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Julie CARPENTIER
Doctorante au Centre EREA du LESC (UPO/CNRS)
Chercheur associée à l'IFEA
julie_carpentier@hotmail.fr
Introducción:
El Complejo Ecoturistico Kapawi se ubica en el corazón de la Amazonia ecuatoriana
entre los ríos Pastaza, Ishpingo y Capahuari, dentro del territorio achuar1. Este hotel fue
construido en 1993 en coordinación entre la Nacionalidad Achuar del Ecuador (NAE) y
el tour operador Canodros quien inició y financió el proyecto. Desde 2008 y como
previsto en el contrato, los Achuar son únicos dueños del lodge. El turismo se convirtió
en la fuente económica la más importante para la gente de la zona, permitiéndole poseer
su propia empresa, tener acceso a un empleo remunerado y vender sus productos,
artesanías, cerámicas, etc. Los Achuar perciben así el turismo como una verdadera
“bonanza” (Ochoa mencionado por Chaumeil, 2009: 62). El proyecto tuvo sin embargo
que enfrentar diversas dificultades en lo que concierne su puesta en marcha y su
funcionamiento que deben ser tomadas en cuenta para entender mejor el proceso de
desarrollo turístico en la región.
1
Los Achuar pertenecen al conjunto lingüístico y cultural jíbaro. Se reparten en el sudeste del Ecuador y
nordeste del Perú.
2
La multitud de artículos de promoción que existen a cerca del hotel lo presenta como el nuevo Edén
(New York Times, Nacional Geographic Traveler, Wildlife Conservation, Audubon Magazine, etc.) y los
diferentes premios que recibió lo posicionó al nivel internacional como uno de los mejores lodge de lujo
en el mundo: el 20 de septiembre de 2010 obtuvo el premio ecuatorial del ONU posicionándose como
uno de los 5 mejores proyectos a nivel mundial.
2
dejar una huella y presentar su propia visión del proyecto turístico. En 2002, Amanda
Stronza se interesó igualmente en la historia del hotel y publicó un artículo, “The
Kapawi indigenous corporate partnership for ecotourism in Ecuador” (Stronza, 2002). A
través de los testimonios de Barona, Koupermann y Rodriguez, tres personajes claves
que trabajaban por la agencia de viaje Canodros y tenían un rol primordial en la
elaboración del proyecto, el autor felicita el suceso de este proyecto. Sin embargo, nos
presenta una cierta visión de la historia del hotel, según Canodros, sin considerar la de
los Achuar. De igual manera, Arnaldo Rodriguez, quien trabajó como manager en
Kapawi y organizó la transferencia a los Achuar en 2008, publicó un artículo en
Cultural Survival, “Kapawi, a model of Sustainable Development in Ecuadorean
Amazon”, donde valoriza el hotel y lo presenta como “a model of how private capital
investments can be integrated with local community goals, with minimal cultural and
environmental impacts, even in areas where local cultures still function with primarily
non-monetized economies” (Rodriguez, 1999, p.44). El artículo fue reeditado en
internet un año después, bajo el nombre: “Kapawi: The story of an Ecuadorian
ecolodge » (Rodriguez, 2000). A través de estos ejemplos, no quiero cuestionar la
viabilidad del proyecto o el rol crucial de la empresa Canodros en este proceso, sino
recalcar la falta de referencia y análisis hecha a cerca de los Achuar aunque fueron, sin
ningún duda, los más impactados por esta actividad.
El segundo punto que puede explicar la falta de información sobre la historia de Kapawi
fue la decisión de la NAE, al principio de los años 90, de limitar la entrada a los
antropólogos o investigadores en su territorio. La falta de confianza, la sensación de ser
objetos de una investigación científica y de hacerse robar su cultura decidieron los
Achuar prohibir la entrada a las comunidades a personas extrañas sin la autorización de
los dirigentes de la NAE. En 1995, Luis Vargas, primer dirigente de la NAE, escribía:
“¿qué son los científicos que muchos les llamamos “antropólogos”? ¿Dónde realizan
sus investigaciones para hacer sus grandes libros? ¿Nosotros somos sólo “objetos” o
tenemos derecho a ser “sujetos” de una investigación? Por supuesto, nosotros también
somos gente pensante, con capacidad. Pero, además, nuestra forma de pensar es propia,
y no sólo nos quedamos en una interpretación, como es lo que hacen los antropólogos”
(Vargas, 1995: 23). Para entender este discurso, es importante recalcar la situación
política en esta época que coincide con la afirmación del movimiento indígena y la
reivindicación del reconocimiento jurídico, cultural, y de identidad de los territorios
indígenas. Pero los tiempos cambian y la manera de pensar la antropología igual. Como
lo mencionó Guerrero Arias, la antropología actual ya no se encierra en una mirada
exótica del pasado sino que trata de entender la dinámica del futuro posicionándose así
como una ciencia de las diversidades, de las pluralidades y las diferencias humanas
(2002: 21-22). El estudio del turismo hace parte de este proceso lo cual permite
entender los nuevos actores, escenarios, realidades y problemáticas dentro los territorios
indígenas.
En Ecuador, el territorio achuar se extiende sobre 670.000 ha, en la cuenca alta del río
Pastaza, en las provincias de Pastaza y Morona Santiago. El acceso es muy difícil y
explica, en parte, el contacto tardío con el mundo exterior.
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Como lo anotaron Taylor (1993) y Descola (1993: 249), los Achuar manifiestan tradicionalmente una
notable indiferencia frente al pasado, viven sin memoria histórica y olvidan los eventos ligados a las
generaciones anteriores. Hoy, los nuevos desafíos culturales y políticos cambiaron sin embargo la
relación de los Achuar a la “memoria”. Para los dirigentes, el olvido se volvió algo angustioso y se
decidió rescatar esta memoria para transmitir a las nuevas generaciones.
4
Con la voluntad de mantener el anonimato de las personas, los nombres de los Achuar entrevistados
dentro del territorio achuar fueron cambiados.
5
Quiero agradecer de manera profunda a todos los interlocutores que participaron a esta investigación,
con una atención especial a la NAE y Germán Freire así que a la oficina de Kapawi en Quito (CEKSA) y su
gerente Andrés Ordóñez, sin quién todo eso no haría sido posible. Gracias igualmente a Silverio Antik
por su ayuda preciosa con las traducciones, Guido Etsa por habernos guiados en el territorio achuar y
Daniel Koupermann por el largo tiempo que me acordó y que me permitió organizar y completar, de
manera cronológica, los eventos relatados.
4
Fuente: NAE
Los Achuar fueron contactados en los años 60, época en la cual llegaron, apoyados por
los Shuar ya evangelizados, los misioneros católicos y evangélicos. Los Salesianos
crearon las primeras comunidades en Wichim y Pumpuentsa poco tiempo después, con
el objetivo de agrupar a los Achuar tradicionalmente acostumbrados a vivir en hábitat
dispersado y facilitar así su evangelización. Poco a poco, el orden social tradicional fue
alterado y cambiado por un sistema comunitario (Taylor, 1996).
Hoy existen 71 centros en los cuales viven unos 6000 Achuar divididos entre 988
familias beneficiando por mayoría de una escuela, un centro de salud y una pista aérea.
