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Podría parecer extraño que opiniones de peso se encuentren en las obras de

los poetas en vez de en las de los filósofos. La razón de esto es que los poetas
escribieron movidos por el entusiasmo y la imaginación; hay en nosotros
semillas de sabiduría, como hay fuego en el pedernal; los filósofos las sacan
por medio de la razón, mientras que los poetas las extraen con su
imaginación y por ello brillan más intensamente.

Descartes, Meditaciones de prima philosophia

Anclado en el contexto de un análisis ontológico en torno a la estructura del Dasein como un estar-
en el mundo, Heidegger, en Ser y Tiempo, distingue entre el espacio como existenciario y el
espacio como res extensa. En este sentido, el modo de ser del Dasein en el espacio no es el de
estar-dentro-de sino el de habitarlo u ocuparse (Besorgen) de él. Con la postulación de dicha
distinción el filósofo alemán considera que el binomio cuerpo-espíritu, propio de la metafísica de
la conciencia, constituiría una consideración óntica carente de sentido dentro de la analítica
existenciaria. No obstante, en esa misma obra reconocerá que la espacialización del Dasein en su
corporalidad es problemática y no será tratada (aunque sí adelantada) en la misma. En escritos
posteriores Heidegger profundizará la espacialidad del Dasein según el modo de habitar propio e
impropio a través del arte pero continuará sin plantear una fenomenología en relación al cuerpo.

En el presente trabajo nos proponemos esbozar algunas conceptualizaciones fundamentales del


tratamiento del espacio en la obra de Martin Heidegger. Para ello, trabajaremos centralmente la
problemática del habitar (wohnen) propio e impropio e intentaremos mostrar su vínculo inmediato
con la obra de arte (en particular con la escultura) a partir de varias conferencias del último
Heidegger. A su vez, utilizaremos la instalación de Bernardí Roig (Buenos Aires, 2016) como: (a)
un modo de ejemplificar las nociones de espacialidad del filósofo alemán y (b) un modo de resaltar
la carencia del pensamiento heideggeriano al omitir plantear de una estructura existenciaria
referente a la corporalidad necesaria para pensar el habitar.

El esquema a seguir será el siguiente: primero, diferenciaremos el espacio existenciario del espacio
físico de acuerdo a lo desarrollado en los parágrafos 12 y 22 a 24 de Ser y Tiempo a la vez que
mencionaremos las tensiones que existen con el tema de la corporalidad. En segundo lugar, nos
adentraremos en el tratamiento del espacio propio de la obra de arte que propone Heidegger
teniendo en cuenta las conferencias: "El origen de la obra de arte", "Arte y espacio",
"Observaciones relativas al arte - la plástica - el espacio". Luego, analizaremos la diferencia entre
un habitar propio e impropio y su vínculo con la obra de arte relacionando las conferencias:
"Serenidad", "Construir, pensar, habitar" y "Poéticamente habita el hombre" con la instalación de
la obra de Berardí Roig. Finalmente, bosquejaremos una posible interpretación heideggeriana del
espacio virtual a partir de la obra del artista y presentaremos algunas críticas a la postura del
filósofo alemán en torno al problema de la corporalidad y su relación con el espacio.

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