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Cinco lecciones que puede dejarte un mal jefe

1. Saber que el respeto es mutuo. “Tuve un jefe que, en reuniones de personal,


se burlaba de aquellos con los que no estaba de acuerdo y criticaba
abiertamente los esfuerzos de su equipo”, explica. El resultado de esta actitud,
según cuenta la experta, fue una marcada disminución en la iniciativa e
innovación del equipo y un malestar general dentro del departamento. Su
comportamiento pesó más que el rendimiento y lo despidieron.

2. Escuchar es un eslabón clave en la comunicación. “Tuve un jefe que tenía


tres estilos cuando se comunicaba con el personal, y escuchar no era uno de
ellos. Lo suyo era acosar, dogmatizar y zumbar. El mensaje que le llegaba al
equipo era que a ella realmente no le importaba lo que pensaran o tuvieran que
decir. ¿El resultado? La gente seguía su estilo: se burlaba de ella y hablaba a
sus espaldas”.

3. Saber quién es el jefe (y hacerse cargo del rol). La experta alerta a no


esperar para tomar una decisión hasta el último minuto, con el único objetivo de
ver al personal luchar para cumplir con la fecha límite y que así sepan quién
tiene la autoridad. “Eso es sabotaje”, sostiene.

4. Contratar profesionales valiosos, compartir tu visión y dejar que hagan su


propio camino. Un buen jefe no se siente incómodo o inseguro por las
capacidades de la gente de su equipo. “Estás allí para liderar a todo un equipo
y despejarles el camino para que tú también puedas alcanzar los objetivos,
pero sin entrometerte en el trabajo diario de tus empleados”.

5. Dar el crédito, asumir la culpa. Suele ser al revés, el jefe asume los logros
del equipo (y se los adjudica) mientras descarga sobre el personal el
fracaso.“Eso es explotación. Esa táctica no engaña a nadie, no importa qué
extremo de la escalera corporativa intente impresionar“

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