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¿Por qué se contraen los músculos?

El músculo esquelético es el encargado de realizar los movimientos que hacemos


con nuestro cuerpo, pero no siempre la contracción la realizan de la misma manera.
De este modo se distinguen tres tipos de contracción: la concéntrica, la excéntrica y
la isométrica.

Vamos a empezar por la más sencilla de entender, que es aquella que el músculo
realiza sin hacer ningún movimiento: la contracción ISOMÉTRICA. Cuando no
podemos mover un peso o estamos aguantando algo en el aire (sin moverlo) el
músculo está contraído; imagínate que te pones a empujar una pared, tus músculos
se están contrayendo pero la fuerza que generan no es capaz de superar la fuerza
que se opone, es un claro ejemplo de una contracción isométrica. En este tipo de
contracción la longitud del músculo no varía, es decir, ni se acorta ni se alarga.

Los otros dos tipos pueden ser un poco más complicados de entender, aunque en
realidad es algo más simple de lo que parece.

La contracción CONCÉNTRICA es aquella en la que el movimiento que realizamos


se dirige en dirección contraria a la fuerza de la gravedad y la EXCÉNTRICA es
aquella en la que el movimiento va en la misma dirección que la fuerza de la
gravedad (hay excepciones si se trabaja con máquinas de poleas o gomas). En la
concéntrica el músculo siempre se acorta y en la excéntrica se alarga; es la gran
diferencia entre los dos tipos, la contracción concéntrica hace fuerza mientras el
músculo se va acortando y en la excéntrica el músculo hace fuerza mientras se va
alargando.

Resumiendo un poco todo esto:

 Concéntrica: movimiento en contra de la gravedad, el músculo se va


acortando. (arriba en la imagen)
 Excéntrica: movimiento a favor de la gravedad, el músculo se va alargando.
(en el centro en la imagen)
 Isométrica: contracción sin movimiento, el músculo ni se acorta ni se alarga.

Lo primero que hay que tener claro es que los músculos no se estiran, sólo se
contraen

Pero ahora centrémonos en el funcionamiento de las fibras, o células, musculares


estriadas. Cuando las vemos al microscopio electrónico, cada una de ellas
contiene múltiples miofibrillas longitudinales compuestas por lo que
llamamos sarcómeras, que son las unidades estructurales y funcionales de
contracción.
Cada sarcómera está delimitada por dos bandas electrodensas llamadas líneas Z,
que son las que se aproximan o alejan según el grado de actividad muscular.
Dentro de cada sarcómera encontramos bandas claras y oscuras de forma alterna.
En el centro, vemos la zona oscura denominada banda A, de grosor constante,
flanqueada por dos zonas claras conocidas como bandas I, que son las que se
estrechan durante la contracción.

Si observamos una sarcómera a mayor aumento, veremos que contienen dos


tipos de filamento que se entrelazan entre sí: los gruesos (formados por miosina,
con capacidad de fijar moléculas energéticas de ATP) y los finos (actina). Los
filamentos gruesos sólo se encuentran en la banda A, mientras que los finos
ocupan toda la longitud de la sarcómera, de forma que en la banda I sólo
encontraremos actina, pero en la A habrá también miosina.

La contracción se produce mediante la interacción de la actina y la miosina. Los


filamentos finos se deslizan hacia el centro de la banda A, acortando las bandas I,
lo que hace que las Z se aproximen entre sí. Como hemos visto, lo que se da es
un acoplamiento, pero en ningún momento los filamentos finos o gruesos varían
su longitud.

¿Cómo fluye un glaciar?

El glaciar no comienza a moverse hasta que el hielo alcanza un espesor de unos 50


metros. Sometido a una tremenda presión, el hielo, que normalmente es quebradizo,
comienza a fluir como si fuera una masa de miel espesa. El movimiento se debe
tanto a la acción de la gravedad como al deslizamiento de los cristales de hielo unos
sobre otros, pero también interviene la fusión en el fondo del glaciar, que ?lubrica?
el camino. Sucede esto porque el hielo se funde cuando se encuentra sometido a
fuertes presiones, y la presión en el fondo del glaciar puede llegar a las 300
toneladas por metro cuadrado. (Del mismo modo que el peso de un patinador forma
una película de agua bajo las cuchillas de sus patines y permite que se deslice
fácilmente por el hielo.)
Las capas superiores de hielo siguen siendo quebradizas porque están
sometidas a una presión mucho menor; por eso se resquebrajan con
facilidad si sufren tensiones. Cuando el glaciar pasa sobre algún
obstáculo o el descenso se hace abrupto, su superficie se puede quebrar
formando gigantescas fisuras o grietas, conocidas con el nombre francés
de crevasses, que a veces tienen hasta 50 metros de profundidad.
¿Por qué el hierro se endurece al golpearlo?

Un herrero puede golpearlo sin miedo a que se desintegre. Esto es debido a que,
en general, posee una alta maleabilidad. Es decir tiene una alta capacidad de
deformarse antes de llegar a romperse. Gracias a esta propiedad, muchos metales
puede aplastarse para formar finas láminas. Digamos que es como un trozo de
plastilina pero mucho más resistente. Un ejemplo que vemos a diario es el papel de
aluminio. Esta formado por deformaciones y aplastamientos sucesivos de un lingote
metálico. Al envolver un bocadillo con papel de aluminio estamos utilizando esa
maleabilidad en nuestra vida diaria. Otro ejemplo, menos cotidiana, son las láminas
de pan de oro.

Bien, es posible deformar el hierro y el acero. Incluso podemos utilizarlo para


fabricar piezas forjadas como una verja. Pero eso no explica porque al golpearla
aumenta su resistencia., ¿cómo es eso posible? Para comprenderlo, debemos
descender al nivel microscópico y ver como esta formado el material. El acero es
una mezcla de hierro con una pequeña cantidad de carbono. Esta cantidad no suele
ser mayor del 2% aunque generalmente se encuentra en valores mucho más bajos,
del 0,1% al 0,5%. A pesar de ser un porcentaje muy pequeño, el carbono modifica
sustancialmente su comportamiento del hierro. En realidad, el acero no es una masa
homogénea, su composición incluye diferentes elementos con diversas
microestructuras y variadas concentraciones de carbono. La lista es larga, perlita,
austenita, martensita o bainita y engloba desde zonas prácticamente libres de
carbono hasta otras donde es lo bastante abundante para formar compuestos como
la cementita (Fe3C).

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