Está en la página 1de 28
Una rareza de bruja En uno de esos barrios sin edificios que todavia quedan en cada cindad, rodeada de casas de muros altos y jardines escondidos, vivia, para gran desco- nocimiento de sus vecinos, una bruja. Esta bruja, que amaba todo lo bello, era una rareza, una pieza de cristal refulgiendo en el fondo de un saco de carbén molido, Sus frutas preferidas eran Jas murtillas y las uvas moscatel rosadas. Su sabor favorito, el dé los mangos, el cacao y el pistacho. Su isaje mas querido era el de un atardecer con vista ‘vuna cordilleras y las flores que mas le gustaban eran Jas més bellas que hubiera en ese momento. ‘Se movia por la vida dependiendo del ritmo y la miisica de las cosas. Si una silla chirriaba al moverla, ho se sentaba. Si el viento galopaba en una noche de tormenta contra la ventana, ella se ponfa contenta. Si fn una novela romédntica un amor quedaba trunco, abandonaba el libro en el acto. Se tefiia alternativamente la gran cabellera negra yy granate. Se cepillaba las pestaiias cada mafiana. Y la vor la tenfa entrenada para cantar a todas horas, aunque los gatos alegaran. “La belleza es una responsabilidad”, solia decitse, “un deber de ciertas almas sensibles”, Ella misma, que se consideraba una maestra en ese aspecto, romaba ran en serio aquella tarea que muchos afios atts babfa decidido enclaustrarse en su casa a producit beldades; pues no queria contaminarse con los feos problemas del mundo. Hubiera puesto un cartel en el portén que dijera “Prohibido ingresar problemas”, sino fuera porque la palabra “problemas” le resultaba retriblemente desagradable. Y porque ademas no era nnecesario; nadie ingresaba a su santuatio, En las ocasiones en que salia a sacar la basura, se capaba los ojos y la natiz. para evitar todo contacto ingrato. ¥ una vex de vuelta en la casa, en su bella casa con ventanales de colores, suspiraba con alivio, Porque ahi todo era tan bello: las escaleras de caracol, Ia jaula dorada de los canatios dorados, la lmpara de Ligrimas gigantesca, el piano de cola que nadie més tocaba, su cama envuelta en velos y mantas traidas desde lejos, la cocina reluciente, intacta, Y solitaria, A veces, en especial cuando afuera habia luna nue- va, se sentaba en la banqueta del piano con la frente sobre las teclas blancas y negras y se ponta a llorar. Después de un rato iba a verse al espejo. *Mi tris: {eza también es bella”, decidia, conmovida. Ensayaba [poses y gestos tristes y sentadores. En esisnoches era dificil conciliar el sucfo, Preparaba Jalea de frambuesas para comerla con leche condensada fen la cama hasta hartarse. Encendia la televisin para tno tener que pensar por quélloraba, para distrarse con Jas cosas que pasaban por bellas en pantalla A\ la magiana siguiente ya no podfa recordar qué la habia puesto triste, Cada despercar le parecia brillante. *,Qué haremos hoy, queridos2”, preguntaba a sus canatios dorados. Ellos le respondian con melodias, acordes, “Creo que arreglaremos las matas de chil- 0s albos”, decia un dia, y partian los tres al jardin silbando, Otras veces eran las esculcuras de hielo que necesitaban frio, o las fuentes de chocolate que se haban atascado, o los escarabajos de San Juan que requerian lustre. A todos atendfa la bruja. Y si el dia habia sido bueno, la bruja sofiaba con mariposas posindose sobre las flores; ysiel dia habia sido malo, sofiaba con moscas nadando en su sopa. Y si habia luna nueva, y el tic-tac del reloj se ofa muy fuertey retumbaba en la casa, la bruja no sofaba, sino que sc ponia a llorar. ‘Una carta inesperada ‘Una mafiana a eso de las once, después de Ja ducha con agua de lavanda y el desayuno con huevo fiito y mandarinas, la bruja escu- ché algo que la dejé perpleja. Era el timbre que sonaba una y otra vez. Los