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Educar es, ante todo, un arte que se aprende mediante el estudio, la practica supervisada, el entrenamiento y el ejemplo. Sin embargo, educar no es solo un arte, es también una técnica que se aprende, igualmente, mediante el estudio, la practica y el entrenamiento. Educar es, por tanto, un arte, una técnica y un talento y, por eso, el profesional de la educación necesita tener vocación para ejercer la función de educar. Al contrario de lo que creen algunos, ni la educación es una ciencia ni educar es un acto científico.
Título original
Marques Ramiro. Saber educar un arte y una vocación
Educar es, ante todo, un arte que se aprende mediante el estudio, la practica supervisada, el entrenamiento y el ejemplo. Sin embargo, educar no es solo un arte, es también una técnica que se aprende, igualmente, mediante el estudio, la practica y el entrenamiento. Educar es, por tanto, un arte, una técnica y un talento y, por eso, el profesional de la educación necesita tener vocación para ejercer la función de educar. Al contrario de lo que creen algunos, ni la educación es una ciencia ni educar es un acto científico.
Educar es, ante todo, un arte que se aprende mediante el estudio, la practica supervisada, el entrenamiento y el ejemplo. Sin embargo, educar no es solo un arte, es también una técnica que se aprende, igualmente, mediante el estudio, la practica y el entrenamiento. Educar es, por tanto, un arte, una técnica y un talento y, por eso, el profesional de la educación necesita tener vocación para ejercer la función de educar. Al contrario de lo que creen algunos, ni la educación es una ciencia ni educar es un acto científico.