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INTRODUCCION 1 t } Como avele wfirmarse, la semiétice o2-une cl VA ia }, esté en sus origenes, sin embargo, cont! | ® poe i , ! que pudleran penser algunos optimistes perti- darios del ocio eristotélico 0 de la neutrslidad de le clencla, estos origenes no se desenvuelven sin polémica, ‘sin debate, en ellos empiezen ya & frentarse planteamientos dispares. Bie que la literatura habitualmente traducida en nues- % tro pafs parece no dar pie para semejantes afir- maciones. Se trata de literatura provinente de un mismo campo Ideolégico que, en cuanto tal, s6lo altera matices, discute por pequefias cosas y est de acuerdo en el fondo. En este sentido, el presen~ te libro de Reznikov, profesor de la Universidad de (Leningradg, supone una novedsd fundamental: ya Mio se diseuten matices, es el fondo lo que se i debate. { ‘Se debate el fondo en el sentido més riguroso | del término: lo que Reznikov pretende afirmar, i a donde quiere llegar es a los fundementos episte- oldgicos de la semistice, pues piensa que los es- bce, [eae fe apoyarse en unos fon §) |dementos epistemolégicos ideallstes, Ideslismo’q oy fsepone-de-menifiesto en cu Bitrariedad el sgnos a lormalisino_ que pres ferme genes parece claro exponente de un plantea 12 sino de amplios sectores de le investigacién sovié- tica, especialmente en el campo de la epistemolo- gla y la teorla del conoc ién, de ia no soviética (basta leer la «Estéticas, de Lukécs, y apreciar sv enorme preocupacién por fundamen- tar los planteamientos bésicos sobre le teoria del reflejo). Reznikov no hace aqui més que partici- par en un planteamiento general que se propone luchar contra todo formalismo e idealismo. Aho- ra bien, cuando tratamos de precisar esa nocién de reflejo nos vemos en apuros. Es entonces cven- do el carécter_ materialista mecanicista del autor } sale a relucir de un modo més patente. Si, como de Ia reflexién como impresiones, fotografias, imé- genes de los objetos reflejados», entonces 1a con- tvMeepcién de ta frente como un espejo] (concepeién , fuertemente ligada el pensamiento escoléstico me- d Tefleja o en el que se graban las imé- nto acdialéctico y, por otra parte, a notable distancia ith “78 Tas conelustones setvales de te. psicologia, en i \péeMeste terreno mucho més. dialéct que Reznikov + (por ejemplo, Piaget). Entonces cobra toda su im- portancia aquel no entrar en la investigacién de la imagen artistica: no era un olvido, es que la ima- ‘gen se concibe como un resultado, como una repro- duccién especular. Y junto a este horizonte subyacente de materia lismo mecanicista, en el que el sujeto se limita a recibir (si bien Reznikov declara en numerosas oce- siones fo contrario, pero son declaraciones de prin- cipio no contrastadas en las explicaciones teéricas coneretas) y entre sujeto y objeto se ha abierto una fosa, junto a este horizonte, una perspectiva culativa, deciamos antes. Perspectiva especu- lativa embozade, podemos afiadir ahora, pues las intenciones del autor son doter a la semistice de unos fundamentos cientifico-positivos a partir de la teoria del reflejo, pero no es suficiente con acudir al reflejo para que lo especuletivo se haga cient fico, es menester explicar cémo ese reflejo func na, cémo el reflejo de un objeto puede transfor- marse en significado fijado en el signo, no es su- ficiente con decir que transforma 0 que fija, hay ee 13 que explicar ie prods ¥ no mediante efir- thaciones no-verificadas, sino por el camino de la verificacién. ‘A pesor de estas limitaciones, las razones que han movido & COMUNICACION @ publicar el pre- sente trabajo, y que esperemos impulsen a su lec- sas. Aparte del valor informativo, literatura no suele ser traducida ent Fosotros, muchas han quedado esbozades en les eas anteriores: su abierto: cardcter critica, radi Telmente eritico, su preocupacién por no sban- Goner aquellos temas que, répidamente, estén per- fritiendo la aparicién del formalismo en este cam- de le ‘etc. Incluso podriamos decir que Eos limitaciones ‘son expresivas, pues ponen de re- Tieve los caminos que es menester recorrer para una elaboracién tedrica satisfactoria de le semié- He. COMUNICACION i CAPITULO PRIMERO NOCION GENERAL DEL SIGNO { . En la vida cotidiana, al igual que en la cienci se producen manifestaciones increfblemente multi formes de los signos, de su naturaleza y de sus funciones. Los hombres Interpretan como signos las, sefales naturales de 3-irveri de i fox algnos 8, utilizan en i calidad de signos de distintas clases las sofeles, , ij roan signas convencionsles n lo Hl tores de la ciencia. El término fica Costa ha sido asumido en el estudio def sTstema nervioso q de los animales de grado superior, en la teorla de 4)? la informacién y en los diferentes sectores de la (°F técnica, Interpreta un papel importante en la mi temética y en la légica, en la teorla de los siste- mas formales, etc. Todo esto pone de manifiesto sv excepcionaimente amplio circulo de aplicacién, que incluye fenémenos, en bastantes aspectos, mamente heterogéneos, pero demuestra, al mismo tiempo, que en los fenémenos definidos por signos, a pesar de su heterogeneidad, existe en cierta me: 2 dida algo comin o generel. La semiética como ciencia de los signos y de lo: jembs_signicos es muy reciente, y su estudio | qt 9 analitico-comparativo se helle todavia en fase Ini- fal. Por ello, en la fase actual de investigacién Fesulta bastante dificil formular una nocién de signo que abarque todas las formas signicas sin excepcion y, al mismo tiempo, las cla Base a un riguroso criterio, distinguiéndolas de fenémenos de otro tipo. Por otra parte, la necesi- j dad de definir tanto la esfera como la materia de la investigacién exige una definicién prelimina aunque breve, que sirva de guia para anélisis fu: turos y ponga de manifiesto formas y aspectos dis- tintos, sefialando las caracteristicas de las diferen- tes formas signicas en un intento de sintesis del problema en cuestién. DFE 2 fanto, prescindiende ce las pecullarida- ‘S) des especificas ‘de los distintos signos, zcabe for- mular una nocién general de signo? El'signo es un GF" objeto (fenémeno o accién) material. percibido >| (Qsensoriatinenté, qué” intervierie en los procesos Gift comresctive y’comunicativorepresntendo © sue a e i 16 tituyendo a otro objeto (v obletos) y que se utilize percibir, conservar, transformar y retransmi- Trobiate represen: tado’ 3 Sustituido, Ei, objeto introducido 0 repre- sentado por el sign8 es un objeto designado (1). El significado del signo es la informacion sobre =P el objeto designado que el signo comporta. Del sig- nificado puede decirse que constituye una_infor- macién acerca del objeto designads, enicarnada, jada y expresada en el signo. Estas caracteristicas sefialan los hoe sspecios de los dletinos fons f menos slgnicos. FI signo es algo-maierial) por este motivo ls informacién se plasmao se sustancia en 41. El signo es relativamente estable; por ello la in- formacién se fija en él y, dado el carécter recep- tivo sensorial del signo, se expresa a, partir de él. Por consiguiente, el signo es un mater Pero un objeto que se refleja en el cerebro bajo la forma de imagen sensible del signo. El signo ma- terial es un elemento primerig, mientras que, su Imagen ideal es un elemento secunderio. En el pro- eso comunicativo el signo interviene bien como, > i porque si bien es cierto que, por una parte, la co- Municabilidad exige el objeto material como medio! de comunicacién, por otra parte aquélla seria im- | posible sin el reflejo de dicho medio en la concien- «J cia de quien participa en el proceso comunicativo. En la toma de cia. sin expresién externa, por ejemplo, en ¥ manifest ntes, fn del Signo aparece des- ' Cmpefeda por su. imagen sensible, Pero a efectos de la comunicabilidad la imagen psiquica del sig- no solamente seria insuficiente. Por consiguiente, 2X le, proceso ognosctve y comunicativa, conse ‘y, ;rades globalmente, exigen como factor indispense-| bble el funcionamiento del signo tanto en su calided | Jde objeto material como en su calidad de imagen ensible. Estos procesos estén intimamente relacionados entre si, ya que la imagen sensible del signo se A ma en base al funcionamiento del signo mate- rial en el proceso comunicativo. Esto pone en e\ dencia que en los procesos cognoscitivo y comyni- cativo es erréneo contraponer signo material e \ imagen sensible del signo. El signo material no ™ puede funcionar como signo sin su reflejo en la v7 a mientras que, a su vez, la Imagen psi- quica del signo no puede formarse sin el signo ma- terial. Por consiguiente, el funcionamlento de di- cha imagen en los procesos de conocimiento pre- ‘supone siempre el funcionamiento de una imagen material (signo material) en los procesos de co- municacién. El nexa_entre_signo | na sae ig ls [sto_desi *r ‘De este mor as Se ‘trielbnds designe fiada por el signo se resuelve en la relaciin de re- presentacién arriba sefielada, relacién que esté en la base de las restantes propiedades del signo: de su capacidad de servir de medio de comunicaci6 ‘de su utilidad al fijar los reflejos generalizados de la realidad, etc. Operend través de sgnos, nosotros nunca to mamos en consideracin los signes propiamente di- chos, sino los fendi s desig. Jeo una imagen que representa un conte- 2), En su opinién al signa es s0- mejante @ une pirdmide e le que se une, y en la que se custodia, «un espiritu extrafios. Su funcién se egota en la representacién de otro objeto, En este sentido el_signo resulta con respecto 2 lo ‘que ev alanificadp. Si en el snilisis fos. signosmismos Intervienen como objeto de examen, para designarlos se utilize, a su vez, cu Quier otro signo,/sélo en la medida ‘en que u fenémeno externd desempefia esta funcién’ desig. ip nativa de otros objetos y fendmenos es un sign Si el objeto material no designa de por s{ ot objeto, sino que sirve de elemento constructivo, interviniendo en el proceso designativo junto con et lameness fener pin if mente, se denomina también signof En este ser (opto Meio sonar sien ‘rater oh rinemas, letras, ete./ se Er ontenide propio del signo (sus proplededes flsieds, configuraciones, etc.) es fundamental sélo a efectos de su percepcién, de su reconocimiento y de su_diferenciacién de otros signos, pero no desempefia ninguna funcién frente al objeto de- signado. El signo funciona s6lo como vehiculo de | Gn’ sighifieade, vehiculo de una informacién Zon a ” Wwe tién, Los’ signos son_necesarios para ld _ ee remotamente semejantes y convencignales. (muchos. simbolos) * ‘Al mismo tiempo, incluso en [os casos en quel existe. un nexo convencional y arbitrario de los signos con los objetos designados y lo que de ellos jienisa, y, por consiguiente, cuando el factor ar- importancia en lo realiza de plantearse esta 20, olvidando| Ail rema_signico, Las relaciones objetivas del material asumido en un determinado sector de la realidad definen los posibles y eventuales sistemas signicos correspon- Gientes a tal sector//De esto se desprende une consecuencia de excepcional importancia, desde el punto de vista filosdfico, por lo que la misma no- ' cién de conveneionalidad, en su acepcién dialéctica, contrario, 3 © 3 g 5 sino que existe una_int ac jonalidad del nexo | y signi blando con propiedad, ta en la medida en que la estructura de cualquier sector objetivo de la realidad puede designarse través de distintos_ sistemas signicos reciprocamen- 2 | te isomorfos, que estén de una forma u otra « “| minados por le estructura del sector concreto, has- ta el punto de excluir todo significado ajeno e la lacién con la estructura misma. Por lo tanto, la nocién de la correspondencia de los sistemas sig- nicos y de los sectores objetivos de Ia realidad im- plica Une unidad dialéctica de convencionalided y determinisino (0 condicionemiente): La consideracién teérico-abstracta del problems de la _designacién, a1 que ya hemos aludido, se re- lagioha con un aspecto estatico del anslisis de os sistemas de los objetos designados y de los siste- ‘gnicos. Aunque este aspecto, dentro de ites, es absolutamente necesario, resulta, sin embargo, insuficiente a efectos del examen glo- bal del proceso de desarrollo del conocimiento hu- mano, examen que exige un conocimiento total de la dinémice, del desarrollo, de la variacién y trans- relacién, entre ambas/ a oy ® i 23 Lan formacién tanto de los objetos designados soa nde los medios de designécién. La varia ‘objetos y de sus telscianésen_un_sistema desig” ative puede tener_un_doble_carécte aus Tos Tams objtes se. modifican, 0 en cvanto faa conocimi ‘ambos casos $¢.al Objetos ya élaboradd’ y, reclprocam perarse el sistem de de: ane 2 Este proceso de elterec e165 Ghjstos de Te. real t imientos y de _nuesiros medias. oT Danan camee La refiexién es un factor secundario frente @ ‘a/realidad obictivgl pero la designacion se somete a los problemas de le re- flexign (y de le comunicacién referide ol objeto reflejado) y, en este sentido, resulte © su ver se Cundarla frente a la reflexién. Por consiguiente, la alteracién en los sectores arriba indicados resulta desproporcionada y contradictoria. Produce _iney lemente fendmenos de sinouimiay de homoni- ' mig en Ta irids amplia acepcién de ambos. términos., Pero, 767. [a fase eatbtica delfbraceso de_designa- ciénse pueden considerar tales fenémenos como un oe como una posible fuente de confusion 'y duplicidad, en la fase dindmice de le investiga- cién pueden considerarse, desde determiniados pun- tos de vista, como dotados de un significado posi- tivo que une y separa los.eslabones de este fidido py poliédrico proceso. El_signo_se presenta como presCindible de abstraccién, m Cién y-de Wealiecén, Lo genérico y lo evencial en Cualquier objeto (0 en todo grupo de cosas y fe- némenos), se pueden evidenciar y reducir a ele- mentos abstractos s6lo a través de su representa- | yn_instrymento im- tal, de generaliza- cién en otro objeto que sp convierta en signo de Jo que se ha evidenclado/e enistencia ides! (re fleja) de los objetos del rhundo material es posible | porque:(Jlo genérico y lo esencial se seperan