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Fabulas

- La zorra y los racimos de uvas

Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos
racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca.

Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó diciéndose:

-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !

Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar.

El águila y los gallos

Dos gallos reñían por la preferencia de las gallinas; y al fin uno puso en fuga al otro.

Resignadamente se retiró el vencido a un matorral, ocultándose allí. En cambio el


vencedor orgulloso se subió a una tapia alta dándose a cantar con gran estruendo.

Mas no tardó un águila en caerle y raptarlo. Desde entonces el gallo que había perdido la
riña se quedo con todo el gallinero.

A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate.

La zorra y la serpiente

Se encontraba una higuera a la orilla de un camino, y una zorra vio junto a ella una
serpiente dormida.

Envidiando aquel cuerpo tan largo, y pensando en que podría igualarlo, se echó la zorra a
tierra al lado de la serpiente e intentó estirarse cuanto pudo. Tanto esfuerzo hizo, hasta
que al fin, por vanidosa, se reventó.

No imites a los más grandes, si aún no tienes las condiciones para hacerlo.
El sol y las ranas

Llegó el verano y se celebraban las bodas del Sol.


Regocijábanse todos los animales del acontecimiento, faltando poco para que también las
ranas fueran de la partida; pero una de ellas exclamó:

-¡Insensatas! ¿Qué motivo tenéis para regocijaros? Ahora que es él solo, seca todos los
pantanos; si toma mujer y tiene un hijo como él ¿qué nos quedará por sufrir?

Antes de celebrar un acontecimiento, primero ve sus futuras consecuencias.

- Los ríos y el mar


Se juntaron los ríos para quejarse ante el mar diciéndole:
-¿Por qué si nosotros te entregamos agua dulce y potable, haces tal trabajo, que
conviertes nuestras aguas en saladas e imposibles de beber?
El mar, percibiendo que querían echarle la culpa del asunto, dijo:
- Por favor, dejen de darme agua y entonces ya no volverán a salarse sus aguas.

Antes de culpar a otros, fíjate primero si no eres el verdadero culpable.


Leyenda de la Tatuana

Apareció en mitad de la plaza del pueblo como quien planta un árbol y espera que
de fruto al instante. Erguida hasta la arrogancia, saludable y en ademán de invitar
a la cata del fruto prohibido. Dijeron que había llegado en barco sin que pudiera
afirmarse que lo vieron arribar en playa o puerto alguno.
Corrían los tiempos de la Inquisición y su temible brazo castigador conseguía
vadear las aguas del Atlántico sin perder nada de su lava destructora, cuando la
mujer más hermosa a la que accediera mirada humana se presentó bajo el
nombre de Tatuana.
Apenas transcurridos unos meses, y sin que tampoco nadie pudiera explicar de
dónde salieran los dineros, montó casa. Y era casa de postín y mucha juerga por
la que no hubo hombre maduro ni joven que no se dejara caer , cuando menos,
alguna nochecita.
El tiempo pasaba y los adoquines se embriagaban noche y día de chillones
atuendos coronados por generosos escotes.
Todos sabían y callaban, hasta que llegó el día en que la Tatuana celebraba fiesta
de aniversario de la feliz inauguración de su casa cuando con mandado de la
Inquisición vinieron a buscarla y a prenderla.
“Y de qué se me acusa” quiso saber. La respuesta sólo llegó tras varios días de
encierro al conducirla ante el Tribunal . Se le acusaba de bruja por haber
hechizado a todos los hombre s de la localidad, amén de muchos extranjeros de
paso.
No tuvo defensa ni tortura pues la condena fue inmediata: moriría quemada viva.
La Tatuana, aún espléndidamente ataviada de fiesta en la víspera de su
ajusticiamiento, miró desde lo más profundo de sus negros ojos a los de su
carcelero y le rogó que le concediera un último deseo: un carbón para dibujar.
Por la mañana vinieron a buscarla para conducirla hasta la pira. En uno de los
muros, con trazo firme y algo infantil, se veía navegando y alejándose un velero
como el que decían que la había traído alas costas de América, el catre aún
caliente y la celda vacía.
LA LEYENDA DE LAS SIRENAS

