Las garantías de las libertades y derechos fundamentales.
Nuestra Constitución clasifica los derechos fundamentales en función
de su garantía constitucional. En ese sentido, y de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 53 de la Constitución (Capítulo Cuarto del Título I), las garantías de los derechos fundamentales recogidos en el Título Primero, son las siguientes: A) Garantías de los derechos y libertades reconocidos en el Capítulo Segundo del Título I (Derechos y libertades): a) Estos derechos y libertades vinculan a todos los Poderes públicos, lo que quiere decir que, en ausencia de regulación legal, estos derechos y libertades son de aplicación directa e inmediata. b) Sólo pueden ser regulados por Ley. Supone que estos dere- chos y libertades únicamente pueden ser regulados por las Leyes que dicte el Poder legislativo. Es lo que conoce con el nombre de “reserva de Ley”. c) La Ley que los regule debe respetar su contenido esencial. Todo derecho o libertad tiene un reducto último, un núcleo duro, que es consustancial al derecho. Si el legislador lo eva- pora, el derecho deja de ser aquel que la Constitución pro- clama y garantiza. d) Las Leyes que regulen derechos y libertades cuando sean con- trarias a los postulados constitucionales pueden ser atacadas a través del recurso de inconstitucionalidad que se interpone ante el Tribunal Constitucional. B) Garantías de los derechos reconocidos en el artículo 14 (igualdad ante la Ley), y en la Sección 1ª del Capítulo Segundo del Título I (De los de- rechos fundamentales y las libertades públicas): Además de los previstos en el apartado anterior, estos derechos y li- bertades gozan de las siguientes garantías: a) Reserva de Ley Orgánica. Estos derechos y libertades única- mente pueden ser regulados por Ley Orgánica que, como se estudiará en su momento, exigen una mayoría cualificada. Es lo que se llama “reserva de Ley Orgánica”. b) Un procedimiento de reforma constitucional especialmente rígido para alterar el contenido de estas disposiciones de la Constitución. c) La tutela de estos derechos y libertades a través de un proce- dimiento basado en los principios de preferencia y sumarie- dad. Se trata del procedimiento especial para la protección de los derechos fundamentales de la persona regulado en la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa. d) La tutela de estos derechos y libertades a través del recurso de amparo que se interpondrá ante el Tribunal Constitucio- nal, una vez agotada la vía judicial procedente Este recurso será aplicable también a la objeción de conciencia del artículo 30 de la Constitución, pese a incardinarse fuera de la Sección que nos ocupa. e) Los derechos fundamentales y libertades públicas también se encuentran garantizados a través del acceso de los Tribunales de Justicia internacionales, como sucede en la órbita del Con- sejo de Europa y de la Unión Europea, organizaciones inter- nacionales a las que pertenece España. C) Garantías de los derechos y deberes de los ciudadanos recogidos en la Sección 2ª del Capítulo Segundo del Título I (De los derechos y debe- res de los ciudadanos): Estos derechos, al encontrarse dentro del Capítulo Segundo del Título I de la Constitución, gozan de las garantías estudiadas en el apartado A) anterior. D) Garantías de los principios rectores de la política social y económi- ca recogidos en el Capítulo Tercero del Título I: a) Informarán la legislación positiva, la práctica judicial y la ac- tuación de los Poderes públicos. Es decir, estos principios tie- nen un valor interpretativo para los Poderes legislativo, judi- cial y ejecutivo. b) Podrán ser alegados ante la Jurisdicción ordinaria de acuerdo con lo que dispongan las Leyes que los desarrollen. El defensor del pueblo. Otra institución de garantía de las libertades y los derechos funda- mentales que tiene su origen en el “Ombudsmän” sueco, es la que se re- coge en el artículo 54 de la Constitución. Se trata del defensor del pueblo regulado en la Ley Orgánica 3/1.981, de 6 de abril y que es definido en el texto constitucional como alto comisionado de las Cortes Generales, de- signado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en el Título primero de la Constitución, a cuyo efecto podrá supervisar la activi- dad de la Administración, dando cuenta a las Cortes Generales. c) Para el desarrollo de sus funciones, el defensor del pueblo go- za de tres instrumentos específicos que son: d) Está legitimado para interponer el recurso de inconstituciona- lidad. e) También está legitimado para interponer