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Cultura Chavín
Cultura Chavín
Está pues en el corazón mismo de los Andes, a 3180 ms. sobre el nivel del
mar, formando parte del llamado Callejón de Conchucos, que corre de sur a
norte, paralelo al Callejón de Huaylas, formado por el río Santa que también se
nutre de las aguas de la Cordillera Blanca, pero que por estar al occidente
desagua en el océano Pacífico.
Dos cadenas montañosas separan a Chavín del mar -las cordilleras Blanca y
Negra- y dos otras cadenas lo separan de la selva amazónica: la central que se
levanta entre las cuencas del Marañón y el Huallaga, y la oriental, que
establece la separación de aguas entre el Huallaga y el Ucayali. Esta situación
geográfica crea serias dificultades de comunicación entre las poblaciones allí
asentadas, cuya proximidad relativa está mediada por la altitud y la
irregularidad de la tierra. Eso crea una difícil condición de vecinos distantes.
Chavín está sobre una terraza aluvial asociada a un río mayor -el Pukcha- que
baja desde el sur, y un tributario -el Wacheqsa- que baja abruptamente desde
la Cordillera Blanca, en cuyos estribos orientales está el sitio
HISTORIA CULTURA CHAVÍN
Alrededor del año 1.400 antes de Cristo, uno de los centro Andinos situado a
3.200 metros de altura sobre una cadena de montañas (actualmente llamado
Chavín de Huántar), controlaba las rutas comerciales a través de dos
desfiladeros en la cordillera Blanca, hacia el oeste hasta el mismo Pacífico, y
hacia el este hasta la zona del Amazonas, bajando el curso del río Mosna.
Hacia el año 900 antes de Cristo, el culto del Jaguar de Chavín y su influencia
cultural había sido aceptado en la mayor parte de la zona que actualmente
ocupa el Perú como lo atestigua la presencia de templos en “U" de Chavín y el
estilo de multitud de esculturas, vasijas, y textiles pertenecientes a esa cultura.
Este emplazamiento estratégico contribuyó a su prosperidad, permitiéndole
desarrollar comunicaciones con sitios alejados en tanto desarrolló un estilo
cultural peculiar que ha permitido registrar la extensión de su influencia.
Hacia el año 900 antes de Cristo, el culto del Jaguar de Chavín y su influencia
cultural había sido aceptado en la mayor parte de la zona que actualmente
ocupa el Perú como lo atestigua la presencia de templos en “U" de Chavín y el
estilo de multitud de esculturas, vasijas, y textiles pertenecientes a esa cultura.
Los sacerdotes estaban a cargo del templo, que era su centro de trabajo. Allí
estaban las instalaciones y personas dedicadas a la producción de los
calendarios, de donde se deriva su condición de “oráculos", que es el servicio
que ellos ofrecían (la predicción de los ciclos climáticos estacionales anuales o
plural-anuales).
Los sacerdotes eran observadores del cielo y gracias a eso podían registrar
con gran precisión los desplazamientos del sol tanto en el oriente como en el
poniente, las fases de la luna y el movimiento de las estrellas. Con eso
obtenían períodos fijos en el tiempo, a los que podían asociar los ciclos
estacionales, que no son fijos. Los períodos de sequía o de intensas lluvias, si
bien tienen un ritmo anual previsible, que se establece a partir del solsticio de
verano (fines de Diciembre), son sensiblemente azarosos en su iniciación e
intensidad. El prever con anticipación las características de cada ciclo de lluvias
es una tarea -que requiere especialización- que es, sin duda, fundamental para
conducir las campañas agrícolas cada año. Paraíso, hay que combinar el
calendario solar-estelar con otros indicadores del tiempo, tales como los de las
costumbres de los animales. Esa era la tarea especializada -y según parece
exitosa- de los sacerdotes de Chavín.
Por todo esto, el status de sacerdote era muy alto en la sociedad chavinense.
Se expresa en el conjunto de atributos que se le conceden y que se expresan
físicamente en vestidos muy elegantes y costosos adornos hechos con plumas
y piedras exóticas, oro y joyas.
LA SOCIEDAD CHAVÍN
Fue una sociedad teocrática, cerrada; adoraron al dios jaguar y sus cerámicas
y esculturas, tienen rasgos fulmínicos. Puede decirse quien la evolución de
esta sociedad de la comunidad aldeana, aún convivieron hombres del ande que
se dedicaban a:
AGRICULTURA CHAVÍN
En1919 y 1924, durante sus visitas a Chavín, Julio C. Tello halló algunos
fragmentos de cerámica con rasgos determinados. Al haber definido a Chavín
como una época de la historia del Perú, identificó su cerámica como negra,
oscura y decorada con incisiones y diseños en relieve. Cuando descubrió que
ésta se parecía a la que Max Hule había hallado en Supe y en Ancón, atribuida
a los llamados "pescadores primitivos", y a la que se había hallado en el valle
de Chicana, cuyas piezas mostraban íconos parecidos a los de las lita
esculturas chavinenses, Tello caracterizó a Chavín como la época más antigua
de la cultura peruana, cuyo centro estaba ubicado en una zona de sierra
próxima al río Marañón: Chavín de Huántar.
