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INTRODUCCION
La violencia intrafamiliar es una problemática social que tiene profundas raíces culturales y
cuyos efectos alcanzan a toda la sociedad –y más globalmente a toda la humanidad- Por
tanto la responsabilidad de erradicarla, nos corresponde a todos quienes estamos aquí
presentes: a las y los representantes del gobierno, del poder legislativo y del poder judicial;
a las y los representantes de organismos internacionales, a la sociedad civil y sus
organizaciones, a los medios de comunicación.
Es por ello, que dentro del marco social en el cual nos desarrollamos, el ámbito familiar
tendría que ser el lugar ideal para mejorarnos y superarnos día a día, pero lamentablemente,
no siempre es así. Es en la familia donde nacen y maduran los sentimientos más intensos, y
donde se realizan los aprendizajes sociales básicos.
Físico: Actos que atentan o agreden el cuerpo de la persona tales como empujones,
bofetadas, golpes de puño, golpes de pies, etc.
Psicológico: Actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar, y controlar las
conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a quién se está agrediendo como las
descalificaciones, insultos, control, etc.
Sexual: Imposición de actos de carácter sexual contra la voluntad de la otra persona. Como
por ejemplo exposición a actividades sexuales no deseadas, o la manipulación a través de la
sexualidad.
La violencia intrafamiliar tiene muchas formas de acuerdo a quienes son los que usan la
violencia y hacia quienes se dirige esta violencia, y adquiere distintas formas dependiendo
de qué tipo de maltrato se trate.
VIOLENCIA
INTRA
FAMILIAR MALTRATO INFANTIL FORMAS ACTIVAS Abuso físico
Abuso Emocional
Abuso sexual
FORMAS PASIVAS Abandono físico
Abandono Emocional
NIÑOS TESTIGOS DE VIOLENCIA
VIOLENCIA CONYUGAL MALTRATO HACIA LA MUJER Abuso físico
Abuso emocional
Abuso sexual
Otras formas de abuso (económ.)
VIOLENCIA CRUZADA Abuso físico
Abuso emocional
Abuso sexual
Otras formas de abuso (económico).
MALTRATO HACIA EL HOMBRE Abuso físico
Abuso emocional
Abuso sexual
Otras formas de abuso (económ.).
MALTRATO A ANCIANOS FORMAS ACTIVAS Maltrato físico
Maltrato Emocional
Abuso financiero
FORMAS PASIVAS Abandono físico
Abandono Emocional
Violencia en la Pareja
Violencia Conyugal o Violencia en la Pareja
La violencia intrafamiliar tiene varios tipos de violencia más específica que se pueden
clasificar de acuerdo a las personas de la familia que la viven más directamente.
La violencia conyugal como lo dice su nombre, se refiere al maltrato que ocurre entre los
integrantes de la pareja. Aunque por definición la violencia conyugal implica que los que
viven el problema de violencia, son los integrantes de la pareja, este tipo de maltrato afecta
a toda la familia. Como se señaló los niños o jóvenes, u otros adultos que viven en la casa,
que son espectadores de la violencia entre la pareja son también maltratados. Estos sufren
daños psicológicos por estar constantemente asustados y expuestos a la tensión, y a la
espera de un nuevo episodio de violencia al interior de la pareja, cualquiera sea el tipo de
las agresiones (psicológica, física, sexual o económica).
El maltrato hacia el hombre es mucho menos frecuente, y es difícil detectarlo por factores
culturales: los hombres no se atreven a denunciar que son agredidos por una mujer, sea
física, psicológica o sexualmente. El maltrato más frecuente hacia el hombre es de tipo
psicológico. En cuanto a este aspecto se puede mencionar que dentro del 62% de los
hogares que viven violencia intrafamiliar, el 25% de los casos corresponden a violencia
cruzada (ambos se agreden) y aproximadamente el 2% de los casos a violencia hacia los
hombres, el resto (63%) corresponde a violencia hacia la mujer.
Ciclo de la violencia
La violencia al interior de la pareja se mantiene por que existe un proceso muy especial
llamado ciclo de la violencia, que involucra a ambos y los hace pensar que todo puede
cambiar de la noche a la mañana, aunque esto no tiende a ocurrir así.
Cuando una pareja vive violencia se pude decir que hay períodos de calma en la relación.
