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1) Describir los elementos y las funciones más importantes del sistema teórico y

sus tesis fundamentales.

El registro imaginario, en su insistencia en el discurso, determina 3 tipos básicos de


subjetividad como es la existencial, social y cultural. El discurso imaginal, en su
insistencia pragmática, no solo libera posibilidades históricas sino que incluso
inclina la historicidad hacia un sentido destinal. Se trata de situar el discurso en su
situación intermedia y polémica respecto a la naturaleza y la cultura.

El primer modo de identidad es el que constituye al sujeto existencial. Su función es


la de incomodar los demás modos de producción discursiva (social y cultural),
produciendo diferencias internas improbables, impredecibles e insospechables para
estas otras modalidades.
El segundo modo de producción discursiva es el sujeto social. El carácter productivo
asignado a esta agencia se debe justamente a que el conocimiento del mundo le
viene de una actividad institucional experta y con ello de una acumulación,
jerarquización y transmisión de hábitos solo posible dentro de una funcionalizacion
social de lo abierto inauguralmente por el discurso existencial y un acotamiento y
especialización del discurso cultural. La característica mas evidente de esta agencia
es que en ella el discurso se constituye de manera experta debido a la variedad y
disciplinareidad de sus series socio-institucionales (las cuatro mas importantes son
las agencias religiosa, política, económica y artística)
El tercer modo de producción discursiva que veremos es la que constituye el sujeto
cultural. Esta agencia estudia los procesos que hacen posible la definitiva
orientación temporal del sentido colectivo. Los mecanismos de la cultura le dan al
sujeto una identidad común y a largo plazo, subjetividad que coordina la totalidad
de las agencias sociales hacia un sentido común.

El arte como discurso en que predomina el registro imaginal radical es fruto de la


agencia existencial y social artística y actúa sobre el campo cultural. No hace
historia actuando inmediatamente sobre cualquier campo social. La sociabilidad
artística, sus formas de producción y sus sentidos específicos, comparten con otras
instituciones sociales la posibilidad de incidir, explorar e incluso exacerbar los
sentidos culturales.

2) ¿Qué debemos entender por imaginario? ¿Qué tipos de imaginarios conocemos


y que vinculo tiene con el arte?

Imaginario creador.
Lo imaginario no es existencia necesaria, ni es esencia universal, sino la insistencia
de que algo falta en el entramado del ente (real) y del lenguaje (simbólico). Lo
imaginario expresa que algo no ha sido atrapado del todo en la maya simbólica y
que por tanto tiene lo real posibilidad de ser otra cosa. Su fundamental
productividad esta aquí, en negar que lo real se absolutise y lo simbólico se cierre en
una significatividad definitiva.

Imaginario transicional.
El imaginario transicional refiere a la capacidad del discurso imaginal de situarse en
los limites entre agencias produciendo pasajes, y con ello provocando identidades
entre instancias diferentes o provocando diferencia entre instancias idénticas.
Imaginario como velo.
Lo imaginario es un principio de totalidad mimético-identificatorio de algún tipo. Es
decir, una construcción fantasmica de una posible unidad de todo aquello que se ha
alterizado, como es el otro materno-paterno, como representantes del mundo social.
El fantasma dispone así de una función imaginaria, esto es ilusoria; y dispone por
otra parte de una función simbólica esto es develadora. Lo imaginario tiene como
características la subjetividad, la individualidad y la particularidad, en tanto que lo
simbólico se rige por los atributos de estructuralidad, convencionalidad y
dependencia grupal.

3) ¿Qué es la entropía y que función cumple en el acto creador?

La operación entropica es aquella que siempre e insistentemente disuelve todo


enlace, toda reunión, todo logos. A la vez es el territorio desde donde se demanda
todo orden, toda ley, toda estructura posible.

4) Breve definición de los 3 tropos fundamentales:

Tropo metafórico: es el cambio de significación de una palabra o de una locución.


