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APOLOGÍA DE SOCRATES:

ANÁLISIS 1:

En la “Apología de Sócrates” Platón escribe la manera en la que Sócrates se defendió


desmintiendo con fundamentos y pruebas las acusaciones de las que lo culpaban Melito, Licón
y Anito. Melito lo hacia en representación de los poetas, Licón en representación de los
oradores y Anito por los políticos y artistas; cada cual representando a un sector de la sociedad.
Ellos consideraban a Sócrates peligroso para la sociedad ateniense porque él era un hombre
que pensaba y que se cuestionaba. La apología muy interesante puesto que es una reflexión
acerca de muchos temas en los que Sócrates estaba interesado, además de que lo hacía y lo
decía para defenderse; lleva varias fases y habla de temas diversos de los cuales se le acusaba;
todos estos temas los abordó de manera muy inteligente; puesto que su objetivo principal era
persuadir a los jueces a que le dieran votos a favor y lo absolvieran. Al inicio aborda las
primeras acusaciones, posteriormente hace un auto-análisis de la actitud que tomó durante
toda su vida y explicó porqué era él así; Sócrates se condenó a sí mismo a la multa por obedecer
a la ley aunque después los jueces al dar el veredicto lo acusaron como culpable (sólo por 6
votos), y así termina la apología dónde Sócrates hace una reflexión acerca de la muerte y de
cómo no tenía miedo de morir, y así lo hizo por defender sus principios e ideas, por lo mismo es
que después de morir, es como si Sócrates se hubiera convertido en héroe griego de la época,
por la valentía con la que murió, la sabiduría que mostró al morir siendo un hombre justo, y
que lo hizo por defender sus principios. Ahora se verán algunos de los temas principales que
abordó Sócrates durante su defensa.

Al inicio pide a la audiencia que lo escuchen con cuidado y vean que dice cosas justas y
verdaderas, después procede a responder y defenderse frente a sus primeras acusaciones. Lo
primero de lo que lo acusan es que él es un impío porque es un hombre sabio que indaga lo que
pasa en los cielos y en la tierra y que sabe convertir un argumento débil en el más fuerte,
además de que dicen se dedicaba a la enseñanza y que cobraba por ello, lo cual es falso. El
refuta estas acusaciones mencionando primero que él no enseña nada ni cobra nada,
simplemente hay jóvenes que le acompañan y conversan con él, pero él no les enseña, sin
embargo lo que responden estos jóvenes cuando les preguntan que qué es lo que Sócrates
enseña, ellos dicen que indaga sobre el cielo y la tierra, al no poder explicar y comprender de
qué es lo que Sócrates habla y conversa.

Sócrates explica y fundamenta lo anterior por lo siguiente: él conversaba con la gente de todos
los sectores de la sociedad, por la siguiente cuestión: su amigo Querefón le dijo que el Oráculo
de Delfos había dicho que no había nadie más sabio que Sócrates; él al escuchar esto no lo
podía creer porque él estaba conciente de que en realidad no sabía nada. Ahora Sócrates
intrigado por las palabras de la Pitonisa emprendió una búsqueda por encontrar la sabiduría en
los hombres que se creían sabios, o que eran conocidos como tal. Empezó a entablar
conversaciones con políticos, artistas, poetas, oradores; y se dio cuenta de que a pesar de la
fama que tenían de sabios ninguno poseía verdadera sabiduría por lo que Sócrates les hacía ver
y les decía que no eran sabios solamente que se creían sabios; Sócrates creía ser un poquito
más sabio al saber que en realidad no sabía nada, ni presumía de ningún conocimiento; al
hacer esto se ganó el desdén y desagrado de la gente con la que conversaba; puesto que es
comprensible que a uno no le guste que le diga alguien que no sabe nada; sin embargo esta es la
tarea que hizo Sócrates y le ganó mala fama.

Ahora las siguientes acusaciones que se le adjudican a Sócrates es el hecho que de: corrompe a
los jóvenes, que no cree en los Dioses del Estado y porque en lugar de ello pone nuevas
divinidades llamadas demonios.

Al hablar y refutar la acusación de que corrompe a los jóvenes, entabla un diálogo con Melito; y
prueba que él no corrompe a los jóvenes puesto que fue llevando a Melito a indagar en el tema
y concluir que si hay alguien que puede corromper a los jóvenes no es solamente él, y que
cualquiera puede ser y que él no lo hace, además de que en lugar de corromperlos la gente
puede o no hacerlos hombres de bien; además le remarca que no está de acuerdo en que lo
hayan llamado directamente al tribunal, porque según la ley primero hay amonestaciones y si
se vuelve a caer en la misma falta, pues ya habrá un juicio pero así como se lo hicieron a él es
injusto.

En el tema de religión y creencia de los Dioses, lo acusan de no creer en los Dioses del Estado y
así creer e los demonios. Él dice en su defensa (en diálogo con Melito su principal acusador),
que él sí cree en los Dioses pero en el supuesto caso en el que creyera en los demonios;
pregunta y afirma que los demonios son los hijos de los Dioses, o los hijos bastardos de los
Dioses con ninfas o algún otro ser, él dice que se le hace absurdo que se pueda creer que hay
hijos de los Dioses (en los que supuestamente él cree); pero que no hay Dioses, con esta
afirmación refuta la acusación religiosa que se le imputa.

Más adelante menciona que él sólo pretende tener comportarse de manera justa, y verdadera y
que él no cesará de ser filósofo y cuestionarse aún así lo destierren o lo condicionen a no volver
a conversar, dice que no lo cumplirá aún así muera. De esta manera se ve aquí cómo Sócrates
estaba tan convencido de sí mismo y de los principios que seguía hasta decidir morir por ellos,
de manera digna, sin rogar, implorar, ni envolver a su familia en ello. Hay algo interesante que
menciona, que puedo definir con el término de conciencia. Él menciona que hay una “voz” que
le habla y le dice lo mejor que es lo que debería hacer, dice él que es una voz divina de los
Dioses que lo han escogido para mostrarle el camino de la justicia y de la verdad, y no falsa
sabiduría a los hombres. Menciona a todas las personas que gustaban de conversar con él,
entre los nombres estaba el de Platón.
Por último cuando se le condena menciona que no tiene miedo de la muerte, porque no se
puede temer algo que se desconoce, y se cree que la muerte es un mal; por lo tanto, él dice que
no sabe quién será más dichoso si él al morir o la gente en seguir viviendo, puesto que cómo el
se imagina la muerte es que se encontrará con todos los personajes griegos inmortales e
importantes, como Homero, Hesíodo; con los cuales podría conversar, así dice que si la muerte
es así “el moriría gustoso mil veces”. De esta manera así concluye solamente pidiendo una cosa:
que si sus hijos en algún momento se creían algo que no eran, los hostiguen y hagan lo mismo
que él hizo con los ciudadanos.