Estos períodos pueden durar meses o días, pero lentamente comienzan los desacuerdos, las
peleas, la tensión entre ambos, en que cualquier cosa es mal interpretada por el otro. Poco a
poco las peleas y roces aumentan de volumen hasta que la tensión es tan insoportable que
surge el episodio violento y se producen las grandes agresiones.
Después de ésto viene una calma, como después de la tormenta, pero la tensión y el enojo
siguen. Y a continuación viene la "Luna de miel" en que el agresor (o los agresores) pide
disculpas al agredido y promete realmente de corazón no volver a agredir de ese modo e
intentar cambiar. El agredido, que generalmente ama al otro quiere creer en todas las
promesas de cambio y así se vuelven a reconciliar pasando por un tiempo de pololeo y
regaloneo, muy rico para los dos. En este período se llevan mejor, pero lentamente se tiende
a volver a relacionarse como están acostumbrados, y comienzan nuevamente los roces, las
peleas y la tensión vuelve a aumentar, para llegar nuevamente a un episodio violento y otra
luna de miel, y así nuevamente.
Ambos integrantes de la pareja se ven envueltos en la relación violenta y sienten que no hay
posibilidades de salir de la situación o cambiarla más definitivamente. La relación de amor
que al principio permitía aceptar las situaciones violentas para no perder al otro, comienza a
ser reemplazada por temor y rabia. Así los dos viven un verdadero infierno de
desconfianza, rabia con el otro (por una sensación de desamor o injusticia), temor de perder
al otro, junto con una sensación de rechazo y dudas sobre su amor. Esto confunde y hace
que por lo general los agredidos se sientan culpable de provocar a los agresores y los
agresores también lo pasan muy mal y se sienten culpables, pero no lo admiten frente al
otro.
Por lo general tanto los que maltratan como los maltratados sufren problemas de angustia,
tensión, pena, rabia y desesperación, teniendo a veces síntomas físicos que muestran lo mal
que se sienten psicológicamente por vivir en una relación de pareja violenta. Existe en
ellos, la mayor parte de las veces, una especie de sensación de "ni contigo, ni sin ti" que
quiere decir que no se puede imaginar una vida sin el otro, pero la vida actual con la pareja
los hace muy infelices.
Por otra parte el resto de la familia también vive las consecuencias de la violencia al
interior de la pareja. Además de la tensión, el dolor de ver a sus seres queridos hacerse
daño, y el tener que muchas veces tomar partido por uno o por otro, son las cosas que más
afectan a los niños u otras personas que conforman la familia.
Los niños que viven en hogares violentos tienen dificultades para relacionarse con otros
niños y hacer amigos, tienden a bajar su rendimiento o a tener problemas de conducta,
suelen ser agresivos y a demostrar su rabia (que a diario viven en sus hogares) en todas
partes.
Lamentablemente los niños que se ven expuestos a modelos de padres que resuelven los
problemas con la fuerza y la violencia, tienden a hacer lo mismo en la escuela, con los
amigos, y aprenden que éste es un modo útil de lograr que los demás hagan lo que ellos
quieren. Por otra parte los que no aceptan la agresión por que no les gusta o por que no va
con su modo de ser, aprenden el temor y aceptar las agresiones de los otros como una forma
de sobrevivir a los conflictos.
Es muy típico ver a los hijos de las parejas que viven violencia entre ellos, tomar partido
por uno o por otro de los padres, formando verdaderos bandos en la familia. Además el ser
partidario de uno u otro de los integrantes de la pareja, tiene como efecto sentir culpa por
no poder demostrarle al otro que igual se lo quiere. Incluso hay niños y jóvenes que
terminan aislándose y alejándose de ambos para no ser desleal con ninguno. estos niños
tienden a deprimirse y a tener problemas en la escuela, se ponen distraídos y solitarios.
A veces el que es agredido logra tener a todos los hijos de su parte y el agresor es visto
como el malvado de la película. En estos casos los hijos pasan a ser verdaderos confidentes
y esposos substitutos para el agredido. Ello genera mucha rabia en el agresor que se ve
desplazado de su lugar y reemplazado en parte por este hijo o hija. Esto tiende a acentuar
los conflictos al interior de la pareja, a aumentar los celos, la rabia y hacer más graves los
episodios violentos. Cuando los hijos son jóvenes o adultos pueden jugar un rol de árbitros
o evitar las agresiones físicas amenazando con agredir ellos al maltratador. Sin embargo
esto no siempre resulta conveniente ya que el agresor puede ser aún más destructivo con el
otro en ausencia del hijo mediador.
