Está en la página 1de 19

Estratificación social y global

3.1 Desigualdades y estratificación social

Trabajaremos dos grandes temas: la desigualdad social en el interior de los países y la desigualdad social entre los
países. Si bien ambas dimensiones de la desigualdad se encuentran profundamente entrelazadas, con fines
pedagógicos las presentamos por separado.

Para analizar la desigualdad social discutiremos tres grandes perspectivas:


A) el análisis propuesto por el funcionalismo;
B) el análisis de clases inspirado en los trabajos de Karl Marx;
C) el análisis de clases inspirado en los trabajos de Max Weber.

Para analizar la desigualdad global presentaremos dos perspectivas:


a) la teoría de la modernización.
b) la teoría de la dependencia.

Desigualdades.
Para hablar de este tipo de desigualdad, los sociólogos (Macionis & Plumer, 2007) se refieren a la estratificación
social como la clasificación o jerarquización de los individuos según la categoría a la que pertenecen (o se les
asignan).
Para Crompton (1997), la expresión de estratificación social es un concepto general que describe estas estructuras
de desigualdad

En las sociedades preindustriales la estratificación social se consideró un fenómeno “natural”. Si las desigualdades
eran consideradas una cuestión natural de las sociedades, no era necesario investigarlas en términos sociales. Es
decir, la naturalidad implicaba que se derivaban de una estructura establecida por algún orden divino.

Sin embargo, como señala Crompton (1997), progresivamente los cambios operados por las revoluciones industriales
y la llegada de la Modernidad implicaron una crítica a los sistemas tradicionales de creencias que habían explicado y
legitimado las desigualdades materiales. Frente a la idea de que los seres humanos son desiguales por naturaleza o
por alguna causa divina, se desarrolló el argumento de que los seres humanos son iguales, no desiguales. Este es
precisamente el punto de partida de la reflexión sociológica sobre la desigualdad.

En el plano de la teoría política, los teóricos del “contrato social” ofrecieron las primeras respuestas (Crompton,
1997). Thomas Hobbes (1588-1679), postulaba que la vida de las personas en un supuesto estado de naturaleza era
peligrosa, brutal y corta, era una continua guerra del hombre contra el hombre como señaló en su conocida frase.

Los procesos de expansión de los mercados y las transformaciones de los procesos de producción
también implicaron la erosión de los derechos consuetudinarios en el dominio del comercio y la manufactura. Es
decir, los cambios políticos que crearon al individuo formalmente libre también dieron paso al trabajador sin tierra
que tenía el derecho de vender lo único que poseía: su fuerza de trabajo. El trabajo, en este contexto, se transformó
en una mercancía.
La importancia de las revoluciones inglesa y francesa fue central y de una magnitud considerable, ya que aquellas
provocaron la transición al capitalismo industrial. Esa es la nueva sociedad que estaba emergiendo con sus nuevas
desigualdades y a la cual los primeros sociólogos intentaron explicar.

Marx
consideraba el desarrollo de la historia humana como una consecuencia de los conflictos económicos y no solamente
políticos. La desigualdad era el resultado del acceso diferencial a los medios de producción y a lo que se producía. A
diferencia de los teóricos del contrato social, para Marx el Estado era inseparable del poder económico, y el
individuo soberano era tan solo una condición necesaria del modo de producción capitalista para poder perdurar; es
decir, coexistían la igualdad política (todos, normativamente, eran considerados como iguales) con las desigualdades
materiales.

Crompton (1997)
el desarrollo del capitalismo industrial fue el elemento principal de la transición a la Modernidad. La idea de
modernidad describe no sólo el desarrollo del industrialismo, sino también los correspondientes modos de vigilancia
y regulación de la población de los Estados Nacionales; éstos han sido identificados como una de las formas sociales
características del paso hacia la Modernidad.

Gran parte de la reflexión clásica de la sociología se originó teniendo como punto de partida las
profundas transformaciones operadas en Europa.

Macionis y Plumer (2014) señalan que hay cuatro características esenciales de la estratificación:

a. La estratificación social es una característica de la sociedad en su conjunto y no de algunos de sus miembros


considerados individualmente.
b. El sistema de estratificación social (desigualdades) se perpetúa de generación en generación.
c) La estratificación es una constante histórica, pero sus especificidades varían de sociedad a sociedad.
d) La estratificación social no es sólo una cuestión de desigualdad, sino también de cultura social, y está relacionada
con el sistema de creencias de los individuos.

Como señalan Macionis y Plumer (2007), de manera general podemos definir tres macro-sistemas de
estratificación:
- Esclavitud.
- Sistema de castas
- Las clases sociales.

Esclavitud
Es una forma de diferenciación y desigualdad que se basa en el derecho de propiedad que un grupo de individuos
ejerce sobre otro grupo. Las personas devienen en cosas que pueden ser compradas o vendidas.

Sistema de castas
Es una forma de estratificación social basada en características adscriptivas de las personas.
El sistema de castas es característico de la India y deriva del hinduismo. En el escalón más bajo se encuentran los
dalits (conocidos como los intocables) y en el nivel más alto los brahames (conocidos como los sacerdotes).
Crompton (1997) señala que las desigualdades sociales en este sistema se derivan de una estructura de la sociedad
establecida por la divinidad. En este sistema, el lugar en la jerarquía social está ligado a la pureza religiosa.
El argumento de Crompton (1997) es que si consideramos que hay sistemas ideológicos que justifican las
desigualdades, aquí debemos hacer referencia a dos conceptos religiosos: el kharma y el dharma. El karma implica
que las personas nacen en una determinada casta y que eso es lo que merecen de acuerdo a las acciones que han
llevado a cabo en una vida anterior. El dharma, que significa “existir conforme a lo que es moral”, enseña que vivir la
vida presente de acuerdo con las normas genera como resultado el posterior renacimiento en una casta superior y,
por lo tanto, una progresión última en el sistema de castas.

Sociedad de clases
Históricamente, el sistema capitalista erosionó los sistemas feudales y de esclavitud y provocó su transformación en
un sistema de clases. En teoría, este sistema se basa en las capacidades y logros personales. Se supone, además, que
es más abierto, de modo que los individuos, a través del sistema educativo o por otros mecanismos, pueden
experimentar algún tipo de movilidad social con relación a la posición que ocupan sus padres; sin embargo, esto no
siempre ocurre.

Giddens (2010) señala cuatro elementos centrales que distinguen este sistema de estratificación de los otros:
1) A diferencia de los otros sistemas de desigualdad, las clases sociales no se establecen por disposiciones jurídicas o
religiosas, y la pertenencia a ellas no se basa en una posición heredada, que se haya determinado legalmente o por la
costumbre.
2) En teoría, la clase a la que pertenece un individuo es en parte adquirida
3) Las clases se basan en las diferencias económicas que existen entre los grupos de individuos y en las desigualdades
en la posesión y control de los recursos materiales.
4) En los otros sistemas de estratificación, las desigualdades se expresan principalmente en relaciones personales
basadas en el deber o la obligación, ya sea entre siervo y señor, esclavo y amo, o individuos de una casta inferior o
superior.

