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ty Civilizacion, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teoria social Peter Burke’ Resumen EI propésito de este articulo es discutir la relacién entre historia y teoria social desde el punto de vista de un historiador sociocultural y con referencia a tres pensadores que surgieron de diferentes culturas y disciplinas. Este ejercicio consiste en comparar estos tedricos, contrastarlos y permitirles entablar un didlogo entre si. Los tres tedricos han ofrecido interpretaciones de la historia social, cultural y politica de Europa en los inicios de la modernidad, y lo han hecho mediante tres conceptos clave que ocupan mas o menos el mismo espacio intelectual: Elias centrandose en “la civilizacién”, Bajtin en “el desorden” y Foucault en “la disciplina”. E] articulo se referiré predominantemente a los tres libros en los que se desarrollan estos conceptos: El proceso de la civilizacién (1939) de Elias, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el contexto de Frangois Rabelais (1965) de Bajtin y Vigilar y castigar (1975) de Foucault. La hipotesis de este trabajo es que los historiadores pueden aprender tanto de los logros de estas tres talentosas figuras como de sus debilidades. Lo que sigue es, pues, una breve exposicién comparativa de estos tres libros, un estudio de cémo han sido recibidos por los historiadores y, finalmente, algunas criticas de sus libros en lo que se refiere a la historia y la teoria social. A pesar de las muchas * Articulo de investigacién cientifica recibido el 20 de noviembre de 2008 y aprobado el 28 de noviembre de 2008. Su traduccién al espaiiol fue realizada por Verdnica Londofio, Licenciada en Filosofia y Letras con Maestria en Literatura Latinoamericana, Universidad de Austin, Texas. Editora y traductora. * Historiador inglés, Profesor Emérito y Catedrético de Historia Cultural en la Universidad de Cambridge. Direccién de contacto: upb1000@cam.ac.uk. Este articulo comenzé como una conferencia escrita para un seminario sobre historia y teoria en Oxford. Quisiera agradecer a Megan Vaughan por su invitacién, al igual que a quienes colaboraron en las discusiones posteriores a la presentacién en Oxford, Cambridge, Belo Horizonte y Sao Paulo. Hisroria y Sociepap No. 15, MEDELLit COLOMBIA, JULIO-DICUMBRE 2008, PP. 11-26 Civilizaci6n, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teoria social criticas bien fundadas de las tres teorias discutidas en este articulo, elias contintian vigentes para el estado actual del pensamiento. Palabras claye: historia, teoria social, civilizacién, disciplina, desorden, Europa moderna, Norbert Elias, Michel Foucault, Mijail Bajtin. Abstract ‘The purpose of this article is to discuss the relationship between history and social theory from the point of view of a socio-cultural historian and with reference to three theorists who belong to three different cultures and fields of study. The aim is to compare these theorists, to contrast them and to enable a dialogue among them. All three have interpreted early modern European history in its social, cultural and political aspects using three key concepts. Elias focuses on "civilization", Bakhtin on "disorder" and Foucault on "discipline". This article refers mainly to three books in which these concepts were first used: Elias's The Process of Civilization (1939), Bakhtin's Rabelais and his World (1965) and Foucault's Discipline and Punish (1975). The hypothesis is that historians can learn both from the achievements as well as from the limitations of these talented figures. The article compares these books, examines their reception by historians and finally points out some of the most relevant criticism of the books as history and social theory. In spite of this criticism, they are still valid in the field of modern thought. Key words: history, social theory, discipline, disorder, early modern Europe, Norbert Elias, Michel Foucault, Mikhail Bakhtin. El propésito de este articulo es dis- cutir la relacién entre historia y teoria social desde el punto de vista de un his- toriador sociocultural y con referencia a tres pensadores que pertenecieron, o mejor, surgieron de diferentes culturas y disciplinas. Este tema podria dar la im- presién de malabarismo intelectual, del intento de mantener tres pelotas en el aire al mismo tiempo, aunque seria me- jor usar una metéfora del billar. El pro- pdsito de este ejercicio es comparar estos tedricos, contrastarlos 0, en tér- minos mas bajtinianos, permitirles enta- blar un didlogo entre si. Los tres tedricos han ofrecido inter- pretaciones de la historia social, cultu- ral y politica de Europa en los inicios de la modernidad, y lo han hecho mediante tres conceptos clave que ocupan mas o menos el mismo espacio intelectual: Elias centrandose en “la civilizacién”, Bajtin en “el desorden” y Foucault en Historia y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP, 11-26 “la disciplina”. Este articulo se referira a los tres libros en los que se desarro- Ilan estos conceptos: E/ proceso de la civilizacion (1939) de Elias, La cultu- ra popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el contexto de Frangois Rabelais (1965) de Bajtin a Vigilar y castigar (1975) de Foucault . Por lo tanto se podra considerar como un trabajo paralelo a la comparacién hecha recientemente por Artur Bogner sobre la “teoria de la civilizacién” de ‘Weber, Elias y la Escuela de Frankfurt . No obstante, este énfasis no implica que los tres libros citados sean las tini- cas obras de estos autores en las que se interesan los historiadores. Por ejem- plo, es tan errado identificar a Bajtin con e] carnaval como a Weber con el capi- talismo. De hecho, se ha comentado que el libro sobre el carnaval es una equivo- cacion en la obra de Bajtin . Foucault no slo discutié la represién en sus li- bros sobre la locura y el castigo sino la clasificacién. Elias tuvo una vida larga y productiva, que culminé en una serie de ensayos sobre los alemanes, recogi- dos en un libro cincuenta afios después * La bibliografia secundaria sobre estos tres tebricos muy amplia, pero puede verse en particular a MENNELL, Stephen, Norbert Elias, Oxford, Blackwell, 1989; Dreyrus, Hubert L. y Paul Rasinow, Michel