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CAFE ARCOIRIS

Nancy suspiró por décima vez. Trabajar en ese kiosco de regalos definitivamente no era para
ella...le servía el horario para poder continuar sus estudios, pero le ponía frenética. Sonrió al ver a
Santiago acercarse, con su aire distraído. Le caía muy bien ese chico, era el mejor amigo que había
logrado desde que se mudara a la capital hacia dos años. Pronto terminarían ambos su carrera de
diseño, cosa que los tenía muy ilusionados. Y además Nancy estaba tranquila estudiando con
Santiago hasta cualquier hora, dado que este era absolutamente gay y no tenía peligro de ser
acosada para tener una relación de otro tipo, cosa que siempre la ponía frenética de los hombres,
el que no tuvieran un mínimo sentido de la palabra amistad.

- ¿Aburrida mujer?

- Uf, no te imaginas cuánto.

- Deberías cambiar de empleo a algo más animado... ¿te animas a ser moza en un café?

- Pues como animarme...era lo que hacía allá en mi ciudad, en la fonda de mi tío.

- Entonces...ve a esta dirección al salir de aquí. Las horas de trabajo son menos, y el sueldo...pues
creo que sea casi el mismo...solo que trabajarías en la noche. Tú piénsalo.

- Mira Santiago...acá estoy de 14 a 22 hrs... Se me va gran parte del día. Mientras pueda ir a la
Escuela en la mañana, está todo muy bien...con lo poco que nos falta sería una pena que no
pudiera terminar.

- Vos vas a terminar la carrera...recuerda que tienes que trabajar conmigo... ¿quién más me
soportaría como socio?

Ambos rieron. Santiago provenía de una familia medianamente acomodada, pero vivía fuera de su
casa desde que les dijera a sus padres que era gay. No tenía un rechazo frontal de los suyos, pero
había notado que se sentían mucho más tranquilos si él estaba lejos de casa. Así que cuando
conoció a Nancy, que estaba sola en la capital, lejos de su familia, se adoptaron mutuamente
como hermanos. Y lo gracioso es que guardaban un cierto parecido ambos más bien petisos,
delgados, claro que Nancy era una chica linda con unos enormes ojos verdes, cabello semi largo
lacio y color miel, una cara interesante...y la mirada...podía ser la más dulce del mundo, como la
más dura si le buscaban guerra. Santiago tenía ojos verdes también, cabello oscuro y cara de
perrito apaleado, él vivía de la generosa pensión que sus padres le daban mensualmente, en tanto
Nancy trabajaba en ese kiosco de regalos del shopping, iba a la Escuela de Diseño en las mañanas y
los fines de semana daba clases de Inglés. De ese modo podía mantener el pequeñísimo
departamento que alquilaba en el centro de la ciudad, ya que prefería tener todo cercano.

- Bueno...entonces...dime como hago.

- Esta noche te espero a la salida y vamos hasta el Café. Allá abren de 20 p.m. a 2 a.m. Te caerá
muy bien Alicia.
- Esperemos que sí.

Al salir del shopping Santiago estaba esperando. El café estaba en la Ciudad Vieja, se llama Café
Arcoíris. Desde que entraron Nancy intuyó que ese no era un lugar común. Estaba prolijamente
decorado, y los parroquianos era en su mayoría mujeres, alguna que otra presencia masculina
pero muy salteada.

Alicia era una mujer de unos cuarenta y pico de años, cabello largo negro, usaba anteojos,
delgada. La otra dueña del bar era Noemí, una pelirroja muy exuberante y bonita. Santiago se
ocupó de las presentaciones:

- Alicia, Noemí...ella es Nancy. Pensé que quizás podrían ponerse de acuerdo por la moza que les
falta.

- Ajá...Noemí...¿es ella del ambiente?.

- No, pero no creo que haya problemas.

Nancy miraba a los tres, mientras en su mente se iba abriendo camino la idea...aquel era un bar
gay. Tuvo ganas de matar a Santiago...pero luego pensó que si el sueldo era bueno, no tenía nada
de malo que fuera un bar de ambiente. Al fin que mientras no se metieran con ella, todo estaba
bien. ¿Acaso no era Santiago quién más la había ayudado desde que llegara a esa ciudad?.

- Tú estás algo loco ¿eh?...traer una Buga a trabajar aquí.