Estas alianzas con hijos más grandes también complican al agredido ya que el hijo aliado lo
presiona a definir la situación, que tanto cuesta enfrentar (sea esta solución la separación o
un apoyo de especialistas). A veces esto pone a la familia frente a más angustia, pero a
veces puede ser una buena excusa para pedir ayuda para resolverla como familia. Además
un hijo que ha sido aliado de la víctima de violencia no quiere volver a un rol de simple
hijo, ya que siente que él ya es adulto, y ha visto las debilidades de sus padres. Cuesta
mucho poder re - ordenar a las familias y lograr que los hijos vuelvan a ocupar su lugar de
hijos, aún cuando ya se haya resuelto el problema de la violencia conyugal.
Es importante destacar que a veces un hijo con problemas puede ser una puerta abierta para
pedir ayuda y salir de una relación violenta.
Este tipo de violencia intrafamiliar consiste, como su nombre lo dice, en la agresión a niños
o ancianos. Las agresiones pueden ser de diferentes tipos: física, psicológica, sexual y
económica. Los niños y los ancianos requieren de ciertos cuidados y apoyos por parte de
los adultos. El no brindar este cuidado es también un modo de maltrato, y el abandonarlos
es una forma de provocarles daño.
En este tipo de maltrato, la persona que agrede está en una situación de ventaja física con
los niños o ancianos, y además tiene el deber de darles ciertos cuidados y atenciones, para
mantener su bienestar físico.
La mayor parte de las agresiones a niños y ancianos tienen relación con las dificultades que
tienen quienes deben cuidarlos, para hacer bien su rol. Entonces usan la fuerza, y el castigo
para lograr que los niños o ancianos hagan lo que ellos esperan(que les hagan caso,
controlen sus necesidades, coman la comida, u otras funciones relacionadas con el cuidado
diario que ellos requieren).
En un estudio hecho por la UNICEF en chile, se detectó que quienes más maltratan a los
niños, son por lo general las mujeres. Estas son habitualmente las encargadas de la crianza
de los niños y son ellas las que deben enfrentar a diario la relación con los niños y cumplir
bien con sus tareas de madre y dueña de casa. Ellas además se encuentran habitualmente
sobrepasadas de responsabilidades. Sin embargo los maltratos más violentos y destructivos
provienen de los hombres, ellos son también los responsables de los casos de abuso sexual.
Este último aspecto constituye el tema de una cartilla aparte sobre el tema, ya que tiene
características distintas y efectos muy particulares en los que la viven por lo que se tocará
muy superficialmente aquí.
En nuestro país seis de cada diez niños son maltratados o agredidos (SENAME). Al igual
que en el caso de la violencia conyugal el tema del maltrato hacia los niños no es culpa solo
del maltratador, este problema se da en familias que viven dificultades de relación entre
ellos y se usa la fuerza como una alternativa para resolver una situación que se hace
inmanejable. En ningún caso el agredir a otro es una forma eficiente para lograr que el otro
aprenda. Y aunque tradicionalmente se piensa que el golpe o la descalificación pública
pueden ser efectivos para evitar que un niño haga algo, esto tiene consecuencias más graves
de lo que se piensa.
A veces los padres hacen uso del castigo físico en situaciones puntuales. Esto no puede ser
llamado maltrato infantil, pero hay que decir que el castigo físico no es ni tan eficiente, ni
tan inofensivo como parece.
Un niño que ve que su padre o madre le pega, pensará que pegar es una conducta que es útil
para corregir al otro, y es probable que la use frente a sus compañeros o amigos. Además
tiene poco efecto en eliminar conductas que se quieren evitar, ya que solo garantiza que el
niño no haga "lo incorrecto" delante del padre o persona que castiga, pero puede hacerla
cuando esté en otra parte o cargo de otras personas.