Estos centros son organizados en 13 asociaciones6, las cuáles eligen un consejo
directivo que les representa al nivel de la Nacionalidad Achuar del Ecuador (NAE) y de
su consejo de Gobierno, máxima autoridad del pueblo achuar.
Este proceso organizativo se efectuó al principio del los años 90 con el objetivo de unir
a las comunidades achuar afiliadas en diferentes organizaciones shuar (FICSH, FIPSE)
y kichwas (AIEPRA, OPIP) desde los años 70. Fue en 1991, durante un congreso en
Charapacocha, que se tomó la decisión. Así, gracias a la iniciativa de un grupo de
líderes achuar, fue reconocida, en noviembre 1993, la Organización Interprovincial de la
6
Las 13 asociaciones se reparten entre la provincia de Pastaza (Acap, Arutam, Copataza (AAC), Maana,
Makusar) y Morona Santiago (Mawak, Patukmai, Pumpuentsa, Sapapentsa, Wichim, Juyukamentsa,
Kaiptach, Tsunkintsa).
5
Nacionalidad Achuar del Ecuador (OINAE) y elegido como presidente Luis Vargas7. En
1996, la OINAE pasó a denominarse Federación Interprovincial de la Nacionalidad
Achuar de Ecuador (FINAE), nombre que mantuvo casi 10 años, hasta abril de 2005,
cuando adoptó el nombre definitivo de NAE.
“Cuando fundé a los Achuar, tuve solo tres proyectos, o sea visiones. Dije
que tuvimos que hacer proyecto de aviación. Dije tenemos que hacer
proyecto de desarrollo comunitario. Dije también que nosotros tenemos que
enfocar sobre defensa de nuestro territorio haciendo nuestros proyectos
alternativos que es este proyecto de ecoturismo comunitario. Es
exactamente lo que se ha cumplido, los sueños de los Achuar. Cuando
hablamos nosotros y hablamos con buena visión, con buenos sueños, los
proyectos, los sueños alcanzan.” (Luis Vargas)
Enfocándose en la educación, la salud y la economía local, los Achuar quieren ante todo
mejorar la calidad de vida de sus habitantes participando en defender el territorio,
fortalecer la cultura, mantener la identidad, el idioma, las costumbres y las leyes
propias. Una visión del desarrollo ante todo transmitida por los misioneros y el Estado
pero también característica de las necesidades de involucrarse en un sistema económico
mundial, primordial a un reconocimiento político, cultural e de identidad de los pueblos
indígenas. Los cambios culturales provocados por esta nueva política fueron sin
embargo importante y contribuyeron a un incipiente transformación interna de las
relaciones sociales tradicionales (Taylor, 1996: 220).
A partir de los años 90, los Achuar fueron igualmente confrontados en diferentes
amenazas que se caracterizaban por una presión territorial ejercida por empresas
(Medina Vallejo, 2002: 4). En 1996, el Estado asignó concesiones petroleras a Arco
7
Luis Vargas fue presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonia
Ecuatoriana (CONFENIAE) en 1989-1990. Reformó el estatuto de la Confederación para que cada
Nacionalidad tenga su propia Organización.
6
Oriente y CGC que abarcan el territorio achuar. Promovido por las organizaciones
misioneras en los años 1980s, la ganadería empezó también a desarrollarse aunque la
experiencia shuar mostró el carácter no sostenible de tal práctica y sus consecuencias
terribles para el bosque8. El territorio achuar empezó así a llamar la atención por su
capacidad de explotación importante. Pero la OINAE se opuso a este tipo de actividad
extractivista, queriendo ante todo preservar su territorio.
En esta misma época, al principio de los años 90, una empresa de viaje guayaquileña,
llamada Canodros y especializada en cruceros en Galápagos, decidió ampliar su
mercado y complementar su producto. La idea del director, Carlos Pérez Perasso, era
proponer una experiencia doble a los turistas: Galápagos y Amazonía. Para concretizar
este sueño, se necesitaba construir un lodge en un lugar adecuado en plena selva, lejano
del frente de colonización y no contaminado por las empresas petroleras. Esta tarea se
encargó Daniel Koupermann, una persona con experiencia que había trabajado muchos
años en territorio shuar, con una pequeña operadora de turismo personal, llevando
grupos de turistas desde la comunidad de Miasal hasta el territorio achuar en Wichimi.
Fue así contractado por la empresa Canodros para ayudarla a determinar el lugar, el
modelo del lodge y el desarrollo general del proyecto.
Primero se puso el problema del lugar. En las provincias de Morona Santiago y de
Zamora Chinchipe, Daniel Koupermann había sido confrontado a los problemas de
deforestación y de ganadería (la cual era bastante desarrollada). Al norte, había
problemas con las petroleras y una colonización importante. Al contrario, el bajo
Pastaza no sufría de esas influencias y explotaciones como en otras regiones. Era el
territorio de los Achuar.
En 1992, Luis Vargas, presidente de la OINAE (en esta época una organización todavía
incipiente), fue contactado por un piloto de Shell, Pepe Arcos, quien manifestó que
tenía un amigo cuencano (Daniel Koupermann) que quería conversar con él para
desarrollar un proyecto de turismo en la región de Chichirota. A penas 10 días después,
una reunión estaba organizada en el hotel Turingia en Puyo: “Fue así que tuvimos la
reunión allí con el señor Koupermann, el señor Naranjo, el vice-presidente de la OINAE
Rubén Tukup y también el presidente de la asociación de Kapawi Ruben Vargas.
Inmediatamente nosotros tomamos contacto y hablamos bastante” (Luis Vargas).
Aunque no se daban realmente cuenta de lo que significaba poner en marcha una
actividad turística en su territorio, a la gran mayoría les gusto la idea. Luis Vargas,
como presidente de la OINAE, veía, ante todo, la posibilidad de desarrollar la
organización achuar y permitir así reforzar la unión del pueblo achuar todavía
dispersada en diferentes organizaciones (shuar, kichwa…). El otro punto que decidió a
los dirigentes fue lo del territorio. El turismo debía permitirles proteger a sus tierras:
“Más que todo este proyecto era para demostrar sobre la defensa territorial
de los Achuar, para demostrar que no solamente la actividad petrolera,
minera y maderera puede salvar la vida de una comunidad o una
nacionalidad, sino enfocar que el proyecto de ecoturismo puede visibilizar al
8
Actualmente, la ganadería se ha concentrado en la parte sudoeste del territorio Achuar,
particularmente en las asociaciones de Sapapentsa y de Pumpuentsa, que se encuentran relativamente
cerca de la ciudad de Macas. También algunos socios de la Asociación AAC y ACAP, tienen pastizales.
7
Una expedición fue organizada poco tiempo después hasta la comunidad de Chichirota,
en la cuenca del rio Pastaza, para ver las posibilidades de desarrollar una actividad de
turismo cerca de la laguna y conversar con los habitantes sobre este proyecto.