Así de esta manera concluye la Apología de Sócrates, dando un ejemplo de sabiduría, valentía, e
inteligencia; pude ver qu todas sus reflexiones y analogías son tan válidas hoy como en el
tiempo de Sócrates, aunque supongo en su tiempo no se comprendía tanto, asimismo puedo
decir que es un texto muy interesante y que es básico conocer para poder comprender más el
pensamiento de Sócrates y de Platón, además de básico también para el estudio de la filosofía.

ANÁLISIS 2:

1. Introducción
Sócrates vivió del 470 al 399 A. C. . Nació en Atenas, fue hijo de Sofronisco, un escultor, y de
Fenareta, una comadrona y recibió una educación tradicional en literatura, música y gimnasia.
Más tarde se familiarizó con la retórica y la dialéctica de los sofistas, las especulaciones de
los filósofos jónicos y la cultura general de la Atenas de Pericles. Creía en la superioridad de la
discusión sobre la escritura y, en virtud de esta convicción, pasó la mayor parte de su vida en
los mercados y plazas públicas de Atenas, iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que
quisiera escucharle, y a quienes solía responder mediante preguntas. Creó así
un método denominado mayéutica (o arte de "alumbrar" a las almas) a través de el lograba que
sus interlocutores descubrieran la verdad a partir de ellos mismos. Según los testimonios de su
época, era poco agraciado y de escasa estatura, lo que no le impedía actuar con gran audacia
y dominio de sí mismo..
Sócrates fue obediente con respecto a las leyes de Atenas, pero en general evitaba la política.
Creía que había recibido una llamada para ejercer la filosofía y que podría servir mejor a su país
dedicándose a la enseñanza y persuadiendo a los atenienses para que hicieran examen
de conciencia y se ocuparan de su alma. No dejó testimonios escritos de sus enseñanzas.
Aunque fue un patriota y un hombre de profundas convicciones religiosas, Sócrates sufrió sin
embargo la desconfianza de muchos de sus contemporáneos, a los que les disgustaba
su actitud hacia el Estado ateniense y la religión establecida. En el 399 a.C. fue acusado de
despreciar a los dioses del Estado y de introducir nuevas deidades, una referencia
al daemonion, o voz interior mística a la que Sócrates aludía a menudo. También fue acusado
de corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios de la democracia y se le
confundió con los sofistas.
En su Apología de Sócrates, Platón recogió lo esencial de la defensa que Sócrates hizo de sí
mismo en su propio juicio, y que se basó en una valiente reivindicación de toda su vida.
Sus amigos planearon un plan de fuga, pero Sócrates prefirió acatar la ley y murió por ello.
Pasó sus últimos días de vida con sus amigos y seguidores, como queda recogido en la
obra Fedón de Platón, y durante la noche cumplió su sentencia, bebiendo una copa de cicuta
según el procedimiento habitual de ejecución.
2. Desarrollo
Sócrates ha llegado hasta el centro de la Asamblea, espera a que los jueces le den al palabra y se
prepara para afrontar las acusaciones que ha recibido anteriormente. Sin embargo, él está
tranquilo, porque sabe simplemente que la verdad está dentro de él, y que ninguno de sus
acusadores tiene esa ventaja. Sabe, también, que los jueces que se encuentran frente a él son
personas críticas e inteligentes, sin embargo, humanos al fin, son fácilmente impresionables e
ingenuos ante el arte de la retórica. Pero Sócrates no se dispone a actuar de esa manera. A
pesar de que está en peligro de ser condenado a muerte, no intentará en su discurso convencer
a los jueces y sabios por medio de engaños. Pretende, por el contrario, abrirles los ojos a la
verdad.
Al iniciar su discurso, ya ha comenzado por poner las condiciones necesarias para que su
defensa sea comprendida y analizada como es debido. Expresa así el deseo de que se le escuche
y se le mire como a un extranjero, con el cual se toman las consideraciones pertinentes para
hacer caso omiso de su manera de hablar, si bien solo se atenderá a si lo que él dice es justo o
no. Por otra parte, Sócrates pone en manifiesto desde sus primeras palabras el impacto que le
han provocado las acusaciones antes mencionadas. De igual manera no desconoce que tiene
dos clases de adversarios: los primeros representan el mayor peligro, ya que son los que se han
encargado de moldear la opinión que el juzgado tiene desde hace largo tiempo con respecto a
él. Los segundos son sus últimos acusadores, aquellos que han formado una serie de calumnias
y de mentiras para reforzar las sospechas en su contra.
Puesto que Sócrates tiene que habérselas con dos suertes de taimados y astutos personajes, y
además de que desconoce la identidad de los segundos ¿que es lo que debe hacer primero?
Lo que decide es tratar de probar el error de la primera acusación, hela aquí:
Sócrates es un impío, por una curiosidad criminal quiere penetrar lo que pasa en los cielos y
en la tierra, convierte en buena una mala causa y enseña a los demás sus doctrinas.
Estas palabras, pertenecientes a Melito, uno de los acusadores de Sócrates, ya habían sido
planteadas en la comedia de Aristófanes, en la que se pinta a Sócrates como un charlatán que
pretende convertir las ideas malas en buenas e inculcarle además esto a la juventud. ¿Qué
impresión habrá causado esta acusación en este último y en el juzgado, respectivamente?
Colocándonos un momento en su lugar, lo más probable es que Sócrates se haya burlado
interiormente de la infantil composición del anterior enunciado. Analicemos que éste lo
primero que dice es que Sócrates quiere penetrar en las cosas del cielo, sin embargo, por otro
lado, se le acusa también de no creer en los dioses de Atenas. Lo segundo es por demás un
insulto a la dignidad de los allí presentes. ¿No es esto de "convertir en buena una mala causa"
una de las últimas deformaciones que trajo consigo la introducción de la retórica?
La retórica al principio se identificó con el poder maravilloso del convencimiento, con la magia
del lenguaje persuasivo , así como el rebuscamiento de las palabras que conseguía en el
discurso una riqueza extraordinaria de formas y metáforas.
Podemos así observar como Gorgias de Leoncio consiguió en su función de embajador de no
sólo convencer a Atenas de que participara en la lucha contra las ciudades jónicas, sino atraer
la atención entera de los atenienses para aprender el nuevo arte de la retórica.
Pero aquello no estaba mal, lo que no concuerda con todo esto es que la retórica dejó de ser una
ayuda para la vida política y se convirtió en instrumento del poder, adecuando el discurso y las
palabras a toda ocasión, o "convirtiendo en buena una mala causa, y viceversa ". Y es
precisamente de esto ahora que se le acusa a Sócrates.
El efecto de la cantidad de engaño presente aquí es que Sócrates comprueba que nunca se ha
interesado por aquellas ciencias, y que eso cualquiera de los presentes lo ha podido observar
cuando ha estado presente en la plaza pública o Ágora, que es en donde él pasa la mayor parte
de su tiempo dialogando con las personas, poniendo en práctica sus métodos.
Pero el objetivo de Sócrates nunca fue enseñar, y esto hay que tenerlo muy claro, porque puede
confundirse su capacidad de desarrollar la dialéctica con un método de instrucción. No es esto
ni mucho menos, Sócrates lo aclara así en primera instancia cuando nos dice que es una
falsedad si es que se había oído decir que el se dedicaba a la enseñanza y que además cobrara
por ello.
Ejemplo de algunos que sí cobraran por ello, nos dice, son Gorgias de Leoncio, Hippias de Elea
y Pródico de Ceos, los cuales tiene el poder de enseñar a los jóvenes, llamarlos a que se unan a
