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Rev. de Psicol. Gral. y Aplc., 1990, 43 (1), 45-52 EXPECTATIVAS DE AUTO-EFICACIA. Y DE RESULTADO EN LA RESOLUCION DE TAREAS DE ANAGRAMAS 8. ABAITUA Universidad Autonoma de Madrid M.A. RUIZ Universidad Nacional de Educacién @ Distancia (UNED) Introduccion La teoria de la auto-eficacia percibida desarrollada por Bandura (1977) en el marco de la Teoria del Aprendizaje Social postula 'a existencia de un me- ‘canismo cognitive @ través de cual las personas ejercen cambios en su conducta y su motivacion. Bandura centra su teoria en la distincion de dos tipos de expectativas: expectativas de auto-eficacia percibida y expectativas de resultado. En palabras de Bandura, euna expectativa de eficacia es la con- vigoion de que uno puede llevar a cabo exitosamen- te la conducta necesaria para producir los resulta- dos» (1977, p. 193). La expectativa de resultado es. ‘da estimacion que hace una persona de que una Conducta dada le conduciré a ciertos resultados» (1977, p. 193) Las expectativas de eficacia no son el unico de- terminante de la ejecucién, pero «dadas las habilida- des necesarias y ios incentivos adecuados, sin em- bargo, las expectativas de eficacia son un determi- ante fundamental de la eleccion que los individuos hacen de sus actividades. del esfuerzo «me emplea- ran y oe! tiempo que mantenaran su estuerzo en tra- tar con situaciones estresantes» (Bandura, 1978, p14 Lia toria dei auto-eficacia percibidaha provoca- do la aparicién de un gran nimero de investigacio- nes encaminadas a analizar la relacién entre los jui- cios de eficacia y la ejecucién de los sujetos en areas tan dispares como: educacién (Meier, McCarthy y Schmeck, 1984; Botz y Hackett, 1981; Paienzuela, 1983), deporte (Barling y Abel, 1983; Weinberg, Gould y Jackson, 1979; Weinberg, Yukel- son y Jackson, 1980; Lee, 1982) y salud (Ewart, Taylor, DeBusk y Reese, 1982; Manning y Wright, 1983; ‘Condiotte y Lichtenstein, 1981; DiClemente, 1981; Reese, 1983; Holroyd y Penzien, 1982) A pesar de la existencia cada vez mayor de abun- dante iteratura sobre ia influencia de las expectati- vas de auto-eficacia en la ejecucién de una ampiia ‘gama de conductas, son muchas las discrepancias entre la relevancia que Bandura concede a la auto- eficacia y la que le otorgan otros autores (p. ej, PO- 45 set, 1978; Teasdale, 1978; Kazdin, 1978; Marzilier y Eastman, 1984). Sin duda, uno de los puntos mas Controvertidos de la teoria es la distincion entre ex- Pectativas de auto-eficacia y expectativas de resul- tado. Teorias anteriores (p. 0j., Rotter, Chance y Phares, 1972; Rotter, 1966; De Charms, 1968; Se- ligman, 1975) habian propuesto las expectativas como factores que influyen en la ejecucién, pero eran fundamentalmente expectativas de resultado y Ro se hacia mencién expresa al grado de capacidad personal percibida, Las criticas conceptuales que abordaron la teoria ya en 1978 se referian por una parte al hecho de que Bandura inciuyera en la definicién de auto- eficacia dlertos elementos de expectativas de resul- tado. Asi, Borkovec (1978) pregunta si Bandura al decir cejecutar con éxito la conducta» esta refirién- dose a ejecutar sin ansiedad, y en tal caso incluiré términos de las expectativas de resultado en la defi- nicién de auto-eficacia. Si Bandura no tiene en cuen- ta la ansiedad, entonoss Borkovec entiende la auto- eficacia como capacidad de un individuo para reall- Zar los actos motores necesarios para obtener los resuttados. Kazdin (1978) no rechaza las expectativas de eft cacia percibida, pero sefiala la importancia de las: ‘expectativas: de resultado y sobre todo fa interac- ‘i6n entre ambas. Asi, sugiere que el ncremento de la auto-eficacia puede hacer que un individuo vea ‘que los resultados desfavorables que esperaba no ‘curren, y viceversa, al comprobar que un resultado aversivo 0 negativo esperado no ocurre, puede in- crementar su expectativa de auto-ficacia percibida. La distincién entre expectativas de auto-efloacia y ‘expectativas de resultado es uti a juicio