¿Qué es la igualdad de oportunidades?

El principio de igualdad de oportunidades es conceptualmente simple: las circunstancias en el momento del


nacimiento no deben tener ningún peso en las oportunidades que una persona tenga en la vida.

La ideología como justificación de los sistemas de estratificación


Una de las razones para el mantenimiento y la reproducción de las desigualdades sociales es la ideología.

Ideología: definida como un conjunto de creencias culturales que sirven para justificar la estratificación social, entre
otras cosas. Las creencias que refuerzan la dominación de una minoría privilegiada sobre la mayoría de la población
son ideologías.

Según Wright (2005)


existen básicamente tres perspectivas para analizar la desigualdad en las sociedades capitalistas:
a) La perspectiva centrada en el individuo. Bajo este enfoque, la posición económica del individuo es analizada como
el resultado del nivel de éxito personal (algo que es un fenómeno puramente individual).
b) y c) El análisis de clases a partir de otras dos tradiciones: weberiana y marxista1 , adopta, en cambio, una versión
diferente para entender la desigualdad social.
3.2 Enfoques clásicos para el estudio de la estratificación social y de las clases sociales.

El análisis propuesto por el funcionalismo

Una de las perspectivas gradacionales tradicionales es la perspectiva del funcionalismo. Dentro del funcionalismo se
entiende que la desigualdad social juega un papel crucial para el correcto funcionamiento de las sociedades.

En una de las explicaciones clásicas de la desigualdad social, Davis y Moore (1942; 1945)
postulan que la estratificación social tiene resultados positivos para la sociedad en su conjunto y se preguntan:
¿cómo explicar que en todas las sociedades que conocemos existan desigualdades? ¿Por qué la desigualdad es un
fenómeno universal? La respuesta que dan estos sociólogos es que en toda sociedad compleja o moderna existe la
división del trabajo, y que esta implica que hay una gran variedad de ocupaciones diferentes que requieren
habilidades y niveles de preparación distintos (ciertos trabajos son más simples y otros son más complejos;
pensemos, por ejemplo, en un abogado o en una persona que realiza tareas de limpieza). Para Davis y Moore, hay
una división social del trabajo, y esta es una “necesidad funcional” para el correcto funcionamiento de la sociedad.

Laurin-Frenette (1976), esta perspectiva postula que la estratificación se define como un sistema de desigualdades o
de diferencias de prestigio y de estimación entre los miembros de un sistema social. Esas diferencias en el prestigio a
los diversos individuos, corresponden a las diferencias entre las posiciones que éstos ocupan en la estructura social.
Toda sociedad debe asegurarse de que las tareas y funciones necesarias para su supervivencia y su buen
funcionamiento sean adecuadamente cubiertas, es decir, que las funciones sociales: a) sean ejercidas; b) que sean
ejercidas por los que se encuentran en condiciones de hacerlo; y c) que éstos las cumplan del mejor modo posible.

El sistema de distribución de las recompensas forma parte del sistema social (sociedad): las recompensas que tienen
los individuos están vinculadas a las diferentes posiciones que ocupan en relación a títulos, requisitos previos, y
privilegios necesarios para el cumplimiento de las tareas correspondientes a esa posición. Esto está en
correspondencia con la satisfacción y la motivación del individuo que ocupa dicha posición

Las recompensas que percibe el individuo en cada posición son de tres tipos:
a) las que contribuyen al confort y al bienestar del individuo;
b) las que contribuyen a su placer y a su entretenimiento;
c) las que acrecientan el respeto y la estima que tiene de sí mismo.

El análisis de clases inspirado en Marx

Los conceptos de clases sociales, relaciones de clase o luchas de clases son centrales en la obra de Marx y podemos
decir que son claves para gran parte del marxismo como cuerpo de pensamiento.

Duek e Inda (2007)


acertadamente apuntan que desde la antigüedad hasta el siglo XIX diversos pensadores hablaban de la existencia de
clases y las describían; veían que la sociedad se dividía siempre en ricos y pobres, en nobles y plebeyos, en libres y no
libres, pero no podían explicarse las causas de esta desigualdad.

Giddens (1994, 2010) el argumento de Marx es que la clase es un grupo de personas que tienen una relación común
con los medios de producción. Si pensamos en términos históricos, antes de la aparición de la industria moderna los
medios de producción consistían primordialmente en la tierra y los instrumentos que servían para cultivarla o para
cuidar el ganado.
Según Marx, entonces, las clases sociales están determinadas por el proceso de producción.
Esto quiere decir que las dos grandes clases fundamentales están fundadas en las relaciones
de los individuos con los medios de producción:
1) los propietarios de los medios de producción (burgueses)
2) Y aquellos individuos que tienen que vender su fuerza de trabajo para subsistir
(proletarios).
Esta estructura profunda de la desigualdad es lo que explica gran parte de la dinámica
social.

Al tratarse de una perspectiva relacional se asume que existen relaciones entre las clases sociales y que
éstas son de explotación.

Siguiendo con el argumento propuesto por el sociólogo inglés Giddens (2010), en todos los momentos históricos
existieron relaciones de clase y de explotación. En las sociedades feudales la explotación tomó la forma de una
transferencia directa y simple desde lo que producía el campesinado hacia la aristocracia. Es decir, los siervos
estaban obligados a dar una cierta parte de su producción al señor feudal o tenían que trabajar un determinado
número de días al mes en las tierras de éste. En las sociedades capitalistas modernas, en cambio, la explotación es
más sutil
El argumento clásico de Marx es que en un día de trabajo de los trabajadores producen más de lo que el empresario
necesita para recuperar el salario que les paga. Ese excedente es el origen de las ganancias que los capitalistas
utilizan para aumentar su beneficio.

Según Marx, está sometido a la mecanización y a la opresión; un ejemplo clásico de esto es el del operario que tiene
que realizar durante muchas horas la misma tarea rutinaria.
Debemos recordar en este punto que Marx escribió en la época de los comienzos del capitalismo.

Burgueses y proletarios

Desde el principio de la historia, nos encontramos siempre la sociedad dividida en estamentos, dentro de cada uno
de los cuales hay a su vez, una nueva jerarquía social con grados y posiciones. En la Roma antigua eran los patricios,
los équites, los plebeyos, los esclavos.

En la edad media eran los señores feudales, los vasallos, los maestros, los oficiales de los gremios, los siervos de la
gleba. Y dentro de cada una de estas clases, nos encontramos también con matices internos. La moderna sociedad
burguesa, que ha surgido de las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido los antagonismos de clase. Lo que ha
hecho, sólo ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión, nuevas modalidades de lucha; que han
venido a sustituir a las antiguas.

Nuestra época, la época de la burguesía, se caracteriza por haber simplificado estos antagonismos de clase. Hoy y
cada vez más abiertamente, toda la sociedad tiende a separarse, en dos grandes grupos enemigos, en dos grandes
clases antagónicas: la burguesía y el proletariado.

