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av cle Siege \#asn kde La picardia del venezolano o el triunfo de Tio Conejo LITUS © La picardia del reperolinoe el trtnl del Tie Geeta. 008 © De ram edition: 2008. Eciinorial Sancillama S.A. Avenida Romabs Gallegos, Eeit: Puli, pine t Spector Monnectiatn, Hbofrit, Careeas, 1071, Venennets Una evliseeial del Gimp Santitians qise edit em Aeepcnuca. boinaa. Colombia. Coma Rxa.itiit. Lemeor. Inpada EE VL. Mewes, Pro ‘Pevroagp, Parris Riko, Sisto Trocainge, Uruguay, Venrsucte TSP: APR OTT Dyas legal IEA (sete crea y cubbevta: Myriam Langue Husiranién dle eubiertac Fernanile Becicnis \Comrercitin de eike Kestinis Hancamante Hille a eangn dé Marts Vieni Beneyra Srvc “Tink os recog corrode, Tana pblicarhin we prde ser nepreducda.ni-en undo a 6h pane, ed ecyhirad 0 vramilils per un abwne dy rocuperiida deltas om Rimgpuiia firma os por niacin medion, wa miceinice, fosoquimins, electrécite. por forceps, S.cualquier mtr, sin ef jerry parevbcs pane etial ice de La exttcoriad Ani padre, Carlos Caprites Ayata, cuya posi por lr lecture J fa exerdtiera wne enesetiis gece, mais erie de! pasayero trranjer del hombre de acid, das ideers gueerriten, todiavee, li prmibilicdoel de la transfirmacién, ie TL rr INDICE PREFACIO, DEL HEROE AL ANTIHEROE |... La locura heroica ... Un pais en estado de pos ry De lo solemme a 10 Prosaico...e serene 47 El reino de Tio Come]... een 56 La PICARESCA ESPANOLA El péndulo entre los opuestos : El antidoto de Ja intolerancia.......c cee 78 Lo ESPECIFICO ESPANOL. EL SIGNIFICADO DE LA PICARESCA PARA AMERICA wisersrseeeees F] truhan come paliz De la sombra a la luz... nh VI EL ARQUETIPO DEL TRICKSTER ( BELLACO, EMBAUGADOR) ..... a LOFT Flexibilidad hermética 110 El espiritu del desorde: L14 Salvador y diablo... eo Ls VIL. La VERTIENTE AFRICANA DEL ARQUETIPO 125 La inversién del orden 2.1.0.0... 129 VILLEL PICARO EN VENEZUELA! BL INDIVIDUALISMO ANARQUICO 5.40 137 De la flexibilidad a la rigicde 139 La viveza funcional........... 142 Fl candillo sagaz . 144 La celebracién de la chispay y ‘eli ingenio.. 152 Personalismo y anarquia 154 En la proximidad del n 166 E! péndulo de deseq y compensacion -- 168 EXS NOTAS ssnssstserseeseseer Donde hay euchne exuelas de nifios, y maestros que swendan concions diet —aungue, como digo, ninguna cluded, ville wi luger se escape en todo ef mumeto— et on Sroille, de los que se embarcan fama pasar le mar, que der mais dieting, como sf fuera de tanto peso y unlumwe que se Adsense nfo deundir ef nawio cone elas, ast las dejan en sus casas oa vies Auespedles, que tos guarten husta ka vuelta. Y si después las cobran, gune para mf es ema dificulloss, por ser tierra larga, donde no se Hens tania cuenta com las coms, bien. ¥ si mo, tampovo se tes da por ells macho si alld se quedin, meas, Por esto en aquella ciudad anda ba conctencier sntwacta ale das que se bie dejaron 9 mo vodmeron por ella, GzaiN bi ALeaacree, 1, T PREFACIO else muchos anos, para ser pi ssen 1982, hice un pequeno ejercicio de investigacién social inspira- do en cl experimento de asociacién de palabras. Le pregunté a todos los venezolanos que vivian y esta ban a mi aleance en la ciudad de Ziirich, oa los que circunstancialmente pasaron por ella: :qué era lo contrarie a un picaro? La muestra fue, obviamente, muy pequena (zcuantos venezolanos cscogen vivir an sélo Gitorce person Is PespUes- tas; sin embargo, me parecieron significativas. La mayoria de los sujetos interrogados respondieron en la misma direccion: «un pendejo», «un bolsi», alguien a quien le falta chispa», «un pajtio», «un faevon, «un bobo», «un tipo quedado-. Contraste el resultado preguntando lo mismo a catorce sui- zos de sexo, edad y nivel econdémico mas 0 menos equivalentes. Las respuestas fueron totalmente di- ferentes: «un caballero», «an hombre honorable», ouna persona virtuosa», «sincero», «honrado». Aun- que el ntimero de encuestados haya sido tan redu- cido, una muestra ciertamente insignificante y sin i La recaMnis oo. WeNtoean ont rar Be The Cemenper ningun valor estadistico, reacciones tan dispares no