de Teasda- le (1978), pero al igual que Borkovec (1978) sefiala la ambigledad de incluir términos de expectativas dde resuitado en la definiciin de auto-eficacia. Tam- bién aboga Teasdale por la necesidad de considerar la combinacién de expectativas de eficacia y resulta do para predecir la conducta. Kirsch (1982) mantiene una postura similar a fa de Kazdin (1978). Postula que si un sujeto se considera incapaz de realizar una tarea dada, no lo hace por- ‘que no tenga en su repertorio a conducta necesaria (actos motores), sino porque espera unos resulta- ‘dos aversivos de ella. Por ello, concede mayor rele~ vancia a las expectativas de resultado. Otros autores como Poser (1978) no consideran perc bida como ta version positva de la indefensiin ‘Aprendida de Seligman (1975). Segun Poser, ambas teorias pueden ser planteadas en base a la formula- cién de Rotter (1966): Seligman estaria refiréndose a individuos que llegan a ser Externos, y Bandura ‘con las expectativas de auto-eficacia a individuos In- temos, Mas recientemente, Eastman y Marzilier (1984) recogen todas estas orfticas conceptuales ya cita- das, e insisten en la ambigUedad de la definicion de 46 auto-eficacia y su verdadera distincién de las expec- tativas de resultado. Bandura, por su parte, sale al paso de estas ort cas afirmardo que, si bien ta distincién entre los dos tipos de expectativas esté muy clara para él, no de- ben seperarse los resultados de aquellos juicios de ejecucién sobre los que se apoyan y serd necesario ‘considerar ta combinacién de las dos expectativas: ‘para predecir la conducta de un sujeto y su estado ‘afectivo. Sin embargo, él no evalia ni considera las expectativas de resultado en sus experimentos al igual que sus crticos evaltian un tipo de expectati- vas en detrimento de las otras, ‘A nivel experimental, han sido muy pocos los tra- bajos que aparecen en ta literatura que hayan trata- ‘do de manipular distintos niveles de expectativas de resultado y auto-eficacia para comprober la influen- ‘ia de la combinacién de ambas sobre la ejecucién, asi como su i . Los més relevantes son los de Maddux, Sherer y Rogers (1982) y Davis y Yates (1982). En los dos casos manipularon las dos ‘expectativas con tres niveles: Altas, Bajas y No Ma~ nipulacién. Maddux, Sherer y Rogers manipularon las expéc- tativas a través de persuasiGn y las evaluaron por medio de unos items de un cuestionario en el que también se incluian preguntas que constituian la va~ rlable dependiente. Los resultados de este experi- mento sefialaron que las expectativas podian mani- ularse por persuasién; mostraron igualmente un efecto significativo de las expectativas de resultado sobre la variable dependiente. La infiuencia de la eff- ‘cacia percibida iba en el mismo sentido, pero no fue tstadstcamonte significative, Davis y Yates manipularon las expectatives de eft cacia a través de la ejecuciin de 10 anagramas de distinta dificuttad y 13s tivas de resultado mediante persuasion. Median las expectativas con ‘escalas graduadas de 11 puntos. La variable depen- diente la constituia la ejecucién de 20 anagramas {tiempo en segundos y niimero de anagramas fala- dos). Los resultados mostraron un défict de ejecu- cién y un efecto depresivo en la condicién Baja au- to-eficacia-Altas expectativas de resultado en varo- nes; y una correlacién significativamente mas alta ‘entre ejecucién y auto-eficacia que entre ejecucién y ‘expectativas de resultado. ‘Asi pues, la polémica de la distincién entre expec- tativas de eficacia y resultado desatada en 1978 s- ‘que abierta: Los resultados encontrados por Mad- ‘dux, Sherer y Rogers parecen indicar que son las expectativas de resultado las més importantes para determinar la intencién de ejecutar una conducta, mientras que los datos desprendidos de la investi- gacién realizada por Davis y Yates sefialan que las expectativas de auto-eficacia percibida son mas de- terminantes para la ejecucién. ‘Ambas investigaciones trabajan con diserios fac- toriales y los mismos niveles de manipulacién de las variables