- Es excelente trabajadora... ¿no es eso lo importante acaso?

- Mmm...Veremos. Mira muchacha...este es un bar de ambiente...si te molesta la idea, creo que ni


deberías considerar el trabajo. Si no te molesta...podemos empezar a conversar.

- No me molesta, mientras me respeten no me molesta.

- Buena respuesta - dijo Alicia, sonriendo de un modo particular que Nancy aprendería a conocer
como el modo en que sonreía cuando algo le agradaba. Conversaron sobre horario y sueldo, el
cual era conveniente para Nancy, ya que por menos horario ganaba más que en el kiosco, y
además tenía la posibilidad de ganar propinas. El trabajo no era mucho más cansado que el que
había hecho en la fonda de su tío desde que salió de la adolescencia, así que no le pareció mal.
Acordaron que empezaría el lunes, ya que así le daba tiempo de hablar con el dueño del kiosco
para que consiguiera a otra persona y salir bien de aquel lugar.

La primera semana en el café fue extraña. No era un ambiente malo, a Nancy se le hacía raro
trabajar allí...el bar era más concurrido por mujeres que por chicos, pronto conoció a algunas
parejas establecidas, luego estaban las que venían a buscar alguien para ligar, y las que solo venían
para tomarse algo con las amigas, o las que terminaban la jornada allí. Alicia puso el punto sobre
las ies a las que venían por ligue para que no se metieran con Nancy, y pronto la respetaban.
Algunas veces había alguna insinuación ligera, pero Nancy apreciaba que las mujeres no fueran tan
agresivas como los hombres cuando querían sugerirse. En un par de meses se sentía bien
trabajando en el café, donde las otras la apreciaban aunque a veces la llamaran «Buga», Alicia y
Noemí eran buena patronas, se sentía bien en aquel lugar. Lo que pensaran los demás...bueno,
siempre la había tenido muy sin cuidado lo que pensaran.

De todas las que concurrían al bar la que más le despertaba la curiosidad era Carla (con el tiempo
te aprendes casi todos los nombres de las personas que concurren al bar donde trabajas). Carla
era una mujer de unos 35 años, con cabello largo y negro, ojos azules, extrañamente azules para
su piel morena, bastante alta, con una elegancia notoria, y muchas veces Nancy se preguntaba si
es que ella era gay o solo le gustaba el ambiente del bar. Era muy discreta, por lo general venía los
viernes, se tomaba un Martini o dos y luego se iba a casa. Algunas veces conversaba con otras
mujeres en el bar, pero siempre tenía un aspecto...misterioso. Un día no pudo con su curiosidad y
le preguntó a Alicia:

- ¿Carla esta siempre sola?

- Carla...pues sí. Antes solía venir con su pareja, ahora viene siempre sola.

- ¿Qué pasó con su pareja?

- Se casó. De pronto le dio el ataque hetero y se casó, yéndose a vivir al interior del país.

Nancy miró de nuevo a Carla. Caramba...si ella fuera gay no dejaría nunca a una mujer como
esa....¿qué más podía pedir una mujer lesbiana que tener a semejante belleza a su lado?. Alicia
siguió la mirada de Nancy, mirada que supo reconocer...o a Nancy le atraía Carla, o dejaba de
llamarse Alicia Mengal.

Una noche Carla buscó conversación con Nancy, de modo casual. Era jueves y el bar estaba semi
vacío, quizás por ser fin de mes. Así que Carla se sentó en la barra, ya que las mesas se veían
solitarias y tristes.

- Que solitario esta este lugar hoy.

- Si, esperemos que más tarde se llene - respondió Nancy. Era la primera vez que oía la voz de
Carla. Baja, en un tono dulce...le gustó...se imaginó que sería bonito dejarse envolver por esa voz.
Y después se dijo que trabajar en un bar gay la estaba influenciando mal, caramba...si se estaba
imaginando cosas con una mujer.

- Ya llevas un tiempo aquí... ¿te has acostumbrado al ambiente?

- Sí, no puedo quejarme, es un buen empleo.

- Pero me han dicho que tú no eres del ambiente.

- No, no lo soy...pero necesito el empleo...y creo que sería bastante discriminante que no me
dejaran trabajar aquí por el hecho de no ser gay.
Carla soltó una carcajada que desconcertó a Nancy. Luego se cubrió la boca con las manos, y por
primera vez Nancy vio esas chispas en los ojos azules...y le encantaron.