podian sine sugerirme dos sistemas valorativos en funcién de los cuales la picardia se percibe desde Opticas muy diferentes, dos formas de ver cl mun- do o perspectivas culturales divergentes, dos estilos de consciencia, Muchos anos después, de vuelta en Venezuela, repeti el ejercicio, pero en lugar de solicitar aso- ciaciones por contraste, busqué asociaciones por identidad o similitud. Pregunte: aque es para ti un picaro? Las respuestas, en su mayoria, reflejaban la misma actirud que las del aho 1982: «un tipo simpiitico», «pilas», «divertido», «picante», «que sabe aprovecharse de la situacién», «que le saca provecho a todo», «lanzado», «audaz». Reprodu- je el experimento en diversas oportunidades, con alumnos de la universidad, con profesionales en seminarios privados, con amigos y, salvo contacdas excepciones, una mayoria significativa de las aso- ciaciones mostraba una valoracién positiva de la picardia. Casi nunca aparecia la acepcion caste- Ilana de esta como accién baja y vil, como bella- Durante anos pensé, sin intentar mayor diferenciacién, que los resultados encontrados en Venezuela respondian a un estilo de vida frecuente en América Latina y lo enmar- qué dentro del comin estereotipo que contrasta la relajada informalidad y el desparpajo de los la- tinoamericanos con la rigidez y la formalidad de los sajones del norte. Sin embargo, con ocasién de un seminario que dicté en Ciudad de México en el ano 2006, tuve la oportunidad de repetir el iz Auer, Capamies M. ejercicio. Al preguniar, de nuevo, :qué es lo con- trario a un picaro?, los mexicanos respondicron: «integro», «austero», «confiable», «recto», «sere- no», «honesto»,. Tan solo algunos incluyeron una tonalidad levemente negativa diciendo: «soso», ecuadrado», «rigido». La experiencia mexicana me hizo pensar que si bien el picaro de un arquetipo universal con especial presencia en la cultura latina e hispanoamericana, ciertas ci cunstancias lo habian acentuado y magnificado en lasociedad venezolana hasta convertirlo en uno de sus principales protagonistas. La preponderancia y el prestigio del picaro marcan de manera importante el tono afectivo de nuestro diario vivir. Ello no significa, sin embargo, que su area de influencia esté confinada a nuestras fromteras. El picaro es un producto histérico, la ex- presion particular de un personaje general que en. Ouas Reogr Ss {parece con mayor o menor fuerza como el embaucador, el tramposo o el enganador. Toda la cultura hispanica de la cuenca del Caribe i icularmente sensible a su influjo. De alli, la resonancia emocional y ¢l comin denomi- nador de ciertos rasgos que comparlimos con mu- chos pueblos antillanos. Reptiblica Dominicana cuenta, por ejemplo, con un personaje popular tipico muy cercano al picaro que encarna la perso- nalidad intrinseca del dominicano: el tiguere. Sur- gido de abajo, dgil en los rejuegos que le permiten recorrer el laberinto ¢ supervivencia, el tiguere es un ser que vive al ritmo de su astucia y se mueve en los limites entre lo permisible y lo condenable, La PICAEDIA neE. VISEZOLANO O FE.TEIEMIO BE TLO CONN Acostumbrado a la improvisacidn, indiferente a le- yes € ideales, slo busca salir bien parado y sacarle provecho a cualquier siwacién. El tiguere domi- nicano tiene formas explicitas y diferenciadas. Su comportamiento ha sido claramente identificado, Existe, inclusive, una clasificacién del tiguere, un deslinde dentro de las semejanzas segiin sus matices y peculiaridades conductuales. La tradicién popu- lar distingue, al menos, seis tipos: el tiguere gallo, el tiguere cinturita, el tiguere ranquiao, el tiguere bimbin, el tiguere ayantoso y el tiguere aguajero. En Venezuela, la psicologia picaresca no iene una expresion tan diferenciada. Su aparicién es mis difusa e impregna la sociedad de otra manera. El picaro, sin embargo, aunque no tenga una cara o un nombre preciso como en la Reptiblica Do- minicana, ¢s una figura contumaz que esta det de nuestra particular manera de vivir en los limi- tes de la transgresion, de nuestro hosco rechazo a las normas generales y leyes abstractas, de nuestra