencia de principios entre
trotskismo y leninismo.
2. 1. análisis del imperialismo.

“El imperialismo – según definición de Lenin – es el capitalismo en la fase de desarrollo en


que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha
adquirido señalada importancia la exportación de capitales, ha empezado el reparto del
mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de toda la Tierra entre los
países capitalistas más importantes” [1]

La ley fundamental que caracteriza el imperialismo según el análisis leninista es la Ley de


desigualdad del desarrollo económico y político. “La desigualdad del desarrollo económico
y político es una ley absoluta del capitalismo. De aquí se deduce que es posible que la
victoria del socialismo empiece por unos cuantos países capitalistas, o incluso por un solo
país capitalista” [2]

Trotsky confronta a esta ley leninista del desarrollo desigual económico y político su teoría
de la revolución permanente. Lo que hace Trotsky es tergiversar el concepto de Revolución
Permanente de Marx y de Engels –que vivieron en el capitalismo premonopolista - que
consideraban que la Revolución Proletaria podría triunfar únicamente como revolución
simultanea en los países capitalistas más desarrollados. Trotsky, con su teoría de
Revolución Permanente, señalaba que "el triunfo de la revolución socialista es inconcebible
dentro de las fronteras nacionales" [3] y respecto a la URSS afirmaba que "la división
mundial del trabajo, la subordinación de la industria soviética a la técnica extranjera, la
dependencia de las fuerzas productivas de los países avanzados de Europa respecto de las
materias primas asiáticas, hacen imposible la edificación de una sociedad socialista
independiente en ningún país del mundo"[4].

La Historia ha demostrado la certeza de la teoría del desarrollo desigual económico y


político de Lenin y, por consiguiente, ha demostrado errónea la teoría de la Revolución
Permanente de Trotsky que, como hemos visto, niega al leninismo. Por tanto, cuando los
trotskistas atacan a Stalin por traicionar la revolución mundial para mantener un estado de
terror para saciar sus ansias de poder vemos que, en el fondo, lo que hacen es profanar y
negar a Lenin. La URSS o en la actualidad Cuba son ejemplos empíricos que Lenin tenía
razón y que la Revolución Socialista mundial se iniciará por varios países o incluso un solo
país.

2. 2. etapas de la revolución.

Como citamos en el punto anterior, vivimos en la fase de capitalismo monopolista o


imperialismo y, por consiguiente, en la fase de la Revolución Proletaria Mundial. De esta
concepción surge la necesidad de prever y de tener en cuenta las distintas etapas o fases
de la revolución en los distintos países.

Lenin considera que se debe completar una fase para pasar a otra, es pura dialéctica. Así,
partían de un régimen zarista, medieval, y consideraba que los socialdemócratas –así se
llamaban los bolcheviques – debían apoyar una revolución democrático-burguesa, que se
completase dicha fase para, posteriormente, en la medida de las fuerzas del proletariado
con conciencia de clase y organizado, avanzar hacia la revolución socialista. Esto se
visualiza en el siguiente extracto de Lenin:

“Quien comprende verdaderamente cuál es el papel de los campesinos en la revolución rusa


victoriosa, será incapaz de decir que el alcance de la revolución se reduce si la burguesía le
vuelve la espalda, pues, en realidad, la revolución rusa no comenzará a adquirir su
verdadero alcance, no comenzará a adquirir realmente la mayor envergadura posible en la
época de la revolución democrático-burguesa, hasta que la burguesía no le vuelva la
espalda y el elemento revolucionario activo sea la masa campesina, en unión con el
proletariado. Para ser llevada consecuentemente hasta su término, nuestra revolución
democrática debe apoyarse en fuerzas capaces de contrarrestar la inevitable
inconsecuencia de la burguesía (es decir, capaces precisamente de "obligarla a volver la
espalda", lo que temen, en su simplicidad, los partidarios caucasianos de Iskra ).

El proletariado debe llevar a término la revolución democrática, atrayéndose a la masa de


los campesinos, para aplastar por la fuerza la resistencia de la autocracia y paralizar la
inestabilidad de la burguesía. El proletariado debe llevar a cabo la revolución socialista,
atrayéndose a la masa de los elementos semiproletarios de la población, para des trozar
por la fuerza la resistencia de la burguesía y paralizar la inestabilidad de los campesinos y
de la pequeña burguesía. Tales son las tareas del proletariado, que los partidarios de nueva
Iskra conciben de un modo tan estrecho en todos sus razonamientos y resoluciones sobre la
amplitud de la revolución.” [5].

Trotski, contrariamente a Lenin, reflexiona de manera no dialéctica y se “come” etapas o


fases de la Revolución. En los años de la Revolución de 1905 Trotsky daba la consigna de
"Sin Zar, por un gobierno obrero". El Trotsky que agitaba esa consigna formaba el bloque
con los mencheviques desde 1901 hasta 1905. Trotsky repudia la fase democrático-
burguesa, se la salta, como se aprecia cuando afirma "La tendencia de la Internacional
Comunista de imponer actualmente a los pueblos orientales la consigna de la dictadura
democrática, superada hace años por la historia, no puede tener más que un carácter
reaccionario".[6].

La concepción trotskista era, y es, la no distinción de las etapas dentro de la Revolución. La


suya fue una crítica a todos aquellos que plantearan una línea de alianza obrero-campesina
(como la quería primero Lenin y luego Mao, Ho Chi Minh, Fidel Castro y el Che Guevara),
afirmando que renegaban de la lucha por el socialismo.

