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La historia comienza con la huída de Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía

de la Sierra y la fundación de Macondo, en la Ciénaga; al pueblo irán unos


gitanos encabezados por Melquiades, con el que José Arcadio trabará
amistad, dada su naturaleza imaginativa; José Arcadio con la complicidad
del gitano excéntrico, hará notables descubrimientos por su cuenta,
aunque ya hayan sido conocidos por el resto del mundo; esto mientras se
da el alumbramiento de los dos primeros descendientes, José Arcadio y
Aureliano, que crecerán en un Macondo perfectamente diseñado para
todas las familias habitantes.

En el transcurso de la historia, José Arcadio se enamorará de Pilar Ternera,


con quien tendrá un hijo al que llamaron Arcadio; para este momento
aparece también en la historia Rebeca, una supuesta pariente lejana que
adoptarán los Buendía, sin sospechar que era portadora de la enfermedad
del sueño. Aureliano, engendrará en la hija de una mujer guajira, a
Amaranta Úrsula.

Posteriormente surgirá una rivalidad entre Amaranta y Rebeca por el


amor de Pietro Crespi, quien ha llegado al pueblo para remozar la casona
de los Buendía; Aureliano, se casa con Remedios Moscote, y se hace
coronel de la revolución liberal.

Luego de mucho insistir Pietro Crespi, abandonado por Rebeca, quien se


ha enamorado de José Arcadio, le pide matrimonio, pero esta lo rechaza,
provocando que el hombre muera de amor.

Arcadio, el primer hijo de José Arcadio con Pilar Ternera, se casa con Santa
Sofía de la Piedad, con quien tienen a Aureliano II y a José Arcadio II; el
primero se casará con Fernanda del Carpio, una mujer de los Andes, pero
ambos gemelos compartirán a la misma mujer, Petra Cortés, quien hace
que los aninmales en Macondo produzcan crías mágicamente.
A Macondo llega el ferrocarril y con él el progreso, Macondo hace tiempo
que no es el idílico pueblo en el que José Arcadio compartía con el
fantasma de Melquiades, enterrado en el patio.

Meme, hija de Aureliano, se enamora de Mauricio Babilonia, sobre quien


vuelan mariposas amarillas, para este momento la casa de Úrsula, una
inmensa mansión, es pesada de sostener por Santa Sofía de la Piedad,
quien ha quedado a cargo, dada la indisposición de Úrsula.

Con la muerte de Úrsula, la matrona, a los 120 años, se va cerrando la


historia, complicándose la trama familiar que termina por producir el
mayor temor de los Buendía, un niño con cola de puerco.

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