ellos, y además conseguir su gratitud y su retribución monetaria.
Ahora la pregunta es: ¿está Sócrates en contra de las ideas de cada una de estos sofistas, o por
el contrario, les apoya? podría decirse que en cuanto a sus doctrinas no tiene nada más que
agregar. Aunque la escuela sofística y el periodo en que vivió Sócrates se desarrollan
paralelamente, esto no significa que se parezcan acaso sus métodos de enseñanza. Son
distintos, en primera porque aquel no era el objetivo de Sócrates. El principal es , como ya
habíamos dicho, llegar a la verdad, y el de los sofistas es formar jóvenes aptos para la vida
política, guiándolos por el camino del bien. Cabe aclarar en este punto que no nos referimos a
los sofistas llamados "maestros del engaño", sino a los llamados "maestros del saber" .
El sofista Protágoras hace resaltar este punto cuando dice que al hecho de poder formar al
perfecto ciudadano, al hombre íntegro en su composición espiritual, considera que debe
dársele una paga que el estudiante mismo determinará al terminar la lección. Está considerado
por parte de Sócrates que esto tiene una causa egoísta, sin embargo, el objetivo de Protágoras
desde el punto de vista pedagógico concuerda en cierta manera con la virtud de Sócrates,
veremos más adelante de que manera.
Sócrates no desconoce que la Asamblea entera se cuestiona acerca del origen de todas las
acusaciones. Por eso, lo siguiente que explica es que esto es debido a que se supone que el
posee algún tipo de sabiduría. La primera prueba de ello fue cuando visitó el oráculo de Delfos
en compañía de su amigo Querefón. Este último le pregunta a la Pythia si existe un hombre
más sabio que Sócrates, y ella le responde que no existe ninguno. ¿Cuál es la creencia de
Sócrates con respecto a esta adivinación? pues duda acerca de su veracidad .
A continuación va a relatar como inició una investigación para comprobar su duda, y se dirige a
la casa del hombre que se decía el más sabio de toda la ciudad. Al cuestionarle, se da cuenta de
que este hombre no sabe nada, y sin embargo, cree saberlo todo. Lo deja en ridículo y se dirige
al domicilio de un segundo, recibiendo el mismo resultado. Entonces, fue con los poetas, y les
preguntó acerca del sentido de sus versos, dándose cuenta por su respuesta en que estas
personas sólo escribían cosas bonitas como los adivinadores y no sabían lo que significaban, y
su fuente de inspiración eran ciertos cambios efímeros en la Naturaleza. Con los artistas
Sócrates creyó llegar al final de su búsqueda, estaba seguro de que ellos serían mucho más
sabios que él, pero se decepciona al darse cuenta de su arrogancia en cuanto a su sabiduría,
siendo que no lo eran.
Lógico es que después de ésta investigación Sócrates no recibió el resultado que esperaba, pero
si ganó enemistades sólo porque les hacía ver a los demás que su creencia de que eran sabios de
nada les servía si su único móvil era la ignorancia. Sócrates solo quiere convencerse de que él
no sabe nada, de que él sólo es un ejemplo que ha enviado el Dios para demostrar que el más
sabio es el que reconoce su ignorancia, y aquí es cuando nos dice por primera vez que el vive en
una pobreza infinita. En cuanto a la juventud, ya hemos aclarado que Sócrates no enseñaba, sin
embargo, al unirse a él ciertos jóvenes que gustaban de escucharle porque es claro que quieren
conseguir lo mismo que él; y esto en manos de los acusadores sirve para decir que él los
corrompe.
He aquí a los principales acusadores de Sócrates, los últimos: Anito, Melito y Licón. Melito
representa a los poetas, Anito a los políticos y a los artistas y Licón a los oradores. Melito pues,
acusa a Sócrates de "no creer en los dioses del estado, y de implantar unas nuevas deidades en
forma de demonios. " Podríamos preguntarnos en primera instancia ¿que absurdo argumento
es esto que pretende señalar a Sócrates como un hereje por no creer en los dioses, cuando no ha
sido el primero en afirmar esto? Ya Protágoras nos había señalado una vez: "en lo tocante a los
dioses, no puedo saber si existen o si no existen, ni que forma puedan tener, hay muchas cosas
que impiden este conocimiento, como son la oscuridad del asunto y la brevedad de la vida
humana"
Protágoras no se declara en contra de la religión, sino simplemente confirma su posición atea
dentro del plano del pensamiento, pero esta es una opinión prácticamente de toda la
aristocracia griega del siglo V. Desde Pericles hasta Sócrates, cada uno de ellos no acuden a los
dioses de Homero para explicar y solucionar los problemas de la vida del hombre, sino se basan
en la razón.
Sócrates, con sólo haber escuchado una vez esta acusación, ya tiene las armas suficientes para
debatirla. Sólo le bastó analizarla rápidamente para darse cuenta de la falacia que sustentaba
este argumento.
Entonces llama con seguridad a Melito, y lo primero que le pregunta es, que si su posición ya
ha quedado afirmada, y le preocupa sobremanera la educación de los jóvenes, ¿quién es
la persona que los puede hacer virtuosos?
Inteligente e inesperado es este primer cuestionamiento que Sócrates plantea a Melito, que no
esperaba obtener a su acusación una respuesta como ésta. (¿Cómo saber que Sócrates, en vez
de concentrarse en su justificación, habría de contestar con una interrogante?)
Precipitadamente contesta que las leyes, y al continuar recibiendo la misma pregunta,
responde que los jueces. Sócrates sigue insistiendo en que si los jueces, la asamblea entera,
hasta que lleva a Melito a enredarse en su misma acusación, porque ¿puede sólo una persona
echar a perder a los jóvenes dentro de una sociedad y todos los demás hacerlos mejores? (¡que
ventaja si así fuera!)
Sócrates prosigue, sabe que Melito caerá en cualquier momento y le pregunta que si no es
cierto que los hombres de bien provocan en los que los rodean lo mismo y los pícaros lo
contrario. Melito responde afirmativamente y Sócrates le pregunta si cree que él lo hace
concientemente o sin quererlo. Melito responde con la primera opción y Sócrates desvanece
finalmente su argumento al afirmar si lo cree lo demasiado tonto como para estar incitando al
mal a los jóvenes cuando sabe que si lo hace después recibirá una paga semejante.
En un último análisis Sócrates cuestiona a Melito acerca de su última acusación, la de inducir a
la juventud a no creer en ningún dios y a enseñarles nuevas divinidades (demonios). Melito
responde que lo acusa de no creer en ningún dios, porque afirma que Sócrates cree que el sol es
una piedra y la Luna una tierra. Indudable es que con esto, acabó por poner en ridículo su
argumento, ya que, como Sócrates le responde, no ha sido él el primero en decir esto, sino el
filósofo Anaxágoras.
Además, hace ver como el joven Melito se contradice (y esto es el núcleo a simple vista
indetectable de la falacia), que Sócrates no cree en los dioses y al mismo tiempo cree. Pues ¿qué
son los demonios sino hijos desterrados, bastardos, de los dioses, que ser revelaron contra ellos
y que ahora ocupan su polo opuesto ? ¿Pueden acaso existir cosas humanas sin haber hombres?
¿mulos nacidos de caballos y asnos y sin embargo no existir caballos ni asnos? Es
absolutamente absurda esta acusación y por lo tanto, dice Sócrates, carece de fundamento.
En el anterior diálogo entre Sócrates y Melito vemos la acción y el método de Sócrates por
completo porque ¿acaso fue Sócrates el que dijo todo para comprobar la mentira del
argumento? ¿acaso expuso tan siquiera sus ideas? ¿se defendió con argumentos igualmente
falsos? nada de eso hizo, sólo se conforma con aplicar su método dialéctico , y comprobar hasta
