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TEMA 3: EL DISCURSO ESCRITO Y LA ESCRITURA

Comunicamos lo que podemos con los medios que tenemos. Buena parte de la humanidad no ha
tenido escritura. Las primeras escrituras son la sumeria-acadia, en Mesopotamia, del 3100 a.C
a 75 d.C, la protoelamita, en Elam (Mesopotamia, 3000 a.C a 2200 a.C). La egipcia, en Egipto
(3100 a.C. a s II d.C). La protoindia, en valle del Indo y el subcontinente Indio (alrededor de 2200
a.C. a 1000 a.C.), la cretense –jeroglífica, lineal A y lineal B– en Creta y Grecia (2000 a.C. a s.
XII a.C), la hitita y luvita –jeroglífica anatolia– en Anatolia y Siria, 1500 a.C. a 700 a.C, y la
china, en China, (1500-1400 a.C. hasta el presente).

En cuanto a la escritura alfabética europea, 1850 a.C. en Egipto (Imperio Medio). En 1600 a.C.
aparece el protocananeo. De ahí, deriva del alfabeto consonántico fenicio (los cananeos de la
costa). En el s.VIII a.C. aparecen las primeras inscripciones en griego. Los etruscos adaptan la
escritura griega en la península Itálica. En el s. VII a.C. se documentan las primeras inscripciones
en latín. La lengua egipcia se pierde, aunque queda el resto del copto.

Las lenguas se adaptaron a la escritura latina en diferentes siglos:

siglo VIII alemán, inglés antiguo, galés, irlandés


siglo IX francés
siglo XII provenzal, catalán, español, portugués, islandés,
noruego
siglo XIII húngaro, checo, italiano, sueco, danés
siglo XIV prusiano antiguo
siglo XV polaco, croata
siglo XVI finés, lituano, letón, estonio, vasco, bretón
siglo XVII maltés
siglo XIX rumano, albanés
siglo XX turco

Los soportes condicionan la escritura y lo que se puede decir. Había diferentes soportes, como la
arcilla, piedra, papiro, tablillas de cera, pergamino, caña, papel, o pantalla con píxeles. El papiro
fue muy importante en la zona del mediterráneo, aunque no se conservan muchos. Se conservan
fragmentos de estos (ej.: en Alejandría). En los papiros se observaban dos columnas; para leerlo,
se tomaba el rollo en la mano derecha y se iba desenrollando con la izquierda, con la que se
sostenía la parte ya leída. Cuando la lectura terminaba, el rollo quedaba todo él en la mano
izquierda.
Los soportes más utilizados en la Antigüedad para la lectura y escritura era el rollo de papiro y la
tablilla de cera. Se utilizaba la scriptio continua, desde fecha temprana en Grecia y desde el s. II
en Roma, que consistía en escribir las palabras sin espaciado. Escribían así porque leían en voz
alta. En Roma se aprendía primero a escribir y después a leer. (Había personas que no sabían leer
y, en cambio, sabían copiar un texto escrito)

El pergamino tiene un origen histórico, según Plinio el Viejo, el rey Ptolomeo V de Egipto, que
quería mantener el prestigio de la biblioteca de Alejandría, prohibió la exportación de papiros, lo
que obligó a su rival, Eumenes II, soberano de Pérgamo, a encontrar un material nuevo para los
libros de su biblioteca. Si Plinio estaba en lo cierto, el edicto de Ptolomeo llevó a la invención del
pergamino en Pérgamo en el siglo II a.C. Ahora bien, los primeros ejemplares de los que tenemos
noticia datan de un siglo antes. El pergamino se extraía de la piel de los animales; una oveja no
producía más de una lámina (dos páginas para un libro de folio), había que desollar un rebaño
entero de ovejas para obtener el pergamino necesario para componer un códice. El palimpsesto
es el texto que aparecía al rascar el pergamino.