independientes; también los sujetos eran similares: estudiantes que cobraban una bonifica- ‘eién. Sin embargo, las expectativas son manipula- das por persuasion por Maddux, Sherer y Rogers, mientras que Davis y Yates utilzen la persuasion para manipular las expectativas de resultado, pero la Tealizacién de conductas para generar expectativas de auto-eficacia. Ya sefialé Bandura que le-fuente mas potente de eficacia percibida era la reallzacion de canducta; asi que no parece comparable la mant- pulacién de unas expectativas por su fuente mas otente con ia menipulacién de las otras con una ‘més débil. Esto podria explicar los hallazgos fav tables hacia la auto-ficaia del trabao de Davis y fates. ‘Adolonaimenite, ef hecho de que los sujetos tuvie- ran que resolver 10 anagramas antes de realizar la tarea de ejecucién puede suponer un cierto efecto de aprendizae opréctica que m0 es tenido en cuen- ‘ta por los autores y podria, quizd, explicar la correla- cién més elevada entre auto-eficacia y ejecucién que entre expectativas de resultado y ejecucién, tra diferencia entre los trabajos {a constituye la variable dependiente empleada. En ef caso de Davis y Yates, ésta es una medida de tiempo y errores al realizar una tarea que implica cierta habilidad, Mad- hue, Sherer y Rogers trabejan con 4 items de auto- informe. or otra parte, ninguno de los dos trabajos aporta datos del efecto que sobre la ejecucién ha tenido la combinacion de 10s distntos niveles de expecter vas. Dado el estado de la polémica sobre la distincién entre expectativas de auto -eficacia y de resulta- os y los pocos datos experimentales de que se dis- onen hasta el momento, debido, tal vez. a las cif- cultades metodoldgicas que entrafia el separar y manipular experimentalmente ambos tipos de ex- pectativas, los objetivos que se perseguian con esta Investigacion eran los siguientes: 41. Intentar generar mediante manipulacién expert- mental distintos niveles de expectativas de efi- cacia y de resultado, utlizando como unica fuente de induccién la persuasion, 2. Comprobar fa influencia que la induccién de ex- pectativas de eficacia y de resultados pueden tener en fa resolucién de una tarea de énagra- mas. Se trataria de ver hasta qué punto distin- tos riveles de expectativas de eficacia y resulta- do influyen en el tiempo de ejecucién y en el ni- mero de anagramas que los sujetos no resuelven, 3. Comprobar cudl es la influencia de las distintas combinaciones de los niveles de expectativas de eficacia y de resuitado sobre la ejecucién de los sujetos (tiempo de ejecucién y anagramas fallados). 4, Analizar si et incremento o reduccicn de un tipo de expectativas (auto-eficacia o resultados) im- plica incrementos 0 reduccionés en las otras ex- pectativas; asi como analizar el efecto que so- bre la ejecucién tiene Je manipulacién de una sola clase de expectativas. Método Sujetos Participaron en el experimento un total de 90 estu- dantes de los cursos 1? y 2° de Pscoiogia dee Universidad Auténoma de Madrid (65 mujeres y 25 varones) cuya media de edad era de 19 afios y 6 meses. La asignacién de los sujetos @ cada condicién ex- perimental se realizé al azar. Se excluyeron 27 suje- {08 del experimento, ya que no alcanzaron el nivel de expectativas de auto-eficacia o de resultado minimo rnecesario para iniciar la fase experimental. Fugron 7 fos sujetos en cada condicién experimental Maniputaci6n de las expectativas Las expectativas de auto-eficacia se manipularan a través de unos gréficos de berras que mostraban ef porcentaje de alumnos de otras Facultades de letras de Esparia que se habian sentido capaces de llevar cabo la tarea de anagramas independientemente de haberios resuelto. Se utlizaron 10 gréficos para induc sAtta auto-eficacia», cuyos porcentajes iban del 72 al 87 por 100, y 10 para «Baja auto-eficacias, con porcentajes del 13 al 30 por 100. Para manipular las expectativas de resultado se ‘emplearon unos gréficos Semejantes, pero las barras hacian referencia al porcentaje de alumnos de esas mismas Facultades que de hecho