que punto llegaba la ignorancia de este hombre.
Sócrates sabe en este momento que no hay quien se deje de preguntar si el riesgo por realizar
su tarea era tal , porque no la ha abandonado. Para él no existe esto, pues privarle del derecho
de filosofar sería tanto como privarle del derecho de vivir, pues, según sus propias
palabras, una vida sin reflexión es una vida que no merece ser vivida.
Sócrates cree firmemente que el Dios del oráculo le ha encomendado una misión, y esa misión
es ir en busca de la verdad y ayudar a las personas a encontrar su verdad, además Sócrates no
le teme a la muerte ¿por que ha de hacerlo, si es algo que le es desconocido? por lo tanto no
puede elaborar aún un juicio para decir si es buena o es mala, el por lo tanto no puede temerle
como si tuviera la certeza de que es algo malo; pero si tiene la certeza de que algo si lo es, es
seguro que va a huir de ello.
¿Por qué Sócrates plantea esto? por que para él el hombre por naturaleza actúa de la manera
correcta si conoce las cosas, si conoce algo que es bueno, obrará por consecuencia, nadie es
malo concientemente, sólo lo es por la ignorancia. A continuación Sócrates afirma lo que ya
antes habíamos entendido: que prefiere morir antes que filosofar, esta labor incesante, ardua, y
laboriosa que le conlleva buscar respuestas en el alma de cada ser humano, es lo que le sostiene
y es su principal motivo para vivir, por ello se sorprende ante la ignorancia, y por ello les habla
a los jueces acerca de cultivar su alma, pues: "¿cómo no te averguenzas de no haber pensado
más que en amontonar riquezas, en adquirir créditos y honores, en despreciar los tesoros de
la verdad y de la sabiduría y en no trabajar para hacer tu alma tan buena como pueda serlo?
"
Una de las máximas de Sócrates se alza en este reclamo, en esta voz que se atrevió a levantarse
contra los jueces y a reprocharles acerca de su conducta materialista, para Sócrates la tarea
fundamental del hombre es el cuidado del alma. Mientras que el hombre se preocupe por
los bienes materiales, la fama, la fortuna, el éxito social y la riqueza, pero sea pobre de espíritu,
su vida tendrá siempre el velo de la ignorancia que le estará cegando, esta vida será así vacía
porque no utiliza a la razón y la virtud.
Sócrates prosigue, y le pide a la asamblea y a los jueces que se calmen y lo escuchen con calma y
con serenidad como la había pedido en un principio, los jueces para este momento están
alterados, les ha desconcertado demasiado que un hombre, y más aún, un acusado por un
grave delito les hable de esta manera.
Pero Sócrates habla de que el mayor mal no será para él al fin y al cabo, pues lo que hace Anito
sí es digno de repudio, pues se ensaña en que muera un hombre justo. Sócrates está convencido
de que si el muere no habrá otro en Atenas que tenga la capacidad para indagar y continuar la
tarea que él desarrollaba. Sócrates siempre estaba en busca de algo, siempre se consideraría
según sus propias palabras como un tábano que aguijoneaba a los demás, siempre son nuevas
preguntas, con nuevas formulaciones, con nuevas críticas, para hostigar, para avivar y excitar la
mente de cada persona, para no dejarlos descansar, para que siempre, y en todo momento, la
reflexión formara parte de sus vidas. El encargo divino que le han encomendado no cesará
hasta que el muera, y muerto él, no habrá quizá nadie que pueda abrir los ojos de los que no
quieran ver.
Las acusaciones que recalca Anito contra él ni siquiera se pueden basar en que Sócrates cumpla
su mandato divino lucrando con ello, porque él tiene para probarlo que es pobre y que ha
dejado sus intereses, y hasta el cuidado de sus bienes para ayudar a las demás personas.
¿Por qué si tiene ese mandato sobrehumano no actuado nunca para beneficio de la Ciudad en
una asamblea, colaborando en asuntos políticos?
Aquí es cuando Sócrates habla por vez primera de aquel demonio familiar, aquella voz dentro
de su conciencia que siempre, ya cada momento de su vida, desde que fue niño, siempre le
fastidiaba, le hostigaba para que abandonara tal o cual decisión . Esta voz siempre le detuvo,
pues, cuando Sócrates pensó en entrometerse en la política, y él piensa que tuvo razón, porque
indudablemente su tarea nunca hubiera sido semejante a la que realizaba, el tiene la creencia
de que un hombre no puede realizar un beneficio importante dentro de su ciudad si hace esto
último.
Como prueba de ello, Sócrates relata como, cuando llegó a ser Senador dentro de la tribu
Antióquida, se encontraba en Pritaneo cuando se creyó necesario realizar un juicio en contra de
10 generales que no habían enterrado los cuerpos de los ciudadanos muertos en Arginusas.
Sócrates fue el único que se rebeló ante sus compañeros cuando se estaba cometiendo esta
violación de las leyes, y no le interesó que ninguno de ello le apoyara o que todos creyeran
conveniente esta injusticia, pues el no la iba a permitir mientras estuviera en sus manos
oponerse.
Aquí está es ejemplo de cómo Sócrates no se interesaba nunca por obtener popularidad a través
de sus discursos y de sus argumentos, cosa que podemos encontrar en la retórica de los sofistas
. A Gorgias, por ejemplo, poco le importaba si pasaba por encima de la justicia, si la pisoteaba a
caso, pues mientras se obtuviera éxito con el público esto no importaba en absoluto. Para
Sócrates, la justicia se antepone a toda consideración, sin tener en cuenta las consecuencias, el
éxito o el fracaso, inclusive la vida del orador.
Por ello precisamente no ha querido mezclarse con los asuntos de la república, por que sabe
que si lo hubiera hecho, muy probablemente ya no seguiría con vida. Posteriormente Sócrates
vuelve a confirmar que su oficio nunca ha sido la enseñanza, y que por lo tanto las
consecuencias que se le imponen por hacer esto no proceden porque la gente lo escucha y lo
sigue por voluntad propia, ya que se interesan por sus métodos y su sabiduría.
Sócrates no tiene nada que temer acerca de las acusaciones que se le imponen , y de hecho
nunca la ha tenido, tiene suficientes testigos para probarlo y les hace vera los jueces que si él
corrompiera a los jóvenes como Melito dice, sus hermanos, padres o parientes allí presentes se
levantarían en contra suya y le hubieran acusado de haber corrompido a sus hijos. A cada uno
los va mencionando, a los respectivos jóvenes que se relacionan con él y a sus padres, y entre
ellos resaltan los nombres de Platón y de Apolodoro. Todos ellos estaban dispuestos a defender
a Sócrates. y, como el dice, si acaso fuera cierto lo que dice Melito, podría valerse de la
acusación de alguno de ellos, pero no puede, porque todo lo que ha dicho es mentira. También
sabe, estarían dispuestos a defenderlo sus hijos, que son tres, dos niños y un adolescente, y sin
embargo no quiere hacerlos comparecer allí.
La razón es muy sencilla: es humillante que el recurra a tales artificios para salvar su vida, con
la edad con la que cuenta y los cargos de los que se le acusa, no hará nada de esto porque
entonces ¿en dónde dejaría el cumplimiento hacia las Normas de Atenas? ¿En donde quedaría
su dignidad, como otros que había visto que se las daban de sabios, y habían recibido grandes
condecoraciones y honores, y al ser juzgados de rebajaban a la posición de ponerse a lloriquear
y a implorar al juzgado que les perdonara la vida, y si los jueces permiten esta clase de escenas
es que están su bajando a su ciudad al perdonar a individuos como aquellos en vez de aplicarles
la sentencia. Es así como Sócrates pone en manifiesto nuevamente su filosofía, su manera de
pensar. El sueño hasta ahora era obtener un éxito político permanente, Sócrates no se preocupa