“Daniel dijo: “yo quiero trabajar con ustedes hermanos achuar, así,
defenderán sus territorios y medio-ambiente. Así, ustedes también, como
Achuar estando en su propio territorio, lograran la economía para dar
educación a sus hijos. Eso es nuestra idea”” (Titiar)
Hubo opiniones a favor, otras en contra y finalmente el proyecto fue aceptado por
mayoría10. En contra parte, se necesitaba definir las clausulas del contrato para que los
Achuar se benefician del proyecto. Según Santamik, “Había bastante interés de ellos y
había muy poco el interés del Achuar”. Pero, después muchas horas de conversaciones,
llegaron a un acuerdo. Nankiti se acuerda del discurso de los dirigentes y de la
propuesta a cerca del proyecto:
“Cuando nuestros hijos sigan estudiando que les den beca para que puedan
estudiar. Y cuando regresen terminando sus estudios, que nuestros hijos
mismos trabajen y cuando empiezan a trabajar, que los apaches puedan salir
y que sea administrado para los Achuar y que se quede en mano de los
Achuar”.
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La comunidad Kapawi se ubica al nivel de la unión de los ríos Pastaza y Capahuari.
10
Fue durante otra estancia, algunas semanas después, que se encontró el lugar donde construir el
hotel. Daniel Koupermann, acompañado de Walter Vargas, exploró todo el rio Capahuari durante 10
días. Al regreso, un delfín rosado apareció y les acompaño un largo periodo hasta desaparecer y entrar
en una laguna llena de peses. Decidieron seguirlo y pararon en las orillas a pasar la noche. El día
siguiente fue decidido construir el hotel allí.
8
Foto: J. Priout
Es importante recalcar que esta propuesta se hizo en el año 1992, un periodo animado
por las reivindicaciones indígenas caracterizadas por el tema de la resistencia de los 500
años, de la explotación del “blanco”, de la expoliación del territorio, de la influencia de
las tendencias políticas de izquierda, etc. En esta situación, aparecía casi imposible
hacer un puente entre una empresa privada y una organización indígena. Según Daniel
Koupermann, solo fue posible gracias a la visión de Luis Vargas y al sentimiento de
Carlos Pérez quienes lucharon cada uno de su lado y con sus propios intereses para
realizar este sueño. El señor Pérez hubo que persuadir a su consejo (9 personas) de la
legitimidad del proyecto cuando Luis Vargas tenía que convencer a todos los Achuar.
Al principio de los años 90, los Achuar no estaban bien organizados y pocas
comunidades pertenecían a la OINAE. Según los dirigentes, este proyecto turístico
debía permitir agrupar a los Achuar y proponer un modelo de desarrollo alternativo
beneficioso para los habitantes. En esta época, la gran mayoría de la población no tenía
ingresos económicos y todavía funcionaba con un sistema de intercambio de productos.
Las dificultades de transporte y los altos costos que suponía no permitieron el desarrollo
de una actividad económica y solamente algunas comunidades (especialmente de
9
“Vinieron a nuestra comunidad, Luis Vargas y Pedro Anank, para hacer más
socialización. Allí explicaban que este proyecto va a beneficiar al pueblo
achuar: “Si este proyecto va éxito, ustedes tendrán una facilidad de vender
sus productos, pesca, sin dificultad de caminar lejos. Con eso, ustedes van a
ayudar a educar a sus hijos, sin ninguna inconveniencia, porque esta
compañía no es destructora de la selva, sino es defensor y conservador del
bosque de la Amazonia”. Mi padre dijo: “Bueno, entonces cuñado, que este
proyecto que siga adelante y no fracasemos. Que en el futuro, nuestros hijos
digan, que hemos sido pioneros de esa empresa y dejar una buena herencia
para la juventud””.
importante anotar dos puntos que pueden explicar el desacuerdo de una parte de las
familias achuar (no solamente en Ishpingo). Primero, en la cultura achuar, los ancianos
son muy respetados y tienen un rol primordial en la toma de decisiones. Dos elementos
aparecen determinante en este proceso: las visiones o sueños y las relaciones que
mantienen con otros. Ahora bien, este proyecto fue propuesto por un “apache” (término
usado por los Achuar para referirse a los extranjeros que visitan sus tierras11), un
extranjero desconocido. Aunque ya estaban presentes las misiones y que no fueron
directamente concernidos por el trabajo forzado en la época del caucho, los ancianos
habían escuchados lo sufrido por los indígenas y se formó una imagen nefasta del
blanco representado como un ser malo que corta las cabezas, hace latas de atún con
carne humana, roba los territorios, viola a las mujeres, etc. Además, los años 90 son
conocidos por ser una época de expansión de las actividades de extracción en la
Amazonia y el territorio Achuar por ser un “lugar virgen” por explotar. En este sentido,
para un pueblo que se oponía firmemente a esta explotación, no estaba bien visto que
una empresa privada quisiera entrar en su territorio, más que todo para desarrollar un
“proyecto turístico”, una actividad que no significaba nada para estos ancianos.
Tomando eso en consideraciones, las reacciones de desconfianza aparecen
comprensibles.
Otro elemento significante en la cultura achuar es la importancia de las visiones o
sueños para determinar o ejecutar proyectos. Tener una buena visión es esencial para
que un proyecto sea durable, que no fracase. Durante nuestra estancia, algunas personas
compartieron sus visiones del proyecto turístico:
“Yo vi allí tomando natem (…). Había muchas gentes que venían a visitar,
blancos, unos con la cara blanca, con vestidos blancos, en un avión grande
aterrizando allí. Vi esta visión (…). (Hoy) me voy en la pista y veo mucha
gente llegando: turistas, madres que trabajan acá en la misión y vienen con
trajes blancos y con esta capa blanca. Esta visión creo que fue esto. Yo
pienso esto”.
Otros afirman jamás haber tenido visiones: “Yo no tengo ni un sueño que el hotel
kapawi puede estar funcionando en nuestro territorio, tal vez ha de ser con el sueño de
11
La palabra “Apache” no sirve sin embargo para referirse a los visitantes del hotel. Ellos son definidos
por un término propio: “turista”. La diferencia reside en el valor mercantil ligado a la actividad turística.
A la diferencia del “Apache”, el “turista” paga para visitar y viene para recibir.
11
otras personas” (Pinchu). Como lo cuenta Wajari: “Sin tomar natem, no se sabe, no se
sabe cuál va a ser su destino (…). Si tú de pronto tomas ayahuasca o datura ya vas a
saber dónde vas a llegar. Te muestra dónde vas a llegar y que vas a hacer. Y es por eso
nuestros mayores antiguamente querían mucho tomar esta planta sagrada”. En el caso
del proyecto turístico, los que no tuvieron visiones, se sentían en peligro.
Segundo, en esta época existían todavía tensiones entre los Achuar de Pastaza y Morona
Santiago que no favorecieron el aval de las comunidades. En el caso de la comunidad de
Kapawi, asistimos en una doble problemática: no solamente se ubica en la provincia de
Pastaza pero también está poblada en gran parte por familias de origen kichwa. Yaur,
habitante de Ishpingo, se acuerda del discurso que tenía en esta época: “Nosotros no
queremos mezclas entre Kichwa y Achuar. Solo queremos Achuar. Entre nosotros
podemos construir cabañas y así que viene fundo solo para nosotros. Entonces, nos
vieron mal los de Kapawi. Habían hablado duramente”.