Foucault: Beyond Structuralism and Hermeneutics, Chicago University Press, 1982; Morson, Gary S. y Caryl Emerson, Mikhail Bakhtin: Creation of a Prosaics, Stanford University Press, 1990. * Booner, Artur, Zivn und Rationalisierung: Die Zivilisation Max Webers, Norbert Elias’ und der Frankfurter Schule im Vergleich, Opladen, 1989. * Monson y EMERSON, Mikhail Bakhtin, cap. 10. Peter Burke 13 de El proceso de la civilizacién. Se escogieron estos estudios en particular s6lo para hacer mas claras las compa- raciones, contrastes y relaciones en un campo que atrae a un considerable nti- mero de estudiosos de los inicios de la modernidad. La hipétesis detras de este trabajo es que los historiadores pueden aprender tanto de los logros de estas tres talentosas figuras como de sus debili- dades. Por dicha razén se hard hinca- pié en las razones por las que su histo- tia sobre la Europa moderna ahora re- sulta inadecuada, aunque parezca injus- to enfatizar estas imperfecciones en una evaluacién general de su obra. Lo que sigue es, entonces, una bre- ve exposicién comparativa de estos tres libros, un estudio de cémo han sido re- cibidos por los historiadores (especial- mente los historiadores de la temprana modernidad en Europa, quienes mds se han referido a estas ideas) y finalmente algunas criticas de sus libros en lo que se refiere a la historia y la teoria. I Elias ofrece, en verdad, una magni- fica teoria aunque presentada de una forma inusitadamente concreta, con descripciones vividas de los modales en la mesa (cuando y donde no se debe escupir y demas), junto con inolvidables retratos de la cultura material, por ejem- plo sus cortas historias del tenedor y el pafiuelo como instrumento de civiliza- cién. Algunos historiadores han lefdo estos libros como una contribucién em- Pirica al estudio de Europa en los albo- tes de la era moderna. Historia y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 14 Clvilizacton, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teorfa social A pesar de todo, la teoria detras de la historia de Elias se puede identificar yaen su segundo volumen, especialmen- te en la discusién de “La competencia y el monopolio en un marco territorial” y Ja seccién final “Hacia una teoria del proceso de la civilizacién”, enfatizando Ja importancia “de la restriccién social ala individual”. Puede ser una simplifi- caci6n inicial Util el describir la teoria de Elias sobre la civilizacién como una sin- tesis de los elementos de Weber (Alfredo y su hermano Max) y de Freud (especialmente el Freud de E/ males- tar en la cultura) . El énfasis recae en el desarrollo gra- dual de lo que Elias llama “civilizacién” (Zivilisation), uno de los conceptos fa- voritos de Alfred Weber. La civilizacion se define en términos de la aparicién del autocontrol (desde finales de la Edad Media hasta el siglo XVII) y se explica por el surgimiento del monopolio de la fuerza encaminada a la estabilidad so- cial al igual quea la estabilidad psicol6gi- ca. Para Elias el desarrollo crucial fue “de la restriccion social al autocontrol”, lainteriorizacién de la autoridad. Los tér- minos mas comunes para el autocontrol son Selbsizwang y Affektbeherrchung, mds o menos equivalentes al superego (Uberich) de Freud, término que el au- tor usa algunas veces. * Goupsptom, Johan, “Zum Hintergrund der Zivilisationstheorie von Norbert Elias: Das Verhaltnis zu Huizinga, Weber und Freud”, GteicaMann, Peter, Goupsatom y Hermann KorTs (Ed.), Macht und Zivilisation, Frankfurt, Subrkampf, 1984, pp. 129-147. Elias también afiade conceptos se- cundarios. Uno de ellos es “ofensiva civilizatoria”. Otro es “frontera del pu- dor” o “umbral de la vergiienza” (Schamgrenz), un umbral que crecié gradualmente a lo largo de los siglos. Otro es Verhdflichung, que general- mente se traduce como “civilidad” (vol- ver cortés), un desafortunado neologis- mo. El punto central de Elias aqui es basicamente la domesticacién o ladoma de la nobleza del guerrero en la corte, un cambio asociado con lo que se cono- ce como una “teoria del goteo”, de la difusién del comportamiento civilizado . “Civilizacién” fue quizas un término desafortunado, ya que la palabra se emplea de una manera menos precisa que en Elias. Hubiera sido mejor hablar de “un proceso de disciplinamiento” (Disziplinierung). Esta es, por supues- to, una idea central en la obra de Michel Foucault. Al igual que Elias, Foucault estudié medicina en algtin momento, y como él se convirtié en lo que podria Iamarse un historiador filosdfico del cuerpo humano. No obstante, no se ins- piré en Weber ni en Freud sino en Nietzsche. La obra de Foucault Vigilar y casti- gar trata del descubrimiento durante el “periodo clasico” (1650-1800, aproxima- damente) del cuerpo como “objeto de * Blias, Norbert, El proceso de la civilizacién. Investigaciones sociogenéticas y psicogentticas, México, Fondo de Cultura Economica, 1994, primera reimpresién, pp.147-148. Historia y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 poder”, y de la relacién entre la discipli- nay “la distribucién de los individuos en el espacio”. Desde este punto de vista, el autor se concentra en las analogias entre monasterios, cuarteles, colegios, hospitales, carceles y fabricas , “insti- tuciones totales”, controlando la vida de las personas . Como Elias en el caso de la civilizacion, Foucault acufié una serie de términos secundarios alrededor de la idea central de disciplina: “socie- dad disciplinaria”, por ejemplo, y “vigi- lancia” (que tiene prelacién sobre el tér- mino disciplina en el titulo original del libro Surveiller et punir). A diferencia de Elias, que rara vez discutia los estudios histéricos citados en sus notas, Foucault criticé bastante a sus antecesores, especialmente en lo que se podria llamar “la teoria de lo no- tedrico”, es decir, lo que se asume ge- neralmente sobre el progreso y el humanitarismo contenido en los recuen- tos hist6ricos sobre prisiones, escuelas, asilos y dems. Dada la descripcién dra- miatica y aterradora de la ejecucién tra- dicional con la que comienza su libro, es dificil acusar a Foucault de nostalgia del antiguo régimen. No obstante, hay una forma en la que se podria describir a Foucault (haya leido 0 no El proceso “Foucatnz, Michel, Discipline and Punish (1975: traduccién al inglés), Londres, Allen Lane, 1977, pp. 138, 143. Véase la versién en espaiiol: Vigilar y castigar: el nacimiento de la prisién, México, Siglo XXI, 1988. ” Goreman, Erving, Asylums: Essays on the Condition of the Social Situation of Mental Patients and Other Inmates, New York, Doubleday, 1961 Peter Burke 15 de la civilizacién) como si estuviera trastocando a Elias. Un teérico compen- sa la debilidad del otro. Elias enfatizé el autocontrol, Foucault, el control del Es- tado. Elias acepté la idea de una evolu- cién social o cultura, mientras que Foucault, siguiendo a Nietzche, la recha- 26. Si bien Elias escribié con una apro- baci6n implicita sobre el surgimiento de Ja “civilizacién moderna”, Foucault es- cribié con un rechazo explicito sobre el surgimiento de una “sociedad discipli- naria” y su aparato de “vigilancia”. A Bajtin, como a Foucault, no le gus- taba la sociedad disciplinaria, la que co- nocia muy bien en la forma del estali- nismo, y prefirié concentrarse en el des- orden, sobre todo en lo que él Ilamé la cultura del mundo de la risa, especial- mente el revés chistoso del orden nor- mal de las cosas. Primero como filéso- fo, y luego como critico literario, en su libro Bajtin se incliné por la historia de la cultura, Escrito alrededor de 1940, en otras palabras, al mismo tiempo que Elias escribia sobre la civilizacién, el libro de Bajtin sobre Rabelais ofrece casi una teoria de Ja subversi6n, un antidoto tan- to contra la civilizacién como contra la disciplina que, desde esta perspectiva, parecen afines mas que opuestas . Se podria decir que a Bajtin le interesaba descubrir las reglas del desorden. "Bastin, Mikhail, Rabelais and his World (1965: traduccién al inglés), Cambridge, Mass, MIT Press, 1968. Véase la version en espafiol: Rabelais y su mundo, Barcelona, Barral, 1974. Historia y Soctepan No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 16 Civilizactén, diseiplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teorfa social Puede ser Util distinguir tres tesis centrales en su libro. Primero, lo que podria llamarse la tesis sociolégica so- bre la importancia de “la cultura popu- lar” o “cultura de la plaza publica”, de la cual el carnaval era sélo una parte. La segunda, la tesis cronolégica que sostiene que el “humor popular” surgié en la Edad Media y se “desintegré” en el siglo XVII . La tercera es la tesis politica sobre la importancia de la risa 0 “carnavalizacién” como expresién de lo no-oficial, de lo subversivo. Aligual que Elias y Foucault, Bajtin brinda una interpretacién de la historia europea, interpretacién que en sentido cronolégico armoniza muy bien con la de aquéllos, al ubicar la “desintegracién, de la cultura popular” en la época del surgimiento de la monarquia absoluta en Francia, institucién que juega un papel crucial en las teorias de Foucault y Elias. De otro lado, Bajtin complementa su historia desde arriba con una “historia desde abajo” en todo sentido, no sdlo de las clases bajas sino de lo que él Ila- ma “imagenes de la corporalidad mate- tial del estrato bajo”. Al igual que algunos de los grandes historiadores de nuestro siglo, como Huizinga, Bloch y Braudel, estos tres tedricos ampliaron las fronteras de la historia. Descubrieron areas olvidadas del pasado, que investigadores posterio- res llamarfan historia de la cultura po- pular, historia de lo cotidiano, historia del ” Baxunn, Rabelais, pp. 72, 76, 97 y 115. cuerpo ¢ historia del espacio social (Foucault es famoso por este descubri- miento, pero las observaciones de Bajtin sobre la plaza puiblica y las de Blias so- bre el salon de banquetes y la corte apuntan en la misma direccién). I Ahora miremos como han sido reci- bidos estos tres libros, especialmente por parte de los historiadores. En el caso de Elias y Bajtin, su aceptacién fue tardia. Cuando las ideas de Bajtin sobre la risa subversiva salieron a la luz en su tesis de 1940, no fueron propiamente bien recibidas por el publico. En su con- texto politico eran obviamente ambivalentes. Bajtin podia presentarse como marxista, como un intelectual que se identificaba con la gente en su lucha contra la Iglesia y el feudalismo, pero en la época del estalinismo el apparatchiki 61 no podia haber sabo- reado su cabal rechazo de la cultura oficial. De todos modos, Bajtin fue exi- lado en un lugar remoto de la Unién Soviética, mientras que su libro sobre Rabelais no fue publicado hasta 1965. Por otra parte, las ideas de Bajtin tuvieron influencia en Rusia de una manera no oficial especialmente en el circulo de Juri Lotman en Tartu (pare- ce irénico que fuera el circulo de los estructuralistas el que tomé més en se- tio a este tedrico que estaba contra el estructuralismo, a menos que entenda- mos a Bajtin como la persona que des- cribié la estructura de la antiestructura). Entre los historiadores rusos inspirados Historia Y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, pp. 11-26 por Bajtin, tres medievalistas merecen una mencién especial, Dimitri Likhachev, A. M. Panchenko (autores de E/ mun- do de la risa en la antigua Rusia, 1976) y (Aton Gurevich, un medievalista’” No fue sino hasta finales de la déca- da de 1960 que las ideas de Bajtin se difundieron en Occidente. La traduccién al inglés de su celebracidn del desorden aparecié debidamente en 1968, seguida de una traducci6n al francés en 1970 y al espafiol en 1971 (la versi6n italiana, de otro lado, no salié hasta 1979, la ale- mana hasta 1985 y la portuguesa hasta 1987). Gracias a estas traducciones, un grupo de historiadores occidentales des- cubrié a Bajtin en la década de 1970 y comenzé a trabajar con sus ideas" La suerte del libro de Elias también fue inusual. Aparecié en aleman, pero no en Alemania, en 1939 cuando el mo- nopolio del poder de Hitler se asociaba ° Gurevicn, Aron Y,, “Bachtin und der Cameval”, Euphorion (85), 1991, pp. 423-430. " Davis, Natalie Z., “The Reasons of Misrule”, Past & Present, (50), 1971, pp. 41-75; Berct, Yves, Féte et révolte, Paris, Hachette, 1976; Ginzaure, Carlo, Cheese and Worms (1976: traduccién al inglés) Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1981; Tuomas, Keith, “The Place of Laughter in Tudor and Stuart England”, Times Literary Supplement, 2\ Jan 1977; Burke, Peter, Popular