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REVISTA DE IPSICOC 2015 - N° 4

ARTÍCULOS SELECTOS

ALCANCE

Estimados colegas y alumnos, así como profesionales en general de la salud mental,


publicamos nuestra revista N° 6 del 2014 correspondiente a Octubre. Esperemos
sirva de información para su labor y lo difundan a otros colegas ya que los
conocimientos se socializan.

Recordemos que nuestra revista constituye un medio de difusión riguroso y reflexivo


sobre los principales tópicos relacionados con la Terapia Cognitivo Conductual.

Sus objetivos más destacados son:

1. Presentar, divulgar y debatir los conceptos más importantes de algunos


desórdenes psicopatológicos.
2. Explicar los fundamentos de las principales técnicas y procedimientos de
evaluación y tratamiento en Terapia Cognitivo Conductual.
3. Brindar información de las investigaciones y modelos de última generación
dentro del enfoque.

Nos complacemos en brindar, desde IPSICOC, cada vez más difusión a los conceptos,
técnicas, procedimientos e ideas inherentes a la Terapia Cognitivo Conductual.

Invitamos a los alumnos y colegas que comulgan con nuestro enfoque a enviarnos
artículos o investigaciones para difundirlas a través de este medio. Pueden escribir a
info@ipsicoc.com o a erodriguez@ipsicoc.com , respetándose los créditos de cada
persona que envíe el artículo o tema a difundir.

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Aprendiendo a controlar la ansiedad

Dr. Edgar Rodríguez V.

La ansiedad habitual puede impedir que disfrute de la vida. Mira por encima de su
hombro como una sombra al acecho, diciéndole sobre todas las cosas que usted debe
evitar. La ansiedad parece venir por la parte delantera, trasera y en cada dirección,
amenazándolo sin importar la forma hábil en que usted intente ocultarse. Se siente
como algo implacable y hace que usted se convierta en un fugitivo.

Enfrente sus miedos

Es importante darse cuenta de ciertos miedos y dejar de huir de ellos. El huir


continuamente le das más poder a la ansiedad. Cierta objetividad sobre uno mismo
y el proceso emocional y mental que ocurre en la vida diaria es necesario para darse
cuenta del miedo. Esta detección se llama: metacognición, una buena herramienta
para practicar durante el proceso de creación de una vida feliz y libre de ansiedad.

Temores comunes

Algunos temores primitivos han estado en el ser humano a través de la evolución.


Hasta los niños tienen miedo a los ruidos fuertes y de caer. Esta es una parte de la
condición humana y es normal. Las personas tienen un sentido de la
autopreservación. Si usted ve a una serpiente, salta hacia atrás. Si usted está
caminando por una calle oscura y una persona siniestra va en su dirección, usted se
mueve hacia el otro lado de la calle, busca otro camino o una tienda amigable. Si
parece que un carro lo está siguiendo de una forma rara, usted se irá a una estación
de gasolina hasta que el conductor se vaya. Casi todos tienen un sentimiento
automático e intuitivo de protección que los alerta del peligro aun cuando la
naturaleza de peligro no se conozca. Puede haber una respuesta física, que se ericen
los bellos de los brazos o de atrás del cuello, el corazón palpita rápido, hay

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contracciones en la garganta y movimientos en el estómago. Esta es una manera
natural del cuidado de uno mismo.

¿Cuál es la diferencia entre el temor y la ansiedad?

El miedo y la ansiedad son parecidos pero no son exactamente lo mismo. El miedo


es inmediato. Cuando alguien le habla en voz alta, amenazante, querrá irse lejos o
enfrentarse a esa persona y pedirle que se detenga. La ansiedad tiene que ver con
algo que se avecina en el futuro y que posiblemente es imaginario. Es la percepción
de que algo puede salir mal o que una persona puede pensar mal de usted si se
equivoca. La ansiedad tiene el aura de fatalidad inminente que en la mayoría de los
casos no se basa en un hecho.

¿En qué parte del cerebro humano se origina el miedo?

En la región límbica del cerebro humano hay una pequeña zona llamada amígdala,
que es el centro del miedo y la ansiedad. La estimulación de esta comienza a
aumentar el latido del corazón y la respiración rápida. El reconocimiento de la
conciencia mental del miedo viene unos segundos después.

La auto preservación es una motivación humana saludable. Si usted se encuentra


con un gran oso gris camino al parque nacional o en un lugar silvestre,
definitivamente va a querer salir vivo. Si ve a un oso a gran distancia como lo describe
un guardabosque en sus hábitos o comportamientos puede ser que usted esté
interesado pero no con miedo. La ansiedad tiene un componente fuerte de peligro.
Uno realmente se siente amenazado cuando el mundo o el medio ambiente cercano
no es seguro. Algunas veces, otras emociones como la tristeza lo pueden llevar a tener
ansiedad. Es como si una puerta negativa se abriera, se levanta el puente levadizo de
los ascensores y el espacio permite a los grandes barcos de ansiedad avanzar. El

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denominador común es que hay un componente poco realista de ansiedad. Se siente
completamente verdadero, pero lo que verdaderamente se teme no es realmente
peligroso.

Conéctese con sus miedos y ansiedades

Con el fin de usar la TCC para administrar sus emociones difíciles, tiene que tener
una idea clara de cuáles son las situaciones que las causan. Sirve de ayuda hacer una
lista simple, listar el incidente, sus pensamientos sobre él, su respuesta emocional y
su respuesta conductual. Un ejemplo en su registro podría verse así: se da cuenta
que el saldo de su cuenta bancaria es de cien dólares menos de lo que pensaba. Usted
piensa: “he cometido un estúpido error”. Se pregunta cuál ha sido el error en su
contabilidad. Su emoción es de miedo, que se convierte en una catástrofe, y sus
comportamientos son dobles y revisa las cantidades de su chequera llamando al
banco para obtener el saldo actual y quizás las transacciones pasadas.

Esencial

Escritor y profesor de psiquiatría Daniel J. Siegel dice que si lo puedes nombrar,


entonces puedes domesticarlo. Esto significa que identificar y etiquetar distintas
situaciones que causan ansiedad reduce en gran manera la emoción fuerte asociada.
Este conocimiento puede proporcionarle la motivación y el impulso para ser educado
sobre miedos y ansiedades precisas. Se requiere hacer un esfuerzo, poner en lista
incidentes como los descritos en el párrafo anterior, pero después de unos días, usted
comenzará a ver los patrones. Su conciencia se agudiza y se puede ver que ciertos
sucesos aumentan su ansiedad y le impiden tener una existencia relajada y serena.
Quizá tenga miedo de las figuras de autoridad o de las instituciones. Una carta
certificada del Servicio de Impuestos Internos eleva su presión arterial
instantáneamente. Usted puede no tener la seguridad sobre otras personas como
usted. Desprecios reales o imaginados le incomodan bastante. Es sensible a la
posibilidad de pérdidas humanas. Es tarde y su amigo no llama. Teme que él esté en
un grave accidente. Usted tiene miedo por no ser perfecto. Escucha viejas voces
críticas del pasado en su cabeza.

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Alerta

Eric Berne, creador del análisis transaccional, cree que muchas personas tienen un
padre crítico interiorizado, la voz que siempre está diciendo lo que debe hacer, cómo
debería hacerlo y cuando es inepto y sin esperanza. Estas voces grabadas
profundamente lo ayudan a tener un buen comportamiento, ser un ciudadano
respetuoso de la ley, pero algunas de las directivas podrían ser excesivamente
restrictivas y punitivas. No hay una sola manera correcta para seguir ese registro. Tal
vez quiera designar una revista particular para esta lista o hacer un archivo en su
computadora. Lo importante es ser consistente y exhaustivo por un período de
tiempo, permitiéndose ver situaciones repetitivas y categorías que se presenten en
su vida.

Ataques de pánico

Los Ataques de pánico son fiebres repentinas de miedo y temor, generalmente


acompañados de sudoración, pulso creciente, falta de aliento, mareos, náuseas,
temblores, asfixia, sensaciones de irrealidad, molestias en el pecho, bochornos o
escalofríos, temor de volverse loco o miedo de morir. Los ataques de pánico no son
el resultado de una condición física, tales como ataques al corazón o demasiado
alcohol. Generalmente el episodio dura unos diez minutos. A veces ha ocurrido un
evento precipitante que traumatizó al individuo (tener un bebé, mudarse a una nueva
ciudad, dejar un trabajo, empezar un nuevo trabajo, o la pérdida reciente de un ser
querido), haciendo que sea más vulnerable a temores acerca de los síntomas
corporales junto con una predisposición a los patrones de pensamiento malsano e
improductivo.

Dato

De diez a doce por ciento de la población tiene un ataque de pánico durante un año
determinado. Los ataques de pánico son comunes. La edad promedio en que las
mujeres buscan ayuda es de treinta y cuatro años. Algunos de los entornos
desencadenantes de los episodios de pánico son ascensores, teatros, centros
comerciales, autopistas, cuando camina solo, o cuando está lejos de su entorno
habitual.

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Algunos ejemplos de pensamiento distorsionado de aquellos que tienen ataques de
pánico presentan un ritmo cardíaco acelerado como un ataque al corazón, visión
borrosa como inminente ceguera, o disnea como asfixia. Uno puede ver que la
persona presa del pánico tiende a pensar en los extremos, sobregeneraliza un grado
alarmante. La TCC ayuda al individuo con problemas a que la situación no sea una
catástrofe, trayendo los síntomas a un contexto realista. La TCC ofrece ayuda para
quienes sufren de episodios de pánico alarmantes. Algunas técnicas útiles incluyen
reeducación sobre la verdadera naturaleza de los síntomas físicos y su grado relativo
de peligro, la respiración y el trabajo de relajación, exposición gradual a la situación
temida con apoyo y el aumento gradual a la exposición de las sensaciones físicas
temidas. Con la práctica, la persona aprende que las situaciones y sensaciones no son
potencialmente mortales. Según el profesor William Sanderson de la universidad
Hofstra, Nueva York, la mayoría de los pacientes con trastornos de pánico que se
comprometen a un curso de tratamiento de terapia cognitiva conductual mejoran
sus síntomas significativamente.

Esencial

La TCC ayuda a la persona presa del pánico a controlar la hiperventilación, la


respiración superficial que tiende a traer una constelación de los síntomas físicos de
pánico (sudoración, pulso creciente, mareos, hormigueo). Aprender a respirar con el
diafragma disminuye estos síntomas, da mucho más control a la persona presa del
pánico sobre los elementos del pánico.

Exposición para la extinción

La extinción es uno de los términos del condicionamiento clásico, refiriéndose al


resultado de la exposición repetida de un estímulo particular hasta que ya no es
gratificante o no tiene ningún efecto especial. Imagínese que usted está interesado
en hablar en una lengua extranjera pero tiene miedo de decir algo malo y causar algo
grave, que la gente no lo entienda o, peor aún, que se rían a carcajadas de usted.
Usted puede adaptar un curso de acciones para contrarrestar esta ansiedad
particular profundamente arraigada de la siguiente manera: escuche cintas en
lengua extranjera, vea películas subtituladas en lengua extranjera, escuche música
en el idioma extranjero, utilice las cintas de la práctica para hacer una pausa,
dándose la oportunidad de imitar y responder. Encuentre una tienda donde el

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empleado habla el idioma deseado. Vaya con frecuencia y diga cosas tales como:
“buenas tardes”, “gracias” o ¿cuánto cuesta esto? Vaya a un restaurante étnico y pida
la orden en el nuevo idioma. Viaje a un país donde deba hablar el idioma con el fin
de hacer todos los arreglos: viajes, hotel, direcciones, transacciones financieras, etc.

Si es capaz de seguir este curso de acción de principio a fin, sin duda encontrará que
ya no tiene miedo de cometer errores con la nueva lengua. Se dará cuenta que ya no
tiene miedo de cometer errores con el nuevo idioma. Estará tan decidido en
comunicarse aún con imperfecciones que usarán gestos y cualquier otro medio
posible para cuidar de usted y satisfacer sus necesidades.

Manejar emociones difíciles mientras se mueve hacia la extinción

Descubrirá que hay una razón, o tal vez incluso varios motivos, del por qué está
preocupado por ciertas situaciones. A menudo los orígenes de miedos y ansiedades
profundamente arraigados son reprimidos, enterrados durante mucho tiempo en el
pasado. Durante el curso del trabajo de una existencia manejable, estos simplemente
se apartan como reliquias desagradables de dificultades pasadas.

Esencial

Durante su famoso discurso inaugural de 1932, Franklin Roosevelt reconoció los


efectos paralizantes del miedo, especialmente temores experimentados en grupo o
nivel cultural. Sus famosas palabras: “Lo único que debemos temer es al miedo en sí
mismo: horrendo, irracional e injustificado, que paraliza los esfuerzos necesarios
para convertir el apartamiento en progreso”. Propuso medidas para contrarrestar el
miedo, muy similares a las técnicas de la TCC. Como se trabaja con comportamientos
graduales para domar su ansiedad, el último incidente y los miedos que lo
acompañan se presentan en la superficie. ¡Este puede ser muy desagradable! Usted
podría sentirse como un niño con bastante incertidumbre sobre su seguridad, el
contexto puede ser nebuloso e irreal y luego progresivamente más claro, tal vez
conectado a acontecimientos particulares de su niñez. Tanto cuanto pueda, siga con
ello, incluso en medio de emociones difíciles, diciéndose a sí mismo que ahora usted
es adulto y que todo está bien. Respire profundamente, sabiendo que en el otro lado
usted va a tener nueva libertad. Por ejemplo, tal vez usted esté interesado en sentirse

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cómodo y competente como un nadador en el fondo de una piscina, pero está
intranquilo en el agua y no ha nadado en décadas. Mientras aumenta gradualmente
sus niveles de exposición a las piscinas y a nadar, recuerda un terrible incidente.
Cuando era joven, un tío lo tiró a una piscina y se rio mientras que usted trataba de
salvarse, sin saber realmente nadar. El tío se rio de su angustia. Al encarar el
incidente originario y las emociones de ese tiempo (totalmente apropiado para un
niño asustado) recuerda todo, y milagrosamente sus emociones fuera de control
disminuyen.

Tipos de ansiedades
Algunos de sus miedos profundamente arraigados pueden tener que ver con su valor
básico como persona. ¿Dónde se define como un niño en términos de sus logros? Si
ese es el caso, tal vez usted tenga un sentido débil del valor individual, aparte de sus
logros, estatus y valor material. Otros tipos de ansiedades pueden girar en torno al
lugar donde encaja en el esquema social de las cosas. Si hubo abuso verbal o
emocional en la familia de origen, el adulto a menudo se encuentra inseguro en
situaciones sociales, ya sea en grupos o interactuando íntimamente, uno a uno con
otra persona. Las viejas ansiedades del niño se presentan y la reacción natural es
retirarse. Le tomará práctica aceptar que vale mucho, simplemente por ser un ser
humano y que otros lo consideran muy agradable y aceptable, a diferencia de la
situación emocional de maltrato de la familia de origen.
Esencial
Louise Hay hace la siguiente afirmación para una persona preocupada y con
ansiedad: “Yo me amo y apruebo, y confío en el proceso de la vida. Estoy a salvo”.
Tal vez quiera decir: “Estoy seguro en una serie de experiencias humanas”. Puedo
adaptarme a una variedad de personas en diferentes situaciones”.
La ansiedad social

¿Cuáles son algunos de los signos de la ansiedad social? En su libro de trabajo


cognitivo conductual para la ansiedad, el psicólogo William Knaus enumera los
siguientes indicadores de ansiedades sociales: sensación consciente de uno mismo,
miedo a la evaluación y el juicio, esperar no agradarle a otros, sentirse confundido e
incapaz de pensar con claridad o hablar con otras personas, dificultad para tener una

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pequeña charla, temer a las figuras de autoridad, ocultarse cuando suena el timbre,
frecuente rubor o sudoración en presencia de otros, evitar hablar en público.

Las ansiedades sociales pueden ser tan debilitantes que las personas recurren a las
drogas o el alcohol con el fin de facilitarse el camino con los demás, siquiera un poco.
La ansiedad social es altamente predominante en los Estados Unidos, con un alza de
unos 11 millones de estadounidenses que se sienten petrificados en situaciones
sociales. Algunas personas buscan un escape con la adicción al trabajo u otra
actividad obsesiva, cualquier cosa para evitar la interacción con otros.

Inventario del miedo social

Knaus sugiere que las personas con fobias sociales afinan su conciencia en
situaciones específicas y hablando con sí mismos del acontecimiento temido. Por
ejemplo, podría escribir frases en un diario como las siguientes que le ocurren
mientras aumenta su conciencia de lo que es realmente aterrador y luego clasificarlas
de alguna manera como de la más débil a la más fuerte:

1. Estoy nervioso cuando conozco a gente que no conozco.


2. Tengo poco interés en dar a los demás.
3. Probablemente no le agrado mucho a las personas.
4. Si las personas me conocieran, estarían horrorizados.
5. No soy bueno en una conversación casual.
6. Tengo miedo de hacer el ridículo entre otros.
7. Me siento avergonzado cuando soy el centro de atención.
8. No quiero comer solo en restaurantes.
9. Soy consciente sobre mi aspecto.
10. Tengo que pensar en lo que digo antes de que pueda hablar con otros.

Cómo intervenir
Al igual que con las demás situaciones que inducen a la ansiedad, sirve de ayuda
formar gradualmente sus experiencias, de manera que lentamente asemejen la
situación temida, hasta que encuentre que es realmente capaz de funcionar en ese
contexto. Puede inventar un programa por sí mismo, basado en sus temores
específicos, trabajando a través de los pasos por sí mismo, o puede pedir la ayuda de
un amigo o un terapeuta para apuntalar su confianza, para tener coraje y una mayor

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competencia. Algunas sugerencias podrían ser muy claras en lo que desee cambiar.
Grábese en video a sí mismo en una situación. Memorice algunas frases sencillas que
le facilitarán el camino sobre el temido encuentro. Realice un juego de roles con un
amigo o un terapeuta. Mire directamente a la persona con quien usted está hablando.
Enfrente temores de fracaso y llévelos hacia el peor escenario en su mente. Por
ejemplo, si habla con alguien nuevo y camina lejos, ¿morirá? probablemente no.
¿Cuándo usted habla a un grupo, cada persona de la habitación tiene que centrar su
atención en sus palabras? Es poco probable que esto ocurra, incluso con un orador
experimentado y profesional. Esté alerta a la tendencia de magnificar la relativa
importancia de la situación. Solo es una parte de la vida, un momento en un día dado.

Vivir con ambigüedad

Una persona madura y sana puede lidiar con cierto grado de ambigüedad, la pureza
incierta en muchos aspectos de la vida. ¿Habrá un terremoto, un ataque terrorista o
disparos en un lugar público? Uno nunca sabe y desarrolla la habilidad mental y
emocional para dejar de tratar de controlar lo incontrolable lo que hace maravillas y
crea mayor ritmo en la mente.