En estas configuraciones, se puede entender mejor las dificultades que encontraron los
dirigentes de la OINAE y los de la empresa Canodros para llevar a cabo este proyecto
de turismo. Luis Vargas fue acusado de “vender el patrimonio de los Achuar”. Se
necesitó bastante socialización y explicaciones para obtener la autorización de las
diferentes asociaciones y conseguir firmar el contrato en 1993. Durante este evento, en
la comunidad de Charapacocha, el señor Carlos Pérez afirmó su voluntad de “ayudar a
todos los Achuar”.
a. El complejo turístico
La construcción del hotel demoró dos años y fue confrontado en diversas dificultades.
Al principio, estaban 4 trabajadores cuencanos, el arquitecto Cornelio Montesinos,
Daniel Koupermann y unos 100 Achuar. Pero, después de algunas semanas, la mitad de
los Achuar se fueron, prefiriendo regresar a sus casas y ocuparse de sus familias y sus
tareas cotidianas. Para seguir la construcción, se contractó a Kichwas de Montalvo con
quien los Achuar tenían ya contactos desde algunas décadas. Sin embargo, un evento
mayor vino a perturbar la construcción del sitio 1 año y dos meses después. En
diciembre de 1994, los Achuar encontraron unos soldados peruanos en el territorio y les
entregaron al ejército. En enero de 1995, comenzó el conflicto del Cenepa12. Fue
desastroso. Los trabajadores regresaron a sus casas, el sitio quedó abandonado y el
ejército se apropió todo lo que había en el hotel: canoa, comida, gasolina, etc. Se paró
por 4 meses la construcción. A fin de guerra, muchos trabajadores no regresaron y se
necesitó contractar a gente colona en más de los Kichwas y Achuar.
12
La Guerra del Cenepa fue un conflicto bélico focalizado dentro de la zona en reclamación (cuenca del
río Cenepa), que enfrentó a las fuerzas armadas del Perú y Ecuador durante los meses de enero y
febrero de 1995. Nunca hubo declaratoria formal de guerra entre ambos países pero muchos fueron los
indígenas en participar en esa.
12
Un otro problema mayor fue el costo financiero, lo cual subió a 2.000.000 $. Tres
factores tuvieron como consecuencia un gasto enorme. Primero el problema de la
accesibilidad del sitio, posible únicamente en avioneta desde Shell. En más de alquilar
estas avionetas a aerolíneas comerciales, se necesitó llevar todo el material de
construcción. Para eso, la empresa compró canoas grandes en la ciudad de Coca (12×2
metros), las cuales cargaban los tubos, los tanques, los colchones, etc. en Montalvo
donde les esperaban el Hércules (avión logístico militar) alquilado al ejército. Una
verdadera aventura de hasta diez horas de duración a un alto costo. Un otro gasto fue la
inexistencia de una pista de aterrizaje valida en Kapawi y la necesidad de construir una
en Sharamentsa, ubicada a una hora en canoa a motor del hotel, todo a mano, en un
terreno pantanoso13. Nankiti se acuerda: “Al principio, comencé yo. Era lleno de
arbusto, era bosque. Yo limpié. ¿Con quién comencé? Éramos yo, el Walter Vargas, mi
primo Tsukanka y Kaapu. Pero ellos todos son muertos (…). Estaban para hacerle
aterrizar un avión grande pero como era pantano no pudieron, dejaron de operar y se
fueron a operar en Wayusentsa, también no pudieron, se fueron a Kapawi, también allí
no pudieron. Ahora han ido a Wachirpas”.
El último punto costoso fue la decisión de usar una arquitectura de tipo vernácula. El
hotel solo contenía clavos de madera (chonta) y amarres de lianas, representando un
trabajo enorme por el personal y un gasto suplementario importante14.
A pesar de todos estos inconvenientes y de las dificultades encontradas, el hotel abrió
finalmente al público en abril 1996.
El hotel fue hecho con materiales de la zona (madera, lianas y hojas de palma) y según
las formas tradicionales de construcción de los Achuar (de forma elíptica). Incluye 19
habitaciones elaboradas en arco sobre pilotes a orillas de una laguna con abundante
vegetación y aves15. En el centro del sitio se ubican las áreas sociales de cocina,
comedor, bar y biblioteca así que, más arriba, la lencería, la administración y los
dormitorios de una parte de los empleados (guías, administrador, housekeeping, etc.)16.
13
Todavía no existía la comunidad de Washirpas. La pista de aterrizaje se construyó allí en 2001 y sirve
hoy para las operaciones.
14
Actualmente y después varias rehabilitaciones, se sigue usando este tipo de material de construcción
en la mayoría de los edificios. Solo aparecen clavos en la pasarela.
15
Actualmente la laguna se está secando. Los Achuar hicieron intervenir diversos chamanes para tratar
el problema. Según la cosmología indígena, el espíritu de la anaconda es el guardián del agua. No saben
porque el espíritu se ha ido y hasta ahora, ningún chaman logró hacerle regresar.
16
Las personas cargadas del mantenimiento del sitio se alojan cerca de la carpintería y del puerto.
13
Fuente: CEKSA
Para producir la energía necesaria, el hotel Kapawi beneficia igualmente, desde 1996,
de un sistema solar (lo cual cobre 60% de las necesidades) y de un generador a diesel.
El agua está potable gracias a un sistema de filtración y purificación con ozono y las
aguas usadas son tratadas con arena y plantas. En cada habitación se encuentra jabón
biodegradable para facilitar el tratamiento. La voluntad de promover la utilización de
prácticas ecológicas corresponde al deseo de respetar el medio-ambiente así que
minimizar los costos de transporte (gasolina, agua potable, etc.).
Las estancias en el hotel demoran 4-5 o 8 días, dependiendo del programa que se quiere
efectuar, lo cual se organiza directamente con el guía. Al nivel de las actividades, el
sitio posee una rica biodiversidad propicia a la observación de aves. Alrededor del lodge
es posible visitar un saladero para observar los pájaros, caminar en la selva con guía o
14
gracias a los senderos auto-guiados, pescar, nadar, hacer kayaking y tubbing, distinguir
los delfines rosadas o las nutrias, visitar a las comunidades, etc. Las posibilidades son
múltiples y el programa adaptable según los grupos. La mayoría de los turistas que
visitan a Kapawi tienen entre 40 y 70 años, son originarios de EEUU (40%) y poseen un
alto nivel de vida. En 2012, el precio por 4 noches está de 1049$, al cual se debe
adjuntar el vuelo desde Shell (300$) y el transporte terrestre desde Quito (60$).
Fuente: CEKSA
Según el convenio, la empresa Canodros tenía que capacitar a los Achuar para que
trabajen en el sitio. Uno de los objetivos era reemplazar poco a poco el personal exterior
por personal achuar para que sean capaces, al momento de la transferencia, de
administrar el lodge. El programa de formación concernía todas las áreas de trabajo:
guías, motoristas, mantenimiento, camareros, cocina, bar y otros. Este proceso fue lento
y complicado por diversas razones, principalmente culturales.