Culture in Early Modern Europe, Londres, Temple Smith, 1978; Muciempien, Robert, Popular Culture and Elite Culture in France (1978: traduccién al inglés) Baton Rouge, University of Louisiana Press, 1985. Véase la version en francés: Gulture populaire et culture d élite dans la France moderne, Paris, Flammarion, 1991. Peter Burke 17 con un movimiento de “des-civilizacion’ (Entcivilizierung) 0 “barbarizacién”, como fue llamado por los seguidores de Elias. La segunda guerra mundial ayu- da a explicar la demora en ser acepta- do, aunque sdlo de manera parcial, ya que el libro fue casi siempre rechazado hasta la década de 1960, salvo unas pocas excepciones. Estas incluyen a dos marxistas, Franz Borkenau, un refugia- do, como el propio Elias, y el aristécrata marxista Rudolf zur Lippe El cambio del rechazo a Ja acepta- cién fue mas 0 menos repentino en va- tias partes de Europa. En los Paises Bajos, donde la tradicién de la historia cultural que encarnaba Huizinga ain flo- tecia, el interés por Elias comenzé6 rela- tivamente temprano, entre historiadores del arte, antropélogos e historiadores, al igual que entre socidlogos (especialmen- te Johan Goudsblom, que habia conoci- do a Elias en 1956) .En Alemania, las 2 js » MeNNELL, “Decivilizing Processes”, International Sociology, (5), 1990, pp. 205-223; Hever-Scurdret, Hans-Joachim, “Geheime Staatspolizei und Tendenzen der Entzivilisierung”, Informalisierung und Barbarisierung, Frankfurt, Subrkampf, 1991; Fuercuer, Jonathan, “Towards a Theoty of Decivilizing Processes”, Amsterdams Sociologisch Tijdschrift, (22), 1995, pp. 283-296. ” Borkenav, Franz, Sociological Review, (30-31), 1938-1939, pp. 308-311, 450-452. "* Jone, Eddie de, “Erotica in vogelpetspectief”, Simiolus, (3), 1968, pp. 22-72; SPIERENBURG, Pieter, Elites and Etiquette, Rotterdam, Centrum voor Maatschappijgeschiedenis, 1981; Kemrers, Bram, “De civilisatictheorie van Elias en civilisatieprocessen in Italig, 1300-1550”, Amsierdams Sociologisch Tijdschrift, (8), 1982, pp. 591-612. Historia y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, Pp. 11-26 18 Civilizacton, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teoria social ideas de Elias fueron adoptadas después de 1968, Rudolf zur Lippe, por ejemplo, tradujo a Elias al lenguaje de la Escuela de Frankfurt y afiadié algunos comen- tarios importantes de su parte, especial- mente sobre la danza. Poco después, ‘Wolf Lepenies le recomend6 a los his- toriadores de la ciencia que leyeran a Elias, al sugerir que la caracteristica de imparcialidad de la ciencia moderna depende del autocontrol’’. Hacia 1976 sus libros se estaban convirtiendo en best sellers en Alemania En Francia, el libro sobre La socie- dad cortesana fue traducido en 1974 y El proceso de la civilizacién en 1973- 1976. Importantes historiadores france- ses, como Frangois Furet y Emmanuel Le Roy Ladurie hicieron resefias muy favorables. Pero, mas tarde Le Roy Ladurie hace una critica violenta de Elias’. La influencia de las ideas de * Lippe, Rudolf zur, Naturbeherrschung am Menschen, 2 vols, Frankfurt, Suhrkampf, 1974; Leventes, Wolf, “Problems of a Historical Study of Science”, MeNpeLsoun, Everett (Ed), ef al, The Social Production of Scientific Knowledge, Dordrecht and Boston, Reidel, 1977, p. 63. Korte, Hermann, Uber Norbert Elias: Das Werden eines Menschenwissenschafilers, Frankfurt, Suhrkampf, 1988, pp. 25-27. Cf. JAcER, Wolfgang, “Menschenwissenschaft” und_historische Sozialwissenschaft. Zur Rezeption von Norbert Elias, Archiv fiir Kulturgeschichte, (77), 1995, pp. 85-116. ”’ Goupssiom, “Responses to Norbert Elias’s Work in England, Germany, the Netherlands and France”, Human Figurations, Gouvss.om (Ed.), et al., Amsterdam, Stichting Amsterdams Sociotogisch Tijdschri, 1977, pp. 37-96, pp. 68-69. Lr Roy Laporte, Emmanuel, Saint-Simon ou le systeme de la cour, Paris, Fayard, 1997, pp. 515-520 Elias se puede ver poco después en la obra de Robert Muchembled sobre cul- tura popular y de élites y en la de Roger Chartier en los libros sobre comporta- miento”.En Ttalia, el libro sobre La so- ciedad cortesana fue traducido en 1980 y El proceso de Ia civilizacién en 1982. La reaccién de los historiado- res italianos se refleja en dos coleccio- nes de ensayos inspirados en la obra de Elias, a la que también critican En el mundo angloparlante, a pesar de los comentarios favorables de Gordon Walker sobre su libro (por no mencionar el hecho de que el autor en- sefié sociologia en la Universidad de Leicester), la acogida de El proceso de la civilizacién tardé un poco mas. El librono se tradujo hasta 1981-1982 (aun- que algunos | historiadores se refirieron aella antes)” . No fue hasta la década * MucuEMmien, n 9, 231ff, Carrier, Roger, “Social Figuration and Habitus: Reading Elias” (1985, traduccién al inglés) Cultural History, Cambridge, Polity Press, 1988, pp. 71- 94; id, “Distinction et divulgation: la civilité et ses livres” (1986: traduccién al inglés), Cultural Uses of Print, Princeton University Press 1987, pp. 71- 109. "° BerTnts, Sergio y Giuliano Crud (Eds.), Rituale Cerimoniale Etichetta, Milan, Bompiani, 1985; Romacnous, Daniela (Ed.) La cittée la corte (1991, traduecién al francés), La ville et la cour, Paris, Fayard, 1995. Una primera reaccién fue la de Grnv1, Edoardo, “Norbert Elias: storiografia e teoria sociale”, Quaderni Storici, (50), 1982, pp. 728-739. ® Koeiasaercer, Hellmut G, Dominium regale or dominium politicum et regale, Londres, Athlone Press, 1975; Sroxr, Lawrence, The Family, Sex and Marriage in Early Modern England, Londres, Weidentfeld y Nicolson, 1977. Historia Y SocigDAD No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, Pp. 11-26 de 1980 cuando Elias tuvo un verdade- ro impacto en ios estudios histéricos en Gran Bretafia y Estados Unidos, inclu- yendo la historia de la ciencia” Foucault, a diferencia de los otros dos, no tuvo que esperar mucho para ser reconocido. Alcanzé la fama a prin- cipios de los afios sesenta con El naci- miento de la clinica e Historia de la locura en la época clasica. Su libro sobre la disciplina fue escrito después de 1968 y refleja los famosos sucesos que tuvieron lugar ese afio. En Francia sus libros tuvieron una acogida inmedia- ta. Un profesor de historia antigua en el Colegio