del | Objeto evel que estén asociados a un determinado | indmero de otros aspectos sensiblemente percepti- | bles y se ligan a otro objeto; (II) este otro objeto | no posee ni pierde su propio Carécter auténomo, | haciendo simplemente las veces de signo represen- tativo de lo que ha sido evidenciado en el objeto Ganterior/ ey jie ou Ie we \. tervienen en la composicién de las palabras, etc.), | x mie 25 El_signo.es vn medio vélido de gensralizecién, { de la realidad en el proceso cle comunicacién entre Designa sicmpre_el_objeto en su aspecto. generali- los hombres. zado, La funcién generalizadora del signo proviene De_modo idéntico se_plantea la cuestién de los “el hecho de que designa tanto los objetos de una signos de Ta lengua escrita. Maydsculas y mindscu- determinada clase, iguales (o semejantes) bajo las, impresas o manuscritas, con diferentes carac- cualquier aspecto, relacién, etc., como un objeto 1 pact teres 0 distin letra, todas las letras A, 2, A, 9, et particular que conserva. ciertos caracteres comunes, fs Icétera, representan un Unico e Idéntico signo li- 2 pesar_de_ sus diversos estados en los distintos ‘tierals 2 pesar de las diferencias de sv forma momentos de tiempo y en_relaciones diferentes. “externa, designan los mismos sonidos y se contra: Puesto qué el conocimiento de io genérico es esen- ponen a todas las demés letras del alfabeto, Es pre- cialmente unificador de la multiformidad, el signo, cisamente la comunién estructural de un determi- desempefiendo una funcién a su vez generalizado- nado némero de variantes signicas concretas la que ra, puede ser utilizado por los distintos individuos Jas convierte en manifestaciones Fisicas des de un mismo sigio y prectzamente’a este ge nericldad- estructural se debe el ‘cumplimiento. de su funcidnsignica. “Theluso las formaciones signicas mas elaboradas, como los grupos signicos de palabras y sus desig: itrinseca ' naciones escritas, llevan implicito un cardcter ge- [del signo no sélo.en Ja medida en gue el signo® neralizado. La sonorided de la palabra es la suce- se convierte en medio de reflexién de los coracte- . Sign acabada.y ordenada nel. tiempo de los fo- | t28 genéricos del. objeto (0 de los objetos), sino | ni casi n.d aga ce rai, mientras ave también en la medida en que la a_forma_ma- su_representacion grafica. es. le sucesién discreta, | terial ciel signo, poseo. sedcter gather nies \ acabada y Tinealmente ordenada de las letras de un || isicamente distintos, © signos grdficos. utilizados determined alfebveta, sucesién dotade también de | para un mismo fin por inclividuos diferentes y en ificado. Y es oste cardcter cel signo, indisolu- de una determinada colectivided social, en distin- tas épocas y en situaciones diferentes, para desi nar los distintos objetos y fenémenos de la real dad (aunque unidos por una determinada rela- cién). Pero la generalizacién es_una id ; Blemente ligedo a su significado generalizado, el ree ree erate que condiciona la unidadl_de las palebres como jenen, una misma estructura s{gnica qu ra as dol lesguale } manifiesta a través de la identidad de su fun: uliples verlacones, de pronunciacién y re ad Wy en antitesis a otros signos de un determinedo tein, i Vlas tema oe Es sabido, Gt clemey que los are En este sentido se puede y se debe establecer una meros_elementos sonoros de un lenguaje son los diferencia egtre la nocién de signo genérico (0 abs- {ramas| Pero BC onemd ‘comp.signa sonora, se tracta) y le econ Ge tbe naideoles (0 con corecteriza_por_un elemento genérico, esiructural cretos)..Perd seria equivocado deducir de esto que gracias al cual todas las variaciones concretas de el signo genérico no es une formacién material. Su sonido asumen la misma funcién de medio dife- pluralismo fisico no desvirtde su intima identidad renciador en la formacién de las unidades signifi estructural (en la relacién signica), ast como la cativas del lenguaje (palabras, morfemas que in- multiforme genericidad de los objetos individvales, desde un punto de vista dieléctico-materialis se manifiesta en Ultimo extremo como genericidad ideal, sino que constituye una generalided real y de forma que en el sistema de un determinado lenguaje todo fonema acta en funcién de su re- | lacién con los demés fonemas. Segin esto el fo- | objetivamente auténtica de los objetos, cualquiera nema es un sonido generalizado y sslo asi puede | 5, que sea su relacién, generalidad que s¢ refleja en desempefiar la funcién de signo linglistico, gracias + A, nociones comunes. a la cual las unidades significativas del lenguaje , %, El/pensemiento humanof no puede formarse ni! .-26 ordenan como medios de reflexién generalizada \ Bdespresarse sin objetivarse en el signo (4), Todo In L 7 a 4 ae? jento de representar virtualmente el pensamiento umano, y su transmisién, sin signos.lingUisticos, 7, ftalmente absurdo y no puede plantears Le / relacign entre penssmignto_y objeto esté mediati- Sade-en at hombres por une relaciga entre signo y, ob]etSy-7-viceversa: el pensamient, fijedo en el Signo, refleja el objeto, y el signa, que.es ve hiculo del pensamiento (significado), designe el ob- jeto. De esta form i onvierte en instrumento impr de reflexién (teniendo en cuenta la forma especificamente humana de re- flexién, es decir, ante todo, la reflexién conceptual) y medio necesario de comunicacién, La relacién entre signo y objeto designado es, a, su modo, “ana relacién intelectual cuyo origen es social. Los Ee en Ultimo extremo, son creados * mM Y Utilizados elo por los hombresyen sus procesos Ue pensamistitc y de comunicacién, Pero debemos Subrayar que esta relacién entre signes y objetos Gesignados, @ pesar de su heterogeneided fisica, posee bases objetivas en virtud de las cuales, en fa asuncién que de ellas hace el hombre, las imége- hes de determinacos fendmenos materiales pueden constituir imagenes de otros fenémenos. Del_mismo modo que los cinco dedos de la mano, los cinco repiques de una campana, los cin- co continentes, los cinco meses transcurridos, las Cinco péginas feidas, etc., a pesar de su heteroge- neidad fisica, son fenémenos relativamente isomor- # fos en sv relacién cuantitativa, asi entre el sector \ de objetos designadd. Entre los seguidores de esta téoria pue- O40 e* } den citarse_Rusell, Sapir, Héfler. y otros muchos. Le teorle esociative no ofrece una explicscién.so- tisfactoris del proceso. de designe teoria, el signo y lo que se designa son dos objetos cuyas percepciones se_asocian en la conscis (9 sulste. Pero, fen primer Tugar] no todos los objetos en grado de ser asociados Titervienen como signos ‘D—Ve como elementos designados; fen. segundo lugar} no comprendemos por qué uno de los objetos aso ciados interviene como signo y el (j-omento designado, y no al revés; 6 t los objetos asociados conservan su’ significado in- cluso fuera de le asociacién, mientras que el signo no tiene més significado que el cle designar un de- terminado objeto y, por esto, la idea que nos ha- cemos del objeto a través del signo acta como un sdlo pensamiento, nico y coherente. pou Betcheri y.Pavlaz}no han rechazado el princi- Aub is do Na conexién asociativa on lo actividad al WW quica de los animales y de los individuos, pero le ' han conferido una base cientifica més satisfactoria \ Esta base cientifica consiste:(I) en la determin cién de las leyes fisiolégicas (mecanismos neuro- dindmicos) de la formacién de conexiones tempo- \ Ke 28 rales en el sistema nervioso centr Terminacién de la naturaleza refleja de estas cone Wiones y en la demostracién de, la interdepencenc!s soos’ Hercepeion y reaccién; (HI) en el esclarec\- oe ede Ia funcién sefalizadara de los estimulcs mietcionades ‘del primero y segundo sistema de sefiales. \ Tales antigua psicologta la asociacién se caracter' zabs por el nexo que unia ls impresiones (0 +, tedos vividos) en 1a £0 [individve, nexo oe 22 producla en base» los més simples "= See Sntra Bites cosas como resultado de una co} ‘Rhencia cazuat instantanea de dichas impresion en el tiempo. La i hha determinado erica nccesaria copeticion periddica de la conexiér ye Mie Toe ostintutos en el tiempo constltuye of fut gamento de las relaciones sefializadoras; he oe tncardo el distinte papel da. las estimulos cond cionados € ase enedos_ en los diferentes im- | Cites cle lo actividad vital de. los organismos: ‘he Dulitcado el significado de los procesos de excita: explicecenibicign en la formalizecién de Ine cone Siones de sefializacién y, on particular, el impor: were papel de la inhibicién en la limitacién de las (aNecones mediante vinculos objetivos, constantes Serer To tanto, esenciales para la orientacion, dl Yigonismo en el ambiente. Si la psicologte antigue croetrerizaba la ascciacién como conexién psiquica, tedde en ls propiedades internas de la conscien- Gio. ia teoria pavioviena ha demostrado que 12 co Cl2’.gn temporal de las huellas condicionadas © mexendlicionadas de los estimulos en el sistema ner ieee central es consecuencia y reflejo de una cor voeGn real, objetiva (ya sea de formacién natural 5 peertiicial) de los objetos y de los fenémenos mov Oarrales externos —es decir, de estimulos—. De est Tories we ha establecido una correlacién necesario forme gpjetos (estimulos), procesos nevrodiném cee (hvellas de los estimolos) en la corteza y, ree ces NGreflejos). Esto ha ofrecido la posibilidad de SSmprender por qué ciertos fenémenos desemper far el papel de sefiales (signos) de otros. 9 vn derkds de le. teatia psico-asociativa de le desig, nacién, y en contraste co teratura bur- 1 quaagbe ha cleborado una teorla ‘de Ta designacién Fea nolggice-intenicional, rut, de las tests des: follades por Brentano ¥ posteriormente amp! ! \s por Fiussecl} Este, vitime i y la intencion_de ‘ raves del signo lingulstic acuerdo, esperanza, Imag 2 Ge Ios signos en el conocimiento.e. |e reelided ace ola ntencionalidad. de 1a. cars ‘De acuerdo con la concepelén de Husserl, Tetencién es un acto_espirtual, dele con cia que consiste en una referencia di yercepcion, de lar representacién y_ del pens qmisino, en un dirigirse al_ Objet ‘contenido de Ssicia. El sigho se convierte qnleedio pera realizar este acto. Los. signos Sa tHiets, es decir, Tos signos Lingtsticos son Spresiones (Ausdrieke) _del__pensamiento. redo art ones eal ser 9) oe aaa an pensamien- to, sirve de medio de referencia del pensamiento 21 oblate. Tos signos lingUlstices prowacen on quie- at oi reiben una intencién significative, es de- es TOF per intent hacia objets cetinidos cle ge eee sta significa un ciigise del ese ae opal signa, hacia el | Fate designado. Segin ‘en los procesos lin-# 9 ‘lien una doble intencién: la_inten: Sign.ce une imagen_sansible:del_slgno ingulistico | ie yna_imegen Sa04r7fanto Objto singular, a Pecado) intencién dirigida al Gpjeto por aquél designado. Segun esto la mera intencién se somete & la segunda, la sirve, -consti~ Taye el medio de su realizacién. Gracias & esto el signo lingUlstico resulta «transparente» con res: SONG al significado que se refleja en el objeto. Ale dukevich defiende estas mismas tesis. Para comprender el lor. gnoseoldgica de lacon- cepcion. Ee ‘es necesario aclarar qué es oh Se ctaignedo, gue enn eons ciara ae a-oule | Tosser manente a la_conciencia. Se opone slo ha definido el pape! | la inteneir je_un_pens 2 | psicelogizacién del contenido de la con Bait ratificando, en cambio, el objeto del fensamiento como una entidad ideal que corres: Pende a la naturaleza intencional de ls. con- Pomeia. «Al examiner los problemas de la rel Cian entre el ser y_ [2 conciencia —escribe Hur serie une teoria adecuada del conocimiento s6lo ‘como_correlacién decom cor “i sd6””_consclente- sorte evalificedo como objeto de percopelén, re | jc i wD 30 a los signos que expresan_ samientos ul sie pa set | clén de la referencta del signo y, por consigulente, de su significado, al objeto, concepelén racional por excelencia, queda totalmente deforma en Hu- sserl. En realidad la referencia del signo y del sig- nificado por 61 expresado, al objeto constituye un fenémeno absolutamente natural y necesario desde | un punto de vista gnoseoléaico, Feo, y_se_relad comin @ todos los_contenidos_de ie humana Tpercepciones, representaciones, nociones). © Por To tanto, la llamada proyeccién excéntrica de la sensacién y la percepcién, y la asi llamada cionalidad del pensamiento, consideradas por los idealistas como una consecuencia de aspectos fun- damentales del espirity humano en el momento de ‘crear por si mismo el mundo de los objetos y de postularlo como «un dato ideal», constituye, en realidad, un producto de la larga formacién histé- rica de la conciencia y del lenguaje en su depen- deneia real y en su condicionamiento real por obra de un mundo objetivo realmente existente y de una relacién préctica con él. 5 Las tesis que acabamos de examinar perm ‘afirmar con mayor claridad el cardcter_de | cién mediatizada entre signo y objeto designado en la actividad refleja del cerebro human. La eser- cia de esta relacién mediatizada proviene del hecho dde que los signos se convierten en_vehfeulos o me- dios para fijar las imagenes pensadas de los obje- tos designados. Estes imagenes pensadas de los ob- jetos designados constituyeni 16s significados de los signgs, Y s6lo en la medida en que los signos in- tervienen como medio para fijar las imagenes pen: sadas de los objetos circundantes, o son vehiculos de un significado, orientan a los hombres en re- lacién a los objetos de cada sector de la vida. En, definitive, los si nstituyen sélo.un medio par 2 | lular de activ Y n 7, | reflexién, que se realiza en nicacién. Sin esta intima e indisoluble relacién con ctivided ratlaia. del_cerebro bumano, los sig- nos que funcionan en la sociedad carecerian de todo ‘significado y dejarian de ejercer cualquier modo la_teoria_fenomenolégica_de_| ny dad_del significado se muestra idealista y ae idea | tipo de influencia sobre la vida préctica y mental de la humanidad; es decir, de hecho los signos no existirlan,fSi tratamos de expresar esquemétice- mente su formacién y su utilizacién se esteblece Ia siguiente coneatenacién: bj