informalidad y refrescante flexibilidad. Todos los pueblos incuban y formulan imagenes primordia- les en las que se reflejan, personajes emblematicos que los representan. El «vivo», el «pdjaro bravoe y cl «avispado» son caracteres proverbiales de la identidad venezolana, entranables personajes co- tidianos, personificaciones de la efusividad, Ia habilidad y Ja destreza. Si hay un rasgo o atribu- to. reiteradamente usudo como estereouipo para describir algo substancial del vivir venezolano, ese es la viveza criolla. Basta realizar algiin tramite ad- strativo, hacer una cola o conducir un auto- 14 doce: Camnsnes M. mévil para sentir su presencia. Este rasgo, ademas, se propaga de manera infecciosa y todo el que se haya enfrentado al laberintico y dense trafico au- tomotor caraqueno es testigo de ello. Puede que en la mafana nos hayamos propuesto contribuir al bienestar general mostrando el mayor civismo y que con gran esfuerzo hayamos respetado las leyes de transito durante la mayor parte del dia, pero, cuando después de horas de tranca, vemos que po- cos respetan las luces de los semaforos o el orden de la cola y que los carros que van detras repetida- mente nos adelantan por el hombrillo o por la via contraria, o que solo el vivo que se colea avanza, algo en nosotros se dispara y nos hace olvidar los mejores propésitos. La astucia y la viveza son nues- tros principales organos de adaptacion, facultades hecesarias para sobrevivir en el pais, los atributos mas titiles para escalar posiciones y alcanzar pre- eminencia social. Numerosas anécdatas histéricas y relatos populares han perdurado como imagen de ello. Una de esas anéed relata como el eminen- te escritor ¢ historiador venezolano José Gil Fortoul logré ganar la atencion y el favor del dictador Juan Vicente Gomez. Caido en desgracia ante Cipriano Castro y destimido de su cargo en la Legacién ve- nezolana en Berlin, Gil Fortoul volvid a Caracas ¢ intent acercarse al general Gomez, quien (a raiz del golpe de Estado de 1908) habia recientemente tomaclo el poder, Todas las gestiones del historiador fueron infructuosas. De nada le sirvieron sus meéri- tos y logros como abogado, diplomatico, escritor, 15 La mecannis pet VENEROLANS OEE TRENTO Be The Conapo socidlogo o historiador. Un circulo cerrado de allegados y funcionarias de gobierno cuidaba ce- losamente sus prerrogativas y le cerraba el paso a jos nuevos. Vista la inutilidad de su largo historial de conocimientos y competencias, Gil Fourtoul decidié acudir a su astucia. Habiendo eseuchado que el general Gémez tenia alicion por las carre- ras de caballos y mostraba predileccién por una yegua llamada Tacarigua —a la que regularmente apostaba, pese a que siempre le hacia perder los envyites en que competia con su amigo el general Antonio Pimentel— el historiador aseguré un do- mingo un puesto estrarégicamente situado debajo de la tribuna presidencial. Ocurrida la habiv derrota de la yegua, Gil Fourtoul armo una alhara- cay comenzé a gritar que Tacarigua era una jaca de gran calidad, uno de los mejores especimenes de todo el hipddromo, pero que siempre perdia porque no la sabian montar. Al escuchar esto, el general Gomez hizo buscar a Gil Fortoul, quien le: ratified sus afirmaciones y aseguré que si le permi- van montar y correr a la yegua, demos ia que tenia razén. El siguiente domingo, la yegua Taca- rigua obtuvo sorprendentemente el primer lugar. Nadie supo cémo pudo el muy poco atlético inte- lectual y refinado diplomatico venido de Europa convertinse en agil jinete criollo tan rapido. Mu- chos especularon sobre las astucias por las que los otros caballos se habfan quedado rezagados. Un conocido humorista de la época, Leoncio Marti- nez (Leo), caricaturiz6 la anécdota con un dibujo cuya leyenda rezaba: 16 ANEL CAPsauEs M_ Ya lo dijo Don José cuya palabra es un fallo: a caballo le que no se encuentraa pic’. hay que busca in Memonas de un vividor, el escritor costum- brista, historiador y politico venezolano, Francis- co Tosta Garcia, describe el prototipo del picaro politico venezolano que, a diferencia del clasico picaro espaiiol (por lo general, un fracasado y ac: cidentado sobreviviente), se ha convertido en un personaje encumbrado y triunfador. Regido por el mimetismo, utilitarista y pragmitico, este picaro es unser mudable que como el caballero y senor don Antonio Félix Castro y Calderin, protagonista de la novela, intimamente confiesa: «la politica para mi no tiene sino un solo ideal y una sola asp cidn, estar siempre arriba...» y «en ejecucién de tan tornadizo sistema, vivo enganando al género humano,..»