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Ensayo
Sin embargo, no solo es en el aspecto laboral en el que han influido las mujeres dentro del
campo económico, pues bien, en la historia del pensamiento económico, aunque son pocas
las mujeres que han contribuido, quienes han tenido cabida en dicho campo han hecho sus
aportes de una manera muy significativa, pues se han sabido defender y han demostrado que
la economía no es sólo para los hombres, sin dejar a un lado las grandes contribuciones de
los hombres en la economía, sino que cuando interviene la mano de una mujer se pueden
obtener resultados similares o hasta superiores.
Tal es el caso de Joan Violet Robinson, una de las economistas más importantes del siglo
XX, quien sin duda alguna, se puede igualar a grandes pensadores, tales como Keynes,
Ricardo o Marshall, solo por nombrar algunos nombres. Así entonces, el presente ensayo
tiene como objetivo exponer la importancia de la contribución de Joan Robinson a la ciencia
económica pues en su gran obra La Economía de la Competencia Imperfecta publicada en
1933, se puede detallar una rigurosa fundamentación analítica en el campo de la
microeconomía. Sin embargo, también se ahondará en el hecho de que La Economía de la
Competencia Imperfecta, no constituye una base para poder explicar los problemas que se
dan en la realidad. Pues más adelante en La Competencia Imperfecta en Retrospectiva
publicada en 1953, Robinson se convirtió en una crítica del libro que tanta fama le dio.
Cabe mencionar aquí los aspectos más importantes de la vida de ésta maravillosa mujer.
Joan Violet Robinson nació el 31 de Octubre de 1903. Decidió estudiar economía, “porque
consideraba que le ayudaría a entender la pobreza y cómo podría solucionarse” (Pérez, 2010,
pp.78). Además, fue integrante del Cambridge Circus y la primera mujer en recibir un
Fellowship del King’s College en 1979. También ayudó a Keynes en su obra más importante,
la teoría general del empleo, el interés y el dinero, pero en 1983, falleció en Cambridge.
Ahora bien, la importancia que se le debe dar a los aportes de Joan Robinson en la economía
debe ser fundamental, pues su obra más representativa la Economía de la Competencia
Imperfecta, demuestra un riguroso análisis sobre cómo la teoría económica debe estudiar los
problemas que le compete, no solo bajo supuestos, sino también considerando aspectos
similares a la realidad.
Pues analiza dos situaciones: bajar los precios del producto, con el fin de producir y vender
más, o produciendo menos manteniendo o incrementando los precios. Sin embargo, se deben
considerar los costos. Ya que “resulta arriesgado ser el primero que sube los precios cuando
han aumentado los costos, o el último que los baja cuando aquellos han disminuido”
(Robinson, 1979, pp. 209). Todo ello por contrarrestar la competencia, que es en lo que en
últimas, quiere la empresa para garantizar su control sobre el mercado, por ésta razón,
Robinson tiene la concepción de la empresa como monopolio.
Otra importante contribución fue la teoría del valor en términos de monopolio, aquí parte de
una hipótesis de racionalidad, la cual tiene gran importancia en el campo económico y que:
Dicho análisis situó a su obra en la línea de los avances teóricos y analíticos más importantes
de la economía en ese momento. Y como el punto de partida de la obra que más fama le dio
a Robinson, como se ha mencionado antes, parte de la concepción de la empresa como
monopolio, da pie a la autora para implantar el uso de las técnicas marginales, medias y las
elasticidades. Esto sin duda alguna, es lo que se puede rescatar de la competencia imperfecta
de Robinson, pues la aplicación de dichos postulados tiene gran importancia para el estudio
de la microeconomía hoy en día.
En este aspecto Joan Robinson, realmente hace un análisis un poco más real de los problemas
económicos, pues las estrategias de venta utilizadas por las grandes empresas, disminuyen la
posibilidad de que pequeñas y medianas empresas entren a competir, así entonces demuestra
que la competencia perfecta no se puede dar, pues el control de mercado lo tienen algunas
empresas en particular, que pueden mantenerse ante fluctuaciones de la demanda y de los
costos.
Respecto al mercado del factor trabajo, expone una cuestión, que realmente no se puede
contradecir, pues es lo más cercano a la realidad, a saber, el hecho de que el producto
marginal del trabajo es mucho mayor a lo que recibe el trabajador en términos de salario. A
dicha situación, Joan Robinson la llamo “explotación monopolística”, pero también
estableció, que existían imperfecciones en el mercado de la contratación del trabajo, a lo que
llamo “explotación monopsonística”. A estas clases de explotaciones, Joan Robinson da
solución, a saber, la necesidad de la acción sindical, pues para ella “el ejercicio del poder de
negociación contra la fuerza de los monopolios aumenta los salarios reales e incrementa la
ocupación” (Robinson, 1973, pp. 131).