reflexign_—imagen o—, sIgno) Commo venTEaTO e-un aigniicada-Cimegen panseda) fesighdo—. Esta concatenacién parte del Jobjato y termina en él, expresendo de forma espe- cifica una dialéctica general del proceso del cono- Jcimiento: de la realidad objetiva a su reflexién sen- ible y ldgica, y desde ésta (a través de la praxis) ‘de nuevo a la realidad **. Como puede observers, los signos representan una parte muy importante en. es. tanto, Ig0 algun. La Falacionslgnica._presupone no sclo Te presencia de des objeios, une de os cuales inter viene como signo"del Stro, sino también Ia presen- Q % whe cia de un_organ 9, de un (sujet Ja través de cuya percepcién el primer objetd desempefia di cha funcién frente al segundo. En cualquier caso esto resulta une condicion necesarie cuando se tra: ta de signos en el verdadero sentido de la palabra. En efecto, el signo y el objeta dasignado pueden no tener nasa en comin entte sl, en-la.qve res Foci uno’ con oto de forme que uno interviene como signo del otro, esto ocurre sdlo porque su n_esté mediatizdo por un sujeto —por la jad reflexiva y comunicativa de este ultimo—. Si un objeto, por su naturaleza totalmente diferen- te a otro objeto, se interpreta como signo de este segundo, tal fendmeno sélo seré posible en base » fa presencia de un intérprete. Sin ember, de subrayar que, traténdose de signos lingutsticos © de otros signos aplicados por los individuos en un proceso de relacién (0 comunicacién), en Ia funcién de intérprete interviene no un sujeto indi- vidual, sino los miembros de una determinada co- lectividad social. Su interpretacién univoca de nos idénticos se converte en condicién necosaria la comprensién reciproca. De esta forma Ja.on- ) Sloseign bsoluta. de la refacién de signos, el rBresertarit como una TolecTonede3o- pletos, que existe en el mundé objetivo sin. depen. { \ * por el hombre ’ t mente posible su posterior interpretacién por pa 32 der_en_absoluta.de la actividad sefializadora-refle- Lo cual no exeluye Ia por “clSn artificial de organizaciones y estructuras, se- mejantes a los animales, que Imiten los procesos de la actividad sefializedora-reflexiva, Ya sabemos que los sistemas sianicas utilizados eden ser examinados desde tres puntos _de vista: sintéctica (relacién de un signo on otros signee), semntios (relacién de los sig nos con los objetos designados) y pragmatico (re- Toco de low signos con for hombte Que Tot tie zon). Estos tres aspectos estén reciprocamente re- lacionados, pero, sobre todo, existe una particular interdependencia entre el aspecto seméntico y el pragmatico. La relacién entre signo y objeto desig» nado es postulada por el significado del signo, es decir, por el reflejo del objeto designado en la. conciencia del sujeto. Por consiguiente, la relacién, entre signo y objeto.esté en relacién con {a inter Pretacin dol signo por parte del sujto, En lar] lacién_ signica no puede separarse el_aspecto sub-| Jetivo del objetiv Pero seria un grave error de principio deducir de esto que la relacién signica en general tiene un care npn aie Gu, pene wc sivamente del sujeta-y.no se hase de alguna forma en la realidad objetiva. No debemos perder de vis- ta que la tesis en virt | signo no existe ton suahe Sec naa ceaaan te cipio fundamental de la doctrina_ideslista; 18" relacién entre Signo y objeto algo exclusivanente subjetivo, pro- ducto Unicamente de lac adel sujeto. Aun- que errénea, esta te se basa de una forma gno- seoldgicaperfectamente clara en el -hecho de que el funcionamiento efectivo del signo en los procesos cognoscitivo y comunicativo esté unido, de forma inconfundible, ‘ién por parte de los individuos que ‘interpretan el signo. Pero, categorizando este hecho e ignorando otros aspec- tos importantes del problema, los idealistas sacan de él falsas deducciones, ya que los signos poseen relacién a los objetos designados ciertas pro- | Shedades te Zackter Balatsadeve hacen pret i’ te de un sujeto. 5 Si la conexién entre fang -y_chieto desir enté mediatizase 291 y en este Me eer TStiananteligace « Un elemento Interpretante), por otra parte, la sibilidad de empleo ea nee yehics i yn i fis », que refleja el to, presupone la presencia en ol signo, y en su relacion con el ‘ob- jeto, de una especifica propiedad objetiva. De he- cho no todos los fenémenos de le realidad int vienen en calidad de signos. No todos los fenéme- nos son asumidos por el sujeto como capaces de desempefiar una funcién de signo, ni a todos se les puede conferir tal funcién. A tel fin_deben existir clertos (undamentos objetives [independien.) 5 del su Tales fundamentos consisten en una‘ See iodes genertcas ne materiales que’ Interveren —propiedades gracias“ Tas ‘estos fendmenos puede servir de medio para trans- mitir la informacién— y en_una_serie-de.propie- dades especificas de r-sgcial (cuando se tra- te de anor sos de eacdclar una funcién en la sociedad), graciasa_tas cuales pueden. servir de, iedio_de’ comunicacién entre los hombres. Del mismo modo que le comprensién_de le co- nexién .de los fenémenos se he formado cialmente en los hombres en base 2 su actividad préctica, capaz de reconocer la causa de los resul- tados obtenidos mediante el ejercicio de la activi- dad misma (6), asf tambign la comprensién de la relaciér (vineulo det signo con el objeto designado) empiez se sélo en base 8 su activided comuni de la creacién, por parte de los individuos de signos lingUlsticos (se- fiales discursivas) y de Ta verificécién de su papel efectivo en la coordinacién de acciones comunes, dirigidas a un determinado objeto fEsto significa que el mismo recongcimiento. virtdal del empleo heterogéneo de Tos. signos tiene, en definitiva, como fundamento la_praxi |. En el hombre la in terpretacién de los signos se basa en el hecho det que éstos han sido producidos; pero le produccién de los signos se relaciona. sobre_todo con su fun- cin en el proceso comunicativo que se desarrolla en el_trabajo comin y demuestra ser, al_ mismo tiempo, una dé siz condieTone’. Todo esto perm: te dedutir que 1a relacin slgnica halla un funde- ito J \ 1 ! ‘ 34 mento objetivo en las relaciones sociales de lox In- divides con el mundo que les rodes. La_conexi el_objeto_designado constituye_una_relacién compleja. Traténdose de ei signos utilizades por los hombres no podremos comprenderlos si los abstraemos de las relaciones sociales. En Ultimo extremo en estas relaciones ha- llamos la clave para comprender la representacién signica. Su aspecto subjetivo depende del objetivo. En nuestra opinién puede ser til para Ta comprer si6n de este problema el profundo anélisis de la representacién sl ho por Marx a propésTto de la re fa. Este andlisis ofre- ce un ordinario interés desde un punto de \TstoGmatadolsize) Es ya sabido que el valor en general, el valor abstracto, es una encernacién del trabajo abstracto, socialmente necesario. El valor de la mercancia se manifiesta en el proceso de cambio. Pero para fijar y expresar contenidos abstractos y generalizados son siempre necesarios los signos. «En el cambio efectivo —escribe Marx— la abstraccién debe ser a su vez materializade, simbolizade, realizada por medio de [cualquier] signo» (7). Gl dine plate) intervene en el cambio precisamente como signo del val -cancias, en cuanto que el dinero‘ asume la funcién de medir_el_valor y de medio de circuTacion. Por To tanto es indispensable ‘tener en cuenta que eT oro (0 la plata) no son por su naturaleza fisica dinero. Se convierten en dinero s6lo con el desarrollo del cambio de mercancias cuando empiezan a desempefiar la funcién de equi valentes universales. El oro es dinero sdlo en la medida en que se convierte en signo del valor de as mercancias. Al mismo tiempo la moneda de oro no es un signo arbitraria y convencionalmente es- tablecido, sino una mercancla particular que, por una serie de motivos, se separa del conjunto de las demds mercanclas’ heterogéneas pare desemoe- fiar la funcién de equivalente universal EI papel moneda, a su vez, interviene como sig- no del dinero oro, sustituyéndolo en calidad de medio de circulacién y pago. «En la moneda m télica —escribe Marx— su cardcter puramente si bélico esté todavia, hasta cierto punto, oculto. En el papel moneda se manifiesta con toda evidencia.» «El papel moneda se corivierte en signo del oro, lano del valor sdlo en le medida en que represen ta clerta cantided de oro...» (8). De esta forme el papel moneda representa, sin mds intermediarios, el ‘ro, pero sdlo a través de la mediacién del valor de las mercencias en general. En el proceso de cambio, Ia relacién “mereancfas se determina. segiin ; in Se express en el precio, que Tecconviette ex! on le expresign en_dinero Gal valor ‘Una_mercancle, Puesto que ef velor Zanclas: se expresa en el precio antes incluso de su cambio efectivo por dinero, es evidente que los signos del dinero se convierten en medios expresi- vos del valor no séio real, sino también ideal. So- bre esta base es posible el uso de signos conven- cionales, escritos u orales, es decir, el funcions iento de estos signos como medios que reflejan el precio de las mercanclas en la conciencia de los participantes en el cambio mercancla-dinero, Esto nos permite establecer un gréfico: gro como signo_del_valor_—signo del =, sig- no TingUfatico dal dinero. Aqul el precio Interviene como Forme refleje (Ideal) del valor de las. mer. canclas, forma que puede expresarse mediante signos lingisticos Pero esta forme refleje holla su fundemmento.en le‘relecin ebietvg de-valoe ni merear Tier fgnorar esta fesis_ fundamental, exaltendo tegorizando los momentos del proceso reflexivo del valor y de su designacién en los signos del dinero, es decir, separando estos momentos de su fund mento econémico real, lleva a una deformacién idealista del problema ef cuestién, deformaéisn tt. pica deflos economistas burgveses/ «Puesto que en la definicién del precio el oro y If plata hacen las veces simplemente de oro y plata representados idealmente, s6lo como dinero contable podemos afirmar que la esterline, el chelin, el tdler, el fran- £0, etc., designan no ya'una parte del peso de! oro © la plata, o bien, de cualquier otra forma, un traba- jo materializado, sino étomos ideales de valor» (9), unidades de medida ideal del dinero, elementos ori- ginarios, primordiales. Este concepto altera toda la formulacién del problema: las unidades de me- dida ideal, expresedes por los signos convenciona- les del dinero, parecen definir las relaciones re- aS 36 ciprocas de valor de las mercancias, cuando sabe- mos, por el contrario, que estas relaciones se definen por la cantided de trabajo socialmente necesario para su produccién. 1ePot Io tanto, desc ta de viste metedoy ico, es. bastante Importante fijar Ta atencién en 6a sestanie Tmportante far a este_hecho: to que las_mercancias| 2. | susceptibles “de cambio“se fiiden a través de los D | signos del dinero, sin embargo, no son estos signos 1D | los que hacen mensurables las mercancias, sino lo que éstas representan, el valor del trabajo abs- tracto objetivado. De esta forma el valor comdn inherente a las mercanclas es representado por los signos del dinero, pero no es creado por ellos, que sélo son un medio para fijar y expresar la genera- lidad objetiva de los objetos y de los fenémenos y no un instrumento para crear y formar lo ge nérico. ‘A nuestro entender este profundo pensamiento le Mark se refiere no sdlo a una comunicacién terial (el intercambio de las mercanclas cuyo i por el dinero), desarro- llarse_Gnicammen fain pmcl que tenga_un significado univoco_para_quien_participe ro Tos en_ella (TO). Pero Tés signos son necesarios pare | fljar los contenidos generalizados. Aunque los | samientos expresados en el proceso comunicativo, 2 xk |como reflejos generalizados, se conexionen uno con lotro a través de los signos lingUisticos, no son Jos |signos los que generslizan los pensamientos, sino lel hecho de que estos sltimos zon reflejos de una ‘generalidad objetiva y efectiva de cosas y fenéme- po del mundo cireundante. De esta forma el ca-| se refleja_en.jos pensamientos fijados por signos, pero no son estos vitimos los que lo crean. El! Eigho, en cualquier caso, s0° maniflesta sélo. como forma material-de expresign refleia A jeto designado.