por ello, sino por implantar un nuevo tipo de pensamiento que no sólo englobaba la conducta
frente a la política o a la sociedad, sino a toda la vida del hombre en general, y principalmente
su conducta y sus valores éticos. La moral cambió a Sócrates por la ética permanente, aquella
que se aplicaba a toda la existencia , la psyche por encima de los bienes del cuerpo y la fortuna.
Cuando Sócrates terminó su defensa , de los 556 jueces que eran, 275 votaron a favor y 281 en
contra. Sócrates es condenado por una mayoría de 6 votos, pero les hace ver que no le
sorprende el fallo dado porque ya estaba preparado, y sabe que debe imponerse una condena.
El así, no se considera digno más que de un gran bien, y esto no es una gran mentira, ni una
arrogancia como seguramente lo tomaron los jueces que votaron en su contra, sino solamente
la aplicación de la justicia. Si Sócrates ocupó su vida para el beneficio de los demás, si siempre
se preocupó por que cultivaran su mente y su espíritu y cultivaran su alma, alejándose de la
codicia de los objetos materiales y las riquezas, si nunca se integró a una cábala o conjuración,
si nunca hizo el daño a nadie, es digno entonces solamente de ser alimentado en el Pritaneo.
No se juzga digno de ninguna pena más, ni siquiera del destierro, por que sabe que si los
atenienses no han soportado sus conversaciones y sus ideas, estando en otra ciudad ¿que haría
el cuando lo volvieran a acusar de corromper a la juventud? Tal vez pensarían los jueces que le
sería posible callar y no filosofar más, pero dada la posición de Sócrates, esto es prácticamente
imposible. Con su método de preguntas y respuestas, esto es lo que ha hecho siempre:
Sócrates conmueve a sus interlocutores y les obliga a seguir buscando la verdad y que
encuentren un sentido racional en sus vidas. Esto es lo que define a Sócrates, lo que lo
diferencia de todos los demás: es implacable, sin aceptar excusas, ni compromisos, Sócrates
pregunta y muestra cuan insuficientes son las respuestas.
Protágoras de Abdera, Hippias de Elea y todos los demás sofistas se concentran en alcanzar la
virtud política dentro del hombre, esta virtud era buena y se encontraba naturalmente en cada
uno de los seres humanos, era e el llamado "areté" "excelencia política", el perfeccionamiento
del arte de la oratoria, de la retórica y del discurso, para que el estudiante perfeccionara el arte
de hablar en público y de convencer a su auditorio, actuando lo mejor posible de acuerdo a las
circunstancias. Pero Sócrates se preocupaba por saber cual era la esencia verdadera de este
"areté" y cual era la esencia de otros valores, como por ejemplo el valor, la templanza, la
piedad.
Ya mencionamos que después sobrevendría el inmoralismo dentro de la enseñanza sofísitca, y
el papel de el filósofo se corrompería y se transformaría en el de retórico, su principal función
era dominar a la asamblea por medio de la palabra. Esto lo podemos observar en la aberración
de Discursos Dobles, texto que se atribuye a un discípulo de Protágoras, en el que se aplican
esquemas axiológicos de ambivalencia de cada asunto para recibir el apoyo o la crítica según
correspondiera. Así, el papel del orador se transformaba y con este era el instrumento perfecto
para cambiarlo todo si así convenía, lo justo a injusto, la blanco a negro, etc.
Los "maestros de la virtud" se preocupaban para que sus discípulos estuvieran preparados para
recibir el éxito dentro de un mundo de opiniones preestablecidas, dentro de la cual ya existía
un doxa definido, Sócrates plantea otro objetivo desde un principio y este es descubrir que es y
cómo es cada hombre, cual es su bien real, que son las virtudes y los vicios de verdad y cual es
el mejor camino para llegar a la felicidad verdadera, no se sujeta a ningún doxa ni opinión
social, pues a Sócrates poco le importa la opinión de la gente ni los valores tradicionales. Ya ha
quedado claro con su actitud frente al juzgado, y en su relato de lo que ocurrió en sus
intervenciones políticas : para él lo verdaderamente importante es sólo ser justo teniendo en las
manos un conocimiento verdadero.
Frente a los sofistas Sócrates reconoce no saber nada y su afán por conocer constante. A
contrario de él, Protágoras se declararía a si mismo como el primer Sofista ( el poseedor de la
sophia.-sabiduría) y su habilidad como profesional para desempeñar su trabajo.
Pero volvamos a la última parte de la defensa de Sócrates, y veamos que es lo que ocurre
cuando éste decide imponerse la pena de multa, pues sabe que sus discípulos Plátón, Cristóbulo
y Apolodoro pueden pagar con 30 minas para liberarlo de otra condena. Pero el juzgado
delibera ante esta actitud y rechazan esta decisión: Sócrates es condenado a muerte.
En este punto es cuando Sócrates se abre y declara lo que hemos sabido desde un principio:
que no se ha defendido con palabras engañosas y no se ha valido de las artes de su elocuencia
simplemente porque no se rebajó ante los jueces. Les dice algo que no constituye más que su
pensamiento y es que les hubiera encantado verlo humillado, suplicando y llorando por que le
perdonaran la vida pero Sócrates responde:
Quiero más morir despúes de haberme defendido como me he defendido que vivir por
haberme arrastrado ante vosotros
El ideal del pensamiento socrático : Conócete a ti mismo, presente aquí y siempre en todos los
argumentos de Sócrates. El sabe que está siendo condenado injustamente, no tiene por que
aceptar lo contrario y pedir clemencia por un delito que no cometió, como ya lo había afirmado.
Conocerte a ti mismo representa velar por tu alma, y esto a su vez significa siempre estar en
busca de los valores auténticos y puros de la vida humana, y uno de esos valores es,
precisamente, la dignidad.
Sócrates sabe que sus acusadores, los que lo han condenado, sufrirán así más que él, que está
condenado a muerte, porque la verdad los condena por su propio peso, y, en cuanto a lo que
sucederá después de su muerte, advierte que muchos y en gran número se rebelarán contra el
Estado, y que sobrevendrá sobre de él un castigo peor que el que le han impuesto.
La única vía para contener esta amenaza será escuchar los consejos de estos hombres y hacerse
mejor, en vez de matar a uno más.
Sócrates, por último, antes de ser conducido a su destino, se da la oportunidad de conversar un
momento con los jueces que han creído en él y han votado a su favor. Les relata que le ha
sucedido algo maravilloso aquel día, pues la voz de su demonio familiar no se había hecho
presente ni le había hablado. ¿Por qué? porque Sócrates dice que hay indicios de que su
condena resulta así un bien, ya que la muerte, o una de dos: o es un absoluto anonadamiento y
una privación de todo sentimiento, o es un tránsito del alma de un lugar a otro. De cualquier
manera para Sócrates sobreviene un bien infinitamente mayor que encontrarse vivo. El está
convencido de que no le espera ningún mal al hombre de bien antes y después de su muerte.
Por último, pide a estos jueces que cuando sus hijos sean mayores, los hostiguen y atormenten
como el los ha atormentado a ellos, conduciéndoles a la verdad y avergonzándoles si prefieren
las riquezas a la virtud, porque así es como él actuado con ellos.
He aquí la defensa de Sócrates, la última lección ética que nos ofrece el filósofo, sus
dos legados más importantes: el primero es el valor infinito del alma y el cuidado que por ella
había que tener, por sobre todas las cosas; el segundo el segundo es el del verdadero bien de la
justicia como excelencia del alma, anteponiéndose a todo y de manera incondicional.
ANÁLISIS 3