Además el castigo físico o la descalificación tiene también efectos en la imagen que el niño
tienen de si mismo. Así un niño que es llamado tonto o que se siente "malo" se sentirá mal
consigo mismo, aunque esto no se le diga siempre sino solo a veces.
Existe también el maltrato pasivo o abandono de los niños, que implica no hacerse cargo de
ellos y dejar que cada uno se las arregle como puede. Un ejemplo patente de este tipo de
actitud son los niños dejados en hogares de menores, prácticamente abandonados, con
mínimas visitas por parte de familiares, o "los niños de la calle" que aprenden a sobrevivir
por sí mismos a edades muy tempranas, transgrediendo la ley y prostituyéndose para
comer. El abandono es más frecuente aún cuando se trata de niños con limitaciones físicas
o intelectuales, que los transforman en verdaderos "cachos" para los padres.
Otro empleo de abandono y maltrato pasivo son los niños desnutridos y el famoso "niño del
cajón", la guagua dejada de lado y que pasa acostada en un cajoncito de madera por meses
y hasta años, sin ninguna estimulación para su desarrollo. Esto trae daños en su capacidad
de aprender y en su inteligencia. Este síndrome era típico en las poblaciones hace unos
años, antes que existiera el control de niño sano en nuestro país, que actualmente detecta
estos aspectos antes de entregar la leche a la madre.
¿Qué comportamientos son considerados como abuso sexual hacia niños, niñas o
adolescentes?
• Tocar, acariciar, rozar o fregar el cuerpo y/o los genitales de un niño,niña o adolescente
con intención de excitar y satisfacer sexualmente al adulto.
• Hacer que un niño, niña o adolescente toque los genitales u otras partes
del cuerpo del adulto.
• Violación.
Comete violación el que accede carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona
mayor de 14 años, en alguno de los siguientes casos: cuando se usa la fuerza o
intimidación; cuando la víctima se halla privada de sentido, o cuando se aprovecha su
incapacidad para oponer resistencia; y cuando se abusa de la enajenación o trastorno mental
de la víctima. (Art. 361 Código Penal.)
El que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona menor de 14
años, será castigado con presidio mayor en cualquiera de sus grados, aunque no concurra
circunstancia alguna de las enumeradas en el artículo anterior. (Art. 362 Código Penal)
• Incesto.
El que, conociendo las relaciones que lo ligan, cometiere incesto con un ascendiente o
descendiente por consanguinidad o con un hermano consanguíneo. (Art. 375 Código Penal)
• Estupro.
El que accediere carnalmente, por vía vaginal, anal o bucal, a una persona menor de edad
pero mayor de 14 años, concurriendo cualquiera de las siguientes circunstancias: cuando se
abusa de una anomalía o perturbación mental, aún transitoria, de la víctima que por su
menor entidad no sea constitutiva de enajenación o trastorno; cuando se abusa de una
relación de dependencia de la víctima, como en los casos en que el agresor está encargado
de su custodia, educación o cuidado, o tiene con ella una relación laboral; cuando se abusa
del grave desamparo en que se encuentra la víctima; cuando se engaña a la víctima
abusando de su inexperiencia o ignorancia sexual.(Art. 363 Código Penal)
• Sodomía.
El que accediere carnalmente a un menor de 18 años de su mismo sexo, sin que medien las
circunstancias de los delitos de violación o estupro.
(Art. 365)
• Abuso sexual:
El que abusivamente realizare una acción sexual distinta del acceso carnal, con una
persona mayor de 14 años, será castigado con presidio menor en su grado máximo, cuando
el abuso consistiere en la concurrencia de alguna de las circunstancias enumeradas en el
artículo 361.
El que realizare una acción sexual distinta del acceso carnal con una persona menor de 14
años de edad.
Para los efectos de los tres artículos anteriores, se entenderá por acción sexual cualquier
acto de significación sexual y de relevancia realizado mediante contacto corporal con la
víctima, o que haya afectado los genitales, el ano o la boca de la víctima, aun cuando no
hubiere contacto corporal con ella. (Art. 365 bis; 366; 366 bis; 366 ter.)
El que, sin realizar una acción sexual en los términos anteriores, para procurar su
excitación sexual o la excitación sexual de otro realizare acciones de significación sexual
ante una persona menor de 14 años la hiciere ver o escuchar material pornográfico o
presenciar espectáculos del mismo carácter.