®. Esta particular tipologia del picaro adaptado y exitoso que —gmacias a su permanente acomodo, a sus engafios, argucias y trucos— logra mejorar su estatus, ascender y mantenerse siempre en la superficie hasta convertirse en un personaje aceptado y admirado de manera general, es carac- teristica del viraje de la figura literaria en las tie- rras americanas. Uno de los mas celebrados costumbristas de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, Francisco de Sales Pérez, describe un personaje ti- pico y natural de Caracas que «pasa su vida entera a costa de los demas», Conocido como el petardista, i Lomcanls on YENRtoLAwe o BL TaHiNTH os Tio Conmpo es un ser impulsivo, dado al vagabundeo y la farsa, que sobrevive de cualquier manera en el ambito de la ciudad. Como el picaro, el petardista no so- porta una vida ordenada, constrenida por las pre- visiones, las normas o las regulaciones. «Si se acos- tara sabiendo que va a amanecer con el desayuno en el bolsillo, no podria dormir, tanta seguridad lo desvelaria»*. La posibilidad de experimentar la incertidumbre del vivir, lo eventual y sorpresivo es, en muchos aspectos, atractivo y fascinamte, Es lo que engancha a muchos alemanes y otros eu- ropeos que vienen a Venezuela o van @ otros pai- ses hispanoamericanos huyendo de lugares don- de todo es predecible, donde las personas no se comprometen entre si picaramente diciende con una sonrisa: «si, mafana, mahana.,.», donde todo esta previsto y ordenado, claramente programado de antemano, sin sorpresas, sin emocidn, sin susto, como si la vida ya hubiese pasado. El deleite en la espontaneidad es parte del almibar picaresco, come también lo son el ingenio y el humor, pero la figura del picaro tiene muchas otras facetas cuya agrupacion y actividad colectiva pueden tencr con- secuencias sociales insospechadas. Mas all’ de la astucia, la gracia © la simpatia, la cultura picaresca en nuestro pais ha desembocado en un individua- lismo anarquico que ha superado toda mesura y ha obstaculizado el desarrollo de las instivuciones necesarias que podian contenerlo. La tradici6n oral venezolana es acopio de mu- chos personajes populares festejados por su astu- cia como Tio Conejo o Pedro Rimales. Fsto no es 18 Axer Caries M un hecho social gratuito ni irrelevante. Las leyen- das y sagas, los mitos y cuentos que perduran en la memoria de los pucblos expresan sentires muy hondos, emociones basicas que, transmitidas de generacién en generacion, marcan el tono afec- tivo de nuestra imaginacién cultural. Las circuns- tancias econdémicas y politicas, por demas, refor- zaron el papel del picaro y la astucia en nuestra sociedad. Sin una tradicién cultural que condujera al desarrollo de un Estado de derecho, tras una larga historia de arbitrariedades y revoluciones al mando de caudillos militares autoritarios, el auge petrolero del siglo XX, en lugar de enriquecer a la poblacién, debilité al ciudadano y lo dejo desam- parado frente a un aparato estatal hipertrofiado, extremadamente rico y poderoso, que opera a ta- vés de una administracién burocnitica ineficiente y caprichosa. Acostumbrada al uso abusivo de las leyes y del sistema de justicia para aumentar el poder del go- bierno y perseguir a la disidencia, cercada por un inmenso Estado que no cumple suficientemente sus funciones, pcro si limita las libertades de los. ciudadanos y regula excesivamente la economia y la vida individual, la sociedad venezolana se acos- tumbro a evadir la burocracia y los controles oficia- les para desempenarse al margen de las normas. La viveza no ¢s un antojo, sino una necesidad. En