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DONDE SE HACEN CANTOS Y DANZAS De Benjamin Ballester PEO CTT) erry a Cee ug Hoy guardaré mis sentimientos: este homenaje serd acerca dela obra de Donald Jackson en la arqueologia. Para esto presento una breve critica de lo que debe ser Su texto menos conocido en la escena nacional, opacado por las ya célebres publicaciones sobre Santa Julia, flagué, Valiente, Siete Tazas, Chiu-Chiu y los Selkinam de la Patagonia Austral. Se trata de sutesis de grado defendida en la Escuela Nacional de Historia y Antropologia de México en la primera mitad de la década de los 80's, cuya biblioteca construida al costado de la pirémide circular de Cuicuilco atin atesora -como si fuera un objeto arqueolégico mas- dos ejemplares en papel desu obra. Un escrito de 281 paginas mecanografiadas en tinta negra por un solo costado, sobre un papel que con el paso de los afios se ha wwelto amarillento y més delgado, empastado en tapa dura y recubierta en cuero rojo -eleccién de color que seguramente no fue al azar-, de la cual solo su lomo se encuentra estampado con letras doradas en bajo relleve. Al interior y en su primera pagina sorprende el titulo y nombre del ya licenciado, “Material éseo: causalidad del registro y criterios de clasificacién” por “Donald Guillermo Jackson Squella’. datado mediante la misma tintay maquina en 1985. Dedicada a sus padres, Cyril y Julia, la tesis de Donald se presenta desde su apertura como un intento de reflexién teorico y metadologico en torno a un problema estrictamente arqueologico, el material oseo en su amplia generalidad. Discute acerca de su modo de obtencién como materia prima, las formas de trabajo por el ser humano, sus transformaciones sociales y naturales, desde su obtenci6n, procesamiento y uso, hasta su depositacion en un contexto arqueoldgico. Conceptos como los de tafonomia, experimentaci6n, distribucién espacial, tecnologia, huellas de uso y corte, alteraciones y tipos de fracturas acompafian al lector a lo largo de toda la obra. Esto porque para Donald el estudio de los conjuntos oseos no podia quedarse Unicamente en la identificacién taxonémica, y asi lo plasma explicitamente en el comienzo de su introduccién utilizando una critica certera y abierta a las investigaciones tradicionales. Sin embargo, su preocupacién fue mucho mas alld de los huesos. En su Segundo capitulo, “Fundamentos tedricos y metodolégicos generales”, plantea una discusién que articula las escuelas norteamericanas -p.e. Schiffer, Binford, Chang- con la Arqueologia Social Latinoamericana -p.e. Gandara, Bate, Lumbreras-; esta Ultima fuertemente arraigada en México, la ENAH y su propia formacién personal. Ciento catorce publicaciones le sirvieron de referencia para entablar estas discusiones y desarrollar su problema de investigacién: el vacio que en ese entonces existia en torno al estudio del material 6seo en arqueologia. Su bibliografa se restringe casi exclusivamente al Ambito arqueolégico, demostrando una lectura amplia que indagé tanto en escritos precursores del siglo XIX como en revistas y libros del mismo afio en que se convirtio en licenciado Para la exposicién de cada uno de los temas utiliza casos de estudio concretos a modo ejemplo, sin ahondar en innecesarios detalles. Aqui ya aparecen datos planos de su afamado Quereo, asi como informacion de Tiliviche 1 y Tague-Tagua, ademas de otros sitios americanos como Tula Chico y Tequendama. Es notable como sus gustos arqueolégicos se mantuvieron vigentes por décadas posteriores: el mar. los conchales, los cazadores recolectores, y los sitios tempranos no dejaron de ser la principal preocupacion. Junto a los casos arqueologicos de estudio y su propia experimentacién en laboratorio, veinticinco laminas, esquemas, diagramas, dibujos, planos y fotografias sirven de pausa y acompafiamiento al guion de la tesis. El documento se compone de cinco capitulos, cada uno presentado con un pequefio epigrafe que recoge citas textuales de tres libros distintos de Vere Gordon Childe; un sutil