En el año 105 d.C, los chinos inventan el papel. En el 751 se produce la Batalla de Talas (cerca
de Samarkanda) que enfrentó a mongoles y árabes. Los árabes aprenden, de chinos hechos
prisioneros, la fabricación del papel. En 1151 se construye el molino de papel en Játiva. En el
s.XIII se da la fabricación de papel en Italia (Fabriano) El libro en papel surge en el siglo III d.C
–los primeros, en China y Corea– podía escribirse a mano o con xilografía. Antes de que el papel
se hiciera a partir de madera, se extraía de trapos.

En la lectura y escritura de los siglos VI al IX se va generalizando la lectura en voz baja y para


uno mismo. El soporte es el códice de pergamino, se aprende antes a leer que a escribir y se
comienza a separar las palabras. Lo empiezan a hacer copistas irlandeses del s. VII en textos
latinos. En el s. XI ya era general en las islas Británicas, Francia y Alemania. La separación de
palabras trajo consigo una mayor fijación de la ortografía, ya que era posible recordar la palabra
independientemente de su pronunciación.

En el norte de Italia (s. X) utilizaban diferentes colores, frente a la tradición de la escritura a un


solo color, debido a la dificultad para la composición. Cuando se equivocaban, utilizaban una
navaja para raspar lo que estaba mal. Por lo general, el texto se separaba per cola et commata, es
decir, el texto se separaba en líneas que tuvieran sentido, aunque esto ya se hacía en la Antigüedad.
En los manuscritos irlandeses del siglo VII se empiezan a separar las palabras. Mientras que en
los demás territorios tenían la lengua romance, en Irlanda tenían la lengua céltica. Para poder leer
en latín, tuvieron que favorecerlo separando las palabras, haciendo más fácil la lectura y la
comprensión.
En los siglos XII y XIII se empezó a establecer divisiones dentro del libro, a marcar los párrafos,
a dar títulos a los diferentes capítulos, y a establecer concordancias, índices de contenido y
alfabéticos que facilitasen la consulta rápida de una obra y la localización de la documentación
necesaria. Esa lectura escolástica iba contra el método monástico centrado en una comprensión
lenta y rigurosa del conjunto de las Escrituras, favorecido por la religión católica.

En el Códice de San Jorge del Cardenal de Stefaneschi

(s. XIV) es una miniatura, ilustración hecha con minio.

Se aprecia la mesa con la pluma y navaja.

Atrás se aprecia su biblioteca.

Los códices no se ordenan por el canto, sino por el corte.

La lectura no era en silencio, era en voz baja (rumunatio).

San Jerónimo suele aparecer con un


león y muchos libros. Fue quien tradujo
la biblia del hebreo al latín, conocida
como La Vulgata.

La biblia se tradujo al griego de


Alejandría.

Francesco Petrarca (1304 – 1374) ideó un cambio en la escritura; tomó la forma de escritura
anterior a él y la denominó letra gótica (en referencia a los Godos). Propone otro tipo de letra
tomada de la antigüedad. Se usará la letra carolingia (Italia, s. XII) para las minúsculas y la
capital latina, usada en los monumentos, para las mayúsculas. A esta alternancia de tipografías
se llamará letra humanística.
letra carolingia (s. XII) letra humanística (s. XV)

Johann Gutenberg (1398 – 1468) inventó la imprenta. El primer libro que se imprime es la biblia
de Gutenberg. En Burgos se conservan algunas páginas. Gutenberg propone hacer libros de
confección, que se parecen a los manuales, pero que resultan más baratos. Para ello, emplea tipos
móviles. Después de imprimirlos, se decoraban a mano. En estos libros se escribía con escritura
incunable, que duró hasta el año 1500. Se utilizaba la escritura gótica y el sistema de puntuación
no es igual al actual. Será Aldo Manuzio (1449 – 1515) quien confeccione el libro similar a los
libros actuales. En estos libros se utilizaba la tipografía cursiva o itálica, ya que con este tipo de
letra cabían más palabras en una línea, pudiendo así hacer un libro de tamaño pequeño.

