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Tocofobia secundaria
La tocofobia secundaria la padecen quienes ya han tenido uno o
más hijos y han tenido una experiencia previa traumática
relacionada con el embarazo o el parto.
Por otra parte, hay razones inexplicables como el miedo a ser rechazada
socialmente, a no poder escalar una posición en la empresa donde se trabaja y a
la exclusión familiar cuando no hay buenas relaciones entre los miembros. “En
cuanto al parto, hay mucho miedo al dolor. Este puede ser exagerado y
persistente”, indica el especialista.
Como en todas las fobias, en la fobia al embarazo, o tocofobia, las mujeres se
enfrentan a cuatro posibles respuestas. La primera es a la inmovilidad o
estupefacción.
Otra respuesta es la evitación, es decir, que evitará todo contacto físico y sexual
con otras personas. También extremará las medidas para no concebir. “Por
ejemplo, las mujeres que tienen un dispositivo intrauterino y deciden además
tomar pastillas anticonceptivas y usar un condón para evitar el embarazo. Es
extremo. La intención es que no existan posibilidades”, explica Castrillón.
Todos los seres humanos somos vulnerables al miedo. Por ejemplo, la mayoría de
las personas compartimos el miedo a la oscuridad, las alturas, a los animales
pequeños, rastreros y rápidos. También a los animales grandes y a los ruidos
fuertes. Sin embargo, hay personas genéticamente dispuestas para ciertos miedos
o que han vivido experiencias traumáticas y tienen más disposición a desarrollar
una fobia. La tocofobia es poco común, No hay cifras exactas pero se estima que
está muy debajo de 1% de la población. Los hombres pueden padecer una fobia
parecida pero en menor medida porque ellos no sufren el mismo dolor al momento
de parir.
“Vivo angustiada hasta que me viene la regla”, “no me fío de los anticonceptivos”, “todos los meses siento
síntomas de embarazo”…Este tipo de frases podrían ser habituales en una mujer que sufra tocofobia. El
miedo irracional al embarazo afecta a 1 de cada 6 mujeres. Si te sientes identificada con las frases anteriores
probablemente estás pensando que hablar de fobia es exagerado, ¿verdad?
Diariamente recibo dudas de mujeres que temen estar embarazadas, puedo afirmar que casi la mitad de las
situaciones que me cuentan no conllevan riesgo de embarazo en absoluto; mujeres que utilizan perfectamente
los métodos anticonceptivos y que incluso combinan dos métodos pero aún así temen que todo haya fallado,
chicas que ven en las nauseas o el dolor abdominal un signo inequívoco de embarazo, parejas que practican
la heteromasturbación o el sexo oral y creen posible la fecundación.
El factor común de todas estas historias es la falta de información y el miedo. La educación sexual que hemos
recibido ha sido mínima y cuando ha existido se ha basado en la prevención de embarazos y ETS. Nadie nos
ha contado nada sobre el placer, la intimidad, el erotismo…¡ni siquiera nos han explicado bien nuestra
anatomía! pero es que además hablando de prevención tampoco hemos recibido los mensajes adecuados, al
contrario, todo se resume en ; si no usas preservativo quedarás embarazada y/o morirás de SIDA.
1. Los anticonceptivos son muy eficaces; no es algo que se diga por decir, los métodos anticonceptivos pasan por
muchísimas pruebas hasta que salen al mercado y mejoran continuamente. Por ejemplo la píldora anticonceptiva tiene
un 99,7% de eficacia, esto es que solo 3 de cada mil mujeres que la utilizan quedan embarazadas cada año. (Si quieres
ver la eficacia de todos los anticonceptivos pulsa aquí)
2. Quedar embarazada, aún queriendo, no es tan sencillo. Las mujeres solo somos fértiles durante 6 días al mes; 4
días antes de la ovulación porque es la vida estimada del espermatozoide en el útero, el día de ovulación y el siguiente
(el ovulo solo vive 24 horas). Incluso en esta semana fértil se estima que la posibilidad de que el espermatozoide
fecunde al ovulo es solo de un 20%. Esa es la razón por la que una pareja sana puede tardar hasta un año en lograr un
embarazo. (más sobre el ciclo menstrual aquí)
Como ves, no es en absoluto sencillo quedar embarazada y utilizando anticonceptivos roza la imposibilidad.
