Está en la página 1de 41

POLITICA

EXTERI R Octubre 2014

¿Por qué la infancia?


Cooperación y liderazgo político para el futuro
Javier Martos / Gonzalo Fanjul

En colaboración con Unicef Comité Español


¿Por qué la infancia?
Cooperación y liderazgo político para el futuro
Javier Martos / Gonzalo Fanjul

© Estudios de Política Exterior, a los efectos previstos en el artículo 32.1 párrafo segundo del vigente TRLPI, se opone expresamente a que cualquiera de las páginas o par-
tes de ellas de los artículos publicados en POLÍTICA EXTERIOR sean utilizadas para la realización de resúmenes de prensa.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo ex-
cepción prevista por la ley. Diríjase a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos: www.cedro.org), si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Estudios de Política Exterior, SA. Núñez de Balboa, 49 - 28001 Madrid. Tel. 34 91 431 26 28 // revista@politicaexterior.com
I N T RO D U C C I Ó N

El futuro está en manos


de 2.100 millones de niños
Cooperación y liderazgo político serán indispensables

Javier Martos y Darío Valcárcel

S
in una conciencia Comité Español y Política Exterior,
constantemente revisada, con el propósito de profundizar sobre
renovada, centrada en los los derechos de la infancia y la
problemas que amenazan a la cooperación internacional. A través
infancia, no se asegurará un mínimo de tres escenarios –Mauritania,
de bienestar mundial. Bolivia y Mozambique– se hace un
Se han logrado avances notables, llamamiento contundente: es
por ejemplo, en la reducción de la necesario ofrecer a la cooperación
mortalidad infantil. Entre 1990 y española la capacidad presupuestaria
2013, es decir, en 23 años, se ha y el liderazgo político que necesita.
pasado de 12,7 millones de muertes Los niños tienen una presencia
anuales de menores de cinco años a cada vez mayor en las publicaciones
6,3 millones. La cooperación sobre cooperación. Raras veces, sin
internacional ha tenido un papel embargo, el asunto es protagonista.
clave en este logro. Los niños aparecen en las fotografías
Sobre este problema acuciante, las y muchos indicadores hacen
niñas y niños del mundo, trata este referencia a sus derechos (educación
cuaderno. En él se recogen cuatro primaria, acceso a un nivel de vida
artículos publicados entre mayo y adecuado…) pero casi nunca se
diciembre de 2013, en el marco de analiza a la infancia como un ente
una iniciativa conjunta de Unicef colectivo con vida propia, lo cual

Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español.


Darío Valcárcel, consejero-delegado de Estudios de Política Exterior SA.

2 POLÍTICA EXTERIOR
JAVIER MARTOS, DARÍO VALCÁRCEL / I N T RO D U C C I Ó N

incluye en primer término sus cooperación española, a través del


necesidades y derechos. El lector fondo ODM, tuvo un papel decisivo
tiene, por tanto, un análisis que desde en este logro, que permite obtener
la perspectiva de Política Exterior y otros beneficios colaterales
de Unicef sigue reclamando una relacionados con el prestigio y el
atención no solo mayor sino reconocimiento del papel de España
permanente. En el mundo en en ese país, colindante del Sahara
desarrollo el porcentaje de niños en occidental, de creciente interés
no pocos casos supera la mitad de la estratégico.
población. De las oportunidades que Con el artículo “Bolivia, un dilema
logre esa franja demográfica para la cooperación española”
dependen, obviamente, las (Política Exterior, 154), cambiamos
perspectivas de países y regiones. de continente y abordamos la
Tres de los cuatro artículos realidad de los países de renta media
incluidos en estas páginas fueron y el papel que la cooperación
escritos por Gonzalo Fanjul, internacional debe seguir
consultor experto en cooperación desempeñando para impulsar su
internacional y responsable en ese despegue. Con carencias y
periodo de una serie de desigualdades aún abrumadoras en
investigaciones encargadas por materia de salud infantil, el apoyo
Unicef Comité Español. El objetivo externo sigue siendo clave en un país
era analizar el impacto de la ayuda como Bolivia, donde de nuevo España
oficial al desarrollo en la evolución de es más que un mero proveedor de
la infancia en tres países. recursos económicos.
El primero de ellos, “Acabar con la Damos un salto al número 156:
desnutrición no es una quimera”, se volvemos de nuevo a África con “La
publicó en el número 153 de Política tercera transición de Mozambique”,
Exterior, y se centró en el caso de un país que vive, según el escritor Mia
Mauritania, una historia de éxito en Couto, “tiempos simultáneos”, en los
la lucha por alimentar a los niños. que los teléfonos móviles de última
Con las dificultades de un contexto tecnología se mezclan con un nivel de
que el autor define como una mortalidad infantil que alcanza a uno
“tormenta perfecta”, el trabajo de 10 niños. Las muertes de menores
conjunto del gobierno mauritano, de cinco años, sin embargo, se han
comunidades de base y reducido a la mitad en los últimos 15
organizaciones multilaterales años. El factor individual más
permitió reducir la desnutrición relevante ha sido la extensión de un
infantil crónica en un 50 por cien. La programa de vacunación apoyado por

POLÍTICA EXTERIOR 3
I N T RO D U C C I Ó N / EL FUTURO DEPENDE DE 2.100 MILLONES DE NIÑOS

la cooperación internacional, 29 países, alertando de importantes


concretamente europea. Completar retos que en el caso de España
su cobertura, ampliarla a nuevas alcanzan dimensiones inquietantes
enfermedades e impulsar la en pobreza infantil y desempeño
investigación son retos que siguen educativo.
reclamando el esfuerzo combinado de Ya sea en Mauritania o Bolivia, en
actores nacionales e internacionales. España o Mozambique, la Convención
Estos estudios lanzan un mensaje: sobre los Derechos del Niño, que
la cooperación internacional ha sido cumple 25 años en noviembre, marca
fundamental para transformar una hoja de ruta que debe seguir
realidades devastadas por la pobreza movilizando la atención y los
y ofrecer esperanza a decenas de recursos de la comunidad
millones de niñas y niños. Sin internacional. El mundo se habría
embargo, los presupuestos de ayuda vuelto loco si continuara reduciendo
se ven amenazados por la crisis el apoyo a esa población que reúne a
económica. En España, el quienes, de los cero a los 18 años, son
presupuesto de cooperación se redujo ya ciudadanos del mundo, titulares de
un 67 por cien entre 2010 y 2012. derechos y deberes y merecedores de
Los artículos aquí reunidos hacen un toda nuestra atención.
llamamiento contundente a la
necesidad de ofrecer a la cooperación
española la capacidad presupuestaria
y el liderazgo político que necesita. Y
ese refuerzo sería inútil sin el
acompañamiento de la pedagogía
pública que garantiza la continuidad
de esa política de apoyo.
En el número 155 de Política
Exterior, por último, Javier Martos,
director ejecutivo de Unicef Comité
Español, escribe sobre “Bienestar
infantil en países ricos”. A pesar de
que la brecha que separa a países
ricos y pobres es hoy insalvable, la
infancia en el mundo desarrollado
afronta retos más y más graves. El
artículo recoge una tabla
clasificatoria del bienestar infantil en

4 POLÍTICA EXTERIOR
Acabar con la
desnutrición no
es una quimera
Gonzalo Fanjul

a región de Assaba, en el sur de Mauritania, es un lugar

L extremadamente hostil para la vida humana. La lluvia desaparece


durante ocho meses al año, dejando a decenas de miles de
personas dependientes de un puñado de cabezas de ganado, la
cosecha del año anterior y los pequeños trabajos que puedan lograr en las
ciudades cercanas. Cuando la lluvia ni siquiera llega en el periodo de
septiembre a noviembre, como ocurrió en 2011, la escasez alimentaria
(soudure) se instala entre la población como una peste, devastando
familias y haciendas, y forzando la emigración de los más capaces. Entre
quienes no pueden emigrar están los niños, víctimas de una desnutrición
aguda que a mediados de 2012 había atrapado a uno de cada siete.
Assaba es un microcosmos de la región del Sahel. En medio de una
tormenta perfecta de sequías, incremento del precio de los alimentos y
conflictos, cerca de 20 millones de seres humanos han hecho frente durante
dos años interminables a una de las peores crisis humanitarias que se
recuerdan. Por si fuera poco, la respuesta de la comunidad internacional ha

Gonzalo Fanjul es investigador y autor del blog 3.500 Millones. Los contenidos de este artículo están basados en el
informe Mi hijo ya no come arena: Mauritania, la ayuda y la batalla global contra la desnutrición infantil, escrito por el mismo
autor y publicado por Unicef en otoño de 2012. Este artículo es el primero de una serie que a lo largo de 2013 publicará
POLÍTICA EXTERIOR en colaboración con Unicef-España.

POLÍTICA EXTERIOR 5
ESTUDIOS

Mauritania ha escrito una historia de éxito en la lucha


contra la desnutrición infantil. La contribución española
ha sido clave para lograrlo. La drástica reducción de la
Ayuda Oficial al Desarrollo compromete no solo estos
resultados, sino la propia política exterior española.

quedado muy por detrás de la retórica compasiva de sus dirigentes. Durante


2012, cuando la crisis golpeó más fuerte, las agencias humanitarias reci-
bieron un 30 por cien menos de los recursos comprometidos por los
donantes. En el caso de Mauritania, según datos de la Oficina de las
Naciones Unidas para la Coordinación de los Asuntos Humanitarios
(OCHA), el recorte se acerca al 40 por cien.
La sucesión de crisis humanitarias infrafinanciadas no es una historia
nueva. Pero en el caso de Mauritania, la posibilidad de una caída de los
recursos de la cooperación internacional amenaza una de las más excepcio-
nales historias africanas de éxito en la lucha contra la desnutrición infantil.
Gracias al esfuerzo coordinado de agencias internacionales como Unicef,
liderado por el compromiso del gobierno nacional y espoleado por algunas
de las estrategias más innovadoras en este campo, Mauritania se encamina
hacia el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir a la
mitad la desnutrición infantil antes de 2015.
España tiene un papel central en esta historia. Tras haber sido el principal
financiador internacional del esfuerzo contra la desnutrición, los recortes
amenazan ahora el compromiso con la región. Mauritania pone a prueba la
compleja y delicada relación de intereses que vinculan a la cooperación
internacional con la estrategia amplia de la acción exterior española en la

6 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / ACABAR CON LA DESNUTRICIÓN NO ES UNA QUIMERA

zona. Dicho de forma cruda, desmontar la infraestructura de la ayuda


supone renunciar al prestigio, la legitimidad y la influencia vinculados a ella.
Es un estudio de caso que podría ser útil para muchos otros países donde la
ayuda española ha desempeñado un papel relevante en los últimos años.

