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El autodenominado "Estado Islámico" ha decidido quemar 8.

000 libros antiguos y


manuscritos de una biblioteca de Mosul, Irak.

La biblioteca fue creada en 1921. Entre los libros destruidos por los yihadistas hay
manuscritos del siglo XVIII, libros siríacos imprimidos en la primera imprenta del
país, obras de la época otomana así como periódicos iraquís de principios del siglo
XX. La biblioteca contaba con valiosos objetos como antiguos astrolabios árabes.

Solo han dejado en las librerías de la ciudad las obras de contenido religioso, afines
a su fanatismo.
Una de las primeras quemas de libros de las que se tiene constancia fue realizada
por el primer emperador de China, Qin Shi Huang, perteneciente a la dinastía Qin
(221-206 aC).

Su primer ministro Li Si sugirió eliminar la libertad de expresión y unificar el


pensamiento y las opiniones políticas, justificándolo en que los intelectuales no
estaban de acuerdo con el nuevo gobierno y podían resultar peligrosos.

Se quemaron por decreto imperial todas las obras de las Cien escuelas del
pensamiento, que es como se conocían las distintas escuelas abiertas entre el 770 y
el 221 aC. La única escuela que se salvó fue la que tenía el propio Li Si.

Los libros de historia existentes también fueron eliminados y desprestigiados. El


propio Qin Shi Huang reescribió la historia.
Cualquiera que discutirese lo que decían los nuevos libros sería condenado a muerte
junto a su familia, si las autoridades competentes conocían y no denunciaban uno de
estos casos también eran condenados y todos aquellos que no hubieran quemado los
antiguos libros tras treinta días a partir del decreto serían enviados al norte como
convictos para trabajar en la construcción de la gran muralla.

Algunos intelectuales y estudiantes de las distintas escuelas que se opusieron a la


quema fueron enterrados en vida, de ahi que se conozcan estos echos popularmente
como la quema de libros y el entierro de eruditos.

• La Biblioteca de Alejandría. Se ha escrito mucho sobre el suceso. Solo podemos


añadir que "No debemos permitir que ésto vuelva a ocurrir".

• Una de las primeras relaciones entre libros, fuego y cristianismo en España fue un
hecho, cuanto menos, curioso.
Tras la reconquista de Toledo (1085) por parte del rey de Castilla, había una cierta
disputa social para saber si los cristianos ibéricos debían seguir los ritos romanos o
los tradicionales ritos mozárabes (es decir de los cristianos que vivían en el reino
musulmán de Al-andalus).

Tras varias disputas se decidió echar al fuego un libro perteneciente a cada rito, el
que tardara más en arder sería el elegido. El libro romano ardió rápidamente,
mientras que el toledano salió con escasos daños. Como comenta Henry Jener en la
enciclopedia católica: Nadie que haya visto un manuscrito mozárabe con su sólido
cuero tomará estos hechos como una hipótesis de intervención divina.

• En 1480, Torquemada promovió la quema de libros no cristianos, especialmente el


Talmud judío y todo tipo de literatura árabe.

En 1490 un gran número de biblias judías y otros libros judíos fueron quemados
públicamente a instancia de la inquisición. En 1499 alrededor de 5000 manuscritos
mozárabes fueron consumidos por las llamas en la plaza mayor de Granada por orden
del arzobispo de Toledo, Ximénez de Cisneros.

A comienzos del siglo XVI los árabes que vivían en la península tuvieron que entregar
todos sus libros a las autoridades, siéndoles devueltos todos los que versaban sobre
medicina, filosofía o historia, y quemando el resto. Gran cantidad de poesía árabe
ardió por su supuesto simbolismo erótico homosexual.

• El poeta germánico Heinrich Heine escribiría en el siglo XIX su famosa frase: Allí
donde queman libros, al final, queman personas, en referencia a estas
barbaridades perpetradas por la inquisición española. Poco sospechaba que menos
de un siglo más tarde sus propios libros arderían a manos de los nazis y harían ciertas
sus palabras, de nuevo.

• El 7 de Febrero de 1497 en Florencia, partidarios del sacerdote Girolamo


Savonarola recolectaron y quemaron públicamente miles de objetos, principalmente
libros, cuadros, esculturas, cosméticos, espejos, vestidos, juegos de cartas y
instrumentos musicales.
El objetivo era eliminar cualquier objeto que pudiera inducir al pecado o que
atentaran contra la moral cristiana.

Robespierre durante el "Reinado del terror", posterior a la revolución francesa,


ordena la quema de libros que defiendan el catolicismo, el clericalismo o el
absolutismo. Maximiliano Robespierre considera que la mejor forma de defender la
razón y los ideales de la ilustración es quemando librerías, pues en la mayoría de las
librerías se vendían libros católicos.
• 10 de Mayo de 1933. Miles de libros considerados antigermánicos o de autores
judíos iluminaron el cielo nocturno de Berlín.