El escritor Joseph Campbell dijo: "Tenemos que estar dispuestos a dejar de lado la
vida que hemos planeado para tener la vida que nos espera.” Esto requiere un poco
de tolerancia a la ambigüedad y lo desconocido, así como la voluntad no debe ser
cambiada por ninguna identidad.

Haga otra lista

Si usted encuentra que está continuamente con varios temores, preocupaciones y


ansiedades lo que le puede ayudar es hacer una lista de aquellas cosas y luego notar
cuales puede controlar y cuáles no. Algunas veces salen algunas sorpresas a la
superficie. Está tratando de controlar las cosas que no tienen control y está dejando
situaciones de la vida que necesitan que tome acción. Por supuesto, generalmente no
puede tomar decisiones inmediatamente con respecto a las cosas importantes que
evita pero su nivel de ansiedad disminuye mucho cuando acepta que usted no es un
geólogo que estudia las fallas tectónicas, un oficial de seguridad que intercepta los
celulares de los terroristas o un especialista del crimen que está al tanto de los
crímenes vinculados con eventos con los medios de comunicación. Deje que esos
profesionales hagan lo que saben hacer mejor y enfóquese en los aspectos de su vida

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en los que tenga algún poder. Algunas veces le ayuda hacer una lista de las
situaciones de la vida que son incomodas o fastidiosas. Luego, puede hacer una lista
con dos columnas: escriba lo que puede cambiar y lo que no puede cambiar. Debe
ser capaz de mirar cada elemento y preguntarse si se puede cambiar o si abre nuevas
puertas. Algunas veces las elecciones son opuestas de lo que ha asumido. Uno no
puede cambiar la personalidad exigente del jefe pero unas vacaciones o una
transferencia puede disminuir la dificultad.

Esencial

Puede ser de mucha ayuda preguntarse sinceramente a sí mismo: ¿Cuál es la verdad


de esta situación? Esta pregunta algunas veces puede cambiar la perspectiva de la
situación y guiarle hacia resultados completamente diferentes. Las elecciones que
apoyan su serenidad y bienestar son siempre deseables si no es fácil. Por ejemplo: si
tiene cierto familiar que siempre domina la conversación, y guía toda la atención
hacia sí mismo aun cuando otros intentan unirse, tienes varias opciones. Puede
elegir no ir al evento. Puede ir pero interactuar con otras personas en otra habitación.
Puede sentarse cerca de él y entusiasmarte cada vez que hace una proclamación
importante y felicitarse a sí mismo por lo valiente que fue en esos minutos o puede
pensar en bendiciones para esa persona.

Siempre es posible elegir otra perspectiva. Cada individuo tiene una perspectiva y
eso ayuda a la persona a decidir lo que quiere trabajar en la vida. Una perspectiva de
pesimismo, juicio de uno mismo, perfeccionismo, autocrítica te llevan a un tipo de
resultado. Una perspectiva de aceptación, compostura y buena voluntad te llevan a
otro resultado. La perspectiva es individual y es una elección de cada persona por
separado.

Cree un refugio de seguridad

Desafortunadamente es imposible controlar todos los aspectos de la vida que te


hacen sentir nervioso pero hay una elección considerable entre ciertos aspectos de
tu vida. Eso te puede ayudar a desarrollar una rutina y ciertos tipos de rituales que
te harán sentir tranquilo. Tal vez crees un espacio en tu casa que es algo como un
altar, un lugar que tenga imágenes que asocies con tu conexión espiritual y que te
hagan sentir seguro. Eso puede ser en dónde medites u ores. Una forma regular de
ejercicio es una forma maravillosa para equilibrar los aspectos de ansiedad,

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llevándolo también a una tranquilidad emocional y mental. Con un ejercicio
repetitivo notarás que tu tolerancia aumenta así que no tenga miedo por subir la
apuesta por paseos o caminatas más largas, nadar más o hacer merengue por dos
horas en lugar de una. Un círculo de amigos o familiares que te conocen y quieren es
un antídoto maravilloso para disminuir el temor. Pase más tiempo con esas
personas. Llámelos seguido. Mándele un mensaje de saludo cuando sepa que un
amigo va a tener una entrevista difícil o una cita médica. Pase tiempo en persona con
las personas a las que quiera no dependa de los sitios sociales para mantener una
amistad. Una tarjeta escrita a mano a lo antiguo o una carta son sorpresas
bienvenidas en estos días. Tómese unos cuantos momentos para mandar algo a un
amigo como un reconocimiento o algo que lo anime. Escriba notas de
agradecimiento aun a las personas que no hayan sido generosas con usted.
Desarrolle algunos rituales diarios y semanales que ofrezcan sustento emocional y
espiritual. Tal vez tenga muchos libros que lo inspiren. No olvide aplicarlos para sus
necesidades básicas. Visite una iglesia, un grupo de apoyo o terapia que tal vez sean
parte que sostenga su esfuerzo. Mantenga eso en sus salidas regulares y su mente y
emociones responderán de una forma favorable. Tómese el tiempo de mantenerse
en contacto con los amigos y familia que están geográficamente lejos. Con el
maravilloso mundo digital a su disposición, puede decirle a mucha gente que la
quiere solo moviendo su dedo. Todos estos esfuerzos combinados tienen el efecto
acumulativo de aumentar su tolerancia a la ambigüedad. Incluso una parada familiar
para tomar un café en una mañana puede ser una parte alegre de lo que te haga sentir
centrado especialmente por conocer al señor amigable que hace el café.

Mover las perdidas pasadas

La trascendencia y mortalidad son parte de la vida. En el ritmo rápido de la vida de


hoy la seguridad puede cambiar con rapidez hacia la inseguridad especialmente si
uno está profundamente involucrado en situaciones o cosas que no son agradables
por mucho tiempo. Cuando un amigo querido o un familiar mueren, por supuesto
que hay un proceso largo de tristeza y es importante pasar tiempo moviéndose para
tener conciencia deliberada y dignidad. La pérdida se integra al conocimiento que
hay un comienzo y un final. El truco es estar bien aún sin saber cuándo lo que puede
venir después. Las situaciones pueden cambiar rápidamente. El departamento de su
edificio se vende y de repente tiene un nuevo propietario del que nunca ha
escuchado. Su departamento de trabajo está consolidado con otro y pierde a su

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trabajador favorito. Un buen amigo se casa y se muda a otro lado del país creando
una vida nueva que no incluye pasar mucho tiempo con usted. Tus hijos que crecen
y ya no necesitan su atención diaria. Tiene que rediseñarte y redefinirse a sí mismo
en cada uno de estos casos. Esto puede ser mucho trabajo pero la verdad es que la
liberación de la conciencia le permite dejar las cosas atrás para estar presente en las
cosas que están pasando. La mística y la filosofía que le implora estar aquí ahora para
saber de lo que están hablando. Si se compromete en cada momento de la vida y cada
día hay al menos una razón menos para tener temor y ansiedad. Estará muy ocupado
disfrutando de sí mismo y dándose cuenta de lo maravilloso de la existencia.

Cómo puede ayudarle la TCC con la ansiedad

La TCC definitivamente le ayudará con la ansiedad porque lo lleva paso a paso hacia
el proceso de darse cuenta y escribir específicamente sus miedos y ansiedades,
identificando y hablando a sí mismo de la ansiedad, monitoreando los síntomas
físicos de la ansiedad y hablándose a sí mismo sobre las acciones que lo llevarán
hacia un nivel de tranquilidad en la situación de temor. Es importante cultivar la
creencia de que no está a la misericordia de sus síntomas, preocupaciones o miedos
habituales. Lo que es importante es la percepción de lo que es real y verdadero para
usted. Estos actos deliberados de pensamiento, requieren mucha valentía y el
resultado es una vida con menor ansiedad.

Un recordatorio respecto a la ansiedad

Como la ansiedad es un hábito profundamente arraigado, algunos piensan que tiene


conexión con la ansiedad de la madre durante el embarazo. Usted puede volver a su
modo por defecto una y otra vez. Como el viejo adagio sobre levantarse del caballo
después de caerse, regresar a trabajar con oraciones específicas y oraciones contadas.
Regresar a las acciones que te llevaran a una nueva visión de la vida.

Dele forma

Puede comprometerse con un espíritu de alegría y darle forma a su miedo. Dibuje,


pinte, haga un títere o un muñeco vudú y póngale el nombre de lo que más teme.
Hable con él, siéntelo en una silla y dígale lo que siempre haya querido decirle. Esta
creatividad lo acerca en gran medida para aliviar los más grandes miedos y
ansiedades de la vida. Usted es mucho más grande que ellos aún si ellos han

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controlado su vida hasta ahora. Trabajar con el miedo como una imagen ayuda a
disminuir su tamaño.

Imagine que es un actor o actriz

Mientras esté aprendiendo nuevos pensamientos, emociones, comportamientos eso


puede ayudarle a imaginarlo con facilidad. Piense en cómo podría comportarse una
persona en un escenario al que usted aspira. Tal vez siempre haya tenido miedo a
comer solo en un buen restaurante. Se pregunta qué piensa la gente de usted. ¿Cómo
no tiene compañía para que cuide de todo lo que necesita o quiera? Puede imaginarse
mentalmente a sí mismo como una persona que se siente cómoda sentada sola en un
fino restaurante. Puede conversar cómodamente con el mesero y esperar al personal.
Mirar cómodamente el menú elegante y leer con facilidad todas las cosas aunque
estén en idiomas extranjeros. Lleva algo consigo para leer en caso tenga que
enfocarse además de sus propios pensamientos obsesivos. El mesero o mesera está
alegre de hacer negocios usted y está encantado porque haya elegido ese restaurante
en particular. Sin prisa disfruta la comida y le da una propina con generosidad a
quien lo atiende. Ha sido una experiencia exquisita para usted. Mientras ve esa parte
clara de la noche solo en un restaurante, en poco tiempo podrá experimentar el
mismo escenario en la vida real. Pasa lo mismo en otras situaciones en las que ha
temido. Actúe esa parte y podrá hacerlo en la realidad.

Tenga cuidado con todas las declaraciones

El miedo y ansiedad son momentos tensos con muchos peligros, uno es el hábito de
negro y blanco pensando en todas las declaraciones. Esa autoconversación puede
poner gran presión sobre usted creando situaciones en las que nunca gane. Algunos
ejemplos pueden ser parecidos a los siguientes:

1. Tengo que dejar de sentir miedo en este momento.


2. Mi ansiedad me va a dar un ataque al corazón.
3. Mis miedos tienen vida propia y no puedo hacer nada para detenerlos.
4. Siempre debo tener ánimo. El miedo no está permitido.
5. Sé que me volveré loco.

Termine con estas afirmaciones insultantes de raíz y tendrá pensamientos opuestos


de inmediato. Combine los nuevos pensamientos hablándose a sí mismo con una

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respiración profunda y tal vez cambie el escenario y alguna forma gentil de cuidado
para facilitar su camino lejos de las direcciones rígidas que están en su cabeza.
Algunas veces eso ayuda a sacar este tipo de pensamientos en varias partes y
pregúntese a sí mismo lo que significa cada palabra. ¿Qué locura significa? ¿Espera
registrarse en una institución mental dentro de la próxima hora? ¿Tiene síntomas de
un ataque al corazón? ¿Estará llamando al 911 o estará yendo a un cuarto de
emergencia? Algunas veces puede tener incongruencia de tales declaraciones cuando
las separa pieza por pieza.

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TERAPIA RACIONAL EMOTIVA CONDUCTUAL

Ps. Sylvia Sifuentes M.

A continuación se brinda una revisión actualizada de la TREC con la finalidad de


poder dar claridad y precisión en esta teoría y práctica terapéutica.

INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Albert Ellis (1993-2007) se consideró a sí mismo el padre de la terapia cognitivo


conductual (TCC), debido a que él desarrolló primero la terapia racional emotiva
conductual (TREC), una de las formas originales de la TCC. Ellis entró a la profesión
en la década de 1940 y publicó su primer artículo sobre la terapia racional (1957a) y
tuvo un gran impacto en la psicoterapia en general y en particular en la TCC.

Un estudio de más de 2 500 psicoterapeutas dirigido por Psychotherapy Networker


(Cook, Bryyanova & Coyne, 2009), reportó que los encuestados consideraron a Ellis
como el sexto psicoterapeuta más influyente. La TCC fue considerada como el
enfoque teórico más popular de la terapia. Aunque Carl Rogers siguió siendo el
psicoterapeuta más influyente, y Aaron Beck, el número dos, Ellis es reconocido
como el ícono principal en el campo de la psicoterapia.

Cuando Ellis entró en la profesión en finales de 1940 y empezó a publicar sobre la


terapia en la década de 1950, dos orientaciones teóricas principales dominaron la
psicoterapia: el psicoanálisis y la terapia centrada en el cliente. La investigación en
la psicoterapia estaba en una etapa rudimentaria. La mayoría de la psicoterapia
ocurría en la sesión terapéutica. Las relaciones de los terapeutas con los clientes se
definían por los roles pasivos e indirectos proscritos por las dos orientaciones
teóricas principales de la terapia. Ellis fue útil para cambiar mucho de esto. Él estaba
entre los primeros psicoterapeutas para defender la investigación psicoterapéutica
para evaluar la efectividad de los tratamientos. Ellis (1950) indicó que los
investigadores evalúan la efectividad de la psicoterapia por medio de los estándares
aceptados en ese momento. También alentó a que se investigara los resultados de las
poblaciones específicas que recibieron la terapia para incrementar el conocimiento
(Ellis, 1956). La primera prueba de Ellis (1957b) de la efectividad de lo que él
entonces denominó terapia racional (TR) llegó entre la evaluación clásica de Eysenck
(1952) de los resultados de los tratamientos psicoanalíticos y el informe pionero de
Wolpe (1961) sobre los resultados de la terapia conductual.

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Ellis estaba entre los primeros psicoterapeutas para defender activamente el cambio
de las creencias presentes de los clientes para inducir el cambio emocional y
conductual. Ellis fue uno de los primeros en utilizar las tareas entre sesiones,
incluyendo las tareas de conducta in vivo. Él dio talleres, conferencias, libros y tareas
escritas para identificar, desafiar y reemplazar las ideas irracionales y fortalecer las
ideas racionales que él cubría en la terapia. Ellis fue uno de los primeros
integracionistas de la psicoterapia. Aunque su terapia tuvo un enfoque cognitivo
fuerte, desde el principio, Ellis (1955) defendió muchos tipos de intervenciones para
ayudar a la gente a cambiar sus emociones y conductas perturbadoras. Él fomentó el
uso de la imaginería, hipnosis, sesiones grupales, sesiones familiares, humor,
lecturas psicoeducativas, tareas escritas, metáforas, parábolas y experiencias
catárticas. Las tareas de la psicoterapia se convirtieron en cualquier actividad que
pudiera convencer al cliente a cambiar. La Guía para una vida racional de Ellis &
Harper (1961) fue uno de los primeros libros de autoayuda. Ellis seguiría con muchos
otros y favoreció a la revolución de las publicaciones de los libros de autoayuda que
promovían el cambio humano. Debido a estos logros, parece que Ellis y TREC
tuvieron una gran influencia en la psicoterapia en general, y en particular en la TCC.

Antes de convertirse en psicólogo, Ellis, el hombre del renacimiento, se mantuvo


como contador mientras perseguía sus intereses. Él leyó sobre filosofía, escribió
óperas y otras partituras musicales, también novelas y trabajó como activista
político. Muchos de los principios de la psicoterapia de Ellis se registraron en su
novela autobiográfica no publicada (1933) en la que narra sus intentos para superar
su timidez, ansiedad y vergüenza por provenir de una familia pobre (Warren, 2007).
Durante estos años, Ellis se interesó en las relaciones románticas y sexuales, y leyó
vorazmente sobre el tema. En 1941, fundó el instituto sin fines de lucro LAMP (Love
and Marriage Problems) para dar consejos sobre tales temas, mayormente para
amigos y parientes. Por consejo de su abogado de buscar un grado profesional para
dar reconocimiento a su experiencia, se inscribió en el programa de doctorado en la
psicología clínica en la Universidad de Columbia a la edad de 40 años (McMahon &
Viterito, 2007).

Después de graduarse a finales de 1940, Ellis comenzó la capacitación psicoanalítica


y simultáneamente practicó la terapia marital y sexual. Se desalentó por la falta de
efectividad del psicoanálisis a inicios de la década de 1950. Él descubrió que los
clientes en su práctica de relación con él mejoraron más que aquellos que él
psicoanalizó. Ellis reconoció que después de que los clientes adquirían
conocimiento, algunos todavía no mejoraban. Concluyó que el entendimiento de las
experiencias de la niñez daba lugar al cambio para solamente un pequeño porcentaje
de individuos.

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Ellis reconoció que él se comportaba de forma diferente con los clientes en su
práctica de la terapia marital y sexual. Enseñaba a sus clientes a cambiar de actitud.
Ellis siempre tuvo un gran interés de toda la vida en la filosofía incluyendo los
trabajos de los grandes pensadores asiáticos y griegos. Cuando se liberó del rol
restringido que la psicoterapia daba al terapeuta, Ellis proporcionó libremente
asesoría a sus clientes basándose en sus trabajos filosóficos. Ellis estudió la noción
de los filósofos estoicos que decía que la gente escoge si perturbarse o en otras
palabras de Epicteto (1996): “Los hombres [y mujeres] están perturbados por las
cosas, sino por las opiniones que se forman a partir de estas” (de Encheiridion, pág.
5). Ellis utilizó la filosofía como fundamento para su nueva terapia y siempre dio
crédito a los filósofos clásicos y modernos por ser fuente de sus ideas. En 1995,
formuló su teoría en un documento entregado a la Asociación Estadounidense de
Psicología (Ellis, 1957a). Varios años después, Elliz (1962/1994) publicó su primer
libro profesional Razón y emoción en psicoterapia.

Ellis nombró originalmente su enfoque terapia racional, porque se enfocó en el rol


de las cogniciones. Después concluyó que había valorado poco el rol de las
emociones, y volvió a nombrarlo terapia racional emotiva (Ellis, 1999) a instancias
de Corsini (1994) quien notó que Ellis siempre había usado intervenciones
conductuales y lo había hecho desde el inicio de su trabajo. Corsini indicó que Ellis
necesitaba un nombre que represente mejor sus prácticas y enseñanzas actuales.

Ellis fundó el Institute for Advanced Study in Rational Psychotherapy en 1965 para
la capacitación profesional en la terapia racional emotiva, tal lugar se denomina
actualmente Albert Ellis Institute. Centros afiliados ofrece capacitación en TREC
para los profesionales de la salud mental en Argentina, Australia, Canadá, Francia,
Alemania, Israel, Italia, Japón, México, Países Bajos, Nueva Zelanda y Taiwán. El
instituto o sus centros afiliados han capacitado a más de 13 000 terapeutas alrededor
del mundo.

