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Ce ee la. tics cra, ol ot viele (Beas A Zoos [1491-07 | Z 2. ee. 6. LA CIENCIA ¥ EL OLVIDO. mente no se advirti6, y tampoco se advier te hoy, su earsicter pro' Carlo Emilio Gada, Mediracion mitanesn 1. Los cLAsicos ¥ Los MaNtabes fa pensar jamésen recibirse en filosofia si haber leido un de Platéno una obra de Descartes y de Kant Del mismo modo seria muy dificil pensar en un curtis laureados en letras modernas que excluyese la lectura directa de Dante o Ariosto o Shakespeare. Tia idea de que la ciencia esta constituida por teorias es hoy algo ingélita, al menos entre los fildsofos. Tambien est decididamente fuera de moda (en los mismos ambientes) la afirmacidn dequeestas teorias son capaces de develarnos el mundo real. En vez de insistir en las teorias, se insiste en elecciones, juegos, eaprichos, casos, coincidencias, imprevistos, accidentes, arrebatos gestalticos, ret 179 culados, laberintos, diversiones, conversiones. La ciencia es siste- maticamente presentada como un conjunto de creencias en vez de como.un conjunto deconocimientos. Loqueen un tiempo se ilamaba la “verdad” de las teorias ha sido identificado y resuelto en su capacidad de producir consenso. Sobre esta existe(yesoes bastante raro entre los filésofos) una concordia generalizada. Para Donald Davidson, enunciados y teorias ya no son sometidos al “tribunal de la experiencia’, sino “al tribunal de nuesteas creencias actuales” Para lan Hacking los “estilos de pensamiento” (que tienen masque ver con Ia cultura que con la logiea) determinan el dominio de los enunciados a los cuales puede ser atribuida la calificacién de “verdaderos” o “falsos". Richard Rorty entiende por verdad lo que se muestra coherente con el conjunto de creencias, practicas, comportamientos individuales y colectivos. Las aproximaciones entre la ciencia y los sistemas de creencias, fueron impulsadasal punto de generar. entre los no epistemologos, notables dosis de incertidumbre. Porque una cosa es sostener que existen conexiones entre las teorias cientificas y las ereencias preponderantes en una determinada edad, y otra es sostener que la ciencia se resuelve sin residuos en un cambiante sistema de creencias. Los entusiasmos de los sostenedores del anarquismo metodoldgico me parece un poco desalifiados, y dado que soy afecto a una incorregible visidn baconiana deladvancement cienti- fico quisiera, sobre este tema, hacer una observacien. Creo que la actual, prevaleciente tendenciaadisolver las teorias en las creencias depende principalmente yen primer lugardel gean éxitode un particular tipode filosofia que tiene una solida tradicién yestd bien radicado on las mas variadas culturas filoséficas. Para un determinado y facilmente reconocible tipo de filosofia, la activi- dad de los fildsofos nunca esta dirigida a distinguir sino a mostrar la falacia de la mayor parte de las distinciones aperantes en el mundo de la cultura y, distinciones posibles. Para mostrar la falacia de las distinciones, esta filosofia se sirve de una técnica desde hace mucho tiempo bien examinada y que puede ser denominada “del pasaje al limite”. Algunos ejemplos: como se verificaron entrecruzamientos entre magia y ciencia, entonces ya no hay distinciones entre ciencia y magia; como hay imaginacién en la ciencia, enfonces ya no hay distincién entre ciencia y arte;como no hay experimentos cruciales capaces de garantizar la validez definitiva de una eleccién entre teorias,entonces los experimentos no sirven yson s6lo imaginarios 180 y sélo existen las teorias; como el proceso histérico de la ciencia no tes siempre lineal y continuo, entonces hay solo elecciones arbitra- rias entre las teorias; como la llamada “reconstruceién r : ¢s facil y no siempre es realizable, entonces se deben exp Exitos teérieos slo recurriendo a la psicologia colectiva y a los efectos de una astuta propaganda, a la siempre presente tendencia a subirse al carro del vencedor, etc. ete. Enel proceso histérico de la cienci wea que de algtin modo permite distinguir las ciencins naturales de las humanas se aseme- ja con toda probabilidad mas a una membrana semipermeable que ‘a un muro de cemento. Es indudable que después del desarrollo de las “guerras kuhnianas” los limites deban ser nuevamente demar- cados. ¥ también es indudable que éstos ya no pasan por el medio de las viejas fortificaciones: los datos contrapuestos a las interpre- taciones, las leyes contrapuestas a los tipos ideales, el lenguaje exacto