Seguro que conoces a alguien que quedó embarazada utilizando un DIU, o tomando la píldora perfectamente
o en el primer intento. Cuanta más angustia te provoque la probabilidad de un embarazo más personas
conoces en estos casos.
Esto se llama sesgo de confirmación y es la forma que tenemos las personas de filtrar la información para que
confirme lo que ya pensamos. Es muy habitual y aplicable a todas las áreas de nuestra vida, en general
tendemos a buscar pruebas de que lo que creemos es cierto, que confirmen nuestra hipótesis, en lugar de ver
las cosas de una manera neutral y objetiva.
Si eres una persona preocupada por un embarazo no deseado te fijarás y recordarás más las historias de
mujeres a las que les ha ocurrido incluso utilizando anticonceptivos y así confirmarás que tienes razón
preocupándote. Para refutar estas ideas existen estudios científicos como los de eficacia de anticonceptivos
pero este sesgo de confirmación te dificultará creértelo. ¿La solución? saturarte de información neutral y
objetiva, leer estudios, preguntar a profesionales…
Esta claro que los anticonceptivos pueden fallar pero ya has visto que es muy muy difícil que lo hagan. Los
casos que has escuchado pueden ser porque la persona no los utilizara bien, porque ocurriese hace años
cuando algunos anticonceptivos no estaban tan perfeccionados (en el caso del DIU) o porque efectivamente
perteneciesen a ese mínimo porcentaje. También he de decir, sin animo a desacreditar a nadie, que pocas
personas que quedan embarazadas por fallo suyo son capaces de admitirlo.
El sesgo de confirmación que he explicado antes también se puede aplicar a la hora de buscar síntomas de
embarazo. Cuando tememos estar embarazadas podemos percibir claramente las nauseas, el dolor
abdominal, manchados de implantación etc.
Además de que todas esas señales pueden aparecer como consecuencia de cualquier otra cosa que no sea
el embarazo, hay ciertas creencias erróneas respecto a los síntomas.
Debemos pensar que desde que el ovulo se fecunda hasta que se implanta en el útero pasan de 7 a 10 días y
hasta entonces no comenzamos a segregar las hormonas del embarazo así que no puede ser detectado (de
ahí que los test no sean fiables) y por supuesto tampoco puede ser percibido por la mujer. Desde que
ovulamos hasta que baja la menstruación pasan unos 14 días, osea que en caso de embarazo no se
implantaría hasta unos 4 días antes de la menstruación. Es decir, es imposible notar síntomas hasta muy poco
antes de que tenga que venir la regla. Las nauseas al día siguiente de una relación sexual nunca son señal de
nada.
Respecto al manchado de implantación, que ocurriría en ese momento que comentamos 10 días después de
la fecundación, es un manchado ligero distinto al de la menstruación y en realidad solo le pasa a 1/3 de las
mujeres que conciben. Además, el uso de anticonceptivos hormonales suele tener como efecto secundario
manchados ligeros, sobre todo los primeros meses. Hay muchas razones para manchar y la menos probable
es el embarazo.
Un test de orina o de sangre se debe hacer al menos después de esa implantación así que es mejor esperar
al retraso de la regla. Si se hace antes puede dar resultados erróneos, eso sí, si sale positivo es positivo
seguro.
En resumen, ante el miedo excesivo al embarazo, la información es la clave. Pregunta a tu médico, consulta
webs fiables y utiliza siempre anticonceptivos, te librarás del miedo al embarazo. Si hay algo más profundo
que te impide desprenderte del miedo quizás padezcas tocofobia y debes consultarlo con un psicólogo.