Si, para el mismo fin de procurar su excitación sexual o la excitación sexual de otro,
determinare a una persona menor de 14 años a realizar acciones designificación sexual
delante suyo o de otro, la pena será de presidio menor en su grado máximo.
Con iguales penas se sancionará a quien realice alguna de las conductas escritas en los
incisos anteriores con una persona menor de edad pero mayor de 14 años, concurriendo
cualquiera de las circunstancias del numerando 1º del artículo 361 o de las enumeradas en
el artículo 363.
• Prostitución infantil:
• Pornografía infantil:
Para los efectos de este artículo y del artículo 374 bis, se entenderá por material
pornográfico en cuya elaboración hubieren sido utilizados menores de 18 años, toda
representación de éstos dedicados a actividades sexuales explicitas, reales o simuladas, o
toda representación de sus partes genitales con fines primordialmente sexuales.
Abuso Sexual
En el 95.4 % de los ingresos la causa fue abuso sexual y en el 5.6% maltrato físico grave.
El daño puede ser grave si es que se trata de un maltrato constante y habitual, y el maltrato
se transforma en "la forma" en que el adulto a cargo del niño se relaciona con él.
Por lo general los malos tratos hacia los niños provienen de padres (padre o madre o
ambos) que no son capaces de manejar a los niños, y de fijar normas claras y mantenerlas
en el tiempo. Una de las características de las familias que maltratan a los niños es que no
son capaces de "rayar la cancha" (fijar las reglas del juego en la convivencia familiar) a los
niños, y cómo no tienen la autoridad suficiente para validarse frente a ellos recurren a los
gritos, los golpes y las descalificaciones. Por lo general se trata de padres muy permisivos,
que se ven sobrepasados por los niños. Los niños necesitan sentir la seguridad de ciertas
normas y reglas, y cuando no las tienen presionan a los padres para que ellos los "paren" y
les fijen ciertas normas básicas. La mayor parte de las veces los padres no se dan cuenta
que bastaría con ponerse firmes y fijar éstas reglas o límites a los niños, y terminan
aguantando tanto, que explotan y comienzan los golpes, descalificaciones y gritos.
Al igual que en los casos de violencia conyugal, los agresores, en este caso los padres o
personas a cargo de la crianza de los niños, se sienten muy culpables por haber explotado
tan fuerte frente al niño, y sienten que su reacción fue desmedida frente al hecho puntual
que lo provocó. Por eso tienden a pedirles disculpas o compensarlos dándoles manga ancha
en todo, hasta que nuevamente se ven sobrepasados y explotan nuevamente. Finalmente lo
que era más importante nunca cambia, por que no se raya la cancha a los niños, debido a la
culpa que el agresor siente al haber maltratado al niño, y tampoco se le logra dar al niño la
seguridad que necesitaba. Un padre que golpea y luego pide disculpas y jura que no lo va a
volver a hacer, pierde credibilidad frente al niño. Pedir disculpas tendría sentido si se
pudiera conversar sobre lo que se espera del niño y fijar reglas para la próxima vez, y así no
tener que usar la violencia para corregirlo.
Existen familias que viven violencia conyugal y que como consecuencia de la constante
discordia y desacuerdo entre los padres, se maltrata a los niños, cómo desquite frente al otro
o descarga de la rabia y tensión. Cuando hay violencia cruzada los padres son incapaces de
ponerse de acuerdo entre ellos, frente a cómo criar a los hijos, y además se descalifican uno
a otro, levantándole a los niños los castigos que el otro fijó. Así usan a los niños para pelear
entre ellos y los que reciben finalmente la descarga de rabia suelen ser los pequeños. Sin
embargo estos no son los casos más frecuentes de maltrato a los niños. Además las familias
que viven bajo mucho estress (por problemas económicos graves, muerte de algún
miembro, violencia intrafamiliar muy severa, o vivir en constante peligro en barrios
peligrosos, entre otros) tienden a agredirse mutuamente y habitualmente es más fácil que la
tensión se descargue frente a los niños, que con un adulto que puede tener una reacción más
violenta de vuelta.
El maltrato hacia los ancianos es producto de una deformación en nuestra cultura, que
siente que lo viejo es inservible e inútil. De una u otra manera los viejos son sentidos como
estorbos, y como una carga que se debe llevar a cuestas, además de la familia que hay que
sostener.