Las cuatro crisis del Sahel


En el comienzo del siglo XXI, la pobreza no puede ser medida estrictamente
en términos del ingreso per cápita. Las rentas medias de las naciones y de
las familias esconden vulnerabilidades que, en último término, determinan
de qué lado cae la suerte de los individuos. Porque si algo caracteriza a
nuestra época es la recurrencia de shocks de diverso tipo que golpean de
manera especial a las poblaciones y a los Estados menos preparados para
hacerles frente. En el caso de Mauritania, estos shocks se multiplicaron por
cuatro, creando una serie de problemas que se retroalimentan:
1. La crisis alimentaria. Los datos publicados por Unicef a finales de
2012 señalan que unos 75.000 niños mauritanos sufrirán desnutrición
aguda este año, una séptima parte de los casos será de carácter severo.1 Tras
el segundo año de malas cosechas y el incremento de los precios de los
alimentos, uno de cada cuatro hogares del país (alrededor de 700.000
personas) padece inseguridad alimentaria. Estas cifras triplican los números
de 2011. Las encuestas realizadas por las agencias de la ONU describen la
desaparición generalizada de las escasas redes de seguridad: pastores que
venden el ganado del que dependen y agricultores que consumen las semi-
llas que deberían plantar el próximo año. La campaña agrícola de 2011-12
supuso una caída de la producción del 34 por cien con respecto al año ante-
rior, reduciendo la oferta local y disparando los precios de alimentos básicos
importados (como el mijo, el sorgo o el maíz) entre el 50 y el 150 por cien.
En conjunto, la situación puede frenar los avances de Mauritania durante las
dos últimas décadas.
2. La crisis climática. Tres cuartas partes del país están situadas en las
zonas áridas del desierto del Sáhara, dejando solo un cuarto en regiones
semiáridas o en la cuenca del río Senegal, al sur del país. En los últimos 50
años la temperatura media del país se ha elevado en 0,9°C, incrementando
la hostilidad de las zonas más áridas y limitando la disponibilidad de tierras
productivas en la cuenca del río. La variabilidad de las lluvias y la erosión

1. Las fuentes principales de estos datos están en OCHA, Consolidated Appeal Mauritania 2012.

POLÍTICA EXTERIOR 7
Trabajadoras de salud preparan leche enriquecida (Kaédi, Mauritania, mayo 2012). UNICEF/Brandt

del suelo han reducido el rendimiento de los cultivos y la disponibilidad de


pastos, lo que afecta al acceso de la población a alimentos básicos como el
grano, la carne o la leche, y les hace más vulnerables a la evolución de los
precios internacionales. De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos,
Mauritania solo puede producir el 30 por cien de los alimentos que
consume, buena parte de ellos en cultivos de secano y explotaciones de
subsistencia altamente vulnerables al cambio climático.2
3. La crisis de los refugiados. Tras los conflictos armados en el norte de
Malí, cerca de 90.000 personas llegaron al sureste de Mauritania buscando
refugio de la violencia, muchos de ellos eran menores exhaustos. La expe-
riencia previa sugiere que, en el mejor de los casos, la población se quedará
en la zona al menos cinco años. Aunque la atención a los refugiados está en
manos de organismos internacionales que cuentan para ello con presu-
puestos extraordinarios, la llegada de un número importante de personas y
su ganado a una de las regiones más vulnerables del país supone una sobre-
carga para los frágiles recursos naturales y alimenticios.
2. Balgis Osman Elasha, “Mapping of climate change threats and human development impacts in the Arab region”.
Research paper para el Arab Human Development Report, 2010.

8 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / ACABAR CON LA DESNUTRICIÓN NO ES UNA QUIMERA

4. La crisis financiera. Tal vez Mauritania no haya conocido una ola


reciente de desempleo equiparable a la que padece el sur de Europa, pero las
consecuencias de la crisis son tangibles. A pesar de la importancia creciente
de China como socio comercial del país, la debilidad de la zona euro
amenaza una parte importante de las exportaciones mauritanas. La crisis
también se hace notar en el flujo de remesas del exterior que, de acuerdo
con el Banco Mundial, había caído un seis por cien al final de 2012. Y el
golpe definitivo podría venir en forma de una reducción de los recursos de la
ayuda internacional, que se están
estancando o disminuyendo en la La posible solución del
mayor parte de los donantes de la
Organización para la Cooperación
conflicto de Malí debería
y el Desarrollo Económicos ayudar a frenar la huida
(OCDE).
Las cuatro crisis de Mauritania
de la población y
no son diferentes a las que golpean estabilizar los mercados
al resto del Sahel. Con diferentes
grados de intensidad, países como locales de alimentos
Malí, Chad, Burkina Faso o Níger
se han visto atrapados durante los
últimos años en un círculo vicioso de riesgos y vulnerabilidad que encuentra
pocos precedentes. Tras haber disparado todas las alarmas a finales de 2011,
las organizaciones humanitarias que operan en la región se prepararon para
hacer frente a una crisis en la que debían evitar los errores cometidos poco
tiempo antes en el cuerno de África, cuando las alertas tempranas fueron
ignoradas por los donantes hasta que ya era demasiado tarde.
En el caso del Sahel, los números dejan pocas dudas: entre 2010 y 2012,
la caída de la producción de cereales en Gambia, Chad, Senegal y Níger fue
del 56, 48, 37 y 31 por cien, respectivamente, según se expuso en una
reunión del Food Crisis Prevention Network celebrada en París en abril de
2012. A mediados de ese año, 18 millones de personas se asomaron al
abismo de la muerte por hambre o enfermedades relacionadas. Unicef alertó
de que unos cuatro millones de niños se verían afectados por diferentes
formas de desnutrición aguda; 300.000 de ellos murieron.
Los últimos meses han aliviado parcialmente esta situación con una
mejora de las cosechas, el incremento de la producción de cereales y la
intervención decidida de la comunidad internacional, cuyos recursos
quedaron por debajo de lo necesario, pero fueron desplegados con mayor

POLÍTICA EXTERIOR 9
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

antelación y eficacia que en el caso del cuerno de África. La posible resolu-


ción del conflicto de Malí y otras zonas limítrofes debería ayudar a frenar la
huida de la población y la inestabilidad de los mercados locales de
alimentos. Con todo, resulta difícil afirmar que el Sahel ha dejado atrás su
crisis. Los datos más recientes de la OCHA dejan claro que “más de 10
millones de personas permanecerán en situación de inseguridad alimen-
taria, incluyendo 1,4 millones de niños menores de cinco años que padecen
desnutrición aguda”.
Si existe una lección de la crisis del Sahel (y de otras anteriores), es que el
futuro de la seguridad alimentaria de las poblaciones más pobres pasa por
romper el círculo vicioso de riesgos y vulnerabilidad. Lo contrario es una
estrategia espasmódica que responde a las manifestaciones más brutales de
la crisis alimentaria sin abordar sus verdaderas raíces. Mauritania ha enten-
dido muy bien esta lección, como demuestra su trayectoria durante estos
últimos años.

Mauritania gana la batalla de la desnutrición infantil, por ahora


Entre 1990 y 2010, uno de los países más pobres del planeta, enclavado en uno
de los contextos naturales más hostiles a la producción y distribución de
alimentos, ha logrado reducir a la mitad sus niveles de desnutrición infantil
crónica. De haber seguido la trayectoria de otros países de la región, Mauritania
tendría hoy niveles cercanos al 38 por cien de los menores de cinco años en
situación de desnutrición, lo que supondría 87.000 niños desnutridos más.
El caso de esta nación saheliana es una historia de éxito, solo compa-
rable a la de otros “campeones” glo -
bales de la lucha contra el hambre,
EVOLUCIÓN DESNUTRICIÓN
CRÓNICA POR PAÍSES como Bangladesh, Vietnam, Eritrea o
Bolivia. Todos ellos demuestran que el
Eritrea 68
(93-02) 38 fin de la desnutrición de los niños no
Bangladesh 63 es una quimera, y que la combinación
(92-07) 36
inteligente de recursos económicos,
Vietnam 57
(87-08) 36
voluntad política e innovación institu-
Mauritania 48
cional y científica puede obrar verda-
(90-11) 25 deros milagros.
Bolivia 42 El éxito de la trayectoria de
(89-08) 22
% 0 10 20 30 40 50 60 70
Mauritania en este campo se basa en
Fuente: Unicef. cinco puntos fundamentales:

10 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / ACABAR CON LA DESNUTRICIÓN NO ES UNA QUIMERA

l La coordinación entre gobierno y donantes. A pesar de la inestabi-

lidad política que ha marcado la evolución del país durante los últimos años,
los diferentes gobiernos pusieron en marcha iniciativas legislativas y admi-
nistrativas orientadas a garantizar el derecho a la alimentación de todos sus
ciudadanos. La comunidad de donantes respondió con volúmenes totales de
ayuda de entre 300 y 400 millones de dólares anuales, lo que supone un
tercio del gasto del Estado, según datos del Comité de Ayuda al Desarrollo de
la OCDE.
l La prevención es la mejor estrategia contra el hambre. La política

más efectiva contra la desnutrición es la que evita que esta llegue a produ-
cirse en algún momento. Agencias internacionales como Unicef se han
volcado en programas de prevención que incluyen la distribución de suple-
mentos vitamínicos (la deficiencia de vitamina A, por ejemplo, afecta grave-
mente el sistema inmunológico de centenares de miles de niños en todo el
mundo), el acceso a agua potable y saneamiento o los programas de inmuni-
zación. En particular, Mauritania ha multiplicado los niveles de lactancia
materna exclusiva hasta una horquilla de entre el 67 y el 89 por cien, lo que
constituye una de las medidas más simples y eficaces para prevenir la
desnutrición.
l Atajar la desnutrición aguda, que supone una de las formas más peli-

grosas de carestía alimentaria. En este caso, la estrategia del país se ha


centrado en la introducción de suplementos nutricionales, que en este
momento cubren las necesidades de 68.000 menores. Los nuevos formatos
alimenticios han permitido además acceder a poblaciones remotas que ya
no dependen de la asistencia permanente a los centros de salud para tratar
los casos más graves de desnutrición.
l Garantizar un sistema de información de calidad. El acceso a fuentes

seguras y continuadas de datos permite afinar el diseño de las interven-


ciones y optimizar su impacto. Las organizaciones y el gobierno de
Mauritania se han empeñado en este asunto, desplegando encuestas nutri-
cionales, productivas y de condiciones de vida que permiten recabar infor-
mación hasta dos veces al año. Con ellas identifican los nudos gordianos de
la desnutrición, establecen sistemas de alerta temprana y determinan las
zonas donde deben intervenir con más urgencia.
l Invertir en la formación del personal sanitario. Aunque parezca

difícil de creer, en muchos países en desarrollo la desnutrición masiva no se


considera necesariamente un problema sanitario. La falta de formación (y
motivación) del personal de salud, desde doctores hasta auxiliares de enfer-

POLÍTICA EXTERIOR 11
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

mería, supone un obstáculo grave para la puesta en marcha de soluciones.