La obra se puede dividir en las siguientes partes:


1. Primera parte
a. La introducción
b. La acusación
c. La explicación del porqué se le acusa
d. Su interpretación del Oráculo de Delfos
e. La refutación de los cargos
f. La autoaniquilación: decir la verdad
2. Segunda parte
a. La aceptación
b. El señalamiento de la pena
3. Tercera parte

a. La profecía

PRIMERA PARTE

a- La introducción:
Sócrates empieza por dejar en claro que es mentira lo que sus acusadores han dicho de él y que
en su defensa, él si se ajustará, como siempre, a la verdad. Lanza además, una daga con la
punta anestesiada a algunos de los atenienses que lo juzgarán, pues cuando les solicita que lo
disculpen, por no defenderse con el lenguaje de los tribunales, pues sólo conoce el lenguaje que
acostumbra a usar en las plazas públicas, donde “muchos de vosotros me habéis oído[4]les está
diciendo que de condenarlo, deberían de condenarse ellos también, por haberlo seguido en sus
discursos. Deja la impresión que Sócrates ya intuye el desenlace de este juicio.[5]
Acto seguido, describe cómo será el desarrollo de su defensa:
Responder a las primeras acusaciones falsas.
Responder a sus primeros acusadores
Responder a las acusaciones más recientes.
Hace esta diferencia, porque indica que sus detractores lo acusan desde hace mucho tiempo
atrás (él tiene 70 años para ese momento[6]y que estas acusaciones han calado hondo en las
mentes de otros, de tal forma, que tiene en su contra, no solo a quienes lo calumnian desde
siempre, sino además a los que han sido persuadidos y a su vez han persuadido a otros de que
Sócrates no cree que haya dioses.

b- La acusación
Menciona a sus acusadores: Melito, Anito y Licón, que representan a los poetas, artífices y
políticos y a los oradores, respectivamente. Luego, lee su acusación: “Sócrates es culpable de
tratar de penetrar, con curiosidad impía, los secretos de la tierra y del cielo, de hacer de una
mala una buena causa y de enseñar a otros cosas semejantes.”[7] Más adelante leerá: “Sócrates
es culpable de corromper a los jóvenes, de no reconocer a los dioses del Estado y de introducir
nuevas divinidades.[8]”

c- La explicación del porqué se le acusa


Sócrates, dialogando con sus juzgadores, en un franco monólogo, les dice, como hablando en
voz alta: ¿De donde vienen esas calumnias que se han difundido contra ti? Y responde: viene de
cierta sabiduría que hay en mí, aunque mas adelante dice que no la tiene. Explica que
Cherefón, su amigo de la infancia, un día fue a Delfos, preguntó al oráculo si había en el mundo
un hombre más sabio que Sócrates y la Pita respondió que no.
Sócrates intenta comprender el significado del oráculo y busca a hombres sabios: poetas,
políticos, oradores y artífices para corroborar que si existen hombres más sabios que él, sin
embargo, se percata que, a los ojos de casi todos, estos pasaban por sabios sin serlo. Intentó
convencerlos de tal error y esto le generó el odio de muchos. Es evidente que hace 2300 años,
así como hoy, conducirse de esta forma, es asegurarse el desprecio de los otros y una forma de
suicidarse.
Esto, que ha sido el origen del odio que le tienen, y que, pienso, le valió una fama de arrogante,
aunque él se perciba muy humilde, será lo que a la postre, posiblemente, termine siendo la
causa de su condena, pues está confirmando con sus propias palabras, lo que de boca en boca
se transmitido y entre los 500 que lo juzgan, sin lugar a dudas, habrán habido: poetas, políticos
y artífices.
Termina reafirmando: “Por esto es por lo que se me odia, por decir la verdad”[9]

d- Su interpretación del Oráculo de Delfos


Termina entonces por decir lo que quiso decir el Oráculo: “Mortales, el más sabio de vosotros
es aquél que, a ejemplo de Sócrates, reconoce que nada es su sabiduría.”[10] Sin embargo su
humildad de reconocer que nada sabe, pienso, es, precisamente, la leña que hace encienda la
hoguera del odio hacia él.