Aunque la TREC fue una de las primeras formas de la TCC, difiere de algunas formas
de la TCC en varias maneras diferentes. Ellis (2001, 2005a) usó a menudo el término
clásico TREC para referirse a la característica distintiva de la TREC, mientras que
usó los términos TREC general para referirse al uso de estos aspectos distintivos más
la inclusión de otras formas de la TCC (Ellis, 2005b). La mayoría de los profesionales
de la TREC incorporan tanto las características clásicas y distintivas de la TREC
mientras emplean las técnicas del campo más amplio de las terapias cognitivas y
conductuales (Ellis, 2001, 2005b). Sin embargo, normalmente tratan primero las
características clásicas o distintivas. En este capítulo, describiré la TREC clásica y

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sus características distintivas, estrategias y técnicas. No obstante, la TREC se
practica como una terapia integradora que se presta de todas las técnicas de la TCC
que se discuten en este libro.

La marca de la TREC enfatiza la enseñanza a la gente de sus ABC de la perturbación


emocional, identificar los eventos desencadenantes, sus creencias sobre aquellos
eventos y el resultado de las consecuencias emocionales. La TREC enseña que las
consecuencias emocionales y conductuales inquietantes resultan de las creencias
individuales irracionales en vez de los eventos desencadenantes. Las características
distintivas de la TREC (Dryden, 2008) son las siguientes: primero, el modelo A-B-C
se centra en las creencias irracionales subyacentes y no en los pensamientos
automáticos. La TREC argumentaría que los pensamientos automáticos se refieren
a la ocurrencia probabilística de la realidad negativa. Si se sobrestima o no, tales
pensamientos están por el mundo y son parte de la “A”. Segundo, la rigidez está en
el centro de la alteración psicológica, y la flexibilidad está en el centro de la salud
mental. Tercero, las creencias extremas se derivan de las creencias rígidas; las
creencias no extremas se derivan las creencias flexibles. Cuarto, la distinción entre
las emociones negativas no sanas y maladaptativas y las creencias sanas o
adaptativas son cualitativas y no cuantitativas. Quinto, la autoestima es un concepto
peligroso y elusivo. Sexto, existe una distinción entre el ego y la perturbación por el
malestar. Séptimo, las personas se molestan por su experiencia emocional, es decir,
las consecuencias emocionales pueden convertirse en eventos desencadenantes.
Octavo, los humanos son biológicamente racionales e irracionales.

Los escritos de Ellis incluyen su filosofía personal, una recomendada filosofía de


vida, una teoría de psicopatología y una teoría de psicoterapia. Se podría estar de
acuerdo con algunos de los aspectos de los escritos de Ellis, como su teoría de la
psicopatología, y estar aún en desacuerdo con otros aspectos, como con su filosofía
persona.

La TREC se fundamenta en algunas suposiciones filosóficas. La primera es el


compromiso con el método científico. Ellis creyó que aplicar el método científico a
la vida personal da lugar a menos perturbación emocional y conducta ineficaz. Las
personas están mejor si reconocen que todas sus creencias, esquemas, percepciones
y verdades en común pueden estar equivocadas. Evaluar las propias suposiciones,
examinar la validez y funcionalidad de las creencias y estar dispuesto a pensar en
ideas alternativas promueven la salud mental. La adherencia rígida a la creencia o
esquema del mundo evita que uno evalúe el propio pensamiento, y condena a que
uno se comporte como esperamos que sea el mundo en vez de lo que es en realidad.
Para Ellis, estamos mejor si nos creemos en todo ligeramente.

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Según la TREC (Di Giuseppe, 1986; Ellis, 1994), los humanos funcionan mejor si
adoptan la epistemología de la filosofía de la ciencia, en particular, las posturas de
Popper (1962) y Bartley (1987). Popper indicó que todas las personas desarrollan
hipótesis. Las hipótesis preconcebidas distorsionan la información que la gente
reúne y conlleva a sesgos confirmatorios. Como seres humanos, no podemos dejar
de formular hipótesis o recordar información que encajan con estas.

Esto hace que la objetividad en el razonamiento inductivo sea una imposibilidad. La


solución es reconocer nuestras hipótesis e intentar falsificarlas. Popper sostuvo que
el conocimiento se acumula más rápido cuando la gente deduce predicciones de las
hipótesis e intenta refutarlas. La TREC recomienda que nosotros personalmente
adoptemos el modelo de la falsabilidad de Popper para nuestra salud emocional y
como terapeutas profesionales ayudar a nuestros clientes. La epistemología del
racionalismo crítico integral de Bartley agrega que las personas no solamente
deberían usar pruebas de falsabilidad empírica sino, también, cualquier otro
argumento que puedan reunir para refutar su pensamiento. Siguiendo a Bartley,
Ellis cree que es mejor aplicar todos los medios para desafiar el pensamiento como
teórico, terapeuta e individuo.

La filosofía de Ellis contiene elementos del constructivismo. Específicamente, Ellis


sostuvo que todos los humanos crean ideas de cómo el mundo es o debería de ser.
Ellis elaboró su teoría con base en La Psicología de los Constructos Personales de
Kelly (1955). En consecuencia, Ellis pensó que las personas elaboran muchas de sus
creencias. Esto explica la razón por la que él abandonó la búsqueda de percepciones
a partir de los recuerdos de las experiencias de los clientes o dejó de probar la
veracidad de los pensamientos automáticos de eventos pasados. Todas estas ideas
pudieron haber sido pensadas.

Los defensores de la TREC difieren de los filósofos posmodernistas y terapeutas


cognitivos constructivistas como Mahoney (1974) y Neimeyer (1993) de dos formas.
La primera es que estos terapeutas constructivistas creen que el único criterio para
evaluar las creencias es su utilidad o viabilidad. La realidad empírica no es un
criterio. Los constructivistas extremos sostienen que no existe realidad conocible. La
TREC postula que la realidad empírica es un criterio importante, y que se necesita
evaluar la veracidad empírica de las propias creencias junto con su utilidad y
consistencia lógica. La segunda razón es que los constructivistas creen que los
terapeutas deberían ayudar a los clientes a examinar la viabilidad de sus ideas. No
debería proporcionar creencias alternativas a los clientes, sino permitir que estos las
desarrollen por su cuenta. Como filosofía de vida, la TREC postula que algunas

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creencias alternativas racionales promueven la adaptación emocional. El
aprendizaje a través del autodescubrimiento se valora en la TREC; pero, si el cliente
no logra generar creencias alternativas, las ofreceremos y les ayudaremos a evaluar
la veracidad y viabilidad de tales alternativas.
Los valores de la filosofía de vida de la TREC que se postulan para promover la
adaptación emocional y salud mental se muestran en la tabla 1.1.

Tabla 1.1. Pensamiento de los valores de la TREC para promover la


adaptación emocional
Autoaceptación. Las personas saludables escogen aceptarse
incondicionalmente en vez de medirse, calificarse.

Tomar riesgos. Las personas emocionalmente saludables toman riesgos y


tienen un espíritu de aventura al tratar de hacer lo que quieren sin sentirse
temerarios.

Sin utopías. Es poco probable que obtengamos todo lo que queramos o evitemos
todo lo que nos hiera. Las personas saludables no se esfuerzan por lo inalcanzable
o la perfección irreal.

Alta tolerancia a la frustración. Las personas saludables reconocen que es


probable que se encuentren con dos tipos de problemas: con los que se puede hacer
algo y con los que no se puede hacer nada al respecto. Una vez que se ha hecho esta
división, el objetivo es modificar aquellas condiciones desagradables que se
pueden cambiar, y aceptar las no que no.

Autorresponsabilidad por la perturbación. Las personas saludables


aceptan una buena parte de la responsabilidad por sus propios pensamientos,
sentimientos y conductas.

Autointerés. Las personas emocionalmente sanas tienden a poner sus intereses


al menos un poco sobre los intereses de los demás. Se sacrifican a cierto grado por
aquellos a quienes les importan; pero, no por completo.

Interés social. La mayoría de las personas escogen vivir en grupos sociales. Para
que puedan hacerlo con comodidad y felicidad, sería sabio actuar con moral,

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proteger los derechos de otros y ayudar en la supervivencia de la sociedad en la
que viven.

Autodirección. Las personas saludables cooperan con los demás; pero, es mejor
que asuman una mayor responsabilidad por sus propias vidas en vez de exigir o
necesitar ayuda considerable o apoyo de los otros.

Tolerancia. Es útil permitirse y a los otros el derecho humano de equivocarse.


No es necesario de condenar al ser humano por los errores y fracasos.

Flexibilidad. Las personas sanas tienden a ser pensadores flexibles. Las reglas
rígidas, fanáticas e invariantes tienden a minimizar la felicidad.

Aceptación de la incertidumbre. Vivimos en un mundo de probabilidades y


oportunidades, las certidumbres absolutas probablemente no existen. Los
individuos saludables se esfuerzan por lograr el orden, pero no exige certidumbre.

Compromiso. La mayoría de las personas tienden a estar más felices cuando son
absorbidos vitalmente por algo fuera de sí mismos. Los fuertes interés creativos y
un poco de participación humana parecen proveer base para una existencia feliz a
diario.

FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y TEÓRICOS

Teoría de la psicopatología de la TREC

Las suposiciones de la TREC sobre la psicopatología y el cambio psicoterapéutico


pueden resumirse en siguientes seis principios. Las cogniciones o creencias son las
causas más cercanas e identificables de la perturbación humana. Las creencias
irracionales, ilógicas y antiempíricas causan la perturbación emocional. Las
creencias racionales conllevan a la adaptación emocional y salud mental. La
estrategia más eficiente para cambiar la perturbación emocional de los humanos es
cambiar su pensamiento. Los humanos tienen una predisposición biológica para
pensar irracionalmente y enfadarse. La cultura y la familia enseñan a las personas
los problemas específicos por los que se enfadarán. Tanto la influencia natural como

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de la crianza influyen en cómo y si las personas desarrollan la perturbación
emocional. Las personas se mantienen enojadas, porque repiten sus creencias
irracionales y se vuelven a adoctrinar. Cambiar es difícil, y las personas cambian
solamente con intentos repetidos para desafiar sus pensamientos irracionales y para
repetir nuevos pensamientos racionales. Las secciones a continuación expanden
estos principios.

Emociones adaptativas y maladaptativas

La TREC distingue entre las emociones disfuncionales perturbadoras y emociones


motivadoras normales, aunque negativas. Las emociones negativas no son evidencia
de psicopatología. Si uno experimenta un evento desencadenante (A) y piensa
irracionalmente (B), experimentará una emoción perturbadora, como la ansiedad,
ira o depresión (C). Entonces, si uno desafía esta creencia irracional, remplazándola
con una creencia racional (una nueva B), surgirá una nueva consecuencia emocional
(la nueva C). Si el evento desagradable desencadenante todavía está presente (y
normalmente está en la vida de nuestros clientes), entonces sería inapropiado
esperar que la persona se sienta bien o incluso neutral después de lograr el cambio
cognitivo. ¿Qué es lo que uno siente si la intervención es exitosa y uno piensa
racionalmente? La respuesta es una emoción negativa, no perturbadora y
motivadora.

La mayoría de las psicoterapias conceptualizan la mejora terapéutica como un


cambio cuantitativo en la emoción. A menudo los terapeutas piden a los clientes que
calculen su emoción en la escala de SUDS (Subjective Units of Discomfort –
Unidades Subjetivas de Ansiedad) desarrollada por Wolpe (1990), o en la medida del
autorreporte del estado emocional perturbador. La terapia es exitosa si la evaluación
o escala de calificación demuestra menos emoción o un puntaje más bajo. Según este
modelo, las emociones difieren junto con un contínuum de la intensidad de
excitación fisiológica y experiencia fenomenológica.

Ellis (1994; Ellis & DiGiuseppe, 1993) propuso que las emociones tienen dos
contínuums, una para la emoción perturbadora y otra para la no perturbadora.
Cuando las personas tienen pensamientos racionales, en realidad, experimentan una
emoción cualitativamente diferente que puede diferir en fuerza. Las emociones
generadas por los pensamientos racionales permanecen en la misma familia de
emociones como la emoción perturbadora. Sin embargo, pueden diferir en muchos
aspectos, como la experiencia fenomenológica, expresión social, flexibilidad para
resolver problemas y conductas generadas. Ellis postuló que aunque el pensamiento
irracional causa ansiedad, depresión o ira, el pensamiento racional conllevará a la

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preocupación, tristeza y amargura. Según la TREC (Walen, DiGiuseppe & Dryden,
1992), los clientes pueden aprender argumentos emocionales adaptativos y no
simplemente cómo cambiar la intensidad de sus sentimientos. Como resultado, los
terapeutas usan palabras cuidadosamente para describir las emociones
adaptativas/funcionales y para ayudar a los clientes a escoger qué emociones
podrían sentir en lugar de la emoción perturbadora.
Un buen ejemplo de este principio podría ser la respuesta emocional al racismo del
Dr. Martin Luther King Jr. Dr. King tuvo una reacción emocional intensa; pero,
adaptativa al racismo. Su emoción intensa conllevó al compromiso, alta tolerancia a
la frustración, solución de problemas y conducta dirigida a la meta. Si él se hubiera
reunido con un psicoterapeuta quien hubiera querido ayudarle a experimentar una
emoción menos intensa, ¿sería el mundo un lugar mejor?

Recientemente, Dryden (2008) indicó que quizás exista algo de verdad tanto en el
modelo tradicional de las emociones perturbadoras intensas y la noción de la TREC
sobre los dos niveles separados de la intensidad de la emoción. Él indicó que las
mismas emociones intensas pueden causar constricción cognitiva, reducir nuestra
habilidad para concebir reacciones adaptativas y provocar daño corporal. Quizás las
reacciones funcionales/adaptativas solamente pueden ser fuertes antes de que los
consejos de excitación emocional causen reacciones disfuncionales. En el nuevo
modelo de Dryden, la intensidad tiene un rol para explicar las emociones
perturbadoras. Sin embargo, estas emociones pueden variar sustancialmente en
intensidad y todavía denominarse perturbadoras. La figura 4.1 muestra el modelo
tradicional de las emociones, teoría de Ellis, y la versión propuesta por Dryden.

La teoría de la TREC postula que las creencias irracionales ocasionan las emociones
perturbadoras, mientras que las creencias racionales provocan creencias
funcionales. Las creencias irracionales ocasionan emociones perturbadoras
incluyendo la depresión, ansiedad, vergüenza e ira perturbadora. La teoría de Ellis
no ha definido claramente cómo la combinación de un evento desencadenante y una
creencia irracional pueden conducir a tales diversas emociones perturbadoras.
David, Schnur y Belloiu (2002) resolvieron este problema. Ellos indicaron que los
tipos de evaluaciones identificados por Lazarus (1991) determinaron si una persona
experimenta una emoción en grupos de depresión/tristeza, ansiedad/preocupación
o ira/enfado, mientras que la presencia de las creencias irracionales o racionales
determinó si la emoción es una variante perturbadora o funcional de ese grupo
afectivo.

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Mecanismos cognitivos de perturbación

Al principio, las creencias irracionales se conceptualizaron independientemente de


los constructos de otras teorías cognitivas, porque eran más evaluativas por
naturaleza (Walen, DiGiuseppe & Dryden, 1992). Esta distinción falló, debido a que
algunas creencias irracionales originales de Ellis son errores factuales. Las creencias
irracionales tienen las mismas características que los esquemas rígidos y erróneos
(DiGiuseppe, 1986, 1996; Ellis, 1994; Szentagotai et al., 2005). Puede ser más
apropiado llamarlas esquemas irracionales que creencias irracionales. La TREC
interpreta las creencias irracionales como tácitas, inconscientes, esquemas con
amplia basa que operan en muchos niveles. Los esquemas racionales/irracionales
son conjuntos de expectativas sobre la manera en la que el mundo es y debe ser, y lo
que es bueno o malo sobre lo que es y debe ser. Los esquemas ayudan a las personas
a organizar su mundo al influenciar (1) en la información a la que las personas
prestan atención, (2) las percepciones que probablemente las personas adquieran de
sus datos sensoriales, (3) las inferencias o pensamientos automáticos a los que las
personas concluyen de los datos percibidos, (4) la creencia de las personas en su
habilidad para completar las tareas, (5) las evaluaciones que la gente hace del mundo
actual o percibido, y (6) las soluciones que probablemente la gente conciba para
resolver problemas.

FIGURA 2.1. Modelo de incitación emocional

 SUDS/Modelo tradicional de Wople


Funcional 0------------------------100 Disfuncional

 Modelo TREC
Funcional 0------------------------100
Disfuncional 0------------------------100

 Modelo TREC revisado de Driden


Funcional 0------------------------75 Excitación actual
0------------------------100 Experiencia fenomenológica
Disfuncional 0------------------------75 Excitación actual
0------------------------100 Experiencia fenomenológica

Las creencias/esquemas irracionales influyen en otros constructos cognitivos


hipotéticos mencionados en otras formas de la TCC. La figura 4.2 demuestra cómo

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las creencias irracionales se relacionan con otros constructos cognitivos y la
perturbación emocional. El modelo indica que las intervenciones tienen como
objetivo el nivel de las creencias/esquemas irracionales que cambiarán otros tipos
de cogniciones, así como la perturbación emocional, y que las intervenciones
apunten a otro proceso cognitivo que puede; pero, no necesariamente, influir en el
esquema irracional.

FIGURA 2.2. Creencias irracionales, otras cogniciones y emociones

Emoción:
Depresión

Percepción: Pensamiento Atribuciones


“No le gustó s negativas:
automáticos: “Soy idiota”.
mi trabajo”
“Fracaso en
todo”.

Exigencia principal:
“Debo tener éxito”.

Originalmente, Ellis (1962/1994) identificó 13 creencias irracionales diferentes.


Según la teoría actual de la TREC, cuatro tipos de pensamiento irracional conllevan
a la perturbación emocional: exigencia, horrificación, intolerancia a la frustración y
condenación del valor humano. Maultsby (1975), uno de los primeros estudiantes de
Ellis, definió tres criterios para las creencias irracionales. Para ser irracionales, una
creencia es ilógica, inconsistente con la realidad empírica o inconsistente con el logro
de los propios objetivos a largo plazo. Estos son criterios similares a aquellos que
Thomas Kuhn (1996), el historiador de la ciencia, propone para que los científicos
evalúen las teorías: consistencia lógica, predictibilidad empírica y valor heurístico o
funcional. Ellis (1994) revisó su teoría varias veces y ahora sostiene que la exigencia,
o adherencia absolutista y rígida a la idea es el centro de la perturbación y que los

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otros tipos de pensamiento irracional son menos importantes, y psicológicamente se
deducen o crean de la exigencia irracional. A continuación presento cada idea
irracional y lo que le hace irracional.

Exigencia

La TREC distingue entre las preferencias y las exigencias. Las preferencias no son
racionales ni irracionales. Simplemente son preferencias. Los terapeutas no intentar
cambiar los “deseos” de una persona. La TREC postula que el no tener deseos es una
señal de patología o normalidad. Los deseos de las personas no causan perturbación.
Sin embargo, cuando las personas insisten en que sus preferencias son realidad, se
perturban. No obstante, ¿cómo o por qué la exigencia causa perturbación?

