Lic. Juan M.

Maldonado Rocha

Le temía.
No fueron sus ojos y tampoco su sonrisa
No fue su brillar ni su sensibilidad
Solo fue viendo su cabello acariciando su espalda
Como la reconocí en un parpadear

Dentro de la oscuridad temía el suceso

Encontrarla no era mi deseo
Ambivalentes sensaciones y emociones
Emprendieron un gran vuelo

Es un mártir ver a quien te ha lastimado

A quien todavía no se ha olvidado
El destino es poderoso y solo tuvo un objetivo
Que hoy viniera a abrir mis ojos

La temperatura bajó en consideración

El cuerpo temblaba sin cesar
La agonía quería gobernar el cuerpo
Pero no fue su momento

El destino no fue cruel al final del día

Se comportó como un amigo solidario
Aunque era lo que más temía
Ha abierto heridas que aún no habían cerrado

Triste y cruel realidad que envenenan

Que matan a inocentes indefensos
Noche triste que no es sangrienta
Noche de insomnio y reflexión profunda

Vamos destino ¿Qué me has preparado?

Has violado mis defensas intelectuales
Mis pasos de levantamiento me has robado
Ahora somos unos tristes miserables