Los conceptos expresados en una metáfora interactúan a la manera de una
intersección. La metáfora es el principio que gobierna la poesía y que expone un
desdoblamiento que asimila el discurso literario a las experiencias oníricas y
alucinatorias y se situaría en el punto más álgido en el cual el sentido se produce en
el sin sentido. La metáfora es forma, la imagen es su materia.
Ej. Mar en tus ojos

Tropo metonímico: consiste en designar una cosa con el nombre de otra. Se trata del
empleo de una palabra para designar un objeto o una propiedad que se encuentra en
relación real con la referencia habitual de una misma palabra. La metonimia no es
sincrónica como la metáfora sino diacrónica y contigua. Un significante le es
asociado a otro de manera complementaria, llevando el término hacia remisiones
incesantes, de uno a otro significante.
Ej. Tomemos un vino/tomemos una copa

Tropo analógico: será considerado como una similitud formal. Su fórmula más
general ha sido formulada como: A es a B lo que C es a D. En este sentido, más que
una relación de semejanza sería entonces una semejanza de relación. Se trata de un
isomorfismo que permite transferir algo de un término de la relación al otro término,
sin necesidad de infinidad de mediaciones. Es, por tanto, una estructuración formal
que organiza discursos que creen poder disponer materialmente del mundo por el
lenguaje verbal o no verbal.
Ej. Pues el estado de los ojos de los murciélagos ante la luz del día es también el
del entendimiento de nuestra alma frente a las cosas más claras por naturaleza.

Relación entre tropología y acto creador


El arte no es productivo solamente cuando abre mundo, sino también cuando lo
cierra significativamente. Se habla en general del arte como si no tuviera un
compromiso con el mundo. Como si abriera mundos posibles pero no se decidiera
por ninguno de ellos. Un arte irresponsable, que no provoca propiamente una
historia efectual. Una puesta en obra que deja a otros hacer historia mientras él sólo
la expresa o la explora imaginariamente. Esto no se corresponde con la verdad del
arte, su experiencia del ser y del sentido, su colaboración con su construcción y
destrucción. Gracias a la metáfora, la metonimia y la analogía se puede adivinar un
proceso por el cual el arte no sólo entrega formas de ser sino también las retira. Con
ello no sólo libera sino que también destina y finalmente dispone del mundo
cultural que ayudó a hacer emerger. Propiamente veremos que estas operaciones
son, en cierto grado, simultáneas, aunque predomine una sobre otra en diferentes
obras y en diferentes momentos de la historia. En este contexto la reflexión sobre las
figuras tropológicas nos sirve para determinar en que medida una obra de arte
estabiliza o promueve tiempos de sentido en común, por tanto altamente
generalizados. La conjugación de la clave temporal nos dirá que, si la obra de arte
expresa el mundo, sin dejar por ello de hacer mundo, es porque no sólo rompe con
el mundo que le precede sino que además, desde esta ruptura, incluye
renovadamente aquello de lo que se distingue interpretándolo, disponiendo en torno
a los nuevos valores que origina. Hasta estructurar definitivamente una relación
entre ser, experiencia, lenguaje y pensamiento, por tanto, configurando
definitivamente mundos históricos. Con la tropología inauguramos una serie de
categorizaciones que pretenden mostrar el entramado más íntimo por el cual se
ordena el mundo cultural como mundo significante primordial en el que juega un
papel fundamental el discurso artístico.

4) Caracterizar la razón poética.

En la racionalidad poética, se involucra de lleno la metáfora. La especificidad de la


