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Las principales conclusiones del autor tienen que ver con que el sistema educacional chileno está

diseñado desde una perspectiva bajo la cual el rol docente por parte del Estado se ausenta y este
desempeño lo asume el mercado.

Históricamente cada intento por regular la educación ha sido fallido en la medida que el sistema
económico siempre en Chile ha sido liberal, y dicho esto cualquier discurso sobre integración,
interculturalidad, multiculturalidad etc. queda en eso: solo un discurso, ya que el sistema no
permite cambios profundos.

Por otra parte el rol docente siempre fue instrumental. Al comienzo en manos de la iglesia donde
la educación estaba solo al alcance del clero, mas adelante con el intento de inclusión de las
oligarquías progresistas y la modernización de la educación, esta se concibe como una función
social necesaria a la colectividad más que en los individuos, interesada en transmitir normas,
doctrinas y conocimientos acordes al contexto de la época. Ya con los gobiernos radicales se
enfocan en una tecnificación de la educación, bajo la proyección del rol de un Estado empresarial
o fabril acorde a la inminente transformación social. Sin embargo en la práctica convivieron dos
modelos educativos: tradicional y experimental. Luego con Frei Montalva si bien sube el
presupuesto a la educación y hay un dinamismo económico interno dirigido por el estado como
agente impulsor que permitió importante reformas como la reforma agraria y la reforma
educacional el cual cambia al profesor docente a un profesor facilitador de la enseñanza sin
escatimar esfuerzos por fomentar la educación, sabemos que esto sufrirá un cambio drástico al
mismo tiempo que ocurren cambios en la situación política del país. Posteriormente para 1995 la
reforma educacional, política modernizadora neoliberal, fragmenta el concepto de identidad
individual en desmedro de las responsabilidades colectivas lo que permite que el Estado derive en
privados el manejo de la educación, de las artes y la cultura, transformándolo en un mercado. El
modelo económico neoliberal según el autor rompe con el pasado y general al actual apatía
política de los jóvenes. A nuestro parecer siempre Chile ha sido un país liberal.

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