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“Formas elementales de la vida religiosa”

Como bien sabemos, todo acto del ser humano necesita de fundamentos, es
imposible tener creencias sin justificarlas, cada papel que desempeñamos en
nuestro diario vivir nos reafirma esta teoría. Este acto es propio de la naturaleza
humana, es decir se da tanto en lo social como en lo científico y lo religioso. Pero
como tal, necesita una constante afirmación de las creencias, es necesario hacer que
cada sujeto se sienta identificado con lo que es, de esta manera recurrimos a la
representación o al “hacer presente lo ausente”. Tomaremos, para ilustrar mejor, el
mismo ejemplo que propone Durkheim, es decir hablar de la religión.
Se dice que el elemento principal de la religión está en las representaciones o
creencias, cada doctrina tendría sus propios ideales los que identificarían a la
totalidad de sus creyentes, y de esta manera cada sujeto se sentiría como parte de
él al ver a muchos iguales dentro de la institución, punto importante si queremos ver
que pese a la subjetividad de cada individuo este acepta ideales que están
elaborados con anterioridad. Todo este “milagro” se debe única y exclusivamente a
la fe, la que se ve enriquecida por la constante repetición (o representación) de los
ritos que hacen que cada sujeto se reindentifique con la propia creencia de su
organización.Es en este punto cuando hablamos de la relación entre representación
y ritual, pues el hacer presente una situación para fortalecer las creencias grupales
no sería posible sin un acto específico que una o reviva las creencias propias del
grupo implicado, como diría Durkheim:
“...ese conjunto de actos regularmente repetidos es el que constituye el culto, el cual
vuelve a adquirir toda su importancia....”
Vemos ahora que es imposible desligar la representación del ritual, pues es en este
último donde se complementa la fase identitaria, ya sea grupal o individual de los
sujetos, sería la prueba experimental de ellos. Lo interesante de este acto es que sin
él los individuos caerían en la negación de su identidad. Esto se debe principalmente
por ser los propios sujetos los que buscan reafirmar su condición de persona en
grupos colectivos y sujetos similares en sus prácticas y creencias que se reconozcan
así mismos.
Podría decirse que cada integrante de la comunidad confirmaría su identidad
individual en el grupo y a la vez este se afianzaría en una identidad común.Este ideal
colectivo, al ser compartido por cada uno de sus miembros, tomaría una conciencia
propia de tal manera que llegará un punto en que tome decisiones propias, las que
serán aceptadas por sus integrantes, esto se debe únicamente a la necesidad del
grupo para defenderse de influencias externas que agrederían, en cierta forma sus
fundamentos, algo así como una barrera inconsciente. Es por eso que nos
encontramos en lugares donde una mínima oposición a los fundamentos reinantes
podrían significar la muerte del agresor, ejemplo de esto sería el caso que se da en
la India, donde las vacas son sagradas, y cualquiera que las agrediera significaría el
fin de esa pobre vida. Todo esto por la necesidad de impedir que agentes externos
puedan dañar, manchar o influenciar en sus ideales, lo que a la larga se transforma
en un horror contra cualquier elemento ofensor. Otro ejemplo de este caso es el que
se daba en los campos de concentración nazi, donde a los judíos infractores se les
torturaba en frente de sus iguales, los cuales no debían bajar sus cabezas porque
debían observar el castigo para que aprendieran a no infringir la ley o fundamento
reinante en el pensamiento nazi.
¿QUIÉN FUE Y QUE HIZO EMILE DURKHEIM?
Durkheim fue el fundador de la escuela francesa de sociología, es uno de los pocos
clásicos de la Sociología y de las Ciencias Humanas que no han cesado de ser citados
y criticado. Se interesó mucho por las innumerables facetas de la complejidad de los
grupos, instituciones y sociedades que obran a lo largo de la historia. Sus estudios
rigurosos sobre los problemas que afectan a los seres humanos, presentan siempre
una búsqueda de soluciones prácticas, integrando dos grandes objetivos: Considerar
los hechos sociales como cosas, estudiarlos de manera positiva, como se tratan las
cuestiones técnicas, biológicas o médicas. Estudiar la vida social de manera
normativa, como se tratan las cuestiones filosóficas, morales y religiosas. Las ciencias
del hombre que trata de desarrollar Durkheim tiene por misión revelar toda la
realidad del ser humano, una realidad constituida por hechos materiales pero que
no puede existir sin una relación constante a un ideal moral y a una fundamentación
trascendente.