Ahora bien, podemos preguntarnos ¿por qué no ha habido una revolución proletaria en las sociedades
capitalistas? De hecho, el sistema capitalista sigue en pie. Para responder a este interrogante, se pueden
argumentar al menos los siguientes fenómenos (Macionis & Plumer, 2007):
1) La fragmentación de la clase capitalista: hace un siglo las propiedades eran solo de unas pocas familias, mientras
que ahora existe el crecimiento de una mayor cantidad de propietarios, como así también el crecimiento de una
clase gerencial.
2) Trabajadores de cuello blanco, azul y rosa: la mayor parte de las personas que constituían la clase obrera cuando
Marx escribió eran trabajadores del campo, cuyas ocupaciones eran bajo prestigio y solo requerían el uso de
habilidades manuales.
3) Mejora en las relaciones laborales: se puede argumentar que en la actualidad los trabajadores tienen más
recursos organizativos en relación a los que tenían hace un siglo.
4) Mayor protección legal: desde los tiempos de Marx ha habido una mejora en la legislación que protege a los
trabajadores.

Sin embargo, podemos postular como argumentos a favor de Marx que:

1) la riqueza sigue estando concentrada;


2) las ocupaciones de “cuello blanco” apenas ofrecen mejoras a los trabajadores;
3) el progreso sindical requiere luchas sociales;
4) el sistema legal sigue favoreciendo a la gente de altos ingresos.

Análisis de clase inspirado en Max Weber


Según Max Weber (1864-1920), las divisiones de clases sociales no obedecen sólo a la esfera de la producción
económica, es decir, al control o no de los medios de producción, como postulaba Marx. Para Weber, existen
factores fundamentales fuera y dentro de la economía, como los valores, por ejemplo, que pueden ser relevantes
para explicar la desigualdad social.

Max Weber no creyera que la variable económica era relevante, sino que pensaba en un esquema multicausal de
surgimiento del capitalismo.

Según Giddens (2010), Weber coincide con Marx en que la clase se basa en condiciones económicas objetivas. Sin
embargo, hay dos diferencias fundamentales: en primer lugar, postula que en su formación también son importantes
otros factores económicos, aparte de los reconocidos por Marx. Por ejemplo, para Weber, las divisiones de clase se
derivan no sólo del control o no de los medios de producción, sino también de diferencias que no son estrictamente
económicas.
En segundo lugar, Weber distingue otros dos aspectos básicos de la estratificación, además de la clase:
Estatus
partido.

Así, para Weber la desigualdad social se produce por la interacción de tres dimensiones:

1) desigualdad económica, denominada como posición de clase (esfera económica);


2) desigualdad en relación al prestigio social (esfera social);
3) desigualdad en relación al poder (esfera política).

A su vez, Weber tiene otra visión de la estratificación: una perspectiva multidimensional de la estratificación (Marx,
por el contrario, pensaba que el poder y el prestigio social se derivaban de la posición económica, por lo que no veía
vio razón para estudiar esas dimensiones por separado).

Status
Según Weber, el status hace referencia a las diferencias que existen entre dos grupos en cuanto a la reputación o
prestigio que les conceden los demás. Es decir, hay grupos que tienen posiciones privilegiadas y que son reconocidos
por su gran prestigio en una determinada sociedad; los médicos son un ejemplo de éstos.
Desde la perspectiva de Duek e Inda (2006), el status representa la distribución del poder social.
Giddens (2010), por su parte, señala que aunque la clase está dada de forma objetiva, la posición depende de la
evaluación subjetiva que tengan las personas sobre las diferencias sociales.

Partido
Como señala Giddens (2010), Weber plantea que en las sociedades modernas la formación de partidos es un aspecto
importante del poder y puede influir en la estratificación, con independencia de la clase y de la posición.
El partido define a un grupo de individuos que trabajan conjuntamente porque tienen orígenes, aspiraciones o
intereses comunes. Como señalamos anteriormente, Marx entendía que la clase social explicaba las diferencias de
status y la organización en partidos políticos; Weber, en cambio, argumentaba que ninguno de esos procesos podía
reducirse a las divisiones de clase (aunque claramente se veían influidos por ellas, y a su vez la posición y la
organización de los partidos podían influir en las circunstancias económicas de los individuos y de los grupos,
afectando la clase).

Coincidimos con Giddens (2010) en que los escritos de Weber sobre la estratificación son importantes porque,
además de la clase, muestran otras dimensiones del fenómeno que tienen una gran influencia en las vidas de las
personas. Algunos sociólogos sostienen que el esquema de Weber ofrece una base más flexible y compleja para el
análisis de la estratificación que el proporcionado por Marx: entendiendo la desigualdad desde esta perspectiva
multidimensional, ya no es posible hablar de una sociedad polarizada en dos clases sociales.

3.3 Los sistemas mundiales. América Latina en el mundo.


Así como cada país presenta en su interior profundas disparidades sociales, a escala planetaria también existen
desigualdades entre los países.

¿Qué categorías utilizamos para referirnos a las desigualdades a nivel global?, o bien ¿qué indicadores nos sirven
para medir las desigualdades?

El punto de partida de esta sección será reflexionar sobre la situación social y económica de América Latina.

Una inicial categorización de la ubicación de América Latina en el contexto mundial fue la que propuso el economista
francés, Alfred Sauvey, en 1952 (Sauvy, 1952). Según él, el concepto de “tercer mundo” designaba a los países que
no pertenecían a ninguno de los bloques enfrentados en la Guerra Fría: el bloque occidental (Estados Unidos, Europa
Occidental, Japón, Canadá, Corea del Sur, Australia y aliados) pertenecía al primer mundo; el bloque comunista
(Unión Soviética, Europa Oriental, China) pertenecía al segundo mundo.

En ese contexto, América Latina pertenecía al “tercer mundo”. Sin embargo, esta inicial forma de categorizar a los
países actualmente está en desuso porque los países del bloque socialista han desarticulado muchas de las políticas
de aquel momento histórico; además, porque implica un criterio esencialmente político para estratificar a los países.

Otra manera de categorizar es aquella que los divide en “países en vías de desarrollo” y “países desarrollados”,
considerando que los países que se encuentran en vías de desarrollo están de alguna manera en una etapa de
transición desde un estado de subdesarrollo a otro de pleno desarrollo económico; por el contrario, hay ciertos
países que ya han alcanzado niveles plenos y óptimos de desarrollo económico.
¿Qué es el Ingreso Nacional Bruto y el Producto Interno Bruto de un país?
El producto interno bruto es la variable más conocida y utilizada para analizar el desempeño de las economías

Sin embargo, no es la que mejor refleja la cantidad de recursos con que cuentan los residentes de un país para gastar
o destinar a ahorro.

Por este motivo, y desde la perspectiva de las cuentas nacionales, cobra relevancia la diferenciación de los conceptos
de ingreso interno e ingreso nacional. Medido a precios corrientes, el ingreso interno bruto de un país es igual al
producto interno bruto y corresponde a la sumatoria de los ingresos generados en la actividad productiva de los
sectores residentes. Al sumar a este ingreso interno bruto los pagos netos de factores mencionados en el párrafo
anterior, se obtiene el ingreso nacional bruto.