detalle que habla en demasia acerca de su persona, intereses y pasiones. Los cinco capitulos giran en torno al tema de las “causalidades del registro 6seo”, tanto aquellas naturales como sociales, para finalizar con una propuesta de procedimiento para su clasificacién. Estas casi trescientas paginas exponen a la perfeccién el espiritu de Donald -o al menos del que conoci cuando guio mi préctica y tesis, al que acompafié a excavar en las dunas de Pichidangui y los cerros de Combarbalé, con quien prospecté los valles de Caimanes y Tilama, y el que por primera vez me dio probar los chapulines en una tortilla de maiz. Su tesis muestra un enralzado impetu clentifico por mejorar las formas de comprension y crear mejores métodos de construccién del conocimiento en arqueologia, comenzando desde una critica hacia los vacios de su época no sin antes generar una reflexion acerca de las formas en que tradicionalmente esta se llevaba a cabo. Expresan una clara pasién por la lectura erqueolégica junto a cierto desdén por escapar de sus limites, sin dejarse seducir por la embriagante literatura antropolégica. filoséfica y sociolégica -algo que incansablemente me enseno, pero que afortunadamente nunca aprendi. Tomando como ejemplo su tess, pero extrapoléndolo también hacia todo su trabajo posterior, la escuela de Donald podria definirse como esencialmente arqueolégica, puray dura. Sus esfuerzos ahondan ahi, se sumergen en las huellas de corte de los huesos, en las patinas de los bifaces y entre los estratos cenicientos del conchal. Sus cazadores recolectores no son los mismos que retrata el etnégrafo, sino el reconstruido a partir de sus vestigios materiales; el icono del raspador. de la valva de loco y de las fracturas del hueso. Sin lugar a dudas su historia previa en Los Vilos. las Juventudes Cientificas y su relacién con Luis Felipe Bate fueron ingredientes de esta receta. De hecho, la primera imagen que se me vino a la cabeza luego de terminar de leer su tesis fue uno de los trabajos més conocidos y citados de este ultimo arquedlogo chileno aun radicado en México, Publicado en 1971 y titulado “Material Litico: metodologia de clasiticacion” ~ia semejanza de los titulos entre ambas obras habla por si sola acerca de la estrecha relacén de los autores. Donald demuestra asi, con un gesto probablemente inconsciente, su profunda admiracion por Felipe, su amigo y director de tesis, tratando de continuar su trabajo y legado ahora un poco més lejos de la filosofia, para intentar acercarse hacia los materiales y construir una arqueologia més empirista y metodolégica, aquella de la que muchos fuirnos testigos en sus clases, articulos y cuadriculas. junto a Felipe realiz6 también los experimentos oseos de su tesis en el Laboratorio de Tecnologia de Cazadores Recolectores de la ENAH, del cual fue primero ayudante y luego profesor adjunt laboratorio que prontamente llevar su nombre en su honor. Demas esté recalcar aqu/ el valor del trabajo de Donald Jackson para la arqueologia; intenté solo revalorizar Su obra tal vez menos conocida y més antigua. En julio de 2013 él presenté mi tesis de grado ante una comisi6n de acadiemicos y algunos de mis familiares y amigos mas cercanos. Hoy no puedo sino presentaries su tesis de licenciatura a través de esta breve critica, dejéndoles ademés un link que contiene el manuscrito integral en formato digital. fotografiado el 6 de septiembre de 2017 desde un sitio que en Nahuatl significa “el lugar donde se hacen cantos y danzas”; qué mas adecuado para volver a reencontrarme contigo Donald, ahora a través de una de tus primeras obras. Agradecimientos: A Luis Fernando Gémez Padilla Jefe de la Carrera de Arqueologia., Cleudia Mayen -Encargada de Archivos- y Paola Pérez -Jefa de Servicios Escolares- por permitirme revisar el expediente académico de Donald en el ENAH. A Luis Felipe Bate por la conversacidn, y a Gloria Cabello, Francisco Gallardo, Alex San Francisco y Marcela Sepulveda por sus lecturas y comentarios.

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