vista de la relevancia de la picardia y su es- trecha relacién con antes problemas actuales como la corrupcién administrativa (en el infor- asparencia Internacional del ano 2007 19 (Ly recaMnls Dan VENEROLASO 0 EL TAINTO be TI Goorepo Venezuela aparece entre los quince paises mas co- rruptos del planeta), la incontrolable expansién de Ja economia informal (ocupa mas del cincucnta por ciento de la poblacién laboral activa) o el creci- miento aut6nomo de los barnos en los que amplios sectores de la poblacién viven de manera precariaa niveles de superviviencia (y el picaro es, de hecho, una psicologia de supervivencia), el presente libro buscara ahondar la mirada psicoldgica sobre este arquetipo. Intentaremos, por tanto, observar mejor los contormos y limites de la figura del picaro y su rol en nuestra vida, evaluar los factores psicohisto- ticos que lo han nutrido y propiciado, reflexionar sobre su alcance ¢ influencia en el sistema judicial yel aparato econémico, en las relaciones de poder yen el clientelismo politico, pero, sobre todo, tra- taremos de entender el reto que representa para la vida social y la convivencia civilizada, Este libro es el producto de mis reflexiones so- bre los dominantes del caracter social venezolano a lo largo de muchos anos. E] manuscrito fue leido y criticado en varias de sus formas por Paul Bratsche, Rafael L.Gpez-Pedraza, Karl Crispin, Ivan Rodriguez del Camino, Carlos Sandoval, Antonio Canu, Rita Hernandez de Capriles, Luis Barrera Linares, Cyn- thia Rodriguez y Maria Victoria Pereyra. A todos ellos, mi especial agradecimiento. II DEL HEROE AL ANTIHEROE E héroe es una de las figuras mds atractivas, influ- yentes y complejas de la mitologia y la literatura uni- versal. No sdélo es un motivo tipico que se repite de infinitas maneras en la imaginacion cultural, sino que moldea las aspiraciones y el’curso de muchas vidas individuales y hasta llega a apropiarse de las fantasias colectivas de sociedades y naciones ente- ras. La figura del héroe da expresién a procesos y formas mentales comunes a todos los seres huma- nos. Es uno de los elementos constantes de la mito- logia y del folclore, una de las imagenes universales con que aparecen ciertos dominantes psiquicos y arquctipos del inconsciente colectivo’. Es un mito fundamental. En su forma mas basica, el héroe nos remite a hechos gloriosos y hazafas ilustres, a vir tudes e ideales elevados, a grandes logros y actos “Los arquetipos del i inconscientc colectivo, ttrmine acuiade por cl psi- S08 patrones o mokles gencrales que dan it ba imaginacion: onducta tipicamemte humana. Son csque- med atruciurlcs dela iientc, campos dé fucrea any bidiern, que delimit lan ke experiencia y-se expresan en imagenes comiunen y repetitivas. 2 DLs VCABIA EL VEAEEOLAWO 0 EL TRENTO BF Tho Goxtpa memorables, a retos y acciones valerosas € insupe- rables. El heroismo es temple de espirica, valentia y arrojo, esfuerzo y sacrificio por el bien comun. Segiin el Diccionario de la Real Academi pariola, el héroe es un «varon ilustre y famoso por sus hazafias o virtudes»’, un ser que lleva a cabo ac- ciones caracterizadas por el heroismo, el «estuerzo eminente de la voluntad y de la abnegacién, que Neva al hombre a realizar hechos extraordinarios en servicio de Dios, del préjimo y de la patrias*. (Cada sociedad y cultura tienen sus propios he- roes que aparecen, con diferentes caras y vestidos, en la imaginacién —en el mito, cn la leyenda, en la saga, en la poesia, el teatro, la novela— al igual que en la vida real —en la guerra, en la politica, en la aventura—. Teseo, Hércules, Aquiles, Amadis, Rama, Roldan, el Cid, todos tienen un perfil pro- pio, caracteristicas, retos € historias diversas. Desde otro angulo, todos son, también, el mismo. Detras de sus diferentes circunstancias y rostros, una espe- cie de plano o patron mental da forma y agrupa la experiencia con base en un denominador comin, y algo como un ordenamiento natural de la geo- grafia psiquica establece un conjunto de fronteras y limites que confinan la imaginacin y el compor- tamiento para determinadas funciones dentro