Las personas elaboran esquemas con respecto a la realidad con la que se encuentran.
La investigación ha demostrado que cuando la gente experimenta una discrepancia
entre sus esquemas del mundo y la realidad, experimentan excitación emocional.
Detectamos la información que es inconsistente con nuestras expectativas. A esto
denominamos la discrepancia entre la realidad y la expectativa. Cuando las
personas perciben esta discrepancia, intentan resolverla. Piaget (1963) indicó que
las personas resuelven esta discrepancia ya sea por asimilación o acomodación. Una
persona bien adaptada se motiva por esta excitación emocional y busca más
información para revisar su esquema del mundo. Esto es la acomodación. La
asimilación implica el mantenimiento del esquema a pesar de la información
discordante y cambio de percepción para mantener el esquema. La expectativa
permanece a pesar de que la evidencia sea falsa. En la ciencia y nuestras vidas
personales, la gente no cambia de creencias por todas las inconsistencias que surgen.
Sin embargo, cuando existen discrepancias importantes y sustanciales, puede ser
mejor cambiar los propios pensamientos. La TREC sostiene que es la rigidez y el
fracaso de cambiar los esquemas, sin importar cuál sea la evidencia, lo que causa la
perturbación humana. Por consiguiente, la exigencia causa perturbación, porque la
gente usa la asimilación para enfrentar la discrepancia entre la expectativa y la
realidad. Este intento rígido en la asimilación da como resultado la misma
expectativa y la percepción continua de la discrepancia entre lo que la gente percibe
y lo que espera. Esta discrepancia continúa para desatar emociones y un sentido de
frustración y amenaza.

Por ejemplo, un hombre podría decirse: “Mi esposa siempre debe mostrarme afecto”.
No solamente hace que su esposa haga lo que él desea, sino que él cree que porque
él lo desea, su esposa debe cumplir. Es posible que él indigne a su esposa cuando esta
se comporta fríamente con él cuando él es hostil y desconsiderado, y posiblemente

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él siga siendo hostil y desconsiderado a pesar de todos los comentarios que su esposa
le haga. Además, quizás él concluya que “debido a que ella debe comportarse
conmigo cariñosamente, no puedo soportarlo si no lo hace” o “es terrible y espantoso
si mi esposa no se comporta cariñosamente”.

Ellis (1994) identificó las palabras inglesas should, ought, must y have to (debería,
deber de, deber y tener que) como representantes de la exigencia. Estas palabras
tienen varios significados en el Oxford English Dictionary (2008). Un conjunto de
significados se refiere a actividades o cosas que son beneficiosas, preferibles o
deseables. El segundo conjunto de definiciones identifica los “deberías” como la
primera premisa de un silogismo condicional. Si desea X, debería hacer Y. El tercer
significado se refiere a algo de la realidad. En inglés, usamos las mismas palabras
para representar eventos deseables y realidad. La teoría general de la semántica, la
que Ellis usó como base para la TREC, postula que los seres humanos se confunden
y se vuelven disfuncionales cuando usan estas palabras de forma imprecisa. Esto es
más probable que suceda cuando usamos una palabra con muchos significados. Por
consiguiente, las personas prefieren las leyes de la física.

Cada año, los profesionales alrededor del mundo van al Albert Ellis Institute por
capacitación profesional. Durante la última década, he preguntado a los colegas de
otros países si sus idiomas usan de forma similar las mismas palabras para should,
ought, must y have que para las preferencias y realidades. He recibido respuestas
afirmativas de profesionales que hablan árabe, chino, croata, holandés, alemán,
hindi, húngaro, italiano, polaco, portugués, rumano, ruso, serbio, español, tailandés,
ucraniano, urdú y vietnamita. Los seres humanos alrededor del globo confunden las
preferencias y la realidad, y usan un lenguaje similar como should, ought, must y
have to en sus idiomas para representar o confundir estos dos conceptos.

Una vez que la gente entiende la irracionalidad de la exigencia, decimos que ellos
“aceptan la realidad”. El concepto de aceptación se ha popularizado en la literatura
terapéutica. Una investigación de PsycINFO para la palabra aceptación en el título
de las publicaciones cuando la psicoterapia aparece en la reseña produce algunos
resultados interesantes. Los artículos con la palabra aceptación aparecen raramente
antes de 1985. Hubo un incremento de publicaciones en 1990, y otro después del año
2000. Muchas de estas publicaciones resultaron de la popularidad reciente de la
terapia de aceptación y compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) de Hayes (2004).
La palabra aceptación también aparece a menudo en artículos sobre la terapia
dialéctica conductual (TCD). Aunque existen algunas diferencias en la
conceptualización de la aceptación de Ellis en comparación con la forma en la que
ACT (Ciarrochi, Robb & Godsell, 2005) y la TCD (Robins & Chapman, 2004) la

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aceptación, estas diferencias son pequeñas y reflejan la clara influencia de la ideas
de Ellis sobre la aceptación en la psicoterapia moderna.
Horrificación

La horrificación se caracteriza por las evaluaciones y pensamientos negativos


exagerados del yo, los otros o del mundo. Se representa por las palabras terribles,
horribles o catastróficas. Uno podría decir “es terrible si no obtengo la aprobación
de todos los que me rodean”. Rorer (1989) indicó que cuando las personas sostienen
una creencia como esa, no pueden definir lo terrible u horrible que es, o qué
catástrofe ocurrirá. No están seguros del resultado y lo definen como
extremadamente malo. Rorer cree que la horrificación es definitoria. Las personas
asignan arbitrariamente un valor extremadamente negativo a un evento y nunca
evalúan la realidad para ver si la ocurrencia del evento trae tales consecuencias. El
argumento empírico en contra del pensamiento de la horrificación se resume mejor
por Mark Twain, quien dijo: “He sobrevivido muchas veces una catástrofe que nunca
ocurrió”. El pensamiento racional permitiría que uno sepa que algunas cosas son
malas; pero, insiste en que se puede sobrevivir a estas.

Desafiar las creencias de horrificación puede conllevar a una ruptura de la alianza,


porque el cliente puede concluir erróneamente por los comentarios del terapeuta que
éste no entiende ni es empático. Los clientes que han experimentado trauma son en
particular sensibles al sentimiento invalidado cuando los terapeutas desafían tales
ideas. Es mejor tener como objetivo estos pensamientos cuando la evaluación del
estímulo es extrema, no una creencia con respecto al trauma real.

Intolerancia a la frustración

Ellis (2005a, 2005b) originalmente denominó este tipo de creencia irracional como
baja tolerancia a la frustración o LFT, por sus siglas en inglés. Tales creencias
implican que un individuo no puede soportar algo que le parece frustrante o que el
individuo no tiene la resistencia para sobrevivir a esa presencia. Por ejemplo, alguien
quien tiene muchos correos electrónicos en su bandeja de entrada podría decir: “No
puedo soportar tener que responder a todas estas personas. Es demasiado difícil
hacer todo este trabajo”. Estas creencias son ilógicas, porque, en realidad, se ha
tolerado lo que uno afirma que no puede soportar. El término intolerancia a la
frustración parece más apropiado que el LFT de Ellis. La psicóloga australiana,
Marie Joyce, señaló que el término LFT puede invalidar las dificultades de los
clientes. Al trabajar con padres de niños con discapacidad neurológica, Joyce
encontró que los padres tenían dificultades con seguir los planes de control
conductual. A menudo se quejaban de que las estrategias eran muy difíciles. No

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podían soportar ser tan consistente con sus hijos cuando se comportaban mal.
Cuando Joyce desafió a la LFT de los padres, se sintieron malinterpretados. Joyce
admitió que estos padres tenían más dificultad para criar a sus hijos y que hacían
más que otros padres. Desde luego, habían estado tolerando más frustración que la
mayoría de los padres. El problema no fue que los padres tenían LFT, sino que no
tenían suficiente tolerancia a la frustración para lograr una meta más difícil.

Ellos necesitaban tener una gran tolerancia a la frustración más que los otros padres
para que sus hijos se comporten mejor. Joyce señala que la TREC cambia el nombre
de este tipo de irracionalidad por intolerancia a la frustración (IF). Esto representa
la indisposición para soportar o tolerar el grado necesario de frustración para lograr
los propios objetivos. Asimismo, evita que los terapeutas invaliden las dificultades
de las personas que son intolerantes a la frustración necesaria para lograr sus
objetivos, pero que han experimentado más frustración que la mayoría de las
personas.

Condenación global del valor humano

Las evaluaciones negativas globales del valor humano pueden ocasionar depresión o
culpa, si uno aplica las evaluaciones a uno mismo, o ira o rebeldía, si uno aplica la
evaluación a otro. Estas creencias de inutilidad humana no pueden ser ciertas; una
persona no puede ser calificada como buena ni mala, porque las personas son tan
complejas que no es posible ser completamente bueno ni malo (Ellis, 1994, 2005c).
Por el contrario, las calificaciones deberían restringirse para las conductas de las
personas. Es más lógico y seguramente más sano decir “mi desempeño como
profesor es deficiente” en vez de decir adicionalmente “por lo tanto, soy mala
persona”. La postura de Ellis es filosófica. Él propone que las personas que toman
seriamente el preámbulo de la Constitución de los EE.UU. o la tradición religiosa
judeocristiana afirman que todas las personas son iguales. La TREC trata de enseñar
a la gente a calificar sus conductas y a sí mismos. Como dice el proverbio “odia el
pecado, pero ama al pecador”. Las autoevaluaciones se reemplazan con lo que Ellis
denomina autoaceptación incondicional (USA, por sus siglas en inglés).

La TREC se opone mucho a los programas que intentan construir una autoestima a
la persona. La autoestima es una combinación de dos procesos cognitivos diferentes.
La primera es la autoeficacia, que es la creencia en la propia habilidad para realizar
una tarea. La examinación de los ítems de las mediciones de la autoestima revela que
muchos ítems reflejan este tipo de declaración. El segundo proceso cognitivo es la
autoevaluación. Esto implica conclusiones sobre el propio valor. Los laicos y

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psicoterapeutas suelen confundir estos dos conceptos y evaluar su valor o falta de
este, basados en la autoeficacia percibida o falta de la misma.
Las intervenciones de la autoestima enseñan a las personas que son especiales o
buenas, porque son eficaces o directamente instruyen a las personas la autoeficacia
injustificada. La TREC señala dos dificultadas con tales intervenciones. Primero,
enseñar a las personas que tienen valor debido a la autoeficacia. Esto puede
funcionar por un momento; pero, ¿qué pasaría si sus habilidades vacilan o si sus
pares les superan? La salud mental de las personas que reciben tales intervenciones
puede estar en una montaña rusa; se sienten bien cuando se desempeñan bien, e
inútiles cuando se desempeñan mal. Segundo, las intervenciones de la autoestima
suelen enseñar autoeficacia más allá de las habilidades de las personas. Es probable
que éstas recaigan emocionalmente cuando ya no pueden recibir comentarios que
manifiesten que son eficaces. Tercero, los programas de autoestima no proporcionan
estrategias de afrontamiento para el desempeño deficiente. Debido a que la mayoría
de la gente falla algunas veces en el camino al éxito, o fallan más a menudo que lo
logran, las personas necesitan afrontar el rendimiento deficiente. Por lo tanto, la
TREC funciona con la autoaceptación.

Perturbación primaria vs. Perturbación secundaria

La TREC postula que las creencias irracionales pueden ocasionar dos tipos de
perturbaciones. La perturbación primaria emocional conductual surge de las
creencias irracionales sobre eventos desencadenantes concretos. La perturbación
emocional secundaria es el resultado de las creencias irracionales sobre la
perturbación primaria emocional conductual; es decir, la consecuencia emocional de
la ABC primaria se vuelve un evento desencadenante para una nueva ABC. Debido a
que las personas reflejan en sus propias cogniciones emociones y conductas, las
creencias irracionales sobre sus propios pensamientos, sentimientos y acciones
suelen dar lugar a la perturbación emocional secundaria. La gente puede deprimirse
por estar deprimida, ansiosa por su ansiedad, y molesta consigo misma por
molestarse. La perturbación emocional secundaria mantiene o supera el estado de
perturbación. Considerables investigaciones fundamentan la importancia de esta
perturbación emocional secundaria en el área de los trastornos de ansiedad, en
particular el trastorno del pánico.

Cuando un cliente presenta perturbación secundaria, la teoría postula que los


terapeutas deberían intervenir primero en el nivel de la perturbación secundaria, y
que las intervenciones que tienen como objetivo la perturbación primaria suelen
fallar. Cuando las personas piensan en cómo se molestan consigo mismas o en las
estrategias que pueden usar para superar la perturbación primaria, estimulan su

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pensamiento catastrófico o la intolerancia a la frustración por esa emoción y escalan
en la perturbación secundaria. La TREC indica que los terapeutas tratan primero la
perturbación secundaria y cuando se hayan terminado, entonces tratarán la
perturbación primaria (Dryden, DiGiuseppe & Neenan, 2003; Ellis & Dryden, 1997;
Walen, DiGiuseppe & Dryden, 1992).

Varios otros terapeutas han llegado a conclusiones similares y recomiendan que los
clientes aprendan a tolerar su perturbación emocional como un medio de prevenir
el incremento de los problemas (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999; Jacobson, 1992).
Barlow (1991) ha declarado que todos los trastornos emocionales pueden ser
perturbación secundaria. Él cree que las personas suelen causar perturbación
secundaria después de haber experimentado emociones no perturbadoras debido a
la intolerancia a la frustración durante la experiencia de las emociones no
perturbadas.

El Modelo terapéutico

Soluciones prácticas versus soluciones emocionales

La TREC distingue entre las soluciones prácticas y las emocionales (Ellis, 1994;
Walen et al., 1992). La solución práctica implica la solución del problema o el
enfoque del desarrollo de habilidades que ayuda al cliente a cambiar el evento
desencadenante. La solución emocional intenta cambiar la reacción emocional del
cliente a un evento desencadenante. Las soluciones prácticas tratan de cambiar las
A; las soluciones emocionales tratan de cambiar las C. La TREC recomienda que los
terapeutas busquen primero una solución emocional por las razones que se
manifestaron en la sección anterior. No suele haber soluciones prácticas, y los
clientes deben enfrentar lo que venga y aprender a afrontar realidades difíciles. Es
probable que los clientes aprendan a resolver los problemas y adquieran habilidades
conductuales después de calmarse.

Algunos terapeutas malinterpretan la estrategia de la TREC que trabaja primero la


solución emocional para que la TREC solo asista a la solución emocional. Los
terapeutas piensan que ayudar a los clientes a lograr una solución práctica es
traicionar las raíces filosóficas estoicas de la TREC. Sin embargo, el objetivo de la
TREC es ayudar a los clientes a tener una vida más feliz. Las personas pueden lograr
esto si pueden tolerar y controlar las molestias. No es consistente con la teoría que
las personas toleren la frustración cuando es innecesario. Ayudar a los clientes a
cambiar sus A es una meta aceptable de la terapia. Sin embargo, la TREC recomienda
que esta intervención se realice después de una solución emocional en caso de que

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no exista una emoción práctica, y debido a que los clientes pueden perseguir
soluciones prácticas cuando se les quita la perturbación emocional.

Soluciones filosóficas/elegantes vs. Soluciones poco elegantes

Según la TREC, los terapeutas logran mejores soluciones emocionales al cambiar las
principales creencias irracionales de los clientes en vez de cambiar sus percepciones
o pensamientos automáticos. Ellis denomina las intervenciones que apuntan a las
creencias irracionales como la solución elegante. Ellis prefiere la solución
filosófica/elegante, porque proporciona una estrategia de afrontamiento que los
clientes pueden usar en una amplia variedad de posibles eventos desencadenantes
negativos. Las soluciones filosóficas se piensa que promueven un cambió más
generalizado entre una amplia gama de situaciones.

La TREC recomienda a los terapeutas que eviten las intervenciones que se centran
en el cambio de percepción a través de la reatribución o replanteamiento, o
corrección de los pensamientos automáticos. Ellis denomina a tales intervenciones
poco elegantes. Se les considera poco elegantes, porque no necesitan un cambio
filosófico mayor, y brindan una estrategia de afrontamiento para un evento
desencadenante en particular; pero, no para una gran gama de situaciones. También,
la reatribución, el replanteamiento y el cambio del pensamiento automático pueden
ser inconsistentes con la realidad; es decir, las percepciones del cliente e inferencia
sobre la realidad pueden ser apropiadas.

Seis entendimientos en la proceso del cambio

La teoría racional emotiva conductual identifica seis entendimientos básicos en el


proceso del cambio humano. Las cogniciones o creencias son las causas más
próximas e identificables de la perturbación humana. Las creencias irracionales,
ilógicas y antiempíricas conllevan a la perturbación emocional. Las creencias
racionales causan adaptación emocional y salud mental. La mejor forma de cambiar
nuestra perturbación emocional es cambiar nuestro pensamiento. Aunque la
naturaleza y la crianza influyen en la forma y si las personas desarrollan la
perturbación emocional, la razón por la que la gente se mantiene molesta es porque
practican sus creencias irracionales y se vuelven a doctrinar a ellos mismos con los
que se les enseñó. El cambio es difícil, y las personas cambian solamente con
esfuerzos repetitivos para desafiar sus pensamientos disfuncionales y practicar
nuevos modos de pensamiento racionales y adaptativos. Se podría agregar que según
la TREC, las creencias son influencias por muchos factores incluyendo la discusión
verbal y el desafío a sus exactitudes lógicas y empíricas y la funcionalidad. Las

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personas pueden aprender nuevas creencias racionales a través de la enseñanza
psicoeducativa, la lectura, las discusiones socráticas y la modelación de los
pensamientos de otros. Las personas pueden practicar nuevas creencias racionales
al recitar autodeclaraciones verbales, practicando escenas imaginarias del evento
desencadenante y emparejando la nueva creencia con una nueva conducta
adaptativa. Actuar en contra de las creencias irracionales no solamente ayuda a
fortalecer la nueva conducta, sino que también socava la creencia irracional y apoya
la nueva creencia racional.

En el proceso de la TREC, las tareas del terapeuta incluyen las siguientes:

1. Establecer una alianza terapéutica con el cliente incluyendo un acuerdo sobre


las metas de la terapia.
2. Identificar los eventos desencadenantes del cliente y las emociones
disfuncionales.
3. Identificar las cogniciones maladaptativas del cliente (las exigencias y
derivadas).
4. Desafiar activa y persuasivamente las cogniciones
maladaptativas/irracionales del cliente.
5. Ayudar al paciente a formular creencias adaptativas/racionales alternativas
para remplazar las creencias maladaptativas/irracionales.
6. Proporcionar al cliente la práctica al desafiar activamente sus cogniciones
maladaptativas y ensayar las nuevas creencias adaptativas/racionales a través
de lecturas, ensayos e imaginería.
7. Colaborar con el cliente para diseñar la tarea que le ayude a identificar,
evaluar y/o desafiar y remplazar las cogniciones maladaptativas y
comportarse de formas inconsistentes con la perturbación.