racionalidad artística tiene que ver, en primer lugar, con su objeto, en cuanto que la
verdad en el orden de la naturaleza no se revela de la misma manera que cuando se
manifiesta en el orden de lo artefáctico. Hay que distinguir entonces al ente natural
del ente artificial para comprender esta razón poética. El arte, en cuanto saber
técnico es uno de los modos que la razón tiene para llegar a la verdad, por eso es una
forma de conocimiento y un modo del logos, es decir, una manera de ser y de
pensar.
La poética brota cuando la razón se vuelca prácticamente, sobre sí misma no
inquiriendo el conocimiento de su propio acto, (Lógica) sino buscando la
proyección de uno desconocido, inédito, anónimo. En este ámbito se manifiesta un
modo de hacer donde la verdad sólo puede surgir con el tiempo. En el arte se
requiere necesariamente de la fantasía para arrancar este movimiento tempóreo.
Esta lógica figurativa nace de una estimulación fascinante que inclina las acciones
desde una gran diversidad de posibilidades. La fascinación implica un grado
extático, algún tipo de captura del sujeto por una imagen (visual-música-cinética
etc.) que no puede representar inmediatamente. Sin embargo es ella la que presta
una voluntad y una orientación a las acciones articulatorias. Considerando esta
articulación como un razonamiento silogístico, podríamos decir que el agente se
decide por un término y no otro de la construcción proposicional, sólo a causa de
alguna leve e improbable semejanza con aquella imagen rectora –usar una palabra,
un color o una nota en arte no es del orden de lo evidente o necesario. El modo
propio de producir y conocer del arte es entonces una especie de inducción por
medio de representaciones que seducen al sujeto y lo llevan a explorar posibilidades
argumentativas inéditas. Estas se organizan entonces tropo-lógicamente,
predominando la incertidumbre metafórica.
Estructuración
Las formas en que se expone el mundo se corresponden con diferentes
estructuraciones discursivas. Cada una a su manera explora objetos que, en su
regularidad, convierte en disciplinas, no esencial sino institucional e históricamente
delimitadas. En ellas predominan ciertos tipos de experiencias y ciertas formas de
organización de las mismas. Esto implica cierto predominio lógico-formal en la
articulación de sus proposiciones. Estas epístemes se ejemplifican en tipos de
razonamientos silogísticos repartidos en tres modos nunca del todo excluyentes: el
teórico, el práctico y el técnico (poético). Tipos de racionalidad modelados entonces
a través del tiempo por tipos específicos de sociabilidad institucional. Bajo estas
tipologías se encuentran actuando, imperceptiblemente, las formas pre-articulatorias
trópicas que evaluaremos en esta parte: la metáfora, la metonimia y la analogía.
La primera consecuencia de que el discurso esté investido tropo-lógicamente es
que cuenta con un determinado tipo de racionalidad. De ahí que destaquemos la
especificidad del discurso teórico con base en el tropo analógico, el discurso
práctico con base en el tropo metonímico, para llegar finalmente a estudiar el
discurso poético con base en el tropo metafórico.
Aristóteles se introduce tempranamente en cuestiones vinculadas a estos asuntos y
en varias de sus obras. Concretamente piensa el lenguaje en “Sobre la
interpretación”, donde se ocupa de la proposición declarativa -logos apophantikós-
que afirma o niega algo (predicado) de algo (sujeto). Esta estructura la distingue de
la mera frase que implica cualquier combinación de palabras. El rasgo característico
de esta proposición es que puede ser verdadera o falsa. Esto le permite luego
desarrollar la teoría del silogismo1, que está en los orígenes de la construcción
discursiva del pensamiento científico y el primer tipo de racionalidad que veremos.

6) ¿Cual es la función del discurso artístico?

Los discursos con predominio de una carga imaginal, los definimos como
configuraciones máximas y autónomas pero a su vez tendidas a promover
significaciones dentro de contextos relacionales con otros discursos. En este
contexto no solo adquirien su sentido ultimo sino que algunos logran incluso
orientar a los demás discursos hacia un sentido predominante.
A estas unidades máximas del discurso las llamamos hitos, monumentos o nodos:
Hito: remite a la pertenencia temporal del discurso, al hecho de aparecer en el
momento oportuno para hacer historia, direccionando a otros discursos en una
misma significación y dirección.
Monumento: remite a la influencia espacial, al hecho de reunir todo en torno suyo
de manera concéntrica.
Nodo: referencia a su anclaje en la red, una trama que la precede, la sucede y que la
hace comprensible y funcional. El nodo hunde la red y concentra más puntos de
contacto que otros discursos influenciando más que estos en la trama social y
cultural.

1 Gredos. Madrid, 1976.


El discurso es una puesta en obra que determina las grandes orientaciones de la vida,
porque fija el gusto, haciendo posible que la balanza se incline siempre un poco más
hacia uno de los platos.
Vivimos en topologías imaginales, que se sostienen en su diferente forma de ser y
hacer ser, por medio del uso mismo de estos discursos. Estas agencias son entonces
formas constantes (espacio) de transcurrir (tiempo) que semiotizan de diversa
manera a los sujetos que ingresan en ellas. En este sentido el discurso refiere a una
diferencia que se manifiesta dentro de un principio de identidad de algún tipo. El
discurrir entonces se ve signado por un espacio-tiempo con sentido que avanza
desde lo más indeterminable del Ser hacia determinaciones cada vez más estables,
progreso que nosotros hemos concebido en el contesto de aquellas tres agencias
topológicas (existencial, social y cultural).

7) Elegir un topo.

El topo domestico es propio de la agencia existencial. En el predominan los tiempos


cortos y espacios reducidos. Es donde se producen valores de intimidad, arraigo,
protección, refugio y retiro. Remite a una proxemia íntima y a una interacción
informal. Su tipo vincular es el interpersonal. Su tiempo la inmediatez y su efecto de
gran intensidad pero a corto plazo. En este espacio converge la agencia cultural y
social que por vez primera se encuentra con la resistencia de sujeto pre-socio-
cultural.

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