Por ello son generalmente abandonados, segregados y enviados a otros lugares: casa de
reposo, si hay presupuesto, a la casa de otros parientes o simplemente se los abandona y
deja solos , en un momento en que requieren de apoyo y asistencia por parte de los más
jóvenes. Por eso no es de extrañar que el tipo más frecuente de maltrato sea el abandono y
la falta de cuidados.
Otro de los abusos frecuentes es el abuso financiero que consiste en adueñarse de los
dineros de los adultos mayores y de sus bienes, sin su autorización o aprovechándose de la
falta de capacidad de ellos para hacerse cargo de estos bienes. Muchos adultos mayores
están tan deteriorados en su inteligencia y memoria que aceptan que sus parientes o hijos
manejen sus cosas, y generalmente éstos tienden a sacar provecho para sí mismos sin
considerar a los ancianos en estos planes.
Frecuentemente los agresores tienden a estar muy sobrecargados con las otras tareas (ser
madre, dueña de casa, buen proveedor económico o buen esposo(a)) y el tener que hacerse
cargo además de un viejo que se pone difícil o ni es capaz de comunicarse o escucharlos, es
la gota que rebalsa el vaso y los hace explotar.
El efecto más frecuente del maltrato de los ancianos es la depresión y la baja de las
defensas, trayendo con ello más enfermedades, envejecimiento más rápido y el deseo de
morir. Un anciano deprimido tiende a morirse más rápido. Al dolor de sentirse día a día
más viejo e inútil en muchos aspectos físicos, los ancianos maltratados deben agregar la
pena de sentirse un estorbo al cual a nadie le importa o más bien desearían borrar. Esto es
motivo de gran pena que no pueden sacar ni expresarla por que serían más rechazados aún.
Así se van deprimiendo y enfermando paulatinamente, perdiendo el interés por vivir.
La violencia hacia los ancianos es casi un fenómeno invisible ya que los adultos mayores
son incapaces de denunciar los abusos, ya que al miedo y la depresión se le suma la
incapacidad de moverse por si mismo y pedir ayuda a otras personas que pudieran creerles
y hacerles de apoyo para una denuncia.
Artículo 5°: “Será constitutivo de Violencia Intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o
la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del
ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por
afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o
de su cónyuge o de su actual conviviente”.
En lo Penal:
Delitos que afectan la vida e integridad física de los adultos mayores Código Penal.
La norma reemplazará a la actual Ley N° 19.325 Por La Ley 20.066 sobre violencia
intrafamiliar, modificará el Código Penal, la Ley N° 18.216 (sobre cumplimiento de
penas) y la Ley N° 19.968 (creación de Tribunales de Familia) y pretende sancionar y
erradicar este tipo de agresiones, al tiempo que da mayor protección a las víctimas.
Maltrato habitual: Se crea el delito de "maltrato habitual" (lo habitual se determinará por el
número de actos de violencia y su proximidad en tiempo), con una sanción penal de
presidio de 61 a 540 días de cárcel.
Los casos serán vistos por los Tribunales de Familia y los Tribunales en lo Penal: Los
Tribunales de Familia verán los casos en que no exista lesión física; en caso contrario será
tema de un Tribunal Penal. En ambos casos se establecerá un procedimiento expedito de
carácter oral con todas las medidas de protección a las víctimas que correspondan.
Protección para las víctimas: Los tribunales podrán decretar medidas de protección para las
víctimas con la sola denuncia, es decir, sin esperar a que el Ministerio Público formalice
una investigación. Aquí entran en juego las llamadas "situaciones de riesgo", como que el
agresor cometa actos de intimidación contra la víctima, tenga antecedentes de drogadicción
y alcoholismo, condenas judiciales o antecedentes psiquiátricos.
Más sanciones: Los Tribunales de Familia podrán imponer multas de entre ½ a 15 unidades
tributarias mensuales, dinero que irá en beneficio de programas regionales del domicilio de
la víctima, específicamente a los centros de atención de víctimas de violencia intrafamiliar.
Al mismo tiempo el juez podrá decretar otras medidas accesorias como obligar al agresor a
abandonar el hogar que comparte con la víctima; prohibirle acercarse a la víctima o a su
domicilio, lugar de trabajo o estudio; hacerlo asistir a programas terapéuticos, y prohibirle
tener armas de fuego.