de cierto espacio. En este sentido, la psicologia profuunda ha inter- pretado tradicionalmente la figura del héroe como una personificacién de las funciones superiores del psiquismo que producen la consciencia. En pala- bras de Carl Gustav Jung, el héroe «es primero y my Aw. Carnes M. principal una auto representacién del anhelo in- consciente, de su inextinguido e insaciable deseo de la luz de la consciencia»*. A los ojos de muchos psicoanalistas, se trata de una imagen que sintetiza y expresa un conjunto de funciones indispensables para el buen descnvolvimiento de la actividad psi- quica, una representacion simbdlica del punado de atributos que conforman el complejo del ego o el yo encargado de mantener el equilibrio entre las demandas internas del organismo y la adaptacién a la realidad y al mundo exterior. Los estudios de mitologia clisica muestran los paralelismos y los patrones recurrentes en las muy diversas historias y leyendas. Caracterizado por un nacimiento milagroso, el héroe mitico tiene, fre- cuentemente, un doble origen, un doble paren- tesco, divino y humano. Su desarrollo temprano lo lleva a descubrir pronto un Namado que apresura su iniciacién ylo conduce aun camino excepcional lleno de retos y conflictos. Al desprendimiento y la separacion le siguen el viaje y la aventura, recorri- dos fabulosos en los que ocurren todo tipo de su- cesos inverosimiles, pruchas y enfrentamientos con seres monstruosos a los que el héroe casi siempre vence y da muerte con la ayuda de agentes sobre- naturales. El wiunfo y los logros portentosos levan al rescate de la doncella y el tesore, punto de viraje que, por lo general, da inicio al retorno como des- enlace de un viaje de transformacién que finalmen- te lo conduce a encarar su propio destino. Un tipico ejemplo de este patron lo encontra- mos en Ia historia del héroe griego Perseo. El rey 23 La proamnds pat. oxoLano Oa TRIUNTO Be Tho Goepo de Argos, Acrisio, tenia una sola hija de nombre © y decidié consultarle al oriculo de Delfos cémo podia tener un hijo varén, El oraculo no sdlo le dijo que no lo tendria, sino que un hijo de Danae lo destronaria y mataria. Para evitar que se cumplie- ra la profecia, Acrisio encerré a Danae en un cala- bozo subterrineo hecho de bronce para que no tr viera contacto con ningun hombre que la pudiera fecundar, Su extraordinaria belleza, sin embargo, atrajo al mas grande de los dioses, Zeus, quien pe- netré la ira y la poseyo en forma de lhivia de oro. De esta unién entre un dios y una mortal macio Perseo. El rey. enfurecido, no crey6 que su nicto fuera hijo de la divinidad del cielo luminoso y lo encerré junto a Danae en un area que arroj6 al mar para que murieran ahogados. Ambos, no ebstante, sabrevivieron y, llevados a flote por las olas hasta la isla de Serifos, fucron rescatados por un pescador llamado Dictis, hermano del rey Polidectes. Hay muchas versiones del mito. En una de ellas, Polidectes quiso casarse con Danac, pero encon- tr que el hijo de esta se le constituia en un cstor- bo. Para deshacerse de él, el rey desafié a Perseo y logré que se comprometiera a tracrle la cabeza de la Gorgona Medusa, un monstruo espantoso con afilados dientes de jabali, una lengua muy larga y serpientes en la cabeza, cuya mirada convertia en piedra a las personas que osaran contemplar- la, El viaje cra una aterradora empresa en la que toda seguridad el joven pereceria, Tenia que llegar hasta la tierra de la oscuridad donde la luz del cielo se opaca y la que solo las mas antig 34 Ava Carers M, deidades conocen. Guiado por Atenea y Hermes, Perseo alcanz6 el lejano monte donde habitaban las Grayas, tres diosas vicjas y griscs que compar- tian un tinico ojo y un diente. Aprovech6é un mo- mento en que las diosas sé intercambiaban el ojo para arrebatarselo y prometid devolvérselo solo si le indicaban el camino, Con inteligencia y determinacién, Persco lo- gro llegar al pais de los Hiperboreos donde vivian las Gorgonas. Con los regalos y la ayuda de ninfas y dioses, utilizando las sandalias aladas, el manto de invisibilidad y el escudo de bronce que le ha- bia