Mauritania está resolviendo este problema con un esfuerzo intensivo que ha
permitido introducir módulos de nutrición en los ciclos de enseñanza supe-
rior y ha multiplicado el número de profesionales sanitarios que pueden
atender este problema.
Encabalgadas sobre una economía relativamente dinámica que ha permi-
tido a la población incrementar el ingreso per cápita y el acceso a mejor
educación e infraestructuras sociales, estas medidas han logrado obrar el
milagro de ganar la batalla a la desnutrición en Mauritania. Pero la acumula-
ción de crisis descrita amenaza las posibilidades de seguir adelante. El
contexto se hace cada vez más complicado y la urgencia de complementar
las políticas nutricionales con programas de protección social y seguridad
alimentaria se ha hecho aún más acuciantes. Este es precisamente el obje-
tivo del Programa Reach, un modelo institucional innovador que coordina el
trabajo de cuatro agencias de la ONU y varias ONG bajo el liderazgo del
gobierno mauritano.
La iniciativa se centra en las medidas que tienen una mejor relación
coste-beneficio en la reducción y prevención de la desnutrición infantil,
garantizar la coordinación de los actores relevantes en cada uno de los
ámbitos, y llevar las intervenciones a una escala suficiente para alcanzar un
punto de inflexión que permitiría reducir los niveles de desnutrición al
mínimo posible con una cantidad razonable de recursos. Este punto de
inflexión se ha calculado en el 80 por cien de cobertura para la mayor parte
de los indicadores, con excepción de la lactancia y la alimentación comple-
mentaria, que deben llegar al 90 por cien.
Los proyectos piloto de Reach en el sureste del país –financiados entera-
mente por la cooperación española a través del Fondo ODM– están dirigidos
a una población de 107.000 menores de cinco años y 316.000 mujeres en
dos regiones del país. De manera indirecta, las intervenciones nutricionales
podrían beneficiar a 120.000 hogares en estas mismas zonas. El éxito de la
iniciativa ya ha inspirado esfuerzos similares en otros países del área que se
encuentran en una situación parecida, como Níger.

El papel de la cooperación internacional y de España


La pregunta fundamental es si los esfuerzos que está haciendo Mauritania y
los que podrían poner en marcha otros países del Sahel contarán con el
respaldo de una comunidad de donantes cuyos problemas propios

12 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / ACABAR CON LA DESNUTRICIÓN NO ES UNA QUIMERA

amenazan con diluir el compromiso con los ODM. La crisis económica de


Europa, Estados Unidos y otros países desarrollados trajo en 2011 una caída
de la ayuda que podría haber marcado un punto de inflexión. España, en
particular, ha reducido sus presupuestos totales de Ayuda Oficial al
Desarrollo (AOD) en un 70 por cien en los dos últimos años, castigando de
manera particular el margen de maniobra de la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). El Sahel ha sido uno
de los escenarios afectados por estos recortes que, en conjunto, han dejado
a las organizaciones sobre el terreno con un 30 por cien menos de los
recursos que necesitaron en 2012 para hacer frente a las consecuencias más
dramáticas de esta crisis múltiple.
Ningún ejercicio de disciplina presupuestaria justificaría el abandono de
un millón y medio de niños que podrían morir de hambre en los próximos
meses, pero los argumentos de los países donantes se vuelven ridículos
cuando se establecen ciertas comparaciones rápidas: mientras el conjunto de
la ayuda global anual destinada a la lucha contra la desnutrición se queda en
el siete por cien de los recursos necesarios (703 millones de dólares, frente a
los 10.300 millones que recomienda el Banco Mundial),3 Europa se gastó en
2010 en la protección de sus agricultores la friolera de 103.180 millones de
dólares. En el caso de España, el penúltimo rescate a las instituciones finan-
cieras ha supuesto un desembolso cercano a los 52.000 millones de dólares.
La deconstrucción del sistema español de cooperación internacional sería
simplemente un fracaso ético si no fuese porque con ello el gobierno
compromete una palanca insustituible de prestigio e influencia en algunas
de las regiones más sensibles del planeta. África Occidental y el Sahel, en
particular, acumulan retos fundamentales para nuestros intereses en
ámbitos como las inversiones empresariales, la lucha contra los grupos
terroristas o la consolidación de un corredor de criminalidad internacional
que va de Guinea Bissau al sur de Europa. Debilitar de manera definitiva
nuestra presencia en la región sería un error de la política exterior que
tendría consecuencias mucho más allá de la cooperación.
Por eso, y porque la lucha contra el hambre constituye una obligación
básica de cualquier sociedad civilizada, España debe sostener el apoyo que
brinda a Mauritania y a otros países de la región.

3. El cálculo de la ayuda destinada a nutrición es de Acción Contra el Hambre (“Aid for nutrition: can investments to
scale up nutrition actions be accurately tracked?”) y el de los recursos necesarios es de Susan Horton, Meera Shekar,
Christine McDonald, Ajay Mahal, Jana Krystene Brooks, “Scaling up Nutrition: what will it cost?” Banco Mundial, Washington
DC, 2009.

POLÍTICA EXTERIOR 13
Bolivia: el dilema
de la cooperación
española
Gonzalo Fanjul

n el plazo de unos pocos años la relación de España con los países

E latinoamericanos se ha transformado. Como en un juego de vasos


comunicantes, el poder y la riqueza de uno ha ido a la baja,
mientras la influencia y el progreso de los otros crecía de manera
inapelable. Hoy no es exagerado afirmar lo que hace solo una década parecía
imposible: América Latina y el sur de Europa constituyen un continuum en
el que las diferencias en los niveles de desarrollo respectivos son menos
insalvables de lo que eran, y algunas de sus preocupaciones principales
(desigualdad social, precariedad laboral, modelos insostenibles de desarrollo)
se hacen más cercanas.
Aunque todavía se encuentra lejos de las locomotoras del progreso latino-
americano, Bolivia bien puede formar parte de esta fotografía. La combina-
ción de un periodo sin precedentes de prosperidad económica y la consolida-
ción de un nuevo modelo político que rompe las estructuras establecidas en
el país durante cinco siglos, ha introducido al Estado boliviano en un proceso
de transición de resultados impredecibles. Lo único que sabemos con certeza
es que la Bolivia del futuro se parecerá poco a la que conocimos en el pasado.

Gonzalo Fanjul es investigador y autor del blog 3.500 Millones. Este artículo es una versión revisada y ampliada del
resumen ejecutivo del informe “Una victoria posible: la ayuda internacional y la supervivencia infantil en Bolivia”, escrito por
el mismo autor y publicado por Unicef España en julio de 2013.

14 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS

La cooperación al desarrollo de España en Bolivia es


un estudio de caso del nuevo modelo de relaciones
entre donantes tradicionales y países de renta media.
Con carencias aún abrumadoras en materia de salud
infantil, el apoyo externo es vital para el Estado boliviano.

Ante estos cambios, España está obligada a definir su posición con


respecto a este proceso de cambio en Latinoamérica, su responsabilidad
global y sus propios intereses. En el caso de Bolivia, la transformación polí-
tica, económica y social respecto a España, ha pillado con el pie cambiado a
un país acostumbrado a tener un papel protagonista como donante e
inversor. Por un lado, la agresiva política de reequilibrio fiscal del presi-
dente Evo Morales ha permitido al Estado multiplicar sus recursos
internos, expandir las infraestructuras y los programas sociales, y reducir
la dependencia de la ayuda internacional. Por otro, el gobierno boliviano
ha incrementado la presión sobre los inversores españoles, alterando las
condiciones de algunos contratos –incluso hasta nacionalizar varias
compañías–, lo que ha enrarecido las relaciones entre los dos países.
Utilizando como ejemplo la lucha contra la mortalidad infantil, es
posible analizar la importancia de las políticas de cooperación para el
desarrollo en los países más pobres, incluso en contextos complejos como
el que ofrece Suramérica. Bolivia constituye un estudio de caso del nuevo
modelo de relaciones que se establece entre donantes tradicionales y
países de renta media cuyas carencias en materia de desarrollo siguen
siendo abrumadoras, aunque cuenten con recursos internos crecientes
para hacerles frente. Nuestro argumento es que no es posible valorar el
papel que puede desempeñar en este contexto la ayuda española sin

POLÍTICA EXTERIOR 15
ESTUDIOS / BOLIVIA: EL DILEMA DE LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA

considerar el panorama amplio de los intereses de España en Bolivia, que


van mucho más allá de las relaciones de cooperación. Como en el caso de
Mauritania (país que protagonizaba el primer análisis de la colaboración
entre Unicef y Política Exterior), una ayuda generosa y estratégica no
solo supone una responsabilidad ética fundamental con regiones que
padecen una situación infinitamente más difícil que la nuestra, sino que
puede constituirse además en una fuente de influencia y legitimidad que
actúe en beneficio de los intereses amplios de España en la región.