La teoría de la modernización y La teoría de la dependencia.


Para analizar la desigualdad a escala global, la sociología (específicamente, la reflexión sociológica latinoamericana)
dio varias explicaciones. En esta sección discutiremos las primeras teorías que intentaron dar cuenta de la situación
de desarrollo, subdesarrollo y desigualdad en la región: la teoría de la modernización y la teoría de la dependencia.

Teorías de la modernización

A partir de la década del cincuenta se produce un cambio en la orientación de la sociología latinoamericana, dando
origen a lo que se denominó la sociología “científica”
La sociología científica
fue un movimiento de renovación contra una situación que en ese momento era percibida como negativa para el
desarrollo de la ciencia social en la región. El blanco de las críticas de esta corriente fue lo que se consideraba que
era “precientífico”, “premoderno” y “presociológico”. Esta primera etapa en la sociología latinoamericana,
caracterizada como de los pensadores, tenía al ensayo como principal medio de comunicación. Los llamados
pensadores, según indicaron Solari, Franco y Jutkowitz (1976), eran los intelectuales de América Latina que centraron
su preocupación en lo social y lo político, y cuyo rasgo central era interpretar la realidad social para luego
transformarla.
La sociología científica tuvo uno de sus mayores exponentes en la teoría de la modernización.
La teoría de la modernización
concibe, entonces, al desarrollo como la adopción de pautas de comportamiento, actitudes y valores identificados
con la racionalidad económica moderna, caracterizada por la búsqueda y obtención de la máxima productividad y
ganancia. También identifica los posibles obstáculos que pueden surgir en la plena implantación de la Modernidad, y
define los instrumentos de intervención capaces de resolver y alcanzar los resultados deseados en el sentido de
aproximar a cada sociedad y nación ese modelo teórico de sociedad.

Sintetizamos las ideas de Rostow en función de los trabajos de Preston (1999) y Valencia (2005):

1) La situación inicial es la sociedad tradicional. La característica de esta sociedad es la de una estructura con
funciones de producción limitadas y con un desarrollo científico también rudimentario.

2) La segunda etapa del proceso, siguiendo con el argumento esbozado en el trabajo de Preston (1999), tiene que
establecer condiciones previas para el despegue hacia el crecimiento autosostenido.
3) La tercera etapa se vuelve “normal”. Rostow, sostiene que el despegue implica la superación de los viejos bloques
y resistencias al crecimiento.

4) En la cuarta etapa hay un período largo de progreso y, como consecuencia de esto, las industrias avanzan,
maduran y se estabilizan; sucede una etapa de buen ajuste a los mecanismos sociales e institucionales: con el tiempo
se establecen una economía y una sociedad maduras que se basan en la absorción de nuevas tecnologías generadas
internamente.
5) La quinta etapa, es el período de consumo masivo; los sectores principales se apartan de las industrias pesadas
hacia el abastecimiento de bienes de consumo duraderos y servicios en el mercado de consumo.

Si bien en este momento histórico hay diferentes teorías del desarrollo, según Valencia (2005) el denominador
común puede sintetizarse en dos postulados que influirán las ciencias sociales hasta nuestros días; sobre todo, en la
metodología para comparar sociedades industriales desarrolladas y sociedades subdesarrolladas y dependientes. Los
puntos en común son los siguientes:

a) El subdesarrollo es una etapa previa y necesaria para alcanzar un capitalismo pleno. El corolario de esta tesis es
que hay un continuum en un proceso lineal de desarrollo, donde es necesario reunir condiciones de la primera etapa
para poder alcanzar la plenitud.
b) La segunda tesis es de orden metodológico. Se expresa en un conjunto de parámetros formales para medir el
subdesarrollo, se utilizan índices como: alfabetización, nutrición, natalidad y mortalidad, ingreso per cápita, niveles
de pobreza. Estos indicadores expresan el nivel en el que se encuentra una sociedad en relación al continuum
evolutivo.

¿Quién fue Gino Germani?

Gino Germani nació en Roma en 1911. Tras haber estado preso en Italia bajo el régimen fascista de Mussolini, en
1934 se radicó en Argentina, donde estudió filosofía y desarrolló una actividad política comprometida con la lucha
contra el fascismo. A partir de 1956 se desempeñó como docente en la Universidad de Buenos Aires en materias
relacionadas con la sociología, y en 1967 fue designado como Director del Instituto y la Carrera de Sociología, creada
ese mismo año.

Teoría de la dependencia
Como señala Theotonio dos Santos (1998) –uno de los fundadores–,
esta teoría surgió en América Latina en los años '60 para explicar las nuevas características del desarrollo
dependiente de la región. Esta perspectiva analítica es una crítica al marco interpretativo de los anteriores modelos
explicativos, como la teoría de la modernización, que ponían énfasis en un supuesto subdesarrollo de las sociedades
latinoamericanas.

Es importante enfatizar, como lo hace Boron (2008),


que la teoría de la dependencia nace en América Latina, a pesar de que existen algunas contribuciones aisladas en la
obra del economista egipcio Samir Amin.

Debemos ubicarnos temporalmente, según Osorio (1995),


en la segunda mitad de los años sesenta y los inicios de los setenta, donde la reflexión sociológica latinoamericana
estuvo relacionada fuertemente con la problemática de la dependencia y la incorporación de esta categoría fue uno
de los elementos centrales de las ciencias sociales de aquellos años.
Para Osorio (1995), hay dos grandes procesos que marcaron la historia y el curso de las ciencias sociales
latinoamericanas en los años sesenta y que fueron la base de la teoría que nos ocupa.
El primero de ellos fue la Revolución Cubana, que constituyó uno de los principales parámetros en las definiciones
teóricas y políticas del continente en la época.
El segundo factor, que incide en el surgimiento de esta teoría es la creciente integración del proceso productivo de
las economías de América Latina con el capital extranjero

Para dos Santos (1998)

Dos Santos (1998) señala que la teoría del desarrollo (la que estuvo vinculada a la teoría de la modernización) buscó
localizar los obstáculos a la plena implantación de la modernidad y definir los instrumentos de intervención capaces
de facilitar el alcance de los resultados deseados, en el sentido de aproximar cada sociedad existente a esta sociedad
ideal.

Como señala Dos Santos (1998) La teoría de la dependencia,


que surgió en América Latina en los años '60, intentó explicar las nuevas características del desarrollo dependiente
que se habían implantado en los países latinoamericanos. Desde la década del '30, los países se habían orientado en
la dirección de la industrialización, caracterizada por la sustitución de productos industriales importados de las
potencias por los producidos en industrias nacionales. De inmediato, terminado el ciclo depresivo (caracterizado por
dos guerras mundiales, una crisis global y la exacerbación del proteccionismo y el nacionalismo), se restablecía a
través de la hegemonía norteamericana la integración de la economía mundial.

ESTRATIFICACION SOCIAL (video conceptual)

Todas las sociedades tienen en su interior sistemas por los cuales jerarquizan o clasifican algunos a grupos enteros de
personas. A este fenómeno se lo conoce como ESTRATIFACACION SOCIAL.