de Francia, Paul Veyne, dijo que Foucault habia “revolucionado” Ia his- toria, y Foucault ingresé poco después a esta famosa institucién. Muy pronto aparecieron traducciones al aleman y al italiano, mientras que la versi6n la es- pafiol de, Surveiller et punir aparecié en 1984”. Sus ideas tardaron un poco més en cruzar el Atlantico, por no ha- blar del Canal, per nunca tanto como las de Elias y Bajtin’ Su trabajo se vio como un modelo en temas que van des- * Jazorr, C. Stephen, The Origins of Courtliness, Philadelphia, University of Pennsylvania Press, 1985; MENNELL (n 2), especialmente el cap. 2; BIAGoLt, Mario, “Scientific Revolution, Social Bricolage and Etiquette”, The Scientific Revolution in National Context, PorreR, Roy y Mikulas Teica (Eds.), Cambridge University Press, 1992, pp. 11-54, * HoLus, Robert C., “Michel Foucault among the Germans”, Crossing Borders, Madison, 1992, pp. 50-73 * MesiLt, Allan, “The Reception of Foucault by Historians”, Journal of the History of Ideas, (48), 1987, pp. 117-141 Peter Burke 19 de la geografia hasta la critica literaria y, a pesar de las criticas, en muchos lu- gares todavia es considerado de esta manera Por supuesto que Foucault no tenia el monopolio de la idea de disciplina, que habia llamado la atencién de historiado- res anteriores, desde Edward Thompson sobre la disciplina laboral (1967) hasta Gerhard Oestreich sobre las monarquias absolutas, lo que hace dificil establecer Ja influencia de Foucault en esta area. El actual interés de los alemanes en obras como Disziplinierung de Heinz Schilling le debe mas a Oestreich (y por medio de él a Weber) que a Foucault” No obstante, los primeros historiadores de la época moderna habian empezado a trabajar con sus ideas sobre la vigi- lancia y el castigo antes de concluir la década de los setenta ” * Lo que el llama el “desencanto” con Foucault por parte de los historiadores franceses lo discute Noiriet, Gérard, «Foucault and History: The Lessons of a Disillusion», Journal of Modern History (66), September 1994, pp. 547-568, * Oesteeice, Gerhard, Geist und Gestalt des frihmodernen Staates, Berlin, Duncker and Humblot, 1969; ScHILLING, Heinz, “Reformierte Kirchenzucht als Sozialdisziplinierung?”, Exprecar, Wilhelm y Heinz ScHitunc (Eds.), Niederland und Nordwestdeutschland, Colonia y Viena, Bohlau, 1983, 261-327. Cf. ScHutzE, Winfried, “Gerhard Oestreichs Begriff Sozialdisziplinierung”, Zeitschrift fir Historische Forschung, (14), 1987, pp. 265-302. Paralelos entte Oestreich y Foucault, Pasquino, Pasquale, “Michel Foucault: the Will to Knowledge”, Economy and Society, (15), 1986, pp. 97-109. ** Mucnemate, n 9, pp. 230, 248; cf. DoLMeN, Richard van, Theatre of Horror: Crime and Punishment in Early Modern Germany (1985: traduccién al inglés), Cambridge, Polity Press, 1990. Historia y Soctepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, pp. 11-26 20 lm Este repaso de la acogida puede ampliarse mas. Por ejemplo, no se ha dicho nada sobre Suecia, donde los antropdlogos Jonas Frykman y Orvar Léfgreny la historiadora Eva Osterberg han estado trabajando durante algin tiempo con las ideas de los tres teéri- cos. Es hora, no obstante, de repasar las criticas hechas a los tres. Vistos como una contribucién a la historia de los inicios de la modernidad en Europa, los estudios de estos tres hombres tie- nen limitaciones considerables, como lo han sefialado varios historiadores en sus respectivas areas de especializacién. Lahistoria de Bajtin es poco consis- tente en el sentido que esta basada en un némero limitado de fuentes (no de- bid haber sido facil para él encontrar los libros que necesitaba). Ademas del li- bro de Rabelais, se basé en estudios mas © menos antiguos de festivales del pe- riodo, especialmente el diablerie de ‘Chaumont y los eventos organizados por sociedades festivas como los Conards de Rouen y los Basoche. Es sorpren- dente cémo el autor pudo producir tanto con tan poco material. También es de una imprecision exasperante sobre los perio- dos y grupos sociales (por supuesto, se podria describir esta caracteristica como ” Peykan, Jonas y Orvar LOFGREN, Culture Builders: a Historical Anthropology of Middle- Class Life (1979: traduccién al inglés), New Brunswick, Rutgers University Press, 1987; OsreRsERs, Eva, Mentalities and Other Realities, Lund, University Press, 1991, una coleccién de articulos sobre todo de la década de los ochenta. acién, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teor‘a social un gesto de impaciencia con las fronte- ras intelectuales y relacionarla con su deleite en la transgresién). En lo que res- pecta a Ja cronologia, él salta entre los iain “Edad Media” y “Renacimien- ”” de una manera confusa™ La historia social de Elias parece ine- vitablemente anticuada porque esta dis- ciplina se ha desarrollado mucho en los Ultimos cincuenta afios. Elias se basé en gran medida en el trabajo de un grupo de estudiosos descriptivos como Franklin y Cabanés”’ . Relativamente bien infor- mado sobre Francia, Alemania, los Pai- ses Bajos e Inglaterra, Elias sabia poco sobre el sur de Europa” . Acepté con un sentido poco critico la afirmacién hecha por Huizinga de que la inestabili- dad psicolégica era caracteristica del final de la Edad Media’ De hecho, su retrato de la Edad Media era muy disparejo. Como lo se- fialé uno de los primeros comentaristas “en la presentacién que hace Elias del Kinser, Samuel, “Chronotopes and Catastrophes: the Cultural History of Mikhail Bakhtin”, Journal of Modern History, (56), 1984, pp. 301-310. ” Peankiin, Alfred, La Civilité, l’étiquette, la mode, le bon ton, du xitie au xixe siecle, Paris, 1908. ” Bexreti y Cairo (Eds.), Rituale Cerimoniale. Véase Manrscox, Tomas (Dit.), Bajtin y la cultura popular en la edad moderna, Santander, en prensa. * Hurzinca, Johan, The Waning of the Middle Ages (1919: traduccién al inglés), Londres, 1924, tpr. Penguin Books; cf. Goupsatom (n 3) y Bromert, Reinhard, Psyche und Zivilisation: Zur Theoretischen Konstruktion bei Norbert Elias, Minster, Lif, 1989. Historia y Socigpap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 surgimiento del autocontrol a duras pe- nas se menciona la influencia del cris- tianismo”” . Tenia poco que decir so- bre la disciplina entre los monjes