Goebbels lo definió así:

La era de intelectualismo judio extremista ha llegado a su fin. El estallido de la


revolución alemana ha limpiado el camino de los alemanes...
el alemán del futuro no será un hombre de libros, si no un hombre de carácter. Es
así como queremos educaros.
Freud, al enterarse que libros suyos habían sido quemados exclamó: ¡Cuanto ha
avanzado el mundo: en la edad media me habrían quemado a mí!

• Finalizada la guerra mundial se produjo un proceso de desnazificación.


Millones de ejemplares de una lista de 30.000 libros fueron confiscados y destruidos.
El representante de la junta directiva militar aliada reconoció que "esta orden no se
diferenciaba en nada de las quemas de libros realizadas por los nazis unos años
antes".
Borges imaginó el paraíso como una biblioteca, pero advirtió que sólo existían los
paraísos perdidos. La historia revela que la mayor parte de las grandes bibliotecas de la
humanidad, en efecto, han desaparecido en conflictos, catástrofes naturales o
accidentes. De modo que sería oportuno recordar cuáles han sido los diez peores
desastres para comprender los peligros de la sociedad de la información en el siglo
XXI.

1) BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA
Al menos el 75% por ciento de toda la literatura, filosofía y ciencia griega antigua se
perdió; sin embargo el suceso más recordado por todos los amantes de los libros no
ocurrió en la famosa Atenas o en la temida Esparta sino en tierras árabes, donde
existió durante 7 siglos la biblioteca de Alejandría, dividida en dos partes: constaba de
un Museo y el Templo de Serapis. Según la apócrifa Carta de Aristeas, dispuso de
20.000 rollos de papiro, y pretendía alcanzar la cifra de 500.000.
Existe una polémica, todavía vigente, sobre la destrucción de libros hecha por los
cristianos. Algunos historiadores han acusado al patriarca Teófilo de haber atacado el
Templo de Serapis en el año 391, con una multitud enfurecida. No hay que olvidar
tampoco que en el 415 un grupo de monjes asesinó cruelmente a la matemática
Hipatia.

Lo que no se sabe es quién destruyó la otra parte de la biblioteca. Según una leyenda, al
concluir la conquista de Egipto, un general le pidió a Omar I que tomara una decisión.
La respuesta fue cruel: «Con relación a los libros que mencionas, aquí está mi
respuesta. Si los libros contienen la misma doctrina del Corán, no sirven para nada
porque repiten; si los libros no están de acuerdo con la doctrina del Corán, no tiene
caso conservarlos.» Los papiros sirvieron para encender el fuego de los baños públicos.

2)CHINA 213 A.C.


El 213 a.C., año en el cual un grupo de hombres intentaba reunir todos los libros en
Alejandría, Shi Huandi aprobó entonces que se quemaran todos los libros, excepto los
que versaban sobre agricultura, medicina o profecía. De hogar en hogar, los
funcionarios se apoderaron de los libros y los hicieron arder en una pira, para sorpresa
y alegría de quienes no los habían leído. Más de cuatrocientos letrados reacios fueron
enterrados vivos y sus familias sufrieron incontables humillaciones.
Tres fueron los hechos que marcaron la gestión del Emperador Shi Huandi: la
construcción de la Gran Muralla, la Gran Tumba con 7000 guerreros de terracota y la
Gran quema de libros. Todo en proporciones colosales.

3) AUTO DE FE EN GRANADA
Francisco Jiménez de Cisneros dio en 1500 una orden que suponía, de un modo
radical, la integración de una nueva cultura, y la eliminación de otra. La confusión era
enorme, pues ese mismo hombre no había dejado de causar problemas en su anhelo de
convertir a los infieles.
De casa en casa, sacerdotes y soldados confiscaron libros y, entre golpes y cuchicheos,
advirtieron que había llegado la hora de quemar un antiguo libro sagrado, el Corán, la
pieza angular del Islam. Como es obvio, la reacción de los creyentes musulmanes no se
hizo esperar, aunque los disturbios fueron controlados por las tropas españolas que
habían tomado la ciudad en 1492, después de diez largos años de sitio.
4) LA HOGUERA DE LAS VANIDADES
El 7 de febrero de 1497, el fraile Savonarola insistió ante sus oyentes que el triunfo de
las tropas francesas sobre las italianas era una clara demostración del desastre que
vivían y convenció a la gente del malestar de Dios. Una de sus primeras ideas fue
sustituir el Carnaval de Florencia, que le parecía frívolo, por la fiesta de la Penitencia y
sus discípulos pidieron que se reuniera todo objeto que fuera una muestra de la
vanidad humana. De puerta en puerta, tras el sermón en la catedral, se recolectó lo que
se pudo en medio de un saqueo general en el que participaron cientos de niños; luego
se hizo preparar el escenario.
Este ritual sirvió para la destrucción de libros sobre magia y cábala, clásicos de Ovidio,
Catulo y Marcial, textos de Dante y poetas de los cancioneros del amor gentil e incluso
los diálogos de Platón.