Dos dimensiones:
1)En la parte material, la estructura divide quienes tienen ventajas materiales (poder, dinero, prestigio)
2) La dimensión simbolica que le brinda legitimidad al sistema y refuerza esas practicas

SISTEMAS DE CASTAS.

Es una forma mas extremas de estratificación social. A pesar de ser abalido hace mas de 70 años, el proceso de
socialización ha sido tan fuerte que van a pasar años hasta que no queden vestigios.

PIramides de los más y menos favorecidos:

- Brahmins: Claro, la iglesia (Gopzaba de todos los beneficios: riqueza, prestigio y poder)
- Kshatriyas: Guerreros y gobernantes
- Vaisyas: : Comerciantes, oficiales, profesionales, terratenientes de menos cargo
- Sudras: Clases de trabajadores en gral, campesinos, artesanos.
- Pariah: “Los intocables” o “Hijos de Dios” Pobres extremos. (Considerados impuros, no tenían permitidos
mezclarse con otras castas)

DESIGUALDAD SOCIAL.
Módulo 4

Cambio social y nuevas perspectivas sociológicas

4.1 Conceptos fundamentales en el estudio del cambio social

¿Cómo cambia la sociedad?

En los módulos precedentes indicamos las dos grandes preguntas que ha abordado históricamente la sociología y
que se relacionan con las siguientes problemáticas: ¿cómo una sociedad se mantiene ordenada? y ¿cómo cambia
una sociedad? Resulta imprescindible abordar sobre todo esta última pregunta puesto que se refiere a la posibilidad
que una sociedad tiene de modificar sus estructuras, valores, normas, productos culturales, etcétera, a raíz de
múltiples factores del devenir histórico, afectando, claro está, la forma de vivir y la ideología de los grupos sociales
que los experimentan.

El cambio social es inherente a toda sociedad. En ocasiones ocurre de manera casi imperceptible y, en otras, como
en el caso de las revoluciones, ocurre intempestivamente.

Podemos observar cambios sociales en diferentes aspectos de una sociedad. En ocasiones se los relaciona con
cuestiones económico- políticas; pero también podemos hablar de cambio cultural, cuando las modificaciones
sustanciales se observan a nivel ético-identitario.

El paso de un sistema feudal a uno capitalista.

4.2 El evolucionismo clásico.

La idea de comparar el organismo biológico con la sociedad surge como una metáfora. Una metáfora que equipara la
constitución y el crecimiento orgánico con la constitución y el crecimiento de las sociedades. Más tarde la metáfora
fue tomada en su literalidad y las sociedades devinieron reificadas; esto implica que al considerarse como
organismos, fueron entendidas como “naturales”, en lugar de comprender su constitución social e histórica. Por esto
es menester dejar en claro a qué se refieren los teóricos que proponen esta metáfora y cómo plantean la citada
analogía.

La analogía orgánica

Los teóricos que plantean esta analogía encuentran dos puntos de encuentro fundamentales entre un organismo
biológico y lo que denominarán como organismo social. Un punto se refiere a la anatomía, es decir, a la construcción
interna que tiene un organismo (biológico o social). Otro punto se refiere a la fisiología, es decir, al funcionamiento
interno de dicho organismo (Sztompka, 1993).

1) En referencia a la anatomía, el organismo biológico y el social se asemejan porque se trata de elementos


agrupados en unidades más complejas y unidos o integrados por una determinada red de relaciones (denominada
“estructura”).

2) En referencia a la fisiología, la similitud estaría en el hecho de que los elementos orgánicos y sociales realizan
acciones específicos, contribuyendo así a su preservación y continuación.

Comte y el concepto idealista de la evolución

Cuando hablamos de Auguste Comte no podemos omitir su planteamiento de la ley de los tres estadios. Estos
estadios que plantea el autor se refieren a formas por medio de las cuales las personas explican los hechos que
ocurren en la realidad. La evolución, entonces, está dada por la aparición de nuevas maneras a las cuales las
sociedades recurren para explicar su entorno.
En el estadio teológico las personas encuentran la explicación para los hechos en poderes sobrenaturales. En
primera instancia, el poder sobrenatural es atribuido a ciertas cosas, lo cual se denomina fetichismo; luego, a varios
dioses (politeísmo) y, finalmente, a un Dios (monoteísmo).

Spencer y el concepto naturalista de la evolución

El presupuesto básico de Spencer es que toda realidad (natural o social) es básicamente material. Por tal razón, la
evolución es el principio común a toda realidad. La evolución procede por medio de la diferenciación estructural y
funcional: de la simplicidad a la complejidad, de lo amorfo a la articulación de las partes, de la uniformidad, la
homogeneidad, a la especialización, a la heterogeneidad, y de la fluidez a la estabilidad.

- ¿Cómo se genera esta heterogeneidad en las sociedades?

Spencer (1992) se refiere a la formación de las profesiones, como forma de heterogeneidad social, en estas palabras:

El mecanismo de la evolución está basado en tres regularidades: primero, hay una inestabilidad inherente de las
poblaciones uniformes, homogéneas; segundo, hay una tendencia a amplificar estas desigualdades, la especialización
de los papeles se profundiza, las disparidades de poder y riqueza crecen; tercero, como la gente de posición parecida
tiende a agruparse (papeles, funciones, prestigio, riqueza), la sociedad empieza a dividirse en fracciones, clases y
grupos según diferenciaciones de clase, de nación y de ocupación (Sztompka, 1993).

Una vez constituidos y establecidos los límites que protegen esas identidades, la segregación de la población se
fortalece y ya no es posible volver a la homogeneidad inicial.

Es importante comprender la idea de evolución propuesta por Spencer puesto que luego retomaremos ciertas ideas
para hablar de la teoría durkheimiana.

Lewis Morgan y la concepción materialista de la evolución

Lewis Morgan (Sztompka, 1993), desde el campo de la antropología, propone una mirada de la evolución basada en
la tecnología. Para este autor, son las invenciones y los descubrimientos los que transforman la vida de las
poblaciones.

Según Sztompka (1993) esta explicación monocausal se volvió muy influyente y reapareció luego en la escuela
marxista, donde Engels utiliza las ideas de Morgan acerca del origen de la familia, de la propiedad privada y el
Estado.

Emile Durkheim y el concepto sociologista de evolución

En el módulo 1 hemos desarrollado la teoría propuesta por este autor. Retomamos sus argumentos con vistas a
explicar la evolución desde una mirada sociologista.

Como hemos afirmado previamente, Durkheim buscaba las causas de todo hecho social en otro hecho social. Por
esta razón, buscó las razones de la evolución social en la división del trabajo. Durkheim afirma que la diferenciación
de tareas y de funciones provoca, a la larga, la evolución de las sociedades, pudiendo hablar así de un tránsito de la
sociedad tradicional a la sociedad moderna: la primera, caracterizada por una forma de solidaridad mecánica, con
vínculos fuertes, alto grado de control social y colectivismo; la segunda, con una forma de solidaridad orgánica, de
individuos autónomos con actividades claramente diferenciadas, división del trabajo, lazos de complementariedad y
ayuda mutua.