Primero, concierne el tipo de trabajo propuesto a los hombres. En la cultura achuar,
existe tradicionalmente roles masculinos y femeninos. Así, las mujeres se encargan de la
casi totalidad de los trabajos domésticos (cocina, elaboración de chicha, limpieza,
cuidado a los hijos, etc), aunque el sector de intervención de los hombres se encuentra
esencialmente fuera de la casa17. Cuando empezó la actividad sólo los hombres achuar
trabajaban en el hotel ya que las mujeres casadas se quedaban en la casa para cuidar a
sus hijos18. Eso implicó para los hombres encargarse de roles tradicionalmente
reservados a las mujeres: limpiar, cocinar y servir19.
El seguimiento de capacitación fue también complicado por el hecho de que la persona
estaba llamada de vuelta por su comunidad 2 o 3 años después para que un compañero
lo reemplace. El principio de igualdad está importante para los Achuar. Así, el trabajo
17
Como lo señala Descola (1983: 84; 2004: 350-378), los hombres y mujeres achuar tienen cada uno sus
actividades pero todas son complementarias: el hombre caza y la mujer cocina la carne; el hombre
desbroza y la mujer siembra y cosecha, el hombre pesca y la mujer recoge en el río, etc. Está división del
trabajo no proviene de una teoría discriminatoria de disparidad entre hombres y mujeres sino que está
relacionada en la capacidad de cada sexo en reproducirse simbólicamente.
18
Se intentó incorporar mujeres solteras pero no demoró más de 10 meses hasta que se casan y se iban.
En marzo de 2011, 3 mujeres trabajaban en el hotel, entre ellas una mujer casada cuyo marido se
encarga de las operaciones en la oficina de Shell.
19
Aunque las tareas masculinas fueron cambiadas en el seno del hotel, la división de los roles
tradicionales entre mujeres y hombres sigue al nivel familiar en la casa.
15
generado tenía que aprovechar a todos los compañeros20. Para la empresa, eso
significaba empezar nuevamente un proceso de formación. Poco a poco, los Achuar se
especializaron en diversos campos. En 2007, dos tercios de los trabajadores eran
Achuar.
La capacitación no fue el único problema encontrado por la empresa. Otro obstáculo
mayor fue lo del sistema de funcionamiento del hotel. El trabajo al modelo occidental
implicaba normas y procedimientos internos complejos y rigurosos que no tenían
sentido para los Achuar21. Imponer un ritmo con horarios y tareas precisas fue
complicado ya que tradicionalmente cada habitante organiza su día de trabajo como lo
entiende, en acuerdo con los sueños que tuvo y con las necesidades que se presentan. El
Achuar es ante todo jefe de casa y no acepta recibir órdenes. El trabajo en el hotel
implica igualmente reproducir cada día las mismas tareas y más que todo alejarse de su
familia y dejar a sus mujeres solas en la casa.
Otro punto de discordia fue lo de la cacería, actividad diaria de los Achuar pero
prohibida en la zona de actividad del hotel según el contrato firmado con la empresa
Canodros22. Fue ciertamente una de las reglas más complicada a imponer ya que
implicó a los Achuar de Kapawi ir más lejos, perder una parte de su territorio de cacería,
invadir otro y crear tensiones con sus vecinos.
Trabajar en el hotel, significa, ante todo, generar ingresos para mejorar las condiciones
de vida de cada familia. El hotel Kapawi fue la primera empresa comercial y económica
existente en el territorio achuar. Hasta que existe esta actividad, no había entrada de
dinero directa. Como en toda parte, esta actividad implicó un cambió en el modo de
vida hasta poco orientado hacia una economía de trueque, generando así una cultura de
ahorro. Para las familias eso permitió enfrentar los problemas de salud y educación, dos
elementos centrales que nos permiten entender el proceso de cambio actual en las
comunidades, que sea al nivel de las relaciones sociales o de la organización interna.
20
Esta mentalidad existe todavía pero con los años se ha tomado consciencia de que, sin un proceso de
capacitación largo, no se puede controlar todas las jefaturas del complejo. Así, algunos jóvenes fueron
enviados a estudiar especialidades en Quito y otros se formaron en diversas áreas en el complejo o en el
Colegio Técnico Bilingüe TUNA en la comunidad de Kapawi en donde los Achuar pueden formarse en
ecoturismo. Actualmente, los Achuar son propietarios, administran el lodge pero no manejan todavía
todas las jefaturas (mestizos).
21
Según Descola (1983: 64; 2004: 367-378), existe dos representaciones contrastadas de un mismo tipo
de actividad técnica: el takat como trabajo-calidad y el trabajo como trabajo-mercancía. El takat no es
parte de un intercambio comercial y no puede ser concebido como una entidad autónoma. La actividad
turística se define así como un trabajo pues implica una fuente de ingresos.
22
La cacería es una actividad muy importante para los Achuar ya que sirve para dar de comer a su
familia (cumpliendo con su rol de marido y padre), así que mantener una relación de sociabilidad con los
espíritus tutelares. Es igualmente un momento privilegiado vivido entre el marido y su esposa, propicio
al acto sexual (Descola, 2004: 162).
23
Todavía el dinero se reparte de esta manera.
16
beneficiaba de ningún apoyo para desarrollar sus proyectos. La OINAE pudo así
estabilizar su administración en el Puyo y sufragar, en parte, los gastos del personal
Achuar que trabaja en el apoyo de las comunidades. Desde esta época, un porcentaje
está distribuido entre las diferentes asociaciones que integran la Nacionalidad para que
cada dirigente gestione su desarrollo local. Los beneficios son sin embargo mínimo si
tomamos en cuenta que se reparten entre más de 6000 achuar. Entre 1996 y 2004, los
Achuar se beneficiaron de 1.082.972$ en total (sueldos, arriendo, entradas, venta de
artesanía, servicios, vuelos, etc.), es decir un promedio de 22.56$ por persona y por año
(Rodríguez, 2007). Pero sabemos que la comunidad Kapawi y la asociación Churuya
fueron las que se beneficiaron más del proyecto24. Una gran parte de los Achuar jamás
vieron los recursos de esta actividad o sino únicamente de forma indirecta25.
La Transferencia
En 2003 falleció Carlos Pérez y con él la voluntad de que la empresa Canodros continúe
con el proyecto de Kapawi. Esta decisión se explica por una razón simple: el hotel
nunca generó ganancias. Desde el principio de la actividad, la empresa tuvo que
enfrentar dificultades mayores. En enero de 1996, tres meses antes de que abre el hotel,
ocurrió un evento determinante: se hundió el barco de la empresa en Galápagos. Desde
el inicio, la idea comercial de Canodros era usar el hotel Kapawi para complementar
con Galápagos. Pero al momento de empezar el proyecto, la empresa se quedó sin
barco. Eso hubo como consecuencia una perdida enorme en el Mercado lo cual se
repercutió en la tasa de ocupación del hotel Kapawi. Se perdió mucha fuerza en cuanto a
la oferta. La empresa demoró dos años antes de recoger un nuevo barco. Fue solo a
partir de 1999 que la ocupación del hotel fue rentable, hasta obtener una buena
ocupación a partir de 2000.