~ En oposicion a la concepcién idealista, la doc- DLR ain materialista refleja sobre todo la existencia } objetiva de Ta comunicacién, realizada, fijada, de- signads, eh signos especiales. El fundamento de la generalizacién e idealizacién halla sus reices en las récter general inherente a los objetos de la realidad * feal) del ob- | ' 37 on Ta vide socral, Le Se onptaae Te earaatdacise weal sto ae pide. sale proceso Tes mercencias te ‘expresa_objetivament mente, en UMS-sote mercancle: el dinero. Le expre- sién monetarla del ‘valor de ias mercancias per- mite determinar esta nocién, diferenciéndole del valor de uso, y afirmer que la fuente del valor es el trabajo abstracto, socialmente necesario. Pero la doctrina marxista exige ademés_un ani lisis de las diferencias esenciales entre los sistemas signicos_a los que se refieren las distintas formas de representacién. En la transformacién de las mer- ‘canclas en dinero el cardcter social de las mismas mercancfas como productos del trabajo abstracto se realiza de una forma especifica, econdmicamen- te adecuada, y, por lo tanto, desaparece el cardcter individual formal de las mercancias, aun cuando éstaz siguen existiendo como mercancias, con su valor de uso junto al dinero. Cuando, por el con- trario, las ideas se revisten de formas lingUlsticas, el cardécter individual de dichas ideas no desapa- rece y, sin embargo, éstas hallan su expresién plena y adecuada en el lenguaje: por este motivo no existen ni pueden existir Junto a su expresién verbal, separadas de éstas (11). En relacién con el problema del significado ofre- ce un gran interés la alusién de Marx a la conexién entre las palabras [xvalor» y «signiticadoy. Natu- ralmente esta ies ead 0 Tustifica, como. afirma ‘el mismo Marx, que se parta de un andlisis etimo-" Iégico de las palabras para llegar a vulgares deduc- ciones acerca’ de la esencia de las relaciones eco. némices designadas actualmente con palabras. Pero tn ciertos aspectos esta conexion es importante para nostrony sive para determinar certs a ales. |. Del mismo modo que el(velo7, que parece apa- >| rentemente una propiedad natural de las cosas, de- Js | muestra ser, en definitive, una mera relacién eco- hromicosocial entre individvor, que’ se realize en Ta procivecion © Intercambio de mercancias fast el 3 »] fsignificsd@, que parece aparentemente una’ propie- oe 38 | dad natural de los signos lingUfstis finitive demuestra _ser_uni aly social en tee Jon hombres, que se cealiza a través de Tos_sig- iisticos, relacién de tal ti de ella_se_manifiest Del mismo modo que el intercambio dB mercancias se efectua de acuerdo con su valor y no con sus propiedades naturales (aunque estes propiedades 0 posible la satisfaccién de distintes exigen- + cles, condicién necesaria para los fines de la pro- duccién y el intercambio de mercanclas), asf tam- ign el intercambio lingufstico tiene luger'de acuer- do con el significado de los signos y no con su forma externa (a pesar de que ésta constituye la ‘condicién necesaria para la realizacién del pensa- miento en el proceso comunicativo). Aunque no debemos olvidar que esta analogia esté fundamen talmente limitada por _las diferencias de_ principio a lag que ya_nos hemos or lo tanto pus de decirse que él significado igno_lingUistico | constituye sv «valor cognescitivo-comunicativos, su ty| cepacidad do servir de reflejo de la realided, re- flejo miaterralmente Wado nla conciencle de los individuos que comunican entre sf. Sélo en el pro- |e: de Te comuniéacién social, como medios de — comprensién reclproce, los signos lingUlsticos ad- quieren significados y funcionan como veh{culos de estos ditimos. La filosofia marxista caracteriza todas las fun- cones de los signos lingUlsticos y principalmente su papel comunicativo, sin ef que No se puede com- render, en definitive, el signo, en base a le deter- imine ee actionserl pensa- miento y_reslided_objetiva.[Kornfort)escribe acer- tadamente que «los signos y | signos tienen significedo sdlo en la medida en que son utilizados por determinados grupos de indivi- duos con une finalided de relacién: lo que los si nos designan y cémo lo designan esté condiclor do por el contexto de su utllizacién y por los a que su uso estd destinado» (12). Pe pcian Setar) a, Sobrgya sl cardcter communicative de_los_sstemes s{gnicos cuando afirma que el significado “ho puede entenderse prevcinarendo de Tas_r UE Nes de Tos Indiviaues-comunte “de una detert @ actividad producti “ag signos Tingufsticos y. © ‘el_ proceso vi jediante ‘0s signs, Sélo dentro del ’ 1 39 marco del proceso humano de comprensién recl- proce, determinados fendmencs fisicos se convier- fen en medios de unidn espiritual, vehiculos de significados, signos (13). Para poder entender‘en su verdadero significado 4 150 ta_con_subri leacién entre_indivic a] gf su-retacTon con Ta realidad. La reflexion genere- fieade'de est UTtime 36 manifieste siempre de une forma soclalmente significative (comunicetiva), pe- ro de esto no se desprende que une forma social- significative (comunicativa) he de ser en sma fuente de Sieaese 2 izado_ds resultado de un arbitrio o un acuerdo especial, 10 que esté condicionada por le necesidad de re- 8 sistemas signi {hombre desempefian una funcién excepclonal en la historia de la culture, del conocimiento y de Ia comunicacién/Mediante la utilizacién de un ni- ‘mero reletivaménte limitado de signos se crea la posibi una enorme can tided (préctica ‘bjetos, propie- dades, situaciones, nexos, relaciones. Gracias @ una Timitada cantidad ce signos puede transmitirse una increfble cantided de informacién. to se basa tedricamente la posibilidad de modelar los-més complejos aspectos de la activided a rtistica. Asi, por ejemplo, el acedémico [Kolmogorovlobserva que una méquina que dispu- Tere-de-1620 combinaciones posibles serie cepaz de escribir el poema Eugenio Onegin, calculando que 1 cerebro de un hombre contemporéneo puede dis- poner, como mucho, de 10-12 combinaciones, fren o$—_e— o de Ta a eae i rina é Semunieativa /Por otra parte, le misma comunica- Gn con todos sus medios no es, en absoluto, el 40 4a te a las 10-8 aproximadamente de las generaciones i ‘en correspondencia a las peculiaridades especificas anteriores (14). Pero, por supuesto, la creacién de de los distintos aspectos de los signos, para cada i este tipo de maquinas resulta en la préctica ir \ uno de éstos ha de determinarse coherentemente izable. un término definido. Esto servirs comprender hasta_qué punto idad perjudicial y para estimular una consi- posibilidades de los sistemas sg- \ in clentifica del problema signico en su to- ie. Es sabido que los fonemas son y talided. tales de un sistema signico de | En Ia literatura filoséfica se han intentado dis- SOnidos lingifsticos naturales (las letras, en la fase tintas clasificaciones de los signos, pero hasta este momento ninguna nos parece valida. Les_clasific actual de la escritura). En ruso existen globalmente ciones en vigor son defectuosas; se observe en elles n 39 fonemas y 33 letras. Y esto da lugar @ un mi- | lién sproximadamente de palabras. Y si queremos un eriferio unico, que bien ha sido elegido casval y referirnos a unidades mas complejas —las proposi- arbifrariamente, o bien las clasificaciones_resultan clones formades por palabras—, la centidad de insuficientes y ‘no comprenden determinados sig- proposiciones posibles resulta "esombrosamente rnos, 0 incurren en determinados tipos de inexac- Grande. Y no olvidemos que nos referimos sol titud, No es necesario analizr todos los intentos mente @ ascciaciones de palabras que corresponden de clasificacién; consideremos s6lo los més difun a reglas sintacticas y semédnticas, por lo cual, en didos: (1), divisign_en_signos lingUisticos y no li principio, el sistema signico que examine sus 880- : guislcas; 2), civision-e slgnos. naturales y art Cieciones’ segun reglas definidas, ofrece posibilide- ales. " des ilimitadas de designacién de objetos, fenéme- Le clesificacién de los signos en.linglilsticos y no nos, pracesos, acontecimientos, conexiones y re CT )iingitsticos he sido propuesta_por Husserl_en su Obra Investigaciones logicss, Divide Tos. sigiios en: 1), signos-indicadores (Anzeichen), y 2), signos- expresiones (AusdrUcke). Los primeros son signos laciones multiformes de la realidad circundante. De lo que se deduce la importante tarea que_correspon- ide a los sistemas signicos en los procesos de cono- bY jento_y_comunicacién. no lingulsticos, indican ‘algo distinto, lo sustitu- fl El anélisis de la funcién de los signos en el pri- yen © representan, pero no lo expresan, como si no Kt mero de estos procesos exige una aclaracién ter- sirvieran de medio de comunicacién a ningin pen- oF minolégica previa, asi como la explicacién de los samiento. Los segundos son signos lingUfsticos (_ttiples signifiesdos con que, se usa el término resan un perisamiento, tienen un signicado, Imp! ‘Signo, con el fin de superar esa indeterminacién ean un carécter inteneionel y sirven de medio de i Ceracteristica, siempre presente cuando se aplican comunicacién. Aparte de sus falsos_fundamentos 1 ples términos’ «indices, esefal», «sign convencio- gMoseolBgicos, que la ligan 9 una concepcién i ts iynals, «simbolo», etc. La indeterminacién en el uso lista de Faatenc nalidad del pansamienta/ |e cla- sp ZA de los términos favorece la confusin de concep- sificacién de Husser! resulta insuficiente en.otros | AY tes, con lo que constituye un obstéculo para un aspectos. Todos los signos, saivo los lingUsticos, se 2 estudio plurilateral, Este sector exige la precisién éngloban en un solo grupo: el de los indicedores. de les nociones fundamentales, entre otras cosas, Por consiguiente, en este grupo coexisten Tos sig- porque los signos utilizados en la vids de la espe- nos més heterogéneos: tanto los signos de indices ie humana ofrecen gspectos multifor naturales (humo, lagrimas, etc.), como muchos lado, todos los aspectos ofrecen algin rasgo comin, otros signos artificiales (sefales, simbolos, etc.), como ya hemos tenido ocasién de ver. Por otro los cuales, por naturaleza, estén bastante més pré- lado, entre los diversos aspectos de los signos exis- ximos a los signos lingUlsticos que a los indices ***. ten diferencias que han de tenerse en cuenta, y en 4 Contes Jasificacién se pronuncia, y_acertede- gran medida, en un andlisis cientifico del proble- rete (ha) Considera que el error funde- mma. Puesto que estas diferencias son objetives y, imentel"de Huser! con jnorar el papel del +. en determinados aspectos, esenciales, creemos que, th signo en el proceso comunicativo. A esto se une 42 ademés, por parte de Husserl, la negacién de sig- icado a todos los signos no lingulsticos, cuando, de hecho, todo signo pose un significado, ya que sin él seria imposible su relacién con el objeto de- signado, es decir, su Interpretacién. Ms adelante dedicaremos un capitulo al tema de los métodos de interpretacién de los indices. En lo que se refi re a las sefiales, simbolos e indices, resulta indu- dable su cardécter de vehiculos de la informacién, lo que quiere decir que tienen un significado y asu- men un importante papel en los procesos de co- municacién Lo) La clasificacién de los signos en naturales y ar ificiales. tiene una larga. tradici6n:” Sus) primeres “inanifestaciones aparecen en los pensadores ant {guos. En le época moderna empieza a apuntarse en Hobbé} Mas recientemente ha hallado expresién, con formas y matices distintos, en Martinak, Buhier y Langef. Desde el punto de vista marxista, tata elasTicactn ha sido defendida por Schatf (16), quien incluye entre los signos naturales [os que no dependen de If fad directa del hombre, quien lot interpre emente como signos, mientras que incluye entre los artificiales ciertos signos que | constituyen conscientes creaciones sociales del hom- ' bre, producidas para servir de_signas_como me \h diog de comunicacién. Hasta aqui la clasificacién de Schaff nos parece correcta. En primer lugar, per- mite retirar de la categoria natural signos tan heterogéneos dentro del mismo grupo come los in- dices, por ejemplo, las sefiales artificiales, los sim- olos y otros muchos. En segundo lugar, mantiene la posibilidad de subdividir los signos en lin ticos y no linglisticos, dentro del grupo de los signos.artificiales. Por lo tanto, esta clasificacién elimina los defectos de la de Husserl, manteniendo al mismo tiempo un elemento racional Pero la clasificacién que mas tarde hace chat de Tos signos artficales no. nos. parece Clara. Divide este grupo en:(1, sefiales, y (2), signos se" snitvcen sAretonso Gps Toe petterde ine yen directamente sobre los individuos, mientras que fos segundos s6lo actéan de forma mediata, Pero si tenemos en cuenta que todos los signos son fo- » némenos materiales que actian directamente sobre’ los érganos de los sentidos, no nos parece posible establecer una diferencia entre las sefales y lo que \ 43 Schaff llama signo «de sustituciéns. Y si se man- tiene la tesis de que los fenémenos materiales cen las veces de signo sdlo en la medida en que tienen un significado, es decir, en la medida en que representan algo distinto 8 ellos (objeto, prople- ded, relacién, clreunstancia, ete.), entonces tam bidn las sefales, en este sentido, desempenerén une funcién ede sustituciéne. El hecho de que en call- dad de objeto designed sino la necesidad 0 prohibicién de una accién cual- quiera, no signica que las sefiales no desempefien une funcién sustitutiva; lo Unico que demuestra es la necesidad de comprender en un sentido més amplio lo que ha sido sustituido. Si los objetos sustituidos, como demuestra el mismo Schaff, pue- len ser no s6lo cosas concretas y materiales, sino también nociones abstractas, esto significa que pue- den serlo también nociones de situaciones definidas © las acciones neceserias en estas situacion consiguiente, esta divisién de los signos no I ticos no nos parece convincente. Del que tampoco podemos admitir la inclu: grupo de fotografias, cuadros, retratos, esculturas, etcétera, desde el momento en que la semejanze con el objeto reflejado constituye un aspecto ne- cesario, mientras que la presencia de esta seme- janza no resulta necesaria en el caso del signo (véase més adelante, cap. Ill). Por supuesto que esto no excluye la conveniencia de una distincién entre signos_diacriticos, cuya naturaleze no esté plenamante Tgade-& Te’ natureleze ‘de los obietos designados, y los demés signos artificiales (por ejemplo, los simbolos), cuyo cardcter esté, bajo determinadas relaciones, ligado a la naturaleza de los objetos designados. Esqueméticamente la clasificacién de los sig- nos (17) puede representarse del sig leapt Ce No podemos dejar de observar que el término «lenguajes naturales», aplicado a los lenguajes ver- 44 bales, normales, no resulta del todo afortunedo y exacto, Un lenguaje verbal (sonoro) esun fend- meno social,no natural Los signos verbeles han sido producidos intencionadamente_por_los_indivi- duos y en este-sentido resultan artificieles. Pero, puesto que [os-Tenguajes verbales son me teméticos de comunicacién, desarrollados camente, cuya formacién se ha realizado de acver- do con leyes objetivas independientes de los fines y objetivos impuestos por cada individyo en par- ticular, a diferencia de los signos cientificos con- vencionales, creados artificialmente, los lenguajes verbales son generalmente calificados de naturales. La legitimidad ce este término puede hallar una justificacién en Ia concepcién marxista de sociedad, entendida como «proceso histérico-natural» (Le- nin). Por este motivo, de_al lante util } zaremos el término flenguaje naturalh en este sentido, sin olvidar que a un nivel més general todo lenguaje es artificial (no natural). En fo que se refiere al lenguaje artificial de la clencia, enten- deremos, bajo esta denominacién, un sistema de signos convencionales, exactamente fijados, que e) presan una nocién de los objetos y de las operacio- nes cientificas realizadas con su ayuda. de ‘dificultaces. Como demostraremos més adelan- te, en los procesos cognoscitivo y comunicativo los signos de un grupo desempefian a mentdo la fun- cién de signos de otro grupo. Ademés, ef funciona- iento de los signos de los distintos grupos se rige por determinadas leyes comunes que constituyen Ia razén de su distribucién en grupos (bajo determi- nados aspectos esenciales) y de su designacién con un solo término general. Por ejemplo, la_funcién de sefial, en el sentido més amplio de la palabra, es desempefiada tanto por los signos artificiales ‘como por los naturales. Esto queda perfectamente claro, referido a la sefial, en el estudio del sistema nervioso superior. En la actual teorla_ce la infor- macién_el térming «sefial» ha asumido un significa- do todavia més amplio, préximo a le nocién gene- ral de signa. Todo esto demuestra que el esquema do clasificacién que aquf hemos adoptado debe iderarse simplemente preliminar,/Andlisis pos- I La clasificacién de los signos entrafia una serie 7 45 teriores en el campo de la teoria de los signos crearén les premises para una clesificacién més completa y exacta. (1) Cando hablamos de abjete dasignedo, aqut y on lan ple fines siguientes, utlizamoe al término en av més amelie acepcion fegica y_gnowelégien, ot deci, comprendlendo tanto tet clasat i de los ‘bjetos como lox cbjetoe Indivdveles. que tale classe Dertanecent tanto ly costs como tus propledades y acclones, aut Sitedor y_relaclones; tonto lon hechos materiales como lox fend iy eros del conoeimiento; tento lan cont ‘oma as Imeginadas. (2) Hegel, Obres, Vol. Il, Moscd, 1954, pla. 268. (3) Sobre. ete. probleea’ pueden halla. datoe de. Interde i F. Lomov, El hombre y la tenles, Leningredo, 1962 Ls crlten idea absolute del singo plete a sar ténice, también, do la semiétce occidental. A este Fespecto ser6 provachoto leer el trabajo de R. Jakobion, A le techerche de Feusonee du langage contenido an al volumen” cole tive Problimes du langage, Galimard, Paris, 1966, (Hay tra pattie.) (N. do C.). (C4), Pare un andlisis més preciso wlase LO. Resnikov, Le ign y la palabra, Laningrado, 1958, cap. | : (5) "E. Husterls La levotia come clancla estricta, trad. ‘xp, 1951 y 1961 (ol subrayado a de Rezrikov). + El lector puede comparar a teorie de Reznikoy con ol ‘conocido tringulo,semistlca de Opden y Richards CK: Ogden A. Richards: Ml elgnflen Imagen do del significado, Ed. Puls. Buenos a ‘res, 1964, 2 edie, p. 29 (N. de C.). __Simbolo. Refrendo (6). Sobre evte mismo tema dese F. Engi: Dialéetien do Ie aturaleze, Gospoitiziat, 1952, pg. 162, trad. exp. Juan Gri Jalbo Editor, Maxico, (7). Archive de K. Mare y F. Engels, Vol. 1V, Mosed, 1938, ig. 61 Yo) K. Marc: EI Capital, Vol {, Gospolitzdat, 1955, pg. 129, 195, trad. esp. Ed. Cortago, Buenoe Ares, 1965, (3), Mark y Federico Engels: Obras, Vol. XIt, pig. 61 (10) “Sobre. aate tema vdose LO. Reznikov: Fundamentos novelégicon de. Taralaclén. entre pensamien Thnoles de ta Universidad a Leningrados, 193 C11) Véaee Archive de K. Mare y F. Engels, vl. IV, pig. 99 (12)_ mM. Kornfort: En dfenae de la fovea, Mosc’, 1951, lg. 133, (13). Che. A. Shaff: Introducelén a In semintlca, Trad, esp Econdmics, México, 1966. oleccénStrukturno-tipologiveskue estigeciones tipologleoestructuraes), Moscd, 1962, pig. 29 OTN Hosters Invstigaclomes Légies, tred, cast, T. ly pb ines 315 y slgulentes, Ed, Rev. de Occidente, Madrid, 1967 ‘Una atente lecture. ‘del texto de Husser| pone de’ manifesto ‘que’ la problemitice. es mucho més complela do 10 que Reznikov porece penser, y que muches de sus critcas no tienen raxéo de Servants al texto de Hurerl, Pare date ol earécter Indletive 90 te opone ‘al axpresive, no hay Gue slain antro uno ¥ ro, sine jue el exprecvo te tobresfece el Indleative, y eibos son igel ‘ente comvnteativos (N. ce C.) tide. (17) Lon fundementon de enta clasfeactén har SIGNO, SIGNIFICADO Y OBJETO £1 peSblama de Ia relacign entre sigrio, pignities: do y "Slot constituye Un prghleme fundamental, estrechamente Tigado ela relacin entre lenguaje, pecepmrere celica bla por lo que su so- [uciérsdquiere la mayor importancia, incluso en lo.que a esta vitime se refiere. Se trata de un pro- blema egensis légico, que Implica gra- | ves cuestiones al nivel del conocimiento en general. | ' Sélo partiendo de una solucién vélida @ un nivel ' {gnoseolégico seré posible, por lo tanto, proceder al : examen de los restantes aspectos: gsicoldgico, I6- gico, linguistico, etc. Por consiguiente, para aden- trarse en Ta complejidad de la materia, seré nece- serio considerar la relacién signica en su forma mas evolucionada, precisamente en la forma en que interviene en los lenguajes naturales y artificiales. ‘Admitido esto, las deducciones que de aqui se quen podrian raferirse, con ciertas limitaciones, in- cluso @ las formas menos evolucionadas de les rela- ciones signicas. a Ya los @stoteo3 examinando Ia funcién s{gnica del “ a” : 18) Gh A Sl: Idan 6 Is mtn CAPITULO II lenguaje, hablan sefialado la necesidad de estable- cer diferencias entre los distintos momentos rect ‘procamente relacionados: (sonido de la palabra), iene obtiene en el pensamiento sites mi bra) 'y de la cosa, (objeto, © ontidad, existente po de BOF Sis que se reflefa en el pensomiento.y 1 gf 36 dena con al sane) clay eves afirman 0. neseribe Sexto Empirico— que tres (cosas) 38 | qu dinculan entre st: la-designado, et designante y el objeto, De éstas, el designante es el sonido, por §,2 ejemplo, “Dién”, lo designade es la cosa expre- Jytiiade por el sonido que nosotros comprendemos evando se ofrece a nuestro pensariento...; el ob- jete es lo.que existe externamente, Didn. De estas cosas, dos son corpéreas, concretsmente el sonido _ Yel objeto; la tercera, es decir, la cosa designada, + ho, yes lo que se expresa, que puede ser verdadero i I @ faao» (1)/Est plantesmiento dl probleme con- Serva sv velor de principio intacto hasta_nuestros | ) dias, y resulta fundamentalmente cierto,/Todos los 48 | raronamientos sctusles acerca del_llsmado trldngu- lo ser finitiva, no sen sino nuevas. In- \; terpretaciones de esta formulacién del problema. fame que estamos indo se obtendré sdlo tomando en justa con: fieracon, BF primer Tgar eros tgs. slaranon: | signa, significado objeto, y, en feginds luger SaaS aaa | \sido ya analizada en nuestro primer capitulo, El igne_eun cleto malarial A eat respect tonton | Irazén Tos estoicos cuando se referien_a la corpo- Ateidad_del_signo. Debemos, sin embargo, observar (ue Tos tignos materioles que actuan en el proceso de comunicacién entre los individuos se reflejan fen su conciencia como imégenes sensibles de ta: les signos y, por ello, en todos los procesos del ensamiento que asumen la forma de discurso in- terior, pueden hacer las veces de signos las imé- genes sensibles de los signos materiales, es decir, los fenémenos psiquicos. Pero es. necesario insis- tir, de todos modos, en que los signos representa- dos son simples imégenes de signos materiales, por {0 cual los signos representados son derivados Y secundarios con respecto 9 los materieles, y su funcionamiento depende plenamente de estos Ulti- mos, esté determinado por ellos. Es igualmente importante comprender_con_exec- titud la naturaleza del significado del signo, ya que constituye un problema esencial que ha mere- ido la atencién de un gran numero de filésofos. El neopositivista inglés Ryle llega a decir que le historia de Ta Tilosofla del siglo XX gira en torno a la nocign de significado. Todos los intentos de definir la cuestion desde puntos de vista idealistas han resultado insostenibles. Esto ha llevado a mu: chos filésofos burgueses @ asumir una actitud es- céptica acerca de la posibilidad general de resolver el problema. Por ejemplo, (Quine) sostiene que el problema representado por el signicado —si se trata de una idea platénica, de un pensamiento subjetivo 0 algo distinto— resulta discutible, inafe- rable y que no ofrece ninguna posibilidad de so- lucién. El tratar el significado como un objeto lev 2 la identificacién. del. significado con el objeto designado, lo que constituye, naturalmente, -un error. El caracterizar el significado como un fend- meno de la conciencia individual lleva al subjet. 4 Viamo y hace imposible una explicacién de le com prensién reclproce. La tendencia a superar estes dificultades y @ explicar el cardcter_interaubjetivo del significado en base a |: ‘ionalidad, lleve al Fesul Je reafirme gico,-wureuET taro un_especto. i tras que los limites de este subjetivismo no han sido todavia Super yr una Interpratacién prag- [matic def signi ) como uso y utilizacién del Sujeto, Teg) tos de relativizar el significado, remitiéndolo e rela- clones de otro tipo, ya que un analisis riguroso con- firma que estas relaciones, cuando se trata de con- ferirles una explicacién, han de insertarse nece- sariamente en la categorla del significado. Por lo tanto, la esencia del significado no puede, ta seria Giaaologle Teale: La naturaleza del significade puede explicarse sdlo den- 2] tre_de_une_per ia iste de la doctrina del conocimiento. ET gignifieado del signo, como ya hemos obser- pl 2 Q 3 vado, itulo anterior, es la inform Q) ca del objeto desigiiado que aquél entrafia; son las noticias 86 ra ncie- 4) Fran en el signo. La informacion scerce del objeto, ‘J no ‘Santen ime _abieto. ST pratondemos ‘examiner’ la informacién tanto en su aspecto cuantitativo jtativo, ésta resulta, en definit fapacia-de-ceflejo det objeto. Por consiguiente, bign en este aspecto Tos estoicos tenlen razén, cui do afirmaban que el significado no tenle cuerpo. El significado 1 _reflej ne fi jado en ef signo. Muchos marxistas defienden e: coneepelon. Por ejemplo, Scheff define el signif cado como lo que se piensa del objeto y se trans- una ods mite mediante un signo en el proceso de comuni- cacién. «Significado y reflejo de! objeto coinciden en el_pensami dow foscrba Scholfk2), Hosto ahore no se ha for. mulado ninguna objecién vélida contra la concep- cién del signicado como reflejo del objeto designado que se fija en el signo. Er activi réctica_en los. 1808 \3 GSEMTVEY comunicaive se forme. mediante ls aT ‘sentido. muy. determina- 23 signos, un_reflejo que entrafia un carécter_geners- 4 rs) 50 lizado y constituye la resultante comdn de todes les ‘entidades Individvales de un grupo que utiliza los signos para el Intercamblo de Informaciones. Def | ‘este modo el_significado del_signo es el_reflejo ge- Sq| netallzade y socialmente Inteligible del objeto. A el sionific ° ificado_se_expresa en zack ado comin, intrinseco_a los diferentes. sig 1,1] cados concratoa del contexto; en Ia_posibilided de 324 expresar_un Unico.e idéntico significado con distin. tido se puede considerar inte de la informa- ' nece"consfante y-recurrente en los procesos de des- cilramiento y si nécidn de sig _ado no se opone, por supuesto, 2 su cardcter de teflejo del objeto. En efecto, aqui nos estamos refi- Fiendo-a Ta invariante informativa de un objeto cualquiera, Si en los objetos, a pesar de la hetero- geneidad de variaciones y de las situaciones en que se producen, existe una determinada cualidad co- mon, objetiva y constante, también ésta se refleja en ciertos elementos de invariabilidad del proceso S. , semitico. | 32° el significado depende tanto del objeto como del syjeto que lo refleja, Pero es el objeto el que des- empefia el papel fundamental on Te ‘deierinacion 4, del significado, ya que la verdadera ciencia del pro- ceso de reflexién esté constituida por el hecho de que, mediante dicho proceso y las acciones que necesariamente le acompafian, el sujeto se adapta al objeto, lo posee, practicamente lo recrea. Por Consiguiente, no deben contraponerse el reflejo de! objeto y las acciones que a él se enceminan. El Contenido del reflejo se expresa de una forma u otra en estas acciones. Esto se refiere plenamente, | al significado. Una de las raices gnoseolégicas dé, la interpretacién pragmstico-behaviorista del signi- | ficado como aecién determinada por el signo (de in al signo) ha de buscarse en el hecho de | que se separa la accidn de. la reflexién y se excluye yesta Ultima de la. sitvacién de signo. Por el con- trario, debe considerarse e! significado como un re- flejo fijado en el signo, cuyo contenido, de una forma v otra, se expresa en las acciones que se re- vi d 51 fieren al objeto de Ia refloxién (véese, 2 este res- pecto, el capitulo V). ob- tuye le formative de_las_propiedades jetivas de la materia de Ia praxis_constituye conaieion Tundamental_ pare su_utilizaci desarroller_una_influencia sobre Claro que la informacion no depends solamente de la fuente in- formativa, sino también de su receptor, En los ca 50s en que interviene un sujeto en calidad de ré ceptor, porque la utilizacién del objeto y Ia acc ién sobre 6! se desarrollan en relacién con dicho sujeto, puede decirse que el proceso de reflexién incluye también caracteres subjetivos y, en ests jido, el slgnitlcade depends también del su jet. in embargo, rio debemos limitarnios a la consta- tacién de esta doble dependencia. De acuerdo con la solucidn marxista del problema fundamental de la filosofla, es necesario admitir el papel determi- a $1 ef dbjeto designado? Cualquier objeto de le r fidad, reflejado por la corciencie, puede conver tirse ‘en objeto designado, y, en particular, todos los objetos, propiededes y relaciones del mundo, material./Esta concepcién del objeto _designad desde un punto de vista gno8eoldgico, posee ul significado. decisivo en cuanto que permite consi derar todo“el problema de la relacién entre signo, significado y objeto en base a la doctrina materia. lista del conocimiento. Esta concepcién del objeto se contrapone decididamente a toda concepcién idealista contraria en la que por objeto (designado % 6 denotado) se entienden los «complejos sensoria- les», los «datos sensibles de la experiencia, etc., y toda la problemética relacién entre signos, signifi- cado y objeto se centra en la esfera de la concien- cia (individual y colectiva), Por consiguiente, in cluso en este sentido, tenian razén los estoicos al | subrayar le corporeidad de los objetos