Cómo salvar la vida de 137.000 niños


Si la capacidad de proteger a los miembros más vulnerables de su
sociedad indica el progreso de un país, Bolivia tiene buenas razones para
sentirse orgullosa. A lo largo de los últimos 20 años, y en un esfuerzo que
ha involucrado a gobiernos, donantes y sociedad civil, el país andino ha
logrado reducir a la mitad las muertes de niños menores de cinco años y
podría encaminarse hacia la consecución del Objetivo del Milenio en
2015, que exige reducir los niveles en dos tercios.
Lo que es más importante, la construcción y extensión de un sistema
de salud materno-infantil basado en seguros sanitarios, programas de
inmunización y ayudas a las familias ha permitido al Estado más pobre de
Suramérica asomarse por primera vez a la posibilidad de un futuro libre
de esta lacra medieval. Según los cálculos realizados para el Informe “El
papel de la ayuda internacional en la supervivencia infantil en Bolivia”, y
basados en las proyecciones de la División de Población de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de mantenerse el
ritmo de avances de las últimas décadas, Bolivia podría alcanzar en 2035
el objetivo internacional de reducir la mortalidad infantil por debajo de
los 20 por 1.000 nacidos. Con ello salvaría la vida de cerca de 137.000
niños y se alinearía con los avances ya realizados en el conjunto de países
de la región.
Bolivia se encuentra junto con un puñado de países en el grupo de
cabeza de un esfuerzo que entre 1990 y 2011 ha logrado reducir en más
de cinco millones el número de niños que mueren anualmente en todo el
mundo antes de cumplir los cinco años (de 12 a 6,9 millones). Un
esfuerzo en el que la ayuda internacional ha sido fundamental. De
acuerdo con los datos recogidos por The Lancet, los fondos destinados a
la salud de los niños, las madres y los recién nacidos se multiplicaron por

16 POLÍTICA EXTERIOR
Servicios de salud en uno de los hospitales financiados por la cooperación española. ILDEFONSO GONZÁLEZ, UNICEF.

2,5 entre 2003 y 2010. Más de la mitad de estos recursos fueron a parar a
los 74 países de la llamada Iniciativa Countdown –que concentran el 95
por cien de toda la mortalidad materno-infantil– y al servicio de las estra-
tegias que han demostrado más eficacia en este campo. Se trata de un
proceso que no admite puntos muertos: o avanzamos sobre la base del
liderazgo de los propios países afectados y el apoyo sostenido y estraté-
gico de la cooperación internacional, o nos deslizamos hacia atrás
echando por la borda décadas de recursos, innovación y compromiso
político.
Bolivia ilustra de manera esclarecedora este dilema. Con unos recursos
que en 2003 llegaron a alcanzar el 12 por cien del PIB del país, la ayuda
ha desempeñado un papel insustituible en la financiación y el diseño de
estas políticas de éxito. La solidaridad de sociedades más prósperas como
la española, la canadiense o la estadounidense ha sido clave en la crea-
ción y extensión de programas como el Seguro Universal Materno-Infantil o
la iniciativa Desnutrición Cero.

POLÍTICA EXTERIOR 17
ESTUDIOS / BOLIVIA: EL DILEMA DE LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA

El papel estratégico de la cooperación internacional


En los últimos años se ha reducido la importancia relativa de la ayuda inter-
nacional en los presupuestos sociales del Estado boliviano. En buena
medida, esta tendencia está vinculada a la reforma fiscal aplicada al sector
de los hidrocarburos, cuyos precios han alcanzado niveles históricamente
altos en la última década. Como otros países de la región, Bolivia huye de la
“maldición de los recursos naturales” y de la dependencia de los impuestos
indirectos, trastocando el reparto de los beneficios extraordinarios de las
industrias extractivas. De acuerdo con el documento publicado por Oxfam
“Dueños de su desarrollo” (2011), los ingresos públicos para Bolivia proce-
dentes del gas y del petróleo aumentaron de 448 millones de dólares en
2004 a 1.530 millones en 2006, lo que representa un 34 por cien del ingreso
público anual (en comparación con el ocho por cien en 1997) y las cifras no
han hecho más que crecer desde entonces.
Ahora que el dinamismo de la economía y el esfuerzo fiscal del gobierno
han permitido reducir esta dependencia internacional de manera notable,
situando la economía boliviana en el grupo de países de renta media, los
donantes tienen una responsabilidad diferente pero igualmente necesaria
en materia de salud materno-infantil: orientar su ayuda a la disminución de
las intolerables barreras de desigualdad que lastran los esfuerzos de los
profesionales sanitarios y aniquilan la eficacia de las inversiones. Según el
“Reporte niñez” de Unicef, en primer lugar, la diferencia entre tener acceso
a fuentes de agua seguras y no tenerlas incrementa los riesgos de mortalidad
infantil en un 21 por cien. Las comunidades rurales sufren niveles de morta-
lidad un 70 por cien más altos que las urbanas. En segundo lugar, las condi-
ciones socio-lingüísticas (pertenecer a comunidades indígenas, por
ejemplo) multiplican por dos los riesgos de mortalidad; y el salto entre el
quintil superior e inferior de los niveles de ingreso es de uno a tres. Por
último, los hijos de madres que carecen de educación primaria tienen
probabilidades cuatro veces más altas de morir que los de aquellas que han
accedido a la educación terciaria.
Existen dos “Bolivias”, separadas por una brecha que determina la dife-
rencia entre la vida y la muerte de los niños. La capacidad de los programas
de salud para llegar a las regiones y grupos donde se concentra la mortalidad
se ha convertido en una de las prioridades del plan de salud puesto en
marcha por el gobierno para los próximos años. En esta decisión ha tenido
un papel relevante el camino abierto por la cooperación internacional con

18 POLÍTICA EXTERIOR
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

programas como el PASS (Programa de Apoyo al Sector Salud), un conjunto


de intervenciones vanguardistas que ayudan a resolver con una cantidad
modesta de recursos algunos de los graves problemas a los que hace frente la
salud materno-infantil de Bolivia. En el departamento de Pando, donde la
desnutrición crónica alcanzaba a uno de cada tres menores de cinco años, el
programa se ha apoyado en Unicef para capacitar y movilizar a las comuni-
dades indígenas y mejorar la nutrición infantil y la cobertura de lactancia
materna exclusiva. Seis años después de la introducción del PASS, los
niveles de desnutrición crónica se
habían reducido en un 40 por Bolivia podría ralentizar
cien. En cada uno de los tres
departamentos donde se ha apli-
el buen ritmo de sus
cado el PASS, la cobertura de la indicadores y encallar
vacuna pentavalente o el porcen-
taje de niños que reciben alimen-
en niveles de mortalidad
tación complementaria se han infantil propios de países
multiplicado hasta alcanzar cifras
sin precedentes. menos desarrollados
Desgraciadamente, esfuerzos
como el PASS corren el riesgo de
convertirse en recuerdos de un tiempo mejor. La batalla por la supervi-
vencia infantil en Bolivia se encuentra en una encrucijada cuya resolución
depende de la colaboración entre el gobierno y los países donantes. Como
en el caso de otros receptores de renta media que cuentan con instituciones
operativas, la iniciativa corresponde a las autoridades nacionales. El minis-
terio de Salud debe garantizar los planes y la capacidad de gasto que permi-
tirán orientar el conjunto de los recursos de manera más estratégica. En
ausencia de este liderazgo, Bolivia podría ralentizar el buen ritmo de sus
indicadores y encallar en niveles de mortalidad infantil propios de otras
regiones menos desarrolladas.
Pero existen buenas razones para pensar que el apoyo externo permitiría
al Estado boliviano fortalecer el compromiso nacional con la supervivencia
infantil. En primer lugar, la aportación presupuestaria del Estado no parece
suficiente para corregir la brecha de financiación del país en materia de
salud materno-infantil. Como hemos podido constatar en nuestras investi-
gaciones, en departamentos como Pando y Oruro el apoyo financiero de los
donantes sigue siendo imprescindible. En segundo lugar, los recursos del
Estado sufren importantes limitaciones en su capacidad de gasto. Según

POLÍTICA EXTERIOR 19
ESTUDIOS / BOLIVIA: EL DILEMA DE LA COOPERACIÓN ESPAÑOLA

datos del ministerio de Salud boliviano, aunque 96 de cada 100 dólares


gastados en el sector salud provinieron en 2010 de los recursos del Estado y
los seguros bolivianos, el grueso de la financiación propia está destinado al
pago de salarios y gastos corrientes, tanto del sistema de salud pública como
del de cajas de salud (privados). En este contexto, la cooperación ofrece un
indudable valor añadido a la hora de replicar buenas prácticas y explorar
estrategias más innovadoras de intervención.
Si esto es cierto, las noticias de los últimos meses son preocupantes. Tras
dos años consecutivos de caídas de la ayuda, cuando la crisis debilita grave-
mente las políticas de solidaridad internacional, Bolivia ha visto cómo
cuatro de sus cinco donantes principales redujeron sus ayudas en 2011, en
algunos casos de forma considerable. Estados Unidos recortó un 31 por cien,
Alemania un 47 y España un 65. La cooperación canadiense, que ha tenido
un papel clave en las políticas de salud materno-infantil, ha planteado un
recorte del 50 por cien en su cooperación con Bolivia. El panorama se ha
complicado aún más con el conflicto abierto entre el gobierno boliviano y la
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), que ha
acabado con su expulsión del país.