Se brinda más detalles del proceso terapéutico a continuación.

EVIDENCIA EMPÍRICA

Varias áreas de investigación son relevantes para apoyar la teoría racional emotiva
conductual. La primera hipótesis es que las creencias irracionales se correlacionan o
predicen la psicopatología. Varias escalas se han elaborado para evaluar las creencias
irracionales y se han hecho muchos intentos para relacionarlas con las medidas de
la psicopatología. Abrumadoramente, cientos de estudios de este tipo han sido
congruentes con la teoría de Ellis (véase David, Freeman & DiGiuseppe, 2009). Las
creencias irracionales se han asociado a los conceptos de perturbación emocional
como la depresión (Macavei, 2005) la que también se mide por medio del

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autorreporte y las medidas fisiológicas del proceso de inflamación entre individuos
aparentemente sanos (Papageorgiou et al., 2005). La mayor parte de la investigación
en esta área evalúa las creencias irracionales por el cuestionario del autorreporte.
Sin embargo, estas escalas no suelen incluir las mismas subescalas. Esto causa
dificultad para comparar los estudios y promueve la confusión sobre lo que la teoría
propugna. Aunque la teoría ha identificado las creencias irracionales como
cogniciones tácitas que suelen estar fuera de la conciencia, la mayoría de los
investigadores continúan dependiendo de las estrategias de la evaluación del
autorreporte que no pueden ser las mejores para acceder a las cogniciones tácitas.
Otras estrategias que están mejor elaboradas para acceder a los pensamientos tácitos
como el procedimiento de Pensamientos Articulados durante Situaciones Simuladas
también ha encontrado una clara relación entre las creencias irracionales y la
perturbación (Eckhard & Jamison, 2002).

Una hipótesis importante de la TREC asevera que las emociones funcionales y


disfuncionales se pueden discriminar en la investigación, y que las creencias
racionales ocasionan creencias funcionales; y las irracionales, emociones
disfuncionales. Varios estudios que exploran esta hipótesis han demostrado que el
respaldo de las creencias racionales desencadena lo que Ellis denominó emociones
adaptativas/funcionales, y que las creencias irracionales desencadenan emociones
perturbadoras (David et al., 2002; David, Schnur & Blirk, 2004; David,
Montgomery, Macavei & Bovbjerg, 2005).

La TREC cree que la exigencia es la principal perturbación del ser humano. Esta
centralidad ha dado lugar a varias hipótesis. La primera es que la exigencia es la
causa de otras creencias irracionales como la intolerancia a la frustración,
autodenigración y horrificación. Pocos estudios han intentado probar esta hipótesis.
Si esto fuera verdad, podríamos esperar que la exigencia se ponga en manifiesto
primero en el análisis del factor exploratorio de las escalas de la creencia irracional.
Entonces, también se podría esperar que otras creencias irracionales medien el
efecto de la exigencia en las medidas de la perturbación. Finalmente, se podría
esperar que un modelo de ecuación estructural de como resultado que en el modelo
de mejor ajuste, la exigencia tendría un efecto sobre la perturbación. Ninguna
investigación ha probado la hipótesis de Ellis sobre la centralidad de la exigencia de
estas formas. Por lo tanto, no sabemos si la exigencia es la creencia irracional más
importante y central.

Si esto es verdad, las creencias irracionales deberían variar más en la perturbación


que otras variables cognitivas o efectos de la perturbación a través de los
pensamientos automáticos y otros constructos desarrollados por otras formas de la

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TCC. Aunque las creencias irracionales tienen un efecto directo en la perturbación,
también pueden tener un efecto al causar o activar estos otros constructos cognitivos.
Hay muy poca investigación en esta área. Sin embargo, algunas investigaciones han
identificado que las creencias irracionales juegan un rol en los constructos de
contenido cognitivo y en una medida del proceso cognitivo. Szentagotai y Freeman
(2007) descubrieron que los efectos de las creencias irracionales en la angustia se
miden parcialmente por los pensamientos automáticos. Por lo tanto, las creencias
irracionales dirigen a los pensamientos automáticos que conllevan a la angustia
emocional. Se ha demostrado que el proceso de la supresión del pensamiento afecta
la perturbación emocional. Szentagotai (2006) demostró con el análisis mediacional
que el impacto de las creencias irracionales en la angustia es completamente
mediado por la supresión del pensamiento. Las creencias irracionales no median los
efectos de la supresión del pensamiento. Una vez que las creencias irracionales se
desencadenan, la supresión del pensamiento puede intervenir como una forma de
controlar los pensamientos y emociones no deseados/intrusos, mediando así el
impacto de las creencias irracionales sobre la angustia. Es fácil imaginar que un alto
nivel de creencias irracionales como “no puedo soportar…”; “esto es horrible”,
pueden causar la supresión del pensamiento. Estos resultados, junto con los
descubrimientos de otras investigaciones en la literatura, apoyan la hipótesis de la
TREC que dice que el mecanismo de la evaluación primaria en la angustia se basa en
las creencias irracionales las que podrían mediar el impacto del evento estresante
sobre la angustia (Montgomery, David, DiLorenzo & Schnur, 2007).

Lo más importante es la investigación que apoya la eficacia y efectividad de la TREC.


En uno de los primeros análisis comparativos de la efectividad de la psicoterapia,
Smith y Glass (1977) concluyeron que la terapia racional emotiva (como era llamada
en ese entonces) fue la segunda psicoterapia más efectiva, después de la
desensibilización sistemática. A partir de ese análisis, aparecieron otros 16 análisis
de la literatura de resultados de la TREC incluyendo los de DiGiuseppe, Miller &
Trexler (1977), Engels, Garnefski y Diekstra (1993), González et al. (2004), Gossette
y O’Brien (1992, 1993), Haaga y Davison (1989), Hajzler y Bernard (1990), Jorm
(1989), Lyons y Woods (1991), Mahoney (1991), McGovern y Silverman (1984), Oei,
Hansen y Miller (1993), Polder (1986), Tripp, Vernon y McMahon (2007),
Silverman, McCarthy y McGovern (1992), y Zettle y Hayes (1980). La mayoría de
estos ha realizado revisiones narrativas; cuatro fueron metaanálisis. Otros se han
centrado solamente en adultos (Gossette & O’Brien, 1992; Zettle & Hayes, 1980) y
tres se han enfocado solamente en la investigación con niños y adolescentes
(González et al., 2004; Gossette & O’Brien, 1993; Hajzler & Bernard, 1990; Tripp et
al. (2007). La mayoría de los analistas incluyeron artículos publicados en revistas

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revisadas por colegas y disertaciones no publicadas. Otros incluyeron una mayoría
de disertaciones no publicadas en su análisis (Gossette & O’Brien, 1992, 1993).

Más de 280 estudios aparecen en estos 16 análisis. Sin embargo, los analistas
raramente incluyeron los mismos estudios. Solamente se mencionaron 13 estudios
en cinco análisis, tres estudios se incluyeron en seis análisis y 124 estudios se
mencionaron en solamente un análisis. Los críticos coincidieron muy poco sobre qué
estudios se incluyeron cuando cubrieron el mismo periodo, tipo de estudio o tipo de
población. La mayoría de los críticos ignoraron, excluyeron o no cubrieron un
número considerable de estudios del periodo seleccionado. Los análisis que se
incluyeron más fueron dos de Silverman y sus colegas (McGovern & Silverman,
1984; Silverman et al., 1992).

Debido a la cobertura dispareja en estas revisiones, Terjesen, Esposito, Ford y


DiGiuseppe (2008) intentaron realizar una investigación más exhaustiva de la
literatura de los resultados de la TREC. Hasta el momento, no hemos cubierto más
de 430 estudios. Hemos empezado a realizar una revisión metanalítica y hemos
codificado los estudios en varias características, y calculado los tamaños del efecto.
Los análisis de los datos finales todavía no están completos. La lista de los estudios
se encuentra disponible en la red (Terjesen et al., 2008).

El número de estudios que apoyan la eficacia y efectividad de la TREC es sustancial.


Sin embargo, existen muchos problemas con este grupo de estudios. Muchos se
realizaron como disertaciones por autores que hicieron un estudio. Como resultado,
se realizaron muy pocos estudios por investigadores con programas de investigación
progresiva y prolongada que expanden nuestro conocimiento de la TREC. Muchos
de los estudios son antiguos y se realizaron antes de que el campo desarrollara los
estándares metodológicos actuales para estudios eficaces. Muchos de los estudios
tienen defectos metodológicos sustanciales. Muchos seleccionaron a los
participantes por puntaje superior a la tasa de corte especificada y reunir los criterios
de los trastornos diagnosticados. A pesar de estos defectos, este gran número de
estudios representa un apoyo contundente para la efectividad de la TREC entre un
gran número de muestras con muchos problemas diversos, incluyendo ansiedad,
depresión, dificultad para hablar en público, abuso de sustancias, ira, problemas
conductuales y tartamudez.

Lo mejor de la psicoterapia no es la comparación con el placebo o con las condiciones


de control sin tratamiento, sino los tratamientos más eficaces del trastorno
específico. David, Lupu, Cosman y Szentagotai (2009) realizaron un ensayo clínico
aleatorio para comparar la eficacia de la TREC y dos tratamientos bien establecidos

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para la depresión: la terapia cognitiva y la psicoterapia con un inhibidor selectivo de
la recaptación de serotonina (ISRS; fluoxetina) en el tratamiento de pacientes
diagnosticados con trastorno depresivo mayor. Los pacientes fueron asignados
aleatoriamente a 14 semanas de TREC, 14 semanas de terapia cognitiva (TC) o 14
semanas de farmacoterapia. Los resultados indicaron que no hubo diferencias entre
las condiciones del tratamiento en la postest. Se identificó un efecto más largo de la
TREC (significativo) y TC (no significativo) sobre la farmacoterapia en el
seguimiento de seis meses en la escala de calificación de depresión de Hamilton;
pero, no en el inventario de depresión de Beck. Este estudio sofisticado
metodológicamente bien controlado demuestra claramente que la TREC es tan eficaz
como las mejores intervenciones de la investigación para la depresión.
Comparaciones similares de la TREC con tratamientos establecidos para la ansiedad
han demostrado que la TREC es igual o superior a los tratamientos conductuales
estándares de la ansiedad (Terjesen et al., 2008). En general, investigaciones
considerables apoyan los principios básicos de la TREC y su efectividad.

PRÁCTICA CLÍNICA

Los 13 pasos de la TREC

Dryden et al. (2003) identificaron 13 pasos que normalmente se siguen en una sesión
psicoterapéutica de la TREC. Desarrollaron estos pasos al trabajar cercanamente con
Ellis y revisar sus propios consejos y los de Ellis para los aprendices en supervisión.
Los terapeutas nuevos en la TREC pudieron seguir estos pasos para evitar errores y
asegurarse de que practicaban aspectos cruciales del modelo. Algunos aprendices
mantuvieron la lista de verificación para recordarles los pasos y guiarlos durante la
sesión. La figura 3.3 presenta los 13 pasos en formato de nota de la sesión que puede
usarse para registrar la información específica revelada en cada paso.

El primer paso consiste en qué problemas quieren tratar en la sesión. A veces los
clientes presentan problemas que no se relacionan con los temas tratados en las
sesiones previas; pero, mayormente presentan ejemplos del problema primario de
referencia. Saber lo que el cliente desea hablar en la sesión ayuda a establecer un
acuerdo sobre los objetivos de la sesión y a mantener la alianza terapéutica. El
segundo paso es argumentar formalmente el objetivo de la sesión. Los clientes
pueden presentar problemas totalmente nuevos que no se relacionan con los temas
tratados en sesiones previas. Los terapeutas pueden preferir continuar con los temas
actuales antes de cambiar a un nuevo tema. Como resultado, puede que no exista un
acuerdo sobre lo que se cubrirá en la sesión y antes de continuar. Si estos eventos

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ocurren, el terapeuta abarcará los pros y los contras de seguir cada tema hasta que
se llegue a un acuerdo. Además, los clientes suelen expresar el objetivo de la sesión
como el cambio de la A, mientras que los terapeutas lo ven como el cambio de la C.
Debido a que la TREC sugiere que se trabajar primero los problemas emocionales,
puede desmoronarse el acuerdo sobre los aspectos de los objetivos de la alianza
terapéutica. El consenso sobre qué problema atacar es crucial para que la sesión
continúe.

El tercer, cuarto y quinto paso implica evaluar la C, la A y la perturbación emocional


secundaria respectivamente. En el sexto paso, el terapeuta enseña al cliente la
conexión entre B-C. Los clientes suelen dar ejemplos vagos de A. Tratamos de hacer
que den un ejemplo específico de A. Esto ayuda a generar C y B exactas que necesitan
cambiar. Lo hacemos al pedirles que escojan el evento más molesto, reciente o
prototípico que puedan recordar.

Figura 3.3. Los trece pasos de la terapia racional emotiva conductual en


formato de apuntes de la sesión.

APUNTES Y GUÍA DE LA SESIÓN DE TREC

Cliente: __________________________ Sesión N°.: ____ Fecha:


_____________
Personas presentes:
____________________________________________

1er paso: preguntar al cliente el problema.


2° paso: definir y acordar los objetivos de la terapia.
3er paso: evaluar las consecuencias emocionales y conductuales.
4° paso: evaluar A.
5° paso: evaluar la existencia de cualquiera de los problemas emocionales
secundarios.
6° paso: enseñar la conexión B-C.
7° paso: evaluar las creencias irracionales.
8° paso: conectar las creencias irracionales con las emociones perturbadoras y
conectar las creencias racionales con la emoción perturbadora.
9° paso: disputar las creencias irracionales: encierra todo lo que has hecho: lógicas,
empíricas, heurísticas, diseñar nuevas creencias racionales alternativas,
didácticas, socráticas, metafóricas, humorísticas.
10° paso: preparar al cliente para profundizar su convicción de la creencia racional.

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11° paso: alentar a su cliente a poner en práctica el nuevo aprendizaje con la tarea.
12° paso: revisar las tareas.
13° paso: facilitar el proceso a través del trabajo.

En el sétimo paso, evaluamos las creencias irracionales del cliente. Recuerde que las
creencias irracionales son cogniciones tácitas, inconscientes y esquemáticas. No se
experimentan en la corriente de la conciencia, aunque se vuelven accesibles a nuestra
conciencia. La mayoría de los terapeutas preguntan a los clientes: “¿En qué estuviste
pensando cuando te molestaste?”. Tales preguntas suscitan pensamientos
automáticos, más no creencias irracionales. DiGiuseppe (1991a) indica que existen
dos estrategias primarias para evaluar las creencias irracionales. La primera es la
sucesión de inferencias. Los pensamientos automáticos son inferencias que la gente
obtiene a partir de las percepciones que se hacen o que están dispuestos a elaborar
basándose en el esquema básico o en las creencias irracionales permanentes.
Siguiendo la lógica de las inferencias, uno no puede cubrir la creencia irracional
principal. La sucesión de inferencias implica una serie de preguntas de seguimiento
a los pensamientos automáticos. Se pide a los clientes hacer una hipótesis en la que
sus pensamientos automáticos son verdaderos. Si es así, ¿qué pasaría después o que
significaría para ellos? Los clientes normalmente responden con otros pensamientos
automáticos. El terapeuta continúa con el mismo tipo de preguntas hasta que
descubrir una creencia irracional, un “debo”, una declaración de horrificación, un
“no puedo soportarlo” o una evaluación global. La sucesión de inferencias mantiene
a los clientes emocionalmente estimulados, porque con cada pregunta que el
terapeuta formula se acerca al verdadero evento emocionalmente desencadenante.
Esta estrategia también emplea un alto grado de autodescubrimiento, ya que los
clientes generan la respuesta a cada pregunta. A pesar de que se incrementa la
excitación emocional mientras la terapia prosigue con la sucesión de inferencias, los
clientes se sienten aliviados al sacar sus creencias fundamentales a la intemperie. La
experiencia Eureka! Al final de la cadena suele producir una experiencia de
vinculación entre el terapeuta y el cliente.

La segunda estrategia primaria se basa en la conciencia en la que no todos los clientes


son capaces de hablar sobre sus creencias irracionales esquemáticas tácitas, porque
tales pensamientos se almacenan en la memoria episódica no verbal. DiGiuseppe
(1991a) indica que todos los terapeutas desarrollan hipótesis sobre las creencias
irracionales de los clientes. En vez de dejar que los clientes luchen para tratar de ser
conscientes de sus creencias irracionales principales, los terapeutas pueden ofrecer
hipótesis a los clientes. Para que esto se realice de forma efectiva, los terapeutas
deberían (1) estar seguros de usar un lenguaje supositorio, (2) pedir comentarios al

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cliente sobre la exactitud de la hipótesis, (3) estar preparados para equivocarse y (4)
revisar las hipótesis basándose en las respuestas del cliente. Dryden (2008)
desarrolló otro enfoque. Él escucha los pensamientos automáticos del cliente, luego
elabora un pensamiento racional y uno irracional a partir del pensamiento
automático. Él presenta estos al cliente y le pide que identifique cuál es el más
cercano a lo que está pensando. Normalmente, el cliente identifica la creencia
irracional. Después, hablan de cómo el cliente puede poner esa creencia en sus
propias palabras.

En el octavo paso, el terapeuta relaciona las creencias irracionales con la


perturbación emocional del cliente y empieza a disputar las creencias irracionales
(noveno paso). Disputar las creencias irracionales es la tarea más difícil en la TREC.
Ellis siempre ha usado el término disputar. Algunos terapeutas objetan el término y
lo perciben como duro o adverso. El punto es que el terapeuta y el cliente trabajen
para evaluar la verdad o falsedad de las creencias. Para lograr este proceso se
requiere de una buena alianza terapeútica con acuerdo explícito en los objetivos y
tareas de la terapia. DiGiuseppe (1991b) ha detallado el proceso después de analizar
muchas horas de las cintas de videos de la terapia de Ellis. Se puede disputar una
creencia irracional al desafiar su lógica, al probar su precisión empírica, y al evaluar
la funcionalidad de las consecuencias que se derivan del aferramiento a la creencia.
Además, el terapeuta necesita proponer una idea racional alternativa. Estas
alternativas racionales se basan en la filosofía de la TREC. Después de proponer una
creencia racional alternativa con la que el cliente esté de acuerdo, el terapeuta la
desafía con los mismos argumentos para evaluar si le va mejor.

Además para adaptar el tipo de argumento, DiGiuseppe (1991b) sugirió que un


terapeuta puede variar el estilo retórico de su disputa. Se puede usar estrategias
didácticas (enseñanza directa), estrategias socráticas, metáforas o humor. Kopec,
Beal y DiGiuseppe (1994) han creado una cuadrícula en la que cada celda representa
un tipo de argumento y un tipo de estilo retórico. Ellos recomiendan que los
terapeutas generen declaraciones de disputa para cada celda de la cuadrícula antes
de cada sesión terapeútica. Su información indica que esta actividad incrementa la
autoeficacia de los aprendices en disputa. Para aprender mejor las técnicas de
disputa, el lector puede tratar de realizar esta actividad por varias semanas con
varios clientes. Otro componente importante de la disputa es el uso de la imaginería.
El terapeuta y el cliente pueden construir escenas del cliente enfocando el evento
desencadenante y practicar la nueva declaración de afrontamiento racional,
experimentar emociones adaptativas y comportarse apropiadamente.