designedos, Jal igual que la de los signos que los designan. Ahora bien, si es cierto que tal caracterizacién resulta fundamentalmente ucertada, también pa- rece insuficiente a efectos de una consideracién to- tal del problema, Ya hemos observado que la fun. cién del signo en los procesos de pensamiento que H De a ef tu \g \s no_designedo no s¢ identifican en 1 ie a eemo-tampoco 36 Taentiican_sus sign is, 52 de ser desempefiada por la_imagen sensible del ‘igno_mal fecir, por un fendi " ‘shore Bien, al hablar viene afiadir que gste concepto ‘objeto material, sino también un objeto ideal (pen- sf samiento, sentimiento, deseo; en general, cualquier reflejo de la realidad la conciencia), asf como ‘cualquier signo (material o reproducido por la conciencia). Esto se explica en la medida en que fenémeno de vida interior o exterior, cual- is manifiestan bajo forma de discurso interior pue* ; ipfsavier fenémeno de In realided en la acepcién més 9 amplia de la palabra, pueden ser objeto del pensa- ito humano (y, por consiguiente, de la desig- “Ahora se plantéa una pregunta: zesta_nocién ampliada del objeto designado privaré, quizé, de sentido a la relacién signo-significado-objeto? De echo, gno parece como aT objets edezaparec se», desde el momento en que el signo puede servir de medio de designacién del signo mismo del sig- nificedo? En. realidad no ocurre asl; como_demos-, zmos_més adelante, el sigho deni zolute, cc enti ificados. Todo signd designa un determimsdo objeto. Pero ‘ano contradice esto el hecho de que puedan existir signos sin ninguna desis yn_de_objetos reales? Por ejemplo, les p eee og id fa», ecentauro», «mago», oLa ‘tesis sequn la cual todo signo debiera design (nar no ya un objeto. material externo, sino un sig- nificeado, es decir. un_pensamiento, una_ndcién 0 bien una imagen. sensible, desde el punto de vista ndseolégico resulta totalmente erronea en cuanto SO ee ettas To exclusion del objeto material dela relacién ‘signica. Esto nos permite, comprender por qué sobre este punto insiste, por ejemplo, Berkeley\ La palabra —afirme el fildso- PLS Signo. ede muchas, ideas separades, cada 1 ee los Zuales es Incferentemente susciteda por ie aslebra en nuestra mente» (6). Ye sebemos que ee eubras son para Berkeley combinaciones sen- Gribtes, Puesto ce fa misma palabra es una com- binacién sensorial, la relacién signica se reduce a la designacién de ciertas sensaciones (designadas) Messe otras senseciones (signo:). Entre les dis Uintes sensecioney no existe uit riex0 Tégico-causa Esto resulta evicente si se examinan las relaciones entre signo y cosas designadas (combinaciones sen- soriales). Estas relaciones, al igual que todas las Stings, segin Berkeley, son estoblecidas por Dios or bereftelo del hombre pera regular su conducta en orden a un fin. De esta forma Berkeley resvel- Se 56 ve la relacién del signo con el objeto en Ia relacién del signo con Ia idea-combinacién sensor tual filosofia idealista, en particular vista, sigue sus huellas cuando identifica el signi- ficado con el referente y considera este ultimo como tun dato sensible (complejo de sensaciones). Frente a ésta, la doctrina marxista afirma que el signo designa un objeto independiente del acto de la designacién y que el objeto no se reduce al sig: nificado del signo. el significado y lo expres cognosci- ive posterior. Por To tanto, entre y nO de designacién. ET signo designa el objeto, no ificado. Por coiisiguieile, eI Signo. designe ‘én Ta medida en que este objeto se refle- ja en un significado. expresado. por.el. signo. A la luz de le nocién que nosotros hemos dado de signo, significado, objeto y de sus relaciones se puede comprender el cantenido.racional-de. le teoria de los nombres de la. Isaica todo signe eitdn unfvocamente lgsdos: (a) be jeto designado por el signo, y(b) el significedo ex- Presedo por el signo, hasta el unto de que la de- signacién exacta del objeto por medio del signo, tal como expone acertadamente Church, se reali ® través del significado expresado por el signo (7). La necesidad de referir a cada signo su objeto y su significado bajo un trarse con este ejemplo d. 05, por geometria, que las medianas a, b, ¢, del triéngulo ABC tienen su interseccién en el punto d. Por lo tanto, el punto d puede considerarse como el punto de interseccién de las medianas a y b, o bien de las medianas b y ¢ 0 de las medianas a y ¢. Re- sultado: conocemos ciertas caracter'sticas del pun- to d. Los hechos geométricos enunciados pueden describirse desde un punto de vista légico como sigue: los dos signos —xel punto de interseccién de las medianas a y b en el triéngulo ABC "y’" el punto de interseccién de las medianas b y € del triéngulo ABC»— designan un Unico e idéntico objeto, pero se diferencian por sus_significados. Por elio en todos los casos en que se hace abs. traccién de esta diferencia de significados, dichos signo y signifi gos 9 4 a7 1 uno por el otro. Pero si no se produce la abstraccién de la diferen de significado, dichos signos no pueden sustituirse el uno por el otro, ys que esto induciria a error. La evidencia de_este hecho, de un modo general, es fécilmente comprensible. Supongamos que tene- mos dot_signos, A jesignan_yn_mismo objeto, eungos tenesioaltcads, dati. Er ete coro ef enonclade elos signos © y_B designan un mismo objeto, aunque tienen significado distinto» € cierto. Si sustituimos en este enunciedo B por A resultaré que «los signos A y A designan un mis mo objeto aunque tienen distinto significado», enun- ciedo que es totalmente falso. De esto se despren- de que en una relacién puramente légica se debe necesariamente ligar cada signo tanto al objeto de- signado como al significado expresado por el signo En general_dos signos pueden tener:(a) objetos y. Significados Iguaes,(G)-objet0% Gualee y significa: dos lstintcs: (2) objetos y sinificados distints. En el caso(y 18s signos pueden sustituirse el uno por el gtro¥ en el caso) esto no. es porible, en el easo(Q}, como yn hamas observado, puaden sus- tituirse ‘si se prescinde de su distinto significedo, ero no pueden sustituirse si no se prescinde de él Esto nos demuestra hasta qué punto es fundamen- tal, bajo un aspecto puramente Idgico, le diferen- ciacién del signo, el significado y el objeto, que nosotros hemos defendido partiendo’ de los princi- plos gnoseolégicos generales de la dialéctica ma- terialiste. Si, como ya hemos dicho en el capitulo |, no existe la necesidad de un nexo natural ni de una semejanza entre signo y objeto designedo, esta ne- cesidad tampoco se hace patente en la relacién entre signo y significado.Sebemos, por ejemplo, gue"UA Unico e idéntico significado se expresa en los distintos idiomas con signos lingiifsticos dife- rentes. En la traduccién de un idioma a otro el significado de las expresiones lingiisticas perdura, mientras que las expresiones lingiisticas propia mbian/El nexo_entce_ significado ly signo lingiiistico es arbitrario_y_conyencional |! Pero, tomo ya ha sido observado, este cardcter ar bitrario y convencional es relativo. En el nexo entre iigrltientony asta | legblaticonsdistenyeierentar ,necesariamente definidos por el hecho de que, en 7 t 58 primer_lygar, todo significado debe necesariamen- te-plasr en el signo, cualquiera que sea el so- nido en cada caso conereto; en_segundo lugar, la “ totalidad del complejo de signos sonoros posibles esta limitada, en lo que respecta a un significado concreto, por las posibilidades fonéticas (antropo- fonicas y fonolégicas) de la voz humai en. ter 1) d DC) Véese Teorlan angiguas dal lengueje y del extile, Mosc i Leningrado, 1936, pig. 69. hi (2) A. Schatf: Introducelén a le seméntiea, cit, En gene bria que decir que el optimismo do Rezsikow en torne al sig rificedo como rellajo no tiene en cuenta la critica neopostivist, \erdaderamente radical este respecto (N. de C:). Vi Lenin: Obeas, vol. XIV, pég. 222. B. Russel: EI eonocimiento ‘humane, $v aleance y ue tones, trad. exp. Ed, Taurus, Madrid, (5). Avi. Smirnicky: El slgnifieede de Ie palabre, en «Voprosy jexykozmanila» (problemas de lingbistice), 1955, nim. 2, pag. 80. (6). G. Berkeley: Tratedo sobre los principlos del conocimien- to humano, trad, exp., 1999, 24 edicién 1948. (7) A. Church: Introdvecién to Mathematical Logie, |, 1946; ed, revisade, 1956. Lomtev: Sobre la naturaleza del significado del slp ico, en Jetono_son_idénticos, ET ob]éte’ existe indepen- dientemente de su reflexién gn la conciencia. Lenin sitda la diferencia fundamental entre ima: gen y sigho en el hecho de que le Imagen se ase \ meja 2 lo que refleja, mientras que el signo puede | ~7 )no tener ninguna semejanza con lo que designa, Pone, ademés, de menifiesto que la imagen es pro: vocada por le accién de un objeto sobre los érga- nos de los sentidos y sobre el cerebro del hombre, Y que, por consiguiente, la existencia objetive de Un objeto reflexégeno constituye una condicién ne- cesaria para la imagen misma, mientras que el signo no se halla en una dependencia causal con el objeto designado, y por ello puede servir tam- bién pare designar’ un objeto imaginario, inexis- tente. ‘Al mismo tiempo debemos tener en cuenta que los individuos utilizan una enorme cantidad de sig- nos que designan objetos reales: En efecto, aparte de los sigrios religiosos y afines existen los signos no exéluyen, sin embargo, fav identidad kn un tie de. relaciones. El planteamiento del problema 90 lingutsticos, los signos convencionales de la cien- cia, etc. Kursanov escribe acertedamente que «cual- quier representacién simbélice en la clencia pre- supone necesaria e jnevitablemente a realidad ob- jetiva de lo que subyace a la representacién y re- flexién de la conciencia...» (3). Le observacién de Lenin que acabamos de referir no ha de enten- derse de un modo simplista. Su significado funda. mental nos lleva a la idea de un condicionamiento causal de la sensacién y la percepcién por parte de los objetos y fenémenos de la realidad o se reflejan activemente en aq | la diferencia principal entre imagen y signo estribe en la semejanza de la primera. con. el objeta.refle- 1 xégeno:“Y “todas Tas discusiones en este campo han giredo y siguen girando en torno al problema de J le semejanza. Las diferencias de Pr agen y signo de la correla: auténtica dialéctica. La actitud erftica frente.» la pan ise unilateralmente, sino de acuerdo con. una tearle signica. del. conocimiento no nos debe liever a ignorar el vinculo esencial que exist @ imagen en el proceso de reflexién_d hemos demostrado cério el simple homomor- fismo (0 isomorfismo) abstracto de los grupos no basta para la comprensién y descripcién del pro- ceso reflexivo. La reduccién del proceso de cono- cimiento a una simple correspondencia abstracto- homomorfa (isomorfa) de un sistema s{gnico con su correspondiente grupo de objetos lleva al ag- hosticismo. Esto resulta evidente, por ejemplo, en los razonamientos de Weil, quien afirma que la ciencia puede definir su propio objeto con rela- tiva precisién s6lo hasta el isomorfismo, y que por esto se muestra indiferente frente a los proble- mas cognoscitivos de la esencia y de la naturaleze de los objetos, Seguin Weil la ides del isomorfisime marca el punto limite, insuperable, de todo cono- cimiento. Y estas consideraciones ‘son, en efecto, inevitables cuando se pretende agotar las posi dades cognoscitivas del isomorfismo. Pero, en rea- lidad, el proceso de la reflexién no se limita ni se agota con la determinacién del isomorfismo. La ocién gnoseclégica de reflexién se muestra més | | Esta correspondencia homamorf ow rica y contenidista que la nocién de corresponden- cia_no sdlo homomorfa, sino también isomorfa. Esto no signifi ismo_e_isomorfis tengan, ‘3 gar et-proceso de la refiexién. Por el contrario, It Correspondencia homomorfa. e isamorfa_constitvys un enriquecimiento bastante importante de este Broceso. La accién del objeto sobre el eparato re- ‘ceptor sigue unas leyes muy precises. Como resul- tado de esta accién aparecen en el eparato recep- tar elementos cuya agrupacién corresponde homo mérfiea 0 Isomérficamente a la agrupacién de los elementos del objeto que los hs provocedo. Este agrupacién de elementos del aparato receptor de- fine también la estructura de la imagen, En une correlacién de este tipo la estructura de la imagen, homomorfa (0 isomorfa) con respecto a la estruc- tura del objeto reflexdgeno, esté determinads (cau- salmente condicionada) por este ultimo y por las peculiaridades del sistema de reflexién (el hombre, 5U cerebro, sus actividades, ete.). arbitearia. fi estd en_relacién convenci nl estructura del .objatd, La correspondencia homo- (0 bien isomorfa), en virtud de le deterr nabilided a que nos hemos referido, resulta no ya abstracta y formal, sino eonereta y rica en conte ido, ya que la estructura de la imagen depende de Ia estructura del objeto y es por éste definida, morta deter- \minable_es el. elemente.primero y fundamental del raceso de reflexién. En ciertos aspectos en ella Se contiene ya un principio de semejanze estruc~ tural. Por este motivo la misma sinonimia (o reci- proca equivelencia de significado) de la correla: Ein entre imagen sensible y objeto, pierde sv ca- récter abstracto, formal, y se convierte en el mo- mento més comin y al mismo tiempo importante del proceso de reflexién. En este sentido nos mos- {ramos de acuerdo con Tiukhtin cuando escribe que «el Indice de una correspondencia sinonimica enistente entre agentes materiales y manifestacio nes sensibles constituye el elemento més general y esencial de le ensefianza...» (4). El principio de- terminista, cuyo significado en las ciencias natu- rales, en general, y en el estudio de la actividad nerviosa superior, en particular, ha sido subrayado ructura de la imagen.no es, sin ea] t | 92 93 por Pavlov, recibe en este caso su més decidida : simple hecho de la presencia de este corresponden- aplicacién, ya que confiere a la correspondencie cla sinonimica no nos permite salir del marco de isomorfa rasgos que caracterizan el mismo proce- ' la relacién s(gnica. Un némero de elementos de so de reflexién. 