- Nunca me habían dado una respuesta tan acertada en la vida muchacha...vaya que sí sabes
defender tus puntos de vista...¿cuántos años tienes?.

- 26 años.

- Ajá, una jovencita todavía.

- Pues tú no eres mucho más grande que yo - respondió Nancy...dándose cuenta que estaba
¡¡coqueteando!! Con Carla...no, evidentemente...el trabajar en ese bar la estaba trastornando. Fue
a atender una mesa, y unos minutos después estaba de nuevo hablando con Carla, que sonriendo
le respondió:

- Te llevo casi diez años más que tú mi querida.

- No parece, es decir...no los representas.

- Estoy viejita ya, pero disimulo muy bien.

El bar comenzó a llenarse y no pudieron hablar mucho más. Carla se quedó un rato más,
marchándose temprano como siempre. Nancy sintió que su curiosidad por ella aumentaba. Así
que le preguntó a Santiago si la conocía. Santiago le contó que Carla tenía una peluquería muy fina
en el centro de la ciudad, la cual trabajaba con dos empleados, que le iba muy bien en ese
negocio. También le comentó lo mismo que Alicia sobre su ex pareja, que la mujer se había casado
yéndose a vivir al interior del país, y que desde entonces Carla no había tenido otra historia. Le
preguntó a Santiago cómo era la ex de Carla...a lo cual su amigo respondió riendo:

- Caramba Nancy...si no supiera que no eres gay...juraría que esa mujer te está gustando.

- Vamos Santiago, no seas tonto.

- Yo que tú tendría cuidado de hacer esas preguntas en el bar...pareciera que te interesa, y


entonces tendrías una lista de candidatas...porque a más de una la tienes con los dientes largos
por allá.

- Mira que sos guarango.

La curiosidad de Nancy se vio satisfecha pocos días después, cuando Carla olvidó su agenda en el
bar. Al cerrar encontró esa libreta de tapas azules, y la abrió no por curiosidad, sino para
identificar de quién era. En la primera página estaban los datos: Carla Bonti, la dirección de la
peluquería y el número de celular. Y en la solapa de cuero la foto...Carla con una mujer...más alta
aún que ella, cabello largo y rojo...no podía ver bien el color de ojos, quizás verdes...una sonrisa
que no le gustó a Nancy, que ya venía predispuesta en negativo contra la ex de Carla. Aunque tuvo
que reconocer que era bonita. Y que tenía un muy lindo cuerpo.
Llamó al celular de Carla, quién le agradeció el guardar la libreta hasta el día siguiente, en que ella
iría al bar. Nancy le respondió que no había problemas, solo que ella llegaría más tarde porque
daban su último examen en la Escuela de Diseño. Carla respondió que estaba bien.

Ese día Nancy obtuvo su título en Diseño, al igual que Santiago al salvar con éxito el último
examen. Cuando llegó al Café se preocupó al notar que estaba preparado como para un festejo...y
justo ella llegando tarde. Entro muy rápido, pero Alicia la detuvo en la puerta del vestidor.

- No te pongas la casaca.

- Pero Alicia....tú sabías que hoy yo llegaría más tarde.

- Sí, mujer...pero aquí las chicas no quieren que trabajes hoy...no todos los días recibe una un
título...así que hoy es día de festejo. Noemí y yo nos bastaremos en el bar.

Se emocionó un poco...más que un poco, bastante. No tenía familia en la ciudad, solo a Santiago
que estaba ahí con su sonrisa pícara, seguramente él les había informado a sus jefas de su exitoso
examen. Muchas de las habitúes del café estaban allí y la felicitaron, alguna hasta le dio algún
obsequio. Alicia y Noemí le sirvieron una cerveza que apuró, más por sentirse extrañamente
contenta que porque le gustara beber.

Carla llegó en el medio del tumulto, cuando Nancy estaba rodeada de gente que le felicitaba.
Espero a que las cosas se calmaran y se acercó a ella. Se sentó en la misma mesa.

- Te felicito Nancy... imagino que estarás muy emocionada.

- Sí, lo estoy...me ha sido difícil poder mantenerme aquí en la ciudad para estudiar, pero lo he
logrado...estoy muy contenta.

