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La importancia de los niños para Dios

Hace 58 años, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los


Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1959. Más tarde, el 20 de noviembre
de 1990, aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño.
Era el reconocimiento que hacía el mundo en cuanto a la consideración e
importancia que tienen los niños en nuestra sociedad, los cuales como es sabido,
muchas veces son maltratados, pasados a llevar, no respetados y mirados en
menos.
Sin embargo, mucho antes de que la Asamblea de las Naciones Unidas hiciera este
importante reconocimiento en pleno siglo XX, hace como 2.000 años atrás alguien
ya había dejado en claro lo importante que son los niños… estamos hablando
de Jesucristo.
Veamos entonces 7 puntos en los cuales queda demostrada la importancia que
tienen los niños para Dios según la Biblia:

1.- De los niños es el reino de Dios


“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que
los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a
mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os
digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y
tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.” (Marcos
10:13-16)

De los niños es el reino de Dios ya que los niños son seres puros que no tienen
pecado porque no tienen discernimiento ni conocimiento acerca del bien o del mal,
al igual que Adán y Eva en el paraíso antes de su caída; lo cual los hace tener el
camino libre hacia el cielo.
Esto también quiere decir que no necesitan de arrepentimiento, por lo tanto, no
requieren de bautismo. Al respecto muchas personas se preguntan acerca del
destino eterno de los niños que mueren sin el bautismo que propicia el catolicismo
romano u otras iglesias o sectas… sin embargo, debemos de hacer caso a lo que
dice la Biblia, y es clara al señalar que “el alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel
18:20).
Por lo tanto, si un niño fallece, su destino eterno es el cielo por cuanto de él es el
reino de Dios. El bautismo y arrepentimiento es para pecadores, o sea, gente
adulta como nosotros que pueden discernir entre el bien y el mal.
2.- Recibir y atender a un niño es como si se tratase del mismo Jesús:
“Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.” (Mateo
18:5)
No solamente debemos de ser atentos con el pastor, obispo u otro personaje
“importante” para nosotros, sino que Dios nos da a entender que un niño merece el
mismo recibimiento como si se tratase de Él mismo.
3.- Jesús manda a no despreciar a los niños:
“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus
ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.”
(Mateo 18:10)
Cuantas veces los niños son despreciados, porco atendidos, poco escuchados…
simplemente, no tomados en cuenta, ni aún por sus propios padres. Sin embargo
un niño ¡tiene ángeles que ven el rostro de Dios!, algo de lo cual ninguno de
nosotros - por más espiritual que sea – puede alardear.

4.- Jesús dijo que tenemos que ser como niños para entrar en su reino
“y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no
entraréis en el reino de los cielos.” (Mateo 18:3)
Si no nos volvemos y hacemos como niños – en cuanto a su humildad, fe y malicia
– no podremos entrar al reino de los cielos, ya que estas de las cualidades que
tienen los niños son indispensables para la vida cristiana.

5.- Dios escucha la alabanza de los niños


“Pero los principales sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y a
los muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! Se
indignaron, y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca
leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la
alabanza?” (Mateo 21:15-16)
De la boca de los niños se perfecciona la alabanza a Dios. Ningún famoso cantante
cristiano se puede igualar a un niño. El cántico de alabanza de un niño, que puede
molestar a algunos adultos, es escuchado con mucha complacencia y atención allá
arriba en los cielos.
6.- Un niño puede ser llamado por Dios para ejercer un ministerio
“Vino, pues, palabra de Jehová a mí [el profeta Jeremías], diciendo: Antes que te
formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta
a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque
soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te
envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque
contigo estoy para librarte, dice Jehová.” (Jeremías 1:4-8)
Un niño también puede ser tomado en cuenta para ejercer un ministerio “de
grandes” como el complejo ministerio de la profecía. Jeremías fue usado por Dios
para ser profeta, aún siendo un niño que no conocía mucho ni tampoco sabía hablar
muy bien.
¿Tú eres un niño? Entonces prepárate, porque no sabes si el Señor te puede
llamar en este mismo momento para predicar su Palabra…

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