contrapuesto al metaforico. Después de las guerras, redise- ndo los mapas, siempre surgen discusiones sobre los nuevos limites. Lamentablemente (para los amantes de sistema: “sombreros cuadrados” de las “sélidas coordenadas filoséficas’ también estos nuevos limites dejan entrever la necesidad de nue- vas e imprevistas modificaciones. Cada dfa, a la luz del sol, eolum- nas de inmigrantes clandestinos atraviesan los limites. Los episte- moélogos los vigilan con ateneién, a veces con el cerio fruncido. Los cultores de las ciencias, tanto naturales como humanas, sélo sien- ten curiosidad por el transito frecuente. Siempre han estado y estan todavia a favor de un transito completamente libre, 9, RECUPERACION DEL PASADO Y ‘CAIDA EN PRESCRIPCION ‘educibles” de la lista de Hesse ‘orque las ciencias humanas estan encladas en la tradicién de modos muy distintos de los que son caracteristicos de las ciencias llamadas naturales y porque en ellas el tema del olvido y de la relacién con el pasado se configura de 181 individual y ebleetiva: es-una forma de cone “pasar por él examen de la critica” los aportes di historia y memoria se da sin embargo una relacion bastante estrecha, porque la historia se nutre de memoria y la memoria “se impregna de toda una serie de naciones y de sentimientos que son producidos y transmitidos Su presencia hace crever 0 de otros objetos, perm todo poneen crisis consolidados paradizmasinterpretativos. Como, por ejemplo, con respecto ala historia de las ideas, ha sucedido con el poder taumatargico de los Reyes, los modos de la nocién de crecimiento y crisis econst dioses de los antiguos, ios procesos a las bruja: En el caso de la historiografia, los provesos de rememoracién, que la constituyen en su esencia mas profunda, parecen guiados por intenciones precisas: poner remedio al ol seres humanos ocupados en su cotidiano presente; conservar ¥ permitir que sea utilizado un grande y rico patrimonio de tradicio- nes, de instituciones, de ideas; crear un lazo entre las distintas generaciones; dar lugar a formas de memoria colectiva que pueden concernir a pequeftas o grandes comunidades (los tiferninos, los 182 escoveses olos europeos)6. inclusive, a todo el xénero humano, Esa ria colectiva, ala cual la actividad de los historiadores ¥ de los s hace una contribucién notable, en general es enten- dida como posibilidad de referirse a un pasado datado de sentido: algo que puede poner slides diques de contencién alos procesos de disgregacion, quebrantamiento, aistamiento, ereadicacion do su ambiente y de su pasado de los individuos y de las comunidades Los naturales procesosdel olvido se configuran para los historia dores como algo a lo que ellos pretenden poner remedi también pueden volverse ellos mismos objeto de estudio. El g0 de documentos y la exploracién de los archivos ocupan gran parte de su actividad. Pero se dan también sectores de las ciencias humanas en las cuales ol olvido es explicitamente teorizado y presentado como el res mn y de una voluntad deliberada, Las regias juridicas determinan por ejemplo formas de }sn de olvido” con el concepto de prescripcisn delos delitos, ijo puede pretender que sea arrestado y procesado aquel, que maté a su padre hace mas de veinte aftos y que hoy confiese haberlo matado por los mas abyectos motives. Para el derecho, ese pasado ya no es relevante, Esta ausencia de relevancia en los manuales esta explicitamente conectada con el transeurrir jento del recuerdo: “El paso del tis lo “abroga’, el for también decide la sup entidad: por ejemplo, el delito de brujeria o el homici de honor o el “plagio” de una persona por pai supresién queda a veces explicita ht ceédigos, remite a los delitos abrogados. Términos como “brujeria” o‘plagio” hacen referencia a entidades que desde un puntode juridico ya no existen. El referente ha desaparecido. Después de abrogacién, esos términos (como en el easo del flogisto el calérico) se vuelven insignificantes para jueces y abogados. Después de haber desaparecido de los eédices, desaparecen también de Ios manuales y conservan interés caso los historiadores del derecho). También la idea ~que reciente- mente ha encontrado seguidores— de delitos “que no eaen en preseripeién” a causa de su extraordinaria o monstruosa gravedad Lu muestra como también el tema del olvido en el derecho en realidad esta estrechamente conectado con el de una memoria histérica que reafirma la identidad de los geupos y tiende a colocarlos de critico frente a la tradicién. 