EMILE DURKEIM 1858-1917
Al igual que Comte defendió el carácter científico de la sociologia. Dentro de la
tradición positivista francesa, Durkheim pensaba que era legítimo emplear el
conocimiento científico de la sociedad para intervenir en ella a fin de procurar
mejoras sociales.
Su preocupación sobre el problema de la cohesión social en las sociedades modernas
aparece en su tesis doctoral “La división del trabajo social (1893)”. En este trabajo,
estableció la diferencia entre solidaridad mecánica y orgánica, referidas a las
sociedades simples y a las complejas preguntándose por las razones que garantizan
o en cuya ausencia se pone en peligro la cohesión social.
Según Durkheim en las sociedades simples donde solo hay una limitada división del
trabajo (o un bajo nivel de diferenciación social) los individuos son relativamente
intercambiables. En estas sociedades dependen todos de todos y todos comparten
una conciencia colectiva, o un sentimiento de pertenencia a esa sociedad que
garantiza la cohesión social y la supervivencia de esa sociedad.
En las sociedades modernas, con tecnologías avanzadas y gran división del trabajo,
los individuos son interdependientes, es decir, dependen unos de otros para
satisfacer sus necesidades básicas. Las sociedades modernas también necesitan de
algun tipo de conciencia colectiva: una serie de valores o visiones del mundo
comunes y compartidas que actúen como “pegamento social” moderando las
aspiraciones puramente egoístas de los individuos y manteniéndoles unidos por
encima de sus intereses particulares, pero sin ahogar estos. Cómo conseguir este
equilibrio entre las aspiraciones individuales y la cohesión social es uno de los
principales temas de reflexión de Durkheim.
En “Las reglas del método sociológico” (1895) Durkheim insistió que la sociología
debía basarse en la observación y en la aplicación del método ciéntifico (en oposición
a la filosofía) y señaló que el objeto de estudio de la sociología eran los hechos
sociales y no las motivaciones individuales. (frente a la psicología). Los hechos
sociales tienen auténtica consistencia social y constriñen o influencian sus acciones
(las normas, las instituciones). Durkheim definió los hechos sociales como: maneras
de obrar, de pensar y de sentir exteriores al indiviuo y dotadas de un poder superior
por el cual se le imponen. Son parte de la supremacía material y moral que la
sociedad tiene sobre sus miembros. Tienen por efecto fijar, instituir fuera de
nosotros, determinadas maneras de obrar y determinados juicios, que no dependen
de cada voluntad particular tomada separadamente. Por ello centra sus estudios en
las instituciones que define como todas las creencias y formas de conducta
instituidas por la colectividad.
Insistió en la especificidad del ámbito de lo social. Reclamó su carácter prevalente,
subraya la existencia de leyes propias de la mentalidad colectiva y en fijar su atención
en la realidad específica de lo social: los hechos sociales. Las Reglas básicas para el
tratamiento de los hechos sociales son :
A) Evitar las prenociones y prejuicios previos, b) Tomar solo como objeto de
investigación los fenómenos definidos por sus caracteres exteriores comunes. C)
Evitar todo subjetivismo, tomando los hechos por el lado en que se presenten
aislados de sus manifestaciones individuales
Durkheim inició la tradición sociológica interesada en explicar la conducta social por
la influencia de factores “macro”, de tipo estructural o normativo, frente a la
tradición weberiana que entiende que la explicación sociológica debe dpartir del
análisis de la acción social de los individuos.
Para Durkheim el sociológo debe estudiar en qué medida, prácticas, valores o
instituciones sociales contribuyen a la cohesión social y si su ausencia explica
patologías sociales que pueden hacer peligrar la viabilidad de esa sociedad.
“El suicidio” (1897) es una obra de investigación que le sirvió a Durkheim para
mostrar la validez de sus propuestas metodológicas y teóricas y ala vez para
reflesionar una vez más sobre el problema de la cohesión social en las sociedades
modernas. Mediante análisis estadísticos, pioneros en su época, demostró que la
tasa de suicidio variaba entre individuos de distintas creencias religiosas y distintos
grupos sociales. Por ello, estas variaciones no podían explicarse recurriendo a
factores psicológicos. Eran hechos sociales que requerían una explicación social.