Registro de agresores: El Registro Civil deberá llevar una lista de personas que hayan sido
condenadas por violencia intrafamiliar.
Entre otras,
Los jueces conocerán, conjuntamente, los diversos asuntos que una a ambas partes sometan
a consideración. Existen tres tipos de procedimiento en los Juzgados de Familia:
Restringida : el juez de familia sólo podrá someter el asunto a esta forma de solución
colaborativa, en caso que :
El denunciado o demandado reconozca ante el tribunal los hechos que motivan la denuncia.
Existan antecedentes que permitan creer que el agresor no volverá a hacerlo.
Se hayan establecido y aceptado por las partes obligaciones specíficas y determinada
respecto de sus relaciones de familia.
El juez deberá ser asesorado por uno o más miembros del consejo técnico, asegurándose
que las partes estén en capacidad para negociar libremente y en un plano de igualdad.
El Ministerio Público sólo puede proceder si el Tribunal de Familia remite los antecedentes.
Medidas cautelares: Art. 92 de la Ley de T. de Familia y Art. 7 de la ley de VIF.
También puede aplicar medidas accesorias, sin perjuicio de las sanciones principales y
accesorias que correspondan por el delito.
Condiciones para la suspensión del procedimiento: medidas accesorias y 238 CPP.
Objetivos
Objetivos Estratégicos
Sus objetivos estratégicos son, en primer lugar, contribuir a la incorporación de las mujeres
al proceso de desarrollo económico y productivo del país, a través de la coordinación de
acciones tendientes a facilitar su acceso y mejorar sus condiciones de trabajo.
En segundo lugar, está el promover la participación social y política de las mujeres a través
del desarrollo de acciones tendientes a fomentar su acceso a cargos de decisión, a favorecer
su liderazgo y facilitar el pleno ejercicio de sus derechos.
También promueve reformas legales, medidas y acciones que contribuyan al pleno ejercicio
de los derechos de las mujeres.
En forma paralela a todas las acciones anteriores, este Servicio contribuye a la superación
de la pobreza de las mujeres y sus familias, a través de la coordinación con políticas
gubernamentales sobre la materia y el desarrollo de programas específicos.
MUJER
ANTECEDENTES SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Durante las dos últimas décadas las distintas expresiones de este tipo de violencia
comienzan a ser concebidas como una violación a los derechos humanos. El derecho a la
vida, el derecho a la libertad y la seguridad, el derecho a verse libre de toda forma de
discriminación, el derecho a no ser sometida a tortura, ni a tratos o penas crueles,
inhumanas o degradantes, sólo por señalar algunos, son violados cuando las mujeres sufren
violencia tanto dentro como fuera de la familia. El principio en que se fundamenta la
Declaración Universal de Derechos Humanos, “Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos”, en muchos lugares del mundo no llega a ser reconocido
para las mujeres, ni respetado en aquellas sociedades donde es proclamado
constitucionalmente.
Según este mismo informe, en el continente asiático es donde esta situación alcanza los
niveles más dramáticos, por la violencia hasta la muerte de las menores y la prostitución
obligada de miles de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes.
En países como India y Pakistán los asesinatos que tienen el fin de “limpiar el honor de la
familia”, son otra dramática expresión de la violencia hacia las mujeres. En Africa,
anualmente mueren o quedan estériles miles de niñas que son sometidas a actos rituales de
mutilación genital.
No podemos olvidar, sin embargo, que una de las expresiones más habituales de la
violencia que se ejerce sobre el género femenino es la que se da en su entorno más cercano,
particularmente la que ejercen sobre ellas sus parejas (Cónyuges, convivientes, novios),
mediante los malos tratos, los golpes, las amenazas, la agresión verbal, el encierro o
confinamiento doméstico y el ejercicio de la fuerza en las relaciones sexuales, llegando a
casos extremos de amenazas de muerte y homicidios. Al respecto, un informe de la
Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002) sobre Violencia en el Mundo establece que
en el caso del 70% de las mujeres asesinadas, los homicidas fueron sus parejas o ex parejas.