La responsabilidad de España
Tras la salida de Usaid, España podría convertirse en el principal donante
internacional a Bolivia. Se plantean entonces varias preguntas difíciles que
deben orientar la estrategia de la política exterior española en los próximos
años: ¿debe mantener nuestro país sus programas de cooperación interna-
cional? ¿Puede hacerlo, considerando la caída generalizada de los presu-
puestos de la ayuda y los movimientos del gobierno de Morales contra
algunas empresas españolas?
Los argumentos presentados anteriormente sugieren una respuesta clara
a la primera pregunta: a pesar de que existe un debate abierto acerca de
Estados que han ido incrementando su propia capacidad de gasto, afirmar
que la salud materno-infantil de Bolivia no necesita más financiación es,
como mínimo, arriesgado. Al igual que en otros países de renta media, las
donaciones pueden convertirse en una palanca de los recursos y las capaci-
dades nacionales, siempre que las agencias donantes gestionen un volumen
de recursos suficiente para ser tenidos en cuenta.
En el caso de España, sin embargo, la ayuda a Bolivia va más allá de la
obligación ética para convertirse también en una fuente insustituible de

20 POLÍTICA EXTERIOR
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

prestigio e influencia ante la sociedad y las autoridades locales, así como


una vía de financiación de bienes públicos globales (como la lucha contra el
mal de Chagas, una enfermedad que se ha extendido a Europa y EE UU
debido a los flujos migratorios). Y eso ayuda a contestar la segunda
pregunta: precisamente porque las relaciones políticas no siempre son
fáciles, la cooperación supone una herramienta eficaz en aquella política
exterior que considere el equilibrio de intereses y responsabilidades que
obligan a cualquier potencia media en el siglo XXI.
Será muy difícil desempeñar este papel en Bolivia y en otros países si las
capacidades de la cooperación española se siguen reduciendo hasta hacerla
irrelevante. Aunque un recorte equiparable al de otras partidas del gasto
público hubiese sido comprensible, la caída acumulada de cerca del 70 por
cien en los dos últimos años podría haber herido de muerte el sistema
español de ayuda internacional. Los datos más recientes del Comité de
Ayuda al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos señalan que el esfuerzo relativo de España en este campo ha
caído al 0,15 por cien, el nivel de hace 25 años. Esta deriva no solo debilita
gravemente el liderazgo de España en la comunidad internacional, sino que
amenaza los intereses de la política exterior en una región donde la amistad
de los gobiernos es menos predecible de lo que solía ser.
Y lo que es más importante: incluso en un momento de restricciones
presupuestarias, la responsabilidad de los países donantes es sostener los
compromisos solemnes que realizaron con el conjunto de países en
desarrollo. Tan grave sería abandonar a las naciones más pobres de África
como ignorar el papel fundamental de la cooperación en la orientación,
capacitación y financiación parcial de los esfuerzos de países que, como
Bolivia, empiezan a sacar la cabeza del agua por primera vez en su historia.

POLÍTICA EXTERIOR 21
Bienestar infantil
en países ricos
Javier Martos

La verdadera medida del progreso de una nación es la calidad


con que atiende a sus niños: su salud y protección, su seguridad
material, su educación y socialización y el modo en que se sienten
queridos, valorados e integrados en las familias y sociedades
en las que han nacido.
Unicef, Centro de Investigaciones Innocenti. Report Card 7, 2007.

stamos acostumbrados a manejar indicadores relativos a la

E situación de la infancia en los países más pobres del mundo y,


además, casi siempre centrados en aspectos unidimensionales:
supervivencia infantil, educación, vacunación, etcétera. Son
estudios y datos imprescindibles para abordar problemáticas esenciales del
desarrollo, pero plantean algunas limitaciones. En primer lugar, se trata de
análisis que dejaban tradicionalmente fuera a los niños de los países
industrializados, entre otras cosas porque los propios indicadores
(mortalidad infantil, niños sin escolarizar) no resultaban tan relevantes ni
significativos en los países más ricos. Este planteamiento, que puede ser en
cualquier caso útil desde una perspectiva de intervenciones en
cooperación internacional (focalizadas en los países más pobres), resulta

Javier Martos es director ejecutivo de Unicef Comité Español. Este artículo está basado en el informe “Bienestar infantil
en los países ricos. Un panorama comparativo”, publicado por Unicef en Report Card, núm. 11 de Innocenti, abril 2013.

22 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS

El análisis de la situación de la infancia en los países


desarrollados arroja luz sobre un asunto que no
ha sido estudiado lo suficiente. España es el país que
presenta una mayor brecha de pobreza infantil,
es decir, donde los niños pobres son más pobres.

incompleto desde un enfoque de derechos, en este caso enmarcados en


una herramienta como la Convención sobre los Derechos del Niño, que por
definición es aplicable a todos los niños, independientemente de su lugar
de origen o residencia.
Por otra parte, el análisis anteriormente planteado también presentaba
algunas limitaciones en cuanto a sus dimensiones, cuestionadas en
ocasiones por estar en exceso compartimentadas y por dejar fuera algunas
esferas fundamentales para la vida de los niños, como su participación en la
comunidad o en la vida pública.
En 2007, el centro de investigaciones de Unicef Innocenti presentó una
propuesta que rompió con ambas tendencias al presentar, por primera vez,
un panorama centrado en el bienestar infantil en los países ricos. Este
análisis, basado en la Convención sobre los Derechos del Niño, se propuso
como objetivo ofrecer un panorama multidimensional de la situación de la
infancia, organizado en torno a seis dimensiones: bienestar material, salud y
seguridad, bienestar educativo, relaciones familiares y entre iguales,
conductas y riesgos y, por último, el bienestar subjetivo (la opinión que los
niños transmiten sobre su propia vida).
Recientemente, el equipo de Innocenti ha repetido y mejorado el ejer-
cicio, con los datos más actuales. Sobre este último aspecto cabe destacar
que, al basarse en estadísticas internacionales que deben garantizar un

POLÍTICA EXTERIOR 23
ESTUDIOS / BIENESTAR INFANTIL EN PAÍSES RICOS

Tabla clasificatoria del bienestar infantil


Bienestar Bienestar Salud y Educación Conductas Vivienda
promedio en las material seguridad y riesgos y medio
5 dimensiones ambiente
Países Bajos 2,4 1 5 1 1 4
Noruega 4,6 3 7 6 4 3
Islandia 5 4 1 10 3 7
Finlandia 5,4 2 3 4 12 6
Suecia 6,2 5 2 11 5 8
Alemania 9 11 12 3 6 13
Luxemburgo 9,2 6 4 22 9 5
Suiza 9,6 9 11 16 11 1
Bélgica 11,2 13 13 2 14 14
Irlanda 11,6 17 15 17 7 2
Dinamarca 11,8 12 23 7 2 15
Eslovenia 12 8 6 5 21 20
Francia 12,8 10 10 15 13 16
Rep. Checa 15,2 16 8 12 22 18
Portugal 15,6 21 14 18 8 17
Reino Unido 15,8 14 16 24 15 10
Canadá 16,6 15 27 14 16 11
Austria 17 7 26 23 17 12
España 17,6 24 9 26 20 9
Hungría 18,4 18 20 8 24 22
Polonia 18,8 22 18 9 19 26
Italia 19,2 23 17 25 10 21
Estonia 20,8 19 22 13 26 24
Eslovaquia 20,8 25 21 21 18 19
Grecia 23,4 20 19 28 25 25
EE UU 24,8 26 25 27 23 23
Lituania 25,2 27 24 19 29 27
Letonia 26,4 28 28 20 28 28
Rumania 28,6 29 29 29 27 29
La siguiente tabla clasifica a 29 países desarrollados en función del bienestar general de sus niños. La clasificación general de cada
país se basa en su clasificación media para las cinco dimensiones de bienestar infantil que se han contemplado en este estudio.
Debido a la ausencia de datos sobre una serie de indicadores, no se han podido incluir en la tabla clasificatoria del bienestar
infantil los siguientes países miembros de la OCDE o la UE: Australia, Bulgaria, Chile, Chipre, Israel, Japón, Malta, México, Nueva
Zelanda, República de Corea y Turquía.
Fuente: Informe de Unicef “Bienestar infantil en los países ricos. Un panorama comparativo”, abril 2013.

razonable nivel de comparabilidad, los datos no son todo lo actuales que


cabría desear, generalmente responden a los años 2009 y 2010 y por tanto
no capturan en su plenitud aspectos tan importantes como el impacto de la
crisis económica sobre la infancia. Sin embargo, resultan suficientemente
significativos para poder extraer conclusiones importantes.
Como se aprecia en la tabla 1, el informe clasifica un total de 29 países
según su puntuación en cada una de las dimensiones valoradas, agregán-
dolas todas en un indicador promedio final. Este último dato se analiza en la

24 POLÍTICA EXTERIOR
JAVIER MARTOS / ESTUDIOS

Clasificación de los países en la década de 2000


Principios de Finales de Cambio en
Clasificación los 2000 Clasificación los 2000 clasificación
1 Suecia 1 Países Bajos +2
2 Países Bajos 2 Noruega +2
3 Finlandia 3 Finlandia -1
4= Noruega 4 Suecia –3
4= Dinamarca 5 Alemania +2
6 Francia 6 Dinamarca –2
7 Alemania 7 Bélgica +1
8 Bélgica 8= Francia –2
9= Polonia 8= Irlanda +4
9= Rep. Checa 8= Suiza +3
11 Suiza 11 Portugal +5
12 Irlanda 12 Polonia –3
13 España 13 Rep. Checa –4
14= Canadá 14= Canadá sin cambio
14= Italia 14= Italia sin cambio
16= Grecia 16 Reino Unido +4
16= Portugal 17 Austria +1
18 Austria 18= Grecia –2
19 Hungría 18= Hungría +1
20= Reino Unido 18= España –5
20= EE UU 21 EE UU –1
Fuente: Informe de Unicef “Bienestar infantil en los países ricos. Un panorama comparativo”, abril 2013.

tabla 2 de forma comparada entre principios y finales de la década de 2000.


Observando ambas tablas se pueden extraer algunas conclusiones de
interés:
Los Países Bajos, seguidos por cuatro países nórdicos (Finlandia, Islandia,
Noruega y Suecia) se sitúan –y se mantienen a lo largo de los años– en la
parte alta de la tabla, como los países que presentan mejores niveles de
bienestar infantil.
Los Países Bajos, por su parte, se mantienen como líderes cuando son los
propios niños quienes valoran su situación (bienestar subjetivo), producién-
dose en otros casos algunas diferencias significativas, como sucede con
España, que puntúa mucho mejor en bienestar subjetivo que en las dimen-
siones objetivas o con Alemania, en cuyo caso sucede lo contrario.
Las cuatro últimas posiciones de la tabla las ocupan tres de los países más
pobres del estudio (Letonia, Lituania y Rumania), junto a uno de los más
ricos (Estados Unidos).
Este dato, unido a otros que surgen del análisis más detallado de las
cifras, lleva a la conclusión de que, en términos generales, no parece

POLÍTICA EXTERIOR 25
ESTUDIOS / BIENESTAR INFANTIL EN PAÍSES RICOS

haber una estrecha relación entre el PIB per cápita y el bienestar general
infantil. La República Checa está mejor clasificada que Austria;
Eslovenia, mejor que Canadá; y Portugal, mejor que EE UU. Más allá de la
riqueza, hay un amplio margen de acción para las políticas sociales y la
distribución de ingresos.
En lo que respecta a la evolución durante la última década, se aprecia una
mejoría generalizada en la mayoría de indicadores de bienestar infantil,
aunque no en todos. Así, todos los países han mejorado sus tasas de morta-
lidad infantil y las conductas en general. Los autores del informe, sin
embargo, han planteado su inquietud al respecto de la evolución que puedan
presentar estos indicadores durante los años transcurridos desde los últimos
datos disponibles, ante el temor de que se puedan estar poniendo en peligro
algunos de estos logros.