En
libro de confección resumen: libro de Aldo Manuzio (1501)
En resumen, en el siglo XII al XIII, la escritura es escolástica y nace en la universidad. La lectura
en voz baja y para uno mismo. El soporte principal es el códice y se escribía por las dos caras.
Tenía amplios márgenes con anotaciones e índices. En el siglo XV surge el libro impreso de papel
(el papel en el s. XII en Europa). Tenía amplios márgenes que imitan al códice. Del siglo XV al
XVI se dan las ediciones humanísticas.

En esa época, los niños aprendían a leer con una cartilla, con la que podían estar un año para
aprenderla. Se aprendía a leer para aprender religión. La cartilla del siglo XVIII constaba de 16
páginas, y tenían diferentes secciones: un abecedario, un silabario, las oraciones más comunes,
un catecismo elemental, el orden para ayudar a misa y la tabla de multiplicar. Era normal que las
mujeres aprendieran a leer, pero no a escribir, produciéndose una semialfabetización. En la obra
Árbol de consideración (1584), el canónigo Pedro Sánchez argumenta que escribir debe quedarse
para los hombres pues las mujeres no han de “negociar la hacienda, ni arrendar las dehesas ni
cobrar la renta de los juros o tributos”.

En el censo de 1797 las escuelas de niños españolas se denominaban “de primeras letras” y las de
niñas “de enseñanza”; esta diferencia se debía a que en estas últimas se aprendía el catecismo y
las labores, pero no las letras. El aprendizaje de la lectura y escritura de las niñas no fue obligatorio
hasta los gobiernos liberales del siglo XIX: los reglamentos de enseñanza de la década de 1820
ya incluían la lectura en el currículum de las escuelas de niñas.

En el siglo XVII se empieza a escribir en tablillas, que serviría como un modelo para escribir. Se
empleaba la letra itálica, puesto que estas tablillas provenían de Italia.

De los siglos XVIII a XIX, se pasó de la lectura intensiva (libros de religión) a la lectura
extensiva (periódicos y novelas). En Francia se imprimieron –en los siglos XVI y XVII– entre
500 y 1000 libros, al final del Antiguo Régimen, 2000. El crecimiento vino más tarde: 7000 títulos
en 1830 y 15.000 en 1890. Aumenta la alfabetización y el tiempo de descanso para poder leer. En
la Francia revolucionaria casi la mitad de la población masculina sabe leer y también lee un 30%
de la femenina. En 1850 en Gran Bretaña sabe leer el 70% de los hombres y el 55% de las mujeres.
En 1871 en Alemania el 88% de la población estaba alfabetizada. Estas estadísticas europeas no
corresponden con la española.

Hasta entonces se escribía con pluma de ave, pero en esta época se evoluciona al plumín de
metal. Los plumines de metal se conocían desde el siglo XVIII en Francia. En Gran Bretaña la
fabricación de plumines de acero comenzó en 1819 y a partir de 1830 desplaza a la pluma de ave.

Después surgirá la pluma estilográfica o fuente. En EEUU se comercializan las patentes


presentadas por Waterman (1884) y Parker (1889). En Europa se extiende a partir de su uso por
los soldados estadounidenses en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Esta ya tiene
incorporada una carga, por lo que no se necesita tintero. Esta pluma, con el cambio de presión, se
abre, por lo que se producían fugas de tinta. Por este motivo se inventa el bolígrafo, como
sustituto de las plumas para los aviadores, por Ladislao José Biro, judío de origen húngaro, que
lo patenta en Buenos Aires en 1943 bajo el nombre de birome. Años después, Marcel Bich,
francés, en 1950 comercializa el bolígrafo Bic cristal.

La primera máquina de escribir surge en 1872. Era la máquina Remington (EEUU) que escribe
letras mayúsculas. Después, en 1876, la misma combinará letras mayúsculas y minúsculas. La
marca Remington adoptó en orden qwertyuiop. La mecanografía fue uno de los primeros trabajos
de las mujeres.

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