Según la mitología griega las sirenas eran criaturas fantásticas con la mitad del
cuerpo en forma de pájaro y la otra mitad de mujer. Eran compañeras de Perséfone
y al ser raptada ésta por Hades, no lograron salvarla por lo que en venganza la
madre de Perséfone, la diosa Deméter, las transformó en un hibrido, mitad mujer y
mitad pescado. Vivían en la isla de Artemisa y tenían un canto melódico como el de
los pájaros, sumamente atractivo, seductor, que llamaba la atención de los
marineros, advirtiéndoles de los encantos ocultos del mundo submarino,
engañándolos así para hacerlos caer en su trampa y devorarlos. En la Odisea, el
autor griego Homero relata que cuando el barco de Ulises navegaba frente a la isla
Artemisa, él hizo que toda su tripulación tapara sus oídos con cera para no escuchar
el seductor canto de las sirenas y caer en sus encantos maléficos. En tanto él no
pudo tolerar su curiosidad y planificó una estrategia, se ató al mástil del barco y
ordenó que no lo dejaran soltarse por nada. Ante esta frustración las sirenas se
tiraron al mar ahogándose.

Segua / siguanaba

Hay varias leyendas de la Segua, siguanaba o siguamota una de ellas cuenta que
es una joven muy linda, que persigue a los hombres mujeriegos para castigarlos.

Se aparece de pronto en el camino pidiendo que el 'caballero' la lleve en su a su


destino, pues va para algun lugar cercano. Y dicen que ningún hombre se resiste a
su ruego.

Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va atrás hace que el


hombre la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella.
Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos
dientes muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro a su victima.
Otras leyendas cuentan que son varias. Y no faltan ancianos que aseguren que
cuando ellos eran jóvenes atraparon a una. Pero que una vez atrapada y hecha
prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente no encontraron el
cadáver, sino solamente un montón cáscaras de plátano.
Sombrerón
El sombrero es conocido con diversos nombres: Tzipitío, Tzipe, Duende o Tzitzimite.
Viste de negro con un cinturón brillante. Usa sombrero de ala ancha y botas con
tacones que hace ruido al andar. Es un espíritu juguetón. Se sube a los caballos y
le hace en la cola y en las crines que cuesta mucho deshacer. Los caballos se
quedan tan ariscos que no dejan que las personas en acerquen. Al sombrerón le
agrada perseguir y molestar a las mujeres de pelo largo y ojos grandes. Si le gusto
la patoja, no la deja ni a sol ni a sombra: se le aparecen las noches cuando esta
dormida y después de enredarle el pelo, le baila y le canta con su guitarra. A las
horas de comida le echa tierra en el plato, por eso la patoja de adelgaza, pues no la
deja comer ni dormir.

Casi siempre sale mal parado en sus lances amorosos. Es un espíritu domestico
que se mantiene en las casas de las personas que persigue. Su oficio es divertirse
con el espanto que causa a sus amores y con la persecución asidua de todas las
bellas mujeres de quienes se prenda.

La Llorona

La Llorona es una de las leyendas con más fuerza en nuestro país. Hoy día su presencia
sigue causando tanto pavor como hace siglos. La gente del pueblo no duda en afirmar su
existencia e incluso los más instruidos temen objetar algo ante quien afirma haberla visto,
pues está tan imbuida en el pensar del guatemalteco que forma parte misma de su
existencia y se le otorga el carácter de realidad. Tenemos un gran número de versiones
sobre su presencia y lo que la obliga a lanzar ayes lastimeros por la noche, pero lo que
nadie puede negar es que ha trascendido las barreras del espacio y el tiempo hasta llegar
a ser parte de la idiosincrasia de un pueblo. Es lo cotidiano de lo sobrenatural y la
representación de la desesperanza. Una mujer, envuelta en un flotante vestido blanco y con
el rostro cubierto con velo levísimo que revoleaba en torno suyo al fino soplo del viento,
cruzaba con lentitud parsimoniosa por varias calles y plazas de la ciudad, unas noches por
unas, y otras, por distintas; alzaba los brazos con desesperada angustia, los retorcía en el
aire y lanzaba aquel trémulo grito que metía pavuras en todos los pechos. Ese
tristísimo ¡ay! mis hijos... Levantábase ondulante y clamoroso en el silencio de la noche, y
luego que se desvanecía con su cohorte de ecos lejanos, se volvían a alzar los gemidos en
la quietud nocturna, y eran tales que desalentaban cualquier osadía.