canatios la miraban expectantes. ‘Salié al jatelin y miré hacia todos lados. "No pueden ser los de la basura”, se dijo, “ellos jamés cocan el timbre, saben que les dejo las bolsas en el buzin”, Pero como segufan insistiendo, abrié lentamente el portén y pestaiied un par de veces a un hombre que solo dejaba ver su siluera, 2 ~2S@ ~pregumts, tratando de sonar serena, buzén esté tapado de bolsas de basura, , si Si, y yo tengo una carta para usted. Una carta? ~exclam6, sorprendida~. No puede ser. Yo no recibo cartas. ¢Est4 seguro de que es la direccién correcta? El hombre no respondié sino que, observando por tun brevisimo segundo su bata de algodén, se permi- tid una inclinacién de cabeza y desaparecié sin més. | La bruja, aturdida, cerré el portén y volvié a su «asa con la carta en la mano. La direccién estaba bien, pero no se decidia a abrirla, Hacerlo significaba abrir un mundo de posibilidades inciertas; hacia afios que no tenfa contacto con el mundo exterior. Pasé toda la tarde con el corazén oprimido. Ni siquiera el té con miele parecié dulce, Al fin, al caer la noche, rompié una esquina del sobre. Adentro habia un papel blanco y grueso. “Los apeles blancos traen peores noticias que los papeles . de colores”, pensé, aunque sin ningiin fundamento. Pero luego, al tomar la carta y moverla capté un reficjo de luz, y el papel brilld como si hubiera sido Soy el cartero -se presenté él-. Disculpe, pero su da. “Un papel tan bello no puede decir nada reflexion, y sin dudarlo més rompié el resto envoltorio, El contenido decta: ermana, la bruja Melisa, te invita a su ma- ronio con el sefor Juan El Terrible. Esperamos tw irmaciény un regalo a la siguiente diveccién: Parcela Terribles, sin ruimero, Sur del Mundo, ¥ abajo, una postdara: Invitacién para ti + 1 {Tan tipico de su hermanal ;Venis a mandar esta witacin, como siesperara de verdad que ella saliera ‘exterior para asistir a su boda! Y si lo hiciera, si onsiderara hacerlo, za quién iba ainvitar?;Y la letra, in cspantosamente cursit Reahnente au hermana en ver de llamarla Melis, dleberian haberla llamado Insoportable. Bien le venia casarse con un Terrible. } Esa noche la bruja no durmié bien. Sofé que su hermana la obligaba a vestirse con un vestido horripilante lleno de vuelos y lentejuclas y peontas: Las peonias en realidad estaban bien, pero no en «sa profusién de encajes y brillos. ¥ peonfa es un 15 Todo el dia es Salir de casas cont ‘manchar su vesti uyo dindole vueltas al asuntoz reaminar sus apatos; posiblemente lo con grasas tener mucha gents, no neceatamene bole eo olera mucha gente, non , Aietie gntshs BENE, Con quists qué dian 3 Meliss més bonita que ells dejar asus cannes ecru eetraiacs dena eaten plano en odo un dis voler a suesea O hora eso en caso de que pudiera volar * ras encontraba el camino de vuelea? eta En este punto la bruja tras cosas menos graciosas, Pero habia que tomar tn: a a decisién, Una ver que © sentitia mejor. ¢Tal vex. mandar an 16 lo enorme para que los novios no se ofendieran su ausencia? Un abanico de plumas de parina, nejor, una parina con un par de abanicos. O el yo de Juan Ferndndez: la iltima semilla del sin- lo extinto. O una bandada de picaflores enanos in su respectivo jardin de flores rojas y meladas, y Instruccién precisa de buscar néctar a toda hora. algo as seria satisfactorio, ‘Sin embargo, no estaba tranquila. Por muy inso- ortable que fuera Melisa, era su tinica hermana. ‘No se vefan hace afios, pero zemo iba a perderse su natrimonio? ;Cémo ibaa perderse la cara de sorpresa le los otros invitados al verla llegar tan bella? Tan bella y tan exitosa en la vida...? Y un plan comenzé a fraguarse en su cabecita arabache. Un caballero respetable ‘Tendria que ir al matrimonio. Eso ya supondrfa tun esfuerzo colosal; claro