Ahora bien, si la división del trabajo es el elemento que rompe con la sociedad de solidaridad mecánica para dar paso
a una sociedad moderna caracterizada por formas de solidaridad orgánica...

- ¿Cuál es el motor que genera la división del trabajo?


Durkheim propone el concepto de densidad dinámica para explicar la forma en que se genera esta evolución. La
densidad dinámica está en relación directa con dos variables: la densidad poblacional y el nivel de interacción
existente entre los miembros de una sociedad. Si estas dos variables se articulan, la densidad dinámica posibilita la
constitución de un nuevo tipo de solidaridad.

Ferdinard Tönnies y la evolución sin progreso

Como podemos observar, en los diferentes autores mencionados existe la idea de evolución entendida como pasaje
de un estado a otro. El paso de un tipo de sociedad a otra está presente en la mayor parte de los debates del siglo
XIX y también en los aportes de quienes hemos denominado “padres fundadores”.

La sociedad se presenta como muy distinta a la comunidad, lo cual para Tönnies significa una forma de evolución
nociva, negativa, que va contra las necesidades humanas. Este sociólogo observa críticamente cómo las
relaciones se gestan a partir del intercambio económico, cómo la familia pierde importancia frente a instituciones
tales como el Estado y la economía, y el sujeto deviene persona o ciudadano que obedece leyes de contratos y cuya
institución central es la ciudad que se despliega. En este tipo de sociedad el control social se da, además de al
amparo de la ley, a partir de la opinión pública, y no sobre la base de ciertas tradiciones, costumbres o creencias
religiosas.

Lester Ward y la evolución de la evolución

La idea central sería que el mecanismo mediante el cual las sociedades evolucionan también evoluciona. Si en el
principio del mundo la evolución se daba de manera natural, en sociedades avanzadas se da a partir de la planeación
de las acciones en la búsqueda de ciertos fines. De esta manera, la evolución se gesta con anticipación y adoptando
la perspectiva de construir el futuro.

Así, podemos sintetizar las distintas concepciones expresadas acerca de evolución en el siguiente cuadro:

Comte Spencer Morgan Durkheim Tönnies Ward

Concepción Concepción Concepció Concepció Concepció Evolución del


idealista. naturalista. n n n crítica. conocimient
Idea de evolución

materialist sociologist o.
La evolución La evolución La
a. a.
como como evolución La evolución
evolución del diferenciación y La La no es a partir de
conocimient heterogeneida evolución evolución a sinónimo diferentes
o. d. como partir de la de mecanismos
evolución división del progreso. de acuerdo
tecnológic trabajo. con la época.
a.

4.3 Teorías viejas y nuevas de la modernización.

¿Qué entendemos por modernización?

Pensar en teorías de la modernización nos invita a reflexionar acerca de ciertos interrogantes. En primer lugar: ¿qué
relación podemos establecer entre modernidad y modernización? ¿Estamos hablando de lo mismo?

¿El proceso de modernización es inevitable?, ¿es deseable? ¿Todo proceso de cambio es un proceso de
modernización?
Ahora bien, hablar de teorías de la modernización implica adoptar una postura particular y más restringida en torno
a la forma en la que este proceso es llevado a cabo por ciertas sociedades denominadas subdesarrolladas (por no
haber podido alcanzar un espacio en el centro de la sociedad moderna). En el transcurso del módulo 3 se ha
desarrollado lo central de la teoría de la modernización, haciendo referencia a la estratificación global y a las
diferentes propuestas que surgieron para explicar la desigualdad entre los países. En este módulo nos referiremos a
las teorías de la modernización para abordar la manera en la cual dichas teorías explican el cambio social.

Las teorías de la modernización surgen en la etapa posterior a la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual el
mundo queda dividido en tres: el primer mundo, integrado por países capitalistas, desarrollados e industriales; el
segundo mundo, socialista y en proceso de industrialización; y el tercero, conformado por las sociedades
postcoloniales y preindustriales, entre las cuales, por supuesto, se contaban los países latinoamericanos. De allí que a
partir de los discursos circulantes de la época nos resulte tan familiar la denominación de tercermundistas como un
concepto peyorativo.

¿Cómo se entienden los cambios sociales desde esta teoría?

Como mencionamos antes, la teoría de la modernización ha sido desarrollada en el módulo 3. El sesgo evolucionista
de dicha teoría mengua a medida que ésta avanza a partir de las críticas que recibe. En esta ocasión nos enfocaremos
en desarrollar el concepto de cambio desde los presupuestos de la teoría de la modernización, considerando
especialmente las producciones iniciales de los años '50 y '60.

Los cambios sociales son unilineales e irreversibles

¿Qué significa que los cambios sean unilineales? Significa que hay un único camino a seguir para alcanzar el estado
de desarrollo considerado como deseable, y ese camino es el que han seguido los países industrializados.
Conociendo, entonces, la meta a alcanzar y el camino a seguir, entendido como el único posible, sólo resta guiar a los
países subdesarrollados y ayudarles a “seguir los mismos peldaños” (Sztompka, 1993, p. 157) que los países tomados
como referencia.

Desde este enfoque, el desarrollo se entendía como un cambio inevitable, irreversible, mediante el cual las
sociedades se movían hacia la modernidad, la cual, según los sociólogos, se evidenciaba en las características de las
sociedades democráticas, industrializadas y capitalistas de occidente.

¿Cuál es, entonces, el motor de cambio para las teorías de la modernización?

Como ya indicamos, dependiendo de si hablamos de las primeras líneas de trabajo o de las propuestas posteriores, el
cambio se entiende como más o menos autosostenido.

Según las primeras teorías de corte evolucionista, se entiende que un cambio hacia el desarrollo es inherente a la
sociedad y se da de manera inevitable si no es obstaculizado. Desde una postura darwinista, este cambio puede
darse de manera muy lenta, asumiendo la existencia de sociedades más adaptadas que otras; por lo tanto, el
desarrollo debería, en este caso, ser movilizado desde arriba, a partir de una toma de conciencia por parte de las
sociedades más avanzadas acerca de las limitaciones de las subdesarrolladas.

Finalmente, la tecnología resulta un motor de movimiento hacia la modernización. A partir de los descubrimientos e
innovaciones se modifica la forma de organización social, de vida política, de patrones culturales y de vida cotidiana.

La crítica de la idea de modernización

Según Sztompka (1993), la teoría de la modernización ha sido criticada tanto desde el punto de vista empírico como
teórico. Empíricamente, se la ha criticado por ser contraria a la evidencia histórica. Es decir, basta con observar la
realidad de los países denominados desarrollados para comprobar que el cambio hacia el desarrollo inevitable del
cual hablaban los teóricos de la teoría de la modernización no ocurrió; por el contrario, la pobreza es cada vez más
implacable, la brecha de desigualdad es mayor y los rasgos culturales completamente lejanos a la idea de
modernización (como el fundamentalismo religioso, por ejemplo) no deja de emerger.