habian resuelto todos los anagramas. Los porcentajes de manipula cin eran los misemos que en ta manipulacion de au- to-eficacia. También se necesitaron 10 gréficos para inducir niveles bajos de expectativas de resultado y 10 para inducir niveles altos. Evaluacion de las expectativas ‘Se miaieron las expectativas de auto-eficacia de los sujetos con dos escalas de auto-informe paralelas de 11 puntos cada una. La primera de ellas pregun- taba: a K =39 N=63 Discusién pectativas pudo deberse a la dificultad de la tarea Retomando los objetivos planteados en la investiga- ‘ién, parece que las expectativas de eficacia y de resultado pueden ser manipuladas por su fuente de induccién més débit: la persuaci6n, En las condiciones de Altas expectativas se obtu- vieron valores de 7 y de'3 2 4 en las condiciones de Bajas expectativas. Los sujetos de 'os grupos de No Manipulacién situeron su nivel de expectativas ‘en valores medios 5-6. Sin embargo, estos valores no son muy extremos, quizé debido a la fuente de induccién empleada, y asi los grupos de No Manipu- lacién de auto-eficacia tuvieron valores préximos a {os de Bajas expectativas y en las expectativas de resultado ol valor de las Altas expectativas era muy réximo al de los grupos de No Manipulacién. Otro dato importante es la diferencia significativa ‘entre hombres y mujeres en la medida de auto- eficacia. Los varones se evaluaron més eficaces ante la 'tarea en los tres niveles de expectativas Esta diferencia en cuanta a 10s juicios de eficacia respecto al sexo, es sefialada tamién por Schunk y Lily (1884), cuyos sujetos femeninos se evaluaron ‘por debejo de los hombres ante una nueva situacion matemética. Davis y Yates sugleren como explicacién que el hecho de que las mujeres se auto-evaltien no s6lo por debajo de los nombres, sino por debajo de su Propia ejecucién, podria constituir una estrategia Cognitiva protectora contra un afecto de tinte de- presivo. En cuanto al segundo objetivo de la Investigacion: ‘comprobar la infiuencia de la induccién de expectati- vas de eficacia y resultado sobre la ejecucién, nues- ‘ros datos apoyan parcielmente la teoria de Bandu- ra. En el caso de la variable dependiente numero de ‘anagrama fallados, la falta de significacion de las @x- (efecto suelo). En los datos aparecen 7 palabras que del 30 al 75 por 100 de los sujetos no resuelven. ‘Sin embargo, respecto al tiempo de ejecucién los ‘grupos de Alta auto-eficacia tardaron significativa- mente menos tiempo en resolver los anagramas que los grupos de Baja auto-eficacia y No Manipulacién de auto-eficacia percibida. El hecho de no hallar di- ferencias significativas entre Baja auto-eficacia y No Manipulacién de eficacia pudo deberse a la proximi- dad de los valores de las expectativas que ya he- mos comentado anteriormente. Centréndonos en la influencia de las distintas combinaciones de los niveles de expectativas, ter- Cer objetivo de la investigacién, las pruebas t re das aportan datos que apoyan las predieciones de Bandura. El grupo en que ambas expectativas eran Altas y el grupo de Alta auto-eficacia y Bajas expectativas de resultado obtuvieron tiempos de ejecucién signi- ficativamente més bajos que el grupo de Baja auto- eficacia y Altas expectativas de resultado, y también ‘més bajos que el grupo con valores bajos en las dos expectativas, ‘Segin Bandura, cuando ios individuos se sienten capaces de realizar una conducta de la que ademas esperan resultados positives, aumentan la ejecu- cién. Si se sienten capaces, pero no se esperen ‘grandes resultados, el suleto realzard la tarea inten- tando variar las condiciones ambientales hasta lle- ‘gado un punto en que la acumulacién de fracasos ea tan numerosa que abendone. Por el contrario, las personas con un bajo nivel de ‘eficacia percibida en conductas para las que espe- ‘an altos resultados, asi como bajo nivel de ambas expectativas, disminuyen Su ejecucién. En el primer caso, se produciré un estado depresivo, y en el se- ‘undo, apatia y desinterés. En este trabajo, el grupo con bajos valores en