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El décimo paso en el modelo implica profundizar la convicción del cliente de sus
creencias racionales. Los clientes suelen informar que saben que la creencia
irracional es incorrecta, pero creen en esta. El terapeuta trata de lograr que la
convicción del cliente no solo sea conocer la creencia racional alternativa. Esto se
logra a través de la disputa continua y por medio de la definición de cómo el cliente
se comportaría de forma diferente si él o ella se aferrara en realidad a la nueva
creencia racional (décimo primer paso), y concordando con la tarea actual entre las
sesiones para lograr los objetivos (décimo segundo paso).

La tarea puede incluir hacer que el cliente complete las hojas de trabajo de la TREC
que lo guían a través de la disputa con la creencia irracional, practique la imaginería
o se comprometa con la actividad conductual. En la tarea conductual, es importante
que los clientes confronten A y no evitar la práctica de esta. Por ejemplo,
recientemente supervisé a un terapeuta que trataba a un cliente con trastorno del
pánico. Este cliente había desarrollado miedos secundarios a viajar por el metro de
la Ciudad de Nueva York donde él había experimentado ataques de pánico. Mientras
viajaba en el metro, el cliente tenía muchos pensamientos de que tendría un ataque
de pánico, se vería tonto y la gente se reiría de él, lo cual sería horrible. El terapeuta
hizo que el cliente viajara en el metro mientras practicaba los pensamientos que
afirmaban que los ataques de pánico estaban bajo control y que no se vería control.
Estos ejercicios no tuvieron el efecto deseado. Sugerí que el cliente en verdad
enfrentara sus miedos y que se vea como un tonto en el metro. El cliente acordó que
la próxima vez que viajara en el metro, fingiría un ataque de pánico y como él dijo se
vería como un “enfermo”. Esta tarea hizo que enfrentara sus miedos, y funcionó. Ellis
normalmente recomendaba las tareas del tipo de exposición y creía que las tareas de
exposición graduadas enseñaban de forma inadvertida a los clientes que la emoción
asociaba con la exposición era demasiado dolorosa para soportarla.

El décimo tercer paso final es para revisar los otros ejemplos de eventos
desencadenantes sobre los que el cliente ha sido alterado para promover la
generalización. El cliente es alentado a llevar a cabo los mismos pasos con otras
situaciones para generalizar sus reacciones.

Ilustración del caso

Ray Richie, un hombre estadounidense europeo de 34 años de edad, buscó la terapia


por el apego prolongado a su ex enamorada y miedo a las citas. Ray había
desarrollado el síndrome de Tourette siendo muy joven. Sus tics eran
extremadamente serios. Él recordaba a sus compañeros que le molestaron en toda la
escuela media y la secundaria. Lo aislaban, escupían y era ridiculizado. Después de

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años de tomar medicamentos, terapia e incluso de algunas hospitalizaciones, sus tics
disminuyeron cuando estaba en sus 20. Él desarrolló el trastorno obsesivo
compulsivo (TOC) en sus 20. Había recibido tratamiento conductual para eso, el cual
fue muy exitoso. Ray repetía algunas frases cortas tres o cuatro veces cuando
hablaba, mayormente cuando estaba nervioso o estresado. Según todos los testigos,
sus tics y obsesiones estaban en un nivel controlable, y Ray creyó que podía vivir con
estos.

Ray tenía asegurado un trabajo de la clase obrera con la ayuda de sus padres, a
quienes él había mantenido muy cerca. Él tenía pocos amigos cercanos. En el trabajo,
se sentía aceptado y era sociable y extrovertido. Él asistió a un grupo de autoayuda
de TOC semanalmente. Durante la secundaria y en sus 20, nunca había tenido citas.
Él informó que no creía que alguna mujer lo quisiera. Había sobrevivido a su
adolescencia y había sido atormentado por sus compañeros con un sentido
perdurable de autoodio e inutilidad. A la edad de 25, Ray conoció a una mujer
llamada Nancy con quien tuvo su única relación romántica. Aunque había amado a
Nancy, él dijo que ella había sido bastante cruel con él. Le hacía dormir en el piso,
ridiculizaba sus tics y se burlaba de su trabajo de cuello azul. Ray informó muchos
incidentes en los que Nancy le trató mal. Él no era capaz de besar a Nancy, porque
tenía un miedo extremo a la saliva pues él había dicho que lo tenía desde que sus
compañeros de clase le empezaron a escupir en la secundaria. También dijo que se
había quedado con Nancy por miedo a que ninguna otra mujer lo quisiera.
Eventualmente, Ray dejó a Nancy cuando esta se volvió abusiva físicamente con él.
Volvió a vivir con sus padres y, desde luego, les contó sobre la relación abusiva que
había tenido con Nancy. Después de un año, Ray se mudó para vivir solo. Cuando él
buscó la terapia, no había salido con otra mujer. Él dijo que en el trabajo, eventos
sociales y comunitarios, podía hablar con una mujer casada, porque él sabía que ella
no saldría con él. Evitaba hablar con todas las mujeres solteras o los lugares donde
los solteros se reunían. El objetivo primario de Ray era conocer a una mujer, salir
con ella, pues él esperaba casarse y tener una familia.

Ray pasaba tiempo considerable en la terapia discutiendo su relación con Nancy y


evitaba el tema de conocer a una mujer. En una primera sesión, había identificado A
como conocer nuevas mujeres y C como el miedo. Al preguntarle qué ideas se
desencadenaban por el pensamiento de conocer mujeres, Ray contestó que estas lo
rechazarían. Mientras usaba la técnica de sucesión de inferencias, le pregunté a Ray
qué pasaría si todas las mujeres lo rechazaran, él respondió “volvería a Nancy”. Ray
deseó secretamente avivar su relación con Nancy. A pesar de la forma abusiva en la
que lo había tratado, aún la amaba y pensaba que ver a otra mujer era como

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engañarla. Le animé a que hablara sobre cómo sería verla y qué sentimientos
experimentaría cuando se entretuviera con estas fantasías.

Muchas emociones se desataron. Primero, Ray sintió vergüenza. ¿Qué pensaría de él


por todavía amar a Nancy después de todas las historias de horror que él había
revelado? Además, ¿qué se podría decir de él por aún amar a alguien que se había
burlado de él y lo había golpeado? Segundo, él sintió miedo. Desde que dejó a Nancy,
él volvió a contar las historias de la relación a sus padres. Desde luego, pensaron lo
peor de ella. Inmediatamente examinamos las creencias de cada una de estos
problemas emocionales. Tuve que tomar una decisión. Ciertamente, pude haber
dicho a Ray que lo aceptaba incluso mientras amaba a Nancy. Eso hubiera sido una
solución poco elegante. Por lo tanto, le pedí que imaginara lo peor. ¿Qué hubiera
pasado si su terapeuta hubiera pensado mal de él por seguir amando a alguien que
abusaba de él? Él había tenido varios terapeutas buenos en el pasado que le ayudaron
con otros problemas. Estaba feliz con su vida excepto por este problema, y hubiera
estado bien incluso si nunca hubiera vencido este problema. Le ayudé a aceptarse
incluyendo a las personas a su alrededor, incluso a mí, aunque pensó que era una
tontería.

Después trabajamos en su vergüenza por aún amar a Nancy. Ray pensó en ella
regularmente. Reveló que había mantenido contacto con ella por teléfono
semanalmente, que nunca la vería, porque él pensó que enloquecería. Parecía que la
vergüenza de Ray por amar a Nancy había evitado que él siga adelante. Este es un
ejemplo clásico del problema emocional secundario. Cada vez que Ray pensaba en
Nancy, se desencadenaban pensamientos sobre lo enfermo e inútil que él era por
amar a una persona tan abusiva. Esto interfirió con su evaluación de Nancy y su
relación. La vergüenza por el amor parecía hacer continuar al mismo. Entonces
animé a Ray que experimentara su amor por Nancy. Él dijo que aunque había sido
abusiva, tenía buenos recuerdos de su relación. Le ayudé a aceptar el hecho de que
la amaba y que este sentimiento era real. No era bueno ni malo, simplemente era lo
que era. Además, si eso significaba tener una relación loca o un constante amor no
correspondido, que así sea. Él aceptaría eso y haría lo mejor para su vida.

Luego, Ray reveló que nosotros deseábamos ver a Nancy. Ahora que aceptaba que la
amaba, ¿por qué no actuar? Por lo tanto, planeamos que pase de un amigo que llama
semanalmente a un romance de cara a cara. Ray no pudo llamar a Nancy para
planear una visita. Temió que sus padres lo rechazaran, los padres de Ray fueron un
factor importante en su vida. A lo largo de su experiencia penosa con el síndrome de
Tourette, fueron padres ejemplares. Hicieron de todo para amar y ayudar a Ray
cuando el mundo se burló y mofó de él. Ray estaba seguro de que desaprobarían su

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reunión con Nancy. Pensó que debido a que sabían todas las cosas malas de su
relación con Nancy, le darían la espalda por este amor autodestructivo.
Aquí nuevamente se encontraba esa decisión. A partir de toda la información, Ray
me había revelado que sus padres eran gente amorosa y solidaria, de lo cual no tenía
dudas. Podría reunir fácilmente suficiente evidencia para demostrar que él podía
contar con el apoyo y amor continuo de sus padres. Sin embargo, elegí la solución
elegante. Le pedí que imaginara que su peor pesadilla se volvía realidad. ¿Podría
imaginar que sus padres le rechazaran por escoger amar a Nancy a quien ellos habían
aprendido a detestar? Esto desató fuertes sentimientos negativos en Ray, y él
cuestionó si podría independizarse de sus padres. Mientras explorábamos su
creencia de que los necesitaba para contar con su apoyo, se reveló otra información.
Ray evitó otras cosas, porque temía que sus padres lo desaprobaran. Tales cosas
oscilaron entre hablar de la elección de los candidatos políticos a compartir algunas
de las preferencias alimentarias. ¿Qué pasaría si ellos lo supieran y lo desaprobaran?
También hablamos del tema de que habían envejecido. Desafortunadamente, son
mortales y no vivirán para siempre. Si lo desaprobaran ahora o murieran después,
aún aceptaría vivir su vida sin ellos. Ray finalmente aceptó las dos nuevas filosofías
racionales. La primera fue que él iba a ser su propia persona y viviría a su manera,
incluso si otras personas significativas como sus padres y su terapeuta lo
desaprobaran. Era peor pretender ser alguien más y no era tan horrible ser
rechazado. Él había soportado mucho de eso en su vida. Él convirtió su supervivencia
de las burlas de la niñez en la evidencia de que él era un superviviente fuerte y no
cobarde. La segunda fue que Ray reconoció que él tenía que hacer su propio camino
en el mundo, y enfrentar la muerte eventual de sus padres. Aceptó que la vida podría
tener sus riesgos y que el miedo era parte de la misma. Evitarlo era estancarse.

Ray decidió que había tenido suficiente de las intervenciones cognitivas, pues
decidió actuar. Se reunió con Nancy. Después de verla varias veces, se lo dijo a sus
padres. Pasaron dos cosas. Los padres de Ray dijeron que era su vida y que tenía que
hacer lo que hiciera feliz. Tuve razón. Ellos lo aceptarían sin importar lo que sea. Sin
embargo, se sintió más libre. Los amaba y apreciaba, pero no se sintió capturado por
su amor. Una vez que Ray concluyó que podía vivir su vida incluso si ellos
desaprobaban sus acciones, él buscó a Nancy fervientemente. Entonces, cambiamos
nuestra atención a dos problemas. El primero, ¿le estaba permitido amarla, incluso
si consideraba que tales sentimientos era inaceptables? Segundo, ¿necesita a Nancy
para tener una vida con amor? Él aprendió rápidamente a aceptar sus sentimientos
por ella. Cuando uno necesita a alguien y debe tenerlo o tenerla, no hay opción. Una
vez que Ray aceptó libremente sus sentimientos por Nancy y examinó si la
necesitaba, él decidió que no la quería, porque la vio tan exigente, criticona,
arbitraria e imposible de complacer. Decidió que no la quería incluso si la amaba.

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Después de verla un mes, el amor de Ray por ella se disipó. Me volví como Irving
Yalom (1989) en el verdugo del amor.

Le tomó a Ray un mes o algo así salir de la terapia. Volvió con un esfuerzo renovado
para trabajar su miedo al rechazo femenino. Una vez más, la elección se presentó por
sí misma. ¿Le enseño mejores habilidades sociales para que sea un mejor buscador
de mujeres, o le ayudo a aceptar que el camino al amor está lleno de rechazos?
Nuevamente, escogí la última y trabajé en ayudar a Ray a acumular rechazos. La
meta era alcanzar al menos 100 en un año. Siguiendo este trabajo, hablamos sobre
las habilidades sociales que él necesitaba para conocer mujeres. Después de varios
meses, Ray salió con una médica; y después de varias citas, decidió que no le gustaba.
Sin embargo, él estaba orgulloso de que alguien con mucha más educación que él
saliera con su persona. Empezó a conocer otras mujeres. Estaba en el camino. Otra
cosa cambió. Desde que Ray ya no necesitaba más la aprobación de sus padres, dejó
la seguridad de su empleo de collar azul para empezar su propio negocio. Él estaba
seguro de que sus padres lo desaprobarían; pero, él iba a hacerlo de todas formas.
Desde luego, no estaban felices con su decisión; pero lo apoyaron. Se comunicó
conmigo después de un mes. Todavía no había conocido a la mujer correcta; sin
embargo, se está divirtiendo acumulando los 100 rechazos.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

La muerte de Albert Ellis afecto profundamente a todos aquellos que trabajaron para
desarrollar la TREC y cientos de profesionales que lo conocían bien. La pregunta
para cualquier teoría después de la muerte de su fundador es en qué se convertirá la
teoría sin su defensor más contundente. La TREC parece viva y próspera. Se ha
renovado el interés en la prueba de los principios de la teoría y la eficacia de la terapia
desarrollada durante los varios años de enfermedad de Ellis que lo llevó a su muerte.
La capacitación en la TREC continúa creciendo a nivel mundial.
La TREC todavía enfrenta muchos desafíos específicos. Ellis fue principalmente
clínico. A menudo planteó declaraciones teóricas sin considerar la especificidad que
se necesitaba para probar sus nociones. La investigación primaria que permanece
son las investigaciones para probar la hipótesis de Ellis que dice que la exigencia es
la principal creencia irracional. Él propuso que todas las otras creencias irracionales
derivan de la exigencia de la persona. Parte de esta hipótesis es que los constructos
cognitivos identificados en otros modelos cognitivos de psicopatología y psicoterapia
se derivan psicológicamente de la exigencia. Según el modelo de Ellis, las ideas
exigentes generan después otras creencias irracionales, como la intolerancia a la
frustración, evaluaciones generales del yo o del valor de los otros y horrificación.
Además, las exigencias generan pensamientos automáticos negativos; atribuciones

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globales, estables e internas de fracaso, solución deficiente de problemas y
autoconversación negativa. Tomemos un ejemplo de una persona que recientemente
no logró obtener un trabajo después de una entrevista. Si la persona tuviera la
creencia irracional de que tiene que tener un trabajo, el hecho de no lograrlo hubiera
generado lo siguiente: (1) pensamientos automáticos como “nunca obtengo lo que
necesito”; “siempre será un fracaso”; “no puedo hacer nada bien” y “si no consigo
este trabajo, ¿no seré podré obtener otro trabajo?”; (2) ideas que reflejen
atribuciones generales, estables e internas de fracaso; (3) otras creencias irracionales
como “es terrible que no haya conseguido este empleo”; (4) ver la situación como
imposible y no comprometerse con la solución del problema para conseguir otro
trabajo.

Como mencioné antes, las estrategias de la investigación para probar esta hipótesis
no han sido preparadas. Tal prueba requeriría un estudio multivariante que mida
todos estos constructos en una gran muestra clínica. Los que apoyan la TREC
necesitan más estudios como este antes de que puedan exigir que la teoría de Ellis
sea sólida.

Se necesita investigar más los resultados para apoyar la eficacia de la TREC. Aunque
un gran número de estudios sí apoyan la terapia, la mayoría se realizaron antes de
que existieran normas metodológicas modernas. Tales estudios necesitan incluir a
clientes con trastornos diagnosticados y compararse con intervenciones bien
establecidas. La verdadera prueba de la TREC implica obtener beneficios
terapéuticos continuos, fracaso a la recaída o el desarrollo de la felicidad e
incremento del bienestar después de que se hayan logrado los objetivos de la terapia.
Ellis siempre reconoció las otras formas de trabajo de la TCC. Incluso reconoció otras
formas diferentes a la TCC de trabajo psicoterapéutico, aunque sean ineficientes. Sin
embargo, sostuvo que el cambio filosófico profundo de aceptar la realidad y trabajar
duro para lograr las propias preferencias es la clave de la adaptación.

Con los años, la TREC había sido sinónimo de la personalidad de Ellis. Algunas
personas descubrieron su estilo y directividad abrasiva. Debido al debate de Ellis
(1959) con Carl Rogers sobre la naturaleza de la relación psicoterapéutica, las
personas concluyeron erróneamente que Ellis y TREC valoraron poco la relación
terapeútica. Recuerde que Rogers planteó la hipótesis de que la aceptación
incondicional del terapeuta del cliente es una condición necesaria y suficiente para
el cambio psicoterapéutico. Ellis (1959) no estuvo de acuerdo. Él informó que la
aceptación incondicional no era necesaria, y que los seres humanos mejoran bajo
una amplia gama de condiciones. Fiel a su naturaleza, él estuvo en contra de
cualquier regla o conclusión sobregeneralizadora. No obstante, sí creía que la

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aceptación incondicional era altamente deseada y que favorecía enormemente a la
confianza del cliente, como con el terapeuta, quien aumentaría enormemente las
probabilidades del funcionamiento de todas las otras intervenciones terapéuticas.

Ellis tenía gran respeto por sus clientes, y la investigación demostró que la TREC
como la practicó Ellis y otros en su instituto, dio lugar a una fuerte relación
terapeútica (DiGiuseppe & Leaf, 1993). Recientemente, los libros y manuales de
capacitación han comenzado a adoptar formalmente la importancia de la alianza
terapeútica en la TREC (Dryden et al., 2003; Ellis & Dryden, 1992). En realidad,
debido a la naturaleza activa de esta forma de terapia, la no asistencia a los
componentes de la relación terapeútica conduciría a la deserción o fracaso de la
terapia. Se necesita investigar más este aspecto de la TREC.