24
Como accionistas recibían dinero cada trimestre. Este sistema sigue todavía ya que en 2010, cada
comunidad de la asociación Maana cobró 1222$, aunque la comunidad de Kapawi percibió 7336$. Este
dinero sirve para proyectos locales, compra de materiales, pago de vuelos, etc. No obstante se
encuentra, a veces, cuestionada la utilización de esta plata. Según Kuunt, socio de Kapawi, “El dinero va
en la mano de los síndicos. No hay repartición para los socios, para las necesidades. Solo los reciben los
síndicos y ellos no sé qué harán. No sé exactamente, es así”. La distribución de este dinero hace parte de
este proceso de desarrollo local y su buen manejo está esencial a una buena marcha del proyecto. De
eso depende igualmente la apropiación del proyecto por los Achuar.
25
Esta actividad no aprovechó directamente a todos los Achuar sino a los que vivían cerca del hotel. Sin
embargo, algunos hacían hasta 2 días de caminata para llegar en el hotel, lo que muestra la importancia
de tal trabajo para la gente.
17
“Era muy buena. Entraban muchos turistas y muchos visitantes. Por ende yo
decía, en verdad nuestros líderes proponían que si va a ser un trabajo eficaz.
Entonces las personas de las comunidades empezaron vender yuca, plátano
y las mujeres también hacían artesanías. Con eso ganaban dinero. Entonces,
yo decía que en verdad ha sido mis sueños lo que yo anhelaba” (Tayujin).
Hasta 2008, la tasa de ocupación fue estable pero insuficiente para generar beneficios a
la empresa Canodros. La empresa gastaba demasiado dinero por el costo elevado del
transporte. El nuevo comité director no quiso seguir 8 años más como previsto en el
contrato y decidió, con el aval de los Achuar, anticipar la transferencia a 2008. En
noviembre de 2003 se inició la elaboración del primer Plan de Transferencia. Arnaldo
Rodriguez fue designado como consultor en el tema del proceso de transferencia del
lodge26 aunque Bill Twist, presidente de la Fundación Pachamama27, participó como
asesor de la NAE.
26
Fue gerente de operaciones entre 1999 y 2003.
27
La Fundación Pachamama es la organización hermana de The Pachamama Alliance creada en San
Francisco en 1996 por Bill y Linn Twist. Estas ONG y fundación nacieron gracias a la intervención de
Daniel Koupermann para cubrir necesidades a carácter social en el territorio achuar que, según él,
tergiversaban el modelo de negocio del proyecto turístico. Se enfocan en apoyar la capacidad socio-
organizativa de los Achuar, el derecho a la tierra y su gestión territorial, la educación bilingüe y los
programas de salud. En cuanto al proyecto turístico Kapawi, la ONG y la fundación apoyaron,
participando en la creación del servicio aéreo achuar “Aerosentsak” en 1999 (ofreciendo el primer
avión), implementando un programa de inglés y talleres sobre presupuestos participativos que
complementan los servicios de ecoturismo, valorizando la cultura achuar, ayudando en los sectores
marketing, gestión y financia, etc. La Pachamama tuvo igualmente una influencia grande en el discurso
actual de la NAE sobre la defensa de su territorio y la importancia de conservar la cultura y el medio-
ambiente. Según Rafael Taish, chamán de la comunidad de Wayusentsa: “Con el turismo, los que nos
valora a nuestra cultura son los de la Pachamama. Ellos vienen a tomar el natem, me orientan, me dan
consejo sobre la valorización de la cultura que siempre tenemos que mantener porque si no se va a
morir, que tenemos que valorar también a los hijos. Los otros turistas casi no se interesan a nuestra
cultura, vienen y no nos valoren nada. Nos ven la vida de nosotros y regresan. Los otros (Pachamama)
hablan mucho de nuestra cultura, de la importancia de la educación, cuidar la naturaleza, protección de
los animales. Preguntaron cuántos tucanes se necesita para hacer el Tawasap y nos dijeron que es una
18
La transferencia de Kapawi fue un proceso largo y complicado que permitió revelar las
tensiones existentes entre los 3 diferentes actores que son la empresa Canodros, la
fundación Pachamama y la NAE. Cada uno de ellos tenía su propio interés:
El plan de transferencia demoró 4 años, durante los cuales diferentes procesos fueron
llevados a cabo.
Primero, se necesitó entregar los activos, la operación y administración del hotel. Así
fue creada la compañía CEKSA (Complejo Ecoturístico Kapawi S.A) en 2005. Esta
operadora turística depende de la NAE y tiene como finalidad de gestionar el hotel en
todas sus áreas. Tiene su oficina en Quito.
Segundo, uno de los puntos muy importante fue la cuestión de la formación de los
Achuar ya que, “hasta abril 2006, el interés por la capacitación era esencialmente en la
interpretación y los servicios del hotel” (Canodros, 2008: 65). Los Achuar tenían que
involucrarse en la administración del complejo para poder gestionar el hotel. Según
Domingo Peas, primer coordinador del Plan de Transferencia de la NAE, el problema
principal era que: “los que han administrado, los presidentes (de las asociaciones) no
han capacitado (suficientemente) a sus bases, la comunidad no se ha apropiado del
proyecto, (no han dicho) es nuestro, cuidemos, manejémoslo, mejoremos alternabilidad
sobre la producción de alimento. La comunidad ha adoptado un carácter paternalista,
sólo esperando que lleguen ingresos, sin iniciativas para ese fondo. Pero ahora la NAE
tiene que virar la torta” (Canodros, 2008: 50). Gracias a la ayuda de la fundación
Pachamama, un acuerdo fue así firmado entre la NAE y la Universidad Especiales
Turísticas (UCT) para que sean capacitados los Achuar a los puestos de gerencia,
operación y administración.
Tercero, la empresa Canodros se comprometió a:
pena de matar tantos animales. Hay que cuidar, casar y alimentar con cuidado, cuando hay necesidad.
Me han orientado mucho a mi comunidad” (Tayujin).
19
- Realizar el mercado del hotel sin costo para CEKSA o la NAE durante el año
2008.
A esta situación crítica se debe agregar las tensiones expresadas por la comunidad
Kapawi y la asociación Maana por no ser accionistas del proyecto. En efecto, al
momento de la transferencia, fue decidido que únicamente la NAE, la Pachamama y
Aerotsentsak fueron accionistas. Según German Freire, elegido como presidente de la
NAE en 2009, “El problema aquí era que Kapawi quería ser como accionista, como
dueño de esta propiedad. Como también Maana quería ser accionista. Mis compañeros
anteriores no lo entendieron 100%. Pensaron que una vez que iban a ser accionistas
tomaron otro rumbo. No fue así. Eso causo este problema dos veces de paralizar el
hotel”.
Estos eventos incitaron las autoridades a tomar resoluciones para cambiar el modelo de
gestión y proponer alternativas. En mayo de 2009, se tomó dos decisiones estratégicas
para realizar recortes en los gastos administrativos y operativos. Fue creada una oficina
en Shell al frente de la empresa Aerotsentsak y fue decidido efectuar el viaje Quito-
Shell por vía terrestre (permitiendo reducir el precio de venta de 100$ por pasajero).
Otro momento clave en el proceso de cambio fue la reunión en Wampuik entre el 7 y 10
de julio de 2009, la cual permitió presentar la situación a los Achuar y tomar decisiones
radicales.
20
Durante este evento, el gerente presentó su dimisión y se decidió cambiar los accionistas
y alejar la Fundación Pachamama.
