Sus inclinaciones Io Hevaban a vivir retirado en el estudio, y
habria preferido emplear todo su tiempo en la ensefianza de los
j6venes indios; pero los superiores dispondrian otra cosa, y dej
cdtedra en 1540,
UNA OBRA DE MISERIGORDIA
°
En los 4 6 5 afios siguientes recorrié el P. Sahagiin el valle de
Puebla y otros lugares, y a Tlatelolco en 1545, afio céleb
en Ia historia de la Nueva Espaiia por la terrible peste que cu
idad entre los naturales que, segiin Torquemad:
murieron de ellos sobre 800,000. Esta calamidad se anuncié con
raros fenémenos, “en el aire, en el agua y en la tierra”.
vin refiere el hecho diciendo:
afio de 1545 hubo und pe grandisima y universal
donde en toda esta Nueva Espaiia murié la mayor parte de la gente
que en ella habia. Yo me hallé en el tiempo de esta pestilencia en
esta ciudad de México, en esta parte dé Tlatelolco, y enterré
de diez mil cuerpos y al cabo de la pestilencia didme a mi la en-
fermedad, y estuve muy al cabo” ®
Asi pues, Fr, Bernardino se olvid6 de sus tareas cientifieas para
ocuparse en ef préjimo porque sabla, como dijo el Apéstol, que
“si yo hablara todas las lenguas del hombre y de los dngeles mis.
mos, y no tuviese caridad, seria como bronce que suena, 0 cam:
pana que retaiie”. Andaria el P. Sahagin, como anduvieron Zum4-
raga y todos los religiosos, procurando el alivio de los apestados,
de dia y de noche, sin descanso.
El modo de enterrar a Jos muertos, que era abrir grandes fosas
‘en Ios cementerios de las iglesias, donde echaban 80 6 100 cadé-
veres juntos, explica que habiendo enterrado tantos el P. Sahagiin,
contrajese el mal, hacia el fin de la epidemia, en 1546. Poco falté
para que su obra de misericordia le costara Ia vida, pues, como
4 mismo dice, se vio muy al cabo, esto es, a orillas de la muerte
+ Sauacths, His
ria, t TH, p. 328,
2
“mas qutiso la Providencia conservarle todavia muchos afios, para
bien de sus contempordneos y de las generaciones futuras”.
GUARDIAN Y VISITADOR
cronista Mendieta que el P. Sahagin fue en su
in de los principales conventos, pero que después, por
de 40 afos, se excusé de ese cargo. Conjéturan sus biégrafos
‘a de las guardianfas fue la de Xochimileo, que era “con-
principal”, y fundan su conjetura en este pasaje de la Historia
ral:
“Hay otra agua 0 fuente muy clara y muy linda en Xochi-
milco, que ahora se Wama Santa Cruz, en la cual estaba un édolo
de piedra debajo del agua, donde ofrecian copal: yo vi el édolo y
entré debajo del agua para sacarle, y puse alli una cruz de piedra
ra existe en la misma fuente” #.
tud
para creer que moré en Xochimilco es que, 2
ngua mexicana la Vida de San
hacia 1552, y fue afios més
Ejercié el cargo de ¢
de Michoacén, donde estuvo poco
tarde por visitador a la custod
tiempo.
‘Para estas fechas) Fr. Bernardino tenfa residiendo en Méxic
més de, 20 afios, empleados —como el resto de su vida, y segtin Ic
acreditan sus contemporineos— en el “ejercicio de la lengua mex
cana, desarraigar idolatrias, predicar, confesar, doctrinar a los in-
dios y escribir para su aprovechamiento”.
A través de estos primeros 20 afios, México “ha penetrado
hasta la miga del ser como dice uno de sus biégra-
sabe mucho de las costumbres, usos y ritos religiosos de los pueblos
nativos. Pero quiere llegar mas hondo en el conocimiento de Ia
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