España frente al espejo


El ejercicio de comparación entre iguales arroja algunos datos preocupantes
en el caso de España, que se ubica en la mitad-baja de la tabla –ocupa la
posición 19 de un total de 29 países–, experimentando un severo retroceso
respecto de la clasificación obtenida a principios de la década pasada.
¿Qué factores se esconden detrás de esta mala puntuación?
Fundamentalmente dos. En primer lugar, un aspecto que ya ha sido desta-
cado por Unicef Comité Español en distintas ocasiones, como son los preocu-
pantes indicadores en el ámbito del bienestar material. En efecto, España
presenta uno de los porcentajes más altos de niños viviendo bajo el umbral
de la pobreza y ostenta el dudoso honor de ser el país que presenta una
mayor brecha de pobreza infantil: es decir, la distancia entre la línea de
pobreza y los ingresos medios de los niños que se encuentran por debajo de
esa línea. Dicho de otra manera, España es el país donde los niños pobres son
más pobres o están más lejos del umbral. En conjunto, España pasa de la
posición media de 19 a ocupar el puesto 24 en la clasificación de bienestar
material. Este dato tiene que ver no solo con un indicador de carencias o difi-
cultades, sino que también alerta de problemas en términos de inequidad y
riesgo de exclusión social: hay un grupo de familias, relativamente grande,
que vive en un nivel económico muy lejos de la media nacional.
Peor aún es el resultado en la dimensión educativa, en el que España pasa
a ocupar el puesto número 26 de 29, debido a indicadores como los bajos
logros educativos (pruebas PISA), la alta tasa de jóvenes que ni estudian ni

26 POLÍTICA EXTERIOR
JAVIER MARTOS / ESTUDIOS

trabajan y los altos niveles de abandono escolar. Son, en su mayor parte,


problemas que afectan a nuestros adolescentes y jóvenes y que, como es
sabido, parecen empeorar en los años posteriores a la realización de las
encuestas. Hay una única subdimensión, la relativa a la tasa de matricula-
ción preescolar, en la que España ocupa el tercer lugar de la tabla, con casi
un 100 por cien de los niños de entre cuatro y seis años escolarizados.
En la dimensión relativa a conductas y riesgos, la posición de España se
equipara a la media general, ocupando el puesto número 20. El subindicador
que presenta aquí unos peores
resultados es el relativo a la parti- En términos generales,
cipación de adolescentes en
peleas o el que alerta sobre el
no parece haber
consumo de cannabis, seguido por una estrecha relación
la tasa de sobrepeso. Llama la
atención la comparativa temporal
entre el PIB per cápita
en el caso de la tasa de embarazos y el bienestar
en adolescentes, aspecto en el que
casi todos los países han mejorado general infantil
con la excepción de tres, entre
ellos España.
En el apartado positivo, cabe destacar la puntuación obtenida en las
dimensiones relativas a salud y seguridad, así como a vivienda y medio
ambiente. Pero destaca, como ya se ha mencionado, el alto nivel de autoper-
cepción de los niños españoles con respecto a sus propias vidas, aspecto que
ha sido igualmente corroborado en investigaciones similares realizadas por
Unicef Comité Español. ¿Son resultados contradictorios? No necesaria-
mente. Aunque faltaría realizar investigación adicional cualitativa para
entender bien qué nos quieren decir los niños en las encuestas realizadas, lo
cierto es que todos los estudios coinciden en indicar que uno de los aspectos
más valorados por los niños es el que tiene que ver con las relaciones perso-
nales, ya sea con sus padres o con sus compañeros. Y en este sentido los
niños españoles valoran especialmente esta faceta de sus vidas, en parti-
cular en lo que tiene que ver con la relación con sus madres: hasta un 86,5
por cien considera que les resulta fácil hablar con su madre, frente a un 70,8
que opina lo mismo respecto de las relaciones con su padre. Curiosamente,
hay países como Francia donde la diferencia entre madre y padre pasa del
71,2 al 50,3 por cien. Sería sin duda interesante explorar en mayor profun-
didad este aspecto.

POLÍTICA EXTERIOR 27
ESTUDIOS / BIENESTAR INFANTIL EN PAÍSES RICOS

La hoja de ruta
Estudios como este tienen la virtud de ayudar a desmontar algunos mitos
–como el de la pobreza ligada exclusivamente al ingreso per cápita de un
país– y, al hacerlo, contribuir a poner el foco en realidades que, de otro
modo, tal vez pasarían injustamente inadvertidas.
Este es el caso de la situación de pobreza infantil en los países ricos,
realidad que ahora, desafortunadamente, ocupa un destacado espacio en los
medios de comunicación, pero de la cual hasta hace apenas unos años no se
había empezado a hablar. Hoy, ya nadie duda de que se trata de un asunto
que requiere una intervención urgente y decidida, no a pesar de la crisis
sino al contrario, precisamente con motivo de una realidad económica y
social que, según todos los indicadores existentes, está agravando, aún más,
datos ya de partida preocupantes.
En este sentido, la Unión Europea acaba de hacer pública una
Recomendación a los Estados miembros con el afortunado título de
“Invertir en los niños: romper el ciclo de la desigualdad”, que supone un
marco europeo para el desarrollo de políticas nacionales de lucha contra la
pobreza infantil y promoción del bienestar de los niños.
La Recomendación establece tres pilares estratégicos para el desarrollo de
políticas:
l El acceso de las familias y los niños a recursos adecuados, apoyando el

acceso al trabajo de los padres, y garantizando un nivel de vida adecuado a


los niños mediante ayudas económicas, desgravación de impuestos y ayudas
a la vivienda.
l El acceso a servicios de calidad, promoviendo la atención desde la

primera infancia, garantizando la igualdad de oportunidades en el sistema


educativo, el acceso en condiciones a los sistemas de salud, a una vivienda y
un entorno adecuado, y mejorando los sistemas de protección de la infancia.
l El derecho de los niños a participar, mediante el apoyo a la participa-

ción de niños en la vida cultural, deportiva y el derecho al juego, y estable-


ciendo mecanismos de participación en las decisiones que afectan a sus
vidas.
Según esos mismos pilares, un grupo de trabajo coordinado por Unicef
Comité Español, que ha contado con la participación de otras nueve organi-
zaciones y redes relacionadas con la infancia, ha elaborado una batería de
32 propuestas que se han elevado a las distintas administraciones públicas
en un momento clave, en el que el gobierno se ha comprometido a dar la

28 POLÍTICA EXTERIOR
JAVIER MARTOS / ESTUDIOS

máxima prioridad a la lucha contra la pobreza infantil en el marco del Plan


Nacional de Acción para la Inclusión Social.
En el apartado del acceso a recursos, las propuestas incluyen medidas como
las ayudas económicas y la compensación de gastos familiares, la atención
especial a la infancia, en todas las medidas relativas a la promoción del empleo
y las prestaciones por desempleo, y el tratamiento fiscal de los hogares con
hijos, incluyendo desgravaciones y la posible consideración de un IVA redu-
cido para productos de consumo y servicios necesarios para el cuidado de los
niños.
En relación al acceso a servicios El derecho de los niños
asequibles y de calidad, las pro -
puestas abordan cinco aspectos
a participar no es
que incluyen el acceso efectivo a tenido en cuenta, pero
una salud de calidad, incluyendo
prestaciones actualmente no
resulta decisivo en la
contempladas, la revisión de la lucha contra la pobreza
cartera básica de pediatría y vacu-
nación o el acceso garantizado en y la exclusión social
igualdad de condiciones para todos
los niños y niñas; el refuerzo al
sistema público de servicios sociales y la protección de menores, reforzando
los servicios de atención y apoyo a las familias y la infancia, garantizando que
la pobreza no sea nunca la única justificación para retirar la custodia de un
niño a sus familiares, así como un control adecuado de la derivación a servi-
cios sociales de aquellos que lo necesiten; el acceso a la vivienda, incluyendo
la protección frente a desahucios de las familias con niños, así como
programas específicos de alquiler de viviendas públicas; el acceso efectivo a
una educación de calidad, con medidas dirigidas a luchar contra el fracaso
escolar o el fomento de políticas contra la segregación; y, por último, la nece-
sidad de prestar especial atención a la violencia contra la infancia, ya sea de
forma directa o como víctimas indirectas de la violencia de género.
Finalmente, cabe destacar la importancia del apartado relativo a las
medidas relacionadas con el derecho de los niños a participar, aspecto que
en ocasiones se deja de lado por considerarlo de menor importancia y que,
sin embargo, constituye un factor crítico en la lucha contra la pobreza y,
particularmente, la exclusión social. Dentro de este apartado se incluyen
aspectos como los relativos al acceso universal a las actividades culturales,
de ocio y tiempo libre, que a menudo resultan inaccesibles para los niños

POLÍTICA EXTERIOR 29
ESTUDIOS / BIENESTAR INFANTIL EN PAÍSES RICOS

más desfavorecidos, marcando una diferencia de partida con sus compa-


ñeros que no hace sino agrandarse con el tiempo.
Se trata de una batería de medidas que tal vez puedan parecer difícil-
mente realizables en un momento como el actual. Y sin embargo, precisa-
mente por las dificultades que atravesamos, Unicef considera que son de
hecho más necesarias y pertinentes que nunca. Como imperativo moral, la
necesidad de promover el bienestar de la infancia está ampliamente acep-
tada. Sin embargo, en ocasiones puede parecer que lo moralmente acep-
table resulta demasiado costoso en tiempos difíciles. Frente a esto, el
informe argumenta que, también como imperativo pragmático, la atención a
la infancia debería merecer la misma prioridad: no proteger y promover el
bienestar de los niños acarrea un aumento del riesgo en una amplia gama de
resultados en la vida adulta y supone de hecho un endeudamiento social
que, ni ahora ni en tiempos más holgados, nos deberíamos permitir.