am- bas expectativas no obtuvo un tiempo superior es- tadisticamente significativo al de los grupos Alta au- to-eficacia-Bajas expectativas de resultado y Alta auto-eficacla-Altes expectativas de resultado, pero los datos apuntan en esa direcciGn. Este resultado coincide con el de Davis y Yates (1982), aunque no- sotros proponemos como expiicacién el hecho de que Bandura trabaja con fobicos y la ejecucién se refiere a conductas potencialmente aversivas. Nues- tra tarea no implicaba ninguna consecuencia desa- gradable. Si uno no se siente capaz de realizar ana- gramas sabiendo ademas que otros sujetos simila- Tes a él tampoco los resuelven, es posible que a pe- sar de ello lo intente, ya que la tarea implica entrete- niimiento. ‘Nuestro ultimo objetivo iba encaminado a oom- probar cémo fluctuan unas expectativas en funcién de la maniputacién de las otras y la influencia de la manipulacion de una sola de las expectativas sobre la ejecucion. Nuestros datos, tal como predecia tedricamente Kazdin (1978), parecen confirmar la interralacién de las expectativas. Manipulando altos nivetes de unas expectativas aumentaban las otras, tanto con la au- to-eficacia como con las expectativas de resultado. Igualmente, manipuiando balas expectativas (de eft- Cacia 0 de resultada) disminuia el nivel de las no ma- nipuladas. Sin embargo, resultd més fécilinfluir en tos valores de unas expectativas para que aumenta- ran induciendo valores altos en las otras que el pro- ‘be80 paralelo con valores bajos. En cuanto al efecto de la manipulacién de un solo tipo de expectativas sobre la ejecucién posterior, estos dos apoyen a Banu, ya que ol grupo al que sdlo se indujeron Altas expectativas @ficacia percibida obtuvo un tiempo de ejecucion ‘Menor que el grupo al que sélo se manipuleron Altes expectativas de resultado. De acuerdo con la teora, también el grupo al que se indujeron Bajas expecta- tivas de auto-eficacia tnicamente obtuvo un tiempo de ejecucién superior no sélo al grupo al que se in- dujeron Bajas expectativas de resultado, sino mayor al resto de las condiciones experimentaies. Por ultimo, y a la vista de los resuttados obten- dos, parecen necesarias més investigaciones ence- minadas a la obtencién experimental de valores de expectativas de auto-eficacia y de resultados mas extremos que los manejados en este trabajo, para hacer mds evidente su influencia, Por otra parte, los resultados diferenciales obteni- dos respecto a las dos variables dependiontes ‘apuntan al estudio de la influencia de las expectati- vas en distintas tareas, la linea de esta investigacion y la de Davis y Yates (1982), seria interesante estudiar no sélo el papel que las distintas combinaciones de ni- veles de expectativas tienen sobre la ejecucién, sino también sobre el estado afectivo de los individuos. ‘Si bien Bandura propone la auto-eficacia como teoria unificadora del cambio de conducta, parece razonable intentar resolver y comprobar Como paso previo aquellas criticas conceptuales y metodolégt cas que se hicieron a la teoria ya en 1978 y que to- davia hoy estén sin resolver. Esta investigacién se encamino al estudio de la independencia @ interrela- ‘i6n de las expectativas de auto-eficacia y resulta- do, y parece que, en una taree de anagramas, las expectativas de auto-eficacia y de resultado influyen diferencialmente sobre fa ejecucion Referencias Banga. ASOT: Saleen, wad ing as 1G Bahai! change, Paychoopee! Foor, BY, 13" Dearne SEM Ma A be ‘nav. Fes. trast $31.269. ne Bandura, A (1984) Reajeing msconceptions of ‘saeco Goonve Twopy and search vo 8.8. Baring Jy Abel, M, (1980: Sol-ficacy belets and en- Nee, Cognitive Therapy and Research, 7 (3), wf Hecke @. (1961) The relatonstip of ca ca Toor omtona Seon and men ours of Ps 7 28, 399-410. Borkoves, 7,8, (1978): Set ‘cause oF reflection of Ther., vol 1, 163- tte, M. Ml E. (1981): Selt Condo ¥ Lchtonston, E. (1981): Salt-ticacy ‘and rolipse in'srok yams, Journal Of pacarseting a Cina endony #0 0, it a8 Ma FY Yan 8. 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