En Ancón, más que en ningún otro lugar, se encontró una larga secuencia de
cerámica. En ella se logró identificar una ocupación con los rasgos propios del
estilo Chavín relacionada al Horizonte Temprano y otra anterior de larga
permanencia, que se ubica en la etapa Inicial, llamada también Formativo
Inferior.
Todavía están por descubrirse las varias fases que tuvo la historia de estas
modalidades del estilo Chavín, pues todo nos hace pensar que se trata de
cerámica que no representa más que los usos y gustos de una o dos
generaciones de alfareros. También está en proceso de investigación la
procedencia de estas modalidades y de las demás representadas en la galería,
donde sin duda se reunieron ofrendas de artesanos de las tierras de
Cupisnique, Cajamarca, Huánuco y la costa central. Las distintas técnicas que
se usaron para hacer vasijas con las mismas formas nos llevan a inferir que se
trataba de alfareros que tenían tradiciones, expresiones artísticas y arcillas
diferentes que había distintos centros de producción que, además, cubrían un
“mercado" de consumo diverso, de carácter local o regional.
Chavín fue una de las primeras culturas americanas, coetánea de los Olmecas,
en México. Es notable el nivel de desarrollo que alcanzaron en agricultura,
arquitectura y cerámica, así como en su capacidad administrativa, lo que le
permitió dominar gran parte del norte y el centro del Perú.
Ella parte alta de los templos, debajo de las cornisas, había una hilera continua
de cabezas talladas en piedra, lo suficientemente grandes como para que
desde el suelo, entre 14 y 20 metros más abaje, se pudieran apreciar sus
detalles. Sólo las cabezas, como si fuera una exhibición de los decapitados que
exponen los cazadores de cabezas de otros pueblos, en la parte más
importante de sus casas. Las cabezas expuestas podían ser de enemigos
capturados en la guerra, o de prójimos cuya memoria querían preservar.
Sin duda, los colmillos y garras que se hallan como atributos de los personajes
sagrados, más que una ostentación de terror, es la expresión sacralizada de
cómo funcionaban las relaciones de poder entre las gentes y los pueblos. El
canibalismo no era una propiedad exclusiva de los templos; era una práctica
generalizada aun en las aldeas de pescadores y agricultores de todo el
territorio. Si los europeos hubieran llegado en aquel tiempo, sus contactos
habrían sido con caníbales, con costumbres parecidas a las que tenían los
pueblos que ellos conocieron en lo que ahora es Colombia o gran parte del
Brasil. Claro que en el s. X a. C., todavía existían pueblos caníbales en Europa,
práctica general en el continente en los períodos históricos precedentes. En el
Perú, cuando se definieron los Estados, a partir del s. V d. C., junto a la nueva
forma de organización que ellos impusieron, desapareció el canibalismo, pero
las "cabezas clavas" continuaron usándose hasta el s. X de nuestra era.
LANZÓN CHAVÍN
Es muy poca gente la que puede estar junta dentro del crucero. Desde las
celdas laterales se puede apreciar la imagen del lanzón sise ilumina desde el
Este; desde atrás sólo se ve la sombra del ídolo y quien estuviera adelante,
cierra el acceso a la luz que viene del Este. Desde luego, puede verse también
si se llevan antorchas, sólo que en un ambiente tan cerrado, el humo de las
antorchas puede ser muy tóxico.
Fueron construidas fortalezas en las cimas de las colinas un poco por todos
lados, y cada pequeño grupo luchó por mantener y aumentar sulegado de la
herencia de Chavín. Finalmente, se desarrollaron grupos regionales, cada uno
con caracteres distintivos propios.
Los templos tienen una serie de plataformas con un fuerte talud en sus muros,
con un perfil piramidal. Fueron construidos por etapas. El Castillo es una
pirámide mayor y se le conoce como el Viejo Templo, cuya característica más
notable es que tiene un pasaje interior donde se aloja un ídolo de piedra
conocido como "el Lanzón".
Alden Mason hace la siguiente anotación sobre el famoso Castillo: "A pesar de
ser probablemente el edificio de piedra más antiguo que se conoce en el Perú,
su arquitectura es extraordinariamente avanzada".
Los enormes bloques de granito que forman los muros debieron ser
transportados desde otros lugares, porque no existen en la región piedras de
esta clase.
En su interior hay una serie de pasadizos que hacen recordar a los laboratorios
egipcios. Todo el templo está recorrido de un lado a otro por galerías interiores
a diversos niveles, con numerosas escaleras de comunicación interna y en
algunos recintos hay nichos en las paredes, todas de granito.
Las habitaciones son por lo general de techos muy bajos, a veces de menos de
dos metros de largo, las galerías angostas (un metro)