me- dievales 0 sobre la elegancia de los modales entre los obispos de ese perio- do”. Lareligién, o “supersticién” como €l la Hamaba, no era uno de los temas que le interesarana Elias . Max Weber se muestra mas consciente de la contri- bucién de la Iglesia medieval al mundo secular, especialmente en el proceso de autocontrol en su famosa discusién so- bre “este ascetismo mundano” (innerweltliche Askese). Foucault conocia bien la obra de los historiadores franceses que trabajaban sobre el periodo que él estudiaba . De todas formas, él también es susceptible de critica por sus omisiones y exclusio- nes. A diferencia de su capacidad para generalizar y percibir analogias le falta- ba cierta sensibilidad por el detalle. Pa- saba por alto las diferencias entre pri- siones, fabricas y otras organizaciones que él consideraba caracteristicas de las sociedades disciplinarias. Forzaba sus afirmaciones generales para abarcar muchas regiones, periodos muy largos * BorKenau, n 11, p. 452. * Yanoer, n 16; NicHous, Jonathan, The Matter of Courtesy, Woodbridge, Brewer and Boydell, 1985; Kwox, Dilwyn, “Disciplina”, Monrasany, John y Ronald G.(Eds.), Renaissance Society and Culture, Musto, Nueva York, Italica Press, 1991, pp. 107- 135. * Buas, Norbert, Uber sich selbst, Frankfurt, Suhrkampf, 1990, p. 50. * Foucauit, Discipline, n77, 78, 79 y 80. * Burke, History and Social Theory, Cambridge, Polity Press, 1992, pp. 84-85. Peter Burke 21 y muchos grupos sociales. Esta lejos de ser el unico académico francés en tra- tar de explicar la historia de Europa en términos de un modelo tomado original- mente de la historia de Francia, aunque ofrece un ejemplo extraordinariamente claro de esta tendencia. De hecho, a veces Foucault da la impresién de que no le importan para nada los detalles empiricos aunque en algunas ocasiones afirmé haberlos con- siderado seriamente. Recurriaa las fuen- tes primarias cuando eran tratados, pero habia una contradiccién entre su preocu- pacién por la historia de las practicas y su renuencia a trabajar en archivos. Su colaboracién con Arlette Farge, una his- toriadora apasionada por los archivos, no fue suficiente para Ilenar este vacio. Aun como teéricos, los tres autores son susceptibles de critica. A diferencia de Elias cuando se refiere al proceso civilizador, Foucault evité las afirmacio- nes explicitas sobre la naturaleza del proceso de disciplinamiento, aunque fue- ra inevitable o evitable, intencionado o no intencionado, relacionado o no con los cambios econdémicos, y asi sucesi- vamente. A diferencia de Elias y Weber, el Foucault de 1975 no tenia nada que decir sobre la autodisciplina, aunque cabe afiadir que los estudios posterio- res sobre la sexualidad tenian mucho que decir sobre este “arte”, al enfatizar el aspecto estético que Elias habia descui- dado. En la obra inicial de Foucault el concepto de “disciplina” parece haber tomado el lugar del “control social”, con- cepto que ha sido criticado a menudo i 36 Por sus ambigiiedades . Historia y Socispap No, 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 2 Civilizacién, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teoria social Algunas de las principales tesis del libro de Bajtin también son susceptibles de objeciones importantes. En algunas partes de la obra parece apoyar un pun- to de vista funcionalista sobre el carna- val como valvula de seguridad que res- guarda el orden social, mientras que en otros momentos enfatiza el poder sub- versivo del humor, cuyo objetivo es “su- perar a través de la risa” La menos sdlida de todas es la tesis sociolégica de Bajtin, que atribuye la cultura de lo carnavalesco al “pueblo”. {Quién es el pueblo? Cuando el autor examina festivales particulares, resulta que los participantes mas destacados incluyen tres grupos elitistas, el clero joven, los funcionarios de la justicia y los estudiantes universitarios . Para Bajtin, “la risa” es una especie de ta- quigrafia para la cultura popular, que se identifica con la cultura no-oficial, que a menudo se identifica con la cultura antioficial. En otras ocasiones, Bajtin parece mas preocupado con el rebelde que hay en cada persona, centrandose en el id, mientras Elias se concentra en el superego. Las marcadas diferencias pueden ser engafiosas en estas dreas, pero Bajtin se fue al extremo opuesto al aceptar la imprecision. En el caso de Elias, se puede pensar en primera instancia que él le dedicé mucho tiempo a la mesa, preocupado con lo que uno de sus disefpulos llama ” Baxutm, Rabelais, n 6, p. 394. * Baxitm, Rabelais, p. 82, n 97, n 156. “civilizar el apetito”, a expensas del autocontrol en otros terrenos. A pesar de su famosa tesis sobre la conexién entre el surgimiento de un Estado cen- tralizado y “la doma” de los nobles, Elias tenia poco que decir sobre los intentos de controlar la violencia (lo que com- penso en algunos de sus ensayos sobre jos alemanes, que van desde batirse a duelo hasta el terrorismo). A pesar de su interés para Freud, Elias tenia todavia menos que decir so- bre la sexualidad (un tema que no pare- ce haberle interesado a este historiador pionero del cuerpo), o sobre el lugar de la mujer en el proceso civilizador. Lo que es bastante extrafio para un weberiano, habla poco sobre la relacién entre autocontrol y capitalismo, sobre la abs- tinencia del consumo y la “gratificacién. postergada”” . Desde entonces, sin embargo, los historiadores han hecho contribuciones importantes en todos es- tos temas. En Crisis de la aristocracia (1965), el historiador inglés Lawrence Stone, por ejemplo, sugirié relaciones entre el surgimiento de un Estado centralizado, la disminucién de la violencia y el co- mienzo del litigio como una forma del conflicto sublimado, Stone pudo escri- bir estos parrafos teniendo en mente El proceso de la civilizacién, aunque al parecer no pensaba en Elias en este momento. Los estudios sobre el feudo * Grogtuuysen, Bernhard, La formacion de la conciencia burguesa en Francia en el siglo XVIH, México, Fondo de Cultura Econémica,1985. Historia Y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 y el duelo apuntan a una misma direc- cién. En los afios cincuenta, el antropdlogo Max Gluckman dijo que, en el contexto africano, la institucién del feudo no era puramente destructiva; por