- Tu familia estará muy orgullosa.

- Bueno...no tengo mucha familia. Solo un tío. Le llamaré mañana, creo que le gustará saber esto.

- ¿Estás sola en la ciudad?

- Pues sí...bueno, tengo a Santiago...toma, aquí tienes tu agenda - dijo Nancy, mientras terminaba
de revolver su bolso para encontrar la agenda de Carla. Cuando Carla la tomó las manos de ambas
se rozaron, y Nancy se perdió en la profunda mirada azul de Carla. El instante pareció durar una
eternidad, hasta que Carla retiró su mano para guardar la agenda en su cartera.

Alicia puso otra cerveza delante de Nancy, quién la tomó casi sin respiro, mas por ocultar el
nerviosismo que ese roce de manos le había producido que por otra causa. La música comenzó a
sonar, al parecer las chicas estaban decididas que eso fuera un verdadero festejo. Algunas
empezaron a bailar, y una vino a invitar a Carla, quién extrañamente aceptó. Nancy la vio ir hacia
el lugar destinado a bailar....y una sorda rabia la invadió. Caramba, nunca antes había sentido la
mordida de los celos...porque eso tenía que ser, celos, de verla con esa otra que bien sabía ella
que solo venía a ligar al café. ¿Por qué diablos Carla aceptaba bailar con ella? Santiago se acercó a
invitarla a bailar y aceptó, tratando deliberadamente de quedar cerca de Marla y Carla. Marla se
acercaba mucho más de lo necesario a Carla, y estaba usando sus artes de seducción que Nancy le
había visto desplegar tantas veces antes....no podía creer que Carla estuviera cayendo en un juego
tan obvio. Se deshizo de Santiago y se acercó a ellas. Toco el hombro de Carla, quién la miró
sorprendida.

- Baila conmigo.

- ¿Qué dices Nancy?

- Anda, baila conmigo...la homenajeada soy yo, así que puedo elegir con quién bailar.

Marla de eclipsó del lugar. Carla y Nancy quedaron solas, frente a frente, porque Santiago también
había desaparecido. Carla sonrió...había usado un truco muy obvio para saber si esas miradas de
Nancy eran por algo más que curiosidad, y había resultado. Ahora era ella quién se sentía
nerviosa... ¿cómo seguía esa historia?

- Creo que será mejor que vayamos a una mesa....trabajas aquí ¿recuerdas?...y no eres del
ambiente. Si bailamos ahora no sería bueno.

- Vayamos a una mesa entonces, pero no bailes con Marla.

Se dirigieron a una mesa cercana y se ubicaron una frente a la otra. La mirada azul de Carla
enredada en la mirada verde de Nancy, descubriéndose en otro aspecto. Alguien puso un trago
frente a Nancy, quién tomó un sorbo para tomar coraje y decirle.

- Porque tú no eres como Marla, y no me gusta verte con ella.

- ¿Y cómo crees que soy yo?.

- Una mujer tierna...muy dulce....alguien que no está para el ligue fácil...una mujer con quién
quedarse, con quién construir una historia...

Carla estaba halagada oyendo a Nancy...pero preocupada porque estaba tomando demasiado
rápido ese trago, que se sumaba a las cervezas que ya traía encima. No se podía confiar en las
palabras de una mujer que estaba tomando, era algo que estaba en la tapa del libro...pero era tan
bonito oírla. Hacía tanto tiempo que no se expresaban de esa forma sobre su persona. Tenía ganas
de acariciar a Nancy, aun olvidando que no era del ambiente, ganas de conquistarla....sin embargo
no en esas condiciones, no estando Nancy alcoholizada. Así que decidió hacer lo más correcto.

- Espérame un minuto aquí Nancy...tengo que preguntarle algo a Alicia, y regreso.

Fue hasta la barra donde Alicia y Noemí se afanaban en atender a las clientas, que con el ambiente
de fiesta estaban consumiendo más que de costumbre.

- Alicia...¿sabes dónde vive Nancy?.


- No...vino con Santiago, él sabe...

- Pero no lo veo a él....

Recorrieron el lugar con la mirada. Santiago no estaba por ninguna parte. Alicia miró a Carla.