POLÍTICA EXTERIOR 30
La tercera
transición
de Mozambique
Gonzalo Fanjul

ozambique, el tercer país más pobre del planeta, ha recorrido en

M 20 años un camino que a otros les llevó siglos: reducir en dos


terceras partes el número de niños que mueren antes de
cumplir los cinco años. Una estimación que considere la
evolución de la población nacional sugiere que, de haberse mantenido los
niveles de mortalidad de 1990, 155.000 niños más habrían perdido la vida
en 2012. El factor individual más relevante tras esta trayectoria histórica es
la extensión de los programas de inmunización, cuya cobertura ha superado
el 75 por cien en algunas enfermedades infecciosas como el sarampión.
La capacidad para proteger a la población vulnerable de enfermedades
evitables constituye la base sobre la que se fundamenta el sistema de salud
de muchos países pobres, como Mozambique. Pero no existe ningún modo
de que las autoridades nacionales asuman una responsabilidad de este
calibre sin el apoyo generoso, previsible y continuado de los donantes inter-
nacionales, como demuestra el caso de España. La inversión de la coopera-
ción española en salud y en la investigación de las enfermedades olvidadas
ha generado a lo largo de los últimos años beneficios económicos, prestigio

Gonzalo Fanjul es investigador y autor del blog 3.500 Millones. Este artículo es una versión revisada y ampliada del
resumen ejecutivo de un informe escrito por el mismo autor que Unicef Comité Español publica en noviembre de 2013.
En él se podrán encontrar todas las fuentes de los datos que aquí se utilizan.

POLÍTICA EXTERIOR 31
ESTUDIOS

Gobierno y donantes han sido incapaces de trasladar los


beneficios del ‘boom’ económico a los mozambiqueños.
Desigualdad y corrupción lastran el desarrollo de un país
donde los programas de vacunación pueden servir de
base para el despegue de la economía.

internacional e influencia política. Son meros adornos a la monumental


contribución a la supervivencia y el bienestar de millones de niños y
adultos, pero ilustran los beneficios éticos y prácticos de una cooperación
de calidad. España haría mal en tirarla completamente por la borda.

Mozambique vive ‘tiempos simultáneos’


Cuando describen el modo en que la historia ha cambiado las tornas,
algunos mozambiqueños no pueden evitar un deje de ironía. Cuentan que la
escena se repite cada semana en el moderno aeropuerto de Maputo que
construyeron los chinos: ciudadanos portugueses, acostumbrados a pisar
fuerte en su antigua colonia, son rechazados en la frontera porque carecen
de un visado de residencia y trabajo. La crisis ha ido incrementando esta
emigración “inversa”, primero de ejecutivos y empresarios, después de
simples profesionales e incluso de obreros que se instalan en barrios donde
antes los blancos eran un fenómeno extraterrestre.
Una de las últimas colonias en alcanzar su libertad (1975), Mozambique
encapsula en 35 años la historia africana del siglo XX: a la guerra de libera-
ción –emplazada en el escenario de la tóxica política exterior del apartheid
surafricano– siguieron primero el socialismo a la cubana y después el capita-
lismo extractivo que fundamenta su crecimiento sobre la ola de los recursos

32 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / LA TERCERA TRANSICIÓN DE MOZAMBIQUE

naturales. Un giro que parece haber cerrado el círculo de la historia. Leer


hoy a Martin Meredith describiendo en África las colonias portuguesas de
1960 resulta chocantemente familiar: “Tanto Angola como Mozambique
atraían nuevas inversiones extranjeras. Las ciudades del África portuguesa
–Luanda, Lourenço Marques [antigua Maputo], Beira, Lobito y Benguela–
eran de las más modernas del continente, con sus propios periódicos,
emisoras, clubes deportivos y museos”.
Para el visitante ocasional, Maputo es una capital vibrante y emprendedora,
desprovista del caos y la inseguridad que lastran a otras grandes ciudades afri-
canas. La omnipresencia de los teléfonos móviles, la proliferación de cons-
trucciones y restaurantes de lujo, los desorbitantes precios de la vivienda en
las mejores zonas de la ciudad (un apartamento de dos habitaciones en un
barrio de clase media puede costar fácilmente 2.000 dólares mensuales de
alquiler): todo indica que Mozambique se ha puesto en marcha.
Si hubiese que buscar una explicación principal de esta deriva, el gas y los
minerales serían buenas candidatas. En un reciente informe país, la Unidad
de Inteligencia del semanario británico The Economist preveía un creci-
miento medio del 7,9 por cien del PIB para el periodo 2014-17, vinculado en
buena medida al boom de los recursos naturales. Los incrementos del
consumo público y privado durante ese periodo podrían estar por encima
del ocho por cien. Incluso para los estándares del dinámico continente afri-
cano, esta velocidad resulta mareante.
Desgraciadamente, las señales del renacimiento económico se evaporan
cuando se pone un pie fuera del centro de Maputo y de otras grandes
ciudades. Mozambique ocupa hoy el tercer puesto por la cola en el Índice de
Desarrollo Humano, solo por delante de Níger y República Democrática del
Congo (RDC), dos dudosos modelos de desarrollo. Sus indicadores sociales
–desde la educación a la salud, el ingreso o la nutrición– muestran niveles
medievales. La esperanza de vida es de 49 años, siete por debajo de la media
de África subsahariana. En el milagro económico del continente, uno de
cada 10 niños morirá antes de cumplir los cinco años.
El escritor Mia Couto lo ha definido como los “tiempos simultáneos de
Mozambique”. Los lamentables indicadores sociales llaman aún más la aten-
ción si se tiene en cuenta su trayectoria a lo largo de la última década. Una
comparación simple entre la evolución de la riqueza nacional (PIB per cápita)
y los niveles de pobreza y esperanza de vida a lo largo de estos años sostienen
una conclusión preocupante: el país ha sido incapaz de trasladar los benefi-
cios del boom económico al conjunto de la población. Mientras la riqueza

POLÍTICA EXTERIOR 33
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

nacional prácticamente se doblaba (de 530 a 1.020 dólares per cápita), el


porcentaje de quienes viven en la pobreza se mantuvo inalterado (de 54,1 a
54,7 por cien de la población total), incrementando la esperanza de supervi-
vencia en tan solo un año. Estos números contrastan incluso con el periodo
anterior al despegue económico, cuando Mozambique logró reducir en 15
puntos los niveles de pobreza en tan solo seis años (1996-2003). De acuerdo
con el Banco Mundial, en 2008 el 10 por cien más rico del país acumulaba una
parte de la riqueza nacional equivalente a la del 60 por cien más pobre (37 y
39 por cien, respectivamente).
Mozambique ocupa el La desigualdad que separa a las
élites económicas de la inmensa
tercer puesto por la mayoría de la población mozam-
cola en el Índice de biqueña difícilmente es una
Desarrollo Humano, con sorpresa para quienes están fami-
liarizados con los modelos econó-
indicadores sociales en micos “extractivos”. No por
casualidad el fenómeno ha sido
niveles medievales catalogado en el lenguaje del
desarrollo como la “maldición de
los recursos naturales”. Los minerales, el gas y el petróleo abundantes
aportan a las economías nacionales una inyección de recursos económicos
incomparable con otros sectores, pero a menudo viene acompañada de tal
desigualdad, corrupción e incluso violencia, que sus beneficios son barridos
en una generación.
Mozambique se asoma a este mismo precipicio. Solo el aluminio podría
reportar a la economía nacional alrededor de 1.200 millones de dólares en
2013, pero la verdadera isla del tesoro está en el carbón y el gas, cuya explota-
ción podría multiplicarse con un desarrollo de las infraestructuras que muchos
inversores extranjeros están dispuestos a hacer. The Economist Intelligence
Unit calcula que los ingresos del carbón superarán los 3.000 millones de
dólares anuales en 2017 y los del gas pasarán de 3.900 millones en 2013 a los
más de 7.000 dentro de cuatro años. Con unas reservas probadas de 127.000
millones de metros cúbicos y una salida directa a los voraces mercados asiá-
ticos, el gas ofrece a Mozambique una oportunidad difícil de rechazar.
¿Cómo aprovechar este filón sin deslizarse hacia el estigma de Estado
fallido que atrapa a otras naciones ricas en recursos naturales, como RDC o
Sierra Leona? En ausencia de una legislación eficaz y de herramientas
capaces de hacer cumplir las leyes, los gobiernos africanos fracasan a la

34 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / LA TERCERA TRANSICIÓN DE MOZAMBIQUE

hora de redistribuir los beneficios de sus industrias extractivas y evitar la


corrupción que destruye a sus líderes e instituciones. El primer paso es esta-
blecer unas reglas del juego justas que garanticen el control primario de los
recursos y las condiciones fiscales y laborales que regirán su explotación.
Lamentablemente, nada de eso ha ocurrido todavía en Mozambique,
como demuestra el caso del gas. En una entrevista realizada para este artí-
culo, un responsable anónimo de la Empresa Nacional de Hidrocarburos
explicaba que el Estado tuvo que ofrecer a los inversores extranjeros condi-
ciones muy favorables para que las explotaciones se pusieran en marcha, 40
años después de su descubrimiento. El Estado ejerce a través del Instituto
Nacional del Petróleo y de la Empresa Nacional de Hidrocarburos su papel
regulador y comercializador. Ahora se está preparando una nueva ley con la
vista puesta en los modelos extractivos que han demostrado ser más benefi-
ciosos para el interés general, como Noruega y Catar.
Las organizaciones de la sociedad civil no comparten el optimismo del
gobierno. El Centro de Integridad Pública –un think tank de control ciuda-
dano financiado al completo con recursos de la cooperación internacional–
ha mostrado su preocupación por las consecuencias políticas y económicas
de las industrias extractivas. Sus análisis sugieren que las grandes cifras del
sector no se han visto reflejadas en volúmenes equivalentes de creación de
empleo, formación, beneficios para las comunidades afectadas e ingresos
fiscales para el conjunto del Estado. Denuncian la falta de transparencia de
los contratos acordados con los inversores extranjeros, cuya publicación
excluye términos que los firmantes consideran comercialmente delicados.
La cuestionable gestión de los recursos naturales es parte de un problema
político mucho más amplio cuyas consecuencias se han trasladado a otros
sectores. Los profesionales de la sanidad fueron a la huelga durante varias
semanas a mediados de este año para denunciar sus condiciones laborales,
en especial los bajos salarios. A pesar de una estrategia anticorrupción
introducida por el gobierno entre 2006 y 2010, esta sigue siendo motivo de
preocupación, más aún cuando no existe un contrapeso en una sociedad
civil escasa y debilitada y en unos medios de comunicación cooptados por
los intereses políticos.
La preocupación por los indicadores de gobernabilidad permea cada
conversación con los donantes internacionales, que ven en este asunto un
reto del que depende la eficacia de los programas de desarrollo. El hecho es
que la reducción de las inequidades, el fortalecimiento de las instituciones y
la reforma fiscal parecen una prioridad en un país con recursos propios

POLÍTICA EXTERIOR 35
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

crecientes para atajar los devastadores niveles sociales que lastran su


desarrollo. La mejora de la educación, la lucha contra la desnutrición
infantil y la garantía de servicios de salud dignos en zonas rurales y urbanas
constituyen un objetivo de interés propio tanto como una obligación ética
del gobierno de Mozambique y la comunidad de donantes. En un contexto
de pobreza extrema y múltiple como la que padece la mayor parte del país,
los recursos deben centrarse en las acciones que proporcionen mayores
beneficios por cada dólar y cada hora invertidos.
Pocos esfuerzos cumplen mejor este axioma que el de las vacunas.