Llega a la conclusión de que “El suicidio anómico”: se produce cuando tienen lugar
cambios sociales súbitos que dan lugar a quiebras o desajustes en las normas
sociales, éstos producen un estado de anomia que supone confusión, inseguridad,
falta de criterios, que a veces conduce al suicidio. Este concepto de anomia ha sido
aplicado por otros sociólogos en el estudio de patologías sociales y conductas
desviadas.
En “Las formas elementales de la vida religiosa” (1912) volvió a sus reflexiones sobre
la naturaleza de la conciencia colectiva en las sociedades simples. Mantuvo que las
creencias y ritos religiosos son representaciones colectivas de la sociedad que sirven
para reafirmar los valores de esa sociedad y, así fortalecer la cohesión social.
Convencido de los nexos entre los grandes movimientos del XIX: nacimiento de la
Sociología, cambio en las ideas religiosas (vacío en la identidad de creencias) y la
emergencia del socialismo para sentar las bases de una nueva organización social.
La Sociología podía aportar las bases de un conocimiento metódico y riguroso para
la solución científica de los problemas sociales.
Su visión sobre el socialismo era que debía ser una aspiración más global que
reorganizara el cuerpo social en su conjunto, reivindicó las concepciones socialistas
que aspiraban a una organización más democrática de la sociedad, a la igualdad
jurídica de ambos sexos, una moral más altruista, una simplificación de las normas
jurídicas. Siendo una transformación compleja y profunda que implicaba ajustes y
reformas en todas las partes del organismo social.
El problema social fundamental no era el económico sino un problema de consenso
social, de compresión de la superioridad moral de la sociedad y de interiorización de
todos los imperativos, normas y obligaciones requeridas para su buen
funcionamiento. Sus ideas que crearon escuela fueron: idea de institución social, la
relación de los conceptos sociológicos de cultura y sociedad, el análisis estructural-
funcional, construcción de tipologías, acotamiento de los principales campos
temáticos de la Sociología, desarrollo de teorías específicas como la anomia.
Bibliografía

DURKHEIM, Émile: El Suicidio (selección). En PORTANTIERO, Juan Carlos: La


Sociología clásica. Durkheim y Weber, Centro Editor de Cultura, Buenos Aires, 1977
Las Reglas del Método Sociológico (selección). En PORTANTIERO, Juan Carlos: La
Sociología clásica. Durkheim y Weber, Centro Editor de Cultura, Buenos Aires, 1977
PORTANTIERO, Juan Carlos: La Sociología clásica. Durkheim y Weber, Centro Editor
de Cultura, Buenos Aires, 1977

CONCEPTOS
Émile Durkheim, uno de los teóricos cuyos postulados tuvieron mayor relevancia en
este sentido, sostiene que la sociedad es la encargada de integrar a los individuos
que la forman y de regular sus conductas a partir de del establecimiento de normas.
El autor sostiene que si la sociedad cumple adecuadamente, tanto la colectividad
como cada uno de sus miembros, lograrán un orden estable que les permita
desarrollarse plenamente. Cuando esto no ocurre, y la sociedad cae en una situación
de anomia, pierde su fuerza para regular e integrar a los individuos, pudiendo
producirse consecuencias adversas tales como el suicidio estudiado por Durkheim.
¿cuál es el papel de la sociedad en la obra durkheniana? Durkheim define a
la sociedad como el conjunto de sentimientos, ideas, creencias y valores que surgen
a partir de la organización individual a través de este tipo de grupo y que tiene una
existencia diferente y superior a cada uno de sus miembros, es decir, que existe
gracias al grupo pero no está en ninguno uno de ellos de forma individual. Según
Durkheim, dicha sociedad cumple dos funciones: la integración y la regulación;
cuando la segunda no es ejercida adecuadamente los individuos se encontrarán en
una situación de anomia, concepto que ocupa un papel central en su obra.
En La División del Trabajo Social (1893), el autor sostiene que cada una de las
actividades que se llevan a cabo en la sociedad tiene una función; dependiendo del
nivel de desarrollo de la misma, se responderá a diversos elementos tales como ideas
o sentimientos comunes, búsqueda de la eficiencia; lazos identificados por el autor
como Solidaridad Social. De esta forma, el paso de una sociedad tradicional a una
moderna implicará la transformación de dichos lazos y, en consecuencia, de la forma
como las normas y la conducta se desarrollan. En las sociedades tradicionales,
Durkheim identifica como forma de funcionamiento de las relaciones entre los
individuos una solidaridad mecánica, ya que en este tipo de sociedades los vínculos
surgen gracias a la existencia de una conciencia colectiva que está basada en la
uniformidad de creencias y costumbres y en donde la diferencia es considerada por
la totalidad del grupo como una amenaza, con el resultado de que aquél que rompe
con lo establecido será fuertemente castigado por la mayoría. Frente a ella, en las
sociedades modernas, los lazos sociales se establecen a partir de una solidaridad
orgánica en forma de complementariedad debido a las diferencias existentes entre
los miembros.
