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Me parecería lo mas correcto antes de iniciar mi narración sobre la experiencia con las
lecturas, hablar de algunas nociones que tenía antes sobre los temas planteados por
Sócrates, Descartes, Foucault, para ir construyendo desde allí la experiencia. Todos
hemos tenido alguna vez en nuestro trayecto por la educación secundaria como materia:
filosofía, y en ella siempre se planteo como eje central de su conceptualización la idea de
búsqueda de la verdad. Podría decir de ella, con mis propias palabras, lo que siempre se
nos marcó en el ámbito familiar, que es algo positivo, que uno siempre debe ir de frente
con ella, y la famosa frase “que las mentiras tienen patas cortas”.
Este entendimiento en mi caso, fue valido y útil durante la mayor parte de mi vida. Pero
llegada mi primera experiencia con la universidad, aclaro en otra carrera(sociología), esta
noción cobro un nuevo significado para mí, ya no era solo ese principio moral que había
que respetar y que cobraba especial importancia en las relaciones interpersonales, sino
que tomo nuevos alcances, y con esto quiero decir, entornos de aplicación, formas de
aplicación, fines, etc., al ser nuevamente mostrada hacia mi como una construcción,
ejemplificada, en los medios de comunicación, la política, y las diferentes formas de
ejercicio del poder a lo largo de la historia, por decir algunos. Esto es lo que era para mí
a grandes rasgos la vérité antes de la lectura de estos autores.
Voy a ser completamente sincero con ustedes con respecto a la lectura del texto de Platón,
“La apología de Sócrates”, antes de esta, estos personajes históricos, para mí no tenían
una especial relevancia, esto como consecuencia de una formación filosófica deficitario
o inexistente, sumado además a la poca divulgación que se hace de ellos para los que no
están en las cuestiones filosóficas. Buscando el lado positivo a esta cuestión, puedo decir
que quizá en otra etapa de mi vida la lectura de los mismos no hubiera podido despertar
en mí lo que voy a esbozar ahora. No se si les pasara a ustedes, pero para mis las primeras
impresiones son las que perduran en la mente, a las que uno siempre vuelve para definir
el sentimiento producido, y puedo decir sin ánimos de sonar muy exagerado, que es esto
mismo lo que me produjo el primer acercamiento al texto sobre Sócrates.Su cómoda
lectura en general, producto de un dialogo elocuente en primera persona, hizo que en mi
caso me mantuviese entretenido, como así también asombrado por como este personaje
hace uso de una impecable retorica a lo largo del texto. De igual manera, no voy a
desconocer momentos de dificultad en algunas partes del mismo, cuando se hacía
referencia a personajes u acontecimientos históricos antecedentes, que hacían que uno
debiera recurrir a una bibliografía complementaria, pero superados aquellos
inconvenientes, volvían a la lectura mucho más rica en comprensión.
Michel Foucault no es un autor desconocido para mí, fue motivo de lectura en una materia
que se llamaba “Conocimiento Científico y en la cual revisamos su trabajo, “Vigilar y
Castigar”. Allí pude dar cuenta de su forma de trabajar, su creatividad y su impronta sobre
temas poco estudiados, “La hermenéutica del sujeto” es un ejemplo mas de lo que digo.
Siguiendo la consigna, voy a decir que en un primer momento este texto me pareció un
poco incompresible, no solo por la alusión a términos dados por entendidos, que
nuevamente invitaban (como me ocurrió con la Apología) a un lector desinformado a
informarse a cada paso, sino por el hecho de que las conclusiones a las que llegaba a cada
termino, requerían más que una simple lectura de fuentes externas, requerían una
comprensión acabada, con todo lo que ello significa. Superadas esas dificultades todo se
hizo más claro, cobro un especial sentido la lectura de Sócrates, que, en un principio, a
mi entender, solo se limitaba o mejor enfocaba su interés en la “verdad”, para conformar
en el planteamiento de Foucault el hilo conductor de toda una teoría de la historia del
pensamiento. Fue muy interesante leer como puso de nuevo en consideración la noción
de la “inquietud de sí mismo” Socrática, con todo lo que ello significa, dándonos una de
sus características fundamentales, “para acceder a la verdad, el sujeto debe
transformarse”, voy a decir que en un primer momento esta caracterización me pareció
muy “filosófica”, pero inmediatamente lo relacione con todo lo que había entendido del
texto anterior, no en vano fueron las innumerables alusiones de Sócrates a preocuparnos
por nosotros mismo al margen de las cuestiones materiales, él quería que el hombre se
analizase, preguntase, examinase, acudiendo a lo más íntimo de uno mismo en busca de
esa explicación de su propio ser, de la verdad.