1 tun determinado sistema, que se helle en relacion Pero si las imagenes (sefiales) que aparecen en isomorfa con el numero de elementos de otro sis el aparato receptor como resultado de la accién de tema, puede considerarse, en su totelidad, como los demas objetos sobre é! tienen una estructura | signo-sefial de este Ultimo, De esta forma se pro- homomorfa e isomorfa con respecto a la estructu- | duce una simple representacién cifrada y no un ra de estos ultimos, gno quiere esto decir, quizé, reflejo, que presupone siempre una semejanza con ‘que la imagen es una sefial sistemdtica (une agri el objeto reflexégeno. pecién de signos vinculados reciprocemente) cuya Sefial e imagen mantienen una. estructura es homomorta o isomorfa con respecto \ peto-nafon_ nos s. TLeontiev @ la estructura del objeto reflexdgeno? En clerta ‘observan acert ‘que el principio de sefe- medida lo es. Y gracias a esto, mediante se Tizacién eunque «acta al mismo tiempo como prin- percibidas por distintos adores, resulta posi- ciplo de reflexién, sin embargo, no constituye el Ble la reflexién de las semejanzas y divergencias principio Unico de esta Ultima» (5). Le correspon de muchas cualidades de los objetos circundantes homomorfa o isomorfa es condicién nece- y de sus formas de movimiento. Las diferencias de suficiente, de_la_reflexi6n. Sélo en impulso en el seno de cada analizador garantizen ' ‘correspon- la diferencia de intensidad del reflejo de las cuali- con el ob- dades y movimientos de los objetos. Esto hace que jeto, sino que reproduzca peculiaridades espacio- el trabajo armonizado de numerosos analizadores temporales © de tipo cualitativo y cuantitativo, em- permita reflejar los nexos espaciales y temporeles pieze a desempefiar una funcién de imagen. De esto de los objetos y sus representaciones. Todo esto 4x puede deducirse que, aunque sefial e imagen son demvestra que la funcién de sefializacién, besada cosas distintas, sin embargo se relacionan de tal én une correspondencia homomorfa e isomorfa de modo que la relacién de sefales es condicién ne- | on determinado ndmero de elementos (estados) del : cesaria y elemento fundamental del proceso de re- | aparato receptor con respecto al nimero de ele flexi6n. as mentos (estados) del objeto es una condicién ne- ‘Si las relaciones entre. los elementos que cons- cosaria de la reflexién. tituyen una sefial significativa son semejantes jen es cierto que cada uno de los elementos Jas relaciones entre los elementos del objeto se- Si fo, en este caso la sefial significative refle) del aparato receptor puede, con respecto a los ele- Srontbe correspondiientes del objeto, hacer las ve- en cierta medida, dicho objeto. Esta circunstancia, ces de signo, sin embargo, el complejo de los vincu- fundamental en la argumentacién de los defenso- fos que constituyen le ‘estructura espaclo-temporal res de la teoria jeroglifica del conocimiento, perma- y las caracteristicas cualitativas de las sensaciones nece latente cuando se refiere a la semejanzs de y percepciones, reproduciendo la estructura corre las relaciones entre los signos y las rela: pondiente y las caracteristicas del objeto reflejedo, tre los objetos, refiridndose a objetos Fesulta, en muchas relaciones esenciales, semejan Pero, en realidad, tede objeto se presenta como un te y afin a aquél. Gracias a esto la sensacién y, sistema complejo de elementos, cuyas relaciones sobre todo, la percepcién, constituyendo grupos de ecesarias caracterizen también su neturaleze. Por elementos integrales, intervienen en calidad de imé- esto la semejanza en estas relaciones permite ex genes de los objetos y no de signos. En efecto, la se- minar las sefales complejas sistemsticas como imé- mejanza estructural de cualquier formacién (obje- genes de los objetos. tos, sistemas), aunque incluya una corresponden- ‘Aunque el evolucionismo darwiniano ha supuesto ie sinonimica de sus élementos, no se reduce, sin un duro golpe para los postuledos del idealismo embargo, 2 ésta ni se agota en ella. Por esto el fisioldgico, que es, como ya hemos dicho, uno de 2 94 los fundamentos de le dostrina signice.de.tassn- sacién, sin embargo,.es le doctring de los refiejos de fa sctivided nerviosa superior la que ha dado adicha teoria. Desde este punto rio consi tun fenémeno que se forma en el proceso de la reflexién, proceso que incluye también un aspecto motor, es decir, las acciones externas, expresadas © reprimidas. Uno de los més importantes hallazgos ‘escuels de fisiologla pavioviena ha sido pre- ciser teorla receptiva de Ie sensecidn por la de los refleos, ¥ haberle formu: lado y elaborado. Gracias a esto se ha podido determinar con profundo conocimiento de causa el rnexo entra. gensacién y realidad. Hasta épocas re- Gientes este nexo se estudiaba unilateralmente: ob- jeto —proceso fisiolégico aferente— sensacién.La teoria de los reflejos ha exigido un.examen exhaus- tivo del proceso inverso (segunda mital del arco de los reflejos): sensacién —proceso fisiolégico eferente—objeto. Ademés ha puesto de manifiesto que el proceso de Ia accién dirigida por le sens cién y de la sensacién corregida por la accién tiene una importancia decisiva para explicar el valor sig- nificativo, refiexivo, de la sensacién, Sélo en base a esto puede entenderse la sensacién como «foto- grafiax de los fendmenos y procesos objetivos. El vinculo de la sensacién con el objeto se rea liz 65 Wel #stliriulo y le accién estrechamente relacionados. entre s{. El contacto con el objeto es doble. Por consiguiente, puede hablarse no sdlo de un circuito cerebro-cortical de los procesos que se manifiestan en los nervios sensoriales y moto- res, sino también de un ecircuito» resultante de ese doble contacto con el objeto al que ya nos hemos referido. El_efecto de las acciones dirigidas al ob- jeto es fuente de nuevos estimulos¢ influye fun- damentalmente sobre el carécter_ de la sensacién Jue se va formando. Esto resulta evidente en el funcionemiento de todos los enalizedores, Los im- pulsos que van de los receptores a la corteza y viceversa, de la corteza a los receptores, se hallan fen una relacién de interdependencia. El circuito bilateral de los procesos aferente y eferente en le corteza cerebral en relacién al objeto (en el sen- tido que mds arriba hemos precisado) condiciona la formacién de las sensaciones como imégenes sub- 95 Joni ropledades objetivas de les cou Mateos. La formeclen de Te Lagan, seni produce sn basa a-la.relacién ilsteral (alrecta Inverse), Esto permite @ los actuales fisidlogos so- viéticos hablar de un «anillo» de refexibilidad. Nos- ‘otros pensamos que en este caso es preferible ha- blar de una «espirals, ye sileirn tuprese mds scertademente al dinamisme forme: tive de la imagen sensible. a —— ‘excepclonalmente importante en la regulacién del comportamiento de los organismos vivos, en le pre- paracién y direccién de cada una de sus acciones. La natural coherencia de los fendmenos, que su- ceden segiin leyes necesarias, constituye la base va del mecanisma dea sflexb ndmeros precedentes (seh tuna preparacién y direccién de {as reacciones ante los fenémenos consiguientes. Sensaciones y percep- ciones constituyen un elemento psiquico sumamer te importante de este mecanismo. Desempefian una funcién esencial que Séchenov define cama funcién ‘A través de las sensaciones y per- cepciones se efectua el anélisis de las condiciones de la accién y eleccién del medio que sirve para realizarla, es decir, se da un preaviso que condi- ciona la’ accién inmediata sobre el objeto. El fun- damento objetivo del preaviso consiste en el hecho de que la sefial del objeto actua sobre ol receptor {organismo vivo) antes de que éste se pongs en contacto directo con el objeto y condiciona la cién preparatoria y ciertas acciones preliminares dirigidas al objeto 0, por lo menos, relacionadas con éste, Las sensaciones y las percepciones fijan fend- menos que transcurren en el tiempo segin leyes n ta estructu- acontecimientos futures. Esto significa que las sen- Ps desempefian en_ia_refle- xién una” Funcién anticipadora. «La reflexién anti- dela realidad —escribe Anokhin— es una forma fundamental de adaptacién de la materia viva a la estructura espacio-temporal del_mundo ion i CMe inorgénico, en el que la sucesién y repel ‘v«En realidad, % ven de parémetros temporales fundamentaless. «La repeticién natural de los fenémenos que se suce- den en el mundo externo, en el transcurso de los siglos, 40 reflea en, al ssterna nervioso an forma de una serle cohere procesos, Originada por Ta actividad de los enillos de conexin procedentes, esta serie acta posteriormente en base al esquema de un mecanismo automatico. Esto confiere al ani- ‘mal la posibilidad de definir el comportamiento de los fenémenos del mundo exterior y anticiper una respuesta que le sitde en el anillo consecutive del encadenamiento consiguiente de los acontecimien- tos» (6). Este papel de anticipacién de la ima gen integral que se forma en base a elementos aislados de la cadena, elementos que asumen la funcién de sefales, demuestra una vez més que la funcién de sefial constituye un elemento funda mental de la imagen, aunque la imagen no se re- duzca a sefial. En el mantenimiento de su pr ided vi- tal, el organismo complejo se comporta activamen- te con respecto a las condiciones de su existencia La actividad de un organismo de este tipo se pued: desarrollar normalmente sélo en la medida en que latos que determinen sus acciones en, iciones determinadas. Pero, a su vez, est. ante la formaciénde un refle) feal de los objetos y de sus relaciones. jar un dato motor (indepen mente de cémo se codifique en el sistema nervio- 50) implica necesariamente la creacién, en la forma que sea, de la imagon de lo que todavia no existe, pero que debe surgir» (7). Es decir, la aparicién de sensaciones como imagenes palquleas en el pra: ceso de actividad nerviosa que relaciona el orga nism con la realidad ambiente es. un fenémeno perfectamente, necesario_y normal. Aunque la.teoria de los reflejos)haye significado un golpe decisive, como acabamos de ver, para Ia concepeién signica de Helmholtz, sin embargo, el reconocimiento genérico de la naturaleza reflexiva de las sensaciones no basta todavia para refutar definitivamente esta doctrina equivocada. Como ob- serva acertadamente Leontiev: «... Los andlisis cld- sicos no se preocupan de precisar las diferencias [entre sefial e imagen] y, en definitiva, dejan plan- teado el problema de le pertinencia de la reflexion psiquico a 7 de las cuslidades especificas, es decir, de la natu: raleza de los mismos influjos. Este hecho debe sub- rayarse particularmente ya que un desarrollo equi- oeaco dal sentido en gue deben eatudiarse lov pro; cesos de anilisis y_sint “de gue le refenisn. del ignihcate de fal convencional, de las propiedades agentes se identifique con la reflexién de su natur (8). No es Ilcito reducir el papel de las sensaciones ai papel de sefiales de los distintos estimulos, pero se debe determinar su significado de reflejos de las propiedades objetivas de los estimulos. Numerosos psicdlogos sovisticos se deciden, pr cisamente, por esta interpretacién del problema «El reconocimiento de la cosa 0 del fenémeno como ‘objeto —escribe Rubinstein— esté en relacién con la existencia de la sensacién, que sirve s6lo como sefial para la accién y la reaccién a la sensacién y ercepcién como imagenes del objeto o del fend- meno» (9). Las sensaciones, subraya Leontiev, des- empefian una funcién de sefalizacion y al mismo po una funcién de reflexién que no se limita 4 Ia de sofializacién. «...Una nocién fisiolégica Ia sefial —observa Aneniev— no agota le esencia de le sensacién como imagen de la iva (10). La reflexién incluye la fun- cién de sefializacién, pero no se reduce a ést puede refutar coherentemente la teor'a si la sensacién. Pero una refutacién pluril teorla signice de la sensacién exige una compren- sién ulterior, concrete, de la natursleza reflexive de la sensacién. Ya nos hemos referido a la enorme importancia | que tiene lajley de la aferenciaen la explicacién e.del papel de'la’sensscién coms edecuacion de le *acciones del organismo a las propiedades objetivas de los estimulos. Esta ley permite comprender el significado de la sensacién en la regulacién de las reacciones de los seres vivos ante la influencia del medio ambiente. «...En el proceso evolutivo de los seres vivos —escribe Anokhin— es probable que en una fase bastante temprana de su desarro- Ilo se haya manifestado una adecuacién universal gracias a sefiales inversas que informaban acerca de la conveniencia de realizar una accién. De esta forma se ha alcanzado ese nivel de desarrollo por , Oo 8 el que los distintos grados de libertad de toda reaceién (dlspersi¢n reactive) han disminuldo con- | siderablemente, mientras que el organismo, en bas | 2 estas sefiales inversas, ha recibido la posibilided \ de realizar un “impulso’inintermitente de compor- \ tamiento que garantizs un méximo de efecto \ atily (11). Sin embargo, la fundamentacién de la naturaleza reflexiva de las sensaciones exige no sélo la expli- cacién de su papel en el proceso de adaptacién de las acciones de los organismos vivos @ las pro- piedades objetivas de los estimulos, sino también la demostracién de su adecuacién. y semeianza_con respecto a estas propiedades. Esta demostracién A sélo es posible gracias a un desarrollo ulterior y 8 la realizacién concreta del principio de la relacién inversa en la actividad nerviosa superior. La idea de una relacién inversa en el mecanismo fisiolégico de los érganos de los sentidos ha sido y: suscitada por Sechenov. Ha demostrado que el fun. cionamiento del aparato téctil de las manos y del aparato dptico de los ojos esté en relacién conti- nua con movimientos de estos érganos que repro- ducen determinadas propiedades de los objetos se sibles. Sechenov resuelve el problema de la ad cuacién de la reflexién de las propiedades espacia- les de los objetos a través de los drganos del tacto ¥, por analogia, cle la visto en base @ un andlisis co los procosos dol tocar y el mirar, es decir, de los procesos mediante los que se reproducen’ las lineas y la forma del objeto, su grado de distanci | la disposicién reciproca de las partes que lo com- 1 ponen, ete. Un ojo inmévil no puede producir imé- i genes visuales, del mismo modo que una mano inmévil no puede producir imagenes téctiles. De esta forma Sechenov ha dado el primer impulso al estudio de la correlacién de los elementos sen- soriales y motores en los. érganos de los sentidos. En estudios posteriores ha sefialado que cualquier ji aparato receptor del cerebro hace las veces a un mismo tiempo de aferente y eferente y que, gracias 2 esto, las imagenes que surgen en la corteza cere- bral se proyectan al exterior, es decir, se refieren inmediatamente a sus fuentes y modelos, a los ob- jetos que las provocan. La sensacién como feném no psiquico no se efectoa sin un objeto que res ponda adecuadamente sin una reaccién, ! 