el recurso de ampa- ro. f) Emite un informe anual sobre su gestión a las Cortes Genera- les. La suspensión de los derechos y libertades. En ocasiones, puede ser necesario, ante determinadas situaciones límite, suspender los derechos y libertades fundamentales para que a la larga permanezcan salvaguardados precisamente esos derechos y liberta- des y el clima en que es posible su disfrute, la paz cívica. En ese sentido, el Capítulo Quinto del Título I de la Constitución (art. 55), regula la suspen- sión de los derechos y libertades. La Constitución distingue entre una sus- pensión de derechos y libertades generalizada y una suspensión de dere- chos y libertades individualizada, a saber: A) Suspensión generalizada de derechos y libertades: El artículo 55.1 prevé, por tanto, la posibilidad de suspender de forma generalizada, los siguientes derechos: a) Derechos relativos a la libertad y a la seguridad personal: Su- puestos de privación de libertad, plazo máximo de duración de la detención, derechos del detenido a ser informado de sus derechos y a asistencia letrada en las diligencias previas y la institución del habeas corpus (art 17). b) Inviolabilidad del domicilio y del secreto de las comunicacio- nes (art. 18). c) Libertad de residencia y de circulación por España o para en- trar o salir al extranjero (art. 19). d) Derecho a la libre difusión de ideas y opiniones y a la libre in- formación, declarados en los apartados a) y d) del artículo 20.1 de la Constitución. También la suspensión de la limita- ción de que el secuestro de publicaciones y grabaciones sólo puede ser llevado a cabo en virtud de resolución judicial (art. 20.5). e) Derechos de reunión y manifestación (art. 21). f) Derecho de huelga (art. 28.2), y de derecho a adoptar medi- das de conflicto colectivo (art. 37.2). La suspensión generalizada de derechos y libertades es posible a través de los estados de alarma, excepción y sitio, a los que se refiere el artículo 116 de la Constitución, regulados en la Ley Orgánica 4/1.981, de 1 de junio. El estado de alarma ha de ser declarado por el Gobierno mediante decreto en Consejo de Ministros por un plazo de quince días, dando cuen- ta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo. Es una situación singular motivada por calamidades, catástrofes, crisis sanitarias, paraliza- ción de servicios públicos esenciales para la comunidad y desabasteci- miento de productos de primera necesidad. La declaración del estado de alarma no conlleva suspensión de derechos o libertades fundamentales. El estado de excepción se dicta mediante decreto del Gobierno pre- via la preceptiva autorización del Congreso de los Diputados que no podrá exceder de treinta días prorrogables por otro plazo igual, con los mismos requisitos. La declaración del estado de excepción está justificada cuando el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, el de los servicios públi- cos esenciales para la comunidad o cualquier otro aspecto del orden público, resulten tan gravemente alterados que el ejercicio de potestades ordinarias fuera insuficiente para restablecerlo y mantenerlo. Se afronta, en consecuencia, un peligro de grave alteración del orden público en el que el Estado de Derecho ha de desprenderse parcial y temporalmente del corsé de Derecho para restablecer la normalidad del propio imperio de la Ley. Finalmente, el estado de sitio se puede declarar cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la sobe- ranía o independencia de España, su integridad territorial o el ordena- miento constitucional, que no pueda resolverse por otros medios. En es- tos casos, el Gobierno podrá proponer al Congreso de los Diputados la de- claración del estado de sitio. Es al Congreso al que corresponde, pues, la declaración del estado de sitio por mayoría absoluta de sus miembros. B) Suspensión individualizada de derechos y libertades: Por su parte, el artículo 55.2 de la Constitución prevé la posibilidad de suspender de forma individualizada, para personas determinadas, en relación con las investigaciones correspondientes a la actuación de bandas armadas o elementos terroristas, con la necesaria intervención judicial y el adecuados control parlamentario, los siguientes derechos: a) El derecho de toda persona detenida a que la detención pre- ventiva no dure más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclareci- miento de los hechos sin que, en ningún caso, pueda ser su- perior a setenta y dos horas. b) El derecho a la inviolabilidad del domicilio. c) El derecho al secreto de las comunicaciones.