La violencia y abusos que experimentan las mujeres pueden ser reales, un intento de, o bien
una amenaza y pueden expresarse de muchas maneras, como por ejemplo que sean
empujadas, golpeadas, acuchilladas, quemadas, estranguladas y/o sofocadas, pateadas,
escaldadas, punzadas, abusadas, ignoradas, humilladas, aisladas de la familia y amigos,
violadas (vaginalmente, vía anal u oralmente), agredidas sexualmente utilizando
implementos, forzadas u obligadas a realizar actos sexuales no deseados, forzadas a
embarazarse, forzadas a abortar o a una esterilización, o impedidas de abortar o
esterilizarse, prostituidas, comprometidas con o en pornografía, mantenidas bajo privación
financiera (con poco dinero, que tomen su dinero, hacer que se endeuden constantemente)
torturadas psicológicamente (se les impida dormir, que pasen hambre, que deban vestirse
como el hombre determine, constantemente criticadas, sometidas a celos y a una
posesividad extremos, que les destruyan su propiedad y pertenencias personales).
La vida con un compañero violento puede generar impactos de corto y largo plazo sobre las
mujeres, tanto en el ámbito físico, como en el social, emocional y psicológico. Aparte del
daño físico obvio, la violencia intrafamiliar genera baja en la autoestima, pérdida de
confianza en sí misma y en los demás, aislamiento, destrucción del ego, depresión,
tendencia al suicidio.
Los efectos de la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar alcanzan también a sus
hijos e hijas, ya sea porque son también víctimas directas de los malos tratos o porque son
víctimas indirectas en la medida que son testigos de la violencia sufrida por sus madres.
Porque la violencia hacia las mujeres es una trágica epidemia que devasta la vida de niñas,
mujeres y ancianas, rompe familias y comunidades, es una barrera para el desarrollo de las
naciones y en definitiva nos hace menos humanos, requerimos el compromiso de toda la
sociedad para no ejercerla, no permitirla, no justificarla
FEMICIDIO EN CHILE
Conceptos básicos
primera vez en “Femicide: the politics of woman killing” publicado en 1994 por Diana
Russell y Jull Radfor, “Asesinato de mujeres por razones asociadas a su género”, puede
tomar dos formas:
• Femicidio íntimo, asesinatos cometidos por hombres con quien la víctima tenía o tuvo una
relación de intimidad familiar, afectiva o de convivencia o afín a estas condiciones.
Legislación
intrafamiliar; pero luego es el código penal el que define el delito de femicidio, bajo el tipo
penal del parricidio, homicidio o infanticidio.
Además en el aspecto legislativo es importante destacar que en el plano internacional, Chile
no se ha mantenido al margen de la situación, demostrado su voluntad y compromiso con el
tema, ratificando dos tratados:
• Actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la
mujer.
• Establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida
a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso
efectivo a tales procedimientos.
pertinente sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la violencia contra la mujer con
el fin de avaluar la eficacia de las medidas para prevenir, sancionar y eliminar la violencia
contra la mujer y de formular y aplicar los cambios necesarios .
Sobre este último punto -protección-, es posible inferir que actualmente son insuficientes
los mecanismos o acciones que eviten la muerte de mujeres en el contexto de la violencia
intrafamiliar, dificultad que se puede apreciar en relación a que el fenómeno ocurre
intramuros, desde esta perspectiva, cobran relevancia las iniciativas de prevención.
Considerando que el Femicidio se define como los homicidios a mujeres por razones de
género, el presente informe se enmarcan fundamentalmente en el ámbito de la violencia de
pareja (marido o conviviente) y ex pareja. En este sentido, corresponde hacer algunas
aclaraciones:
- Sobre aquellas muertes que la relación sentimental que une a la víctima con
violencia intrafamiliar, en este sentido, consideramos los siguientes vínculos como criterios
para determinar el “contexto del hecho”, a saber:
etc.).
En este sentido, cabe destacar, que a pesar que la zona central del país representa un 57%
de los femicidios ocurridos en el año 2006, las regiones de Magallanes y Aysén tienen las
mayores tasas de denuncias por violencia intrafamiliar, en comparación a la metropolitana,
que está cercana al promedio nacional.
Violencia de la madre y del padre hacia los hijos según nivel socio-económico. Cifras
comparativas chile 1994-2006.