En contraste, ahora se ahondará en las implicaciones que tuvo Joan Robinson en sus
postulados, los cuales fueron reconocidos por ella misma en su obra La Competencia
Imperfecta en Retrospectiva publicada en 1953. En primer lugar, como ya se ha mencionado
antes, a pesar de que los aportes de Joan Robinson a la economía son lo más cercanos a la
realidad,
“los supuestos que resultaban adecuados –o que esperaba lo fuesen- para tratar
esos problemas no constituyen ni mucho menos una base apropiada para un
análisis de los problemas de los precios, producción y distribución que se
plantean en la realidad” (Robinson, 1979, pp. 200).
Pues bien, según Robinson, la mayor falla que tuvo en su obra de La Economía de la
Competencia Imperfecta, fue el estudio de una teoría estática y no dinámica, pues el análisis
de los problemas de empleo y la acumulación de capital, es decir la maximización de
beneficios, es mucho más importante que la teoría del valor en términos del monopolio.
Por lo tanto, aquí reconoce que el término de equilibrio hacia el que tiende el mercado,
realmente se desplaza antes de llegar a dicho punto, puesto que la posición de equilibrio a
largo plazo no existe. Para ilustrarlo, pone de manifiesto que uno de los ejemplos más
evidentes es la reacción que toma una industria frente a la elasticidad de la demanda de su
producto.
Ahora bien, otra falacia encontrada en las contribuciones de Joan Robinson, en cuanto a lo
que se puede aplicar a la realidad, es:
“La forma sumamente primitiva en que se vio obligada a tratar al empresario y
sus beneficios, el hecho de aceptar sin condiciones la idea de un nivel normal de
beneficios o unas dimensiones de equilibrio de la empresa, el no lograr resolver
la cuestión del oligopolio, su propia definición de la demanda, el supuesto según
el cual el precio es el principal vehículo de la competencia (excesiva
simplificación de la realidad)” (Pérez, 2010, pp. 88).
En cuanto a que los precios no son el único vehículo de competencia Robinson, establece
que en la competencia imperfecta, también influye la imitación de productos entre empresas,
las estrategias de publicidad, el acceso a mejores servicios, por ejemplo facilidades de pago,
entre otras. Esto sin duda, es fundamento del estudio de la economía, pues todo economista
debe estudiar las estrategias de las empresas, con el fin de mantener el bienestar no solo de
los productores, sino también de los consumidores.
Así entonces, sus aportes debían ser complementados con consideraciones sobre los efectos
del oligopolio, la hegemonía o importancia de los precios en el análisis microeconómico y
un deseo de atenerse a las reglas del juego, es decir a las constantes variaciones que
experimenta el mercado, en términos de demanda y oferta.
Sin embargo, a pesar de otorgar un método más sencillo y operativo, nunca dejó de un lado
la teoría económica, por el contrario, se alejó del análisis cuantitativo. Esto, es de gran
importancia, porque Joan Robinson impacta al economista, haciéndolo concebir que la
economía no es una ciencia pura, y ello se ve evidenciado en su eminente obra de la
competencia imperfecta, pues ella misma mencionó, “Economía de la Competencia
Imperfecta era una obra de erudición” (Robinson, 1979, pp. 200).
Así entonces, es fundamental, darle cabida a sus postulados dentro de áreas, tales como
historia del pensamiento económico o la microeconomía, puesto que sus aportes son de gran
importancia, ya que si ella misma reconocía su obra como erudita, esto significa que lo que
estaba contenido allí era un amplio y profundo estudio económico.
Aquí se evidencia, que la teoría económica también puede tener usos prácticos, sin necesidad
de concebir el análisis cuantitativo como algo fundamental a la hora de solucionar un
problema o de hacer un estudio riguroso sobre las causas de los comportamientos de los seres
humanos. Pues bien, para Joan Robinson, como ya se mencionó, la economía no es una
ciencia pura, por el contrario es una ciencia moral, la cual debe tener como objetivo
fundamental el bienestar y la justicia social.
Ahora bien, el aporte literario que dejó Robinson a la economía, es de un estilo único, pues
utiliza constantemente el sarcasmo y deja paso para la argumentación del lector, lo cual a su
vez es muy interesante, pues como actualmente los estudiantes de economía han perdido la
capacidad argumentativa y han dejado de un lado la escritura, la obra de Joan Robinson, es
una invitación al estudiante para que se adentre en la literatura económica y fundamente otras
áreas tales como la microeconomía, que hoy en día utiliza análisis cuantitativo, debido a que
es a partir de la teoría económica, que se puede llegar a implementar métodos prácticos en la
economía.
Bibliografía.