5) DESTRUCCIÓN DE CÓDICES MAYAS Y AZTECAS


En el año 1530, en Tetzcoco, Fray Juan de Zumárraga hizo una hoguera con todos los
escritos e ídolos de los aztecas. Había nacido en 1468, en el mítico pueblo vasco de
Durango, en España, y una de sus primeras tareas como monje franciscano fue
examinar los casos de brujería más conocidos de su región, lo cual lo llevó a practicar
exorcismos. Como todos los fanáticos, veía el diablo en todas partes.
Diego de Landa continuó esta labor de purificación. En 1562, hizo quemar en el Auto
de Maní cinco mil ídolos y 27 códices de los antiguos mayas. De esta furia,
sobrevivieron apenas tres códices mayas prehispánicos.

6) BIBLIOCAUSTO NAZI 1933


El Holocausto fue el nombre que se dio a la aniquilación sistemática de millones de
judíos a manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Pero este
acontecimiento fue precedido por el Bibliocausto, donde millones de libros fueron
destruidos por el mismo régimen.
La operación Quema de Libros, ejecutada el 10 de mayo de 1933 bajo la coordinación
de Joseph Goebbels, se reveló pronto en su verdadera dimensión porque el mismo día
se quemaron libros en Berlín y en otras 22 ciudades alemanas. Según W. Jütte, se
destruyeron las obras de más de 5.500 autores. La Comisión para la reconstrucción
cultural judeo-europea estableció que en 1933 existían 469 colecciones de libros judíos
y al finalizar la Segunda Guerra Mundial, no quedaba ni la cuarta parte.

7) ARGENTINA 1980
El 30 de agosto de 1980, los terrenos vacíos de Sarandí se convirtieron en un lugar
macabro. Varios camiones depositaron, bien temprano, un millón y medio de libros y
folletos, todos publicados por el Centro Editor de América Latina. Minutos más tarde,
la euforia policial, legitimada por la orden de un juez federal de la Plata llamado Héctor
Gustavo de la Serna, animó a varios agentes a rociar con nafta los ejemplares y a
prenderles fuego.
Se tomaron fotografías porque el juez temía que se creyera que los volúmenes habían
sido robados y no quemados. Horrorizado, impotente, el editor José Boris Spivacow,
contempló la quema hasta que las risas y el desaire despertaron su ira.
8) SARAJEVO 1992
Un escritor bosnio, Ivan Lovrenovic ha contado que la Vijecnica, el imponente, elevado
y colorido edificio dedicado a albergar la Biblioteca Nacional de Bosnia y Herzegovina,
en Sarajevo, fue bombardeada desde las diez y media de la noche del 25 de agosto de
1992 con fuego de artillería. La biblioteca perdió casi dos millones de volúmenes.
Algunos amantes del libro, habían formado una larga cadena humana para pasarse los
textos y transportarlos a un lugar seguro, y salvaron algunos. Los bomberos intentaron
apagar las llamas, sin suerte, porque la intensidad de los ataques no lo permitió. El
techo se derrumbó y por el suelo quedaron regados los restos de manuscritos, obras de
arte y escombros de las paredes y escaleras.

9) BIBLIOTECA NACIONAL DE BAGDAD 2003


El mes de abril de 2003 el mundo fue conmovido por una serie de eventos
imprevisibles y atroces que destruyeron los principales centros culturales de Irak. Una
ola de saqueos desmanteló los edificios públicos y comercios de Bagdad los días 8 y 9
tras la toma de la ciudad por el ejército de Estados Unidos. Fue el día 13 cuando una
multitud alentada por la pasividad de los militares, roció con algún combustible los
anaqueles y les prendió fuego. Millones de libros se quemaron.
Según otra versión, se usaron fósforos blancos, de procedencia militar, para el
incendio, y hay evidencias que lo confirman. Pasadas unas horas, una columna de
humo podía verse a más de cuatro kilómetros. En el mismo ataque fue destruido el
Archivo Nacional de Iraq, y desaparecieron diez millones de documentos.

10) BIBLIOTECA DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE EGIPTO


2011: el 18 de diciembre pasará a ser una fecha catastrófica de Egipto por el incendio
del edificio de la Academia de Ciencias, que albergaba 200.000 materiales desde el
siglo XVIII y obras como Description de l’Égypte, reproducido por todos los amantes
de Egipto desde su aparición en 1809. Todos los archivos que sustentaban las fuentes
del siglo XIX se perdieron, miles de informes de investigación que ni siquiera estaban
copiados perecieron haciendo retroceder los estudios egiptológicos durante décadas.
Una tragedia amparada por la impunidad y las advertencias: desde febrero de 2011 el
autor ha advertido en el Diario Clarín que todo esto sucedería y ha así ha sido para
mala fortuna del patrimonio cultural mundial.
*El autor escribió “Nueva historia de la destrucción de libros” (Editorial Destino, 2011),
actualmente en Egipto.

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