10. La rRansiro VALOR: CCOPERNICANISM(O COGNITIVO Nicholas Rescher ha distinguido seis I progre- so cientifico mostrando su insostenibilidad o su pareialidad: 1) la elemental concepcidn expansionista sexi la cual los estacios mas avanzados de una ciencia son superiores a los precedentes por la capacidad de responder a un mayor numero de preguntas que conciernen tanto a problemas nuevos como a problemas ya resuel tos en los estadios precedentes (Karl Popper); 2) la tesis del progreso como ampliacién del horizonte de los problemas y posibi- lidad de plantear problemas adicionales (Paul Feyerabend): 3) la tesis que identifica el progreso con el incremento numérico de la simple cantidad de problemas resueltos (Larry Laudan); 4) el progreso como una disminucién en el volumen de problemas irre- Sueltos; 5) el progreso como disminucidn de la pro-porcién relativa de los problemas irresueltos; 6) el progreso como extensién de la ignorancia o bien como la expansidn cognitiva sujetaa la ley por la cual cuanto mas conocemos mas nos damos cuenta de nuestra relativa ignorancia.** Aunque el desarrollo histérico de la ciencia de hecho se hubiese adecuado a uno oa otro modelo, “ésta podria ser una circunstancia puramente fortuita: no reflejaria ningtin profundo principio inhe- rente a la naturaleza esencial de la empresa cientifica”. A los ojos de Rescher, el defecto comiin a todas esas concepciones es que todas tratan “slo con los problemas en si mismos, sin preocuparse minimamente por su relevancia”. Progreso, irrelevancia, impor- tancia e interés son en cambio “conceptos relatives al estadio de! conocimiento”, Bl interés de un problema puede ser individualiza do sélo por la posicién aventajada de un nuevo eonjunto de cont mientos. Un problema en apariencia insignificante como el color azul del cielo puede adquirir gran importancia en ese estadio cientifico on el que es considerado ejemplo de un nuevo efecto importante. Para aplicar conceptos como interés, relevancia © importancia“debemos disponer ya de un conjuntocientifico; no hay 134 ningun criterio neutral que permita establecer si S' representa un progreso respecto a S?o viceversa’” La estrategia mas prometedora apela a criterios pragmticos nas que a problemas cognitivos en la consideracién del progres: “un estadio de Ia ciencia es superior a otro no porque propone teorias mas complicadas, sino porque permite mayores aplicacio- nes, segtin el viejo criteria de Bacon y Hobbes de la scientia propter potentiam: es superior porque mayor es su poder de prevision y ". Debemos dirigirnos no a la dialéctica de los problemas ¥ las respuestas, sino al mbito y alos limites del poder humano en su interaecidn con la naturaleza.™ El libro de Rescher es de 1984. En 1980, sobre este punto Hesse habia Ilegado a conclusiones idénticas. En na acumulacién de sentencias verdaderas funda- das en la observacidn en el sentido de que hemos aprendido mejo a encontrar un camino en medio del ambiente natural y sobre él tenemos un alto grado de poder predictivo, Este tipade crecimiento noes probablemente el que quisieran muchos metafisicos y muchos cientificos tedricos. “No se trata de una convergencia de ontologias que se acerean cada vez mas a la descripcién do la verdadera esencia del mundo, al delineamiento final del ideal presoeratico del ‘de qué esta hecho el mundo’. Mas bien se trata de un crecimiento instrumental, tan pragmatico como nuestro deseo de tener predic- ciones verdaderas y controlables. Después de todo, la ciencia es la Marta, no la Maria del conocimiento” La nocién pragmitica de progreso nos ofrece una serie de criterios y de soluciones. Pero no parece tocar ol problema del “profundo principio inherente ala naturaleza esencial dela empre- sa cientifica”. Y, sin embargo, cuando hacemos referencia a las ciencias 0, mas en general, a la empresa cientifica, nuestras valoraciones estan ligadas al reconocimiento de este “moverse hacia adelante”: es decir, tendemos a atribuir el nombre de cia” a todos esos sectores en los cuales nos parece poder reconocer ese “progreso” y esa capacidad de englobamiento selectivo de la herencia del pasado. En general no albergamos dudas acerca del cardeter “cientifico” de la fisica de las particulas o de la biologia molecular. Estan en cambio ampliamente difundidas, principalmente a causa de la ausencia de pracosos de englobamiento selectivo, la perplejidad y la incertidumbre sobre la cientificidad de la economia, de Ia socio- 185

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