A pesar de estas limitaciones, la TREC sigue una forma filosófica de psicoterapia con
raíces profundas en la filosofía clásica, moderna y asiática. Para deducirla, Ellis pasó
miles de horas con clientes que sufrían. La teoría y la práctica de esta forma de
terapia con generales y suficientes que sirve de plataforma para tratar a los clientes
que presentan una amplia gama de trastornos y problemas. Sin embargo, la práctica
de este modelo es tan flexible que permite la incorporación de otras técnicas cuando
pueden ayudar a los clientes. Las bases filosóficas, amplitud de aplicación y
flexibilidad de la técnica han sido y siguen siendo el sello de calidad de la TREC.

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ASPECTOS HUMANOS VINCULARES QUE MEJORAN LA
EFECTIVIDAD

Ps. Carmela Rivadeneira, Ps. José Dahab

Uno de los mitos más difundidos afirma que en Terapia Cognitivo Conductual no se
le otorga importancia a la relación terapéutica o peor aún, que el terapeuta cognitivo
conductual se avoca fríamente a aplicar técnicas, con nula consideración de los
aspectos afectivos que se juegan inexorablemente en cualquier lazo humano. De este
modo, se dibuja la imagen de un psicólogo apático y distante, que conduciendo un
programa técnico insensible de acuerdo a un protocolo estructurado cual receta,
ignora el colorido abanico emocional que su paciente habrá de depositar en él. En
fin, otro mito que no es más que eso, un mito.
Apoyándose en el desconocimiento, se formulan críticas que prejuzgan y condenan
el trabajo serio de una comunidad científica que trabaja para mejorar la salud y la
calidad de vida de personas que sufren. Contrariamente a lo que versan tales críticas
aventuradas desde otras perspectivas, en Terapia Cognitivo Conductual se ha
considerado y debatido la temática de la relación terapéutica desde hace más de
cuatro décadas.

Más aún, siendo fieles al compromiso entre aplicación e investigación, se han llevado
a cabo estudios empíricos con el objetivo de clarificar las variables en juego. Vale
decir, desde el enfoque de la Terapia Cognitivo Conductual no se trata únicamente
de debatir y opinar acerca del vínculo terapéutico, también debemos objetivar
empíricamente el proceso.

En la tradición conductual se sostiene que la relación entre terapeuta y paciente se


fortalece cuando éste percibe que el tratamiento le reporta resultados exitosos. No
obstante, también se ha observado que la efectividad puede esfumarse si el
profesional no contempla el vínculo terapéutico. El manejo adecuado del mismo

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aumenta la confianza del paciente hacia la terapia y propicia el marco óptimo para
la aplicación del tratamiento.

Los programas de entrenamiento en Terapia Cognitivo Conductual dejan en claro


que el psicólogo, además de detentar una sólida formación teórica y técnica, debe
poseer ciertas habilidades de comunicación orientadas al fortalecimiento de la
relación terapéutica. Se denominan “variables inespecíficas” a aspectos tales como
la personalidad, el estilo de comunicación y las habilidades sociales del terapeuta. Si
bien no otorgan las condiciones suficientes para el cumplimiento de los objetivos de
la terapia, las variables inespecíficas pueden aumentar notablemente la probabilidad
de éxito. Más aún, en lo que hace al abordaje de patologías tales como los desórdenes
de personalidad, ellas se han revelado como un elemento de crucial importancia.

Discutimos a continuación algunas aristas importantes del vínculo terapéutico y de


las variables inespecíficas. Grosera y rápidamente expresado, las puntualizaciones
que siguen deberían propiciar un contexto en el que ambas personas, paciente y
terapeuta, se hallen cómodos en el trabajo que los reúne. Enfatizamos, entonces, un
aspecto menos explorado quizá: el que el terapeuta también debe propiciar para sí
un clima de trabajo humano agradable. Y si bien un tal objetivo involucra a los dos
individuos, la responsabilidad técnica y ética de su consecución atañe tan sólo al
psicólogo y no al paciente.

1. Aceptación incondicional o “no enjuiciamiento” Cuando el profesional


toma un caso deberá comprometerse a aceptar y a ayudar al paciente. Aceptarlo
significa contemplarlo como un ser humano con sus defectos, muchos de los
cuales pueden no hallarse en conexión con el motivo de consulta. En este sentido,
una aceptación equilibrada permite señalar al paciente áreas a mejorar o aspectos
de su estilo de vida potencialmente dañinos para su salud, sin ejercer
manipulación o presión. La aceptación atañe particularmente a la comprensión
de que la persona busca ayuda y no debería ser juzgada como “mala”, “tonta” o

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con cualquier otro calificativo peyorativo. Incluso frente a escenarios tales como
la delincuencia, el psicólogo no debería olvidar que el paciente pide ayuda y su
misión es brindarla sin emitir juicios. Cuando por cualquier motivo, no logre tal
aceptación, entonces debería derivarlo.
2. Motivación e involucración El psicólogo debe sentirse genuinamente
motivado para ayudar al paciente. Esto implica naturalmente la vocación por el
trabajo clínico en general pero particularmente, el agrado e interés por la
patología puntual que presenta la persona que se encuentra en frente suyo. La
motivación del terapeuta dependerá en parte de sus horas de descanso o de la
cantidad de entrevistas diarias que realiza. Resulta escasamente probable que
mantenga un adecuado deseo de trabajar si duerme poco o atiende a diez
personas por día. Puntualmente, no debería suceder que el móvil principal de un
tratamiento se halle en variables económicas. En fin, sin importar demasiado la
razón, una pobre motivación por parte del terapeuta derivará en menores niveles
de efectividad y mayor cantidad de fracasos.
3. Empatía Se refiere a la capacidad de comprender al paciente a partir de su
propio punto de vista. Se trata de una de las habilidades más deseadas para un
terapeuta pues permite entender a la persona desde sus propios esquemas
cognitivos y su historia particular, tomando distancia de juicios inmediatos
condenatorios o etiquetadores. Desde esta perspectiva, constituiría un error por
falta de empatía el calificar como “fracasado” a un hombre de 59 años que padece
depresión y cuyos hijos lo sostienen económicamente. Indagando la visión
personal del paciente, el psicólogo quizá descubra que la depresión se halla más
relacionada con la soledad que con la falta de dinero o trabajo. Entonces, es desde
esta óptica que debería abordar el caso. Dicho vulgarmente, “ponerse en los
zapatos del paciente” aumenta la probabilidad de éxito terapéutico al tiempo que
mantiene el respeto a la libertad y autodeterminación.
4. Autenticidad El terapeuta cognitivo conductual expresa sus acuerdos o
discrepancias con el paciente de manera sincera y directa. A diferencia de otros
enfoques terapéuticos, no se mantiene abstinente ni neutral. Por el contrario,

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basado en un criterio de salud y enmarcado en una formación científica, contesta
las dudas que el paciente le plantee con un lenguaje simple y claro. Más aún, no
se muestra hermético ni oculta su vida personal, permitiéndose responder
preguntas o hacer comentarios espontáneos acerca de sí mismo. Así, por ejemplo,
podrá referirse a aspectos tan cotidianos como la universidad de la cual egresó u
otros más “privados”, como su orientación sexual, si el paciente desea saberlo y
el psicólogo desea contarlo. Naturalmente, no resulta muy habitual que el
profesional hable frecuentemente de sí mismo, porque sencillamente, no es este
el objetivo por el cual se reúne con el paciente. Tampoco a este último suele
interesarle tanto la vida de su terapeuta. No obstante, una actitud sincera y
auténtica mejora el vínculo terapéutico, aumentando la confianza de la persona
que consulta.
5. Ecuanimidad El feedback hacia el comportamiento del paciente constituye uno
de los pilares que apuntalan la relación terapéutica. Por lo tanto, el psicólogo
cognitivo conductual deberá manejarlo equilibradamente ya que tanto la crítica
como la aprobación excesivas pueden ser contraproducentes. Si el terapeuta es
demasiado negativo, quizá desvalorice comportamientos que, aunque pequeños
para otras personas, representan un logro importante para algunos pacientes.
Por el contrario, si se muestra excesivamente positivo, puede estar omitiendo
conductas que requieren ser cuestionadas y eventualmente corregidas.
6. Respeto y manejo de las propias emociones negativas El psicólogo habrá
de manejar adecuadamente sus emociones y las expresará asertivamente; no
debemos olvidar que representa un importante modelo para quienes acuden a su
consulta. Independientemente de las diferencias que puedan existir entre
paciente y terapeuta, este último debe utilizar un lenguaje de respeto y
cordialidad. Especialmente, el enojo del paciente puede representar una muestra
de conducta que requiere ser analizada más que juzgada y atacada.
7. Considerar aspectos de forma La puntualidad, la realización de tareas, las
sesiones en las que el paciente se ausenta o cancela, la involucración con el
tratamiento son aspectos que influyen en la relación terapéutica. El psicólogo los

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analiza y debate con el paciente pues de lo contrario, pueden interferir con el
curso del tratamiento.
8. Visión positiva El terapeuta debe conducirse racionalmente, manejando sus
propias emociones desadaptativas que podrían interferir en su pericia
profesional. Pero más específicamente, el terapeuta cognitivo-conductual
intentará abordar sus casos desde una perspectiva “optimista-realista”; una
visión pesimista merma las posibilidades de éxito. Si a raíz de algún desorden
emocional personal, el psicólogo viera oscurecida su visión optimista, entonces
debería buscar ayuda psicológica para sí mismo.
9. Adaptación al caso por caso El profesional adaptará la aplicación de las
técnicas al estilo y la personalidad del paciente. Si bien el tratamiento cognitivo-
conductual tiende a ser planificado y sistemático, ello no implica rigidez. La
Terapia Cognitivo Conductual no consiste en la aplicación “mecánica” de
procedimientos técnicos. Estos deben ser ajustados por el terapeuta al caso en
cuestión. Así, el estilo de comunicación con un adolescente diferirá del utilizado
con una persona de tercera edad.
10. Autocontrol del propio comportamiento del terapeuta El terapeuta
cognitivo conductual debe atender a algunas pautas formales de su propio
comportamiento. Ello atañe a aspectos tales como el volumen de la voz o la
postura física que adopta. Si el psicólogo ha atendido a muchos pacientes en un
solo día entonces, podría mostrar señales de cansancio en la expresión de su
rostro, en la pose que toma al sentarse o en la entonación de sus palabras.
Sin lugar a dudas, el psicólogo constituye un modelo de especial relevancia para sus
pacientes, en este sentido, es que debe prestar especial atención a su propia
conducta. Así, por ejemplo, si un paciente desea dejar de fumar, el terapeuta no
debería fumar frente a él; si presenta dificultades de autoorganización, el terapeuta
no debería atenderlo con demoras importantes o cancelarle las consultas con escasa
anticipación. En fin, la conducta del psicólogo habrá de ser congruente con lo que
pregona durante el curso del tratamiento.

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En suma, el manejo de la relación con el paciente se revela como un punto clave del
proceso terapéutico. Ella debe acompañarse, naturalmente, del conocimiento de los
paradigmas teóricos y los procedimientos técnicos propios del enfoque. La
integración de ambos elementos, esto es, la selección de técnicas científicamente
validadas pero aplicadas en el contexto de un vínculo humano bien conducido,
potenciará el horizonte de posibilidades de la Terapia Cognitivo Conductual.

DEBATE Y COMPARACIÓN DE DOS MODELOS DE INTERVENCIÓN

EN CLÍNICA PSICOLÓGICA

A diferencia de las primeras décadas del siglo XX, asistimos hoy a una tendencia
hacia la especialización de los tratamientos psicológicos enfocados a trastornos
concretos. Las grandes escuelas psicológicas como la Gestalt, el Psicoanálisis o el
Existencialismo, propuestas como abordajes explicativos globales del psiquismo, se
ponen en tela de juicio a partir del desarrollo de tratamientos específicos en función
de cada desorden en particular.
Desde esta perspectiva, las grandes teorías psicológicas ya no deberían aplicarse
como formas de psicoterapias globales “todo-terreno” pues, las investigaciones sobre
eficacia apoyan el uso de técnicas puntuales para problemas determinados. Diversos
autores han señalado la enorme cantidad de tipos de psicoterapias existentes. Por
ejemplo, en 1980 Henrik identificó más de 250 tipos de psicoterapia; en 1986 tanto
Karasu como Kazdin citan aproximadamente 400 modalidades.

Lamentablemente, la eficacia de la mayoría de estas terapias no se ha testeado en


ensayos científicos controlados. Los estudios de eficacia procuran discernir el
potencial terapéutico de técnicas particulares para problemas determinados. Así, por
ejemplo, la desensibilización sistemática se revela como el tratamiento más efectivo
para las fobias específicas; la exposición y prevención de la respuesta es la técnica
terapéutica con mayor apoyo empírico para el trastorno obsesivo compulsivo.

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Vale decir, el debate actual no gira ya en torno a qué orientación teórica tiene la
razón, sino cuál tratamiento puntual recibe mayor aval empírico para cierto
trastorno. Se trata de una tendencia análoga a la de la medicina, en la que existen
técnicas puntuales y diferenciales para diversas patologías.

En vista de que la Terapia Cognitivo Conductual se nutre de la investigación


científica, también se acompasa al ritmo de los estudios comparativos sobre eficacia.
Actualmente, queda claro que ninguna corriente en psicología en su totalidad puede
aplicarse de modo global, para solucionar todos los problemas de todos los pacientes.
El avance de la psicología como ciencia desde 1950 hasta la fecha ha propiciado el
desarrollo de tratamientos efectivos, breves y específicos.

Diferencia entre Escuela de Psicoterapia y Tratamiento Psicológico

Frecuentemente, los psicólogos aplican el procedimiento terapéutico global que


surge de la corriente psicológica a la que adhieren. De modo amplio, emplean el
mismo modelo para los diversos trastornos, ya se trate de los desórdenes
psicológicos menores como problemas de ansiedad, depresión, disfunciones
sexuales o de cuadros psicopatológicos más complejos, como los de la personalidad
o incluso, las psicosis.

Todos los pacientes se abordan desde la misma perspectiva, independientemente de


los estudios que identifican cuáles son los procedimientos más exitosos. En el
presente articulo, usamos la expresión “psicoterapia global” para referirnos a una tal
modalidad de intervención, más basada en escuelas o corrientes amplias, por
oposición a “tratamientos psicológicos específicos” para trastornos determinados.

Seguramente, el presente debate conlleva una arista crítica desde un punto de vista
ético. La adherencia del psicólogo a un marco teórico particular debería constituir
un tema de su esfera personal, de sus creencias y filosofía de vida. No obstante, sí

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resulta cuestionable que a raíz de una posición teórica cualquiera, desestime el uso
de métodos demostrados eficaces, especialmente cuando se halla frente a un
paciente que desea dejar de sufrir.

Definitivamente, los pacientes no suelen preocuparse demasiado por el debate entre


escuelas psicológicas; por el contrario, lo que piden es curarse. El máximo grado de
conflicto surge con las escuelas psicológicas que persisten en aplicar una teoría o
enfoque general para todos los trastornos psicológicos pero que además, no se hallan
abiertas a los estudios de validación científica de sus procedimientos.

Por supuesto, y contrariamente a un enfoque de teorías generales, la Terapia


Cognitivo Conductual compatibiliza completamente con las nociones de los
tratamientos específicos. En virtud de su compromiso con la psicología científica y
experimental, los procedimientos se contrastan en investigaciones empíricas
controladas. Más aún, esta tendencia ya ha alcanzado una expresión formal en las
“guías de tratamientos psicológicos eficaces”. Ellas constituyen largos listados que
resumen los procedimientos que se han evidenciado eficaces para los distintos
desórdenes. Presentamos a continuación, sólo con fines ilustrativos, un pequeño
extracto de las mismas.

Trastorno/Diagnóstico Tratamiento Psicológico eficaz

Trastorno obsesivo-
compulsivo Exposición con prevención de la respuesta

Fobias específicas Desensibilización Sistemática

Agorafobia Exposición in vivo

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Entrenamiento en habilidades sociales + terapia
Fobia social de exposición

Modificación de triada cognitiva y supuestos


Depresión depresógenos

Técnicas cognitivas: análisis de evidencia,


Trastorno de angustia decatastrofización. + Terapia del control del
(pánico) Pánico

Consumo de cocaína Programa de reforzamiento comunitario

Esquizofrenia Entrenamiento en habilidades sociales

Eyaculación precoz Compresión basilar

Características de los tratamientos psicológicos específicos

A continuación, describiremos brevemente algunas diferencias críticas entre los dos


enfoques terapéuticos planteados. Como se prevé con facilidad, la Terapia Cognitivo
Conductual se asimila a una terapia psicológica específica y no a una psicoterapia
global.

Intervenciones especificas con objetivos precisos y mensurables

Este punto conduce inexorablemente a la necesidad de precisión diagnóstica y una


adecuada evaluación conductual de la problemática del paciente. En lugar de utilizar
categorías diagnósticas globales como “Neurosis”, se apuntaría a una delimitación
más exacta como “Trastorno de angustia sin agorafobia”. La selección de técnicas se
hallaría luego sujeta al diagnóstico y al comportamiento-problema del paciente y

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guiada por los objetivos concretos que se persiguen. Así, por ejemplo, para un
paciente con fobia social a quien se le aplica entrenamiento en habilidades sociales,
la meta será “iniciar conversaciones en reuniones con personas desconocidas”.

A los fines de conducir tal tratamiento, el psicólogo deberá respetar determinadas


fases, verificando la consecución del objetivo formulado, el cual a su vez, habrá de
poder cuantificarse. Es decir, el psicólogo no se basa únicamente en el informe verbal
y subjetivo del paciente; contrariamente, las mejoras tienen que reflejarse en
cambios concretos, en conductas. Alcanzado el objetivo, concluye el tratamiento.

En la psicoterapia global, normalmente transcurren meses e incluso años sin que se


formulen de modo explícito objetivos. La dirección del abordaje apunta a horizontes
amplios tales como “autoconocimiento personal”, “sentirse mejor”, “sentir alivio”,
“aceptarse”, “develar conflictos intrapsíquicos” o “descubrir aspectos de mi
personalidad”; todos estos, términos vagos e imprecisos, independientemente de la
teoría en la cual se alberguen.

Naturalmente, la Terapia Cognitivo Conductual se caracteriza por expresar las metas


de modo claro y preciso. El tratamiento escogido intenta no sólo que el paciente se
sienta aliviado, sino que piense y se comporte más saludablemente.

Tratamiento Manualizado

El tratamiento psicológico consta de pasos definidos que el terapeuta debe conocer


y respetar. Por ejemplo, la desensibilización sistemática se compone de los
siguientes:

1. psicoeducación
2. entrenamiento en relajación muscular profunda
3. construcción de jerarquías de estímulos

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4. aplicación de los estímulos en imaginación
Además, cada uno de estos pasos se desgrana en otras actividades puntuales que el
terapeuta enseña al paciente. En la psicoterapia global, la intervención del terapeuta
es generalmente más “libre”, dependiendo el curso de la sesión de lo que surge en el
discurso del paciente.