La historia volvió a dar la razón a Lenin pues primeramente junto con los campesinos se
alzaron contra la monarquía y su sistema semimedieval, configurándose una revolución
democrático-burguesa para, posteriormente, en alianza con los campesinos pobres y los
explotados transformar dicha revolución democrático burguesa en revolución socialista.

2.3. tipo de partido.

El partido según el leninismo es una organización superior de la clase obrera, de cuadros,


de revolucionarios profesionales, es decir, su vanguardia organizada en torno a un objetivo
(la revolución y la instauración de la dictadura del proletariado) y unas tácticas. Trotski,
que ingresó en el partido bolchevique en agosto de 1.917, siempre apoyo la fracción. Esto
que citamos lo explica Lenin de la siguiente forma: "Trotsky representa únicamente sus
vacilaciones personales, y nada más. En 1903 fue menchevique, abandonó el menchevismo
en 1904, volvió al menchevismo en 1905, haciendo gala de una fraseología
ultrarrevolucionaria; en 1906 se apartó de nuevo; a fines de 1906 defendió los acuerdos
electorales con los Kadetes (es decir, de hecho estuvo de nuevo con los mencheviques). Y
en la primavera de 1907, dijo en el Congreso de Londres que divergía de Rosa Luxemburgo
más sobre ´matices individuales de las ideas que sobre tendencias políticas´. Trotsky plagia
hoy los bagajes ideológicos de una fracción, mañana de otra y como consecuencia, se
proclama ubicado por encima de ambas fracciones. En teoría Trotsky no está de acuerdo en
ningún punto con los liquidadores y otzovistas, pero en la práctica está en un todo de
acuerdo con ellos".[7]

Trotsky tenía una concepción espontaneísta sobre el partido, del que podían formar parte
todos "los huelguistas". Una definición que no planteaba fronteras entre la vanguardia y la
masa.

Por consiguiente, ante la concepción leninista de un partido que, abarcando la vanguardia,


tenga mil vínculos con las masas se opone la concepción de Trotsky en la que puede ser
miembro "todo huelguista" o cualquiera que así lo considere oportuno, independientemente
del grado de conciencia de clase, de si es vanguardia, o de si pasaba por allí. Me recuerda
mucho a IU.
3. construcción del socialismo.

3. 1. La paz de brest-litovsk.

El imperio alemán, apoyándose en que Rusia no tenía casi fuerzas armadas, que estaba
construyendo el socialismo sin clase obrera presentó una serie de reclamos territoriales y
económicos. Frente a esto Lenin dijo que había que ganar tiempo. Trotsky fue como
canciller soviético a estas negociaciones, procedió de acuerdo con Lenin durante algún
tiempo, y luego lo desobedeció. No firmó la paz con los alemanes y desmovilizó al ejército.
Esto creó condiciones para que los alemanes avanzaran y la Rusia soviética tuviera que
pagar con más territorio y más dinero, aparte de tener que ceder Ucrania, Finlandia,
Estonia y otros territorios que los alemanes reclamaban. Este hecho implicó que en el VII
Congreso del Partido Trotsky afirmara que era una traición haber firmado la paz de Brest
Litovsk. La oposición "de izquierda" (Trotski-Bujarin) se coaligó contra Lenin-Stalin a
propósito de esta cuestión. Habló de que se traicionado la revolución alemana, entregado
Finlandia, etc. Nuevamente aquí comprobamos un “efecto colateral” o error de la teoría de
la Revolución Permanente y no le preocupó ni rifar el débil estado socialista ni derramar la
sangre de los soviéticos en una contienda donde el estado soviético estaba en desventaja.

Los hechos probaron, y dejaron a Trotski en su sitio, que hubo socialismo durante muchas
décadas. Y que vino la revancha soviética, conducida por Stalin, cuando los ejércitos rusos
llegaron hasta Berlín, en la 2° Guerra Mundial, aplastando al hitlerismo y liberando a media
Europa.

4. leninismo unitario, trotskismo fraccionador

4.1. frente único, frentes antifascistas, frentes populares.

La III Internacional comunista en su VII Congreso de 1935 a iniciativa del camarada búlgaro
Jorge Dimitrov se plantea la necesidad de constituir Frentes Populares o Frentes Únicos
para combatir al fascismo.

En oposición a este planteamiento de la III Internacional, Trotsky dijo en el documento de


la IV Internacional del año 1938: "La primera condición necesaria para la lucha
revolucionaria contra el fascismo es el desenmascaramiento de la teoría y práctica del
Frente Popular". Siempre dividiendo, Trotsky planteaba que para luchar contra el fascismo
había que romper los Frentes Populares.

La historia demostró que los frentes populares sirvieron, y sirven, para luchar contra el
fascismo. Así se probó en España, China, Vietnam o la Europa del Este. Los frentes no sólo
eran antagónicos con el fascismo sino que negaban a Trotsky. Ciertamente, el imperialismo
se benefició con la labor escisionista de los trotskistas y de Trotsky, por ello hoy les
financia.

[1] V.I. Lenin: El imperialismo fase superior del Capitalismo.

[2] V.I. Lenin: Obras Completas, 4ª edición tomo XXI.

[3] Leon Trotsky: Las lecciones principales, qué es la Revolución permanente, tesis
fundamentales.

[4] Leon Trotsky: Las lecciones principales, qué es la Revolución permanente, tesis
fundamentales.

[5] V.I. Lenin: Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, 1905.

[6] Leon Trotsky: La Revolución Permanente.


[7] V.I. Lenin: Contra el Trotskismo

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