Aunque a partir de octubre de 2009 los 5 estudiantes Achuar obtuvieron sus diplomas y
fueron en capacidad de administrar el hotel, todavía no tenían la experiencia para
gestionar el proyecto desde su base en Quito. Otra vez, los Achuar tuvieron que elegir
un “apache” para encargarse de esta responsabilidad, en un momento económicamente
crítica. Se necesitaba una persona capaz de ganar la confianza de los Achuar e impulsar
una nueva dinámica en el proyecto. Fue elegido Andrés Ordóñez, un ecuatoriano
conocido por los Achuar por ser profesor en la UCT.
muy contentos de las cosas que están pasando. Y ahora quiero contarles lo que está
pasando justamente para que esa emoción y esa alegría la compartamos todos y
especialmente con ustedes que son los dueños de la empresa” (Andrés Ordóñez, 24 de
marzo 2011). Esta asamblea se reúne cada año y hace una revisión de los trabajos que se
están llevando a cabo por cada organización en consorcio con la NAE. Es un momento
muy importante ya que permite ver los avances de los diferentes proyectos y tomar
decisiones por el siguiente año. En caso de la empresa CEKSA, el gerente la presentó
como “un niño enfermo que está en recuperación”. Salvo los dirigentes, los miembros
de la NAE o los responsables/trabajadores del hotel, pocos son los Achuar a tener una
idea de lo que es una empresa, de lo que significa una actividad turística, de la
responsabilidad o del trabajo que implica o de lo que buscan los visitantes.
Aunque no aumentaron las entradas en el hotel en 2010 (820 turistas contra 878 en
200928), el gerente destacó el trabajo efectuado durante el año y los avances obtenidos:
- Por primera vez, el hotel generó utilidades de 4442,69$29. Esta cifra se explica
por una economía en los gastos de operación y una reducción del personal (de
30 a 24 trabajadores en el hotel).
- El hotel benefició de 2 certificaciones: certificación en turismo sostenible de
Smart Voyager y el sello de verificación de Rainforest Alliance.
- Obtuvo 3 reconocimientos: “Perla de Pacifico de Sur”, “Tierra de luz” (por su
labor en la preservación del entorno natural y el apoyo al desarrollo social) y fue
reconocido por la ONU (premio ecuatorial) como uno de los 5 mejores
proyectos a nivel mundial30. Este evento tuvo lugar en el Museo de Historia
Natural de New-York el 20 de septiembre de 2010 y fue celebrado durante una
ceremonia en Quito el 24 de febrero de 2011 con la presencia de la Ministra
Coordinadora de Patrimonio.
- El personal benefició de 15 capacitaciones para mejorar el servicio.
- Se difuso el uso cultural del itip achuar31. Desde 2010 y gracias al apoyo
financiero del Ministerio de la Cultura (1600$), el personal achuar se viste con
itip en el hotel. Según la administración y los dirigentes, esta práctica permite
valorizar la identidad achuar frente a los turistas. Sin embargo, se puede
cuestionar las razones puramente culturales de esta práctica ya que no solamente
los Achuar se visten con el itip. Al preguntar sobre el uso de este traje
tradicional por parte de los guías apaches, los Achuar no tienen una repuesta
clara. Con una sonrisa explican que los apaches trabajan con los Achuar, para
los Achuar, entonces se visten como los Achuar. ¿Cómo explicar así que los
trabajadores achuar usan el itip desde solo un año en el seno del hotel? Hasta
2010, la parte “cultural” consistía en la visita de una comunidad y la compra de
artesanía. Las actividades se enfocaban más en la observación de la naturaleza.
Hoy, el aspecto cultural es visible en el hotel mismo, no solamente a través del
uso del itip sino también con la creación de una noche cultural. Durante este
evento, los hombres presentan el rito de salida a la guerra y las mujeres algunos
cantos (anents). Esta teatralización está claramente destinada a los turistas y
28
Se debe tomar en cuenta el golpe de estado el 30 de septiembre de 2010 que impactó duramente al
sector turístico en los meses de octubre, noviembre y diciembre.
29
En 2009, el balance general fue negativo con una pérdida de 53000$.
30
Considerando la situación económicamente critica del hotel en esta época, el premio del ONU
permitió dar un nuevo impulso al proyecto y participar en promocionar el sitio al nivel mundial.
31
Está practica se ha perdido desde décadas ya que el único elemento del traje tradicional que se pone
hoy al nivel cotidiano son las pinturas corporales (Taylor, 2003: 223).
22
sirva ante todo como herramienta mercantil para satisfacer una clientela en
búsqueda de exotismo. Pero, confrontarse al “otro” permite igualmente construir
y afirmar su identidad. De este punto de vista, es interesante ver que se decidió
elegir presentar el rito de salida a la guerra como marca de identidad. La lucha
del pueblo achuar para proteger su territorio sigue y solamente cambió el
enemigo, siendo las compañías extractivistas el problema principal. En el caso
del hotel Kapawi, afirmarse frente a los turistas puede también ser visto como
una herramienta para apropiarse del sitio y darle una identidad propia, la del
pueblo achuar, cuya imagen occidental se focaliza ante todo en la parte visual: el
itip, la corona de plumas, las pinturas y la lanza. Como lo anotó Chaumeil, “la
“cultura” es, en primer lugar, un constructo de las interacciones con el mundo
exterior” (2009: 67). En el caso del turismo comunitario, promover estas
prácticas culturales es parte esencial de la actividad (Johnston, mencionado por
Zeppel, 2006:12)
El informe presentado por el gerente satisfizo a los Achuar. No hubo ninguna pregunta
o desaprobación en la asamblea. Sin embargo, las opiniones discrepan en cuanto al éxito
de la empresa. Según Santamik, “Antes cuando estábamos trabajando con la gente
blanca, encontrábamos muchas confusiones. Ahora, como trabajamos solo achuar,
según mi punto de vista, estamos en buen camino, porque ahora están ayudando en la
educación y también hacen curso de capacitación de los guías para dar mejor servicio a
nuestros clientes”. Al contrario, según Tayujin, la situación esta preocupante:
“Antes ingresaban bastantes turistas y era bueno. Ahora, como quedó en las
manos de Achuar o de nosotros según mi punto de vista, no es como antes.
Hay algunas inconvenientes en nuestra empresa, porque ahora, como es de
nosotros, tal vez por falta de gestión, hay un poco debilidad y eso yo estoy
proponiendo que deben preocuparse mucho en la empresa para que sea
como antes, que ingresan más turistas”.
32
En 1996, el Estado asignó concesiones petroleras a Arco Oriente (bloque 24) y CGC (bloque 23) que
abarcan el territorio achuar. El 26 de octubre de 1999, Burlington Resources (BR) compró las
concesiones de ARCO en Ecuador (Acción ecológica: 2006). Los intentos de entrada en el territorio
fueron recurrentes desde 1998 pero la resistencia de los Achuar aún no permitió a las empresas
efectuar los estudios de Línea Base (Foro Ecología y Política, 2003: 69-122). Al contrario de otras etnias,
la fuerza de los Achuar reside dentro su unidad política. Sin embargo, las presiones ejercidas por parte
de las empresas ponen en riesgo esta unidad y los Achuar temen que, un día próximo, entran los
petroleros.
