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Todo parece indicar que el valor de esta Corona es más sentimental que económico. Data
de 1890 y fue la que usaba a diario la Virgen –en días muy señalados, como las Fiestas
Patronales, llevaba la que había donado D. Paco- hasta que en 1936 la tiran al suelo desde el
Camarín.
Desde entonces, ha estado oculta en la cubierta. Porque, la que les interesaba no era esta
que ha localizado Jesualdo. Era la auténtica. ¡La de D. Paco!, realizada con las joyas de su
mujer, y de la que conocían el gran valor económico que tenía en el mercado negro. Lo que
tiene valor en guerra no es el dinero: es el oro.
Después de darles la noticia del hallazgo de la Corona a los Mayordomos, el próximo
domingo se expondrá en la Ermita. Lo que también tenía valor era la talla de madera de la
Virgen y el "mensaje" que llevaba dentro que si no se llegó a conocer fue porque se tenían que
reunir varias autoridades eclesiásticas y nunca se llegó a realizar dicho encuentro.
La situación era muy compleja y en momentos tan convulsos el cura no le dio el visto bueno
a que D. Julián pegara el cambiazo ya que todos se la jugaban. El primero D. Julián. Había
estudiado latín y griego en Roma.
Con respecto a la Corona que en su "Historia de Caudete" nos describe Jesús Sánchez, esta
se guardaba en el despacho de Paco Albalat, donde hoy tiene Jorge Quinquer y su
hijo el estudio de Arquitectura. Mª Gracia Requena tuvo allí una tienda de ropa antes. La
Corona solo se bajaba a la Ermita en Fiestas y días muy señalados. En una Iglesia
de Sevilla tienen una réplica, en pequeño, de esta Corona robada en 1936.
La noticia que circulaba era si la Corona que había hallado Jesualdo era la donada por D.
Paco Albalat en 1907. Es una bonita historia, digna de una novela, que alguien, arrepentido,
hubiera devuelto la original y la hubiera escondido en la cubierta de la Ermita. No. ¡A saber
donde estarán el oro y todas las gemas que describe Jesús Sánchez Díaz!.