que se erasladaria de una manera cfciente e impermeable y no habrra posibilidad de contaminarse por el camino. En la fiesta, harfa st aparicién, conversarfa un poco y luego se marcharia, como hacen las estrellas, Por supucsto, tendrfa que a verse despampanante; tendrfa que conseguir u eDénde encontraria a €s0 no serfa tanto esfuerzo. Y in hombre que la acompafara, ese hombre? Atento, apuesto, amigable, adinerado. La bruja sonrié para si misma Un hombre asi seria una joya. Laentrada deambos seria tan olvidaria hablar. Por un min iELcoranén legs aacelerirclel De modo que recogié su pelo en un mofo, y se puso tnos guantesy procediéalimpiar el piso de toda mora de polo. Eso siempre la calmaba. Luego hizo una lista en orden alfabético ce todos los seresvivos que espectacular que la gente habitaban su propiedad, desde la A de Alstroemeria tuto, reinarfa el silencio, Jutea hasta la Z. de Zephyra elegans pasando por F mientras ellos descenderfan por las escalas de mérmol L de Liolaemus tenuis, una hermosa lagartija azul acompafados solamente de un violin solitatio, Eso, y amarilla que cuidaba con especial esmero. Todo suponiendo que hubiera escalas anchas de mérmol en ‘sto, para tener clarisimo qué y cudnta comida oe cl lugar del evento, La bruja sacudié sus pensamientos, en Ios vaios euencos de eerimica de Quinchamalt fastidiada, No le extrafarfa que a su hermana se le Los canarios la observaban con carifto y un poco ccurtiera hacer la boda al aire libre, cercenando toda de exasperacin, Era una bruja tan exagerada, ‘i oportunidad de ostentaci6n y acistica. Tal vez llevar Por la tarde se sents frente a su maquina de escril i ‘un amplificador no seria mala idea, Y’no se par6 en un buen rato, Hacia las siete, con el Pero lo primero debia ser lo primero. Habja que pelo desordenado y las mejillas encendidas, observ6 disponer muchas cosas si pensaba ausentarse un dia con deleite su obra: varios carteles con las palabras: {levaba afos de afios sin salir: el agua purifcada y ‘as vitaminas para cada una de las plantas, as semillag Casting de los canarios y el resto de la aves, el pasto de los Se convoca a valientes varones a la casa de cristal, aballos, Ia comida de ls gatos, de los escarabajos de el dia sdbado a las 20:00 hrs San Juan, de las arafas tjedora, de las mariposas, Requisitos: medir mds de I metro 80 com, ¢l panal de abejas, la hilera de hormigas, los Scaroe tener ojos cautivantes, ideas claras, ‘yun gran interés en prosperar. de las colchas... 9 Ahora solo habfa que echarlos a volar y esperar el sibado, Después de es0 la bruja ya no pudo més de los nervios. El dia indicado, apomponé su cabellera negra para que se viera amplia y vigorosa, encrespé y Pint6 sus pestafias hasta que se le acalambraron los brazos, y pinté sus labios de un escarlaca furiosisimo. Queria que cada uno de los hombres, al verla, cayera desmayado, o al menos perdiera el equilibrio. Pero dieron las ocho de la noche y nadie acudis alacita, Nia las nueve, Nia las diez Alas once, la bruja dejé de esperar porque le parecié ue ya no era una hora decente para arender en st cas. Esa noche se fue a dormir con el pelo lacio y el 4nimo por el suelo junto a sus botines plateados —ni siquiera ellos pudieron arrancarle una minima sonri- sa- y se sumié en un suefio ligero y lleno de carteles perdigndose por los aires. Al otro dia desperté con un sobresalto, El timbre de nuevo. ‘Tan temprano! Se puso las zapatillas de levantarse con desgano. Las maiianas podfan set brillantes, pero no cuando uno tiene suefio. ~2Quién es? ~preguneé asomando media nariz por Ja puerta enteeabierta, -El cartero. ~ Qué desca usted? ~a pesar de estar de mal humor, Ja bruja jams era maleducada. “Hay un paquete acé a su nombre. ~@Para mi? *;Otra vez con lo mismo?” ~se