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Los sitios de acceso más naturales para MIS y NOTES son los sitios anatómicos de
entrada y salida. Las narinas, boca, uretra y ano se utilizan para obtener el acceso a los
aparatos respiratorio, gastrointestinal y urinario. La ventaja de dichos puntos de acceso
es que no es necesario realizar incisiones. Las desventajas dependen de las largas
distancias entre los orificios y la región de interés.
Para procedimientos NOTES, la vagina puede servir como punto de acceso, para
penetrar al abdomen a través del fondo de saco posterior en la pelvis. En la misma
forma, la cavidad peritoneal puede alcanzarse a través de la pared lateral del estómago
o del colon.
El acceso al sistema vascular puede llevarse a cabo bajo anestesia local con disección
y exposición del vaso deseado, por lo común al nivel de la ingle. Cada vez más a
menudo se obtiene el acceso vascular con técnicas percutáneas utilizando una incisión
pequeña, una aguja y una guía de alambre, sobre la cual se pasan diversos dispositivos
de diferentes tamaños. Este método, conocido como técnica de Seldinger lo utiliza con
frecuencia el cirujano general para la colocación de catéteres de Hickman, pero también
es útil para lograr el acceso a los sistemas arterial y venoso para la realización de
procedimientos de mínima invasión.
Las técnicas asistidas con guía de alambre, del tipo de Seldinger, también son
beneficiosas para lograr el acceso al intestino en procedimientos como PEG, para lograr
el acceso a la vía biliar a través del hígado y acceder a las porciones superiores del
aparato urinario.
En la cirugía toracoscópica, la técnica de acceso es similar a la utilizada para la
colocación de una sonda de toracostomía. En tales procedimientos es esencial la
anestesia general con ventilación de un solo pulmón. Se realiza una incisión pequeña
sobre la porción superior de la costilla, bajo visión directa, la cual se continúa a través
de la pleura. El pulmón se colapsa y se introduce un trócar a través de la pared torácica
para permitir el acceso con el telescopio. Una vez que el pulmón se colapsó por
completo, puede lograrse acceso adicional con punción directa, bajo visión directa de
todos los sitios de entrada con el empleo de un videoendoscopio.
Es innecesaria la insuflación del tórax, porque la colocación de trócares que mantienen
las incisiones abiertas permiten el acceso repetido al tórax.
Acceso laparoscópico
Las necesidades para laparoscopia son más elaboradas, porque la creación de un
neumoperitoneo requiere de instrumentos de acceso (trócares) que contengan válvulas
para mantener la insuflación abdominal.
En procedimientos laparoscópicos se utilizan dos métodos para establecer el acceso
abdominal. En primer lugar, la laparoscopia con punción directa, que inicia con la
elevación de la pared abdominal relajada con dos erinas o con una mano bien colocada.
Se crea una incisión pequeña en la cicatriz umbilical y se introduce una aguja especial
con mecanismo de resorte (de Veress) en la cavidad abdominal . Con la aguja de Veress
se perciben dos chasquidos diferentes conforme el cirujano la hace avanzar a través de
la aponeurosis de la pared abdominal y el peritoneo.
Por lo común se elige a la cicatriz umbilical como punto preferido de acceso porque en
esta ubicación la pared abdominal es bastante delgada, incluso en pacientes obesos. El
abdomen se insufla con un insuflador de presión limitada. Por lo común se utiliza CO2,
con presiones máximas entre 14 y 15 mmHg. Durante el proceso de insuflación, es
esencial que el cirujano observe las lecturas de flujo y presión en el monitor para
confirmar la ubicación intraperitoneal de la punta de la aguja de Veress. La cirugía
laparoscópica puede llevarse a cabo bajo anestesia local, pero es preferible la anestesia
general. En la anestesia local se utiliza N2O como agente de insuflación y se interrumpe
la distensión del abdomen después de la aplicación de 2 L de gas o cuando se alcanza
la presión de 10 mmHg.
Después de la insuflación peritoneal se logra el acceso directo al abdomen con un trócar
de 5 o 10 mm. Aspectos críticos para la seguridad de la laparoscopia por punción directa
incluyen el uso de un estilete con respiradero para el trócar o bien un trócar con
mecanismo de seguridad o punta para dilatación. El trócar debe dirigirse lejos del
promontorio del sacro y de los grandes vasos. Se inspecciona la posición del paciente
antes de colocar el trócar, a fin de asegurar una trayectoria apropiada. Para llevar a
cabo una colecistectomía laparoscópica, el trócar se coloca inclinado hacia el cuadrante
superior derecho del abdomen.
La cirugía laparoscópica asistida con la mano combina las ventajas táctiles de la cirugía
abierta con el mínimo acceso de la laparoscopia y toracoscopia. Este acceso suele
utilizarse en casos difíciles antes de que sea necesaria la laparotomía. Además, la
cirugía laparoscópica asistida con la mano se utiliza para ayudar al cirujano a enfrentar
la inclinada curva de aprendizaje relacionada con los procedimientos laparoscópicos
avanzados. La tecnología mencionada utiliza un conducto de penetración para la mano,
gracias al cual no se pierde el neumoperitoneo y permite la visualización laparoscópica
en combinación con el uso de instrumentos de mínima invasión. La investigación formal
de esta modalidad se ha circunscrito más bien a notificaciones de casos y series
pequeñas y se ha orientado más bien a cirugía de órganos sólidos y colon.
Los accesos intraperitoneales, intratorácicos y retroperitoneales para la cirugía robótica
cumplen con los principios de los mismos orificios para laparoscopia y toracoscopia; sin
embargo, el diámetro del sitio de acceso para punción primaria es de 12 mm para
permitir la introducción de un estereolaparoscopio. Los demás trócares son de 8 mm.
Accesos a la cirugía endoscópica transluminal en orificios naturales