- Pues no sé dónde vive...sabes que no me fijo mucho en esas cosas....mientras me cumplan con el
trabajo...

- De acuerdo...es que está algo alegre y me preocupa como volverá a casa.

- Ah, no te preocupes, sabe cuidarse bien esa niña.

Carla meneo la cabeza y regresó a la mesa. Nancy tenía otro trago delante, y un par de mujeres
que no gozaban de la simpatía de Carla dándole conversación. Así que decidió que era hora de
ponerle un alto a toda esa historia. Se acercó a la mesa donde estaba Nancy y de un modo muy
amable comento.

- Bueno niñas...a volar de aquí.

Las otras se alejaron, conocían lo firme que podía ser Carla si se lo proponía. Carla tomó la mochila
de Nancy y le dijo.

- Te llevo a casa...

Cuando Nancy respondió a esta frase con una risita tonta, Carla supo que estaban en problemas.
Tomo a Nancy del brazo y le hizo levantarse, saliendo ambas a la calle. La llevó hasta su auto,
donde la hizo subir, subió ella, se volvió y le preguntó:

- Anda Nancy, deja de bromear... ¿dónde vives?

- No me acuerdo - respondió Nancy entre risitas tontas. Comenzaba a sentirse realmente mal...y se
le confundían los pensamientos. Era la primera curda de su vida, y estaba avergonzada que fuera
justamente Carla quién la estuviera sacando del Café en ese estado.

Carla meneo la cabeza y encendió el motor del auto. No quedaba otra solución más que llevarla a
su casa...no podía dejarla en la calle en ese estado. En pocos minutos estaban entrando a su
departamento, dejó la mochila en la sala y la cargó hasta el dormitorio. Nancy ya venía más
dormida que despierta, riendo y diciendo muchas tonterías.

- Mujer... no sabes cómo me gustas....

- Claro, claro....

- No, no...En serio me gustas....yo no soy como ustedes...pero me gustassssss....

- Ya, ya, cálmate - le decía Carla, mientras le quitaba la blusa y la tendía en la cama. Le quito los
jeans y los zapatos, dejándola tendida sobre su cama solo con la ropa interior puesta...ropa
interior blanca que por cierto se le veía más que bien. La observó unos minutos...hacía mucho
tiempo que no tenía una mujer en su cama...claro que era la primera vez que tenía a una en esas
condiciones se dijo a sí misma, sonriendo. Nancy la miraba, con los ojos semi cerrados, a punto de
dormirse. Le acaricio el cabello con ternura.

- Duérmete ya, deja de hablar....mañana veremos si cacareas tanto como ahora.

- Carla....

- Shhhh...Duérmete - dijo Carla en voz baja, mientras continuaba acariciándole la cara y el cabello.
Pocos segundos después Nancy dormía profundamente, y Carla se preguntaba qué papel estaba
jugando ahora. ¿La protectora? Le gustaba Nancy...ahora que la veía semi desnuda en su cama
tenía que aceptarlo. Le estaba gustando casi desde que la vio, pero no quiso ni pensarlo porque
Alicia le había dicho que la muchacha no era lesbiana, así que no quería ilusionarse en vano...y sin
embargo ahora Nancy le decía todas esas cosas y actuaba de ese modo tan extraño...casi, casi
como si estuviera enamorada de ella. Ni siquiera Milka, su ex, se había comportado tan
celosamente con ella. Le halagaba mucho...y también le daba mucho miedo, miedo que Nancy
solo estuviera confundida, y que las copas le hubieran hecho actuar de ese modo.

Se quedó largo rato mirando a Nancy mientras dormía, hasta que el sueño le venció y se fue a
dormir al sofá de la sala.

Se despertó con la casa inundaba de aroma a café....se estiró, semi dormida, sin comprender muy
bien cómo podía haber ese aroma tan rico en su casa. Se levantó y fue hasta la cocina. Vio a Nancy
preparando café, y poniendo pan a tostar, con el cabello húmedo y solo con la blusa puesta, sin
usar los jeans. Le gustó mucho la escena... más de lo que se atrevió a confesar ante sí misma.
Nancy se volvió y le sonrió, poniéndose al mismo tiempo colorada.

- Buenos días.

- Buenos días, Nancy... ¿dormiste bien?

- Sí...muy bien...perdona las molestias que te he ocasionado...no siempre me emborracho para


festejar cuando me recibo.