9 - Para demostrar plenamente que la sensacién es sdecuacién la reproduccién de este cltimo. Esto fectamen re en lo que se refi Kutos son6ros,_ especialment iecho de eacucher ‘un discur es como si ‘Muchos lingUistas dedi este hecho. Por ejemplo, Delattre observa que la ‘onda sonora ng es. percibida_inmediatamente, sino mediatamente por el individuo, a través desu re- Tacién_ con_el” movimier | Seganos vacales. En su aspecto fisiolégico esta re- Tacién mediata se explica por la conexién de la actividad de los analizadores auditivos y cinesté- tico. La percepcién y te accién, el ofdo y el habla son. fenémengs relacionados entre. si. Este nexo tiene un significado bastante importante. Aunque los érganos del ofdo y los vocales, productores de sonido, constituyen aparatos distintos, estén, sin embargo, indisolublemente unidos el uno al otro, lo que se demuestra por su funcionamiento tanto normal como patolégico, y permite considerarlos como un sistema perceptive y reproductive Unico, del que, a su vez, deriva le posibilidad de contra. poner ei sonido ofco, Ia sensacién auditiva y el so- nildo_producido. Al considerar este problema, Leontiev centra su atencién en el hecho de que los aparatos a través de los cuales se reciben las sensaciones auditivas ‘estén unidos a los aparatos cinestésicos de los or- ganos vocales de tal forma que permiten, a través de esta conexién, una reproduccién de los sonidos oldos, es decir, su reproduccién en la misma mo- dalidad. El individuo no es sélo capaz de represen- tar mentalmente las palabras que oye, sino incluso de reproducirlas fisicamente. Lo mismo podria de cirse de determinados sonidos musicales y de mu- chos otros sonidos percibidos por el individuo. Las posibilidades reproductoras -y. mimétices de soni- dos por parte del individuo son bastante notables. «... Los movimientos de las cuerdas vocales re- producen la naturaleze objetiva de las proplede- des de los estimulos» en los mecanismos del ofdo, constituyendo un momento esencial, «del que de- los discyrsivos. (0 —escribe Blons- : en clerte medida ” formativa del cerebro humano con un proceso ané- 100 pende la adecuada reflexién de la propiedad refle- jada, el momento integrante del proceso que cons- tituye el anillo oferente del sistema receptivo con la propiedad reflejada» (13). Esto certifica la ade- uacién de la imagen auditive structure fisice del estimulo sono It, es une mee nifestacién persuasive de la semejanze de las sen- saciones auditivas con los sonidos que las pro- vocan, Al mismo tiempo hemos de reconocer que no todo estimulo puede ser andlogamente reproducido de forma inmediata por los érganos naturales que hacen las veces de analizadores. Por ejemplo, el hombre no tiene un érgano unido al nslizador de la vista que le permita reproducir inmediatamente un color visto. Lo mismo podrfa decirse del olor, del gusto, etc. Pero esto no significa solute que los individuos sufran, en este aspecto, clertas limitaciones de cardcter fundamental. ‘Aunque estas limitaciones son esenciales a un nivel psicolégico, sin embarga, desde un punto de vista gnoseolégico, no tienen un significado de prin- cipio, ya que el hombre dizpone de poribilidades de reproduccién mediata de los fenémenos que no ‘es capaz de reproducir inmediatamente. E1 color, el olor, el gusto y otras propiedades de los obj tos son reproducidas por el hombre a través de su accién sobre las cosas materiales, y de este modo, a través de esta accién, se garantiza en de- finitiva la conexién de las sensaciones con la re- produccién en le misma modalidad de los estimu- los que las provocan. En todos estos casos a sen- sacién y la reproduccién inmediata o mediata de los estimulos que la provocan intervienen no como dos procesos paralelos, sino como anillos indisolu- blemente unidos entre si por un Unico y complejo proceso de reflexidn. Al ser resultado de la accién de un estimulo definido, la sensacién interviene en calidad de condicién psiquice de su reproduccién natural. ‘Si comparamos el proceso de la elaboracién logo producido por cualquier receptor, la diferen- cia resulta evidente. Por ejemplo, los sonidos pro- ducidos por una fuente informativa, del tipo que sea, se organizan en la transmisién en forma de oscilaciones electromagnéticas, que se descifran des- 101 pués en el receptor, donde estas oscilaciones se reorgenizan en forma de sonidos. En el cerebro hu-, mano no existe un receptor de este tipo. En Ja. resultado de la accién estimu- dal nervie_auaTtiv ropiedad psiquic los sonidos con la misma modalidad no tiene lugar fen el cergbro, sing_en la accién. Los procesos ce Tebrales desempefian une tarea mediate, regulado- ra, directiva. Pero la esencia del reflejo psiquico consiste en una reproduccién ideal del fenémeno objetivo, en base a Ia cual (reproduccién) resulta posible también Ia reproduccién material del fe- émeno en sf Esto demuestra sin lugar @ dudas que la sensa- cién es 2 imagen sensible de! objeto (propieda- des, proceso) que la provoce. A tityle general pye- de decirse que el reflejo ideal _de! objeto en la imagen sensible es una transformacién del objeto en la mente del hombre, transformacién que per mite, sobre 2 base de la imagen sensible y a. trax vvés de acciones concretas, la_reproduccién del ob- jeto. Evidentemente esto fo-significa que estemos en grado de reproducir materialmente, en toda su extensién, todos los objetos que estén al alcance de nuestros sentidos, lo cual, por otra parte, no responde 2 ninguna necesided. Pero siempre es po- sible reproducir los objetos (estimulos) de un determinado tipo, los originales 0 un facsimil fi sico, En ultima instancia, desde un punto de vista cientifico, no es posible hablar, a nivel de las sen. seciones, de una capacidad de ‘reflexién de los ob- jetos més edecuada o perfecta. Las sensaciones son semejantes a los objetos de la Unica forma en que, 2 este nivel de actividad nerviosa, esto resulta po- sible. Plantear el problema en base 2 otro tipo de semejanza, al que no responderian las sensaciones, y en virtud del cual deberian ser consideradas como signos y no como imégenes, seria fund mentalmente anticientifico. El materialismo_dialée- tico procede a través de una nocién de semejanza que se basa en la idea fundamental de la cognosci- Bilidad del mundo, prevé formas diferentes en los cL yna imagen, e 102 distintos niveles de refiexién y corresponde a los datos de la ciencia y de la praxis contemporéneas. Las propiedades de la imagen en el proceso de reflexion” sensible adavieren un relieve ain mayor Tas_percepciones. Las percepciones, sobre todo las humanas, son sistemas complejos de seffales ‘que entrafian una informacién bastante rica en con- tenido referids a los objetes. reepeién_hu- mronayeseibg hurl: connthtuye Sontprseena SEIN comple) jo basado en el andlisis coherente de los detalles particulares de un objeto, diferenciando los aspectos que suministran una mayor informacién, rechszando las hipstesis equivocadas y logrando una cierta sintesis de los caracteres més informa- tivos, lo que, resumiendo, permite llegar a una conclusién acerca del significado del objeto que se analiza (14). En lo que se refiere a los anim superiores y al hombre el contenido de las sefa- les (de la informacién que éstas conllevan) inter- viene en forma de imagenes ideales de las que aquéllos se sitven para regular su propio compor- tamiento, mantener su propia organizecién, acu- mular experiencias, prevenir acciones, etc. De_tod esto se deduce que toda imagen pose un funda mento de seftalizecién, pero no que tode sefial es Para llevar @ cabo una Funci basta con le presencia de un entre un cierto némero de elementos (componen- tes) del objeto sefalado (fuente informativa). Pero a los fines de la capacidad de reflexién de los ob- jetos, esto no basta. La imagen consiste en un de- terminedo némero de elementos (estados) que debe ser, como observa acertadamente Wecker, no s6lo isomorfo con respecto al numero de elemen- tos (estados) del objeto reflexdgeno, sino también semojante 9 ésto en su estructura espacio-temporal yen la relacién cualitativa (15). Esta semejanze se forma en el proceso en que las imégenes fun- cionan como reguladoras de las acciones dirigidas a los objetos reflexdgenos. Estas acciones, segin el principio de relacién inverse, ejercen una in- fiuencia fundamental sobre la formacién de las imégenes. En le medida en que estas acciones se realizan gracias al contacto directo con el objeto y.en relacién a la esencia del objeto, llevan con- sigo un cardcter concreto, 1a adecuacién (semejan- LE ién le superioridad de le teor [ae [se lleva a la for 103 za) de las acciones con las propiedades de los ob- jetos (objetos de las acciones) en una serie de fundamentales caracteristicas espacio temporales, cualitativas, cuantitativas y de otras clases, condi- ciona le formacién de la semejanza de las imége- nes con los objetos reflexégenos. Asi, los datos de le ciencia contemporéne jerticuler de le slologia de | superior y de la psleologte, demuestran sin { frente a. en. fe nge_Ia_seo") n Gistintas Formas, NosOlo a Ta sensacién y a le per- | cepcidn, sino también a las nociones y los jvicios, | que se ‘definen como signos convencionales. Son, | sobre todo, los neopositivistas y los estudiosos de le seméntica los que con més calor defienden este tipo de opiniones. La teorla signica del conocimien- to es agnéstica. Si por objeto designado se entien- + den los complejos sensoriales, entonces ae teo- ria. resulta al mismo tiempo idealiste-subjetiv perce loc sim apentan senriteteeomes cional, desde el pynto.de vista de la teoria signica fas-percepciones y los actos del pensamiento, es decir, todo nuestro conocer son convencionales y atbitrérios, Cualquier sector, convencionalmente elegido, de objetivided (percibida, imaginaria, pen- sada), puede recibir. un tratamiento slanico, hasta el punto de que todas ‘sta objetividades pueden ser consideradas como equivalentes, con el mismo significado, a un nivel gnoseolégico. Este tipo de ideologla hace «legitimay cualquier representacién religiosa y anticientifica. Segin Lenin, este rechazo de la reflexién y aceptacién de la teorla signica del conocimiento’constituyen el primer paso hacia una teologfe Por este motivo el materialismo dialéctico defien- de la tesis de le reflexién y combate las distintas| | formas de doctrina s{gnica del conocimiento. Se- | gun el materialismo dialéctico, los objetos m ‘Tes influyen sobre los érganos de los sentidos y rovocan las imdgenes sensibles, cuya reelabors- cién en correspondencia con la naturaleza fos i6n de nociones que refle- jan activamente Ios. objetos en sus aspectos gane- rales y esenciales. En este proceso de formacién | —_ 108 lIngUfati¢os gsumen une a1, ¥8_Que sirven de medios para for- jar Tas nociones. Pero [os signos no bastan, por si mismos, para formar nociones, asi como syen’ elementos de los que puedan derivarse los objetos. Los objetos m En principio las nociones de reflexién y desig rnacién son dist embargo, no cor viene contraponerlas de forma absoluta, La desi nacién constituye una forma material, un medio de reflexién, Por otra parte, en la reflexién existen CieFtos ‘matices de conexién convencional, propios de la designacién. Toda imagen refleja relativamen- te el objeto, lo refleje desde un determinedo punto de vista (aspectos, propiedades, vinculos). Al mis- mo tiempo le imagen entrafa le reproduccién sen- le © pensada del objeto en su totalided, incluidos los aspectos que todavia no resultan evidentes en 4l. Si, por una parte, la relacién de la imagen con los espectos del objeto que ya se manifiestan cons- tituye un proceso de reflexién en el verdadero sen- tido de la palabra, por otra parte, la relacién de a imagen con los aspectos del objeto que todavia no se han hecho evidentes en el proceso cognosci- tivo © en la praxis, contiene rasgos de una cone- xién convencional propia de la relacién de los sig- os con los objetos designados, Lo cual tampoco permite deducir que una reflexién incompleta sea ! origen de Ia relacién s{gnica y causa de simbo- lizacién. Las.percepciones en los animales son ba: tante menos completas y diferenciedas, que en los individuos humanos; sin embargo, en los anim \.le5"no°se"manifiesta ningdn tipo de simbolismo. 5 Las causas fundamentales de_la.apericién de la Mf) l88i6n_siqnica_son, por una parte, la insuficien- ia de Tas imégenes naturales, sensibles, que no pueden representar lo general, lo esencial, lo ne- cesario, ni expresar las conexiones y relaciones in- 1 consiguiente izacién de los res, artificialmen- ternas, profundas; por otra parte, descubrimiento de una posible uti = sonidos, marcas, dibujos y I a ni formarse nil cons 105 18 producidos @ aste fin, Por esto sélo se he der cllado une ytilizacién siatemética de_los. signos cuando he_surdido un pensemiento basado en las nogiones, en cuanto que estes vltimas no pueden rvarse 0 transmitirs® si no 8 dé su fijacidn en signos. Al mismo tiem po esta conexién de las naciones con los signos es | también una prueba de lo inadmisible que resulta _humano se exar imagen y signo, ya que tuye una imagen mental. que no puede existir si no es en forma de signo lingUistico. ‘A peser del carécter relative de la

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