En la Terapia Cognitivo Conductual, los tratamientos se encuentran manualizados,


vale decir, se ajustan a un protocolo de procedimientos previamente establecido y
validado en ensayos experimentales. De esta manera, sus pasos son precisos y
focalizados; diferenciándose de los abordajes que semana tras semana varían en
función de lo que el paciente relate.

Tratamiento planificado:

La terapia psicológica específica se distingue por la planificación que el terapeuta


efectúa entre sesiones. Opuestamente, la psicoterapia global se caracteriza más por
la elección de una intervención en el mismo momento de la consulta y en estrecha
conexión con lo que el paciente espontáneamente plantee.

En Terapia Cognitivo Conductual, el psicólogo intenta prever qué intervenciones


realizará en las sucesivas sesiones. Se pretende que las terapias no giren en torno a
relatos libres del paciente e intervenciones espontáneas del terapeuta sino que se
ordenen de acuerdo al plan de objetivos previamente consensuado. En caso que el
paciente desee modificar tal plan, el psicólogo deberá reajustar el diseño de
tratamiento a las nuevas metas.

La planificación evitará que el psicólogo vaya “probando e improvisando” técnicas


sin una pormenorizada evaluación previa del trastorno en cuestión.

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Instrucciones puntuales y asignación de tareas

El tratamiento psicológico focalizado incluye instrucciones y tareas puntuales. A los


fines de potenciar la eficacia del tratamiento, se le solicita al paciente que ejecute
actividades entre sesiones. Por ejemplo, a un paciente con disfunción eréctil se le
indica expresamente que evite la penetración durante cierta cantidad de días y que
sólo se concentre en el contacto físico con su pareja y en la estimulación mutua
durante la relación sexual.

Tal instrucción se basa en la terapia sexual diseñada por Masters y Johnson para
revertir la falta de erección. La técnica tiene pasos claramente detallados y figura en
las guías de tratamientos eficaces de las disfunciones sexuales. En la psicoterapia
global, las intervenciones suelen consistir en comentarios verbales limitados al
contexto de la sesión. En efecto, en la mayoría de los casos se carece de criterios a
partir de los cuales indicar al paciente qué hacer a los fines de solucionar problemas
concretos.

En la Terapia Cognitivo Conductual, la asignación de tareas constituye un


ingrediente tan esencial que debemos revisar los ejercicios asignados consulta tras
consulta. Ello no sólo aporta eficacia a las intervenciones sino que además, nos
permite un seguimiento de la evolución del paciente entre sesiones.

Delimitación de la duración

El tratamiento psicológico, a diferencia de la psicoterapia global, posee un tiempo


estimativo de duración. Por ejemplo, el entrenamiento en relajación muscular
profunda consta de 4 ó 5 sesiones; la terapia cognitiva, entre 15 y 20. Los manuales
especifican no sólo la cantidad de encuentros aconsejados y la duración de los
mismos, sino también las actividades a llevar a cabo en cada uno de ello. Una tal
manualización evita dispersiones innecesarias, no focalizadas en los objetivos
terapéuticos.

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En suma, la Terapia Cognitivo Conductual se inclina por tratamientos psicológicos
puntuales más que por la implementación de modelos globales de psicoterapia. En
la siguiente tabla, resumimos las diferencias más críticas entre los tratamientos
psicológicos específicos y la psicoterapia global.

Psicoterapia global, Tratamiento psicológico


no directiva puntual, focalizado

Estudios de
 Menor eficacia  Mayor eficacia
eficacia
demostrada. demostrada.

 Orientada a múltiples  Orientado a trastornos


Especificidad
trastornos. especificados.

 Generalmente
globales: no
operacionalizados  Concretos: expresamente
explícitamente. operacionalizados. El
 No habitúa medir los cambio debe ser
cambios. observable y mensurable.
 Poca importancia a  Importancia de
Objetivos y
categorías categorías diagnosticas
evaluación
diagnósticas precisas. precisas.

 Frecuentemente
Pasos de la
amplios y  Manualizado, con pasos
aplicación
"espontáneos". puntuales y precisos.

 Menos frecuente.  Previa y necesaria para la


Planificación
Escasa. aplicación de la técnica.

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 Sin duración
estimada;  Cantidad de sesiones
Duración
habitualmente, años. estimadas previamente.

 Psicoanálisis freudo-
Predominantemente:
lacaniano.
 Psicoanálisis  Cognitivismo.
kleiniano.  Conductismo.
 Psicología social no  Neurociencias –
experimental Psicobiología.
(psicodrama, terapias  Psicología experimental.
grupales dinámicas)  Psicología Social
 Existencialismo. experimental.
 Estructuralismo. En general, corrientes
Modelos
En general, con apertura a la
teóricos
corrientes que no se investigación científica.
Disciplinas en
apuntalan en (terapia sistémica,
las que se basa
investigaciones constructivismo, terapia
la intervención
científicas de interpersonal,
terapéutica
eficacia. psicología gestáltica)
Es de esperar que en el futuro los tratamientos específicos tengan prioridad sobre
los enfoques globales. En palabras breves y concretas, sería conveniente que la
elección de determinado procedimiento terapéutico se realice no en función del
marco teórico que cobija al psicólogo de turno, sino a partir de los estudios de eficacia
terapéutica. Las discusiones teóricas entre corrientes no deberían cobrar un tal
protagonismo que impidan la aplicación de tratamientos eficaces. El “ocaso de las
escuelas de psicoterapia” daría lugar definitivo a la unificación de la psicología
clínica bajo el ala del método científico.

Bibliografía:

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 Mustaca, A. (2000): El ocaso de las escuelas de psicoterapia.
 Gavino, A. (2004): Tratamientos psicológicos y trastornos clínicos.
 Alvarez y cols. (2003): Guía de tratamientos eficaces: Vol 1.

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GUÍA DE TÉRMINOS PARA LA COMPRENSIÓN DE LOS ESQUEMAS O
“TRAMPAS VITALES”

Dr. Edgar Rodríguez V.

Este escrito tiene como finalidad brindar algunos términos que se utilizan en el
trabajo terapéutico y que ayudan a procesar la información que se aborda en las
sesiones. Nos servirá para poder identificar cada uno de ellos en los momentos de
malestar emocional y poder discriminar lo que puede estar aumentando nuestro
dolor afectivo y plantearnos alternativas de manejo. Espero tengan la suficiente
claridad para su internalización y aplicación en el crecimiento personal.

I. ¿Qué y cuáles son las necesidades emocionales básicas que


todos hemos tenido desde el nacimiento?

Nuestra infancia no tiene que ser perfecta para que seamos unos adultos razonables
bien adaptados. Tal como el Doctor W. Winnicott afirmaba, sólo tiene que ser
“suficientemente buena”. Un niño tiene ciertas necesidades primordiales como
seguridad básica al nacer y en su crecimiento, autonomía y gradual independencia,
expresión de sus necesidades y deseos en su relación con los demás, ser espontáneo
y jugar así como límites realistas. Si estas necesidades se satisfacen, el niño crece
psicológicamente, pero si hay un déficit grave, aparecen los problemas o esquemas
(Trampas Vitales) que van a interferir con nuestras metas y felicidad.

QUÉ NECESITAMOS PARA CRECER

1) Contacto y afecto estable, seguro


2) Autonomía e independencia
3) Expresión de nuestros deseos y emociones.
4) Espontaneidad y juego
5) Límites realistas.

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1. Contacto y afecto estable, seguro

 Un aspecto absolutamente primordial para un bebé es sentirse seguro, ya que


se trata de una cuestión de vida o muerte.
 Un niño necesita la seguridad de un ambiente familiar estable, un hogar
seguro donde los padres estén presentes de manera previsible, tanto física
como emocionalmente. Nadie es despreciado, las discusiones se establecen
dentro de los límites razonables y nadie muere o deja al niño solo durante
mucho tiempo.
 El trato que la propia familia da al niño puede provocar la trampa vital que
afecta a la seguridad básica.
 La amenaza de la inestabilidad viene de las personas que son más íntimas, de
aquellas que se supone que nos quieren, cuidan y protegen.
 Un niño que se siente seguro puede relajarse y confiar. La seguridad es un
sentimiento esencial que más allá de cualquier influencia externa. Sin este
sentimiento, pocas cosas son posibles, ya que no podemos continuar con otros
aspectos relativos a nuestro desarrollo personal.

2. Autonomía y desempeño

 La autonomía es la habilidad de separarnos de nuestros padres y de funcionar


con independencia en el mundo, tal como hacen las personas de nuestra edad.
 Es la capacidad de comportarse como un individuo con una identidad propia,
de dejar nuestra casa y de tener una vida con nuestros objetivos e
instrucciones, sin depender del soporte o dirección de nuestros padres.
 Se da si se crece en una familia que fomenta la autonomía, los padres
mostraron las habilidades para ser autosuficiente, le estimularon a aceptar las
responsabilidades enseñaron a realizar juicios correctos.
 Se refuerza cuando alentaron a aventurarse en la vida y en la interacción con
los compañeros.
 Más que sobreproteger, mostraron que el mundo es seguro y la manera de
resguardarse en él.
 Sentirse lo suficiente seguro para aventurarse en el mundo, ser competente y
adquirir un concepto de quién somos son los componentes de la autonomía.
 Deberíamos haber recibido alabanzas y nos tendrían que haber animado sin
una excesiva crítica o rechazo.

3. Expresión de nuestros deseos y emociones

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 Para desarrollar la capacidad de expresar nuestros deseos y emociones en
nuestras relaciones, necesitamos atención, empatía, respeto, cariño,
comprensión y una guía para seguir. Requerimos estos elementos tanto de
nuestra familia como de nuestros amigos y compañeros.
 Esto se logra cuando los padres, desde muy pequeños, nos permiten opinar,
elegir, expresar lo que nos agrada o no, discrepar con ellos sin temores en
cuanto a sus opiniones adultas.

4. La Espontaneidad y Juego

 La Espontaneidad es la libertad de expresar nuestras necesidades,


sentimientos e inclinaciones naturales. Implica la creencia de que nuestras
necesidades cuentan como las de las otras personas y que somos libres de
actuar espontáneamente sin una inhibición desmesurada.
 Asimismo, las personas que son espontáneas se conceden tiempo para
divertirse y jugar, en vez de dedicarse a trabajar y competir sin parar.
 Si el ambiente de la infancia favorece la espontaneidad, se nos estimula a
descubrir nuestros intereses y preferencias naturales.
 Si nos dejan estar juguetones y desinhibidos, se nos alienta a mantener el
equilibrio entre el juego y el trabajo. Éstos son los valores razonables.

5. Los límites realistas

 Cuando hay límites realistas, atiendes tanto a tus propias necesidades como
al de las otras personas.
 Tener límites realistas significa “poner límites realistas a tu propia conducta”.
Esto incluye la capacidad de entender y de tener en cuenta las necesidades de
los demás y de mantener un equilibrio justo entre las propias necesidades y
las de los demás, aparte de ejercitar el suficiente autocontrol y disciplina para
alcanzar nuestros objetivos y evitar el castigo de la sociedad.
 Si nuestros padres establecieron límites realistas, remarcaron las
consecuencias de nuestra conducta, lo que reforzó nuestro autocontrol y
autodisciplina realista.
 Esto significa que no fueron demasiados permisivos ni permitieron una
excesiva libertad, por tanto, nos enseñaron a ser responsables.
 Asimismo, nuestros padres nos ayudaron a aceptar la perspectiva de los
demás y a ser sensibles con sus necesidades.

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Si una o más de estas necesidades no se satisfacen de manera adecuada
pueden surgir Esquemas o “Trampas Vitales” que pueden ser obstáculos en
la consecución de nuestras metas laborales, sentimentales, sociales, de salud, etc.

II. ¿Qué es un Esquema Maladaptativo o “Trampa Vital”?

Son las experiencias o guiones aprendidos a partir de necesidades emocionales


insatisfechas desde muy temprana edad, que se acompañan de recuerdos,
emociones, sensaciones corporales, ideas que se activan (sin ser conscientes) ante
un botón emocional (Experiencia actual que puede activar el esquemas, sin ser
consciente de ello). Los indicadores de la activación de un esquema es el malestar
emocional persistente (ansiedad, tristeza y rabia) e interferencia en las actividades
cotidianas. Por ejemplo, la separación de una pareja puede activar el esquema de
abandono que se generó por la separación de los padres, la muerte de uno de ellos,
la frialdad de ambos o de uno de ellos, etc. Esto generará un dolor intenso que uno
no se explica ante la separación de la pareja dando la sensación que sólo es un tema
de “amor”, pero no comprendiendo la intensidad extrema del dolor.

III. ¿Qué es Botón emocional?

Todo aquel evento o experiencia que activa o “despierta” un esquema o “Trampa


Vital” a partir de una necesidad emocional insatisfecha en la niñez o pubertad y
genera malestar emocional que se acompaña de ideas, emociones y sensaciones
intensas que resultan difíciles de manejar por su reiteración. Ante este malestar
inmediatamente la persona asume una estrategia de manejo para atenuar este dolor
emocional que es Rendirse, evitar o contra atacar.

IV. ¿Qué son los Estilos de afrontamiento frente al Esquema o


“Trampa Vital”?

Uno puede adoptar en ese momento, ante el esquema activado, cualquiera de las
siguientes alternativas de manejo, aprendidas desde la niñez:

 Rendirse: Uno acepta la experiencia y asume una posición pasiva ante el


esquema. Por ejemplo, si tuviese el esquema del abandono asumo que es real
que me quedaré sólo por lo que mis acciones se pueden dirigir a
comprometerme con personas que no garantizan una relación de pareja (son
casados, distantes, viajan, etc.) y es probable que finalmente me quede sólo.

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 Evitar el dolor del esquema: Uno trata de desconectarse del malestar
emocional generado por el evento o botón emocional y el esquema activado.
Por ejemplo, si tuviese el esquema de abandono evito relaciones de pareja o
trato de no profundizarlas para no experimentar la sensación de abandono.
Asimismo, ante el dolor del abandono puedo atenuarlo con comida,
sustancias psicoactivas, trabajo, etc.

 Sobrecompensar: Uno lucha contra el esquema y trata de demostrarse que


el esquema no es cierto. Por ejemplo, si tuviese el esquema de abandono lo
que hago es pegarme a la pareja y estar con ella contactado en todo momento
(demostrándome no ser abandonado).

La expresión afectiva en el momento del dolor emocional, en el que se ha activado el


esquema y se ha dado uno de los estilos de afrontamiento, se denomina MODOS

V. ¿Qué son los Modos?

Es el estado emocional y manera de afrontar afectivamente en ese momento


los eventos o botones emocionales. Muchos de estos modos se pueden presentar de
manera exagerada y dañarnos a nosotros mismos. Recuerda que los modos se han
ido generando en la niñez y pubertad, han sido parte nuestra, que al no haber sido
bien conducidos por las experiencias familiares, sociales, personales, etc. se
“perpetuaron” y no evolucionaron hacia un Niño Feliz y Adulto Sano. La misión
terapéutica es fortalecer el Adulto Sano (El que nutre, afirma y estabiliza) y regular
los Modos inadecuados, de tal manera que se logre una adecuada estabilidad
emocional y consecución de metas. Una vez más, lo que deseamos es fortalecer el
ADULTO SANO Y GENERAR UN NIÑO FELIZ.

Modos disfuncionales

 El niño vulnerable: Es el que en el momento del dolor emocional nos hace


sentir frágil, abandonado, ansioso, abusado, rechazado, etc. y que se siente
impotente, sin saber cómo manejar la experiencia. Ejemplo, ante la
separación de una pareja uno se deprime en exceso pensando que sin la pareja
será totalmente infeliz, sin alternativas, etc.

 El niño enfadado: Es el que nos hace reaccionar con rabia, cólera extrema
por que no ha logrado satisfacer sus necesidades emocionales. Ejemplo, si mi

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padre o pareja no satisface algún pedido mío reacciono con cólera,
protestando de manera alterada, gritando y exigiendo lo que quiero.

 El niño impulsivo/no disciplinado: Es el que en el momento de dolor


expresa emociones de manera intensa, se descontrola y actúa sin tener en
cuenta los derechos de los demás. Se torna irrespetuoso, dominante y
avasallador. Por ejemplo, coger cosas que no me corresponden de manera
irrespetuosa, irrumpir en conversaciones, agredir a los demás, etc.

 El niño que se rinde: Es el niño pasivo, desamparado que deja que los
demás lo controlen. Siente y piensa que las cosas han de seguir como están.
Uno en el momento de dolor asume que las cosas han de seguir como están.
Ejemplo, si mi pareja me deja y tengo el esquemas de abandono asumiré que
siempre estaré sólo y abandonado (Como me sntía en la niñez)

 El niño evitativo o protector separado: Es propio del que evita el dolor


psicológico y hace algo para atenuar el dolor emocional generado por el
esquema activado: come compulsivamente, consume sustancias, evita
experiencias profundas, trabaja en demasía, etc. Por ejemplo, si tengo el
esquema de abandono, evito relaciones de pareja o no profundizo en ellas.

 El niño sobrecompensador: Lucha, comportándose de forma extrema y


contraria para invalidar el esquema y demostrarme que “no tengo el
esquema”. Si se tiene el esquema del aislamiento social se busca lo contrario:
estar en grupos, contactarse con las personas de forma intensa, etc.

 El padre castigador: Es el que siente que el o los otros merecen castigo, a


menudo se expresa culpando, siendo drástico consigo mismo
(automutilaciones) o con los otros. Por ejemplo, ante un error soy muy duro
conmigo mismo pensando “Soy torpe”, “Inútil”, “Una bestia” o diciendo lo
mismo a otros.

 El padre exigente: Empuja y presiona para que alcance estándares muy


elevados. Siente que lo correcto es ser perfecto, se exige al más alto nivel, es
de extremo orden, prioriza las necesidades de los otros a las propias, busca
lograr el status más alto, ser eficiente, no perder el tiempo. Tiende a ver como
no apropiado expresar sentimientos propios o actuar espontáneamente. Se
asocia a la internalización de altos estándares de exigencia, es muy estricto.
Por ejemplo que uno se diga “Debo actuar correctamente”, “Tiene que salir
bien”, “Ellos tienen que ser correctos en sus apreciaciones”.

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Modos Funcionales

 Niño Feliz: Es aquel que ha logrado en la crianza o logra a través de la terapia


satisfacer sus necesidades emocionales básicas. Por ejemplo, su necesidad de
autonomía lo logra siendo independiente en la toma de decisiones, sin
temores y evaluando de manera apropiada las consecuencias de sus actos.

 Adulto Sano: Es aquel que regula a los modos señalados en los modos
disfuncionales, promoviendo un manejo adecuado de la experiencia y de los
afectos, tomando decisiones que promueven el crecimiento personal al
margen del momento difícil que se atraviese.

Reflexión

 ¿Qué Necesidades siento que no fueron adecuadamente satisfechas?


 ¿Qué esquemas son los que considero tengo?
 ¿Qué estilos de afrontamiento ante mi esquema es el que predomina?
 ¿Qué MODO es el que predomina en el momento del dolor emocional, ante
mis esquemas?

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