Los 10 puntos que caracterizan a las nuevas teorías de la modernización

Sztompka (1993) advierte acerca de la necesidad de repensar el concepto de modernidad y las teorías de la
modernización. El autor resume el debate actual sobre estas teorías en diez puntos:

1. En cuanto al motor de cambio


2. En cuanto a los motivantes
3. En cuanto a las fuerzas exógenas
4. En cuanto al modelo occidental
5. En cuanto al tiempo
6. En cuanto a los beneficios que ofrece
7. En cuanto a los valores
8. En cuanto a los prejuicios anti- tradicionalistas
9. En cuanto a las sociedades postcomunistas
10. En cuanto a la idea de “modernidad triunfante”

4.4 El cambio desde el materialismo histórico.

La concepción materialista de la historia se encuentra presente en los trabajos de Karl Marx, Friedrich Engels y sus
seguidores; encuentra también sus raíces en el evolucionismo, puesto que los autores hablan de una historia como
proceso natural, cuyas leyes deben ser comprendidas para poder luego intervenir en el curso de la misma.

Los rasgos evolucionistas de las propuestas de Marx se observan en los siguientes postulados: por una parte, Marx
creía firmemente en el progreso y compartía el optimismo de los evolucionistas; por otra parte, entendía que el
mecanismo de cambio era inherente a las sociedades, es decir, que los cambios se generaban desde adentro;
finalmente, como los evolucionistas, explicaba los cambios históricos a partir de estadios.

¿Por qué materialismo?

Cuando hablamos de materialismo planteamos una oposición al idealismo hegeliano, del cual Marx parte para
explicar su concepción del mundo. Marx retoma de la propuesta de Hegel la forma dialéctica de entender al mundo.
A riesgo de simplificar en demasía, podemos señalar que Hegel ofrece una postura filosófica en la cual la pregunta
central radica en cómo se genera el saber absoluto, y la respuesta que brinda reside en la dialéctica del espíritu.
Mostrar el origen del saber absoluto lleva a Hegel a desarrollar su Fenomenología del Espíritu (Geist), publicada por
primera vez en 1807.

¿Y qué es la dialéctica?

Se entiende la dialéctica como la unión y la superación de los contrarios. El pensamiento aristotélico, la lógica
tradicional, se asienta sobre el principio de la no contradicción; es decir, resulta imposible afirmar y negar una cosa al
mismo tiempo.

¿Cuál es el motor de cambio?

Retomando el tema que nos ocupa en esta lectura, intentaremos dar respuesta a la pregunta acerca de cuál es el
motor de cambio social a partir de esta postura teórica. En primer lugar, y dada la forma dialéctica de entender el
mundo, el origen del cambio estaría en la contradicción. En el mundo material esta contradicción podría
observarse en el conflicto de intereses que se da entre una clase y otra.
En segundo lugar, como ya indicamos al principio, dada su raíz evolucionista, el motor de cambio se entiende como
endógeno con respecto a la sociedad. En palabras simples, podríamos decir que resultaría natural que el conflicto se
exacerbe al punto de romper con el sistema y dar lugar a otro sistema.

La metáfora de los escalones

Sztompka (1993) realiza un análisis de la teoría de Marx, indicando que la misma debe comprenderse como una
mirada de la sociedad a distintos niveles. Cada escalón representa un nivel, y atravesar los escalones en una u otra
dirección implica comprender la sociedad desde lo individual hacia lo colectivo y a la inversa, desde lo empírico hacia
lo abstracto y a la inversa. Allí radica, de acuerdo con el autor, la complejidad de la propuesta de Marx.

El cambio definitivo para Marx estaría dado por la revolución, la cual permitiría abolir la propiedad privada y, de esta
manera, construir una sociedad sin clases. Sin embargo, dicha revolución sólo sería posible a partir de que el
proletariado tomara conciencia de su condición de clase, de su opresión.

Si bien Marx afirmaba que la opresión misma daría lugar a la revolución, es decir, que esta sería inevitable,
consideraba que el trabajo político era indispensable para que la mencionada conciencia de clase fuera posible.

La revolución

También la revolución puede ser entendida desde diferentes niveles de análisis. El abordaje que nos ofrece Sztompka
(2003) nos permite analizar la revolución desde el nivel histórico-mundial, desde el nivel socioestructural y desde el
nivel de la acción (es decir, desde lo más general hacia lo más particular). Así, en el nivel histórico-mundial, las
revoluciones significan transformaciones de toda la formación socioeconómica, mientras que en el nivel
socioestructural las revoluciones implican el reemplazo de la clase dirigente por la clase contendiente; finalmente, en
el nivel de la acción individual la revolución se refiere a las acciones masivas colectivas en las que los intereses,
primordialmente económicos, de algunas personas prevalecen sobre los de otras.

5. Nuevas perspectivas en sociología

Como pudimos ver al finalizar el módulo 1, gran parte de la sociología se estructuró teniendo en cuenta las
profundas transformaciones ocurridas en Europa luego de las revoluciones francesa e industrial. Los padres
fundadores fueron Marx, Weber y Durkheim. Ahora bien, esto nos lleva a cuestionarnos el lugar de América Latina
en las ciencias sociales. Con respecto a la sociología cabe notar que uno de los puntos en común que podemos
encontrar en los padres fundadores de la disciplina es que eran todos hombres, blancos y europeos. Este detalle, no
menor por cierto, abre un campo de problemas de orden epistemológico de profundas

No es la intención de esta lectura cerrar los temas de manera concluyente; por el contrario, intentaremos
simplemente mostrar algunos puntos sobre los cuales existen profundos debates.

5.1 Crítica a los fundamentos eurocéntricos de las ciencias sociales y la sociología

Como han señalado diversos autores, las ciencias sociales tuvieron rasgos eurocéntricos desde el momento de su
constitución. Además, como señala Wallerstein (1998), no solo hay rasgos eurocéntricos en la construcción de la
sociología como ciencia, sino que esto tiene implicancias actuales.

Para presentar esta cuestión vamos a hacer referencia a los trabajos de Marx y su análisis del “mundo colonial”, el
“tercer mundo” (aunque, como vimos previamente, esta definición es problemática) o lo que, siguiendo a la teoría
de la dependencia, podemos nombrar como el “mundo periférico”. Es en esos análisis de Marx que podemos
encontrar las tensiones a las que estamos haciendo referencia.
Santiago Castro-Gómez (2005), uno de los referentes en las críticas al eurocentrismo, plantea ciertas incongruencias
en el pensamiento de uno de los padres fundadores de la sociología, Marx. Veamos el argumento del autor. Según
Castro-Gómez, en el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels nos dicen que la burguesía es un actor social
clave y que cambia la historia, es decir, que cambia las relaciones sociales (Véanse los párrafos que citamos en las
lecturas precedentes.).

El problema de la teoría de Marx y Engels (en este caso hacemos referencia a estos autores, aunque las críticas
pueden extenderse al resto) es que las sociedades no capitalistas fueron analizadas desde la perspectiva de las
sociedades modernas europeas.