23
33
En el contrato firmado entre la empresa Canodros y los Achuar, estaba prohibido construir otros
proyectos turísticos. Ahora que el hotel Kapawi pertenece a los Achuar, el turismo se está desarrollando
en la región. Primero se inició en la comunidad de Tinkias. Esta comunidad se ubica en la cuenca baja del
rio Pastaza, dentro de la Asociación Makusar (7 comunidades) y de la reserva Wankanim (área libre de
cacería y de actividades extractivas creada en 2003). El proyecto es ejecutado por la fundación
Pachamama y abrió sus puertas en 2010. Los aviones aterrizan en Chichirota, la misma comunidad que
rechazó el proyecto turístico 17 años antes. En cuanto a la comunidad de Sharamentsa, se ubica a una
hora de Kapawi en canoa a motor más arriba en el rio Pastaza. Pertenece a la asociación Maana y está
construyendo cabañas para acoger turistas próximamente. Su proyecto está apoyado por la ONG Indio
Hilfe.
34
Hoy, los Achuar tienen una red de apoyos importante en todo el mundo: Ibis (Dinamarca), Indio Hilfe,
la Comunidad Europea, KWF, GTZ, Ecociencia, Fundación Chankuap, Rainforest Alliance, etc.
Entendieron la necesidad de aliarse con estos actores para posicionarse al nivel internacional, proteger
su territorio y promover y financiar sus proyectos de desarrollo local.
24
El apoyo recibido por parte de los diferentes actores permitió a los Achuar proponer una
nueva política de desarrollo orientada hacia el turismo. Sin embargo, los Achuar quieren
manejar sus propios proyectos e imponerse como actores centrales mostrando sus
capacidades a gestionar solos sus actividades. Gracias a una formación universitaria, los
jóvenes siguen estos pasos y se posicionan en los proyectos, manifestando así una
voluntad de seguir en una dirección de desarrollo común orientada hacia la educación,
la salud y proyectos alternativos como el turismo. No obstante, están conscientes de la
necesidad de unirse con los actores exteriores para beneficiar de los financiamientos
necesarios para elaborar y fomentar proyectos de este tipo:
La visión del turismo cambió radicalmente durante los últimos 20 años. De una
actividad desconocida, preocupante y rechazada, pasó a ser una de las prioridades para
los Achuar. Según Germán Freire, el proyecto turístico es “vital”, es de “suma
importancia” porque “genera recursos económicos a la Nacionalidad achuar y que no
impacta al medio ambiente”.
Conclusión:
El complejo ecoturistico Kapawi tiene una historia larga y compleja reveladora de los
efectos, tanto positivos como negativos, del turismo dentro de los territorios indígenas.
Si bien los Achuar desconfiaron al principio, no fue tanto de la actividad turística en sí
mismo, sino de la influencia de la empresa privada Canodros en el proyecto y de un
cierto temor de pérdida del control total de su territorio. Del otro lado, veían la
oportunidad de tal proyecto para el pueblo achuar: beneficiarse de un proyecto turístico
significaba desarrollar una actividad económica dentro de su territorio y afirmarse
políticamente en la escena internacional, es decir: reforzar su autonomía. Hoy, el
turismo de tipo comunitario aparece claramente como la piedra angular de la
conservación y protección de los territorios en el proceso de afirmación y
reivindicaciones de los Pueblos y Nacionalidades. No es solamente una simple actividad
económica sino también una herramienta política fuerte. El turismo es así visto como
“la traducción de una oportunidad” que debe permitir, no homogeneizar las practicas
sino aportar sostenibilidad a formas de organización político-económicas tradicionales
entre las comunidades (Ruiz y Solis, 2007: 318).
La transferencia del hotel a los Achuar en 2008 marcó un paso importante en este
sentido pero reveló igualmente las debilidades y fragilidades del proyecto. La falta de
25
capacitación del personal achuar a los puestos de administración, la elección del primer
administrador y la situación económica mundial en 2008 con la crisis financiera no
facilitaron la transferencia. Pero también se debe mencionar la falta de apropiación del
proyecto por parte de los Achuar, no en el sentido físico sino ideológico. De un
proyecto turístico privado, el hotel Kapawi pasó a ser un proyecto comunitario, es decir
una actividad que se define de manera diferente. Como lo mencionan Ruiz y Solis, “lo
relevante es siempre que la actividad se organiza desde parámetros comunitarios antes
que empresariales, que las decisiones se toman desde contextos asamblearios antes que
gerenciales, que los beneficios deben repercutir comunitariamente y no sólo
accionarialmente, que los turistas habitan en algún grado en la comunidad y no sólo se
hospedan en lugares aislados de la cotidianeidad comunitaria (Ruiz y Solis, 2001:317).
El paso entre lo privado y lo comunitario no es tan grande ya que es similar la manera
de proporcionar y gestionar un producto turístico, pero supone implicar al conjunto de
la población, llevando un proyecto común benéfico a todos, de manera directa (sueldos,
compra de productos, artesanías, etc.) o indirecta (financiamiento de proyectos de
desarrollo en las comunidades). Desde julio 2009 y la asamblea en Wampuik, los
dirigentes tomaron consciencia de la necesidad de reformar y reapropiarse del proyecto
posicionándose como los verdaderos dueños del hotel y exigiendo resultados. El año
2010 fue considerado como un año de “recuperación”, lo cual se caracterizó por la
rehabilitación del sitio, una capacitación importante del personal y la obtención de
diversas certificaciones y premios (a veces prestigioso como lo del ONU). En 2011, el
hotel recibió 887 visitantes, logrando una aumentación de 13% en comparación con
201035. Para el 2012 la meta es de 1100 visitantes.
Como lo expresan los dirigentes, el proyecto de Kapawi se hizo gracias a los sueños de
los Achuar. Aunque tuvieron que luchar para que no fracase, están seguros de que el
turismo puede generar ganancias y permitir así mejorar las condiciones de vida de las
familias. Los impactos de la actividad turística en los modos de vida y en el sistema de
relaciones sociales tradicionales fueron sin duda importantes, pero los Achuar tienen
consciencia del riesgo más importante que representan las empresas petroleras en
cuanto a los impactos sociales, culturales, organizacionales y ecológicos. La
multiplicación de los proyectos turísticos en Tinkias y Sharamentsa revelan las
esperanzas que ponen en el turismo y la necesidad actual de generar recursos para
prodigar un futuro mejor a sus hijos. Queda preguntar si la voluntad de conservar y
proteger su territorio a través la creación de proyectos turísticos será suficiente para
seguir rechazando la entrada de los petroleros y evitar la división interna de su
organización y la dependencia económica de las comunidades.
Bibliografía:
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Conaie,http://www.2010.accionecologica.org/index.php?option=com_content&view=ar
ticle&id=604:atlas-amazonico&catid=81:publicaciones&Itemid=267
35
De igual manera aumentaron los beneficios ya que el hotel generó utilidades por el segundo año
consecutivo con una tasa de 11.199$.
26
Landabarru Jon (1998), “La réaction indigène à l’écriture occidentale”, Ethnies, n°22-
23, pp.105-128.
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