- No te preocupes, imagino que no.

Se miraron en silencio...y de nuevo Carla vio esa expresión en los ojos de Nancy. Lo que Carla no
sabía es que Nancy llevaba un buen rato levantada, que se había quedado viéndola dormir en el
sofá de la sala, con las frazadas corridas, que la había observado, que hasta le había acariciado
suavemente el cabello, sintiéndose llena de ternura hacia ella. Nunca antes una persona había
cuidado de Nancy de ese modo. Y seguía antojándosele tan atractiva Carla...más mientras dormía,
con la boca entreabierta y los senos subiendo y bajando rítmicamente...hasta jugueteo con la
curva de los senos, sintiéndose muy extraña.
- ¿Sigues pensando como ayer a la noche? - preguntó Carla, muy cerca de Nancy. Ella elevó la
mirada, perdiéndose en esa mirada azul.

- ¿Sobre qué cosa?

- Hmmm, veo que no recuerdas nada....

- Si es sobre que eres una mujer muy tierna...sigo pensándolo...

- ¿Y lo demás?

- Me gustas Carla...no sé por qué, ni como ha sucedido...pero me gustas - respondió Nancy en voz
baja...las bocas estaban muy cerca...y Carla besó muy tiernamente a Nancy, apenas rozándole los
labios, pero fue suficiente para que una corriente las recorriera a ambas. Carla cerró los ojos y dejó
los labios entreabiertos...y Nancy no pudo menos que besarla nuevamente, esta vez
profundizando el beso, mientras rodeaba la cintura de Nancy con sus brazos. Esta pasó los brazos
detrás de la nuca de Carla, atrapándola para hacer de aquel beso una experiencia como hacía
mucho tiempo ninguna de las dos sentía. El llamado del deseo invadió a Nancy, que no quería
pensar que estaba sintiéndose así en brazos de una mujer, sino que solo quería hacer que Carla no
se arrepintiera de estarla besando. Así que solo mantuvo los ojos cerrados y continuo besando a
Carla en el cuello, suavemente, deliberadamente lento, mientras iba siguiendo lo que
sentía...haciendo lo que le gustaría que le hicieran a ella.

- Nancy...si no te detienes...no respondo por mi cordura...me gustas bonita...pero tú no eres...

- Shhhh - dijo Nancy, poniendo un dedo frente a la boca de Carla - no rompas este momento....yo
no sé qué soy...solo deseo estar contigo...

Fue demasiado aun para una persona tan centrada como Carla. Tomó a Nancy de la mano y la
llevó hasta el dormitorio. Le desprendió la camisa, y la hizo caer al suelo deslizándola por los
hombros de la muchacha...disfrutando de verla caer, viendo de nuevo el cuerpo solo cubierto por
la ropa interior...con el aliciente de que ahora Nancy la miraba con deseo. Nancy tiró de la remera
que Carla traía puesta, quitándosela, viéndola por primera vez solo con la ropa interior de color
bordó que hacía resaltar el cuerpo moreno, con rotundas curvas. Estiraron las manos la una hacia
la otra, recorriéndose con la punta de los dedos, en una caricia de reconocimiento...antes de darse
otro beso profundo, tomadas de las manos.

- Me gustas mucho Nancy...me has gustado casi desde que te vi...

- Y por ahí a mí me paso lo mismo, solo que no me di cuenta...hasta anoche en que te vi con
Marla... y quise sacarte de su lado...

- Hermosa...

Nancy quería seguir...así que desprendió el soutien de Carla, para dejar al aire los senos firmes y
redondos...Carla la miraba sorprendida...Nancy no se comportaba como una mujer
inexperimentada...sin embargo nunca la había visto ligar con otra...cuando la boca de Nancy
atrapó su pezón izquierdo dio un largo suspiro...esas caricias le encantaban, y hacía mucho tiempo
que no las disfrutaba. Nancy alternaba un seno con el otro, chupándolos con dedicación y
delicadeza, hasta que estos aumentaron de tamaño y los pezones sobresalían erectos. Para
entonces las manos de Nancy masajeaban las nalgas de Carla, mientras se dedicaba a besar todo el
vientre, alrededor del ombligo, que lamio suavemente en círculos.

- ¿Te gusta?