Así, por una calle y luego por otra, rodeaba las plazas y plazuelas, explayando el raudal de
sus gemidos; y, al final, iba a rematar con el grito más doliente, más cargado de aflicción,
en la Plaza Mayor, toda en quietud y en sombras. Allí se arrodillaba esa mujer misteriosa,
vuelta hacia el oriente; inclinábase como besando el suelo y lloraba con grandes ansias,
poniendo su ignorado dolor en un alarido largo y penetrante; después se iba ya en silencio,
despaciosamente, hasta que llegaba al lago, y en sus orillas se perdía; deshacíase en el
aire como una vaga niebla, o se sumergía en las aguas (…) No sólo por la ciudad de
Santiago de los Caballeros andaba esta mujer extraña, sino que se la veía en varias
ciudades de la Guatemala de antaño.
Atravesaba, blanca y doliente, por los campos solitarios; ante su presencia se espantaba el
ganado, corría a la desbandada como si lo persiguiesen; a lo largo de los caminos llenos
de luna, pasaba su grito; escuchábase su quejumbre lastimera entre el vasto rumor del mar
de los árboles de los bosques; se la miraba cruzar, llena de desesperación, por la aridez de
los cerros, la habían visto echada al pie de las cruces que se alzaban en las montañas y
senderos; caminaba por veredas desviadas, y sentábase en una peña a sollozar; salía
misteriosa de las grutas, de las cuevas en que vivían las feroces animalias del monte;
caminaba lenta por las orillas de los ríos, sumando sus gemidos con el rumor sin fin de las
aguas…

Mitos

Mitos sobre el invierno


Existen muchos mitos alrededor del invierno, el frío y contagiarse de gripe o resfriado.
Lo mas interesante del asunto, es que la mayoría son totalmente falsos. Tomando y
analizando algunos, para ver si son verdaderos o falsos:

 Salir con el pelo mojado o sin chaqueta causa resfriado (FALSO): ¿Cuantas
veces tu mamá te regañó porque salías a la calle sin chaqueta o recién bañado y con el
pelo mojado? En mi caso, muchas veces. Lo que no sabes es que ninguna de estas dos
son causantes de contagiar el resfriado.
 Comer caldo de pollo y verduras ayuda a mejorarnos (VERDADERO): Una
de las cosas que hacen las madres cuando te enfermas es prepararte un gran plato de
sopa de pollo y verduras. Aunque no lo creas, ingerir estos alimentos si ayuda reducir
los síntomas de la gripe y a sentirte mejor.
 El frío hace que la gripe sea mas contagiosa (VERDADERO): Según estudios
realizados, el frío hace que la gripe sea mas contagiosa que lo normal. Esto se debe a
que las bajas temperaturas hacen mas fuerte el virus de dicha enfermedad.
Según expertos, para contagiarse de un resfriado, solo se necesita estar expuesto al
virus que lo causa y que pase nuestro sistema inmune. No afectan otros
factores climáticos.
Mito los dioses de la Muerte
Mictlan, o mejor conocido como el inframundo, es el lugar donde van a parar las almas
de los muertos. Este sitio inmundo es cuidado y gobernado por Mictlantecuhtli y su
esposa Mictecacihuatl. Sin embargo, en la profundidades
del inframundo encontramos también muchos otros diosesque habitan sus regiones.