lamenté en vor baja. Si, Es para devolver al remitente La bruja asomé la cabeza completa y medio cuerpo. Era el paquete que ella habia enviado a Correos para 4que repartieran sus cartels del casting. Estaba intacto. Se puede saber por qué lo devolvieron? ~no pudo evitar exclamar con irritaci6n, ~Acd dice: “No tiene direccién de destino”. ~jPor supuesto que no tiene direccidn de destino! se sulfuré ella jLa idea era repartirlo con el viento! —Parece que esa no es una politica de Correos. La bruja estaba palida de ira. El cartero pensé que seveia muy bonita. Por un momento ninguno hablé. Por un largo momento. ¥ de pronto ella dijo con una sonrisa maliciosa; —Usted parece un cabalero resperable, Le gustarfa tomar el 6 conmigo? 2 Al cartero nunca lo habjan invitado a tomar «é, menos una mujer tan bella como la bruja, con una bata de algodén tan distinguida. Por eso dijo que si, La puerta se cerré tras él, y por alguna razén el sonido le parecié definitivo, El cartero y la bruja tomaron ¢é de limén con anicar en ctistales inmensos, y Inego él la observé tocar el piano. El hombre no supo cémo se pasé la hora. Tampoco se pregunt6 qué hacia romando té ‘con una mujer desconocida y su bata, que aleteaba alrededor de sus tobillos como espuma, en medio de su jornada de trabajo. El hombre solo tenfa ojos para esa mujer. Y eso era exactamente lo que la bruja pretendia, De vyez.en cuando se daba vuelta y lo miraba bajando las pestaftas suavemente. Gracias al cielo el maquillaje no se le habia corrido durante la noche. Gracias al cielo, ademis, el cartero era un tipo honestamente guapo. Gallardo, gracioso, gobelino. Perfecto para sus propésitos. —;Por qué no tomas otra taza? —pregunté con dulzura, pues habjan decidido tutearse-. Después puedes echarte en el sillén a leer el diario. Tengo que volver a trabajar. ; ~{De verdad? a bruja sabfa muy bien cémo poner su voz melosa y persuasiva, El cartero se encontraba indefenso. Si, de verdad. Volvenis mafiana? El la mird sin pestatiear. Sin respirar. Si -dijo. Y cumplié su palabra. Al dia siguiente y al otro y as sucesivamente, ignorante de que habfa cafdo én las sutiles pero firmes redes de una bruja con un. capricho, Un plan perfectible Faltaban solo dos semanas para el matrimonio de ‘Melisa y la bruja comen2é a ponerse nerviosa. Desde temprano hasta el mediodia tenia que ocuparse del cartero y entretenerlo con mil ronterias: cl evidentemente, jugos con sombrillitas de colores, almuerzos con papas fritas en la terraza,algiin masaje, ‘ocatas para piano, cello y flauta traversa. Cualquier cosa deliciosa y cotriente y que no lo espantara, como tun hechizo. No podia arriesgar que a él le viniera un pinico esoénico y se marchara corriendo. Habia tenido que esconder los hiclos eternos del patio y iario, fuentes inagotables de chocolate; y apenas le cdaban las tardes para el resto de los preparativos je. De tanto en tanto los canarios movian la bezay trinaban melodias deprimentes, “Esto no va {erminar bien”, le decfan, pero ella no hacia caso. Muy por el contrario. Notaba que los segundos abstraccién del cartero cuando la miraba eran wla vex mas largos, los suspiros mas frecuentes y hs ojeras mAs pronunciadas. Para la bruja, este era el Alesarrollo esperado de su plan. Cada dia, de manera feligiosa, él se presentaba con un ramo de flores, las aque fueran mas bellas en ese momento: se curnaba entre alstrocmerias, gerberas, girasoles,huillis, proteas y raniinculos. Y alpiste para los canarios, que estos recibian gozosos. ‘Todo pareefa marchar a las mil maravillas Y entonces llegé el momento en que ella debia poner las cartas sobre la mesa, Sentada en la terraza con su mejor vestido de muselina blanca, comando In enésima taza de té, la bruja dijo al cartero: =

También podría gustarte