Es en estas sociedades donde la diversidad es la característica central, donde la
división del trabajo ha hecho posible que la individuación y la cohesión social
avancen a la par. En la medida en que un individuo se especializa y desarrolla la
función para la cual está más capacitado, requerirá más de los otros que, de esta
forma, lo complementan al ofrecerle todo aquello que él no puede atender por estar
concentrado en hacer lo que mejor puede. Así, individuación y cohesión social se
fortalecen simultáneamente. En las sociedades modernas se han producido cambios
profundos en poco tiempo modificándose sus estructuras y, en consecuencia, en la
forma de reglamentar las relaciones que ocurren dentro de ellas. Como ya se
mencionó, con la llegada de la modernidad cobró relevancia el papel del individuo,
la ciencia y la eficiencia por encima de los principios absolutos tales como la religión
y la tradición, que son característicos de la sociedad tradicional, como lo indica
Durkheim. Además, sobre todo en el ámbito económico, las funciones se fueron
disociando, sin que entre ellas se establecieran -como sustitutos del modelo anterior
- lazos suficientes para organizar al grupo y vincular a sus miembros.
Desde esta perspectiva, la anomia se refiere a la ausencia de un cuerpo de normas
que gobiernen las relaciones entre las diversas funciones sociales que cada vez se
tornan más variadas debido a la división del trabajo y la especialización,
características de la modernidad. Dado que la transformación ha sido rápida y
profunda, la sociedad se encuentra atravesando por una crisis transicional debida a
que los patrones tradicionales de organización y reglamentación han quedado atrás
y no ha habido tiempo suficiente para que surjan otros acordes con las nuevas
necesidades. Como consecuencia de ello, se ha producido una situación de
competencia sin regulación, lucha de clases, trabajo rutinario y degradante, entre
otros, en el que los participantes no tienen clara cuál es su función social y en la que
no hay un límite claro, un conjunto de reglas que definan qué es lo legítimo y lo justo.
Para Durkheim, la anomia no es más que una etapa, producto de las rápidas
transformaciones. Etapa que, eventualmente, será superada a través de la creación
de corporaciones o grupos profesionales en las que los individuos podrán reunirse a
partir de la comunidad de intereses, con el establecimiento de reglas. Es decir, se
constituirá la unidad en la diversidad, y de esta forma será posible reorganizar una
sociedad que para Durkheim se encuentra desorganizada y fragmentada.
A diferencia de la concepción transicional que Durkheim hace de la anomia en La
División del Trabajo Social, en El Suicidio (1897), la considera como un mal crónico
de la sociedad moderna y factor explicativo de un porcentaje de la tasa social de
suicidios de la Europa de finales del siglo XIX.11 En esta obra, Durkheim retoma el
argumento de que se ha generado una situación de decadencia de los controles a los
que los individuos estaban sometidos y con ello de los límites a que éstos debían
acotar la acción individual como consecuencia de la rápida transformación social
derivada del cambio del sistema económico, la relevancia de la razón como elemento
de juicio y la pérdida del poder organizador de la fe y la tradición. A raíz de este
debilitamiento identificado como anomia, los individuos han dejado de tener clara
la diferencia entre lo justo y lo injusto, lo legítimo y lo ilegítimo.
Por otro lado, Durkheim también señala una anomia conyugal que tiene que ver con
el debilitamiento del matrimonio tal y como ha ocurrido con el resto de las
instituciones sociales. Para Durkheim, el matrimonio supone una fuente de
estabilidad sobre todo para los hombres los cuales, dice, se encuentran dominados
desde una edad temprana por deseos y pasiones que, al no ser controlados,
mantiene en una situación de desenfreno que genera malestar. Al contraer
matrimonio, el hombre entra en una institución que le pone límites a sus acciones,
le da la estabilidad y el orden que hasta ese momento le habían faltado.

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