¿Qué es el eurocentrismo?

Según Samir Amin (1989), en un texto clásico, el eurocentrismo es un “culturalismo”; esto quiere decir que se supone
que no hay variaciones culturales que permitan diferentes trayectos históricos a los diferentes pueblos, y que estos
son irreductibles entre sí. Entonces, para Amin (1989) el eurocentrismo no se caracteriza por los prejuicios de los
occidentales con respecto a los demás; después de todo, existen prejuicios de pueblos no europeos en relación a los
occidentales.

En esta lectura trabajaremos, como es de suponer, al nivel de las manifestaciones del eurocentrismo en las ciencias
sociales en general y la sociología en particular. Para decirlo en términos más simples, el eurocentrismo supone que
Europa y su cultura fueron el centro y el motor de la evolución social; por lo tanto, la historia europea se concibe
como la Historia Universal.

5.2 Decolonialidad

Gran parte de las críticas al eurocentrismo implícito en la construcción de las ciencias sociales llevó a la búsqueda de
renovadas perspectivas para entender el mundo en el que vivimos.

Como señalan Restrepo y Rojas (2010), un grupo de intelectuales latinoamericanos, radicados en América del Sur, el
Caribe y también en los Estados Unidos, han conformado una comunidad de trabajo nucleada alrededor de un
conjunto de problematizaciones sobre la Modernidad y el significado y las implicancias que ésta tuvo para América
Latina.

De manera un tanto general, el pensamiento “descolonial” o “decolonial” puede ser entendido como un conjunto de
reflexiones críticas sobre lo que se llamó el “lado oscuro de la modernidad”, cuyo objetivo es transformar los
contenidos, términos y condiciones en los cuales el eurocentrismo y la colonialidad se han expandido en las ciencias
sociales (Restrepo & Rojas, 2010).

Siguiendo los argumentos de Restrepo y Rojas, vamos a señalar seis rasgos principales en los cuales los intelectuales
vinculados a este “paradigma” (en sentido amplio) confluirían y estarían de acuerdo. (Señalamos este punto porque
aquellos intelectuales que trabajan en esta perspectiva provienen de tradiciones disciplinarias diversas y muchas
veces ponen énfasis en diferentes dimensiones del mundo social; sin embargo, podemos identificar algunos puntos
en común). La idea es la de proveer una primera visión general sobre las especificidades de estos planteos. Veamos,
pues, los rasgos principales (Restrepo & Rojas, 2010):

1) El primer punto es distinguir colonialismo de colonialidad. Por colonialismo entendemos la dominación política y/o
militar que garantizan la explotación de las colonias de manera directa. Por colonialidad hacemos referencia a un
fenómeno histórico más complejo, que tiene su origen en el colonialismo.

La idea de colonialidad fue planteada inicialmente por el sociólogo peruano Anibal Quijano.
2) El segundo punto es entender a la colonialidad como el “lado oscuro” de la modernidad. Muchos teóricos de la
modernidad (y en esto podemos reflexionar sobre los orígenes de la sociología) ven en ella un proyecto
emancipador. Pero el giro decolonial enfatiza la cara “oculta” de la Modernidad.

3) En tercer lugar, problematizar los discursos euro-centrados e intra-modernos de la modernidad. Según esta
tradición, las ciencias sociales y, en particular, la sociología estructuraron sus argumentos con una versión
profundamente eurocéntrica. Inclusive el marxismo, que en principio tenía objetivos de revolucionar el nuevo orden
social capitalista, tenía sesgos eurocéntricos.

4) En cuarto lugar, pensar en términos de un sistema mundializado de poder. En función de los argumentos
precedentes, esta tradición no analiza los problemas en términos de países, estados o regiones aisladas, sino que el
objetivo es comprender lo que sucede en un país o región en relación con un sistema mundial de poder.

5) En quinto lugar, en vez de pensar en un nuevo paradigma, la inflexión decolonial se considera en sí misma como
un paradigma otro. Como vimos a lo largo de los módulos de estudio, en sociología básicamente podemos hablar de
tres grandes paradigmas.

6) Finalmente, la inflexión decolonial aspira a consolidar un proyecto decolonial. Las profundas críticas
epistemológicas de esta tradición no solamente tienen como objetivo problematizar la colonialidad del saber (a
través de las formaciones y establecimientos eurocentrados y las narrativas modernas, como el liberalismo o el
marxismo), sino que también buscan la articulación práctica (no solo académica) con intervenciones en el mundo
social; es decir, se busca, además, pensar un “proyecto político de descolonización” de la colonialidad del poder,
del saber, del ser y de la naturaleza.

Finalmente, se entiende a la inflexión decolonial, según Restrepo y Rojas (2010), como una corriente intelectual
definida en torno a una serie de problematizaciones que elabora un sistema más o menos coherente de conceptos
en una narrativa: se busca cuestionar los contenidos, pero también los términos (las condiciones) del sistema mundo
moderno/colonial y sus diversas articulaciones locales.

5.3 Perspectiva de género

Como podrán observar, la sociología se estructuró desde su momento fundacional, en función de las ideas de un
grupo de intelectuales que compartían el hecho de pertenecer al género masculino. Esta observación en el campo de
la sociología, pero también en las Ciencias sociales, en general fue objeto de varias críticas provenientes de lo que
denominamos como “perspectivas de género”.

Como señala Carapia (2004), el siglo XX fue el marco de grandes transformaciones sociales que provocaron
importantes cambios en la vida de las mujeres y su incorporación al ámbito público, es decir, su entrada en el
“mundo de lo social”. En ese sentido, la Primera y Segunda Guerra Mundial obligaron a las mujeres a incorporarse al
trabajo en las industrias y sustituir a los hombres que estaban en el frente de batalla.

Es, entonces, precisamente este contexto uno de los puntos centrales para comprender la irrupción en el escenario
de la “perspectiva de género” en sentido amplio.

La condición social de las mujeres implica todas aquellas características económicas, sociales y políticas que definen
sus funciones y roles en la sociedad en cada momento histórico, y que se estudian a través de la categoría de género.

Para Carapia (2004), se entiende como género la construcción social que se basa en el conjunto de ideas, creencias y
representaciones que generan las culturas a partir de las diferencias sexuales, las cuales determinan los papeles de lo
masculino y lo femenino.

5.4 Etnicidad
En el ítem sobre decolonialidad hicimos referencia a que uno de los problemas de la construcción de la sociología en
América Latina fue la adecuación o no de la categoría de clase social para estudiar la estructura social en la región.
En efecto, como tú podrás evidenciar, el concepto de clase social (en sus vertientes marxistas y weberianas) presenta
una serie de problemas para aplicarlo a la situación de países donde el capitalismo se caracterizó por ser periférico.

¿Qué es la etnicidad?

Según Giddens (2010), la etnicidad hace referencia a las prácticas culturales y perspectivas que distinguen a
una determinada comunidad de personas. Los miembros de los grupos étnicos se ven a sí mismos como
culturalmente diferentes de otros grupos sociales, y son percibidos por los demás de igual manera.

También podría gustarte