Entre ellos, encontramos a Ixpuzteque, Tzontemoc, Chalmecacihuatl y muchos


otros. Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl fue la pareja de mas trascendencia en el
inframundo, y cuidan el lugar donde llegan los hombres a 'descansar' después de haber
entregado tus pertenencias mas valiosas a los dioses.

Mictlantecuhtli es descrito por muchos libros como un cuerpo hecho totalmente de


huesos de hombre, una mascara que ocupa toda su cabeza, montando grandes caballos
negros que llevan en sus ojos estelas brillantes. Dicen que son una combinación entre
murciélago, araña y búho.

La Carreta Sin Bueyes

Vivía en un caserío del antiguo San José, pueblo de carretas, gente sencilla y creyencera;
una bruja quien estaba enamorada del más gallardo de los muchachos del pueblo.
El muchacho por su gran apego a su fe cristiana no quería tener nada con ella pero la
bruja valiéndose de artificios, lo logró conquistar y así vivir con él mucho tiempo,
conviertiéndolo en un ser similar a ella. Como se puede notar nadie estaba de acuerdo
con esta unión, mucho menos el cura del pueblo el cual en sus prédicas denunciaba el
hecho, al pasar de los años aquel muchacho, ya mayor, tuvo una enfermedad incurable
y pidió a la bruja que si se moría, le dieran los santos oficios en el templo del lugar.
Al solicitarle al sacerdote la última petición de su amado la bruja recibió la negativa
debido al pecado arrastrado en su vida. La bruja dijo por las buenas o por las malas y al
morir su hombre, "enyugó" los bueyes a la carreta y puso la caja con el cuerpo muerto,
cogió su escoba, su machete y se encaminó al templo.
Los bueyes iban con gran rapidez pero al llegar a la puerta, el sacerdote les dijo "en el
nombre de Dios paren", los animales hicieron caso, más no la bruja la cual blasfemaba
contra lo sagrado. El sacerdote perdonó a los bueyes por haber hecho caso y la bruja, la
carreta y el muerto todavía vagan por el mundo, y algunas noches se oyen las ruedas de
la carreta pasando por las calles de los pueblos arrastrada por la mano peluda del
mismito diablo.
Mito el Galipote
El Galipote es un mito que cuenta la historia de un hombre que hizo un pacto con el
Diablo para venderle su alma y así poder realizar sin temor a la muerte todos sus actos
delictivos. Se dice que en el pacto que este realizo dentro de las condiciones se
encuentran que solo puede ser asesinado por el padre de la iglesia con su pistola a lo
cual este procedió a matar al padre con la misma pistola. El Galipote era una persona
adinerada que quería comprar la vida eterna y por esta razón pacto con el diablo. Se
dice que podía tomar la forma de animales y cosas materiales en el momento que este
deseaba. Tanto así que al ser prófugo de la justicia la policía lo acorralo varias veces y
este se transformaba en objetos para escapar. Todavía en estos tiempos se dice que por
algunas de sus fincas y propiedades se pueden escuchar gritos y disturbios en las
noches, respondiendo esto a los pactos satánicos que este realizaba en cada uno de
estos lugares. El Galipote es un mito que lleno de terror y miedo en los años 80 y que
aún se mantiene ese temas de que puedan volver a ver pactos satánicos de esta
magnitud.

La pata de mono

La pata de mono es un cuento de terror escrito por W.W Jacobs en el año de 1902 el
cual narra la historia de un hombre que encuentra una pata de mono que puede cumplir
5 deseos, pero siempre trae con ellos consecuencias nefastas, Por ejemplo, en la
historia, el protagonista pide como primer deseo fortuna pero eso ocasiona que uno de
sus familiares muera de forma trágica Hay quieres afirman que Jacobs se baso en una
leyenda africana para construir este famoso relato. Esta historia ha tenido tanto
impacto que ha tenido muchas apariciones en la actualidad en programas como los
Simpson.
Cuenta la leyenda en la cual presuntamente se basó el libro que un antiguo explorador
la encontró en la selva en un día de excursión y la recogió pensando que podría ser un
amuleto de buena suerte hasta que se dio cuenta de sus verdaderos poderes….

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