- Mujer... más que gustarme...me estas enloqueciendo....

- Disculpa si hago algo que no te guste.... ¿sí? - dijo Nancy, mientras la tendía en la cama...no sabía
muy bien cómo seguir, así que iba a actuar más por instinto ahora que por conocimientos. Bajó el
calzón de Carla hasta tirarlo a los pies de la cama, dejando al descubierto el sexo depilado de su
compañera, con apenas una matita de pelo oscuro que era más simbólica que otra cosa. Vio por
primera vez el sexo de una mujer, un sexo que no era el suyo...un sexo hinchado, de labios
grandes, que ya estaba húmedo...había provocado la calentura de Carla y ahora tenía que
satisfacerla. Se tendió casi sobre Carla, mientras ponía una mano sobre el sexo caliente y húmedo
de la mujer...para proceder a masajear lentamente el clítoris, que pudo reconocer fácilmente al
tacto al estar tan hinchado por causa de la excitación. Mientras besaba a Carla en el cuello,
masajeaba lentamente el clítoris, bajando hasta la entrada de la vagina, logrando que la zona se
pusiera aún más húmeda y caliente...Carla gemía y se movía apretándose contra su mano...y por
puro instinto supo que era hora de hacer algo más. Introdujo dos dedos dentro de la vagina de
Carla, moviéndolos rápidamente, empujándolos con su propio cuerpo...Carla se retorcía de placer
debajo de ella, que no quería dejar de moverse...porque tenía que confesar que ver gozar a Carla
la estaba poniendo a ella muy pero muy excitada. Si eso era el amor entre mujeres....se había
estado perdiendo algo muy bueno todos esos años.

El orgasmo que tuvo Carla fue intenso...durante varios segundos las paredes vaginales se
contrajeron y expandieron sin que ella lo pudiera controlar...Nancy dejó los dedos dentro, quietos,
sin saber muy bien si debía continuar moviéndose o solo dejarlos allí...los quitó cuando Carla se
quedó quieta. Segundos después sintió los brazos de Carla rodearla, levantó la cara y se encontró
con los labios, volviendo a besarse ambas con intensidad.

- Estuviste maravillosa mi novata...maravillosa...creo que ahora es mi turno...solo relájate y


déjame hacer...

La tendió suavemente sobre las espaldas mientras hablaba. Nancy apoyó la cabeza sobre la
almohada...no tenía idea de las intenciones de Carla....solo sabía que la deseaba, y que el haberle
hecho el amor la había puesto más que excitada. Carla comenzó a cubrirla con besos, desde el
cuello, bajando por los senos donde se detuvo, luego por el vientre, hasta llegar a la zona púbica.
El vello de Nancy en esa zona era muy ralo, y de color miel...Carla se entretuvo lamiendo la cara
interior de los muslos, cosa que excito aún más Nancy, a quién nunca le habían excitado de esa
manera tan suave. Cuando sintió la lengua de Carla hurgando en las cercanías de su vagina levanto
la cabeza para verla....por un momento la mirada azul y la mirada color miel se cruzaron, y lo que
vio en los ojos de Nancy llevó a Carla a desear que la muchacha tuviera la mejor experiencia sexual
de su vida. Comenzó a lamer de arriba a abajo, prestando especial atención al clítoris, con lo que
Nancy empezó a subir y bajar las caderas, sintiéndose excitadísima, segregando abundantes jugos
que empapaban la salida de la vagina...Carla metió la lengua dentro, penetrando, excitandola,
recorriéndola...podía sentir la tensión de los músculos vaginales...la cercanía del
orgasmo....cuando intuyó que casi se desencadenaba atrapó con su boca el clítoris de Nancy,
chapándolo con fuerza...Nancy se vino con un gritito, en medio de espasmos...fue tan largo que
pensó que no se terminaría. Suspiró y se quedó mirando al techo, mientras sentía a Carla subiendo
hasta llegar a ella, besándola por todo el cuerpo...la acogió en sus brazos, Carla descansó la cabeza
en su hombro y se mantuvieron en silencio por unos minutos, respirando fuertemente.

- ¿Sigues pensando que te gusto?

- Carla...ahora no solo me gustas...quiero que construyamos una historia juntas...nuestra


historia...es decir si me aceptas.

- Claro que acepto mi querida...claro que acepto...

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