Inmunizarse contra la pobreza


La solidez de los programas de vacunación constituye un pilar básico sobre
el que se afianzan otras políticas sociales como la educación o la lucha
contra el hambre. Son muchos los retos a los que se enfrentan las políticas
de inmunización en Mozambique, incluyendo las necesidades de financia-
ción de un sector en el que la cooperación internacional tiene todavía un
papel imprescindible. La ayuda al desarrollo supone aún más de un tercio
del presupuesto total del gobierno y al menos el 40 por cien de los recursos
que gestiona el ministerio de Salud.
Mozambique debe beneficiarse del impulso científico, político y finan-
ciero que en los últimos años ha situado la inmunización en el centro de la
agenda del desarrollo y que en 2011 permitió vacunar a 107 millones de
niños en todo el mundo. Gran parte de ellos se ha beneficiado de un paquete
que incluye las seis rutinas básicas de inmunización contra las enferme-
dades responsables, hasta hace unos años, de la mayoría de las muertes por
infección, como la polio, la tuberculosis o el tétanos.
La extensión de los programas de vacunación ha sido un elemento central
en la estrategia que en la última década ha logrado, en un mundo con una
población creciente, reducir en dos millones el número de muertes anuales
de niños y evitar en muchos más la discapacidad que lastra sus oportuni-
dades económicas y las de sus comunidades. Un reciente estudio estimaba
en 63.000 millones de dólares el ahorro resultante de extender las vacunas
existentes al total de los niños del planeta a lo largo de esta década.
Ahora el esfuerzo se centra, dentro y fuera de Mozambique, en dos
grandes objetivos: el primero es completar la cobertura de estos programas
y extenderla a otras enfermedades para las que existen vacunas disponibles,
como el rotavirus (que ataja algunas causas de diarrea), el neumococo

36 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / LA TERCERA TRANSICIÓN DE MOZAMBIQUE

(enfermedades respiratorias) y, para mujeres y adolescentes, el virus del


papiloma humano (HPV, vinculado al desarrollo del cáncer cervical).
Unicef calcula que uno de cada cinco niños del planeta carece todavía del
acceso a estos tratamientos, lo que supone una brecha de más de 25 años con
respecto a los países desarrollados. En el caso de Mozambique, esta organiza-
ción ha sido determinante para comenzar a cerrar esa brecha, con un abanico
de actividades en las que asesora al gobierno en el diseño de sus políticas y
desarrolla programas para incrementar la cobertura y garantizar el aprovisio-
namiento de vacunas. Las
“jornadas” y “semanas de salud” Las contribuciones de
ayudan a agrupar a los niños que
no necesariamente han pasado por
España a los programas
los centros para su vacunación. de malaria han salvado la
También se organizan brigadas
móviles que permiten acceder a las
vida de más de 100.000
comunidades más remotas. niños y protegido a
El segundo reto es garantizar la
investigación que permitirá otros 39 millones
encontrar tratamientos preven-
tivos para otras enfermedades
como la malaria y el sida, verdaderas bestias negras de la salud en las
regiones más pobres. Las llamadas “enfermedades olvidadas” se han benefi-
ciado de una cooperación inaudita entre organismos públicos y privados
que en 20 años ha triplicado los recursos disponibles. Lamentablemente, los
recortes en los programas de cooperación internacional e investigación
pública amenazan un proceso del que se benefician centenares de millones
de pacientes en todo el planeta, algunos de ellos en los países desarrollados.
Las enfermedades, como el cambio climático o los conflictos internacio-
nales, forman parte de una responsabilidad global común que no puede ser
borrada de un plumazo, como demuestra el ejemplo español en
Mozambique. Tras más de 30 años de colaboración en los que España ha
impulsado proyectos de prestigio internacional como el Centro de
Investigación en Salud de Manhiça –donde se desarrolla la primera genera-
ción registrada de vacunas contra la malaria–, en 2012 no quedaban en las
cuentas de la cooperación más que una tercera parte de los recursos de
2008. Los recortes han reducido de forma notable la ayuda directa al presu-
puesto público de salud, las contribuciones a organismos multilaterales y el
soporte al trabajo de las ONG que operan en el país.

POLÍTICA EXTERIOR 37
GONZALO FANJUL / ESTUDIOS

Las consecuencias de esta caída se cuentan, en primer lugar, en vidas de


niños. El Instituto de Salud Global de Barcelona estimó que solo las contri-
buciones de España a los programas de malaria del Fondo Global han
salvado la vida de más de 100.000 niños y protegido contra esta enfer-
medad a otros 39 millones. El mismo informe señala que, por cada euro
invertido por los gobiernos europeos en I+D sobre enfermedades relacio-
nadas con la pobreza, 66 céntimos se reinvierten en laboratorios, univer-
sidades y empresas europeas; se generan 1,05 euros en inversiones de la
industria privada, organizaciones filantrópicas y otros gobiernos; y se
contribuye a la productividad de las economías a través de empleos de alta
cualificación.
Estos datos sugieren que la ayuda en campos como el de la salud y la
ciencia es un asunto para tomarse muy en serio. Precisamente lo contrario
de lo que el gobierno español hace en estos momentos.

La cooperación española merece un rescate


Según el informe agregado que elabora la secretaría de Estado de
Cooperación y para Iberoamérica del gobierno de España, los presupuestos
para 2014 contemplan un volumen de ayuda al desarrollo de 1.815 millones
de euros, 234 millones menos que el año anterior. La caída acumulada desde
2009 es del 62 por cien, lo que convierte a la cooperación española en una
de las partidas del gasto público más castigadas por las decisiones políticas
derivadas del ajuste del déficit. Si tomamos como referencia 2012, España
se mantendría en el penúltimo lugar de la lista de donantes de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en esfuerzo
respecto a la renta nacional bruta, solo por delante de Italia.
A menudo los expertos y las organizaciones sociales buscamos alambi-
cadas justificaciones económicas y políticas para frenar esta deriva, argu-
mentando el coste del aislacionismo para la imagen y el ascendiente inter-
nacional de España. Este esfuerzo es legítimo, pero esconde el argumento
fundamental: en un mundo donde millones de familias conviven con la
tragedia insoportable de ver morir a un hijo que podría haberse salvado con
una vacuna, nuestra obligación es actuar. Nada, ni la reducción del déficit ni
las indudables necesidades por las que atraviesan muchos españoles, justi-
fica dar la espalda a esta situación. Esa es la lección básica que la comunidad
internacional asumió dolorosamente tras la Segunda Guerra mundial y esta
crisis, sencillamente, no tiene entidad para evaporarla.

38 POLÍTICA EXTERIOR
ESTUDIOS / LA TERCERA TRANSICIÓN DE MOZAMBIQUE

El compromiso ético de la cooperación no ignora el evidente interés


propio que justifica la ayuda al desarrollo. Ya hemos señalado algunos ejem-
plos en los que la inversión en programas de inmunización –desde la admi-
nistración de vacunas a la investigación de nuevos tratamientos– garantiza
un retorno económico equivalente y fortalece el prestigio del donante: no es
un prestigio blando, el de las meras intenciones, sino el que se deriva de la
responsabilidad consecuente ante problemas que nos afectan a todos.
Mozambique es un microcosmos de este universo. A pesar de las cifras
macroeconómicas que permiten soñar con un futuro mejor, lo cierto es que
hoy no es posible para el Estado garantizar la salud de sus habitantes sin el
apoyo de la comunidad internacional. España comprendió esta idea hace
más de 30 años y la cooperación constituyó una plataforma de la amistad
entre los dos países, sobre la que hoy se construyen relaciones económicas
y políticas más complejas. Destruir la cooperación supondría deshacer esa
plataforma y entregarse a la política exterior de aspiradora que tanto daño
ha hecho en otras regiones del mundo.
El gobierno debe reconsiderar sus opciones. Los próximos presupuestos
generales para 2014 deben revertir la involución alarmante del sistema
español de ayuda al desarrollo. La salud, en particular, sigue ofreciendo un
campo privilegiado de actuación donde España cuenta con experiencia, capa-
cidades y redes. Es imperativo sostener los vínculos con iniciativas multilate-
rales como la Alianza Global por la Vacunación y la Inmunización y el Fondo
Global contra el sida, la malaria y la tuberculosis, donde se ha construido una
reputación con mucho esfuerzo. En cada uno de estos foros España defiende
los intereses de países como Mozambique tanto como defiende los propios,
porque en ellos está en juego el tipo de sociedad que quiere ser.

POLÍTICA EXTERIOR 39
Sin una conciencia constantemente revisada, renovada,
centrada en los problemas que amenazan a la infancia,
no se asegurará un mínimo de bienestar mundial.

En el mundo en desarrollo el porcentaje de niños


en no pocos casos supera la mitad de la población.
De las oportunidades que logre esa franja demográfica dependen,
obviamente, las perspectivas de países y regiones.

www.politicaexterior.com

También podría gustarte