dado Atenea para no mirar al mostruo directa- mente, sino por reflexién, el héroe pudo decapitar con su espada a Medusa. Hallandose el cuello cer cenado, de la tierra humedecida por la sangre que broto de la cabeza de la Gorgona nacido el caballo alado Pegaso, En su largo periplo, Perseo lego al pais de los etiopes donde encontré a una hermosa doncella atada a unas rocas. Se trataba de la mas bella de las Nereidas, Andrémeda, que habia sido ofrecida como sacrificio para liberar al pais de un monstruc, enviade como castigo por el dias Posei- dén. Persea se comprometié a matar al monstruo a cambio de la mano de la joven y con la avuda de sus sandalias voladoras y la hoz logro su cometico. Después del retorno y de haber petrificado a Poli- dectes mostrindole la cabeza de la Medusa, Perseo entregé el trono de Serifos a Dictis y continuéd ca- mino a Argos, en el que encontré su destino. In- vitado a participar en unos juegos fiinebres, lanz6 un disco que accidentalmente se desvié y mato a | La camila net vixErotaNe oa TUN Be Tho Conor su abuelo, el anciano rey Acrisio. Avergonzado por haber acabado con Ia vida de su abuelo, Perseo decidié intercambiar con su primo Megapentes el trone de Argos por el de Tirinto. En lz oria de Perseo podemos ver muchos de los componentes del mito del héroe antes mencio- nados; la doble parentela y el nacimiento milagro- so, el desprendimiento y el largo viaje, las prucbas y retos, cl enfrentamiento valeroso con monstruos horribles, la conquista de la doncella. Este patron amplio y general, en el que en y encuentran corr espondencia tanto Perseo como Moisés 0 Gil- gamesh, no es irrelevante ni carente de significado. El héroe es el simbolo de los miltiples obstaculos que hallamos en nuestra vida y del esfuerzo necesa- rio para crecer como individuos y alcanzar nuestro destino. Asi lo afirma Erich Neumann, para quien «la historia del héroe, tal cual se manifiesta en los mitos, es la historia de la auto emancipacion del ego, en su lucha para liberarse del poder del in- consciente ¥ para mantenerse firme ante las dispa- ridades abrumantes+’. Es la crénica del ego activo y voluntario, capaz de diferenciacién consciente, que busca el peligro y abandona el estado de pasi- vidad natural para realizar la gran hazana del de rrollo individual. Podriamos decir que, psicoldégi- camente, el héroe es un impulso hacia la accion y la independencia; un factor de decisién, una senal de direccién y orientacion hacia logros y metas, un érgano de planificacién; es el depositario de la voluntad y la determinacién, una capacidad para discernir y también para responder al reto o ha- Avot Caress ML. cerle frente a situaciones adversas; una fuerza de exploracién, expansion y conquista, a la vez que fuente de confianza en si mismo, Con atributos y rasgos tan valorados por la consciencia colectiva de la civilizaci6n occidental, ¢s inevitable que la figura del héroe nos atraiga y fascine. Su apariencia ¢s tan imponente y luminosa que su presencia nos encan- dila y sobrecoge. Sélo con gran esfuerzo podemos divisar su patologia ¢ identificar su locu LA LOCURA HEROICA Faltos de perspicacia psicolégica para desenmasca- rar lasombra de los ideales colectivos, suponemos que la determinacién y la voluntad del individuo excepcional —quien con su esfuerzo y constancia obtiene logros inigualables que lo elevan por en- cima del comiin— son valores absolutos y eviden- tes, virtudes dignas de emular, que bajo ningtin respecto producen efectos nocivos o perjudiciales. Thomas Carlyle pensaba que el culto al héroe, la admiracién y veneracién de una forma semi y mas noble de hombre, era ¢l mas antiguo y sdéli- do fundamento de la evolucin y el progreso de la sociedad y la cultura humana. Eran esos seres excepcionales los que impulsaban con su esfuer- zo el desarrollo de las comunidades anodinas. Sin embargo, a pesar de la comtin exaltacién del hé- roe y del individuo excepcional, mas alla de la ex- tendida percepcién del gran hombre como motor de la historia y propulsor de los principales logros

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