el contrario, su funcién social era man- tener la paz. El modelo de Gluckman era estatico y no dindmico, pero se le podria dar una forma dindmica por ejem- plo enel estudio de lanobleza alemana en la Edad Media . La historia del duelo, especialmente en los siglos XVI y XVII, es un mejor ejemplo de los intentos mas 0 menos exitosos de civilizar los habitos agresi- vos de la nobleza europea al condicio- nar las batallas privadas a un cédigo de normas. En un reciente estudio del no- reste italiano en el siglo XVI se afirma que: “Para nosotros y para muchos con- tempordaneos, es absurdo que cuando aparecié el nuevo comportamiento del duelo, éste haya tenido un efecto civili- zador” pues reemplaz6 la vendetta co- lectiva con una Practica individual cons- treftida por las normas También en el caso de la sexualidad, Jos historiadores posteriores han hecho planteamientos en la misma linea de los * Guucwaan, Max, Custom and Conflict in Africa, Oxford, Blackwell, 1955. *' Hillel Zamora de la Universidad de Cambridge explora esta posibilidad en una tesis doctoral. ® Mum, Edward, Mad Blood Stirring: Vendetta and Factions in Friuli during the Renaissance, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1990, p. 256; cf. Biu.acois, Frangois, The Duel (1986: traduccién al inglés), New Haven, Yale University Press 1990; KiRNAN, Victor G., The Duel in European History, Oxford, Clarendon Press, 1988. Peter Burke 23 de Elias. El control de la sexualidad, ya sea por medio del celibato, el matrimo- nio tardio, el coitus interruptus, 0 los anticonceptivos, se ha discutido detalla- damente Una segunda critica a Elias es que su vision de la historia es muy lineal, muy evolucionista, y que no supo discutir las reacciones contra la tendencia general hacia un mayor autocontrol. En una de las discusiones iniciales y mas lucidas de El proceso de la civilizacién, Franz Borkenau sefialé “el indudable debilita- miento de las restricciones sexuales” después de la primera guerra mundial como evidencia de “el comienzo de una corriente en la direccién contraria”” . La idea del “relajamiento” de la socie- dad en el siglo XX ha sido tratada por socidlogos en los Paises Bajos y otros lugares. La nueva atrocidad del siglo XX en la Alemania de Hitler es también un cla- ro ejemplo que va en contra de la tesis de Elias. Se pueden encontrar ejemplos anteriores, como el de los nobles hinga- ros del siglo XVI que se identificaban a si mismos con barbaros contrasténdose deliberadamente con el Occidente deca- dente’ . El proceso de la civilizacién fue, Stone, The Crisis of the Aristocracy, Oxford, Clarendon Press 1965, 240ff; id.,The Family; FLaNpatn, Jean-Louis, Le sexe ef l'occident, Paris, Plon, 1981. “ BorKENay, n LL, p. 311. “ Kaniczay, Gabor, “Daily Life and Elites in the Later Middle Ages”, Gratz, Ferenc (Ed.), Environment and Society in Hungary, Budapest, MTA Torténettudoményi Intézet, 1990, pp. 75- Historia y Soctepan No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, PP. 11-26 24 Civilizacién, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teoria social por decitJo menos, “un proceso con obs- taculos”’ . En su ultima época Elias re- conocié el peso de estas criticas y discu- tid “el fracaso de la civilizacién” en sus ensayos sobre los alemanes. Son todavia mas serias las objecio- nes ai marco conceptual del libro de Elias, en especial su aparente identifi- cacién de la civilizacién con la civiliza- cidn occidental. Para ilustrar lo relati- vo de las ideas especificas de “civiliza- cién”, se podria recurrir al ejemplo fa- vorito de Elias, el del pafiuelo. A los in- dios de Canada les impactaba que los misioneros jesuitas franceses usaran pafiuelos para sonarse. Para ellos esta costumbre era algo sucio. El antropélogo aleman, Hans-Peter Dir fue mas alla al afirmar que cada cultura es civilizada en el sentido que tiene sus propias reglas de comporta- miento, sus propias formas de 8 Sais autocontrol . Es dificil imaginarse una 90; Hever-Scuraret, “Geheime Staatspolizei”; Bryson, Anna, From Courtesy to Civility: changing codes of conduct in early modern England, New York, Oxford University Press, 1998. “ OsrerneRc, “The Civilizing of Swedish Peasant Society in the Seventeenth Century: a Process with Obstacles”, 1985, rpr her Mentalities and Other Realities, pp. 113-121. Cf. Rystap, Goran, “Barbarei oder Zivilitat? Zur Entwicklung einer organisierten Gesellschaft im 17. Jht”, Europe and Scandinavia, Rystap (Ed.), Lund Scandinavian University Books, 1983, pp. 207-222. ” Véase la critica de Goopy, Jack, “Elias and the Anthropological Tradition”, Anthropological Theory (2), 2002, pp. 401-412. Dorr, Hans-Peter, Der Mythos von Zivilisationsprozess, 4 vols, Frankfurt, Sulrkampf, 1988-1992, critica mas radical del “mito de la Zivilisationsprozess”, aunque la afir- maci6n de Diirr no sea tan fuerte como parece, en el sentido que Elias no des- cribia el reemplazo de la anarquia por el orden en la mesa u otro lugar sino el desarrollo de reglas mas estrictas de comportamiento en ciertos ambitos. Una critica més moderada a Elias puede apuntar mas al blanco al soste- ner que su trabajo no es suficientemen- te weberiano en el sentido que no es todo lo comparativo que deberia ser. Para citar sdlo dos ejemplos, los estu- dios sobre Italia y Japon pueden condu- cir a cambiar algunos de los argumen- tos de Elias. Elias tenia poco que decir sobre Ita- lia, aunque era un buen ejemplo de su teoria sobre los pequefios estados y la competencia por el poder: los estados grandes absorbieron a los pequefios du- rante el Renacimiento. La Italia renacentista fue famosa por la “civili- dad” y el refinamiento, pionera en el uso del tenedor (el ejemplo favorito de Elias) asi como en el control de la natalidad por medio del coitus interruptus (que ya habia sido condenado por los predi- cadores en el siglo XV), y en el desa- rrollo de normas para el duelo o de tra tados sobre el arte de la danza. Pero como puede verse en el El cortesano de Castiglione (un tratado al que Elias se refiere muy pocas veces), lo que se desarrollé en Italia fue una aproxima- cién estética, mds que ética, al autocontrol. Seria conveniente distinguir entre la Europa del norte y del sur, en- tre los protestantes del norte que se con- Historia ¥ Soctepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, Pr. 11-26 centraban en la represién de las emo- ciones —mantenerse impasible y de- mas—, mientras que los catélicos del sur se preocupaban por el arte del la apariencia personal. En Japon, las élites desarrollaron re- glas para el autocontrol que eran por lo menos tan elaboradas y estrictas como las de la aristocracia occidental. El ri- tual del harakiri de los samurdis es quizds el ejemplo mas dramiatico en la historia de la doma del guerrero y la practica de ladisciplina . “La tremen- da disciplina y el formalismo implicados en el arte del sistema de escritura japo- nés” también se ha citado para ilustrar la teoria de Elias sobre la civilizacién Mas alla de si Elias creia o no que Eu- ropa occidental tenia el monopolio de la civilizacion, su énfasis en Europa le daba al lector esta engafiosa impresién. Desde que empezaron realmente a ser tenidos en cuenta, la reaccién de los historiadores a las ideas de Elias, Bajtin y Foucault han pasado por tres etapas: la del entusiasmo, la de la critica y la de la adaptacidn. Los tres pensadores fue- ron aceptados por algunos historiadores ° A pesar del titulo, IkeGamu, Biko, The Taming of the Samurai: Honorific Individualism and the Making of Modern Japan, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1995, tiene poco que decir sobre Elias, aunque se menciona en las pp. 32 y 39. ® Pincuet, Maurice, Voluntary Death in Japan (1984: traduccién al inglés), Cambridge, Polity Press, 1993; Swiri Il, Henry D., “The History of the Book in Edo and Paris”, Edo and Paris, McCtany, James L. (Ed.), et al, Ithaca, Cornell University Press, 1994, pp. 332-352. Peter Burke 25 sociales y culturales en las décadas de los sesenta y setenta porque reclama- ron nuevos terrenos para la historia, in- cluyendo partes del pasado que otros historiadores no habian alcanzado, y tam- bién porque criticaban hechos que se daban por sentados y porque ofrecian alternativas intelectuales. En el caso de Elias, el entusiasmo no fue tanto (y no sélo) por la teoria sino por haber descubierto que la vida coti- diana tenia una historia que no era tri- vial sino que expresaba cambios impor- tantes en los valores. En el caso de Bajtin, el entusiasmo provino de la re- velacién de que la cultura se podia es- tudiar desde abajo. En lo que respecta a Foucault, éste hizo una critica pode- rosa de historia anclada en el presente, y también convirtié ciertas areas del comportamiento, desde la locura a la sexualidad, en temas de investigacién historica. Las reacciones a su trabajo sobre la disciplina deben ser entendidas en este contexto mas amplio. Al entusiasmo inicial le siguié una etapa de critica en la que se hicieron més evidentes imprecisiones y concep- tos ambiguos, Hay, no obstante, una ter- cera etapa, mas alla de la aceptacién y el rechazo. Es la etapa de la asimilacién y la transformacion. La idea del surgi- miento de una sociedad disciplinaria, al igual que sus variantes —el surgimiento de la civilizacién y la desintegracién de la cultura popular~, todavia son ideas para pensar y trabajar, por supuesto consideradas en su justa dimensién, pero también enriquecidas y reforzadas por nuevas evidencias. Historia y Sociepap No. 15, MeDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, Pp. 11-26 26 Civilizacton, disciplina, desorden: tres casos de estudios sobre historia y teoria social Por ejemplo, la historia del gesto, un tema que cada dia cobra mas interés, seria imposible de escribirse sin estas tres ideas. También lo seria la histo- ria, no escrita todavia, del surgimiento de la idea de espontaneidad entre las élites europeas a finales del siglo XVII y principios del XIX, vista como una reaccién al creciente autocontrol y en contra de éste. También podria ser muy interesante usar estas ideas, modificadas si es del caso, como hipétesis sobre la historia de otros lugares del mundo. Como home- naje final a estos tres tedricos se debe hacer notar que aunque sus principales ideas en un principio se formularon sélo con relacién a Europa, éstas también pueden arrojar luz sobre las transforma- ciones en otras culturas (véase la obser- vacidn anterior sobre los samurais, que es tanto una critica como un elogio). Por ejemplo, uno de los usos mas eficaces y sutiles de la teoria de Foucault que han hecho los historiadores es el trabajo de un especialista no sobre Eu- ropa sino sobre el Egipto colonial, un estudio que se centra en el ejército, los colegios, itinerarios y planeamiento ur- bano . Un estudio reciente sobre Ja- *" Brewer, Jan y Herman RoopensurG (Eds.), 4 Cultural History of Gesture, Cambridge, Polity Press, 1991. ° Mircuett, Timothy, Colonizing Egypt, Cambridge University Press, 1988. Sobre planeacién urbana, cf. otro estudio inspirado por Foucault, RaBinow, Paul, French Modern, Cambridge, Mass., MIT Press, 1989. pon sefiala que alli, a diferencia de Eu- ropa, la disciplina foucaultiana se aso- ciaba con la monarquia . Un estudio sobre Africa se refiere las ofensivas civilizadoras asociadas con el colonia- lismo En el caso de Elias, es interesante ver que Confucio y la canonizacién de las normas de conducta del confusianismo fueron posteriores al pe- riodo de los estados guerreros en China yal surgimiento de un imperio centrali- zado. De igual manera, en Japon la doma del samurai fue posterior a las guerras civiles del siglo XVI y ala unificaci6n del pais bajo el mandato de Tokugawa. A diferencia de Foucault, sin embargo, la obra de Elias no parece haber intere- sado a los estudiosos de la historia del Jap6n, ni siquiera a los que se dedican al tema de la civilizaci6n Debe quedar claro que a pesar de las muchas criticas bien fundadas de las tres teorias discutidas en este articulo, ellas continian vigentes para el estado actual del pensamiento. * Funtan1, Takashi, Splendid Monarchy: Power and Pageantry in Modern Japan, Berkeley etc, 1996, pp. 19, 25, 141-145. * Comanorr, John y Jean, Ethnography and the Historical Imagination, Boulder, 1992, pp. 41- 42, 200-205. * No hay referencia en Funtani, Little in Ikecana, pero se puede comparar con IkEGAMI Historia y Sociepap No. 15, MEDELLIN, COLOMBIA, JULIO-DICIEMBRE 2008, Pr. 11-26

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