e- La refutación de los cargos


Ante las acusaciones, ya transcritas arriba, Sócrates se defiende atacando a sus difamadores.
Acusa a Melito de mentiroso[11]de petulante y de insolente[12]Y lo confronta. Le refuta sus
alegatos y los aniquila con sus preguntas. Primeramente le cuestiona ¿quién es la persona
capaz de hacer mejores a los jóvenes? A lo que Melito contesta, las leyes. Le vuelve a plantear la
pregunta y contesta Los Jueces (Jueces y Leyes están en absoluta concordancia).
En mi criterio, la respuesta de Melito es muy efectiva para acorralar a Sócrates, pues si este
niega lo que dice Melito, estará diciendo que los 500 jueces (que lo están juzgando) y las leyes
creadas por los mismos atenienses, son incapaces de hacer más virtuosos a los jóvenes, ergo,
serán sus corruptores. Si por el contrario, acepta, como cierto, que esos 500 jueces son todos
capaces de hacer mejor a los jóvenes, estaría aceptando que, por su envestidura de jueces, son
hombres sabios y virtuosos, lo cual, a todas luces no es así. Sócrates sabía que Melito nunca
contestaría la respuesta que él quería: el filósofo. Al final, la pregunta de Sócrates termina
interpretándose como: ¿Quién es la única persona capaz de hacer peor a los jóvenes? Y para
Melito sólo tiene una respuesta: Sócrates.
Así las cosas, Sócrates descalifica la respuesta de Melito, pero por su puesto, termina con ello
de echar unas gotas más de cicuta a la copa que tendrá que beber.
En vista que está siendo acusado de corromper a los jóvenes, pregunta: ¿Qué cosa es mejor
para ti, vivir entre gentes de bien o entre malvados? ¿No es verdad que los malos hacen
siempre mal a los que están cerca de ellos y los buenos hacen siempre algún bien a los que con
ellos viven? ¿Habrá, pues alguien que quiera recibir algún daño de aquellos con quienes trata,
más bien que ser favorecido? ¿Cuándo me acusas de corromper a la juventud y de volverla
peor, dices que la corrompo intencionalmente o sin quererlo? Melito responde:
intencionalmente.
Ahora Sócrates, descarga su furia contra Melito, haciendo ver que si él corrompiera a la
juventud, de manera intencional, se estaría exponiendo a que ellos mismos lo dañaran luego y
por lo tanto, se estaría dañando a sí mismo. Algo así como el refrán que dice: Cría cuervos y te
sacarán los ojos. En mi criterio, pareciera que Sócrates, sí crió cuervos. Los mismos cuervos
que lo escuchaban en sus disertaciones, fueron quienes le llenaron la copa de cicuta.[13]
Por último Sócrates demuestra que la acusación de que no cree en los dioses es falsa, pues hace
que Melito acepte que Sócrates sí cree en los Demones, como hijos de los dioses, y si cree en
estos, no puede ser que no crea en los dioses.
f- La autoaniquilación
Siendo que Sócrates sabe las razones del odio que se le profesa y que intuye cuál será el
desenlace de ese juicio, le vuelve a abrir la llave al dispensador de cicuta, cuando luego de
terminar el interrogatorio, en su discurso le dice a los 500 jueces: “De todas maneras, hagáis
caso de Anito o no hagáis, me absolváis o me condenéis, nunca jamás obraré de otro modo, así
tenga que sufrir mil muertes.[14]”
Para concluir, Sócrates recuerda al jurado que no va a recurrir a trucos de llantos, ni traerá a
sus hijos a provocar compasión. Afirma no temer a la muerte y asegura que no actuará de
manera contraria a su deber religioso, por lo que confiará plenamente en su sólida
argumentación y en la verdad para ganarse el veredicto. El jurado, sin embargo, lo encuentra
culpable por 281 votos a 220.[15]

SEGUNDA PARTE
La aceptación
Sin extrañarse, Sócrates acepta la condena, sin embargo, dice que esperaba ser condenado por
más votos en su contra y no por una diferencia de tan solo 30.
En la época, nos dicen Meabe y Ascárate (pag 54, nota 26): “Cuando un acusado era declarado
culpable y el acusador pedía contra él la pena de muerte, la ley permitía al acusado condenarse
a sí mismo a una de estas tres penas: prisión perpetua, multa o destierro. La ley había
establecido esta disposición para que los jueces no tuvieran ningún escrúpulo de condenar a un
hombre que, condenándose a sí mismo, se declarara culpable por confesión propia. No cayó
Sócrates en el lazo; no se condenó en manera ninguna, por lo que dice Jenofonte, ni permitió a
sus amigos que lo hiciera: que esto era reconocer la culpa. De manera que Sócrates reclama su
inocencia, y por obedecer a la ley, se señala a sí mismo una recompensa en lugar de un
castigo.”

El señalamiento de la pena
Sócrates, tenía derecho a formular una contrapropuesta a la pena que se le impuso[16](la pena
de muerte), por lo que propone lo siguiente:
Ofrece comida gratuita en el Pritaneo, lo que “era un honor reservado a atletas y otros
ciudadanos importantes.”[17] Descarta el destierro y considera una multa de 30 minas, que es
lo que sus amigos pueden pagar, pero el jurado no aceptará por considerarlo una suma muy
pequeña comparada con el castigo impuesto. La pena de muerte es impuesta.

TERCERA PARTE

a- La profecía
Profetiza a los que lo condenaron que serán castigados, que tendrán un gran número de
censores a quienes él (Sócrates) contenía, quienes serán tanto más severos cuanto que son más
jóvenes. Les dice que matando gente para que no les censuren sus malas vidas, no es una forma
honesta de desembarazarse de los censores. Es mejor esforzarse en ser más virtuoso.
Se dirige luego a los que lo absolvieron y los llama: Jueces, y les dice que no deben temer a la
muerte, que la muerte no es un mal, sino un bien. Luego se despide para siempre de ellos

ANÁLISIS 4
Apología de Sócrates

La obra relata el juicio que tubo que compadecer Sócrates y consta de tres partes que se
estructuran de la siguiente manera:

Primer parte

Sócrates antes de que comience el tribunal advierte de que el no utilizara términos bellos como
si lo hacen aquellos (los acusadores) que intentan convencerlos. Él solo dirá la verdad y dirá las
palabras como salgan y que solo juzguen las cosas que dice.
Luego comienza a defenderse: primero contra sus antiguos acusadores que son a los que mas
les teme por la mala fama que le hacen diciendo “Sócrates investiga todo lo que hay bajo la
tierra y hace más fuerte el argumento más débil”. Estos han sido persuadidos desde chicos
contra el para que cuando sean grandes fueran persuadiendo a otros. Lo más alarmante es que
no dan la cara. Ante esto el aclara que nada tiene que ver con lo que lo acusan, ya que en sus
conversaciones nunca a tocado estos temas. Además el no intenta educar a la gente y cobrar por
ello ya que reconoce que el no posee ese don. Entonces la gente se pregunta ¿Sócrates cual es tu
profesión? Él aclara que solo posee sabiduría humana como la tienen cualquier persona. Tal
sabiduría la obtuvo luego de que su amigo Querofonte fue a Delfos a consultar al oráculo acerca
de que si había alguien mas sabio que Sócrates y el oráculo dijo que no. A partir de esto,
Sócrates comienza a investigar porque el oráculo a dicho esto y para esto realiza entrevistas a
todos aquellos que se consideran sabios como los políticos, poetas y artesanos, llegando a la
conclusión de que ninguno de estos era sabio y que solo el dios es sabio, y que lo que quiere
decir el oráculo es que la sabiduría humana poco o nada vale ante su sabiduría y que si lo
nombro a el fue solo para poner un ejemplo.
Comenta que surgió un grupo de jóvenes que lo siguen en sus interrogaciones y en
consecuencia son los interrogados los que se encorajinan contra el y de aquí nace el rumor de
que Sócrates es el corruptor de la juventud. De entre estos se encuentran Meleto y sus
cómplices.
Comienza a defenderse de Meletos diciendo que miente ya que éste dice preocuparse por
problemas que jamás le han preocupado. Meletos sostiene que Sócrates corrompe a los jóvenes
y de manera voluntaria. Sócrates niega esto y dice que en caso de corromperlos seria de manera
involuntaria y por lo tanto la ley lo tendría que advertir de manera privada y no ante un
tribunal. Meletos sostiene que Sócrates corrompe a los jóvenes enseñando a no honrar a los
dioses de la ciudad (ni a ningún dios) y si a otras divinidades. Sócrates argumenta que Meletos
se esta contradiciendo ya que no pueden existir divinidades sin existir al mismo tiempo los
dioses, por lo tanto lo acusa de que se esta burlando de todos y de que no encontró nada serio
para acusarlo. Por lo tanto, dice Sócrates, si nos atenemos a la acusación de Meletos yo no soy
culpable.
Luego aclara a los presentes de que él no esta avergonzado de lo que hace que lo lleva al
extremo, ya que un hombre con valentía no debe estar preocupado por la muerte sino que solo
debe considerar la honradez de sus acciones que es lo que vale. El temor a la muerte es
presumir de saber algo que desconoce, ya que nadie conoce que sea la muerte, si es algo mal o
no. Por otro lado, advierte que su mandato es el de persuadir a todos de que no hay que
preocuparse por el cuerpo ni por las riquezas sino por la virtud que es la fuente de bienestar.
Explica al pueblo de que él no esta haciendo su propia defensa sino de que esta defendiendo a
ellos ya que él ah sido colocado por dios para tenerlos alerta y corregirlos y si lo matan no
volverán a encontrar a otro a no ser de que el dios mande otro.
Sócrates sostiene que el es un don del dios y la prueba esta en su pobreza, ya que no seria
humano que halla descuidado sus asuntos preocupándose por el pueblo. Luego explica su
alejamiento de la política confesando de que hay una voz en su interior (daimon) que se
encarga de desaconsejarlo en algunas ocasiones, como fue en el caso de la política, ya que si se
hubiera metido en política hace tiempo estaría muerto, porque quien quiere luchar por la
justicia debe tener presente que se conforme con una vida retirada ya que quien se opone en
una Asamblea queriendo imponerse ante una injusticia es difícil que salve su vida. Sócrates da
prueba de lo que dice con dos casos (Arguinusas y Salamina) en cual manifiesta que nunca
cedería ante una injusticia.
También hace referencia a la educación sosteniendo que el no fue un maestro ya que nunca
prometió enseñanza y por otro lado él no corrompe a los jóvenes porque si lo hubiera hecho
estarían en el tribunal acusándolo, y si no son ellos serán sus familiares, y sin embargo ninguno
lo acusa.
Sócrates se niega a usar recursos sentimentales ya que considera que a su edad no es honrado
hacerlo, ni tampoco lo haría por el hecho de que no quiere salir absuelto por la compasión
comprada. Por otro lado si suplicaría estaría enseñando que no hay dioses y así se estaría
condenando así mismo por no creer en los dioses.

Segunda parte

Sócrates es declarado culpable y Meletos propone la muerte. Sócrates comienza a pensar la


contrapropuesta. Primero propone, ya que el considera que fue un hombre que busco el bien y
necesita un castigo con arreglo a los merecimientos, que el Estado se haga cargo de él en el
Pritaneo. Luego piensa si es mejor lo que propone Meletos, la cárcel con una multa o el exilio.
Por ultimo oferta una multa.

Tercera parte

Sócrates es condenado a muerte. Él aclara que el apuro de los atenienses (no todos) es lo que lo
lleva a la muerte y a estos les dice que si piensan que él ha sido condenado por la pobreza de su
discurso en el sentido del tipo de discursos que los tienen acostumbrados aquellos que intentan
escapar del peligro, se equivocan ya que él nunca llegaría a hablar de la manera que les hubiese
gustado entonando lamentaciones y diciendo cosas indignas ya que nunca ah creído que hacia
falta llegar a la deshonra para evitar los peligros. Todos los peligros pueden evitarse pero lo
más difícil es escapar a la maldad. A Sócrates que ya es viejo le ah llegado la muerte, pero a los
acusadores que son jóvenes serán atrapados por la maldad.
Luego Sócrates profetiza diciendo que después de su muerte caerá ante el pueblo un castigo
mas duro que el que le acaban de dar a el. Será que cada día aumentara el número de los que
exijan explicación de sus actos y se equivocan si creen que matándolos es la mejor manera de
sacárselos de encima sino que hay un modo más fácil: no perjudicar a los demás, y mejorar la
propia conducta. Luego se quiere dirigir a los que han votado a su favor. A estos les dice que la
voz del daimon no lo ha alertado de ningún mal a pesar de que lo condenaron a muerte y para
la mayoría es lo peor. Y esto paso porque consideró que la muerte es un bien y no un mal. Hay
razones para considerar que la muerte no es una desgracia sino una aventura ya que o es una
reducción a la nada (como un sueño profundo) o es una mudanza del alma a otro lugar (para
Sócrates seria maravilloso encontrarse con los héroes del pasado).
Por ultimo Sócrates hace una petición: que cuando sus hijos sean mayores y tengan ostentación
por las riquezas y no se preocupen por la virtud, que sean castigados y que le reprochen cuando
se crean ser algo que no lo son.

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